Sesión 4. Éxodo: El Regalo Soberano de Dios Bosquejo
El Propósito del Libro de Éxodo La Historia Particular en el Libro de Éxodo: El Nacimiento de la Nación La Historia Teológica del Éxodo: El Regalo de Dios es un Regalo Soberano Dios elige y adopta Dios se revela a sí mismo Dios juzga y rescata El mensaje de las plagas El mensaje de la Pascua Dios rescata para bendecir con su presencia a su pueblo La mediación de la presencia El Becerro de Oro y la Presencia de Dios La Historia Cristiana en Éxodo: Cristo, el Cordero de Dios
El Propósito del Libro de Éxodo El libro de Génesis, el cual estudiamos en la sesión anterior, es en realidad una introducción y justificación para la historia contenida en el libro de Éxodo. Es en Éxodo donde en realidad da comienzo la historia del pueblo de Israel como nación. El éxodo mismo, la salida del pueblo de Israel de Egipto, es de tal importancia que el erudito Eugene Merrill lo ha descrito como el evento histórico y teológico más importante del Antiguo Testamento; el evento que marca el acto más portentoso de Dios a favor de su pueblo.2 Su historia comienza a partir del año 1446 a.C. y queda registrada por escrito casi inmediatamente (vea Éxodo 17:14; 34:27). Podemos describir el propósito del libro de la siguiente manera: El libro de Éxodo fue escrito con el propósito de enseñar al pueblo de Dios el carácter soberano de su creador. Dios es soberano absoluto sobre el mundo y sus imperios y en su soberanía manifiesta su amor y su gracia al adoptar, elegir y rescatar a su pueblo Israel de la esclavitud en Egipto para darle a conocer su nombre y bendecirlo y llenarlo de gozo con el regalo de su presencia. Tal y como ya lo hemos mencionado, el Antiguo Testamento constituye una historia teológica, particular, y cristiana. A continuación volveremos a considerar cada una de estas tres características de la historia bíblica para describir el mensaje de este libro y su relevancia para el cristiano del siglo XXI.
2
Eugene H. Merrill, Kingdom of Priests: A History of Old Testament Israel, p. 57.
21
La Historia Particular el Libro de Éxodo: El Nacimiento de la Nación El Éxodo narra los eventos históricos relacionados al nacimiento de la nación de Israel. Brevemente describimos aquí un bosquejo general para proceder a analizar su significado teológico. Históricamente los eventos del Éxodo son los siguientes: I. La Esclavitud en Egipto y el Clamor de Israel (Éxodo 1‐2) II. La Elección y Comisión de Moisés (Éxodo 3‐4) III. La Contienda con Faraón (Éxodo 5‐12) a. Las 9 primeras plagas b. La Pascua IV. El Éxodo (Éxodo 12‐18) a. El Éxodo b. El Cruce del Mar Rojo c. Agua y Pan en el Desierto V. La Promulgación de la Ley (Éxodo 19‐24) VI. La Construcción del Tabernáculo (Éxodo 25‐40) a. El Diseño para el Tabernáculo b. El Sacerdocio c. El Becerro de Oro d. La Construcción del Tabernáculo e. La Habitación del Tabernáculo Cada uno de estos acontecimientos históricos está lleno de significado teológico. Consideremos brevemente esta historia desde la perspectiva divina.
La Historia Teológica del Éxodo: El Regalo de Dios es un Regalo Soberano El Regalo de Dios es Dios mismo. Dios es la promesa de la Biblia. Jesucristo murió y resucitó para llevarnos a Dios. En Éxodo aprendemos que este regalo de la presencia de Dios es un regalo soberano. Dios se da a sí mismo de manera absolutamente libre. No existe ninguna coerción externa que obligue a Dios a darse a sí mismo a creaturas pecadoras. El libro de Éxodo nos presenta esta enseñanza de la siguiente manera:
Dios elige y adopta En primer lugar, la soberanía de Dios se hace manifiesta en la elección de Israel como pueblo de Dios. La elección y el llamado de Moisés constituyen un cumplimiento de las promesas de Dios hechas incondicionalmente a Abraham, Isaac y Jacob. En el mismo comienzo de la misión de Moisés encontramos estas palabras: 23 Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados El Regalo de Dios
22
Domingo 24 de agosto, 2008
llegaron a oídos de Dios, 24 quien al oír sus quejas se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Fue así como Dios se fijó en los israelitas y los tomó en cuenta. Éxodo 2:23‐25 7
—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. 8 Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel… 9 Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas, y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que disponte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo. Éxodo 3:7‐10 21
El Señor le había advertido a Moisés: «Cuando vuelvas a Egipto, no dejes de hacer ante el faraón todos los prodigios que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo. 22 Entonces tú le dirás de mi parte al faraón: “Israel es mi primogénito. 23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me rinda culto, pero tú no has querido dejarlo ir. Por lo tanto, voy a quitarle la vida a tu primogénito.” » Éxodo 4: 21‐23
Dios Se Revela a Si Mismo Como podemos observar, la elección de Dios hace manifiesta su fidelidad al recordar su pacto con los patriarcas. En Éxodo, entendemos que la razón de esta fidelidad yace en el mismo carácter de Dios tal y como su nombre lo describe. Éxodo 6 nos presenta esta conexión entre el nombre de Dios, el pacto con Abraham y la historia del éxodo: 2 En otra ocasión, Dios habló con Moisés y le dijo: «Yo soy el Señor. 3 Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Dios Todopoderoso, pero no les revelé mi verdadero nombre, que es el Señor (Yahweh). 4 También con ellos confirmé mi pacto de darles la tierra de Canaán, donde residieron como forasteros. 5 He oído además el gemir de los israelitas, a quienes los egipcios han esclavizado, y he recordado mi pacto. 6 Así que ve y diles a los israelitas: “Yo soy el Señor (Yahweh), y voy a quitarles de encima la opresión de los egipcios. Voy a librarlos de su esclavitud; voy a liberarlos con gran despliegue de poder y con grandes actos de justicia. 7 Haré de ustedes mi pueblo; y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los libró de la opresión de los egipcios. 8 Y los llevaré a la tierra que bajo juramento prometí darles a Abraham, Isaac y Jacob. Yo, el Señor, les daré a ustedes posesión de ella.” » Éxodo 6:2‐8. El nombre de Dios nos hace recordar su fidelidad y su consistencia para con aquellos que son parte de su pueblo escogido.
Dios juzga y rescata Posiblemente la forma más clara y sublime en que Dios revela su soberanía en el libro de Éxodo es por medio del juicio de Egipto y la redención de Israel. La historia de la liberación del pueblo de Israel en los capítulos 7‐10 constituye una polémica en contra del concepto egipcio politeísta en el cual la nación egipcia y el faraón se consideraban como gobernantes absolutos sobre el mundo. El éxodo deja claramente establecido que únicamente Dios reina sobre el mundo y en su soberanía él El Regalo de Dios
23
Domingo 24 de agosto, 2008
escogió a Israel para convertirlo en su pueblo. Egipto y el faraón no tienen ningún derecho ni poder en contra de esta decisión divina. Solo Dios gobierna sobre el mundo. El Mensaje de las Plagas En el contexto del juicio de Egipto y la redención de Israel, la historia de las diez plagas que azotaron el imperio manifiesta la absoluta supremacía de Dios ante cada uno de los dioses falsos reverenciados en Egipto. En Éxodo 9, se realizan tres afirmaciones que nos ayudan a entender su significado: para que sepas que no hay en toda la tierra nadie como yo…. Para mostrarte mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra… Así sabrás que la tierra es del SEÑOR. Éxodo 9:14, 16, 29. El Mensaje de la Pascua La Pascua es sin lugar a dudas el evento central del libro de Éxodo. En la Pascua encontramos el punto de conexión entre las narraciones de la esclavitud y opresión en Egipto y las narraciones en el desierto que inauguran la vida de la nación de Israel como el pueblo de la Presencia. La Pascua da inicio al éxodo de Israel. Se convierte en la celebración de independencia de Israel. Le da inicio al año judío y a las fiestas solemnes nacionales. ¿Por qué? El Éxodo nos da la respuesta: 25 Cuando entren en la tierra que el Señor ha prometido darles, ustedes seguirán celebrando esta ceremonia. 26 Y cuando sus hijos les pregunten: “¿Qué significa para ustedes esta ceremonia?”, 27 les responderán: “Este sacrificio es la Pascua del Señor, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero a nuestras familias les salvó la vida.” » Éxodo 12:25‐27 La Pascua es el acto de salvación por medio del cual Dios rescató a su pueblo de la esclavitud. En ella el cordero sin defecto se constituye en un sacrificio sustituto que da al pueblo pecador la oportunidad de entrar en relación con Dios.
Dios rescata para bendecir con su presencia a su pueblo Hasta este punto ha quedado claro que el regalo de Dios es un regalo soberano. Dios actúa con plena libertad cuando busca otorgar el don de su presencia. A partir de Éxodo 12 viene a ser claramente evidente que el propósito de la elección, la adopción y la redención soberanas no es simplemente introducirlo a la tierra que fluye leche y miel. El propósito es que el pueblo escogido y redimido por Dios pueda gozar de su presencia y de su reino. A partir de este momento el enfoque del Éxodo se centra en el anhelo de Dios de otorgar a su pueblo los medios de acceso a su presencia. El primer texto que describe esto de manera muy elocuente es el cántico de Moisés en Génesis 15: 15 Entonces Moisés y los israelitas entonaron un cántico en honor del Señor, que a la letra decía: Cantaré al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes. 2 El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré. 3 El Señor es un guerrero; su nombre es el Señor.
El Regalo de Dios
24
Domingo 24 de agosto, 2008
13
Por tu gran amor guías al pueblo que has rescatado; por tu fuerza los llevas a tu santa morada. 16
…Por tu gran poder, Señor, quedarán mudos como piedras hasta que haya pasado tu pueblo, el pueblo que adquiriste para ti. 17 Tú los harás entrar, y los plantarás, en el monte que te pertenece; en el lugar donde tú, Señor, habitas; en el santuario que tú, Señor, te hiciste. 18 ¡El Señor reina por siempre y para siempre! Éxodo 15:1‐2, 13, 16‐18 El propósito del la Pascua y del cruce del Mar Rojo queda entonces claramente explicado: Dios es el Rey de Israel. El ha rescatado a su pueblo por amor para llevarlo al lugar de su presencia y hacerlo habitar bajo su protección.
La Mediación de la Presencia El resto del libro de Éxodo nos presenta la forma en la que Dios provee para su pueblo pecador de los medios adecuados para relacionarse con él. El libro establece dos medios esenciales: La Ley (Éxodo 19‐24), y el Tabernáculo (Éxodo 25‐40). En la Ley se contenían las palabras del Pacto que sentaba las bases de la relación entre Dios y su pueblo. En el Tabernáculo se hacía provisión para la purificación del pueblo de forma que pudiera morar en la presencia de su Dios Santo. El Becerro de Oro y la Presencia de Dios En Éxodo 32‐34 la narración respecto al diseño y la construcción del Tabernáculo se ve interrumpida por la rebelión del pueblo. La razón de esta narración nuevamente se enfoca en la realidad de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Esto ya había sucedido previamente cuando Israel, escaso de agua había provocado al Señor en Meribá: …porque los israelitas habían altercado con él y provocado al Señor al decir: «¿Está o no está el Señor entre nosotros?» Éxodo 17:7 Nuevamente en Éxodo 32, se percibe la ausencia de la presencia de Dios en medio del pueblo: Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron: —Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado! Éxodo 32:1‐2 Como resultado, Dios ejecuta juicio sobre su pueblo y amenaza con abandonar a su pueblo: 3 Ve a la tierra donde abundan la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco, y podría yo destruirlos en el camino.» Éxodo 32:2‐3 La respuesta de Moisés nuevamente nos proclama el mensaje esencial de toda la Escritura: 12
Moisés le dijo al Señor:
El Regalo de Dios
25
Domingo 24 de agosto, 2008
—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. 13 Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo. 14 —Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor. 15 —O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. 16 Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra? 17 —Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo. Éxodo 33:12‐17 8
En seguida Moisés se inclinó hasta el suelo, y oró al Señor 9 de la siguiente manera: —Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que éste es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia. Éxodo 34:8‐9 En su gracia y misericordia, Dios concede la petición de Moisés y posterior a la construcción del Tabernáculo, el libro de Éxodo concluye de la siguiente manera: 33 Después levantó Moisés el atrio en torno al santuario y al altar, y colgó la cortina a la entrada del atrio. Así terminó Moisés la obra. 34 En ese instante la nube cubrió la Tienda de reunión, y la gloria del Señor llenó el santuario. 35 Moisés no podía entrar en la Tienda de reunión porque la nube se había posado en ella y la gloria del Señor llenaba el santuario. 36 Siempre que la nube se levantaba y se apartaba del santuario, los israelitas levantaban campamento y se ponían en marcha. 37 Si la nube no se levantaba, ellos no se ponían en marcha. 38 Durante todas las marchas de los israelitas, la nube del Señor reposaba sobre el santuario durante el día, pero durante la noche había fuego en la nube, a la vista de todo el pueblo de Israel. Éxodo 40:33‐38
La Historia Cristiana en Éxodo: Cristo, El Cordero de Dios Hasta este punto hemos únicamente considerado la teología de Éxodo desde la perspectiva del Antiguo Testamento. Sin embargo ya hemos dicho que esta es una historia incompleta. Necesita del Nuevo Testamento para comunicar de manera completa su valioso mensaje. El libro de Éxodo es un libro Cristiano por excelencia. Nuestro Salvador Jesucristo aparece constantemente en cada evento de su historia. Observemos algunas formas en las que esto ocurre:
Jesús es nuestra Pascua: El Cordero de Dios
Jesús es el pan de vida Jesús es la roca espiritual Jesús es la fuente de agua viva Jesús es el tabernáculo de Dios con los hombres Jesús es el perfecto sumo sacerdote Jesús es la propiciación por nuestros pecados: El arca y el lugar santísimo ya no son necesarios. Jesús es el Acceso al Padre El Regalo de Dios
26
Éxodo 12‐13; Juan 1:29, 36; Hechos 8:3 Corintios 5:7; Hebreos 9‐10; 1 Pedro 1: Apocalipsis 5, 6, 7, 12:11 Éxodo 16; Juan 6 Éxodo 17; 1 Corintios 10:4; Éxodo 17; Juan 4:14; 7:37‐38 Éxodo 25‐40; Juan 1:14; Apocalipsis 21 Éxodo 29‐30; Hebreos Romanos 3:25; 1 Juan 2:2; 4:10; Hebre 10.
Domingo 24 de agosto, 2008