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8M, NUEVAS PERSPECTVAS

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DEPRESIÓN

DEPRESIÓN

Daniel CastaneDo

La mañana se sentía fría, con un viento suave y helado, tal y como lo dictan los primeros días de marzo. La Ciudad de México despertaba para conmemorar por 48ava ocasión la lucha por los derechos de las mujeres. El 8 de marzo de 1908, un suceso trascendental marcó la historia de la pugna por la igualdad de género pues 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.

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El sol avanzaba por las calles, al igual que 5 millones de mujeres las cuales radican en la Ciudad de México, entres otras cientas que viajan a la urbe por cuestiones de estudio o trabajo, u otras miles que por razones personales van y vienen de la capital mexicana.

El transporte público recibía los cuerpos de hombres y mujeres que se hacían un cúmulo de almas apresuradas por llegar a sus actividades. En contraste con días pasados había un patrón de colores en las prendas de las mujeres, verde, morado y rosa. Estos tonos sobresalían inmediatamente ante la monotonía del transporte urbano,este acto demostró que por medio de la ropa también se puede comunicar y hacer un llamado a la reflexión.

La hora acordada para que los contingentes comenzaran su camino hacia la plaza de la constitución, las tres de la tarde; se acercaba. Las calles de las alcaldías Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo seguían recibiendo a miles de mujeres, de todas las edades y clases sociales. Mamás con sus hijas, compañeras de trabajo, familias completas de mujeres; nadie llegaba sola, y aunque así fuera, de inmediato eran integradas por otras mujeres hasta ese momento desconocidas.

El ambiente de esta marcha en específico, era de integración, pues se podían ver asistentes que por temor o desinterés no se habían acercado a este tipo de eventos en años anteriores. El pensamiento en pro de los derechos de las mujeres comienza a permear en la gran mayoría de los sectores sociales. De un modo u otro los intereses de cada una de las asistentes pueden ser muy específicos, pero al final de todo la idea y conciencia de crear un cambio es lo fundamental

Junto con esta integración, se percibía una sensación de tranquilidad, pues no se escuchaban enfrentamientos entre los grupos de mujeres policías y los sectores feministas más radicales. El reloj ya maraca la hora de mi partida, al igual que el de cientos de mujeres que una vez más se hicieron escuchar.

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