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MIRA A TU AL REDEDOR ¿ S E S IENTE

Ahora, regresemos a la licuadora. Recordemos que el punto de todo esto es hacernos mejores preguntas. ¿Qué nos hace sentir esta obra? ¿Nos incomoda esta sensación? ¿Se siente bien? Esas son las preguntas que deberíamos estar haciendo cuando nos encontramos frente a una obra. Preguntas como “¿esto es arte?” no deberían preocuparnos. Son paredes que bloquean la conexión que podríamos tener con la obra en si. Hay que observar, tocar, probar, escuchar con intención. La obra solo va a llegar hasta la mitad del camino. Debemos caminar el resto.

Licuar al pez es solo la forma que toma el mensaje, el mensaje que Marco nos quiere mandar es un poco más complejo que esto. Nos obliga a cuestionarnos el rol que cumple el arte en nuestras vidas, cómo nos puede enseñar más sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Difuminando la linea entre el artista y el espectador, nos volvemos parte de la obra. Es sentímos. Pero igual, al buscar solamente replicar el mundo natural estamos haciendo uso limitado de lo que el arte puede ofrecernos. Entonces, esfuerzo inútil. Lo único que realmente importa es la conexión personal que podemos formar a través del arte. La próxima vez que estes dentro de un espacio nuevo, observa como te relacionas con el. Tal vez le falta algo: cálidez, luz, color. Solo a través de nuestros sentidos podemos especular sobre cómo pueden ser nuestros espacios.

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Podemos imaginar un futuro que sea pensado para todos, para nuestra seguridad, tranquilidad y bienestar. Si hay una constante, es el cambio, podemos observar que no estamos en el punto que estamos por accidente, el mundo ha sido construido por las acciones de gente que se imaginó este cambio antes de que suceda. ¿Qué puedes imaginar tú?

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