Sesión 10. Rut: El Compasivo y Fiel Regalo de Dios Bosquejo
El Propósito del Libro de Rut La Historia Particular en el Libro de Rut: Esperanza en el Tiempo de los Jueces Rut Emigra de Moab a Belén (1:1‐22) Rut Espigando en el Campo de Booz (2:1‐23) Rut Propone Matrimonio a Booz (3:1‐18) Booz Redime a Rut (4:1‐12) Rut Da a Luz a Obed padre de David (4:13‐17) Epílogo (4:18‐22) La Historia Teológica del Libro de Rut: El Compasivo y Fiel Regalo de Dios Dios Actúa con Providencia Soberana Sobre su Pueblo Dios Tiene Control Absoluto Sobre el Sufrimiento Temporal de sus Hijos Dios Es el Dador y Sustentador de la Vida Dios Es el Redentor de Su Pueblo Dios Se Da A Sí Mismo a Su Pueblo con Compasión Fiel, Amorosa y Constante (Hesed) La Historia Cristiana en Rut Cristo es Nuestro Pariente Redentor Cristo es la Base de Nuestra Fe en la Providencia Divina
El Propósito del Libro de Rut El libro de Rut nos presenta la historia de una familia que providencialmente se convierte en un rayo de esperanza en medio de la vergonzosa corrupción de la época de los Jueces de Israel (Rut 1:1; c.f. Jueces 17‐21). El libro es anónimo. No se conoce con precisión el tiempo de su composición, la cual sucedió en algún momento entre 1000 a.C. y 600 a.C., más probablemente en el siglo séptimo, como recordatorio poético del origen divino, providencial y soberano del rey David y de su linaje. El nombre Rut probablemente significa “refrigerio” y este libro sin duda representa un “refrigerio” en relación a toda la historia de los jueces e incluso de los reyes de Israel. Podemos describir el propósito del libro de la siguiente forma: El libro de Rut fue dado por Dios a su pueblo para manifestar la fidelidad de Dios hacia sus siervos al manifestarles su hesed, su compasión fiel, amorosa y constante por su pueblo, al orquestar el nacimiento de su más grande líder, David, y de su más grande Hijo y Redentor, el Señor Jesucristo en los momentos de mayor sequía y esterilidad física y espiritual.
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La Historia Particular de Israel en el Libro de Rut El libro de Rut es un excelente ejemplo de la forma en la que las Escrituras utilizan los estilos literarios para comunicar su mensaje histórico y teológico. En el caso de Rut, el libro es de carácter evidentemente histórico (Rut 1:1‐2), pero escrito en un estilo de “cuento” que hace uso de un lenguaje hebreo tan pulido y elegante que ha sido comparado con una “joya preciosa.” El autor del libro comunica todo su mensaje casi por completo haciendo uso de la trama y la caracterización. Tras cada escena, lugar y personaje de pueden descubrir distintos aspectos del hesed de Dios, su disposición a “ayudar al necesitado” con compasión fiel, amorosa y constante. Observemos brevemente las escenas principales de la historia.6
Rut Emigra de Moab a Belén (1:122) El “primer acto” del libro tiene dos escenas. En la primera escena (1:1‐5) Elimélec emigra a los campos de Moab donde sus hijos Majlón y Quilión se casan con mujeres Moabitas, Ofra y Rut. Esta primera escena busca establecer en contexto histórico que llevó a Rut, una mujer extranjera Moabita, a ser parte del pueblo de Israel. En la providencia de Dios cada aspecto de la historia está lleno de significado. La historia comienza en Belén (“casa de pan”). Un lugar que en el libro de los jueces había adquirido una reputación muy desagradable. En esta “casa de pan” llega una época de gran hambre. No hay pan en la casa de pan. En medio de toda la impiedad generalizada de la época de los jueces vive en Belén un hombre llamado Elimélec (“Dios es mi rey”) junto con su esposa Nohemí (“Placentera”). Juntos nos describen a una pareja fiel al pacto pero que en medio de la prueba parten de Belen a Moab (“desperdicio, vaciedad”). Los nombres de sus hijos Majlón (“estéril”) y Quilión (“gastado”). El padre y ambos hijos mueren en la tierra de “desperdicio y vaciedad” sin haber dejado descendencia. En la segunda escena (1:6‐22). Rut regresa a Belén con Noemí pues se ha escuchado en Moab que el Señor ha dado pan a su pueblo. En esta escena, el autor buscar describir la condición de Elizabeth como una situación completamente desesperanzada. Alguien a quien el Señor ha afligido y que no pareciera tener esperanza de jugar ningún rol significativo en el plan de redención de Dios. Sin embargo en esta situación, su nuera Rut, comienza a convertirse en un “refrigerio” para ella, y no solo para ella, sino para todo el pueblo de Israel a través de los siglos. Las descripciones de la fidelidad y compasión de Rut (su hesed) son tales que se han convertido en expresiones de pacto matrimonial a través de las edades (Rut 1:16‐17). Su carácter es tan refrescante que en muchos manuscritos hebreos este libro se colocaba justo después de Proverbios como ilustración de la mujer virtuosa con la que el libro termina. En otros casos, como en nuestras Biblias, se incluye justo después del libro de Jueces por la misma razón. Su vida y ejemplo compasivo se convierten en un modelo del carácter de Dios en medio de una terrible condición histórica y espiritual.
Rut Espigando en el Campo de Booz (2:123) El segundo acto del libro nos presenta a Rut la moabita extendiendo aún más su compasión hacia su suegra al buscar trabajar para obtener el sustento físico de ambas. El propósito de este segundo acto es describir la manera providencial en la que Rut y Booz llegaron a conocerse, descubriendo por 6
Esta sección sigue de manera muy cercana la estructura y descripción del trama de la historia descritos por Walke en su libro A Theology of the Old Testament. El Regalo de Dios
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primera vez un rayo de emoción y esperanza en los escuchas (o lectores) al descubrir que Booz es un goel, un pariente cercano capaz de redimir a Nohemí y continuar su descendencia. La primera escena (2:1‐17) nos presenta a Rut trabajando diligente e incansable. El campo en el cual trabaja “dio la casualidad” (2:3) que pertenecía a Booz, cuyo nombre significa “En Él [Dios] hay Fortaleza”. Un hombre respetado y rico, y un pariente de Nohemí y por lo tanto de Rut. El carácter de Booz al igual que el de Rut es un ejemplo humano limitado del hesed divino, lleno de compasión y disposición hacia el necesitado. No en muchos lugares de aquél entonces (u hoy en día) se observaría una relación como la de Booz con sus siervos (2:3‐4). En la segunda escena (2:18‐23) Rut regresa a casa, llena de bendición y buenas noticias. La mujer que regresó vacía ahora recibe refrigerio a manos llenas por medio de su nuera y un pariente cercano y la amargura queda atrás. Observemos la nueva respuesta de Nohemí ante las noticas de Rut: 19 Su suegra le preguntó: —¿Dónde recogiste espigas hoy? ¿Dónde trabajaste? ¡Bendito sea el hombre que se fijó en ti!
Entonces Rut le contó a su suegra acerca del hombre con quién había estado trabajando. Le dijo: —El hombre con quien hoy trabajé se llama Booz.
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—¡Que el Señor lo bendiga! —exclamó Noemí delante de su nuera—. El Señor no ha dejado de mostrar su fiel amor hacia los vivos y los muertos. Ese hombre es nuestro pariente cercano; es uno de los parientes que nos pueden redimir. Rut 2:19‐20
Rut Propone Matrimonio a Booz (3:118) En el tercer acto la misericordia, la fidelidad y el amor de Rut por su nuera llegan a su expresión más sublime y sacrificial. Este tercer acto busca demostrar la manera en la que Rut y Booz, abuelos de David buscaron casarse para bendición de Nohemí. En el capítulo tres, Rut arriesga su reputación y sacrifica sus propios deseos por amor a su suegra y a su difunto esposo. La primera escena (3:1‐5) presenta a Rut preparándose para el matrimonio. En obediencia a Nohemí, Rut sigue fielmente sus instrucciones en una serie de acciones que la preparan para proponer (y consumar) su matrimonio con Booz. Esta sección parece describir la astucia de Nohemí al buscar de manera muy arriesgada solucionar su situación instruyendo a su nuera a hacer cosas completamente opuestas a lo tradicional. En la segunda escena (3:6‐18) vemos de nuevo la compasión y la fidelidad de Booz quien al verse sorprendido por la propuesta matrimonial de Rut (3:9) no actúa intempestivamente. Por el contrario, aun cuando tiene toda disposición de servir a Nohemí y a Rut como pariente redentor, su carácter fiel se hace evidente en que no está dispuesto a servir a costa de violar la ley y la tradición. Nuevamente podemos aquí observar el carácter misericordioso y fiel de Dios al abrir las puertas para el matrimonio de Rut.
Booz Redime a Rut (4:112) El cuarto acto busca describir, nuevamente de forma providencial, la forma en la que Rut y Booz llegaron a casarse consumando así su fidelidad y amor hacia su pariente Nohemí. El Regalo de Dios
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En la primera escena (4:1‐2) vemos a Booz en asamblea pública buscando seguir fielmente el proceso legal de redención pero dando a un “fulano” o “tal por cual” quien era pariente más cercano a Nohemí la posibilidad de cumplir su privilegio de redentor. En la segunda escena (4:3‐6), el diálogo entre Booz y este hombre demuestra por qué este no es digno de ser conocido. Es un hombre egoísta que “no desea perjudicar su herencia” (4:6). Como en muchos otros lugares de las Escrituras, Dios es capaz de usar no solo la bondad y obediencia de los hombres y mujeres como Booz y Rut, sino también el pecado y el egoísmo de los seres humanos para promover su plan de redención. La tercera escena (4:13‐17) consuma la redención de Nohemí y Rut. Booz adquiere los campos que pertenecían a Elimélec y con ello el derecho y privilegio de tomar a Rut por esposa. Con ello se garantiza el cetro a la tribu de Judá (Génesis 49:10). Un cetro que había sido preservado anteriormente por medio de las muchas acciones pecaminosas de los hermanos de José y de los líderes egipcios. La providencia de Dios no está limitada por la maldad de los hombres. El es capaz de traer bendiciones tan increíbles como esta:
»¡Que el Señor haga que la mujer que va a formar parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, quienes juntas edificaron el pueblo de Israel! »¡Que seas un hombre ilustre en Efrata, y que adquieras renombre en Belén! 12 »¡Que por medio de esta joven el Señor te conceda una descendencia tal que tu familia sea como la de Fares, el hijo que Tamar le dio a Judá! Rut 4:11‐12
Rut Da a Luz a Obed padre de David (4:1317) En el último acto de esta historia, Rut la moabita, da a luz un hijo y con ello, Nohemí, aquella que había regresado vacía de la tierra de “desperdicio” era ahora fructífera por la misericordia de Dios. Mucho más, ahora por la gracia y la redención divina, tiene un hijo, Obed (“adorador”) quien posteriormente dio a luz a David (“amado”), el dulce cantor de Israel, el rey con quién Dios establecería su pacto eterno por medio de su descendencia (2 Samuel 7).
Epílogo (4:1822) El libro concluye con el linaje de Fares, hijo de Tamar con Judá. El linaje de Israel que, aunque lleno de historias de pecado y desobediencia proclama elocuentemente el amor, la compasión, la fidelidad y la constancia del regalo de Dios por su pueblo.
La Historia Teológica del Libro de Rut: El Compasivo y Fiel Regalo de Dios Hemos ya mencionado la forma en que el autor del libro de Rut utiliza la trama y los personajes para presentar su mensaje teológico. Mencionaremos aquí en forma de resume los temas teológicos que hemos ya mencionado:
1. 2. 3. 4. 5.
Dios Actúa con Providencia Soberana Sobre su Pueblo Dios Tiene Control Absoluto Sobre el Sufrimiento Temporal de sus Hijos Dios Es el Dador y Sustentador de la Vida Dios Es el Redentor de Su Pueblo Dios Se Da A Sí Mismo a Su Pueblo con Compasión Fiel, Amorosa y Constante (Hesed)
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La Historia Cristiana en Rut Concluimos nuestro estudio como siempre mirando hacia adelante a la revelación del Nuevo Testamento. El libro de Rut tiene muchas lecciones secundarias en relación al carácter de la Iglesia y la vida cristiana. Esta mañana quisiéramos enfatizar únicamente dos aspectos asociados a la persona de nuestro Salvador.
Cristo es Nuestro Pariente Redentor En primer lugar como nuestro sublime Pariente Redentor. Es en Jesucristo en donde observamos la misericordia, el amor, la fidelidad y la constancia de la gracia de Dios por sus escogidos. Es en Cristo en quien vemos el amor sacrificial de Dios que busca constantemente bendecirnos con el regalo de su presencia. 3 Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, 4 pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. 5 Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. 1 Timoteo 2:3‐5 «Aquí me tienen, con los hijos que Dios me ha dado.» 14 Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—, 15 y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida. 16 Pues, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles sino de los descendientes de Abraham. 17 Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. 18 Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados. Hebreos 2:13‐18 4 Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. 5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! 9 Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, 10 para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:4‐11
Cristo es la Base de Nuestra Fe en la Providencia Divina Por último, debemos afirmar que la persona y la obra de Cristo deber otorgarnos, al meditar en ellas, una certeza firme en el poder de la providencia y la soberanía divina para transformar la peor de las circunstancias, injustas y pecaminosas, en las más grandes experiencias de gracia y salvación. En la cruz observamos el pecado más espectacular jamás cometido, pero vemos también la conquista final sobre el mismo mal que trajo esa muerte. La historia de Rut es un recordatorio de este mismo poder de Dios para saciar la vida de sus hijos y darles refrigerio y redención.
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