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LA PERICIA PSICOLÓGICA FORENSE
L A PERICIA PSICOLÓGICA FORENSE
Dr. Ítalo Rojas Cueva PSICÓLOGO DE LA UNIDAD DE MEDICINA LEGAL DE LA ZONA 9
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La investigación científica del delito tiene en la Policía Nacional del Ecuador las más altas cumbres del saber que por historia e institucionalidad, no podrán ser rebasadas y son la guía de las nuevas generaciones de Policías pertenecientes al eje investigativo y de profesionales civiles que en la última década han visto que la investigación criminal y el ámbito forense son espacios altamente estimulantes que le dan sentido a los anhelos de justicia que enaltecen la vida de las personas.
En el conjunto de las ciencias auxiliares del derecho penal, la Psicología tiene una misión indelegable: ofrecer al juez un informe científico, libre de especulación metafísica, con conclusiones demostrables y controvertibles. La pericia psicológica tiene las siguientes aplicaciones:
a. Valoración psicológica de víctimas
b. Valoración psicológica de sospechosos
c. Autopsia psicológica en casos de femicidio
d. Autopsia psicológica en casos de muertes equívocas
e. Perfil víctimal de personas
desaparecidas f. Perfil criminal deductivo
La valoración psicológica de víctimas tiene como objetivo comprobar la presencia de un daño psíquico y determinar si aquel daño, tiene relación de causa efecto con los hechos que se investigan. Así, se prueba no solo la victimización de una persona, sino también la existencia de un delito.
La valoración psicológica de los sospechosos, está orientada a determinar si estas personas tienen adecuadas capacidades cognitivas e intelectivas y el poder para decidir libremente sus actos; el perito psicólogo además concluirá si el modo de ser de esta persona y su estilo de vida, guardan correlación con el delito que se le atribuye.
La autopsia psicológica en casos de femicidio es una técnica fundamental que permite conocer el curso brutal de violencia que termina en el asesinato de una mujer. Permite que el juez conozca cómo a través de la violencia machista una mujer sufrió la degradación de su dignidad y llegó a un estado de indefensión y desamparo que facilitó su muerte.
La autopsia psicológica en los casos de muertes equívocas permite determinar a través de la reconstrucción de la vida de una persona, las condiciones de vulnerabilidad en las que vivía y los factores de riesgo que sobre esa persona incidían, permitiendo al Investigador policial discernir si se trata de una muerte natural, accidental, es un homicidio o un suicidio. Estas pericias se requieren en aquellos casos en los cuales el cadáver por su avanzado estado de putrefacción o al estar esqueletizado, no permite que se establezca una causa de muerte desde la experticia médico legal.
El perfil víctimal de las personas desaparecidas, es también un trabajo especulativo que mediante la explotación de fuentes de información tiene que establecer las condiciones de vida y otras circunstancias singulares de una persona que está desaparecida, y que pudieran ayudar a determinar mediante el diseño de hipótesis criminológicas cuál ha sido su destino.
El perfil criminal deductivo se aplica en aquellos casos que tenemos dos o más delitos y no se tiene indicios de que persona pueda ser la responsable. Empieza en el estudio analítico del expediente fiscal con especial énfasis en las versiones de las víctimas, el estudio del lugar de los hechos y el conjunto de indicios, con el fin de establecer qué persona podría estar cometiendo aquellas infracciones. Esta técnica permite caracterizar a un sujeto, no es la identificación singular de una persona; determina qué tipo de individuo es capaz de cometer los delitos que se investigan.
La psicología forense filosóficamente tiene que sustentarse en el racionalismo, entendido como la corriente epistemológica que acepta como conocimiento solamente aquello que ha sido sometido al escrutinio de la razón. Lastimosamente la psicología forense aún está contaminada por una serie de corrientes pseudo científicas, que nos hablan entelequias que causan el comportamiento de las personas y que puede ser elucidadas discrecionalmente por los psicólogos a través de los dibujos que hace una persona, interpretaciones de manchas, o de los contenidos de historias que se le pide que elabore.
El perito psicólogo forense es el evaluador que utiliza el método científico, que discierne entre dudas, y reconoce las limitaciones inherentes a los delitos ocultos; es el profesional que no usa como escudo el dogmatismo psicológico ni pretende hacer de su palabra un acto de fe para los jueces.
En la Policía Nacional creemos que no se puede concebir viable la pericia psicológica -sobre todo en delitos de violencia de género y femicidios- sin un enfoque feminista, entendido solamente como una perspectiva sistémica, igualitarista en ciudadanía y derechos. Sin estar en coyunda con la rutina, desdeñamos la improvisación de pericias como aquellas “pericias de contexto de género” o elaborar perfiles criminales de sospechosos identificados o de políticos, trabajos que en lugar de enaltecer a las Ciencias Psicológicas confunden sus objetivos.