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El sello javeriano

Mucho se habla en nuestros días de esas marcas que, con los años, se hacen a un lugar de privilegio en la memoria colectiva y terminan formando parte de la identidad de un país o de un lugar. Si pensamos en periódicos, por ejemplo, la memoria nos traerá nombres de diarios como El Tiempo y El Espectador que tienen más de un siglo de circulación en nuestro país. El mismo ejercicio nos permitiría considerar marcas de automóviles y de ropa, de productos comestibles, de bebidas y licores, de almacenes y establecimientos, también de instituciones y organizaciones, como la Cruz Roja cuyo emblema se identifica en todo el planeta. De esta manera, se ha creado ese mundo de las marcas, algunas verdaderamente legendarias y de alto valor patrimonial, representadas con diseños muy creativos que utilizan letras, palabras, símbolos o dibujos.

Ahora bien, las marcas son sensibles y requieren cuidado constante porque permanentemente están expuestas a una evaluación: se acreditan y posicionan con base en una calidad que se mide en el presente y, por lo tanto, no pueden pretender ‘vivir de glorias pasadas’ o como también se dice, ‘dormir en los laureles’. Es bien sabido que, ante una notoria deficiencia, no hay esfuerzo que valga en términos de gestión de imagen o publicidad.

En el caso de las universidades, se puede decir que la marca se asocia más a siglas o palabras concretas que a una representación gráfica que muchas veces no es tan conocida. Pensemos en MIT o la UNAM, en Oxford o la Sorbona. Esto es lo que ocurre con la Javeriana, el centro de Educación Superior que nació en tiempos coloniales y que luego de una interrupción de sus labores por cerca de siglo y medio, en 1930 volvió a abrir sus puertas en la capital colombiana.

Nuestro sello, el javeriano, es muy reconocido y altamente valorado dentro y fuera del país; encarna todo un mensaje que habla tanto del pasado y el presente como del futuro de la Universidad, de los valores que siempre hemos defendido y enmarcan en la actualidad la vida y el desarrollo institucional. Al hablar de la Javeriana o de los javerianos, necesariamente se hace referencia a la excelencia, en términos académicos, y de humanidad, y al servicio cualificado a la sociedad que prestan tanto la Universidad como esos hombres y mujeres que, dentro de los principios educativos de la Compañía de Jesús, han pasado por sus aulas y se han formado con rigor en un campo particular de las artes, las ciencias, las disciplinas y las profesiones, sin perder el horizonte creado por todos los saberes y la visión integral del ser humano.

El sello javeriano fue avalado en 2003 cuando recibimos la Acreditación Institucional de alta calidad, siendo el primer centro de Educación Superior que alcanzaba este reconocimiento dentro del país.

Nuestros egresados han dado visibilidad al sello javeriano. Así lo hicieron aquellos que, en 1931, empezaron sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, un centenar de muchachos que creyeron en el prospecto ofrecido por esa nueva Universidad, restablecida unos meses antes. Fue entonces cuando se forjó la primera promoción del siglo XX, la de 1935, que incluyó diez graduados en el programa de Ciencias Jurídicas, cuatro en el de Ciencias Económicas, y cuarenta y cuatro en ese novedoso ‘programa doble’, el de Ciencias Jurídicas y Económicas. Poco a poco se fueron creando nuevas facultades, hasta conformar la Universidad que hoy tenemos con 78 programas de pregrado y los 245 de posgrado. Cabe anotar que en 2020 se graduaron 7.695 javerianos.

Como lo hemos dicho en otras ocasiones, esta es “la Universidad viva y actuante”, que se hace presente allí a donde llegue un javeriano, y que está unida a la del campus, hábitat de los estudiantes y lugar de trabajo de millares de profesores y empleados administrativos que, con su vinculación laboral, han dado vida a una institución universitaria que también se ha destacado por el nivel de su investigación y el de su acción académica en asesorías y consultorías.

Vale la pena recordar que el sello javeriano también fue avalado de manera particular en 2003 cuando recibimos por parte del Ministerio de Educación Nacional, la Acreditación Institucional de alta calidad, siendo el primer centro de Educación Superior que alcanzaba este reconocimiento dentro del país. Además, el año pasado nos convertimos en la primera institución privada acreditada multicampus por 10 años, el máximo periodo posible.

En este contexto, que la Javeriana sea considerada entre las “marcas legendarias de Colombia”, no solo nos llena de satisfacción y orgullo, sino también nos anima a continuar con decisión por el sendero de la excelencia y el servicio. Siendo fieles a la identidad institucional, a una historia que se entrelaza con la de Colombia, seguiremos respondiendo, con innovación y creatividad, a esos profundos cambios generados por la globalización del mundo y los extraordinarios desarrollos tecnológicos, a los inmensos desafíos que nos imponen, por una parte, la defensa de la democracia y la libertad, así como la lucha por la justicia; y por otra, la crisis ecológica y la pandemia que nos ha afectado gravemente en los últimos tiempos. Eso somos y eso es lo que refleja el sello javeriano.

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