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GUERRA ENTRE SOCIALISTAS: LA DOBLE BATALLA DE JOE BIDEN
Carolina alonso romei
Apoco más de dos años de que tomara el poder el presidente estadounidense Joe Biden, pareciera ser que el país norteamericano se encuentra atravesando por un momento difícil dentro de su gobierno. Actualmente el mandatario enfrenta una crisis –simultánea- diplomática y de seguridad nacional con sus dos principales adversarios: Rusia y China.
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La guerra en Ucrania, la cual está a punto de cumplir un año desde que estalló, en la que miles de personas han perdido la vida; y un melodrama alrededor de globos espía sobre territorio estadounidense que ha creado un símbolo tangible para muchos ciudadanos acerca de un desafío emergente de Beijing, han establecido un momento tenso en la agenda geopolítica global.
Esta era pareciera estar reviviendo una ra contundente, la manera en que la política polarizada de Washington podría influir en la política estadounidense de cara al extranjero, así como el liderazgo que toda administración necesita para perseguir sus objetivos. Las vehementes críticas por parte de los republicanos, han ido enfocadas hacia el hecho de que el mandatario no logró derribar un globo de vigilancia chino antes de que atravesara el continente, seguidas de afirmaciones de que está contento por haber derribado objetos aéreos desconocidos posteriores, muestran que, para muchos en el interior del Partido Republicano, la geopolítica crítica es solo una excusa más para “ajustar” cuentas partidistas.
El juego político que está llevando a cabo Joe Biden podría poner en riesgo no solo su reelección a la presidencia, y el regreso de los republicanos al poder, sino su postura ante la mirada internacional, la cual sigue muy de cerca los pasos y decisiones que el presidente estadounidense está tomando ante cada situación. Es posible que Biden haya decidido jugar la carta del misterio al no hablar de manera pública ante sus ciudadanos sobre los incidentes en los que los aviones se comportaron durante la “invasión” de objetos no identificados volando sobre su territorio. En términos un poco más generales, el abandono del Partido Republicano de los principios internacionalistas que ganaron la Guerra Fría contra la Unión Soviética, así como sus divisiones sobre la financiación del conflicto en Ucrania y la posibilidad de otro mandato en la Casa Blanca para Donald Trump –quien convirtió la política exterior de Estados Unidos en un reflejo de su temperamento- plantea aún más preguntas que respuestas a medida que se acercan las elecciones de 2024.
Muchos expertos en política exterior podrían no estar completamente de más poderosos del mundo entero, además de contar con el apoyo militar, estratégico y geopolítico de otras superpotencias europeas, por lo que sería prácticamente un hecho afirmar que, el país norteamericano podría terminar con el conflicto en Ucrania, si así lo decidiera. La verdadera pregunta es por qué no se han tomado las medidas necesarias para detener esta masacre.
En relación al tema con los chinos, pareciera ser que aún hay tiempo para evitar que la creciente tensión entre Estados Unidos y China se convierta en el tipo de conflicto que podría arrastrar al mundo a una guerra. Además, cabe recalcar, que sus economías se encuentran sumamente entrelazadas de una manera que no se asemeja, para nada, con la aislada Unión Soviética comunista. Tanto los estadounidenses como los chinos tienen un gran incentivo para evitar que sus diferencias se extiendan, ya que esto significaría un altísimo costo económico, por cualquier enfrentamiento militar armado que pudiera tener lugar, para ambas naciones. Sin embargo, no podemos perder de vista, que, al mismo tiempo, pareciera que existe un creciente sentimiento de que el mundo se divide en dos fuertes: las democracias y las autocracias; en donde los demás países deben decidir por un lado y apoyarlo hasta el final.
La Guerra Fría podría haber terminado con la derrota de la extinta Unión Soviética.
Pero la verdad es que nunca acabó en la mente de Vladimir Putin, el oficial del servicio de inteligencia dicado sus más de 20 años en el Kremlin al desafiar a Occidente y a tratar de restaurar el estatus del poder ruso ante el mundo. Putin ve en la guerra con Ucrania un intento de recuperar la influencia sobre dicho territorio –una antigua república soviética- para destruir así, su soberanía y su intento de unirse a organizaciones occidentales, como la Unión Europea y la OTAN. La invasión a Ucrania rompió el acuerdo territorial posterior al fin de la Guerra Fría en Europa.
¿Cómo ha respondido Joe Biden ante tal situación? Si bien ha hecho todo lo posible para evitar un enfrentamiento directo con Rusia, sigue apostando por el “estilo de guerra” que fue utilizado durante la Guerra Fría. Esto implica el envío de millones de dólares en armamento estadounidense, para hacerle frente a un conflicto que él mismo definió como “una prueba para la eternidad”. Asimismo, el presidente estadounidense, afirmó que esta defensa es importante porque “mantiene la paz y evita que los posibles agresores amenacen su seguridad y prosperidad.
Por su parte, el enfrentamiento de Estados Unidos con China se trata cada vez más de valores, así como una lucha por dominar el lide- razgo de la región de Asia y el Pacífico. En el momento que el gobierno de Joe Biden habla de garantizar que China mantenga un sistema basado en normas referentes a las áreas comerciales, económicas, territoriales, así como libertad de navegación y temas militares, los líderes en Beijing lo perciben como un intento de limitar el ascenso de su país de poder lidiar con leyes internacionales sesgadas hacia Occidente. Biden, quien ha basado gran parte de su política exterior bajo el supuesto de que su principal reto sería el desafío con el gobierno de Xi Jinping, ha enfatizado que busca una “competencia, no un conflicto” con China. Pero también ha insistido que su país hará frente a lo que considera, las aspiraciones de China.
Como podemos ver, el clima político mundial cada vez es más tenso y esto está influyendo de manera contundente en la política interna estadounidense. Por una parte, esta situación está impulsando, de manera importante, el esfuerzo de los republicanos, para plasmar una imagen de debilidad en Joe Biden, aseverando que no está listo para hacerle frente a los desafíos globales de cara a su carrera electoral el próximo año. Sin duda alguna, mucho dependerá de las decisiones que tome el mandatario durante los siguientes meses para hacerle frente a estos dos grandes enemigos, para determinar si los demócratas aún tienen oportunidad de continuar su gobierno, o si se repetirá la historia de 2020, y los demócratas dejaran el camino libre a los republicanos, muy posiblemente, bajo el liderazgo de Donald Trump.