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Pensarte. Arte y salud mental

Centro de Gestión Cultural*

La música, la ilustración, la escritura creativa y la danza/movimiento impartidas por profesores del Centro de Gestión Cultural de la Javeriana ayudan a personas en situaciones de salud mental en su proceso de recuperación.

“Dibujando, bailando, escribiendo y expresándose en otros lenguajes salen muchas más cosas que las que salen de una entrevista clínica y no necesariamente relacionadas con la enfermedad. Esto resulta muy catártico, se les abre un mundo de posibilidades para que salgan cosas que con palabras ellos nunca nos van a poder expresar”, comenta Andrea Caballero, médica psiquiatra y directora científica de la Clínica Campo Abierto con quien la Pontificia Universidad Javeriana desarrolla hoy el proyecto Pensarte – Arte y Salud Mental.

El proyecto Pensarte se crea con el fin de acompañar, cuidar y proteger a pacientes y personas en situaciones especiales relacionadas con salud mental, propiciando un espacio de búsqueda de bienestar individual y/o colectivo, de la misma manera que busca amortiguar y facilitar las situaciones emocionales que traen estos procesos para pacientes, familiares y profesionales de la salud, ampliando las formas de expresión de sentimientos y emociones a través de diferentes canales, no necesariamente orales/verbales.

Carolina Gómez, directora del Centro de Gestión Cultural de la Universidad Javeriana, explica que Pensarte – Arte y Salud Mental nació en este Centro el año 2019 como parte del programa Arte y Medio, en donde se alojan los proyectos y experiencias que vinculan las artes como herramienta de transformación e impacto social. Se acompaña de iniciativas como Recital en el Hospital, proyecto que busca acercar la experiencia musical a un entorno hospitalario, en este caso en alianza con el Hospital Universitario San Ignacio, en donde ha estado vigente por cinco años ininterrumpidos, tanto en modalidad presencial como virtual.

Pensarte “se construye como un laboratorio de experiencias motivadas por un artista y su técnica, para que los beneficiarios puedan valerse de elementos gráficos, sonoros, creativos y performáticos que les permitan manifestar lo que piensan, sienten, buscan o lo que desean. Para ello, se propician espacios confiables, libres de juicios y etiquetas, en los que no existen los llamados “pacientes”, y en donde se incluye al personal asistencial en calidad de participantes, como parte del sentido inclusivo del proyecto. Su estructura considera cuatro disciplinas artísticas en su primera fase: música, ilustración, escritura creativa y danza/movimiento. Son ciclos de sesiones no procesuales que indaga diferentes técnicas, ejercicios, prácticas y exploraciones conducidas por artistas facilitadores, especialmente escogidos para el programa y quienes tengan experiencia y afinidad con procesos artísticos de naturaleza social, colectiva y/o comunitaria”, explica Carolina.

Durante la pandemia el programa Arte y Salud mental se realizó de forma virtual.

“Todas las clases se inician desde cero, presentándome en cada sesión, ya que los participantes no son los mismos. Siempre muestro una imagen que ayuda a los participantes a ver el objetivo al que queremos llegar. La imagen presenta pasos concisos que explica al principio el cómo del desarrollo del texto y, posteriormente, el cómo del desarrollo gráfico. Muestro referentes de diferentes técnicas y estilos gráficos para que cada quien pueda explorar el ejercicio desde lo más genuino de su ser. El módulo de figura humana, por ejemplo, se explora desde varios ángulos, como la creación de historias a partir de las partes del rostro y, paralelo a ello, aprendemos cómo dibujar un rostro. También hemos explorado este tema, desde la creación de personajes basados en ellos mismos”, narra Catherine Dousdebbes, artista visual egresada de la Pontificia Universidad Javeriana y encargada de las sesiones de ilustración.

El proyecto ha desarrollado sus primeras tres ediciones con la Clínica de Salud Mental Campo Abierto, de la EPS Sanitas. A septiembre del 2021, Pensarte ha logrado beneficiar a cerca de 500 pacientes hospitalizados, a sus familias y a un grupo de aproximadamente 25 profesionales de la salud que han hecho parte de las diferentes experiencias.

Particularmente para el trabajo con la Clínica Campo Abierto, el equipo del proyecto (gestores y artistas facilitadores) trabajan permanentemente con el personal de la clínica para identificar oportunidades que permitan construir desde la realidad de las dos instituciones (Clínica Campo Abierto y Universidad Javeriana) y moldear las sesiones en favor de las necesidades particulares, logrando así una puesta en marcha precisa, enfocada en las necesidades reales y orientada concretamente hacia las particularidades de la población atendida.

Pensarte hace parte del programa Arte y Medio, en donde se alojan los proyectos y experiencias que vinculan las artes como herramienta de transformación e impacto social.

La doctora Andrea Caballero comenta que “lo que más me gusta de esta experiencia es que los pacientes tienen un acompañamiento por personas que no se dedican al área de salud; ellos a veces se sienten muy evaluados, muy observados, muy analizados y con Pensarte pueden expresar cosas que con nosotros no expresan ni dirían tan abiertamente”.

Actualmente el Centro de Gestión Cultural de la Javeriana trabaja en unión con el Centro de Asesoría Psicológica y Salud y el Centro de Fomento de la Identidad y Construcción de Comunidad para aprovechar la experiencia obtenida en los últimos años y ponerla al servicio de la comunidad educativa javeriana, con el conocimiento y la trayectoria necesarias para brindar nuevos espacios de acompañamiento a la salud mental que amplíen el espectro de posibilidades para poblaciones específicas de la comunidad.

“Entendemos el arte como medio de expresión que no juzga ni clasifica, que abraza la vulnerabilidad, que permite sacar lo que está en lo más profundo del ser para mirarlo a los ojos y liberarlo. El arte como lenguaje no necesariamente verbal, que ofrece caminos cuando las palabras no alcanzan a explicar lo que sucede. El arte como testimonio infinito, libre, sanador”, explica Carolina Gómez.

De esta forma, el diálogo íntimo entre la medicina y el arte abre un camino de exploración que contempla lo objetivo y lo subjetivo, que amplía la capacidad de estos dos mundos para servir y favorecer desde una mirada global a las personas que estén atravesando situaciones de crisis. Ese diálogo permite entender de otra manera la humanización de la medicina y la potencia del arte en el cuidado de la salud mental.

* Vicerrectoría del Medio Universitario

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