Guia de trabajo lider emprendedor

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SER EMPRENDEDOR SOCIAL DESDE EL TELECENTRO REQUIERE GRAN CAPACIDAD DE LIDERAZGO.

ENCUENTRO REGIONAL

GUIA DE TRABAJO Material para generar debate y anรกlisis sobre el rol de los lideres en las comunidades.


Presentación La guía que presentamos, es una “hoja de ruta” que busca generar un debate sobre lo que es un líder emprendedor. Entendemos el líder por las siguientes características. El líder debe tener el carácter de miembro, es decir, debe pertenecer al grupo que encabeza, compartiendo con los demás miembros los patrones culturales y significados que ahí existen. Conocimiento y habilidad, debe ser una persona capacitada. Preocupado y respetuoso, trata a la gente como personas, ve en cada uno talentos que hay que potenciar. Tiene visión, objetivos claros; horizonte fijo, sentido de dirección. Abierto al cambio, mente abierta, capacidad de adaptación. Proactivo: La proactividad consiste en el desarrollo autoconsciente de procesos creativos e innovadores para la generación de mejores oportunidades. Se trata de tomar un sueño y realizar todas las acciones que sean necesarias para que se pueda cumplir. El Proactivo influye y dinamiza su entorno, se arriesga, busca soluciones, crea caminos si es necesario y actúa en la incertidumbre, es decir, no se pasma frente a ella. Para el Proactivo no basta con proponer ideas, hay que convertirlas en acciones reales, romper la barrera estática del imaginar y el soñar, e ir hacia el actuar. Es sumar acción e imaginación de manera continua y simultánea. El líder no resulta por sus rasgos individuales únicos, universales (estatura alta, baja, aspecto, voz, etc.), sino por sus cualidades. Cada grupo elabora su prototipo ideal de líder y por lo tanto no puede haber un ideal único para todos los grupos. El líder debe organizar, monitorear, dirigir o simplemente motivar al grupo a determinadas acciones o inacciones según sea la necesidad que se tenga. Estas cuatro cualidades del líder, son llamadas también carisma. Por último, otra exigencia que se presenta al líder es la de tener la oportunidad de ocupar ese rol en el grupo, si no se presenta dicha posibilidad, nunca podrá demostrar su capacidad de líder. Por ello esta guía aportara a esta reflexión.

Antonio Lara P.


La Lechera: Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. “Como esta leche es muy buena”, se decía, “dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: “¡así!” La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar. ¿La moraleja? Esta fábula de Esopo nos habla sobre nuestra tendencia a soñar, a ver un mundo de posibilidades a través de algo que recién vamos a hacer. Así como la lechera, pensamos en todo lo que haremos cuando tengamos dinero, cuando estemos posicionados en el mercado, cuando logremos muy buenas ventas, etc; sin haber dado realmente ni un paso seguro en el camino. Siempre les aconsejan a los emprendedores que luchen por alcanzar sus sueños, pero esto implica muchas cosas; empezando por tener los dos pies bien puestos en la tierra, aterrizar bien sus ideas hacia un plan de negocios para lograr algo en concreto. No se puede cantar victoria sin haber armado la estrategia de la batalla. Así que ya saben, si tienen una buena idea, analicen el terreno, estudien a su competencia, investiguen, hagan preguntas a sus posibles consumidores, estén atentos a esas oportunidades que nos da el mercado, busquen asesoría de gente con más experiencia y planifiquen bien qué es lo que van a hacer para lograr cosas mayores. No vale la pena ilusionarse con aquello que aún no se tiene.


El papel de un líder es convencer a los demás de que ciertas ideas tienen sentido, y que se debe trabajar por ellas.

Las cosas no siempre son lo que aparentan: ¿Qué percepciones son las que nos llevamos? ¿Cuáles son esas primeras impresiones que tenemos? ¿Tendemos a juzgar a la gente por actos determinados? Lee esta breve historia sobre el paso de dos ángeles por la casa de dos familias muy distintas y reflexiona. Cuentan que una vez, dos ángeles viajaban por el mundo y pidieron pasar la noche en la casa de una familia muy rica. Sus miembros eran groseros y malcriados, aceptaron que los ángeles (quienes no habían revelado su identidad) se quedaran en su hogar pero no en el cuarto de huéspedes que poseía la mansión, sino en un lugar lúgubre y pequeño en el sótano. En lugar de camas, les esperaba el suelo duro y frío. Uno de los ángeles al ver un agujero en la pared, lo reparó y tapó. El ángel más joven le preguntó: “¿Por qué hiciste eso?” El ángel viejo le respondió: “Las cosas no siempre son lo que parecen”. A la mañana siguiente los ángeles partieron… Llegada la noche, tocaron la puerta de un hogar muy pobre pues necesitaban un lugar donde dormir. El granjero y su esposa, aunque de condición muy humilde, eran muy hospitalarios y les ofrecieron el poco alimento que tenían y los dejaron dormir en su propia cama. Por la mañana muy temprano con la salida de sol, los ángeles encontraron a los esposos muy tristes. La única vaca que tenían, con la que obtenían dinero vendiendo su leche, estaba muerta. El ángel joven molesto dijo: “¿Por qué sucedió eso? El primer hombre tenía riquezas y le ayudaste y a esta familia que no tiene casi nada, no le ayudaste cuidando a su vaca.” El ángel viejo le responde: “Las cosas no siempre son lo que aparentan… Cuando estábamos en la mansión, vi que tras ese agujero había una gran cantidad de oro en la pared. Como el dueño de la casa era tan obsesionado, avaro y malo, sellé la pared para que jamás lo encuentre. Y, ayer por la noche mientras dormíamos en la cama de los granjeros, llegó el ángel de la muerte a llevarse a su esposa. Le di a la vaca en lugar de ella. Como te digo, las cosas no son siempre lo que parecen…” Reflexión: Como dice el título de esta historia, “las cosas no siempre son lo que aparentan”. Tenemos la mala costumbre de juzgar a las personas, de tener prejuicios. Sin saber detalles de otra persona y las cosas que le suceden, solemos sacar nuestras propias conclusiones, las cuales en la mayoría de veces, no son las correctas. Está bien anticiparse de algún modo, pero no hay verdad absoluta y menos debemos imaginarnos cosas y situaciones con solo ligeros detalles que podamos tener a primera vista. Seamos más cautos antes de emitir una opinión o comentarios.


Hay líderes espirituales, jefes, personas destacadas etc.. , pero todas tienen una característica especial, saben llevar a su grupo a los objetivos y las metas que se proponen como colectivo.

La competencia: El otro día encontré en el muro de facebook de un amigo esta linda historia y la quise compartir aquí pues lleva una gran enseñanza. Lee con atención y llévate una buena reflexión con: “La competencia”. Cuenta la historia que un antropólogo que estaba haciendo investigaciones en una tribu africana, propuso a los niños de esta un juego. A lo lejos él había dejado una canasta llena de frutas cerca a un gran árbol y les dijo a los niños: “El primero que llegue a alcanzar la canasta, ganará todas las frutas”. Los niños se prepararon y cuando dio la señal para que corrieran, todos ellos se tomaron de las manos y corrieron juntos. A los pocos segundos, los pequeños estaban sentados juntos disfrutando del gran premio. El antropólogo sorprendido por la reacción de los niños preguntó: “¿Por qué corrieron así? Si uno solo pudo haber ganado todas las frutas…” A lo que ellos respondieron: “Ubuntu, ¿cómo uno de nosotros podría ser feliz con las frutas si todos los demás están tristes?” Reflexión Ubuntu es una regla de ética que mantienen muchos pueblos de Africa. Está enfocada en la lealtad y la relación positiva entre las personas. Esta palabra que proviene de las lenguas zulú y xhosa, según los estudiosos, podría traducirse como: “Yo soy porque nosotros somos”. Las personas que se rigen por esta filosofía de vida: Ubuntu, es abierta y está lista para dar, respaldar, apoyar a sus hermanos. Según Desmond Tutu, líder pacifista sudafricano y Premio Nobel de la Paz por luchar contra el apartheid, la persona con ubuntu no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo pues sabe que pertenece a una gran totalidad, que decrece cuando otras personas son humilladas, menospreciadas. ¿Qué tal si aplicamos la filosofía del ubuntu en nuestras familias y organizaciones? La competencia al interior de estos espacios se vería mermada y transformada en un trabajo conjunto por el bienestar común, donde todos crecemos y desarrollamos nuestras habilidades. ¿Estarías de acuerdo? ¿Qué tal si todos corremos juntos hacia esa canasta de frutas para luego compartir y disfrutar el gran premio?


Los líderes ven y buscan oportunidades en todo momento y las aprovechan para destacar y desarrollar la obra social en base a una meta futura.

¿Buena o mala suerte? : “Ver el lado amable”, “encontrar en lo negativo algo positivo”, “ver en la desgracia una oportunidad”,son frases que la gente nos dice para tratar de animarnos cuando nos ocurre una situación que superficialmente es mala para nosotros. Esta pequeña historia nos cuenta algo de estas experiencias. Lee este cuento y reflexiona. Érase un campesino muy pobre cuyo único tesoro era un caballo. Todos lo consideraban al animal como extraordinario y no entendían cómo este hombre no lo vendía para salir de la pobreza. Hasta el señor del castillo ofreció comprárselo, pero el viejo labriego se rehusaba a venderlo. “Para mí este caballo no es solo un animal, es mi amigo. ¿Cómo voy a vender a mi amigo?”, dijo el viejo. Una mañana, el campesino ingresó al establo y su caballo no estaba. Lo buscó por todos lados sin encontrarlo. Al enterarse sus vecinos le comentaron: “Te advertimos que era mejor venderlo y te negaste. Seguro te lo robaron. ¡Qué mala suerte! El viejo les respondió: “¿Buena o mala suerte? ¿Quién sabe? ¡Sólo Dios sabe!” Todos se burlaban a sus espaldas. Dos semanas después mientras el hombre estaba trabajando en la chacra, levantó la vista y vio a su caballo que regresaba a casa seguido por una manada de potros salvajes. Su corcel había escapado persiguiendo a una hermosa yegua y ahora regresaba con la manada entera siguiéndolos. Los vecinos, al percatarse de este hecho le alabaron diciendo: “¡Qué suerte tienes!” A lo que el campesino respondió: “¿Buena o mala suerte? ¿Quién sabe? ¡Sólo Dios sabe!” Entonces el hombre con la ayuda de su hijo iniciaron la tarea de domar a los caballos. Una semana más tarde, el muchacho se rompió la pierna entrenado a los potros. “¡Qué mala suerte! ¿Ahora quién lo reemplazará en las labores? No tienes dinero para contratar un reemplazo” le dijeron los vecinos. El anciano les contestó: ”¿Buena o mala suerte? ¿Quién sabe? ¡Sólo Dios sabe!” Pasaron unas semanas cuando de repente llegó al pueblo el ejército real y enlistó a todos los jóvenes. Todos fueron preparados a partir a la guerra menos el hijo del campesino, quien tenía la pierna fracturada. “¡Qué suerte tienes¡” le decían los vecinos entre sollozos. A nuestros hijos ya los perdimos en la guerra, probablemente morirán, pero el tuyo se queda en casa contigo. Conmovido el viejo les dijo: “¿Buena o mala suerte? ¿Quién lo sabe? ¡Sólo Dios sabe!” Reflexión: En nuestro camino del emprendimiento las situaciones que tendremos no serán todo color rosa. Sobre todo al inicio donde casi el 99% de nuestro esfuerzo e inversión se ven como esa semilla que ponemos dentro de la tierra que hemos abonado, regado y cuidado con la dosis correcta de rayos de sol y agua. Esperamos que brote, crezca y mientras seguimos cuidándola a esa pequeña planta, debemos estar pendientes y pacientes hasta el día que nos pueda dar frutos. Durante ese tiempo de espera esta planta podrá ser atacada por mohos, insectos, vientos fuertes, etc. Tenemos que estar preparados para aquellas situaciones negativas y en caso nos agarren desprevenidos, tenemos que ver el lado positivo de estas. Aprenderemos mucho en estos momentos, las experiencias serán de gran beneficio para no cometer los mismos errores otra vez. Como emprendedores también debemos entender que no podemos echarnos a esperar que las cosas sucedan o se resuelvan por arte de magia, debemos buscar las oportunidades, estar muy atentos al entorno, al mercado, pensar en los clientes y analizar todo constantemente. Seamos como el campesino viejo quien no tomaba las situaciones como buena o mala suerte, simplemente como cosas que suceden y de las cuales siempre tiene que ver el lado positivo y el aprendizaje.


Características comunes.

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Capacidad de acompañamiento: Ser capaz de acompañar los procesos, tener capacidad de compromiso para con si mismo como para su grupo. Sin abandonar sus objetivos.

Las dos vasijas: Cuenta la historia que un cargador de agua de la India llevaba en los hombros dos grandes vasijas colgantes de un palo. Con esfuerzo cada día recogía el agua en el arroyo para llevarla a la casa de su patrón. Una de las vasijas tenía varias grietas las cuales hacían perder su contenido llegando solo la mitad del agua, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda hasta su destino. La vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros, pues funcionaba bien para los fines para los que fue creada. La otra vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía era su obligación. Dos años pasaron así con la misma rutina diaria, hasta que un día la vasija agrietada le dijo al aguador: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de m i carga y sólo obtiene la mitad del valor que deberías recibir.” El aguador le dijo compasivamente: “Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellas flores que crecen a lo largo del camino desde el arroyo hasta la casa.” Así lo hizo la tinaja. Vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino, pero igual se sentía apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces “¿Te diste cuenta que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.” ¿Cuál es la moraleja? Así como la vasija agrietada, a veces estamos comparándonos con los demás, remarcando nuestros defectos y debilidades en nuestras acciones diarias y viendo aquellas virtudes y cualidades que otros poseen, desmereciéndonos a nosotros mismos. Tenemos la tendencia a amplificar estos aspectos negativos que poseemos y no nos damos cuenta que afecta nuestra autoestima. En algunas ocasiones son otras personas las que sacan a la luz nuestro potencial pues ven más allá de lo que podemos ver, tienen otras perspectivas. La licenciada en psicología clínica, Silvia Russek, nos recomienda hacer un esfuerzo por cambiar dicha actitud.Tenemos que buscar lo positivo en nosotros mismos y en los demás. Así seremos testigos de un cambio importante en nuestras vidas.


2. Capacidad de aprovechar sus potencialidades:

Aprovecha sus potencialidades para explotarlas con quienes lo rodean; debe destacarse, sacar provecho de sus potencialidades de tal manera que su capacidad sea apreciada y respetada.

La cigarra y la hormiga: Todos en el bosque sabían que el invierno vendría largo y muy frío. La hormiga, muy consciente de esto había trabajado durante todo el otoño acopiando arena y ramitas para construir su nuevo y resistente hogar; así como juntado suficiente alimento que le dure hasta la primavera. Una de las últimas tardes de otoño, apareció una cigarra muy cerca a la hormiga. Esta rogaba por comida y descanso. Estaba débil y flaca. La hormiga con las justas escuchó sus quejidos. Al darse cuenta, le dijo: “¿Qué pasa cigarra? Estoy ocupada, solo he podido trabajar hoy 15 horas y no puedo perder más tiempo porque el invierno está por venir”. La hormiga siguió transportando un grano de trigo que pesaba el doble que ella. La cigarra seguía recostada en una hoja seca. La cigarra otra vez insistió débilmente a la hormiga que le diera alguna sobra de comida, cualquier cosa porque se moría de hambre. La hormiga se detuvo a secarse el sudor que le caía de la frente y le preguntó a la cigarra: “¿Qué has hecho durante todo el verano mientras mis compañeras hormigas y yo trabajábamos?”. “¡Ah! ¡No! No creas que estuve de ociosa”, aseguró la cigarra. “Estuve cantando todos los días. Muy ocupada”. La hormiga un tanto fastidiada, levantó otro grano de trigo y siguió su camino. “¿Cantaste todo el verano? ¿Sabes qué puedes hacer ahora?”. La cigarra esperanzada le dijo: “No… ¿qué?”. A lo que la hormiga le respondió mientras se alejaba: “Puedes bailar todo el invierno”. Reflexión En esta fábula de Esopo hay muchas enseñanzas, empezando con el valor del trabajo y el esfuerzo para lograr algo. La hormiga trabajó todo el otoño para lograr una casa reforzada y alimento suficiente para no preocuparse luego. También podemos aprender sobre la anticipación, si la hormiguita sabe que el invierno será un tiempo de estar encerrado en su hogar, debe saber que tiene que acopiar todo el alimento posible para que no le falte y no exponerse al clima que podría matarla en el exterior por salir a última hora a buscar algo de comer. Otra lección es saber equilibrar nuestro tiempo de trabajo y de ocio. No lleguemos a ser como la cigarra que se la pasó toda la vida solo cantando bien relajada, sin reconocer el valor del tiempo y las tareas importantes para la vida.


Líderes de Hoy deben tener: - adaptabilidad, saber mezclar sus estilos de liderazgo según situaciones que afrontan, utilizar las herramientas adecuadas, en los momentos adecuados. Los líderes generalmente mezclan sus facetas según los momentos que afrontan. Los ciegos y el elefante: Había una vez en la antigua India un mercader que viajaba siempre con su elefante. El animal le servía como medio de carga y también para impresionar y ahuyentar a posibles enemigos. Cuenta la leyenda que un día este mercader llegó a una ciudad habitada solo por ciegos. Desconfiados, enviaron a seis jóvenes para investigar quién era este extranjero que pretendía ingresar a su ciudad. Los muchachos impacientes fueron corriendo uno tras otro para conocer al visitante. El primero de los jóvenes, quien corrió bastante rápido, fue el primero en llegar chocando contra un flanco del animal. El olor y el tacto le dieron indicios sobre un animal. Trató de medirlo y le pareció que no tenía fin. Volvió a los pocos minutos a la ciudad gritando: “¡Es un animal y es como un muro!”. El segundo en llegar se topó de frente con la trompa del elefante. El animal resopló y tras tocarlo apenas, el muchacho regresó corriendo diciendo que era una serpiente gigante. El tercero se topó con un gran colmillo del elefante. Sintió el marfil frío y afilado y volvió gritando que el animal era como una lanza. El cuarto muchacho se encontró con una de las patas traseras del animal. Trató de rodearla con los brazos y el elefante molesto, levantó su pierna para soltarse. El joven volvió donde lo esperaban los demás habitantes y les explicó que era un animal que además parecía el tronco de un árbol enorme, muy fuerte y que se movía. El quinto arriesgado explorador sólo se topó con la cola del elefante y se sorprendió de las reacciones y el alboroto de sus compañeros. Dijo: “Es solo una vieja cuerda desgastada”. El sexto muchacho ciego llegó cerca a la oreja del animal. Sintió que con los movimientos del elefante, sus orejas movían gran cantidad de aire. “Parece un abanico gigante”, les dijo a los demás ciudadanos. Tras los 6 jóvenes salió uno de los sabios de la ciudad. Mayor y experimentado, se acercó al elefante, lo rodeó, tocó y cuando hubo examinado completamente el animal, regresó caminando lentamente y riendo por las prisas de la juventud, al tiempo que recordaba que él también había sido igual de impetuoso de joven. Cuando llegó donde estaban los demás pobladores, se dio con la sorpresa que cada uno de los jóvenes había convencido a cierto grupo de la población con su descripción: - Es un muro, decían unos. - No, es una serpiente, respondían otros. - Están equivocados, es una lanza, replicaban por otro lado. - ¡Es un tronco! - ¡Una cuerda vieja! - ¡Un abanico! El anciano no paraba de reír al escuchar todo esto.


¿Cuál es la reflexión? Cada uno de los muchachos, apresurados por dar la noticia a los demás pobladores solo contaron su versión superficial de los hechos. Dieron un punto de vista muy limitado ya que no se tomaron el tiempo necesario para tener una visión completa de las cosas. Si por la prisa, sólo tomas en cuenta uno que otro factor, tu análisis será parcial y tu diagnóstico resultará en error. Tómate siempre el tiempo necesario para analizar el problema desde todos los ángulos posibles. Así no quedarán dudas y podrás tomar mejores decisiones. Si bien es cierto que 6 jóvenes fueron elegidos para ver al extranjero y al elefante, ningún otro de los pobladores – a excepción del sabio – salió a verificar lo que dijeron los chicos. Sólo repitieron y se dejaron convencer por los jóvenes sobre la apariencia del animal. Busca tu propia opinión basada en tu experiencia personal. Es posible que otras personas te digan muchas cosas al emprender en tu negocio, te den muchos consejos que puedes tomar en cuenta, te dirán que hagas tal o cual cosa porque funcionará. Sí, es posible que funcione, pero es mejor que tú lo intentes bajo tu propio análisis y diagnóstico. Sé como los 6 jóvenes quienes se atrevieron a acercarse y averiguar quiénes eran los que llegaron a la ciudad. Sé como el viejo sabio quien se tomó su tiempo para rodear al animal y poder dar su punto de vista mucho más certero. ¿Qué te pareció? ¿Rescatas alguna otra reflexión?


3. Capacidad de posicionamiento:

Conoce sus habilidades aprende a incorporarse y adentrarse en la población que lo rodea. No se es líder si no se puede entrar a un grupo a liderar. Lee Esta interesante parábola del águila que fue criado como un pollo, pero que en el fondo descubrió que siempre fue un águila por sus instintos y naturaleza. Érase una vez un hombre que caminaba por el bosque. De pronto encontró un aguilucho, se lo llevó a su casa y lo puso en su corral, donde pronto aprendió a comer y comportarse de la misma manera que los pollos. Un día un naturalista que pasaba por allí le preguntó al propietario por qué razón un águila, rey de las aves, estaba encerrado en un corral con pollos. ”Le he dado la misma comida que a los pollos y él ha aprendido a ser igual que ellos. Nunca ha aprendido a volar”, contestó el granjero. El naturalista insistió: “Estoy seguro que puede volar”. Después de estar discutiendo sobre el águila, los dos hombres acordaron hacer una prueba y ver si era posible que el ave volara. El naturalista lo cargó y le dijo: “tú perteneces al cielo, abre las alas y vuela”. El águila no entendía, no sabía qué sucedía y al ver a los pollos comiendo saltó hacia ellos para hacer lo mismo. El naturalista no perdía las esperanzas y al día siguiente llevó el águila al techo de la casa y la animó diciéndole: “eres un águila, abre las alas y vuela”, pero el águila con miedo saltó otra vez en busca de la comida de los pollos. Al tercer día, el naturailsta sacó al águila del corral y lo llevó lejos a una montaña. Allí, levantó al ave y le dijo: “eres un águila y tu lugar es el cielo, ahora abre las alas y vuela”. El águila miro alrededor y siguió sin volar. Entonces el naturalista lo levantó en dirección hacia el sol; el águila empezó a temblar y abrió lentamente sus alas. Con un grito triunfante voló alejándose en el cielo. Es posible que el águila recuerde donde está el corral de los pollos, pero nunca más vivió como ellos. Siempre fue un águila a pesar de haber estado tratada igual que a un pollo. Reflexión: ¿Eres un águila que aún no se ha dado cuenta del gran potencial que llevas dentro? ¿Qué comportamientos son los que te impiden ser un águila? ¿Qué cambiarás para descubrirlo?


4. Capacidad de Comunicación :

Un líder debe tener una capacidad para hacer entender sus ideas, sus posiciones o sus ideales, debe tener habilidad para convencer.

Zanahoria, huevo o café: La historia trata sobre la actitud que debemos tener frente a las distintas situaciones que afrontamos en la vida. ¿Eres zanahoria, huevo o café?, esa es la pregunta que te debes hacer al final de la lectura. Una hija conversaba con su padre y se quejaba sobre su vida y las cosas que le ocurrían. Cada vez que ella solucionaba un problema, siempre aparecía otro. Estaba cansada de enfrentar estas situaciones y ya no sabía cómo seguir adelante. “Me doy por vencida”, le dijo a su padre. Él, que trabajaba de chef, la invitó a acompañarlo al restaurante el día siguiente. Ella sin entender bien aceptó. En la cocina el hombre puso 3 cacerolas pequeñas con agua al fuego. Cuando el agua hervía, puso en una de ellas una zanahoria; en la otra un huevo y en la tercera, unos granos de café. La hija no entendía qué hacía su padre. A los 20 minutos, el padre apagó el fuego de las 3 hornillas. Sacó la zanahoria y el huevo, poniéndolos en un plato. El café con el agua lo puso en un recipiente. Hizo acercar a la joven y le dijo que viera cada uno de esos ingredientes, cómo cambiaron con el agua y el fuego. La zanahoria estaba blanda, el huevo estaba duro y el café despedía un rico aroma. Ella le preguntó a su padre: “¿Qué significa todo esto?” El le respondió: Los tres ingredientes enfrentaron la misma adversidad: el agua y el fuego, pero cada uno reacción de diferente forma. La zanahoria que era fuerte y dura se volvió blanda y débil. El huevo que era frágil se volvió duro. Los granos de café después del agua habían cambiado Su hija le preguntó: “¿Qué significa esto, Padre?” El le explicó: “Los tres elementos enfrentaron la misma adversidad: agua hirviendo. Pero cada uno reaccionó de manera diferente: La zanahoria llegó al agua fuerte y dura; pero se volvio blanda y débil. El huevo había llegado al agua frágil, protegido solo por su cáscara; pero se volvió duro. Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. ¿Cuál eres tú?, le preguntó a su hija. Reflexión: Las circunstancias son las que son, y ante eso poco podemos hacer, pero si que podemos elegir la actitud y el modo de responder ante la adversidad o cualquier situación que se nos plantee la vida. Eligiendo el significado que damos a las situaciones, detectando creencias limitantes para sustituirlas por otras mejores y haciendo lo que esté en nuestra mano para hacer nuestra existencia un camino más apacible y feliz.


5. Capacidad de entender a quienes dirige:

Es necesario comprender cómo piensan los otros para poder estar un paso adelante de ellos, de conocer sus necesidades, demandas y reclamos.

El perro y el clavo : Un buen día un hombre va a visitar a un amigo. Cuando llega a la casa de este, se encuentra en el comedor con su mascota, un perro grande y fuerte, quien extrañamente está llorando. El visitante le dice a su amigo: “¿Qué le pasa al perro? ¿Está enfermo?” Y el dueño le dice: “No te preocupes, lo que pasa es que es un perezoso.” Los dos amigos se sientan a conversar por largo rato, mientras el animal sigue quejándose. Nuevamente el visitante inquieto le dice: “Yo creo que tu perro tiene algo, ¿por qué no lo llevas al veterinario?”. El hombre le contesta: “No te preocupes, es que este perro es un flojo.” El visitante le pregunta a su amigo: “¿Por qué dices que este perro es perezoso? A mí me parece que está enfermo, sufriendo de algo”. El dueño del perro le explica: “Lo que sucede es que lleva sentado encima de un clavo toda la mañana. Le duele y se queja del dolor, he intentado moverlo pero no ha querido levantarse porque con toda la molestia del clavo, igual se siente cómodo y ya se acostumbró a estar así sufriendo y llorando”. La reflexión ¿Cuántas veces nos quejamos de las cosas que suceden en nuestras vidas? Andamos renegando sobre el trabajo que va mal, que la relación con la pareja no es la ideal y no somos felices, que los estudios no satisfacen nuestras necesidades de conocimientos, que los ingresos que tenemos no son suficientes, etc. ¿Estamos haciendo algo realmente para cambiar esa u otras tantas situaciones que vivimos diariamente? NO. No hacemos nada y simplemente nos quejamos como el perro de la historia. Si somos lo suficientemente cautos, podremos identificar qué va mal en un inicio y remediar el problema rápidamente. Si no lo somos y ya tocamos fondo, entonces es hora de tomar acción. Si te va mal en el trabajo, pues cámbialo, no será fácil pero verás que el simple hecho de tomar la decisión, renunciar y buscar uno nuevo, será beneficioso para tí. Si no tienes dinero suficiente, entonces busca nuevas formas de obtener ingresos. Si tus estudios no llenan tus expectativas, evalúa cambiarte de carrera. Podrás convalidar cursos. Eso sí piensa bien en todo lo invertido hasta ese punto. Ármate de valor para enfrentar estas situaciones difíciles pero decisivas en tu vida. Todas las personas tienen un gran potencial, no dejes que la comodidad y el conformismo te corten tus propias alas. Con esfuerzo y disciplina puedes lograr cualquier cosa. Es hora de cambiar, ¿verdad?


6. Capacidad de mantener el control:

Un líder, evita perder la calma y sabe actuar en situaciones difíciles, además sabe apoyarse en los demás cuando realmente lo necesita.

El Pan Quemado; Después de un día pesado de trabajo, mi madre preparó un plato de salchichas y pan tostado muy quemado y se lo dio a mi padre. Esperando que él lo note, me quedé sentado observando la situación. Aunque mi padre lo notó, tomó un pan tostado quemado, sonrió a mi madre y me preguntó qué tal me había ido en la escuela. No recuerdo qué le contesté, pero sí recuerdo a mi padre untándole mantequilla y mermelada al pan y comérselo todo sin quejarse. Cuando me levanté de la mesa y me fui a mi cuarto, escuché a mi madre pidiéndole disculpas a mi padre por los panes tostados que se le quemaron. Nunca olvidaré lo que él le dijo: “Cariño, no te preocupes, a veces me gustan los panes tostados bien quemados”. Antes de dormir fui a dar el beso de buenas noches a mi padre y le pregunté si le gustaban los panes quemados. Él me abrazó y me dijo: “Tu mamá tuvo un día difícil de trabajo, está cansada y un pan tostado un poco quemado no le hace daño a nadie. La vida está llena de cosas imperfectas, gente imperfecta…Debemos aprender a aceptar los defectos y decidir cómo reaccionar ante las diferencias de los demás, eso es muy importante para tener una relación sana y duradera. Un pan tostado quemado no debe romper un corazón”. Reflexión La comprensión y la tolerancia es la base de cualquier tipo de relación humana. Hay que saber ser empático y ponerse en el lugar de los demás antes de reaccionar de manera fea con los demás. Sé más amable con las personas, no sabes qué problemas, qué situaciones tuvieron en su día, sé considerado con los demás. Todos libramos algún tipo de batalla diaria. La felicidad es una decisión que cada uno toma. ¿Estás siendo tolerante y comprensivo?


Existen muchas características que pueden tener los líderes de hoy, pero la capacidad principal que debe tener es la capacidad de asimilación y de adaptabilidad a los diferentes cambios que afronte. La personas y el mundo cambian, y sus líderes deben cambiar con ellos.

La historia del águila cabeza calva: Hay una historia conmovedora y muy profunda que siempre se menciona en las clases de coaching o liderazgo, es el cuento del águila de cabeza blanca. El águila americana o de cabeza blanca es el ave de mayor longevidad en su especie pues llega a vivir alrededor de 70 años. Cuando cumple más o menos los 40 años el águila debe tomar una decisión muy importante. A dicha edad, sus uñas curvas y flexibles ya no pueden capturar presas para alimentarse. El pico que es largo y puntiagudo llega a ponerse curvo apuntando al pecho y sus alas cargan pesadas y viejas plumas que no le permite volar bien. Las opciones para este animal son: rendirse y esperar morir o enfrentar un proceso doloroso y largo (150 días) para renovarse. Si es sabio y opta por la segunda opción el ave debe volar hacia lo más alto de una montaña y refugiarse en un nido hecho cerca a una pared fuerte. Cuando encuentra dicho lugar, el águila empieza a golpear contra la pared su pico hasta arrancárselo, este proceso le ayudará a que un nuevo pico regenere en su lugar. En el momento que ya su nuevo pico está totalmente listo, arranca sus viejas uñas, de las que vuelven a salir unas nuevas. Luego arranca sus plumas viejas para que salgan otras. Pasados los 5 meses, el águila vuelve a volar majestuoso por los aires durante 30 años más. Reflexión: En algún momento de nuestras vidas, ya sea como profesionales o en temas personales llegaremos a ese límite como el águila a sus 40 años. Veremos que los momentos difíciles nos rodean, nuestras energías están totalmente desgastadas y pensamos que ya no hay forma de cambiar, ni mejorar. Es allí donde nuestra actitud y tesón serán nuestros mejores aliados para sobreponernos. De igual forma sucede con nuestras empresas o proyectos que pueden llegar a asfixiarnos de alguna manera. El objetivo aquí es saber cuándo reinventarse. Debemos detectar aquel momento en que la empresa, los productos, la gente, nuestras mentes, tienen que cambiar de actitud, de pensamiento y tomar acciones sobre ellas. Sólo así podremos renacer como el águila, con nueva viada para alcanzar nuevos retos.


Para terminar, el buen líder, debe ser el más diligente, el más preparado y debe hacer de sus conocimientos y de sus habilidades una pasión que debe mejorar constantemente.

El paraguas: Luego de 10 años de aprendizaje, el joven Zenno creía que ya tenía la capacidad de llegar a la categoría de maestro zen. Emocionado por esta posible situación, salió corriendo en un día lluvioso para visitar a su maestro, Nan-in. Al ingresar a la casa de Nan-in, el maestro preguntó: “¿Has dejado tu paraguas y tus zapatos en la entrada?” A lo que Zenno respondió: “Por supuesto, maestro. Eso manda la buena educación.” El maestro le dice: “Entonces dime, ¿pusiste el paraguas a la derecha o a la izquierda de tus zapatos?” A lo que Zenno respondió: “No tengo idea, maestro” “El budismo zen es el arte de tener conciencia total sobre lo que hacemos, mi estimado Zenno”, dijo Nan-in. “La falta de atención a esos detalles que consideramos pequeños o insignificantes, pueden destruir la vida entera de una persona. Imagina a un padre que sale corriendo de la casa porque anda con el tiempo justo quien olvida un cuchillo en la mesa y este está al alcance de su pequeño hijo. O aquel samurai que no mira su espada todos los días. Terminaría encontrándola oxidada y ya no serviría cuando más la necesite. Imagina un joven que olvida llevarle flores a su amada, pronto terminará por perderla.” Zenno entendió que a pesar que sabía mucho sobre la filosofía zen en el mundo espiritual, había olvidado aplicarlas su mundo más inmediato, en la tierra. Reflexión A veces andamos apresurados por la vida, cumpliendo con las actividades del día a día y perdemos esa capacidad de disfrutar, percibir, sentir y ser testigos de cosas asombrosas. Perdemos parcialmente la conciencia de nuestros actos y tenemos que revertir esta situación. Tómate un tiempo para darte cuenta qué es lo que estás haciendo realmente, corrige los comportamientos y sé dueño de tus propios actos. Piensa que aquello que haces ahora, puede cambiar tu vida por completo. Antes de tomar una decisión sobre algo, proyecta eso al futuro y anticipa las acciones como un buen líder. Zenno también nos ayuda a reconocer que nuestro nivel espiritual debe ir a la par de nuestro nivel físico. Para un emprendedor esto se traduciría como que sabemos mucho pero aplicamos poco. Esas cosas que aprendimos en las clases, capacitaciones y talleres, que no se queden a un nivel teórico, sino que apliquemos directamente a lo que hacemos, a poner en marcha nuestro negocio, al trabajar y desarrollar nuevos proyectos, etc. ¿Dónde dejaste tu paraguas? ¿Lo recuerdas? Seamos un poco más detallistas y asimilemos y apliquemos aquellas cosas importantes para nuestra vida.



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