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Terence Conran fue siempre un espíritu inquieto cuya visión no se circunscribió exclusivamente al interiorismo, sino que abarcó muchos otros aspectos del estilo de vida, entre ellos la gastronomía. En diciembre de 2019, pocos meses antes de su muerte, aún tuvo las energías para abrir un restaurante en el este de Londres, Wilder –en la imagen–, en colaboración con el chef Richard McLellan, cuya arquitectura encargó al estudio Kirkwood McCarthy.
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TERENCE CONRAN
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grAcias, SIr tERencE
Diseñador, hombre de negocios, restaurador, escritor, fundador del Design Museum, filántropo... Son todos títulos que se quedan cortos para definir a sir Terence Conran, un hombre de múltiples talentos que nos ha legado un vasto patrimonio ligado al diseño, la cultura y el buen vivir. Su muerte a los 88 años nos deja sin un visionario que puso al diseño en el centro de todo lo que hacía. —— POR ANA DOMÍNGUEZ SIEMENS
Sobre estas líneas, imagen de la exposición The Way We Live Now que el Design Museum de Londres dedicó a sir Terence en 2011 para celebrar su 80 aniversario. Abajo, a la izquierda, Conran con su segunda mujer, la escritora Shirley Conran, observando un diseño del primero, en una imagen de 1955.
suerte de sentarme al lado de sir Terence Conran en una cena en Milán. Él llegó con un poco de retraso, otros comensales habían pasado el tiempo comentando con entusiasmo la noticia de ese día: un gran diseñador de moda había lanzado su primera colección de muebles a bombo y platillo. Sir Terence se sentó a mi lado y acto seguidomeespetóatodo volumen: “¿Has visto la colección de fulano de tal? ¡¡¡Qué horror, le di la vuelta a una butaca y por debajoeraundesastre!!!”.Los otros cuatro comensales enmudecieron por completo, avergonzados quizá por la falta de espíritu crítico que a Conran le sobraba y repartía con total franqueza. Tras la crítica de este inconformista fallecido hace tres meses siempre estaba la creencia de que el buen diseño contribuye a mejorar la vida de la gente. Así lo había hecho él cuando fundó Habitat en 1964, un intento de democratizar el diseño con una tienda de muebles y objetos de diseño sencillo, buena calidad y precios razonables. No hay que olvidar que hablamos de los años cincuenta y sesenta en los que el Reino Unido vivía ajeno
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Primero fue Habitat, una cadena de tiendas de muebles, textiles y objetos relativamente asequibles y decididamente contemporáneos que supuso una revolución en el interior de las casas inglesas, hasta entonces entregadas al mundo del chintz –un tejido calicó con estampados de flores, frutas y pájaros–, pesados muebles y cortinajes.
Tras las tiendas Habitat, Conran fundó The Conran Shop, una cadena más exclusiva que reunía una variedad enorme de productos de las mejores marcas internacionales del mundo del diseño y donde uno podía surtir su casa, desde la cubertería al sofá pasando por el colchón de la cama, la lámpara de lectura o la mesa del comedor, todo firmado por los grandes del diseño, tanto históricos como contemporáneos. Su buque insignia es la sede instalada en 1987 dentro del edificio Michelin de Fulham Road en Londres, un lugar mágico al que añadió un bar de ostras y champán y una tienda de flores.
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Arriba, el restaurante Rüya en el barrio londinense de Mayfair, especializado en cocina de Anatolia, decorado por Conran and Partners con paredes de azulejos, sillas tapizadas y lámparas de latón que aportan cierto aire de glamur otomano. Abajo, el edificio de apartamentos Centre Point, renovado completamente por el equipo Conran con el espíritu de los años sesenta con el que el rascacielos fue construido.
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a la cultura mediterránea, se comía francamente mal y se vivía en espacios oscuros atiborrados de pesados muebles y floridos cortinajes. Conran introdujo entonces un estilo de vida que observaba en sus viajes por Francia, España e Italia, más relajado y natural. Así cambió la imagen de un país que descubrió el gusto por las cosas sencillas, de líneas claras y sin pretensiones, cómodas y modernas, un estilo de vida informal que erradicaba los lastres del pasado y auguraba un futuro mejor en el que el lujo estaba ligado a la buena vida. El placer que nos dan las cosas era una parte fundamental de sus preocupaciones, cosas que envejezcan bien y que nos ayuden a expresar nuestra personalidad; toda una filosofía que él explicó incansablemente a través de los numerosos libros que publicó y en los que habla de casas, ecología, jardines, cocina, almacenamiento, color, espacios, baños… Así difundió el valor del diseño, a través de sus libros y de su labor en el Design Museum, que fundó en 1989 y sin el que desconoceríamos muchas facetas de la creación. Solo podemos agradecer su aportación inestimable. n
La suite 104 del hotel Andaz de la cadena Hyatt en Liverpool St. de Londres es un gran espacio de 80 m2 decorado por sir Terence Conran con el espíritu informal del East London. Contiene algunos de sus muebles favoritos como la mesa y las sillas de comedor de Saarinen o la icónica Eames Lounge Chair con otomana de la imagen, editada por Vitra.