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Edler Castellanos Rivera

1.

El proyecto de propuesta de rehabilitación y puesta en valor de la Antigua Penitenciaría Central de Tegucigalpa

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Edler Castellanos Rivera

Arquitecto por la Universidad Autónoma de Honduras y Maestría en Desarrollo Urbano y Territorial: Gestión y Transformación de Ciudades en Países en Desarrollo por la Universidad Politécnica de Cataluña; docente y actual Jefe de Departamento de la Carrera de Arquitectura UNAH.

La Carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), preocupada por contribuir a los procesos de desarrollo sostenible del país y alineada a los principios de la estrategia de vinculación universidad – sociedad, en el primer semestre del 2018 y a través de la clase de Diseño Arquitectónico VIII, facilitada por los profesores arquitectos Roberto Carlos Paredes y Edler Ricardo Castellanos, plantearon como ejercicio de la clase el proyecto Propuesta de rehabilitación y puesta en valor de la Antigua Penitenciaría Central de Tegucigalpa.

Para su desarrollo, la clase entabló una relación con las organizaciones ciudadanas que conforman el Colectivo Hormiga, apoyados por la Comisión Ciudadana del Centro Histórico del Distrito Central (CCCHDC), quienes desde hace varios años impulsan la recuperación y puesta en valor de este inmueble como un equipamiento cultural de la ciudad capital. La contribución de la Carrera de Arquitectura de la UNAH consistió en el desarrollo de varias propuestas arquitectónicas, las cuales constituirían el instrumento base que la CCCHDC utilizaría para la gestión de los recursos financieros requeridos para la ejecución del proyecto.

En las 18 semanas de duración del período académico, se estableció un proceso de trabajo que incluyó el reconocimiento del sitio, el estudio de casos referentes internacionales para construir el marco teórico conceptual de un proyecto de rehabilitación y puesta en valor de una edificación de tipología militar considerada patrimonio cultural, la preparación de hipótesis, así como la maduración del proyecto y la defensa de las propuestas. Al tratarse de una clase de último año de carrera, ésta mide la adquisición de las competencias básicas para que la UNAH otorgue el título de arquitecto. Por ello, se planteó el enunciado para el ejercicio que estableció como criterios esenciales para su valoración, el cumplimiento de factores que midieran la viabilidad técnica, social y financiera del proyecto.

Entre los factores para medir la viabilidad técnica se establecieron: el tipo de incorporación que se diera a los vestigios con valor patrimonial existentes y que han dado lugar a su declaratoria como patrimonio cultural de la ciudad; la capacidad de la propuesta para generar oportunidad de desarrollo económico sostenible de la población residente del sector, durante la ejecución de las obras y a lo largo de su funcionamiento, y el tipo de respuesta a la vulnerabilidad del sector. Para medir la viabilidad social se consideraron los siguientes aspectos para el diseño: la capacidad del proyecto para recuperar el sentido de pertenencia de la población residente en el sector, un proyecto arquitectónico que generara calidad de sensaciones y percepciones de tipo urbano-arquitectónico, la contribución del proyecto urbano-arquitectónico al fortalecimiento de la identidad cultural de la ciudad, la autenticidad de la propuesta urbano-arquitectónica y la contribución a la inclusión social del territorio beneficiado.

Por último, la viabilidad financiera del proyecto fue medida a través de los siguientes aspectos: que el equipamiento tuviera la capacidad de autofinanciar los gastos de su operación, que los costos de construcción y puesta en funcionamiento del inmueble tuvieran capacidad de ser aprovechados para generar capacidades locales y la ejecución del proyecto pudiera adecuarse en etapas constructivas, sin que las fases de ejecución alteraran el funcionamiento del lugar.

En todo el proceso se hizo énfasis en la importancia del legado de los arquitectos del país para continuar con la generación de patrimonio cultural urbano-arquitectónico. En este sentido, se discutió sobre la deuda que se tiene con la sociedad hondureña en la identificación y catalogación del patrimonio construido en el siglo XX, puesto que, aunque se han realizado esfuerzos de identificación de algunas obras, éstas aún no tenían en aquel momento el asidero legal que garantizara su protección. En el caso particular del municipio del Distrito Central, se hizo referencia a las obras contemporáneas dignas de protección, tales como: el conjunto del Congreso Nacional, el Banco Central de Honduras, el antiguo Banco Nacional de Desarrollo (BANADESA), el Hotel Honduras Maya, los edificios del Instituto Hondureño de Seguridad Social (Barrio Abajo, Boulevard Económica Europea y Barrio Torocagua). Sobre esta materia, la Guía de Arquitectura y Paisaje de Honduras, elaborada por el Colegio de Arquitectos de Honduras (2014) recoge una selección de obras arquitectónicas dignas de analizar.

Como parte de la discusión en la clase, se planteó que la existencia de leyes que promueven la protección del patrimonio cultural urbano-arquitectónico no tiene como fin “congelar en el tiempo” algunas obras, solo con el interés de constituirlas en un trofeo para quienes las idearon. Al contrario, estas medidas tienen que ser consideradas como un incentivo para que la sociedad, y en particular los profesionales de la arquitectura, sigamos promoviendo la construcción de obras que se conviertan en patrimonio cultural, lo cual conlleva al reto de que las nuevas obras urbano-arquitectónicas sean auténticas, porque responden a una cultura y a un contexto determinado. Estas obras tienen capacidad de mantenerse vigentes y de constituirse en piezas irremplazables, que pueden ser actualizadas, pero nunca desechadas. Bajo esta premisa, la propuesta de rehabilitación y puesta en valor de la Antigua Penitenciaría Central anhela constituirse en una pieza urbana-arquitectónica, que, dentro de 50 años, la sociedad hondureña pueda considerar como parte valiosa del patrimonio cultural edificado del siglo XXI.

Con mucho orgullo, la escuela de Arquitectura de la UNAH, en especial los profesores de Diseño Arquitectónico VIII del primer semestre de 2018, podemos confirmar que el objetivo propuesto en este ejercicio está dando resultados tangibles con una propuesta que ha sido reconocida por la Primera Bienal de Arquitectura de Honduras (2019) con el premio Mejor Proyecto de Intervención del Patrimonio Cultural –Categoría Estudiantil y, recientemente por la IX Bienal de Arquitectura de Costa Rica, con los premios Mejor Proyecto de Patrimonio Cultural y Gran Ganador de la Categoría Estudiantil. Nuestro deseo es que estos resultados contribuyan a que los tomadores de decisiones en nuestro país pongan su interés para que este proyecto se haga realidad.

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