2022 – 2023
PROCESSI 150
Real Academia de España en Roma
PROCESSI 150
Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España
Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
José Manuel Albares Bueno
Secretaria de Estado de Cooperación Internacional
Pilar Cancela Rodríguez
Director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo
Antón Leis García
Director de Relaciones Culturales y Científicas
Santiago Herrero Amigo
Real Academia de España en Roma
Embajador de España en Italia
Miguel Fernández-Palacios Martínez
Consejero Cultural
Carlos Tercero Castro
Directora
Ángeles Albert de León
Secretaria
María Luisa Sánchez Llorente
Patronato
Presidenta: Pilar Cancela Rodríguez
Vicepresidente: Santiago Herrero Amigo
Secretaria: Belén Yuste Rojas
Vocales natos
Ángeles Albert, Isabel Celaá, Miguel Fernández-Palacios, Tomás Marco, Eloísa del Pino, Carmen Páez, Isaac Sastre y Fernando Villalonga.
Vocales no natos
Juan Bordes, Estrella de Diego, José Ramón Encinar, Santiago Eraso, Jorge Fernández León, Concha Jerez, Rosario Otegui, Jordi Teixidor y Remedios Zafra.
Un agradecimiento a todos aquellos que, desde SECI, AECID y MAEUEC, han dedicado sus esfuerzos a la Academia y a esta promoción de residentes y, muy especialmente, a José M.ª Bastida, Eloísa Vaello, Marisa Sánchez, Diego Mayoral y Marta Llueca.
También a José Andrés Torres Mora, Isabel Izquierdo, Pilar Gómez, Marta Rincón y Alma Guerra, quienes desde AC/E han apoyado siempre a la Academia. A Adriana Moscoso, Mercedes Roldán, Leticia Sastre, Ángel Luis de Sousa y Francisco Villar, del Ministerio de Cultura y Deporte, por su ayuda constante.
Entre otros, por su apoyo a la gestión diaria, gracias a Mar Álvarez del Real, Laura G. Bardina, Álvaro Callejo, Elvira Cámara, Aurora Escudero, María García-Rivero, Enrique León, Miguel Lizana, Irene Martínez, José Antonio Méndez, Fátima Mogué, Guadalupe Moreno, Soledad Moreno, Francisco Prados, Ana Ramos, Rosa Ramírez, Alicia Rodríguez, Cándida Segarra, Javier Serena y Sonsoles Vázquez.
A toda la Consejería de Cultura de la Embajada de España en Roma.
Coordinación general
Ángeles Albert de León
EXPOSICIÓN
Diseño expositivo
Enrique Bordes Cabrera
Coordinación de montaje
Margarita Alonso Campoy
Coordinación de residentes y comunicación
Miguel Cabezas Ruiz
Apoyo de coordinación
María Nadal de Valenzuela
Álvaro López-Quesada
Cristina Esteras González
Paloma Gutiérrez Moreno
Apoyo en diseño gráfico
Sonia Armada Galán
Gestión económica
María Luisa Sánchez Llorente
Silvia Serra
Brenda Zúñiga
Montaje expositivo
Marco Colucci
Paola Di Stefano
Mino Dominijanni
Alessandro Manca
Luca Piccolo
Fabio Pennachia
Stefano Silvia
Rasta Safari
Prensa
Alessandra Santerini
PUBLICACIÓN
Coordinación editorial
Margarita Alonso Campoy
Apoyo a la coordinación editorial
Marina Domínguez Natal
Paloma Gutiérrez Moreno
Álvaro López-Quesada
Coordinación editorial AECID
Héctor J. Cuesta Romero
Revisión de textos
Isabel García Viejo
Diseño y maquetación
Mercedes Jaén Ruiz
Traducción
Elisa Tramontin
Impresión
Tipografia Carnicella
No hubiera sido posible sin el resto del equipo de la Academia de España y colaboradores habituales: Federica Andreoni, Pino Censi, Attilio Di Michele, Adriana Laespada y Roberto Santos.
La Academia de España agradece especialmente a todas las becarias y a todos los becarios que han contribuido con conocimiento, creatividad y entusiasmo a Processi 150.
En 2023 la Academia de España en Roma cumple 150 años desde su fundación, un año que permanecerá en nuestra memoria y en nuestros corazones. Desde esta institución se ha trabajado de forma incansable para planificar una programación riquísima y con un altísimo nivel de compromiso de un equipo que trabaja cada día por la cultura de nuestro país. Así, es un enclave que sigue avanzando en el desarrollo e innovación social y cultural y que se ha visto respaldado con importantes galardones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Como presidenta del Patronato he tenido la oportunidad de visitar la Academia en cuatro ocasiones, dos de ellas coincidiendo con la promoción 150 y la última en el tan especial «Primer foro de artistas e investigadores». Sin duda, puedo reafirmar que los gestos, impresiones y emociones no dejan de crecer cada vez que una visita este refugio en el Gianicolo… Es lo que provocan el arte y el conocimiento, la cultura.
Quienes nos dedicamos a la política debemos estar, sobre todo, para escuchar a quien conoce, a quien sabe y, sobre todo, a quien crea y traslada de alguna manera esa acción política. Por eso es tan gratificante poder contribuir de todas las formas posibles a nuestro alcance a visibilizar la importancia de esta Academia y ayudar a trasladar que la aportación del sector cultural a nuestro país no solo se cuantifica en porcentajes, sino que la cultura es esencial en el desarrollo humano, clave para avanzar y para tener sociedades más justas, más diversas y, evidentemente, en las que la convivencia basada en el respeto a nuestras diferencias nos permita seguir creciendo: porque la diversidad y la pluralidad nos hacen mejores.
La promoción de la cultura fuera de nuestro país es una de las responsabilidades de esta Secretaría de Estado y, por supuesto, de la Academia, que asume un rol fundamental. La cultura tiene sentido cuando se disfruta, cuando se hace llegar a la ciudadanía. Por todo ello, me gustaría agradecer a las becarias y a los becarios por esa generosidad y esa complicidad con las instituciones públicas y con los ciudadanos que tienen la oportunidad de disfrutar y de aprender de sus creaciones; así como por sus contribuciones para acrecentar las colecciones públicas: el patrimonio de todas y todos.
Pilar Cancela
Secretaria de Estado de Cooperación Internacional
Como Embajador del Reino de España en la República italiana me siento muy orgulloso de poder presentar esta publicación que recoge la síntesis de los proyectos realizados por los artistas e investigadores residentes en la Real Academia de España en Roma durante el curso 2022-2023.
2023 ha sido un año muy especial para esta Embajada, pues pudimos celebrar el 150 aniversario de la fundación de la Real Academia, una institución que desde 1873 ha acogido y apoyado a los creadores de España, Italia e Iberoamérica, fomentando el intercambio cultural y el diálogo entre las distintas disciplinas artísticas y científicas.
La exposición que se muestra en estas páginas es el resultado de un año de trabajo intenso, creativo e innovador, que ha dado lugar a obras de gran calidad y diversidad. La muestra ocupa la totalidad de los espacios expositivos de la Academia y se extiende por otras áreas del complejo monumental, creando un recorrido que invita al espectador a descubrir las diferentes propuestas y las conexiones que se establecen entre ellas.
Los proyectos son fruto de las becas concedidas por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que permiten a los creadores disfrutar de una estancia en la Real Academia de España en Roma, donde cuentan con las condiciones necesarias para desarrollar sus proyectos y con una ayuda a la producción de los mismos. Los becarios residen en un conjunto monumental de valor patrimonial universal, referente del espíritu innovador que debe guiar a quienes llegan año tras año a disfrutar de este prestigioso programa cultural.
Esta publicación es, además, la oportunidad de conocer los proyectos, a los artistas y, por supuesto, de seguirles en su andadura posterior. También sirve como guía para comprobar la evolución de los proyectos y en qué medida la experiencia de vivir en Roma les ha influido, tanto en el plano personal como en el profesional.
Quiero agradecer a todos los residentes su dedicación, su talento y su generosidad al compartir sus obras con el público. También deseo reconocer la labor del equipo de la Academia que ha hecho posible la realización de esta exposición y de esta publicación, así como la de todos los colaboradores que han contribuido a su difusión y éxito.
Espero que disfruten de esta publicación y que les sirva para apreciar la riqueza y la vitalidad de la creación española e iberoamericana contemporáneas.
Miguel Fernández-Palacios M. Embajador de España en Italia
ÍNDICE
PROCESSI 150
Una Academia con muchas historias que contar Ángeles Albert de León
El ojo de la cerradura
Matías Candeira
La Academia en una nuez caprichosa
Mariana Orantes
Ad gallinas albas
Andrea Valdés
Cómplices de la Academia
Open Studios
RESIDENTES 2022-2023
Ana Laura Aláez
Elvira Amor
Amelie Aranguren (INLAND – Campo Adentro)
Carla Boserman
Raquel Buj
Matías Candeira
Juan Antonio Espinosa
Marcelo Expósito
Fuentesal Arenillas
Hugo Gómez-Chao
David Hernández Falagán
Abel Jaramillo
Ana Mina
Manu Muniategiandikoetxea
Juan Pedro Navarro Martínez
Itziar Okariz
Mariana Orantes
Mabi Revuelta
Luz Santos Rodero
Pilar Serrano Betored
Sara Torres-Vega
Andrea Valdés
Gabriel Villota Toyos
Exposición
Formar parte: dibujar y hacer archivo
Carla Boserman
UNA ACADEMIA CON MUCHAS HISTORIAS QUE CONTAR
Un año especial, una generación muy especial. Aunque quizá sería más adecuado hablar de 150 años especiales. Todos diferentes, como las generaciones. Todas cargadas de emociones, de sorpresas, de ilusiones. Pero a esta, la de las mujeres y hombres de esta edición, les llegó la oportunidad de saborear las mieles para realizar sus proyectos y pasar a la historia en un año que, realmente, no era como tantos otros. Y no lo era porque cumplir 150 años no es algo habitual. Sin que lo hubieran calculado, los focos se posaron un poco más sobre ellos aprovechando la circunstancia de eso que denominamos efemérides y que suele ir acompañado de brillos y oropeles. Sin embargo, no era la intención de quienes construimos la institución día a día desde la Academia. Ni de los generosos e incansables miembros de su Patronato, ni de los dos directores1 que desde años antes habían aprobado una propuesta poco convencional de actividades culturales para acompañar la oportunidad de reflexionar sobre el futuro, de renacer, de avanzar en una institución única. Maravillosa. En la que la excelencia se mide tanto en emociones como en resultados de los proyectos que se ejecutan con esfuerzo en cada estudio, por cada residente y desde luego por las catorce mujeres y nueve hombres de este año.
Si bien es cierto que todos resaltan la importancia de la vida en común y cómo esta convivencia ha determinado tanto el resultado de las obras realizadas en Roma como el de sus trayectorias profesionales posteriores, el paso por la Academia significa tener la oportunidad de realizar aquel proyecto que ningún galerista, ninguna editorial, universidad o promotor escénico les había encargado y, sin embargo, bullía en su cabeza presto a explotar. Y esa es una de las claves de las llamadas becas de Roma, tener la posibilidad de que los sueños se conviertan en realidad, y muchos, muchos, lo consiguen. Lo conseguimos. El equipo de la Academia ha conseguido despojarse de corazas, de miedos a proponer y han colocado como proa lo que parecía imposible para hacerlo realidad. Con un esfuerzo nunca suficientemente reconocido y desde luego, en la mayoría de los casos, con una dedicación muy por encima de sus obligaciones.
Y quizá desde estas páginas no podamos enhebrar los matices con los que tejemos la gestión cultural, pero no quisiera dejar de reiterar que para crecer es necesario arriesgar. Creer en quienes tienen ideas que con frecuencia no saben expresar con palabras y empujarles para que se precipiten al vacío de la página en blanco, de la pared que parece no acabarse o, como en el caso de Raquel Buj, a las laderas del Mons Aureo que llenó con sus etéreas pieles, naturales y preciosas como ella. El vértigo que sintió cuando el reloj no dejaba de correr es quizá parecido al que he podido sentir en cada una de las reuniones de trabajo o visitas a sus estudios y debía paliar su temor a no poder llegar para trasladarle la seguridad del resultado que vendría. La emoción de disfrutar del proceso de la creación tanto como del sueño de la poesía deambulando al ritmo de acordes mágicos por nuestro jardín romántico. En esa tarde, los que trabajamos en la Academia, respiramos con la seguridad de que de un modo u otro ayudamos a ese milagro y conseguimos, además, extasiarnos con la creación en estado puro.
1 Guzmán Palacios y Santiago Herrero, directores de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
La Academia no tiene límites. Solo los que la mediocridad de quienes no apuestan realmente por ella quieren marcar. O los que en la tensión que define por principio la cultura claudican para relajarse en la comodidad de propuestas incoloras, tenues y con demasiada frecuencia insípidas. O los que confunden el éxito mediático de los titulares generalistas con la diversidad de propuestas en las que las políticas culturales deben batirse para liderar, sin prejuicios, la batalla de apoyar a nuestros creadores, investigadores y gestores del sector creyendo —como lo hacemos desde la Academia— en el poder transformador que ellos nos proponen. Es fácil reconocer la importancia del patrimonio histórico de nuestro país, ya sea al que ha contribuido a generar en Roma como el ya conocido en España. Lo que debe ser una premisa, que, con más frecuencia de lo deseado, se quiere relegar, es el apostar sin fisuras por los espacios e instituciones que favorecen nuevos lenguajes, que no cuestionan la libertad de opinión, que no permiten la exclusión e incluso que flexibilizan las membranas de los procedimientos para permitir que se generen cambios. De ahí que la importancia de la profesionalización del sector cultural y sus trabajadores sea igual que la de quienes cuentan con la capacidad de decisión. La cultura, y el resultado de los procesos de creación e investigación que transforman, no se define solo en los museos que atesoran obras ya producidas, sino sobre todo en los ámbitos en los que se genera, se crea. No se articula solo en bibliotecas, mediatecas o archivos, sino también permitiendo que los escritores lleguen a publicar, los cineastas a exhibir, o los artistas visuales a producir sus obras. Pero, especialmente, en los límites de lo convencional, y no conformarnos con lo que consideramos culturalmente aceptable porque entendemos o no nos incomoda. Y ahí es en donde la Academia se ha empeñado en defender su papel hoy en día, quizá más que nunca. Pareciera a veces que todas las instituciones están al servicio de la proyección de un país enormemente rico como el nuestro, olvidando que el brillo de esa riqueza está basado en los momentos de ruptura de los paradigmas establecidos. Las instituciones como la Academia tienen la responsabilidad de contribuir a que ese brillo que no tiene fórmulas se pueda concretar y para ello es imprescindible que se adapte como el resto de instituciones culturales de referencia internacional a modelos más flexibles, procedimientos más ágiles, dotación más adecuada a sus fines o independencia en el marco legal vigente para desarrollar proyectos ambiciosos de innovación y creación cultural.
Es por ello que este año, una vez más, nuestros residentes han intentado romper las barreras y límites de lo esperado y nos han devuelto proyectos que nos hacen reflexionar, cuestionar y, sin duda, disfrutar muchísimo. Desde posiciones aparentemente solo estéticas pero ancladas evidentemente en investigaciones que con frecuencia han iniciado antes de llegar a Roma, hasta planteamientos en los que el lenguaje nos parece más cercano a formalizaciones de una cultura socialmente más comprometida. En un breve recorrido por los textos que han escrito los propios residentes para esta publicación y las imágenes de sus proyectos se percibe claramente que hay muchas capas y códigos de lectura para interpretar lo que nos proponen. Que, incluso quienes estuvieron menos tiempo, lo aprovecharon con intensidad y estoy convencida de que seguirán reviviendo la experiencia en la Academia. Así pues, iré dando algunas pinceladas que, lejos de intentar ser exhaustiva, pretenden invitar a seguir los pasos de todos y cada uno de las mujeres y hombres de este Processi 150. Eso sí, salpicadas, probablemente, de apuntes de este intenso 2023 que tantas emociones nos ha deparado.
COMENZARON A LLEGAR
El primero de los residentes que llegó bien entrada la madrugada fue Manu Muniategiandikoetxea, quien dio tantas vueltas en su estudio para expandir los límites, que su gigantografía se aupó sobre una de las mejores vistas de Roma para asomarse orgullosa y girar envuelta en decenas de papeles, vídeos y tramas de madera o acero que se empeñaban en levantar también los pavimentos de Ostia Antica y descolocarnos como su sonrisa y generosidad constantes. Fueron llegando poco a poco los demás hasta que entrada la primavera se instaló con nosotros Pilar Serrano, siempre amable y sonriente, que consiguió hacer resonar en el claustro del Pomarancio las notas de mujeres fuertes como ella, en un sugerente diálogo italo-español lleno de matices e improvisaciones que su proyecto inicial solo había acariciado plasmar en el papel.
Realmente, la Academia este año ha estado llena de mujeres fuertes, muy fuertes. Y que vuelven a ser mayoría en la proporción total. De distintas edades y procedencias geográficas, aunque nunca haya sido en estos años criterio para la selección y se evidencia, como siempre, las derivaciones de un país con polos de concentración de la escena cultural en la capital, a la que se ven atraídos u obligados a llegar la mayoría. La presencia iberoamericana se ha concretado en Mariana Orantes, quien desde México nos situó en ese equilibrio tan complejo que es abordar la violencia de la historia que quería contar con la dulzura de su palabra y de sus formas, pero sobre todo con la determinación de aprovechar cada sorbo de vida y estancia en Europa combinando la escritura, la especialización y la convivencia intensa de la Academia. Una mujer fuerte, aunque pareciera frágil en su apariencia, al igual que Mabi Revuelta, de quien nadie que la conozca por sus obras —ni haya colaborado a lo largo de su proceso de creación— puede dudar de la fortaleza que se esconde bajo esa sonrisa constante. A Mabi le parecía que el tiempo se escapaba entre los barrotes de la enorme jaula que se llevó a esos espacios metafóricos de la vida doméstica de la mujer en Pompeya. Nada más lejos de la realidad. La Estancia de los esposos de Mantua —que quizá por ser el punto de partida se convierte en el epílogo— se cuela por sus barrotes. Creo que incluso se percibe en ese vídeo increíblemente sugerente, lleno de sombras y perfiles desdibujados que transitan por paraísos que ella ve de un modo siempre diferente. Mabi sufrió con los tiempos de las faltas de respuesta de la burocracia, con las inclemencias del tiempo, con los sinsabores que la gestión administrativa se obceca en trasladar absurdamente a los creadores. Pero en su despliegue de inteligencia emocional despegó y voló. Les animo a entrar en el universo de su vídeo.
No menos sugerentes son las obras de Elvira Amor. Tan llenas de color que ruborizan. Tan impactantes en sus formas que cuando se encoje en sus formatos, estos parecen resistirse a contenerse y se enlazan con papeles o muros. Se apropió del espacio en su propuesta museográfica al igual que de su estudio. Pintó paredes prolongándose de un modo u otro con distintos materiales en lenguas que se extendieron por el suelo. Aparentemente pura estética, pero en ella no hay nada aparente que no tenga mucho trabajo detrás, muchas capas, muchas Elviras. Ninguna obvia, ninguna frágil. Todas en permanente construcción. Combinó magistralmente su estancia en Roma con otros proyectos que ya estaban en marcha y su capacidad la llevó a resolver con eficacia tanto la instalación que realizó expresamente para la exposición de las Academias organizada por el Comune di Roma en el Palazzo Esposizioni
Roma de La Azienda Speciale Palaexpo2, o la de la Academia de Rumanía3, como su participación en una iniciativa en La Habana de Nave Oporto4
Y es esta una de las claves en las que la Academia ha basado su afianzamiento y renovación como institución cultural durante estos últimos años: en ayudar a compaginar el desarrollo de los proyectos seleccionados en Roma con el cumplimiento de los compromisos preexistentes de nuestros profesionales. Ello permite no interrumpir su carrera e ir incorporando capas de creatividad e investigación en los propios proyectos que se llevan a cabo durante la estancia en la Academia. En casos como los de Elvira Amor, se consideró conveniente permitir, por lo tanto, prolongar su estancia al finalizar el periodo ordinario para completar facetas de este proyecto.
Algo similar ocurrió con Ana Laura Aláez, quien, mientras vivía en Roma, tuvo que finalizar su participación en diferentes proyectos con Es Baluard en Palma de Mallorca (lugar de residencia actual) o la terminación de la escultura que exhibe en Suzu (Japón), y cuya maqueta es una de las obras que la artista generosamente donó para la colección permanente de la Academia. Una vinculación novedosa y trascendental de nuestra institución con Japón que, por una parte, apuntala la necesidad de hacer compatibles, desde las instituciones públicas, lo que pareciera absurdamente que se trata de un solapamiento de proyectos incompatibles de realizar, y que, por otra, garantiza la internacionalización y proyección de nuestros creadores, tarea no fácil y constantemente demandada por nuestros artistas. Ana Laura, además, ejecutó la totalidad de su proyecto en el que transitaba desde la música a la pintura o la escultura y, evidentemente, la instalación en materiales/formatos tan diversos como el vinilo, el dibujo, la escayola, el metal o distintos tipos de polímeros. La artista, con frecuencia, comenta cómo optó varias veces a esta beca sin haber conseguido llegar a la fase de entrevista, resaltando continuamente cómo su reencuentro con el mundo clásico, con los museos, bibliotecas o el propio patrimonio monumental de la infinita Roma ha significado una suerte de renovación que, en su madurez como creadora, es determinante y nos sitúa frente a un antes y un después en su trayectoria.
El caso de Itziar Okariz, en relación con su estancia en la Academia, nos presenta una realidad distinta pero muy frecuente y no necesariamente puesta de manifiesto en la agenda de prioridades de los profesionales del sector cultural. Itziar se ha visto obligada a viajar intermitentemente para seguir impartiendo los talleres o clases que
2 Por primera vez se organizó el Festival delle Accademie e degli Istituti di Cultura stranieri, con una gran exposición titulada Roma, a portrait, y la participación de todas las Academias internacionales presentes en Roma, que fue comisariada por Cecilia Canziani, y que contó con la participación junto a Elvira de los artistas Julia Huete y José Guerrero, ambos residentes en Roma tras haber disfrutado de su beca. También fue seleccionada por los comisarios la artista española Ester Partegàs, residente en Nueva York y becada en esta ocasión por la Academia americana. Una selección de fotografía histórica, que contó con documentación del archivo de la Academia, acompañó esta muestra.
3 Se trata de una cita anual en la que la Academia de España y sus artistas colaboran al menos desde 2016. En esta edición fueron seleccionados, además, Raquel Buj, Abel Jaramillo y Fuentesal Arenillas.
4 Se trató de un intercambio de artistas de Nave Oporto que contó con el apoyo expreso de la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas de AECID: Artistas en producción, comisariada por Cristina Vives, 2022. Sobre Nave Oporto se sugiere consultar Tomar la casa. Acciones y reacciones, exposición comisariada por Marta Ramos-Yzquierdo, celebrada en la Academia en 2022, catálogo publicado con la colaboración de AC/E (www.accademiaspagna.org).
le ayudan a sostenerse a lo largo del año. Una suerte de trabajo alimenticio que le permite compaginar algunos tipos de proyectos y residencias con su práctica artística, y cuya duración está evidentemente muy condicionada. Esto implicó que el proyecto de Roma lo planteara como una serie de performances modulables y cuyas grabaciones o intervenciones fotográficas están acotadas por haber realizado una estancia breve, pero intensa y muy productiva, que seguramente continuará destilándose en nuevas obras. Partir de las estatuas parlantes de Roma no es una novedad, pero sí su enfoque, su forma de dar voz a quien no la tiene, el cuestionamiento siempre reflexivo al que nos invita Itziar.
En esa línea de compaginar proyectos y agenda laboral, aunque con la estabilidad que confiere la universidad, en esta edición hemos contado con varios arquitectos que a su vez son profesores y lideran proyectos de investigación y, como es más habitual en la Academia, historiadores de arte. David H. Falagán, quien, desde el urbanismo de un barrio concreto como Pigneto, analiza la transformación del mismo y pone el acento en la cultura y su forma de articularse en el tejido urbano y social, como el propio arquitecto explica en su proyecto. Pero especialmente relevante me parecen, por un lado, los proyectos en los que ha ido colaborando con profesionales italianos, así como los de enfoque de género con distintas universidades, tejiendo más allá de Roma, más allá de su estancia. Y, por otro, que la formalización del proyecto en esta fase sea a través de un vídeo realizado desde una perspectiva que combina lo documental con lo artístico. Con una cartografía generosamente compartida con el público general o especialistas con quienes ha estado en permanente contacto.
En el caso de Juan Antonio Espinosa, su acercamiento a la arquitectura italiana ha sido justamente desde la mirada de quien cuestiona y nos pone de manifiesto la tensión entre la fuerza de pintores o escritores y los arquitectos de sus viviendas. Esas arquitecturas egoístas que igualmente posicionan al cliente frente al arquitecto en un diálogo tan potente como disruptivo. La documentación recogida y la generada mediante los viajes del propio investigador a las viviendas significó, como en tantos y tantos proyectos, que fuera ajustándose el enfoque y la selección de los objetivos iniciales a otros igualmente interesantes, pero que surgieron en el transcurso de los meses, fruto de la estancia en Roma. Y quizá esta es una de las claves de la Academia: la posibilidad de permitir que evolucionen los proyectos que son seleccionados dejando que sean penetrados por la propia ciudad y que las investigaciones o formalizaciones sean flexibles. Lógicamente se requiere un seguimiento y acompañamiento, nunca invasivo, sino sutil y atento, para facilitar todos los procesos que se requieren. La publicación del proyecto con una editorial de distribución general, además, permite la difusión más allá del ámbito académico.
Ya que romper las tradicionales barreras entre expertos/público general, universidad/práctica artística y, en definitiva, favorecer la divulgación del conocimiento adquirido a través de un proyecto que cuenta con fondos públicos es, o debería ser, una obligación, en la Academia es una constante y son numerosos los medios para facilitar que así sea. Por un lado, nuestros tradicionales Open Studios, que comenzamos como una fórmula sencilla y objetivos tan claros que siguen estando vigentes, como pueden ver en las páginas alusivas a esta línea de actuación. Por otro, las exposiciones, charlas, conferencias, conciertos o publicaciones como la de
Juan Pedro Navarro5 son, también, prácticas de devolución a la sociedad. Y en este sentido, fue muy gratificante para el Patronato comprobar que el proyecto de Juan Pedro incorporaba como parte del mismo una serie de sesiones en las que se visibilizaban avances de su investigación y se ofrecía a otros expertos —desde el rigor de la Academia— complementar con pequeñas actuaciones a veces performáticas, para tratar los temas propuestos desde la total libertad de expresión. Sin duda, un principio básico de la gestión cultural que no por dejar de ser repetido y cacareado ha dejado de estar continuamente en riesgo, no solo por prácticas de censura cada vez más frecuentes, sino por ejercicios de autocensura que, a mi juicio, son mucho más graves.
Marcelo Expósito sabe mucho de este tema y a lo largo de su estancia en la Academia siguió abordándolo desde distintos ángulos, sin que fuera en ningún caso el eje central de su proyecto que fue, como tantos otros, enriqueciéndose a lo largo de los meses. A ello contribuyó —aunque no solo— el haber coincidido con manifestaciones que le arrojaron a los pies materiales imposibles de descartar para la sensibilidad siempre en alerta a la que nos tiene acostumbrados el artista para proponer otra mirada sobre Pasolini, por ejemplo. Pero quizá fueran las extensiones a partir de la exposición que presentó en Turín6 o de las colaboraciones constantes con intelectuales e instituciones italianas las que fueron completando su proyecto, que finalmente se materializó en una publicación, un disco y una numerosísima obra gráfica. Desde los herbarios a sus árboles conceptuales. Y quisiera llamar la atención en cómo en esa acción rizomática se sembraron semillas de proyectos que veremos a lo largo de los próximos meses y años, consecuencia de esa convivencia entre creadores de distintas disciplinas y su relación con la escena cultural italiana, que tantos resultados da cuando se teje bien.
Así pues, si debo destacar a aquellos residentes de esta edición que hayan colaborado y generado más alianzas con sus compañeros, uno de ellos sería Hugo GómezChao. Más allá de realizar su propio proyecto, comenzó con Marcelo Expósito a trabajar en una de las líneas de su investigación y, además, conjuntamente en una revisión de uno de los grandes compositores italianos como es Luigi Nono, quien les llevará a lo largo de 2024 a dialogar y proyectar su legado creativo aprovechando el centenario de su nacimiento tanto en España como en Italia. Ir más allá del proyecto de la beca y proyectarse en el futuro es fundamental en Roma, por ello insistimos en abrir vías de comunicación y favorecer contactos que debe trabajar también personalmente cada uno de los residentes. Hugo y Marcelo lo han hecho y lo harán. Hugo, además, aportó la música a Raquel Buj y a Mabi Revuelta. Y el concierto que dirigió con su música fue uno de los regalos que, en el claustro de la Academia abarrotado, nos ofreció a todos. Un punto de partida para una composición para orquesta que le encargaron y disfrutaremos todos en el concierto que se celebrará en el Auditorio de Madrid con motivo del 150 Aniversario de la Academia, una colaboración con la OCNE que combina compositores vinculados con nuestra historia7
5 Ganímedes en el Mediterráneo: historia(s) de disidencias y sexualidad entre España e Italia. Ciclo de conferencias en la Academia realizadas de abril a junio de 2023.
6 Macchine del dissenso-Dai social forum alla giustizia climatica, en el Parco Arte Vivente (PAV) de Turín, 2023.
7 La OCNE ha organizado, en el marco de su ciclo Satélites 09, el concierto extraordinario que tendrá lugar el 26 de enero de 2024 en conmemoración del 150 Aniversario de la Real Academia de España en Roma, encargando a Íñigo Alberdi y Daniel Moro un programa
En el capítulo de las colaboraciones igualmente destacar a Abel Jaramillo. Quizá uno de los artistas más jóvenes de esta edición y procedente de Extremadura, un territorio que ha tenido una representación en la Academia desigual, pero de una importancia absoluta, como señalan los casos del arquitecto experto en patrimonio histórico Dionisio Hernández Gil (1963-1965) o, por ejemplo, el artista Enrique Pérez Comendador (becario en 1934-1936 y director en 1969-1974), o Ana Hernández del Amo (2005-2006). Abel tomó como punto de partida la cárcel de Badajoz8 para reinterpretarla a partir de su incendio, deconstruirla... Vídeos, esculturas, instalaciones, grabados, fotografía… permitieron mostrar en Processi 150 solo un apunte de lo que es capaz el artista, quien colaboró con la documentación y vídeo de Raquel Buj en una pieza de autoría compartida que es un ejemplo de lo que es la Academia. De ahí que haya propuesto que nos represente en el pabellón de AECID en la edición del próximo ARCO Madrid 20249.
También barajé la idea de que fueran Fuentesal Arenillas quienes nos representaran en ARCO, pero ya habían sido seleccionados por su galería de arte para un Solo Project por un lado y, por otro, también habían sido elegidos para participar en una de las exposiciones organizadas10 con motivo del aniversario que se han ido realizando tanto en España como en Roma. Tomar como punto de partida a Julia Fuentesal y Pablo Arenillas me permitiría hacer una tesis doctoral de la Academia porque en ellos se pueden rastrear muchas de las claves de la renovación de la institución que se ha ido llevando a cabo y de lo que está pendiente. Desde la reivindicación de la tradición de los títeres de su Cádiz natal hasta la materialización de sus propuestas, personalísimas y contundentes. Pasando por su incansable dedicación con larguísimas jornadas de trabajo, prefiero llamar la atención en cómo han compaginado su trabajo en Roma con varias exposiciones en España11 y participado en las ya comentadas en Italia. Sus mapas de proyecto, auténticos collages de proceso, adquieren la categoría de pieza —al igual que los de Marcelo Expósito—, evidenciando la ingente investigación preliminar que los artistas visuales realizan y que, como en su caso, se traslada a caballeros de enormes cabezas talladas en madera y sombreros con cuerpos de telas que se pliegan sobre sí mismas. Como los títeres. Concibiendo el proceso desde el corte de los bastidores de madera que almacenaban por doquier (al
en el que se incluye al primer becario de la historia, Valentín María de Zubiaurre, así como a la primera mujer becaria: María de Pablos. También han seleccionado piezas de Ángel Oliver, Marisa Manchado, Ramón Lazkano y del propio Hugo Gómez-Chao, quien estrenará Intérieur, una versión completa partiendo del trabajo realizado en Roma.
8 Casualmente, un edificio que actualmente es un gran museo en el que se alberga una parte importante de la obra de Timoteo Pérez Rubio (1922-1928) que se solicitó para la exposición La huella de Roma realizada en Valencia.
9 La idea planteada es que se proyecte el vídeo elaborado a partir del desfile organizado por Raquel Buj en el jardín romántico de la Academia con vestidos de la creadora, música de Hugo Gómez-Chao y edición de vídeo de Abel Jaramillo. Además, varios vestidos complementarán el stand, que se basa en la colaboración entre residentes y en entender la indumentaria propuesta por Raquel como pieles que nacen del respeto a la naturaleza y de una concepción orgánica de la propia moda.
10 La exposición La novela no escrita. 35 años de literatura expandida fue comisariada por Carlos Pardo y se presentó en el Centro García Lorca de Granada gracias a la colaboración del Ministerio de Cultura y Acción Cultural Española.
11 Entre otras, la exposición La danza mudanza, comisariada por Bea Espejo y presentada en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla en mayo de 2023.
igual que Manu o Abel), al embalaje que fabricaban con sus propias manos. El artista artesano. El artista que economiza para seguir trabajando con materiales austeros pero que en sus manos brillan, jugando en la complicidad de quienes trasladan de la vida en pareja la práctica artística. Y la Academia ayuda en esa complicidad a que puedan residir y producir, pero una tarea evidentemente urgente es entender el trabajo colectivo y su justa remuneración, más allá de los requisitos de los beneficiarios directos de un premio, una beca o una ayuda. Al menos, lo que hemos conseguido es reconocer la autoría colectiva y asumir el derecho a la residencia de quienes así lo plantean. Y no es que no hubiera habido antecedentes a lo largo de la historia. En la Academia, desde 2015 se reconoce la autoría de cada miembro de la pareja/colectivo de acuerdo a sus exigencias. Pero falta mucho por hacer en este ámbito.
Una prueba de ello es la dificultad administrativa de recoger la dimensión del colectivo del que forma parte Amelie Aranguren, en concreto de Campo Adentro. Los derechos reconocidos en las convocatorias como la ayuda al traslado, el seguro médico o la mensualidad de las becas de manutención no abarcan ni a la pareja, ni al resto del equipo de un colectivo, si no se conciben previamente como gastos específicos de la ejecución de un proyecto. De ahí la gratitud a Amelie y extensiva al resto de sus compañeros por su generosidad en el desarrollo de un proyecto que, en sí mismo, ha sido una práctica artística novedosa para la Academia, pero que vienen desarrollando desde hace años en España y foros internacionales como la Documenta 2022. Evidentemente, la Academia y todos los residentes de este año se han beneficiado de las redes tejidas por Amelie con los sectores productivos y las personas que su proyecto involucró desde la primera caminata en los alrededores de Roma. El resto de becarios también participaron de la mano de Amelie en múltiples facetas de su ejecución. Un proyecto, sin duda, interesantísimo que puso en tensión a quienes aún tienen una concepción más tradicional o estereotipada de la escena cultural.
Igualmente, el proyecto de Ana Mina contribuyó a evidenciar la necesidad de profundizar en formas distintas de creación, con la participación de colectivos y sus formas de acceso a medios tradicionalmente propios de otros sectores. Las reuniones constantes con colectivos de mujeres en distintas zonas de Roma acercaron a Ana, que regresó al sur de Europa después de lo que algunas consideramos demasiado tiempo sin ella. Su mirada, siempre crítica, cargada de rigor en las formas y en el fondo, nos acompañó a todos, también en los talleres que impartió siempre más allá de lo esperado. Pero querría resaltar ese nexo que estableció con las asociaciones que, de su mano, conocieron la Academia por dentro, al resto de residentes y, sobre todo, la posibilidad de colaboración con una Academia más participativa y romana. Y en línea con la participación, aunque desde otra posición, no se puede olvidar el trabajo de Sara Torres, quien se traía debajo del brazo su experiencia en grandes museos, junto a esquemas e ideas de una magnífica publicación12 que finalmente materializó sobre la educación, archivos y el patrimonio inmaterial. Las reuniones con expertos, colectivos y compañeros en torno a esa mesa camilla que concibió como centro neurálgico para los encuentros en los que intercambió ideas, mensajes y cuestionó prácticas tradicionales, se realizaron durante mucho tiempo bajo cascadas de notas que volaban sobre nuestras cabezas y jugaban, cómo no, con el azar siempre presente en los juegos de cartas tan queridos por Sara.
12 Mediar el futuro. Archivo y memoria en arte y educación. Ed. Catarata, 2023.
Y parecería que estamos ante un enigmático juego de azar al observar el proyecto de Luz Santos, si no fuera por el rigor de los sistemas de computación que se imprimían en esas tarjetas perforadas que, en sí mismas, son obras de arte. O si la documentación encontrada en los archivos no dejase ninguna duda sobre el rigor astronómico que ciertas monjas visionarias, varios cientos de años atrás, dejaron apuntados en tratados, estudios y grabados. Pero lo que quizá más sorprendió a todos, en la medida que avanzaba la investigación de Luz, es su capacidad de trasladar su interpretación a bordados y tejidos de una belleza poética. Como sus explicaciones y hallazgos. Vimos las estrellas y muchos planetas que en parte pertenecen a constelaciones que solo Luz conoce.
Al igual que Matías Candeira, que una vez que descifró los códigos para comprender en italiano los libros y la documentación que sobre Dino Buzzati se había publicado, decidió convertirlo en El que espera, una reinterpretación de un personaje, en parte real y en gran medida imaginado, rompiendo los límites. Partiendo de su lectura primero, de su escritura después. Difícil saber si Matías juega con el escritor, con el periodista, con el «parapsicólogo» o si las distintas caras de Buzzati han envuelto al camaleón de Matías. Un juego de seducción al que debemos enfrentarnos sin prejuicios.
Y quien no ha tenido ningún reparo en abordar íntegramente a la mujer sobre la que versa su investigación ha sido Andrea Valdés. Viajó a las ciudades en las que Carla Lonzi trabajó o vivió. Se entrevistó con su hermana. Se zambulló en archivos de Rivolta femminile y se reunió con quienes están trabajando sobre las distintas caras de una de las que son o serán figuras de referencia internacional de los próximos años. Controvertida e intransigente a veces. Brillante siempre, con frecuencia amable y atractiva en sus aproximaciones literarias, culturales, filosóficas. Quizá Andrea tiene algo de esa Carla que tanto tenemos por descubrir. Ella, sin duda, abrirá resquicios para que la(s) descubramos.
Al igual que Gabriel Villota, que nos sitúa en encrucijadas de esos recorridos de mujeres y hombres de nuestro exilio en Italia13. Paisajes sonoros que rastrea con el olfato de quien ya lo ha hecho pero se enfrenta en cada ocasión con la curiosidad de un principiante. Como, de un modo u otro, ha sido en su acercamiento a la ciudad, aunque no a los protagonistas de sus relatos. De ahí que la confusión aparente de los relatos cruzados se pueda diseccionar en la oscuridad del estudio en el que Gabriel desarrolló el proyecto y albergó su instalación. Pero si hay algo realmente sorprendente es la publicación que ha derivado de este estudio poético de las cuatro voces, que son caminos que cruzan Roma para llegar hasta cada uno de nosotros. He dejado para el final, pero podría haber sido el principio, el relato visual de Carla Boserman. Quizá porque su proyecto parte de una historia que parecería inventada si no estuviera documentada por unas fotografías o unas noticias en prensa y, de repente, la historia de ese caballo enorme y rampante, que todos recordamos asociado a uno de los iconos de Roma como es el monumento a Vittorio Emanuele II, se convierte en casi humano. Tan humano que reproduce las diferencias, las clases, las distintas formas de la vida de aquella Roma que transitaba entre finales del XIX y principios del XX. Que posiblemente no sea tan diferente de las muchas Romas que
13 Incontro alle Quattro Fontane. Los cuatro personajes son María Zambrano, Cristina Campo, Rafael Alberti y Pier Paolo Pasolini, y cada uno sale de un punto cardinal, situado en un barrio diferente.
la habitan hoy en día. Y Carla juega con ese caballo, con el periódico, con las tintas que quieren desaparecer. Muy lejos de los retratos e historias que recogen sus numerosas notas de las actividades culturales en las que ha participado durante su estancia. Si no fuera porque llegó un poco más tarde que los demás, podría haber recogido toda la historia de este año tan fascinante en Roma. La de las voces de tantas mujeres y hombres que nos han visitado. Pero sería un relato que desbordaría las páginas de esta publicación y al que habría que añadir los capítulos que no tuvo la oportunidad de recoger con su rotulador mágico. Tanto como su sonrisa y generosidad siempre cálida.
A MODO DE EPÍLOGO
Y como no sería justo para muchos renunciar en estas páginas a apuntar algunas de las casi 150 actividades que se han llevado a cabo a lo largo de la geografía española y en Italia, quisiera remitirles a las publicaciones de algunas de ellas que se han realizado en la Academia. Casi todas, coordinadas y cargadas a la espalda de Margarita Alonso como Roma, siempre Roma: infinitas formas. Mujeres de la Academia de España en Roma en las artes visuales, cuya presentación final fue en julio en las Naves de Gamazo de la Fundación Enaire en Santander14. En el programa de actividades que se llevó a cabo en España algunas exposiciones corrieron a cargo de sus comisarios, como Intersectio15 , un diálogo de Santiago Ydáñez con Nicolás de Bussy, comisariada por Javier Andrés Pérez con la coordinación de Cristina Esteras por parte de la Academia. Sin olvidar la muestra con la que cerramos el año de las grandes exposiciones en España, La huella de Roma. 150 años de la Academia de España en Roma16, con su magnífico catálogo. Estamos ultimando la publicación correspondiente al programa Vivir varios tiempos a la vez, en la que se recogen las claves y testimonios de los proyectos que la integran a propuesta de Santiago Eraso —su comisario o coordinador general—, con la participación de las propuestas lideradas por diecisiete becarios seleccionados de entre los de los últimos treinta años. Aunque algunas de sus iniciativas requerirían una monografía, como las exposiciones Indexar el paisaje17 o la ya citada La novela no escrita. 35 años de literatura expandida, no descartamos que puedan realizarse. En todos estos casos se han financiado con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte, Acción Cultural Española (AC/E), la Generalitat Valenciana y AECID.
14 La muestra fue comisariada por Margarita Alonso, quien asumió su presentación en dos ediciones previas en Madrid y contó con la colaboración de Cristina Esteras especialmente en su reelaboración y organización para Santander.
15 La exposición Intersectio. Ydáñez/Bussy, se organizó en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid desde abril a julio de 2023, gracias al mismo museo y a la colaboración del Ministerio de Cultura y Acción Cultural Española.
16 La huella de Roma. 150 años de la Academia de España en Roma, se organizó en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Valencia y Acción Cultural Española. El Ministerio de Cultura contribuyó a que fuera posible. La comisaria fue Dolores Jiménez-Blanco. En su organización fue esencial el trabajo de Cristina Esteras y Alma Guerra por parte de AC/E, así como de Margarita Alonso especialmente en la selección de documentación.
17 Comisariada por Suset Sánchez, Indexar el paisaje se presentó en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia entre agosto y noviembre de 2023.
Por lo que se refiere a los proyectos producidos expresamente para Roma y que contemplaban una publicación asociada, hay que comenzar resaltando Reactivando videografías, bajo la dirección de Remedios Zafra y la coordinación de Miguel Cabezas con el apoyo de Álvaro López Quesada y Paloma Gutiérrez Moreno. También la edición con Turner de La Ribot. Distinguished Anyways, igualmente coordinada por el equipo anterior. Sin olvidar Contar un monte de Oro. 10 años de cómic en la Academia de España en Roma; fue su comisario, Enrique Bordes, quien ejerció la coordinación de la misma18.
Un caso aparte es el de la magnífica exposición Joaquín Sorolla. Destellos de luz y color, que contó con una sección muy especial sobre la etapa romana del pintor y cuya publicación a cargo de Margarita Alonso es ya un documento de referencia19 Para continuar con este ejemplar de la exposición Processi 150 en cuya edición ha participado todo el equipo anteriormente mencionado y cuya fase final ha recaído en Margarita Alonso y Marina Domínguez. Casi listo también el catálogo del proyecto de Michelangelo Pistoletto, cuya exposición, realizada en varias fases, se ha llevado a cabo como uno de los broches de oro de la celebración de este 150 Aniversario. Primero la instalación de la pieza Pozzo specchio concebida específicamente para el Tempietto de Bramante, que presentó el artista haciéndola coincidir con la finisagge de su muestra Infinity en el Chiostro del Bramante, y que continuó con la Venus de los trapos y Love Difference-Mar Mediterraneo. En algunos casos, la publicación ha sido sustituida por un vídeo, como el grabado en la acción de Israel Galván arrancando desde dentro del Templete y rasgando el aire con el taconeo de sus botas en torno al mismo20.
Y sin olvidar la memoria de todo un año en el que el criterio seguido ha sido el de aprovechar la oportunidad para repensar la Academia, ayudar a que se conozca mejor y proyectarla hacia el futuro. De ahí los ciclos de conferencias, encuentros de profesionales, performances, conciertos cuyas grabaciones o registros documentales tendrán cabida en esta publicación esencial. Desde el concierto homenaje a Valentín de Zubiaurre en la iglesia de San Pietro in Montorio con la Sociedad Coral de Bilbao, al que tuvo lugar en junio en el Parco della Musica, con el que arrancó la actividad en Roma a cargo de la Orquesta de RTVE. Un programa, el musical, con muchas más actividades, que fue diseñado e impulsado por José Ramón Encinar, miembro del Patronato, con el apoyo en la coordinación de Adriana Laespada desde Roma.
Pero, lógicamente, no puedo concluir sin mencionar el centro de lo que concebimos como programa del 150 Aniversario, y que fue el Primer Foro de creadores e investigadores de la Academia de España en Roma, celebrado el 9 y 10 de septiembre de 2023 y que congregó a 131 mujeres y hombres, de 37 generaciones diferentes. Todos
18 La publicación fue coeditada por Nuevo Nueve Editores y diseñada/maquetada por Martín López Lam de Ediciones Valiente.
19 La comisaria de la adaptación para Roma fue María López Fernández, quien complementó la versión de la exposición producida por el Museo Sorolla y presentada en varias sedes en España, en cuyo comisariado conjunto participaron Blanca Pons-Sorolla y Consuelo Luca de Tena. La presentación en la Academia se realizó en el marco del centenario de la muerte del artista, a propuesta de Enrique Varela, y contó con la colaboración de AC/E, así como de AECID, que la incluyó en su plan de publicaciones (www.accademiaspagna.org).
20 Forma parte del ciclo de tres actuaciones especiales que comenzó con el homenaje de La Ribot con distintas piezas en la Academia y su site specific en el claustro del Tempietto. Continuó con la emoción de Locomoción. Templar el Templete, de Israel Galván, y finalizará con la actuación del Niño de Elche en el mismo espacio. En el corazón de la Academia.
acudieron a Roma y participaron en una jornada enfocada a repensar la Academia en clave de futuro. De ahí la organización de cinco grupos de trabajo que se reunieron para compartir experiencias y debatir sus propuestas, que trasladaron a la secretaria de Estado de Cooperación Internacional en una sesión abierta y con la presencia del embajador de España ante Italia, la embajadora de España ante la Santa Sede, el director de Relaciones Culturales y Científicas y el consejero Cultural. Igualmente, se procedió a entregar la medalla conmemorativa del 150 Aniversario que diseñó el escultor Juan Bordes, quien fue becario en el año 198721 y es actualmente miembro del Patronato. A continuación, otros dos exbecarios de la Academia22, ganadores del concurso internacional para su rehabilitación, presentaron las líneas generales del proyecto. Las conclusiones de esta jornada, coordinada por Miguel Cabezas y con el apoyo del resto del equipo de la institución23, están en proceso de publicarse junto con un reportaje gráfico que muestra la intensidad de la actividad, que continuó con un concierto en la plaza abierto a la ciudad de Roma. El domingo siguiente se invitó a los ciudadanos de Roma a visitar el jardín romántico, abriéndose por primera vez desde hace decenas de años el acceso desde vía de San Pancracio. Federica Andreoni coordinó esta iniciativa. Con motivo del 150 Aniversario, el servicio de correos de Italia publicó un sello conmemorativo, con la ilustración cedida por Tyto Alba. Agradezco una vez más a Enrique Bordes su apoyo constante y, en esta ocasión, también la museografía de la exposición Processi 150 Como ven, muchos colaboraron en que la jornada fuera realmente útil y especial. Pero el equipo de la Academia se dejó, además, la piel en ello…
Todo fue debidamente atendido impecablemente por Paola Di Stefano que nos cuidó con maestría y eficacia más allá de lo imaginable, como un ave fénix que ha renacido y se anticipa siempre a lo que se requiere; con frecuencia con la ayuda de Brenda Zúñiga, quien se multiplicó en este año entre las facturas y los proveedores, la cortesía y la eficiencia. La seguridad y amabilidad quedaron siempre en las manos de Pino Censi y Attilio Di Michele, que son la primera imagen al llegar a la Academia, en esa mezcla de gentileza y profesionalidad sin igual y, con ellos, los equipos de atención al público y vigilancia. Los montajes se pudieron realizar gracias al incansable Marco Colucci y sus ayudantes, así como al equipo de la Academia con Mino Dominijanni, Alessandro Manca y Luca Piccolo, ayudados en ocasiones por Roberto Santos, quien comparte con María y Simona Spacchiotti más de un espacio
21 La medalla en bronce, de 11 cm de diámetro, está concebida casi como una escultura, al haber sido decorada en ambas caras con dos altorrelieves, alcanzando un grosor de 5 cm, y haber sido sobredoradas y terminadas a mano una a una. Lleva en su canto la inscripción «Academia de España. 150 Aniversario 1873-2023». Las representaciones de la cabeza de san Pedro en el reverso, acompañada del epígrafe «San Pietro in Montorio Roma», y en el anverso la de un joven de rasgos apolíneos, sereno y elegante, rodeada por la frase «Sede de las ideas», resumen con gran maestría la riqueza histórica y simbólica que custodia la Academia y la trascendencia de la institución como generadora de pensamiento. Una medalla que sigue la tradición de otras realizadas con anterioridad en la Academia y que se entregó a los siguientes becarios presentes en Roma con ocasión del mencionado foro. Por un lado, a quienes recibieron el Premio Nacional tras haber pasado por la Academia, como Agustín Celis (1960-1964) y José María Sánchez Verdú (1996-1997). Por otro, a quienes han colaborado con la Academia contribuyendo al 150 Aniversario de un modo especial y más allá de las obligaciones de los cargos públicos que ocupan, como Iñaqui Carnicero (2008-2009), Fefa Noya (2011-2012) y Fernando Sánchez-Cabezudo (2018-2019).
22 Jesús Aparicio Guisado (1988) y Jesús Donaire (2014-2015).
23 Con la coordinación de la publicación de Margarita Alonso.
vital. Los becarios de gestión cultural del programa Culturex, Álvaro y Paloma, o de AECID, Sonia Armada, continuaron los meses estivales para apoyar en la organización. Pero todo esto no hubiera sido posible sin el control, gestión y rigor del área económica, con Silvia Serra en Administración —siempre atenta y cuidando por encima de todo y todos a la Academia— y la secretaria de la Academia, María Luisa Sánchez Llorente, en quien confío no solo la integridad de la institución, sino, más allá de la salud del equipo, su buena marcha desde la complicidad y ayuda siempre discreta, eficiente y brillante. Dejo para el final a María Nadal porque ella, estando tan cerca, ha sufrido y aprendido más de lo decible siendo siempre eficaz y leal. Constituye un tándem de valor incalculable junto a Cristina Esteras, quien tiene y tendrá también su corazón en la Academia. No puedo olvidar a mi compañera de traducción desde la primera aventura romana, Elisa Tramontin, en este reconocimiento. Tampoco a la increíble diseñadora de nuestra línea editorial y esta publicación, mi querida Mercedes Jaén, gracias. Margarita y Miguel me acompañan desde el primer día en que llegué a Roma y sin ellos al frente de la gestión cultural, de los proyectos de los becarios, de la difusión y de los ánimos en la vida, nunca hubiera podido soñar en hacer posible «nuestra Academia», para llegar a este Processi cuajado de más de 150 agradecimientos.
La organización de todas estas actividades implicó un esfuerzo enorme para la totalidad del equipo de la Academia, así como para la generación de hombres y mujeres que en este 150 Aniversario han sido, junto con nosotros, los anfitriones y herederos de los más de 1050 becarios de nuestra historia. Mi agradecimiento personal y reconocimiento profesional a todos. Sin ellos, sin el acompañamiento de mis compañeros en los servicios centrales de Madrid y en la Embajada, no podría haberse llevado a cabo este Processi 150 que es síntesis en definitiva de muchos otros Processi… de todos los de nuestra historia. Los que hacen que la Academia sea única.
Ángeles Albert Directora de la Academia de España
El año 2023 concluye con la entrega de la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a nuestra Academia en una ceremonia llena de emoción. Y, en breve, se recibirá la Medalla al Mérito en las Bellas Artes en su categoría de oro, otorgada por el Ministerio de Cultura (Real Decreto 1083/2022. BOE 28 de diciembre de 2022). Dos galardones históricos para conmemorar los 150 años de historia y el reconocimiento a todos los que los han hecho posibles.
EL OJO DE LA CERRADURA
Para mí, la experiencia de Roma, la vida en la Academia, está llena de imágenes incomunicables. Me sucede lo mismo con ciertas novelas fantásticas que amo. Estas novelas —son muy pocas— prefiguran un asombro muy particular. El lenguaje no es capaz de pavimentar ese aturdimiento con palabras suficientes, de manera que uno enumera con cierto pudor algunos instantes sobrecogedores de la trama que escapan al sentido, a ver si así, ensamblados en una nube de puntos dispersos, terminan por parecerse a algo reconocible para el otro, esa persona que pregunta o insidia, no sin cierto escepticismo:
Pero ¿cómo es la vida allí dentro? ¿Cocináis todos juntos?
Lo incomunicable es, por definición, algo que ya se está alejando de ti cuanto más tratas de contenerlo en una forma. Lo miras por todas sus caras, y en ese acto, el objeto de estudio te rehúye. Al mismo tiempo, más está en ti, en rincones donde solo llegas con la intuición de haber experimentado una revelación. Yo tardo mucho en saber cómo nombrar las cosas que amo, y con los años de escritura no siento que mejore, sino que cada vez se me hace más difícil ponerlo todo en palabras para hacerlo más justo, tan verdadero como yo lo he vivido.
Fuera, yo lo sé, la Academia es una cosa. Vive en las alturas, distante y precisa. Dentro, tras la recepción, rebasado el patio hasta la cocina, es otra cosa distinta. La vida de los que hemos vivido allí estos meses también es difícil de explicar si no has estado dentro de la imagen, humana e íntima, creativa y generosa; una en la que es particularmente difícil entrar.
Por ejemplo, una imagen incomunicable y hermosa y fantástica, a su manera. La Academia como una fortaleza inalcanzable y malhumorada en la cima rocosa de una novela de Dino Buzzati. Así la sentía yo a veces: un sueño que estaba muy alto, había que sudar para llegar a él.
Otra imagen en mi cuaderno (levanta su mano pequeña): la puerta alquímica, en los jardines de la Piazza Vittorio. Dos estatuas guardan el umbral que cruza al otro mundo. Creo que están cansadas. Es un trabajo pesado ese, el de guardar las puertas viejas. Tienen un carácter de perros, todo el mundo lo sabe.
La visión de los cuervos por todas partes, en logias y reuniones de largo discutir. Los puntos y las comas de Roma. Todo son habladurías de plumas negras, y risotadas.
Los mismos árboles, a los costados de la escalinata que sube hasta la Academia, ya eran frondosos en invierno; al acercarse el verano, de repente, me encontré un día unas bestias monumentales, verdes, feroces. Prácticamente había que agachar la cabeza y el cuerpo para poder pasar bajo las ramas. Es una sensación muy parecida a la de entender Roma si descartas ese turismo necrófilo que se la intenta comer. Digamos que la verdadera ciudad te tolera, te deja ser su huésped, pero no necesita que la comprendas para ser lo que es.
Otra imagen: una bandada de estorninos. Vista desde las alturas de una de las terrazas, funciona como una gran pregunta. Al principio, el movimiento sobrecoge; es violento, con una elasticidad llena de capricho y de velocidad. Luego, de pronto,
los pájaros ensamblan su vuelo en el giro de los otros, como una llave en una gran cerradura que aprieta y descansa, aprieta y descansa, es y no es, con las leyes de su propio movimiento. La imagen de esa fraternidad pajaril es incómoda; hay tanta unión, tantos hilos invisibles, como misterio. ¿Éramos así nosotros, los del 150? No sé decir exactamente cómo éramos; hemos sido, creo que seremos cuando empecemos a recordar y a poner palabras a lo que pertenece al lugar sagrado: eso que escribimos o pintamos o comimos o reímos o esculpimos dentro de esa imagen, la más secreta del mundo, porque solo unos pocos la conocen. Me siento afortunado.
Regreso a las novelas, que es lo mío. Tampoco aspiro a que quien lea esto lo entienda como lo entiendo yo, un cómplice de esa imagen que va cerrando sus bordes. Sería forzado comparar la Academia con el planeta Solaris, pero no lo sería tanto mencionar las formas caprichosas y desconocidas de su mar interior, y hablo ahora de nosotros, los del 150. Amelie, Julia, Pablo, Mariana, Gabi, Andrea, Pilar, Juanpe, Abel, Mabi, Itziar, Ana, Hugo, Elvira, Marcelo, Ana Laura, Carla, Raquel, David, Sara, Juan, Luz, Manu. En literatura, el sentido de la maravilla es precisamente eso: abismarse a lo que ya está en uno y no se borrará en el recuerdo; una ciudad o una amistad inquebrantable o un lugar de artistas, donde la creación es un hueso que pasa de boca en boca. Nos pertenece a todos.
Matías Candeira Residente 2022-2023
LA ACADEMIA EN UNA NUEZ CAPRICHOSA
Nunca había estado en Roma y la imaginación me la pintaba diferente. Qué cosa tan extraña eso del Coliseo, qué raro eso llamado Vaticano, y qué es eso de que a las cuatro de la tarde casi no hay luz. Mi acercamiento fue más como de quien investiga un objeto precioso de un exótico país donde se come pasta en cada comida y al tomate se le dice pomodoro, en una sonriente metáfora que me recuerda al jardín de las Hespérides o al juicio de Paris que desencadenaría la guerra de Troya: qué curioso sería imaginar que un pomodoro fuera en realidad el artilugio de la diosa de la discordia.
En fin, quizá estas breves notas puedan dar una dimensión de lo que ha sido conocer Roma desde la Academia de España, que al final terminé por conocer más pormenores de Badajoz, León, Málaga, Cádiz o el País Vasco, que de la misma Roma.
Por la madrugada, afuera de mi ventana, escucho los gritos agudos de algo. En la modorra no logro distinguir qué o quién es. Es diciembre, hace frío, el radiador desprende calorcito que se disipa por las rendijas de la ventana mal cerrada. Abro la cortina. La vista del jardín y del monumento a Garibaldi me deja pasmada: de verdad estoy aquí. Los gritos se intensifican y descubro que se trata de pájaros negros que vuelan en pequeñas bandadas, en círculos, alrededor de los árboles de la Academia. El frío produce un efecto singular en la luz del alumbrado: un halo parece rodear cada foco, como si muchos cetros encendidos iluminaran las calles romanas. Las palmas del monumento están cubiertas por reflejos dorados, naranja y azulosos del alba desteñida. A las seis de la mañana, suenan las campanas de la iglesia en un repique acompasado, llevado por el viento. Cuando regresa el silencio, percibo que a lo lejos hay unos tubos metálicos que con el aire chocan y crean un sonido claro, pero que se difumina con la lejanía. Los árboles se agitan. Es la primera vez que veo el amanecer en Roma. *
«Kitt, Kitt, Kitt, dos tetas de espuma». Ven, mira, vamos a bailar. Es el cumpleaños de Julia. ¿Quién es Julia? ¡Ah, Julia! Sí, ella me ofreció un cigarrillo el primer día que llegué. «Kitt, Kitt, Kitt, un culo de goma». Y ahora viene el cumpleaños de Ana. Mira, ahí viene con su mochila al hombro, trajo vino, viene del Quarticciolo o del Prenestino o de algún lugar de esos a los que se va. ¡Feliz cumpleaños! «Kitt, Kitt, Kitt, tres boas de pluma». ¿Y ahora qué celebramos? Pues otro cumpleaños, tres juntos, venga: el tuyo, el de Abel y el de David. Tenemos un pastel con la foto de Karol Wojtyla abrazando a un koala, qué guay. «Kitt, Kitt, Kitt, tanga y wonderbrá». ¡Acaba de llegar Juan! ¿Vamos al Angelo Mai? Hay una fiesta. Mira qué chula salió Carla Boserman en la foto, primer día aquí. ¿Y la paella de Manu? Es que lo suyo también es cocinar, ha hecho un pollo al horno increíble. Y ahora la feria de las patatas. Kitt, creo que nunca había comido tanta tortilla de patata en un solo día. ¿Y estos choricitos? Los trajo Abel, los hacen allá, están deliciosos. Sí, sí, saben a humo y a casa. ¿Dónde está Matías? Quería decirle que su carbonara es lo máximo. Oye, Mabi, ese bacalao es una pasada. Ana Laura, esa purrusalda fue la más divertida y deliciosa, no la conocía. ¿Y si hacemos lentejas? Hugo ya las está empezando a hacer… ¿Que dicen que en la cocina pasó qué? ¿Que dicen que la cocina siempre es un lugar de conflicto? Pues yo qué sé, si aquí hasta hicimos la liberadora cantidad de ciento veinte tamales, batidos a mano… «Y es que Mariví es una enamorada, una enamorada de cualquier mariconada…». *
«Vamos a recordar no competir con el de al lado, ni con nosotras mismas». Aún parece que escucho la suave y cadente voz de Itziar. Sus palabras son el mejor
aprendizaje: para trasmutar el sistema que nos obliga a competir constantemente con las demás artistas y a autoexplotarnos a nosotras en una competencia imaginaria, debemos repensar nuestra posición y nuestra relación con las demás, no como entes separados que deambulan arrancados y sin raíces, sino como un conjunto de semillas que se cuidan en lo cotidiano y que escapan del gigante indecible. ¿Cómo podría representar las tardes al sol, en compañía, que tan nutritivas han sido para las ideas? ¿Qué lenguaje puedo utilizar para nombrar la alegría, el arte, el aburrimiento, la confrontación, el cariño que perdura? Necesitamos reconectarnos como artistas. No existe la supuesta separación. Vamos a derrocar la idea de competencia y pongamos las bases para otra forma de hacer arte.
Mariana Orantes
Residente 2022-2023
AD GALLINAS ALBAS1
Diría que lo que más cambia en Roma, del invierno al verano, son los pájaros. ¡Qué fue de los estorninos y sus hipnóticas coreografías dibujándose en el cielo y deshaciéndose en perfecta sincronía frente al show de las gaviotas! Acaban de anidar y su graznido de espantasuegras me pone alerta. Igual es porque se me acaba el tiempo que me identifico con su lucha por hacerse un hueco, aquí, en la Academia, ya sea en un tramo de jardín o en una de las cubiertas que da a la lavandería. Mi dormitorio queda justo debajo y es donde ahora escribo estas líneas sobre lo que aprendí de convivir con creadores de otras disciplinas.
No estoy segura de poder responder a esto si no es de manera oblicua o accidental, así que voy a fijar mi atención en otra parte… ¡y a ver si hay suerte! Porque esta clase de cosas se enuncian mejor así, explicando otras, como hicieron Julia y Pablo, que con un simple gesto transformaron tres cáscaras de mejillón en un baile de mariposas. ¡Clac, clac, clac…! Su aleteo recuerda a unas castañuelas y eso también forma parte del juego. En algún momento, definieron su práctica como una conversación de sobremesa, donde lo escultórico viene de levantar historias con lo que queda sobre el mantel y, en el acto de contarlas, hacer que todo se desvanezca. Esa es su mecánica, la que anima a cada una de sus piezas. Me entusiasma que la expliquen con ese desparpajo que en realidad está en ellos, en el modo de acompañar lo que dicen con las manos, involucrando a las palabras en el espacio y creando un área de entendimiento que queda no mucho más allá de sus brazos o la sombra de un sombrero. Ambos se mueven en esta clase de proximidad que les autoriza la dimensión de su taller, donde es difícil no rozarse con alguna tela o con el canto de una mesa. Quizás una manera de reflejar lo que aprendí de los demás es pensar justo en eso, en cómo fueron ocupando sus espacios. En el de Raquel, el suelo es de moqueta y está impregnado de aquellos elementos que quedaron incrustados al cocinar los consejos de Ovidio sobre cosmética femenina y dar una consistencia material a sus versos para, a continuación, hacer algunas prendas con bulbos de narciso, cáscaras de huevo y miel. Lo curioso es que, en ocasiones, ella descartó el poema y se quedó con sus restos. Sé que en esta mudanza hacia el terreno de lo perecedero intervino su cansancio con la arquitectura y el deseo de aprender de nuestras pieles para construir otra relación más sensible a las transformaciones del entorno, lo que hace que su osadía adquiriese un nuevo porte. Del taller de Itziar, en cambio, ya tengo que hablar en pasado, pues su estancia fue algo más breve, pero destaco la frase en celo azul que puso en la pared de un comentario de Deleuze: «Habría que hablar en potencial, como las niñas pequeñas (“nos habríamos encontrado, habría sucedido tal cosa…”)». Un día, nos pidió que nos girásemos para escribir en nuestra espalda las primeras palabras del cuento con el que aprendió a leer y, al superponer todas sus letras, recuperamos la dificultad de reconocerlas y revivimos esa curiosidad de los primeros años, cuando el mundo estaba por hacer… De entre los rotuladores que me dio a elegir, yo escogí el de color morado, como las uvas que pinté sobre el mantel de Amelie, siempre según las instrucciones de Mabi, quien otras veces me chivó cómo alegrar un guiso y, sobre todo, me indicó a dónde ir. Me prestó su entusiasmo por Roma ¡y nos enamoramos de la misma jaula! Es la que hoy puede verse en la segunda planta del Palazzo Massimo y de la que habla Ángel González, a raíz de un paseo que le dedicó a los residentes de otra generación y que le sirvió para ilustrar el trágico destino del arte. En su opinión, este se echó a perder a medida que se iba cayendo de las paredes para acabar acumulándose en los rincones, como objetos o curiosidades: se «bibelotizó». En su argumento, él reconoce el esplendor de nuestra
cultura en los frescos de los jardines de Livia en Prima Porta, por eso es donde empieza su recorrido. Frente a esos pájaros que revolotean sobre los árboles (salvo uno, que está en su jaula) y que identifica con la pintura misma, por su asombrosa capacidad de aunar elementos dispares para hacerlos eclosionar en un solo espacio y cancelar el tiempo. Quizás esté forzando su interpretación, pero pensé que, al describir aquel jardín, en realidad estaba hablando de nosotros.
En breve cerraremos nuestra estancia con una muestra y aunque crea que cada obra tiene derecho a una existencia propia, lo que expongamos para mí solo serán retales de algo mucho más grande, que son las horas que pasamos juntos y lo que tejimos entre todos, tan ilusorio, de gastar suela, jugar con las palabras, transformar la cocina en sala de baile, traer viejas inseguridades y compartirlas (como hizo Juanpe con la mojama de su madre), intercambiar lecturas, rescatar cócteles de otros siglos, ir a un sitio y verlo dos veces: con nuestros ojos y los de Abel, besarse, deberse dinero, escucharse diciendo lo mismo pero con otras palabras, hacer un fanzine en una tarde y sin saberlo perderse el evento más importante, reenviar presupuestos, asombrarse de que en la Domus Aurea ya hubiera un falso techo, ir al Ivo y volver al Ivo y quejarse de ir siempre al Ivo, querer ser como Ana Laura, improvisar un delantal con las bolsas de tela de la escuela de idiomas, hacer bordado con las horas muertas, descuidar las puertas o escuchar a Bach fugándose de todas las maneras: con sujeto retrógrado, invertido o en espejo. Hugo, ¡vuélvenoslo a explicar! Emprendido el vuelo, creo que será esto lo que me lleve de este palacio, nido compartido con verdaderos pájaros, que fue nuestra casa: un tapiz de impresiones que no es visible a los ojos, pero que está en nosotros y nos mejora. ¿Acaso es posible aspirar a más? Que sean los siguientes quienes recojan el testimonio y me digan, si pueden, qué es lo que aprendieron. La trampa está en creer que hay un modo de responder exactamente a esto como quien responde al formulario de una beca. No existe, no se puede.
Roma, 20 de mayo de 2023
Andrea Valdés Residente 2022-2023
1 Así es como se llamaba antiguamente la villa de Prima Porta, en alusión a una leyenda que dice que un águila dejó caer una gallina sobre los brazos de Livia Drusilla en el día de su boda. Llevaba una ramita de laurel en el pico y se le aconsejó que la plantara ahí mismo, lo que dio pie a un frondoso jardín, que es el de los frescos a los que me remito aquí.
CÓMPLICES DE LA ACADEMIA
PR OGRAMA DE VISITANTES DEL SECTOR CULTURAL 20 22−2023
CÓMPLICES DE LA
ACADEMIA
Desde su fundación, la Real Academia de España en Roma ha asumido un papel preeminente en la promoción de la excelencia artística y cultural. Un compromiso constante que ha debido adaptarse, a lo largo de sus 150 años de historia, a las exigencias de un sector cambiante y variable, como lo es el sector cultural. El Programa de Visitantes de la Real Academia de España en Roma es ejemplo de ello, revelándose durante prácticamente la última década como un pilar fundamental en nuestra misión de fomentar el diálogo y la colaboración en el ámbito cultural y artístico. Este programa, que se desarrolla a lo largo de todo el período de beca en la Academia de España en Roma, tiene como objetivo proporcionar una experiencia multidisciplinaria, promoviendo interacciones significativas entre los beneficiarios de las becas y profesionales destacados en el campo de la cultura y las artes, ofreciendo un espacio privilegiado, dinámico y bidireccional, que brinda la posibilidad de generar redes y potenciales colaboraciones. La diversidad de perfiles que participan en estas visitas asegura una amplia gama de perspectivas y enfoques enriquecedores, interactuando, por tanto, con profesionales que trabajan en el ámbito independiente, institucional y académico, lo que contribuye a una comprensión más completa y profunda del contexto cultural y artístico, así como una muestra.
En definitiva, el Programa de Visitantes de la Real Academia de España en Roma no solo fortalece la investigación y práctica de nuestros residentes, sino que también promueve la diversidad, la colaboración y el enriquecimiento mutuo en el ámbito cultural y artístico. Una iniciativa, en suma, que refuerza el compromiso de la Real Academia de España en Roma con la promoción y el apoyo a la creatividad y el intercambio cultural a nivel internacional.
A todas, a todos los que hicieron una breve parada en la larga vida de la Academia, gracias por vuestra complicidad.
Miguel Ángel Cabezas
Coordinador del Programa de Residencias de la Academia de España en Roma
PROGRAMA VISITANTES
Sebastiano Adamo – Arquitecto.
Sara Alberani – Cofundadora de LOCALES, Orchestras of Transformation y Nation25; comisaria de LOCALES, Orchestras of Transformation, KENE, MEDITERRANEA Saving Humans, Trampoline House, Documenta15, Italian Council y 11 grant; investigadora y activista.
Álvaro Álvarez – Subdirección General de Asuntos Patrimoniales (Ministerio de (Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación).
Candela Álvarez Soldevilla – Coleccionista (Colección Studiolo).
Ana Álvarez-Maldonado – Comisaria, museóloga y fundadora de Vélera Diseño.
Jacobo Bergareche – Escritor, productor audiovisual y guionista (Instituto (Instituto Cervantes).
Paco Cao – Escultor, pintor y escritor.
Benedetta Casini – Comisaria en BIENALSUR.
Francisco Copado – Director y gerente de la Fundació Miró Mallorca.
Hamada El kept – Artista visual.
Juan Manuel Elizalde – Coleccionista (Colección Kells).
Raquel Esparza – Responsable de programación cultural de Azkuna ZentroaAlhóndiga Bilbao.
Choli Fuentes – Coleccionista (Colección Kells).
Marta G. León – Abogada experta en propiedad intelectual.
Israel Galván – Bailaor y coreógrafo.
Rosina Gómez Baeza – Gestora cultural.
Aníbal Jozami – Director general de BIENALSUR.
Ana Laborde – Conservadora-restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).
Jaume Llombart – Músico.
María López – Historiadora del arte, comisaria y gestora cultural.
Pablo Messiez – Autor, actor y director.
Begoña Navarro – Subdirectora general de Asuntos Patrimoniales (Ministerio de (Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación).
Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española.
Javier Otero – Músico.
Chiara Pagano – Artista, investigadora y comisaria.
Fernando Pérez – Director de Azkuna Zentroa-Alhóndiga Bilbao.
Moisés Pérez de Albéniz – Fundador y CEO de la Galería Moisés Pérez de Albéniz.
Michelangelo Pistoletto – Artista y teórico del arte.
Gabriel Planella – Director de programación de Acción Cultural Española (AC/E).
Raffaele Quattrone – Sociólogo y comisario.
Ramón Rispoli – Historiador de arquitectura y urbanística.
Mafalda Rodríguez – Conservadora de Museos de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, y secretaria de la Unidad de Apoyo de la Dirección General de Bellas Artes.
Ioanna Ruiz de Torres – Conservadora-restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).
Donatella Saroli – Comisaria en el MAXXI.
Silvia Simoncelli – Head of Education en Nuova Accademia di Belle Arti (NABA).
Sociedad Coral de Bilbao.
Carla Subrizi – Historiadora de arte contemporáneo.
Natalia Torreblanca – Comisaria, museóloga y fundadora de Vélera Diseño.
José Andrés Torres Mora – Presidente de AC/E.
Luis Valverde Espejo – Director de la Galería Espacio Mínimo.
Alicia Ventura – Comisaria y asesora del Programa Arteria DKV y directora de la colección de arte DKV.
Natalia Yera – Coleccionista (Colección Mariano Yera).
Lucía Ybarra – Socia directora y cofundadora de YGBArt Advising and Management.
Zifan Ye – Pianista.
Domingo Zapata – Artista, escritor y diseñador de moda.
PROGRAMA DOPO ROMA
José Ramón Ais – Fotografía (residente, 2019-2020).
Tyto Alba – Cómic (residente, 2016-2017).
Toni Amengual – Fotografía (residente, 2020-2021).
Paula Anta – Fotografía (residente, 2011-2012).
Sergio Arribas – Diseño de moda (residente, 2021-2022).
Juan Gómez Bárcena – Literatura (residente, 2016-2017).
Julia Ramírez Blanco – Teoría, análisis y crítica de las bellas artes (residente, 2015(residente, 2015-2016).
Manu Blázquez – Grabado (residente, 2021-2022).
Carla Berrocal – Cómic (residente, 2019-2020).
Enrique Bordes – Diseño (residente, 2014-2015).
Los Bravú (Andrea Gómez y Diego Omil) – Cómic (residentes, 2016-2017).
Ana Bustelo – Cómic (residente, 2019-2020).
Iñaqui Carnicero – Arquitectura (residente, 2008-2009).
Joan Casaramona – Cómic (residente, 2016-2017).
Nicolás Combarro – Fotografía (residente, 2018-2019).
Miguel Cuba – Cómic (residente, 2012-2013).
Héctor Elorza – Arquitectura (residente, 2008-2009).
Yeyei Gómez – Cómic (residente, 2020-2021).
Mónica Gutiérrez (Basurama) – Mediación cultural (residente, 2021-2022).
Julia Huete – Cómic (residente, 2018-2019).
Mercedes Jaén – Diseño (residente, 2016-2017).
David Jiménez – Fotografía (residente, 2016-2017).
Daniel Lesmes – Teoría, análisis y crítica de las bellas artes (residente, 2008-2009).
Irazú López – Patrimonio y comunidad (residente, 2021-2022).
Rogelio López Cuenca – Pintura (residente, 1995-1996).
Martín López Lam – Cómic (residente, 2015-2016).
Jorge Luis Marzo – Estudios académicos (residente, 2019-2020).
Fernando Maquieira – Fotografía (residente, 2008-2009).
Maite Méndez Baiges – Historia del arte (residente, 1992-1993).
Clara Montoya – Artes visuales (residente, 2015-2016).
Juan Luis Moraza – Escultura (residente, 1991-1992).
Javier Moreno – Música y musicología (residente, 2013-2014).
Álvaro Ortiz – Cómic (residente, 2014-2015).
Federico Pazos – Cómic (residente, 2013-2014).
Txuspo Poyo – Videoarte (residente, 2020-2021).
Manuel Rodríguez Valenzuela – Composición musical y audiovisual (residente, (residente, 2021-2022).
Brais Rodríguez – Cómic (residente, 2021-2022).
Estíbaliz Sádaba – Videocreación (residente, 2016-2017 y 2018-2019).
Javier Sáez Castán – Cómic (residente, 2017-2018).
Leire San Martín – Mediación e investigación (residente, 2021-2022).
Antonia Santolaya – Cómic (residente, 2016-2017).
Joaquín Secall – Cómic (residente, 2013-2014).
Adolfo Serra – Cómic (residente, 2019-2020).
Carles Tarrassó – Gastronomía (residente, 2021-2022).
Andrés Úbeda de los Cobos – Historia del arte (residente, 1989-1990).
Elo Vega – Escultura (residente, 2020-2021).
Santiago Ydáñez – Pintura (residente, 2016-2017).
Ana Zamora – Artes escénicas (residente, 2017-2018 y 2019-2020).
Begoña Zubero – Fotografía (residente, 2012-2013).
OPEN STUDIOS
OPEN STUDIOS
Como espacio de creación e innovación, la Real Academia de España en Roma tiene muchas historias que contar, la nuestra comenzó hace 150 años, una vida a lo largo de tres siglos en los que el número de visitantes ha ido creciendo exponencialmente, se han acometido varias reformas sobre el edificio original y se ha abierto su programa de becas a cada vez más disciplinas y personas. Una historia en la que todavía hoy trabajamos, reflexionando sobre nuestro pasado, pero con la vista siempre puesta en el futuro, impulsándonos con ello a ejercitar nuevos modelos de gestión y apertura a la ciudadanía. Los Open Studios de la Academia de España en Roma son ejemplo de ello y, como cada año, el pasado mes de marzo de 2023 la institución volvió a abrir sus puertas para mostrar cómo se configuran los proyectos seleccionados de esta nueva edición y conversar en torno a las veinticuatro propuestas presentadas. Una jornada en la que los residentes becados en la Academia de España en Roma hicieron una breve parada, dejando por unas horas sus pinceles, investigaciones, pentagramas o ensayos para mostrar sus técnicas y procesos, e interactuar con los profesionales del sector cultural y cualquiera de los centenares de visitantes que, atraídos por un creciente interés, quisieron tener una visión más completa de la diversidad y riqueza del mundo cultural contemporáneo. Un ejemplo, un año más, de la vertebración que supone la Real Academia de España en Roma y de la importancia de una conexión significativa con la experiencia artística, que va más allá de la obra, enseñando también cómo se gestan las ideas.
En definitiva, más de 100 profesionales del sector cultural radicados en Italia y más de 800 ciudadanos interesados por la cultura visitaron los estudios de los residentes en una jornada maratoniana y emocionante.
ANA LAURA ALÁEZ
Ana Laura Aláez (Bilbao, 1964) desarrolla, a la par de su trabajo plástico, actividades como la escritura, el diseño de espacios o la composición musical. Cuenta con una extensa actividad de conferencias y talleres. Aun con una intensa trayectoria, su postura vital sigue siendo la de trabajar independientemente de una demanda exterior.
Bienales internacionales: Oku-Noto Triennale, Suzu, Japón (2023); 4.ª Bienal de Busan, Corea (2004); 49.ª Bienal de Venecia, Pabellón Español (2001); 1.ª Bienal de Buenos Aires (2001); 2.ª Bienal de Busan, Corea (2000); 48.ª Bienal de Venecia, Apertutto (1999); 5.ª Bienal de Estambul (1997).
Exposiciones: Todos los conciertos, todas las noches, todo vacío, Azkuna Zentroa, Bilbao y Museo CA2M, Madrid (2019-2021); Pabellón de escultura, MUSAC, León (2008); Bridge of Light, Towada Art Center, Towada City, Japón (2008); Unknowns. Mapping Contemporary Basque Art, Museo Guggenheim, Bilbao (2007); Arquitectura de Sonido, Museo Banco de la República, Bogotá, Colombia (2006); Hell Disco, Taidemuseo Tennispalatsi, Helsinki, y Centro Cultural de España, México (2006); Kiss the Frog. The Art of Transformation, The National Museum of Art, Architecture and Design, Oslo, Noruega (2005); Beauty Cabinet Prototype, Palais de Tokyo, París (2003).
No es texto–no es acción-no es sonido–no_es_objeto/ no es escritura–no es performance–no_es música–no es escultura
Proyecto artístico que trabaja al mismo tiempo en las cuatro modalidades que el mismo título cita: en lo textual (escribir un ensayo), en la acción (filmar una performance), en el sonido (componer música electrónica) y en el objeto (trabajar en escultura). Mi meta ha sido la de provocar una confluencia a partir de un método no específico que durante todo el período de la beca ha ido cambiando y con la disciplina escultórica como lugar de verificación.
Mi estancia en Roma me ha permitido confrontar cada día obras clave que, hasta el momento, solamente había visto de lejos plasmadas en los libros. La experiencia en la Academia es una suma de ese eco vivencial. Me refiero a ese desasosiego y alivio que se dan al mismo tiempo cuando el cuerpo se coloca frente a una pieza que logra interpelarnos. Y es precisamente ese sentimiento que golpea directamente al estómago lo que intento transferir a mi trabajo.
El vinilo es la obra que culmina este proyecto-puente entre varias disciplinas. Lo he realizado en colaboración con el músico Ascii.disko. La lírica de sus cuatro temas refleja mis procesos artísticos en Roma. Su track principal, Acaricia y golpea, sirve de base al vídeo con el mismo título y lo interpretan varixs compañerxs. Esta colaboración enlaza con trabajos anteriores donde utilizo el contexto vital como material escultórico.
Proceso y experiencia
Desde mi llegada el pasado noviembre a la Real Academia de España en Roma, he sentido una inquietud que, en lugar de atenuarse según han ido pasando los días, se ha disparado con intensidad en todas las direcciones, fomentando una especie de catarsis que asumo era necesaria. Gracias a ser una espectadora insaciable, he descubierto con perplejidad aspectos contemporáneos impensables que rebotan ahora más vivos que nunca. Esos movimientos en zigzag, con sus diferentes estratos de espacio y tiempo, apelan a esa subjetividad poética que aparece sin avisar, como cuando una persona irrumpe en, lo que imaginábamos, era un lugar acotado e inaccesible que —en principio— no deseábamos compartir. Y nos rendimos ante esa experiencia que, por tan íntima, es revolucionaria.
El ejercicio más destacable en mi proceso ha sido el de negociar ciertas lecturas en tangente. Me refiero a aquellas que promueven el deseo de incorporar como sea lo que ya ha logrado manifestarse: crear posibles piezas a partir de la matriz de ellas mismas. Una obra es otra obra y otra obra. Me sigue sorprendiendo cómo la materialización de determinadas ideas excava nuestro pensamiento hacia un pozo sin fondo. Realmente no acabo de comprender qué es lo que nos exhorta a alimentar esa sensación contradictoria entre euforia y purga, si la promesa de un cambio a través de lo tangible o se trata de crear un impacto sofisticado para amortiguar el crudo final de la existencia. Quizás sea una mera reflexión sobre lo que intuimos que pudiera existir dentro de nosotras mismas y que aún no hemos sido capaces de clasificar. Me pregunto si es mejor ver las cosas con o sin protección, como si necesitáramos un profiláctico para ayudarnos a ver más borroso lo que es incuestionable. Si la experiencia a lo largo del tiempo va a potenciar o reducir nuestra sensibilidad. Preocuparse por mantener una juventud, no de piel, sino de percepción, con una mirada más cándida que permita seguir asombrándonos ante lo que vemos.
Acaricia y golpea, en forma de vinilo-texto-vídeo-escultura, es una lluvia de fragmentos, una tímida respuesta a esas sub-obras que aparecen en tangente dentro de las obrasorigen. Detalles de una escultura que no se puede contemplar por todos los lados en un mismo golpe porque va a estar siempre inconclusa, en proceso, en perpetuo cambio. Presente la acción de intentar retener algo que se escapa, como si distintas manos de mujer fueran pasándose entre ellas lecturas con ese caudal de esquirlas a lo largo de la historia. Uñas o colmillos o lengua de fuego, como prótesis que ayudan a poner cierta distancia con aquello que aún no ha dado suficiente tiempo de que pase a través de los propios órganos.
ELVIRA AMOR
Elvira Amor (Madrid, 1982) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha. Ha vivido y estudiado en Madrid, Cuenca, Buenos Aires, Puebla (México), Bruselas (Bélgica) y Yogyakarta (Indonesia), donde ha desarrollado distintos proyectos.
Las últimas exposiciones individuales que ha realizado son: Rosa llano, verde oblicuo, Centro de Arte de Burgos CAB (2022); Sendas selvas, Galería Moisés Pérez de Albéniz, Madrid (2021); Formas de oír, Alimentación 30, Madrid (2020), o Salmón ladrillo coral, García Galería, Madrid (2018).
Ha participado, entre otras, en las siguientes exposiciones colectivas: La distancia entre A y B, comisariada por Bea Espejo, Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (2022); Artistas en producción, comisariada por Cristina Vives, Estudio 50, La Habana, Cuba (2022); El arte no es democracia, Nave Oporto, Madrid (2021); Pintura renovación permanente, comisariada por Mariano Navarro, Museo Patio Herreriano, Valladolid (2021); Una historia del arte reciente, Colección DKV-Museo de Arte Abstracto, Cuenca (2021); Modern Love Vol. 1, Quinto Piso, Ciudad de México (2017); Luminancia sobrenatural dominante, Galería El Mirador, Buenos Aires (2014); y Alga todo y espumas, CCEBA-AECID, Buenos Aires (2013).
Ha seguido el programa JAI, Tabakalera (2022), y residencias como Bilbao Arte (2021), Villavergerie Huesca (2020) o Mundo Dios, Mar del Plata, Argentina (2012).
Lo que ves lo ves siempre para ver otra cosa
En mi práctica trabajo con el color y la forma, pensando la pintura como la imagen mental que se construye a partir de lo visible, un conjunto de piezas, el entorno, suelo, las paredes… Me interesa el ambiente que un conjunto de piezas desprende, y cómo afecta a las personas y al espacio.
El proyecto nace del interés de conocer en vivo los murales antiguos de Roma porque encuentro ahí un punto en común con mi trabajo: una manera de entender la pintura como todo lo que rodea el espacio.
Proceso y experiencia
Durante este tiempo, me propuse conocer algunos hitos de la pintura mural romana y los sitios específicos donde se encuentran, observar la luz, la distribución de los espacios en los que está instalada la pintura, la composición, la arquitectura, la posición dentro del muro, la temperatura…
Contemplar las pinturas en el mismo sitio para el que fueron creadas me ha permitido percibir usos distintos de la pintura o la manera en la que arquitectura y pintura trabajan juntas, como, por ejemplo, en volúmenes excavados en el muro en los lararios romanos; el arco como curva presente uniendo los espacios; la sucesión y ritmo entre las formas de los columbarios, o el protagonismo de motivos en techos, suelos, corredores o en espacios de transición que comparten algunos hitos de la arquitectura antigua, renacentista o moderna. Las estancias negras monócromas o a rayas de la antigua Roma, donde la pintura y el color en el espacio consiguen un efecto que sobrecoge al cuerpo.
Lo que ves lo ves siempre para ver otra cosa se refiere a estas experiencias del espacio, el color y la luz.
Durante la residencia me he concentrado especialmente en el dibujo, en un estadio inicial del proceso de trabajo en el estudio, relacionado con el origen de formas que aparecen en las pinturas, para explorar diversas direcciones que puede tomar la obra.
AMELIE ARANGUREN (INLAND-CAMPO ADENTRO)
Inland-Campo Adentro es un proyecto sobre una organización de producción social y cultural, además de un agente de colaboración.
Pretende confrontar varios problemas que se relacionan simultáneamente —la insostenibilidad ambiental, cultural y económica de un modelo en quiebra, tanto a escala global como individual— formulando herramientas teóricas de análisis crítico y aplicándolas en la práctica experimental.
Un artefacto cultural que se sirve de todas las herramientas y lenguajes de representación a su alcance. Inland-Campo Adentro tiene una emisora de radio, una academia, produce exposiciones y fabrica queso. También asesora a la Comisión de la Unión Europea sobre el uso del arte en las políticas de desarrollo rural, al tiempo que promueve la Escuela de Pastores.
En tanto parainstitución trabaja con, contra y más allá de las instituciones existentes, y se estructura en ejes de actividad —de la formación a la producción y la comercialización— que se retroalimentan mutuamente, en busca de un sistema adaptativo, autosostenido y replicable.
Su valor reside en la extensión de un método. Promueve células de actividad en localidades rurales concretas sin localización descrita, al mismo tiempo que opera en diferentes países para influir en los marcos de las políticas agrarias y culturales en Europa.
Nuova Agrocittà
Nuova Agrocittà ha sido un proceso de nueve meses en el que nos hemos reunido, escuchado e intercambiado ideas y prácticas con diversos grupos de productores agrícolas, consumidores y activistas de la ciudad de Roma. Una propuesta que se basa en la relación campo-ciudad, en las distintas maneras en las que se tienden puentes o se desdibujan las líneas que las separan. Este proceso se ha manifestado en un mercado que se celebró en la Academia de España, un mapa que cartografía todas las haciendas agroecológicas y mercados del entorno romano y un portal web: www.roma.inland.org.
El mercado contó con varios productores, que ocuparon los puestos diseñados y creados en un taller abierto al público con la colaboración del colectivo de arquitectos Orizzontale. A lo largo de la tarde se dio voz a quienes de una u otra forma luchan por una agricultura viva alejada de los modelos de industrialización intensiva, defendiendo una agricultura social, sostenible y consciente de los límites ecológicos. Un campo que crea empleo, produce alimentos de calidad y se relaciona con la ciudad a través de múltiples formas de venta directa.
Una forma de entender el comisariado que implica provocar colaboraciones entre locales y la diversidad de métodos que Inland-Campo Adentro vienen entretejiendo, desde herramientas de la sociología crítica para un diagnóstico comunitario, la documentación audiovisual o la generación de obra artística en base a mapas intervenidos, dibujo e instalación y archivo.
Carteles a partir de las diferentes haciendas y mapa. Montaje para el mercado.
Proceso
Un mapa, unas botas y billetes de autobús. Largas caminatas en busca de rebaños y haciendas. Unas me llevan a otras y voy descubriendo otra Roma con un extraordinario patrimonio agrícola. Anochece pronto, lecturas que rememoran el pasado campesino de la ciudad, Varrón, Columela, Ovidio o los hermanos Graco con la primera reforma agraria de la historia.
Me doy cuenta de que todas estas hectáreas cultivadas solo son posibles si hay un consumo que lo sostiene y comienzo a visitar mercados, Campagna Amica, Farmers Market, Terra Terra, Mercato Contadino, además de tantos mercados de barrio. También los grupos de consumo (GAS) como Cassetta Rossa en Garbatella y los pequeños supermercados de kilómetro cero (Km 0). Surge mi propio mapa que lo recoge todo.
Llega la primavera, activistas, artistas, agitadores, todos luchando por un agro romano vivo. Me intereso por los movimientos de ocupación de las tierras durante los años setenta, por los programas del ayuntamiento para ceder la tierra a jóvenes que la quieran trabajar, por los bajos alquileres de los terrenos que todavía el Vaticano posee, por las normativas sobre apicultura y ganadería dentro de la ciudad. Lo comparto todo en una web.
Y al final un mercado en el patio de la Academia, todos están ahí, agricultores, pastores, consumidores, compañeros, todos con la misma visión, el reencuentro entre el campo y la ciudad, formas de producir y consumir basadas en la inclusión, justas y sostenibles.
Experiencia
Aquella tarde del 11 de junio, el cielo pareció espesarse según se iba acercando la hora para abrir las puertas del mercado. En el patio lucían las bancarelle que habíamos diseñado y construido días antes. Limones, frutas, verduras, aceites y conservas del agro romano impregnaban el ambiente de un aire exultante, pero de pronto toda aquella emoción comenzó a temblar mientras los visitantes miraban al cielo con recelo. Los primeros relámpagos se convirtieron en una tormenta casi tropical, un diluvio que pudo haber arruinado aquella fiesta popular que recogía tantos meses de trabajo. Pero nada de eso, como sucede en los campos cuando vienen malas, primero mis maravillosos compañeros y luego todos los invitados se unieron en una improvisada y urgente cadena humana que consiguió trasladar todos los puestos y los alimentos que contenían al claustro, reconstruyendo el mercadito originalmente propuesto y donde surgió la belleza de lo inesperado. Volvió el coro de mujeres de la Cervelletta, volvieron los productores locales a contarnos qué y cómo y con quién desarrollan su encomiable labor; volvieron los vinos, las limonadas, los quesos y las mermeladas a unirnos en una noche sin luna, pero con una luz solidaria que lo llenó todo. Las bombillas verbeneras tampoco se apagaron, como nunca lo hará el recuerdo de una tarde, de un año, irrepetible. Gracias, gracias y gracias.
CARLA BOSERMAN
Carla Boserman (Barcelona, 1984) es artista, docente e investigadora. Desarrolla proyectos donde el dibujo se vincula al territorio, la memoria y la comunidad. Dibuja en directo y en contexto. Acuñó el término relatograma para definir un modo concreto de hacer relatoría gráfica. Ha dibujado en contextos de experimentación social, memoria vecinal y en comunidades de pastoreo. Ha participado en espacios sensibles a las prácticas colaborativas y de aprendizaje, como la Red de Arquitecturas Colectivas, MediaLab Prado, el CCCBLab, o el Museo Vostell Malpartida, entre otros. Ha sido profesora y coordinadora del departamento de arte en el BAU-Centro Universitario de Artes y Diseño de Barcelona, artista residente en La Escocesa y en Hangar.org. Su tesis doctoral es una reflexión crítica sobre su práctica de dibujo, en la que se acerca a la etnografía. Ha dibujado para el libro de Marina Monsonís La cocina situada (Gustavo Gili, 2021).
Forma parte del grupo Investigación, Arte y Universidad: Documentos para un debate de la Facultad de Bellas Artes, UCM.
Cenar dentro de un caballo: «Più con il farro che con il ferro»
El proyecto parte de un interés por desdibujar la monumentalidad del espacio público de Roma y explorar preguntas sobre la territorialización de la memoria.
A partir de un acontecimiento singular (una serie de brindis que tuvieron lugar en el interior del caballo del Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II durante su fabricación), se proponen una serie de encuentros para reimaginar y establecer vínculos entre diferentes monumentos ecuestres de la ciudad y la alimentación como espacio de producción de memoria social. Se busca generar experiencias para hablar de la memoria también desde el estómago.
Un ponche para limpiar paladares, polenta frita y unas galletas con pasas conforman un recetario experiencial que abre conversaciones sobre el Risorgimento italiano. Estas experiencias se recogen en una pieza gráfica en forma de tríptico que invita a recorrer, recordar y reparar.
El proyecto incluye una colección de dibujos solares o antotipias1 hechos con tinta vegetal. Son imágenes temporales que exploran unas estéticas de la desaparición y hablan de la fragilidad de la memoria. Dibujos que presentan caballos que son monumentos y forman parte del paisaje de la ciudad, caballos de tinta de espinacas que saltan de sus peanas y exploran la performatividad del dibujo. El proyecto se completa con una serie de talleres de dibujo e impresión solar en instituciones y espacios autoorganizados de la ciudad donde se exploran imaginarios más compartidos.
1 El término antotipia viene del griego anthos, flor y tipo, impresión o marca. Es una técnica de impresión por contacto que aprovecha la fotosensibilidad de algunas flores, vegetales y frutas.
IG @carlaboserman www.carlaboserman.net
Proceso y experiencia
Cuando llegué a Roma, tuve la suerte de llegar a un lugar donde se me estaba esperando, a un grupo que me acogió con familiaridad. No tuve más que sumarme a todo lo que se me ofrecía. Durante el primer mes me propuse hacer un aterrizaje intenso en el proyecto: di muchos paseos, dibujé, leí, visité museos y archivos, preparé un ponche romano para mis compañeras y compañeros, hice una polenta frita en ocasión de una visita de las mujeres del Spazio Donne San Basilio y horneé galletas Garibaldi para el Open Studios.
Mientras, la vida en Roma y la vida de grupo se fueron intensificando. Practiqué mi italiano latente siempre que pude. Fui a un grupo de dibujo en el barrio. Seguí dibujando e ideando una pieza gráfica que recogiese las premisas del proyecto, el trabajo de campo, las recetas, los vínculos creados. Después empecé a conocer la ciudad más allá del proyecto, a través de personas, espacios, iniciativas, barrios, fiestas, parques y heladerías. Mis compañeras fueron fundamentales, me compartieron sus Romas con generosidad. Fui dibujando y documentando parte de la actividad cultural de la Academia, lo que me permitió escuchar y regalar. De aquí surgieron colaboraciones con compañeros como Juan Pedro Navarro y Pilar Serrano Betored. Con el proyecto buscaba vincular memoria, dibujo y territorio. Decidí incorporar la antotipia como técnica de impresión y creación de imágenes no permanentes. Comencé a hacer dibujos solares, y fue así como llegaron los caballos de espinacas. Esto me obligó (en el mejor de los sentidos) a trabajar muy atenta al clima (nunca imaginé que en Roma llovía tanto) y fue así como convertí la ventana de mi estudio en una imprenta solar. Me gustó mucho salir de vez en cuando de Roma, sobre todo en busca de mar, ríos y lagos. Se crearon amistades y complicidades, hubo muchas ocasiones para celebrar. También hubo semanas de eventos, conferencias y trabajo intenso. Siempre hubo toallas limpias sobre mi cama los jueves, saludos al entrar y salir de la Academia, planes en el grupo de chat y alguien a quien pedir café. Los espacios que aúnan vida y producción no siempre son fáciles y, sin ánimo de romantizar la experiencia (pues en ocasiones me abrumaba cierta sensación de pérdida de realidad), me quedo con: la vivencia colectiva entre personas de edades y trayectorias heterogéneas; la oportunidad de vivir la ciudad y conocer agentes locales; y tener tiempo para experimentar y entender la práctica artística e investigadora como un espacio de relación y de confianza en los procesos.
RAQUEL BUJ
Palencia, 1979. Su trabajo se sitúa en la intersección entre arte y moda. Una práctica dedicada a la experimentación especulativa con materiales a partir de los cuales diseñar vestimentas inspiradas en la idea de envolvente o segunda piel. Su estudio constituye un laboratorio donde se hibridan la artesanía tradicional, la biofabricación y la producción digital. Un espacio para la especulación material y el diseño ecológico, cuya actividad evidencia que los materiales que nos rodean son algo más que objetos inertes: cada uno de ellos está cargado de una potencia vibrante que nos invita a explorar ecologías posibles.
Combina su práctica profesional en Buj Studio con su actividad docente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el IED (Istituto Europeo di Design). Su trabajo ha sido reconocido por instituciones de moda: Premio Samsung Ego Innovation Project 2017 MBFWM; la Bienal Iberoamericana de Diseño: Mención a Investigación y Diseño (2019), y ha sido expuesto en centros de arte: Casa Encendida (2020), Can U sustainable exhibition en Shanghái (2022). Destacan sus colecciones Wall Dress 2017, Growing Landscapes 2018, NIDOS 2021, y el Carnaval de las Especies Compañeras Matadero Madrid 2022.
Ungüentos: Restos, rotos y remedios
Ungüentos es una invitación a pensar en la complejidad ecológica de nuestras prendas de vestir a partir de una triple propuesta: una colección de vestimentas, un laboratorio material y una performance ritual. Sus vestidos, más que simples prendas, son segundas pieles, envolventes sensibles que nos cubren, como un ungüento próximo y cuidado. Gracias a ellas podemos reimaginar nuestro horizonte estético más allá del canon antropocéntrico de la modernidad.
El proyecto toma como inspiración los poemas clásicos de Ovidio Cosméticos para el rostro femenino donde el autor compendia un recetario antiguo para el cuidado y embellecimiento de la piel. Los elementos naturales que componen esos ungüentos (pétalos, altramuces, narcisos…) sirven para la experimentación biomaterial en un laboratorio que da fisicidad a los poemas.
Finalmente, una performance activa las pieles que las vestimentas cubren y hace visible el espacio que Ovidio ignora: el tocador oculto del cuidado ritual. En ese lugar invisibilizado las bailarinas se visten y desvisten y cambian de piel en una danza ritual que requiere de unos gestos otros que, como las vestimentas, están hechos de cuerpo y materia vibrante.
Ungüentos es, en definitiva, una relectura de Ovidio a través de un ejercicio de recreación material. Un proyecto que se detiene en lo que se desprecia: los rotos y los restos que surgen de los procesos creativos, pero que al apreciarlos nos enseñan la posibilidad de remediar los males que atribulan a una ecología dañada.
IG @buj.studio
www.buj.studio
Proceso
Comencé replicando los ungüentos de cuatro de las recetas descritas por Ovidio, aplicándolas en mi propia piel. No estaba buscando crear ungüentos o cremas, sino segundas pieles, pensar la vestimenta de manera poética, desde la intimidad más cercana a la piel.
Fui trabajando con los ingredientes naturales de Ovidio para crear nuevas recetas de biomateriales, siguiendo una premisa clara: no tirar nada en el proceso. Incorporé los restos, rotos, errores, los colores encontrados en las cocciones, las transformaciones, los germinados… Con todo ello fue construyéndose un nuevo poema material de unas 150 nuevas recetas de biomateriales compuestas de yeros, cebada, altramuces, narcisos, flores secas, miel, sal amónica, resinas naturales, cera de abeja, mirra, incienso, etc.
Las segundas pieles de mi proyecto nacen de esta exploración biomaterial. Vestimentas que no son prendas, construidas de procesos naturales cambiantes. Una de ellas está hecha uniendo los minúsculos restos sobrantes de todos los cocinados realizados, como un mapa material de mi estancia en Roma.
Experiencia
Mi estudio ha ido mutando de piel día tras día, como mis trajes. Recuerdo que hubo un momento, al principio, en el que llegó a ser una sala de cine italiano, con varios de mis compañerxs-familia tumbadxs sobre cojines en el suelo. A partir de ahí, el estudio fue colonizado por los materiales, nunca más hubo espacio libre.
Empecé trabajando sobre dos mesas dispuestas al fondo, aparecieron cazuelas, espátulas, botes, cucharas, placas petri, lentejas, miel, cebada, gelatina, agar… Pronto, las pruebas materiales empezaron a crecer y coloqué superficies de metacrilato en el suelo para nuevos vertidos. El suelo se convirtió en una gran mesa de trabajo con pequeños huecos para poder desplazarme por el espacio. Las cubetas con los crecimientos de SCOBY se escondieron debajo de las mesas para estar a salvo. Algunos materiales se secaban al aire, colgados de cuerdas de tendido de ropa y percheros.
El día de grabación del vídeo empezó a diluviar sin avisar. Las muestras y los trajes hechos de biomateriales, algunos sensibles al agua, estaban expuestos en el jardín romántico. Hugo, Alba, Abel, Juan, María y yo empezamos a correr desesperadamente intentando rescatar lo máximo posible. Aparecieron más manos, Manu y Luz, corrieron a ayudar, no recuerdo cuántos ni cómo. Cuando paró la lluvia continuamos trabajando.
Viendo las fotos y el vídeo días después, observo las gotas que quedaron de la lluvia deslizando sobre las pieles, estructuras de cobre, peines, frasquitos… sobre el fondo de la ciudad de Roma. Necesito tiempo para procesar toda esta belleza. Me siento eternamente agradecida.
MATÍAS CANDEIRA
Matías Candeira (Madrid, 1984) es guionista de formación y escritor. Autor de seis libros de narrativa: la novela Fiebre (Candaya, 2015) y cinco colecciones de relatos entre las que destacan Antes de las jirafas (Páginas de Espuma, 2011), Ya no estaremos aquí (Salto de Página, 2017) y Moebius (Algaida, 2019), que recibió el Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián en 2018.
Como reconocimiento a su trabajo, ha recibido becas de creación de diferentes instituciones en el ámbito de la literatura en castellano: Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, Fundación Han Néfkens, Fundación BBVA y Art Omi: Writer’s Residency.
En 2021, la Agencia Española de Cooperación Internacional lo escogió para formar parte de ‘10 de 30’, un proyecto que recoge a los autores menores de cuarenta años más destacados del panorama nacional.
El que espera
El que espera es un proyecto narrativo que tiene como escenario Roma, Milán y otras partes de Italia en 1971.
El libro toma como punto de partida un capítulo real en la vida del escritor Dino Buzzati, en la época en la que cubría la sección de sucesos paranormales para el periódico Corriere della Sera. Este hecho tuvo su respuesta en un libro de crónicas no muy conocido del autor, titulado Los misterios de la bella Italia.
Años después de sus investigaciones, enfermo de cáncer, el autor italiano recibe una visita siniestra en sueños: un escritor rival intenta poseer su cuerpo y su escritura repetidamente y lo persigue. La enfermedad avanza. Buzzati es consciente de que su final está cerca, y deberá cerrar algunos asuntos espirituales y personales antes de abandonar este mundo.
Un alter ego ficcional del escritor aterriza en una Roma y Milán fantasmagóricas para volver a entrar en contacto con los brujos, curanderos y exorcistas que despertaron su escepticismo y humor negro cuando realizó sus crónicas. Será ese el pretexto para alejarse todo lo posible de sus conflictos personales y ser arrastrado a la parte revelada de la ciudad, ya convertida en un panóptico que él atraviesa en alerta, como sus personajes atravesaban espacios en el filo de lo real.
FARABOLA/LEEMAGE
Proceso y experiencia
Llegué a la Academia en noviembre para empezar un libro sobre Dino Buzzati. Sé que esto podría parecer la explicación de alguien que busca un nuevo amigo en el patio del colegio, pero, de verdad, solo quería conocerlo mejor, arrancar un pedazo de su vida y convertirlo en un trozo de ficción que mereciera la pena leer.
Empezar: ese verbo que se pone torcido en cuanto te descuidas, culebrea lejos de ti y te niega todas las cortesías. Todo está por hacer, hasta el propio deseo de escribir, que bulle en uno con la fuerza imantada de no-saber-pero-querer-saber; y también cocea, claro, da patadas —muchísimas—, se rebela contra la ascensión a la montaña. Por suerte, en los ratos más difíciles, miraba hacia el jardín y sabía que disponía de varios botes salvavidas ahí fuera: debajo de mi ventana, alguien discutía sobre sus piezas, una compañera brindaba y reía, un cuervo eructaba un poco de luz en las alturas, riéndose de todos. Yo lo sabía. Si bajaba a la cocina, alguien me ofrecería un plato de comida; otro tendería un camino con la charla y me pondría sobre la pista de un libro que necesitaba para que Buzzati dejara de ser una isla. Yo sabía. La Academia es un refugio. Escribir también lo es, y es bello cuando descubres que compartes con otros todos los verbos de la creación. Eso hace el libro por venir mucho mejor.
Así que logré empezar el libro que creía que iba a ser A y al final ha sido B, o C, en las distintas mutaciones que la Academia y Roma van trayendo hasta el escritorio, como una canción de piedra rota y de luz, y me contaba a mí mismo, es una novela que tendrá esta luz, aunque todavía no sepa cómo.
Repito, porque me gusta cómo esta frase adquiere matices, capas freáticas, y se da la vuelta para rebelarse, como el propio verbo que se niega a darme la mano. Sé que esto podría parecer la explicación de alguien que busca un nuevo amigo en el patio de su colegio, pero solo quería conocer a Roma mejor, arrancar un pedazo de su vida y convertirlo en un trozo de ficción que mereciera la pena leer. Repito, empiezo. Sé que esto podría parecer la explicación de alguien que busca un nuevo amigo en el patio de su colegio, pero solo quería conocerlos mejor, arrancar un pedazo de su charla y convertirlo en un trozo de vida que mereciera la pena leer. Hablo ahora de mis compañerxs; de todo lo que he aprendido en estos meses, los más felices de mi vida.
JUAN ANTONIO ESPINOSA
Juan Antonio Espinosa (Málaga, 1980) es arquitecto y doctor por la Universidad de Sevilla. Y máster por la Universidad La Sapienza de Roma (Beca Talentia, 2009). Ha proyectado y construido diversos edificios de uso residencial. Es profesor de Diseño en la Escuela de Arte de San Telmo de Málaga.
Recibió la Mención honorífica en el IV Premio IUACC a la Mejor Tesis Doctoral en Arquitectura y Ciencias de la Construcción. Es autor del libro Arquitectura y enfermedad en la obra de Thomas Bernhard (Editorial Universidad de Sevilla, 2017). Quedó Finalista en la XIV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (2018) y ganó el Premio FAD de Pensamiento y Crítica en 2019.
Arquitecturas egoístas
Arquitecturas egoístas es un ensayo que se adentra en la vida de seis personajes que mantuvieron una relación estrecha con algunos lugares que habitaron en Italia. Desde la interdisciplinariedad se aborda la obra de seis autores que se entregaron apasionadamente a tres actividades: el autorretrato, la literatura y la arquitectura.
El médico sueco Axel Munthe, el mecenas suizo Gilbert Clavel, el periodista y escritor Curzio Malaparte, el poeta y militar Gabriele D’Annunzio, el coleccionista Mario Praz y la coleccionista y performer Luisa Casati. Todos pertenecen a esa primera mitad de siglo en una Italia atravesada por las dos guerras, el fascismo, el futurismo, el surrealismo o los años finales del decadentismo. La llegada de extranjeros a Italia trae el cubismo, los ballets rusos, el uso de la fotografía como medio de comunicación; sin olvidar el fantasma de la tuberculosis que planea en el fondo de gran parte de estos desplazamientos hacia el sur.
Seis creadores cuya vida y obra resultan difícil de clasificar, así como las casas que eligieron y construyeron como lugar de representación. ¿Qué habrían hecho o soñado estos autores en la época de Twitter y Facebook? Es aquí donde este ensayo juega a traducirse como arquitecturas selfies e interrogarse sobre el papel que la arquitectura tuvo a la hora de completar la imagen de estos seis personajes, con la intención de trasladar la pregunta a la arquitectura de hoy: ¿qué queda de esa invención que es la casa como forma de mostrarnos al mundo?
Las arquitecturas analizadas en este proyecto forman parte de un elenco de «casas autobiográficas», síntesis de personalidades excéntricas que nos siguen interpelando. Vidas de coleccionistas, de viajeros que se detienen. Universos propios traducidos en arquitectura y objetos. Moradas capaces de contener las huellas de su propietario. Arquitecturas en gran medida manieristas que en el siglo XX se postulan como la casa de los últimos estetas.
espinosarquitecto@gmail.com
Proceso y experiencia
El conocimiento es la única moral de la novela Milan Kundera
Venecia, Gardone Riviera, Rovereto, Nápoles, Capri, Positano, Florencia, Forte dei Marmi, son algunos de los lugares visitados desde Roma. Durante algunos días me ausentaba de la Academia y perseguía cualquier rastro de esa arquitectura esbozada en la literatura y en los textos que subrayaba y anotaba en mi estudio. En mi propósito de realizar un análisis del personaje y la arquitectura a la que estuvo ligado, era clave leer la obra de los autores —principalmente la autobiográfica—, pero también buscar a esos autores en su contexto. He viajado a estas casas antes por los textos y las fotografías que por mí mismo, y aunque lo que uno encuentra es a menudo lo contrario de lo que espera, también se aprende de los silencios y la ausencia. Donde había casas que querían ser extensiones de la vida de su propietario, prolongaciones de un yo único e irrepetible, hoy, al visitarlas o acercarme a sus proximidades, hay fundaciones, universidades, bibliotecas, edificios cerrados, propiedades privadas. Vallas y hierba que crece a su antojo, espacios donde apenas entra nadie, habitaciones que han cambiado de sitio; muebles y objetos desorientados en el espacio y el tiempo.
Hace un año esbocé un proyecto en el que planeaba profundizar en la obra de tres autores. Sin embargo, la idea del libro que tenía en mente cuando lo presenté a la Academia ha cambiado. No es igual escribir a partir de lo que uno lee que a partir de la experiencia directa con los lugares. De los tres personajes que propuse, tan solo uno continúa teniendo entidad suficiente para ser considerado un capítulo en el futuro libro; los otros se han diluido en el texto, actuando como contrapunto o consecuencia de modelos precedentes. Finalmente, he optado por profundizar en seis personajes prácticamente coetáneos que coincidieron, que se emularon y que utilizaron sus casas para distanciarse y diferenciarse. Fueron autores que tuvieron el deseo, la necesidad, la visión o la obsesión de vivir construyendo. Son autores que reflejan una época: una Italia atravesada por dos guerras, un patriotismo prescrito desde el régimen fascista que contamina a movimientos como el futurismo, el surrealismo o los años finales del decadentismo, el fantasma de la tuberculosis que planea en el fondo de gran parte de los desplazamientos hacia el sur. Al mismo tiempo, Italia como alternativa cultural a París o como refugio mediterráneo en el que demorarse y dejar atrás guerras propias y ajenas que se libraban en otras partes de Europa.
Archivos, bibliotecas, edificios y paisajes han sido transitados con la mirada de un arquitecto que entiende que la literatura es una forma de conocimiento para nuestra disciplina y que en esa atracción por los excéntricos encuentra el deseo de aprender de las demandas de ese usuario que no se ajusta a la norma o a lo ordinario.
, collage.
MARCELO EXPÓSITO
Puertollano, 1966. Su obra ha sido objeto de exposiciones individuales y retrospectivas recientes en La Virreina Centre de la Imatge en Barcelona; el Festival Internacional de cine FICUNAM 11, el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) y el Centro Cultural de España en Ciudad de México; y el Parco Arte Vivente (PAV) en Turín. Ha expuesto en muestras colectivas como el Aperto ’93 de la Bienal de Venecia, la 3.ª Bienal de Arte Contemporáneo de Berlín, la 6.ª Bienal de Taipei, la Bienal Europea Manifesta 8 en Murcia, La Bienalsur de Buenos Aires y la 16.ª Bienal de Cuenca (Ecuador), colaborando así con curadorxs como Cuauhtémoc Medina, Ute Meta Bauer, Valentín Roma, Ferrán Barenblit o Marco Scotini.
Ha actuado con el grupo teatral argentino La Columna Durruti en el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz, el Festival de Otoño de Madrid, el Santiago a Mil de Santiago de Chile y el FIBA de Buenos Aires.
Su obra forma parte de colecciones públicas como las del MACBA de Barcelona, el Museo Reina Sofía de Madrid, Artium de Vitoria o el MUAC. Entre sus publicaciones se cuentan Walter Benjamin, productivista (Consonni, 2013), Conversación con Manuel Borja-Villel (Ediciones Turpial, 2015) y Discursos plebeyos (Icaria Editorial, 2019).
Participó durante tres décadas en movimientos sociales por la radicalización democrática y ejerció los cargos de Secretario del Congreso y diputado en las Cortes Generales españolas (2016-2019).
Comentarios sobre la violencia ilustrada
En diálogo con autores como Nanni Balestrini o Luigi Nono, mi trabajo en Italia ha versado sobre la naturalización actual de las violencias fascistas y su otra cara, la dificultad de hacernos cargo de las insurrecciones italianas y europeas de las décadas de 1960-1970. Surgió de una conversación mantenida hace quince años con Balestrini, quien me propuso ayudarle a actualizar su novela experimental La violencia ilustrada (1976) al calor de las nuevas violencias sistémicas desencadenadas a partir de 2001, de manera que mi intención ha sido justamente «ilustrar» la actual crisis global del neoliberalismo y las nuevas emergencias políticas que se le oponen, encarnadas en los movimientos feministas, antirracistas o por la justicia climática. Este ciclo de trabajo ha comprendido varias obras interconectadas. Un libro-disco titulado L’Appeso (El Colgado), editado en vinilo por el sello catalán G33G y para el que he contado con la colaboración de Franco Bifo Berardi y Marco Scotini, entre otros. También una serie de polípticos, ensamblajes de diversos procedimientos de experimentación escrito-visual; así como un primer prototipo de «herbario diagramático» inspirado en Rosa Luxemburgo, realizado para mi exposición del Parco Arte Vivente (PAV) de Turín en marzo-mayo de 2023.
Procesos de trabajo de Marcelo Expósito en su estudio de la RAER y grabación de la obra
Proceso y experiencia
Influido en mi etapa de formación por las críticas sesentayochistas de Daniel Buren al estudio del artista como una institución de la modernidad, mi relación con los espacios de trabajo ha evitado siempre presuponerlos como lugares dados, naturalizados. Para mi estancia en la Real Academia de España en Roma he transformado el modelo clásico del estudio academicista de formación en Italia por la funcionalidad de un laboratorio experimental desde el que articular también diálogos y colaboraciones prácticas con personas residentes en la Academia (el compositor Hugo Gómez-Chao o la politóloga Ana Mina) y otras externas (el filósofo Franco Bifo Berardi, el curador Marco Scotini, el músico Chinowski Garachana o activistas de organizaciones sociales y movimientos de Roma).
Mi presunción de que residir en la RAER me permitiría un punto de vista privilegiado desde el que observar Italia como un laboratorio europeo de la actualización de las violencias fascistas y de la dificultad para reactivar las insurrecciones de los años sesenta-setenta, no ha hecho más que reforzarse a lo largo de mi estancia: mientras escribo, las amenazas intolerables a los derechos de las personas migrantes o LGTBIQ coinciden con los incendios pavorosos que arrasan Sicilia y el sur de Europa. Donatella di Cesare (Se Auschwitz è nulla, 2012) ha sugerido que los negacionismos actuales (de la emergencia climática, de las violencias machistas o del colonialismo) comparten matriz con el negacionismo histórico del holocausto nazifascista. Constituyen en conjunto el caldo de cultivo que justifica ejercer de nuevo la necropolítica como política de Estado a gran escala.
La RAER, una institución fundada hace 150 años por la I República, hunde aún más sus raíces en el prototipo estatal de los Reyes Católicos, se vio sacudida por el segundo ensayo republicano de los años treinta y ha ido mutando durante las cuatro décadas de restauración monárquica parlamentaria, desembocando en el papel que España cumple hoy en el seno de una Europa que se debate entre resucitar el atlantismo y participar en la construcción geopolítica de una multipolaridad global. Inopinadamente, la RAER deviene hoy día en un excepcional modelo a escala que condensa todas esas tensiones. Frente al sentido común por el cual una institución artístico-académica como la RAER podría cumplir funciones de diplomacia soft power, complementarias del hard power belicista, se puede plantear la siguiente alternativa: que la Academia debería seguir transformándose aún más en una institución experimental que promueva las prácticas artísticas e investigadoras como experiencias de radicalización democrática, modelos para salir de la crisis sistémica reconstruyendo las formas democráticas de estar en común.
Vistas generales de las exposiciones de Marcelo Expósito en el Parco Arte Vivente (PAV) de Turín y en Processi 150, RAER, Roma, 2023. Obras mostradas: Erbario della differenza italiana (secondo Toni Negri, Luisa Muraro e Mario Tronti), Fotoscritture (2011-2019) (Dedicato ad Allan Sekula), Polittico perché il naufragio non avvenga, Polittico per una vita non fascista (ricorda cosa ti hanno fatto in Auschwitz), Sceneggiatura diagrammatica de L’Appeso (dedicata a Nanni Balestrini), Canti della città ideale, Contro la storia dell’autoritarismo e contro l’autoritarismo della storia, Pagine del poema Le ceneri di Gramsci calpestate in Piazza del Popolo a Roma dalla folla che festeggia sotto la pioggia il decimo compleanno del partito Fratelli di Italia a tre mesi dalla sua vittoria alle elezioni politiche italiane nello steso anno in cui è stato commemorato il centenario della nascita di Pier Paolo Pasolini, 2022-2023.
FUENTESAL ARENILLAS
Fuentesal Arenillas (1986 y 1989) exploran la relación y los estados como punto de partida, el trabajo desde la figura doble, el devenir de su propia praxis o la práctica de la escultura tras el juego que origina o del que proviene. Sus construcciones objetuales se instalan en otros circuitos de producción material y cultural-popular.
Entre sus últimas exposiciones individuales están La danza mudanza, comisariada por Bea Espejo en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo CAAC; Cubierta brillante Margen delgado, comisariada por Juan Canela en la III Edición programa Primera Fase, o Casapuerta acompañada de Anfitriones, texto de Selina Blasco en Luis Adelantado.
Han recibido diferentes premios, becas y residencias como Generaciones 2023 La Casa Encendida, Residencia artística Fundación María José Jove, VI Premio Cervezas Alhambra, XXV Edición creación artística VEGAP, Ayudas a la producción de Matadero Crea, entre otros.
Recientemente han expuesto de manera colectiva en Lo que pesa una cabeza, Museo TEA Tenerife; Una historia reciente II, Fundación Juan March Palma; La vista y el tacto (ca.1929-30), Centro Federico García Lorca (Granada); Dialectos CA2M, CA2M (Móstoles, Madrid); Escultura expandida, CAAC (Sevilla), o Turno de Réplica, Museo Patio Herreriano (Valladolid).
Boca viva oído pendiente
Bo ca viva oído pendiente despliega un sainete desde el que trabajamos en el habla de la escultura tras el «jugar con las manos», como figuras corpóreas dotadas de movimiento. Se vinculan la pícara popular, el espíritu burlón con solera, la idiosincrasia gaditana y la commedia dell’arte italiana que caracteriza al teatro de objetos. Atendemos a su itinerancia no siempre voluntaria, que se inició durante la Contrarreforma y a sus claves esenciales que se pueden reconocer en el teatro independiente, el cine burlesco o, como modelo didáctico, en la ideología de un teatro completo basado en el acto y el colectivo. Recuperadores del poder del gesto y la improvisación, trabajando con materiales y objetos dotados de movimiento que no se consideran patrimonio sino medios útiles pensados para contar.
En nuestra práctica en el taller relacionamos gestos con materia. Al montar las piezas en el espacio vinculamos ideas y percepciones, abrazando una ambigüedad material que no renuncia a la literalidad de ciertas estructuras que, como el bastidor, apelan tanto al oficio como a la naturaleza de cosas que necesitan sujetarse y que, por consecuencia, se mueven. Darnos al juego es un modo de hacer cotidiano, tanto en la vida-taller como en el espacio expositivo. La herramienta es lo que transmuta el material y las infinitas combinaciones lo que hace que la obra esté en constante cambio. Deslizar, doblar, cortar, perforar o enrollar son los movimientos que hacen que imaginación y experiencia confluyan.
Proceso y experiencia
La forma que toma lo colectivo
«Siguen en el mismo sitio como un sueño, pero más gente» es una de las frases dentro de un amplio catálogo de conversaciones. Notas al aire que con el transcurrir del tiempo nos han dado orientaciones para poder seguir trabajando en Roma, guiándonos por un espíritu lúdico y onírico afín a nuestros intereses, búsquedas y derivas. En la Academia encontramos una convivencia mágica, unida a los diferentes modos de hacer de cada una, compartiéndolos y ampliando lo colectivo desde el salón a la cocina. Se aglutinan el desarrollo, el formato y el plano con la atracción por los afectos, los tiempos y sus espacios.
El jardín como prolongación del estudio. Uno de los espacios esenciales para nosotros, donde hemos podido levantar, recoger y secar diferentes piezas. Vivimos el crecimiento de los tulipanes y los girasoles. Han ido cambiando de posición hasta adaptarse atraídos por el sol de la mañana, cubiertos de un velo de color flores magnolio y de dátiles de palmera por la tarde. Pensamos en los dos cipreses que han sido nuestra puerta, porque a partir de ahí la naturaleza se hace latente de otro modo, más salvaje, con un silencio mayor, aumentando la nitidez de las conversaciones. Los pájaros vuelan mas bajo, la temperatura disminuye y los cuervos son más grandes. Al fondo a la izquierda llegamos al Magazzino, nuestro laboratorio de formas.
Un lenguaje que se arma y se desarma; aquí se construye por fraseo, pasando de una cosa a otra y generando movimiento alrededor de lo que se dice. Siempre aparece una alteración, algo que ocurre y se pierde al momento. Como cuando llueve y el bioplástico se descompone. El tiempo en la Academia está suspendido, solo hay una hora con un sonido que rompe ¡las doce! Por un lado, las manos y, por otra, la voz. Manos que acarician, manos que filtran, manos que recuerdan y que copian a las de tu familia. Voces que hablan y ocultan, que dibujan letras en tu espalda, que crean sigilos, que dan paseos a cuatro voces y se encuentran. Lugares elásticos como la casapuerta, donde dejas la puerta abierta para invitar a entrar en busca de las formas acompañadas al sonido de un compositor que dobla el material, y donde las acciones hacen que las manos se entrelacen para descubrir.
La forma que toma lo colectivo y las técnicas con las que generamos ciertas representaciones definen un imaginario compartido, interés en esa forma de cobijo, desde donde hacerse oír en una realidad que ha levantado cenáculos para el pensamiento establecido y reservado, extrarradios para los no integrados como el de María Signorelli en un garaje de la Via Corsini en Roma o la compañía de La Tía Norica en los mentideros de Cádiz.
HUGO GÓMEZ-CHAO
Hugo Gómez-Chao (A Coruña, 1995) ha estudiado Composición con David del Puerto y con Beat Furrer en la Kunstuniversität de Graz y Ramón Lazkano.
Paralelamente a la formación académica, ha recibido clases de compositores como Toshio Hosokawa, Alberto Posadas, Clemens Gadenstätter o Pierluigi Billone. Ha sido compositor residente de Juventudes Musicales de España, becario de las Becas de Perfeccionamiento Artístico de la Diputación de A Coruña y artista residente en las Residencias REGA de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela.
Ha recibido encargos y estrenado obras con el apoyo de entidades como la Fundación AEOS, Fundación SGAE, Orquesta Sinfónica de Galicia, Juventudes Musicales de España, IMPULS Festival, Academia Filarmónica Romana y Festival de Arte Sacro de Madrid, entre otros.
Su música ha sido interpretada por prestigiosas agrupaciones como Arditti Quartet, Orquesta Sinfónica de Galicia, Ensemble Modern Academy, MDI Ensemble y Vertixe Sonora Ensemble entre otras.
Ha sido galardonado con premios como el Primer Premio de Jóvenes Compositores de la Fundación SGAE-CNDM «Xabier Montsalvatge», o la Mención de Honor del Colegio de España en París.
Desde el año 2018 es director artístico del Festival RESIS de Música Contemporánea de A Coruña.
Libro delle immagini (2022-23)
Algo de seda se une a la noche. Un cuerpo se inclina hacia otro en el agua. Una mano y una mano de sombra inauguran un espacio que solo existe en el deseo. Desde algún lugar emerge un recuerdo mínimo y muy lejano. Todo está cargado de sentido. Y sobre esa lentitud, sobresale una voz.
A partir de fragmentos de Las metamorfosis de Ovidio, una soprano y seis instrumentos se transforman en cuerpos que desaparecen, figuras en continua huida, sombra que abraza más sombra. Cinco escenas donde la voz encuentra un espejo donde reconocerse, un espacio donde puede resonar.
Libro delle immagini está concebida como un ciclo donde cada movimiento representa el mismo momento contemplado desde distintos puntos de vista. Narciso que se inclina sobre las aguas para tocar su propia mano; la llama creciente de la mirada que lo hace arder; el cuerpo que alcanza su deseo y se hiere de muerte.
Quiero que la ausencia solamente pueda existir en el oído. Quiero que esa voz sea el sonido de la carne.
Proceso y experiencia
Mi proyecto se ha centrado en la composición de una obra, Libro delle immagini, basada en textos de Las metamorfosis de Ovidio, para seis músicos y soprano. Se trata de una obra dividida en tres partes, donde cada una trabaja con diferentes conceptos de la voz, de sus formas de resonar, de integrarse con los instrumentos, de recrear distintos espacios acústicos. A través de varios procesos de filtros (armónicos, rítmicos) el sonido se entiende como una gran transformación a cámara lenta, donde la voz humana y el sonido de los instrumentos se distorsiona, se oscurece, brilla más intensamente, se condensa o se desvanece. El texto de Ovidio se toma no solamente como un material textual que la voz recita, sino como una metáfora sobre la que trabajar: Narciso inclinado sobre las aguas se reconoce, se interroga, se seduce, se convierte en algo más o menos que sí mismo y, finalmente, muere. Me interesa tomar conceptos que partan de estas imágenes para elaborar métodos de trabajo; para reproducirlos y desarrollarlos musicalmente, casi como si la composición naciera directamente de la imagen, con un solo impulso, como si el sonido anunciara, desde su principio hasta el último momento de su resonancia, su propia muerte.
Este trabajo se presentó en un concierto en la Real Academia de España en Roma en mayo de 2023 con el grupo gallego Arxis Ensemble, contando con la colaboración de la soprano Adriana Aranda, y es el punto inicial de una obra mayor que será interpretada por la Orquesta Nacional de España en un concierto homenaje a los 150 años de la Academia en 2024.
Por supuesto, todo el proceso de composición no se puede reducir al tiempo en el que uno está solo frente a la mesa. Ni siquiera al tiempo en el que uno se encuentra en Roma. La colaboración con mis compañeros Raquel Buj, Mabi Revuelta y Marcelo Expósito en sus proyectos ha sido igual de intensa que cuando trabajaba en mi partitura: sentía la misma conexión con sus proyectos que con el mío, los he visto crecer de igual manera. La ciudad, mis compañerxs, las mil charlas sobre arte, filosofía, política, la vida común, los paseos, todo ello ha ayudado a dar forma a la obra. Esa experiencia tan intensa, esa lenta y concentrada vida que hemos vivido durante ocho meses entre el tempietto, el Jardín Romántico y sobre las torres ha sido, es y será una de las experiencias más concentradas que he sentido como artista y más hermosas que he vivido.
DAVID HERNÁNDEZ FALAGÁN
David H. Falagán (Salamanca, 1977) es arquitecto y doctor en Teoría e Historia de la Arquitectura. Es profesor del Departamento de Teoría e Historia de la Arquitectura de la Universitat Politècnica de Catalunya. Los ámbitos de investigación más frecuentados en sus escritos son la vivienda, la rehabilitación arquitectónica y las metodologías críticas del diseño.
David es autor de los libros Construcción social de la vivienda (Ed. Funcoal, 2011); Herramientas para habitar el presente. La vivienda del siglo XXI (Universitat Politècnica de Catalunya, 2011); Innovación en vivienda asequible. Barcelona 2015-2018 (Ajuntament de Barcelona, 2019); Innovación tecnológica en la arquitectura de Tous y Fargas (Editorial CSIC, 2020); y La revolució de l’habitatge a les perifèries obreres i populars. Nou Barris 1939-1980 (MUHBA, 2021). Ha traducido y editado el volumen Cedric Price: una arquitectura de la aproximación (Puente Editores, 2022). Ha sido galardonado en tres ocasiones con el Premio AJAC a jóvenes arquitectos. Ha sido premiado en la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo y en la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, y ha sido seleccionado en los Premios FAD de Pensamiento y Crítica.
Desde 2022, David es coordinador de la Cátedra Barcelona de Estudios de Vivienda.
Pigneto. Habitar la periferia romana. De suburbio a barrio
Se trata de una investigación sobre los procesos de transformación urbana de la periferia romana durante la segunda mitad del siglo XX. Utilizando el barrio de Pigneto como caso de estudio, se propone analizar la biografía residencial del lugar y sus habitantes.
La investigación interpreta la ciudad como un lugar de encuentro de transformaciones arquitectónicas de naturaleza muy diversa: barriadas de construcción informal, asentamientos de vivienda social, polígonos residenciales. Un archipiélago de intervenciones desarticuladas que dan origen a la ciudad existente. Se observa cómo las transformaciones recientes no han alterado de manera significativa la morfología heredada del territorio, pero sí emergen rasgos diferenciales relacionados con las actividades económicas y el tejido social del barrio.
El proyecto pretende dar voz y registrar de manera documental los testimonios de quienes habitaron y protagonizaron la transformación del lugar, para comprender la formación de sus propias redes de sociabilidad y su conexión con el resto de la ciudad, así como evaluar el riesgo de gentrificación al que se expone el barrio. Se pretende descubrir cómo el barrio proletario del Accattone de Pier Paolo Pasolini se ha transformado en un espacio alternativo y bohemio. www.falagan.org
Proceso y experiencia
El desarrollo del proyecto se ha llevado a cabo en dos fases de trabajo consecutivas. En una primera etapa se han realizado labores de campo en el área urbana del Pigneto, consistentes en la observación y el registro gráfico y audiovisual de los factores morfológicos y urbanos característicos del barrio. Esta etapa se ha completado con una revisión bibliográfica exhaustiva del estado de la cuestión en relación con los estudios urbanos existentes de la zona, y con la consulta de la documentación histórica depositada en los archivos públicos del distrito. El resultado de esta primera fase ha sido la construcción de una cartografía de análisis con valor infográfico para la identificación de los momentos, espacios y agentes protagonistas de los diferentes episodios de transformación del barrio.
En una segunda etapa se ha llevado a cabo la producción, filmación y edición de un cortometraje documental que recoge entrevistas a personajes clave y recursos audiovisuales descriptivos de la historia y la transformación del barrio. Tanto el proceso de producción como el proceso de filmación se han llevado a cabo con la complicidad y colaboración de personas e instituciones del barrio que han facilitado la planificación y la disponibilidad de localizaciones. El documento resultante registra los testimonios de las personas conocedoras del barrio y muestra las inquietudes actuales de sus habitantes motivadas por los procesos de gentrificación en marcha.
La experiencia de la realización de este proyecto desde la Academia de España en Roma ha sido sumamente gratificante por la oportunidad de vivir la realidad romana desde un espacio crítico y creativo especialmente singular. La combinación entre las labores de campo en el Pigneto y el trabajo de cartografía crítica en un espacio abierto en la Academia ha permitido el crecimiento compartido del conocimiento en torno al lugar y el diálogo constante entre la observación inmersiva y el análisis objetivo. La atmósfera creativa y el tiempo de reflexión y trabajo que facilita la beca han contribuido a la comunicación de los resultados de la investigación en un formato audiovisual accesible a públicos diversos, locales y globales.
La colaboración con entidades y personas del barrio entusiastas con el proyecto ha sido esencial para alcanzar una mirada sobre el área que pone a las personas y las problemáticas sociales en el centro de la observación arquitectónica y urbana. Asimismo, el diálogo crítico con los compañeros de diferentes disciplinas en el contexto de la Academia ha enriquecido el carácter de las observaciones y el formato plástico de la producción audiovisual resultante.
ABEL JARAMILLO
Abel Jaramillo (Medina de las Torres, Badajoz, 1993) es graduado en Bellas Artes por la UCLM y máster en Arte Contemporáneo, Tecnológico y Performativo por la UPV/EHU. Desarrolla su trabajo en torno a cuestiones vinculadas a las grietas y márgenes de la historia, la construcción de relatos y las tensiones políticas que se proyectan en lo cotidiano. Su práctica se centra en las fricciones y disensos que se producen al poner en diálogo sucesos e imágenes que revelan relaciones históricas, conflictos presentes y especulaciones futuras. Investiga sobre la construcción de la historia desde abajo y la relación entre relatos, territorios, márgenes y periferias.
Ha mostrado su trabajo de manera individual en Galería Estrany de la Mota, Barcelona (2018), Hypercorps, Bruselas (2018), Galería Fran Reus, Palma (2019, 2022), Centro Federico García Lorca, Granada (2020) o Sala Europa, Badajoz (2022). De manera colectiva, ha participado en exposiciones en La Casa Encendida, Madrid (2022), CentroCentro, Madrid (2016), La Térmica, Málaga (2020), Fabra i Coats, Barcelona (2019), Can Felipa, Barcelona (2019), La Capella, Barcelona (2018) o Galería Francesco Pantaleone, Palermo (2018), entre otros. Ha realizado residencias en Las Cigarreras, Alicante (2023), Hangar, Lisboa (2018), Ruber Contemporanea, Palermo (2018) o Fundación BilbaoArte, Bilbao (2016), y ha sido beneficiario de premios y becas como Generación 2022 de La Casa Encendida o Ayudas Injuve (2017 y 2020), entre otras.
Los fuegos (Tres escenas)
Los fuegos es una película modular que se articula a partir de diferentes elementos que están dentro y fuera de la pantalla. A través de diversas escenas que atraviesan el vídeo, la escultura, el texto y el dibujo se despliega un relato en torno al montaje y la construcción de historias a través del fuego.
Una carta desde la periferia de París que habla sobre el miedo a un incendio, una pulsión por almacenar películas, un diálogo entre dos ciudades, una imagen que surge por accidente, un motín en la cárcel de Badajoz, una serie de incendios en unos estudios de cine en Roma, vigilar al vigilante y bailar en la azotea. Una búsqueda por encontrar la forma. La forma que tiene el miedo al fuego, el miedo y el fuego.
La forma de las noches sin dormir. Lo que podrían ser una, ninguna y quince mil películas. Una mirada circular: mirar todos los fuegos desde todos los puntos de vista. Una mirada desde la ficción: mirar el mismo fuego y pensar que siempre es un fuego diferente. Mirar las formas que quedan y las imágenes que faltan.
IG @abeljaramill0 www.abeljaramillo.es
Los fuegos. Vistas de la instalación, 2023. Las formas. Videoinstalación, 410 × 300 cm, 2023.
Proceso y experiencia
Nunca supe cómo incluir aquella carta en una película. Alguien escuchó de su voz que a lo que más le teme es al fuego. Lo había escrito otra persona en una carta que firmó con iniciales para no decir su nombre. Narraba con miedo el miedo de otra persona que no podía dormir pensando en el fuego. Me faltaban imágenes para contar esta historia y empecé a trabajar en una larga secuencia en negro, como en el inicio de Sans Soleil. Largos dibujos de tinta negra sobre acetato empalmados con cinta. De ahí surgieron formas que se asemejaban a objetos de forja y restos de cinta adhesiva como imágenes accidentales.
También me faltaban imágenes del incendio en la prisión de Badajoz. Empecé a generar aquellas imágenes con procesos digitales. Dibujé los restos, las formas que el software me proponía y las grabé sobre la madera con un pirógrafo, como aquellas veinticuatro toneladas que hicieron arder la prisión. Aquellas formas pasaron a ser hierro, las imágenes que faltaban eran entonces las formas que quedan.
Todavía tenía un guion por terminar y una película por hacer. Grabamos algunas secuencias con Itziar en las que leía y dialogaba con una voz en off. Fragmentos que remitían a diálogos, cartas y textos: como Pilar Aragón en La Pirenaica, como Marguerite Duras en Il dialogo di Roma, como Sara Gómez respondiendo a Duras. Lo grabamos una noche en mi estudio, creo que era abril.
Roma ardiendo en un decorado, un incendio en el centro de la ficción. De las imágenes y el material sobre los incendios de Cinecittà decidí quedarme también con las formas. Las formas que quedaban fuera del suceso. Pensé en los personajes que se repetían en todo el material, en quien mira y dialoga con el fuego, en el estudio cinco, en Fellini y en vídeos de archivo de bomberos realizando ejercicios y protocolos como coreografías. Eso también son las formas que quedan. Las formas del cuerpo y la cámara, como lo que dice Orson Wells sobre Fellini en La Ricotta: «Egli danza, egli danza».
Trabajé con Alex en estas formas desde el cuerpo. Poner en escena aquellos movimientos en diálogo con el acetato que se acerca a la forja, con el hierro que representa la imagen y sobre la madera con inscripciones quemadas. Subimos después a la terraza, al atardecer, para bailar un protocolo de incendio con la ciudad de fondo. Alex dice: «Forse non abbiamo ancora detto tutto». A continuación se escucha la voz de Agustín diciendo: «Y sin embargo todo lo que hemos dicho es todo lo que ha pasado, lo que está pasando. Todos los tiempos, todos los personajes, todos los fuegos a la vez. Lo que aparece aquí, delante de nosotros».
Registros de la acción de Alex Paniz. Fotografías digitales, 2023. Las formas que quedan [detalle]. Pirograbado sobre madera, 2023.
ANA MINA
Ana Mina (Madrid, 1977), licenciada en Ciencias Políticas y máster en Estudios de Género, entrelaza activismo e investigación, produciendo y rastreando prácticas colaborativas en el campo de la autoorganización social, así como en el campo de los archivos críticos como relación viva con el presente. Desde una epistemología feminista plantea un modo de conocer que no escinde teoría y práctica, sino que construye otros modos de relación con el poder y el conocimiento, nuevas miradas, lenguajes y subjetividades que, a partir de problemas comunes, resistan las crisis del presente.
En los últimos años y a partir de un trabajo de archivo precedente (hacerlaboratorio. net), ha ido profundizando en las preguntas que rodean la producción de archivos autónomos, su gestión, cuidado y activación. Esa es la base sobre la que se apoya la propuesta que trae a Roma, en una búsqueda de cruce de lenguajes artísticos y políticos que abran campos a la imaginación, y desafíen los retos contemporáneos de precarización de la vida y expansión de las lógicas de guerra.
Archivos del presente
La producción de archivo del presente es una apuesta por ensamblar técnicas y dispositivos de registro crítico de discursos y prácticas de producción y reproducción contemporánea de realidad en el umbral espaciotemporal de la pospandemia, investigando por debajo de las superficies de enunciación hegemónicas.
Producir archivo presente supone también prestar atención a los formatos y técnicas que vehiculan encuentro, colaboración y diseminación. Esta propuesta se centra en la producción gráfica con técnica risográfica y la producción de piezas de archivo sonoro. Formatos experimentales que no se circunscriben a un objeto a consignar y catalogar, sino a un proceso que nos permita crear y, sobre todo, sostener vínculos, producciones y saberes colectivos, reflexiones cruzadas e híbridas. Dispositivos que sean máquinas de pensamiento-acción, de cuidado e imaginación.
Quizá el archivo es hoy una práctica de creación artística, encaminada a sostener abierta la posibilidad de habitar el mundo.
En Roma, este proyecto se ha entrelazado y ha crecido a partir del trabajo conjunto con diversas realidades autoorganizadas de la ciudad, en lugar destacado la Microstamperia Quarticciolo y el Comitato Pratone di Torre Spaccata, pero también una miríada de pequeñas colaboraciones y cruces con tantas otras realidades, espacios y personas, que han hecho posible este proceso.
Tarjetas «memoria presente». Técnica risográfica, 13 × 8 cm, 2023.
Proceso y experiencia
Aunque con algunos referentes previos, planteé que la investigación se centraría sobre aquellas prácticas de las que pudiese formar parte de alguna manera e investigar de forma práctica y relacional, coherente con mi práctica vital, política e investigadora, y también en base a las cuestiones a las que he ido llegando sobre el trabajo de archivo a lo largo de estos años, sobre todo, su dimensión relacional, de herramienta presente, y su función en la construcción de identidades y hábitos que determinan la forma de composición social de un territorio.
Hacer archivo como práctica concreta de producción e imaginación, que pone el foco en el uso y la activación. Y posibilitar así la apertura a otras epistemologías, otras lógicas, haciendo de los archivos espacios de reflexión-acción. Producir memoria desde las propias prácticas colectivas, y hacerlo a través de medios propios.
La propuesta inicial planteaba partir de las mutaciones del presente, un tiempo marcado por una crisis multidimensional que requiere ser pensado y reconstruido. Los movimientos que pueblan la ciudad son una forma de leer esa emergencia. Mucho tiempo de esta estancia lo he dedicado precisamente a tramarme con una pequeña parte de esa realidad social de la ciudad de Roma.
De manera destacada los numerosos centros sociales que se extienden por territorio romano, el movimiento feminista, la red de centros antiviolencia y algunas iniciativas de defensa del territorio que entrecruzan la resistencia a los procesos de especulación inmobiliaria con la defensa del territorio y su biodiversidad y la coexistencia multiespecie.
Roma en toda su complejidad superpone problemáticas de carácter social, económico y medioambiental, es sobre todo en la zona este de la ciudad donde he tramado vida y proyecto, y donde se encuentra también la iniciativa fundamental de la que he formado parte estos meses: Microstamperia Quarticciolo, un colectivo que arranca en enero de 2023 con la intención de abrir una imprenta risográfica en el barrio de Quarticciolo y que trasciende a esta estancia, puesto que nace con vocación de permanencia.
El interés por explorar la impresión risográfica surge del intercambio en red con otras iniciativas con las que he trabajado también en el marco de este proyecto (Centro di Documentazione del Ex Opp de Trieste; y la Libreria Suburbia y la Casa Azul, en Málaga). Por otro lado, trabajar con registro audio exploraba de forma experimental la idea de recoger momentos y con ello ambientes, saberes y sensibilidades que otros formatos no permiten.
Por último, y no menos importante, señalar las colaboraciones que se han producido dentro de la propia Academia: cruces, contaminaciones, aprendizajes y cuidados de la comunidad de becaries.
Esta lámina es la primera de una serie de cinco, producidas como traducción gráfica del proceso de investigación para la exposición Processi 150. Descripción de la obra: «Vietnamita» es el nombre en clave con el que se conocía a las multicopistas o máquinas ciclostiles que, bajo la dictadura franquista, producían materiales clandestinos de resistencia al régimen. La cyclostyle es la predecesora de la risográfica. Una máquina para hacer comunidad y subversión.
Vietnamita, impresión risográfica a dos tintas de una composición collage de una serigrafía y una fotografía de archivo, 2023 (soporte papel 240 g, 42 × 29,7 cm).
MANU MUNIATEGIANDIKOETXEA
Manu Muniategiandikoetxea (Bergara, 1966) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco en las especialidades de Pintura y Escultura.
Exposiciones: Ni ez nain hemengoa, Sala Rekalde de Bilbao (2004), Baga biga higa, Centro de Arte Caja de Burgos, CAB (2007), Behar Gori Primavera Azul, Koldo Mitxelena Kulturunea de San Sebastián (2008), Night Flight, La Conservera de Murcia (2010) o Interpretaciones 7, Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza, Navarra (2014).
Colectivas: Pintura Mutante, Museo de Arte Contemporáneo MARCO, Vigo (2006), Planes futuros, Baluarte, Pamplona (2007) o Zeru Bat, Hamaika bide. Prácticas artísticas en el País Vasco entre 1977 y 2002 (Artium, Vitoria, 2020). Última exposición individual: Eraztunak, anillos, en la galería Espacio Mínimo, Madrid (2022).
Gigantomaquia
Me propongo trabajar en gran formato motivos figurativos relacionados con conflictos sociales y bélicos. Acercarme a la figuración anatómica basándome en los conjuntos compositivos de frisos o conjuntos escultóricos de la escultura clásica romana y derivarla hacia una abstracción estructural de síntesis geométricas.
Circunstancias
Por un lado, en el estudio 27 hay un gran mueble que pertenece al espacio. Una tarima que se utiliza para asomarse a las altas ventanas y contemplar las maravillosas vistas de Roma. Esta tarima no se puede ni desmontar ni sacar del espacio.
Por otro lado, necesito una pared amplia para trabajar y a poder ser que aproveche la maravillosa luz que entra por las gigantescas ventanas.
Estas circunstancias han derivado en la construcción de una lámina de madera 3 × 4 metros. Esta pared de madera la he apoyado sobre la tarima-balcón que está en el estudio y ha formado un objeto collage, compuesto por los dos elementos y la lámina de madera y la tarima que hace de contrapeso. La construcción convierte la tarima en mesa de trabajo por un lado y la lámina de madera, por el otro, en muro de trabajo. Esta construcción tiene ruedas y su movimiento modula y distribuye el espacio en diferentes zonas de uso.
Construcción en movimiento
Es una colección de vídeos que recoge la acción de mover la construcción collage por el estudio 27. La relación con los artistas de la academia y sobre todo con Ana Laura Aláez y Abel Jaramillo posibilita que este trabajo haya tomado forma de pieza vídeo.
Tramas
Las tramas que he realizado son chapas de madera y metal perforadas con láser. Formalizaciones de los dibujos geométricos basados en los pavimentos teselados de Ostia Atinca. He trabajado con las figuras geométricas que forman estos pavimentos con los que formo patrones. Estas chapas las utilizo como plantilla para realizar pinturas o como elemento en sí.
Proceso
El proceso es el conjunto de fases de un fenómeno. Gigantomaquia es el título del proyecto presentado a la Academia de España en Roma. Esta es la idea motor que hace que empiece a trabajar en una dirección con un propósito.
La investigación, la recogida de material del proyecto planteado, suele darse en la primera fase del trabajo, ponerse en marcha. Pero la idea también va evolucionando en otras direcciones, influenciada por condiciones externas que son tan importantes como el propio proyecto. El estudio 27 de la Academia, por ejemplo, ha sido una de las circunstancias principales. Estar rodeado de un grupo de artistas e investigadores es otra circunstancia que ha cambiado el proceso y en definitiva el trabajo. Pero también la propia Academia y Roma han sido determinantes.
Experiencia
Reunir a veintitrés artistas e investigadores de áreas diferentes durante ocho meses es ya de por sí una circunstancia muy favorable para que personas creativas interactúen. Esta relación crea un caldo de cultivo de ideas y procedimientos que deriva en modificaciones en los proyectos y da lugar a colaboraciones y procesos creativos alterados por las circunstancias.
La estancia en la Academia de España en Roma ha supuesto una oportunidad para experimentar y trabajar en áreas o lugares de trabajo que estaban latentes en mi proceso creativo, pero que hasta ahora no habían tomado relevancia y no se habían pronunciado.
Por un lado, la construcción de artefactos, artilugios para trabajar, mesas, muros, móviles, apoyos, etc., que siempre he elaborado, no se habían declarado como obra, aunque siempre han estado presentes.
Por otro lado, otra de las áreas de trabajo que ha emergido es la acción como parte de mi proceso creativo, mi modo de hacer las obras, de trabajar, siempre han tenido vocación de acción. La estancia en la Academia y la relación con los borsistas han permitido que esta latencia se formalice.
Del mismo modo, las circunstancias, como la falta de pared para realizar el proyecto presentado, han conducido a la construcción de un soporte de madera y el propio estudio 27 con sus elementos, estructura para asomarse, las propias vistas, el tamaño de las ventanas, y la relación con los demás artistas han provocado la realización de las obras.
Sin estas circunstancias, sin compañeros o el haber tenido un muro para realizar el proyecto, mi trabajo no hubiese sido este, sería otro.
Manu Muniategiandikoetxea durante el proceso de instalación de una de sus piezas en su estudio.
JUAN PEDRO NAVARRO MARTÍNEZ
Juan Pedro Navarro Martínez (Mazarrón, Región de Murcia, 1994) es docente e investigador. Su trabajo se centra, esencialmente, en el estudio del género y la sexualidad durante la Edad Moderna, la construcción de la masculinidad y la criminalidad sexual.
Es graduado en Historia, máster de Estudios Avanzados en Historia Moderna (Universidad Autónoma de Madrid) y doctor en Historia Social por la Universidad de Murcia, con un proyecto dedicado a la persecución del pecado-delito de sodomía en Castilla en el siglo XVIII. Asimismo, ha sido profesor-investigador en la Universidad de Murcia (2017-2022) en la convocatoria FPU del Ministerio de Educación del Gobierno de España. También ha trabajado como teaching assistant en la Universidad de Leeds (2018) y ha sido investigador visitante en CONICET/Universidad de Buenos Aires (2019), así como en la Sapienza-Università di Roma (2023).
Nefando Mediterraneo. Scritti di una sessualità del passato
Nefando, del latín nefandus fue el término definitorio de todas las prácticas sexuales que, encuadradas en los pecados contra natura, causaban tanta «repugnancia u horror» que no se podían mencionar en voz alta para no faltar a la moral. Muchas veces, ni siquiera podían quedar por escrito.
El proyecto Nefando Mediterraneo pretende rescatar estos silencios elaborados en torno a lo nefando, lo indecible. Desde la disciplina histórica y con un interés primordial por el trabajo de archivo, se ponen a nuestra disposición diferentes artefactos que sirven a los contemporáneos para comprender cómo las sociedades modernas en Italia y España durante los siglos modernos asimilaron a un tiempo ideales de belleza y corporalidad que rompían con el panorama moral e intelectual católico, mientras se preconizaban programas de control y persecución de las prácticas y experiencias sexuales no normativas.
El proyecto ha integrado una serie de procesos a través de los cuales se ha podido comprender mejor las dinámicas afectivas de los acusados de sodomía y otros crímenes sexuales. También los patrones de género que se articulaban en torno a la masculinidad moderna. En el ámbito de la producción teórica, «Amor Vincit Omnia» —el amor triunfa sobre todas las cosas—, ha sido el motto bajo el que se han agrupado las investigaciones en torno a las prácticas amorosas de los acusados de pecado nefando. «Amore Profan(ato)», como contraparte, ha recopilado todas las investigaciones centradas en la persecución de las prácticas sexuales sodomitas, tanto en los tribunales de justicia como a nivel social a través de la propia comunidad.
Proceso
Nefando Mediterraneo se nutre de una serie de documentos, muchos de ellos de difícil acceso, custodiados en diferentes archivos de Italia. Cada uno de ellos posee particularidades que lo hacen singular y permiten esbozar una historia del control y la persecución moral de las prácticas sexuales disidentes en la Edad Moderna. Vaticano, Accademia de Brera o Uffizi han sido solo algunos de esos archivos inexpugnables que han nutrido mis escritos. De aquí surgieron ricas conversaciones y una colaboración con Ana Mina, creando la constelación visual Si baciano, sobre diseños originales de Bartolomeo Cesi (1600).
Los frutos de este proceso se pudieron presentar en la Sapienza, donde tuve la fortuna de poder impartir un seminario. Algunas de mis conferencias se alimentaron de los primeros resultados de este trabajo en la Autónoma de Madrid y el Instituto Europeo de Florencia. En Pescheria, entre amigas, dialogamos sobre sexualidad e identidad.
Pero el corazón de este proyecto ha sido, sin duda, el ciclo de conferencias «Ganimede sul Mediterraneo: Storie di dissidenza e sessualità tra Spagna e Italia». Nos enunciamos desde la garganta, como las heroínas de la copla, con la intervención de Lidia García. Con Tommaso Scaramella y Mónica Morado comprendimos los cuerpos indescifrables y vivimos la Venecia libertina. Bañados por la luz de la luna de Granada, escuchamos los mudarakat en la voz de Mikel Herrán. Y entre todo ello, Carla Boserman nos relató, dando imagen a la palabra, y palabra a la imagen.
Experiencia
En este hogar se habló del cuerpo y de los fuegos que se encienden para acabar con lo incómodo, con lo indecible. Entre aquellas brechas, se abrió un universo de posibles.
No esperaba nada. Encontré todo.
Roma fue el templo en el que me reconcilié con la(s) historia(s).
Suena Radio la Pirenaica. Se abre un pequeño teatrillo de marionetas. Sobre la mesa, apuntes sobre cómo escupir sobre Hegel, sobre los misterios de la bella Italia. Escucho a Pasolini caminando por el Pigneto. Entro en salas con imponentes paredes geométricas. Un claustro lleno de música, en el que Ovidio repica con sus ungüentos por cada esquina. La fecunda Mamma Roma nos regaló sus mejores frutos. Y los disfrutamos como un dedo que recorre la espalda. Pudimos cenar dentro de un caballo. Bailamos en todas las habitaciones pintadas. Golpeando, pero sobre todo acariciando.
Algunos veníamos del inframundo. O de un mundo que se derrumba con violencia. Pero el Monte de Oro nos dio cobijo. Cosimos los archivos para poder leernos y organizarnos. Lo conseguimos. Creamos un verdadero Paradiso donde la arquitectura de nuestra casa nunca fue egoísta.
Vivimos entre ruinas para reconstruirnos.
Bartolomeo Cesi (1600), Due amici fiorentini, Florencia: Galleria degli Uffizi; Juan Pedro Navarro (2023), Due amici che si baciano, Roma: Academia de España en Roma; Ana Mina (2023), Due che si baciano, Roma: Academia de España en Roma; María A. Navarro (2023), Si baciano, Barcelona: Espacio Re-Creo.
ITZIAR OKARIZ
San Sebastián, 1965. Trabaja en el marco de la acción y la performance, poniendo en cuestión las formas de regular el lenguaje y la producción de signos que nos definen. Su obra —performances vocales, acciones, vídeos, instalaciones y piezas de texto— examina los vínculos entre arquitectura, territorio, cuerpo, ritual, sexualidad y semiótica. A menudo está asociada con las prácticas feministas, el punk-rock y la crítica queer de las construcciones normativas de género. En los últimos años, su práctica ha estado ligada a las formas de transmisión y pedagogías del arte.
Entre sus performances y proyectos se encuentran: Out of Residency, Curva Pura, Roma (2023); Ocean Breath en Oralités, Les Laboratoires d’Aubervilles, París (2023); Chapter2 V.W. en Playbill, Torpedo Theater, Ámsterdam (2022); Urak Dakar, Bizkaia Aretoa, Bilbao (2022); Diario de Sueños, Rodeo, MUSAC, León (2022); Aliens are Temporary, Kunstbrücke am Wildenbruch, Berlín (2022); Unquiet Objects, Disjecta, Portland (2021); Oceánica en Moving Words, Rimi Scenekunst, Stavanger, Noruega (2021); Personae, Es Baluard, Palma de Mallorca (2021); La Noche de las Ideas, MCNARS, Madrid (2021); Las Estatuas, Fundación Oteiza, Alzuza (2020); Bodies of Water, 13.º Bienal de Shanghái Bienale, Shanghái (2020); Perforado por, Pabellón de España de la 58.º Bienal de Venecia, junto a Sergio Prego (2019); I Never Said Umbrella, Tabakalera, Donostia (2018); Una construcción…, Museo CA2M, Madrid (2018); Ideorritmias, MACBA, Barcelona (2017); Itziar Okariz, Kunsthaus Baselland, Basilea (2017).
Conversaciones con estatuas hablantes
Las conocidas como estatuas hablantes de Roma (Pasquino, Madama Lucrecia, Marforio, Abate Luigi, Il Babuino y Facchino) son una serie de esculturas antropomorfas de piedra utilizadas por el pueblo romano desde el siglo XVI para dedicar sátiras clandestinas al Gobierno y a sus representantes. Los vídeos que se presentan en la exposición documentan las conversaciones e interacciones en vivo que ha mantenido la artista con las estatuas mientras podían ser observadas y escuchadas por los transeúntes de los diferentes lugares del espacio público de la ciudad donde se encuentran situadas.
Las estatuas es un trabajo en proceso iniciado en el año 2018 por Okariz que consiste en mantener conversaciones con objetos inanimados, en su mayoría obras de arte.
Fumetti son collages fruto de la intervención sobre los registros fotográficos, que recogen distintos momentos de las conversaciones mantenidas con las estatuas parlantes, alterando la materialidad de la imagen fotográfica en una tradición ligada a la foto novela, otorgándole otra temporalidad.
Proceso
Una mujer se encuentra delante de una estatua, el busto gigante de Madama Lucrezia, en un rincón de la Plaza Venecia, en el centro de Roma, a los pies de la Colina Capitolina, rodeada de transeúntes y de tráfico. Enfrentada a la enorme estatua, la observa fijamente, habla con ella. Es una acción que se ha repetido durante meses: «Hablar con estatuas, escuchar a estatuas. En serio. Sin ironía. De verdad»1.
Un suceso que pasa desapercibido, casi invisible, entre estatua y persona, en medio de la ciudad, hablar, en un intento de escucha. Es un trabajo en proceso iniciado por la artista en el año 2018 y en Roma está amparada en una tradición que data del Medievo de poner voz mediante pequeñas notas escritas y adheridas a las bases de las llamadas «estatuas parlantes» (las estatuas parlantes romanas son seis, Pasquino, Marforio, Abate Luigi, Il Babuino, Facchino y Madama Lucrezia, que es la única que representa una figura femenina). El hablar con un objeto inerte es una interacción que coloca la agencia de lo inanimado en primer plano e inesperadamente subvierte, no solo las costumbres de la conversación.
En la exposición Processi 150, se incluyen materiales del registro de las acciones, vídeos y fotografías intervenidas a modo de collage. Muchos materiales han quedado fuera, grabaciones de sonido, transcripciones de conversaciones, posibles carteles y vídeos esperando a desarrollarse.
Experiencia
Roma, Hablar en potencial en los últimos meses, en la ciudad, en la Academia, con un grupo compartiendo, Cenas y cines (… en persona… el libro es peor…)2 como dice la canción de Chico y Chica y el trabajo ha ido por caminos inesperados que se empezaron a desarrollar nada más llegar con la ayuda de las otras compañeras y compañeros… Hemos hablado con estatuas, escrito espaldas, pintado cuervos ( y otros animales), prestado voces, prestado cuerpos, bailado, mirado, leído y andado… Creo que es una repetición de otros años, de otros grupos… solo que, al mío, ¡gracias!
1 Lepecki, André, «Apóstrofe, palabras líquidas, acciones con meado, luz menor: notas sobre el arte escoligráfico de Itziar Okariz», en Perforado por, cat. exp. 58.º Bienal de Venecia, Koening Books, Londres, 2019.
2 Chico y Chica [Canción]. Cenas y cines. En Status. Austrohúngaro, 2004.
Conversaciones con estatuas hablantes. Monje, 2023. Fotogramas de vídeo.
MARIANA ORANTES
Ciudad de México, 1986. Es escritora y artista. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México, así como de la Fundación para las Letras Mexicanas. En 2020 obtuvo la beca de escritura creativa Montserrat Roig del ayuntamiento de Barcelona. Es autora del libro infantil Érase una vez en Los Beatos; de los libros de poesía El día del diente de leche y La casa vertebrada; así como los libros de ensayos Huérfanos, La pulga de Satán, Los caballeros se quedan a descansar, Visita guiada al mundo de los muertos y Paniske o cómo todo está lleno de diosas
Selección verano-otoño de la Residencia Internacional de Arte Can Serrat 2022. Es parte del Processi 150 de la Academia de España en Roma 2022-2023, y su proyecto sobre memoria, archivos y violencia fue seleccionado para el 9.º Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), 2023-2024.
Clavícula
Mircea Eliade acuñó el término «geografía funeraria» para hablar del territorio mítico-simbólico donde ocurre el viaje del alma hacia su destino final. Por medio de una visita a las galerías de la memoria, reconstruyo el mapa del sitio arqueológico de un inframundo personal que incluye las catacumbas ficcionadas de una iglesia paleocristiana, el análisis de las figuras etruscas que representan al sueño y la muerte o el motivo del fantasma marxista que recorre las calles de Roma en un mundo definido por el realismo capitalista. Además, como se extiende más allá del concepto abstracto hasta volverse objeto concreto: un bordado como representación de la entrada al mundo de los muertos, la reconstrucción de un recuerdo que habita una caja de petri como si se tratara de una muestra de laboratorio, la ficción de una vasija precolombina robada de los museos vaticanos e incluso en el jardíntzompantli que imaginariamente Dante cruzó antes de encontrarse con los paganos piadosos en el limbo. Este libro es un acompañamiento por los terrenos de la ficción y la no ficción, porque la violencia que atraviesa el asesinato de un ser querido tiene tantas ramificaciones como pensamientos y sentires atraviesan nuestros cuerpos en diferentes épocas y comunidades.
Por mí se llega a la ciudad doliente. Fotografía analógica 35 mm LC-A. Fotografía realizada en el bosque sagrado de Bomarzo; Entrada al mundo de los muertos. «Nos apegamos a la muerte como un árbol se hunde en la tierra, con una escondida red de raíces», Georges Bataille. Anverso: bordado de hilo de algodón gris sobre manta cruda. Reverso: trenza tejida y cuidada en el taller «La crianza mutua de las artes» con la tejedora, artista y poeta Elvira Espejo Ayca.
Proceso y experiencia
De misterios
«De todos los misterios del Universo, ninguno más profundo que el de la creación». Así comienza Stefan Zweig su ensayo sobre la invención artística y aunque intenta dar pistas para la cabal comprensión del proceso, se desprende de la orilla y se sumerge en el caos de confusión espiritual que requiere el acto creativo.
Para una artista, hablar del propio proceso es dificultoso: aunque estás presente y conoces la obra como nadie, a la vez, no estás presente y casi que no sabes cómo ha ocurrido. La investigación, las lecturas, el debate con otras artistas crean el alimento nutritivo tanto como el tiempo, la espera, el aburrimiento y la contemplación. La invención, hermana de la imaginación y el trabajo, parecen actos solitarios porque devienen en momentos de profunda introspección, pero en realidad el germen se planta dentro de lo colectivo, cuando compartimos conceptos desconocidos que terminarán por remover las aguas del manantial interior.
En mi caso, el proceso no puede separarse de la experiencia, se afectan y se atraviesan todo el tiempo, como si bailaran. Esa puede ser la palabra que defina las dos: un baile. Imagínate que llegas a un lugar donde no conoces a nadie y tu primera impresión es una mano extendida que te dice ¡vamos a bailar! Y ahí estamos, congeladas en el tiempo, cruzando épocas, contando las mismas historias alrededor de una hoguera, historias de fantasmas, de amores imposibles, de persecuciones, de cuchillos enterrados.
Con esos pasos de baile entrecruzado alguien ha creado, de repente, una escultura, un poema, una pieza de música, un bordado: ¡es un milagro! «No, no, no, no puede ser así como así», repetirán quienes observan la creación artística no como un misterio, sino como un montaje: «¿Qué hay tras bambalinas? ¿Dónde está el truco?», se empeñan en preguntar, ajustándose el nudo de la corbata, ciñéndose la camisa al pantalón, sacudiendo el polvo de sus eternos trajes grises. Y la verdad es que no hay misterio. No hay detrás de bambalinas en este espectáculo. La magia sucede en el acto creativo mismo, qué estafa, no hay devoluciones.
Pero eso sí, el baile sucede cuando se experimenta el baile, cuando ocurre y tu cuerpo se mueve; la magia del arte se comprende de la misma forma como cuando aprendemos que la luna es un satélite de la tierra, pero no por eso nos deja de asombrar en cada una de sus fases o cuando entendemos la capacidad de los rayos UV, y no por eso un atardecer nos parece menos hermoso.
Al final, no puedo decir más que toda mi experiencia vital y lo que escribí durante la residencia se reduce a los dos misterios más fascinantes: el del proceso creativo y el de la amistad.
El asesinato de Polyxena. Neoptolemo y otros soldados asesinando a Polyxena después de arrebatarla de los brazos de su madre, Hécuba. Ánfora tirrénica del pintor Timiades, ca. 570-550, Italia; La última puerta. Fotograma del vídeo-poema homónimo. Duración: 1’ 34’’. Vídeo intervenido del archivo de 1927 del Jardín Botánico de Missouri, realizado por el fotógrafo A. C. Pillsbury, que muestra el florecimiento de lirios tigre, loto sagrado y algodón.
MABI REVUELTA
Las obras de Mabi Revuelta (Bilbao, 1967) reflexionan sobre temas universales, presentes en su trabajo desde sus comienzos. Son constantes en sus creaciones las relaciones realidad-ficción, la permeabilidad de los géneros (especialmente en la confluencia de la literatura, las artes escénicas, la escultura y las artes audiovisuales) y la búsqueda de estrategias didácticas para valorar el hecho artístico como motor de cambio social.
Sus últimas exposiciones individuales, tituladas Acromática. Una partida inmortal, han tenido lugar en Azkuna Zentroa (Bilbao) en 2020 y en la Sala Principal de Tabacalera Promoción del Arte (Madrid) en 2021. En ellas se mostró el proyecto inédito Acromática, desarrollado mediante la concesión de la Beca Leonardo de la Fundación BBVA en 2016.
Fue ganadora del Premio Gure Artea 2016 como reconocimiento a su actividad creativa, y a lo largo de su trayectoria ha recibido también otros apoyos importantes como la Beca Botín de Artes Plásticas, con la que obtuvo una residencia artística en el ISCP en Nueva York. Ha realizado exposiciones en instituciones como el Museo Guggenheim Bilbao; ISCP, Nueva York; el Museo de Bellas Artes de Bilbao; el Museo Artium, Vitoria; el Museo TEA, Tenerife; el CAAM, Las Palmas de Gran Canaria; La Casa Encendida de Madrid o la Fundación BilbaoArte.
La stanza dipinta
La stanza dipinta es un proyecto transdisciplinar basado en la naturaleza de la representación en los murales ilusionistas de las domus, villas y palacios italianos. Se concreta en una película articulada como un ensayo general que evoca tres acciones, de las cuales se muestra en esta exposición una de ellas. La pieza audiovisual está acompañada de los objetos escénicos que he ido creando o recopilando a lo largo de estos meses con el fin de configurar el universo ficcional de la misma.
En esta escena tomo de referencia el vergel pintado en el comedor de la residencia de Livia, esposa del emperador César Augusto, en Prima Porta, entre los años treinta y veinte antes de la era común. En las paredes del triclinio semihundido en la tierra se celebra el frescor y la eterna exuberancia de la naturaleza: los membrillos y granados se cargan de frutos; las aves aletean, inmortales, sobre los mirtos, las adelfas, las encinas. Mientras el verano arde en los campos romanos, entre rosas, lirios y crisantemos, un pájaro se desvanece en una jaula.
Mi habitación pintada se imagina desde la geografía íntima de las figuras encarnadas en los frescos antiguos, desde la narración de su contexto histórico y desde la interpretación visual de una serie de acontecimientos sin importancia aparente para la Historia, pero cargados al mismo tiempo de vida y de una profunda significación.
IG @mabirevuelta
FB @mabi.revuelta
www.mabirevuelta.com
Proceso y experiencia
Una stanza es una habitación. Una habitación puede ser una cámara pintada por las imágenes que emanan de la luz de un proyector. Se llama también estancia a la estrofa de un poema. Cambiar, trocar, mudar la Historia. He propuesto un relato audiovisual donde rehacer y reimaginar nuestros vínculos con el pasado.
He tratado de quebrar los límites de la pintura cruzando esta disciplina con la escritura, el teatro y la danza. He querido dar voz poética, y también crítica, a unos personajes mudos, fantasmales, enmascarados en la arquitectura de la ficción pintada. Vaciando cada una de sus palabras hasta convertirlas en fetiches desposeídos.
El proceso de este proyecto concluye con la realización de un cuaderno de bitácora (del latín habitaculum), necesario para organizar los ensayos previos al rodaje. Este diario de trabajo es, además, una colección de argumentos, ideas y planes que son los cimientos de mi pieza audiovisual.
La stanza dipinta (2023)
Película digital, color, sonido stereo 4K, 30 min
Guion y dirección: Mabi Revuelta
Interpretación: María Ibarretxe y Juan Loriente
Asistencia de dirección: Txuspo Poyo
Dirección de fotografía: Juantxu Beloki
Composición musical e interpretación: Hugo Gómez-Chao Fotografía fija: Iñaki Eskubi
Poemas sobre el jardín de Livia: Elba Martínez
Dirección de arte: Mabi Revuelta
Vestuario: Ibai Labega
Confección de vestuario: Sonia Curiel Cuadrado
Registro de audio: Gabriel Villota Toyos y Elisa Villota Sádaba
Localizaciones: Academia de España en Roma, Palazzo Massimo alle Terme (Roma), teatro romano de Tusculum (Frascati), Villa de los Misterios (Pompeya), Villa de Poppea (Torre Annunziata), Necrópolis de la Banditaccia (Cerveteri).
Agradecimientos: Ángeles Albert, Cristiana Collu, Gabriel Zuchtriegel, Txuspo Poyo, Paco Cao, Miguel Ángel Cabezas, Antonio Pizzo, Gemma Colesanti, Ettore Siniscalchi, Cornelia Lauf, Anna Cestelli, Carlos Tercero, Valeria Beolchini, Rosy Bianco, Serena Gara, Francesca Gali, Vincenzo Bellelli, Carmelo Rizzo, Alberto Villari, Paola Castrignano, Enrico Inserviente, Alessandro Tartaglione, Antonio Irlando, Margarita Alonso Campoy, Brenda Zúñiga Meneses, Silvia Serra, Amelie Aranguren, Sonsoles Aranguren, Matteo Binci, Manu Muniategiandikoetxea, Julia Fuentesal, Pablo Arenillas, Marcelo Expósito, Hugo Gómez-Chao, David H. Falagán, Sara Torres Vega, Juan Pedro Navarro Martínez, Estibaliz Sádaba, Gabriel Villota Toyos, Elisa Villota Sádaba y al resto de artistas e investigadoras/es residentes en la Academia de España en Roma durante 2022/2023, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma – CSIC, Comunità montana Castelli Romani e Prenestini, Parco Archeologico di Cerveteri, Parco Archeologico di Pompei.
LUZ
SANTOS RODERO
León, 1976. Licenciada en Filosofía e Historia del Arte, y técnica superior en Arte Textil, está especializada en Biblioteconomía y Documentación. Desarrolla su labor profesional en proyectos que vinculan arte, texto y procesos de escritura textil.
Ha trabajado con instituciones como Patrimonio Nacional, Subdirección General de Promoción del Libro y Secretaría de Promoción de Bellas Artes (Ministerio de Cultura), MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), INTEF (Ministerio de Educación) o INJUVE; y ha realizado estancias de investigación en espacios como Matadero Madrid, Medialab Prado, Inéditos-La Casa Encendida o Fundación Cerezales Antonino y Cinia, impulsando proyectos desde la creación y producción cultural en España, Argentina, Brasil y México.
Carte du ciel 64° 55°
Carte du ciel 64° 55° es una investigación que se sumerge en fondos astronómicos, con punto de partida en el material histórico fotográfico de un proyecto internacional de principios del siglo XX, que buscaba cartografiar e identificar las coordenadas astronómicas de millones de estrellas de la bóveda celeste.
A este proyecto se sumaron observatorios de todo el mundo y a cada uno se le asignó una parcela de cielo. La Specola Vaticana contaría las estrellas situadas entre los paralelos 64 y 55 del firmamento de la ciudad de Roma. Tarea que se prolongaría durante varias décadas, y que sería llevada a cabo por el paciente y meticuloso trabajo de cuatro monjas «calculadoras» iniciadas en astronomía.
Desde este planteamiento e incorporando otras referencias documentales sobre trabajos de mujeres astrónomas de siglos incluso anteriores, la investigación se adentra en la confección de un relato virtual vinculado desde las coordenadas tecnológicas de la IIIF (Marco Internacional de Interoperabilidad de Imágenes en entornos de Galerías, Bibliotecas, Archivos y Museos); y su posterior descodificación visual mediante la creación de capas de escritura elaboradas a modo de tejidos textuales.
Exploro a través de este trabajo el desarrollo poético y conceptual de los vínculos entre el texto y el tejido como un espacio de determinación simbólica, una constelación que delimita una lectura e interpretación del universo.
Oppure. Urdimbre cosida/tramada sobre hoja seca de magnolio. 20 × 8 × 5 cm.
Proceso y experiencia
Carte du ciel 64º 55º se torna visual a través de una serie de ejercicios de escritura hipertextual que permiten crear una narración entrelazada.
Specola inicia el recorrido. Vemos estrellas donde solo hay esferas, círculos o puntos. En la astrofotografía el punto estelar es tiempo encapsulado, un espacio de determinación simbólica que delimita una lectura del universo.
Dos tarjetas troqueladas subrayan el positivo y negativo de la imagen estelar «Ross 7. Orionis». Son láminas de cartón que contienen información en forma de perforaciones según un código alfanumérico. Cada tarjeta corresponde a una línea de escritura en trama, representada mediante la presencia o ausencia de agujeros en posiciones predeterminadas.
Sobre un plano horizontal, Trattini semicerchi quadrati, alfabeto astronómico bordado a mano e inspirado en descripciones gráficas extraídas de libros de texto de inicios del siglo pasado.
La precisión de cálculos necesarios para la toma de datos en las observaciones realizadas por mujeres «calculadoras» en el campo de la astronomía, encuentra su paralelo en la idea de contar/se a través de la escritura con aguja. Hay algo interesante en la fusión de las escalas más grandiosas e íntimas de la existencia, la astronómica y la profundamente humana de la costura. Estos trazos van dejando un rastro textual que transcribe conocimientos universales.
Misura | Oppure | Niente di più es un tríptico de piezas intertextuales que despliegan el proceso de investigación en sala.
Misura indaga la codificación de lenguaje utilizado en la construcción de tejido y su vinculación gráfica con el código computacional.
Compuesta por un conjunto de gráficos de bajo lizo bordados, metaescritura en cascada, contiene insertos patrones de código binario extraído de imágenes estelares. Oppure es una hoja de apuntes literal sobre cómo la geometría hiperbólica puede describir el universo en expansión. Esta práctica de conceptualización mediante urdimbre tridimensional sobre superficie natural mínima investiga las posibilidades poéticas implícitas en las estructuras de geometría hypar.
Niente di più recoge un muestrario en tejido continuo elaborado con telar precomputacional TC2, del estudio de materiales, ligamentos y texturas que describen el detalle de un espectro estelar tipo y fases en disolución de un eclipse solar.
Mis agradecimientos a los compañeros de residencia y al equipo de la Academia de España en Roma; a las colaboraciones de Francesca Piñol, Stefania Passeri, Pedro Luis Cembranos, José Luis Rodríguez Gómez y Salvador Ros Muñoz; a la implicación de la Specola Vaticana, Museo della Specola di Bologna e Instituto Fílmico Británico.
Niente di più / Detalle de ligamentos que describen imagen de espectro estelar Tejido elaborado a mano en telar precomputacional TC2 . 110 × 70 cm; Niente di più / Dimensión lateral de tejido doble reversible. Tejido elaborado a mano en telar precomputacional TC2. 110 × 70 cm.
PILAR SERRANO BETORED
Alicante, 1988. Doctora en Musicología por la Universidad Complutense de Madrid, ejerce como profesora e investigadora en el Departamento Interfacultativo de Música de la Universidad Autónoma de Madrid.
Ha sido becaria de postgrado en Humanidades en la Residencia de Estudiantes durante dos convocatorias consecutivas (2016-2018), con una tesis doctoral titulada «La influencia silenciada: Paul Dukas y la música española de la Edad de Plata», e investigadora predoctoral en el Departamento de Musicología de la Universidad Complutense de Madrid entre los años 2018 y 2019 con una beca concedida por la Comunidad de Madrid y el Fondo Económico Europeo para desarrollar el proyecto «Mujeres músicas en el Madrid de la Edad de Plata». Ha desarrollado un proyecto de investigación y recuperación de la compositora española María de Pablos, sobre la que ha publicado el libro María de Pablos: el sueño truncado en 2020, y ha coordinado la edición y recuperación de las partituras de esta compositora y la grabación de un CD con sus obras.
Actualmente trabaja en investigaciones sobre roles de género en la práctica instrumental del flamenco y el jazz, así como en el análisis de la perspectiva de género en el área de educación musical.
Roma città jazz: mujeres instrumentistas y estereotipos de género en la escena musical contemporánea
Este proyecto analiza la presencia de mujeres instrumentistas en la escena jazzística contemporánea de la ciudad de Roma, elaborando un catálogo de intérpretes de carácter musicológico. Su objetivo principal es visibilizar la actividad interpretativa e improvisatoria de mujeres instrumentistas del jazz, un espacio fuertemente masculinizado que suele relegar la presencia femenina a la interpretación vocal. Esta investigación se desarrolla en tres espacios neurálgicos de este género musical en la capital italiana: la Casa del Jazz, el Conservatorio de Música de Santa Cecilia, que forma a futuras intérpretes en diferentes especialidades instrumentales de jazz y, por último, el circuito de locales de jazz en directo de la ciudad, donde desarrollan su actividad profesional las intérpretes de este género.
Busca, asimismo, analizar las causas de la presencia mayoritariamente masculina en la interpretación instrumental del jazz desde una perspectiva teórica, atendiendo a la literatura académica dedicada a la música y el género de autoras como Lucy Green o Marie Buscatto. El proyecto finaliza con la organización de un concierto de jazz en la Real Academia de España en Roma protagonizado por mujeres instrumentistas de jazz consolidadas y emergentes de la escena jazzística romana y española, encabezadas por la pianista romana Rita Marcotulli y la contrabajista catalana Giulia Valle.
Proceso
El proceso de trabajo del proyecto de investigación Roma città jazz: Mujeres instrumentistas y estereotipos de género en la escena musical contemporánea ha implicado el análisis de la presencia de mujeres instrumentistas en espacios educativos del jazz de la ciudad de Roma. En concreto, se han analizado los datos y realizado entrevistas a profesoras y alumnas de los siguientes contextos: el Departamento de jazz del Conservatorio Santa Cecilia, la escuela de jazz Saint Louis College of Music y la Jazz Campus Orchestra de la Casa del Jazz. Los resultados demuestran una persistencia en los roles de género asociados a la práctica instrumental y vocal de jazz, así como recogen el relato de mujeres pioneras y jóvenes estudiantes en ámbitos jazzísticos, donde cuestiones como la falta de referencia, las diferencias en la exigencia profesional y académica salen a la luz.
Por otro lado, se han localizado, entrevistado y analizado las trayectorias profesionales de más de veinte instrumentistas de la escena jazzística italiana, con nombres como Cinzia Gizzi, Rita Marcotulli, Federica Michisanti, Mariasole di Pascali, Danielle di Majo, Francesca Remigi, Zoe Pia o Rosa Brunello. Con esta recogida de información se pretende plantear una futura publicación en España que consista en un catálogo que reúna a todas estas instrumentistas y sus trayectorias musicales y experienciales en el jazz
Por último, se ha organizado el concierto Donne Jazz en la propia Real Academia de España en Roma, en el que se ha unido sobre el mismo escenario a tres generaciones de instrumentistas italianas y españolas, lideradas por la pianista romana Rita Marcotulli y la contrabajista catalana Giulia Valle.
Experiencia
El Processi 150 ha supuesto para mí uno de los periodos profesionales y vitales más felices de mi vida. Las condiciones excepcionales que la Academia me ha brindado para desarrollar un proyecto de investigación tan personal me han permitido trabajar como musicóloga e interactuar con el ámbito jazzístico de la ciudad.
La convivencia con veintidós artistas e investigadores ha modificado definitivamente mi manera de entender la práctica científica y mi relación con las artes. El intercambio humano y artístico vivido grupalmente en Roma ha generado una suerte de «familia» cómplice con la que compartir experiencias estéticas. Estas complicidades no siempre se pueden cuantificar o numerar, pero sí se han materializado en colaboraciones concretas con compañeros como la realización durante el concierto de una serie de dibujos en tiempo real por la artista e investigadora Carla Boserman, así como una pieza de videoarte con el registro audiovisual del concierto realizado por el artista Abel Jaramillo.
SARA TORRES-VEGA
Madrid, 1987. Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Su investigación se centra en la documentación y archivo de prácticas de mediación que sitúan el arte como catalizador de la conectividad social. Sara ha trabajado en Learning en Tate Londres (Reino Unido) y en el MoMA de Nueva York. En ambas instituciones su labor se centró en el diseño, creación y evaluación de un archivo participativo que albergase las actividades educativas desarrolladas en el contexto del museo, integrándolo en los archivos institucionales preexistentes. Esta labor le ha valido la invitación a dar conferencias en la Universidad de Columbia (Nueva York), el Bates College (Maine), Culturgest (Lisboa) y la Academia de Arte y Diseño de Bergen (Noruega), entre otros. Por otro lado, los resultados de estos proyectos se han consolidado en archivos de mediación, publicaciones y piezas audiovisuales.
En la actualidad, Sara compatibiliza su labor docente en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Nueva York con la coordinación de la creación del archivo CAJA del proyecto MAR, una plataforma de mediación y nuevas institucionalidades impulsada por la Fundación Daniel y Nina Carasso, la asociación Hablarenarte y el Museo Reina Sofía.
Mediar el futuro: archivo y memoria en
arte y educación
Mediar el futuro: archivo y memoria en arte y educación es un libro que parte de la ausencia de archivos de arte y educación y de la necesidad de instaurar mecanismos de documentación y archivo. La primera parte, Arca: supervivientes del diluvio, celebra y reconoce los pocos casos de archivos que sí han sobrevivido al paso del tiempo. La segunda parte, Caja: ritos de guardar, da pautas y claves para cualquier profesional, institución, departamento, asociación o alterinstitución para comenzar y construir un archivo útil, sostenible y situado. La tercera parte, Mesa camilla: archivo de archivos, recoge proyectos que promueven que, más que un archivo en el sentido tradicional, pensemos en un lugar en el que estar por la necesidad de estar al calor de un brasero, y por el deseo de estar en la cercanía de quienes sabemos traerán cosas nutritivas al archivo. En el archivo habrá fotografías, documentos, relatos... entre los objetos estarán aquellos que las educadoras y las comunidades del arte y la educación generen en nuestro presente. Sentadas a la mesa camilla, en el futuro, otras podrán contar sus historias, porque estarán en el archivo de arte y educación preparadas para mediar el futuro. IG @saratorresvega X @storresvega www.saratorresvega.org
Proceso y experiencia
La tentación al observar una ruina es tratar de reconstruirla mentalmente. El deseo es imaginar cómo era antes, en todo su esplendor, cuando en el siglo IV a. C. los ciudadanos de Roma se reunían en torno al Arco de Jano para intercambiar noticias, encontrarse, hablar de política, arte, resolver asuntos administrativos, vender y adquirir productos de la tierra en el Foro Boario. Al Arco de Jano, un objeto artístico que hace siglos mediaba en los intercambios sobre política, religión y alimentación, hoy le falta mármol y le sobran agujeros. Sin embargo, si en lugar de ver en el arco un monumento deteriorado por el tiempo, entendemos que lo que tenemos delante es un archivo de piedra y escombros que ha registrado la vida cotidiana, los sonidos de las campanas o el disparo de los cañones, entonces, los deseos de reconstruir el arco en su forma prístina se desvanecen. Como archivo, lo que el arco fue en sus días de gloria importa tanto como lo que su existencia presente supone para pensar en los ritos y aprendizajes venideros.
Roma es un archivo en carne viva. Sus «cajas» están permanentemente abiertas en la tierra, en forma de llagas en el suelo, zanjas y excavaciones. Se mojan con la lluvia, las tapa la nieve y se cubren de hierbas y plantas cada primavera. No hay nostalgia ni polvo en el archivo de Roma, pues en él hay mucho menos pasado que futuro. Observar Roma desde el Gianicolo, cuyo nombre parte de Jano, ha guiado un proceso constante de lo que se observa en la fisonomía del dios, con sus dos cabezas unidas por la nuca: un perfil mira a lo que ya ha ocurrido, mientras que la otra mirada vislumbra el porvenir. El proceso se ha consolidado en pensar que no será en su ruina, sino en su archivo, donde encontraremos las claves para pensar el futuro.
¿Puede el porvenir del arte y la educación ser imaginado desde una residencia artística? En el archivo de la Academia la respuesta habita en forma de paradoja. En los múltiples proyectos, personalidades y recorridos de este último siglo y medio de trayectoria de esta institución, el privilegio de estar aquí convive con la evidencia de que para pensar el porvenir es necesario salir de esta ciudad, este arco, este monte y esta academia. Los adentros (el privilegio del tiempo, la convivencia con los borsistas, los accesos privados, los pasillos secretos, las vistas) impregnan este proyecto. Sin embargo, es en las afueras (otros archivos, conversaciones, encuentros) donde habitan los contenidos de Mediar el futuro.
ANDREA VALDÉS
Andrea Valdés (Barcelona, 1979) es exlibrera y autora del ensayo Distraídos venceremos (Jekyll & Jill, 2019). Colabora con frecuencia con artistas, en catálogos y exposiciones. Sus entrevistas y textos se han publicado en El Estado Mental, el suplemento Babelia y la revista Contexto, entre otros medios. Además ha impartido varios cursos en l’Institut d’Humanitats de Barcelona, Eina Ideas, la UB y la Academia de La Central. Como investigadora se ha centrado últimamente en la experiencia autobiográfica, entendida en un sentido muy amplio y no siempre fácil de acotar, ya que suele estudiarla desde figuras o situaciones nada convencionales que son las que a ella le sirven para reflexionar sobre la validez, pertinencia y límites de la escritura y su capacidad de generar una identidad o llevarla a un estado crítico, ya sea en el terreno histórico, literario o artístico.
El verbo inflamado
El verbo inflamado es una investigación sobre la pensadora feminista Carla Lonzi, conocida en Italia por ser una pionera del feminismo de la diferencia cuando lo que a mí me interesa es reflejar su trayectoria vital, que vino marcada para una serie de rupturas. En muy poco tiempo, Lonzi dejó la crítica de arte, rompió con el marxismo y se separó de su pareja y, en cada caso, publicó un libro. Mi propuesta consiste en hacer un ensayo sobre esta figura y su polémica relación con el lenguaje, que abordó de maneras muy creativas, ya fuera escribiendo o como fundadora de Rivolta Femminile, donde la liberación de la mujer no se planteó en términos sociales sino simbólicos. Es decir, como una toma de conciencia que debía librarse en el terreno personal y a través de la palabra. En este contexto, sus integrantes empezaron a reunirse en privado y compartir sus vivencias para dar nombre a aquellas sensaciones que eran resultado de su discriminación en el hogar, el mundo laboral e incluso la cama. El objetivo de esta práctica era generar un nuevo cuerpo de conocimiento que retara a la cultura hegemónica y sus doctrinas, de ahí que quiera explicarla en continuidad con otros episodios en los que la voz irrumpió sorpresivamente y sin disculparse ante nada: venció al silencio. Un ejemplo sería el de las místicas, quienes desafiaron a la institución eclesiástica comunicándose directamente con Dios; o el de las Preciosas, a las que tanto criticó Molière al imponer su retórica en los salones literarios, lo que a su vez podría relacionarse con la reivindicación que hace Sara Ahmed de la feminista como aguafiestas y la catarsis desatada recientemente a raíz del #metoo, para alivio y perplejidad de muchos.
Proceso y experiencia
Durante mi estancia en Roma me he dedicado a leer e investigar a fondo varios archivos. En primer lugar, estuve buceando en el de Carla Lonzi, ubicado en la Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea. En él he tenido acceso a los borradores originales de Autoritratto y a las correspondencias que mantuvo con varios de los artistas que aparecen en dicho libro. A su vez, pude analizar otros materiales vinculados a la creación del Rivolta Femminile, movimiento que se fundó en la casa de Carla Accardi, que también visité para entrevistarme con Francesco Impellizzeri y discutir la obra de ambas figuras.
Tras vivir en Roma, Lonzi se mudó a Milán, donde realizó gran parte de su carrera como comisaria y crítica de arte, en conexión con la Galleria Notizie de Turín, así que me propuse viajar al norte para replicar la trayectoria vital de esta figura y visitar una serie de fundaciones y archivos, ya sea vinculados a la escena artística italiana como al movimiento feminista. En este sentido, este viaje no solo me sirvió para poner en contexto a muchas de las personas con las que ella colaboró y que cita en sus escritos, sino para entender su relación con Italia. Su habilidad e interés en conectar diferentes contextos y la dimensión claramente relacional de su escritura, explicaría que el legado de Lonzi no esté centralizado en un único archivo, sino que es compartido por diferentes espacios, desde La Libreria delle Donne di Milano a la Fondazione Danese/Vodoz, la Fondazione Paolini o el Archivio Pietro Consagra, entre otros ejemplos.
De mi estancia en todos ellos y las entrevistas con quienes custodian su legado o lo han estudiado, llegué a tres conclusiones. La primera tiene que ver con la disparidad de puntos de vista a la hora de abordar a la figura de Carla Lonzi. No hay consenso en torno a ella, y eso me parece muy estimulante y me anima a aportar mi propio punto de vista. La segunda tiene que ver con mi decisión de centrarme en la relación entre voz y arquitectura a la hora de conectar los referentes que informaron a Lonzi en su deseo de construir una subjetividad diferente. Finalmente, he entendido la necesidad de traducir su última obra, Vai Pure, para dar al lector la oportunidad de acceder directamente a su voz, dado que en España esta figura no es tan conocida como debería, lo que implica modificar sustancialmente la estructura que tenía prevista.
Debo decir que en esta última decisión han sido esenciales las conversaciones que he mantenido con las comisarias Cristiana Collu y Giovanna Zapperi, así como con el resto de compañeros en la Academia, con quienes he compartido las distintas fases de mi proyecto. Al imaginármelos como futuros lectores, entiendo que me puse el listón bien alto y espero no defraudarlos.
GABRIEL VILLOTA TOYOS
Gabriel Villota (Bilbao, 1964) es doctor en Comunicación Audiovisual y profesor en la Universidad del País Vasco, donde ha sido director de Programación Cultural. Viene trabajando desde comienzos de los años noventa en diversas actividades en relación con las artes visuales y sonoras, publicando en numerosas revistas especializadas, catálogos y libros.
Entre los trabajos anteriores destacan el comisariado de la muestra sobre vídeo y performance Luces, cámara, acción… ¡Corten!, para el IVAM, Valencia, y MNCARS, Madrid, en 1997, o el trabajo de investigación en formato documental Devenir vídeo para el proyecto Desacuerdos (180’, 2005), producido por Arteleku, MACBA y Fundación José Guerrero.
Más recientemente ha comisariado los ciclos sobre performance, danza y cine «Cuerpos desplazados» y «Cuerpos desplazados II», en el Museo Reina Sofía, Madrid (2015) y Azkuna Zentroa, Bilbao (2016); también ha realizado los programas de televisión Toni Serra/Abu Ali. Abrir la visión, e Iñigo Salaberria: Caminar para ver (la luz), esperar para ver (la sombra) para Metrópolis/RTVE (abril 2021, octubre 2022).
Desde 2019 viene desarrollando el ciclo «Voces que caminan», que se ha presentado en formato radiofónico/podcast para Consonni/AZ (otoño 2019), como ciclo cinematográfico (EHUKultura, 2019), y con la exposición Voces que caminan en la Fundación Cerezales, León (2022).
Incontro alle Quattro Fontane (Encuentro en las Quattro Fontane)
Inc ontro alle Quattro Fontane (Encuentro en las Quattro Fontane) es una ficcionalización sonora a cuatro voces, en forma de instalación sonora cuadrafónica.
Esta investigación parte de los recorridos, reales y figurados, de cuatro personajes históricos por el centro de Roma, saliendo cada uno de ellos de un lugar diferente y encontrándose finalmente en un punto común, las Quattro Fontane, en el centro de la ciudad.
Los cuatro personajes son cuatro voces poéticas que, por diferentes motivos, vivieron en esta ciudad y recorrieron sus calles, coincidiendo en ellas entre los años 1963 y 1964: Pier Paolo Pasolini, María Zambrano, Cristina Campo, Rafael Alberti. Dos españoles y dos italianos, dos hombres y dos mujeres.
En esta historia-ficción cada uno sale de un punto cardinal, situado en un barrio donde se desarrolla su quehacer cotidiano: Alberti, del Trastevere, al oeste; Campo, del Aventino, al sur; Zambrano, de Piazza del Popolo, al norte; y Pasolini, del Pigneto, al este.
Las Quattro Fontane representan también, bajo las figuras de dos diosas y dos divinidades fluviales, a dos mujeres y dos hombres: es por ello que me parecía que, simbólicamente, era un lugar que se adaptaba bien a este encuentro que, aunque jamás existió, bien podría haber sucedido.
Proceso
Mi proyecto en la Academia ha consistido en la producción de una pieza sonora en formato cuadrafónico, así como en la escritura de una pequeña nouvelle, entre literaria y autobiográfica. Ambos trabajos giran alrededor de la experiencia de la deriva urbana por la ciudad de Roma, recogida primordialmente a partir del sonido. Por ello, el proceso de trabajo desde el comienzo se desarrolló a partir de una doble práctica: primero, la experiencia propia del caminar por las rutas de los cuatro personajes elegidos como «guías» en la ciudad (Rafael Alberti, Cristina Campo, Pier Paolo Pasolini, María Zambrano), y los registros sonoros de las mismas. Segundo, la lectura y documentación exhaustiva tanto de las vidas y obras de estos cuatro personajes, como de los cientos de referencias cruzadas, históricas y artísticas, que surgieron de sus propios recorridos.
Caminatas, lectura, anotaciones, documentación, escucha, registro y posteriormente escritura y edición sonora, estas han sido, por tanto, las claves fundamentales de mi proceso de trabajo.
Experiencia
La experiencia de alojarse durante varios meses en la Academia junto a San Pietro in Montorio ofrece un marco de trabajo bastante inusual, tanto por la posibilidad de concentrarse en un único proyecto con casi exclusividad durante un tiempo tan prolongado, como por el hecho de convivir durante dicho tiempo con toda una comunidad de artistas de muy diversas procedencias, disciplinas, y generaciones: es por ello que, si uno se permite un estado de apertura lo suficientemente amplio, son numerosas las ocasiones de que se produzcan contaminaciones recíprocas que terminan enriqueciendo sustancialmente el proyecto original. En mi caso, por solo citar algunos ejemplos, ha sido vital que una escritora como Andrea Valdés me hubiera descubierto en el pasado el trabajo de Cristina Campo; o que un músico como Hugo Gómez-Chao me diera a conocer la obra de Giacinto Scelsi, tan fundamental para el desarrollo musical de mi propio trabajo. Pero igualmente vivir en Roma estos meses me ha permitido que colaboradoras como Anna Cestelli, Lorenzo Stampatore o Luz Santos Rodero hayan podido participar en mi proyecto.
EXPOSICIÓN
FORMAR PARTE: DIBUJAR Y HACER ARCHIVO
Durante el tiempo que estuve en la Academia, pasaron (y nos pasaron) muchas cosas. La actividad cultural fue intensa. Tengo la costumbre de dibujar y hacer crónicas gráficas de aquello que escucho y veo, de aquello a lo que asisto, pero sobre todo de aquello con lo que aprendo y me emociono. En 2022 presenté mi tesis doctoral, donde recojo el trabajo de casi diez años haciendo relatogramas (registros gráficos de procesos comunitarios) en los que exploro la capacidad del dibujo para generar archivo de cosas que nos pasan cuando somos en colectivo. Y aunque en Roma hice un proyecto con entidad propia sobre dibujo, memoria y monumentalidad, también hice relatogramas, relatorías gráficas de presentaciones, conferencias y encuentros, pues esta es también una forma de escuchar y participar de una experiencia colectiva. Una manera de formar parte.
Dibujar fue un modo de registrar, dialogar e intercambiar.
Dibujar a «ex borsistas» me dio perspectiva sobre todo lo que pasa después de Roma, sobre cómo los proyectos crecen, se amplían y toman cuerpo(s). Dibujé a Julia Ramírez Blanco presentando su libro, creando genealogías sobre la experiencia creativa y la vida comunitaria; a Juan Gómez Bárcena y David Jiménez, que compartieron modos de colaboración entre escritura e imagen; a Toni Amengual, que propuso un espacio de conversación a partir de su trabajo con los foto-libros; a Javier Sáez Castán, que nos regaló un paseo minucioso por su novela gráfica y a José Ramón Ais, que mostró cómo su proyecto en Roma tomó cuerpo de libro, y cómo se ha vinculado con su práctica anterior y posterior, siempre con plantas de por medio. También dibujé presentaciones como la del proyecto de archivo sobre Manuel de Falla, que me brindó la oportunidad de acercarme a cómo se crean, diseñan y piensan los archivos digitales desde las instituciones. Pude dibujar durante el espectáculo Locomoción de Israel Galván, que recorrió el tempietto a galope. Estos fueron trazos muy movidos y vividos.
Dibujar y registrar fue un modo de colaborar también en los proyectos de algunas compañeras: dibujé durante el ciclo de conferencias Ganimede sul Mediterraneo, organizado por Juan Pedro Navarro Martínez con el objetivo de generar material de archivo para una publicación, y también durante el concierto Donne Jazz organizado por Pilar Serrano Betored. Aprendí y disfruté muchísimo formando parte de estos eventos, pero sobre todo fue un modo de «hacer Roma» juntas.
Y aunque disfruté haciendo estos registros, los hice porque me parece importante contribuir a generar archivo de prácticas culturales vivas, en proceso y en acción. Documentar es un modo de hacer, de existir, pero sobre todo es un modo de hacer de la existencia un asunto más compartido.
¡Qué importante es cuidar las formas en las que nos documentamos, qué importante es tener el tiempo de hacer archivo! Porque documentar no debe ser solo una práctica testimonial o justificativa, sino una práctica que hacemos desde las entrañas, en diálogo, explorando y abiertas a que nos sigan pasando cosas.
Estos dibujos son fruto del encuentro, son archivos comunes, forman parte de lo vivido.
Carla Boserman Residente 2022-2023
TRADUCCIÓN
Nel 2023 l’Accademia di Spagna a Roma celebra i 150 anni dalla sua fondazione, un anno che rimarrà nella nostra memoria e nei nostri cuori. Questa istituzione ha lavorato instancabilmente per pianificare un programma molto ricco con un altissimo livello di impegno da parte di un team che lavora ogni giorno per la cultura del nostro Paese. Si tratta quindi di un’enclave che continua a progredire nello sviluppo e nell’innovazione sociale e culturale e che è stata sostenuta da importanti riconoscimenti come la Medaglia d’Oro al Merito nelle Belle Arti o la Medaglia d’Onore della Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
In qualità di Presidente dell’organo consultivo del Patronato, ho avuto l’opportunità di visitare l’Accademia in quattro occasioni, due delle quali in concomitanza con le borsiste e i borsisti del 150° e l’ultima durante lo specialissimo «Primo forum di artisti e ricercatori». Senza dubbio, posso affermare che i gesti, le impressioni e le emozioni non cessano di crescere ogni volta che si visita questo rifugio al Gianicolo... È ciò che provocano l’arte e la conoscenza, la cultura.
Noi che ci dedichiamo alla politica dobbiamo essere presenti soprattutto per ascoltare chi sa, chi conosce e, soprattutto, chi crea e trasferisce in qualche modo quell’azione politica. Ecco perché è così gratificante poter contribuire in ogni modo possibile a rendere visibile l’importanza di questa Accademia e a far capire che il contributo del settore culturale al nostro Paese non si quantifica solo in percentuali, ma che la cultura è essenziale per lo sviluppo umano, fondamentale per il progresso e per avere società più giuste, più diverse e, evidentemente, in cui la convivenza basata sul rispetto delle differenze ci permetta di continuare a crescere: perché la diversità e la pluralità ci rendono migliori.
La promozione della cultura al di fuori del nostro Paese è una delle responsabilità di questa Segreteria di Stato e, naturalmente, dell’Accademia, che svolge un ruolo fondamentale. La cultura ha senso quando viene fruita, quando raggiunge il pubblico. Per tutti questi motivi, desidero ringraziare le borsiste e i borsisti per la loro generosità e complicità con le istituzioni pubbliche e con i cittadini che hanno l’opportunità di godere e imparare dalle loro creazioni, nonché per il loro contributo all’incremento delle collezioni pubbliche: un patrimonio di tutte e tutti noi.
Pilar Cancela Rodríguez
Segretaria di Stato per la Cooperazione internazionale
In qualità di Ambasciatore del Regno di Spagna presso la Repubblica Italiana, sono molto orgoglioso di poter presentare questa pubblicazione che riassume i progetti realizzati dagli artisti e dai ricercatori residenti presso la Real Academia de España en Roma durante l’anno 2022-2023.
Il 2023 è stato un anno molto speciale per questa Ambasciata, in quanto abbiamo potuto celebrare il 150° anniversario della fondazione della Real Academia, un’istituzione che dal 1873 accoglie e sostiene creatori provenienti da Spagna, Italia e America Latina, favorendo lo scambio culturale e il dialogo tra diverse discipline artistiche e scientifiche.
La mostra presentata in queste pagine è il risultato di un anno di lavoro intenso, creativo e innovativo, che ha dato vita a opere di grande qualità e diversità. La mostra occupa tutti gli spazi espositivi dell’Accademia e si estende ad altre aree del complesso monumentale, creando un percorso che invita lo spettatore a scoprire le diverse proposte e le connessioni che si stabiliscono tra di esse.
I progetti sono il risultato di borse di studio concesse dal Ministero degli Affari Esteri, dell’Unione Europea e della Cooperazione, attraverso l’Agenzia per la Cooperazione Internazionale allo Sviluppo (AECID), che permettono ai creatori di godere di un soggiorno presso la Real Academia de España en Roma, dove trovano le condizioni necessarie per sviluppare i loro progetti e il sostegno per la loro produzione. I borsisti vivono in un complesso monumentale di valore patrimoniale universale, un punto di riferimento per lo spirito innovativo che dovrebbe guidare coloro che vengono anno dopo anno a godere di questo prestigioso programma culturale.
Questa pubblicazione è anche un’occasione per conoscere i progetti, gli artisti e, naturalmente, per seguirli nel loro percorso successivo. È anche una guida all’evoluzione dei progetti e alla misura in cui l’esperienza di vita a Roma li ha influenzati, sia personalmente che professionalmente.
Vorrei ringraziare tutti i residenti per la loro dedizione, il loro talento e la loro generosità nel condividere il loro lavoro con il pubblico. Desidero inoltre riconoscere il lavoro del team dell’Accademia che ha reso possibile questa mostra e questa pubblicazione, nonché tutti i collaboratori che hanno contribuito alla sua diffusione e al suo successo.
Spero che questa pubblicazione vi piaccia e che vi aiuti ad apprezzare la ricchezza e la vitalità della creazione spagnola e iberoamericana contemporanea.
Miguel Fernández-Palacios M. Ambasciatore di Spagna in Italia
UN’ACCADEMIA
CON MOLTE STORIE DA RACCONTARE
Un anno speciale, una generazione di borsisti molto speciale. Anche se forse sarebbe più appropriato parlare di 150 anni speciali. Tutti diversi come le generazioni. Tutti pieni di emozioni, di sorprese, di illusioni. Ma le donne e gli uomini di questa edizione hanno avuto la possibilità di assaporare la dolcezza di realizzare i loro progetti e di entrare nella storia in un anno che davvero non era come tanti altri. E non perché compiere 150 anni non sia una cosa usuale. Senza che l’avessero messo in conto, i riflettori si sono posati su di loro un po’ di più, approfittando della circostanza di ciò che chiamiamo effemeridi e che di solito è accompagnato da lustrini e orpelli. Tuttavia, non era questa l’intenzione di chi costruisce l’istituzione giorno per giorno a partire dall’Accademia. Né dei generosi e instancabili membri dell’organo consultivo del Patronato, né dei due direttori1 che anni prima avevano approvato una proposta poco convenzionale di attività culturali per accompagnare l’opportunità di riflettere sul futuro, di rinascere, di progredire in un’istituzione unica. Meravigliosa. In cui l’eccellenza si misura sia nelle emozioni che nei risultati dei progetti portati avanti con impegno in ogni studio, da ogni residente e, naturalmente, dalle quattordici donne e dai nove uomini di quest’anno.
Se è vero che tutti sottolineano l’importanza della vita in comune e di come questa convivenza abbia determinato sia il risultato delle opere prodotte a Roma che le loro successive carriere professionali, il periodo trascorso in Accademia è l’opportunità di realizzare quel progetto che nessun gallerista, casa editrice, università o promotore delle arti sceniche aveva loro commissionato e che invece ribolliva nella loro testa, pronto a esplodere. Questa è una delle chiavi delle cosiddette borse di Roma, avere la possibilità che i sogni diventino realtà, e di fatto molti, molti, ci riescono. Ci riusciamo. Il team dell’Accademia è riuscito a liberarsi della sua corazza, della paura di proporre e ha posto l’apparentemente impossibile come prua per realizzarlo. Con uno sforzo mai sufficientemente riconosciuto e, indubbiamente, nella maggior parte dei casi, con una dedizione che va ben oltre i loro obblighi.
E forse da queste pagine non riusciamo a cogliere le sfumature con cui intrecciamo la gestione culturale, ma non vorrei smettere di ribadire che per crescere è necessario rischiare. Credere in chi ha idee che spesso non sa esprimere a parole e spingerlo a lanciarsi nel vuoto della pagina bianca, del muro che sembra non finire o, come nel caso di Raquel Buj, verso le pendici del Mons Aureo che ha riempito con le sue pelli eteree, naturali e preziose come lei. La vertigine che ha provato quando l’orologio non smetteva di correre è forse simile a quella che ho provato io in ognuna delle riunioni di lavoro o delle visite ai suoi studi, e ho dovuto mitigare il suo timore di non riuscire a farcela per trasmetterle la certezza del risultato che sarebbe arrivato. L’emozione di godere del processo di creazione tanto quanto il sogno della poesia che vaga
al ritmo di accordi magici nel nostro giardino romantico. Quel pomeriggio, noi che lavoriamo in Accademia, abbiamo respirato la certezza di aver contribuito in un modo o nell’altro a quel miracolo e siamo riusciti, inoltre, a lasciarci rapire dalla creazione allo stato puro.
L’Accademia non ha limiti. Solo quelli che vuole sottolineare la mediocrità di chi non scommette veramente su di lei. O di chi, nella tensione che definisce per principio la cultura, claudica per rilassarsi nella comodità di proposte incolori, tenui e troppo spesso insipide. O chi confonde il successo mediatico dei titoli generalisti con la diversità delle proposte in cui le politiche culturali devono battersi per condurre, senza pregiudizi, la battaglia a sostegno dei nostri creatori, ricercatori e gestori del settore, credendo —come noi dell’Accademia— nel potere trasformativo che essi ci propongono. È facile riconoscere l’importanza del patrimonio storico del nostro Paese, sia quello che ha contribuito a generare a Roma, sia quello già noto in Spagna. Il che dovrebbe essere una premessa che, più spesso del desiderato si vuole relegare, per il sostegno senza crepe a spazi e istituzioni che favoriscano i nuovi linguaggi, che non mettano in discussione la libertà di opinione, che non permettano l’esclusione e che anzi rendano più flessibili le membrane delle procedure per facilitare i cambiamenti. Ne consegue che l’importanza della professionalizzazione del settore culturale e dei suoi operatori sia equivalente a quella di chi ha potere decisionale. La cultura e il risultato dei processi di creazione e ricerca che trasformano, non si definisce solo nei musei che custodiscono opere già prodotte, ma soprattutto negli spazi in cui viene generata, in cui viene creata. Non si articola solo nelle biblioteche, nelle mediateche o negli archivi, ma anche permettendo agli scrittori di pubblicare, ai registi di esporre o agli artisti visivi di produrre le loro opere. Ma soprattutto, ai limiti del convenzionale, senza accontentarsi di ciò che consideriamo culturalmente accettabile perché lo comprendiamo o non ci mette a disagio. Ed è qui che l’Accademia ha insistito nel difendere il suo ruolo oggi, forse più che mai. A volte sembrerebbe che tutte le istituzioni siano al servizio della proiezione di un Paese enormemente ricco come il nostro, dimenticando che la genialità di questa ricchezza si basa sui momenti di rottura dei paradigmi consolidati. Istituzioni come l’Accademia hanno la responsabilità di contribuire a far sì che quella brillantezza che non ha formule si possa concretizzare, ed è perciò essenziale che si adatti, come altre istituzioni culturali di riferimento internazionale, a modelli più flessibili, a procedure più agili, a finanziamenti più adeguati ai suoi scopi o all’indipendenza all’interno dell’attuale quadro giuridico per sviluppare progetti ambiziosi di innovazione e creazione culturale.
Ecco perché quest’anno, ancora una volta, i nostri residenti hanno cercato di rompere le barriere e al di là dei limiti attesi hanno restituito progetti che ci fanno riflettere, interrogare e indubbiamente godere molto. Da posizioni apparentemente solo estetiche, ma evidentemente ancorate a ricerche che spesso sono state iniziate prima di arrivare a Roma,
ad approcci in cui il linguaggio ci sembra più vicino alle formalizzazioni di una cultura socialmente più impegnata. Da una scorsa dei testi scritti dagli stessi residenti per questa pubblicazione e delle immagini dei loro progetti, risulta evidente la molteplicità di livelli e codici di lettura per interpretare ciò che ci propongono. Anche chi si è fermato per meno tempo ne ha potuto approfittare appieno e sono convinta che continuerà a rivivere l’esperienza dell’Accademia. Darò quindi alcune pennellate che, lungi dal voler essere esaustive, vogliono invitarvi a seguire le orme di ognuna delle donne e degli uomini di questo Processi 150. Schizzate di appunti di questo intenso 2023 che tante emozioni ci ha riservato.
HANNO INIZIATO AD ARRIVARE
Il primo dei residenti ad arrivare, nel cuore della notte, è stato Manu Muniategiandikoetxea, che ha rigirato così tante volte il suo studio per ampliarne i limiti, che la sua gigantografia era appollaiata su uno dei migliori scorci di Roma per affacciarsi fieramente e girare avvolta da decine di carte, video e trame di legno o acciaio che insistevano per sollevare anche i pavimenti di Ostia Antica e per spiazzarci come il suo sorriso e la sua costante generosità. A poco a poco sono arrivati gli altri finché, a primavera inoltrata, si è insediata tra noi Pilar Serrano, sempre cordiale e sorridente, che è riuscita a far risuonare nel chiostro del Pomarancio le note di donne forti come lei, in un suggestivo dialogo italo-spagnolo pieno di sfumature e improvvisazioni che il suo progetto iniziale aveva sognato di plasmare solo sulla carta.
L’Accademia di quest’anno è stata davvero piena di donne forti, molto forti. E sono ancora una volta la maggioranza nella proporzione complessiva. Di età e provenienza geografica diverse, anche se questo non è mai stato un criterio di selezione negli ultimi anni, e sono evidenti, come sempre, le derive di un Paese con poli di concentrazione della scena culturale nella capitale, verso la quale la maggior parte è attratta o costretta ad arrivare. La presenza iberoamericana si è concretizzata in Mariana Orantes, che dal Messico ci ha messo in quel complesso equilibrio di affrontare la violenza della storia che voleva raccontare con la dolcezza delle sue parole e delle sue forme, ma soprattutto con la determinazione di sfruttare al meglio ogni sorso di vita e di permanenza in Europa, coniugando scrittura, specializzazione e l’intensa convivenza dell’Accademia. Una donna forte, seppur fragile all’apparenza, proprio come Mabi Revuelta, di cui nessuno che la conosca attraverso le sue opere —é che abbia collaborato al suo processo creativo— può dubitare della forza nascosta sotto quel sorriso costante. A Mabi sembrava che il tempo scivolasse via attraverso le sbarre dell’enorme gabbia che si è portata in quegli spazi metaforici della vita domestica della donna di Pompei. Niente di più lontano dalla realtà. La Camera degli Sposi di Mantova —che forse proprio perché è il punto di partenza diventa l’epilogo— scivola attraverso le sue sbarre. Credo si percepisca anche in questo
video incredibilmente suggestivo, pieno di ombre e profili sfocati che attraversano paradisi che lei vede in modo sempre diverso. Mabi ha sofferto i tempi delle mancate risposte della burocrazia, con l’inclemenza del tempo, con i disagi che la gestione amministrativa si ostina a trasferire assurdamente sui creatori. Ma con una dimostrazione di intelligenza emotiva si è staccata da terra e ha preso il volo. Vi invito a entrare nell’universo del suo video.
Non meno suggestive sono le opere di Elvira Amor. Così piene di colore da far arrossire. Così impressionanti nelle loro forme che, quando si restringe nei loro formati, sembrano rifiutarsi di contenersi e si impigliano con carte o pareti. Si è appropriata dello spazio della sua proposta museografica e del suo studio. Ha dipinto pareti che si estendono in un modo o nell’altro con materiali diversi in lingue allungate sul pavimento. Apparentemente pura estetica, ma non c’è nulla di apparente che non abbia dietro un grande lavoro, molti strati, molte Elvira. Nessuna evidente, nessuna fragile. Tutte in costruzione permanente. Ha saputo coniugare magistralmente il suo soggiorno romano con altri progetti già in corso e la sua abilità l’ha portata a risolvere con efficacia sia l’installazione realizzata appositamente per la mostra delle Accademie organizzata dal Comune di Roma nel Palazzo Esposizioni Roma della Azienda Speciale Palaexpo2, sia quella dell’Accademia di Romania3, sia la partecipazione a un’iniziativa all’Avana di Nave Oporto4.
È questa una delle chiavi su cui l’Accademia ha basato il suo consolidamento e rinnovamento come istituzione culturale in questi ultimi anni: aiutare a combinare lo sviluppo dei progetti selezionati a Roma con l’adempimento degli impegni preesistenti dei nostri professionisti. Questo permette di non interrompere le loro carriere e di incorporare strati di creatività e ricerca nei progetti che vengono realizzati durante la loro permanenza in Accademia. In casi come quello di Elvira Amor, si è quindi ritenuto opportuno consentire il prolungamento del suo soggiorno al termine del periodo ordinario per completare alcuni aspetti di questo progetto.
Qualcosa di simile è accaduto con Ana Laura Aláez che, mentre viveva a Roma, ha dovuto portare a termine la sua partecipazione a diversi progetti con Es Baluard a Palma di Maiorca (sua attuale residenza) o il completamento della scultura che sta esponendo a Suzu (Giappone), il cui modello è una delle opere che l’artista ha generosamente donato alla collezione permanente dell’Accademia. Un legame inedito e trascendentale tra la nostra istituzione e il Giappone che, da un lato, sottolinea la necessità per le istituzioni pubbliche di rendere compatibile quella che assurdamente sembrerebbe una sovrapposizione di progetti incompatibili da realizzare e che, dall’altro, garantisce l’internazionalizzazione e la proiezione dei nostri creatori, un compito non facile e costantemente richiesto dai nostri artisti. Ana Laura, inoltre, ha realizzato il suo intero progetto in cui si passava dalla musica alla pittura o alla scultura e, evidentemente, all’installazione in materiali/formati diversi come il disco in vinile, il disegno, il gesso, il metallo o diversi tipi di polimeri.
L’artista racconta spesso di essersi candidata più volte a questa borsa di studio senza riuscire a raggiungere la fase del colloquio, sottolineando continuamente come il suo riavvicinamento al mondo classico, ai musei, alle biblioteche o al patrimonio monumentale della stessa Roma infinita abbia significato una sorta di rinnovamento che, nella sua maturità di creatrice, è decisivo e ci pone di fronte a un punto di svolta nella sua traiettoria.
Il caso di Itziar Okariz, in relazione al suo soggiorno presso l’Accademia, ci presenta una realtà diversa ma molto frequente, che non è necessariamente evidenziata nell’agenda delle priorità dei professionisti del settore culturale. Itziar è stata costretta a viaggiare a intermittenza per continuare a tenere laboratori o lezioni che la aiutano a mantenersi durante l’anno. Una sorta di «lavoro di sussistenza» che le permette di combinare alcuni tipi di progetti e residenze con la sua pratica artistica, la cui durata è evidentemente molto condizionata. Così il progetto di Roma è stato concepito come una serie di performance modulabili, le cui registrazioni o interventi fotografici sono limitati da una permanenza breve ma intensa e molto produttiva, che sicuramente continuerà a essere distillata in nuove opere. Partire dalle statue parlanti di Roma non è una novità, ma lo è il suo approccio, il suo modo di dare voce a chi non ce l’ha, la riflessione a cui Itziar ci invita.
In questa linea di combinazione di progetti e agenda lavorativa, pur con la stabilità che l’università conferisce, abbiamo avuto in questa edizione diversi architetti che sono anche professori e conducono progetti di ricerca e, come è più consueto in Accademia, storici dell’arte. David H. Falagán il quale, partendo dalla pianificazione urbanistica di un quartiere concreto come il Pigneto, ne analizza la trasformazione e pone l’accento sulla cultura e sul suo modo di articolarsi nel tessuto urbano e sociale, come lo stesso architetto spiega nel suo progetto. Ma trovo particolarmente rilevanti, da un lato, i progetti in cui ha collaborato con professionisti italiani, così come quelli con un focus di genere con diverse università, intrecciandosi oltre Roma, oltre la sua permanenza. E dall’altro, il fatto che la formalizzazione del progetto in questa fase avvenga attraverso un video realizzato da una prospettiva che unisce il documentario all’artistico. Con una cartografia generosamente condivisa con il grande pubblico o con gli specialisti con cui è stato in contatto permanente.
Nel caso di Juan Antonio Espinosa, il suo approccio all’architettura italiana è stato proprio dal punto di vista di chi si interroga e rivela la tensione tra la forza dei pittori o degli scrittori e gli architetti delle loro case. Architetture egoistiche che pongono il committente di fronte all’architetto in un dialogo tanto potente quanto dirompente. La documentazione raccolta e quella generata dai viaggi del ricercatore nelle abitazioni ha fatto sì che, come in molti progetti, il focus e la scelta degli obiettivi iniziali venissero adattati ad altri altrettanto interessanti, ma che sono emersi nel corso dei mesi, frutto della permanenza a Roma. E forse questa è una delle
chiavi dell’Accademia: la possibilità di far evolvere i progetti selezionati, di farli penetrare dalla città e di rendere flessibili le ricerche o le formalizzazioni. Logicamente, è necessario un monitoraggio e un accompagnamento, mai invasivo, ma sottile e attento per facilitare tutti i processi necessari. La pubblicazione del progetto presso una casa editrice di distribuzione generale, inoltre, consente una diffusione al di là dell’ambito accademico.
Poiché abbattere le tradizionali barriere tra esperti/ grande pubblico, università/pratica artistica e, in sintesi, favorire la diffusione delle conoscenze acquisite attraverso un progetto finanziato con fondi pubblici è, o dovrebbe essere, un obbligo, all’Accademia è una costante e i mezzi per far sì che sia così sono numerosi. Da un lato, i nostri tradizionali Open Studios, che abbiamo iniziato con una formula semplice e con obiettivi così chiari da essere ancora in vigore, come potete vedere nelle pagine che alludono a questa linea d’azione. D’altra parte, mostre, conferenze, concerti o pubblicazioni come quella di Juan Pedro Navarro5 sono anch’esse pratiche di restituzione alla società. In questo senso, è stato molto gratificante per l’organo consultivo del Patronato vedere che il progetto di Juan Pedro comprendeva una serie di sessioni in cui si rendevano visibili i progressi della sua ricerca e si offriva ad altri esperti —sempre nel rispetto del rigore scientifico che l’Accademia garantisce— di integrarli con piccole azioni, a volte performative, al fine di affrontare i temi proposti con totale libertà di espressione. Indubbiamente, un principio basilare della gestione culturale che pur essendo ripetuto e reclamato a gran voce, non ha mai smesso di essere a rischio, non solo a causa di pratiche censorie sempre più frequenti, ma anche a causa di esercizi di autocensura che, a mio avviso, sono molto più gravi.
Marcelo Expósito conosce molto bene questo tema e durante la sua permanenza in Accademia ha continuato ad affrontarlo da diverse angolazioni, senza che fosse mai l’asse centrale del suo progetto che, come tanti altri, si è arricchito nel corso dei mesi. A ciò ha contribuito —anche se non solo— l’essersi ritrovato in manifestazioni che hanno gettato ai suoi piedi materiali impossibili da scartare per la sensibilità sempre vigile a cui l’artista ci ha abituato per proporre un altro sguardo su Pasolini, ad esempio. Ma forse sono state le estensioni della mostra che ha presentato a Torino6 o le costanti collaborazioni con intellettuali e istituzioni italiane a completare il suo progetto, che si è infine concretizzato in una pubblicazione, un disco e un numero elevatissimo di opere grafiche. Dagli erbari agli alberi concettuali. E vorrei richiamare l’attenzione su come questa azione rizomatica abbia gettato i semi di progetti che vedremo nei prossimi mesi e anni, conseguenza di questa convivenza tra creatori di discipline diverse e del loro rapporto con la scena culturale italiana, che produce tanti risultati quando è ben intessuta.
Pertanto, se devo evidenziare i residenti di questa edizione che hanno collaborato e generato più alleanze con i loro colleghi, uno di loro è Hugo Gómez-
Chao. Oltre a portare avanti il proprio progetto, ha iniziato a lavorare con Marcelo Expósito a una delle linee della sua ricerca e, inoltre, a una rassegna di uno dei grandi compositori italiani, Luigi Nono, che li porterà per tutto il 2024 a dialogare e a proiettare la sua eredità creativa, approfittando del centenario della nascita, sia in Spagna che in Italia. Andare oltre il progetto della borsa di studio e proiettarsi nel futuro è fondamentale a Roma, per questo insistiamo sull’apertura di canali di comunicazione e favoriamo i contatti su cui ognuno dei residenti deve lavorare anche personalmente. Hugo e Marcelo lo hanno fatto e continueranno a farlo. Hugo ha anche fornito la musica a Raquel Buj e Mabi Revuelta. E il concerto che ha diretto con la sua musica è stato uno dei regali che, nel chiostro gremito dell’Accademia, ha offerto a tutti noi. Un punto di partenza per una composizione per orchestra che gli è stata commissionata e che godremo tutti nel concerto che si terrà all’Auditorio di Madrid in occasione del 150° Anniversario dell’Accademia, una collaborazione con l’OCNE che unisce compositori legati alla nostra storia7
Nel capitolo delle collaborazioni, va menzionato anche Abel Jaramillo. Forse uno degli artisti più giovani di questa edizione e proveniente dall’Estremadura, un territorio che ha avuto una rappresentanza diseguale nell’Accademia, ma di assoluto rilievo, come segnalano i casi dell’architetto esperto di patrimonio storico Dionisio Hernández Gil (1963-1965) o, ad esempio, dell’artista Enrique Pérez Comendador (borsista nel 1934-1936 e direttore nel 1969-1974), o di Ana Hernández del Amo (2005-2006). Abel ha preso come punto di partenza il carcere di Badajoz8 per reinterpretarlo dopo l’incendio, decostruendolo... Video, sculture, installazioni, incisioni, fotografie... hanno permesso di mostrare in Processi 150 solo un accenno di ciò che l’artista è capace di fare. Ha collaborato con la documentazione e il video di Raquel Buj in un pezzo di autorialità condivisa che è un esempio di ciò che è l’Accademia. Per questo gli ho proposto di rappresentarci nel padiglione dell’AECID alla prossima edizione di ARCO Madrid 20249
Avevo anche preso in considerazione l’idea che fossero Fuentesal e Arenillas a rappresentarci ad ARCO, ma erano già stati selezionati dalla loro galleria d’arte per un Solo Project da un lato e, dall’altro, scelti anche per partecipare a una delle mostre organizzate10 in occasione dell’anniversario che si sono tenute sia in Spagna che a Roma. Prendere come punto di partenza Julia Fuentesal e Pablo Arenillas mi permetterebbe di scrivere una tesi di dottorato sull’Accademia perché in loro possiamo rintracciare molte delle chiavi del rinnovamento dell’istituzione che è stato portato avanti e di quello che è ancora in corso. Dalla rivendicazione della tradizione marionettistica della loro città natale, Cadice, alla concretizzazione delle loro personalissime e incisive proposte. Passando attraverso la loro instancabile dedizione con lunghissime giornate di lavoro, preferisco attirare l’attenzione su come hanno conciliato il lavoro a Roma e diverse mostre in Spagna11 e partecipato a quelle già citate in Italia. Le loro mappe progettuali, autentici col-
lage di processi, acquisiscono la categoria di opera —proprio come quelli di Marcelo Expósito— che testimoniano la profusa ricerca preliminare che gli artisti visivi compiono e che, come nel loro caso, si trasferisce in cavalieri con enormi teste scolpite nel legno e cappelli con corpi di tessuti che si ripiegano su se stessi. Come marionette. Concependo il processo dal taglio dei telai di legno che hanno immagazzinato ovunque (proprio come Manu o Abel), all’imballaggio che hanno realizzato con le loro stesse mani. L’artista artigiano. L’artista che fa economia per continuare a lavorare con materiali austeri ma che brillano nelle sue mani, giocando sulla complicità di chi trasferisce la pratica artistica dalla vita di coppia. E l’Accademia aiuta in questa complicità perché possano risiedere e produrre, ma un compito evidentemente urgente è quello di comprendere il lavoro collettivo e la sua giusta remunerazione, al di là dei requisiti dei diretti beneficiari di un premio, di una borsa o di una sovvenzione. Quello che abbiamo ottenuto è almeno il riconoscimento dell’autorialità collettiva e l’assunzione del diritto di residenza di chi la propone. E non è che non ci siano stati precedenti nel corso della storia. In Accademia, dal 2015, si riconosce l’autorialità di ogni membro della coppia/collettivo in base alle loro esigenze. Ma c’è ancora molto da fare al riguardo.
Ne è prova la difficoltà amministrativa di racchiudere la dimensione del collettivo di cui Amelie Aranguren è membro, nello specifico di Campo Adentro I diritti riconosciuti nei bandi, come l’assistenza al trasferimento, l’assicurazione medica o le borse di mantenimento mensili, non coprono né il partner né il resto dell’équipe di un gruppo, a meno che non siano stati precedentemente concepiti come spese specifiche per l’esecuzione di un progetto. Da qui la gratitudine ad Amelie e al resto dei suoi colleghi per la loro generosità nello sviluppo di un progetto che, di per sé, ha rappresentato una pratica artistica inedita per l’Accademia, ma che sviluppano da anni in Spagna e in forum internazionali come Documenta 2022. Evidentemente, l’Accademia e tutti i residenti di quest’anno hanno beneficiato delle reti tessute da Amelie con i settori produttivi e le persone che il suo progetto ha coinvolto fin dalla prima passeggiata nei dintorni di Roma. Anche il resto dei borsisti ha partecipato insieme ad Amelie a molteplici aspetti della sua realizzazione. Un progetto indubbiamente interessantissimo che ha sfidato chi ha ancora una concezione più tradizionale o stereotipata della scena culturale.
Allo stesso modo, il progetto di Ana Mina ha anche contribuito a mettere in luce la necessità di approfondire le diverse forme di creazione, con la partecipazione dei collettivi e le loro forme di accesso ai media tradizionalmente appartenenti ad altri settori. I continui incontri con i collettivi femminili in diverse zone di Roma hanno avvicinato Ana, che è tornata nel sud dell’Europa dopo quello che alcune di noi hanno considerato un periodo troppo lungo senza di lei. Il suo sguardo sempre critico, pieno di rigore nella forma e nella sostanza, ha accompagnato tutte noi, anche nei workshop che
ha tenuto, sempre oltre le aspettative. Ma vorrei sottolineare il legame che ha stabilito con le associazioni che, grazie a lei, hanno conosciuto l’Accademia dall’interno, gli altri residenti e, soprattutto, la possibilità di collaborare con un’Accademia più partecipata e romana.
E in linea con la partecipazione, anche se da una posizione diversa, non possiamo dimenticare il lavoro di Sara Torres, che ha portato sottobraccio la sua esperienza nei grandi musei, insieme agli schemi e alle idee di una magnifica pubblicazione12 che ha infine concretizzato su educazione, archivi e patrimonio immateriale. Le riunioni con esperti, collettivi e colleghi attorno al tavolo che lei aveva concepito come centro nevralgico degli incontri in cui scambiava idee, messaggi e metteva in discussione le pratiche tradizionali, si sono svolti a lungo sotto cascate di appunti che volavano sopra le nostre teste e giocavano, naturalmente, con l’immancabile azzardo dei giochi di carte tanto cari a Sara.
E sembrerebbe di trovarsi di fronte a un enigmatico gioco d’azzardo nell’osservare il progetto di Luz Santos, se non fosse per il rigore dei sistemi informatici stampati su quelle carte perforate che, di per sé, sono opere d’arte. O se la documentazione ritrovata negli archivi non lasciasse dubbi sul rigore astronomico che certe monache visionarie, diverse centinaia di anni fa, hanno scritto in trattati, studi e incisioni. Ma ciò che forse ha sorpreso di più tutti, man mano che la ricerca di Luz procedeva, è stata la sua capacità di trasferire la sua interpretazione in ricami e tessuti di poetica bellezza. Come le sue spiegazioni e le sue scoperte. Abbiamo visto le stelle e molti pianeti che appartengono in parte a costellazioni che solo Luz conosce.
Come Matías Candeira, che una volta decifrati i codici per comprendere in italiano i libri e la documentazione pubblicati su Dino Buzzati, ha deciso di trasformarlo in El que espera, una reinterpretazione di un personaggio, in parte reale e in gran parte immaginario, che rompe i confini. Partendo prima dalla sua lettura, poi dalla sua scrittura. È difficile capire se Matías giochi con lo scrittore, il giornalista, il «parapsicologo» o se i diversi volti di Buzzati abbiano avvolto il camaleonte di Matías. Un gioco di seduzione che dobbiamo affrontare senza pregiudizi.
A non avere nessuna remora ad avvicinarsi integralmente alla donna oggetto della sua ricerca è stata Andrea Valdés. Ha viaggiato nelle città in cui Carla Lonzi ha lavorato o vissuto. Ha intervistato la sorella. Ha scavato negli archivi di Rivolta femminile e ha incontrato chi sta lavorando sui diversi volti di una di quelle che sono o saranno figure internazionali di riferimento nei prossimi anni. Controversa e a volte intransigente. Sempre brillante, spesso gentile e attraente nei suoi approcci letterari, culturali e filosofici. Forse Andrea ha qualcosa di quella Carla che dobbiamo ancora scoprire. Lei, senza dubbio, aprirà qualche spiraglio per farcela(e) scoprire.
Come fa Gabriel Villota, che ci pone all’incrocio dei viaggi delle donne e degli uomini del nostro esilio
in Italia13. Paesaggi sonori che ripercorre con l’olfatto di chi l’ha già fatto ma che affronta ogni volta con la curiosità di un principiante. Come, in un modo o nell’altro, è stato nel suo approccio alla città, anche se non ai protagonisti delle sue storie. Per questo l’apparente confusione delle narrazioni che si intersecano può essere sviscerata nell’oscurità dello studio in cui Gabriel ha sviluppato il progetto e ospitato la sua installazione. Ma se c’è qualcosa di veramente sorprendente, è la pubblicazione che è scaturita da questo studio poetico delle quattro voci, che sono percorsi che attraversano Roma per arrivare a ognuno di noi.
Ho lasciato alla fine, ma avrebbe potuto essere l’inizio, il racconto visivo di Carla Boserman. Forse perché il suo progetto parte da una storia che sembrerebbe inventata se non fosse documentata da fotografie o articoli di stampa e, improvvisamente, la storia di quell’enorme cavallo rampante, che tutti ricordiamo associato a una delle icone di Roma, il monumento a Vittorio Emanuele II, diventa quasi umana. Così umana da riprodurre le differenze, le classi, i diversi modi di vivere in quella Roma tra la fine dell’Ottocento e l’inizio del Novecento. Probabilmente non è poi così diversa dalle tante Roma che la abitano oggi. E Carla gioca con quel cavallo, con il giornale, con gli inchiostri che vogliono scomparire. Ben lontani dai ritratti e dai racconti dei suoi numerosi appunti sulle attività culturali a cui ha partecipato durante il suo soggiorno. Se non fosse che è arrivata un po’ più tardi degli altri, avrebbe potuto raccogliere l’intera storia di questo affascinante anno a Roma. Le voci di tante donne e uomini che ci hanno fatto visita. Ma sarebbe stata una storia che avrebbe invaso le pagine di questa pubblicazione e alla quale avremmo dovuto aggiungere i capitoli che lei non ha avuto modo di catturare con il suo pennarello magico. Così come il suo sorriso e la sua sempre calorosa generosità.
A MO’ DI EPILOGO
E poiché non sarebbe giusto nei confronti di molti rinunciare in queste pagine a elencare alcune delle quasi 150 attività che si sono svolte in tutta la Spagna e in Italia, vorrei rimandarvi alle pubblicazioni di alcune di esse che sono state realizzate in Accademia. Quasi tutte, coordinate e portate avanti da Margarita Alonso, come Roma, siempre Roma: infinitas formas. Mujeres de la Academia de España en Roma en las artes visuales, la cui presentazione finale è avvenuta a luglio presso le Naves de Gamazo della Fundación Enaire a Santander14. Nel programma di attività che si è svolto in Spagna, alcune mostre sono state seguite dai loro curatori, come Intersectio15, un dialogo tra Santiago Ydáñez e Nicolás de Bussy curato da Javier Andrés Pérez e coordinato da Cristina Esteras per conto dell’Accademia. Senza dimenticare la mostra con cui si chiude l’anno delle grandi mostre in Spagna, La huella de Roma. 150 años de Academia de España en Roma16 con il suo magnifico catalogo. Stiamo ultimando la pubblicazione corrispondente al programma Vivir varios tiempos a la vez, che raccoglie le chiavi e le testimonianze dei progetti che lo compongono su
proposta di Santiago Eraso —il suo curatore o coordinatore generale—, con la partecipazione delle proposte guidate da diciasette borsisti selezionati tra quelli degli ultimi trent’anni. Anche se alcune delle sue iniziative richiederebbero una monografia, come le mostre Indexar el paisaje17 o la già citata La novela no escrita. 35 años de literatura expandida, non escludiamo che possano essere realizzate. In tutti questi casi sono state finanziate con il sostegno del Ministero della Cultura e dello Sport, di Acción Cultural Española (AC/E), della Generalitat Valenciana e di AECID.
Per quanto riguarda i progetti prodotti espressamente per Roma e che prevedevano una pubblicazione associata, bisogna innanzitutto segnalare Reactivando videografías, sotto la direzione di Remedios Zafra e il coordinamento di Miguel Cabezas con il supporto di Álvaro López-Quesada e Paloma Gutiérrez Moreno. Senza dimenticare l’edizione Turner di La Ribot. Distinguished Anyways, anch’essa coordinata dal team precedente, o Contar un monte de Oro. 10 años de cómic en la Academia de España en Roma; il suo curatore, Enrique Bordes, ne è stato anche il coordinatore18
Un caso a parte è la magnifica mostra Joaquín Sorolla. Sprazzi di luce e colore, che comprendeva una sezione molto speciale sul periodo romano del pittore e la cui pubblicazione a cura di Margarita Alonso è già un documento di riferimento19. Per continuare con questa edizione della mostra Processi 150, alla cui redazione hanno partecipato tutti i sopra citati e la cui fase finale è stata affidata a Margarita Alonso e Marina Domínguez. È quasi pronto anche il catalogo del progetto di Michelangelo Pistoletto, la cui mostra, realizzata in più fasi, è stata uno dei tocchi finali della celebrazione di questo 150° anniversario. Prima l’installazione dell’opera Pozzo specchio concepita appositamente per il Tempietto di Bramante, che l’artista ha presentato in concomitanza con il finissage della sua mostra Infinity al Chiostro del Bramante, e proseguita con la Venere degli stracci e Love Difference-Mar Mediterraneo. In alcuni casi, la pubblicazione è stata sostituita da un video, come quello registrato nell’azione di Israel Galván che parte dall’interno del Tempietto e lacera l’aria con il suo tacchettio intorno allo stesso20
E senza dimenticare la memoria di un intero anno in cui il criterio seguito è stato quello di sfruttare l’opportunità di ripensare l’Accademia, di aiutarla a farsi conoscere meglio e di proiettarla nel futuro. Da qui la serie di conferenze, incontri di professionisti, performance, concerti le cui registrazioni o documentazioni saranno incluse in questa essenziale pubblicazione. Dal concerto omaggio a Valentín de Zubiaurre nella chiesa di San Pietro in Montorio con la Sociedad Coral di Bilbao, a quello tenutosi a giugno nel Parco della Musica che ha dato il via all’attività a Roma con l’Orchestra di RTVE. Un programma, quello musicale, con molte altre attività, che è stato ideato e promosso da José Ramón Encinar, membro dell’organo consultivo del Patronato, con il supporto nel coordinamento di Adriana Laespada da Roma.
Ma logicamente non posso concludere senza menzionare il fulcro di quello che abbiamo concepito come programma per il 150° Anniversario, ovvero il Primer Foro de creadores e investigadores de la Academia de España en Roma, tenutosi il 9 e 10 settembre 2023, che ha riunito 131 donne e uomini di 37 promozioni diverse. Sono venuti tutti a Roma e hanno partecipato a una giornata incentrata sul ripensamento dell’Accademia in termini di futuro. Da qui l’organizzazione di cinque gruppi di lavoro che si sono riuniti per condividere esperienze e discutere le loro proposte, che hanno presentato alla Segretaria di Stato per la Cooperazione Internazionale in una sessione aperta e alla presenza dell’Ambasciatore di Spagna in Italia, dell’Ambasciatrice di Spagna presso la Santa Sede, del Direttore delle Relazioni Culturali e Scientifiche e del Consigliere Culturale. È stata inoltre consegnata la medaglia commemorativa del 150° Anniversario disegnata dallo scultore Juan Bordes, borsista nel 198721 e attualmente membro dell’organo consultivo del Patronato. Successivamente, altri due ex borsisti dell’Accademia22, vincitori del concorso internazionale per il suo restauro, hanno presentato le linee generali del progetto. Le conclusioni di questa giornata, coordinata da Miguel Cabezas e con il supporto del resto del team dell’istituzione23, sono in corso di pubblicazione insieme a una relazione grafica che mostra l’intensità dell’attività, che è proseguita con un concerto nella piazza aperto alla città di Roma. La domenica successiva, i cittadini di Roma sono stati invitati a visitare il giardino romantico, aprendo l’accesso da via San Pancrazio per la prima volta dopo decenni. Federica Andreoni ha coordinato questa iniziativa. In occasione del 150° Anniversario, Poste Italiane ha emesso un francobollo commemorativo, con un’illustrazione ceduta da Tyto Alba. Vorrei ringraziare ancora una volta Enrique Bordes per il suo costante supporto e, in questa occasione, anche per la museografia della mostra Processi 150. Come potete vedere, molti hanno collaborato a rendere la giornata veramente utile e speciale. E il team dell’Accademia ha lavorato sodo…
Tutto è stato debitamente curato in modo impeccabile da Paola Di Stefano che si è occupata di noi con una maestria e un’efficienza al di là di ogni immaginazione, come una fenice che rinasce e anticipa sempre ciò che si richiede; spesso con l’aiuto di Brenda Zúñiga che in questo anno si è moltiplicata tra fatture e fornitori, cortesia ed efficienza. La sicurezza e la cordialità sono sempre state nelle mani di Pino Censi e Attilio Di Michele, che sono la prima immagine all’arrivo in Accademia, in quel misto di gentilezza e professionalità senza pari e, con loro, le persone addette all’accoglienza del pubblico e alla sicurezza. Gli allestimenti sono stati resi possibili dall’instancabile Marco Colucci e dai suoi assistenti, nonché dal team dell’Accademia con Mino Dominijanni, Alessandro Manca e Luca Piccolo. Talvolta assistiti da Roberto Santos, che condivide più di uno spazio vitale con Maria e Simona Spacchiotti. I borsisti di gestione culturale del programma Culturex, Álvaro e Paloma, o dell’AECID, Sonia Armada, hanno continuato durante i mesi estivi a sostenere l’organizzazione. Ma
tutto questo non sarebbe stato possibile senza il controllo, la gestione e il rigore dell’area economica, con Silvia Serra nell’Amministrazione— sempre attenta e premurosa soprattutto nei confronti dell’Accademia— e la Segretaria dell’Accademia, María Luisa Sánchez Llorente, alla quale affido non solo l’integrità dell’istituzione, ma, oltre alla salute del team, il suo buon funzionamento con la complicità e con l’aiuto sempre discreto, efficiente e brillante. Lascio María Nadal per ultima perché, essendo così vicina, ha sofferto e imparato più di quanto si possa dire, essendo sempre efficiente e leale. È un tandem dal valore incalcolabile con Cristina Esteras, che ha e avrà sempre il cuore nell’Accademia. Non posso dimenticare in questo riconoscimento la mia compagna di traduzione fin dalla prima avventura romana, Elisa Tramontin. E nemmeno l’incredibile grafica della nostra linea editoriale e di questa pubblicazione, la mia cara Mercedes Jaén, grazie. Margarita e Miguel sono stati con me dal primo giorno in cui sono arrivata a Roma e senza di loro al timone della gestione culturale, dei progetti dei borsisti, della divulgazione e dell’incoraggiamento nella vita, non avrei mai potuto sognare di rendere possibile la «nostra Accademia», per arrivare a questi Processi con più di 150 ringraziamenti.
L’organizzazione di tutte queste attività ha comportato un enorme sforzo per l’intero team dell’Accademia, nonché per la generazione di uomini e donne che in questo 150° Anniversario, insieme a noi, sono stati anfitrioni ed eredi degli oltre 1050 borsisti della nostra storia. A tutti loro va il mio personale ringraziamento e il mio riconoscimento professionale. Senza di loro, senza il sostegno dei miei colleghi dei servizi centrali di Madrid e dell’Ambasciata, non sarebbe stato possibile questo Processi 150, che è la sintesi di molti altri Processi... di tutti quelli della nostra storia. Quelli che rendono unica l’Accademia.
Ángeles Albert
Direttrice dell’Accademia di Spagna
Il 2023 si conclude con la consegna della Medaglia d’Onore della Real Academia de Bellas Artes de San Fernando alla nostra Accademia, in una cerimonia ricca di emozioni. A breve riceveremo anche la Medaglia al Merito nelle Belle Arti nella sua categoria d’oro, conferita dal Ministero della Cultura (Regio Decreto 1083/2022. BOE 28 dicembre 2022). Due premi storici per commemorare 150 anni di storia e il riconoscimento di tutti coloro che l’hanno resa possibile.
tura stranieri, con una grande mostra dal titolo Roma, un ritratto, e la partecipazione di tutte le Accademie internazionali presenti a Roma, curata da Cecilia Canziani, con la partecipazione, accanto a Elvira, degli artisti Julia Huete e José Guerrero, entrambi residenti a Roma dopo aver usufruito di una borsa di studio. Selezionata dai curatori anche l’artista spagnola Ester Partegàs, residente a New York e in questa occasione con una borsa di studio dell’Accademia Americana. Una selezione di fotografie storiche, con documentazione proveniente dagli archivi dell’Accademia, ha accompagnato la mostra.
3 Si tratta di un evento annuale al quale l’Academia de España e i suoi artisti collaborano almeno dal 2016. In questa edizione sono stati selezionati anche Raquel Buj, Abel Jaramillo e Fuentesal e Arenillas.
4 Si tratta di uno scambio di artisti di Nave Oporto con l’esplicito sostegno della Direzione delle Relazioni Culturali e Scientifiche dell’AECID: Artisti in produzione, a cura di Cristina Vives, 2022. A proposito di Nave Oporto, si suggerisce di consultare Tomar la casa. Acciones y reacciones, mostra curata da Marta Ramos-Yzquierdo, tenutasi presso l’Academia nel 2022, catalogo pubblicato con la collaborazione di AC/E (www.accademiaspagna.org).
5 Ganimede nel Mediterraneo: storia/e di dissidenza e sessualità tra Spagna e Italia. Ciclo di lezioni in Accademia da aprile a giugno 2023.
6 Macchine del dissenso-Dai social forum alla giustizia climatica, presso il Parco Arte Vivente (PAV) di Torino, 2023.
7 Nell’ambito del ciclo Satélites 09, l’OCNE ha organizzato il concerto straordinario che si terrà il 26 gennaio 2024 in occasione del 150° anniversario della Real Academia de España en Roma, commissionando a Íñigo Alberdi e Daniel Moro un programma che comprende il primo borsista della storia, Valentín María de Zubiaurre, nonché la prima donna borsista: María de Pablos. Sono stati inoltre selezionati brani di Ángel Oliver, Marisa Manchado, Ramón Lazkano e dello stesso Hugo Gómez-Chao, che presenterà in prima assoluta Intérieur, una versione integrale basata sul lavoro eseguito a Roma.
8 Casualmente, un edificio che oggi è un grande museo ospita una parte importante dell’opera di Timoteo Pérez Rubio (1922-1928), richiesta per la mostra La huella de Roma tenutasi a Valencia.
1 Guzmán Palacios e Santiago Herrero, direttori di Relazioni Culturali e Scientifiche dell’Agenzia Spagnola per la Cooperazione Internazionale allo Sviluppo (AECID).
2 Per la prima volta è stato organizzato il Festival delle Accademie e degli Istituti di cul-
9 L’idea è quella di proiettare il video della sfilata di moda organizzata da Raquel Buj nel giardino romantico dell’Accademia, con abiti della stilista, musica di Hugo Gómez-Chao e montaggio video di Abel Jaramillo. Inoltre, diversi abiti completeranno lo stand, che si basa sulla collaborazione tra i residenti e sull’intendimento degli abiti proposti da Raquel come pelli nate dal rispetto per la natura e da una concezione organica della moda stessa.
10
La mostra La novela no escrita. 35 años de literatura expandida, curata da Carlos Pardo, è stata presentata al Centro García Lorca di Granada grazie alla collaborazione del Ministero della Cultura e di Acción Cultural Española.
11 Tra le altre, la mostra La danza mudanza, curata da Bea Espejo e presentata al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo di Siviglia nel maggio 2023.
12 Mediar el futuro. Archivo y memoria en arte y educación. Ed. Catarata, 2023.
13 Incontro alle Quattro Fontane. I quattro personaggi sono María Zambrano, Cristina Campo, Rafael Alberti e Pier Paolo Pasolini, e ognuno proviene da un diverso punto cardinale, situato in un diverso quartiere.
14 La mostra è stata curata da Margarita Alonso, responsabile della sua presentazione nelle due precedenti edizioni a Madrid, con la collaborazione di Cristina Esteras, soprattutto nella sua rielaborazione e organizzazione per Santander.
15 La mostra Intersectio. Ydáñez/Bussy, è stata organizzata al Museo Nacional de Escultura di Valladolid da aprile a luglio 2023, grazie al museo stesso e alla collaborazione del Ministero della Cultura e di Acción Cultural Española.
16 La huella de Roma. 150 años de Academia de España en Roma è stata organizzata in collaborazione con il Museo de Bellas Artes de Valencia e Acción Cultural Española. Il Ministero della Cultura ha contribuito a renderla possibile. La curatrice è Dolores Jiménez-Blanco. Il lavoro di Cristina Esteras e Alma Guerra per conto di AC/E e di Margarita Alonso, soprattutto nella selezione della documentazione, è stato essenziale per la sua organizzazione.
17 Curata da Suset Sánchez, Indexar el paisaje è stata presentata alla Fundación Cerezales Antonino y Cinia tra agosto e novembre 2023.
18 La pubblicazione è stata co-pubblicata da Nuevo Nueve Editores e progettata/disegnata da Martín López Lam di Ediciones Valiente.
19 La curatrice dell’adattamento per Roma è stata María López Fernández, che ha integrato la versione della mostra prodotta dal Museo Sorolla e presentata in diverse sedi in Spagna, curata congiuntamente da Blanca Pons-Sorolla e Consuelo Luca de Tena. La presentazione all’Accademia si è svolta nell’ambito del centenario della morte dell’artista, su proposta di Enrique Varela, con la collaborazione dell’AC/E e dell’AECID, che l’ha inserita nel suo piano di pubblicazioni (www.accademiaspagna.org).
20 Fa parte del ciclo di tre spettacoli speciali che è iniziato con l’omaggio di La Ribot con diversi brani in Accademia e il suo site specific nel chiostro del Tempietto. È proseguito con l’emozione di Locomoción. Templar el Templete, di Israel Galván,
e si concluderà con la performance di Niño de Elche nello stesso spazio. Nel cuore dell’Accademia. 21 La medaglia in bronzo, del diametro di 11 cm, è disegnata quasi come una scultura, essendo stata decorata su entrambi i lati con due altorilievi, che raggiungono uno spessore di 5 cm, ed essendo state dorate e rifinite a mano una per una. Il bordo reca l’iscrizione «Academia de España. 150° Anniversario 1873-2023». Le rappresentazioni della testa di San Pietro al rovescio, accompagnata dall’epigrafe «San Pietro in Montorio Roma», e al dritto quella di un giovane dai tratti apollinei, sereno ed elegante, circondato dalla frase «Sede de las ideas», sintetizzano con grande maestria la ricchezza storica e simbolica che l’Accademia detiene e la trascendenza dell’istituzione come generatrice di pensiero.
Questa medaglia si inserisce nella tradizione delle altre già realizzate dall’Accademia ed è stata consegnata ai seguenti borsisti, presenti a Roma in occasione del suddetto foro. Da un lato, a coloro che hanno ricevuto il Premio Nazionale dopo essere passati per l’Accademia, come Agustín Celis (1960-1964) e José María Sánchez Verdú (19961997). Dall’altro, a coloro che hanno collaborato con l’Accademia contribuendo al 150° Anniversario in modo speciale e al di là degli obblighi delle cariche pubbliche ricoperte, come Iñaqui Carnicero (2008-2009), Fefa Noya (2011-2012) e Fernando Sánchez-Cabezudo (2018-2019).
22 Jesús Aparicio Guisado (1988) e Jesús Donaire (2014-2015).
23 Con il coordinamento della pubblicazione di Margarita Alonso.
IL BUCO DELLA SERRATURA
Per me l’esperienza di Roma, la vita in Accademia, è piena di immagini incomunicabili. La stessa cosa mi succede con certi romanzi fantasy che amo. Questi romanzi —ce ne sono pochissimi—preannunciano uno stupore molto particolare. La lingua non è in grado di spianare la strada a quello stordimento con parole sufficienti, per cui si elencano con un certo pudore alcuni momenti travolgenti della trama che sfuggono al senso, per vedere se in questo modo, assemblati in una nuvola di puntini sparsi, finiscono per assomigliare a qualcosa di riconoscibile per l’altro, quella persona che interroga o insidia, non priva di un certo scetticismo:
Ma com’è la vita lì dentro? Cucinate tutti insieme?
L’incomunicabile è, per definizione, qualcosa che si sta già allontanando da te quanto più cerchi di contenerlo in una forma. Lo guardi da tutti i lati e, in quell’atto, l’oggetto di studio ti sfugge. Al tempo stesso, più è dentro di te, in angoli dove arrivi solo con l’intuizione di aver vissuto una rivelazione. Ci metto molto a saper dare un nome alle cose che amo, e con gli anni di scrittura non mi sembra di migliorare, ma anzi di fare sempre più fatica a mettere tutto in parole per renderlo più giusto, vero come l’ho vissuto.
Fuori, lo so, l’Accademia è una cosa. Vive in alto, distante e precisa. Dentro, dietro la reception, oltre il cortile fino alla cucina, è un’altra cosa. Anche la vita di quelli di noi che l’hanno vissuta in questi mesi è difficile da spiegare se non si è entrati nell’immagine, umana e intima, creativa e generosa; un’immagine in cui è particolarmente difficile entrare.
Per esempio, un’immagine incomunicabile e bellissima e fantastica, a suo modo. L’Accademia come una fortezza irraggiungibile e lunatica sulla cima rocciosa di un romanzo di Dino Buzzati. È così che a volte l’ho sentita: un sogno molto alto, bisognava sudare per raggiungerlo.
Un’altra immagine nel mio taccuino (alza la manina): la porta alchemica, nei giardini di Piazza Vittorio. Due statue sorvegliano la soglia che conduce all’altro mondo. Credo che siano stanche. È un lavoro pesante, fare la guardia alle vecchie porte. Hanno un pessimo carattere, lo sanno tutti.
La vista dei corvi ovunque, nelle logge e nelle riunioni di lunghe discussioni. I punti e le virgole di Roma. Tutto è chiacchiericcio di piume nere, e risate.
Gli alberi stessi, ai lati della scalinata che porta all’Accademia, erano già frondosi d’inverno; con l’avvicinarsi dell’estate, un giorno mi sono imbattuto, all’improvviso, in alcune bestie monumentali, verdi, feroci. Bisognava praticamente piegare la testa e il corpo per passare sotto i rami. È una sensazione molto simile a quella che si prova a capire Roma, se si elude il turismo necrofilo che cerca di mangiarsela. Diciamo che la città vera ti tollera, ti
lascia essere suo ospite, ma non ha bisogno che tu la capisca per essere quello che è.
Un’altra immagine: uno stormo di storni. Visto dall’alto di una delle terrazze, funziona come una grande domanda. All’inizio, il movimento è sorprendente; è violento, con un’elasticità piena di capriccio e velocità. Poi, all’improvviso, gli uccelli assemblano il loro volo nel giro degli altri, come una chiave in una grande serratura che si stringe e si riposa, si stringe e si riposa, è e non è, con le leggi del proprio movimento. L’immagine di questa fraternità di uccelli è scomoda; c’è tanta unione, tanti fili invisibili, come un mistero. Eravamo così noi, quelli del 150? Non so dire esattamente come eravamo; siamo stati, penso che saremo quando cominceremo a ricordare e a dare parole a ciò che appartiene al luogo sacro: quello che abbiamo scritto o dipinto o mangiato o riso o scolpito dentro quell’immagine, la più segreta del mondo, perché solo pochi la conoscono. Mi sento fortunato.
Torno ai romanzi, il mio forte. Non ho la pretesa che chi legge questo testo lo capisca come lo capisco io, complice di quell’immagine che sta chiudendo i suoi confini. Sarebbe forzato paragonare l’Accademia al pianeta Solaris, ma non lo sarebbe tanto menzionare le forme capricciose e sconosciute del suo mare interno, e sto parlando di noi, quelli del 150. Amelie, Julia, Pablo, Mariana, Gabi, Andrea, Pilar, Juanpe, Abel, Mabi, Itziar, Ana, Hugo, Elvira, Marcelo, Ana Laura, Carla, Raquel, David, Sara, Juan, Luz, Manu. In letteratura, il senso della meraviglia è proprio questo: immergersi in ciò che è già dentro di te e non sarà cancellato dalla memoria; una città o un’amicizia indissolubile o un luogo di artisti, dove la creazione è un osso che passa di bocca in bocca. Appartiene a tutti noi.
Matías Candeira Residente 2022-2023
L’ACCADEMIA IN UNA NOCE CAPRICCIOSA
Non ero mai stata a Roma e la mia immaginazione la dipingeva in modo diverso. Che strana cosa il Colosseo, che strana cosa quella cosa chiamata Vaticano, e quant’è assurdo che alle quattro del pomeriggio non ci sia quasi più luce. Il mio approccio è stato più simile a quello di chi indaga su un oggetto prezioso di un paese esotico dove la pasta si mangia a ogni pasto e il tomate si chiama «pomodoro», in una sorridente metafora che mi ricorda il giardino delle Esperidi o il processo di Paride che avrebbe scatenato la guerra di Troia: quanto sarebbe curioso immaginare che un «pomodoro» sia in realtà l’espediente della dea della discordia.
Comunque, possano questi brevi appunti dare un’idea di cos’è stato conoscere Roma dall’Accademia di Spagna, anche se in realtà ora so più cose di Badajoz, León, Malaga, Cadice o i Paesi Baschi che di Roma stessa.
Al mattino presto, fuori dalla mia finestra, sento le urla stridule di qualcosa. Nel grigiore non riesco a capire chi o cosa sia. È dicembre, fa freddo, il termosifone emette un calore che si disperde attraverso le fessure della finestra chiusa male. Apro la tenda. La vista del giardino e del monumento a Garibaldi mi lascia a bocca aperta: sono davvero qui. Le grida si intensificano e scopro che si tratta di uccelli neri che volano in piccoli stormi, in cerchio, intorno agli alberi dell’Accademia. Il freddo produce un singolare effetto sull’illuminazione: un alone sembra circondare ogni faretto, come se tanti scettri accesi illuminassero le strade romane. Le palme del monumento sono ricoperte di riflessi dorati, arancioni e bluastri di un’alba sbiadita. Alle sei del mattino, le campane della chiesa suonano in uno scampanio ritmico, trasportato dal vento. Quando torna il silenzio, noto in lontananza dei tubi metallici che si scontrano con l’aria per creare un suono chiaro, ma che svanisce in lontananza. Gli alberi tremano. È la prima volta che vedo l’alba a Roma. *
«Kitt, Kitt, Kitt, due tette di gommapiuma». Vieni, guarda, andiamo a ballare. È il compleanno di Julia. Chi è Julia? Ah, Julia! Sì, mi ha offerto una sigaretta il primo giorno che sono arrivata: «Kitt, Kitt, Kitt, un culo di gomma». E ora è il compleanno di Ana. Guarda, arriva con lo zaino in spalla, ha portato il vino, viene dal Quarticciolo o dal Prenestino o da uno di quei posti che frequenta. Buon compleanno! «Kitt, Kitt, Kitt, tre boa di piume». E ora cosa festeggiamo? Beh, un altro compleanno, tre insieme, dai: il tuo, quello di Abel e quello di David. Abbiamo una torta con la foto di Karol Wojtyla che abbraccia un koala, che bello. «Kitt, Kitt, Kitt, tanga e wonderbra». Juan è appena arrivato! Andiamo all’Angelo Mai? C’è una festa. Guarda com’è venuta bene Carla Boserman nella foto, primo giorno qui. E la paella di Manu? Anche lui è bravo in cucina, ha fatto un pollo al forno incredibile. E ora la fiera delle patate. Kitt, non credo di aver mai mangiato così tanta tortilla in un solo giorno. E questi chorizos? Li ha portati Abel, li fanno laggiù, sono deliziosi. Sì, sì, sanno di fumo e di casa. Dov’è Matias? Volevo dirgli che la sua carbonara è il massimo. Ehi,
Mabi, quel merluzzo è fantastico. Ana Laura, quella purrusalda era la più divertente e deliziosa, non la conoscevo. E se facessimo le lenticchie? Hugo sta già iniziando a prepararle… Cosa dicono che è successo in cucina? Che la cucina è sempre un luogo di conflitto? Beh, che ne so, qui abbiamo fatto anche la liberatoria quantità di centoventi tamales, montati a mano... «Mariví è innamorata, innamorata di qualsiasi cretineria...».
«Ricordiamoci di non competere con chi ci sta accanto o con noi stesse». Mi sembra ancora di sentire la voce morbida e lieve di Itziar. Le sue parole sono la lezione migliore: per trasmutare il sistema che ci costringe a competere costantemente con altri artisti e ad autosfruttarci in una gara immaginaria, dobbiamo ripensare la nostra posizione e il nostro rapporto con gli altri, non come entità separate che vagano strappate e senza radici, ma come un insieme di semi che si curano nel quotidiano e che sfuggono al gigante indicibile. Come potrei rappresentare i pomeriggi al sole, in compagnia, così nutrienti per le idee? Che linguaggio posso usare per nominare la gioia, l’arte, la noia, il confronto, l’affetto che rimane? Dobbiamo riconnetterci come artisti. La separazione non esiste. Rovesciamo l’idea di competizione e gettiamo le basi per un altro modo di fare arte.
Mariana Orantes Residente 2022-2023
AD GALLINAS ALBAS1
Direi che quello che cambia di più a Roma, dall’inverno all’estate, sono gli uccelli. Dove sono finiti gli storni e le loro ipnotiche coreografie, che si disegnano nel cielo e svaniscono in perfetta sincronia di fronte allo spettacolo dei gabbiani! Hanno appena fatto il nido e il loro gracchiare come trombette mi mette in allarme. Forse è proprio perché non ho più tempo da perdere che mi immedesimo nella loro lotta per crearsi un posto, qui all’Accademia, che sia in un tratto di giardino o su uno dei passaggi coperti che portano alla lavanderia. La mia camera da letto è proprio qui sotto ed è qui che ora scrivo queste righe su ciò che ho imparato vivendo con creatori di altre discipline.
Non sono sicura di poter rispondere se non in modo obliquo o accidentale, quindi rivolgerò la mia attenzione altrove… e vedremo se sarò fortunata! Perché questo genere di cose è meglio raccontarle così, spiegandone altre, come hanno fatto Julia e Pablo che, con un semplice gesto, hanno trasformato tre gusci di cozze in una danza di farfalle. Clack, clack, clack...! Il loro sbattere ricorda le nacchere e anche questo fa parte del gioco. A un certo punto, hanno definito la loro pratica come una conversazione del dopopranzo, in cui la scultura deriva dall’inventare storie con ciò che è rimasto sulla tovaglia e, nell’atto di raccontarle, far svanire tutto. Questa è la loro meccanica, quella che anima ogni loro opera. Mi
entusiasma che lo spieghino con quella disinvoltura che è davvero in loro, nel modo in cui accompagnano ciò che dicono con le mani, coinvolgendo le parole nello spazio e creando un’area di comprensione che non è molto più lontana delle loro braccia o dell’ombra di un cappello. Entrambi si muovono in questo tipo di vicinanza che la dimensione del loro laboratorio consente loro, dove è difficile non sfiorare un pezzo di stoffa o il bordo di un tavolo. Forse un modo per riportare ciò che ho imparato dagli altri è pensare proprio a questo, a come hanno occupato i loro spazi. In quello di Raquel, il pavimento è rivestito di moquette ed è impregnato di quegli elementi rimasti incrostati mentre cucinava i consigli di Ovidio sulla cosmesi femminile e nel dare una consistenza materiale ai suoi versi, per poi realizzare alcuni indumenti con bulbi di narciso, gusci d’uovo e miele. La cosa curiosa è che, a volte, lei scartava la poesia e ne conservava i resti. So che in questo spostamento verso il terreno del deperibile sono intervenuti la stanchezza per l’architettura e il desiderio di imparare dalla nostra pelle per costruire un’altra relazione più sensibile alle trasformazioni dell’ambiente, il che ha fatto sì che la sua audacia assumesse un nuovo peso. Del laboratorio di Itziar, invece, devo parlare al passato, dato che la sua permanenza è stata un po’ più breve, ma sottolineo la frase di un commento di Deleuze che ha affisso alla parete con lo scotch blu: «Sarebbe stato necessario parlare in potenziale, come le bambine piccole (“ci saremmo incontrati, sarebbe successa quella cosa…”)». Un giorno ci ha chiesto di girarci per poterci scrivere sulla schiena le prime parole della storia con cui aveva imparato a leggere e, sovrapponendo tutte le sue lettere, abbiamo recuperato la difficoltà di riconoscerle e rianimato quella curiosità dei primi anni, quando il mondo era ancora tutto da fare… Tra i pennarelli che mi ha dato da scegliere, ho scelto quello viola, come l’uva che ho dipinto sulla tovaglia di Amelie, sempre secondo le indicazioni di Mabi, che in altre occasioni mi ha detto come ravvivare uno stufato e, soprattutto, mi ha indicato dove andare. Mi ha trasmesso il suo entusiasmo per Roma e ci siamo innamorate della stessa gabbia! È quella che si può vedere oggi al secondo piano di Palazzo Massimo e di cui parla Ángel González, dopo una passeggiata che ha dedicato ai residenti di un’altra generazione e che è servita a illustrare il tragico destino dell’arte. A suo avviso, essa è andata sprecata, cadendo dalle pareti per finire accumulata negli angoli, come oggetti o curiosità: è stata «bibelotizzata». Nella sua argomentazione, riconosce lo splendore della nostra cultura negli affreschi dei giardini di Livia a Prima Porta, ecco perché è da qui che inizia il suo viaggio. Davanti a quegli uccelli che svolazzano sopra gli alberi (tranne uno, che è nella sua gabbia) e che identifica con la pittura stessa, per la sua stupefacente capacità di riunire elementi disparati per farli schiudere in un unico spazio e cancellare il tempo. Forse sto forzando la sua interpretazione, ma ho pensato che, descrivendo quel giardino, stesse in realtà parlando di noi.
Presto chiuderemo il nostro soggiorno con una mostra e anche se credo che ogni opera abbia diritto alla propria esistenza, ciò che esporremo per me
saranno solo resti di qualcosa di molto più grande, che sono le ore passate insieme e ciò che abbiamo tessuto insieme, così illusorio, a forza di consumare suole, giocare con le parole, trasformare la cucina in una sala da ballo, portare vecchie insicurezze e condividerle (come ha fatto Juanpe con il mosciame di sua madre), scambiarsi letture, salvare cocktail da altri secoli, andare in un posto e vederlo due volte: con i nostri occhi e con quelli di Abel, baciarsi, fare debiti, ascoltarsi dire la stessa cosa ma con altre parole, fare una fanzine in un pomeriggio e perdersi inconsapevolmente l’evento più importante, rispedire preventivi, stupirsi che nella Domus Aurea ci fosse già un controsoffitto, andare da Ivo e tornare da Ivo e lamentarsi di andare sempre da Ivo, voler essere come Ana Laura, improvvisare un grembiule con le borse di stoffa della scuola di lingue, fare ricami con le ore morte, trascurare le porte o ascoltare Bach fuggendo in tutti i modi: con soggetto retrogrado, invertito o speculare. Hugo, spiegacelo di nuovo! Avendo spiccato il volo, credo che questo sarà ciò che porterò via da questo palazzo, nido condiviso con veri uccelli, che è stato la nostra casa: un arazzo di impressioni che non è visibile all’occhio, ma che è in noi e ci migliora. È possibile aspirare a qualcosa di più? Lasciamo che i prossimi raccolgano il testimone e mi dicano, se ne sono capaci, cosa hanno imparato. La trappola è credere che ci sia un modo per rispondere precisamente a questo come si risponde al questionario per una borsa di studio. Non c’è, non si può.
Roma, 20 maggio 2023
Andrea Valdés Residente 2022-2023
1 Così si chiamava anticamente la villa di Prima Porta, in allusione a una leggenda secondo la quale un’aquila fece cadere una gallina tra le braccia di Livia Drusilla il giorno delle sue nozze. Essa portava nel becco un ramoscello di alloro e le fu consigliato di piantarlo proprio lì, dando origine a un rigoglioso giardino, che è quello degli affreschi a cui mi riferisco.
Fin dalla sua fondazione, la Real Academia de España en Roma ha assunto un ruolo preminente nella promozione dell’eccellenza artistica e culturale. Un impegno costante che si è dovuto adattare, nel corso dei suoi 150 anni di storia, alle esigenze di un settore mutevole e variabile come quello culturale. Ne è un esempio il Programma Visitatori della Real Academia de España en Roma, che nell’ultimo decennio si è rivelato un pilastro fondamentale della nostra missione nella promozione del dialogo e nella collaborazione in ambito culturale e artistico. Questo programma, che si svolge durante l’intero periodo della borsa di studio presso l’Academia de España en Roma, mira a fornire un’esperienza multidisciplinare, promuovendo interazioni significative tra i borsisti e i principali professionisti nel campo della cultura e delle arti, offrendo uno spazio privilegiato, dinamico e bidirezionale, che offre la possibilità di generare reti e potenziali collaborazioni. La diversità dei profili che prendono parte a queste visite garantisce un’ampia gamma di prospettive e approcci stimolanti, interagendo così con professionisti che operano in ambito indipendente, istituzionale e accademico, il che contribuisce a una comprensione più completa e approfondita del contesto culturale e artistico.
In breve, il Programma Visitatori della Real Academia de España en Roma non solo rafforza la ricerca e la pratica dei nostri residenti, ma promuove anche la diversità, la collaborazione e l’arricchimento reciproco nell’ambito culturale e artistico. Un’iniziativa, riassumendo, che consolida l’impegno della Real Academia de España en Roma nella promozione e nel sostegno della creatività e dello scambio culturale a livello internazionale.
A tutte e a tutti coloro che hanno contribuito con il proprio passaggio alla lunga vita dell’Accademia, un sentito grazie per la vostra complicità.
Miguel Ángel Cabezas Ruiz
Coordinatore del Programma di Residenze dell’Academia de España en Roma
OPEN STUDIOS
Come spazio di creazione e innovazione, la Real Academia de España en Roma ha molte storie da raccontare, la nostra è iniziata 150 anni fa, una vita lunga tre secoli in cui il numero di visitatori è cresciuto in modo esponenziale, l’edificio originale è stato sottoposto a diverse ristrutturazioni e il suo programma di borse di studio è stato aperto a un numero sempre maggiore di discipline e persone. Una storia a cui stiamo lavorando ancora oggi, riflettendo sul nostro passato, ma con lo sguardo sempre rivolto al futuro, spingendoci a esercitare nuovi modelli di gestione e di apertura al pubblico. Gli Open Studios dell’Academia de España en Roma ne sono un esempio e, come ogni anno, lo scorso marzo 2023 l’istituzione ha nuovamente aperto le sue porte per mostrare il modo in cui si configurano i progetti selezionati per questa nuova edizione e per parlare delle ventiquattro proposte presentate. Una giornata in cui i borsisti dell’Academia de España en Roma si sono presi una pausa dalle loro ricerche, dai pennelli, dai pentagrammi o dai saggi per mostrare le loro tecniche e i loro processi, e interagire con i professionisti del settore culturale e con le centinaia di visitatori che, attratti da un interesse crescente, hanno voluto avere una visione più completa della diversità e della ricchezza del mondo culturale contemporaneo. Un esempio, ancora una volta, della strutturazione artistica della Real Academia de España en Roma e dell’importanza di un legame significativo con l’esperienza artistica, che va oltre l’opera stessa, mostrando anche il modo in cui vengono concepite le idee.
Concludendo, più di 100 professionisti del settore culturale radicati in Italia e più di 800 cittadini interessati alla cultura hanno visitato gli studi dei residenti in una giornata interminabile ed emozionante.
ANA LAURA ALÁEZ
Ana Laura Aláez (Bilbao, 1964) sviluppa, parallelamente al suo lavoro plastico, attività come la scrittura, la progettazione di spazi e la composizione musicale. Ha alle spalle un’ampia attività di conferenze e workshop. Anche con una traiettoria così intensa, la sua inclinazione vitale continua a essere quella di lavorare indipendentemente da una richiesta esterna.
Biennali internazionali: Oku-Noto Triennale, Suzu, Giappone (2023); 4ª Biennale di Busan, Corea (2004); 49ª Biennale di Venezia, Padiglione Spagnolo (2001); 1ª Biennale di Buenos Aires (2001); 2ª Biennale di Busan, Corea (2000); 48ª Biennale di Venezia, Apertutto (1999); 5ª Biennale di Istanbul (1997).
Mostre: Todos los conciertos, todas las noches, todo vacío, AzkunaZentroa, Bilbao e Museo CA2M, Madrid (2019-2021); Pabellón de escultura, MUSAC, León (2008); Bridge of Light, Towada Art Center, Towada City, Giappone (2008); Unknowns. Mapping Contemporary Basque Art, Museo Guggenheim, Bilbao (2007); Arquitectura de Sonido, Museo Banco de la República, Bogotá, Colombia (2006); Hell Disco, TaidemuseoTennispalatsi, Helsinki, e Centro Cultural de España, Messico (2006); Kiss the Frog. The Art of Transformation, The National Museum of Art, Architecture and Design, Oslo, Norvegia (2005); Beauty Cabinet Prototype, Palais de Tokyo, Parigi (2003).
Non è testo-Non è azione-Non è suono-Non è oggetto/ Non è scrittura-Non è performanceNon è musica-Non è scultura
Progetto artistico che lavora contemporaneamente con le quattro modalità citate dal titolo: il testuale (scrivere un saggio), l’azione (filmare una performance), il suono (comporre musica elettronica) e l’oggetto (lavorare con la scultura). Il mio obiettivo è stato quello di provocare una confluenza sulla base di un metodo non specifico che durante tutto il periodo della borsa di studio è andato cambiando e con la disciplina scultorea come luogo di verifica.
La mia permanenza a Roma mi ha permesso di comparare ogni giorno opere chiave che, finora, avevo visto soltanto da lontano plasmate nei libri. L’esperienza in Accademia è una somma di quell’eco di vita. Mi riferisco al disagio e al sollievo che convergono in contemporanea quando il corpo si colloca davanti a un’opera che riesce a interpellare. Ed è proprio quel sentimento che colpisce dritto allo stomaco ciò che cerco di trasferire nel mio lavoro.
Il vinile è l’opera che culmina questo progetto-ponte tra diverse discipline. L’ho realizzato in collaborazione con il musicista Ascii.disko. La lirica dei quattro brani riflette i miei processi artistici a Roma. La track principale Pugno e carezza serve da base al video con lo stesso titolo ed è interpretata da diversx compagnx. Questa collaborazione si intreccia a lavori precedenti in cui utilizzo il contesto vitale come materiale scultoreo.
Processo ed esperienza
Dal mio arrivo, lo scorso novembre, alla Real Academia de España en Roma, ho avvertito un’inquietudine che, invece di diminuire con il passare dei giorni, si è sprigionata con intensità in tutte le direzioni, favorendo una sorta di catarsi che presumo fosse necessaria. Essendo una spettatrice insaziabile, ho scoperto con perplessità aspetti impensabili della contemporaneità, oggi più vivi che mai. Questi movimenti a zig-zag, con i loro diversi strati di spazio e tempo, fanno appello a quella soggettività poetica che appare senza preavviso, come quando una persona irrompe in quello che immaginavamo essere un luogo delimitato e inaccessibile che —in linea di principio— non volevamo condividere. E ci abbandoniamo a questa esperienza che, proprio perché intima, è rivoluzionaria.
L’esercizio più apprezzabile del mio processo è stato il rifiuto di certe letture tangenti. Mi riferisco a quelle che promuovono il desiderio di incorporare, in un modo o nell’altro, ciò che è già riuscito a manifestarsi: creare possibili opere a partire dalla loro stessa matrice. Un’opera è un’altra opera e un’altra opera. Continua a stupirmi il modo in cui la materializzazione di determinate idee scavi nel nostro pensiero verso un pozzo senza fondo. Non capisco davvero cosa ci spinga ad alimentare questa sensazione contraddittoria tra euforia ed epurazione, se sia la promessa di un cambiamento attraverso il tangibile o se si tratti di creare un impatto sofisticato per attutire la cruda fine dell’esistenza. Forse è solo una riflessione su ciò che sentiamo che potrebbe esistere dentro di noi e che non siamo ancora riuscite a risolvere. Mi chiedo se sia meglio vedere le cose con o senza protezione, come se avessimo bisogno di un profilattico che ci aiuti a sfumare ciò che è indiscutibile. Se l’esperienza nel corso del tempo accresca o riduca la nostra sensibilità. Preoccuparsi di mantenere una giovinezza, non della pelle, ma della percezione, con uno sguardo più candido che ci permetta di continuare a stupirci di ciò che vediamo.
Accarezza e colpisci, sotto forma di disco in vinile-testo-video-scultura, è una pioggia di frammenti, una timida risposta a quelle sotto-opere che appaiono tangenti all’interno delle opere originali. Dettagli di una scultura che non può essere contemplata da tutti i lati in un colpo solo perché sarà sempre incompiuta, in divenire, in perpetuo cambiamento. Presente è l’azione di cercare di trattenere qualcosa che sfugge, come se diverse mani di donne si passassero letture a vicenda con questo flusso di schegge nel corso della storia. Unghie o zanne o lingua di fuoco, come protesi che aiutano a mettere una certa distanza con ciò che non ha ancora avuto il tempo di passare attraverso i propri organi.
ELVIRA AMOR
Elvira Amor (Madrid, 1982) è laureata in Belle Arti all’Universidad de Castilla-La Mancha. Ha vissuto e studiato a Madrid, Cuenca, Buenos Aires, Puebla (Messico), Bruxelles (Belgio) e Yogyakarta (Indonesia), dove ha sviluppato diversi progetti.
Le ultime mostre personali che ha realizzato sono: Rosa llano, verde oblicuo, Centro de Arte de Burgos CAB (2022); Sendas selvas, Galería Moisés Pérez de Albéniz, Madrid (2021), Formas de oír, Alimentación 30, Madrid (2020), Salmón ladrillo coral, García Galería, Madrid (2018).
Ha partecipato, tra le altre, alle seguenti mostre collettive: La distancia entre A y B, curata da Bea Espejo, Museo de Arte Contemporáneo di Madrid (2022); Artistas en producción, curata da Cristina Vives, Estudio 50, La Habana, Cuba (2022); El arte no es democracia, Nave Oporto, Madrid (2021); Pintura renovación permanente, curata da Mariano Navarro, Museo Patio Herreriano, Valladolid (2021); Una historia del arte reciente, Colección DKV-Museo de Arte Abstracto, Cuenca (2021); Modern Love Vol.1, Quinto Piso, Città del Messico (2017); Luminancia sobrenatural dominante, Galería El Mirador, Buenos Aires (2014); e Alga todo y espumas, CCEBA-AECID, Buenos Aires (2013).
Ha partecipato al programma JAI, Tabakalera (2022), e a residenze come Bilbao Arte (2021), Villavergerie Huesca (2020) o Mundo Dios, Mar del Plata, Argentina (2012).
Ciò che vedi lo vedi sempre per vedere qualcos’altro
Nella mia pratica lavoro con il colore e la forma, penso alla pittura come quell’immagine mentale che si costruisce a partire dal visibile, un insieme di opere, l’ambiente circostante, il pavimento, le pareti… Mi interessa l’atmosfera che un insieme di opere sprigiona, e il modo in cui agisce sulle persone e sullo spazio.
Il progetto nasce dall’interesse di conoscere dal vivo gli antichi murali di Roma perché lì trovo un punto in comune con il mio lavoro: un modo di concepire la pittura come tutto ciò che circonda lo spazio.
Processo ed esperienza
Durante questo periodo mi sono riproposta di conoscere alcuni dei punti di riferimento della pittura murale romana e i luoghi specifici in cui si trovano, per osservare la luce, la distribuzione degli spazi in cui il dipinto è installato, la composizione, l’architettura, la posizione all’interno del muro, la temperatura…
Contemplare i dipinti nello stesso luogo per il quale sono stati creati mi ha permesso di percepire i diversi usi della pittura o il modo in cui l’architettura e la pittura lavorano insieme, come, ad esempio, nei volumi scavati nel muro nei larari romani; l’arco come curva presente che unisce gli spazi; la successione e il ritmo tra le forme dei colombari, o la prominenza dei motivi su soffitti, pavimenti, corridoi, o negli spazi di transizione che condividono alcuni punti di riferimento dell’architettura antica, rinascimentale o moderna. Le sale nere monocrome o a strisce dell’antica Roma, dove la pittura e il colore nello spazio ottengono un effetto che travolge il corpo.
Ciò che vedi lo vedi sempre per vedere qualcos’altro si riferisce a queste esperienze di spazio, colore e luce.
Durante la residenza mi sono concentrata soprattutto sul disegno, in una fase iniziale del processo di lavoro in studio, legato all’origine delle forme che compaiono nei dipinti, per esplorare le varie direzioni che l’opera può prendere.
ARANGUREN
INLAND – CAMPO ADENTRO
INLAND-CAMPO ADENTRO è un progetto su un’organizzazione di produzione sociale e culturale oltre a essere un agente di collaborazione.
Mira ad affrontare vari problemi che si verificano simultaneamente —l’insostenibilità ambientale, culturale ed economica di un modello in fallimento, sia su scala globale che individuale— formulando strumenti teorici di analisi critica e applicandoli alla pratica sperimentale.
Un artefatto culturale che si avvale di tutti gli strumenti e i linguaggi di rappresentazione alla sua portata. Inland-Campo Adentro ha un’emittente radio, un’accademia, produce mostre e fabbrica formaggio. Fa anche da consulente alla Commissione dell’Unione Europea sull’uso dell’arte nelle politiche di sviluppo rurale, mentre promuove la Scuola di Pastori.
In quanto para-istituzione lavora con, contro e oltre le istituzioni esistenti, e si struttura su assi di attività —dalla formazione alla produzione e alla commercializzazione— che si alimentano a vicenda, alla ricerca di un sistema adattativo, auto sostenibile e replicabile.
Il suo valore consiste nell’estensione di un metodo. Promuove cellule di attività in località rurali concrete senza una localizzazione descritta, e contemporaneamente opera in diversi Paesi per influenzare le politiche agrarie e culturali in Europa.
Nuova Agrocittà
Nuova Agrocittà è stato un processo di nove mesi in cui ci siamo riuniti, abbiamo ascoltato e scambiato idee e pratiche con diversi gruppi di produttori agricoli, consumatori e attivisti della città di Roma. Una proposta che si basa sul rapporto campagna-città, nei diversi modi in cui si tendono ponti o si ridisegnano le linee che le separano. Questo processo si è concretizzato in un mercato svoltosi presso l’Accademia di Spagna, una mappa che cartografa tutte le fattorie agro-ecologiche e i mercati del contesto romano e un sito web www.roma.inland.org. Al mercato erano presenti diversi produttori, che hanno occupato gli stand disegnati e creati in un laboratorio aperto al pubblico con la collaborazione del collettivo di architetti Orizzontale. Nel corso della manifestazione si è dato voce a chi, in un modo o nell’altro, lotta per un’agricoltura viva lontana dai modelli di industrializzazione intensiva, difendendo un’agricoltura sociale, sostenibile e consapevole dei limiti ecologici. Una campagna che crea occupazione, produce cibi di qualità ed entra in contatto con la città tramite molteplici forme di vendita diretta. Un modo di concepire la curatela che implica il fomentare collaborazioni tra locali e la diversità di metodi che Campo Adentro intreccia, da strumenti della sociologia critica per una diagnosi comunitaria, la documentazione audiovisiva o la generazione di opera artistica sulla base di interventi su mappe, disegno e installazione e archivio.
Processo
Una mappa, stivali e biglietti dell’autobus. Lunghe passeggiate alla ricerca di greggi e fattorie. Alcune mi portano ad altre e scopro un’altra Roma con uno straordinario patrimonio agricolo. Fa buio presto, letture che ricordano il passato contadino della città, Varrone, Columella, Ovidio o i fratelli Gracco con la prima riforma agraria della storia.
Mi rendo conto che tutti questi ettari coltivati sono possibili solo se c’è un consumo che li sostiene e inizio a visitare i mercati, Campagna Amica, Farmers Market, Terra Terra, Mercato Contadino, oltre a molti mercati rionali. Anche i gruppi di consumatori (GAS) come Casetta Rossa a Garbatella e i piccoli supermercati a Km0. Emerge una mia mappa personale che li comprende tutti.
Arriva la primavera, attivisti, artisti, agitatori, tutti in lotta per un agro romano vivo. Mi interessano i movimenti di occupazione delle terre negli anni Settanta, i programmi del Comune per dare la terra ai giovani che vogliono lavorarla, i bassi affitti dei terreni ancora di proprietà del Vaticano, le normative sull’apicoltura e l’allevamento all’interno della città. Condivido tutto questo in un sito web.
E alla fine un mercato nel cortile dell’Accademia, ci sono tutti, agricoltori, pastori, consumatori, colleghi, tutti con la stessa visione, il ricongiungimento tra campagna e città, modi di produrre e consumare basati sull’inclusione, equi e sostenibili.
Esperienza
Il pomeriggio dell’11 giugno, il cielo sembrava addensarsi via via che si avvicinava l’ora di apertura dei cancelli del mercato. Nel cortile erano esposte le bancarelle che avevamo progettato e costruito qualche giorno prima. Limoni, frutta, verdura, oli e conserve dell’agro romano riempivano l’atmosfera di esultanza, ma all’improvviso tutta l’eccitazione ha cominciato a tremare, mentre i visitatori guardavano il cielo con sospetto. I primi lampi si sono trasformati in un temporale quasi tropicale, un diluvio che avrebbe potuto rovinare questa festa popolare che raccoglieva tanti mesi di lavoro. Ma niente di tutto questo, come accade nei campi quando arriva il maltempo, prima i miei meravigliosi colleghi e poi tutti gli ospiti si sono uniti in un’improvvisata e urgente catena umana che è riuscita a spostare tutte le bancarelle e il cibo che contenevano fino al chiostro, ricostruendo il piccolo mercato originariamente proposto e dove è emersa la bellezza dell’inaspettato. È tornato il coro delle donne della Cervelletta, sono tornati i produttori locali a raccontarci cosa, come e con chi svolgono il loro encomiabile lavoro; sono tornati i vini, le limonate, i formaggi e le marmellate a unirci in una notte senza luna ma con una luce di solidarietà che ha riempito tutto. Anche le lampadine non si sono spente, come non lo farà mai il ricordo di una serata irripetibile, di un anno, irripetibile. Grazie, grazie e grazie.
CARLA BOSERMAN
Carla Boserman (Barcelona, 1984) è artista, docente e ricercatrice. Sviluppa progetti in cui il disegno si lega al territorio, alla memoria e alla comunità. Disegna dal vivo e in contesto. Ha coniato il termine relatograma (letteralmente, «raccontogramma») per definire un modo concreto di fare resoconti grafici, realizzando processi di accompagnamento e ascolto grafico. Ha disegnato in contesti di sperimentazione sociale, memoria collettiva e anche in comunità pastorizie. Ha partecipato in spazi sensibili alle pratiche collaborative e di apprendimento come la Red de Arquitecturas Colectivas, MediaLab Prado, il CCCBLab, o il Museo Vostell Malpartida, tra gli altri. È stata professoressa e coordinatrice del dipartimento d’arte a BAU, Centro Universitario de Artes y Diseño di Barcellona, artista residente a La Escocesa e Hangar.org a Barcellona. La sua tesi di dottorato è una riflessione critica sulla pratica del disegno in cui si avvicina all’etnografia. Ha disegnato per il libro di Marina Monsonís La cocina situada (Gustavo Gili, 2021). Fa parte del gruppo Investigación, Arte y Universidad: Documentos para un debate della Facultad de Bellas Artes, UCM.
Cenare dentro un cavallo: «Più con il farro che con il ferro»
Il progetto parte da un interesse per ridisegnare la monumentalità dello spazio pubblico di Roma ed esplorare domande sulla territorializzazione della memoria. A partire da un avvenimento singolare (una serie di brindisi che ebbero luogo all’interno del cavallo del Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II durante la sua costruzione), si propongono una serie di incontri per ri-immaginare e stabilire legami tra diversi monumenti equestri della città e l’alimentazione come spazio di produzione di memoria sociale. L’obiettivo è generare esperienze per parlare della memoria anche a partire dallo stomaco. Un punch per pulire palati, polenta fritta e dei biscotti con l’uvetta creano un ricettario esperienziale che apre conversazioni sul Risorgimento italiano. Queste esperienze vengono raccolte in un’opera grafica sotto forma di trittico che invita a percorrere, ricordare e riparare. Il progetto include una collezione di disegni solari o antotipie1 fatti con inchiostro vegetale. Sono immagini temporali che esplorano delle estetiche della sparizione e parlano della fragilità della memoria. Disegni che presentano cavalli che sono monumenti e fanno parte del paesaggio della città, cavalli in tintura di spinaci che saltano dai loro piedistalli ed esplorano la performatività del disegno. Il progetto si completa con una serie di laboratori di disegno e stampa solare in istituzioni e spazi auto-organizzati della città in cui si esplorano immaginari più condivisi.
Processo ed esperienza
Quando sono arrivata a Roma, ho avuto la fortuna di arrivare in un luogo in cui ero attesa, in un gruppo che mi ha accolto con familiarità. Non dovevo fare altro che partecipare a tutto ciò che mi veniva offerto. Durante il primo mese mi sono impegnata per un intenso approdo al progetto: ho fatto molte passeggiate, ho disegnato, ho letto, ho visitato musei e archivi, ho preparato un punch romano per le mie colleghe e i miei colleghi, ho fatto una polenta fritta in occasione di una visita delle Donne di Spazio Donne San Basilio e ho preparato biscotti Garibaldi per gli Open Studios.
Nel frattempo, la vita a Roma e la vita di gruppo si sono intensificate. Ogni volta che ho potuto ho esercitato il mio italiano latente. Ho frequentato un gruppo di disegno nel quartiere. Ho continuato a disegnare e a ideare un’opera grafica che riflettesse le premesse del progetto, il lavoro sul campo, le ricette, i legami creati. Poi ho iniziato a conoscere la città al di là del progetto, attraverso persone, spazi, iniziative, quartieri, feste, parchi e gelaterie. Le mie college sono state fondamentali, hanno generosamente condiviso con me le loro Rome. Ho disegnato e documentato parte dell’attività culturale dell’Accademia, che mi ha permesso di ascoltare e regalare. Da qui sono nate le collaborazioni con colleghi come Juan Pedro Navarro e Pilar Serrano Betored. Con il progetto miravo a collegare memoria, disegno e territorio. Ho deciso di incorporare l’antotipia come tecnica di stampa e di creazione di immagini non permanenti. Ho iniziato a fare disegni solari, ed è così che sono nati i cavalli di spinaci. Questo mi ha costretto (nel senso migliore del termine) a lavorare molto attenta alle condizioni meteorologiche (non avrei mai immaginato che a Roma piovesse così tanto) e così ho trasformato la finestra del mio studio in una tipografia solare. Mi è piaciuto uscire da Roma di tanto in tanto, soprattutto alla ricerca del mare, dei fiumi e dei laghi. Si sono create amicizie e complicità, ci sono state molte occasioni per festeggiare. Ci sono state anche settimane intense di eventi, conferenze e duro lavoro. Ho sempre trovato asciugamani puliti sul mio letto ogni giovedì, saluti all’entrata e all’uscita dall’Accademia, progetti nella chat di gruppo e qualcuno a cui chiedere un caffè. Gli spazi che combinano vita e produzione non sono sempre facili e, senza voler romanticizzare l’esperienza (perché a volte sono stata sopraffatta da un certo senso di perdita della realtà), mi restano: l’esperienza collettiva tra persone di età e traiettorie eterogenee; l’opportunità di vivere la città e di incontrare agenti locali; e tempo a disposizione per sperimentare e comprendere la pratica artistica e di ricerca come spazio di relazione e fiducia nei processi.
1 Il termine antotipia viene dal greco anthos, fiore e tipo, stampa o segno. È una tecnica di stampa per contatto che sfrutta la fotosensibilità di alcuni fiori, vegetali o frutti.
IG @carlaboserman www.carlaboserman.net
RAQUEL BUJ
Palencia, 1979. Il suo lavoro si colloca all’intersezione tra arte e moda. Una pratica dedicata alla sperimentazione speculativa con materiali a partire dai quali disegnare capi d’abbigliamento ispirati all’idea di involucro o seconda pelle. Il suo studio costituisce un laboratorio in cui si ibridano l’artigianato tradizionale, la biofabbricazione e la produzione digitale. Uno spazio per la speculazione materiale e il design ecologico, la cui attività mette in evidenza che i materiali che ci circondano sono qualcosa di più di oggetti inerti: ciascuno di loro è pregno di una potenza vibrante che ci invita a esplorare ecologie possibili.
Concilia la pratica professionale a Buj Studio con la sua attività di docente all’Universidad Rey Juan Carlos di Madrid e lo IED (Istituto Europeo di Design). Il suo lavoro è stato riconosciuto da istituzioni di moda: Premio Samsung Ego Innovation Project 2017 MBFWM; la Biennale Iberoamericana di Design: Menzione a Ricerca e Design (2019), ed è stato esposto in centri d’arte: Casa Encendida (2020), Can U sustainable exhibition a Shanghai (2022). Spiccano le sue collezioni Wall Dress 2017, Growing Landscapes 2018, NIDOS 2021, e il Carnaval de las Especies Compañeras Matadero Madrid 2022.
Unguenti: Resti, rotture e rimedi
Unguenti è un invito a pensare alla complessità ecologica dei nostri capi d’abbigliamento a partire da una triplice proposta: una collezione di indumenti, un laboratorio materiale e una performance rituale. I suoi vestiti, più che semplici abiti sono seconde pelli, involucri sensibili che ci coprono, come un unguento intimo e curato. Grazie a essi possiamo ri-immaginare il nostro orizzonte estetico al di là del canone antropocentrico della modernità.
Il progetto si ispira ai versi classici di Ovidio Cosmesi del volto femminile, in cui l’autore compendia un ricettario antico per la cura e l’abbellimento della pelle. Gli elementi naturali che compongono questi unguenti (petali, lupini, narcisi…) servono per la sperimentazione biomateriale in un laboratorio che dà fisicità alle poesie.
Infine, una performance attiva le pelli che gli indumenti coprono e rende visibile lo spazio che Ovidio ignora: la toeletta nascosta della cura rituale. In quel luogo reso invisibile le ballerine si vestono e cambiano pelle in una danza rituale che da alcuni gesti ne richiede altri che, come gli indumenti, sono fatti di corpo e materia vibrante.
Unguenti è, in definitiva, una rilettura di Ovidio attraverso un esercizio di ricreazione materiale. Un progetto che si sofferma su ciò che si disprezza: le rotture e i resti che nascono dai processi creativi, ma che, apprezzandoli, ci insegnano la possibilità di rimediare ai mali che attanagliano un’ecologia danneggiata.
IG @buj.studio www.buj.studio/
Processo
Ho iniziato replicando gli unguenti di quattro delle ricette descritte da Ovidio, applicandoli sulla mia pelle. Non volevo creare unguenti o creme, ma creare seconde pelli, pensare all’abbigliamento in modo poetico, dalla più stretta intimità con la pelle.
Ho lavorato con gli ingredienti naturali di Ovidio per creare nuove ricette di biomateriali, seguendo una chiara premessa: non buttare via nulla nel processo. Ho inserito gli avanzi, i pezzi rotti, gli errori, i colori trovati nelle cotture, le trasformazioni, i germogli... Con tutto ciò si è costruito un nuovo poema materico di circa 150 nuove ricette di biomateriali, composte da veccia, orzo, lupini, narcisi, fiori secchi, miele, sale ammonico, resine naturali, cera d’api, mirra, incenso, ecc.
Le seconde pelli del mio progetto nascono da questa esplorazione biomateriale. Abiti che non sono capi d’abbigliamento, costruiti a partire da processi naturali mutevoli. Uno di questi è stato realizzato unendo i minuscoli avanzi di tutte le cotture, come una mappa materiale del mio soggiorno a Roma.
Esperienza
Il mio studio ha cambiato pelle giorno dopo giorno, come i miei costumi. Ricordo che c’è stato un momento, appena arrivata, in cui si è trasformato in un cinema italiano, con diversi miei compagne/i-famiglia sdraiati su dei cuscini sul pavimento. Da quel momento in poi lo studio è stato colonizzato dai materiali, non c’è mai più stato dello spazio libero.
Ho iniziato a lavorare su due tavoli sistemati in fondo, sono apparse teglie, spatole, barattoli, cucchiai, piastre di Petri, lenticchie, miele, orzo, gelatina, agar… Ben presto, le prove materiali hanno iniziato a crescere e ho posizionato sul pavimento superfici in metacrilato per nuovi versamenti. Il pavimento è diventato un grande tavolo da lavoro con piccoli spazi per potermi muovere. I secchi con le crescite di SCOBY sono stati nascosti sotto i tavoli per sicurezza. Alcuni materiali sono stati fatti asciugare all’aria su stendini e appendiabiti.
Il giorno in cui è stato girato il video, ha iniziato a diluviare senza preavviso. I campioni e i costumi realizzati con biomateriali, alcuni dei quali sensibili all’acqua, erano esposti nel giardino romantico. Io, Hugo, Alba, Abel, Juan e María abbiamo iniziato a correre disperatamente cercando di salvare il più possibile. Sono apparse altre mani, Manu e Luz sono corse ad aiutare, non ricordo chi e come. Quando ha smesso di piovere abbiamo continuato a lavorare.
Guardando le foto e il video giorni dopo, osservo le gocce di pioggia che scivolano sulle pelli, sulle strutture di rame, sui pettini, sui flaconcini... sullo sfondo della città di Roma. Ho bisogno di tempo per elaborare tutta questa bellezza. Mi sento eternamente grata.
MATÍAS CANDEIRA
Matías Candeira (Madrid, 1984) è sceneggiatore di formazione e scrittore. Autore di sei libri di narrativa: il romanzo Fiebre (Candaya, 2015) e cinque raccolte di racconti, tra le quali spiccano Antes de las jirafas (Páginas de Espuma, 2011), Ya no estaremos aquí (Salto de Página, 2017) e Moebius (Algaida, 2019), che ha ricevuto il Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián nel 2018.
Come riconoscimento al suo lavoro, ha ricevuto borse di studio di creazione da parte di diverse istituzioni nell’ambito della letteratura in castigliano: Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, Fundación Han Néfkens, Fundación BBVA e Art Omi: Writer’s Residency.
Nel 2021, è stato selezionato dall’Agencia Española de Cooperación Internacional per ‘10 de 30’ , un progetto che raccoglie gli autori sotto i quarant’anni più rilevanti del panorama nazionale.
Colui che aspetta
Colui che aspetta è un progetto narrativo che ha come scenario Roma, Milano e altre zone d’Italia nel 1971.
La storia prende a spunto un capitolo reale della vita dello scrittore Dino Buzzati, all’epoca in cui si occupava della sezione di eventi paranormali per il quotidiano Corriere della Sera. Questi testi andarono a costituire un libro di cronache non molto noto dell’autore intitolato I misteri d’Italia
Anni dopo le sue ricerche, malato di cancro, l’autore italiano riceve in sogno una visita sinistra: uno scrittore rivale cerca ripetutamente di possedere il suo corpo e la sua scrittura e lo perseguita. La malattia avanza. Buzzati è consapevole che la sua fine è vicina, e dovrà chiudere alcune faccende spirituali e personali prima di abbandonare questo mondo.
Un alter ego dello scrittore atterra in una Roma e una Milano fantasmagoriche per rientrare in contatto con gli stregoni, i guaritori e gli esorcisti che avevano destato il suo scetticismo e il suo umorismo macabro quando realizzò le sue cronache. Sarà questo il pretesto per allontanarsi il più possibile dai propri conflitti personali e lasciarsi trascinare nella parte rivelata della città, ormai trasformata in un panottico che lui attraversa in stato d’allerta, come i suoi personaggi attraversavano spazi al limite del reale.
Processo ed esperienza
Sono arrivato in Accademia a novembre per iniziare un libro su Dino Buzzati. So che potrebbe sembrare la spiegazione di chi cerca un nuovo amico nel cortile della scuola, ma in realtà volevo solo conoscerlo meglio, strappare un pezzo della sua vita e trasformarlo in un brano di narrativa degno di essere letto.
Iniziare: quel verbo che si contorce non appena ti distrai, serpeggiando si allontana da te e ti nega ogni cortesia. È tutto da fare, anche il desiderio stesso di scrivere, che ribolle in un tutt’uno con la forza magnetizzata del non-sapere-ma-del-voler-sapere; e si divincola anche, naturalmente, scalcia —moltissimo—, si ribella alla salita della montagna. Per fortuna, nei momenti più difficili, guardavo verso il giardino e sapevo di avere diverse scialuppe di salvataggio là fuori: sotto la mia finestra, qualcuno discuteva delle sue opere, una collega brindava e rideva, un corvo eruttava un po’ di luce lassù in alto, ridendo di tutti. Io lo sapevo. Se fossi sceso in cucina, qualcuno mi avrebbe offerto qualcosa da mangiare; qualcun altro avrebbe tracciato un sentiero con le chiacchiere e mi avrebbe messo sulle tracce di un libro di cui avevo bisogno affinché Buzzati smettesse di essere un’isola. Io sapevo. L’Accademia è un rifugio. Anche scrivere lo è, ed è bello quando si scopre di condividere con altri tutti i verbi della creazione. Questo rende ancora più bello il libro che verrà.
Così sono riuscito a iniziare il libro che pensavo sarebbe stato A e alla fine è stato B, o C, nelle diverse mutazioni che l’Accademia e Roma portano sulla scrivania, come un canto di pietra spezzata e di luce, e mi raccontavo, è un romanzo che avrà questa luce, anche se non so ancora come.
Ripeto, perché mi piace il modo in cui questa frase assume sfumature, stratificazioni freatiche, e si volta per ribellarsi, come il verbo stesso che si rifiuta di darmi la mano. So che potrebbe sembrare la spiegazione di chi cerca un nuovo amico nel cortile della scuola, ma io volevo solo conoscere meglio Roma, strappare un pezzo della sua vita e trasformarlo in un brano degno di essere letto. Ripeto, inizio. So che potrebbe sembrare la spiegazione di chi cerca un nuovo amico nel cortile della scuola, ma io volevo solo conoscerli meglio, strappare un pezzo delle loro chiacchiere e trasformarlo in un brano di vita degno di essere letto. Parlo ora delle mie compagne e dei miei compagni, di tutto quello che ho imparato in questi mesi, i più felici della mia vita.
JUAN ANTONIO ESPINOSA
Juan Antonio Espinosa Martín (Malaga, 1980) è architetto e ha conseguito un dottorato all’Universidad de Sevilla. Master all’Università La Sapienza di Roma (borsa di studio Beca Talentia, 2009). Ha progettato e costruito diversi edifici a uso residenziale ed è professore di Interior Design presso la Escuela de Arte de San Telmo a Malaga.
La sua tesi di dottorato è stata premiata con una menzione d’onore al IV Premio IUACC alla Migliore Tesi di Dottorato in Architettura e Scienze della Costruzione. È autore del libro Arquitectura y enfermedad en la obra de Thomas Bernhard (Editorial Universidad de Sevilla, 2017). Finalista alla XIV Biennale Spagnola di Architettura e Urbanismo (2018) e Premio FAD di Pensiero e Critica nel 2019.
Architetture egoiste
Architetture egoiste è un saggio che si addentra nella vita di sei persone che hanno mantenuto uno stretto rapporto con alcuni dei luoghi in cui hanno abitato in Italia. In una prospettiva interdisciplinare si affronta l’opera di sei autori che si sono dedicati con passione a tre attività: l’autoritratto, la letteratura e l’architettura.
Il medico svedese Axel Munthe; il mecenate svizzero Gilbert Clavel; il giornalista e scrittore Curzio Malaparte; il poeta e militare Gabriele D’Annunzio, il collezionista Mario Praz e la collezionista e performer Luisa Casati. Tutti appartengono a quella prima metà del secolo in un’Italia attraversata dalle due guerre, il fascismo, il futurismo, il surrealismo o gli anni finali del decadentismo. Con il loro arrivo gli stranieri portano in Italia il cubismo, i balletti russi, l’uso della fotografia come mezzo di comunicazione; senza dimenticare il fantasma della tubercolosi che soggiace a gran parte di questi spostamenti verso il sud.
Sei creatori la cui vita e opera risultano difficili da classificare, proprio come le case che scelsero e costruirono come luogo di rappresentazione. Che cosa avrebbero fatto o sognato questi autori nell’epoca di Twitter e Facebook? È qui che questo saggio gioca a tradursi come architetture selfies e a interrogarsi sul ruolo dell’architettura nel completamento delle immagini di questi sei personaggi, con l’intenzione di trasferire la domanda all’architettura di oggi: che cosa resta di quell’invenzione che è la casa come forma di mostrarci al mondo?
Le architetture analizzate in questo progetto fanno parte di un elenco di «case autobiografiche», sintesi di personalità eccentriche che continuano a interpellarci. Vite di collezionisti, di viaggiatori che si fermano. Universi personali tradotti in architettura e oggetti. Dimore capaci di contenere le orme del proprietario. Architetture in larga misura manieriste che nel XX secolo si pongono come la casa degli ultimi esteti.
Processo ed esperienza
La conoscenza è l’unica morale del romanzo Milan Kundera
Venezia, Gardone Riviera, Rovereto, Napoli, Capri, Positano, Firenze, Forte dei Marmi, sono alcuni dei luoghi visitati partendo da Roma. Per alcuni giorni mi assentavo dall’Accademia e inseguivo ogni traccia di quell’architettura abbozzata nella letteratura e nei testi che sottolineavo e annotavo nel mio studio. Nel mio proposito di fare un’analisi del personaggio e dell’architettura a cui era legato, è stato fondamentale leggere le opere degli autori —soprattutto quelle autobiografiche—, ma anche cercare quegli autori nel loro contesto. Mi sono recato in queste case più per i testi e le fotografie che per me stesso, e anche se ciò che si trova è spesso il contrario di ciò che ci si aspetta, si impara anche dai silenzi e dalle assenze. Dove c’erano case che volevano essere estensioni della vita del loro proprietario, prolungamenti di un io unico e irripetibile, oggi, quando le visito o mi ci avvicino, ci sono fondazioni, università, biblioteche, edifici chiusi, proprietà private. Recinzioni ed erba che crescono a loro capriccio, spazi in cui non entra quasi nessuno, stanze che hanno cambiato posto; mobili e oggetti disorientati nello spazio e nel tempo.
Un anno fa ho delineato un progetto che prevedeva l’approfondimento dell’opera di tre autori. Tuttavia, l’idea del libro che avevo in mente quando l’ho presentato all’Accademia è cambiata. Non è uguale scrivere a partire da ciò che si legge che partire dall’esperienza diretta dei luoghi. Dei tre personaggi che avevo proposto, solo uno continua a essere sufficientemente importante da essere considerato un capitolo del futuro libro; gli altri si sono diluiti nel testo, fungendo da contrappunto o da conseguenza dei modelli precedenti. Infine, ho scelto di approfondire sei personaggi praticamente coetanei che si sono incontrati, si sono emulati a vicenda e hanno utilizzato le loro case per distanziarsi e differenziarsi. Sono autori che hanno avuto il desiderio, la necessità, la visione o l’ossessione di vivere costruendo. Sono autori che riflettono un’epoca: un’Italia lacerata da due guerre, un patriottismo prescritto dal regime fascista che contamina movimenti come il futurismo, il surrealismo e gli ultimi anni del decadentismo, lo spettro della tubercolosi che aleggiava sullo sfondo di molti dei viaggi verso sud. Allo stesso tempo, l’Italia come alternativa culturale a Parigi o come rifugio mediterraneo in cui trattenersi e lasciarsi alle spalle guerre proprie e altrui che si combattevano in altre parti d’Europa.
Archivi, biblioteche, edifici e paesaggi sono stati attraversati con lo sguardo di un architetto che comprende che la letteratura è una forma di conoscenza per la nostra disciplina e che in questa attrazione per l’eccentrico si trova il desiderio di imparare dalle richieste di quell’utente che non si conforma alla norma o all’ordinario.
MARCELO EXPÓSITO
Puertollano, 1966. La sua opera è stata oggetto di mostre personali e retrospettive recenti in luoghi come La Virreina Centre de la Imatge a Barcellona; il Festival Internazionale di cinema FICUNAM 11, il Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) e il Centro Cultural de España di Città del Messico; il Parco Arte Vivente (PAV) a Torino. Ha esposto in mostre collettive come l’Aperto ’93 della Biennale di Venezia, la 3ª Biennale d’Arte Contemporanea di Berlino, la 6ª Biennale di Taipei, la Biennale Europea Manifesta 8 a Murcia, la Bienalsur di Buenos Aires e la 16ª Biennale di Cuenca (Ecuador), collaborando così con curatori/trici come Cuauhtémoc Medina, Ute Meta Bauer, Valentín Roma, Ferrán Barenblit o Marco Scotini.
Ha recitato con il gruppo teatrale argentino La Columna Durruti al Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) di Cadice, al Festival de Otoño di Madrid, al Santiago a Mil di Santiago del Cile e al Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA).
La sua opera fa parte di collezioni come quella del MACBA di Barcellona, il Museo Reina Sofía di Madrid, Artium di Vitoria o il MUAC. Tra le sue pubblicazioni si citano Walter Benjamin, productivista (Consonni, 2013), Conversación con Manuel Borja-Villel (Ediciones Turpial, 2015) e Discursos plebeyos (Icaria Editorial, 2019).
Ha partecipato per tre decenni ai movimenti sociali per la radicalizzazione democratica e ha ricoperto il ruolo di segretario del Congresso e di deputato alle Cortes Generales spagnole (2016-2019).
Commenti sulla violenza illustrata
In dialogo con autori italiani come Nanni Balestrini o Luigi Nono, il mio progetto in Italia verte sulla naturalizzazione attuale delle violenze fasciste e l’altro risvolto, la difficoltà di farci carico delle insurrezioni italiane ed europee del 1960-1970. Nasce da una conversazione intrattenuta quindici anni fa con Balestrini, che mi propose di aiutarlo ad attualizzare il suo romanzo sperimentale La violenza illustrata (1976) nel fermento delle nuove violenze sistemiche scatenatesi a partire dal 2001. In tal senso, la mia intenzione è stata propriamente quella di «illustrare» l’attuale crisi globale del neoliberalismo e le nuove emergenze politiche che vi si oppongono, incarnate nei movimenti femministi, antirazzisti o per la giustizia climatica. Il progetto comprende diverse opere interconnesse. Un libro-disco intitolato L’appeso, pubblicato in vinile dal marchio catalano G33G per il quale mi sono potuto avvalere della collaborazione di Franco Bifo Berardi e Marco Scotini, tra gli altri. Anche una serie di polittici, assemblaggi di diversi procedimenti di sperimentazione scritto-visiva; nonché un primo prototipo di «erbario diagrammatico» ispirato a Rosa Luxemburg, mostrato nella mia mostra del Parco Arte Vivente (PAV) di Torino tra il marzo e il maggio del 2023.
Processo ed esperienza
Influenzato negli anni della mia formazione dalle critiche sessantottine di Daniel Buren allo studio d’artista come istituzione della modernità, il mio rapporto con gli spazi di lavoro mi ha sempre evitato di assumerli come luoghi dati e naturalizzati. Per la mia permanenza alla RAER ho trasformato il modello classico dello studio accademico in Italia con la funzionalità di un laboratorio sperimentale da cui articolare dialoghi e collaborazioni pratiche con persone residenti in Accademia (il compositore Hugo Gómez-Chao o la politologa Ana Mina) e altre esterne (il filosofo Franco «Bifo» Berardi, il curatore Marco Scotini, il musicista Chinowski Garachana o attivisti di organizzazioni e movimenti sociali di Roma).
L’ipotesi secondo la quale la residenza nella RAER mi avrebbe permesso di avere un punto di vista privilegiato da cui osservare l’Italia come un laboratorio europeo per l’attualizzazione delle violenze fasciste e della difficoltà di riattivare le insurrezioni degli anni ‘60-’70 non ha fatto che rafforzarsi durante il mio soggiorno: mentre scrivo, le intollerabili minacce ai diritti delle persone migranti o LGTBIQ coincidono con gli spaventosi incendi che devastano la Sicilia e l’Europa meridionale. Donatella di Cesare (Se Auschwitz è nulla, 2012) ha suggerito che i negazionismi attuali (dell’emergenza climatica, della violenza machista o del colonialismo) condividono una matrice con il negazionismo storico dell’olocausto nazifascista. Insieme, costituiscono il terreno di coltura che giustifica il nuovo esercizio della necropolitica come politica statale su larga scala.
La RAER, istituzione fondata 150 anni fa dalla Prima Repubblica, affonda le sue radici nel prototipo statale dei Re Cattolici, fu scossa dal secondo tentativo repubblicano degli anni ‘30 ed è mutata durante i quattro decenni di restaurazione monarchica parlamentare, portando al ruolo che la Spagna svolge oggi all’interno di un’Europa che si dibatte tra il rilancio dell’atlantismo e la partecipazione alla costruzione geopolitica di un multipolarismo globale. Inavvertitamente, la RAER diventa oggi un eccezionale modello in scala che condensa tutte queste tensioni. Contro il senso comune secondo il quale un’istituzione artistico-accademica come la RAER possa svolgere funzioni di diplomazia softpower, complementari all’hardpower guerrafondaio, si può proporre la seguente alternativa: che l’Accademia continui a trasformarsi sempre di più in un’istituzione sperimentale che promuova le pratiche artistiche e di ricerca come esperienze di radicalizzazione democratica, modelli per uscire dalla crisi sistemica ricostruendo le forme democratiche dello stare insieme.
FUENTESAL ARENILLAS
Fuentesal Arenillas (1986 e 1989) esplorano il rapporto e gli stati come punto di partenza, il lavoro a partire dalla figura doppia, il divenire della propria prassi o la pratica della scultura dietro il gioco che fa scaturire o dal quale proviene. Le loro costruzioni oggettuali si installano in altri circuiti di produzione materiale e cultural-popolare.
Tra le ultime mostre personali si sottolineano La danza mudanza curata da Bea Espejo nel Centro Andaluz de Arte Contemporáneo CAAC, Cubierta Brillante/Margen Delgado curata da Juan Canela nella III Edición programa Primera Fase o Casapuerta, accompagnata da Anfitriones, testo di Selina Blasco a Luis Adelantado.
Hanno ricevuto diversi premi, borse di studio e residenze come Generaciones 2023 La Casa Encendida, Residencia artística Fundación María José Jove, VI Premios Cervezas Alhambra, XXV Edición creación artística VEGAP, Ayudas a la producción de Matadero Crea, tra gli altri.
Recentemente hanno esposto in mostre collettive in Lo que pesa una cabeza TEA, Tenerife, Una historia reciente II Fundación Juan March Palma, La vista y el tacto (ca.1929-30), Centro Federico García Lorca (Granada), Dialectos, Museo CA2M (Madrid), Escultura expandida, CAAC (Sevilla) o Turno de Réplica, Museo Patio Herreriano (Valladolid).
Bocca viva orecchio attento
Bocca viva orecchio attento verte su una farsa da cui abbiamo lavorato nel linguaggio della scultura dietro al «giocare con le mani», come figure corporee dotate di movimento. Vengono legate la picaresca popolare, lo spirito burlone d’annata, l’idiosincrasia gaditana e la Commedia dell’Arte italiana che caratterizza il teatro di oggetti. Ne seguiamo il carattere itinerante non sempre volontario, iniziato durante la Controriforma e le sue chiavi essenziali che si possono riconoscere nel teatro indipendente, il cinema burlesco o, come modello didattico, nell’ideologia di un teatro completo basato sull’atto e sul collettivo. Recuperatori del potere del gesto e dell’improvvisazione, lavorando con materiali e oggetti dotati di movimento che non si considerano patrimonio ma mezzi utili pensati per raccontare.
Nella nostra pratica in laboratorio abbiamo messo in relazione gesti e materia. Montando le opere nello spazio conettiamo idee e percezioni, abbracciando un’ambiguità materiale che non rinuncia alla letterarietà di certe strutture che, come il telaio, fanno appello tanto al mestiere quanto alla natura delle cose che hanno bisogno di essere sorrette e che, di conseguenza, si muovono. Darci al gioco è un modo di fare quotidiano, sia nella vita-laboratorio che nello spazio espositivo. Lo strumento è ciò che tramuta il materiale e le infinite combinazioni ciò che fa sì che l’opera sia in costante cambiamento. Far scorrere, piegare, tagliare, perforare o arrotolare sono i movimenti che fanno in modo che immaginazione ed esperienza confluiscano.
Processo ed esperienza
La forma che prende il collettivo
Sono ancora nello stesso posto come in un sogno, ma con più persone; questa è una delle frasi all’interno di un ampio catalogo di conversazioni. Note nell’aria che, con il passare del tempo, ci hanno orientato per continuare a lavorare a Roma, guidati da uno spirito ludico e onirico in linea con i nostri interessi, ricerche e derive. In Accademia abbiamo trovato una convivenza magica, unita ai diversi modi di fare, condividendoli ed estendendo il collettivo dal salotto alla cucina. Lo sviluppo, il formato e il progetto si fondono con l’attrazione per gli affetti, i tempi e i loro spazi.
Il giardino come prolungamento dello studio. Uno degli spazi essenziali per noi, dove abbiamo potuto costruire, raccogliere ed essiccare diversi pezzi. Abbiamo sperimentato la crescita di tulipani e girasoli. Hanno cambiato posizione fino ad adattarsi, attratti dal sole del mattino, coperti da un velo di fiori di magnolia e palme da dattero nel pomeriggio. Pensiamo ai due cipressi che sono stati la nostra porta, perché da lì la natura diventa latente in un altro modo, più selvaggia, con un silenzio maggiore, aumentando la nitidezza delle conversazioni. Gli uccelli volano più bassi, la temperatura cala e i corvi sono più grandi. In fondo, sulla sinistra, raggiungiamo il Magazzino, il nostro laboratorio di forme.
Un linguaggio che si monta e si smonta; qui si costruisce per fraseggio, passando da una cosa all’altra e generando movimento intorno a ciò che si dice. C’è sempre un’alterazione, qualcosa che accade e si perde nel momento. Come quando piove e la bioplastica si decompone. Il tempo in Accademia è sospeso, c’è solo un’ora con un suono che spezza, le dodici! Da una parte le mani e dall’altra la voce. Mani che accarezzano, mani che filtrano, mani che ricordano e copiano quelle della tua famiglia. Voci che parlano e nascondono, che disegnano lettere sulla schiena, che creano sigilli, che fanno passeggiate a quattro voci e si incontrano. Luoghi elastici come la portineria, dove si lascia la porta aperta per invitare le persone a entrare alla ricerca di forme accompagnate dal suono di un compositore che piega la materia e dove le azioni fanno intrecciare le mani per scoprire.
La forma che il collettivo assume e le tecniche con cui generiamo certe rappresentazioni definiscono un immaginario condiviso, l’interesse per quella forma di rifugio, da cui farsi sentire in una realtà che ha innalzato cenacoli per il pensiero consolidato e riservato, periferie per i non integrati, come quella di Maria Signorelli in un garage di via Corsini a Roma o la compagnia di La Tía Norica nei mentideros di Cadice.
HUGO GÓMEZ-CHAO
Hugo Gómez-Chao (A Coruña, 1995) ha studiato composizione con David del Puerto, nonché con Beat Furrer presso la Kunstuniversität di Graz e Ramón Lazkano.
Parallelamente alla formazione accademica ha seguito lezioni di compositori del calibro di Toshio Hosokawa, Alberto Posadas, Clemens Gadenstätter o Pierluigi Billone. È stato compositore residente di Juventudes Musicales de España, borsista delle Borse di studio di Perfeccionamiento Artístico de la Diputación de A Coruña e artista residente presso le Residencias REGA de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela.
Ha ricevuto incarichi e realizzato opere con il sostegno di enti tipo Fundación AEOS, Fundación SGAE, Orquesta Sinfónica de Galicia, Juventudes Musicales de España, IMPULS Festival, Accademia Filarmonica Romana e Festival de Arte Sacro de Madrid, tra gli altri.
La sua musica è stata interpretata da prestigiosi ensemble come Arditti Quartet, Orquesta Sinfónica de Galicia, Ensemble Modern Academy, MDI Ensemeble e Vertixe Sonora Ensemble, tra gli altri.
È stato insignito di premi come il Primer Premio de Jóvenes Compositores della Fundación SGAE-CNDM «Xabier Montsalvatge», o la Menzione d’Onore del Colegio de España a Parigi.
Dall’anno 2018 è direttore artistico del Festival RESIS di Musica Contemporanea di A Coruña.
Libro delle immagini (2022-23)
Un qualcosa di seta si unisce alla notte. Un corpo si china sull’altro nell’acqua. Una mano e una mano d’ombra inaugurano uno spazio che esiste soltanto nel desiderio. Da un qualche luogo emerge un ricordo minimo e molto lontano. Tutto è pregno di senso. E su quella lentezza, emerge una voce.
A partire dai frammenti delle Metamorfosi di Ovidio, una soprano e sei strumenti si trasformano in corpi che spariscono, figure in continua fuga, ombra che abbraccia altra ombra. Cinque scene in cui la voce incontra uno specchio in cui riconoscersi, uno spazio in cui poter risuonare.
Libro delle immagini è concepita come un ciclo in cui ogni movimento rappresenta lo stesso momento contemplato da diversi punti di vista. Narciso che si china sulle acque per toccare la propria mano; la fiamma crescente dello sguardo che lo fa bruciare; il corpo che raggiunge il suo desiderio e si ferisce a morte.
Voglio che la assenza possa esistere solo nell’orecchio. Voglio che quella voce sia il suono della carne.
Processso ed esperienza
Il mio progetto si è incentrato sulla composizione di un’opera, Libro delle immagini, basata su testi tratti dalle Metamorfosi di Ovidio, per sei musicisti e soprano. Si tratta di un’opera divisa in tre parti, ognuna delle quali lavora con diverse concezioni della voce, dei suoi modi di risuonare, di integrarsi con gli strumenti, di ricreare spazi acustici diversi. Attraverso vari processi di filtri (armonici, ritmici) il suono è inteso come una grande trasformazione al rallentatore, in cui la voce umana e il suono degli strumenti si distorcono, si scuriscono, brillano più intensamente, si condensano o svaniscono. Il testo di Ovidio è preso non solo come materiale testuale che la voce recita, ma come metafora su cui lavorare: Narciso che si china sulle acque si riconosce, si interroga, si seduce, diventa qualcosa di più o di meno di se stesso e, infine, muore. Mi interessa prendere concetti che partano da queste immagini per elaborare metodi di lavoro; riprodurli e svilupparli musicalmente, quasi come se la composizione nascesse direttamente dall’immagine, con un unico impulso, come se il suono annunciasse, dal suo inizio fino all’ultimo istante della sua risonanza, la propria morte.
Quest’opera è stata presentata in un concerto alla Real Academia de España en Roma nel maggio 2023 con il gruppo galiziano Arxis Ensemble, con la collaborazione del soprano Adriana Aranda, ed è il punto di partenza di un lavoro più ampio che sarà eseguito dall’Orquesta Nacional de España in un concerto tributo al 150° anniversario dell’Accademia nel 2024.
Naturalmente l’intero processo di composizione non può essere ridotto al tempo in cui si è soli alla scrivania. E nemmeno al tempo trascorso a Roma. La collaborazione con i colleghi Raquel Buj, Mabi Revuelta e Marcelo Expósito ai loro progetti è stata intensa quanto il lavoro alla partitura: ho sentito la stessa connessione con i loro progetti e con il mio, li ho visti crescere allo stesso modo. La città, i miei compagni, le mille chiacchiere sull’arte, la filosofia, la politica, la vita quotidiana, le passeggiate, tutto questo ha contribuito a dare forma all’opera. Quell’esperienza così intensa, quella vita lenta e pregna che abbiamo vissuto per otto mesi tra il Tempietto, il Giardino Romantico e sulle torri è stata, è e sarà una delle esperienze più concentrate che ho provato come artista e più belle che ho vissuto.
DAVID HERNÁNDEZ FALAGÁN
David H. Falagán (Salamanca, 1977) è architetto e dottore in Teoria e Storia dell’Architettura. È professore del Dipartimento di Teoria e Storia dell’Architettura dell’Universitat Politècnica de Catalunya. Gli ambiti di ricerca più frequentati nei suoi scritti sono l’edilizia abitativa, la ristrutturazione architettonica e le metodologie critiche del design.
David è autore dei libri Construcción social de la vivienda (Ed. Funcoal, 2011); Herramientas para habitar el presente. La vivienda del siglo XXI (Universitat Politècnica de Catalunya, 2011); Innovación en Vivienda Asequible. Barcelona 2015-2018 (Ajuntament de Barcelona, 2019); Innovación tecnológica en la arquitectura de Tous y Fargas (Editorial CSIC, 2020); e La revolució de l’habitatge a les perifèries obreres i populars. Nou Barris 1939-1980 (MUHBA, 2021). Ha tradotto e curato il volume Cedric Price: una arquitectura de la aproximación (Puente Editores, 2022). È stato insignito in tre occasioni del Premio AJAC a giovani architetti. È stato premiato alla Biennale Iberoamericana di Architettura e Urbanistica e alla Biennale Spagnola di Architettura e Urbanistica, ed è stato selezionato ai Premi FAD di Pensiero e Critica.
Dal 2022 David è coordinatore della Cátedra Barcelona de Estudios de Vivienda.
Pigneto. Abitare la periferia romana. Da sobborgo a quartiere
Si tratta di una ricerca sui processi di trasformazione urbana della periferia romana durante la seconda metà del XX secolo. Utilizzando il quartiere del Pigneto come caso di studio, si propone un’analisi della biografia residenziale del luogo e dei suoi abitanti.
La ricerca interpreta la città come un luogo di incontro di trasformazioni architettoniche di natura molto diversa: quartieri di costruzione informale, insediamenti di edilizia popolare, zone residenziali. Un arcipelago di interventi disarticolati che danno origine alla città esistente. Si osserva il modo in cui le trasformazioni recenti non abbiano alterato in modo significativo la morfologia ereditata dal territorio, ma come effettivamente emergano tratti differenziali relativi alle attività economiche e al tessuto sociale del quartiere.
Il progetto mira a dare voce e registrare in modo documentale le testimonianze di chi ha abitato ed è stato protagonista della trasformazione del luogo, per comprendere la formazione delle reti sociali e la connessione con il resto della società, nonché valutare il rischio di gentrificazione a cui si espone il quartiere. Si intende scoprire il modo in cui il quartiere proletario dell’Accattone di Pier Paolo Pasolini si sia trasformato in uno spazio alternativo e bohémien.
Processo ed esperienza
Il progetto è stato realizzato in due fasi di lavoro consecutive. Nella prima fase è stato svolto un lavoro sul campo nell’area urbana del Pigneto, consistente nell’osservazione e nella registrazione grafica e audiovisiva dei fattori morfologici e urbanistici caratteristici del quartiere. Questa fase è stata completata da un’esaustiva rassegna bibliografica dello stato della questione in relazione agli studi urbanistici esistenti sull’area e dalla consultazione della documentazione storica depositata presso gli archivi pubblici del quartiere. Il risultato di questa prima fase è stata la costruzione di una cartografia di analisi con valore infografico per l’identificazione dei momenti, degli spazi e degli agenti coinvolti nei diversi episodi di trasformazione del quartiere.
La seconda fase ha riguardato la produzione, le riprese e il montaggio di un cortometraggio documentario che include interviste a figure chiave e risorse audiovisive descrittive sulla storia e la trasformazione del quartiere. Sia il processo di produzione che quello di ripresa sono stati realizzati con la complicità e la collaborazione di persone e istituzioni del quartiere che hanno facilitato la pianificazione e la disponibilità delle location. Il documento che ne è scaturito raccoglie le testimonianze di chi conosce il quartiere e mostra le preoccupazioni attuali dei suoi abitanti, motivate dai processi di gentrificazione in corso.
La realizzazione di questo progetto presso la Academia de España en Roma è stata un’esperienza estremamente gratificante per l’opportunità di vivere la realtà romana da uno spazio critico e creativo particolarmente singolare. La combinazione del lavoro sul campo al Pigneto e del lavoro di mappatura critica in uno spazio aperto dell’Accademia ha permesso la crescita condivisa della conoscenza del luogo e il dialogo costante tra osservazione immersiva e analisi oggettiva. L’atmosfera creativa e il tempo per la riflessione e il lavoro facilitati dalla borsa di studio hanno contribuito alla comunicazione dei risultati della ricerca in un formato audiovisivo accessibile a diversi pubblici locali e globali.
La collaborazione con enti e persone del quartiere entusiaste del progetto è stata essenziale per ottenere una visione dell’area che mette le persone e le questioni sociali al centro dell’osservazione architettonica e urbana. Allo stesso modo, il dialogo critico con colleghi di diverse discipline nel contesto dell’Accademia ha arricchito il carattere delle osservazioni e il formato plastico della produzione audiovisiva risultante.
ABEL JARAMILLO
Abel Jaramillo (Medina de las Torres, Badajoz, 1993) è laureato in Belle Arti presso la UCLM e ha un Master in Arte Contemporanea, Tecnologica e Performativa alla UPV/EHU. Sviluppa il suo lavoro attorno a questioni legate alle crepe e ai margini della storia, la costruzione di racconti, le tensioni politiche che si proiettano sul quotidiano e l’utilizzo di narrative in diversi formati. La sua pratica si incentra sulle frizioni e i dissensi che si producono quando si mettono in dialogo eventi e immagini che rivelano relazioni storiche, conflitti presenti e speculazioni future. Indaga la costruzione della storia dal basso, la produzione di discorsi o il rapporto tra racconti, territori, margini e periferie.
Ha esposto il suo lavoro in mostre personali presso la Galería Estrany de la Mota, Barcellona (2018), Hypercorps, Bruselas (2018), Galería Fran Reus, Palma (2019, 2022), Centro Federico García Lorca, Granada (2020) o Sala Europa, Badajoz (2022). In mostre collettive, ha partecipato a esposizioni presso La Casa Encendida, Madrid (2022), CentroCentro, Madrid (2016), La Térmica, Málaga (2020), Fabra i Coats, Barcelona (2019), Can Felipa, Barcelona (2019), La Capella, Barcelona (2018) o Galería Francesco Pantaleone, Palermo (2018), tra gli altri. Ha svolto residenze in diversi centri come Las Cigarreras, Alicante (2023), Hangar, Lisboa (2018), Ruber Contemporanea, Palermo (2018) o Fundación BilbaoArte, Bilbao (2016) e ha ottenuto premi e borse di studio come Generación 2022 di La Casa Encendida o Ayudas Injuve (2017 e 2020), tra gli altri.
I fuochi (Tre scene)
I fuochi è un film modulare che si articola a partire da diversi elementi che si trovano dentro e fuori dallo schermo. Tramite diverse scene che attraversano il video, la scultura, il testo e il disegno, si espone un racconto sul montaggio e sulla costruzione di storie attraverso il fuoco.
Una lettera dalla periferia di Parigi che parla della paura di un incendio, una pulsione per immagazzinare film, un dialogo tra due città, un’immagine che nasce per caso, una sommossa nel carcere di Badajoz, una serie di incendi negli studi cinematografici di Roma, sorvegliare il sorvegliante e ballare sul terrazzo. Una ricerca per trovare la forma. La forma che ha la paura del fuoco, la paura e il fuoco.
La forma delle notti insonni. Ciò che potrebbero essere uno, nessuno e quindicimila film. Uno sguardo circolare: guardare tutti i fuochi da tutti i punti di vista. Uno sguardo nella finzione: guardare lo stesso fuoco e pensare che sia sempre un fuoco diverso. Guardare le forme che restano e le immagini che mancano.
Processo ed esperienza
Non ho mai saputo come inserire quella lettera in un film. Qualcuno ha sentito dalla sua voce che ciò che teme di più è il fuoco. Qualcun altro lo aveva scritto in una lettera che aveva firmato con le iniziali per non dare il suo nome. Narrava con paura la paura di un’altra persona che non riusciva a dormire perché pensava al fuoco. Mi mancavano le immagini per raccontare questa storia e ho iniziato a lavorare su una lunga sequenza in nero, come all’inizio di Sans Soleil. Lunghi disegni a inchiostro nero su acetato, uniti con del nastro adesivo. Ne sono emerse forme che assomigliavano a oggetti forgiati e tracce di nastro adesivo come immagini accidentali.
Mi mancavano anche le immagini dell’incendio della prigione di Badajoz. Ho iniziato a generare quelle immagini con processi digitali. Ho disegnato i resti, le forme che il software suggeriva e le ho incise sul legno con un pirografo, come quelle ventiquattro tonnellate che hanno fatto bruciare la prigione. Quelle forme sono diventate ferro, le immagini che mancavano sono poi diventate le forme che restano.
Avevo ancora una sceneggiatura da finire e un film da realizzare. Abbiamo girato alcune sequenze con Itziar in cui lei leggeva e dialogava con una voce fuori campo. Frammenti che rimandavano a dialoghi, lettere e testi: come Pilar Aragón in La Pirenaica, come Marguerite Duras in Il dialogo di Roma, come Sara Gómez che rispondeva a Duras. L’abbiamo registrato una sera nel mio studio, credo fosse aprile.
Roma che brucia su un set, un incendio al centro della fiction. Dalle immagini e dal materiale sugli incendi di Cinecittà, ho deciso di mantenere anche le forme. Le forme che rimanevano fuori dall’evento. Ho pensato ai personaggi che si ripetevano in tutto il materiale, a quelli che guardano e parlano con il fuoco, allo studio cinque, a Fellini e ai video d’archivio dei pompieri che eseguivano esercizi e protocolli come coreografie. Anche queste sono le forme che rimangono. Le forme del corpo e la macchina da presa, come dice Orson Wells di Fellini in La Ricotta: «Egli danza, egli danza».
Ho lavorato con Alex su queste forme del corpo. Per mettere in scena quei movimenti in dialogo con l’acetato che si avvicina alla fucina, con il ferro che rappresenta l’immagine e sul legno con le scritte bruciate. Siamo poi saliti in terrazza, all’imbrunire, per ballare un protocollo di fuoco con la città sullo sfondo. Alex dice: «Forse non abbiamo ancora detto tutto». Poi sentiamo la voce di Agustín che dice: «Eppure tutto quello che abbiamo detto è tutto quello che è successo, quello che sta succedendo. Tutti i tempi, tutti i personaggi, tutti i fuochi contemporaneamente. Ciò che appare qui, davanti a noi».
IG @abeljaramill0 www.abeljaramillo.es
ANA MINA
Ana Mina (Madrid, 1977), laurea in Scienze Politiche e master in Studi di Genere, si colloca tra l’attivismo e la ricerca, producendo e rintracciando pratiche collaborative nel campo dell’autorganizzazione sociale, nonché nel campo degli archivi critici come rapporto vivo con il presente. Da un’epistemologia femminista prospetta un modo di conoscere che non scinde teoria e pratica, ma costruisce altre modalità di relazione con il potere e la conoscenza, nuovi sguardi, linguaggi e soggettività che, a partire da problemi comuni, resistano alle crisi del presente.
Negli ultimi anni e a partire da un lavoro d’archivio precedente (hacerlaboratorio.net), ha approfondito le domande che ruotano attorno alla produzione di archivi autonomi, la sua gestione, cura e attivazione. Questa è la base su cui poggia la proposta che porta a Roma, in una ricerca di incrocio di linguaggi artistici e politici che diano spazio all’immaginazione e affrontino le sfide contemporanee di precarizzazione della vita ed espansione delle logiche di guerra.
Archivi del presente
La produzione di un archivio del presente è una scommessa per assemblare tecniche e dispositivi di registrazione critica di discorsi e pratiche di produzione e riproduzione contemporanea di realtà sulla soglia spazio-temporale della post-pandemia, indagando al di sotto delle superfici di enunciazione egemoniche.
Produrre archivio presente presuppone inoltre un’attenzione ai formati e alle tecniche che veicolano incontro, collaborazione e disseminazione. Questa proposta s’incentra sulla produzione grafica con tecnica risografica e la produzione di opere di archivio sonoro. Formati sperimentali che non si circoscrivono a un oggetto da segnalare o catalogare, ma a un processo che ci permetta di creare e, soprattutto, sostenere legami, produzioni e saperi collettivi, riflessioni incrociate e ibride. Dispositivi che siano macchine di pensiero-azione, di cura e immaginazione.
Forse l’archivio oggi è una pratica di creazione artistica, volta a tenere aperta la possibilità di abitare il mondo.
A Roma, questo progetto si è intrecciato ed è cresciuto a partire del lavoro congiunto con diverse realtà auto organizzate della città, in particolar modo la Microstamperia Quarticciolo e il Comitato Pratone di Torre Spaccata, ma anche una miriade di piccole collaborazioni e incroci con altrettante realtà, spazi e persone, che hanno reso possibile questo processo.
Processo ed esperienza
Pur avendo alcuni riferimenti precedenti, mi sono proposta di incentrare la ricerca su quelle pratiche di cui potevo in qualche modo far parte e che potevo indagare in modo pratico e relazionale, coerente con la mia pratica vitale, politica e di ricerca, e anche sulla base delle domande che mi sono posta negli anni sulla pratica archivistica, soprattutto sulla sua dimensione relazionale, come strumento attuale, e sulla sua funzione nella costruzione di identità e pratiche che determinano la forma di composizione sociale di un territorio.
Fare archivio come pratica concreta di produzione e immaginazione, che si concentra sull’uso e sull’attivazione. E quindi rendere possibile l’apertura ad altre epistemologie, ad altre logiche, rendendo gli archivi spazi di riflessione-azione. Produrre memoria a partire dalle pratiche collettive stesse, e farlo attraverso mezzi personali.
La proposta iniziale si basava sulle mutazioni del presente, un tempo segnato da una crisi multidimensionale che va pensata e ricostruita. I movimenti che popolano la città sono un modo per leggere questa emergenza. Durante la mia permanenza a Roma ho dedicato molto tempo a intrecciarmi con una piccola parte di questa realtà sociale della città di Roma.
Da segnalare i numerosi centri sociali diffusi sul territorio romano, il movimento femminista, la rete dei centri antiviolenza e alcune iniziative di difesa del territorio che incrociano la resistenza ai processi di speculazione immobiliare con la difesa del territorio e della sua biodiversità e convivenza multispecie.
Roma, in tutta la sua complessità, sovrappone problemi di natura sociale, economica e ambientale, ed è soprattutto nella zona est della città che ho tracciato la mia vita e il mio progetto e dove si trova l’iniziativa fondamentale di cui ho fatto parte in questi mesi: la Microstamperia Quarticciolo, un collettivo che nasce nel gennaio 2023 con l’intenzione di aprire una tipografia risografica nel quartiere Quarticciolo e che va oltre questo soggiorno, poiché nasce con una vocazione di permanenza.
L’interesse per l’esplorazione della stampa risografica nasce dallo scambio con altre iniziative con cui ho collaborato nell’ambito di questo progetto (il Centro di Documentazione del Ex Opp di Trieste, la Libreria Suburbia e la Casa Azul di Malaga). D’altra parte, lavorando con le registrazioni audio ho esplorato in modo sperimentale l’idea di catturare momenti e con essi atmosfere, conoscenze e sensibilità che altri formati non consentono.
Infine, ma non meno importante, le collaborazioni nate all’interno dell’Accademia stessa: incroci, contaminazioni, apprendimento e cura della comunità dei borsisti.
MANU MUNIATEGIANDIKOETXEA
Manu Muniategiandikoetxea (Bergara, 1966) è laureato in Belle Arti presso la Universidad del País Vasco nelle specialità di Pittura e Scultura. Mostre: Ni ez nain hemengoa, Sala Rekalde de Bilbao (2004), Baga biga higa, Centro de Arte Caja de Burgos, CAB (2007), Behar Gori Primavera Azul, Koldo Mitxelena Kulturunea de San Sebastián (2008), Night Flight, La Conservera de Murcia (2010) o Interpretaciones 7, Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza, Navarra (2014).
Mostre collettive: Pintura Mutante, Museo de Arte Contemporáneo MARCO, Vigo (2006), Planes futuros, Baluarte, Pamplona (2007) o Zeru Bat, Hamaika bide. Prácticas artísticas en el País Vasco entre 1977 y 2002 (Artium, Vitoria, 2020). Última exposición individual: Eraztunak, anillos, alla galleria Espacio Mínimo, Madrid (2022).
Gigantomachie
Mi propongo di lavorare su motivi figurativi relativi a conflitti sociali e bellici. Avvicinarmi alla figurazione anatomica sulla base degli insiemi compositivi dei fregi o degli insiemi scultorei della scultura classica romana e derivarla verso un’astrazione strutturale di sintesi geometrica.
Circostanze
Da un lato, nello studio 27 c’è un grande mobile che appartiene allo spazio. Una piattaforma viene utilizzata per sporgersi dalle alte finestre e contemplare la meravigliosa vista di Roma. Questa piattaforma non può essere né rimossa né portata fuori dallo spazio. D’altra parte, ho bisogno di una grande parete su cui lavorare e, se possibile, sfruttare la meravigliosa luce che entra dalle enormi finestre. Queste circostanze hanno portato alla costruzione di una lastra di legno di 3 × 4 metri. Ho appoggiato questa parete di legno sulla piattaforma-balcone dello studio e ha formato un oggetto collage, composto dai due elementi, la lastra di legno e la piattaforma che funge da contrappeso. La costruzione trasforma la piattaforma in un tavolo da lavoro da un lato e il foglio di legno dall’altro in una parete di lavoro. Questa costruzione è dotata di ruote e il suo movimento modula e distribuisce lo spazio in diverse aree di utilizzo.
Costruzioni in movimento
Si tratta di una raccolta di video che mostra l’azione di spostamento della costruzione del collage nello studio 27. Il rapporto con gli artisti dell’Accademia e soprattutto con Ana Laura Aláez e Abel Jaramillo ha reso possibile che questo lavoro prendesse la forma di un’opera video.
Trame
Le trame che ho realizzato sono fogli di legno e metallo perforati al laser. Formalizzazioni dei disegni geometrici basati sui pavimenti tassellati di Ostia Antica. Ho lavorato con le figure geometriche che formano questi pavimenti con i quali creo dei pattern. Uso queste lastre come modello per realizzare dipinti o come elemento a sé stante.
Processo
Il processo è l’insieme delle fasi di un fenomeno. Gigantomachia è il titolo del progetto presentato all’Academia de España en Roma. È questa l’idea guida che mi spinge a iniziare a lavorare in una direzione mirata.
La ricerca, la raccolta di materiale per il progetto proposto, avviene di solito nella prima fase del lavoro, l’avvio. Ma l’idea si evolve anche in altre direzioni, influenzata da condizioni esterne che sono importanti quanto il progetto stesso. Lo Studio 27 dell’Accademia, ad esempio, è stata una delle circostanze principali. Essere circondati da un gruppo di artisti e ricercatori è un’altra circostanza che ha cambiato il processo e in definitiva il lavoro. Ma anche l’Accademia stessa e Roma sono state decisive.
Esperienza
Riunire per otto mesi ventitré artisti e ricercatori di diverse discipline è di per sé una circostanza molto favorevole all’interazione tra creativi. Questa relazione crea un terreno fertile di idee e procedure che porta a modifiche nei progetti e dà origine a collaborazioni e processi creativi modificati dalle circostanze.
La permanenza all’Academia de España en Roma è stata un’occasione per sperimentare e lavorare in aree o luoghi di lavoro che erano latenti nel mio processo creativo, ma che finora non avevano preso rilievo e non si erano pronunciati.
Da un lato, la costruzione di manufatti, dispositivi per lavorare, tavoli, pareti mobili, supporti, ecc. che ho sempre realizzato, non si erano definiti come opere, anche se sono sempre stati presenti.
D’altra parte, un’altra area di lavoro che è emersa è l’azione come parte del mio processo creativo, il mio modo di fare le opere, di lavorare, ha sempre avuto una vocazione all’azione. Il soggiorno in Accademia e il rapporto con i borsisti hanno permesso di formalizzare questa latenza.
Allo stesso modo, le circostanze, come la mancanza di una parete per realizzare il progetto presentato, hanno portato alla costruzione di un supporto in legno e lo studio 27, con i suoi elementi, la struttura per sporgersi, le viste, le dimensioni delle finestre e il rapporto con gli altri artisti, ha portato alla realizzazione delle opere.
Senza queste circostanze, senza colleghi o senza aver avuto una parete per realizzare il progetto, il mio lavoro non sarebbe stato questo, sarebbe stato un altro.
JUAN PEDRO NAVARRO MARTÍNEZ
Juan Pedro Navarro Martínez (Mazarrón, Región de Murcia, 1994) è docente e ricercatore. Il suo lavoro si incentra, essenzialmente, sullo studio del genere e della sessualità durante l’Età Moderna, la costruzione della mascolinità e la criminalità sessuale.
Laureato in Storia e Master in Studi Avanzati in Storia Moderna (Universidad Autónoma de Madrid), ha recentemente conseguito il titolo di Dottore in Storia Sociale presso l’Universidad de Murcia con un progetto dedicato alla persecuzione del peccato-delitto di sodomia in Castiglia nel XVIII secolo. Parallelamente, è stato professore-ricercatore all’Universidad de Murcia, con il bando FPU/2016 del Ministerio de Educación y Ciencia del governo spagnolo. Ha lavorato anche come teaching assistant presso l’Università di Leeds (2018) ed è stato ricercatore ospite alla CONICET/Universidad de Buenos Aires (2019) e alla Sapienza-Università di Roma (2023).
Nefando Mediterraneo: Scritti di una sessualità del passato
Nefando, dal latino nefandus, fu il termine che definiva tutte le pratiche sessuali che, inquadrate nei peccati contro natura, causavano talmente tanta «ripugnanza od orrore» che non si potevano menzionare ad alta voce per non oltraggiare la morale. Spesso non si potevano nemmeno mettere per iscritto.
Il progetto Nefando Mediterraneo mira a riscattare questi silenzi elaborati sul nefando, sull’indicibile. Partendo dalla disciplina storica e con un interesse primordiale per il lavoro d’archivio, si mettono a nostra disposizione diversi manufatti che servono ai contemporanei per comprendere in che modo le società moderne in Italia e Spagna durante i secoli moderni, assimilavano ideali di bellezza e corporeità che rompevano con il panorama morale e intellettuale cattolico, mentre si propugnavano programmi di controllo e persecuzione delle pratiche ed esperienze sessuali non normative.
Il progetto ha integrato una serie di processi attraverso i quali è stato possibile comprendere meglio le dinamiche affettive degli accusati di sodomia e di altri reati sessuali. Anche i modelli di genere che si articolavano intorno alla mascolinità moderna. Nel campo della produzione teorica, «Amor Vincit Omnia» —l’amore trionfa su tutte le cose— è stato il motto sotto il quale è stata raggruppata la ricerca sulle pratiche amorose di coloro che sono stati accusati di questo nefasto peccato. «Amore Profan(ato)», come controparte, ha raccolto tutte le ricerche incentrate sulla persecuzione delle pratiche sessuali sodomitiche, sia nei tribunali di giustizia sia a livello sociale attraverso la comunità stessa.
Processo
Nefando Mediterraneo attinge a una serie di documenti, molti dei quali di difficile accesso, conservati in diversi archivi in Italia. Ognuno di essi ha delle particolarità che lo rendono unico e che ci permettono di tracciare una storia del controllo e della persecuzione morale delle pratiche sessuali dissidenti nell’Età Moderna. Vaticano, Accademia di Brera o Uffizi sono solo alcuni degli archivi inespugnabili che hanno alimentato i miei scritti. Da qui sono nate ricche conversazioni e una collaborazione con Ana Mina, creando la costellazione visiva Si baciano, su disegni originali di Bartolomeo Cesi (1600).
I frutti di questo processo sono stati presentati alla Sapienza, dove ho avuto la fortuna di tenere un seminario. Alcune mie conferenze sono state alimentate dai primi risultati di questo lavoro all’Universidad Autónoma di Madrid e all’Istituto Europeo di Firenze. In Pescheria, tra amiche, abbiamo discusso di sessualità e identità.
Ma il cuore di questo progetto è stato senza dubbio il ciclo di conferenze «Ganimede sul Mediterraneo: Storie di dissidenza e sessualità tra Spagna e Italia». Abbiamo enunciato dalla gola, come le eroine della copla, con l’intervento di Lidia García. Con Tommaso Scaramella e Mónica Morado abbiamo compreso i corpi indecifrabili e vissuto la Venezia libertina. Immersi nel chiaro di luna di Granada, abbiamo ascoltato il mudarakat nella voce di Mikel Herrán. E in tutto ciò, Carla Boserman ci ha raccontato, dando immagine alla parola e parola all’immagine.
Esperienza
In questa casa abbiamo parlato del corpo e dei fuochi che si accendono per porre fine allo scomodo, all’indicibile. Tra quelle brecce si è aperto un universo di possibilità.
Non mi aspettavo nulla. Ho trovato tutto.
Roma è stato il tempio in cui mi sono riconciliato con la(e) storia(e).
Radio la Pirenaica suona. Si apre un piccolo teatrino di marionette. Sul tavolo, appunti su come sputare su Hegel, sui misteri della bella Italia. Ascolto Pasolini che cammina per il Pigneto. Entro in stanze dalle imponenti pareti geometriche. Un chiostro pieno di musica, in cui Ovidio rintocca con i suoi unguenti in ogni angolo. La fertile Mamma Roma ci ha dato i suoi frutti migliori. E noi li abbiamo gustati come un dito che scorre lungo la schiena. Abbiamo potuto cenare dentro un cavallo. Abbiamo ballato in tutte le stanze dipinte. Colpendo, ma soprattutto accarezzando.
Alcuni di noi provenivano dall’oltretomba. O da un mondo che sta violentemente crollando. Ma il Monte d’Oro ci ha ospitato. Abbiamo ricucito gli archivi per poterci leggere e organizzare. Ci siamo riusciti. Abbiamo creato un vero Paradiso in cui l’architettura della nostra casa non è mai stata egoista. Viviamo tra le rovine per ricostruire noi stessi.
Itziar Okariz (San Sebastián, 1965), lavora nell’ambito dell’azione e della performance, mettendo in discussione le forme in cui si adegua il linguaggio e la produzione di segni che ci definiscono. La sua opera —performance vocali, azioni, video, istallazioni e opere di testo— analizza i vincoli tra architettura, territorio, corpo, rituale, sessualità e semiotica. Spesso viene associata alle pratiche femministe, al punk rock e alla critica queer delle costruzioni normative di genere. Negli ultimi anni, la sua pratica è stata legata alle forme di trasmissione e alle pedagogie dell’arte.
Tra le sue performance e progetti si trovano: Out of Residency, Curva Pura, Roma (2023); Ocean Breath en Oralités, Les Laboratoires d’Aubervilles, París (2023); Chapter2 V.W. en Playbill, Torpedo Theater, Ámsterdam (2022); Urak Dakar, Bizkaia Aretoa, Bilbao (2022); Diario de Sueños, Rodeo, MUSAC, León (2022); Aliens are Temporary, Kunstbrücke am Wildenbruch, Berlín (2022); Unquiet Objects, Disjecta, Portland (2021); Oceánica en Moving Words, Rimi Scenekunst, Stavanger, Noruega (2021); Personae, Es Baluard, Palma de Mallorca (2021); La Noche de las Ideas, MCNARS, Madrid (2021); Las Estatuas, Fundación Oteiza, Alzuza (2020); Bodies of Water, 13.º Bienal de Shanghái Bienale, Shanghái (2020); Perforado por, Pabellón de España de la 58.º Bienal de Venecia, junto a Sergio Prego (2019); I Never Said Umbrella, Tabakalera, Donostia (2018); Una construcción…, Museo CA2M, Madrid (2018); Ideorritmias, MACBA, Barcelona (2017); Itziar Okariz, Kunsthaus Baselland, Basilea (2017).
Conversazioni con statue parlanti
Le cosiddette statue parlanti di Roma (Pasquino, Madama Lucrezia, Marforio, Abate Luigi, Il Babuino e Facchino) sono una serie di sculture antropomorfe di pietra utilizzate dal popolo romano sin dal XVI secolo per dedicare satire clandestine al Governo e ai suoi rappresentanti. I video che si presentano nella mostra documentano le conversazioni e le interazioni dal vivo intrattenute dall’artista con le statue mentre potevano essere osservate e ascoltate dai passanti dei diversi luoghi dello spazio pubblico della città in cui si trovano. Le statue è un lavoro in progress iniziato nell’anno 2018 da Okariz che consiste nel mantenere conversazioni con oggetti inanimati, in gran parte opere d’arte.
Fumetti sono collage frutto degli scatti fotografici che raccolgono diversi momenti delle conversazioni intavolate con le statue parlanti, alterando la materialità dell’immagine fotografica in una tradizione legata al fotoromanzo, conferendogli un’altra temporalità.
Processo
Una donna si trova davanti a una statua, il busto gigante di Madama Lucrezia, in un angolo di Piazza Venezia, nel centro di Roma, ai piedi del Campidoglio, circondata da passanti e traffico. Di fronte all’enorme statua, la fissa, parla con lei. È un’azione che si è ripetuta nei mesi: «Parlare con statue, ascoltare statue. Sul serio. Senza ironia. Davvero»1.
Un avvenimento che passa inosservato, quasi invisibile, tra statua e persona, in mezzo alla città, che parla, in un tentativo di ascolto. Si tratta di un work in progress iniziato dall’artista nel 2018 e che a Roma si basa sulla tradizione risalente al Medioevo di dare voce attraverso piccoli biglietti scritti e attaccati ai piedistalli delle cosiddette «statue parlanti» (le statue parlanti romane sono sei, Pasquino, Marforio, Abate Luigi, Il Babuino, Facchino e Madama Lucrezia, che è l’unica che rappresenta una figura femminile). Il discorso con un oggetto inanimato è un’interazione che mette in primo piano l’inanimato e sovverte inaspettatamente non solo le norme della conversazione.
La mostra Processi 150 comprende materiali provenienti dalla registrazione delle azioni, video e fotografie su cui si è intervenuto a mo’ di collage. Molti materiali sono rimasti fuori, registrazioni audio, trascrizioni di conversazioni, possibili manifesti e video in attesa di essere sviluppati.
Esperienza
Roma, Parlare in potenziale negli ultimi mesi, in città, in Accademia, condividendo con un gruppo, Cene e cinema (...di persona... il libro è peggio...)2 come dice la canzone di Chico y Chica e il lavoro ha preso strade inaspettate che hanno iniziato a svilupparsi appena arrivati con l’aiuto delle altre colleghe e degli altri colleghi… Abbiamo parlato con statue, scritto su corpi, dipinto corvi (e altri animali), prestato voci, prestato corpi, danzato, guardato, letto e camminato... Credo sia una ripetizione di altri anni, di altri gruppi... ma al mio, grazie!
1 Lepecki, André. “Apóstrofe, palabras líquidas, acciones con meado, luz menor: notas sobre el arte escoligráfico de Itziar Okariz”. In Perforado por, catálogo de la 58 Bienal de Venecia. Londres: KoeningBooks, 2019.
2 Chico y Chica [Canzone]. Cenas y cines. In Status. Austrohúngaro, 2004.
MARIANA ORANTES
Mariana Orantes (Città del Messico, 1986) è scrittrice e artista. È stata borsista del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México, nonché della Fundación para las Letras Mexicanas. Nel 2020 ha ottenuto la borsa di studio di scrittura creativa Montserrat Roig del municipio di Barcellona. È autrice del libro per bambini Érase una vez en Los Beatos, i libri di poesia El día del diente de leche e La casa vertebrada; nonché dei saggi letterari Huérfanos, La pulga de Satán, Los caballeros se quedan a descansar, Visita guiada al mundo de los muertos e Paniske o cómo todo está lleno de diosas
Selezione estate-autunno della Residencia Internacional de Arte Can Serrat 2022. Fa parte di Processi 150 dell’Academia de España en Roma 2022-2023, e il suo progetto su memoria, archivi e violenza è stato selezionato per il 9º Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), 2023-2024.
Clavícula
Mircea Eliade coniò il termine «geografia funeraria» per parlare del territorio mitico-simbolico in cui avviene il viaggio dell’anima verso la sua meta finale. Tramite una visita alle gallerie della memoria, ricostruisco la mappa del sito archeologico di un oltretomba personale che include le catacombe fittizie di una chiesa paleocristiana, l’analisi delle figure etrusche che rappresentano il sogno e la morte o il motivo del fantasma marxista che percorre le strade di Roma in un mondo definito dal realismo capitalista. Inoltre, il modo in cui si estende al di là del concetto astratto fino a diventare oggetto concreto: un ricamo come rappresentazione dell’entrata al mondo dei morti, la ricostruzione di un ricordo che abita una piastra di Petri come se si trattasse di un campione di laboratorio, la finzione di un recipiente precolombiano rubato dai Musei Vaticani e incluso nel giardino-tzompantli che immaginariamente Dante attraversò prima di incontrare i devoti pagani nel limbo. Questo libro è un accompagnamento nei terreni della fiction e della non-fiction, perché la violenza che attraversa l’assassinio di un proprio caro ha tante ramificazioni quanti i pensieri e le sensazioni che attraversano i nostri corpi in diverse epoche e comunità.
Processo ed esperienza
Di misteri
«Di tutti i misteri dell’universo, nessuno è più profondo di quello della creazione». Stefan Zweig inizia così il suo saggio sull’invenzione artistica e sebbene tenti di fornire indizi per una piena comprensione del processo, abbandona la riva e si immerge nel caos della confusione spirituale che l’atto creativo richiede.
Per un’artista parlare del processo in sé è difficile: anche se si è presenti e si conosce l’opera come nessun altro, allo stesso tempo non si è presenti e quasi non si sa come sia avvenuta. La ricerca, le letture, il dibattito con altre artiste, creano il nutrimento tanto quanto il tempo, l’attesa, la noia e la contemplazione. L’invenzione, sorella dell’immaginazione e del lavoro, sembrano atti solitari perché diventano momenti di profonda introspezione, ma in realtà il germe viene piantato all’interno del collettivo, quando si condividono concetti sconosciuti che finiranno per smuovere le acque della sorgente interiore.
Nel mio caso, il processo non può essere separato dall’esperienza, si influenzano a vicenda e si attraversano continuamente, come se stessero danzando. È forse questa la parola che definisce le due cose: una danza. Immaginate di arrivare in un luogo dove non conoscete nessuno e la vostra prima impressione è una mano tesa che dice: balliamo! Ed eccoci lì, congelate nel tempo, attraversando le epoche, raccontando le stesse storie intorno a un falò, storie di fantasmi, di amori impossibili, di inseguimenti, di coltelli sepolti.
Con quei passi di danza intrecciati qualcuno ha improvvisamente creato una scultura, una poesia, un brano musicale, un ricamo: è un miracolo! «No, no, no, non può essere proprio così», ripeteranno quelli che osservano la creazione artistica non come un mistero, ma come un montaggio: «Cosa c’è dietro le quinte? Dov’è il trucco?» chiedono insistentemente, aggiustandosi il nodo della cravatta, infilando la camicia nei pantaloni, scuotendo via la polvere dall’eterno abito grigio. E la verità è che non c’è nessun mistero. Non ci sono retroscena in questo spettacolo. La magia avviene nell’atto creativo stesso, che fregatura, non ci sono rimborsi.
Invece la danza accade quando si sperimenta la danza, quando capita e il corpo si muove; la magia dell’arte si comprende allo stesso modo di quando impariamo che la luna è un satellite della terra, ma questo non ci impedisce di stupirci di ciascuna delle sue fasi, o quando comprendiamo la capacità dei raggi UV, e non per questo un tramonto ci sembra meno bello.
Alla fine, posso solo dire che tutta la mia esperienza di vita, e ciò che ho scritto durante la residenza, si riduce ai due misteri più affascinanti: quello del processo creativo e quello dell’amicizia.
MABI REVUELTA
Le opere di Mabi Revuelta (Bilbao, 1967) riflettono su temi universali, presenti nel suo lavoro sin dagli inizi. Sono costanti nelle sue creazioni i rapporti realtà-finzione, la permeabilità dei generi (in particolar modo nella confluenza della letteratura, le arti sceniche, la scultura e le arti audiovisive) e la ricerca di strategie didattiche per valorizzare l’atto artistico come motore di cambiamento sociale.
Le sue ultime mostre personali, intitolate Acromática. Una partida inmortal, sono state esposte ad Azkuna Zentroa (Bilbao) in 2020 e nella Sala Principal de Tabacalera Promoción del Arte (Madrid) in 2021. In esse si è mostrato il progetto inedito Acromática sviluppato grazie al conferimento della borsa di studio Leonardo della Fundación BBVA nel 2016.
Vincitrice del Premio Gure Artea 2016 come riconoscimento alla sua attività creativa, nel corso della sua traiettoria ha ricevuto altri sostegni importanti come la borsa di studio Botín de Artes Plásticas, con la quale ha ottenuto una residenza artistica all’International Studio & Curatorial Program a New York. Ha realizzato mostre presso istituzioni come il Museo Guggenheim Bilbao; ISCP, New York; gli Istituti Cervantes di Pechino, Cina, e Tokyo, Giappone; il Museo de Bellas Artes di Bilbao; il Museo Artium, Vitoria-Gasteiz; il Museo TEA, Tenerife; il CAAM, Las Palmas de Gran Canaria; La Casa Encendida, Madrid o la Fundación BilbaoArte.
La stanza dipinta
La stanza dipinta è un progetto transdisciplinare il cui obiettivo è sviluppare una pratica artistica basata sulla natura della rappresentazione sui murali illusionisti delle domus, delle ville e dei palazzi italiani. Si concretizza in un film articolato come un saggio generale che evoca tre azioni, delle quali in questa mostra ne viene mostrata una. L’opera audiovisiva è accompagnata dagli oggetti di scena che ho creato o raccolto nel corso di questi mesi con il fine di configurare l’universo fittizio della stessa.
In questa scena prendo a riferimento il verziere dipinto nella sala da pranzo della residenza di Livia, moglie dell’imperatore Cesare Augusto, a Prima Porta, tra gli anni 30 e 20 dell’era comune. Sulle pareti del triclinio semi interrato si celebra la frescura e l’eterna esuberanza della natura: i melocotogni e i melograni sono carichi di frutti; gli uccelli svolazzano, immortali, sui mirti, gli oleandri, i lecci. Mentre l’estate infiamma le campagne romane, tra rose, iris e crisantemi, un uccello sviene in una gabbia.
La mia stanza dipinta si immagina dalla geografia intima delle figure incarnate negli affreschi antichi, dalla narrazione del loro contesto storico e dall’interpretazione visiva di una serie di avvenimenti senza importanza apparente per la Storia, ma pregni al tempo stesso di vita e di un profondo significato.
Processo ed esperienza
Una stanza è una stanza. Una stanza può essere una camera dipinta dalle immagini emanate dalla luce di un proiettore. Si chiama stanza anche la strofa di una poesia. Cambiare, scambiare, mutare la Storia. Ho proposto una storia audiovisiva in cui rifare e reimmaginare i nostri legami con il passato.
Ho cercato di rompere i limiti della pittura incrociando questa disciplina con la scrittura, il teatro e la danza. Ho voluto dare voce poetica, e anche critica, a personaggi muti, spettrali, mascherati nell’architettura della finzione pittorica. Svuotando ciascuna delle loro parole fino a farle diventare feticci spossessati.
Il processo di questo progetto si conclude con la creazione di un diario di bordo (dal latino habitaculum), necessario per organizzare le prove prima delle riprese. Questo diario di lavoro è anche una raccolta di argomenti, idee e piani che costituiscono le fondamenta del mio lavoro audiovisivo.
La stanza dipinta (2023)
Pellicola digitale, colore, suono stereo, 4K, 30 min
Sceneggiatura e regia: Mabi Revuelta
Interpretazione: María Ibarretxe e Juan Loriente
Assistente alla regia: Txuspo Poyo
Direttore della fotografia: Juantxu Beloki
Composizione ed esecuzione musicale: Hugo Gómez-Chao
Fotografia: Iñaki Eskubi
Poesie sul giardino di Livia: Elba Martínez
Direzione artistica: Mabi Revuelta
Costumi: Ibai Labega
Realizzazione dei costumi: Sonia Curiel Cuadrado
Registrazione audio: Gabriel Villota Toyos ed Elisa Villota Sadaba
Luoghi: Academia de España en Roma, Palazzo Massimo alle Terme (Roma), Teatro Romano di Tuscolo (Frascati), Villa dei Misteri (Pompei), Villa di Poppea (Torre Annunziata), Necropoli della Banditaccia (Cerveteri)
Ringraziamenti: Ángeles Albert, Cristiana Collu, Gabriel Zuchtriegel, Txuspo Poyo, Paco Cao, Miguel Ángel Cabezas, Antonio Pizzo, Gemma Colesanti, Ettore Siniscalchi, Cornelia Lauf, Anna Cestelli, Carlos Tercero, Valeria Beolchini, Rosy Bianco, Serena Gara, Francesca Gali, Vincenzo Bellelli, Carmelo Rizzo, Alberto Villari, Paola Castrignano, Enrico Inserviente, Alessandro Tartaglione, Antonio Irlando, Margarita Alonso Campoy, Brenda Zúñiga-Meneses, Silvia Serra, Amelie Aranguren, Sonsoles Aranguren, Matteo Binci, Manu Muniategiandikoetxea, Julia Fuentesal, Pablo Arenillas, Marcelo Expósito, Hugo Gómez-Chao, David H. Falagán, Sara Torres Vega, Juan Pedro Navarro Martínez, Estibaliz Sadaba, Gabriel Villota Toyos, Elisa Villota Sadaba e gli altri artisti e ricercatori in residenza presso l’Accademia di Spagna a Roma nel periodo 2022/2023, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma - CSIC, Comunità montana Castelli Romani e Prenestini, Parco Archeologico di Cerveteri, Parco Archeologico di Pompei.
León, 1976. Laureata in Filosofia e Storia dell’Arte, e tecnica superiore in Arte Tessile, è specializzata in Biblioteconomia e Documentazione. Sviluppa la sua attività professionale in progetti in cui confluiscono arte, testo e processi di scrittura tessile.
Ha lavorato con istituzioni come Patrimonio Nacional, Subdirección General de Promoción del Libro e Secretaría de Promoción de Bellas Artes (Ministerio de Cultura), MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), INTEF (Ministerio de Educación) o INJUVE; e ha svolto residenze di ricerca in spazi come Matadero Madrid, Medialab Prado, Inéditos-La Casa Encendida o Fundación Cerezales Antonino y Cinia, promuovendo progetti di creazione e produzione culturale in Spagna, Argentina, Brasile e Messico.
Carte du ciel 64° 55°
Carte du ciel 64° 55° è una ricerca che si immerge in fondi astronomici, avendo come punto di partenza il materiale storico fotografico di un progetto internazionale degli inizi del XX secolo, che mirava a cartografare e identificare le coordinate astronomiche di milioni di stelle della volta celeste.
A questo progetto aderirono osservatori di tutto il mondo, e a ciascuno venne assegnata una porzione di cielo. La Specola Vaticana avrebbe contato le stelle situate tra i paralleli 64 e 55, del firmamento della città di Roma. Compito che si sarebbe protratto per diversi decenni, e che sarebbe stato svolto dal paziente e meticoloso lavoro di quattro suore «calcolatrici» studiose di astronomia.
Con questa impostazione e integrando anche altri riferimenti documentali su lavori di donne astronome dei secoli scorsi, la ricerca si addentra nella confezione di un racconto virtuale legato dalle coordinate tecnologiche IIIF (International Image Interoperability Framework in contesti come Gallerie, Biblioteche, Archivi e Musei); e la successiva decodifica visiva mediante la creazione di strati di scrittura elaborati a mo’ di tessuti testuali.
Esploro attraverso questo lavoro lo sviluppo poetico e concettuale dei legami tra il testo e il tessuto come uno spazio di determinazione simbolica, una costellazione che delimita una lettura e un’interpretazione dell’universo.
Processo ed esperienza
Carte du ciel 64° 55° diventa visivo attraverso una serie di esercizi di scrittura ipertestuale che creano un intreccio narrativo.
Specola inizia il percorso. Vediamo stelle dove ci sono solo sfere, cerchi o punti. Nell’astrofotografia il punto stellare è un tempo incapsulato, uno spazio di determinazione simbolica che delimita una lettura dell’universo.
Due schede fustellate sottolineano il positivo e il negativo dell’immagine stellare «Ross 7. Orionis». Si tratta di fogli di cartone contenenti informazioni sotto forma di perforazioni secondo un codice alfanumerico. Ogni scheda corrisponde a una linea di scrittura in trama, rappresentata dalla presenza o dall’assenza di fori in posizioni predeterminate.
Sul piano orizzontale, Trattini semicerchi quadrati, un alfabeto astronomico ricamato a mano e ispirato a descrizioni grafiche tratte da libri di testo dell’inizio del secolo scorso.
La precisione dei calcoli richiesti per la raccolta dei dati nelle osservazioni fatte dalle donne «calcolatrici» nel campo dell’astronomia trova il suo parallelo nell’idea del raccontare/arsi di sé attraverso la scrittura con l’ago. C’è qualcosa di interessante nella fusione delle scale più grandiose e intime dell’esistenza, quella astronomica e quella profondamente umana del cucito. Questi tratti lasciano una traccia testuale che trascrive una conoscenza universale.
Misura | Oppure | Niente di più è un trittico di pezzi intertestuali che dispiegano il processo di ricerca nella sala. Misura studia la codifica del linguaggio utilizzato nella tessitura e il suo collegamento grafico con il codice computazionale.
Composto da un insieme di grafici a basso liccio ricamati, metascrittura a cascata, contiene inserti di codici binari estratti da immagini stellari.
Oppure è un libro di schizzi letterali su come la geometria iperbolica possa descrivere l’universo in espansione. Questa pratica di concettualizzazione attraverso l’ordito tridimensionale su superfici naturali minime indaga le possibilità poetiche implicite nelle strutture della geometria hypar.
Niente di più raccoglie un campione in trama continua realizzato con il telaio precomputazionale TC2, dallo studio di materiali, legamenti e texture che descrivono i dettagli di uno spettro stellare tipo e le fasi di dissoluzione di un’eclissi solare.
Ringrazio i miei colleghi residenti e lo staff dell’Academia de España en Roma; le collaborazioni di Francesca Piñol, Stefania Passeri, Pedro Luis Cembranos, José Luis Rodríguez Gómez e Salvador Ros Muñoz; il coinvolgimento della Specola Vaticana, del Museo della Specola di Bologna e del British Film Institute.
Alicante, 1988. Dottoressa in Musicologia presso l’Universidad Complutense di Madrid, professoressa e ricercatrice nel Departamento Interfacultativo de Música dell’Universidad Autónoma di Madrid.
È stata borsista di dottorato in Scienze Umanistiche presso la Residencia de Estudiantes con due bandi consecutivi (2016-2018), con una tesi di dottorato intitolata «La influencia silenciada: Paul Dukas y la música española de la Edad de Plata» e ricercatrice pre-dottorato nel Departamento de Musicología della Universidad Complutense di Madrid negli anni 2018 e 2019 con una borsa di studio conferita dalla Comunidad de Madrid e il Fondo Economico Europeo per sviluppare il progetto «Mujeres músicas en el Madrid de la Edad de Plata». Ha sviluppato un progetto di ricerca e recupero della figura della compositrice spagnola María de Pablos, sulla quale ha pubblicato il libro María de Pablos: el sueño truncado nel 2020, e ha coordinato l’edizione e il recupero delle partiture di questa compositrice e la registrazione di un CD con le sue opere.
Attualmente lavora a ricerche su ruoli di genere nella pratica strumentale del flamenco e del jazz, nonché sull’analisi della prospettiva di genere nell’area dell’educazione musicale.
Roma città jazz: donne strumentiste e stereotipi di genere nella scena musicale contemporanea
Questo progetto analizza la presenza di donne strumentiste nella scena jazzistica contemporanea della città di Roma, elaborando un catalogo di interpreti di carattere musicologico. L’obiettivo principale è rendere visibile l’attività interpretativa e d’improvvisazione di donne strumentiste del jazz, uno spazio fortemente mascolinizzato che è solito relegare la presenza femminile all’interpretazione vocale. La ricerca si sviluppa in tre spazi nevralgici di questo genere musicale nella capitale italiana: la Casa del Jazz, il Conservatorio di musica di Santa Cecilia, che forma future interpreti in diverse specialità strumentali del jazz e, infine, il circuito di locali di jazz dal vivo della città, dove sviluppano la propria attività professionale le interpreti di questo genere.
Mira, inoltre, ad analizzare le cause della presenza prevalentemente maschile nell’interpretazione strumentale del jazz in una prospettiva teorica, attingendo alla letteratura accademica dedicata alla musica e al genere di autori come Lucy Green o Marie Buscatto. Il progetto si conclude con l’organizzazione di un concerto jazz presso la Real Academia de España en Roma le cui protagoniste sono strumentiste del jazz consolidate ed emergenti della scena jazzistica romana e spagnola, capeggiate dalla pianista romana Rita Marcotulli e dalla contrabbassista catalana Giulia Valle.
Processo
Il processo di lavoro del progetto di ricerca Roma città jazz: Donne strumentiste e stereotipi di genere nella scena musicale contemporanea ha comportato l’analisi della presenza di donne strumentiste negli spazi formativi del jazz nella città di Roma. Nello specifico, sono stati analizzati i dati e sono state condotte interviste a docenti e studentesse nei seguenti contesti: il Dipartimento Jazz del Conservatorio di Santa Cecilia, la Scuola di Jazz del Saint Louis College of Music e la Jazz Campus Orchestra della Casa del Jazz. I risultati dimostrano la persistenza dei ruoli di genere associati alla pratica strumentale e vocale del jazz, nonché le storie di donne e giovani studentesse pioniere negli ambienti jazzistici, dove emergono questioni come la mancanza di riferimenti, le differenze nelle richieste professionali e accademiche.
Dall’altro lato, sono state localizzate, intervistate e analizzate le carriere professionali di oltre venti strumentiste della scena jazz italiana, con nomi come Cinzia Gizzi, Rita Marcotulli, Federica Michisanti, Mariasole De Pascali, Danielle di Majo, Francesca Remigi, Zoe Pia e Rosa Brunello. Con questa raccolta di informazioni, l’obiettivo è quello di proporre una futura pubblicazione in Spagna che consista in un catalogo che riunisca tutte queste strumentiste e le loro traiettorie musicali ed esperienziali nel jazz.
Infine, il concerto Donne Jazz è stato organizzato presso la Real Academia de España en Roma, riunendo sullo stesso palco tre generazioni di strumentiste italiane e spagnole, guidate dalla pianista Rita Marcotulli e dalla contrabbassista catalana Giulia Valle.
Esperienza
Processi 150 è stato per me uno dei periodi professionali e di vita più felici. Le condizioni eccezionali che l’Accademia mi ha offerto per sviluppare un progetto di ricerca così personale mi hanno permesso di lavorare come musicologa e di interagire con la scena jazzistica della città.
Vivere insieme a ventidue artisti e ricercatori ha definitivamente cambiato il mio modo di intendere la pratica scientifica e il mio rapporto con le arti. Lo scambio umano e artistico vissuto in gruppo a Roma ha generato una sorta di «famiglia» complice con cui condividere esperienze estetiche. Queste complicità non sono sempre quantificabili o numerabili, ma si sono materializzate in collaborazioni concrete con i colleghi, come la realizzazione durante il concerto di una serie di disegni in tempo reale da parte dell’artista e ricercatrice Carla Boserman, e di un’opera di video-arte con la registrazione audiovisiva del concerto da parte dell’artista Abel Jaramillo.
IG pilar.s.b
FB Pilar Serrano
SARA TORRES-VEGA
Madrid, 1987. Laureata in Belle Arti presso l’Universidad Complutense di Madrid. La sua ricerca s’incentra sulla documentazione e l’archivio di pratiche di mediazione che situano l’arte come catalizzatrice della connettività sociale. Sara ha lavorato in Learning alla Tate, Londra (Regno Unito) e al MoMA di New York. In entrambe le istituzioni si è concentrata sul disegno, la creazione e la valutazione di un archivio partecipativo che ospitasse le attività educative sviluppate nel contesto del museo, integrandolo negli archivi istituzionali preesistenti. Questo lavoro le è valso l’invito a impartire conferenze alla Columbia University (New York), Bates College (Maine), Culturgest (Lisbona) e alla Bergen Academy of Art and Design (Norvegia), tra le altre. Parallelamente, i risultati di questi progetti si sono consolidati in archivi di mediazione, pubblicazione e opere audiovisive.
Attualmente Sara concilia il suo lavoro di docente all’Universidad Complutense di Madrid e all’Università di New York con il coordinamento della creazione dell’archivio CAJA del progetto MAR, una piattaforma di mediazione e nuove istituzionalità promossa dalla Fundación Daniel y Nina Carasso, l’associazione hablarenarte e il Museo Reina Sofía.
Mediar el futuro: archivo y memoria en arte y educación
Mediar el futuro: archivo y memoria en arte y educación [Mediare il futuro: archivio e memoria in arte ed educazione] è un libro che parte dall’assenza di archivi di arte ed educazione e dalla necessità di instaurare meccanismi di documentazione e archivio. La prima parte, Arca: supervivientes del diluvio, celebra e riconosce i pochi casi di archivio che sono sopravvissuti all’andare del tempo. La seconda parte, Caja: ritos de guardar, dà regole e chiavi per qualunque professionista, istituzione, dipartimento, associazione che voglia cominciare a costruire un archivio utile, sostenibile e situato. La terza parte, Mesa camilla: archivo de archivos, raccoglie progetti che spingono, più che a un archivio in senso tradizionale, a pensare a un luogo in cui stare per il bisogno di stare al caldo di un braciere, e per il desiderio di stare vicini a chi sappiamo che apporterà cose nutrienti all’archivio. Nell’archivio ci saranno fotografie, documenti, racconti… tra gli oggetti ci saranno quelli che le educatrici e le comunità dell’arte e dell’educazione genereranno nel nostro presente. Sedute al tavolo con il braciere, nel futuro, altre potranno raccontare le loro storie, perché saranno nell’archivio di arte ed educazione pronte a mediare il futuro.
Processo ed esperienza
La tentazione, guardando una rovina, è quella di cercare di ricostruirla mentalmente. Il desiderio è quello di immaginare com’era prima, in tutto il suo splendore, quando nel IV secolo a.C. i cittadini di Roma si riunivano intorno all’Arco di Giano per scambiarsi notizie, incontrarsi, discutere di politica, di arte, risolvere questioni amministrative, vendere e comprare prodotti della terra nel Foro Boario. L’Arco di Giano, un oggetto artistico che secoli fa mediava scambi di politica, religione e cibo, oggi manca di marmo e ha troppi buchi. Tuttavia, se invece di vedere l’arco come un monumento deteriorato dal tempo, capiamo che quello che abbiamo davanti è un archivio di pietre e macerie che ha registrato la vita quotidiana, il suono delle campane o lo sparo dei cannoni, allora il desiderio di ricostruire l’arco nella sua forma incontaminata svanisce. In quanto archivio, ciò che l’arco era nei suoi giorni di gloria conta quanto la sua esistenza attuale per pensare ai riti e agli apprendimenti futuri.
Roma è un archivio scorticato. Le sue «scatole» sono permanentemente aperte nel terreno, sotto forma di piaghe nel suolo, fossi e scavi. Si bagnano con la pioggia, si coprono di neve e si riempiono di erbacce e piante ogni primavera. Non c’è nostalgia o polvere nell’archivio di Roma, perché in esso c’è molto meno passato che futuro. Osservare Roma dal Gianicolo, il cui nome deriva da Giano, ha guidato un processo costante di ciò che si osserva nella fisionomia del dio, con le due teste unite sulla nuca: un profilo guarda a ciò che è già accaduto, mentre l’altro sguardo intravede il futuro. Il processo si è consolidato pensando che non sarà nella sua rovina, ma nel suo archivio che troveremo le chiavi per pensare il futuro.
È possibile immaginare il futuro dell’arte e dell’educazione in una residenza artistica? Nell’archivio dell’Accademia, la risposta abita sotto forma di paradosso. Nei molteplici progetti, personalità e viaggi dell’ultimo secolo e mezzo di traiettoria di questa istituzione, il privilegio di essere qui convive con l’evidenza che per pensare l’avvenire è necessario lasciare questa città, questo arco, questo colle e questa accademia. Gli interni (il privilegio del tempo, la coesistenza con i borsisti, gli accessi privati, i corridoi segreti, i panorami) permeano questo progetto. Tuttavia, è negli esterni (altri archivi, conversazioni, incontri) che risiedono i contenuti di Mediar el futuro
IG @saratorresvega X @storresvega www.saratorresvega.org
ANDREA VALDÉS
Andrea Valdés (Barcellona, 1979) è ex libraia e autrice del saggio Distraídos venceremos (Jekyll & Jill, 2019). Collabora spesso con artisti, a cataloghi e mostre. Le sue interviste e i suoi testi sono stati pubblicati su El Estado Mental, il supplemento Babelia e la rivista Contexto, tra gli altri. Ha inoltre impartito diversi corsi all’Institut d’Humanitats di Barcellona, Eina Ideas, la UB e la Academia de La Central. Come ricercatrice ultimamente si è concentrata sull’esperienza autobiografica, intesa in un senso molto ampio e non sempre facile da circoscrivere, dato che studia figure o situazioni tutt’altro che convenzionali che le servono per riflettere sulla validità, la pertinenza e i limiti della scrittura e la sua capacità di generare un’identità o di portarla a uno stato critico, che sia sul terreno storico, letterario o artistico.
Il verbo infiammato
Il verbo infiammato è una ricerca sulla pensatrice femminista Carla Lonzi, nota in Italia per essere stata una pioniera del femminismo della differenza, laddove ciò che mi interessa è riportare la sua traiettoria vitale, segnata da una serie di rotture. In brevissimo tempo, Lonzi lasciò la critica d’arte, ruppe con il marxismo e si separò dal compagno e, in ogni occasione, pubblicò un libro. La mia proposta consiste nel fare un saggio su questa figura e sul suo polemico rapporto con il linguaggio, che affrontò in modo molti creativi, con la scrittura o come fondatrice di Rivolta Femminile, in cui la liberazione della donna non si prospettò in termini sociali ma simbolici. Vale a dire come una presa di coscienza che doveva librarsi nell’ambito personale e attraverso la parola. In questo contesto, i suoi membri cominciarono a riunirsi in privato e a condividere i loro vissuti per dar nome a quelle sensazioni che erano il risultato di una discriminazione nel focolare domestico, nel mondo del lavoro e anche nel letto. L’obiettivo di questa pratica era generare un nuovo corpo di conoscenza che sfidasse la cultura egemonica e le sue dottrine, ed è per questo che voglio spiegarla in continuità con altri episodi in cui la voce irruppe di sorpresa e senza scusarsi di niente: vinse sul silenzio. Un esempio sarebbe quello delle mistiche, che sfidarono l’istituzione ecclesiastica comunicando direttamente con Dio; o quello delle Preziose, tanto criticate da Molière quando imponevano la loro retorica nei salotti letterari, e a sua volta potrebbe essere ricollegato alla rivendicazione che fa Sara Ahmed della femminista come guastafeste e la catarsi scatenata di recente dal #metoo, con sollievo e perplessità di molti.
Processo ed esperienza
Durante il mio soggiorno a Roma ho letto e fatto ricerche in diversi archivi. Innanzitutto, mi sono immersa in quello di Carla Lonzi, situato presso la Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea. Qui ho avuto accesso alle bozze originali di Autoritratto e alla corrispondenza che Carla Lonzi ha intrattenuto con alcuni degli artisti che compaiono nel libro. Ho potuto analizzare anche altri materiali relativi alla creazione di Rivolta Femminile, un movimento fondato nella casa di Carla Accardi, che ho visitato per incontrare Francesco Impellizzeri e discutere del lavoro di entrambe le figure.
Dopo aver vissuto a Roma, Lonzi si trasferì a Milano, dove trascorse gran parte della sua carriera come curatrice e critica d’arte, in collegamento con la Galleria Notizie di Torino, così ho deciso di viaggiare verso nord per ripercorrere la traiettoria di questa figura e visitare una serie di fondazioni e archivi, legati sia alla scena artistica italiana che al movimento femminista. In tal senso, questo viaggio non solo mi ha aiutato a contestualizzare molte delle persone con cui Lonzi collaborò e che cita nei suoi scritti, ma anche a capire il suo rapporto con l’Italia. La sua capacità e il suo interesse nel collegare contesti diversi e la dimensione chiaramente relazionale della sua scrittura, spiegherebbero perché l’eredità di Lonzi non è centralizzata in un unico archivio, ma è condivisa da spazi diversi, da La Libreria delle Donne di Milano alla Fondazione Danese/Vodoz, alla Fondazione Paolini o all’Archivio Pietro Consagra, tra gli altri esempi.
Dalla mia permanenza in tutti questi e dalle interviste con chi custodisce la sua eredità o che l’ha studiata, sono giunta a tre conclusioni. La prima riguarda la disparità di punti di vista quando si parla della figura di Carla Lonzi. Non c’è consenso intorno a lei e trovo che questo sia molto stimolante e mi incoraggi a contribuire con il mio punto di vista. La seconda ha a che fare con la mia decisione di concentrarmi sul rapporto tra voce e architettura per collegare i punti di riferimento di Lonzi nel suo desiderio di costruire una diversa soggettività. Infine, ho compreso la necessità di tradurre la sua ultima opera, Vai Pure, per dare al lettore l’opportunità di accedere direttamente alla sua voce, dato che in Spagna questa figura non è così conosciuta come dovrebbe, il che implica una modifica sostanziale della struttura che avevo previsto.
Devo dire che le conversazioni avute con le curatrici Cristiana Collu e Giovanna Zapperi, così come con gli altri colleghi dell’Accademia con cui ho condiviso le diverse fasi del mio progetto, sono state fondamentali per quest’ultima decisione. Immaginandoli come futuri lettori, mi rendo conto di aver posto l’asticella molto in alto e spero di non deluderli.
Gabriel Villota (Bilbao, 1964) è dottore in Comunicazione Audiovisiva e professore all’Universidad del País Vasco, dove è stato direttore della programmazione culturale. Lavora dagli inizi degli anni ’90 a diverse attività relative alle arti visive e sonore, pubblicando su numerose riviste specializzate, cataloghi e libri.
Tra i lavori precedenti spiccano la curatela della mostra su video e performance Luces, cámara, acción… ¡Corten! per l’IVAM, Valencia, e MNCARS, Madrid, nel 1997, o il lavoro di ricerca in formato documentario Devenir vídeo per il progetto Desacuerdos (180’, 2005), prodotto da Arteleku, MACBA e Fundación José Guerrero.
Più recentemente ha curato i cicli su performance, danza e cinema «Cuerpos desplazados» e «Cuerpos desplazados II», nel Museo Reina Sofía, Madrid (2015) e Azkuna Zentroa, Bilbao (2016); ha anche realizzato i programmi televisivi Toni Serra/Abu Ali. Abrir la visión, e Iñigo Salaberria: Caminar para ver (la luz), esperar para ver (la sombra) per Metrópolis/ RTVE (aprile 2021, ottobre 2022).
Dal 2019 cura il ciclo «Voces que caminan», che è stato presentato in formato radiofonico/podcast per Consonni/AZ (autunno 2019), come ciclo cinematografico (EHUKultura, 2019), e con la mostra Voces que caminan nella Fundación Cerezales (León, 2022).
Incontro alle Quattro Fontane
Incontro alle Quattro Fontane è una versione romanzesca sonora a quattro voci, sotto forma di installazione sonora quadrafonica.
Questa ricerca parte dai tragitti, reali e figurati, di quattro personaggi storici nel centro di Roma, in cui ciascuno parte da un luogo diverso per incontrarsi alla fine in un punto comune, le Quattro Fontane, nel centro della città.
I quattro personaggi sono quattro voci poetiche che, per diversi motivi, vissero e percorsero le strade di questa città nello stesso periodo, negli anni 1963 e 1964: Pier Paolo Pasolini, María Zambrano, Cristina Campo, Rafael Alberti. Due spagnoli e due italiani, due uomini e due donne.
In questa storia-fiction ognuno parte da un punto cardinale situato in un quartiere in cui vive la sua quotidianità: Alberti, da Trastevere, a ovest; Campo, dall’Aventino, a sud; Zambrano, da Piazza del Popolo, a nord; e Pasolini, dal Pigneto, a est.
Le Quattro Fontane rappresentano anche, sotto le figure di due dee e due divinità fluviali, due donne e due uomini: è per questo che mi sembrava che, simbolicamente, fosse un luogo adatto a questo incontro che, sebbene mai sia avvenuto, sarebbe potuto tranquillamente succedere.
Processo
Il mio progetto in Accademia è consistito nella produzione di un’opera sonora in formato quadrifonico e nella stesura di una breve nouvelle, a metà tra il letterario e l’autobiografico. Entrambi i lavori ruotano attorno all’esperienza della deriva urbana della città di Roma, raccolta principalmente attraverso il suono. Per questo motivo, il processo di lavoro si è sviluppato fin dall’inizio a partire da una doppia pratica: in primo luogo, l’esperienza di camminare lungo i percorsi dei quattro personaggi scelti come «guide» nella città (Rafael Alberti, Cristina Campo, Pier Paolo Pasolini, María Zambrano), e le registrazioni sonore di questi percorsi. In secondo luogo, la lettura e la documentazione esaustiva delle vite e delle opere di questi quattro personaggi, nonché delle centinaia di rimandi storici e artistici emersi dai loro stessi viaggi.
Camminare, leggere, prendere appunti, documentare, ascoltare, registrare e poi scrivere ed editare il suono, queste sono state le chiavi fondamentali del mio processo di lavoro.
Esperienza
L’esperienza della permanenza per diversi mesi presso l’Accademia accanto a San Pietro in Montorio offre un ambiente di lavoro piuttosto insolito, sia per la possibilità di concentrarsi quasi esclusivamente su un unico progetto per un periodo di tempo così lungo, sia per il fatto di convivere con un’intera comunità di artisti di estrazione, discipline e generazioni molto diverse: è per questo che, se ci si concede uno stato di apertura sufficientemente ampio, sono numerose le occasioni di contaminazione reciproca che finiscono per arricchire in modo sostanziale il progetto originario. Nel mio caso, per citare solo alcuni esempi, è stato fondamentale che una scrittrice come Andrea Valdés mi illuminasse sul lavoro di Cristina Campo; o che un musicista come Hugo Gómez-Chao mi facesse conoscere l’opera di Giacinto Scelsi, così fondamentale per lo sviluppo musicale del mio lavoro. Ma anche vivere a Roma in questi mesi ha fatto sì che collaboratori come Anna Cestelli, Lorenzo Stampatore o Luz Santos Rodero potessero partecipare al mio progetto.
FORMARE PARTE:
DISEGNARE E FARE ARCHIVIO
Durante il tempo che ho trascorso in Accademia, mi sono (ci sono) successe molte cose. L’attività culturale è stata intensa. Ho l’abitudine di disegnare e fare cronache grafiche di ciò che sento e vedo, di ciò a cui assisto, ma soprattutto di ciò che imparo e che mi emoziona. Nel 2022 ho presentato la mia tesi di dottorato in cui raccolgo il lavoro di quasi dieci anni di raccontogrammi (registrazioni grafiche di processi comunitari) in cui esploro la capacità del disegno di generare un archivio delle cose che ci accadono quando siamo in un collettivo. E anche se a Roma ho realizzato un progetto a sé stante su disegno, memoria e monumentalità, faccio anche raccontogrammi, resoconti grafici di presentazioni, conferenze e incontri. Anche questo è un modo di ascoltare e partecipare a un’esperienza collettiva. Un modo per farne parte.
Disegnare è stato un modo per registrare, dialogare e scambiare.
Disegnare gli «ex borsistas» mi ha dato una prospettiva su tutto ciò che accade dopo Roma, su come i progetti crescono, si espandono e prendono corpo(i). Ho disegnato Julia Ramírez Blanco che ha presentato il suo libro, creando genealogie tra l’esperienza creativa e la vita comunitaria, Juan Gómez Bárcena e David Jiménez che hanno condiviso modalità di collaborazione tra scrittura e immagine, Tony Amengual che ha proposto uno spazio di conversazione basato sul suo lavoro con i libri fotografici, Javier Sáez Castán, che ci ha illustrato nel dettaglio il suo graphic novel, e José Ramón Ais, che ha mostrato come il suo progetto a Roma abbia preso la forma di un libro e come sia stato collegato alla sua pratica precedente e successiva, sempre con le piante in mezzo. Ho anche disegnato presentazioni come quella del progetto di archivio su Manuel de Falla, che mi ha dato l’opportunità di avvicinarmi al modo in cui gli archivi digitali vengono creati, progettati e pensati dalle istituzioni. Ho potuto disegnare durante lo spettacolo Locomoción di Israel Galván, che ha girato per il tempietto al galoppo; si è trattato di disegni molto vividi e vivaci.
Disegnare e registrare è stato anche un modo per collaborare ai progetti di alcuni colleghi: ho disegnato durante il ciclo di conferenze Ganimede sul Mediterraneo, organizzato da Juan Pedro Navarro Martínez con l’obiettivo di generare materiale d’archivio per una pubblicazione, e anche durante il concerto Donne Jazz organizzato da Pilar Serrano Betored. Ho imparato e mi sono divertita molto a partecipare a questi eventi, ma soprattutto è stato un modo per fare «Roma» insieme.
E anche se mi è piaciuto soprattutto il momento in cui facevo queste registrazioni, le ho fatte perché mi sembra importante contribuire a generare un archivio di pratiche culturali vive, in processo e in azione. Documentare è un modo di fare l’esistenza, ma soprattutto è un modo di rendere l’esistenza una faccenda più condivisa.
Quanto è importante curare i modi in cui documentiamo, quanto è importante avere il tempo di fare un archivio! Perché documentare non deve essere solo una pratica testimoniale o giustificativa, ma una pratica che facciamo di pancia, in dialogo, esplorando e aperte a far sì che le cose continuino ad accadere.
Questi disegni sono il frutto dell’incontro, sono archivi comuni, fanno parte del vissuto.
Carla Boserman Residente 2022-2023
Real Academia de España en Roma
Pi azza San Pietro in Montorio, 3 00153 Roma (Gianicolo) +39 06 581 28 06 info@accademiaspagna.org www.accademiaspagna.org
PROCESSI 150
Las imágenes que ilustran la presente publicación son parte del proceso creativo de los artistas en residencia o bien elementos que han servido de inspiración para la realización de sus proyectos. Asimismo, se incluyen imágenes de Sergio Arribas (pp. 6-7, 58); de Giorgio Benni (pp. 8, centro 30, 62, 64, 65); de Francis J. D’Costa (pp. 10, 14, superior 24, 34-35, 166-209, 264-265); del Museo de Bellas Artes de Valencia (inferior p. 16); de David Jiménez (p. 20); de Héctor Ulloa (inferior p. 28); de Fabián Ramos (pp. 73, 75); de Ozo Perozo (superior p. 81, superior derecha p. 83); de Elisa Villota Sádaba (inferior derecha p. 83); de Juan Borgognoni (pp. 48, 66, 87, 160, 164, 218); de Ana Laura Aláez y Abel Jaramillo (pp. 122, 123); de Abel Jaramillo (inferior p. 125); de Sergio Prego (p. 129); de Iñaki Eskubi (pp. 137, 139).
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