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EL DEMAGÓGICO PODER MIMÉTICO
Mtro Said Vázquez
Durante este sexenio hemos escuchado y leído explicaciones sobre cómo el actual régimen llegó y ejerce el poder. Una de las explicaciones se da a través del contexto sociopolítico, la otra a partir de las características de sus seguidores.
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El discurso beligerante y de confrontación ha estado presente en el discurso articulador del Movimiento de Regeneración Nacional, una organización política que aspiraba desde su fundación al poder, pero se disfrazaba de movimiento social, el cual teóricamente no busca el poder. Un partido político ideológicamente homogéneo, político vertical y disciplinado, administrados bajo una ética religiosa que se enmascaró en la pluralidad y horizontalidad de la sociedad civil.
Buena parte de los conversos habían permanecido al margen del sistema, es decir, marginados en los que el discurso hizo eco. Una narrativa de quien ha enfrentado al sistema, el que ha sido honesto por lo que no ha entrado al sistema, una víctima de él, pues sienten que por más empeño que han puesto: la corrupción, el clasismo o el racismo le han impedido lograr sus objetivos.
Los recientes ataques al poder judicial desde el ejecutivo y sus apéndices institucionales, son un ejemplo de como el discurso hace eco en los miles, quizá millones que simbólicamente asumen al líder como una especie de héroe popular del tipo que le quita a los ricos para darle a los pobres, así que hacen como suya la venganza discursiva del que enfrenta a la poderosa elite oligárquica que ha confabulado contra ese pueblo bueno trabajador para mantenerlos al margen y mantener su status. El pueblo bueno vs la minoría corrupta.
Lo interesante es que ese grupo de marginados es en términos de clase social heterogéneo, es decir, la marginación no necesariamente es económica, sino también, es cultural, política y social, por lo que ese grupo es muy plural y numeroso, incuso parte de ellos ideológicamente serían un teflón con el movimiento, sin embrago, hay algo como se ha expuesto en estas líneas que los hace mirarse en el espejo de la autollamada 4T esa donde están los que: “Le echa muchas ganas y no más no pueden”. Es a partir de ese reconocimiento que hacen suya la venganza, a través de la narrativa justiciera en la que se mimetizan los marginados con el demagógico poder popular que ejerce desde este régimen.