EntreCultura 155

Page 1


.

Editorial

02

VIVE

LA

CULTURA

EDIT

RIAL

Ha llegado la semana santa, y con ella, la religiosidad y el fervor por las actividades de la época se ponen cuidadosamente de manifiesto en una que otra celebración barrial, siempre cumpliendo con los protocolos sanitarios que debido a la pandemia se exijen. Dentro de las diversas actividades que podremos realizar durante esta época, también debemos de reflexionar y agradecer sobre lo bueno o lo malo que nos haya sucedido desde la semana santa pasada hasta el día de hoy. Con esta edición, en EntreCultura, te invitamos a que hagas tu primer viaje cultural de la semana mayor a través de nuestras páginas, donde te llevaremos a conocer un misterioso destino que emerge del centro de la mismísima selva petenera, como lo es Tikal. Luego en un intrépido recorrido que pasará por montañas, ríos y lagos, te llevaremos a vivir la alegría de Yurumein, una celebración llena de fe y música garífuna en el caribe guatemalteco. A medio recorrido y para saciar el hambre, te invitamos a que conozcas y aprendas a preparar el delicioso atún a la vizcaína... mmm... está para chuparse los dedos. En las siguientes páginas de este impresionante viaje cultural, te llevaremos al pasado a revivr la época de oro del Ballet en Guatemala y donde por si fuera poco, conocerás a sus grandes exponentes.

01 al 04 / 08 al 10 de abril 10:00 a 17:00 hrs La Santa Pasión / Representación artística de la Pasión de Cristo Real Palacio de los Capitanes, Antigua Guatemala. Entrada gratuita.

10 de abril 19:00 a 21:00 hrs “Hecho a la Antigua” Concierto virtual de Ricardo Arjona Live streaming Venta de boletos en: www.hechoalaantigua.com www.Todoticket.com

Para terminar, te transportaremos al momento preciso en el que nace en la zona 2 de nuestra capital, el famoso barrio de Jocotenango. No nos queda más que desearte una feliz semana santa y desde ya, invitarte a que revivas y vivas la magia de la cultura de este nuestro bello país, el país de la eterna primavera. ¡EntreCultura, celebrando el Bicentenario a través de la cultura!

Directorio Daniel Nájera Director General

Giancarlo Hernández Diseño y Diagramación

Freddy Aguilar Diseño y Multimedia

Guillermo Wellman gwellmann@crnsa.com

Pablo Lancerio plancerio@crnsa.com

12 de abril 20:00 hrs Cursos sobre las aves de Guatemala Finca El Amate. Km. 50.5, Aldea los Positos, Villa Canales. Mayor información sobre los diferentes cursos en: info@birdingfest.net o en el WhatsApp +502 5388-1324.

Ventas Karen Ordóñez kordonez@crnsa.com

Colaboradores

• Deyvid Molina • Lizette Mertins • Luis Bruzón CECC/SICA • Juan Carlos Lemus Dahinten • Abraham Israel Solórzano Vega • CECEG • Juan Silva • Fundación La Ruta Maya • UFM/Museo Popol Vuh • Manuel Asturias / Unsplash • Miguel Álvarez Arévalo • PIXABAY • Freepik • PEXELES • Camilo Luin • Dudolf.com • Alexandre Tokovinine • EntreCultura un medio impreso/digital gratuito, editado y distribuido quincenalmente • EntreCultura pertenece a Consorcio CRN • El contenido es propiedad exclusiva de EntreCultura y puede utilizarse para fines educativos y culturales citando a EntreCultura como fuente de origen.

12 de abril Todo el día Convocatoria al Premio de Novela “Mario Monteforte Toledo” 2021 Convocatoria abierta a escritores centroamericanos que presenten obra inédita. Plazo máximo para pesentar propuesta: 31 de mayo de 2021



Cultura

04

El 16 de julio de 1948, se realiza la primera presentación de este nuevo arte en Guatemala. / Foto de referencia PB

La época de oro del ballet guatemalteco Durante muchos años, la cultura y el arte fueron el centro de atención en nuestro país, llegando a tener una de las compañías de danza más importantes de la región, la que hoy conocemos como Ballet Nacional de Guatemala. Redacción: Deyvid Molina / CECEG Fotos: Deyvid Molina (DM) - Lizette Mertins (LM) - Pixabay (PB)

Luego de la gesta revolucionaria del 20 de octubre de 1944, se abrió una nueva página en la historia de Guatemala, dando paso a diversas manifestaciones culturales y artísticas. Fue así como en 1947 surge la iniciativa de la creación de un conjunto de danza clásica, la cual hasta ese año se practicaba únicamente por personas particulares y pequeñas academias de danza privadas. El 16 de julio de 1948, tras varios meses de preparación, un elenco de 16 personas comprendidas entre los 13 y los 23 años, se presentaban por primera vez en el desaparecido Teatro Capitol, con un repertorio de danzas clásicas y una buena aceptación por parte del público. Desde ese momento al conjunto se le llamó Ballet Guatemala, el cual con el paso del tiempo cambiaría a Ballet Nacional de Guatemala. Fabiola Perdomo, Consuelo Polantinos, Judith Armas y Roberto Castañeda, fueron algunos de los que debutaron en aquella lejana fecha, bajo la dirección de Marcelle Bonge y Jean Devaux, pareja de origen belga radicada en el país. Al año siguiente, se hicieron cargo de la dirección del Ballet Guatemala, los esposos de origen soviético,


La “Sílfide”, temporada oficial de 2013. / DM

Leonide Katchourowsky y María Tchernova. En septiembre de ese mismo año se fundó la Escuela Nacional de Danza, institución encargada de formar a los bailarines que con el tiempo pasarían a formar parte de la compañía. El grupo fue perfeccionando su técnica, el reportorio fue creciendo, así como el elenco, ingresando en esa época Manuel Ocampo, y Antonio Crespo (figura que sería clave dentro de la historia artística guatemalteca). Se hicieron presentaciones en el interior del país, así como en El Salvador y Costa Rica. Tras la caída del presidente Jacobo Árbenz en 1954, la Escuela Nacional de Danza y sus directores fueron señalados de propagar ideas comunistas. La institución fue clausurada por el Gobierno del nuevo mandatario, Carlos Castillo Armas. Aunque la disposición no afectaba al Ballet Guatemala, por estar ligado a la Escuela de Danza, cesó sus actividades. En 1955, fue nombrado director del Ballet Guatemala, el maestro inglés Denis Carey, mientras que para la Escuela de Danza fue designado Joop Van Allen, de origen holandés. En ese mismo año se integra a la compañía, una de las grandes glorias de la danza guatemalteca: Christa Mertins. Para 1962, se hace cargo de la dirección del ballet,

Antonio Crespo, quien había sido bailarín durante la dirección de los esposos Katchourowsky. En esa época se integraron a la compañía varias jovencitas formadas en la Escuela Nacional de Danza, que darían grandes éxitos a la institución, entre ellas: Gladys García, las hermanas Brenda y Susana Arévalo, Sonia Juárez, Sonia Soto y Ana Elsy Aragón. Bajo la dirección de Crespo se iniciaron en 1963 las temporadas oficiales; se montaron ballets completos del reportorio mundial, entre ellos: “El Lago de los Cisnes”; “Coppélia” y “Giselle”. Las primeras figuras de esta nueva época fueron Christa Mertins, Manuel Ocampo, Gladys García y Richard Devaux (hijo de los fundadores de la compañía). Varias giras se llevaron a cabo a Centroamérica y una a Colombia, cosechando grandes triunfos. Bailarines internacionales llegaron a Guatemala a bailar con el Ballet Guatemala, destacando el canadiense Vincent Warren, quien junto con Mertins hicieron una de las parejas dancísticas más queridas y admiradas en Guatemala. Crespo dio oportunidades a otros coreógrafos para presentar sus obras dentro del ballet, destacando Roberto Castañeda. Se dice que en el decenio de 1960 el Ballet Guatemala fue de las mejores compañías de danza

clásica en América Latina. Debido al grado de perfeccionamiento y logros alcanzados por el conjunto, algunos estudiosos del arte nacional han asignado a la dirección de Crespo como la “Época de Oro de Guatemala”. En 1972 llega como director huésped el canadiense Brydon Paige, quien monta uno de los grandes y mejores espectáculos artísticos que el público guatemalteco vio en el siglo XX, la suite de “Carmina Burana”, acompañada de la Orquesta Sinfónica Nacional y del Coro Guatemala. Tras la salida de Antonio Crespo de la dirección del Ballet Guatemala en 1978, el conjunto experimentó tiempos difíciles, en donde la producción artística fue baja y las giras fuera del país menguaron. En 1992, se hace cargo del conjunto el bailarín guatemalteco Carlos Marroquín, quien trabajó duramente para devolver el esplendor que en antaño tuvo la compañía. El 24 de marzo de ese mismo año el Congreso de la República nombró Patrimonio Cultural de la Nación al conjunto, y fue cuando se le empezó a llamar Ballet Nacional de Guatemala. De 1998 a 2010, el grupo estuvo bajo la dirección de la maestra y bailarina Amalí Selva. De esta época destacan nuevos valores, entre ellos Anoushka Devaux, Andrea Álvarez, Julio García, Nancy Urla, Benjamín Hernández, Claudia García, y en los últimos años Inés Estrada, Luisa Chaluleu y Gerson Malín, por mencionar algunos nombres. En esta nueva fase del Ballet Nacional de Guatemala se han presentado con el grupo bailarines internacionales, algunos venidos de Rusia. La producción coreográfica ha ido en aumento, llevándose a cabo temporadas oficiales, escolares, departamentales y navideñas, presentándose en ésta última la suite “El Cascanueces”.

Christa Mertins y Vincent Warren en “Giselle”, en la época de 1960. / LM

Ensayo de los primeros integrantes del Ballet Guatemala en el Palacio Nacional, antes de su presentación del 16 de julio de 1948. / LM

Tras más de 60 años de historia, el Ballet Nacional de Guatemala ocupa un lugar importante dentro de la historia social y cultural de nuestro país. Altas y bajas han caracterizado su vida; sin embargo, sus integrantes luchan por presentar año con año un espectáculo de primera clase a su público.


La

oportunidad

de iniciar tu propio negocio está aquí.



Tradición

08 YURUMEIN, fiesta garífuna de colorida fe

Imagen de San Isidro, con su rostro blanco, barba y rasgos europeos.

Mirando hacia el horizonte donde se esconde el sol detrás del mar, San Isidro contempla la inmensidad del mundo, como esperando a que lleguen sus antepasados a la celebración. Redacción: Luis Bruzón / Extracto del libro “Entre Caobas y Flamboyanes” - CECC/SICA Fotos: Luis Bruzón

La imagen de San Isidro es en Livingston la de un campesino de rostro blanco, con barba y facciones europeas, la representación más tradicional que podríamos encontrar en Madrid, de donde es originario y Santo Patrón. Pero aquí, en el caribe guatemalteco, San Isidro está mirando al mar y a sus pies hay frutas tropicales, yuca, caña de azúcar y plantas autóctonas. Las han cosechado los agricultores garífunas y hoy las traen hasta el muelle para venerar y rendir homenaje a este santo que en su día llegó de ultramar, como los ancestros de este pueblo, herencia afrodescendiente e indígena a la vez. Por eso, también a San Isidro lo consideran su Patrón y emblema del acontecimiento más importante de su historia: el Yurumein. Yurumein significa el origen, el nacimiento, la gestación de la actual cultura garífuna. Yurumein es también San Vicente, la isla originaria de su cultura, junto a los cayos de Dominica, Granada, Guadalupe, Saint Kitts y Nevis, en las Antillas Menores, ocupados antiguamente por indios caribes que se resistieron a la colonización europea. En 1635, dos embarcaciones con esclavos africanos naufragaron cerca de allí y los que lograron escapar se refugiaron en las islas. Con el paso de los años se mezclaron con los caribes, que a su vez habían matado a los hombres arawak para juntarse con sus mujeres, dando fruto a una serie de mestizajes que ya fueron irreversibles. Surgió la nación garífuna, los “caribes negros” o garinagu, protagonistas de la configuración de la actual fisonomía afrodescendiente de Centroamérica, forjada a base de pugnas y batallas entre españoles, ingleses y franceses por el control de la costa. El Yurumein es hoy una gran fiesta, una gran evocación a la sufrida historia de un pueblo que construyó su identidad con gran sacrificio. El Yurumein es la llegada de los primeros garífunas a Guatemala, a Livingston. En el éxtasis que provoca hoy el sonido frenético de los tambores y los cánticos de origen africano, brotan lágrimas de alegría y al mismo tiempo de dolor atávico, en un profundo sentimiento de arraigo cultural y conexión con sus antepasados.

Desde su salida de la iglesia y durante todo el recorrido, la procesión de San Isidro es acompañada alegremente por mujeres ataviadas con sus coloridos trajes y sombreros.


Hacia Guatemala, un grupo comandado por Marcos Sánchez Díaz entró por el Golfo Dulce (Labuga) fundando el actual pueblo de Livingston. “En 1802 arribó a Livingston una goleta Inglesa tripulada por Marcos Sánchez Díaz, de raza negra y natural de Haití, quien se asegura fue el primer poblador de este puerto; visicitudes de la vida le obligaron a trasladarse a Punta Gorda, volviendo a Livingston en 1806” (Arrivillaga, 2006).

“Nuestra tierra natal fue San Vicente, Yurumein, pero fuimos desterrados de allí por los blancos y por eso vinimos navegando en busca de nuestra gente garífuna, de nuestra raza”. Otros fragmentos del culto cantado a los ancestros alude al propio Sánchez Díaz con otros nombres -Yeiba- o a personajes que lo acompañaron en aquellas primeras travesías hacia la conformación del nuevo pueblo garífuna: “Ragüla Yeiba lufandira, habu lisanigu” (Yeiba ondea su bandera con sus hijos); “Ragüla anihou lisimunura, habu lisanigu” (Anihou ha tomado el timón).

Sánchez Díaz es conocido como “mayuru” en Livingston (en alusión a su grado militar de Mayor). Según un presunto bisnieto, atesoraba poderes sobrenaturales, ya que “hizo el milagro de sanear el paraje, pues sacó las plagas y terminó con los animales ponzoñosos que impedían fincar aquí vida humana alguna”.

Poco a poco la comitiva se va haciendo más numerosa y junto al color moreno de la piel garífuna se abre un abanico de vistosas tonalidades, en los trajes de quienes forman parte del ritual y las banderas que portan con los símbolos de la identidad de su pueblo.

Relatos posteriores, ya entrado el siglo XIX, dejan interesantes datos sobre este personaje.

Las mujeres hacen gala de los colores más intensos, en sus vestidos largos, túnicas y pañuelos en la cabeza.

El viajero francés Alfred Valois relata su encuentro con el Tata Marcos, un anciano caribe de gran vitalidad, muy querido en toda la costa centroamericana, al que atribuyó nada menos que 132 años, hablaba un buen francés y se jactaba de haber fundado el puerto del que también había sido comandante.

Otras llevan pintorescos y típicos sombreros de paja, necesarios en la húmeda descarga del sol más cenital.

La llegada a Livingston de Sánchez Díaz o su posterior venida en alguno de aquellos primeros viajes a esta población ocurrió un 15 de mayo, o sea, el día de San Isidro, lo cual reafirmaría el sentido de celebrar el Yurumein en esa fecha. El muelle de Livingston es el punto de arranque de la procesión que durará casi todo el día. El ritmo del avance del cortejo es lento porque los portadores del anda bailan literalmente durante todo el trayecto, con movimientos para adelante y para atrás, al ritmo de tambores, sonajas, trompetas de caracol y cánticos sagrados en garífuna. Sus letras hacen referencia al Yurumein. María Lambe reproduce uno de esos cantos y traduce su significado:

Se unen hoy, además, garífunas de diferentes procedencias. Han venido de Honduras, de Belice, de Nicaragua y de Estados Unidos. En un momento de la procesión, otro grupo en sentido contrario llega al encuentro del Santo. Cuando chocan sus gritos y tambores alcanzan un desenfreno en el que se percibe la presencia de los antepasados. Referencias: - Arrivillaga Cortés, A. (2010). Del tambor africano a la música garífuna, un recorrido por las formas musicales y danzantes de los garinagu. En Clave Afrocaribe, Centro Cultural de España en Costa Rica. - Arrivillaga Cortés, A. (2006). Marcos Sánchez Díaz fundador y protector de Gulfu Iyumou (Labuga). La música que acompaña la procesión, revive entre sus notas la historia de Yurumein, la llegada de Yeiba y los recuerdos de sus orígenes ancestrales.

Parte de la ceremonia consiste en colocar la imagen de San Isidro frente al mar.




Sabor

12

Atún

a la Vizcaína

Dentro de la variedad de platillos de semana santa, sin duda el atún a la vizcaína es uno de los favoritos. Redacción: EntreCultura Fotos: Pixabay (PB) - Oceanpng (OP)

PB.

Con la Semana Santa llegan los mejores platillos tradicionales del verano guatemalteco, y entre ellos, el consumir pescado es un hecho que más allá de una tradición, se convierte en un fervoroso acto cargado de fe cristiana. Hay muchas formas de consumir pescado durante estas épocas y el atún se convierte en uno de los platos favoritos por su delicioso sabor, sus múltiples recetas y su manera tan accesible de encontrarlo hasta en la tienda de la esquina.

OG.

El atún es una de las fuentes más importantes y nutritivas que nos ofrece el mar. Es sumamente sano y de fácil digestión. Ideal para una dieta balanceada y sobre todo, rico en ácidos grasos omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en la sangre y a hacer la misma más

PB.


fluida, lo que disminuye el riesgo de aterosclerosis y trombosis. Por eso en caso de enfermedades cardiovasculares, es recomendable el consumo de atún y otros pescados azules. El atún es el pescado habitual en la dieta que posee más contenido en proteínas de alto valor biológico (23 gramos por 100 gramos), superior incluso a las carnes. Una de las formas más recomendables para prepararlo en esta semana santa es: el Atún a la Vizcaína. Si bien la tradición nos dice que esta receta, herencia de la conquista española se suele preparar con pescado seco, el atún se convierte en una opción económica y práctica para quienes gustamos del buen sabor del atún. Fue durante la conquista, que a Guatemala llegó toda la riqueza culinaria española, entre estos la salsa Vizcaína. El nombre de esta salsa delata con exactitud cuál es su origen, por ello forma parte de los recetarios populares de la cocina vasca, y se incorpora con facilidad, por su importante ligazón, a platos en los que el ingrediente principal es el pescado.

Como se prepara el Atún a la Vizcaína Ingredientes 4 latas de Atún 1 lata de puré de tomate 2 cebollas picadas 4 dientes de ajo rodajados 2 chiles pimientos picados 1 lata de aceitunas verdes 1 lata de alcaparras sin sal Preparación Ponga una cacerola con mucho aceite de oliva y proceda a dorar los ajos rodajados. Ahí mismo agregue la cebolla, el puré de tomate y los chiles pimientos, sazone con sal, pimienta y el perejil. Elimine el agua al atún y agréguelo a la salsa junto con las aceitunas verdes y alcaparras, se deja hervir por un momento y listo para servir.

PB.




Historia

16

Paso a paso recorriendo la historia de Jocotenango Hermanadas desde su origen, la ciudad de Jocotenango en La antigua Guatema y su posterior sede en la actual zona 2 capitalina, se fueron abriendo paso entre terremotos e inundaciones. Redacción: Abraham Israel Solórzano Vega / CECEG Fotos: http://cattusguatemalensis.blogspot.com Entre las ruinas de la época colonial, la ciudad de Antigua Guatemala, guarda celosamente las historias de los orígenes de nuestra ciudad. / PB


Calles de Jocotenango donde podemos observar un tranvía jalado por caballos.

Entrada principal al antiguo parque de Jocotenango.

Parque Minerva.

El nombre Jocotenango se considera que es de origen náhuatl, aunque se le ha dado diferentes significados. Según Francis Polo, se puede traducir como “lugar de jocotes” y según Jorge Arriola, se deriva del vocablo xocotla, que quiere decir “lugar donde hay muchos árboles”.

En ese lugar, compartieron el espacio geográfico indígenas kaqchikel y k’iche’, posteriormente, la reducción llegó a ser una de las más importantes del período colonial.

Pedro Las Huertas, Ciudad Vieja y San Gaspar), se trasladaron a la Nueva Guatemala para satisfacer las necesidades alimentarias y de trabajo de los habitantes criollos y españoles.

El trabajo principal de los indígenas en ese momento era la albañilería, quienes eran ocupados para la construcción de edificios públicos, religiosos y casas particulares, lo cual fue la causa principal de su traslado a la Nueva Guatemala de la Asunción. Otra actividad a la que se dedicaba la población de Jocotenango era la crianza de cerdos y comercialización de manteca de dicho animal, ya que eran ellos los encargados de proveer del producto a la ciudad de Santiago de Guatemala.

Específicamente el pueblo de Jocotenango fue trasladado para que sus habitantes cumplieran con la función de constructores en el caso de los hombres y nodrizas o chichiguas las mujeres. También, laboraban en actividades de comercialización de productos porcinos y granos básicos.

En la nomenclatura actual el pueblo de Jocotenango estaba ubicado en una parte de la zona dos de la ciudad de Guatemala. Comprendía de la primera calle hacia el norte hasta llegar al hipódromo y de la tercera avenida hacia el oeste hasta la séptima avenida. El trazo de la reducción estuvo a cargo de Bernardo Ramírez, quien siguió el modelo reticular con una plaza central. El pueblo de Jocotenango tuvo sus orígenes en 1527 aproximadamente, en el lugar conocido como el Valle de Almolonga (Ciudad Vieja). Fue una de las primeras poblaciones indígenas fundada posterior a la conquista. La población era de origen mexicano y kaqchikel, la cual había sido dada en repartimiento a Pedro de Alvarado. En el lugar indicado fue también donde estuvo la primera ciudad de Guatemala. Debido a la inundación que sufrió el valle en 1541, las autoridades decidieron que era necesario el traslado de la ciudad a un lugar más seguro. Fue en 1543 cuando la ciudad se trasladó al Valle de Panchoy (Antigua Guatemala), lugar donde permaneció 230 años. Fue también el mismo año, cuando Jocotenango se trasladó dos kilómetros al noreste de la Ciudad de Santiago de Guatemala.

Algunos años después, debido al terremoto de 1773, al que se le dio el nombre de Santa Marta, por órdenes del rey de España en 1775, siendo el presidente de la Real Audiencia Martín de Mayorga, se decidió trasladar la ciudad, disposición que según las autoridades coloniales era para ofrecer mayor seguridad a la población, pero objetivamente el traslado se debió a causas económicas más que a la búsqueda de un lugar seguro. La orden fue ejecutada en 1776, año en el que se trasladó la ciudad al Llano de la Virgen, en el Valle de las Vacas. El gobierno colonial, contempló que con el traslado de la ciudad se necesitaría no solo de pueblos proveedores de alimentos, sino también de mano de obra, tal como estaba establecido en la ciudad de Santiago de Guatemala. De tal manera, que Jocotenango al igual que otros tres pueblos (San

En 1777 se decidió el traslado obligatorio del pueblo. Esto, a pesar de estar en desacuerdo los habitantes ya que al trasladarse se les desarraigaba de sus familias, casas, tierras y costumbres. La adquisición del terreno indicado era exclusivamente para la construcción de ranchos de vivienda. El encargado del traslado fue el Oidor de la Real Audiencia, Juan Antonio Arredondo, quien determinó que, como primera acción necesaria, se debía construir: la iglesia, el cabildo y la cárcel. La iglesia como parte importante del dominio ideológico, se construyó de madera y techo de paja, la cual duró únicamente cinco años, posteriormente fue reconstruida con los mismos materiales varias veces. Hasta 1810, la iglesia de construcción de adobe y materiales más sólidos no había sido edificada. Se puede decir entonces, que los habitantes de Jocotenango fueron los responsables de la construcción de la nueva capital, tanto trabajaron en edificios públicos como privados. Quienes por sus servicios recibían el pago de un real diario, estipendio con el cual debían satisfacer todas sus necesidades y las de sus familias. Una de las razones por las que el pueblo de Jocotenango de La Antigua Guatemala no se despobló totalmente, fue porque en el quedaron los llamados “reservados”, es decir, los que estaban exentos del pago de tributo, que, según los documentos del Archivo General de Centro América, en 1776 eran 62 personas. Puede ser, que a ellos se agregaran los que escapaban del nuevo pueblo y regresaban para reincorporarse a sus actividades en el antiguo asentamiento.

Conocer nuestra historia es alimento de sabiduría. La amplia avenida Simeón Cañas, custodiada por centenarios árboles que aún pueden admirarse hoy en día.


Tenemos todo para tu Pérgola



Destino

20

Un mágico reencuentro con el mundo maya. Redacción: Luis Bruzón Fotos: PIXABAY

Amanece en Tikal, como cada día desde el origen del universo. El espectáculo es asombroso. Para disfrutarlo con intensidad, hay que levantarse de madrugada y subir hasta lo alto del templo IV. A oscuras, al albur de la inmensidad, se adivina un mar boscoso infinito, del que brota el sonoro rugido de los monos congo, formando un eco sobrecogedor. De repente, el silencio, algo flota en el ambiente, un áura mágica, un hálito espiritual en el que convergen las enseñanzas del Popol Vuh -libro sagrado de los mayas- con las reflexiones del observador en semejante escenario: En el principio de los tiempos solo había oscuridad. Todo estaba inmóvil y callado. Y llegó la luz, y con ella, la vida... el agua... las montañas... los árboles... los animales. Y del sagrado maíz nació el ser humano.

Y de su obra se levantaron imponentes ciudades que se quedaron con nosotros... para siempre. Tikal se quedó para siempre. Por eso, cada día, amanece, renovando la energía ancestral. Una tenue franja de luz comienza a abrirse en el horizonte. Se adivinan las cresterías de los grandes templos. La naturaleza es fastuosa y nace el gran astro, el sol, el gran Ajaw, Hunaphu, surgiendo del Inframundo para iluminar un día más a Guatemala, a los hijos del maíz. Los matices de la espesura exhiben todo su esplendor. Los turistas fotografían el cuadro una y otra vez. Ante sus ojos se alza “la ciudad de las voces o de las lenguas”, según su etimología más aceptada. Una joya cultural y natural, claro ejemplo de la vida de los mayas en el Periodo Clásico -entre los años 200 y 900 de nuestra era-, aunque sus inicios se


Estelas, templos y pirámides emergen del corazón de la selva petenera, para mostrarnos la grandeza de una de la civilizaciones más avanzadas de la antiguedad.

remonten al año 800 a. C. Hoy es Patrimonio de la Humanidad y uno de los Parques Nacionales de América, con 576 kilómetros cuadrados de selva en la que las piedras milenarias conviven con una gran biodiversidad.

Arcanos de la historia

La niebla se apodera del conjunto arquitectónico de forma súbita. Le confiere un toque de misterio añadido a los enigmas que quedan por resolver en Tikal. Esta ciudad fue una de las más importantes del Imperio Maya junto a Calakmul, en México, con la que sostuvo una fuerte rivalidad. Es también una de las más grandes. Sus vestigios constituyen una fuente inagotable de información sobre el funcionamiento de las sociedades mayas, así como sobre las leyes de la naturaleza en los ecosistemas de las tierras bajas del Petén. Más allá de los numerosos guías turísticos que cada día recorren el parque a la cabeza de grupos numerosos de visitantes, los arqueólogos reconstruyen la historia de Tikal y sus diferentes etapas, como la que vivió bajo una aparente dominación de la mexicana Teotihuacán. En sus estudios, Oswaldo Oswaldo Gómez, arquéologo e incansable investigador de Tikal, ha tratado de reinterpretar las conclusiones realizadas por expertos anteriores, porque la investigación en Tikal no se detiene. Solo una cuarta parte de su área arqueológica ha sido escrutada. Por ejemplo, aquella presencia teotihuacana, ¿hay que interpretarla como una invasión o una alianza comercial? El arqueólogo sostiene que quizá fuera una mezcla de las dos, que comenzó con un acercamiento mutuo de intereses comerciales y terminó convirtiéndose en un ansia de conquista por parte de los mexicanos. Esta fase crucial de la etapa de Tikal concluyó a finales del siglo VII. La ciudad recuperó su soberanía a manos del gobernante Hasaw Chan Kawil. En su honor se construyeron los dos templos principales de la Acrópolis Central, las dos emblemáticas pirámides que, enfrentadas una con otra y separadas por la gran plaza, constituyen el símbolo del parque: el templo I, del Gran Jaguar; y el templo de las Máscaras -templo II-, dedicado a la esposa del gobernante. Su sucesor, Yikin Chan Kawil construyó el templo IV, desde el que asistimos a una embriagadora vista de la vegetación y las cresterías. Entre ellas surge también la del templo III, al que los visitantes no tienen acceso. No hay

que olvidar el templo V, impresionante estructura al sur de la Acrópolis Central, de 57 metros de altura. Otras estructuras, planas en su cumbre, cumplieron una función de observatorios astronómicos. Desde ellas, los mayas contaban con un ángulo perfecto de visión hacia los cuatro puntos astronómicos. De su paciente trabajo de análisis y cálculo nacieron las cuentas de medición del tiempo que hoy conforman un calendario considerado más exacto incluso que el gregoriano. Sobre la base de su observación minuciosa, sabían calcular los momentos más propicios para las cosechas, para el funcionamiento de una vida en comunidad que en Tikal superó los 1.500 años de existencia y, en el momento de mayor apogeo, los 100.000 habitantes.

Piedra en la selva

Mirta Cano, bióloga del parque, reflexiona sobre la incidencia del bosque en ese concepto de precisión matemática. “Las siembras, por ejemplo, estaban relacionadas con el paso de las hormigas, con el canto de los monos, con señales que brindaba la naturaleza”, afirma, y se pregunta a la vez en qué momento pudo perderse la conexión entre el ser humano y el medio ambiente. “Al principio todo lo basaban en el conocimiento del cosmos, de su funcionamiento. Siento que la transmisión de ese aprendizaje se cortó en un momento determinado de la historia”, advierte. Los guías explican cómo en la época de mayor esplendor de Tikal, el territorio que ahora caminamos entre la espesura no existía. Era una gran planicie sin árboles, lo que nos conduce a otro enigma sin una respuesta clara. ¿Cómo fue realmente la relación de los mayas con la naturaleza? ¿Lograron conocer los entresijos del entorno en el que habitaban y los significados del ecosistema? Jaime Escobar, que trabaja como experto botánico del parque, cree que los mayas tuvieron gran intuición para abordar los aspectos relacionados con la ecología. Para él, el hecho de que deforestaran las superficies de su hábitat responde a la necesidad de aumentar la superficie de sembradíos para alimentar a una población de grandes proporciones para aquella época. La madera también fue utilizada para sus templos y construcciones, por lo que demostraron sabiduría en el manejo de los recursos forestales. Es probable que, en el colapso y abandono de Tikal, que, al igual que en otras ciudades mayas también se produjo aquí, influyera la deforestación, pero Escobar desestima la teoría de que aquella población fuera

una gran destructora de árboles. En su opinión, aquella civilización fue sabia en el uso que dieron a plantas como el Ramón, cuyo fruto es más rico en proteínas y minerales que el propio maíz; o el Chico Zapote -de cuya resina se extrae el chicle-, cuyos frutos formaron parte de su dieta alimenticia.

Esencia de la Biosfera Maya

Por todo ello, a Tikal hay que entenderla de forma integral, tanto en su parte arqueológica como en la biológica. Hoy en día es ciudad maya de renombre, pero también reserva forestal y parte de la Biosfera Maya. Con una superficie de 21,602 kilómetros cuadrados, conforma el espacio natural protegido más grande de Guatemala, ocupando la mitad septentrional del departamento de Petén. La presencia de la formidable ceiba confirma este axioma, erguiendo su figura enhiesta de árbol sagrado, columna vertebral que une el mundo real con Xibalbá, el Inframundo.

Turismo sostenible

El futuro pasa por un manejo sostenible del turismo. Mirta Cano recuerda que la variada fauna que habita en el bosque de Tikal vive en condiciones de libertad: “Son animales salvajes, que buscan su alimento de forma instintiva. Muchos turistas, al querer acercarse a ellos y darles comida, lejos de ayudarles están alterando el comportamiento natural de las especies. El turismo supone un alto impacto para Tikal, por eso hay que manejarlo bien y realizar tratamientos adecuados de desechos”. La bióloga recomienda a todos los turistas que cuando lleguen a Tikal se hagan con los servicios de un guía. “El parque es difícil de entender y acompañados de un guía especializado podrán comprender los procesos que se producen en esta ciudad milenaria y sentir las energías que amanan del sitio”, añade Mirta. Mientras, el sol entrega el testigo a la luna en la labor diaria de iluminar esta ciudad eterna. Será hasta mañana, cuando amanecezca. Entonces, el conmovedor rugido de los monos congo y la sinfonía de colores completarán el ciclo sagrado de la vida.


Aprende

22

TOJ

Según el Calendario Maya, este Nawal está representado por el abuelo Sol, con su fuerza: la ley de causa y efecto. Significa ofrenda, pago y lluvia. Su punto cardinal responsable es el norte y su elemento natural el aire. Es el Nawal de los cuatro señores del fuego, Tojil, Awilix, Jakawitz´ y Nikajtakaj. Es el encargado de nivelar o pagar cualquier deuda, representa al día en que se agradece todo lo que recibimos en nuestra vida, lo bueno y lo malo.

Trajes indígenas de Guatemala

Indumentaria de San Gaspar Chajul, El Quiché. Portadora del traje: María Reyna Imul Mendoza

Su símbolo representa a quienes captan mensajes cósmicos y son personas con mucha sensibilidad para las artes. Los lugares energéticos son la playa y las rocas grandes. Las partes del cuerpo que rigen son los oídos y energía seminal. Sus colores son el rojo y blanco. Los Toj son personas productoras, creativas, artistas, trabajadoras, grandes pensadores, con habilidad y facilidad para hacer manualidades y lloran con facilidad.

www

Conoce cuál es tu Nawal y su significado, ingresando a: http://mcd.gob.gt/calcular-nawal/


El que busca encuentra

JATZ´: Golpear El logograma JATZ’ representa una mano agarrando una piedra. Dicho verbo es incluido con frecuencia en las frases nominales de los espíritus “wahy”, apareciendo muchas veces en plena acción de golpear a sus oponentes.

¿Apresúrate a encontrar la rana antes de que vuelva a saltar?

Por: Camilo Luin Dibujo: Alexandre Tokovinine

¿Sabías qué...? En la Parroquia de la Candelaria, en la Ciudad de Guatemala, se venera actualmente una pequeña imagen de la Virgen de Dolores, en la capilla de Jesús Nazareno, la cual fuera trasladada a dicha parroquia a raíz de la traslación de la ciudad. Ya que en la Antigua Guatemala, tenía una ermita, cargada de leyendas, en lo alto del Cerro, cuya administración dependía de dicha parroquia. Por Miguel Álvarez Arévalo, Cronista de la Ciudad de Guatemala.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.