LA EDUCACIÓN MUSICAL COMO HERRAMIENTA DE EMPOWERMENT EN NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES A TRAVÉS DEL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO.
Eduardo Yágüez Plaza.
Supervisa José Manuel Fernández.
Trabajo de fin de grado febrero 2015.
LA EDUCACIÓN MUSICAL COMO HERRAMIENTA DE EMPOWERMENT EN NIÑOS,
NIÑAS
Y
JÓVENES
A TRAVÉS
DEL
TRABAJO
SOCIAL
COMUNITARIO. “Un niño materialmente pobre se convierte en rico espiritual a través de la música y una vez que ya es un rico espiritual a través de la música, su mente, su alma, su espíritu, están preparados para salir adelante” (Antonio Abreu. Extraído del documental El Sistema.)
RESUMEN La era de la globalización ha provocado que los cambios sociales, económicos, culturales y políticos se sucedan cada vez con mayor rapidez. Estos cambios modifican tanto valores humanos como ámbitos e instituciones sociales, al mismo tiempo, las políticas sociales ligadas al liberalismo han ido en boga de la contraprestación económica y no han tratado de profundizar en los problemas de la gente, en otorgarles técnicas que les empoderen y capaciten para hacer frente a los problemas derivados del cambio social. La administración no da respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad, por ello, se propone las utilizaciones de técnicas holísticas y de empowerment dentro de la intervención social, basadas en ámbitos artísticos, concretamente en la música y en su carácter altamente empoderador, preventivo y capacitador. Aplicando éste tipo de iniciativas a los sectores más jóvenes de la población, en ocasiones también los más excluidos y menos tenidos en cuenta: los niños, niñas, jóvenes y adolescentes, así, se pretende revertir determinadas situaciones de marginalidad o exclusión social, también capacitar y empoderar a los pilares que sustentarán las sociedades futuras, los cuales deberán enfrentarse a los cambios, retos y desigualdades que la sociedad postmoderna plantea. PALABRAS CLAVE Empowerment, exclusión social, jóvenes, trabajo social comunitario, terapias artísticas.
MUSICAL EDUCATION TO EMPOWER YOUTHS AND CHILDS THROUGH COMMUNITY SOCIAL WORK.
ABSTRACT Globalization era has accelerated social, economic, politic and cultural changes. These changes has modified human values, ambits and social institutions, while social politics bonded to liberalism have been in favor of economic compensation, have not gone in depth of real problems to empower people. The administration doesn´t reply the new necessities of citizens; therefore, it is necessary to use new holistic and empowers techniques in social intervention. Music is very powerful to prevent, teach and empower people, especially child, teens and youths; sometimes they are the most excluded sector of society. Using these kind of initiatives it´s possible to change some social exclusion situations, focusing it in child, youths and teens, to empower them for the future.
KEY WORDS Empowerment, social exclusion, youth, community social work, artistic therapies.
INDICE
1. Introducción……………………………………………………………………………………………………..1 2. Método…………………………………………………………………………………………………………….2 3. El Trabajo Social en la sociedad postmoderna, actores de cambio……………………4 4. Exclusión Social y Jóvenes del Siglo XXI…………………………………………………………..11 5. Empowerment y Trabajo Social Comunitario………………………………………………….22 6. Terapias artístico-creativas y educación musical como herramientas de empowement………………………………………………………………………………………………….26 7. Proyectos de intervención………………………………………………………………………………33 7.1 Proyectos internacionales…………………………………………………………………….35 7.2 Proyectos Nacionales…………………………………………………………………………...38 7.3 Análisis comparativo…………………………………………………………………………….43 8.
Conclusión……………………………………………………………………………………………………46
9.
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………..49
1. Introducción
El trabajo social como lo conocemos en la actualidad ha seguido un largo proceso evolutivo e histórico para poder ser reconocido como una ciencia social y empírica al servicio de las personas, capaz al mismo tiempo de investigar los procesos de desigualdad y exclusión social, así como de intervenir en éstos para lograr cambios que favorezcan a la inclusión social, la igualdad y a producir cambios en el entorno y en los propios sujetos. Es en 1980 cuando se institucionaliza definitivamente el Trabajo Social como una profesión y una disciplina universitaria, esta institucionalización fue totalmente necesaria para poder entender el trabajo social como lo entendemos hoy, o al menos como lo entendíamos, ya que desde hace unas décadas la administración púbica ha dejado de dar respuesta a las nuevas necesidades que plantea la sociedad del siglo XXI. Ahora más que nunca es necesario crear nuevos caminos de intervención que se alejen de las antiguas prácticas paternalistas de la administración pública, dedicada casi exclusivamente a la contraprestación económica y a poner en marcha recursos para los usuarios de los Servicios Sociales, que en ocasiones - más con la llegada de la crisis de 2008 - ni llegaban a percibir. Es el momento de revisar estas intervenciones y de tratar de poner en marcha aquellas nuevas más enfocadas al empoderamiento de los ciudadanos, a lograr que estos sean autosuficientes y puedan poseer habilidades que
les permitan superar sus
problemas y atisbar sus fortalezas, así dejar de depender tanto de una
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administración que habitualmente pone tiritas en vez de profundizar en la raíz de los problemas de sus ciudadanos/as. Por ello el enfoque de este trabajo de fin de grado está dirigido a un campo de intervención de gran fuerza holística y poco explotado hasta el momento en España. Se trata de la intervención comunitaria y grupal a través de la educación musical como herramienta de prevención y empowerment, centrada en los sectores más jóvenes de la población, en ocasiones también en riesgo de exclusión. Proyectos como el del Maestro Abreu en Venezuela han demostrado ya su enorme fuerza de empoderamiento, educación y prevención entre los jóvenes, niños y niñas venezolanos, al mismo tiempo, algunos profesionales del Trabajo Social en España, como Antonio López Peláez, profesor de la UNEF, han mostrado ya su interés por éste tema. Tras haberme formado tanto en el ámbito del trabajo social como en el de la música, considero necesario poder profundizar en éstos campos con el fin de aprender a aunarlos, y así poder poner en marcha en el futuro proyectos comunitarios de esta índole.
2. Método
El trabajo se basa en una investigación documental fundamentada en la reflexión crítica de textos y de experiencias ya realizadas en torno al trabajo social comunitario y a la educación musical. A través del método comparativo se analizan cualitativamente los pros y contras de los proyectos que se exponen. Por último, se incluyen piezas de una breve entrevista realizada al 2
coordinador de uno de los proyectos para poder obtener de primera mano el punto de vista del entrevistado y lograr así un resultado más empírico. El objetivo de la investigación consiste en comprender y explorar el potencial de la música como herramienta y vehículo de empoderamiento a través del trabajo social enfocado en jóvenes, niños y niñas de la actualidad, analizando para ello el funcionamiento de la sociedad postmoderna y de los mecanismos que conducen a la exclusión social. Se distingue entre jóvenes, niños y niñas, en términos de Wacquant, dentro de un espacio de marginalidad avanzada, es decir, con un alto nivel de desempoderamiento, y entre aquellos procedentes de clases medias o con mejores condiciones económicas que los anteriores. Dicho de otro modo, el propósito es entender como los cambios socioculturales, políticos y económicos que acontecen desde hace décadas afectan a todos los ámbitos de la sociedad, tanto institucionalmente como individualmente. Ante el desamparo que esto provoca, se propone estudiar la música como un ámbito artístico empoderador y capacitador, capaz de explotar las potencialidades de los individuos y grupos. El mayor peso de la investigación está centrado en la revisión conceptual y bibliográfica, dado que en España se han realizado aún muy pocos proyectos de ésta clase, lo cual ha supuesto tanto un hándicap a la hora de realizar la investigación, como una motivación para seguir investigando en el futuro.
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3. El Trabajo Social en la sociedad postmoderna, actores por el cambio
Para entender el funcionamiento y la estructura del mundo actual, primero habría que entender cuáles han sido los procesos históricos y políticos que han llevado hasta él; intentar resumir los acontecimientos que han transformado la sociedad contemporánea es una tarea de gran complejidad y desarrollo, por tanto, sólo se va a hacer mención a los hechos históricos de mayor transcendencia que sucedieron desde finales del Siglo XVIII hasta la actualidad. Si nos situamos en los períodos que acontecen durante la Revolución Francesa, podríamos comprobar cómo se introdujeron nuevos conceptos en el ideario colectivo; el progreso y la razón, promovidos por la burguesía y por movimientos de intelectuales hasta las clases más empobrecidas, promulgaban la libertad y el fin del Antiguo Régimen a través de una nueva autoridad basada en la Razón, libertad, dicho sea, que nunca se llegó a obtener, ya que fue disfrazada a través de la fraternidad para poder asentar las bases de una futura sociedad democrática. Estas ideas, marcarán el recorrido de los períodos siguientes de forma transcendental. La Revolución Industrial también trajo consigo importantes cambios, acentuados por el éxodo rural y el comienzo de la vida en las ciudades; se produce poco a poco el paso de lo comunitario a lo individual, el principio de la vida moderna. Ligado a las primeras sociedades industriales, no podemos olvidar la importancia de la aparición de los sistemas de producción tayloriano y fordista, que irán marcando las tendencias socio laborales dentro del mundo capitalista. Los ideales de razón, progreso y modernidad influyeron de forma decisiva durante 4
la Segunda Guerra Mundial; el poder de la modernidad quedaba tristemente reflejado en el avance armamentístico de los países implicados, algunos sociólogos señalan que el holocausto judío fue una consecuencia directa de la modernidad que nos permite ver el lado más amargo de ésta, produciéndose un enorme progreso tecnológico enfocado hacia el desarrollo de una “sociedad perfecta” y al avance de la ingeniería nazi dentro de los campos de concentración. Con el fin de la contienda, lentamente van apareciendo los Estados del bienestar y la sociedad de derechos. La victoria del bloque capitalista durante la Guerra Fría y la caída del muro de Berlín darán paso a una nueva etapa; la globalización, la sociedad de consumo y la creciente individualización del ser humano; el paso de lo sólido a lo líquido parafraseando la excelente metáfora de Bauman - son sólo algunos de los cambios acontecidos durante un período que algunos autores no han dudado en llamar
sociedad postmoderna, sociedad de la modernidad tardía o
“modernidad líquida”, citando de nuevo al sociólogo polaco Zygmunt Bauman. La sociedad de consumo en la que vivimos ha dejado a los individuos indefensos ante los cambios que acontecen cada vez con mayor velocidad. Los efectos de la crisis socioeconómica que comenzó en 2008 son cada vez más acentuados y afectan a un número mayor de la población, lo que genera un problema de enormes dimensiones. Una consecuencia directa de estos dos hechos es el aumento del riesgo de exclusión social de forma generalizada y en casi todos los sectores de la población. El paro aumenta día a día y las posibilidades de encontrar un empleo nuevo son cada vez menores. Tanto la población masculina como femenina de mediana edad carecen de formación
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adecuada para afrontar con garantía los cambios sociales actuales, provocando, entre otros aspectos, un alto índice de paro. El derrumbe de la condición salarial ha producido lo que Castel clasifica en una de sus obras como “la cuestión de la exclusión social”; señala que “el salario ha llegado a estructurar nuestra formación social casi totalmente, así, el estatuto que ubicaba y clasificaba al individuo en la sociedad - como la pertenencia familiar o la inscripción en una comunidad completa - ha ido en detrimento hacia el trabajo”. (Castel, 1995, p.389). La importancia de poseer un empleo en la sociedad actual es crucial, el paro laboral es una condición que a no muy largo plazo puede llevar a los desempleados y a sus familias a una situación de desintegración y exclusión social. Por ello, haciendo de nuevo referencia a Castel (1995) en su obra La metamorfosis de la cuestión social: “El trabajo es más que el trabajo, y por lo tanto el no-trabajo es más que el desempleo, lo que no es poco decir. Por otra parte la característica más perturbadora de la situación actual es sin duda la reaparición del perfil de los “trabajadores sin trabajo”, a los que se refirió Hannah Arendt, los cuales ocupan literalmente en la sociedad un lugar de supernumerarios, de “inútiles para el mundo”. (p.390). Vivimos en una sociedad con una concepción de falso progreso, idea que ha sido alimentada por el ideal revolucionario, dónde se creía que las sociedades desarrolladas llegarían a formas más armónicas de equidad gracias al Estado Social. La realidad es bien distinta, los altos índices de paro a nivel mundial son alarmantes, hecho que inevitablemente entra en contradicción con el ideario de 6
un sistema que reclama el consumo masivo de los ciudadanos y ciudadanas. Es cierto que se ha producido una globalización a nivel mundial, una globalización de las tecnologías y de la información,
pero también una
globalización de la pobreza y de la exclusión social. La desintegración social se ha extendido a lo largo del planeta. El análisis que realiza Castel en su obra La metamorfosis de la cuestión social es muy interesante, ya que describe con gran perfección acontecimientos que vienen sucediendo desde hace un tiempo en el funcionamiento de la sociedad, su análisis se torna necesario para entender más fácilmente la dinámica de la sociedad actual. En el capítulo la “cuestión de la exclusión social” analiza como los porcentajes de población desintegrada y socialmente excluida varían en función del país, por lo que su clasificación y estudio son complejos, sin embargo, Castel (1995) realiza una clasificación de la desintegración social a través de la integración por el trabajo, distinguiendo para ello entre empleo estable, empleo precario y expulsión del empleo. Estas clasificaciones conectan con los diferentes niveles de integración social: inserción relacional fuerte, fragilidad relacional y aislamiento social.
El nivel de integración
social del individuo le lleva a diferentes zonas de confort o exclusión social, estas zonas son: la zona de integración, la zona de vulnerabilidad, la zona de asistencia y la zona de exclusión. Es un hecho que la sociedad postmoderna trae consigo gigantescos cambios, su estructura social se encuentra en constante transformación, en constante proceso de cambio; por ello Castel (1995) distingue tres puntos de cristalización de la “nueva cuestión social”, en primer lugar en la “desestabilización” de los estables, donde una parte de la clase obrera 7
integrada y de los asalariados de la pequeña clase media ven peligrar su estabilidad económica y social. Por otro lado, la “instalación de la precariedad”, ha provocado que aparezcan nuevas formas de trabajo, como la alternancia de un trabajo temporal a uno “indefinido” y del “indefinido” a la desocupación por despido para volver a empezar de nuevo. Esto también se hace latente y se agrava en el mercado laboral de los jóvenes, que parecen más “adecuados” a tareas de corta duración, “adecuados” a ser más fácilmente despedidos. En última instancia encontramos la manifestación de “un déficit de lugares” ocupables en la estructura social, así aparecen trabajadores demasiado mayores que una vez han perdido su antiguo puesto de trabajo no son capaces de encontrar uno nuevo, jóvenes en busca de su primer empleo y desempleados de larga duración que pasan por pequeños lapsos de ocupación laboral. Todos ellos ocupan una posición de “supernumerarios”, de no integrados. En resumen podríamos concluir afirmando que se ha perdido la identidad por el trabajo, y no podemos olvidar que en las sociedades industriales y postmodernas el trabajo funciona como un integrador social. Otro aspecto importante que condiciona la vida de las personas del siglo XXI es el alejamiento y pertenencia a una comunidad o grupo, entendiendo éste proceso como la individualización del hombre y la mujer, hecho que provoca un irremediable sentimiento de incertidumbre y angustia ante un futuro incierto, así como una pérdida y un cambio de valores. El inicio del proceso de individualización del ser humano se sitúa durante el comienzo de la modernidad, por otro lado, la Revolución Industrial es decisiva para lograr este cambio, así la individualización
se intensifica
más rápidamente en una
sociedad tecnológica y del consumo como la actual, dónde la cultura material 8
cambia más rápidamente que las opiniones, valores y actitudes de la gente. Este largo proceso de individualización ha sido analizado profundamente por autores como Zygmunt Bauman, en su obra La modernidad líquida cita: “En cuanto al sueño comunitarista de “dar nuevo arraigo al desarraigo”, nada puede cambiar el hecho de que […] ahora en más, las comunidades- más postuladas que imaginadas- ya no serán las fuerzas que determinen y definan las identidades sino tan sólo artefactos efímeros del continuo juego de la individualidad”. (p.28) Valores como el de pertenencia a un grupo o comunidad han sido sustituidos por valores como el de la propiedad o el consumo. Una de las consecuencias directas es la aparición de un supuesto nuevo abanico de objetivos y oportunidades que aparece ante los ojos de los seres humanos que ocupan las sociedades postmodernas, así, los valores en los que se ha educado a la gran mayoría de la población actual, han dejado de ser válidos y han comenzado chocar con las nuevas necesidades de la sociedad. “El tema de los objetivos vuelve a estar en el tapete, destinado a convertirse en causa de grandes agonías y vacilaciones, a debilitar la confianza y a generar un sentimiento de irremediable incertidumbre y, por tanto, de perpetua angustia. En términos de Gerhard Schulze, se trata de un nuevo tipo de incertidumbre: “no saber cuáles son los fines, en vez de la tradicional incertidumbre causada por el desconocimiento de los medios. ”Ya no se trata de evaluar - sin completo conocimiento - los medios […] para lograr el fin deseado. Se trata más bien de considerar y decidir, ante los riesgos conocidos
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o supuestos, cuáles de los muchos fines “al alcance” […] resulta prioritario.” (Bauman, 2000, p.67). Por lo tanto, resulta casi imposible saber cuál es el acto correcto o acertado ante las muchas y supuestas alternativas existentes, provocando esto sentimientos en los seres humanos de incertidumbre duradera y de deseos nunca saciados. Los cambios sociales y económicos son más bruscos día a día y afectan a todos los ámbitos; desde hace ya un tiempo la administración pública no es capaz de hacer frente a las nuevas necesidades que los ciudadanos plantean, así, se producen cambios en las políticas institucionales y también en las políticas de inserción. La fragmentación de las instituciones modernas muestra su incapacidad para hacer frente a las demandas actuales de la gente, suceso que provoca una gran fractura en los Estados, dejando a la luz el fracaso de las políticas públicas. El Trabajo social se institucionalizó en 1980, desde ese momento ésta disciplina ha ido ligada en gran medida a la Administración pública, siendo los servicios sociales uno de los aparatos institucionales a cargo de velar por el cumplimiento de los derechos sociales de los ciudadanos/as que el Estado de bienestar venía promoviendo. Las prácticas asistencialistas que promovían las instituciones públicas y la administración han ido más ligadas a la intervención individualista y a la contraprestación económica que a la acción e intervención comunitaria y de empoderamiento. Las prácticas dedicadas a la intervención social no han sido capaces de responder a los verdaderos problemas que demandan los usuarios de los Servicios Sociales. Escasas han sido las
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prácticas encaminadas a profundizar en la raíz de los problemas de la gente, en vez de buscar el germen que provoca y desencadena la exclusión social, la desintegración, la angustia e inseguridad de las personas que demandan algún tipo de ayuda, las intervenciones se han centrado en una mera gestión de recursos que generalmente no logra traspasar ni la corteza exterior que esconde el origen de sus problemas. De este modo, la administración pública ha logrado crear un gran número de personas dependientes de ella, hombres y mujeres que se encuentran perdidos ante la problemática del eterno retorno, incapaces de hacer frente a las vicisitudes que se les plantean, dependientes y “supernumerarios” - citando de nuevo a Castel - del Estado. En éste sentido, es función de los/las trabajadores sociales producir cambios que ayuden a revertir estas
situaciones, así como a lograr el desarrollo y cohesión social, el
fortalecimiento – empoderamiento - y la liberación de los ciudadanos/as. En todo momento las prácticas del profesional social han de estar orientadas y basadas en el respeto a la diversidad, en los principios de justicia social y en la defensa de los derechos humanos; es el Estado y la administración pública los que han de otorgarles y facilitarles todas las herramientas posibles para poder situarse como verdaderos actores de cambio.
4. Exclusión social y jóvenes del Siglo XXI
Podemos entender el término de exclusión social como una ruptura de los lazos sociales que deben tener los seres humanos para alcanzar una vida saludable y plena. Estos vínculos tienen que ver con diferentes instituciones
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sociales; red familiar y de amigos, empleo, vivienda, etc. Los mecanismos sociales que conducen hacia la exclusión son múltiples y se requeriría de una investigación específica para nombrarlos y entenderlos todos. Sin embargo analizaremos en profundidad el término y las implicaciones que éste tiene en la sociedad actual. Vidal, en su obra Pan y Rosas, realiza un importante análisis crítico acerca del papel de la exclusión social en el mundo: “La exclusión es una estrategia con intereses y no mera accidentalidad o descuido. La exclusión no es solamente que sobre gente sino que esa gente es usada con una función perversa a favor de ciertos intereses, […] la exclusión es más que explotación, dominación o alienación o las tres juntas.” (p.45). La anterior afirmación que hace Vidal en Pan y Rosas nos da a entender que la exclusión es un arma al servicio de las clases más pudientes, una forma de control y explotación hacia las clases más bajas y desempoderadas de la sociedad. Ésta idea es semejante a la de autores modernos como Marx o Engels, los cuales postulaban en algunas de sus obras que la burguesía controlaba, alienaba y dirigía de forma coercitiva a las clases sociales más bajas a través del poder y la fuerza, imponiendo para ello sus leyes, normas y valores. Hablar acerca de la exclusión social dentro del marco teórico del estado de bienestar nos conduce inevitablemente a hablar sobre inclusión o integración social; ambos términos
forman parte de la misma moneda, cada uno se
encuentra en un lado de ésta, y en el canto encontramos a la sociedad, sus valores y su ética. Por ello, podría parecer lógica la afirmación de que “Las 12
políticas pro-integración se hacen frecuentemente desde las necesidades e intereses de la sociedad mayoritaria.” (Vidal, 2009, p.38). Vuelven a ser los poderosos los que deciden las reglas del juego, lo políticamente correcto, lo bueno, la norma y la anomia. De nuevo Vidal (2009) realiza la siguiente afirmación: “La integración se ha considerado como el reverso de la exclusión, y se construye sobre el supuesto de que la sociedad debe incorporar dentro de sí misma al individuo excluido para lograr la cohesión social. […] Con frecuencia, las políticas de integración recaen unilateralmente sobre el que está fuera. Es él quien tiene que moverse y adaptarse ya que el cuerpo social se le supone que está adaptado y no debe moverse en absoluto. El proceso de integración es unidireccional. Solo ellos deben moverse, porque la sociedad está en el lugar adecuado.” (pp.37-38). Las políticas públicas en contra de la exclusión social de las últimas décadas han estado vinculadas a la acción individual, influidas por las normas, leyes y dinámicas de un sistema neoliberal y burocrático. Éste tipo de intervenciones no han tardado en dar muestra de sus debilidades, por lo que han aparecido nuevas formas de intervención social, más vinculadas a las teorías holísticas y en pro de la participación de todos y todas. “Ser parte y formar parte es la brújula mayor que orienta hoy las intervenciones más acreditadas en el ámbito de la exclusión. Ya no es suficiente la relación de ayuda, comunicativa, integrada y accesible sino que es necesaria una relación participativa de las personas
y grupos desposeídos de poder en aquellos
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bienes de justicia, de libertad y de felicidad, que se requieren para poder llevar la vida que uno considera deseable.” (Vidal, 2009, p.35). Cada vez se hace más necesaria una acción social que parta de la acción colectiva, del poder del grupo y del poder y la confianza que otorga al individuo la participación en el mismo. Sentirse parte dé y ser partícipe de los procesos de cambio tanto individuales como colectivos actúa en las personas como un agente de empowerment. “El paradigma de la participación viene a profundizar el modelo de la integración en aspectos esenciales. El derecho a ser parte y a formar parte constituye un horizonte viable para la intervención social.” (Vidal, 2009, p.39). Es más que necesario enfocar las futuras intervenciones sociales hacia paradigmas relacionados con la participación, el apoyo mutuo y el empoderamiento, al fortalecimiento del capital social de los individuos entendiendo por capital social al término acuñado por Robert Putnam para referirse a aquel capital alejado de lo monetario y que tiene que ver con la socialización y con los vínculos que se crean entre las personas - de éste modo se podrá preparar a los ciudadanos y ciudadanas para los desafíos de la sociedad. Acabar con la exclusión social parece tornase tarea imposible de lograr, para ello hay que olvidar las antiguas prácticas de la Administración pública, ya que tal y como afirma Vidal (2009): “La salida de la exclusión no es la inclusión sino la reconciliación: la construcción de una tercera búsqueda que no está en la línea inclusiónexclusión. […] La solución apunta a la construcción de un “otro tercero”, de una sociedad terciaria que haga posible la reconciliación y convivencia solidaria de
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los excluidos y los incluidos-exclusores. La solución estructural a la exclusión no
es
la
reinclusión
sino
la
recreación.
Esa
recreación
parte
del
empoderamiento de los excluidos y de la reconciliación social” (p.44). Antes de analizar cómo es la situación socioeconómica en España, en relación directa con la exclusión social y con la juventud e infancia, es importante hacer un breve repaso a las últimas aportaciones de Guy Standing, sociólogo y economista de origen británico. En su última publicación: The Precariat: the new dangerus class, realiza un interesante análisis acerca de lo que él califica como una nueva clase social en auge; el precariado, el cual cree que podría llegar a suponer un peligro para el Estado, hecho que será explicado con posterioridad. Standing define al nuevo precariado como una mezcla entre el asalariado y el precario. Por otro lado clasifica a la sociedad en cinco niveles, analizados a partir de las variables de clase social y status; en primer lugar se halla lo que él define como la élite, que vendría a suponer un 1% de la población mundial, tras ésta se encuentran los asalariados, representados por trabajadores a tiempo completo y estable, los proficians, relacionados con los trabajadores autónomos, técnicos y trabajadores por contrato de obra. Por debajo de éstos se sitúa la clase obrera, sin propiedad en los medios de producción pero con un sentimiento de pertenencia social e identidad profesional y comunitaria. En el último término se encuentra el precariado, caracterizado por la falta de seguridad en el mundo laboral, inseguridad que afecta directamente a su relación con el empleo y que debilita su vínculo con la comunidad, imposibilitando una visión nítida de futuro. Según Standing el precariado se convierte en un grupo social peligroso por su alto nivel de individualismo, su imposibilidad de empatizar con otros les facilita el 15
acercamiento a grupos neo-fascistas o de extrema izquierda, hecho que de algún modo también se contradice al clasificar a éstos como un grupo alienado, individualizado y ansioso. Aun así, el autor hace reflexionar al lector acerca de cómo las políticas neo-liberales de los diferentes países - como España, Japón o Reino Unido - son un acercamiento a una mayor inseguridad colectiva por parte de ésta nueva clase social emergente clasificada como precariado, el cual trata de reflejar como un grupo no homogéneo que encuentra diferencias y similitudes en función del país en el que se encuentre viviendo - o sobreviviendo - de forma precaria. Por último Standing finaliza su obra con una proposición para el futuro, su “solución” consiste en una renta básica para todos, hecho que quizá podría permitir a las clases desempoderadas salir de la espiral de ignorancia en la que el autor cree que se encuentran, en pos de nuevas habilidades sociales que les permitirían desenraizarse. Quizá, la solución ha de ir más allá de la compensación económica y ha de centrarse más en el cambio de las políticas actuales, centradas en privatizar y externalizar todos los ámbitos de carácter público, como son la sanidad, la educación y los servicios sociales. El VI Informe FOESSA sobre la exclusión y desarrollo social en España mostraba que en el período de 1995-2007, caracterizado por el crecimiento económico y del empleo, no se redujo la pobreza, del mismo modo el VII Informe FOESSA sobre la exclusión y desarrollo social en España muestra que desde el año 2007 se ha ido deteriorando la capacidad adquisitiva
de los
hogares españoles, desde ese momento la renta de la que disponen los hogares ha ido reduciéndose paulatinamente, haciéndose menor año a año, por otro lado, el crecimiento en los salarios es muy moderado y ha sido inferior 16
al de los precios desde el año 2011. Si le sumamos el dato de que desde 2010 comenzaron a ponerse en marcha diferentes tipos de recortes encaminados a pagar la deuda pública externa, nos podemos hacer una ligera idea del panorama socioeconómico español. Lejos de los altísimos datos de paro, de la dificultad de encontrar un puesto laboral - sobre todo en jóvenes y en adultos de más de 50 - otro dato destacable del VI Informe FOESSA sobre la exclusión y desarrollo social en España, muestra que cada vez son más
acentuados los niveles de
desigualdad debido a la agudización de las diferencias de renta entre los hogares españoles, convirtiéndose en uno de los países europeos dónde más inequitativamente se reparte la renta. El verdadero problema de esto es que la desigualdad siga en aumento y se convierta en una enfermedad crónica a largo plazo. Como ya se ha visto, uno de los sectores sociales que está sufriendo más fuertemente la crisis es el de los niños/as y jóvenes. El peligro de riesgo de exclusión aumenta en los jóvenes, entre otros factores, por la dificultad creciente de acceder al mundo laboral, mientras tanto, según datos de UNICEF la pobreza infantil total en España en 2010 era del 26´2%, porcentaje que ha ido en aumento durante los siguientes años llegando a un total del 30%, lo cual supone que hay alrededor de 2.200.000 de menores de 18 años que viven en familias que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.
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1. Tabla Evolución de la tasa pobreza realizada por Fundación Foessa
2. Tabla desempleo y actividad de los jóvenes.
3. Tabla porcentaje de niños en riesgo de exclusión o pobreza en 2010. UE -27
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Con datos tan desalentadores el riesgo de exclusión social y la inseguridad crecen de forma desorbitada entre los ciudadanos/as españoles, las clases medias ven peligrar su estatus, mientras que las clases
desempoderadas,
excluidas o marginadas, sufren de un modo más duro los efectos de la crisis socioeconómica y de las acciones públicas de la administración; por ello, se presenta necesaria una revisión de las políticas públicas y sociales. Wacquant, en su obra Los condenados de la ciudad, propone una revisión amplia y radical de los modos tradicionales de análisis social a cerca de las desigualdades urbanas y de la marginalidad y la exclusión, así como de las acciones públicas destinadas a tratar estos temas, al mismo tiempo, realiza un intenso análisis acerca del hipergueto estadounidense y de las banlieues obreras francesas, presagiando “un nuevo régimen de marginalidad urbana” que se separa del gueto tradicional norteamericano y del “espacio obrero europeo del siglo XX”. Éste nuevo régimen es extrapolable a las ciudades del Primer Mundo, recibiendo el nombre de “marginalidad avanzada” y que tiene que ver con “esas nuevas formas de clausura excluyente, que se traducen en una expulsión al margen del espacio social y físico en las metrópolis posfordistas como consecuencia de la mutación de los sectores más avanzados de las sociedades y economías occidentales”. Es necesario un cambio en los caminos de intervención pública para lograr paliar estas nuevas formas de “marginalidad avanzada” que tanto tienen que ver con el crecimiento económico polarizado, la fragmentación del mercado de trabajo o con la precarización del empleo. (Wacquant, 2007). De ésta forma, Wacquant, en su obra Los condenados de la ciudad afirma que existe una “caracterización típica provisoria de esta nueva marginalidad”, 19
aislando para ello
seis rasgos distintivos de la marginalidad avanzada: En
primer lugar en “el asalariado como vector de la inestabilidad y de la inseguridad sociales”, el cual tiene que ver con las fuertes erosiones de la capacidad integradora de la relación salarial, es decir, el poder como integrador social que ejercían los salarios en las personas ha dejado de existir, con lo cual “las raíces estructurales de la incertidumbre económica y de la precariedad social se han ramificado y extendido tanto en la superficie como en lo profundo”, afectando de manera desproporcionada a los hogares y a los jóvenes de las clases populares. “La desconexión funcional de las tendencias macroeconómicas” es otra de las características de la marginalidad avanzada, tiene que ver con la relación asimétrica entre los altos índices de desempleo y las tendencias del mercado laboral actual. Por otro lado es característica la “fijación y estigmatización territoriales”, dando a entender que la marginalidad avanzada tiende a concentrarse en territorios circunscritos y aislados de las ciudades posindustriales, lugares con una alta estigmatización territorial y vistos en el imaginario colectivo como zonas fuera de la ley. Con ello, Wacquant señala que otra característica de la marginalidad avanzada es “la alienación espacial y la disolución del lugar”, lo que supone la pérdida de un marco humanizador, cultural y familiar con el que se identifiquen las poblaciones urbanas marginadas, mientras que “La pérdida de un país interno” supone la desaparición de una base interna viable, es decir, en las sociedades industriales, cuando se despedía a un trabajador, éste podía encontrar un apoyo en sus parientes, amigos o incluso en la iglesia, suceso que en las sociedades posindustriales no ocurre con frecuencia, quizá debido a que el resto de integrantes de esas sociedades también se encuentran en una
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situación de desempleo o de dificultad. Por última Wacquant concluye la caracterización de la nueva marginalidad con “la fragmentación y estallido simbólico o la génesis inacabada del “precariado”; la nueva marginalidad difiere de las anteriores formas de pobreza urbana, provocando una tendencia de precarización y desproletarización que empuja a aquellos que se encuentran dentro de éste abismo a una desconexión de las herramientas tradicionales de movilización y de representación que les permitía “concebir destinos colectivos” e imaginar “futuros alternativos”, es decir, que les permitía aunar fuerzas en pos del mismo objetivo o resultado. Estas nuevas clases se encuentras desprovistas de lenguaje, de tal forma que surgen un gran número de etiquetas y palabras para designarles, desde “nuevos pobres”, “excluidos”, underclass o “jóvenes de los suburbios”, estas clasificaciones basadas en meras etiquetas hacen gala de la “desregulación simbólica en la cual se encuentran las franjas y las fisuras de la estructura social y urbana”. Mientras tanto el precario entendiendo por éste a las nuevas franjas precarias del proletariado permanece integrado por categorías que lo definen negativamente por la privación social, el déficit simbólico y las carencias materiales. (Wacquant, 2007). Para poder revertir la marginalidad avanzada es necesario un cambio en las políticas públicas y en la forma de actuar de la administración, así, “las políticas sociales destinadas a combatir la marginalidad avanzada, deberán, para llegar a soluciones eficaces, ir “más allá del empleo” asalariado y desplegarse fuera del paradigma del mercado que lo sostiene.” (Wacquant, 2007). Ésta propuesta tiene gran similitud con las propuestas anteriores de Vidal en Pan y Rosas, lo cual supone que parezca cada vez más lógico un planteamiento más holístico y menos individualista a cerca de las políticas
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públicas y de la forma de analizar la marginalidad y la exclusión. Se plantea como un hecho esencial la utilización de determinadas técnicas de intervención social enfocadas sobre todo en los sectores más jóvenes y excluidos de la sociedad, ya que serán estos los que puedan sufrir de forma más agresiva los efectos de la crisis y de los cambios sociales; a través de técnicas y dinámicas basadas en el empowerment - y como se verá con posterioridad - en el arte, se podrán revertir aquellas situaciones que creen malestar, al mismo tiempo, modificar conductas asociales y empoderar a las niñas, niños y jóvenes que formarán las sociedades futuras y que ven peligrar su bienestar.
5. Empowerment y trabajo social comunitario
La perspectiva del empowerment resulta muy interesante, más poniéndola en el contexto de la crisis socioeconómica actual. Tras la consolidación del Estado de Bienestar - la introducción del concepto de ciudadanía y la creación de instituciones que velarían por la protección de los derechos sociales - y con la llegada de los planteamientos neoliberales, los derechos sociales por los que se había luchado han ido en detrimento de las acciones individualistas, o más bien de las prácticas públicas y privadas de corte individualista, esto ha colocado el problema de la exclusión social como un acontecimiento meramente individual, siendo únicamente responsabilidad del individuo que la padece. (Rivera, Mª. y López, A, 2012). Estos planteamientos liberales han ido en boga de la contraprestación económica durante cualquier intervención
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social, deslegitimizando la intervención social y pública, favoreciendo la externalización y privatización de determinados servicios públicos. En éste sentido, la crisis económica ha provocado que de algún modo, aparezcan prácticas más comunitarias en contra de las individualistas, prácticas más dirigidas hacia el apoyo mutuo y al fortalecimiento de los vínculos con los demás, lo que supone un arma de gran poder para enfrentar la crisis. La perspectiva del empowerment supone un cambio de acción a nivel asistencialista. Con todo lo expuesto hasta el momento se hace latente la necesidad de alejarse de las prácticas habituales de la Administración pública en favor de prácticas que incorporen perspectivas más encaminadas al empoderamiento y la participación de los agentes implicados, de todos y todas. “Las buenas
prácticas en el ámbito de la exclusión no son aquellas que
producen más prestaciones, aunque sea con costes menores, sino las que activan nuevas relaciones. El paso de la lógica del producto a la lógica del encuentro marcó el nacimiento de la más reciente transición en el ámbito de la intervención social” (Vidal, 2009, p. 35). Podemos entender el término de empowerment como “el proceso de aumentar el poder personal, interpersonal y comunitario o político de modo que los individuos, las familias, y las comunidades puedan actuar por si mismos para mejorar sus situaciones” (Gutierrez, 1994:202). Esta definición muestra en pocas palabras el importante cambio de mirada y acción que propone esta perspectiva, alejándose totalmente de la perspectiva de la contraprestación económica y de la gestión de recursos como únicas formas de actuación dentro del ámbito de los Servicios Sociales. Ante la aparición de éste concepto han
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aparecido algunos detractores, dado que el término empoderar significa dar u otorgar poder a alguien, todavía existen algunos sectores conservadores que temen o no entienden la verdadera significación de éste término y las implicaciones positivas que el mismo tiene. Por otro lado, la perspectiva del empowerment, en cuanto a herramienta capaz de aumentar las capacidades y potencialidades de las personas, grupos y comunidades para afrontar sus oportunidades y problemas, se sigue consolidando gracias a las numerosas publicaciones y a la puesta en práctica de trabajadores/as sociales (DuBois y Miley, 2005), lo cual, permite avanzar y mejorar en los hándicaps que ésta nueva perspectiva pueda plantear. “La perspectiva del empowerment se basa en una visión dinámica que asume que el poder se genera en el proceso de interacción social. Es decir, sólo en la medida en la que seamos capaces de relacionarnos con los otros podemos acceder a nuestro poder” (Segado, Sánchez-Cabezudo, 2011). De nuevo, Segado Sánchez hace referencia al poder que otorga al individuo la participación y la generación de nuevas redes sociales, el apoyo mutuo y la fuerza de la comunidad. Vidal (2009) reitera en su obra Pan y Rosas: “Es imprescindible una nueva concepción de las necesidades que haga prioritaria una intervención social más integral y que ponga en el centro los procesos
de
empoderamiento
de
las
personas
y
sus
comunidades
promoviendo la participación, la vinculación y las dimensiones del sentido o la conciencia.” (p.63). Será la fuerza de toda la comunidad la que genere cambios positivos y dé poder para toda la ciudadanía, la que preparará al mismo tiempo y por igual a los hombres y mujeres para afrontar los cambios que la presente y futura 24
sociedad plantea. Como se ha visto, desde el punto de vista del trabajo social comunitario, el término empowerment cobra gran importancia y gana un valor añadido, ya que permite otorgar poder a grupos amplios de individuos, en vez de ser una herramienta de corte individualista, permite empoderar a comunidades enteras, permitiendo a su vez un feedback entre las personas que forman la comunidad, aprendiendo y nutriéndose de las experiencias de todos y todas. El trabajo social comunitario, como su propio nombre indica, promueve el desarrollo comunitario para mejorar las condiciones y calidad de vida de los individuos que integran la comunidad, interviniendo en distintos procesos sociales para lograr la promoción comunitaria y así llegar a aspectos del tipo social, sanitario o educativo. Una cualidad de gran importancia es que lo hace de forma endógena, ya que la motivación para el cambio parte desde la propia comunidad y es el trabajador social u otro profesional del ámbito social, terapéutico o educativo el que guía a la comunidad y la dirige en algunos momentos determinados. El desarrollo social se logra a través de un conjunto de procedimientos, reglas y practicas sistemáticas que dan acciones que modifican algún aspecto de la comunidad. Se tiende a actuar desde la base, movilizando recursos humanos y desarrollando las cualidades de los sujetos o grupos sociales, cuyo fin es mejorar las condiciones de vida de la comunidad. El ritmo del desarrollo no se debe imponer ya que se basa en la capacidad del grupo, en su voluntad y en la trayectoria personal de sus integrantes. Es por ello que éste ámbito del trabajo social es idóneo para poner en práctica perspectivas teóricas del tipo holístico o sistémico, como son el caso de las terapias artísticas y otros tipos de prácticas para el desarrollo
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comunitario, social e individual a través del arte como herramienta de empowerment, trabajo, mejora y cambio. Etimológicamente, holismo procede del término holos, palabra griega cuyo significado es “todo” o “entero”. Esta procedencia etimológica sirve para entender mejor en que consiste ésta corriente teórica, basada en la importancia de la interdependencia de todas las partes que forman un sistema, desechando por completo las corrientes del reduccionismo científico. Se va a proceder a profundizar en una forma de intervención social - también individual - que preparará a los jóvenes para los retos del futuro, una herramienta de gran utilidad para resolver y prevenir casos de exclusión social y marginalidad avanzada, técnica de empoderamiento que capacita a jóvenes y adultos por igual, pero centrado en la intervención con jóvenes, niños y niñas, ya que, como se ha visto a lo largo del texto, son los que más fuertemente sufren los efectos de la crisis y de la exclusión. Quedará demostrado como a través de estas formas de intervención, centradas en la participación de todos/as, se pueden revertir y prevenir estas situaciones de malestar, utilizando para ello la música como vehículo de empoderamiento.
6. Terapias
artístico-creativas
y
educación
musical
como
herramientas de empowerment
No son pocas las investigaciones que hablan de los efectos positivos que ejercen las terapias artísticas o artístico-creativas en los individuos y grupos comunitarios. Dentro del ámbito terapéutico, educativo y social, las ramas 26
artísticas más utilizadas durante las dinámicas grupales o durante el proceso rehabilitador/educativo han sido el teatro y la música; el psicodrama, teatro terapia y musicoterapia entre otros tipos de disciplinas o dinámicas. Podemos definir las Terapias Artístico Creativas como aquellas disciplinas que estudian, desarrollan y aplican técnicas, estrategias y métodos para establecer una relación de ayuda socioemocional mediante uno o varios lenguajes artístico para poder así atender a las necesidades socio afectivas y del desarrollo integral de cada persona y poder abordar las dificultades o alteraciones
emocionales
y/o
conductuales
significativas
que
puedan
presentarse (Mateos Hernández, L, et al., 2011). Dicho de otro modo, este tipo de disciplinas son capaces de ayudar a las personas - utilizando para ello medios artísticos - en distintos procesos rehabilitadores, preventivos o educativos. El tipo de ayuda que proporcionan puede ser entendida tanto socialmente cómo individualmente, dependiendo del tipo de contexto o dinámica en la que se desarrollen, ya que son utilizados en diferentes ámbitos profesionales, véase el social, psicológico, médico o educativo. El arte es un vehículo de conocimiento, es una manera de comprender el mundo y de enfrentarse a él, así como a los grandes cambios que plantea, además, la educación artística en cualquiera de sus ámbitos promueve valores de gran positividad, como son la constancia, el trabajo en equipo, el esfuerzo, la empatía o la sensibilidad ante lo bello, así lo indica Ros en una de sus publicaciones: “Se puede considerar al Arte como un medio específico de conocimiento, ya que permite conocer, analizar e interpretar producciones estéticamente comunicables mediante los diferentes lenguajes
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simbólicos - corporales, sonoros, visuales, dramáticos, literarios -.” (Ros, 2004: 2). Platón fue quién inicialmente planteó la idea de educación y desarrollo a través del arte, en la República expone - entre otros temas de interés - la importancia de la paideia de la antigua Grecia, “la paideia de los guardianes” que debían velar como única profesión por la libertad del estado. Paideia debe ser entendido como una concepción filosófica, un ideal, mediante el cual el estado debía de educar a los niños/as para que éstos pudiesen alcanzar un estado de virtud plena, entendiendo por virtud al conjunto total de ideales griegos, es decir, al de la areté humana. Werner Jaeger, en su obra Paideia: Los ideales de la cultura griega, realizó uno de los mejores estudios hasta la fecha a cerca de la paideia griega; en la obra se cita: “Platón exige que se comience por la formación del alma, es decir por la música. En el sentido de la palabra griega μουσική, ésta no abarca sólo lo referente al tono y al ritmo, si no también […] al logos” (p.603). De éste modo Platón sitúa a la música cerca del terreno de la ilusión y la poesía, ilusión que podía ser hallada en los mitos que se contaban a los niños/as, que empleados de forma consciente servían como vehículo de “educación o de curación”, al igual que la música; es decir, “la poesía y la música habían sido consideradas siempre como las bases de la formación del espíritu y englobaban también la educación religiosa y moral” (p.606). Platón es consciente del hecho de que la infancia es el momento de mayor transcendencia vital para la educación del ser humano, ya que “En esta edad es más fácil moldear a éste y adquiere para siempre el sello o el “tipo” que se le imprime” (p.604), de éste modo él no sólo es consciente de la importancia de la educación a una edad temprana, si no de la función altamente educativa que 28
ejercen la poesía y la música en el alma, así como de la importancia y el peligro de las historias que son contadas a los niños/as, ya que éstas marcarán una huella profunda en su ego, por ello “Platón exige que en todas las historias, grandes o pequeñas, se exprese el mismo “tipo” de hombre. Es cierto que un fundador de estados no puede ser a su vez, como tal, un poeta, pero sí debe tener una conciencia clara de los tipos generales que los poetas toman como base de sus relatos.” (p.604). Por otro lado, siguiendo los pasos de su maestro, Aristóteles también teorizó a cerca de la importancia de la música en la educación; postulando una conexión existente a través de la música- la armonía y el ritmo- y de la ética y los sentimientos, éste marco teórico confluye en la teoría del ethos. “Aristóteles afirma el contenido ético tanto de la música como del ritmo y deriva precisamente de él la importancia que ambos tienen para la educación. Ve en el ethos de las armonías y el ritmo el reflejo de las actitudes del alma. […] Con esto podría relacionarse tal vez su tesis de que el oído es, en los sentidos humanos, el órgano espiritual por excelencia. ” (Jaeger, W, 1957/1984, p.604). Por ello sigue la dinámica de Platón al pensar que “el ritmo y la armonía son los que más hondo penetran en el interior del alma y los que con más fuerza se apoderan de ella, infundiéndole y comunicándole una actitud noble” (Jaeger, W, 1957/1984, p.621). Con todo éste compendio de teorizaciones realizadas por Aristóteles y Platón en torno a la paideia, queda más que justificado el antecedente indisoluble de la importancia que la música ejerce en la educación y rehabilitación de las personas. Con el paso del tiempo las ideas que Platón propuso fueron calando en la cultura occidental. Lowenfeld en Educación por el arte (1943/1982), desarrolla 29
una concepción del arte en la que lo define como un proceso general en el que el ser humano alcanza la armonía entre el mundo interno y entre el orden social en el que se encuentra viviendo. Mientras tanto, en otra de sus publicaciones, Desarrollando la capacidad creadora (1947/1980), afirma que el arte es una importante herramienta educativa que puede cultivar y aumentar la sensibilidad de las personas, reducir el egoísmo, fomentar la cooperación y sobre todo crear una capacidad general de funcionamiento creativo, lo cual prepara al ser humano para tener una visión más plena de la vida, hecho de gran importancia en una época de cambios frenéticos como la que acontece en la actualidad. Por otro lado, el arte desarrolla y potencia aspectos clave para una personalidad equilibrada, como la autorrealización y el auto concepto, proporciona un medio para el desarrollo de la socialización al promover la participación emocional y la empatía, al tiempo que potencia conductas de cooperación y tolerancia. (Eisner, 1972/1995; Lowenfeld y Brittain, 1947/1980, Marinovic, 1994). En este tipo de disciplinas, de forma muy significativa, se potencia la experimentación de diferentes emociones que son gratamente beneficiosas en sí mismas (amor, alegría, curiosidad, etc.). La representación y simbolización de estos esquemas emocionales es crucial para producir cambios en los seres humanos, ya que esto permite poder tomar conciencia de uno mismo, así, avanzar más allá de los problemas que puedan ir surgiendo en la carrera de la vida, más aún en una generación mayoritariamente nihilista como la actual, donde los valores tradicionales se han ido disolviendo, y donde la sociedad es la que va marcando las pautas de actuación que han de seguir los seres humanos que la forman.
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Una relación con la realidad exterior de acatamiento, en la que se percibe el mundo sólo como algo a lo que es preciso adecuarse o que demanda adaptación, trae consigo un sentimiento de futilidad para el individuo, y se asocia a la idea de que nada interesa y que la vida no merece la pena ser vivida. Resulta imprescindible entrar en un cambio significativo con el mundo. (Mateos Hernández, L, et al., 2011). De este modo, la experimentación de ciertas emociones y experiencias en lo individuos que participan en éste tipo de dinámicas y terapias, suele producir en ellos grandes efectos de empoderamiento, que reiterando, lo preparan y fortalecen para enfrentarse a sus problemas o a los enormes cambios sociales y a la rapidez de adaptación y anticipación que implícitamente éstos implican. La sociedad de consumo provoca que a muchos individuos les resulte complicado identificar cuáles son sus propias metas y aspiraciones, ya que “vivir en un mundo lleno de oportunidades - cada una más seductora que la anterior, que compensa por la anterior y da pie a la siguiente - es una experiencia estimulante“. (Bauman, 2000, p.68). Esta sensación de “logro” o “fracaso” en la consecución de objetivos sugiere un gran peligro para sus protagonistas, dado que alcanzar un propósito supone la búsqueda de uno nuevo que remplace al anterior
y “el posible estado de incompletud e
indeterminación implica riesgo y ansiedad, pero su opuesto tampoco produce placer, ya que cierra todo aquello que la libertad exige que permanezca abierto” (Bauman, 2000, p.68). Por ello “Para alcanzar un estado de bienestar físico, mental y social, un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente para lograr un equilibrio dinámico con éste.” (Mateos Hernández, L, et 31
al., 2011). Esta afirmación no supone que sea fácil identificar cuáles son las metas y aspiraciones de un individuo concreto, pero sí que apoya y refuerza la tesis de que a través de éste tipo de dinámicas artísticas y holísticas se facilita el poder poner nombre a determinadas emociones, a sentirse parte de un grupo o comunidad
y a consolidar el sistema de valores individuales y
colectivos de las personas que forman el grupo/comunidad, es decir, se logra un resultado final de empoderamiento, así “La esencia de la terapia artística reside en el resultado terapéutico de la actividad de crear algo” (Dalley, 1987). Resumiendo, el arte en todos sus ámbitos es empoderador y enriquecedor para los seres humanos, de forma holística, si se utiliza su lenguaje y se dirigen sus fuerzas hacia determinados propósitos y fines, es una herramienta fantástica para la educación, rehabilitación y empowerment de los individuos que forman el grupo. Si en cambio, se dirigen estas fuerzas hacia los jóvenes, niños, niñas y adolescentes, el resultado puede ser incluso mayor, ya que es en edades tempranas cuando más fuerte queda impregnado el potencial cultural y artístico de éste tipo de disciplinas. El arte, y en especial, la educación musical, son herramientas fantásticas para revertir situaciones de exclusión social juvenil e infantil, ya que además de ser una herramienta preventiva, proporcionan una posible salida profesional, una forma de expresión y promueven valores – como se ha visto anteriormente – de gran positividad. A continuación se desarrollarán y explicarán proyectos de intervención directamente relacionados con la educación musical, que de nuevo, mostrarán al lector la importancia de tratar de desarrollar éste tipo de intervenciones basadas en la música, intervenciones que gracias a su duración en el tiempo – así como al número de personas que han logrado implicar - han mostrado sus poderosos resultados. 32
7. Proyectos de intervención
Desde hace varias décadas se vienen desarrollando alrededor del planeta multitud de proyectos de intervención social relacionados directamente con la música como vehículo de empoderamiento, rehabilitación, prevención, educación y desarrollo individual o comunitario. Es difícil poder contextualizar cual fue el primero de los proyectos de intervención de ésta índole puesto en marcha, por lo que se hará un breve repaso por aquellos que mayor impacto han logrado. Tal es el caso del proyecto Rap Therapy, llevado a cabo en EE.UU, del cual se extrajo un fantástico ensayo publicado en el año 2003, en éste se realizaba una comparación entre el nivel de participación e involucración juvenil en un proyecto de trabajo social grupal cotidiano y en otro en el que se utilizaba como herramienta de acción, empowerment y motivación la música rap; el resultado fue claro, ya que la involucración juvenil fue mucho mayor en el grupo de trabajo en el que se utilizaba el rap. El “experimento” se realizó en dos grupos clasificados con tres tipos de jóvenes: violentos habituales, delincuentes habituales y un grupo de control con jóvenes estudiantes sin ningún tipo de antecedente, en última instancia se realizó una encuesta de preferencia entre el grupo que había utilizado el rap como vehículo de empoderamiento y entre el grupo que no lo utilizó, ambos opinaban que a través del rap se podían alcanzar de manera más sencilla y motivadora los objetivos esperados. Con la utilización del rap como vehículo de aprendizaje y expresión se pretendía dar un uso práctico al estilo musical más representativo de las clases bajas norteamericanas para fomentar las conductas y habilidades prosociales. Rap 33
Therapy concluye dando por sentado que el uso de determinadas herramientas culturales durante los proyectos comunitarios y/o grupales aumentan en un alto porcentaje los resultados finales. Por hacer una mención más amplia a otros proyectos de esta clase, cabe destacar Batuta, desarrollado en Colombia, inspirado en otro proyecto de la misma índole llamado El Sistema, el cual será analizado posteriormente. Con el proyecto de Batuta, creado en el año 1991 y que sigue en funcionamiento en la actualidad, se pretende la acción social hacia los sectores más jóvenes y empobrecidos del país latinoamericano, a través de la utilización de la música como herramienta de intervención, se crearon diferentes conjuntos orquestales entre los niños, niñas y jóvenes colombianos. El proyecto cree en el poder transformador que ejerce la música así como en la fuerza socializadora que otorga la música en grupo; de este modo se logró involucrar tanto a las familias como a los pequeños músicos que formaban las orquestas. Como se verá más adelante, a partir de El Sistema, se han inspirado multitud de proyectos comunitarios basados en el poder de la música alrededor de todo el planeta, la fuerza inspiradora de éste proyecto ha sido - y sigue siendo - apasionante; es el caso de In Crescendo, de la Orquesta de Valladolid, proyecto que en éste caso se viene a realizar con niños/as pertenecientes a distintos colegios públicos de la comunidad vallisoletana, y que como Batuta y El Sistema persigue los mismos valores de empoderamiento para involucrar a los niños/as y a sus familias a través de los valores que promueve la música. A continuación se desarrollarán a través de un análisis comparativo tres de los proyectos escogidos para profundizar en el tema, dos de ellos procedentes de Latinoamérica y otro de carácter nacional. 34
7.1 Proyectos internacionales ·
El sistema de José Antonio Abreu, Venezuela
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuelamás conocido como El Sistema- es un proyecto sociocultural llevado a cabo en Venezuela y fundado en el año 1975 por el director, músico y maestro José Antonio Abreu, motivado por la sistematización de la instrucción musical a través de la práctica colectiva y grupal en orquestas sinfónicas y coros, buscando como fin el desarrollo personal, humanístico, intelectual, profesional y social de sus integrantes, para “rescatar” a los/las jóvenes y niños/as de una juventud vacía y desorientada. “Este modelo pedagógico, artístico y social, que ha alcanzado relevancia en el mundo entero, constituye el programa de responsabilidad social de mayor impacto en la historia de Venezuela. Su órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar (FundaMusical Bolívar), adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.” (El sistema. Recuperado el 20 de noviembre de 2014, de http://fundamusical.org.ve/el-sistema/). provincias
Comenzó
en
Caracas
y
en
las
del centro del país, expandiéndose posteriormente por toda
Venezuela, así como por un gran número de países de América Latina, como Brasil, Colombia o Bolivia. Debido a sus fantásticos resultados también ha logrado traspasar fronteras llegando a desarrollarse en lugares como Los Angeles (Norte América) o en Raploch (Escocia), entre otros. Su misión se basa en una obra social dedicada al rescate pedagógico, ético y ocupacional de la infancia y la juventud venezolana, para lograrlo se centra en
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la instrucción y práctica colectiva del ámbito musical, así, se logra la capacitación, recuperación y prevención de los grupos más vulnerables que forman el país venezolano. En un principio el proyecto era llevado a cabo en aquellos lugares de Venezuela dónde la exclusión social, infantil y juvenil eran mayores, con el paso de los años también se ha ido desarrollando en zonas del país dónde los índices de marginalidad y pobreza eran menores. La institución que financia mayormente el proyecto es
la Fundación Simón Bolivar,
“institución abierta a toda la sociedad, con un alto concepto de excelencia musical, que contribuye al desarrollo integral del ser humano. Se vincula con la comunidad a través del intercambio, la cooperación y el cultivo de valores transcendentales que inciden en la transformación del niño, el joven y el entorno familiar. Se cuenta con un recurso humano dirigido al logro de una meta común, con mística y gozo, formando equipos multidisciplinarios altamente motivados e identificados con la
Institución.” (El sistema.
Recuperado el 20 de noviembre de 2014. http://fundamusical.org.ve/elsistema/). El Sistema es uno de los mejores ejemplos de proyecto de intervención comunitaria a través de la terapia artística, centra sus objetivos y metas de carácter holístico y empowerment en la prevención, preparación y enseñanza de los más jóvenes y desempoderados del país, otorgándoles un posible futuro profesional en torno a la música. En pocas palabras, El Sistema surge como una clara oportunidad para el desarrollo tanto individual como colectivo, centrado en lo intelectual, social y profesional. Son éste tipo de prácticas e iniciativas las que han de comenzar a ponerse en marcha en el ámbito de la intervención social en España, el tiempo avala los resultados de éste proyecto, 36
pero quizá todavía hay a quién no le interesa poner en marcha este tipo de recursos dentro de la administración pública nacional. ·
Sonidos de la tierra.
Este proyecto Uruguayo fue creado en el año 2002 por el maestro, director de orquesta y compositor musical Luis Szarán, motivado por el proyecto de El Sistema en Venezuela. La iniciativa nace como un programa de integración y transformación socio-comunitaria a través de la música dirigido a combatir la violencia juvenil y la delincuencia a través del aprovechamiento del tiempo libre de los jóvenes, niños y niñas; a través de la creación de escuelas de música y agrupaciones tanto orquestales como corales, se potencian aspectos clave como la autoestima o las actitudes democráticas. “La metodología de “conservatorio sobre ruedas” ha permitido el acceso directo a la educación musical durante los últimos once años a más de 14.000 niños, niñas y jóvenes de escasos recursos en 172 comunidades del Paraguay. El Programa también se ha replicado directa e indirectamente en Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay, Alemania e India.” (Sonidos de la tierra. 2014. http://www.sonidosdelatierra.org.py/). El proyecto se financia y mantiene a través de las asociaciones culturales auto gestionadas que forman parte de la Red Sonidos de la Tierra, el resto de la financiación se logra a través de donaciones y aportes económicos tanto de empresas privadas como de organizaciones internacionales. “La institución concreta que desarrolla el proyecto, pertenece a la Fundación Tierranuestra, asociación civil de bien común, sin fines de lucro. Tierranuestra fue constituida por escritura pública el 4 de julio de 1998 con la misión de “trabajar por el desarrollo humano
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sostenible y la construcción de ciudadanía, utilizando herramientas innovadoras para fortalecer la capacidad de aprender y organizarse de personas y comunidades que buscan mejorar sus condiciones de vida.” (Sonidos de la tierra. 2014. http://www.sonidosdelatierra.org.py/). Sonidos de la Tierra ha sido valorado como uno de los mejores proyectos de intervención social a nivel mundial, siendo galardonado con diferentes premios nacionales e internacionales, como el Ojo de Plata concedido por la UNESCO. “Tierranuestra promueve ante todo: las soluciones auto gestionadas, la solidaridad comunitaria, el cuidado del medioambiente, el turismo sostenible y las expresiones culturales y artísticas, enmarcadas en la perspectiva del desarrollo
humano
integral.”
(Sonidos
de
la
tierra.
2014.
http://www.sonidosdelatierra.org.py/).
7.2 Proyectos nacionales ·
LÓVA.
Bruce Taylor y Joann Forman crearon conjuntamente durante los años 70 un proyecto para la Ópera de Seattle que consistía en la representación de una ópera hecha de forma íntegra por niños/as de diferentes colegios de la zona, el proyecto fue bautizado con el nombre de Creating Original Opera. Durante los años 80 el Metropolitan Opera Guild de Nueva York logró ampliar el proyecto, el éxito de éste fue lo suficientemente grande como para lograr extenderse alrededor de aproximadamente veinte países durante las tres últimas décadas.
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Mary Ruth McGinn, maestra de primaria en Estados Unidos importó el proyecto Creating Original Opera a España en el año 2006 gracias a una beca que recibió de Fullbright y de SaludArte posteriormente. Desde el Teatro Real la maestra americana formó y guió a un equipo de docentes responsables de tres óperas creadas por alumnos de la Comunidad de Madrid. Hay que reseñar que el trabajo que realizó MacGinn fue más allá de la simple exportación del proyecto de un país a otro, ya que al ponerlo en marcha en España se situó como objetivo principal el desarrollo íntegro y personal del niño y niña, mientras que la perspectiva de Creating Original Opera pretendía el desarrollo artístico del niño más que el personal. El éxito de la iniciativa fue tal que en 2008 se formaliza definitivamente con la creación de La Ópera como Vehículo de Aprendizaje (LÓVA)
como un proyecto conjunto entre el Teatro Real y
SaludArte, con posterioridad se han unido los Amigos de la Ópera, los Teatros del Canal y el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (MECyD). LÓVA consiste en la creación íntegra de una ópera por alumnos/as escolarizados en cualquier colegio de la Comunidad de Madrid que quiera formar parte del proyecto; para poder realizar el proyecto los docentes que lo deseen han de asistir a un pequeño curso de 8 días que se realiza en verano y que se imparte en el Teatro Real; así
“LÓVA es un proyecto educativo
centrado en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los alumnos. LÓVA es un reto que abre el aula a las emociones, a la imaginación, al esfuerzo compartido y al descubrimiento y aceptación de todas las capacidades.” (LÓVA. Recuperado el 12 de noviembre de 2014. http://proyectolova.es/). El proyecto lo realizan las tutoras y tutores en sus aulas, ellas y ellos convierten 39
sus aulas de música y plástica - generalmente suele ocupar el espacio de estas dos asignaturas - en una compañía de ópera. Los alumnos dedican el curso escolar entero a crear una ópera o una breve pieza de teatro musical, de esta manera los niños/as se organizan tomando el rol de diferentes profesionales que generalmente componen una compañía de ópera
- interpretes,
compositores, músicos, maquilladores, escritores, eléctricos, decoradores, dirección, vestuario, etc. - para poder presentar el libreto de la obra posteriormente y representar la ópera al final de curso a los padres, profesores y resto de alumnos que forman el centro escolar, incluso en ocasiones se representa una de éstas obras en el Teatro Real. En palabras de Pedro Sarmiento, coordinador de LÓVA: “El proyecto proporciona una experiencia de aprendizaje profundo que permite
a los
alumnos aprender y tener que responder a los problemas que se plantean durante el proceso de forma continuada en el tiempo, y que como la vida, está abierto a todo tipo de sorpresas”. Pedro Sarmiento además de ser el coordinador del proyecto también ha ejercido como asesor pedagógico en el Teatro Real o como profesor de música en conservatorios como Musikene en San Sebastián. Define el proyecto que él mismo coordina como el proceso de “dejar que la propia luz que lleva cada uno los ilumine”, refiriéndose por cada uno tanto a los niños y niñas que integran las aulas como a los/las docentes que las dirigen. Uno de los aspectos más importantes de éste proyecto es que todo el ámbito creativo y temático está en manos y control de los niños y niñas, los docentes les acompañan durante el proceso, les aconsejan y apoyan en todo momento, por ello, en palabras de Pedro Sarmiento: “siempre se espera a que la iniciativa 40
salga de los propios niños/as, por ejemplo, se deja que ellos comiencen a hablar sin que un adulto les dirija, hecho que en ocasiones supone un gran costo de tiempo, ya que uno de los problemas habituales en las aulas es que los adultos son los que dicen qué es lo que tienen que hacer o decir, por lo que siempre se influye en los niños. Nosotros tratamos de que esto no sea así, por eso son ellos los que deciden el enfoque, lo más importante es respetar su iniciativa”. No hay que olvidar la importancia de éste enfoque, así Matos y Vásquez en una de sus publicaciones en Revista de investigación afirman lo siguiente: “Los juegos son la forma de creación artística más ligada al teatro. Son la escuela de la vida del niño y refuerzan su carácter y su cosmovisión del futuro. Si la obra es producto de su propia composición o improvisación, aun cuando sean menos literarias, poseen la característica primordial de haber sido creada por ellos mismos. Lo que importa es el proceso creativo, más que el producto literario. Una obra totalmente infantil es aquélla donde todo, desde la trama, el escenario, el montaje y todos los aspectos relacionados con su producción, es realizado con sus manos y es producto de su imaginación.” (p. 200). LÓVA cumple a la perfección con ésta afirmación, lo cual lo consolida como un proyecto directamente enfocado al empoderamiento de los niños/as, así, a través del juego de los roles, Sarmiento afirma que “es el niño el que viendo e interactuando con el resto de sus compañeros comprueba y valora sus propias capacidades y potencialidades, es capaz de ver cuáles son sus puntos fuertes, y de descubrir en qué es bueno y en dónde puede mejorar.” El término empowerment es muy utilizado a la hora de formar a los docentes que dirigirán posteriormente el proyecto en sus aulas y es una perspectiva metodológica que se trata específicamente durante el curso de verano; “al 41
principio cuesta poner en marcha la dinámica del empowerment”, ya que en ocasiones no es fácil para un docente dejar que sean sus alumnos los que tomen todas las decisiones e iniciativas, hecho que contrasta con una educación dónde el adulto ha “impuesto” siempre sus opiniones y valores por encima de los del niño/a, sin pararse a escuchar cuáles son los sentimientos e inquietudes de éstos/as. “Se quería que los niños no fuesen agentes pasivos durante el proceso artístico y educativo, y eso mismo es lo que hacemos. El feedback durante los cursos y en las aulas es constante, se produce entre docentes y alumnos y es constante, por eso en primer lugar es importante el tema de la delegación de responsabilidad por parte de los docentes a los alumnos” “El proyecto ha superado en todo momento nuestras expectativas, el grado de consecución se encuentra muy por encima de lo previsto ya que ha calado muy hondo en los niños y docentes y ha generado mucho interés dentro y fuera del país” El proyecto ha logrado extenderse a otros ámbitos y niveles educativos dentro de la Comunidad de Madrid, en un principio LÓVA fue diseñado como un vehículo de aprendizaje y empoderamiento dentro de la Educación Primaria, en la actualidad se está poniendo también en marcha dentro de la educación infantil, especial, secundaria y el bachillerato, así como en cárceles - como la de Valdemoro - y en Centros de Día, como Asprodema en Logroño. Como se ha comentado con anterioridad, para realizar el proyecto tan sólo hay que conocerlo y formarse a partir de tres iniciativas posibles: un curso de verano, en un grupo de docentes de inLÓVA durante todo el año o realizando el proyecto junto a docentes ya formados; los cursos van dirigidos a aquellos docentes que deseen realizar el proyecto con sus alumnos, “la formación da predilección a 42
coles que se encargan de situaciones de exclusión social, mayoritariamente participan escuelas públicas, aunque también se encuentran haciendo LÓVA coles privados”. Otro dato de interés es que LÓVA consigue involucrar dentro de todo el proceso a muchos de los padres y madres de los niños y niñas que participan en el proyecto, no
siempre es así, ya que según Pedro Sarmiento, “se
involucra a las familias en función del docente y de los recursos de los que éste disponga, así como de las normas del centro en el que trabaje”. LÓVA se financia a partir de la colaboración con otras instituciones, entre ellas la fundación SaludArte, Teatro del Canal, RESAD, la Ópera de Madrid, la Compañía Nacional de Danza o la Casa Encendida, la mayor parte de la financiación va dedicada a la formación del profesorado y el dinero es gestionando por una asociación sin ánimo de lucro creada para tal efecto. LÓVA sigue extendiéndose alrededor del mundo y calando hondo en docentes y alumnos - “actualmente en Medellín están interesados en trasladar hasta allí la iniciativa” - descubriendo las potencialidades de unos y otros, ejercitando un feedback constante, mostrando a todo el mundo el poder del grupo y de creer en uno mismo, superando adversidades y retos. “LÓVA es como esa excursión que todos realizamos de pequeños en el cole y que siempre recordamos con cariño, que no podemos olvidar, LÓVA logra calar de forma profunda en todo el mundo, en docentes y alumnos.” 7.3 Análisis comparativo. Para poder alcanzar de la forma más empírica posible los objetivos planteados en este proyecto, se propone un análisis comparativo entre los tres proyectos 43
de intervención. El método comparativo ha sido propuesto y llevado a cabo por multitud de autores, desde Aristóteles hasta Marx o Durkheim, se pretende con él, evitar caer en la trampa del etnocentrismo a la hora de llevar a cabo un análisis, así como alcanzar el mayor grado de empirismo posible. Realizar una comparación entre los tres proyectos no es tema baladí, ya que entre ellos se guardan tanto similitudes como diferencias abismales que los aúnan y los distinguen. Se parte de la base de que todos se encuentran unidos por utilizar la música como herramienta principal de intervención social y estar ésta enfocada a los sectores más jóvenes de la población. El Sistema de Antonio Abreu y Sonidos de la Tierra pueden ser analizados como proyectos prácticamente idénticos, ya que uno se inspira directamente en el otro, y no puede ser entendido sin la existencia de éste. Ambos proyectos persiguen como objetivo principal el “rescate” de los niños/as y jóvenes de los lugares más desempoderados de la zona, así como la involucración familiar de éstos. A través de la utilización de la música como herramienta de empoderamiento buscan otorgar un medio de aprendizaje universal, que en el mejor de los casos podrá suponer una salida profesional sólida para algunos de sus jóvenes integrantes, y que en el peor de los casos supondrá una poderosa arma en contra de las conductas más desviadas y asociales. Ambos proyectos divergen en las instituciones que los apoyan y sustentan, organizaciones privadas que proporcionan un medio económico para su mantenimiento y supervivencia a lo largo del tiempo, si bien es cierto que las dos iniciativas reciben el máximo apoyo estatal y son una marca de referencia y orgullo para ambos Estados, mientras, en España todavía no se ha logrado realizar ningún proyecto de intervención de éstas dimensiones. 44
En cambio, el proyecto LÓVA encuentra grandes diferencias con las dos últimas propuestas; es un proyecto destinado a todo tipo de niños/as, aunque tiene preferencia de actuación en aquellos centros escolares dónde existe algún tipo de casuística social, lo cual contrasta y se asemeja con los dos anteriores proyectos. Originalmente la iniciativa ha sido llevada a cabo en los centros escolares, y gracias al esfuerzo de los docentes y al éxito del proyecto ha logrado extenderse a diferentes ámbitos alejados de la infancia. Otra diferencia con respecto a los dos proyectos internacionales es que la música no es el eje principal de la iniciativa, ya que ésta se mezcla con otros roles artísticos y profesionales, así, lo hace más poderoso en determinadas situaciones y contextos sociales, ya que permite al niño/a navegar entre diferentes mares culturales y aprender de otros aspectos de igual importancia, nutriéndose de las experiencias del resto de sus compañeros. El feedback grupal es un elemento característico de los tres proyectos, mediante éste se logra aprender unos de otros y descubrir cuáles son las debilidades y fortalezas que tienen los grupos y sus participantes. Por otro lado, todos los proyectos pretenden influir en los valores de sus participantes, pretenden otorgarles una forma de expresión, un modo de entender la vida y la naturaleza, promoviendo valores de gran positividad que podrían ser calificados como pro sociales, persiguiendo el empoderamiento de todos sus participantes, promoviendo el trabajo en equipo y la interacción con el grupo; es decir, las tres iniciativas preparan a sus jóvenes integrantes para el futuro incierto que les espera, proporcionándoles habilidades sociales de gran importancia y valor holístico. Los tres proyectos están hermanados por pretender cambiar y revertir situaciones sociales, por promover valores positivos a través de la música y la
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creatividad, creer en la fuerza del grupo y en la realidad del cambio; creer en la música como uno de los máximos ámbitos culturales y artísticos capaz de empoderar a las personas y sacar lo mejor de ellas mismas en todos los ámbitos y contextos sociales.
8. Conclusión.
La administración está obsoleta, no encuentra como dar respuesta a las necesidades que los ciudadanos plantean en la actualidad, quizá tampoco le interesa encontrar la forma de dar respuesta a estas nuevas necesidades. Las políticas sociales al ir ligadas al liberalismo económico no se han esforzado por encontrar respuesta a los interrogantes sociales que alienan a gran parte de la población española, mientras tanto, países como Venezuela ya han demostrado su ventaja con respecto a Europa en determinadas políticas y tipos de intervención social. Es posible que hasta el comienzo de la crisis económica que estalló en 2008 gran parte de la población española no sintiese la necesidad de cambio en determinadas esferas políticas, sociales y económicas; lo que es innegable es que el comienzo de la crisis y su continuidad en el tiempo han evidenciado y agudizado aún más los fallos y grietas de las políticas del sistema y la administración. Dado que el papel de los trabajadores sociales está relacionado con lograr el cambio y la igualdad social, son ellos uno de los sectores de profesionales que han de luchar por revertir las situaciones actuales de desigualdad y frustración social. El primer paso comienza por la verdadera profundización en los 46
problemas de la gente, supone una revisión completa de las prácticas de intervención social realizadas hasta la fecha, un acercamiento a intervenciones de mayor carácter holístico, así como a ayudar a comprender cuáles son los verdaderos problemas de las personas que demandan algún tipo de ayuda o necesidad; es momento de acabar con las intervenciones que convierten a los usuarios de los servicios sociales en dependientes del estado y de la administración
pública.
Las
intervenciones
sociales
basadas
en
el
empowerment no pretenden quitar el poder de los que son ya poderosos, si no que buscan otorgar poder a los desempoderados, a los excluidos, a los asalariados, a la clase social precaria, a la media y a la baja, es decir, pretenden empoderar a todas aquellas personas que de verdad necesitan ser partícipes de sus propias decisiones, que necesitan salir de su espiral de caos y comprender que a través de sus fortalezas - quizá no descubiertas hasta el momento - son capaces de hacer frente a los problemas que la sociedad y la vida por sí mismas generan. El porcentaje de pobreza infantil en España es desolador, no se puede olvidar que los niños/as y jóvenes serán los motores que impulsen las sociedades del futuro, por ello, es igualmente necesario proporcionar técnicas y habilidades sociales que permitan a estos desenvolverse con la mayor facilidad en el futuro, superar las barreras e interrogantes que la sociedad postmoderna plantea y revertir las posibles situaciones de marginalidad o exclusión social en las que se puedan hallar - ¿Será ésta generación de trabajadores/trabajadoras sociales la que logre encontrar las respuestas a la ansiedad de los ciudadanos/as?, ¿Por qué en España aún no se han realizado proyectos sociales del nivel de El Sistema? - la propuesta para el futuro consiste en 47
aumentar el número de proyectos sociales de éste tipo, proyectos que a través del arte otorgan a sus participantes una serie de habilidades y de posibilidades que quizá de otra forma no podrían encontrar nunca, un país rico en cultura es un país rico en educación y bienestar social, es un país con ciudadanos y ciudadanas ricos espiritualmente. Este tipo de intervenciones sociales basadas en la música no solo logran empoderar a sus participantes, suponen una motivación extra para ellos, del mismo modo, logran una involucración familiar que de otro modo no sería posible, por lo que el alcance es mucho mayor que en cualquier otro tipo de intervención social normalizada.
¿Serán los
profesionales de los servicios sociales los que logren ésta vuelta de tuerca?, no se puede ignorar el hecho de que sin la colaboración y participación de instituciones públicas y privadas esto es un objetivo imposible de alcanzar, han de ser estas las que promuevan y fomenten este tipo de intervenciones y proyectos sociales, ya que sin la participación de todos y todas - ciudadanos, políticos e instituciones - seguiremos varados en el mismo mar de incertidumbre y malestar social. Es hora de dejar de mirar atrás, de levantar los pies del suelo y de romper con los métodos tradicionales de trabajo que tantas decepciones han creado, es hora de mirar al futuro con optimismo y con ganas de lograr el verdadero cambio a favor del bienestar social.
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9. BIBLIOGRAFÍA
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