El Regalo de Dios - El Mensaje del AT

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Sesión 2. El Mensaje del Antiguo Testamento La Importancia del Antiguo Testamento En esta sesión buscaremos comprender mejor la importancia del Antiguo Testamento y de su mensaje para la vida cristiana tanto individual como corporativamente. En su libro, An Old Testament Theology, Bruce Waltke hace la siguiente afirmación: Sospecho que muchos cristianos se sienten espiritualmente desnutridos debido a que viven su vida sobre la base de alrededor de diez textos bíblicos. La vida espiritual de la iglesia se vería grandemente enriquecida si se buscara reavivar el amor por el Antiguo Testamento… An Old Testament Theology, p. 16. El Antiguo Testamento no solo constituye la mayor parte de la revelación que Dios nos ha dado sino también la primera parte. Es en el Antiguo Testamento en donde encontramos por primera vez la voz de Dios registrada por escrito para hacer manifiesto su propósito y su voluntad para su pueblo a través de todas las generaciones. Leer la Biblia sin leer el Antiguo Testamento es como comenzar a ver una película cuando ya han transcurrido tres cuartas partes de la historia. Sin él, el mensaje divino contenido en la Biblia y especialmente en el Nuevo Testamento está irremediablemente incompleto y es altamente incomprensible. El Antiguo Testamento no es meramente un libro de “citas citables” al estilo de las contenidas en cada número de la revista Selecciones del Reader’s Digest. Tampoco es una simple colección de libros hebreos, ni un conjunto de historias de las cuales podemos obtener moralejas útiles para instruir a los niños durante la escuela bíblica de vacaciones. No. El Antiguo Testamento constituye la primera parte del mensaje de Dios y su misión para y en el mundo. En Él descubrimos el anhelo y la promesa de Dios de establecer su reino amoroso y perfecto en la tierra para bendecir a su pueblo con el regalo de su presencia por toda la eternidad. Consideremos brevemente algunos aspectos relevantes a la estructura y mensaje del Antiguo Testamento.

La Estructura del Antiguo Testamento El Antiguo Testamento en el canon cristiano está formado por treinta y nueve libros organizados de la siguiente manera: La Ley (5)

Libros Históricos (12)

Libros Poéticos (5)

Profetas Mayores (5)

Profetas Menores (12)

Génesis – Deuteronomio

Josué – Ester

Job – Cantar de los Cantares

Isaías – Ezequiel

Oseas - Malaquías

Esta organización es la más sencilla y la más familiar para los cristianos ya que presenta de manera organizada la cronología, la poesía y la profecía del pueblo de Israel. Sin embargo, la organización

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del canon hebreo es en realidad más útil para poder entender el contenido y mensaje del Antiguo Testamento y su relación al mensaje global de la Biblia. El canon hebreo está organizado de la siguiente manera: La Ley Génesis – Deuteronomio

Los Profetas Profetas Anteriores Josué – 2 Reyes Profetas Posteriores Isaías, Jeremías, Ezequiel, Libro de los doce profetas (Oseas-Malaquías)

Los Escritos (Los Salmos) Salmos, Proverbios, Job, Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías, 1 y 2 Crónicas

Un poco más adelante utilizaremos este orden para mostrar algunas de las razones de la importancia del Antiguo Testamento.

El Antiguo Testamento Contiene una Historia Teológica Hemos ya brevemente mencionado que el Antiguo Testamento constituye la primera y más extensa parte de la revelación de Dios. Dicha revelación presenta consistentemente un mensaje esencial: el mensaje de la redención del pueblo de Dios por medio de Jesucristo. La Historia del Antiguo Testamento nos muestra el propósito de Dios de establecer su reino perfecto sobre su pueblo. No busca narrar eventos históricos aislados a partir de los cuales podemos obtener lecciones morales. Busca interpretar eventos históricos particulares en relación a un pueblo en particular a la luz de su significado en el plan de redención de Dios. La clave de la interpretación del Antiguo Testamento no es el papel de Israel en la historia, sino el papel de Dios en redimir a un pueblo de la esclavitud para convertirlo en su pueblo y bendecirlo con su presencia.1 En este sentido es una historia teológica. Vez tras vez es posible reconocer esta interpretación divina de los eventos históricos contenidos en el Antiguo Testamento. Un ejemplo se encuentra en 2 Crónicas 12:1-8: Después de que Roboán consolidó su reino y se afirmó en el trono, él y todo Israel abandonaron la ley del Señor 2 y le fueron infieles. Por eso en el quinto año del reinado de Roboán, Sisac, rey de Egipto, atacó a Jerusalén. 3 Con mil doscientos carros de combate, sesenta mil jinetes y una innumerable multitud de libios, suquíes y cusitas procedentes de Egipto, 4 Sisac conquistó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén. 5

Entonces el profeta Semaías se presentó ante Roboán y los jefes de Judá que por miedo a Sisac se habían reunido en Jerusalén, y les dijo: —Así dice el Señor: “Como ustedes me abandonaron, ahora yo también los abandono, para que caigan en manos de Sisac.” 6

Los jefes israelitas y el rey confesaron con humildad: —¡El Señor es justo! 7 Cuando el Señor vio que se habían humillado, le habló nuevamente a Semaías y le dijo: «Puesto que han mostrado humildad, ya no voy a destruirlos; dentro de poco tiempo los libraré. No voy a permitir que Sisac ejecute mi castigo sobre Jerusalén, 8 aunque sí dejaré que los someta a su dominio, para que aprendan la diferencia que hay entre servirme a mí y servir a los reyes de otros países.» 1

Ver Gospel and Kingdom por Graeme Goldsworthy.

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El Antiguo Testamento Proclama y Promete El Reino de Dios El propósito de Dios al ofrecer el regalo de su comunión y su presencia es establecer su reino sobre su pueblo y sobre todo el mundo. En Génesis podemos observar el fracaso del hombre y su rechazo de Dios al decidir no someterse a su voluntad. El hombre perdió la oportunidad de gozar del don de la presencia de Dios al rechazar la autoridad soberana de su Rey y Creador. Dios ama de tal manera al mundo y en particular a su pueblo escogido que busca por tanto redimirlo y concederle nuevamente la bendición de su presencia, pero el fin último de la redención no es la redención del hombre sino el establecimiento del reino de Dios y la bendición gloriosa que de él se deriva. El reino de Dios es aún más esencial al mensaje del Antiguo Testamento que el proceso de redención que lleva a la gente a ese reino. No es posible gozar de la presencia de Dios sin aceptar su gobierno soberano sobre nuestras vidas. Un evento que claramente se interpreta de esta forma es el cruce del Mar Rojo. Observemos el énfasis teológico del cántico de Moisés: 1

Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. 2 Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. 3 Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre. 4 Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. 5 Los abismos los cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra. 6 Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo. 11

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¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? Extendiste tu diestra; La tierra los tragó. Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. Lo oirán los pueblos, y temblarán; Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos. Entonces los caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los moradores de Canaán. Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste. Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado. Jehová reinará eternamente y para siempre. Éxodo 15:1-18

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El Antiguo Testamento Expresa la Necesidad de la Santidad En el pasaje anterior observamos que el Antiguo Testamento nos muestra además la necesidad de la santidad para poder gozar de la presencia de Dios. El problema esencial que impide el establecimiento del reino perfecto de Dios en el mundo es el pecado. La presencia de Dios no puede habitar en comunión con el pecado. Aún más, el pecado no es cosa pequeña. Es un problema serio con consecuencias trágicas y potencialmente eternas: Todo el que peque, merece la muerte. Ezequiel 18:20 2

y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas. Daniel 12:2 (ver también Daniel 12:10) Por esta razón, el Antiguo Testamento establece claramente la necesidad de la expiación por sangre provista temporalmente por medio del sistema sacrificial: 10

»Cuando algún israelita o extranjero que viva entre ustedes coma cualquier clase de sangre, yo me pondré en su contra y lo eliminaré de su pueblo. 11 Porque la vida de toda criatura está en la sangre. Yo mismo se la he dado a ustedes sobre el altar, para que hagan propiciación por ustedes mismos, ya que la propiciación se hace por medio de la sangre. 12 Por eso les digo: Ninguno de ustedes deberá comer sangre, ni tampoco deberá comerla el extranjero que viva entre ustedes. 13 »Cuando un israelita o algún extranjero que viva entre ustedes cace algún animal o ave que sea lícito comer, le extraerá la sangre y la cubrirá con tierra, 14 pues la vida de toda criatura está en su sangre. Por eso les he dicho: No coman la sangre de ninguna criatura, porque la vida de toda criatura está en la sangre; cualquiera que la coma será eliminado. Levítico 17:10-14

El Antiguo Testamento es un Texto Cristiano Todo lo anterior nos lleva al aspecto más importante en relación a nuestro estudio del Antiguo Testamento: El Antiguo Testamento es un texto Cristiano. Es un libro de promesas cuyo cumplimiento se encuentra en la persona y obra de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. El orden hebreo del canon del Antiguo Testamento nos permite comprender de una mejor manera el propósito de cada libro del Antiguo Testamento y su relación con su mensaje esencial respecto al Mesías. Varios textos del Nuevo Testamento nos ilustran esta relación. Por ejemplo, en Lucas 24 el Señor Jesús utiliza la triple división del canon hebreo para expresar el propósito de su mensaje: 24

Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron. 25 —¡Qué torpes son ustedes —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! 26 ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? 27 Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras… 44 —Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Lucas 24:24-27, 44 El Regalo de Dios

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El Antiguo Testamento testifica de Cristo. Cristo es su cumplimiento: 37

Y el Padre mismo que me envió ha testificado en mi favor. Ustedes nunca han oído su voz, ni visto su figura, 38 ni vive su palabra en ustedes, porque no creen en aquel a quien él envió. 39 Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! 40 Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida. Juan 5:37-40 La posibilidad de la santidad, el perdón completo de nuestros pecados y el establecimiento del reino de Dios son todos presentados en el Antiguo Testamento en promesa y en esperanza y Cristo es el cumplimiento de dichas promesas y esperanza: 20

Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios. 2 Corintios 1:20 En Jesucristo, el reino de Dios se ha acercado a nosotros: 14

Después de que encarcelaron a Juan, Jesús se fue a Galilea a anunciar las buenas nuevas de Dios. 15 «Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!» Marcos 1:14-15 Cristo nos provee de la redención y de la santidad que necesitamos para poder gozar de la presencia de Dios: Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención— 1 Corintios 1:30

Este es pues el mensaje del Antiguo Testamento. No es posible comprender lo que el Nuevo Testamento quiere decir al referirse a Cristo como el hijo de David, la vid verdadera, el cordero de Dios, el león de la tribu de Judá, la estrella de Jacob o el Mesías sin leer el Antiguo Testamento: 10

El cetro no se apartará de Judá, ni de entre sus pies el bastón de mando, hasta que llegue el verdadero rey, quien merece la obediencia de los pueblos. Génesis 49:10 17

»Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca. Una estrella saldrá de Jacob; un rey surgirá en Israel. Aplastará las sienes de Moab y el cráneo de todos los hijos de Set. 18 Edom será conquistado; Seír, su enemigo, será dominado, mientras que Israel hará proezas. 19 De Jacob saldrá un soberano, y destruirá a los sobrevivientes de Ar.» Números 24:17-19

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La Lectura e Interpretación del Antiguo Testamento En conclusión mencionemos algunos principios fundamentales que estaremos considerando en relación a nuestra lectura e interpretación del Antiguo Testamento: 1. La historia del Antiguo Testamento es una historia progresiva. Es necesario entender esta progresión en su mensaje y teología para poder comprender su valor para la iglesia y la vida cristiana. 2. La historia del Antiguo Testamento es una historia incompleta. No es posible comprender el verdadero mensaje y propósito de Dios en el Antiguo Testamento sin terminar de leer la historia que contiene el Nuevo Testamento. 3. La historia del Antiguo Testamento debe ser interpretada a la luz del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento nos anuncia la promesa de la redención y la venida del reino de Dios. El Nuevo Testamento nos anuncia el cumplimiento de dichas promesas. Por tanto será necesario recurrir constantemente al Nuevo Testamento para poder comprender el valor de la revelación de Dios en el Antiguo Testamento.

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