Fuerza social y vacío político Raúl Prada Alcoreza
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Índice: Prólogo
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Democracia o democracidio
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Convocatoria emergente Crítica del conformismo
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El anti-ecologismo jacobino
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El desarrollo como tormento de Sísifo
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Equilibrismo político y gobernar en el vacío
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La fuerza de la interpelación social
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Dinámicas moleculares-molares sociales
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Prólogo La convocatoria de la movilización social antisistémica es fuerte; no se puede eludir a su llamado, a no ser que se opte definitivamente por la voluntad de nada, llevada al extremo; es decir, a la desaparición misma del que contiene ese nihilismo extremo No se trata del discurso, ni de los que interpelan, tampoco del discurso vanguardista, tampoco del discurso crítico; sino de otro lenguaje y otra gramática. Ni siquiera el lenguaje de la imagen ni la gramática o la inscripción social en la experiencia y la memoria colectivas. Se trata de la gramática de los cuerpos, incluso podríamos decir, de la dramática de los cuerpos; empero, en la tonalidad afirmativa, que reclama Friedrich Nietzsche, se trata de la estética creativa de los cuerpos.
Esta es la cuestión. No otra. No buscar en la grandeza de las palabras la explicación de lo que siente y percibe el cuerpo 3
cuando se lo convoca. Sino encontrar en las fenomenologías corporales los signos, más que eso, los síntomas, mucho más, las huellas, de lo que los cuerpos mismos reciben de la experiencia existencial y de la memoria vital. La movilización de cuerpos que interpelan en la tonalidad fuerte de lo que significa e implica la interpelación, en sentido vital, sobre todo, sensible y afectivo, es como la sinfonía inaugural del multiverso, pues su melodía recuerda el compromiso de partida de todos y todas, los y las que vinimos después, se llamen átomos, moléculas, constelaciones o lo que se quiera.
Las vanguardias, que no dejan de ser racionalistas, en el sentido de la racionalidad instrumental, incluso de la racionalidad crítica, racionalidad que no deja de ser abstracta, no decodifican el llamado de los cuerpos, pues han olvidado la composición de los códigos corporales, que vienen como ondas, vibraciones y conformaciones emotivas corporales. Los cuerpos movilizados 4
tocan teclas, por así decirlo, usando esta metáfora del piano o, mas bien, del acordeón o de la bandolina, que estaban dormidas y despiertan ante sonidos, vibraciones, ondas, conmociones, de tejidos sensibles profundos.
Acudir a la llamada de los cuerpos movilizados, en su dramatismo, en su narrativa trágica, pero, sobre todo, en su narrativa estética, que, a diferencia de las anteriores, es afirmativa, es mucho más que apoyar, luchar con los convocantes, estar de acuerdo con sus reivindicaciones y sus proyecciones; incluso es mucho más que participar. Es volver a inventar y crear alternativas alterativas en la proliferante producente actividad de la vida.
Si no se acude a esta llamada es como la corroboración misma de la decadencia a la que se ha llegado. Mucho más que ciegos, mucho más que mudos; se habrían atrofiado todos los sentidos de la percepción; atrofia de la percepción 5
acompañada por la atrofia de todas las capacidades de la interpretación; es decir, obstaculización de la fenomenología de la percepción. Se sería un muerto viviente.
No se cuestiona a estas atrofias desde ninguna ideología, memos pretensión de verdad, tampoco pretensión moral. No es una culpabilización; lejos de ello, es como la corroboración de la nulidad a la que se habría llegado. En términos de la evaluación de la civilización moderna, civilización mundializada por lo tanto abarcadora, sería como el aplazamiento de esta civilización ante los desafíos de la vida.
El libro que presentamos son ecos de las convocatorias del TIPNIS y de Achacachi. Asume las convocatorias como llamados de la vida, de los ciclos vitales, de las territorialidades, de sus espesores ecológicos, de las gramáticas corporales y sus devenires. Hace circular estas 6
convocatorias con sus composiciones de ondas y vibraciones, con las pronunciaciones entonadas y las voces que toman el cielo o las atmรณsferas por asalto, con las huellas que dejan las movilizaciones, las marchas y los bloqueos; huellas interpretadas por las composiciones de palabras, que forman narrativas activistas.
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Democracia o democracidio
Dedicado a las guerreras de Achacachi, espĂritu encarnado de Bartolina Sisa; a los guerreros de Achacachi, espĂritu encarnado de Tupac Katari.
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Ejercer la democracia es no ir ni avalar a una elección fraudulenta. Al contrario, el ir y avalar una elección fraudulenta es atentar contra la democracia, que, de acuerdo a la Constitución, debe ser participativa, pluralista, directa, comunitaria y representativa. Cuando ninguna de las condiciones exigidas por la Constitución se da para el ejercicio electoral, la convocatoria a elecciones, viciadas de vulneración de derechos y de violación de la Constitución, es ilegítima. Ejercer la democracia implica ejercerla plenamente o, por lo menos, en el marco de la democracia institucionalizada, restringida a la representación y delegación, ejercerla de acuerdo a las condiciones establecidas constitucionalmente. Cuando no se cumplen estas condiciones, ejercer la democracia implica oponerse a fraudulentas prácticas políticas y viciadas convocatorias. Incluso en el caso de coerciones estatales para asistir al montaje seudo-democrático, los y las ciudadanas tienen el derecho al desacato; esto es, ejercer la democracia, realizando el substrato de la Constitución y el 9
substrato volitivo mismo del Estadonación, de la república, aunque se le de otro nombre. Substrato político y democrático, que implica que la soberanía radica en el pueblo; dicho, de acuerdo a la filosofía política, la soberanía radica en la voluntad general.
Nadie puede atribuirse el ejercicio de la democracia, salvo el pueblo mismo. Nadie puede usurparle al pueblo este ejercicio, salvo por la violencia velada o descarnada. Los que lo hacen no solo son usurpadores de la voluntad general, siguiendo con el leguaje de la filosofía política, sino que a nombre del pueblo, a nombre de la democracia, atentan contra el sistema político democrático, establecido en la Constitución; además de atentar contra el pueblo mismo, al expropiarle la decisión y usurparle la voluntad. Los que lo hacen son delincuentes constitucionales, son delincuentes políticos.
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En los marcos restringidos de la democracia institucionalizada, de la democracia constitucionalizada - no deja de ser restringida la democracia, aunque se hayan ampliado los derechos democráticos y extendido los espacios del ejercicio democrático, incluso mencionando el nombre de la condición necesaria de la participación, si es que no hay autogobierno de pueblo, lo que significa el concepto de democracia - lo mínimo que debe hacer el pueblo, respondiendo a su responsabilidad política, es hacer respetar las condiciones jurídico-políticas establecidas por la Constitución. Si no lo hace es cómplice con no solamente el atentado a la Constitución y al ejercicio democrático, sino es cómplice de democracidio, del asesinato de la democracia. Un pueblo que no defiende sus derechos, que no defiende su Constitución, es un pueblo que ha perdido el respeto a sí mismo, ha perdido la dignidad. Ha dejado de ser pueblo en el sentido político, para ser esclavo de la clase política, que lo manipula, mediante coerciones y chantajes. El dilema de todo pueblo es ser 11
o no ser, recurriendo a la frase conocida de la tragedia de Hamlet, del connotado escritor William Shakespeare, de los siglos XVI y XVII. En lo que respecta a la política, ser significa practicar y ejercer la democracia, poniendo en movimiento y realizando efectivamente los derechos.
Independientemente del debate ideológico y político, que ciertamente atraviesa las prácticas políticas y democráticas, es menester considerar la responsabilidad política, comenzando con la exigencia compartida por todos los involucrados; la exigencia de responder al conglomerado de voluntades singulares, voluntades singulares que se integran y son interpretadas por la Constitución. Entrelazamientos que nos ocupamos en escritos anteriores a Comuna, durante la Comuna, después de la Comuna; durante el proceso constituyente y después de promulgada la Constitución; sobre todo, cuando comenzamos con la evaluación crítica no solo del proceso de cambio y del proceso constituyente, sino de la experiencia 12
política; cuando iniciamos desplazamiento y rupturas epistemológicas respecto a nuestra concepción asumida, el marxismoindianismo, inclusive en la versión del marxismo crítico. Esta responsabilidad compartida, dicho todavía de manera general, todavía en su figura global, tiene que ver con la realización política de la voluntad general, siguiendo con la utilización de este término de la filosofía política. Esto es realización del ejercicio democrático, libre y soberano, por lo menos, ateniéndose a las condiciones de posibilidad jurídico-políticas establecidas en la Constitución.
Cuando no ocurre esto, cuando se bloquea o desvía el ejercicio democrático, cuando se lo sustituye por los designios de la casta política gobernante, el ejercicio político se ha convertido en práctica de dominación; es decir, en realización de la reproducción del poder, en los términos de las dominaciones heredadas y persistentes. Un discurso, diga lo que diga, no sustituye a este 13
hecho, el de la conculcación de la democracia. El discurso puede pintar un panorama distinto a lo que ocurre, puede mostrar que se trata del “ejercicio de la democracia popular” o del ejercicio en la coyuntura de la “revolución” en marcha. Sin embargo, la ideología no sustituye a la realidad efectiva; apenas la emula en el imaginario estatal o, de manera más específica, en el imaginario de la clase política, la gobernante y la de la “oposición”.
Si los designios de la casta política gobernante se imponen, a través de la coerción, el chantaje, el clientelaje y la corrosión institucional, lo hace no porque es “legítimo” lo que hace, sino porque cuenta con la correlación de fuerzas a favor. Lo hace porque tiene el monopolio de la violencia legal, incluso de la violencia ilegal. Se trata pues de la imposición y no de la democracia.
Que lo logre hacer quiere decir que se ha cumplido con la voluntad estatal, con la 14
voluntad gubernamental, con la voluntad de la casta gobernante, anulando o usurpando la voluntad general del pueblo. Si bien se puede considerar esto una victoria política, lo es en las circunstancias viciadas institucionalmente y constitucionalmente, en condiciones no-democráticas. Esto no deja de significar que se trata de una victoria ilegitima; por lo tanto, de corto alcance.
La clase política suele ponderar sus logros en el corto plazo, poco en el mediano plazo y casi nunca en el largo plazo. En consecuencia, una victoria política lograda en las condiciones descritas, es una pírrica victoria, hasta podría decirse provisional, incluso fugaz. No tiene la propiedad de la durabilidad. Se trata del goce inmediato de los que se regocijan con semejante “victoria”; en esto no hay placer, menos gusto estético; tampoco irradiación institucional para los periodos venideros. Salvo si se trata de la irradiación destructiva de la institucionalidad, de la democracia, de la 15
voluntad popular, de las posibilidades del porvenir.
Hay quienes ven en las movilizaciones sociales el caos y desorden, sin discutir su apreciación, pues no se trata ahora de eso - ya se conoce nuestra posición al respecto -; lo que hay que tener en cuenta es que las movilizaciones sociales, concretamente las movilizaciones sociales que devienen anti-sistémicas, son ejercicio de la democracia, más allá de las formalidades institucionales. Cuando se bloquean los conductos institucionales, cuando se administra las leyes para prácticas ilegitimas y encubrir ilegalismos, cuando se usa el gobierno y los aparatos de Estado para ejercer despotismo, es cuando no hay otra salida que la movilización, incluso la rebelión contra la tiranía impuesta, aunque la tiranía se lo haga a nombre del “proceso de cambio”.
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Cuando un Pueblo se ve obligado a actuar abiertamente, irrumpiendo con movilizaciones en el escenario político, expresando su furia, después de haber intentado usar los conductos regulares, denunciando la corrupción imperante en la alcaldía del municipio de referencia, sin lograr resultados - pues la burocracia y los funcionarios encargados de velar por el cumplimiento de la Constitución y las leyes hacen caso omiso de las denuncias, de las demandas, haciéndose la burla, al callarse, al diferir el tratamiento, al tipificar de una manera condescendiente lo que ocurre, además amparados por los gobernantes, los magistrados, los jueces y los “representantes del pueblo” -, ejerce la democracia como corresponde.
Cuando comunidades indígenas de un territorio indígena, reconocido como propiedad comunitaria, es avasallado en su propio territorio, legitimado y legalizado por la Constitución y las leyes, son empujadas a defenderse, a defender su territorio, a defender los espesores territoriales y el ecosistema donde se 17
encuentran, las acciones que emprende, fuera de denunciar e interpelar, las movilizaciones que realiza, las marchas que despliega, son ejercicio de la democracia. El recurso a la movilización es práctica democrática. Más necesaria cuando el gobierno, los aparatos de Estado, se encargan de justificar sus acciones inconstitucionales aludiendo, sin manejar ni comprender la Constitución. Mucho más cuando se manipula con una consulta trucha, que no cumple con lo que establece la Constitución, Consulta con Consentimiento, Libre, Previa e Informada. Más necesaria aún, cuando se ven sorprendidas ante la construcción secreta, clandestina, de lo que pretende perpetrar el gobierno. Cuando las naciones y pueblos indígenas son avasallados, como continuando la conquista interminable, la responsabilidad de todo el pueblo es apoyar la lucha indígena y defender sus derechos, consagrados constitucionalmente. Esto es ejercer la democracia.
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Cuando la sociedad se encuentra sometida a montajes políticos, que buscan sustituir el ejercicio de la democracia por una caricatura de la misma, por prácticas políticas que solo se le parecen en los nombres que se emplea, en cambio, todo el contenido y la forma de las prácticas corresponde a su anulación efectiva, es decir, a un democracidio, el pueblo tiene la responsabilidad de desmontar este espectáculo político, que de político solo tiene el guion y la narrativa, mejor dicho, el discurso, en tanto que, efectivamente, se efectúa el desenvolvimiento del despotismo.
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Convocatoria emergente CrĂtica del conformismo
Un eco de la convocatoria de Achacachi y el TIPNIS.
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Achacachi ha llegado a la ciudad de La Paz, sede de gobierno, pasando por la ciudad de El Alto, ciudad heroica, que se levantó contra el gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada, gobierno que perpetró la masacre conocida como “Octubre negro”. Viene desde el legendario pueblo, conocido por su coraje y bravura, en lucha abierta y sostenida contra el diagrama de poder de la corrupción, diagrama desplegado por la forma de gubernamentalidad clientelar, prebendal y corrupta del “gobierno progresista”. Viene en defensa de la democracia, que en los códigos constitucionales, implica el sistema de gobierno de la democracia participativa, pluralista, directa, comunitaria y representativa. Convocó a los pueblos de la ciudad de El Alto y de la Ciudad de La Paz, al pueblo boliviano, a apoyar esta lucha, que ya cuenta con la Declaración Achacachi-TIPNIS, en defensa de la vida y la democracia; pacto al que se han sumado otras organizaciones sociales y departamentales, entre ellas la Central
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Obrera Boliviana (COB)1. Sin embargo, hasta ahora, el pueblo boliviano, el pueblo de La Paz y el pueblo de El Alto no han acudido masivamente, como corresponde, a esta convocatoria crucial. ¿Por qué?
El gobierno espera desgastar al movimiento; primero intentó descalificarlo, incluso atribuyéndole vinculaciones con la Embajada Norteamericana; muletilla de la conspiración, desgastada, por no solo repetida sino también por simplona y elemental. Después, intenta disminuir el conflicto a un mero tema de competencia municipal, no del gobierno central. Como tercer recurso, opta por ganar a la movilización anti-sistémica de Achacachi por desgaste. Hasta ahora, ninguno de estos procedimientos le ha sido útil al gobierno, que aislado, refugiado como fortaleza, recurriendo a sus dispositivos de emergencia, la policía y el ejército, 1
Ver Retorno y porvenir de la rebelión. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/retorno_y_porv enir_de_la_rebeli__n.
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para protegerse, y a los aparatados de Estado, tomados por el partido oficialista, además de la masa elocuente de llunk’us, se precipita al abismo2.
El tema en cuestión es: ¿Por qué el pueblo no acude a la convocatoria y se suma activamente a la Declaración de Achacachi-TIPNIS? ¿Incomunicación social? ¿Hábitos de conformismo? ¿Habitus de sumisión? ¿Por qué no ve el grueso del pueblo que tiene la responsabilidad ineludible ante la vida y ante la democracia participativa, establecida en la Constitución? ¿Por qué no ve que está ante una convocatoria de emergencia, pues la decadencia política ha tocado fondo? Vamos a sugerir una primera hipótesis de interpretación: la diversidad multitudinaria del pueblo, la heterogeneidad constitutiva de las multitudes del pueblo, no está comunicada, en pleno sentido de la palabra. No participa de la construcción 2
Ver Hermenéutica del conflicto. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/hermen__utica_ del_conflicto_2.
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del sentido común, sino que está atiborrada de los sinsentidos mediáticos y de la ideología del poder, tanto de “izquierda” como de “derecha”. No es el actor multitudinario, colectivo y social de la construcción de sentidos de mundo, a partir de la experiencia y la memoria social.
Esta falencia es uno de los obstáculos para la construcción colectiva de la comprensión del acontecimiento, en sus formas singulares como aparecen en los espesores del presente3. El pueblo, plural, múltiple, diverso y abigarrado, sin embargo, pueblo como posibilidad de integración de las múltiples voluntades singulares, no aprende, mediante la pedagogía política, pedagogía de la interlocución de la puesta en mesa de las interpretaciones de la experiencia social y de la memoria social.
3
Ver Espesores del presente. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/espesores_del_ presente.
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Los momentos de disponibilidad de fuerzas, como decía René Zavaleta Mercado, son momentos de oportunidad para la acción, para el gesto y la palabra creativa, interpelativa y convocante. No aprovechar estos momentos, para volcarse con todo para incidir en los decursos del acontecimiento, es como renunciar a ser. Es entregarse de lleno a la fatalidad inventada por el poder, el círculo vicioso del poder.
El círculo vicioso de poder lo reproducen los enemigos, los que dicen enfrentarse a muerte, sin embargo, en el fondo, son cómplices de la reproducción de las dominaciones; ya se den en las versiones narrativas de la “izquierda” o en las versiones narrativas de “derecha”4. Hoy circula una “agenda” democrática, que dice defender la institucionalidad, además de proponerse quizás formar un frente electoral contra el “oficialismo”. La concepción de democracia de esta 4
Ver Más allá del amigo y enemigo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/m__s_all___del _amigo_y_enemigo_2.
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“agenda” es el de la democracia formal, restringida a la delegación y representación; un retroceso respecto a lo que establece la Constitución. Esta “agenda” quiere recuperar la institucionalidad, la democracia formal, restringida y circunscrita a los prejuicios jurídico-políticos. Es más de lo mismo, en el debate estéril entre “oficialismo” y “oposición”. Esta “agenda” está al margen de la movilización prolongada (2000-2005), que abrió los decursos del proceso de cambio; tampoco entiende la crisis estructural del Estado-nación, del que forma parte la crisis de la forma de gubernamentalidad clientelar del “gobierno progresista”; crisis estructural de la que forman parte las formas de gubernamentalidad neoliberal, liberal y conservadora, anteriores. Se trata de una “agenda” que interpreta la crisis estructural del Estado-nación como si solo se tratara de la crisis del gobierno populista, embargado en la “corrupción”, en la “manipulación” y en el “autoritarismo”. No ve que estos atributos han sido compartidos por formas de gobiernos anteriores, 26
correspondientes a las otras formas de gubernamentalidad de la clase política.
La crisis múltiple estructural del Estadonación nace con el mismo Estado-nación, en su condición jurídico-política, sin sustento institucional; la república como ficción jurídico-política5. La crisis múltiple del Estado-nación perdura incluso cuando se constituye el Estado-nación institucionalmente, materialmente, sobre la base soberana de las nacionalizaciones, con la revolución de 1952; cuando se encarna en la malla institucional y en las mismas instituciones sociales; incluso en los imaginarios colectivos. Pues, la crisis corresponde a la heredad colonial del Estado-nación, emergido de la administración colonial virreinal y de la Audiencia de Charcas. Como parte de la geopolítica del sistemamundo capitalista, como parte del sistema-mundo cultural de la banalidad, 5
Ver La ilusión del poder. También La guerra y la paz. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_ilusi__n_del_ poder. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_guerra_y_la_ paz-libro.
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como parte de la civilización moderna, la crisis múltiple del Estado moderno emerge de la misma conformación del sistema-mundo capitalista, cuyo substrato es colonial. Esta crisis no se resuelve retornando a los causes anteriores a la movilización prolongada, anteriores al proceso constituyente, anteriores al proceso de cambio; no solo porque son anteriores y, en este sentido, se los puede considerar situaciones regresivas; sino porque las causas, por así decirlo, empleando esta figura metafóricamente, no se resuelven con procedimientos de regulación institucional, el llamado Estado de derecho, que es otra ilusión, esta vez, liberal. La crisis múltiple del Estado moderno solo puede ser resuelta solucionando los problemas congénitos a la modernidad, al sistema-mundo capitalista, al sistema-mundo político, al orden mundial. Y solo puede ser resuelto por el pueblo en acción, movilizado, autoreflexivo, autoconvocado, que asume la responsabilidad de ejercer la democracia,
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en pleno sentido de la palabra, como autogobierno del pueblo6.
La convocatoria de Achacachi y la convocatoria del TIPNIS son convocatorias cruciales; ante la decadencia de la civilización moderna, del sistema-mundo político, del sistemamundo capitalista, del imperio, del orden mundial, del que forman parte los Estadonación, se requiere de respuestas vitales de los pueblos, de la liberación de la potencia social. Ante la crisis ecológica que amenaza a la sobrevivencia humana, se requiere de la recuperación de las percepciones corporales y de la reinserción de las sociedades humanas a los ciclos vitales. Ante estas amenazas y estos síntomas de la crisis múltiple de la dominación mundial, regional y nacional, se requiere del acto heroico de los pueblos, el excedente volitivo y 6
Ver Praxis y acontecimiento. Fuerzas sociales y territorialidades. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/praxis_y_acont ecimiento. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/fuerzas_sociales _y_territorialidade.
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energético social, que transforma el mundo.
es
el
que
La pregunta, ante la falencia de comunicación identificada, es: ¿Cómo hacer para lograr construir una comunicación integral entre la diversidad y heterogeneidad del pueblo? Parece que es indispensable, primero, comenzar a comunicarse, a desplegar formas de comunicación, sobre todo, para conocerse y auto-conocerse, a través del aprendizaje colectivo de reconocimientos. No mediante representantes y delegados, como acostumbra la democracia formalizada e institucionalizada, por lo tanto, restringida; sino a través de experiencias directas de comunicación. En las tradiciones de lucha de los pueblos, las asambleas fueron espacios y escenarios adecuados para que esto ocurra. ¿Hay otras formas? ¿Puede haber otras formas?
Una segunda cuestión es que, en la democracia directa, participativa y 30
comunitaria, en el ejercicio pleno de la democracia, la conformación de consensos es el procedimiento adecuado para salir del círculo vicioso del poder; avanzar por consensos, en transiciones creativas. No imponer, no recurrir al poder, ni a la violencia, se llame o no “mayoría”, para imponer a otra parte que se llame o no “minoría”. El usar los métodos de los amos, de los patrones, de los propietarios, de la clase política, es comenzar a parecerse a ellos; entonces, repetir el círculo vicioso del poder.
El lograr comprensiones sociales y colectivas del acontecimiento político, económico, social y cultural del sistemamundo moderno, son logros del aprendizaje social, a través de las pedagogías políticas y culturales, basadas en la experiencia y en la memoria social. Es participar en el conocimiento crítico de la realidad efectiva, conocimiento colectivo del devenir del mundo efectivo. Es dar pasos fundamentales para la democratización de los conocimientos y de las tecnologías, sobre todo, las de 31
punta, las que empiezan a conformar condiciones de posibilidad científicas y técnicas para otros mundos posibles.
La coyuntura presente es álgida y convocante. Vivir plenamente la coyuntura, sus espesores, es asumirla en su integralidad, en sus dinámicas integradas, en la simultaneidad dinámica del acontecimiento. Si esta coyuntura no se la vive a plenitud, entonces, se pierde el tiempo, se pierde el tiempo de la oportunidad. Se deja que las cosas sigan como siguen, que se repita otra vez la fatalidad condenatoria del círculo vicioso del poder. Este conformismo es la muestra patética de que no se ha asumido la responsabilidad ante la vida; que se deja pasar la vida como si no valiera nada. Este nihilismo social es el substrato de las dominaciones, del poder, del impulso nihilista del círculo vicioso del poder.
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El anti-ecologismo jacobino
Dedicado a Fidel Ortuño, compañero de lucha desde la resistencia a la dictadura militar de Hugo Banzer Suarez; militante bolchevique de aquellos tiempos aciagos, cuando se ponía el pellejo y la capacidad clandestina de organización. Amigo entrañable y calidad humana en todos sus actos y pensamiento. En el presente seguimos siendo compañeros de lucha contra la civilización moderna, colonial y capitalista, defendiendo la vida.
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¿Qué es el anti-ecologismo? ¿Síntoma de qué es este gesto, esta actitud y posición ideológica? ¿Se puede tomar en serio eso de que se trata del “ambientalismo colonial”? ¿Es un argumento serio el que dice que los ambientalistas y ecologistas buscan convertir a los pueblos y países de las periferias del sistema-mundo capitalista en “jardineros”? ¿Es un argumento digno de considerar el decir que el ambientalismo y el ecologismo buscan proteger la naturaleza en su condición pura, sin considerar a los humanos que la habitan? La primera impresión que se tiene al escuchar y leer estos argumentos estrambóticos es que se desconoce la literatura ambientalista, mucho peor, omite las ciencias biológicas, la multidisciplina compleja de ecología, desechando la literatura ecológica, que no es la misma que la ambientalista. Que no se tiene idea a quienes se interpela. Acompañando a estos desaciertos se evidencia el desconocimiento del referente, la crisis ecológica, y de los referentes inherentes que lo componen; de manera concreta, los ecosistemas. Solo se tiene una información general, 34
sobre todo, de indicadores, publicados por organismos internacionales, como el Banco Mundial.
El emisor de semejantes argumentos esta desubicado. Las investigaciones ambientalistas, que vienen y se sustentan en la geografía ambiental, nunca han dejado de considerar los medioambientes, que en el lenguaje ecológico se denominan ecosistemas, sin las poblaciones humanas, que las habitan. La ecología, que es una multidisciplina, proveniente de la episteme compleja7, que emerge del zócalo epistemológico de la física relativista y la física cuántica, conectándolas a los desplazamientos epistemológicos de la biología, así como de la geografía contemporánea, la geografía cuantitativa, la geografía humana, la geografía vital, desenvuelta desde Milton Santos, considera los entrelazamientos y tejidos de los ciclos vitales, comprendiendo en estos 7
Ver Ecología compleja. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/ecolog__a_com pleja_2.
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entramados y texturas a la incumbencia de las sociedades humanas8.
El emisor de semejantes argumentos se encuentra en una situación anacrónica, rezagado respecto al debate sobre las características y composición del sistema-mundo capitalista. Ha quedado rezagado en un debate anterior, el que todavía consideraba que la contradicción principal, para hablar en los términos de Mao Zedong, es entre los pueblos en lucha por el socialismo y el imperialismo, que supone la contradicción del modo de producción capitalista, entre proletariado y burguesía. La crisis de los Estados del Socialismo Real mostró los límites de la ideología bolchevique. Aunque, incluso, las tesis orientales, ya plantearon un abigarrado cuadro de contradicciones, en las que se incluía al campesinado y al pueblo, en el enfrentamiento contra el imperialismo. El levantamiento zapatista, en 1994, abre otro ciclo de rebeliones, en 8
Ver Hacia una ciencia compleja del espacio. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/hacia_una_cien cia_compleja_del_espa.
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la nueva generación de luchas anticapitalistas; más profundas que las que plantearon las luchas del proletariado. La actitud anticapitalista indígena es más profunda porque cala más hondo que la interpretación marxista; toca substratos más profundos de la dominación del sistema-mundo capitalista; toca el substrato colonial, del que emerge el sistema-mundo y su geopolítica de dominación. Por otra parte, muestra que la contradicción principal, siguiendo con los términos maoístas empleados, de manera metafórica, es entre la vida y el capitalismo.
Por eso, la perspectiva indígena anticapitalista es también anti-colonial y descolonizadora, además de ser antimoderna; pues se trata de una transformación civilizatoria. También es ecológica, usando esta definición del lenguaje de las teorías de la complejidad. Seguir en el paradigma del “desarrollo”, que viene del discurso hegemónico estadounidense, posterior a la segunda guerra mundial, para abordar estos 37
temas álgidos y problemáticos del presente, es como querer usar una lupa para estudiar los átomos. No parece atinado argumentar como lo hacían los caudillos populistas del nacionalismo revolucionario de mediados del siglo XX, quienes estaban obsesionados por el “desarrollo” nacional. Para lograr este fin desplegaron nacionalizaciones de los recursos naturales y de las empresas privadas trasnacionales que los explotaban. Con estas medidas dieron lugar a las condiciones materiales de la construcción efectiva del Estado-nación. Esta es la materialidad política de los efectos de Estado de la nacionalización. Ahora, después de experimentar los ciclos de los nacionalismos revolucionarios, hemos aprendido que no bastan las nacionalizaciones para salir de la dependencia; pues los monopolios, oligopolios y corporaciones trasnacionales, controlan los mercados y las cadenas productivas; ocasionando no solo que las mismas nacionalizaciones no les afecten, sino incluso las beneficien, con indemnizaciones y ganando con su incidencia en las variaciones de los 38
precios de las materias primas. Más aun, el deseado “desarrollo” que se interpretaba, en los caudillos mencionados, como industrialización, también ingresa en la vorágine de la dependencia, en las condiciones de transformación estructural del sistemamundo capitalista9. Este es el caso, ejemplar de la potencia emergente de Brasil. Francisco de Oliveira estudio y analizó lo que llama el Neo-atraso brasilero; usando la metáfora del ornitorrinco, para ilustrar sobre las mezclas barrocas, de revolución industrial, revolución cibernética, con las formas del extractivismo; cuya composición estructural definen el carácter dependiente y extractivista de la economía, solo que en otras condiciones histórico-económicas10.
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Ver Crítica de la ideología. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_de_la_i deolog__a_i. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_de_la_i deolog__a_ii_de57ea240bb751. 10 Ver Paradigma mexicano y acontecimiento Brasil. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/paradigma_me xicano_y_acontecimiento.
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Es un craso error de apreciación y de ponderación el partir de los distintos niveles de responsabilidad, en relación al cambio climático, de los países del centro con respecto a los países de las periferias, para llegar a la conclusión insostenible, lógicamente y teóricamente, de que todavía los países periféricos tienen como el derecho a seguir explotando los recursos naturales, como lo han hecho los países industrializados y “desarrollados”, responsables mayúsculos de la crisis ecológica. Esto es como tener una concepción de un planeta compartimentado, donde cada geografía nacional controla su propio cielo, su propia atmósfera, sus propios ciclos vitales. Esto significa extender las categorías institucionales, administrativas y políticas, que sirven en el ejercicio del poder, a los planos, espesores, contextos integrados ecológicos. Esto es como suponer que los ciclos ecológicos obedecen a las determinaciones que tome un Estadonación. Como se puede ver, esta confusión de ámbitos, los relativos a las 40
jurisdicciones políticas y los relativos a las dinámicas ecológicas integradas, lleva a anecdóticas conclusiones y asombrosas aseveraciones, como que hay un “enclasamiento” de las repercusiones del cambio climático; afectando más a los pobres y algo así como privilegiando a los ricos, quienes pueden defenderse ante los impactos ambientales. ¿Qué se quiere sugerir? ¿Qué porque no afecta tanto a los ricos es indispensable continuar con la explotación extractivista en los países periféricos, para que, algún rato, ya no puedan defenderse y sean impactados los ricos de los países centrales? ¿Qué si se siguen explotando los recursos naturales, que si se sigue con el modelo extractivista, como base para el “desarrollo”, no afecta tanto a las poblaciones periféricas, porque todavía tienen un gran margen de explotación, un gran espacio para contaminar y depredar, pues no han cubierto su cuota?
Esta imagen de un planeta compartimentado no solamente es inocente y pueril, sino absurda. Lo que 41
ocurre ecológicamente, en cualquier parte del planeta, afecta a todo el planeta. Se trata de ecosistemas integrados en los ciclos vitales, sincronizando las dinámicas complejas ecológicas. Si bien puede haber indicadores de la responsabilidad diferencial en lo que respecta al cambio climático, de esto no se puede seguir que unos países, la mayoría, que están lejos de esa responsabilidad, todavía pueden seguir el mismo curso que los países contaminantes, depredadores y destructores del planeta. La crisis ecológica afecta de manera comprometida a todas las poblaciones del planeta, sean del centro mutante o de las periferias; tanto a las sociedades humanas como a las otras sociedades orgánicas, donde aquellas están insertas. La amenaza a la sobrevivencia humana exige un cambio radical en todas las poblaciones y en todos los pueblos, en todas las sociedades. No se puede seguir por el camino del “desarrollo”; el costo es
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la destrucción del planeta y el ecocido, la destrucción de la vida11.
Por otra parte, esta peregrina estrategia de seguir por el curso del “desarrollo”, basándose en la expansión intensiva del modelo extractivista, además de ser anodina y errada, beneficia a los amos del mundo, a la hiper-burguesía de la energía fósil. Hiper-burguesía con acciones en la explotación de los hidrocarburos y minerales; con acciones en las cadenas productivas, que absorben como insumos a las materias primas mencionadas. Hiper-burguesía que está interesada en prologar el uso de la energía fósil de manera indefinida, para seguir obteniendo super-ganancias, a los costos de la demoledora destrucción planetaria. Este planteamiento neo-desarrollista es un instrumento apropiado para sostener la dominación mundial de la hiperburguesía de la energía fósil12. Ya que les 11
Ver En defensa de la vida. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/en_defensa_de _la_vida_2. 12 Ver Capitalismus versus vida.
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gusta usar esa palabra y definición trasnochada de geopolítica, diremos que es el mejor apoyo e impulso que se le puede dar a la dominación mundial, la del imperio; es decir, el mejor apoyo a la geopolítica del sistema-mundo capitalista.
Otra muestra anecdótica. El descalificar al activismo ambientalista y al activismo ecologistas denominándolos como “jardineros”, lejos de lograr su objetivo, la descalificación, con pretensiones irónicas, no alcanzadas, mas bien, evidencia el imaginario delirante y la concepción enajenada que se tiene del tema en cuestión. Al reducir los ecosistemas a “jardines”, se expresa la idea de poda y cuidado, que se aplica a los jardines de las casas; transfiriendo esta idea a los bosques y a los ecosistemas. Los bosques y los ecosistemas, complejos de por sí, no son, obviamente, resultado de ninguna poda ni cuidado “jardinero” humano, sino de https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/capitalismus_ve rsus_vida_2.
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entrelazados conglomerados complementarios, que forman nichos ecológicos. En todo caso, el defender los ecosistemas, los bosques, las cuencas, los ciclos del agua, los ciclos del aire, los ciclos de los suelos, no tiene nada que ver con la peregrina figura de “jardinería”; al contrario, se opone a lo que podría ser la sustitución de ecosistemas y bosques por composiciones artificiales.
Ahora, la pregunta que debemos hacernos es: ¿dónde y cómo funciona semejante discurso? Se trata de uno de los discursos del poder. Parecida descalificación viene de multimillonarios, al estilo de Donald Trump, que descalifican al cambio climático como invención de ambientalistas y ecologistas. Aquí, discursivamente, argumentativamente, se encuentran jacobinos y la casta burguesa dominante del mundo. Tienen, por así decirlo, el mismo enemigo, el activismo ambiental y el activismo ecológico; entonces, se podría decir, conjeturando, que al tener el mismo enemigo ecológico, los hace a 45
ambos amigos; por lo menos, en esta contradicción. Algo que ya dijimos en la Hiper-burguesía de la energía fósil y en La burguesía rentista13. Entonces, se trata de Entramados de los 14 conservadurismos sociales , donde los aparentes enemigos resultan, mas bien, cómplices.
Sabemos que el núcleo del conflicto en la coyuntura es el TIPNIS, por el motivo de la construcción de la carretera que cruza el bosque, en lo que se ha venido denominando el núcleo del ecosistema del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure. El discurso en cuestión sirve para descalificar la lucha indígena en defensa del TIPNIS y la vida, para descalificar al activismo ambientalista y al
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Ver Hiper-burguesía de la energía fósil. También La burguesía rentista. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/19/la -hiper-burguesia-de-la-energia-fosil/. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/24/la -burguesia-rentista/. 14 Ver Entramados de los conservadurismos sociales. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/capitalismus_ve rsus_vida_2.
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activismo ecologista, para descalificar a los movimientos ciudadanos y de intelectuales críticos en defensa del TIPNIS. También el discurso sirve para legitimar la construcción de la carretera que atravesaría el bosque, donde solo hay dos comunidades. El grueso de las comunidades se distribuye en las orillas y entornos de los ríos Isibore, Sécure e Ichoa, lejos de donde pasaría la carretera. ¿A quiénes beneficia esta construcción, que según el gobierno es para cumplir un viejo anhelo de integración entre el departamento de Cochabamba y el departamento del Beni?
Al parecer, los intereses más pesados se juegan en las concesiones a empresas trasnacionales extractivistas de los hidrocarburos; concesiones que se encuentran precisamente en el bosque, que era considerado intangible. Concesiones indebidas por tratarse del territorio indígena y área protegida. El siguiente conjunto de intereses que se juegan parece tener que ver con la geopolítica del IIRSA, de la que formaría 47
parte la carretera del TIPNIS, sin ser troncal de los ejes bioceánicos. El tercer conjunto de intereses, que les sigue a los anteriores, parece encontrarse en la Federación del Trópico de Cochabamba y en los colonizadores cocaleros, que avasallaron el TIPNIS en el llamado Polígono Siete; es decir, en las organizaciones que representan a los cultivadores de la hoja de coca excedentaria15. El cuarto conjunto de intereses parece encontrarse en la burguesía agro-industrial, interesada en la ampliación de la frontera agrícola. El quinto conjunto de intereses parece hallarse en las empresas madereras. Estos cinco conjuntos de intereses codifican al TIPNIS como objeto de exploración, explotación y extracción; como espacio geográfico sostén de las comunicaciones físicas y el transporte; como terreno de expansión de cultivo, como paramo susceptible de tala y chaqueo para su conversión en tierra cultivable; como espacio salvaje que 15
Ver Ecología de la hoja de coca. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/ecolog__a_de_l a_hoja_de_coca_2.
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tiene que domesticarse para construir espacios de la civilización de la producción mercantil; como bosque cuantificado como riqueza de madera, para su introducción en los mercados internacionales y de las industrias de muebles y otros utensilios16.
El que asume estos conjuntos de intereses como suyos es el “gobierno progresista”; lo hace a nombre del “desarrollo”; es más, llega a decir que lo hace por el bienestar de las poblaciones indígenas y de las comunidades del TIPNIS. Al hacerse cargo de estos conjuntos de intereses, el gobierno no solamente es el operador administrativo de las políticas que llevan adelante la realización y logro de estos intereses, sino que se vuelve como el estratega de toda la implementación “desarrollista”. Es decir, que su proyecto efectivo es éste, el del “desarrollismo” a ultranza y no otro. Muy lejos ha quedado la Constitución, en 16
Ver Crítica ecológica del extractivismo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_ecol__ gica_del_extractivis.
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la práctica desechada o usada de manera forzada, manipulada, como escudo para encubrir el proyecto extractivista. Ahora bien, el proyecto “desarrollista” del que hablamos es también el proyecto de la burguesía de la energía fósil y de la burguesía mundial del sistema financiero internacional. Pues se trata de la logística del avance sostenido del extractivismo hidrocarburífero, de la acumulación de capital del modelo productivo-financieroespeculativo fósil. El “gobierno progresista” se convierte en un brazo operativo del ejercicio de poder mundial de la hiper-burguesía de la energía fósil17.
Sin embargo, cuando concurren estos eventos, la condición operativa y administrativa, además de estratega, de los intereses locales y regionales, en el manto de los intereses mundiales, de la dominancia del ciclo del capitalismo vigente, que radica en la hiper-burguesía, 17
Ver Gobierno de las trasnacionales extractivistas y de la burguesía de la coca excedentaria. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/08/03/g obierno-de-las-trasnacionales-extractivistas-y-de-laburguesia-de-la-coca-excedentaria/.
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el operador, administrador y estratega no se queda en la condición de mero dispositivo múltiple. Se genera un estrato de la burguesía mundial, en el lugar de la aplicación de las políticas extractivistas mencionadas, que hemos llamado burguesía rentista. Entonteces, ingresa un sexto personaje, correspondiente a un sexto conjunto de intereses; este personaje es la burguesía rentista. Que está interesada en mantener los flujos de la renta; mejor si se incrementan. Renta de la que se apropia por procedimientos de corrosión institucional y corrupción.
En consecuencia, podemos decir que el discurso en cuestión es el discurso de la burguesía rentista. Un discurso que responde a sus intereses, que los encubre o los adorna, buscando la legitimación de sus actos, que, por cierto, no son claros, sino, mas bien, opacos, si es que no son oscuros. Un discurso, como todo discurso moderno o modernizante, tiene pretensiones de verdad. Por eso, opone su verdad a lo que considera la “mentira” de sus detractores, los ambientalistas y 51
ecologistas; que, además, los declara “coloniales”, sin sustento argumentativo, salvo si consideramos que la adjetivación es argumento.
Podríamos decir que se trata de un tipo de ideología, claro exagerando, pues este discurso no tiene el alcance de cosmovisión de la ideología. Pero, mantengamos el término, con fines comparativos, aunque seamos conscientes de que exageramos. Siguiendo con la interpretación, se trataría de una ideología rentista. Toda ideología tiene como un núcleo organizador de su imaginario; este núcleo organizador tiene que ver con la concepción de mundo. Simplificando y esquematizando, por razones de exposición, diremos que así como la ideología liberal de la burguesía clásica concibe el mundo como un mundo movido por la economía y el mercado, la ideología rentista concibe al mundo como un mundo movido por la renta.
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La renta, es decir, el pago por la concesión o la venta de materias primas, es lo que mueve el mundo o, si se quiere, su mundo, para esta ideología rentista. Es la base de todo, por así decirlo; la base del “desarrollo”; la base para invertir en salud, en bienestar social, en empleos; la base de la industrialización añorada. Obviamente, pero no lo dicen, la base del enriquecimiento de la burguesía rentista.
Entonces el discurso de la burguesía rentista es constitutivo del sujeto social correspondiente. Como todo discurso otorga un sentido al quehacer, a las prácticas y los desenvolvimientos de esta burguesía singular. El sentido enunciado claramente es el que atribuye el papel de portadores del progreso y del “desarrollo” a los miembros de la burguesía rentista. Pero, como todo discurso, que contiene varias capas, tiene también sentidos subyacentes. Un sentido subyacente es el que les atribuye, a los miembros de la burguesía rentista, el ser portadores de la verdad y propietarios del poder. Desde Michel Foucault sabemos que el poder no 53
es una propiedad, sino que se ejerce; de aquí, de este enunciado, convertido en premisa, dedujimos que el poder, más bien se apropia, de los que se entronan en el poder. Los gobernantes, los funcionarios, los representantes, son propiedad del poder. Sin embargo, en el imaginario rentista, se consideran propietarios del poder.
No vamos a nombrar a otros sentidos subyacentes; sería un poco largo, aunque no del todo pertinente para la exposición. Lo que interesa es decir que también hay sinsentidos del discurso; es decir, si se quiere, vacíos del discurso, que se vuelven remolinos, por donde se hunde el propio discurso, tragado por sus agujeros negros. Un sinsentido que aparece en el discurso, de manera explícita, es cuando se impone el “desarrollo”, si se quiere, valor de la civilización moderna, a proyectos civilizatorios alternativos, que son las naciones y pueblos indígenas, como reconoce la Constitución. Este sinsentido es acompañado por otros; como, por ejemplo, cuando se dice que se 54
quiere llevar el bienestar a las comunidades indígenas, que se encuentran lejos de la carretera que se quiere construir. Otro sinsentido acompañante es que se considera a los colonizadores del Polígono Siete como si fuesen parte del Territorio Indígena, introduciendo la distorsión conceptual, cultural y antropológica. No vamos a ocuparnos de otros sinsentidos evidentes, como, por ejemplo, ¿para qué todo esto?, de las concesiones hidrocarburíferas, mineras, madereras, si por experiencia sabemos, que dejan cementerios estas explotaciones. La mayor parte de la torta se llevan las empresas trasnacionales extractivistas; la renta es eso, renta, no ganancia. Para que apostar por la economía política de la cocaína, cuando sabemos, también por experiencia, que es una ilusión ésta de la riqueza efímera; solo constatable para la cúspide de la pirámide social comprometida; a costos muy altos, la descohesión social y la destrucción ética y moral de la población afectada.
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Quedándonos con estos tres sinsentidos mencionados, podemos mostrar que, en realidad, el “desarrollo”, es una finalidad fantasma; lo que importa no es la finalidad, sino los medios para conseguir realizarla. Lo que importa es la construcción de la carretera, las concesiones, la ampliación de la frontera agrícola, la ampliación de la frontera maderera; lo que importa con todo esto es incrementar la renta y el atesoramiento de la burguesía rentista; pues, en este caso, no podemos hablar de acumulación. El bienestar es otra finalidad fantasma; ¿qué sería el bienestar logrado para las comunidades indígenas del TIPNIS? Lo que importa, aquí también, son los medios; ocupar militarmente el territorio, favorecer la expansión de los colonizadores, que ya han penetrado al interior del TIPNIS, pasando la línea roja, plantando cocales clandestinos. Hacer presencia estatal en territorios rebeldes, como en la época de las dictaduras militares, cuando se ocupaban los campamentos mineros. El considerar a los colonizadores del TIPNIS como “indígenas” no es una finalidad, 56
sino el descarnado juego ideológico; el de la suplantación, el de la simulación y los montajes. En otras palabras, el del juego de las apariencias18.
Dijimos que los sinsentidos del discurso son como los remolinos que se tragan al discurso mismo. Bueno pues, estos son los lugares, los agujeros negros; donde el discurso se ahoga, el discurso se derrumba, pierde su propia función ideológica. Los sinsentidos del discurso son como los lapsus lingüísticos, donde el inconsciente desborda y muestra el absurdo de la pretensión consciente, expresada en el discurso. Lo que habría que preguntarse es si el discurso de la burguesía rentista contiene más sinsentidos que sentidos. Si este fuese el caso, la burguesía rentista seria como la
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Ver Retorno y porvenir de la rebelión. También Hermenéutica del conflicto. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/retorno_y_porv enir_de_la_rebeli__n. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/hermen__utica_ del_conflicto_2.
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concreciรณn sociolรณgica de elevado de la decadencia.
un
grado
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El desarrollo como tormento de SĂsifo
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En la mitología griega Sísifo es el héroe de los orígenes, rey de Éfira, nombre antiguo de Corinto. Hijo de Eolo y Enareta, marido de Mérope. Una versión interpretativa dice que fue padre de Odiseo, nacido del vientre de Anticlea; antecedente premonitorio antes del matrimonio con Laertes. Sísifo también es el nombre simbólico del castigo dado por los dioses; empujar, cuesta arriba, por la pendiente de la montaña una roca que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo; repitiéndose, una y otra vez, infinitamente, la tarea incumpible.
El desarrollo, ya como ideología, proyecto, estrategia o implementación, resulta un tormento de Sísifo. Los ideólogos, vocero, partidarios del desarrollo, sean liberales, neoliberales o “progresistas”, suponen que se trata de comenzar de cero o de donde se está, para encaminarse en la vía del desarrollo. Es decir, industrializarse; lo que la teoría de la dependencia llamaba sustitución de importaciones. Otros ideólogos tardíos 60
del desarrollo, en pleno siglo XXI, tienen una idea más lineal y sucesiva que ésta, que corresponde a los prejuicios del desarrollo del siglo XX; estos desarrollistas tardíos incluso creen que se trata de cumplir con la etapa extractivista, que conformaría como una base de acumulación originaria, para pasar a la acumulación ampliada, que sería la industrialización. Siguiendo al pie de la letra el modelo de desarrollo de los países industrializados y desarrollados. Esto de la base extractivista se lo han sacado de los pelos, pues no corresponde con las historias efectivas del desarrollo capitalista. Se trata de un modelo linealista inventado por los ideólogos de los “gobiernos progresistas”, que no tiene correspondencia empírica.
Lo llamativo de esta tesis desarrollista tardía es que se considera como partir de cero o desde donde se está para cumplir las fases del camino al desarrollo. Es sorprendente que se de esta tesis en un mundo globalizado; la tesis supone, implícitamente, que cada país está 61
aislado y echado a su suerte, en lo que corresponde al proyecto enigmático del desarrollo. Como si no fueran posible dar saltos, como si no fuese posible las trasferencias de tecnologías; sobre todo, las tecnologías de punta, particularmente, las tecnologías limpias.
Este supuesto aislamiento caracteriza al proyecto de desarrollo tardío. A pesar de encontrarse en un mundo globalizado, los desarrollistas, suponen aislamientos inconcebibles de los países. Solo así se puede entender su obsesiva linealidad de sucesivas etapas; apostar primero a la expansión intensiva del extractivismo, cumpliendo con la acumulación originaria de capital; para después pasar a la industria pesada, siguiéndole la industria liviana, después vendrán las industrias de punta. Esta tesis linealista del desarrollo cae por su propio peso; el peso del absurdo. ¿Por qué seguir con la condena de Sísifo si en un mundo globalizado las supuestas etapas ya están cumplidas? ¿Por qué no dejar el peso de la condena, la carga del castigo, y mirar desde la 62
cúspide de la cumbre los horizontes que se abren a la mirada? ¿Por qué se tiene que experimentar lo que otros ya han experimentado y han transmitido su experiencia, en los decursos de la historia de las sociedades modernas? ¿Se trata de una especie de masoquismo político y económico?
No se tiene por qué hacerlo. No hay ninguna razón para hacerlo de ese modo, al estilo de la condena de Sísifo; salvo por una inclinación masoquista política y económica; o también por otras razones pragmáticas y del realismo político. Las razones pragmáticas y del realismo político tienen que ver con lo pedestre de la cuestión; la querella del excedente. Pero, se trata del excedente que queda en las periferias, convertidas en reservas de materias primas para los centros industriales del sistema-mundo. Diremos, entonces, claramente, se trata de la disputa por la renta.
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Para obtener la renta solo se requiere del modelo primario exportador, como pronuncian los economistas; caracterizando a los países que son dadores de recursos naturales y sus Estado-nación garantizan la transferencia de los mismos a los centros industriales. Es decir, se trata de países subalternizados en la geopolítica del sistema-mundo capitalista. En cambio, para generar ganancia, que es la efectiva apropiación del excedente, se requiere de modelos más complejos económicos, dependiendo de contexto nacional, regional y mundial; dependiendo de la coyuntura nacional y mundial. Cuando asistimos a las sucesivas revoluciones científicas y tecnológicas, las exigencias y los desafíos reclaman de modelos que incorporen lo último de estas revoluciones científicas y tecnológicas, adecuándolas a las condiciones de posibilidad de los países; además de encajar en el mutante rompecabezas de la economía-mundo.
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Por otra parte, quizás la prioritaria, el alcance amenazante de la crisis ecológica, que define la situación ecológica del planeta, que es la condición de posibilidad existencial y vital de toda sociedad, civilización y proyecto, condiciona que el modelo adecuado se reinserte a los ciclos vitales; es decir, sea ecológico. No hay donde perderse en lo que se puede y se debe hacer. Sin embargo, la ideología desarrollista tardía elucubra sobre procesos de desarrollo, que son efectivamente como tormentos de Sísifo.
El proyecto del desarrollismo tardío desborda por sus incongruencias. Sin embargo, la explicación de este proyecto, de los discursos que lo acompañan, del imaginario de la promesa banal de bienestar, no es pues la de la irracionalidad política. El discurso desarrollista es la capa audible de un conjunto de dispositivos y prácticas que responden a maquinarias de poder, extendidas en toda el orbe. Hablamos de lo que Michel Foucault denominaba 65
prácticas no discursivas, que corresponden a relaciones de fuerza y a cuadros de visibilidad, que también corresponden a diagramas de poder. Estas prácticas no discursivas son, en parte, aplicaciones de políticas; estos cuadros de visibilidad son los paisajes, las texturas de los paisajes, como los define la geografía contemporánea. Paisajes urbanos, paisajes rurales, paisajes de los campamentos mineros e hidrocarburíferos, paisajes demográficos y territoriales, paisajes de las huellas ecológicas.
Estas prácticas no discursivas y estos cuadros de visibilidad nos muestran efectivamente lo que ocurre. El desarrollo no solamente es una finalidad fantasma, como dijimos en el anterior ensayo; no solo es una ideología o, si se quiere, un paradigma económico anacrónico; sino es el nombre, apropiado o no, que se le da al proyecto efectivo en curso. Este proyecto es el de la acumulación originaria y ampliada de capital en el mundo. Si hacemos caso a la certeza de 66
Emmanuel Wallerstein, de que no hay historias nacionales del capitalismo sino se trata de la historia mundial del capitalismo, entonces, podríamos decir, deduciendo, que tampoco hay proyectos de desarrollo nacional, en sentido efectivo, sino un proyecto de desarrollo mundial del capitalismo. En consecuencia, lo que efectivamente se da es la marcha local y nacional, también regional, del desarrollo del capitalismo mundial.
Este desarrollo mundial del capitalismo supone divisiones del trabajo, divisiones del mercado mundial, divisiones de especializaciones, en las geografías diversas que toma en cuenta la geopolítica del sistema-mundo capitalista. Lo que se hace en cada país, es aportar con su cuota al desarrollo mundial del capitalismo.
Algunos países periféricos pueden intentar dejar de ser meramente exportadores de materias primas e 67
incursionar en la industrialización, sin embargo, incluso si lo logran, se adecuan a la nueva división del trabajo y del mercado internacional; divisiones que no son obviamente estáticas sino móviles. Entonces los países que lo logran, como las llamadas potencias emergentes, de todas maneras, se adecuan a las nuevas condiciones de la acumulación ampliada de capital mundial.
Estos procesos económicos y políticos pueden darse de una u otra manera, dependiendo de los contextos y las coyunturas, pueden enunciarse en una formación discursiva o en otra, en una ideología u otra; incluso pueden darse transformaciones estructurales e institucionales estatales; empero, su incidencia e incumbencia se da en la mutación estructural del sistema-mundo capitalista. Forman parte del mismo, lo componen, aportan en el desarrollo mundial del capitalismo; pueden encontrarse en ubicaciones más próximas al centro mutante del sistema-mundo, o en el mismo centro del sistema-mundo; 68
sin embargo, no dejan de formar parte del sistema. Son pocos los países, diríamos escasos, los que logran cambiar su condición designada por la geopolítica del sistema-mundo; la mayoría de los países queda atrapado en la cartografía definida por la geopolítica de la dominación mundial.
En consecuencia, si se quiere salir de la dependencia, que es como la herencia de la colonización, no es, pues, el camino adecuado el desarrollo, sino, siguiendo con los términos, salir del desarrollo. En términos más claros, salir del sistemamundo capitalista. Y como no se puede salir del mismo, como haciéndose a un lado; de lo que se trata es desmantelar el sistema-mundo capitalista y abrirse a otros mundos posibles.
El proyecto del desarrollismo tardío es la condena al tormento de Sísifo. Si bien se presenta como una promesa ya banalizada, esta promesa de bienestar es el edulcorante ideológico de la condena. 69
El debate sobre el desarrollo y en torno a los discursos desarrollistas peca en perderse en el plano audible de la problemática, sin vislumbrar sus prácticas no discursivas y sus cuadros de visibilidad. La pedagogía política de los pueblos y las multitudes puede abordar la problemática más allá de la ideología; puede acudir a las experiencias sociales y a las memorias sociales de los pueblos, poniendo en mesa, para decirlo de esa manera, las huellas, los signos primordiales, los síntomas, lo efectivamente acontecido, como datos elocuentes que se tienen que descifrar. El tema crucial del debate no es el desarrollo, sino salir de los círculos viciosos donde se encuentran orbitando las sociedades; el círculo vicioso del poder, el círculo vicioso económico, el círculo vicioso insatisfactorio de la cultura de la banalidad.
No tiene mucha perspectiva discutir e interpelar el paradigma de desarrollo; mostrar sus límites e incongruencias, además de sus efectos devastadores; 70
esto se lo ha hecho de sobra. Lo que es indispensable para los pueblos es reflexionar y debatir colectivamente sobre las alternativas alterativas a los cĂrculos viciosos del sistema-mundo capitalista. Este debate tiene perspectiva y alumbra sobre el porvenir.
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Equilibrismo polĂtico y gobernar en el vacĂo
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Habría que enfocar la crisis política también desde otros ángulos de observación; esta vez, aquellos que visualizan el vació político. La pregunta es: ¿Cómo se puede gobernar en el vació político? El vacío político es como el ojo del huracán. El ojo es la región de condiciones meteorológicas más aplacadas, que se forma en el centro de los ciclones tropicales fuertes19. La crisis 19
Esta región aproximadamente circular suele tener un diámetro de entre 30 y 65 kilómetros; está rodeada por la pared del ojo, un anillo de tormentas convectivas, donde ocurren las segundas condiciones más severas en el ciclón. La presión atmosférica más baja se registra en el ojo, donde puede ser hasta un 15% inferior a la presión fuera de la tormenta. El ojo de los ciclones tropicales más intensos es una región circunvalada por una pared simétrica de torres de tormentas, que se caracteriza por vientos flojos y cielos despejados. En los ciclones tropicales más débiles el ojo no está siempre bien definido y puede estar cubierto por una gruesa región de nubes altas conocida como nubosidad central densa, que a veces también se denomina revestimiento denso central; la cual se destaca por su brillo en las imágenes satelitales. En las tormentas más laxas y embrolladas, la pared del ojo puede no encerrar el ojo completamente; pueden incluso producirse lluvias fuertes en el ojo. Independientemente de estas variaciones, el ojo es siempre el lugar donde se registra la presión barométrica más baja de la tormenta; el área donde la presión atmosférica al nivel del mar es más baja. Ver Ojo (ciclón). Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Ojo_(cicl%C3%B3n).
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política puede figurarse como un ciclón, devenido de la convulsión de temperaturas calientes y frías sociales, económicas y políticas. En el referente de la metáfora, a medida que las previas tormentas se forman y se agrupan, la tormenta desarrolla franjas de lluvia, que comienzan a rotar alrededor de un centro compartido. A medida que la tormenta se vigoriza, se forma un anillo de convección más fuerte, a cierta distancia del núcleo de rotación de la tormenta incipiente. Dado que la presencia de tormentas más fuertes y mayores precipitaciones indican la existencia de corrientes ascendentes, la presión barométrica en la superficie comienza a bajar y el aire se acumula en los niveles superiores del ciclón. Esto provoca la formación de un anticiclón, un área de alta presión atmosférica, arriba de la nubosidad central densa. En consecuencia, la mayor parte de este aire acumulado fluye anticiclónicamente hacia el exterior, por encima del ciclón tropical. En el exterior del ojo, que está formándose, el anticiclón en niveles atmosféricos altos intensifica el flujo hacia el centro del ciclón, presionando el 74
aire hacia la pared del ojo; lo que ocasiona un ciclo de retroalimentación positiva. Simultáneamente, una pequeña porción del aire fluye hacia el centro de la tormenta, en vez de fluir hacia fuera; causando el aumento de la presión aérea, hasta el punto de que el peso del aire contrarresta la fuerza de la corriente ascendente del centro de la tormenta. El aire comienza a descender en el centro de la tormenta, creando así un área mayormente sin lluvias, que será el ojo de la tormenta.
La metáfora meteorológica nos puede ayudar a figurar, por analogías de forma, el ciclón político, por así decirlo. Lo que nos interesa, en este juego de analogías, es el ojo del ciclón, donde, tratándose metafóricamente del ciclón político, se forma una especie de vacío en el ojo de la tormenta política. ¿Se gobierna en el vacío político o, mas bien, el vacío es ingobernable? Es decir, el vacío se produce en el torbellino; es el producto de otras fuerzas, que se mueven convectivamente. El vacío depende de la 75
turbulencia, del bucle de la turbulencia. El gobernar en el vacío político es entonces una ficción; una ilusión de los que se encuentran en el ojo de la tormenta política.
¿Qué es lo que hacen los gobernantes cuando se encuentran en estas condiciones, suspendidos en el vacío político? Diremos, como hipótesis de interpretación, que no gobiernan, sino que se comportan como equilibristas. Se sostienen equilibrándose en alianzas provisionales y hasta heteróclitas; juegan con la sumatoria de apoyos, que, por cierto, es una suma vulnerable; que puede desmoronarse cualquier rato. Tejen su nido en un equilibrio inestable, atando cabos, de un lado y de otro; haciendo concesiones, sobre todo, para ganar tiempo y en este tiempo atrincherarse.
El equilibrismo político es ciertamente una habilidad; hay que tener cierto tacto para hacerlo; hay que conocer, de alguna 76
manera, el peso de las fuerzas concurrentes para lograrlo. No se puede confundir el equilibrismo político con la práctica de gobernar, aunque se parezcan en una analogía; el gobierno aprovecha las fuerzas con las que se enfrenta para conducir; en cambio, el equilibrismo político depende de las fuerzas para mantenerse estático.
Entonces, ¿si no se gobierna qué ocurre en el equilibrio inestable? Se acopia aire, vale decir, siguiendo las analogías de la metáfora y sacando connotaciones, se acopia la ilusión del poder20; es decir, el atesoramiento de montones de fetiches, montañas de fetiches; el fetichismo ideológico llega a extremos desbordantes. Se amontonan acopios dinerarios, se amontonan elefantes blancos, empresas que no funcionan, también empresas fantasmas; se amontonan caretas, máscaras, disfraces, tarjetas de presentación de toda clase; 20
Ver La ilusión del poder. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_ilusi__n_del_ poder.
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pantallas de publicidad, propagandas de promesas no cumplidas. Se edifican museos de imágenes de victorias pírricas, de simbolismos chutos, de logros carcomidos por dentro; quedando las imágenes como remembranzas de trampas o de simulaciones.
No se gobierna, se equilibra en el vacío; pero, fuera del ojo del ciclón, en todo su contorno turbulento, moviéndose como remolino, todo es devastador. El ciclón político, deja a su paso destrucción. Se trata de la demoledora fuerza desencadenada del huracán político. El huracán político arrasa con todo. No queda nada de pie, por así decirlo, aunque queden ruinas parapetadas. Las instituciones se derrumban por dentro, como en implosiones sucesivas o simultáneas, dependiendo. Las leyes, las normas, hasta la Constitución, se inutilizan. La misma ideología deja de ser convincente. Las estructuras económicas se disuelven, las inversiones se evaporan; los recursos naturales se extraen y se transfieren a los portadores 78
de sus transformaciones industriales. Se dejan cementerios mineros, cementerios hidrocarburíferos, desiertos después de los monocultivos masivos, cuencas contaminadas, tierras infértiles, bosques talados.
El equilibrismo político tiene un costo muy alto; mientras más dure, más grande será su devastación. Como el equilibrismo político logra la inercia, la inmovilidad, en el vacío, aunque, paradójicamente, todo se mueve turbulentamente fuera del ojo del ciclón político, parece que esta inercia es compensada por un imaginario político delirante. Es como si para el imaginario político todo ocurriera dentro, en el ojo de la tormenta política, mientras nada ocurre afuera, en la sociedad, en el entorno del ojo del huracán. Esta inversión de lo que ocurre parece formar parte del equilibrio inestable; para lograr también como un equilibrio en el mundo de las representaciones, en la ideología en acción, se compensa la inercia con el movimiento de la narrativa política. 79
Ahora bien, el ojo de la tormenta desaparece con el agotamiento del ciclón, cuando se acaba el huracán. No habrá ciclón mientras no reaparezcan las condiciones de convulsión de temperaturas y corrientes que lo desatan. Siguiendo con la metáfora meteorológica, la pregunta que tendríamos que hacernos es: ¿Cómo se puede evitar que vuelvan a darse las condiciones que desatan el ciclón político? ¿Se trata de lograr la paz política? ¿Cómo se logra esta condición histórica-política-social-económicacultural? Esta parece ser la cuestión crucial en el presente agitado.
Tomemos un referente aproximado, aunque no sea el caso, el Acuerdo de Paz firmado, primero por las FARC y el Estado-nación colombiano, después con el ELN. Aunque no sea la paz como tal, es un acuerdo, como un comienzo, por lo menos, jurídico político21. No sabemos lo Ver La guerra y la paz. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs /la_guerra_y_la_paz-libro. 21
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que va ocurrir; pero, los acuerdos están dados por las partes. Hasta ahí el referente de la comparación. ¿Se trata de lograr, por lo menos, acuerdos entre todos los sectores sociales involucrados en el conflicto político? Por lo tanto, si fuese así, se trataría de lograr consensos.
Lo delicado de estos consensos es que se trata de consensos entre sectores sociales, no de “representantes” de sectores sociales, sobre todo, no de partidos políticos; que tienen otros intereses. Para lograr consensos sociales se requiere que los partidos políticos se retiren; no son pertinentes este tipo de mediadores, que forman, mas bien, parte del conflicto. Se requiere que los sectores sociales se escuchen, se vean, se huelan, se conozcan y reconozcan. Yendo al extremo, sobre todo, para ilustrar, es como pedir que no haya distorsiones ideológicas. Sabemos que esto es imposible, en las condiciones heredadas de las dramáticas historias sociales en la modernidad; sin embargo, sería de gran apoyo el lograr ciertas aproximaciones a 81
algo parecido a suspensiones de las ideologías.
Los consensos, obviamente, no se logran de la noche a la mañana; se requiere tiempo. Pero, el tiempo aquí es valioso, no tanto porque se tiene que ahorrar tiempo, agotar los temas lo más rápido posible, sino porque se tiene que aprovecharlo; parafraseando a Marcel Proust, recuperando el tiempo perdido. Haciendo memorias; descifrando el presente a partir de miradas retrospectivas. Aprendiendo los unos de los otros. En la construcción de consensos puede haber temas susceptibles de acuerdo, que se logran en un tiempo perentorio; así como temas todavía en discusión; también temas en desacuerdo. Los dos conjuntos temáticos últimos seguirán en debate y deliberación; pero, se puede ir avanzando en transiciones consensuadas.
Los consensos suponen aceptación de todos, de todas las partes. Por lo tanto, 82
satisfacción de necesidades diferenciales y sectoriales. No necesariamente de todas; pero, se puede comenzar quizás con las básicas o fundamentales, que cada sector reclame como tales. A lo mejor aquí comienzan los desacuerdos; pero, el poner en mesa los desacuerdos es ya un avance para crear las condiciones de posibilidad de acuerdos en transiciones constructivas.
Lo que hay que aprender del referente colombiano, es que a pesar de la guerra prolongada, que desgarró a la sociedad y al país, a pesar de las posiciones encontradas, contradictorias y antagónicas, a pesar del enfrentamiento bélico, de los enconos acumulados, se ha demostrado que se pueden buscar soluciones de otra manera; llegar a ponerse alrededor de una mesa y discutir. Por más larga que se la discusión, lograr consensos, por lo menos, para los acuerdos. Cuando el enfrentamiento bélico se estanca, cuando la guerra llega a un momento o situación de inercia; donde nadie gana sino todos pierden. 83
Donde no se puede avanzar sino, salvo, obtener más víctimas; lo apropiado parece ser pararla ahí y buscar soluciones a través de otros medios.
Cuando hablamos metafóricamente del ciclón político, no nos referíamos precisamente a la guerra, pues la guerra no es solo un acontecimiento político, sino mucho más, es un acontecimiento bélico, una conflagración, que no puede interpretarse solo desde códigos políticos, pues ingresan otros códigos, que tienen que ver con las máquinas de guerra. Nos referíamos a la crisis política, en el contexto mayor, a la crisis múltiple del Estado-nación. En este caso, hemos partido desconociendo a los partidos políticos como los sujetos de la construcción de consensos. Desde nuestra perspectiva, los partidos políticos forman parte del círculo vicioso del poder; están más bien interesados en mantener los circuitos y las órbitas del círculo vicioso del poder, de preservarlo. En cambio, se puede suponer, que, en el fondo, los sujetos sociales sectoriales, 84
involucrados en el conflicto, estarían interesados en salir del círculo vicioso del poder. También, desde nuestra perspectiva, consideramos que se tienen que construir comunicaciones alternativas, no mediáticas, comunicaciones sociales participativas, donde a los sujetos sociales no se les expropie la palabra, ni por los medios de comunicación, ni por los partidos políticos, que se consideran sus “representantes”. Tampoco se les usurpe sus voluntades singulares a nombre de una supuesta voluntad general, que legitima al Estado, ya sea por los gobernantes, los de la “oposición”, los partidos políticos; por los “voceros”, ya se reclamen de “institucionalistas” o, mas bien, en contraste, de “radicales”. Hay que aprender a construir comunicaciones alternativas y participativas.
Se puede decir que todo esto es utópico y hasta irrealizable. Sin embargo, parece que debemos ser realistas y pedir lo imposible, como postulaban los estudiantes y obreros movilizados en el 85
mayo de 1968 francés, particularmente parisino. Lo imposible es un término absoluto; denota lo irrealizable, lo que no cuenta con condiciones ni posibilidades de realización. Sin embargo, en temáticas, tópicos y problemáticas sociales nada es imposible. Pues las sociedades mismas son invenciones sociales, económicas, políticas y culturales. Lo que se requiere es inventar otras formas, otros medios, otros métodos; por este camino, inventar otras sociedades, como se lo ha hecho a lo largo de las historias efectivas. Hay que activar, como decía Cornelius Castoriadis el imaginario y la imaginación radicales.
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La fuerza de la interpelaciรณn social
Un eco de la Convocatoria al Cabildo ยกAchacachi somos todos!
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Ante la inercia del poder, que puede corresponder al vacío político, donde acumula ilusión, simulación y ceremonialidades, el movimiento social se contrapone con la actividad y diligencia de la interpelación. El poder para resguardarse, para preservar el equilibrio inestable, pero equilibrio al fin, de sus alianzas provisionales, de sus pactos pragmáticos, sobre todo, de sus componendas, redes clientelares, presiona desde dentro del ojo del ciclón político a las paredes del ciclón, paredes de la turbulencia y del movimiento social; presiona con la amenaza, con la represión, con las múltiples violencias al alcance. Sin embargo, sabemos que el poder existe por la potencia social; el poder es captura de parte de las fuerzas sociales, a las que las separa de lo que pueden, de su potencia, usándolas para reproducir el poder. En el caso de la metáfora del ciclón, que comenzamos a usar desde el anterior ensayo22, el ojo del 22
Ver Equilibrismo político y gobernar en el vacío. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/09/12/e quilibrismo-politico-y-gobernar-en-el-vacio/.
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ciclón político, donde aparece el vacío político o el equilibrio inestable, la aparente calma, depende paradójicamente de la fuerza desencadenada de su turbulento entorno. No se alimenta exactamente de la turbulencia del entorno, sino que existe porque se ocasiona como un centro vacío, precisamente por el bucle turbulento del ciclón político y social.
La fuerza social en actividad genera, en su movimiento envolvente, este ojo del ciclón político. Cuando las actividades sociales se convierten en acciones de demanda, de reivindicaciones y de interpelación, este centro del ciclón social y político se defiende psicológicamente como si no pasara nada. Pretende corroborar con la impresión que dejan los ambientes condescendientes del ojo de la tormenta política, el equilibrio inestable, la calma en medio de la tormenta. No vamos a tocar aquí otras formas de presión del ojo del ciclón político sobre las paredes de la turbulencia que lo entornan, como las acusaciones de 89
“conspiración”, la muletilla de la conspiración; estos temas ya los tocamos en otros escritos23. Lo que interesa, ahora, en estos recientes ensayos, es darle forma, perfil y hasta estructura de diseño a la perspectiva del ángulo que nos da la mirada desde la metáfora del ciclón. Claro está, que desde la perspectiva de la complejidad, se trata de conjugar, combinar y articular todos los ángulos que se puedan, en una mirada móvil.
Entonces, desde el ángulo de la mirada desde la metáfora del ciclón político, que supone la paradoja del ojo y del torbellino, que se complementan en la paradoja, que también puede ser denominada paradoja de la calma y la tormenta, buscando diseñar el perfil y la estructura de la paradoja, vemos que las actividades sociales, en mayor intensidad, las acciones sociales, en mucho mayor intensidad, el torbellino 23
Ver Hermenéutica del conflicto. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/hermen__utica_ del_conflicto_2.
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social, conforman el centro vulnerable, de equilibrio inestable, de vacío político, del ojo del ciclón político. Habíamos dicho, en el anterior ensayo, que el ojo dura lo que dura el ciclón; cuando acaba el ciclón también desaparece el ojo de la tormenta. Todo esto siguiendo con las connotaciones de la metáfora meteorológica usada. Sin embargo, si bien la metáfora, como también anotamos en los ensayos sobre poesía, ayuda a configurar y ayuda a pensar, además de que la metaforización es como el sustrato del mismo lenguaje24, no se puede confundir las metáforas con los referentes de la metaforización. Es indispensable, en el caso del análisis, develar, más allá de las analogías, las diferencias.
En lo que respecta a los límites de la metáfora usada, para comprender el juego paradójico entre centro de poder, 24
Ver La metáfora poética. También Metáfora rebelde. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/lametafora-poetica/. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/metaforarebelde/.
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por así decirlo, y los entornos turbulentos, lo importante es señalar el comportamiento político contrastante entre la aparente calma del poder, de la centralidad del poder, y sus entornos turbulentos. Como dijimos, hasta ahí la utilidad de la metáfora. En los referentes de la política efectiva, se observa, situaciones, no generalizables, ni universalizables, más bien, en comparación, escazas, cuando lo que llamamos torbellino termina engullendo, por así decirlo, a lo que metafóricamente es el ojo del ciclón político. En estos casos, la metáfora meteorología no sirve para ayudar a comprender el fenómeno político y social de las llamadas revoluciones. Aun cuando, en apoyo de la metáfora meteorológica, se pueda acudir a la hipótesis interpretativa del círculo vicioso del poder. Donde anotamos que, incluso las revoluciones, pueden terminar absorbidas en la reproducción del poder, en escalas mayores, repitiendo la condena fatal del círculo vicioso del poder25. En todo caso, sin embargo, la
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Ver Círculo vicioso del poder.
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metáfora del ciclón político, inclusive en este caso, no es del todo apropiada. Ocurre, mas bien, como si pasáramos, teóricamente, de un ciclón político menor a un ciclón político mayor, que lo contiene. Tendríamos que suponer que los ciclones políticos, de los que hablamos, a partir de la metáfora meteorológica, formaran parte de un pluri-bucle mayor, un pluri-bucle del poder, históricamente mutante.
Lo que nos importa en este ensayo, como dijimos, es el papel y la función de la interpelación social. Así como el poder muta, las formas de poder se metamorfosean, no solamente como extensión y perfil, incluso como estructura, sino también en intensidad; lo mismo ocurre con la fuerza social. La fuerza social se transforma, desde sus formas de actividades, si se quiere cotidianas, hasta las formas de movilización social anti-sistémicas, pasando por las formas de la acción social https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/c__rculo_vicioso _del_poder.
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demandante, reivindicativa y de interpelación. Parte de las fuerzas sociales en actividad, capturadas, permiten la reproducción del poder; conformando, además, en estos trajines, lo que denominamos la sociedad institucionalizada. Otra parte de las fuerzas sociales en actividad, generan como flujos de fuga, que escapan a las capturas de las mallas institucionales del poder; conformando, en estas fugas, lo que denominamos la sociedad alterativa26. En consecuencia, las fuerzas sociales son lo que dan lugar tanto al poder como al contra-poder. Es como la energía social que mueve y dinamiza la complejidad social, que genera la complejidad del poder y el contra-poder. La paradoja del poder, entonces, se encuentra en la paradójica condición de las fuerzas sociales.
Las fuerzas sociales en tanto no están separadas de lo que pueden, dicho de 26
Ver Imaginación e imaginario radicales. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/imaginaci__n_e _imaginario_radicales.
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otro modo, no están capturadas, en la medida que las fuerzas sociales no están separadas de su potencia, son energía social creativa; son el substrato magmático de las formaciones sociales. Sin embargo, como también anotamos en otros escritos, que a partir de momentos diferidos o nacimientos genealógicos institucionales, las fuerzas sociales se aplican a sí mismas como en bucles autogenerativos recurrentes, ocasionando la separación de las fuerzas de su potencia; por la captura y la apropiación de las fuerzas sociales por mallas institucionales, que se conforman27. La condición paradójica es que las fuerzas sociales aparecen tanto como voluntad de potencia, así como voluntad de nada. En el primer caso, generan y crean formas de vida proliferantes, inventando; en el segundo caso, dejan de inventar y crear, 27
Ver Potencia y trama política. También Potencia y acontecimiento; así mismo Potencia social o poder. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/potencia_y_tra ma_pol__tica_5adee397c5dd71. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/potencia_y_aco ntecimiento. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/potencia_social _o_poder.
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para, mas bien, reproducir lo mismo; en este caso, el poder.
No hemos podido resolver, teórica e hipotéticamente, el por qué se dan estos momentos de bifurcación paradójica de las fuerzas sociales, a pesar de las sugerentes hipótesis interpretativas y prospectivas sugeridas; no nos detendremos en esto, sugiriendo nuevas hipótesis. Solo apuntaremos esta condición paradójica de las fuerzas sociales. Lo que interesa apuntar y hacer hincapié es señalar que la generación de la alteridad y la repetición de lo mismo, la generación del contra-poder y del poder, se encuentra en las dinámicas complejas de las fuerzas sociales.
Ahora bien, cuando las fuerzas sociales, no solo las que se encuentran en condición alterativa, sino incluso parte de las fuerzas capturadas, interpelan a las formas y estructuras de poder, retoman la potencia social, retoman su capacidad creativa. La interpelación social no es 96
todavía lo que se viene en llamar revolución, la trasformación estructural e institucional de la sociedad, sin embargo, ya deslegitima la existencia y la presencia del poder mismo. Lo cuestiona. Este no solamente es un acto contrahegemónico, incluso de incipiente figura de contra-poder, sino es una actitud ética política y ética social, que valoriza la vida social, en contraposición de la representación institucional.
El ethos supone el substrato afectivo, la valoración afectiva de la vida; que puede también convertirse en valorización conceptual, a través de las formas discursivas y enunciativas28. Es como las sensaciones, percepciones, sentidos compartidos colectivamente por los movilizados en la interpelación. Recientemente, se ha venido usando una figura elocuente para designar a los movimientos sociales anti-sistémicos en la historia reciente; este término es el de 28
Ver Ethos y politeia. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/ethos_y_politei a.
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indignación. Se define la indignación como sentimiento de intenso enfado, que provoca un acto que se considera injusto, ofensivo o perjudicial. También se puede decir que se trata de la reacción contra lo que se considera atentado a la dignidad humana.
La movilización de Achacachi contra la Alcaldía del municipio de Omasuyus, primero; después, contra el gobierno central, en la medida que éste ha amparado y encubierto al Alcalde denunciado por corrupción, es una movilización social que interpela al poder; en su forma local y en su forma nacional, desde la indignación social del Pueblo de Achacachi. La interpelación es un cuestionamiento al poder, a los actos del poder, a las instituciones que encubren la corrupción, tanto local como nacional. Es un cuestionamiento colectivo y activo a la supuesta legitimidad del poder. La fuerza de la interpelación es ética y política, ética y social. La interpelación cuestiona los argumentos del poder, el discurso de las 98
dominaciones, la ideología oficial, desde los valores subyacentes, que hacen a la cohesión social. Defienden la cohesión social en contra de la amenaza de descohesión de la corrosión institucional y de las prácticas clientelares, prebéndelas y corruptas, que han sustituido a la política, en el sentido de cuidado de la comunidad, del pueblo, de la ciudad y de la sociedad.
La movilización en defensa del TIPNIS y de la vida también interpela al poder, al discurso del poder, que justifica la construcción de una carretera extractivista, que arrasaría con el bosque del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure. Lo hace desde los valores subyacentes en las comunidades indígenas de la Amazonia, así como de las comunidades indígenas de los Andes. Lo hace desde los valores expresados en la Constitución, así como de los valores subyacentes en los topos y u-topos de la humanidad, como renacimiento y responsabilidad primordial. La indignación también es generadora de la 99
interpelación al poder, a sus actos, acciones y políticas.
La fuerza de la interpelación es convocante. Convoca al pueblo, a las ciudadanas y los ciudadanos, a la sociedad en su conjunto, a reaccionar contra los atentados a la dignidad humana. En este sentido, no solo interpela al poder, sino también al pueblo que no se moviliza, que no reacciona; interpela su actitud conformista o indiferente, que no deja de ser cómplice. No se puede tapar los oídos y la vista ante esta interpelación movilizada. Aunque no se diga nada, aunque se calle, aunque se aparente indiferencia, no se puede esconder el malestar social. La interpelación conmueve, aunque solo, incluso, se quede registrada, se la guarde interiormente. Aunque la indiferencia perdure y el conformismo se agazape, de todas maneras, la interpelación está dada, está registrada en la memoria del cuerpo. Es el malestar que cuestiona el conformismo, la quietud, la inmovilidad
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ante la convocatoria movilizados.
de
las
y
los
En lo que respecta al gobierno y a los aparatos de Estado, aunque pongan máscaras de asombro, incluso manifiesten enfado y molestia, la interpelación atraviesa sus escudos y queda también registrada en la coraza institucional y en algún lugar recóndito de las estructuras subjetivas de la egología gobernante. La interpelación se clava, se inscribe, se registra, se siembra como desaprobación social. No se puede esconderla, menos con la estridente bulla de la propaganda oficial y publicidad puestas en escena. Los medios de comunicación no pueden silenciarla, incluso disminuirla como noticia; pues la interpelación es ética, no mediática.
El viernes 15 de septiembre, está convocado el pueblo paceño y alteño, el pueblo boliviano, las organizaciones sociales, los ciudadanos y ciudadanas, a la concentración del Cabildo ¡Achacachi 101
somos todos! La densidad de los y las que acudan será como una ponderación de la responsabilidad asumida por el pueblo. Pase lo que pase, haya una gran o no concentración, de todas maneras, la interpelación y la convocatoria están dadas; forman parte de las interrelaciones sociales y de la comunicación social. Lo que importa es que se abren espacio-tiempos para la diferencia, dejando la indiferencia, para la acción ética-social-política, dejando el conformismo. Se abren senderos a mundos alternativos posibles.
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Dinรกmicas molecularesmolares sociales
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Dedicado a los y las activistas en defensa de la vida y de la democracia. Algunos de ellos y ellas han sido detenidos, compartiendo la suerte con los y las detenidas de los movilizados de Achacachi. El “gobierno progresistaâ€? recurre a la violencia demoledora del Estado, defendiĂŠndose como una fortaleza aislada y sitiada por las movilizaciones sociales anti-sistĂŠmicas, perdido en la soledad de su desierto extractivista.
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Hay que volverse a preguntar sobre las dinámicas moleculares sociales. Ya lo hicimos en Imaginación e imaginario radicales29, también en La intuición subversiva. Tratamos en ambos textos sobre la relación complementaria entre dinámicas moleculares sociales y dinámicas molares sociales. Ahora queremos volverlo hacer a la luz de la experiencia del conflicto del TIPNIS y del conflicto de Achacachi. La pregunta con la que vamos a comenzar es: ¿Por qué el pueblo boliviano no acude en masa a apoyar las movilizaciones del TIPNIS y de Achacachi? Ciertamente lo ha hecho en la VIII marcha indígena; sin embargo, no se ha visto lo mismo en la IX marcha indígena y en la siguiente secuencia del conflicto. En lo que respecta al conflicto de Achacachi, a pesar de tocar una problemática que aflige a por lo menos
29
Ver Imaginación e imaginario radicales. También Intuición subversiva. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/imaginaci__n_e _imaginario_radicales. https://pradaraul.wordpress.com/anarquismo/intuicionsubversiva/.
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las tres cuartas partes de los municipios del país, a pesar que se trata de una problemática de incumbencia estatal y gubernamental, no ocurre el apoyo masivo y movilizado del pueblo boliviano a la interpelación movilizada del Pueblo de Achacachi contra la forma de gubernamentalidad clientelar, prebendal y corrupta.
Comparando con lo acontecido en la movilización prolongada del 2000 al 2005, donde las movilizaciones ejes se reforzaban mutuamente, sin necesidad de contar con una coordinadora de movimientos sociales. Donde las movilizaciones colaterales o acompañantes, que se desatan en plena crisis social, económica y política, también se refuerzan. Se trata de movilizaciones que interpelan, convocan y generan apoyos movilizados. El pueblo acudió, por lo menos, notoriamente y como mayorías; el pueblo fue afectado por las movilizaciones desplegadas. Ahora, en cambio, parece ocurrir algo 106
distinto; los apoyos y pronunciamientos son de organizaciones sociales y de colectivos de activistas, pero, no aparece el acudir masivo y movilizado de sectores del pueblo.
Sería necio y demagógico decir que se trata de distintos gobiernos, en un caso, el neoliberal y en otro caso, el popular. Este acertijo podría tener validez desde el 2006 hasta el 2009, la primera gestión del “gobierno progresista”; después no. Desde el 2009 comienza la regresión, sobre todo, desde el 2015 se deriva en la decadencia. Lo que se puede corroborar con el levantamiento social contra el llamado “gasolinazo”, además de la derrota gubernamental ante la arremetida de la VIII marcha indígena. Ya no solo los gobiernos neoliberales y el “gobierno progresista” se parecen, sino se va más lejos; en la entrega de los recursos naturales, en las concesiones, sobre todo, en la expansión intensiva del modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente. No está aquí 107
pues la clave de la interpretación del contraste del comportamiento social respecto a la crisis múltiple del Estadonación, en dos contextos históricospolíticos diferentes. ¿Sera que el pueblo todavía considera, en plena regresión y decadencia, que se trata del gobierno nacional-popular? No parece sostenible esta hipótesis de interpretación, pues es notorio el desencanto; esto se lo puede corroborar con la derrota electoral en la elección de los magistrados, cuando ganó el voto nulo. El tema es que el desencanto no se convierte en desaprobación movilizada.
En anteriores escritos interpretamos esta situación de letargo y conformismo, interpretando que es más difícil superar la constatación que la promesa socialista, en este caso, la promesa progresista, es aparentemente incumplible; pues es mucho más difícil salir de la crisis de los gobiernos socialistas y de los “gobiernos progresistas”, que de la crisis de los gobiernos neoliberales; pues ya no se 108
trata del dilema o los unos o los otros, sino de ir más allá de unos y otros. En lo que respecta a la interpelación de los gobiernos conservadores, liberales y neoliberales, hay como una tradición, un lenguaje adquirido, una forma de interpelación asumida; empero, no ocurre lo mismo con los gobiernos socialistas, como se ha visto en la experiencia social política, tampoco con lo que ocurre con los “gobiernos progresistas”. No hay tal tradición, ni lenguaje compartido de la interpelación. Todavía subsisten los mitos de la revolución, los mitos mesiánicos del caudillo. Se requiere de compartir el sentido común de la interpelación a este tipo de gobiernos de la promesa.
Entonces, parece que la falla se encuentra en el aprendizaje de la experiencia social política de la historia reciente. Ahí tienen una responsabilidad los colectivos activistas, sobre todo, los colectivos activistas libertarios. No se ha logrado una pedagogía política que ayude 109
a comprender la problemática de la crisis múltiple del Estado, que reaparece en la versión de los “gobiernos progresistas”. El antiguo y tradicional discurso izquierdista no es adecuado, en este caso. Pues no se trata de pedir consecuencia al “gobierno progresista”; pues incluso en el caso que lo hubiera, no se puede escapar a la gravitación perversa del poder. De lo que se trata es de salir del círculo vicioso del poder, en todas sus versiones, sean de “izquierda” o de “derecha”. La continuidad de la revolución no se encuentra en la defensa del Estado, que ha institucionalizado la revolución. La continuidad de la revolución se encuentra en salir del círculo vicioso del poder, más allá de la “izquierda” y la “derecha”, más allá del amigo y enemigo.
Lo que parece fallar es la comunicación de los colectivos activistas y el pueblo. Los colectivos activistas todavía siguen empleando el discurso acostumbrado de interpelación a la “derecha”; como si se 110
tratara del mismo referente, un gobierno de la burguesía clásica. No entienden que se enfrentan a otras formas de la burguesía, como la burguesía rentista. No entienden que ya no se trata de interpelar al gobierno de la burguesía clásica, tampoco al gobierno reformista, que ha “traicionado” los postulados y el programa; que no se trata de traición sino de salir del circulo vicioso del poder, tanto en su versión “derechista”, como en su versión “izquierdista”.
Los colectivos activistas son catalizadores, son activadores. Cumplen una función en el aprendizaje colectivo de la experiencia y la memoria sociales. Son parte de la sociedad, pero son la parte activa, quizás una de las partes más activas. Si los activismos colectivos siguen interpelando y convocando a la vieja usanza, no enseñan nada. Salvo la remembranza de lo que ya se sabe; que la burguesía es la clase dominante, que su Estado es la dictadura de la clase dominante; que el reformismo tiene 111
límites y claudica. Pero, no alumbra nada sobre lo que se puede hacer respecto a la recurrente reiteración y reproducción de las dominaciones, en unas versiones u en otras.
Otro problema, el discurso recurrente de interpelación, vuelve al recurso del esquematismo dualista del amigo y enemigo, que reitera y reproduce, en leguaje político, el esquematismo religioso del fiel y el infiel. El enemigo es el abominable. Con esto se cae de manera multiplicada en el círculo vicioso del poder, pues se repiten los mismos procedimientos y métodos para acabar con el enemigo abominable, que, en el fondo, no es más que el mismísimo demonio. Con esto no solo se parecen al amo derrocado, sino se convierten en el nuevo amo. El discurso de interpelación tradicional no sale del círculo vicioso de la ideología.
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El problema mayúsculo es que con esta preservación de las tradiciones de lucha se cae en el círculo vicioso del poder; se forma parte del mismo, se lo alienta y reproduce con estas actitudes dualistas. Se trata de ir más allá del dualismo, más allá de las oposiciones; más allá de la paradoja perversa del poder. Inaugurar una paradoja virtuosa que salga del círculo vicioso del poder. Una paradoja que complemente la creación social y la herencia de los aprendizajes de la experiencia social y la memoria social.
Entonces, parece, que la ausencia de la respuesta social masiva de apoyo a las demandas y reivindicaciones del TIPNIS y de Achacachi no se encuentran en la diferencia de los tipos de gobierno que se interpelan, tampoco en las creencias populares, así como tampoco en la limitación de los movimientos sociales anti-sistémicos, que han estallado, sino en no haber salido del anacronismo de una formación discursiva y enunciativa, de una formación ideológica, atrapada en 113
esquematismos dualistas ateridos. La interpelación deconstructiva requiere del desmontaje de los mitos modernos; el mito de las vanguardias, el mito de la historia, el mito del desarrollo, el mito de las promesas sociales y de justicia; sobre todo, el mito de la verdad, se reclame de verdad “científica” o de verdad transhistórica.
Hace falta aprender de las enseñanzas de la experiencia social. Este aprendizaje es colectivo; la condición de posibilidad de este aprendizaje tiene que ver, en primer lugar, con la predisposición a aprender. Si esto falta por obstáculos y barreras del habitus, también por ofuscación ideológica, no parece posible dar curso al aprendizaje. Por otra parte, en todo aprendizaje juegan una función de impulsores las motivaciones, que tienen que ver con el deseo de aprender. Las motivaciones pueden desatarse por distintos factores, ya sea de índole 114
fáctico, debido a experiencias desafiantes, ya sea de índole comunicacional, cuando ciertas comunicaciones motivan a aprender. En estos ámbitos comunicacionales el activismo juega su papel. El activismo se mueve en varios planos de intensidad; es denunciativo, es informativo, de interpelación, así como de formación, también de acción. Sabemos que no es suficiente la denuncia, tampoco la interpelación; por eso, es menester incursionar complementariamente en los otros planos de intensidad; particularmente en el plano de intensidad de la acción.
Ahora bien, el papel del activismo es activar la fuerza social o, en su caso, apoyar a la fuerza social cuando se desata. En la actualidad, en la coyuntura mundial, regional y nacional, el activismo tiene ante sí un desafío, activar la potencia social, vale decir la potencia creativa social. Ya no se trata solo de una comunicación audiovisual, ya no se trata 115
de una comunicación en los formatos establecidos y acostumbrados; podríamos decir en los códigos de la racionalidad instrumental, incluso en los conceptos de la racionalidad crítica. Ya no se trata solo de hablar al oído racional y a la vista educada por la institucionalidad, sino de comunicarse con el cuerpo, con la potencia del cuerpo. ¿Cómo se hace esto? Habrá que aprender a hacerlo. Quizás haya que llevar las capacidades y posibilidades estéticas más lejos de donde llegaron y lograron. Esto no quiere decir que se abandone el lenguaje y las formaciones discursivas, sino que se tratan de otros usos del lenguaje, al que quizás haya que llevarlo más lejos de donde llegó y se logró; se trata de otra composición y combinación de los discursos con la gramática de los cuerpos. No lo sabemos, menos las formas concretas de hacerlo; pero se trata de lograr comunicaciones integrales y participativas. Realizar efectivamente lo que se ha venido denominando comunicación alternativa.
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Volviendo al tema de los conflictos del TIPNIS y Achacachi, a las convocatorias que implican las movilizaciones de ambas territorialidades, a las respuestas débiles de parte del pueblo, al no acudir en masa al apoyo de las convocatorias, podemos intentar una interpretación desde las dinámicas moleculares sociales y de las dinámicas molares sociales.
Dinámicas sociales
El concepto de dinámicas moleculares sociales, que usa la metáfora física y biológica de dinámicas moleculares, como referente figurativo, y que define una estructura categorial, concibe las relaciones, los flujos, las prácticas, sobre todo, los entrelazamientos y tejidos 117
sociales, las asociaciones y composiciones sociales, en sus destacadas singularidades minuciosas y detalladas. Se podría decir que se trata de una mirada micro-social. El concepto supone que las dinámicas sociales son propiamente éstas, las asociaciones singulares más micro. Plurales y múltiples asociaciones y composiciones sociales que ocasionan efectos de masa, que son lo que llamamos dinámicas molares sociales, particularmente institucionales. Las dinámicas moleculares sociales no controlan los efectos de masa de las dinámicas molares sociales; éstas se dan como integraciones de múltiples dinámicas moleculares sociales singulares. La exposición de estas tesis teóricas las hicimos conocer en Imaginación e imaginario radicales. No vamos a exponerlas ahora, sino que nos remitimos a ese escrito. Lo que importa ahora, es sugerir hipótesis interpretativas del conflicto de Achacachi y del conflicto del TIPNIS a partir del enfoque de algunas dinámicas moleculares sociales, seleccionadas como referentes 118
ilustrativos, para comprender el juego integral entre dinรกmicas moleculares sociales y dinรกmicas molares sociales, que pueden ayudarnos entender las dinรกmicas de los conflictos desde la perspectiva de la complejidad.
119
Dinรกmicas sociales en Achacachi
120
Breve reseña descriptiva e histórica
Achacachi es una ciudad intermedia del municipio que lleva el mismo nombre; el municipio de Achacachi se encuentra en el Departamento de La Paz. Del municipio, la ciudad de Achacachi es la primera sección; siendo la capital de la Provincia Omasuyus. Según el conteo, que más parece estimativo, pues, en realidad, no se llevó a cabo el censo de población, en 2012, diga lo que diga el gobierno – no se puede dar ningún censo sin actualización cartográfica y con una boleta descuajeringada, donde se introdujeron preguntas sin rigor metodológico cuantitativo, además de sacar parte de las preguntas de comparación internacional -, el municipio aglutina a una población 46.058 habitantes; siendo el quinto municipio más poblado del departamento, después de, La Paz, El Alto, Viacha y Caranavi. Achacachi se encuentra ubicada a 97 kilómetros de la ciudad de La Paz, sede de gobierno; está situada en el 121
Altiplano, a 3.840 metros sobre el nivel del mar. La zona urbana está poblada con 8.857 habitantes; de esta manera, congrega al 20 % de la demografía municipal. El municipio de Achacachi ha experimentado desmembraciones; en 2005, los cantones Huarina y Santiago de Huata se disocian de Achacachi; se convierten en municipios autónomos. Los cantones Huatajata y Chua Cocani también se disgregan, volviéndose municipios autónomos, durante 2009 y 2010, consecutivamente.
En los periodos precolombinos, Achacachi fue el centro administrativo y ceremonial del señorío aymara Uma-suyus; palabra que significa territorialidad húmeda o de agua, territorialidad que se conforma por tejidos de ayllus y markas. Se extiende al este del lago Titi-Chaca – Titi, que quiere decir puma o felino, y Chaca, la cruz andina, la chacana; entonces se interpreta como el felino que cruza los puentes de universos -. El señorío Umasuyus colindaba al oeste con los lari122
lari y al sur con los pacajaques, que quiere decir humanos-águilas. Cuando los incas se expandieron al este del lago sagrado, los umasuyos opusieron resistencia; no fueron doblegados. Hablan el aymara, jaya-mar-aru, que significa lengua de los lejanos tiempos, lengua de los tiempos remotos.
Durante el primer periodo de la República, el 24 de enero de 1826 Achacachi fue refundada como capital administrativa. El nombre Achacachi deriva de las palabras aymaras jach'a, grande, y k'achi, peñasco puntiagudo. Con la llegada de los conquistadores ya se la conocía con el nombre de Jach'a Kach'i; nombre castellanizado como Achacachi.
En la época prehispánica, esta península, estaba ocupada por poblaciones nativas como los urus, puquinas, cultura Chiripa, y aimaras. En los primeros años de la época colonial, los españoles 123
establecieron una encomienda bajo el nombre de Achacachi, de la que dependía la Vice parroquia de Santiago. En 1779, fue fundado bajo el nombre de Santiago de Huata, un nombre mestizo; Santiago por el Apóstol Mayor, castellano, y Huata, que viene del término puquina Coata, que significa deidades protectoras y Wat'a, aymara, que quiere decir pies acogidos en el lago.
En la época republicana del siglo XIX, su economía estaba conformada por la agricultura y agropecuaria, tanto en comunidades, ayllus, como haciendas. Se puede decir que su etno-demografía es de origen Qulla, Colla; el tejido social de Achacachi preserva las instituciones culturales ancestrales, así como sus formas de organización, aunque los ayllus y autoridades originarias se hayan transformado en sindicatos campesinos. Por otra parte, mencionando narrativas sociales andinas, en la memoria colectiva de los Andes, los y las achacacheñas son
124
reconocidos por combatividad.
su
coraje
y
El municipio de Achacachi está conformado por siete zonas municipales; las primeras zonas urbanas de la ciudad de Achacachi fueron Aransaya y Masaya, tal como se conoce la dualidad complementaria de la estructura de los ayllus. Después se fueron conformando otras zonas, a medida que la población achacacheña iba creciendo; aparecieron Avichaca Villa Concepción, Villa Lealtad, Surucachi, Villa Esperanza, Ch’urubamba, Calacala, 2 de Febrero y Urkupiña. En lo que respecta a la educación, el municipio de Achacachi cuenta con siete centros educativos fiscales y uno particular; el Colegio Nacional Mixto Omasuyos, de secundaria, el Colegio Nacional Mixto Omasuyos, de primaria, el Colegio Mariscal Santa Cruz, el Colegio José Antonio Plancarte, el Colegio Don Bosco; también Villa Lealtad, la Unidad Educativa Bautista Saavedra, la Unidad Educativa Simón Bolívar, la 125
Unidad Educativa Las Américas y el Centro Educativo Adventista Achacachi, particular.
En lo que respecta al deporte, el municipio cuenta con el Estadio Municipal de Achacachi; es un estadio con césped sintético. Sirve también de sede para los equipos locales, así como para la liga que se realiza cada año; se destaca la Liga de Fútbol de Achacachi. Un grupo de jóvenes voluntarios, oriundos del Pueblo de Achacachi, promueve el deporte en la provincia. En lo que respecta al “sistema de salud”, Achacachi cuenta con uno de los hospitales de la provincia Omasuyus; se trata de un hospital de segundo nivel, el Hospital Municipal Capitán Juan Uriona de Achacachi. Desde el año 1955 prestó servicios de salud el dispensario Materno Infantil Omasuyos, ubicado en plazuela el Carmen; dicho hospital es más conocido con el nombre de Sanidad Pública, para la atención de primeros auxilios. El año 1976 se empezó a construir un hospital de segundo nivel en el lugar 126
denominado Ujikalpata, de la zona Churubamba. La infraestructura cuenta con algunas de las instalaciones requeridas; salas de medicina, pediatría, maternidad, salas de consulta, farmacia, no del todo equipadas; con una capacidad de atención para veinte camas para los pacientes; como se puede comprobar se tiene un equipamiento exiguo para atender la demanda provincial, incluso municipal. El año 2001, se efectuó la remodelación y ampliación del Nosocomio. En la gestión 2008, se implementó un reordenamiento técnicoadministrativo, buscando mejorar un poco la infraestructura deficiente. El “sistema de salud” en el municipio está dividido en cuatro áreas: 1 Hospital de segundo nivel, 5 centros de salud y 9 puestos sanitarios en diferentes cantones y comunidades.
En lo que culturales, Achacachi principales,
respecta a las actividades se puede decir que en se realizan tres fiestas la de San Pedro y San Pablo, 127
Corpus Cristi y la Fiesta de la Exaltación; esta última es una de las pocas expresiones originales que quedan en danzas, música prehispánica y folklórica. La fiesta de San Pedro y San Pablo se lleva a cabo cada 29 de junio. Es una fiesta de mistis, de la gente mestiza misti, nacidos de qullas, collas, y españoles, después criollos, que se llaman vecinos. En esta festividad se baila morenada, caporales, danzantis y p'acochis. En Corpus Cristi se bailan mukululus, kjachwiris, chokela, wacawacas; ésta es conocida como una fiesta de campesinos; participan las comunidades de alrededores de la ciudad. Por último, está la Festividad de la Exaltación del Señor, 18 de noviembre, o Fiesta de Obreros; solo bailan la gente dedicada al comercio de la hoja de coca, los sastres, los herreros, los transportistas. En esta fiesta se baila la danza de los incas, diablada, cullawada, mok'ok'aras, potolo, llamerada; también morenos, donde participa la Morenada Juventud San Pedro Residentes de Achacachi, Los “catedráticos”, con su 128
paso militarizado, más conocido como Morenada Los catedráticos.
En lo que respecta a la infraestructura, se está construyendo una terminal de movilidades interprovincial. El año 2011 fue inaugurada una planta procesadora de lácteos, LACTEOSBOL, que después del conflicto de Achacachi, el gobierno ha decidido no culminarla como castigo a la rebelión.
129
Breve descripción conflicto
y
análisis
del
En Retorno y porvenir de la rebelión escribimos
De acuerdo a información de ERBOL, el presidente del comité cívico de Omasuyos, Elsner Larrazábal, informó a Erbol que la situación del conflicto se agravó ayer tras la decisión del juez de Achacachi de enviar a detención preventiva, al presidente de la Junta Vecinal de esa población, Esnor Condori, a petición del Ministerio Público a instancias del alcalde Ramos. Lazarrábal explicó que la población de Achacachi nuevamente está bloqueada, debido a que el gobierno ha hecho oídos sordos a la población ante el pedido de renuncia del alcalde del MAS, a quien acusan de ejercer una gestión poco transparente. Lamentó que la justicia actúe de manera urgente para encarcelar a Esnor Condori y proteger las irregularidades del alcalde masista, “autor del saqueo de las arcas” municipales, y encarcelar a cinco dirigentes vecinales. “Hemos sido tolerantes, ahora vamos a masificar nuestra protesta. Le hemos dicho a este gobierno, justicia o muerte. A partir de ahora, si el señor Evo Morales quiere diálogo, va a tener que venir a Achacachi, caso contrario nosotros no vamos a
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entablar diálogo con esos ministros que se han hecho la burla. El señor Cesar Cocarico y Eugenio Rojas que ha mentido al país. Ese ministro que es un ‘mata perros’, no es ninguna autoridad”30.
El informe de ERBOL continúa:
Aseguró que Achacachi ya no se bloqueará sola, sino que se hará sentir para que el país conozca que Achacachi es un guardián de la democracia. “Tenemos a la cabeza al hermano Felipe Quispe, que ayer ha sido posesionado como máximo representante de la comisión de bloqueo y movilización. En función a ellos pues se determinarán todas las medidas radicales que vamos a asumir; nosotros ya no estamos a la cabeza de asumir cualquier medida. A partir de las 05:00 ellos ya están movilizados y los vecinos se han auto-convocado; están furiosos contra este gobierno porque está agarrando la justicia a la orden de un partido político, para hacer persecución contra los dirigentes” 31.
30
Leer Tras 14 años, El Mallku retoma el liderazgo de los bloqueos. ERBOL; Martes, 22 Agosto, 2017. http://www.erbol.com.bo/noticia/politica/22082017/tras_ 14_anos_el_mallku_retoma_el_liderazgo_de_los_bloqueos. 31 Ibídem.
131
El informe culmina con el siguiente resumen:
El conflicto de Achacachi se arrastra desde febrero cuando un grupo de vecinos quemaron la alcaldía y la casa del alcalde Ramos en señal de protesta para exigir rendición de cuentas. La autoridad demandó penalmente a los líderes vecinales y desde entonces no gobierna en la sede de sus funciones, sino desde la población Warisata, distante a 9 kilómetros de Achacachi32.
Felipe Quispe Huanca ha sido posesionado como máximo representante de la comisión de bloqueo y movilización. Cuando lo eligieron como máximo representante de la CSUTCB, en una situación crítica, cuando se encontraban divididos los sindicatos campesinos, en la pugna por el liderazgo entre Evo Morales Ayma y Alejo Veliz, fue una elección acertada, pues emergieron las fuerzas radicales de los Ayllus Rojos, como baluartes de la recomposición del sindicalismo campesino; otorgándole cualidad interpelativa, de lucha y de combate; adquiriendo tonalidades de alcance histórico el proyecto katarista, en su versión aguerrida. En estas circunstancias la CSUTCB se radicaliza y se embarca en el bloqueo
32
Ibídem.
132
indígena-campesino, que sitia a cuatro ciudades del eje central, El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, después de la victoria de la guerra del agua en Cochabamba; en la que se encuentra como protagonista la Coordinadora de Defensa del Agua y de la Vida. El bloqueo indígenacampesino revive el sitio de las tropas comandadas por Tupac Katari a la ciudad de Nuestra Señora de La Paz; solo que en esa coyuntura se trataba de cuatro ciudades capitales del eje central o troncal de la economía boliviana.
Se puede decir que estas dos victorias políticas iniciales, de los seis años de la movilización prolongada (2000-2005), deciden el curso siguiente de los acontecimientos. Primero, a pesar de que se tenía que ir, el 2002, hacia una Asamblea Constituyente - propuesta por las organizaciones indígenas, CIDOB y CONAMAQ, Asamblea Constituyente o convocatoria a ella boicoteada por el MAS, que prefirió ir por las elecciones nacionales, sin revisar la Constitución liberal heredada, cuando las victorias políticas exigían, más bien, cambiar las reglas del juego electoral - y, en vez de esto, se van a las elecciones nacionales del 2002; se conformaron las condiciones subjetivas, derrumbadas las estructuras psicológicas y simbólicas de la dominación, para que una opción cercana a la movilización gane las elecciones. La victoria
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política de los movimientos sociales se convirtió en ratificación electoral.
Segundo, cuando el MAS ya convertido en segunda fuerza del Congreso, se develaron temprano sus inclinaciones conciliadoras; se propuso modificar los términos de intercambio de la renta hidrocarburífera El MAS propuso la distribución del 50%, a diferencia de la propuesta de la “derecha”, que se afincó en el 32% para el Estado. Esto contrasta notoriamente con la propuesta popular emergida de la guerra del gas, de la victoria política de la ciudad de El Alto, denominada Agenda de Octubre, que se planteó la nacionalización de los hidrocarburos. Sin embargo, a pesar de estas inclinaciones conciliadoras del MAS, se impuso la voluntad de los movimientos sociales victoriosos, la voluntad de la movilización prolongada.
Tercero, la guerra del gas, que estalla cuando coinciden las luchas de las juntas de vecinos de El Alto contra las medidas de la Alcaldía conocidas como Maya y Paya - una referida al impuesto a los inmuebles, la otra referida al catastro - y la lucha de los sindicatos del Altiplano, concretamente de la provincia de Pucarani, en contra el apresamiento y encarcelamiento de dirigentes que llevaron a cabo y apoyaron la justicia comunitaria contra ladrones de ganado. Como
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dijimos en Largo octubre33, es cuando la estructura de larga duración de la guerra anticolonial indígena y la estructura de mediana duración de la lucha nacional-popular coinciden, se encuentran, se refuerzan y entrelazan. Desde entonces, la marcha de los acontecimientos, las victorias populares, son incontenibles.
Es en este contexto histórico-político que debemos situar e interpretar el efecto de la elección de Felipe Quispe como máximo dirigente de la CSUTCB. Ahora, Felipe Quispe vuelve a ser elegido como máximo representante del bloqueo y la movilización de Achacachi, como dice el dirigente Larrazábal, en defensa de la democracia. Si hacemos un paragón, podemos sugerir que este hecho anuncia un cambio en los ritmos y las tendencias inherentes al proceso político, denominado “proceso de cambio”, que de cambio tiene la de la regresión, primero, y después, de la decadencia. Anuncia el punto de inflexión del que hablamos más arriba.
La movilización prolongada en Bolivia (20002005) asombró al mundo por su vitalidad,
33
Ver Raúl Prada Alcoreza Largo Octubre. Editorial Plural; La Paz. 2005.
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persistencia, por la acumulación de fuerzas; además, por abrir otros decursos de la lucha anticapitalista y anticolonial, compartiendo el horizonte de apertura con lo que venía acaeciendo desde el levantamiento zapatista (1994) contra el Tratado de Libre Comercio de Norte América. Iniciando una nueva generación de luchas anticapitalistas, anticoloniales y antimodernas; mostrando más alcance y más profundidad histórica que la lucha proletaria contra el capitalismo; pues ésta se había circunscrito en los horizontes de la modernidad y no llegaba a ser anti-colonial, en pleno sentido de la palabra.
El problema aparece cuando los que se suben a la cresta de la ola, en circunstancias aprovechables, desvalorizan, banalizan, debilitan y vacían todo este acontecimiento histórico-político-socialcultural, que fue la movilización prolongada. Cuando convocan a una Asamblea Constituyente desde el Congreso, reduciéndola a la condición de derivada, cuando ya la insurrección popular victoriosa la había convocado antes, como corresponde, en lo que respecta al poder constituyente; haciendo esta convocatoria insurreccional originaria a la Asamblea Constituyente. Cuando convierten la Asamblea Constituyente en un escenario donde se prolonga el ejecutivo, es decir, el poder constituido, tratando de someter a sus criterios a la Asamblea Constituyente, queriéndola volver una Asamblea
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Constituyente des-constituyente y sumisa. Por la envergadura de la Asamblea Constituyente, el país, con sus diversidades, localismos, territorialidades, lenguas, espesores, estaba ahí. No se podía eludir esta experiencia intensa del mirarse, olerse, conocerse. Además, la mayoría absoluta o más de la mayoría absoluta estaban como representación de las mayorías populares, indígenas, campesinas y urbanas. Sin embargo, en vez de dejar fluir el poder constituyente, el ejecutivo y el MAS buscaron, por todas las formas y maneras, controlar la Asamblea 34 Constituyente .
El ejecutivo condujo a las dos crisis que casi le cuestan la vida a la Asamblea Constituyente, que podía acabar con muerte prematura; la crisis de los 2/3, la aritmética de las decisiones, establecida por la misma convocatoria a la constituyente, por parte del Congreso; y la crisis de la “Capitalía”. Si se salvó la Asamblea Constituyente fue por el estoicismo de los y las constituyentes, que se mantuvieron firmes. El texto que finalmente se redactó, no corresponde al bodrio presentado por las 21 comisiones, en su mayoría manoseadas por el ejecutivo; sino
34
Ver Potencia constituyente; en el poemario Alboradas crepusculares. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/alboradas_crep usculares_dae690bccd381b.
137
gracias al documento del Pacto de la Unidad, de las dos organizaciones indígenas y las tres organizaciones campesinas, además de otras organizaciones sociales de menor demografía. Este documento fue la base para la redacción de un texto coherente, que retome la configuración del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. Los encargados de redactar, se basaron en el documento del Pacto de Unidad, que era un mandato de las organizaciones sociales, al que hizo caso omiso el MAS. Los redactores tuvieron el buen juicio de convertir en transversales el Estado plurinacional, los derechos de las naciones y pueblos indígenas, la articulación de las generaciones de derechos, derechos civiles y políticos, derechos sociales y del trabajo, derechos colectivos, derechos de la Madre Tierra. La comisión técnica-jurídica de constituyentes revisó el documento y lo mejoró. Este es el documento que finalmente se aprobó en Oruro. Empero, para que vuelva a intervenir el ejecutivo, convirtiendo al Congreso en “constitucional” – avasallando la prerrogativa al poder constituyente, es decir, a la Asamblea Constituyente -, para revisar el texto constitucional. Es ahí donde se efectúan modificaciones conservadoras, regresivas; empero, que no afectaron al núcleo de la estructura de la Constitución.
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El ejecutivo no se da cuenta del alcance de la Constitución hasta el conflicto del TIPNIS; es cuando se siente amarrado, atado de manos, por una Constitución que le pone obstáculos a su proyecto extractivista colonial del capitalismo dependiente. Esta es la razón por la que el vicepresidente quiere hacer una reforma constitucional, para favorecer el proyecto extractivista y del Estado rentista, para favorecer las exigencias de las empresas trasnacionales extractivista.
Sin embargo, no ha sido óbice, la falta de reforma constitucional, para que los gobernantes y congresistas oficialistas desmantelen la Constitución, pues en los hechos o en la práctica el oficialismo la ha ido desmantelando, con consecutivas vulneraciones, que con sarcasmo y grotescamente las denomina como “constitucionales”. Ahora precisamente nos encontramos con dos de sus sistemáticas violaciones a la Constitución, una respecto al TIPNIS y otra respecto a Achacachi. Acostumbrado el gobierno a maniobrar, a usar la supuesta astucia criolla, que más de astucia tiene de torpeza, de forcejos, considera que también en estos casos se va imponer. Pero, se equivoca; ya le mostró la VIII marcha indígena en defensa del TIPNIS y de la vida lo que puede el coraje de los pueblos indígenas; ya le está mostrando Achacachi lo que puede el coraje del legendario
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pueblo de Achacachi. Falta que el pueblo boliviano apoye a estas resistencias y luchas contra el despotismo de la forma de gubernamentalidad clientelar35.
35
Ver Retorno y porvenir de la rebeliรณn. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/retorno_y_porv enir_de_la_rebeli__n.
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Boceto de interpretación de algunas dinámicas moleculares
Como en todas las sociedades, pueblos, poblaciones, locales y nacionales, los ejes dinámicos se dan en lo que Agnes Heller llama vida cotidiana. La peculiaridad propia radica en la singularidad de desenvolver la vida cotidiana; esto depende del modo de asumir los bienes de consumo y en la manera de configurar las expectativas. Así como de las formas de responder a los desafíos del contexto y de las coyunturas; podrimos decir, las formas concretas de dar lugar a la reproducción social. También se podría hablar de las estrategias o quizás, mas bien, hábitos heredados de conformar entornos sociales, donde entran redes de filiación y estructuras de alianzas. Como dice Levi Strauss, la cultura tiene que ver con las maneras de la mesa, dicho de otro modo, con la cocina y la alimentación. Siguiendo al antropólogo estructuralista, podríamos decir que también tiene que ver con las estructuras simbólicas y las 141
estructuras mitológicas; en términos modernos, con los imaginarios colectivos. Así mismo, debemos hablar de las maneras del aprender social; es decir, del asumir la experiencia social y la memoria social.
Por otra parte, los tejidos sociales y territoriales entre la ciudad de Achacachi y sus entornos rurales, por así decirlo, en leguaje sociológico, como también con el resto de los municipios de las provincias, sin olvidar sus hilados con la ciudad de La Paz y la ciudad de El Alto, dan lugar a composiciones sociales y culturales, así como organizacionales y políticas, singulares. Al respecto, si bien, las investigaciones sociológicas de las décadas de los ochenta y noventa, del siglo pasado, han visualizado la oposición relativa, entre vecinos y comunidades campesinas, no se puede asumir esta mirada e interpretación como completa, mucho menos generalizarla. La complejidad social se conforma en múltiples planos de intensidad, en 142
espesores dinámicos, en integraciones singulares concretas, dependiendo de las coyunturas. Es pretensioso y necio querer interpretar las relaciones de una ciudad intermedia como Achacachi con sus entornos de comunidades desde aquél enfoque sociológico. El substrato histórico cultural y lingüístico aimara, que se combina con el substrato culturalterritorial, condicionan, por así decirlo, la integración de los tejidos sociales locales, de tal manera, que entre comunidades y pueblo se dan flujos dinámicos de movimiento, sobre todo, filiales y de alianzas.
Por lo que hemos expuesto, lo que nos interesa tocar, por ahora, es el eje político-cultural, que se teje en las formas de reproducción social y en las formas producentes sociales de Achacachi. Vamos a hacer una primera anotación, apuntando a los dos substratos mencionados, considerados como parte de los espesores del presente. Esta anotación corresponde a una primera 143
hipรณtesis interpretativa y de prospecciรณn, relativa al boceto que queremos brindar.
144
Eje político-cultural
1. Se trata, en la simultaneidad dinámica, del señorío aimara o, mejor dicho, señorío qulla o colla. No se trata solo de lo que la antropología de fines del siglo pasado definiera como identidad, ya sea entendida como cultural, lingüística, incluso como la sociología definía como nación, sino de tejidos sociales comunitarios, culturales y territoriales. No parece ser apropiado lo que la historia y la etnohistoria denominó como señorío, proyectando significados nominativos y conceptuales europeos; sin embargo, como se usa en el lenguaje de las descripciones mencionadas, usaremos este término, con fines ilustrativos y de exposición. Entonces, se trata de substratos históricosculturales-territoriales que condicionan y conforman composiciones y combinaciones singulares en los distintos presentes.
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2. En los espesores de la coyuntura, la proyección del señorío aimara se manifiesta en la rebelión del Pueblo de Achacachi. Lo hace contra la forma de gubernamentalidad clientelar, prebendal y corrupta. ¿Qué es lo que se repite como diferencia en la rebelión del momento? ¿La resistencia a la expansión inca? ¿La resistencia a la conquista y la colonia? ¿La resistencia a la incorporación republicana? ¿La resistencia a la exvinculación, es decir, a la apropiación y privatización de tierras comunitarias de origen? ¿La resistencia a la expansión liberal de las haciendas, a costa de tierras comunitarias de origen? ¿La resistencia y participación en la guerra federal? ¿El perfil propio durante el período de la Revolución Nacional de 1952? ¿La resistencia a la dictadura militar y el apoyo a la demanda campesina del valle, que derivó en una masacre? ¿La resistencia al proyecto neoliberal y la participación en la movilización prolongada, particularmente en el 146
bloqueo indígena-campesino del 2000? ¿La resistencia al “gobierno progresista” y a la versión folclórica del Estado plurinacional, que no es más que el mismo Estado-nación, solo que barnizado con términos demagógicos y apropiación de símbolos de las luchas de las naciones y pueblos indígenas-originarios? Todos estos momentos constitutivos se hacen presentes, en nuevas composiciones y combinaciones en los espesores de la coyuntura. 3. Ahora bien, hemos mencionado, mas bien, dinámicas molares, y no dinámicas moleculares. Hemos referido a las dinámicas moleculares, mas bien, vinculadas a la vida cotidiana. Sabemos que no es solo la vida cotidiana la incumbencia de las dinámicas moleculares, pues, éstas sostienen a las dinámicas molares, en todas las formas en que éstas aparecen y se manifiestan. Entonces, en la estructuración, se dan efectos de masa, conformación, de las dinámicas 147
molares mencionadas, de carácter político; si se quiere, se dan dinámicas moleculares singulares, que sostienen al desplazamiento y desenvolvimiento de las dinámicas molares políticas y culturales. Éstas dinámicas moleculares tienen que ver con asociaciones y composiciones, por lo tanto, relaciones y prácticas moleculares de índole transgresor de la vida cotidiana.
4. Al respecto, hemos configurado estos espaciamientos, mejor dicho, estos espacio-tiempos-territoriales-sociales, como relativos a la sociedad alterativa, que desborda y hace de substrato de la sociedad institucionalizada. Entonces, es como si se hicieran visibles y patentes estos agenciamientos cuando la crisis política, social y económica abre boquetes en la niebla ideológica e institucional.
148
5. Algunos de los agenciamientos transgresores de la vida cotidiana de estas dinámicas moleculares sociales tienen que ver con emotividades desatadas por prácticas gubernamentales, sean municipales o nacionales. Emotividades compartidas por personas y grupos, por organizaciones sociales, en los ámbitos circunscritos a fracciones geográficas de lo micro-social. Estas emotividades son interpretadas colectivamente y compartidas socialmente, mediatizadas por estructuras de las organizaciones sociales, ya no solo en su dimensión micro-social, sino en la extensión social local. Al acaecer esta fenomenología de la percepción colectiva, lo plural y múltiple molecular adquiere efectos de masa, adquiere formas molares.
6. Lo que llamamos comúnmente movilización social o movimiento social corresponde precisamente a 149
esta fenomenología de la percepción social, de la emotividad social convertida en discurso y acción colectiva. 7. En lo que respecta a la rebelión de Achacachi, la dinámica integral molecular-molar ya ha adquirido carácter de interpelación política y de movilización anti-sistémica. 8. Para decirlo en los términos de la interpelación político-cultural y en el discurso histórico-político, el señorío aimara en metamorfosis como nación aimara se levanta desde el epicentro del conflicto, convocando a la nación aimara y al pueblo boliviano.
9. La proyección de esta convocatoria adquiere, en la coyuntura, las formas de un perfil singular, sobre todo, a partir de la Declaración de AchacachiTIPNIS. Se trata de un llamado en defensa de la democracia, de la Constitución, de los derechos de las 150
naciones y pueblos indígenas, de los derechos civiles, políticos, sociales, colectivos, del pueblo plural y múltiple, de los derechos de la Madre Tierra, de la defensa de la vida. 10. En este sentido, la nación aimara quiere aglutinar a las naciones que contiene el plural y múltiple pueblo boliviano.
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Dinรกmicas sociales en el TIPNIS
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Breve descripción ecológica del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure
En La guerra de la Madre Tierra I escribimos:
De acuerdo a fuentes de investigación científica sobre la biodiversidad36el TIPNIS es el corazón de la producción de agua de Bolivia (el 5to país con mayores reservas de agua dulce del planeta). La interpretación de esta situación y esta condición del TIPNIS, como ecosistema y como articulación de ecosistemas y circuitos climáticos, se la describe de la siguiente manera: La peculiar configuración geográfica de la cordillera de los andes en nuestro país; en el llamado codo de los Andes la cordillera hace una inflexión y en lugar de ir de sur a norte va de oriente a occidente. Los contrafuertes andinos reciben los vientos que provienen de la Amazonia (barlovento) recogiendo la humedad de la evapotranspiración de la biomasa boscosa; estos vientos se elevan cambiando de curso, se enfrían, forman nubes (cúmulos cumnuloninmbus) que se 36
Unidad de investigación sobre biodiversidad de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
153
precipitan en ese lugar en un circuito permanente de lluvia que es el factor más importante de generación de biodiversidad. También las masas de nubes pasan al otro lado de la cordillera hacia los valles secos de Cochabamba y mesotérmicos de Santa Cruz dando lugar a bofedales, lagunas y cursos de agua responsables de la relativa humedad de algunos de estos valles productivos. Estas lagunas además de proveer agua (ejemplo Misicuni) también proveen energía hidroeléctrica (ejemplo Corani). Las nubes que atraviesan la cordillera también son responsables de la biodiversidad de los bosques de altura (ejemplo La Siberia en al camino antiguo Santa CruzCochabamba) que forman cursos de agua para los valles de Santa Cruz (ejemplo Comarapa).
La conclusión del análisis de los mapas climáticos que saca la fuente mencionada es categórica: En fin, queda claro que existe un serio riesgo climático en estas dos regiones (cuenca del rio Mamoré) y valles de Cochabamba, si se da un proceso de deforestación en los bosques amazónicos del sub-andino. Dicho proceso de deforestación es, honestamente, imposible de ser evitado si se dan asientos de colonización en la carretera, ya que la cultura de la tala y quema seguramente podrá ser erradicada en un número de años no menor a los requeridos para deforestar
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el 80% del bosque tropical que está en la región que tratamos. Otra conclusión que saca el análisis científico es ilustrativa: Por otro lado, será importante saber que la cantidad de suelo anegadizo en la región del trazo que cruza el TIPNIS es tan grande que hasta la mejor ingeniería va a tener serios problemas para su ejecución. Esta demás decir que el trazo por el lado oriente es sobre suelo más fijo y de mejor transitabilidad37.
37
Ver La guerra de la Madre Tierra I. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_guerra_de_la _madre_tierra_i.
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Breve descripción del conflicto
El conflicto del TIPNIS es descrito en La guerra de la Madre Tierra I de la siguiente manera:
¿Qué podemos decir al respecto? En relación a este análisis y descripción de las condiciones, pero también de las probables consecuencias si se produce el quiebre del Territorio y Parque IsiboroSécure, queda claro que la defensa del TIPNIS es no sólo responsabilidad de las comunidades de las naciones y pueblos indígenas originarios que lo habitan, sino también de todos los bolivianos y bolivianas conscientes del problema y la problemática, de todos los bolivianos y bolivianas que aprobamos la Constitución Política del Estado. El TIPNIS es el corazón de la producción de agua de Bolivia, no hay dónde perderse, si se ejecuta el proyecto extractivista, el proyecto IIRSA, la vinculación transoceánica, conllevando el desplazamiento e invasión cocalera, no sólo se terminará desforestando, degradando y destruyendo uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta, sino que también se habrá quebrado el corazón de la producción de agua, se habrá cortado con la articulación de los ciclos del agua conectados a los ciclos climáticos, a los ciclos del suelo, a los ciclos de los bosques,
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a los ciclos de reproducción de la vida. Cochabamba disminuirá progresivamente su régimen hidrológico y con el pasar del tiempo quedará sin agua, cambiando los climas de los grandes entornos geográficos y regionales del TIPNIS. Se entiende que, a mentalidades desarrollistas, extractivistas, modernistas e industrialistas, estas consecuencias les preocupo poco, si no es que nada, pues ellos miden los costos y beneficios en términos monetarios, en términos de la brutal y reducida contabilidad capitalista. En sus imaginarios colonizados no entran para nada los costos ambientales, los costos ecológicos; ahora sabemos que no les interesa para nada los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. ¿Qué es el desarrollo para estas mentalidades? Podemos interpretar que se trata del goce inmediato compulsivo de la ilusión dineraria; estos tardíos burgueses internacionalizados no llegan a un diseño estratégico de dominación; al contrario, se supeditan a potencias, a las estrategias de estas potencias, creyendo que, del rebalse de las ganancias de la acumulación ampliada de capital, a escala mundial, les va tocar una parte. No son solamente ilusos, sino que también expresan la consciencia desdichada de las burguesías tardías y periféricas. El desarrollo al que apuestan es el desarrollo capitalista, que se da en escala mundial; este “desarrollo” produce “subdesarrollo” y dependencia en la periferia del sistema-mundo capitalista. Estos gobernantes al
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servicio de estrategias hegemónicas y de dominación a escala mundial, esta lumpenburguesía, como la llamaba André Gunder Frank, no son otra cosa que dispositivos y agenciamientos de los diagramas de poder, de los mapas de fuerza, de la dominación global del capitalismo contemporáneo. El conflicto del TIPNIS ha puesto en evidencia los nuevos frentes políticos, sociales, económicos y culturales, frentes dibujados en la coyuntura crítica del proceso; por un lado, defendiendo los derechos de la Madre Tierra, están las naciones y pueblos indígenas originarios, sobre todo los movimientos y organizaciones propiamente indígenas, constatados en sus formas de organización, formas de representación, mandos rotativos, normas y procedimientos propios, instituciones ancestrales y cosmovisiones nativas; estas naciones y pueblos están apoyados por nuevos movimientos juveniles y urbanos, también por históricos movimientos como los regantes 38, los guerreros del agua y los guerreros del gas. Por otro lado, apoyando el trazo de la carretera por el
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Los reales regantes, desplazados por la maniobra montada del MAS cuando se eligió a sus supuestos nuevos representantes, que no son otra cosa que loteadores. Esta suplantación aviesa fue avalada por el vicepresidente. Los verdaderos regantes, los históricos regantes ligados a la Guerra del Agua, quedaron marginados. Hablamos entonces delos históricos regantes, los luchadores y defensores de las formas comunitarias de administración y gestión del agua.
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TIPNIS, están las organizaciones campesinas, organizadas en sindicatos (CSUTCB, CNMCIOB “BS”, CSCIB); todo el conglomerado campesino, de alguna manera conducido por las federaciones cocaleras. Todo este conjunto, más o menos cohesionado, también diferenciado y plural, así mismo abigarrado, que fue parte del llamado “bloque popular”, ahora se encuentra llevando al ascenso desbocado a una nueva burguesía emergente, de nuevos ricos y nuevos intermediarios en los circuitos de capital, mercancías, transgénicos, contrabandos, tráficos, incluyendo los del narcotráfico. Lo hace en el desplazamiento constante hacia alianzas inesperadas con los agroindustriales de Santa Cruz, la burguesía intermediaria, la banca, las empresas trasnacionales de los hidrocarburos y la minería, las empresas constructoras brasileras y el gobierno brasilero. Tomando en cuenta este mapa de fuerzas, respecto a lo que decimos y afirmamos, vamos a respaldarnos en el análisis que hace Enrique Ormachea, Investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), quien hace una ilustrativa descripción de la dinámica estructura de clases en la coyuntura, lo que nos permite elucidar el carácter de la lucha de clases y de la guerra descolonizadora en el momento de la crisis del proceso. Enrique Ormachea escribe:
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Una buena parte de los cocaleros son ya campesinos ricos o acomodados porque obtienen ganancias gracias a la apropiación de trabajo ajeno, pues producen normalmente con el concurso de peones asalariados. Por el contrario, los indígenas yuaracarés, moxeños y chimanes que habitan en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) –y la mayor parte de los indígenas de las tierras bajas– además de realizar actividades agrícolas en chacos que usufructúan individualmente y que combinan con otro tipo de actividades económicas vinculadas con el mercado (como la extracción de recursos forestales y la elaboración de artesanías), normalmente se ven obligados a vender temporalmente su fuerza de trabajo a ganaderos, madereros y a los propios cocaleros para asegurar su medios de subsistencia. En este sentido, mientras los primeros son pequeños y hasta pequeñísimos capitalistas, los segundos son mayoritariamente semiproletarios39.
Esta descripción es importante pues nos ubica de lleno en la relación social, en la relación de dominación de un conglomerado social sobre otro, de una dinámica bullente de monocultivo, agrícola, comercial, encaminada a la expansión de la frontera agrícola, de la comunicación carretera y caminera, sobre otra dinámica, apegada al 39
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territorio, a las normas y procedimientos propios, a las instituciones ancestrales, a la búsqueda de un proyecto alternativo al desarrollo y a la modernidad, que actualice las comunidades ancestrales, sus manejos territoriales y de bosques, combinándolos con formas de organización emergentes y en la perspectiva establecida en la Constitución, perspectiva traducida como la del vivir bien. Lo que fue el “bloque popular”, que se coaligó y expulsó a la mega-coalición neoliberal, terminó mostrando su composición diferencial y ha terminado de manifestar las contradicciones inherentes rápidamente, justo en el momento de transición hacia el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. Esta abertura y quiebre del “bloque popular” evidencia la existencia de proyectos distintos, dicotómicos y contradictorios; un proyecto capitalista, desarrollista, extractivista, dependiente, articulándose al reacomodo de las estructuras y formas de intercambio en la geopolíticas del sistema mundo capitalistas; otro proyecto emergente, nacido de las entrañas de las luchas sociales contra el neoliberalismo y de las entrañas de la guerra anticolonial y descolonizadora de las naciones y pueblos indígenas originarios, que ha expresado su horizonte civilizatorio en la Constitución, en tanto Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico, en tanto economía social y comunitaria, en tanto modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, la modernidad y el desarrollo.
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Los dos proyectos no pueden coexistir en el proceso, son opuestos; uno se coloca en la continuidad de la misma civilización moderna, capitalista, desarrollista y extractivista; el otro apunta a abolir esta civilización, abriendo la posibilidad civilizatoria alternativa, haciendo emerger configuraciones culturales inhibidas por los colonialismos y los capitalismos, actualizándolos y combinándolos con formas autogestionarias y solidarias contemporáneas. Este proyecto se opone abiertamente al desarrollismo y al extractivismo, se encamina más bien a restaurar las complementariedades dinámicas con los ecosistemas, seres, ciclos vitales interrelacionados e integrados en las formas complejas de reproducción de la vida. No debe sorprendernos entonces los conflictos que se dan entre el gobierno y las naciones y pueblos indígenas originarios, pues el gobierno se ha convertido en la expresión política e institucional del proyecto de continuidad capitalista, desarrollista, extractivista y de monocultivos. ¿Por qué ha sucedido esto? La contradicción era latente, solo que no tuvo las condiciones de posibilidad para mostrarse; una cosa era luchar contra los gobiernos neoliberales y el proyecto neoliberal en curso y otra cosa es abolir el Estado-nación, construir el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico, en la perspectiva del modelo civilizatorio del vivir bien, que se basa en el respeto de los derechos de los seres, componentes y ciclos vitales de la Madre
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Tierra. En lo que fue el “bloque popular” hay clases sociales que no están dispuestas a abandonar las formas de monocultivo, menos la producción de coca, también de cocaína, no están dispuestas a renunciar a la expansión de la frontera agrícola a costa de los bosques y ecosistemas, no están dispuestas a renunciar a las ganancias y, sobre todo, a las ganancias fáciles, tampoco van a renunciar a una compulsión individual por la tenencia de la tierra, aunque esto implique violar la Constitución. La CSUTCB ha desarrollado un anteproyecto de Ley que contempla la desaparición de las TCOs porque las considera “latifundios”, también contempla la redistribución de la tierra de forma individual, contraviniendo a la Constitución, que establece la reversión de tierras a comunidades indígenas y campesinas de forma colectiva. Sorprende que en las argumentaciones justificadoras del anteproyecto se ventilen calificativos de “terratenientes” para los indígenas que habitan las TCOs, llama la atención que se olviden de los latifundistas y terratenientes históricos, contra los que se había tenido una larga lucha, precisamente por la reforma agraria. ¿Qué pasa? ¿Otros son los enemigos? Ahora son los indígenas, las naciones y pueblos indígenas, sus organizaciones, sus formas colectivas de propiedad, sus gestiones territoriales ancestrales. Ahora, en cambio, los campesinos son aliados los latifundistas y terratenientes históricos, los agroindustriales, los soyeros, que emplean
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transgénicos, los empresarios, pues ellos, así como los campesinos, persiguen la continuidad del mismo modelo capitalista, desarrollista, extractivista. Ahora las alianzas son otras y los frentes de la lucha son otros. El conflicto en torno al TIPNIS es demostrativo por poner al descubierto de una manera descarnada estas contradicciones: Acicateados entonces por sus crecientes motivaciones de acumulación, los cocaleros del trópico de Cochabamba se han visto en la necesidad de acrecentar sus propiedades, lo que implica expandir la frontera agrícola. Sin embargo, esta expansión sólo puede darse hacia dos zonas claramente definidas. Por un lado, hacia el TIPNIS y, por otro lado, hacia el departamento de Santa Cruz; esta última opción implicaría avanzar sobre tierras que ya están ocupadas tanto por otros colonizadores (buena parte de ellos también campesinos ricos) como por pequeñas, medianas y grandes empresas capitalistas agrícolas y ganaderas articuladas a la agroindustria40.
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Al respecto y de una manera contextual, Mayari Castillo y Anahí Durand, escriben en Identidades, etnicidad y racismo en América Latina, que: En primer lugar, la economía de la coca, aunque no reconocida oficialmente, genera una porción importante del PIB de Bolivia. Durante la peor crisis económica, la economía ilegal de la coca permitió sustentar la aplicación de los ajustes estructurales, siendo válvula de escape de la pobreza y un nuevo espacio laboral para los ex mineros de las recién cerradas minas de la COB (Lanza, 1999). De la misma manera, frente a una economía con crecimiento estancado o negativo y uno de los índices de pobreza más altos de América Latina, la cooperación internacional radicada en Bolivia constituía una importante fuente de ingreso. En los últimos doce años, Bolivia recibió por concepto de asistencia financiera oficial cerca del 11% del PIB. Sumado a los aportes de agencias privadas, ONG y otros, la cifra se eleva a un 15% (Grebe, 2002). También pudo reprogramar su deuda financiera gracias a los recursos donados por Europa y, hasta hace poco, recibía financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento, además de financiamiento de carácter bilateral desde Japón, Estados Unidos, Alemania y Países Bajos. La mayor parte de estos apoyos estaban condicionados al cumplimiento de metas sobre control del narcotráfico, incluyendo la
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erradicación del cultivo de la hoja de coca. Por ello, la resistencia cocalera al cumplimiento de metas otorgaba al conflicto una importancia nacional41.
Los investigadores nos dejan en este dibujo panorámico y de evaluación del movimiento cocalero determinados perfiles de la problemática; primero se habla de una economía de la coca, una economía subterránea, que sostiene parte del funcionamiento de los circuitos económicos. Segundo, que, con el propósito de erradicación y sustitución de los cultivos de coca, la cooperación internacional ha financiado programas de apoyo a la diversificación de la producción agrícola, así como programas de interdicción. Todo esto puede considerarse también como parte de las inyecciones monetarias al campo económico boliviano, incidiendo en la formación de su Producto Interno Bruto (PIB). En otras palabras, la economía de la coca forma parte de la realidad, como uno de sus niveles, en la compleja sedimentación de sus ámbitos, mundos paralelos o colaterales. Esta economía de la coca es tan importante que no sólo dibuja circuitos, recorridos, articulaciones con otros niveles económicos, sino que también ha
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Mayari Castillo y Anahí Durand: Movimiento cocalero, política y representación: los casos boliviano y peruano. Edición de Fernando García, FLACSO 2008, Quito.
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terminado constituyendo sujetos sociales, subjetividades e imaginarios, incluso instrumentos políticos y electorales, además de lograr catapultar a las Federaciones Cocaleras por parte del gobierno. Se sabe que por lo menos dos ámbitos territoriales campesinos están articulados a la economía de la coca, Los Yungas y El Chapare, además de otros territorios de expansión, comprendiendo otras zonas más circunscritas y dispersas, que fueron tradicionales en el cultivo de la hoja de coca, como el caso de Apolo e Inquisivi; también hay que considerar la irradiación espacial de la economía de la coca en relación a otros circuitos comerciales y flujos dinerarios, de mercancías y migraciones. También sabemos que la economía de la coca ha estado articulada a la historia económica de la Audiencia de Charcas y de los periodos republicanos; el ciclo de la economía de la plata, el ciclo de la economía del estaño y, también, aunque de un modo más indirecto y con muchas mediaciones, al actual ciclo de la economía de los hidrocarburos. La economía de la coca ha formado parte entonces de las estructuras económicas, de sus flujos, circuitos y recorridos. Por otra parte, podemos abrirnos a la comprensión de las estrategias diferenciales, plurales, cíclicas y rítmicas de las economías campesinas, atravesadas por complementariedades, reciprocidades, también por transformaciones del ayni y la mink’a, como formas de relación por servicios y especies, por
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un lado, y por trabajos y dinero, por otro. Comprender también que las formas de organización son complejas, variadas, expansibles o contraíbles, dependiendo de la forma como se relacionan las unidades domésticas con las familias, con las estructuras familiares, comprendiendo edades, género y generaciones. Así mismo tener en cuenta las diferentes prácticas de los vecinos respecto a las prácticas combinadas de los pueblos y comunidades. Todo esto nos muestra una combinación rica de estrategias y de estructuras, de composiciones y de ritmos cíclicos, dependiendo del producto, de las interrelaciones entre productos, dependiendo también del lugar y del momento. Las economías campesinas son configuradas por racionalidades alternativas y colaterales a la racionalidad moderna y eficaz del cálculo del costo y beneficio. En otras palabras, es imposible comprender las estrategias campesinas a partir de la reducida contabilidad económica. Se trata de otras racionalidades, que funcionan flexiblemente, dúctilmente y en combinaciones abiertas42. Empero, algo que podemos compartir con cierta certeza es que, de todas maneras, se trata de economías articuladas al mercado y a los vaivenes del mercado, por lo tanto, a los movimientos de los precios de los productos.
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Revisar el libro de Alison Spedding Kawsachun Coca. Economía campesina cocalera en los Yungas y el Chapare. PIEB 204. La Paz.
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Ahora bien, un cultivo y producto altamente rentable es la coca, incluso en momentos de bajos precios; esto debido a los rendimientos, sobre todo a las cosechas que se dan al año. Lo que decimos vale mucho más cuando los precios de la hoja de coca suben estrepitosamente, debido a factores externos de extrema imponderabilidad, como la debida al comercio del narcotráfico, sobre todo de la cocaína. Bajo estas consideraciones es posible una hipótesis en relación a la expansión estrepitosa de los cultivos de la hoja de coca, incluyendo la invasión a los parques y territorios indígenas. Es tan gravitante el comercio de la cocaína, tal la incidencia de sus circuitos, de su capacidad de irradiación, de su fuerza financiera, de sus múltiples estratégicas de tráfico, que se ha convertido en el núcleo explicativo de la propia economía de la coca, por lo tanto, no sólo de los circuitos y de la acumulación sino de la expansión compulsiva del monocultivo. Independientemente de cualquier pretensión moral o de pose artificial sobre la problemática de la cocaína, pretensión y pose falsa de las potencias, de NNUU y de la cooperación internacional, lo que importan es comprender claramente el conflicto suscitado en torno al TIPNIS, así como los conflictos que se han dado sucesivamente, contiendas anteriores y en perspectiva, repetidos intermitentemente, colisiones del gobierno con las naciones y pueblos
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indígenas originarios, desde la aprobación de la Constitución; lo que importa es comprender el conflicto a partir de las fuerzas involucradas, de las tendencias, de los proyectos inherentes. La economía de la coca forma parte de la economía de la cocaína y la economía de la cocaína forma parte de las economías del sistema-mundo capitalista. Una apuesta por la expansión del monocultivo de la coca forma parte de la expansión compulsiva de la economía de la cocaína y obviamente de la acumulación ampliada de capital en la economía-mundo capitalista. Apostar por esta salida, se lo haga abiertamente, como en el caso de las decisiones prácticas que toman los cocaleros, o veladamente, haciendo como si no se viera nada, como ocurre con el comportamiento del gobierno respecto a esta problemática, no importa, pero apostar por esta salida significa la continuidad del modelo capitalista, desarrollista extractivista y dependiente, ahora atravesado por la economía política del chantaje, es decir por la economía de la cocaína, como una de sus formas. Este proyecto continuista se enfrenta abiertamente al otro proyecto, nacido de las entrañas de las luchas sociales y de la guerra anticolonial y descolonizadora, expresada plenamente en la Constitución. Este modelo es el del vivir bien, modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo. Este modelo se basa en la condición plurinacional, en la condición comunitaria, en la condición autonómica y en la
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condición intercultural, por lo tanto, este modelo se basa en las cosmovisiones indígenas y en la reconstitución de los territorios ancestrales, actualmente habitados, como reza la Constitución. Este modelo supone un descentramiento radical del antropocentrismo, desplazándose al reconocimiento de la condición vital de los otros seres que componen la Madre Tierra, reconociendo su condición de sujetos y reconociendo sus derechos. Esta concepción está plasmada en el Proyecto de Ley de la Madre Tierra - elaborado por el Pacto de Unidad, antes de su ruptura, y desmantelado por el “gobierno progresista” y presentada como un Frankenstein en una grotesca simulación denominada Ley de la Madre Tierra y del Desarrollo Integral -. El conflicto del TIPNIS está expresando entonces la guerra de dos proyectos opuestos, antagónicos, de modelos encontrados, uno el capitalista y moderno, el otro alternativo al capitalismo y la modernidad. Hay una lucha de clases y una guerra anticolonial y descolonizadora en curso, con sus sujetos sociales, sus organizaciones, sus instituciones opuestas, incluso con sus diferentes formaciones discursivas en franco y abierto debate. Volviendo al análisis de Enrique Ormachea, podemos dimensionar los alcances concretos del conflicto en torno al TIPNIS. Entonces el conflicto específico, en el territorio, en los límites del parque y en el interior del parque, en el llamado “Bloque Siete”, que es la zona de avasallamiento
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del parque por los colonizadores, es entre comunidades indígenas y colonizadores, comunidades indígenas y cocaleros. En el documento citado se escribe: Si en algo hacen hincapié los indígenas cuando plantean la defensa del TIPNIS es en el tema de la expansión cocalera y sus efectos. No les faltan razones. En el Gobierno de Evo Morales se les ha recortado alrededor de 145 mil hectáreas que acabaron siendo dotadas a cocaleros que habían ocupado estas tierras de hecho, al aprobar un título final de propiedad colectiva de 1.091.656 hectáreas frente al título ejecutorial concedido en 1997 que ascendía a 1.236.296 hectáreas 43. La legitimación del avasallamiento ya muestra el sentido del gobierno, de sus políticas en relación a la tierra y al territorio, en relación de lo que respecta a las áreas protegidas y territorios indígenas. El gobierno responde en primer lugar, en el plano afectivo y de los compromisos orgánicos, a las federaciones cocaleras, también a las organizaciones de colonizadores, llamados ahora “interculturales”, que ya cuenta con más de un millón de afiliados, así mismo responde a los compromisos sindicales con las organizaciones campesinas, constituidas en la CSUTCB y en la Confederación de Mujeres Campesinas, las conocidas como “bartolinas”; 43
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en segundo lugar, ya en un plano político, responde a la continuidad del proyecto capitalista, desarrollista, extractivista, dependiente, otorgándole un carácter popular al proyecto; en tercer lugar, ya en un plano estratégico o geopolítico, el gobierno está supeditado a la irradiación de la política expansionista y hegemónica del Estado brasilero; en cuarto lugar, ya en un plano de las complicaciones de las que no puede zafarse, atado a las herencias de las lógicas de poder persistente, responde a los condicionamientos de las empresas trasnacionales, tanto de los hidrocarburos como de la minería; en quinto lugar, ya en el plan de las nuevas alianzas, responde a los acuerdos económicos con la burguesía intermediaria boliviana, los agroindustriales, los soyeros y las mediaciones de los grandes monopolios de las empresas de transgénicos. La presión sobre la frontera agrícola cocalera y colonizadora se da no solo con la benevolencia del gobierno sino en alianza estratégica con los agroindustriales y soyeros, es decir, la burguesía intermediaria. Todos ellos forman parte de la composición social, económica, subjetiva e imaginaria del proyecto desarrollista-extractivista. Esta situación es vivida, intuida, comprendida y elucidada por las organizaciones indígenas del CIDOB y CONAMAQ. Se comenta el testimonio
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de uno de los dirigentes del TIPNIS que estuvo en la VIII marcha indígena: En una entrevista reciente, el dirigente indígena Adolfo Moye ha señalado que, a raíz de la expansión de los cocaleros hacia las comunidades indígenas del TIPNIS, muchas terminaron rodeadas de colonos “…por ejemplo, la comunidad de Santísima Trinidad donde yo vivo junto a 140 familias indígenas mezcladas con algunos colonos, hemos quedado al centro de la zona colonizada y rodeada por cocaleros. En la comunidad Limo, los hermanos del pueblo moxeño e yuracaré ahora tienen apenas una hectárea y trabajan como empleados de los colonos. Sus hijos han tenido que migrar a las ciudades capitales para buscar empleo queriendo adoptar otra forma de vida; en muchos pueblos solo quedan los viejitos. Algunas comunidades, como Puerto Patiño e Isiborito, se extinguieron y no sabemos a dónde se fueron esos hermanos…”. (Entrevista en el Foro Social de Asunción)45.
El testimonio de Adolfo Moye es elocuente; lo que describe es una relación de dominación de los cocaleros y de los colonizadores sobre los 44 45
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indígenas del TIPNIS. Los indígenas no solamente son discriminados y explotados, sino vistos como menos. No se los considera iguales, ni se establece con ellos relaciones de igualdad. Esto ocurre de manera dramática en los lugares de intersección entre comunidades indígenas y colonos; si bien no ocurre lo mismo cuando los dirigentes de las organizaciones indígenas y de las organizaciones campesinas entablan relaciones de organización, de discusión, cuando entablan acuerdos y pactan sobre temas de interés común, pues a este nivel se entiende que no considerarse como iguales sería una muestra insostenible de racismo. No ocurre porque a ese nivel se tiene otra concepción de lo que es ser indígena; somos todos indígenas, aymaras, quischwas, urus, chipayas, guaranís, moxeños, chácobos, chimánes, yuracarés. La diferencia está en que unos somos campesinos y otros conservan la propiedad comunitaria, el ayllu; unos estamos organizados en sindicatos y otros en las formas organizativas propias comunitarias. Este discurso se mantuvo durante parte de la vida del Pacto de Unidad, sobre todo durante el proceso constituyente. Ahora parece desmoronarse este discurso ante la evidencia de las grandes diferencias, discrepancias de concepciones, de intereses y de proyectos. Los dirigentes campesinos se acercan rápidamente a los prejuicios que tienen los campesinos y colonos que habitan los lugares limítrofes con territorios indígenas. Sobre todo, ahora, cuando
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se da el conflicto del TIPNIS, los dirigentes campesinos se apegan más a defender el discurso gubernamental, estridentemente descalificador del movimiento indígena en defensa de sus derechos, consagrados por la Constitución. El “bloque popular” se ha roto. Esta descripción me recuerda a lo que ocurría años atrás, cuando era vigente, convocativo e irradiante el proletariado minero; a pesar de su consciencia de clase, de su condición de clase compuesta por el desclasamiento de las otras clases, de clase que debería abolir todas las clases, los mineros mantenían relaciones de dominación, subordinando a las comunidades indígenas y campesinas aledañas a los campamentos. ¿Por qué ocurre esto? Se notaba un aire de superioridad; una cosa implica estar ligado al campamento minero, a la explotación de las vetas mineras, a los ingenios, a la organización capitalista del trabajo, y otra cosa significa estar ligado a los ayllus, a las comunidades, donde preponderaban “modos” de “producción pre-capitalistas” y no-capitalistas. La diferencia estaba dada. Los mineros compartían una ilusión desarrollista y un imaginario modernista, en contraposición de los indígenas y campesinos, que expresaban un apego a otros imaginarios, mas bien, animistas. Una de las consecuencias de la modernidad fue esta descalificación de otras formas de vida, de otras formas de cohesión social y de
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relacionamiento, que no sean las propias de la modernidad. Las investigaciones y los estudios sociológicos han descrito y han teorizado sobre la transición a la modernidad; el desencanto, la desacralización, la ruptura y quiebre de las comunidades, de las instituciones y estructuras tradicionales, forma parte de las hipótesis iniciales de estos estudios y estos análisis. El paso de la familia extendida y compuesta a la familia nuclear, las migraciones rural-urbanas, la atomización y la individualización, la homogeneización de los comportamientos y las conductas, el disciplinamiento, forman parte de este proceso de modernización, entendido como una dinámica cultural y civilizatoria, que pone en suspenso los valores y las instituciones tradicionales; la modernidad entendida como experiencia de la vertiginosidad, sensibilidad estética que expresa esta experiencia como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire, frase de Shakespeare, recogida por Marx 46. La historia de la representación de la modernidad es toda una arqueología, comienza con los poetas malditos, quienes le atribuyen características estéticas y lúdicas, haciendo hincapié sobre todo en la experiencia de la 46
La frase aparece en la obra de Shakespeare La Tempestad, Marx, la retoma para caracterizar metafóricamente a la modernidad.
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vertiginosidad y el suspenso. El concepto es retomado por la sociología y la economía, empero, de una manera más instrumental y descriptiva, perdiendo sus ribetes poéticos, empezando a adquirir perfiles organizacionales, estructurales, institucionales y de relaciones de mapas definidos de transvaloración y transición modernizadora. Marx y algunas corrientes marxistas retoman el concepto dándole un carácter dialéctico, retomando algunas ideas iniciales de la experiencia de la transformación desbocada. Ya en la etapa de balance habría que contar con el análisis desplegado por Marshall Berman; estudio que intitula precisamente Todo lo sólido se desvanece en el aire 47. En las corrientes marxistas teóricas contemporáneas un antecedente de la crítica de la modernidad es el libro de Adorno y Horkheimer titulado Dialéctica del iluminismo48. Quizás sea el análisis más penetrante de la modernidad, a la que caracterizan como iluminismo, que también puede ser retomada como crítica; de lo que se trata entonces es de desplegar una crítica de la crítica, un iluminismo del iluminismo. Ponen en cuestión los mitos de la modernidad, como la idea de progreso y el mito de la historia; también ponen en cuestión la pretensión moderna de dominación de la naturaleza. Queda 47
Marshall Berman: Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI 1994; México. 48 Adorno y Horkheimer: Dialéctica del iluminismo; Trota, Madrid.
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claro en los autores, que hacen la crítica de la racionalidad instrumental, que no basta hacer una crítica de la economía política, sino que es necesaria y urgente hacer una crítica de la modernidad, matriz histórica y cultural, civilizatoria, en la que emerge y se recicla el capitalismo. Después de ellos, todas las escuelas, corrientes teóricas críticas de la modernidad, son deudoras de la apertura iniciada por la Escuela de Frankfurt. A nosotros nos interesa retomar las críticas de la modernidad en los contextos periféricos del sistema-mundo capitalista, pues nos interesa comprender los fenómenos complejos, abigarrados y heterogéneos que desata la modernización en nuestras regiones y países. Marshall Berman escribe sobre el modernismo del subdesarrollo y toma en cuenta el caso de San Petersburgo, dice que se trata de modernidades impulsadas desde arriba, por el Estado, el poder; quizás también por algunas élites. Son construcciones titánicas que se enfrentan a los pantanos, es la voluntad de la geometría que termina imponiéndose a la adversidad, a pesar de las inundaciones centenarias. Se trata de espacios modernos, pero sin contar con una vida moderna, espacios públicos que no llegan a tener vida pública. ¿Qué es la modernidad en estos lugares insondables? ¿Es una ilusión? ¿Un espejismo? ¿Un fabuloso monumento? Todo lo demás no llega a ser
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moderno, las instituciones, el manejo de las instituciones, el Estado, la administración del Estado; tampoco las subjetividades. Estamos ante transiciones problemáticas, cuando el pasado no termina de irse, mas bien, se queda persistentemente, combinándose con esas proposiciones iluministas de futuro. Se producen composiciones intrincadas que contienen también subjetividades recargadas, que acompañan a comportamientos que moran mundos que cohabitan. René Zabaleta Mercado habla de formaciones abigarradas y Bolívar Echeverría de modernidades barrocas49. ¿Qué es la modernidad en la periferia del sistema-mundo capitalista? Las corrientes hindúes que estudian la subalternidad conciben que, mas bien, hay que comprender modernidades heterogéneas o la modernidad en su condición heterogénea 50. Ciertamente no se puede hablar del ámbito social del campesinado como si fuera homogéneo; esto desde ya está descartado. Estamos ante un campo complejo y diferencial, cuyos ciclos y articulaciones con el mercado también son variados. En un tiempo se pensó
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Ver de Zavaleta Mercado Lo nacional-popular en Bolivia; Amigos del Libro; La Paz. También de Bolívar Echeverría Crítica de la modernidad capitalista; Vicepresidencia del Estado Plurinacional 2011; La Paz. 50 Revisar de Partha Chatterjee La nación entiempo heterogéneo. Siglo XXI-CLACSO 2008; Buenos Aires.
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que la campesinización y la re-campesinización formaban parte de procesos de resistencia a la diseminación capitalista. Se mostraban contradicciones de las formaciones campesinas con el mercado, con el capitalismo y con el capital a partir de la tesis de la subsunción formal del trabajo al capital51. En Bolivia se realizaron estudios de la cuestión agraria, sobre todo de las economías campesinas, a partir de su irrupción misma, irrupción que se da desde la expansión de las formas de pequeña propiedad agraria, a partir de la reforma agraria de 1953. Se pueden hacer distintas clasificaciones de un abundante material, que llega hasta nuestros días, empero nos interesa, por los límites y las razones implícitas de este ensayo, dibujar grandes campos de análisis. Se puede apreciar que una de las áreas de preocupación, quizás las más economicista, está relacionada con las evaluaciones de la reforma agraria y la búsqueda por reencaminarla; otra área de preocupación es la que tiene que ver con los estudios de caso, con un enfoque sociológico; quizás los más interesantes son los estudios que 51
Roger Bartra ha realizado estudios antropológicos sobre la identidad mexicana; en tanto que Armando Bartra ha realizado estudios sobre las problemáticas que envuelven al mundo campesino e indígena, en parte rescatando sus luchas por la reforma agraria, en parte recuperando la condición de comunidad, pero también mostrando las formas de subsunción formal del trabajo al capital en la que están involucrados sus circuitos.
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vienen acompañados de una orientación antropológica, sobre todo por el aporte etnográfico en el análisis de las estructuras y las instituciones involucradas. No podemos dejar de considerar los estudios sobre la estructura agraria y de clases desde una perspectiva marxista, mas bien, análisis macros que estudios locales o regionales. Por último, deberíamos considerar un área de trabajos de investigación antropológicas, sociológicas y económicas, de enfoque, mas bien, integral, que cuestiona las perspectivas anteriores, consideradas estáticas, que no contemplan las dinámicas locales, diferenciales, cíclicas y de estructuras de cambiantes, vinculadas a las estrategias de adaptación a las circunstancias de las formas de organización campesinas. Quizás las más aportadoras a la elucidación y a la inteligibilidad de la problemática campesina sean estos estudios52. En relación a toda esta arqueología del saber de la cuestión agraria, debemos apreciar sus mapas conceptuales, para poder atender con una mirada escrutadora a los recientes desplazamientos de las economías campesinas. Obviamente lo que se requiere para lograr una comprensión adecuada de lo que ocurre son 52
Revisar de Alison Spedding Kawsachun coca. Economía campesina cocalera en los Yungas y el Chapare. PIEB 2004; La paz.
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investigaciones a profundidad y en los distintos espacios de desplazamiento de las formas de organización campesina; empero, a falta de estas investigaciones, nos vemos obligados a lanzar algunas hipótesis interpretativas de lo ocurre en la coyuntura crítica del proceso con las economías y formas de organización campesina, sus estrategias y sus circuitos.
Hipótesis Por más compleja que pueda ser la formación social, económica y cultural campesina, por más diversa y diferencial, por más barroca, combinada, compuesta y entrecruzada en que se encuentre, moviéndose contradictoriamente en transiciones cíclicas, definiendo a veces rutas en espiral y en algunos casos desplazamientos lineales, toda esta complejidad está atravesada por los circuitos del mercado, los circuitos dinerarios, incluso, en menor escala los circuitos financieros, como los relativos al microcrédito; aunque tengamos que aceptar, como lo hicimos en otro tiempo, la presencia alterativa de resistencias, de otras lógicas, otras estrategias y otras racionalidades, el mercado y el desarrollo capitalista juegan un papel gravitante, sobre todo en determinados momentos de alta demanda de monocultivos y de la evidencia de la atracción efectiva de subida de precios. Esta
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atmósfera de muchos microclimas culturales, imaginarios y de comportamientos, recrea la ilusión de una modernidad barroca, heterogénea, del bienestar, del acceso y del consumo. En momentos de intervención de circuitos de alta rentabilidad y de predisposiciones políticas que los facilitan, los conglomerados sociales campesinos, sus tendencias económicas, tienden a volcarse plenamente a la ilusión del desarrollismo y sobre todo al espejismo de la riqueza fácil. Los núcleos de resistencias, alterativos, alternativos, las racionalidades y estrategias complementarias y cíclicas, tienden a ser inhibidas, ocultadas, desarticuladas, en beneficio de las opciones más comerciales, incluso más perversas de los circuitos dinerarios53.
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Ibídem.
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Boceto de interpretación de algunas dinámicas moleculares En el caso de las comunidades indígenas de la Amazonia, particularmente en el caso del TIPNIS, lo que llamamos vida cotidiana, para definir uno de los ámbitos recurrentes de las dinámicas moleculares sociales, adquiere las tonalidades de vida en la territorialidad acuática y la territorialidad boscosa de la Amazonía; entonces la vida social y comunal más se acerca a las formas de los ciclos vitales, dados en esas territorialidades. Entre las actividades de la reproducción social comunitaria se encuentran la pesca, la caza y la recolección; también cierta agricultura, como el cacao, así como cría de animales, no solo domésticos, sino incluso lagartos. El cacao y los lagartos están vinculados a mercados especializados, por ejemplo, como la de la industria de chocolate, así como la relacionada con el uso de cueros de saurios. 185
La comunicación fluvial es la que conecta, desde tiempos antiguos a las comunidades indígenas amazónicas; es la red comunicacional, como dicen sus dirigentes, son sus “caminos” o “carreteras”. El TIPNIS está dividido administrativamente en tres zonas, la del núcleo boscoso del territorio, que es considerado como “intangible”; la del “desarrollo comunitario” y la del “desarrollo sostenible”. Estos dos últimos tienen vinculaciones con el mercado, además de encontrarse bañados, por así decirlo, por los ríos Isiboro, Sécure e Ichoa y sus afluentes. La cuarta zona, por así decirlo, siguiendo con esta clasificación administrativa, sería la zona de avasallamiento de los colonizadores, que corresponde a lo que se ha venido en llamar el “Bloque Siete”. En consecuencia, tendríamos que añadir, descriptivamente, otras actividades de los ámbitos de la vida social comunitaria; esta vez más cerca de la vida cotidiana que a los ciclos vitales ecológicos. Hemos 186
mencionados las actividades agrícolas, la de la cosecha del cacao, la de la cría de saurios, además de otras actividades de combinación de subsistencia y de mercadeo, fuera de la venta de fuerza de trabajo asalariada, de manera esporádica. Tendríamos que mencionar, en referencia al “Bloque Siete”, la del cultivo de la hoja de coca excedentaria. Con esta descripción sucinta tenemos ya un panorama de aproximación a los ámbitos de las dinámicas moleculares sociales. Sin embargo, no se termina de abarcar los ámbitos de las dinámicas moleculares sociales si no se mencionan los ámbitos relativos a la organización comunal, social y sindical. La Subcentral del TIPNIS forma parte del CIDOB, la organización indígena de tierras bajas; los sindicatos cocaleros del “Bloque Siete” forman parte de la Federación Campesina del Trópico de Cochabamba. Aunque hay que hablar también del CONISUR, que es un montaje gubernamental en el “Bloque Siete” para 187
simular la representación “comunidades indígenas”.
de
Como hicimos notar más arriba las dinámicas moleculares no solo se circunscriben a la vida comunitaria, más cercana a los ciclos vitales ecológicos, tampoco solo a la vida social comunitaria de la denominada vida cotidiana, sino que hay otros ámbitos que hemos llamado de las dinámicas moleculares sociales de transgresión o, si se quiere, de transversalidad de la vida comunitaria y de la vida cotidiana. Hablamos de las asociaciones vinculadas a los agenciamientos de la movilización indígena. En otros textos dijimos que en estos entrelazamientos de otros agenciamientos comunitarios las mujeres hacen de tejedoras de los tejidos comunitarios, al expresar, encarnar y simbolizar los entramados comunitarios. De la misma manera que en lo que respecta a Achacachi, en el TIPNIS 188
podemos mencionar, a modo de comparaciĂłn, un eje polĂticocomunitario-cultural de los tejidos sociales comunitarios, que tienen que ver con las dinĂĄmicas moleculares comunitarias sociales transgresoras.
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Eje político-comunitario-cultural
1. Los espesores territoriales, comunitarios y culturales amazónicos, en este caso del TIPNIS, moxeños trinitarios, chimanes e yuracares, son los substratos eco-sociales de lo que las dos organizaciones indígenas, de tierras bajas y de tierras altas, el CIDOB y el CONAMAQ, denominan proyectos civilizatorios alternativos de las naciones y pueblos indígenas originarios. 2. En los espesores de la coyuntura los substratos ecológicos y comunitarios se hacen presentes como resistencia indígena en el conflicto con el “gobierno progresista”.
3. Las dinámicas moleculares comunitarias y sociales, en su multiplicidad bullente, tienen efectos de masa, como conformaciones molares sociales. Entre las formas 190
molares comunitarias y sociales, fuera de las organizaciones indígenas mencionadas, se encuentran las formas políticas del conflicto. La expresión conocida que denomina al conflicto del TIPNIS, dicho desde la interpelación indígena, es la defensa del TIPNIS y de la vida. 4. Ciertamente la forma molar territorial, reconocida administrativamente, es el mismo Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure. Por lo tanto, también la zona denominada “Bloque Siete”, que es reconocida en términos administrativos gubernamentales.
5. Pero, sobre todo, interesa mencionar a las formas de avasallamiento de los territorios indígenas amazónicos. Hablamos del avance de la frontera agrícola, así como de otras fronteras de la extensión de la economía capitalista y de la vorágine del mercado; por ejemplo, la frontera maderera, responsable de la tala de 191
árboles y de la destrucción de bosques. En el caso del avance de la frontera agrícola, se trata de la expansión depredadora de la frontera del cultivo de la hoja de coca excedentaria, acompañada por la expansión disociadora y diseminadora de la economía política de la cocaína. En lo que respecta al conflicto del TIPNIS, no se puede obviar la expansión de la frontera caminera y de carreteras, que forman parte de la infraestructura comunicacional física del espaciamiento del capitalismo extractivista colonial y dependiente. Así también, de la expansión de la frontera hidrocarburífera y quizás también minera. 6. Las dinámicas moleculares comunitarias transgresoras de la vida cotidiana, que forman parte, en este caso, no solo de la sociedad alterativa, sino de las comunidades indígenas alterativas, corresponden a los agenciamientos comunitarios y sociales alterativos que sostienen no 192
solo las movilizaciones indígenas, sino también las resistencias, todavía diseminadas, del pueblo boliviano, al proyecto colonial extractivista del “gobierno progresista”.
7. Siguiendo con la comparación respecto del conflicto de Achacachi, diremos que entre las dinámicas moleculares comunitarias y sociales se destacan los flujos de emotividad social, en lo que respecta a la defensa ambiental y ecológica, así como de los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la Constitución. Estos flujos emotivos colectivos, comunitarios y sociales son compartidos por colectivos activistas, también, en menor intensidad, por parte de la opinión pública y el pueblo boliviano; además de ser compartidos por colectivos continentales y mundiales, vinculados a la defensa de la vida, de los derechos indígenas y de proyecciones de alternativas.
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8. El conflicto del TIPNIS, que es ya una convocatoria nacional, continental y mundial, ha adquirido las características y el alcance de una respuesta social nacional durante la VIII marcha indígena. No ocurrió lo mismo, como dijimos, con la IX marcha indígena, y en la actualidad del conflicto renovado; tampoco está adquiriendo, todavía, la conformación de una respuesta movilizada nacional, a pesar de la Declaración TIPNISAchacachi en defensa de la democracia y de la vida, a la que se van sumando otras organizaciones representativas sociales, como la misma COB y las organizaciones campesinas y cocaleras de los Yungas, de las zonas del cultivo de la hoja de coca tradicionales.
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