A manera de conclusiones
E
l ciclo de conversaciones expandidas: “Habitar el placer: silencios y poder. Herramientas creativas para pensar el cuerpo en tiempos de pandemia” se llevó a cabo el 28 agosto, 4 y 11 septiembre de 2021. Devino en ritual de memoria propicio para el orecimiento de diálogos creativos para la vida. Comunión, en donde la propuesta artística Mea Culpa de la artista Julia Galeano (2021), fue pretexto para circunvolar las múltiples realidades, visibles y no visibles, entre ellas la manera en que impactó e impacta el Covid-19 en nuestra sociedad. Así, las conversas evidenciaron afectaciones reales y subjetivas respecto del sentido del tiempo y el territorio, al igual que sus repercusiones en la manera de relacionarnos con el propio cuerpo. Heridas, posibles de nombrar a través del autoconocimiento, en vista de que la autorreexión escudriña el mundo interior —emociones, afectos y pensamientos— en dialogo con la forma en que se expresa en nuestro mundo físico. En este sentido, el conocimiento de una misma ha sido pensado a manera de viaje, considerando que toda travesía posee una dosis de misterio, un secreto que es desconocido hasta que se le revela. En otro orden de ideas, el autoconocimiento asiste a la identicación de nuestra fuerza interior, energía creativa necesaria para enfrentar la batalla afanosa contra una misma. Batalla cotidiana que da corporeidad a la gura de la mujer en las expresiones artístico/culturales, como lo expresó Leticia de Oyuela, donde el conocimiento sobre una misma implica hacer frente a los miedos más profundos. Tal cual lo arma Audre Lorde cuando dice; la transformación del silencio en lenguaje y acción es un acto de autorrevelación, y eso siempre parece estar lleno de peligro. Desde este referente, la llegada de la pandemia en nuestro país, como aconteció en otros territorios de nuestro planeta mundo, mostró la efectiva capacidad de poder sobre la vida/muerte que ostenta el sistema capitalista/colonial/patriarcal. Al mismo tiempo, dio y da voz a la incansable búsqueda por superar las continuas frustraciones que constituyen nuestra mayor textura histórica, como señaló el investigador Ramón Oquelí, en relación con la batalla pictórica emprendida por doña Lety, como cariñosamente la llamamos. Mucho antes del arribo del COVID-19, nuestro país sobrevivía y sobrevive dentro de un sistema marcado históricamente por la precariedad, ausencia de justicia, violencias, desigualdades, corrupción, impunidad y en especial, por los silencios colectivos. Sobre todo, en estas conversaciones, se hace hincapié en el racismo que opera de forma efectiva y silenciosa, en tanto desmiembra el cuerpo social/territorial y rompe emocionalmente el sentido de identidad. Sentimiento de pertenencia a una comunidad, grupo, pueblo o familia que se percibe amenazado, similar a la sensación de desgarro de nuestro tejido protector, la piel. Como bien sabemos, nuestro órgano más grande es la piel, y nos protege de agresiones externas, frontera de posibilidades o inexistencias, del mismo modo que recorre todas las esferas de la vida/muerte.
del campo de las artes plásticas y visuales: un reportaje de un viaje íntimo colectivo que da cuenta de la herida colonial marcada en la piel. Por otro, el distanciamiento físico y el papel de las tecnologías virtuales —ausentes del cuerpo, y profundamente desigual en lo que respecta al acceso al internet/trabajo/educación—, que permitió la participación de creadoras que residíamos distantes del territorio hondureño. Y, nalmente, la propuesta artística “Mea culpa” con la que se abrió la posibilidad de abordar preocupaciones universales como; la culpa, la vergüenza y el miedo, recurriendo al tejido de saberes colectivos, fruto de la autorreexión de las prácticas artísticas de creadoras hondureñas. Sin lugar a duda, el ciclo de conversaciones expandidas ha sido un regalo restaurador, amoroso y de aprendizaje para todas las creadoras que tuvimos la oportunidad de participar en ellas. Una experiencia respetuosa y de cuidado frente a la posibilidad de vernos en riesgo, sobre todo, lo que respecta la integridad psicoemocional de las expositoras. De igual manera, este ciclo de conversaciones abordó procesos autorreexivos centrados en temas vinculados con el ejercicio del poder, relaciones marcadas por desigualdades que hacen efectivo el disciplinamiento y las resistencias personales y comunitarias. Asuntos densos y dolorosos, que dieron cuenta de energías que atraviesan el universo de creencias, respecto a cómo deben ser las conductas de las mujeres, el papel que juegan los patrones y valores morales/éticos sociales en lo comunitario, así como el impacto sociocultural de las memorias colectivas y las creencias propias (los mitos propios) y de nuestrxs antepasadxs. Finalmente, señalaría, que, durante las tres sesiones compartidas, se desarrolló una tensa confrontación de vivencias que visibilizó un engranaje de estructuras de pensamiento y emociones silenciadas —como lo señala la epigenética—, repetición de hechos victimizantes presentes a lo largo de varias generaciones. Así, estos espacios de encuentro fueron parte de un viaje a lo profundo de lo no dicho y las normas de silencio; custodios del reino de la culpa, la vergüenza y los miedos. En consecuencia, este espacio abrazador de dialogo y escucha, nos ha regalado la posibilidad de iniciar a comprender nuestros pensamientos a través de la autorreexión y lo vivido desde el propio cuerpo. También, nos ha permitido comenzar a reparar el cuerpo roto / fragmentado, tanto personal como colectivo. Es por ello, que pensamos este viaje como apuesta política/afectiva/estética sentida desde la comunidad, a manera de una sola piel, plural en dialogo intrageneracional, desracializada y desge-nerizada. Especialmente, ha sido un espacio que rearma el sentido por continuar reivindicando nuestro derecho a la expresión y la creación de apuestas creativas de, y para la vida.
Desde este universo, la Sala mujeres del arte contemporáneo SMAC/MUA, alcanza sus 25 años de existencia y revisita su transitar como espacio de reexión, investigación y expositivo dirigido a evidenciar las experiencias y saberes de mujeres creadoras en Honduras. La crisis que atravesamos a nivel mundial se ha presentado como oportunidad, tiempo incierto para la autorreexión, haciendo posible este ciclo de conversaciones. Coyuntura marcada, principalmente, por tres circunstancias; por un lado, la investigación en proceso “Exilio en la piel. La batalla cultural emprendida por mujeres creadoras en Honduras” (2021), que retoma las apuestas artísticas y de gestión de 37 creadoras I Ciclo de conversaciones expandidas | 2021 Puede ver el video en www.pakashn.com
Maniobra
Magazine Maniobra Volumen 10 | Junio 2022 Ciclo 1 Conversaciones Expandidas Josena Dobinger - Álvarez Quioto
MANIOBRA | P6