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HABLANDO DE MUJERES:

¿Y si la víctima fuera tu hija, novia, esposa, mamá, hermana o amiga?

Karla Flores

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Como cada año en marzo, los medios de comunicación, las calles y las redes sociales se pintan de rosa como señal de apoyo y celebración del Día Internacional de las Mujeres. Como cada año, el 8 de marzo, millones de mujeres saldrán a las calles para ensalzar los derechos adquiridos, rememorar la larga historia de luchas para alcanzarlos y denunciar el largo camino que aún queda por reco- o romperías lo que tengas que romper para que quienes te representan volteen a verte y hagan justicia?

Más allá del cliché rosa y las campañas con flores, las formas de protesta son un tema del que todo el mundo opina desde una trinchera que nos hace ajenos a la terrible situación que vivimos en temas de género, discriminación, desigualdad y violencia.

Celebrar a las mujeres parece burla cuando vemos cifras como la del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ( SESNSP) que reportó 3 mil 754 mujeres muertas en 2022 y 28 mil desaparecidas.

10 Mujeres asesinadas al día y 7 desaparecidas en México, específicamente Guanajuato, Baja California , Estado de México, CDMX, Nuevo León y Michoacán fueron las entidades que reportaron más casos de mujeres muertas por causas de género y aún con estos datos nos parece una realidad alejada a nuestro contexto y calificamos las protestas como actos violentos y sin sentido.

En México, además de que nos están matando, se nos culpa por ello. La sociedad señala, critica y juzga si salimos de noche, si usamos vestido, si tenemos amigos, si tenemos pareja y se nos dice que esas son las causas del terrible número de muertas y desaparecidas.

Pero, ¿Y si la víctima de violencia o la desaparecida fuera tu hija, novia, esposa, mamá, hermana o amiga? ¿denunciarías? ¿Y si las autoridades no te ayudan a encontrar a tu ser querido? ¿Protestarías pacíficamente?

Debanhi Escobar y Yolanda Martínez, en Nuevo León; Ariadna Fernanda, en Ciudad de México, Luz Raquel en Jalisco, Abigail Hay en Oaxaca, y todas aquellas que hoy no están, las que fueron mediáticas y las que no. A todas las mujeres que crecieron entre la pobreza y discriminación o en familias privilegiadas, académicas, empresarias, comerciantes, estudiantes o servidoras públicas todas hemos sufrido algún tipo de violencia, acoso o abuso en algún momento y en 2023 seguimos buscando justicia y salir a las calles sin miedo.

Movilizarse también significa no ser indiferente, unirse a la causa no es vestirse de rosa y ser parte del movimiento feminista no es exclusivo para mujeres. Hacer de México un lugar inclusivo para las mujeres es mucho más complejo que ceder el asiento del transporte público.

Ser mujer en México es una prueba de fuerza y resistencia que requiere del apoyo de nuestros hombres, de la tenacidad de otras mujeres y la lucha social por los derechos humanos y la justicia. Este 8 de marzo, celebremos a quienes protestan violentamente exigiendo justicia por las que ya no están, aplaudamos a quienes hacen labores de investigación, mapeo y búsqueda y gritemos en nombre de las que hoy, desafortunadamente ya no están.

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