Origen y descripción de los patios de vecinos.

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ORIGEN Y DESCRIPCIÓN DE LOS PATIOS DE VECINOS La palabra patio procede del latín “Patidum”, de “patere”, que puede tener los siguientes conceptos: • Espacio cerrado con paredes o galerías que en las casas y otros edificios se dejan al descubierto. • El sistema de construcción mediante el cual se deja en el interior de las viviendas un espacio abierto.

En la imagen puede verse el sistema constructivo de “ínsula”, compuesta por dos o tres plantas que daban a la calle y a un patio interior, siendo la función de este patio el permitir la llegada de luz y la ventilación de las habitaciones interiores. interiores Los muros portantes estaban construidos mediante un armazón de madera relleno de piedras y argamasa, recubiertos con una capa de estuco. estuco De la primera ciudad que se tiene constancia en la historia humana, es la ciudad de Uruk situada al noroeste de la llanura aluvial mesopotámica, construida durante el cuarto milenio antes de Cristo. En E el anterior dibujo se puede apreciar la estructura estructura y distribución del patio de vecinos. Si bien en toda Europa y Sudamérica han existido y existen edificios destinados al alojamiento de varias familias en pequeños habitáculos, con patio y servicios comunes, variadas alturas de pisos, etc., a los que nos referimos son los denominados propiamente “CORRALES DE VECINOS”, y, particularmente, en el Patio de vecinos de La Línea. Línea Pretendo y hago esta matización porque, tanto arquitectónicamente como socialmente, los patios de La Línea presentan unas diferencias diferenci muy apreciables con el resto de los corrales o patios de vecinos existentes en España, y, como no, con los de Sudamérica. Por tanto expondremos las diferencias entre ellos. El Marqués de San José, en un


artículo que les dedicó en el año 1.947, establece estas tres diferencias en el origen de los patios de vecinos: 1. De origen conventual: es decir, establecidos en edificios que fueron antiguos conventos. Tal como es el caso, entre otros, del corral de la Plaza Menjíbar, la Paz o de las Dueñas, en Sevilla. 2. Antiguas ntiguas casas señoriales o corrales establecidos en viejos palacios. 3. Los que fueron construidos como corrales o patios de vecinos. En el caso de La Línea, está perfectamente claro que todos los patios de vecinos están incluidos en el tercer grupo, dada la total y absoluta falta, o inexistencia, de edificios que den origen a las otras dos opciones. El origen del Corral o patio de vecinos, está basado en un patio, más o menos pequeño, rodeado de habitaciones que se vuelcan a él. Los patios de vecinos de La Línea guardan perfectamente esta traza, rectangular ctangular o cuadrada que se abre directamente a la calle como el “adarve” moruno, o bien, el gran patio al que se vuelcan todas las habitaciones y la “casa-tapón”, “casa , con una entrada con portón por el que se tiene acceso al patio, que es el caso de la mayoría. El patio constituye una sociedad en pequeño, con un fuerte sentido de comunidad, viviendo en una arquitectura muy especial. Según Torres Balbás, el patio de vecinos actual presenta mucha similitud con los patios os o corrales que existían en las juderías y que los documentos mozárabes denominan “qurralat” (currál, en singular, es decir, patios de entrada única y viviendas en torno). Creo que mejor definición y síntesis de lo que es un patio de vecinos no puede darse. Al intentar hacer historia del patio de vecinos o corral, algunos escritores han supuesto que tales albergues, cobijo de la clase humilde, surgieron cuando, reconquistada la ciudad, su crecimiento demográfico se encontró con un déficit de viviendas. En nuestro caso, el patio de vecinos linense está perfectamente “justificado” debido al crecimiento demográfico del entorno de Gibraltar. El aumento casi masivo y constante, en las primeras décadas de esta ciudad, provoca una población flotante y vegetativa veg que condujo a la necesidad ad de acomodar y albergar esta población, mediante un sistema constructivo rápido y liviano, dadas las limitaciones militares y fiscales de la época,, apoyándose, sin duda, en el viejo modelo moruno del corral o adarve, tan ampliamente ampliamente introducido en Andalucía. La traza del patio de vecinos linense puede ser rectangular, cuadrangular o irregular, pero siempre consta de una o dos plantas, con


las limitaciones militares o fiscales de aquella época, a las que tenemos que añadir las del subsuelo ubsuelo arenoso, con un nivel freático muy alto que limitaba, entonces, la altura de las construcciones. Cada vivienda o “partido” del patio, constaba de una o dos habitaciones por familia, con una cocinita situada a la entrada de la vivienda, bien un poyete, poye en una alacena o dentro de un cuarto común. Respecto al aspecto sanitario, en su mayor parte, disponía de uno o dos retretes comunes, “cuartitos”, denominados aquí, un pozo para el abastecimiento de “agua potable”, bastante salobre y, en algunos patios del centro de la población, disponían de un grifo con agua corriente, proveniente de unos depósitos elevados existentes en los terrenos del Hospital Municipal. Las unidades arquitectónicas y comunidades humanas más parecidas a nuestros patios de vecinos o corrales, están representados por los “portones canarios”, y fuera de España por las vecindades mejicanas, los callejones limeños y los conventillos y patios bonaerenses. En España, existen en casi todas las poblaciones, pero principalmente proliferan en las capitales andaluzas, sobre todo en las involucradas con el descubrimiento de América, como Cádiz, Huelva y Sevilla. (Córdoba, es decir, los patios cordobeses, tienen un origen más antiguo y definido, igual que los de Granada, y que fueron el origen de los corrales de estas capitales). La ciudad no es sólo un artefacto para vivir. La ciudad es una “casa viva”, y, por tanto, histórica. No podemos concebir el urbanismo como una simple obra de ingeniería, sin el conocimiento sociológico y humano de la ciudad. ad. Entiendo que el urbanismo debe enfocarse, o basarse, en unos criterios sociológicos y humanísticos, capaces de comprender a la ciudad como un todo orgánico e integral, en el que cualquier cambio producido repercute, inevitablemente, sobre los seres que la habitan y dan vida. Así lo entiendo y creo, pero lamentablemente, la realidad es otra. Los planes urbanísticos, si bien, en su espíritu, tienden a ello, la realidad es muy diferente. En los patios de vecinos, nos encontramos con el grave problema de que e la degradación de las construcciones que se acentúa debido al desequilibrio existente entre el valor comercial del terreno, el valor de uso del mismo en la actualidad: la baja renta, la posibilidad de elevar en el solar una construcción nueva más rentable, rentable, etc. Todo ello provoca una “discordia” entre los derechos y deberes de los propietarios y de los inquilinos.


Estos comentarios o análisis sobre la problemática existente en los patios de vecinos no pretenden ser ni un alegato defensivo ni una denuncia. Comprendo que los patios de vecinos tiendan a desaparecer porque se caen de viejos, porque son una amenaza constante para sus ocupantes, porque no reúnen las mínimas condiciones sanitarias, etc. Los ocupantes tendrán que buscarse, o ser albergados, en viviendas vivi de acuerdo con los tiempos. Lograr esto es el “quid” de la cuestión. Como dijo muy bien un autor, “el hallazgo de un punto de contacto y equilibrio, que ponga a salvo la tradición de la cultura urbana dentro de un mundo que se transforma, se hace imperativo. imp Se impone la creación, inclusive como un acto de afirmación espiritual de nuestro tiempo, de una doctrina que regula el crecimiento y desarrollo de las ciudades, sin desmedio de las fuerzas que las eligieron y mantuvieron en pie a lo largo del tiempo mpo y en medio del espacio”. Como ampliación y comentario a lo anteriormente expuesto, no puedo, por menos, dejar de expresar mi preocupación por hacer compatible la conservación de la cultura arquitectónica e histórica de esta ciudad y el desarrollo moderno. No lo hago pensando en que hay que conservar todos los patios o el único, poco, legado del que disponemos. Lo hago, y mantengo, que deber conservarse alguno, uno por barriada, rehabilitarlo y darle un uso y finalidad socioculturalsociocultural recreativo. os pensamientos expuestos están un tanto forzados por la progresiva Estos y rápida desaparición de los patios linenses. Intento dar un toque de atención a los linenses sobre su identidad histórica. Aquí expreso y manifiesto mi idea. En ellos, en los linenses, está está el poder llevarlas a cabo.

LOS PATIOS VECINALES LINENSES. Joaquín Cobos Romero.


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