Huyendo de la guerra poesía en las entrañas

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HUYENDO DE LA GUERRA: POESÍA EN LAS ENTRAÑAS

4º ESO/ABRIL 2016


HUYENDO DE LA GUERRA: POESÍA EN LAS ENTRAÑAS La imagen irracional y vanguardista La poesía contemporánea arremete con modales desquiciados contra toda la vieja poesía anterior, harta de repetir idénticas imágenes y tópicos para hablar del amor, del dolor, de la vida. La vida como un río, la juventud como una primavera, el amor con sus flechas desgastadas… No, la nueva poesía no se ha vuelto loca, quizá un poco. Pero, ¿cuándo los poetas verdaderos no han caminado siempre en la cuerda floja? Los jóvenes poetas simbolistas del XIX, los hijos de la 1ª Guerra Mundial después, reclamaron su derecho a expresarse de una forma personal e irrepetible. La metáfora, suprema creadora en la poesía, va a la caza de afinidades y encuentra conexiones entre los diversos círculos y ámbitos de la realidad. De esta forma, nos enseña a mirar el mundo con mirada más abierta y unitaria. Un cuello de cisne, unos cabellos solares, unas mejillas incendiadas por la aurora, unos ojos de fuego que hiela o de hielo que abrasa fueron hallazgos deslumbrantes en su día que acabaron haciéndose recurrentes. La semejanza, sin embargo, entre el elemento descrito y el elemento utilizado para hacerlo, es evidente para los sentidos y para la razón: nuestros sentidos y nuestra memoria trabajan con esquemas predecibles, simplifican la realidad para poder controlarla y anticiparse a sus sorpresas. Pero la nueva imagen vanguardista intenta –acaso sin conseguirlo- mirar las cosas y los seres de una forma distinta, irreconocible en principio, estableciendo relaciones entre elementos en apariencia disímiles o incompatibles. La nueva poesía parece poco razonable, parece burlarse de nosotros, poniendo del revés las reglas del juego entre poeta y lectores, desorientándonos, creando imágenes caprichosas y, sobre todo, incomprensibles. A veces parece la creación de un loco, de una perturbada. Sólo en manos torpes de poetas miopes que confunden piruetas y malabarismos lingüísticos con la verdadera poesía –que sigue siendo la misma raíz hace quinientos años que ahora- las metáforas vanguardistas se quedan en eso: juego y combinaciones de palabras. Pero quienes tienen una mirada profunda, quienes saben mirar y siguen aprendiendo formas nuevas de mirar, encuentran en la nueva metáfora un aliado poderoso. La metáfora vanguardista renuncia a la asociación inmediata y fácilmente traducible a las apariencias y la realidad conocida y manejable. Pero no a expresar los mismos vitales sentimientos y


emociones de la humanidad. Entiende que, a través de estas nuevas imágenes incomprensibles y oscuras para la razón, se llega más lejos –que la meta, lo saben los poetas, nunca es alcanzable- y más profundo al corazón de los hombres y a sus verdades verdaderas, que diría A. Machado. Pues para regresar a ellas, son la intuición y esa paradójica ciega lucidez los mejores pilotos, las mejores guías.

 Nosotros hemos intentado enfocar la realidad con una nueva mirada. Y la hemos puesto en la tragedia de los refugiados que siguen llegando a Europa devorados por la desesperación. Hemos tratado de ponernos en el lugar de un padre, de una madre, de un niño huyendo de la violencia, esperando una oportunidad al alcance de la mano, descubriendo que casi todo es falso, deseando que todo sea un mal sueño, viviendo una pesadilla y no una vida. Cruzando mares, ahogándose en ellos, piedras arrojadas a los ríos de Europa a cuyas orillas nosotros les observamos. Durante la semana precedente a la creación de estos poemas, hemos tratado en clase el tema de las vanguardias artísticas y los nuevos procedimientos creativos. Hemos creado greguerías partiendo de ejemplos de Ramón G. de la Serna para acostumbrarnos a los saltos atrevidos de los nuevos creadores del siglo XX. Y de las greguerías, hemos pasado a elaborar imágenes irracionales con tríos o cuartetos de sustantivos que, en principio, poco tenían en común. (véanse estos dos ejemplos: con caballo, escarabajo y aliento, “Un caballo intenta cruzar el aliento de un escarabajo”; con espuma, grito y arcoíris, “Junto al arcoíris se encontraba la espuma reflejada en forma de grito”). Después de intentar unificar varias de estas imágenes en un texto que les otorgase cierta coherencia “emocional”, hemos abordado la creación de estos poemas.

Para ello, se ha partido de estos presupuestos: 1. Listado de alrededor de 20 sustantivos concretos de muy diversa índole, elegidos con cierta libertad por alumnos y profesor: de entre ellos, cada alumno debía elegir, al menos, diez para realizar su poema. Por supuesto, podía incluir otros de libre elección. Esta es la lista de los sustantivos, en singular: hombre, mujer, niño, camisa, libro, rinoceronte, hipopótamo, papelera, casa, árbol, río, orilla, bicicleta, esponja, espárrago, piedra, arma, trinchera, bala, muerte, vida, rueda, libertad. 2. El requisito de crear metáforas e imágenes poco racionales, inverosímiles (propias de los sueños o de una realidad distorsionada) con estos sustantivos y con el resto de términos que cada cual incluyera.


3. El objetivo de crear una “atmósfera” dominada por los sentimientos que un inmigrante o alguien que camina cerca de él pudiera estar sintiendo en su interminable huída hacia un mundo habitable. Es decir, usando imágenes irracionales, tratar de generar un estado de ánimo en el lector, involucrarle en la tragedia de sus protagonistas. 4. Sugerir, apuntar, esbozar o inspirar emociones y situaciones, más que describirlas, narrarlas o detallarlas.

 Después de una primera redacción, y por sugerencia del profesor, varios alumnos han realizado una reescritura de sus textos, completando la “historia” o perfeccionando la construcción de ciertas imágenes, o añadiendo alguna imagen más en aquellos casos en que el poema –en verso o en prosa- tenía escaso desarrollo. Todas las imágenes e ideas presentes en los textos proceden exclusivamente de los alumnos. El profesor sólo ha dado los materiales, ha explicado cómo manejarlos, pero el moldeado de cada “pieza” es obra de ellos. Los poemas que han creado y las imágenes y narrativas que se sugieren tienen, en líneas generales y desde mi punto de vista, fuerza plástica y emocional. Tengo que reconocer que me han sorprendido gratamente, porque dentro de ellos alienta verdadera poesía. Espero que a cuantos los leáis os ocurra lo mismo.

Todos los poemas llevan el mismo título:

HUYENDO DE LA GUERRA


Alberto Blázquez García Tengo que olvidarme de todo esto, de todo lo que he vivido. De cada arma utilizada contra una flor, de cada bala disparada en un libro. De todos los hombres y mujeres en las orillas, intentando que una esponja absorba todo el mar para huir de todas las muertes en las trincheras. Trincheras donde los niños ven morir árboles cada día. De todos esos hombres luchando sin camisa para salvar la vida de un rinoceronte. De cada piedra tirada en una papelera. De aquellos campos de espárragos por los que paseaban ruedas todas las mañanas. Y de mí, intentando huir de la muerte con una simple bicicleta como pertenencia.

 Asier Bueno Jiménez Toda piedra necesita arroparse en aquella trinchera para escapar de la bala. Para cada arma hay su flor, para cada hombre hay su orilla. La esponja que absorbe la muerte es el espárrago que hace vivir al árbol. No hay mujer que rompa su única camisa como el rinoceronte rompe su casa. La rueda que hay en la orilla es la bicicleta que necesita vida. Me siento triste al escuchar un árbol narrar la muerte de un libro.


Miguel Carabias Gómez ¿Qué se siente cuando un hombre tiene que dejar todo lo que quiere atrás? ¿Qué se siente cuando una mujer muere en la trinchera por una herida de bala? ¿Qué se siente cuando entran en tu casa y con un arma matan a todos tus seres queridos? Te diré lo que se siente, se siente desesperación, la misma que cuando juegas a lanzar espárragos a los árboles haciéndoles la vida imposible, la misma desesperación que cuando arrojas una papelera a una bicicleta destrozando así tus principios humanos, la misma desesperación que cuando ahogas a un rinoceronte con una camisa hasta dejarlo igual de muerto que una flor aplastada por una rueda en medio de una orilla. Todo esto se debe a los malditos espárragos y las cosas que haces en medio de una papelera, que no son tan malas como una bicicleta enfurecida a simple vista, pero que en verdad son como una papelera arrasando a un rinoceronte, todo sería más fácil si hubiéramos nacido como árboles sin vida en vez de con estas esponjas en nuestra cabeza. Solo te diré una cosa, ¿qué se siente?

Andrés Bautista Delgado Los niños aprenden como esponjas de la vida, los hombres van con armas por las orillas, las casas se queman con ruedas, las mujeres van sin camiseta y en bicicleta. En los árboles hay balas clavadas, los rinocerontes mueren por comer piedras.


David García López (inacabado) El hombre huía de ese oscuro lugar como una rueda picada por una piedra puesta en mal sitio. En su camisa tenía una flor que evitaba que la bala lo atravesara, o eso pensaba él. Y, aunque estuvo al borde de la muerte, esa trinchera le dio la vida. Detrás de ese árbol se reflejaba el rostro de aquella mujer, corriendo junto a esos niños, en la orilla de ese río azul se veía el libro que seguía las instrucciones para volver a casa. Encontró una bicicleta y, a toda velocidad, se libró de un rinoceronte que se comía un espárrago en forma de arma. Y cuando ya quedaba poco camino buscó en la papelera de los recuerdos cómo encontrar el camino a casa…

Paula Arias Gutiérrez Vi la vida en una flor amarilla, los niños corrían sobre la orilla. Pero todo ha cambiado, la vida da vueltas


como la rueda de una bicicleta, porque ningún niño tiene el libro escrito. Ya no soy esa bala perdida, antes era dura como piedra, pero me he convertido en algo frágil cual esponja podrida. La muerte me acecha, pero soy arma en esta trinchera. A mí no me para ni una camisa de fuerza.

 María Hernández Sánchez En la orilla de la muerte se encuentra un hombre, una mujer y sus niños intentando salvarse del fondo de las papeleras. El sonido de las balas a través de las armas hace que la camisa de la flor tiemble por su vida. Las piedras huyen como espárragos a las trincheras para intentar protegerse, pero nada consiguen, la muerte llegó a sus vidas. Los libros vuelan por los árboles acompañando a los niños


al marchar de las ruedas de las bicicletas.

 David Jiménez Pato La vida huye de la bala del arma que la apunta, pero la muerte ya ve allí su casa. El hombre y la mujer huyen, la bala va a alcanzar la flor, pero la esponja la detiene y rebota en la piedra y la vida llega a la libertad de la muerte. Los niños se refugian en la trinchera del agresivo rinoceronte al servicio de la guerra y la muerte pero al final es la polilla la que dispara la bala decisiva.

 Paula Madrid Las balas son las flores que caen sobre algunos hombres, todos intentan huir como abejas en campos de amapolas. Los árboles son las casas para todos los niños, las bicicletas volaban entre las orillas. Los hombres parecen hipopótamos revoloteando en los ríos. Las casas de las mujeres se convirtieron en trincheras que eran pequeñas papeleras donde guardaban sus vidas. Los animales parecían estrellas


en una oscura noche, cuando todas las personas huían de un huracán de armas.

Nuria Iglesias Campos


Un hombre-espárrago estaba a la orilla de una trinchera cuando de repente aparece una mujer con una camisa que tiene un disparo de una flor-bala. La lleva en bicicleta a su casa con sus niños-rinocerontes. De repente un ruido de ruedas entre piedras chocó con un árbol y causó la muerte para los que iban dentro. Cayeron varios libros y armas; entre ellos había una esponja con la que curó el disparo e hizo sobrevivir a la mujer. Con el paso del tiempo la mujer se recuperó pero cogió una de las armas que cayeron de la carreta y se fue a un campo de margaritas, donde se pegó un tiro y empezó a vomitar un arcoíris.

 José Antonio Sánchez Hombres, mujeres y niños que se alejan de la muerte de sus países, huyendo de las armas y balas de los talibanes para salvar sus vidas solamente con camisas y algún libro para entretenerse por el camino hacia su sueño europeo.

Descansando en las sombras de los pocos árboles que hay por el camino, parados por los ejércitos de los países desarrollados y civilizaciones en las orillas de los grandes ríos europeos.

Los rinocerontes se comen los espárragos de las esponjas pobres e indefensas que solo pueden defenderse con piedras y flores.


 A día de hoy existen unos sesenta millones de refugiados y desplazados en todo el mundo. De ellos, once millones son sirios. España ha acogido a 18, docena y media de refugiados (la mayoría de Eritrea).


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