Genealogía del ecocidio

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Genealogía del ecocidio Raúl Prada Alcoreza

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Índice:

La Amazonia y el Chaco arden

3

Los síntomas del Apocalipsis

26

Apocalipsis en Bolivia

41

Máquinas del ecocidio y de la subalternidad

57

Las formas aparentes de la política en la coyuntura de la catástrofe ecológica

76

Nuevos horizontes

82

La perspectiva ecológica y la perspectiva compleja

92

2


La Amazonia y el Chaco arden

3


La Amazonia

4


La Amazonia es una vasta región de la parte central y septentrional de América del Sur, abarca la selva tropical de red hídrica de la cuenca del río Amazonas. Las contiguas regiones de las Guayanas y el Gran Chaco también contienen selvas tropicales, así mismo se les considera parte de la Amazonia. La selva amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo. Se calcula que su extensión llega a los 7 000 000 km², distribuidos entre nueve países, de los cuales Brasil y Perú poseen la mayor extensión, seguidos por Bolivia, Colombia Venezuela, Ecuador, Guayana, Francia (Guayana Francesa) y Surinam. La Amazonia se destaca por ser una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el planeta1.

El planeta Tierra no puede entenderse sino como sincronización dinámica de ciclos ecológicos y ciclos físicos, también químicos, de la misma manera, extendiendo la mirada compleja, ciclos biológicos, que participan de las dinámicas de la Vía Láctea, así como del multiverso, en sus distintas escalas. Se ha dicho que los bosques son los pulmones del planeta. Esta metáfora ilustra sobre el ciclo del aíre, así como sobre el ciclo del agua, también los ciclos inherentes a la tierra. Para resumir, la producción del oxígeno y la absorción del carbono; por otra parte, los procesos biológicos de las plantas, así como de la fotosíntesis, habla de por sí de la interdependencia de la vida en el planeta. Al respecto,

1

Referencias: Amazonia o Amazonía, en el Diccionario Panhispánico de Dudas. Primera edición (octubre de 2005). Guinness World Records 2013 (en español). Según se cita en la pág. 40. Fitzgerald, Eamonn (12 de noviembre de 2011). «Announcing the provisional New7Wonders of Nature» (en inglés). Consultado el 12 de diciembre de 2011. Amazonía, el pulmón del planeta. WWF Global: Ecosistemas amazónicos. Ecoportal.net - Comer carne, ¿es sostenible? "Estamos destruyendo el Amazonas para alimentar vacas"· ELPAÍS.com. «Devorando la Amazonía.». Archivado desde el original el 3 de diciembre de 2009. Consultado el 7 de noviembre de 2009. «Ministerio de Ambiente (2016). Tercera Comunicación Nacional de Perú a la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático, pág. 112.». Tercera Comunicación Nacional de Perú. Reuters (3 de julio de 2019). «Brazil: huge rise in Amazon destruction under Bolsonaro, figures show». The Guardian (en inglés británico). ISSN 02613077. Consultado el 4 de julio de 2019. «Amazon Deforestation Is Fast Approaching a 'Tipping Point,' Studies Show». The Weather Channel (en inglés estadounidense). Consultado el 2019-08-12. Ver Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Amazonia.

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lo que llama la atención es el costo destructivo de la ecología planetaria por parte de la civilización moderna.

La selva Amazónica se desenvuelve en torno del río Amazonas y de su cuenca fluvial. Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de una vegetación tupida y exuberante, siempre verde. El denominativo de pulmón del planeta, que ostenta la Amazonia, no es eventualidad sino una causalidad; mantiene un equilibrio climático: los ingresos y salidas de CO2 y de O2 están armonizados. Los científicos dedicados al estudio del medio ambiente, entre ellos los de la geografía ambiental, concuerdan en que la pérdida de la biodiversidad es resultado de la destrucción de la selva, lo que se hace patente con los efectos del “cambio climático”. La aparición en el área del río Caquetá de un sistema anterior del bosque selvático, en el que se utilizaron suelos de forma permanente “tierras prietas”, gracias a su progresivo abono, muestra la compleja ecología de la Amazonia.

Toda la flora de la selva tropical húmeda sudamericana está presente en la selva amazónica. Existen en ella innumerables especies de plantas

todavía

sin

clasificar,

miles

de

especies

de

aves,

innumerables anfibios y millones de insectos. Las regiones geográficapolíticas de la Amazonia son, comparativamente, de la mayor riqueza biológica del mundo; la presencia de diferentes pisos ecológicos, en articulación con la cordillera de los Andes, genera una gran cantidad de nichos ecológicos singulares, por lo tanto, un alto índice de endemismos2.

2

Ibídem: Amazonia.

6


La cuenca amazónica comienza en la cordillera de los Andes; desde sus nevados fluyen las fuentes del agua que conforman los ríos, los afluentes del río Amazonas, conformando toda una red hídrica que alimenta a los bosques selváticos y desembocan en el océano Atlántico. Entonces,

tenemos

que

hablar

de

ecosistemas

integrados

y

complementarios, además de la variedad de pisos ecológicos de las regiones andinas. Como anotamos más arriba, se puede considerar también al ecosistema chaqueño como parte de la geografía amazónica, entendiendo que se trata de continuidades boscosas, aunque en otras condiciones climáticas y características, así como perteneciente a otra cuenca, la cuenca de la red hídrica que se convierte en el río de la Plata, que desemboca en el Atlántico sur.

La Amazonia, tomando en cuenta a los mamíferos, posee enorme cantidad de especies, como los monos, el jaguar, el puma, el tapir y los ciervos. En sus aguas viven dos especies de delfines, uno de ellos el delfín rosado, el otro el delfín gris. Cohabitan reptiles, así como gran cantidad de especies de tortugas acuáticas y terrestres, caimanes, cocodrilos y multitud de serpientes, entre ellas, la anaconda, el mayor ofidio del mundo. No hay otro ecosistema en el mundo con tanta cantidad de especies de aves; entre estas destacan los guacamayos, tucanes, las grandes águilas, como el águila harpía, además de otras muchas especies, exuberantes en coloridos plumajes. Un 20% de las especies mundiales de aves se halla en el bosque amazónico. Para los devotos del acuarismo, se trata de una fuente que provee la mayor cantidad de especies piscícolas, que hoy en día pueblan los mercados, comercios y acuarios del planeta.

Un 50% de las especies mundiales de plantas se halla en el bosque amazónico. En las lagunas, a lo largo del río Amazonas, florece la planta Victoria amazónica, cuyas hojas circulares alcanzan más de 7


cuatro metros de diámetro. La Amazonia está conformada por la conglomeración de bosques, donde habitan una cantidad innumerable de árboles de todo tipo: itahuba, caricari, tajibos, cedro, ruta barcina, mandrilo y otros muchos más. El 50% de las especies de madera son exóticas. Existen muchas especies de plantas medicinales que pueden curar toda clase de enfermedades, además de guardar secretos todavía no

descubiertos;

entre

las

enfermedades

curables

se

pueden

mencionar, por ejemplo, úlceras, asma, mordeduras de víbora, problemas sanguíneos, apendicitis, problemas cardíacos, respiratorios, dentales, problemas digestivos; entre los secretos curativos se encuentra el “ojo de gato”, entre los secretos bio-comunicativos está la ayahuasca. En algunas lagunas también existen variedades de liliáceas, ya nombramos a la Victoria amazónica, que es la planta acuática más grande del mundo. Flores silvestres de impresionante belleza y diversidad botánica, que dan colorido a la zona, pueden ser encontradas a lo largo de todas las territorialidades tropicales amazónicas, desde los ríos hasta el monte.

La superficie de la selva amazónica se ha venido reduciendo dramáticamente, desde que se hizo una primera evaluación de la pérdida del bosque, partiendo de un 20%, cuando se inició la deforestación al principio de la década de los setenta. Los informes del Center for International Forestry Research (CIFOR) señalan como causa al rápido crecimiento en las ventas de carne de res brasileña, el mercado de carne vacuna ha acelerado la destrucción de la selva tropical de la Amazonia. Jeremy Rifkin, presidente de la Fundación de Tendencias Económicas afirmó en una entrevista que "estamos destruyendo el Amazonas para alimentar vacas". El 3 de abril de 2006 Greenpeace Internacional presentó el informe Devorando la Amazonia;

el

informe

describe

la

deforestación

que

se

está

produciendo en la selva amazónica, con el objeto de introducir cultivos 8


de soja; esta soja es destinada a la exportación para la alimentación de ganado, entonces, acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados. Entre el 2000 y el 2013, tan solo en la Amazonía peruana se perdió un promedio de 113,056 hectáreas de bosque por año, lo que equivale a perder 17 campos de fútbol por hora. En Brasil, durante el gobierno de Jair Bolsonaro se ha incrementado dramáticamente la destrucción del Amazonas3.

En la Amazonia se plasma la complejidad dinámica de la vida en su gran variedad y diversidad integrada y creativa. La vida se muestra en sus entrelazamientos y tejidos articulados de alta desmesura, la complejidad comunicativa de los seres orgánicos como una polifonía vibrante y cromática. La complementariedad de los seres orgánicos y sus ciclos vitales evidencia niveles superiores de la inteligencia ecológica, la que supone saberes biológicos, semiologías químicas e interpretaciones interpenetrados

complejas, y

entre

entrecruzados.

La

sistemas civilización

autopoiéticos moderna,

la

civilización de la muerte, que se desarrolla inscribiendo huellas ecológicas, transfiere los costos irreparables a la naturaleza, empero, no contabiliza estos costos. Tampoco entiende que lo que destroza no solamente son hectáreas de bosques sino la vida misma, integral y dinámica de la Amazonia. Una ejemplo figurativo e ilustrativo; ocurre como cuando se van amputando del cuerpo sus miembros, incluso peor, como cuando el cuerpo va perdiendo sus órganos por la enfermedad, así como ocurre con el cáncer. Entonces, tanto la amputación afecta al funcionamiento mismo del cuerpo; más grave aún, la perdida de órganos incide en el funcionamiento del cuerpo hasta convertirlo en disfuncional. La desforestación en la Amazonia, que se agrava espasmosamente y espantosamente, en la medida que avanza 3

Ibídem: Amazonia.

9


desbordada, afecta al funcionamiento integral de este continente ecosistémico, proliferante en nichos ecológicos.

La principal característica sudamericana es el gran desequilibrio en su distribución demográfica. Mientras la inmensa mayoría de la población humana se concentra en la costa, enormes regiones del interior quedan, en comparación, con bajas densidades demográficas. Otra característica del subcontinente sudamericano es su alta tasa de población urbana: tres de cada cuatro latinoamericanos viven en una ciudad. La selva amazónica, además de la brasilera, peruana, boliviana y colombiana, no escapa a esta distribución desigual de la población humana; la mayoría de los pobladores de la región amazónica se concentran en las ciudades, al borde del río Amazonas; nombramos ilustrativamente, entre los pocos ejemplos, a Iquitos, Leticia, Manaos, Belém de Pará, Riberalta, Guayaramerín. La mayoría de los pobladores son colonos; sus descendientes son mestizos e indígenas.

Las principales actividades económicas que se presentan en el río Amazonas, en su geografía acuática y terrestre, en su abigarrado ecosistema, tienen que ver con la exportación del caucho y la madera; también la pesca es primordial en la constelación territorial amazónica; se da lugar a variadas exportaciones de peces hacia toda la región y el mundo. La agricultura y exportación de alimentos, tales como la yuca, el plátano y el maíz, además de frutas típicas de la región como el Copoazú, Carambola, Arazá, Asaí, la Guanábana, entre tantas; todo este conglomerado de bienes hace parte de la diversidad de alimentos que produce la Amazonia. La importancia de la Amazonía para la armonía y sincronización del planeta es crucial; las ventajas son muchas, destaca la reproducción del ciclo del aire, particularmente del

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oxígeno. Es fuente de oxígeno y filtro de asimilación del CO2, conserva mucha agua, contiene multiplicidades singulares correspondientes a la biodiversidad4.

Las sociedades humanas modernas han avanzado en los territorios amazónicos

sin

establecer

complementariedades

con

los

las

relaciones

nichos

armónicas

ecológicos,

cuencas

y

de ríos,

biodiversidad amazónica, como lo hicieron y lo hacen los pueblos indígenas sobrevivientes amazónicos. La civilización amazónica, que pobló el continente de la Amazonía hasta en la época de Tiahuanaco, supo establecer la complementariedad entre las sociedades humanas y las sociedades orgánicas, la armonía con los ciclos vitales; se trataba de una civilización ecológica. Si comparamos los saberes evocativos de aquél entonces con lo que ocurre en la civilización moderna, vemos que aquellos saberes alcanzaron niveles superiores, de los que está lejos la civilización moderna, cuyas ciencias, que es de lo que se puede jactar, se circunscriben a una división del trabajo y especialización del conocimiento, que no logra visualizar la complejidad del planeta y del multiverso. La actual crisis ecológica, que se ha desenvuelto desbordante a niveles que amenazan la sobrevivencia humana, obliga a un cambio de conductas y comportamientos de las sociedades modernas, para reinsertarse a los ciclos vitales, clausurando la civilización moderna, si es que quieren sobrevivir.

Desde el punto de vista cultural la selva amazónica es una de las regiones más diversas del planeta. Los pueblos autóctonos de la región pertenecen a diferentes grupos lingüísticos, entre los cuales no se ha probado una relación filogenética clara, lo que sugiere que tanto la

4

Ibídem: Amazonia.

11


diversidad cultural como lingüística se remonta a una ancestralidad lejana. Entre las hipótesis interpretativas cotejadas, se puede citar la que conjetura que esta diversidad pude deberse al hecho de que no se conformaron sociedades con Estado. En la Amazonia no emergieron sociedades estatales que incidan en un efecto homogeneizador en los planos de intensidad culturales y lingüísticos. Los grandes grupos lingüísticos de la región son: •

Lenguas tupíes: la familia de lenguas autóctonas actualmente más extendida, aunque parte de su expansión dentro de la región pudo darse en un período reciente.

Lenguas ye: después de las lenguas tupí es la familia más extendida en la región amazónica.

Lenguas caribes: familia que se expandió probablemente desde la parte septentrional de la Amazonía, aunque existen miembros de esta familia lingüística en el centro de la Amazonía.

Lenguas arahuacas: una familia ubicada básicamente en la región circunamazónica propiamente dicha.

Lenguas pano-tacanas: Amazonía suroccidental.

Además de estas unidades filogenéticas de tipo lingüístico existen un número importante de pequeñas familias de lenguas que no han podido ser adecuadamente conectadas y vinculadas con ya citadas, por tanto, se consideran grupos independientes5.

La biodiversidad de los ecosistemas amazónicos se repite en la diversidad de lenguas y pueblos. Es asombrosa la abundancia de lenguas y pueblos, mucho de los cuales han desaparecido por el avance 5

Ibídem: Amazonia.

12


de las oleadas de la conquista colonial, la expansión del mercado y la modernidad, la violencia de los Estado-nación. La colonialidad continua su expansión destructiva, acompañada por la desterritorialización de la modernidad, el mercado, el extractivismo y la industrialización. Los pueblos sobrevivientes resisten y luchan por sus derechos territoriales, culturales y de nación autóctona. Sin embargo, los Estado-nación, en sus distintas formas de gubernamentalidad, sean neoliberales o neopopulistas, se comportan colonialmente con las naciones y pueblos indígenas. La correlación de fuerzas es adversa a la defensa de la vida, de la Amazonia, de las naciones y pueblos indígenas. El futuro se dibuja catastrófico.

Se puede decir que Bolivia es el país que tiene la mayor proporción espacial de su territorio en la cuenca amazónica. Según datos del Tratado de Cooperación Amazónica, la superficie amazónica de Bolivia cubre una extensión de 824.000 kilómetros cuadrados, que representa el 75% de la geografía nacional, el 11.20 % de toda la cuenca amazónica continental. La Amazonía boliviana se encuentra ubicada en los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. Los ríos de la cuenca amazónica nacen en los nevados andinos, dan origen a uno de los más importantes afluentes del Amazonas: el río Madera. La región tiene la mayor diversidad étnica y cultural del país; es habitada por una treintena de pueblos indígenas, cada uno de ellos con sus propias formas de organización sociocultural e idiomas propios. La Amazonia boliviana es el espesor territorial y ecológico de una diversidad biológica, que se despliega en una extensa flora, además de una variada fauna. Bolivia es considerado el séptimo país del mundo con mayor diversidad de aves, además del onceavo en variedad de mamíferos.

13


La depredación, la contaminación y la destrucción de los ecosistemas de la Amazonia boliviana ha venido incrementándose en la medida que se ha intensificado el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente,

sobre

todo

en

el

periodo

de

la

forma

de

gubernamentalidad clientelar de Evo Morales Ayma. Entonces, la Amazonía boliviana no escapa al vertiginoso avance de la depredación de la ampliación de la frontera agrícola, maderera, del ganado, de la minería y de los hidrocarburos.

A la Amazonía Norte, caracterizada por su bosque tropical, siempre verde, de tierra firme y ríos encausados, se la conoce como la región del caucho; produce importantes recursos naturales como la castaña, palmito, maderas finas, frutas exóticas, especies medicinales, caucho natural, además, por otro lado, se explota el oro aluvional. La llanura de Moxos presenta extensas pampas, las que intermitentemente se ven inundadas por las aguas que bajan desde la cordillera de los Andes. En esta zona, llamada “Varzea” se desarrolla la industria ganadera y el aprovechamiento sostenidos de recursos hidrobiológicos, como peces, saurios, tortugas. En cambio, la Chiquitanía, ubicada en el área de la formación geológica del Precámbrico brasileño, presenta ondulaciones boscosas, saltos de agua y estructura de mesetas. Aquí se encuentra la zona de expansión agrícola más importantes del país, donde se produce soja, algodón, caña de azúcar; también se hallan importantes yacimientos mineralógicos e hidrocarburíferos. Por otra parte, la Ceja de Selva, conformada por bosques que se deslizan, por así decirlo, desde

la montaña andina, es una de

las zonas con mayor

biodiversidad; esta es conocida como los Andes Tropicales. Produce frutas tropicales, coca, maderas preciosas y tiene una reserva importante de petróleo. El Pantanal se encuentra al este del país; su característica principal es la inmensa cantidad de bañados, además de

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pantanos, ricos en fauna y flora. La zona también cuenta con una formación geológica rica en minerales como el hierro6.

La geografía política de los Estado-nación se ha repartido el continente de ecosistemas y nichos ecológicos de la Amazonia; sin embargo, esta artificialidad institucional jurídica-política de la geografía estatal no puede separar las continuidades y los desplazamientos de los ciclos ecológicos, aunque si pueden afectar a la integralidad dinámica de los ecosistemas. La Amazonía norte, la llanura de Moxos, la Chiquitanía, la Ceja de la selva y el Pantanal conforman la geografía biodiversa amazónica, que se extiende más allá de la propia extensión considerada como Amazonía, propiamente la cuenca hídrica del río Amazonas. La Amazonía norte y las llanuras de Moxos se encuentran en el espesor mismo de la Amazonía, en cambio la Chiquitanía, la Ceja de la selva y el pantanal son como entornos articulados, desde la perspectiva del ecosistema de la Amazonía, aunque desde la perspectiva de estos otros referentes geográficos son ecosistemas singulares, que entran en relación con el impacto de la Amazonia en el continente y en el planeta.

6

Amazonia. La amazonia boliviana: https://www.youtube.com/watch?v=GpCfVf0o2tA.

15


La Chuiquitanía

16


La Chiquitanía es el nombre dado equivocadamente a la extensa llanura de América del Sur del Chaco húmedo, ubicada en la geografía política de Bolivia, en la zona transicional ecotectónica entre el Gran Chaco y la Amazonia. En los llanos de Chiquitos predominan talantes del bioma chaqueño. Los llanos de Chiquitos se encuentran al extremo sudeste de Bolivia, abarcando gran parte del este del departamento de Santa Cruz. Los límites septentrionales de la Chiquitanía corresponden aproximadamente al paralelo 17°30' S y los meridionales al paralelo 20°S; los límites occidentales, por su parte, están dados por la penillanura, que antecede a la cordillera de los Andes. El denominativo de llanos de Chiquitos corresponde al topónimo que deriva del nombre, dado por error, por parte de los conquistadores españoles, a uno de pueblos pámpidos, que habitaba el Chaco. A inicios del siglo XVI los conquistadores encontraron varias aldeas abandonadas, les llamó la atención que las chozas fuesen construidas con puertas de solo poco más de medio metro de altura. Esto hizo que los conquistadores creyeran que sus habitantes eran pigmeos; los llamaran “chiquitos”. En todo caso, de acuerdo con otras fuentes de información, lo cierto es que los aborígenes chiquitanos, como es común entre los pámpidos, eran más altos que los conquistadores. El pequeño tamaño de las puertas obedecía a dos motivos, era una manera de mantener templada la temperatura interna de las chozas respecto al frío clima de la intemperie y hacía fácil defender la entrada de jaguares y pumas.

A

pesar

de

las

latitudes

tropicales,

el

Chaco

goza

de

un

clima relativamente templado, que es efecto del constante intercambio de masas de aire muy cálido, procedentes de zonas ecuatoriales por el norte, y de masas de aire fresco, procedentes de la Antártida por el sur. La llegada de los llamados surazos se ve favorecida por la extensa llanura de la región chacopampeana, de la cual la Chiquitanía es en gran

medida

su

sector

más

septentrional.

Sin

embargo,

las 17


temperaturas anuales promedio son relativamente cálidas. Debido a su continentalidad los llanos de Chiquitos presentan grandes amplitudes térmicas durante los ciclos diurno-nocturnos, sobre todo, durante el apogeo del verano y el apogeo del invierno. Antes de producirse los notorios efectos del crisis ecológica, la Chiquitanía presentaba días bastante frescos, entre los 5 a 15 grados centígrados, debido a los surazos, es decir, los vientos que son continuación del pampero; por el contrario, durante el estío la temperatura ascendía y asciende fácilmente

a

marcas

que

rondan

los

40 °C.

El encuentro de los frentes cálidos y frentes fríos sobre el relieve llano deriva en la explosión de tempestades en los momentos de cambio estacional; estas tempestades están acompañadas de copiosas lluvias, especialmente en los límites orientales y occidentales de la región chiquitana. El régimen de precipitaciones pluviales varía notoriamente de norte a sur, siendo los promedios anuales de 1.050 mm en el norte y de poco más de 600 mm en el sur de esta región.

Tal como sugiere el nombre de llanos de Chiquitos, el relieve de la región es predominantemente llano, con un declive poco perceptible de oeste a este, además de dos declives, también muy poco perceptibles, a modo de "techo de dos aguas", que toman las direcciones opuestas norte y sur; estos declives determinan el escurrimiento de las aguas, así como de las vertientes. El declive hacia el este y el declive hacia el sur hacen que la mayoría de los cursos fluviales de los mismos sean afluentes

de

la Cuenca

Amazónica.

Existen

algunas

pocas

y

escasamente elevadas formaciones montañosas, la principal es la pequeña y baja cordillera llamada serranía de Santiago, cuya cumbre es el cerro Chochis (1290 msnm). Unos 150 km al sudoeste del cerro Chochis; casi en la frontera paraguayo-boliviana se encuentra el cerro San Miguel, de solo 780 msnm. Existen grandes zonas de hundimiento o depresiones poco profundas. Ya se ha señalado que el Gran Pantanal 18


es una de las fronteras de la Chiquitania. Los bañados de Otuquis, un conjunto de humedales que se encuentran en la frontera paraguayoboliviana, próximas a la frontera de Brasil, son afluentes del Gran Pantanal, por lo tanto, pertenecientes a la Cuenca del Plata. En cambio, los más extensos bañados de Izozog, ubicados en dilatado valle de hundimiento al que afluye el río Parapetí, del cual sale el río San Pablo, debido a una amplia curva de la falla tectónica, resultan tener aguas tributarias de la Cuenca Amazónica, pasando por la importante laguna Concepción. Algunas de

las depresiones

se

han transformado

en salinas. Los Llanos de Chiquitos poseen pocos ríos permanentes, aunque algunos de ellos son de importantes caudales, los ya citados ríos Parapetí y San Pablo, además del río Guapay; todos estos tributarios del Amazonas. Al este, en la vertiente norte de la Serranía de Santiago nace el río Tucavaca, que después de confluir con el río San Rafael, continúa con el nombre de Bambural; este río aporta sus aguas a los Bañados de Outiquis, a través de estos afluye con el nombre de río Negro al río Paraguay, siendo así todos estos ríos parte de la Cuenca del Plata. También nace en la Serranía de Santiago el río San Miguel, el que se dirige casi hacia el sur, sería asimismo afluente de la Cuenca del Plata si sus magros caudales no se subsumieran en el centro del Chaco Boreal dentro de territorio paraguayo.

La mayor parte de los llanos de Chiquitos presenta una flora semejante a la de otras regiones del Gran Chaco, esto es, un parque arbustivo con abundantes especies de maderas duras y espinosas; repartidos entre

los

arbustos

las palmeras,

y

pastizales

se

encuentran

especialmente yatay, palos,

árboles

borrachos,

como

guayacanes,

algarrobos americanos y quebrachos. Sin embargo, en la zona norte de los Llanos de Chiquitos, especialmente formando selvas de galería en las riberas y valles de inundación de los grandes ríos tributarios del Amazonas, se encuentran grandes árboles de madera 19


blanda, típicos del bioma amazónico; entre ellos se cuentan, por su valor económico, la caoba, también se encuentran especies arbóreas valiosas por sus aceites, esencias, bálsamos e incluso el árbol del caucho en el extremo noreste de esta región.

Refiriéndonos a la fauna, ésta tiene como principales exponentes al jaguar, animal focal del bioma, el puma, los pecaríes, tapires, ocelotes, aguará guazú, el yaguarundí, el aguarachay, ciervos como el guazuncho, el ciervo de los pantanos; en las zonas despejadas se encuentran ejemplares de ñandú; en los ríos y bañados, carpinchos, yacarés y nutrias gigantes. Fuera de los citados yacarés abundan los reptiles, ofidios como la anaconda, la yarará y la víbora de cascabel. La fauna aviar posee numerosísimas especies, podemos citar a los tucanes, chimangos, guacamayos, jotes, urubús, águilas harpía, halcones, buitres, pavas de monte, búhos, lechuzas como el ñacurutú o grandes aves corredoras.

La economía de los llanos de Chiquitos, a inicios del siglo XXI, aún se reduce a la obtención de productos del sector primario, por ejemplo, cultivos de soja, sembrados desde la década de los setenta; los más antiguos de caña de azúcar y arroz, introducidos por la colonia, los aún más antiguos, además de vernáculos, del maíz, la mandioca, llamada yuca,

fuera

de

frutas

tropicales,

bananas,

ananás,

mangos.

La ganadería ha sido principalmente extensiva de vacunos, cuyos orígenes se remonta a las primeras oleadas de la colonización. Por otra parte, el subsuelo de la Chiquitanía es rico en hidrocarburos y gas natural, así como en yacimientos de hierro.

Hablando del bagaje cultural, en la región llamada Chiquitanía, formada por las provincias Ñuflo de Chávez, Velasco y Chiquitos, 20


durante la restauración de los templos misionales, fueron descubiertas más de 5.000 hojas con partituras de música barroca, escritas entre los siglos XVII Y XVIII por los naturales y por los misioneros. El Festival Internacional

de

Música

Barroca,

que

se

realiza

anualmente

desde 1996, en las reducciones ha atraído a músicos de América Latina y Europa. Seis iglesias, que dan respectivamente nombre a las ciudades y pueblos en que están emplazadas de la región, San Francisco Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José, han sido contempladas por la UNESCO en 1990 con el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad7.

La mal llamada Chiquitanía forma parte del Chaco húmedo, que colinda al este con el Pantanal, al sureste con el Chaco Boreal, encontrándose al norte la Amazonía, pasando los llanos de Santa Cruz, y al oeste la compleja región andina, conformada por cadenas de la cordillera de los Andes, los valles y el Altiplano, además de los Yungas, las zonas subtropicales andinas. Hay que considerar su composición sociogeográfica donde no solamente las ciudades y los asentamientos humanos les han ganado espacios a los bosques, sino también la expansión

de

la

ganadería

y

la

agricultura,

sobresaliendo,

recientemente, los cultivos de la soja. También las carreteras y el ferrocarril cruzan su territorio, además de los campamentos petroleros y gasíferos. Esta composición socio-territorial despliega dinámicas concurrentes que rompen con la armonía ecológica. En la actualidad, las presiones de la expansión agrícola han provocado incendios

7

Referencias: Bosque chiquitano (geobotánica). https://es.wikipedia.org/wiki/Bosque_chiquitano_(geobot%C3%A1nica). Província Chiquitos: https://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_Chiquitos. Ecorregión terrestre bosque chiquitano: https://es.wikipedia.org/wiki/Ecorregi%C3%B3n_terrestre_bosque_chiquitano. Gobierno político y militar de Chiquitos: https://es.wikipedia.org/wiki/Gobierno_pol%C3%ADtico_y_militar_de_Chiquitos. Proyecto de departamentización de Chiquitos y Guarayos: https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_de_departamentizaci%C3%B3n_de_Chiquitos_y_Guarayos. Leer Los llanos de Chiquitos: Enciclopedia Libre: Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Llanos_de_Chiquitos.

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devastadores en un contexto notoriamente definido por la crisis ecológica, que se nombra eufemísticamente “cambio climático”.

Los incendios incontrolables que se registran en la Chiquitanía, en el departamento de Santa Cruz, han arrasado a más de 800 mil hectáreas de bosques, cultivos y pastizales, al comienzo de la expansión de la catástrofe ecológica; ahora ya se habla, en conjunto, en la geografía política boliviana, de más de 5,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales arrasados8. La devastación ha dejado los más de seis mil focos de calor que se registraron en lo que va de agosto en seis municipios: Roboré, San José, San Ignacio, Concepción, San Rafael y San Matías. Después se ha llegado a contabilizar más de 8 mil focos, incluso merodeando a los 10 mil focos. Se evidencia la catástrofe ecológica en la muerte de animales silvestres; se puede ilustrar la tragedia con fotografías de tortugas y armadillos carbonizados. Se dice que lo que desató el incendio son los chaqueos, que buscan ampliar la frontera agrícola. Las políticas del gobierno se han caracterizado por apoyar el avance de la frontera agrícola; recientemente impulsando la “quema controlada” y la promoción del biocombustible, así como la tala de bosques. En este contexto se puede observar que los bosques se hacen más vulnerables, así como los ecosistemas. Si tomamos en cuenta el incremento de la desaparición de hectáreas de bosques en el periodo de gestiones del gobierno “progresista”, podemos inferir que parte significativa de la responsabilidad de lo que ocurre recae en el gobierno de Evo Morales Ayma. Ciertamente el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente es uno de los factores desencadenantes de los incendios dados, no solamente en la Chiquitanía, que se combina con otros factores intervinientes, que tienen que ver con la crisis ecológica o “calentamiento global”; sin

8

Hablamos de un lapso de propagación de incendios que se han dilatado desde agosto a octubre de 2019.

22


embargo, el hecho de que estas políticas incentivan la ampliación de la frontera agrícola y dejan en suspenso políticas ambientalistas de protección, mucho más, políticas ecológicas de largo plazo, como llevando leña al fuego, convierten al gobierno en un factor de incidencia negativa.

Organizaciones ambientalistas alertaron del daño sobre más de 500 especies de fauna, algunas endémicas, después de difundirse las primeras imágenes de animales muertos por el fuego de los voraces incendios, que han consumido ya casi un millón de hectáreas de bosque, cultivos y pastizales en el noreste y el sureste de Bolivia. Como dijimos a octubre ya se suman más de 5.3 millones de hectáreas incineradas. Uno de los últimos reportes oficiales del gobierno mencionaba que las llamas han consumido más de 700 mil hectáreas en el departamento de Santa Cruz – a la fecha esta cifra ha quedado pequeña -, a causa de la quema de campos de cultivo, una práctica depredadora que en Bolivia recibe el nombre de "chaqueo", con la equivocada creencia de que la ceniza mejora la calidad de la tierra para la siembra. Uno de los lugares más afectados es el Bosque Seco Chiquitano, un complejo de biodiversidad endémico, donde también está la Reserva Natural de Tucavaca, donde existen 554 especies distintas de animales, distribuidas en 69 especies de mamíferos, 221 de aves, 54 de reptiles, 50 especies de anfibios y 160 de peces.

Los ambientalistas han achacado la responsabilidad al presidente Evo Morales por la aprobación de legislaciones que dan luz verde a la quema de pastizales para la siembra, con el objeto de ampliar la frontera agrícola, principalmente de soja. En efecto, un decreto supremo del 10 de julio, del año

en curso, autoriza en los

departamentos de Santa Cruz y Beni el desmonte para actividades agropecuarias. La norma, emitida por el ejecutivo, se sumó a una ley 23


de 2016, aprobada por el Congreso, de mayoría oficialista, que permite la quema de hasta 20 hectáreas de pastizales para pequeñas propiedades y propiedades comunitarias.

Los incendios que se han generado en la Chiquitanía, particularmente en el municipio de Roboré, han derivado en una emergencia medioambiental que ha afectado la calidad del aire en esta región. Uno de los últimos informes señala índices de concentración de material particulado que supera los 310 microgramos por metro cúbico a causa del humo.

En este trágico panorama, donde claramente el gobierno tiene su responsabilidad, lo lamentable es que, en vez de reconocer sus errores y enmendarlos, los encubre y utiliza la tragedia para hacer campaña electoral, contratando un avión apaga incendios, ante el cuál los jerarcas del oficialismo se sacan fotografías para la posteridad. Lo que no parece que haga el gobierno, que es lo sensato, después de la catástrofe ecológica, es derogar y abrogar sus leyes y decretos que incentivan el extractivismo depredador, la ampliación de la frontera agrícola, la tala de bosques y hasta el “chaqueo controlado”.

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Conclusiones

Para situarnos en el momento, nos encontramos en el presente dramático de la crisis ecológica, que amenaza la sobrevivencia humana y la vida en el planeta. Es en este contexto donde se tiene que evaluar a los gobiernos, a los Estado-nación, a los organismos internacionales, a sus políticas compartidas y diferenciadas, por Estado, por gobierno, por

perspectiva

ideológica.

Un

balance

rápido

nos

muestra

fehacientemente que ninguna de estas entidades, instancias e instituciones políticas del mundo ha tomado consciencia del peligro en el que se encuentran las sociedades humanas y las sociedades orgánicas del planeta. En consecuencia, tal como está la correlación de fuerzas en el mundo, donde los Estado-nación, los gobiernos y los organismos internacionales dan la batuta, no hay porvenir para la humanidad, a la que le espera un planeta inhabitable.

Otra enseñanza de lo que acontece, la expansión dramática de los incendios en la Amazonia, en el Chaco y en el Pantanal, es que tanto las expresiones políticas ideológicas de “derecha” y de “izquierda, neoliberales, fascistas criollas, populistas, coinciden y comparten la compulsión depravada de la destrucción de los ecosistemas en aras de la ilusión del desarrollo.

La

tercera

conclusión

tiene

que

ver

con

el

sorprendente

comportamiento pusilánime de las sociedades y los pueblos, que no hacen prácticamente nada ante el anuncio explícito, en términos de síntomas ecológicos, de su desaparición. Podríamos decir, que se trata de un comportamiento suicida, como si estuviesen seducidos por la propia magnitud de la catástrofe.

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Sin embargo, lo alentador, en este trágico panorama, es la resistencia y la respuesta de colectivos, de individuos, de voluntades colectivas, como los pueblos indígenas y las agrupaciones activistas y ecologistas, que persisten con una voluntad inquebrantable en la defensa de la vida y del planeta.

Si las sociedades y los pueblos no toman consciencia del peligro en el que se encuentran, sino reaccionan y clausuran la civilización moderna, la civilización de la muerte, no hay porvenir para la humanidad, aunque la vida pueda continuar sin los humanos. En cambio, si lo hacen, si su potencia social es impulsada por los activismos ecológicos, se abre un campo de posibilidades donde el porvenir puede ser una plasmación de la potencia creativa de la vida.

26


Los sĂ­ntomas del Apocalipsis

27


El Apocalipsis de San Juan, conocido como el libro de las Revelaciones, último texto del Nuevo Testamento de la Biblia cristiana, también conocido como Revelaciones de Jesucristo, se ha convertido en una de las metáforas más usadas para expresar la premonición del cataclismo o de la catástrofe planetaria. El Apocalipsis es considerado como escritura del Nuevo Testamento de carácter elocuentemente profético. Hemos usado en varios ensayos esta metáfora para configurar la crisis de la civilización moderna y del sistema-mundo capitalista.

En la actualidad o el presente álgido que vivimos, el relativo a la crisis ecológica, el Apocalipsis está presente, es el ahora de la crisis múltiple, civilizatoria, social, política, económica y ecológica. Entre los múltiples síntomas de este catastrófico acaecer, los incendios en la Amazonia y en el Chaco evidencian esta descripción e interpretación. Los informes científicos dan evidencia de la gravedad de la situación.

El Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil ha detectado más de 76.620 focos en lo que va de año, casi el doble que en el mismo periodo de 2018 (41.400), pero una cifra no tan alejada de los 70.625 registrados en 2016. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo literalmente que “nuestra casa está en llamas. La selva amazónica - los pulmones que producen el 20% del oxígeno de nuestro planeta - está en llamas. Es una crisis internacional”. En cambio, algunos expertos consultados son cautos al respecto, dicen que “lo que muestran nuestros datos es que hubo una intensidad diaria de incendios por encima de la media en algunas partes de la Amazonia, durante las dos primeras semanas de agosto”. Mark Parrington, de Copérnico, el programa europeo de observación de la Tierra anota: “Pero, en general, las emisiones totales, de CO2 generado por los incendios, estimadas para agosto han estado dentro de los límites 28


normales: más altas que en los últimos seis o siete años, pero más bajas que a principios de la década de 2000”. El Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil ha detectado más de 76.620 focos en lo que va de año, casi el doble que, en el mismo periodo de 2018, cuando fueron 41.400 focos, sin embargo, una cifra no tan alejada de los 70.625 registrados en 2016. Alberto Setzer, investigador del INPE, explica que “el número de incendios ha aumentado con respecto a los últimos años y está cerca del promedio a largo plazo”. Asimismo, la NASA también es cautelosa: "No es inusual ver incendios en Brasil en esta época del año, debido a las altas temperaturas y a la baja humedad. El tiempo dirá si este año es un récord o simplemente está dentro de los límites normales". La NASA recuerda que los incendios en la cuenca amazónica son rarísimos el resto del año, pero su número aumenta a partir de julio, durante la estación seca, cuando muchas personas utilizan el fuego para mantener sus cultivos o para despejar la tierra para pastos u otros fines. Los incendios suelen alcanzar su pico en septiembre y desaparecen en noviembre. “Es cierto que el bosque amazónico sufre incendios regularmente, pero de ninguna manera esto significa que sea normal. La Amazonia no evolucionó con incendios frecuentes. La bióloga brasileña Manoela Machado advierte que los fuegos recurrentes no son un elemento natural en la dinámica de la selva tropical, como sí lo son en otros entornos, como El Cerrado

- una región de sabana ubicada

principalmente en Brasil -”. Machado, investigadora de la Universidad de Sheffield, Reino Unido, que estudia los impactos de las actividades humanas en las selvas tropicales, es explícita cuando dice que “la Amazonia arde durante las sequías, pero no por las sequías. Se quema porque hay una demanda de pastos y tierras de cultivo, y el Gobierno actual, presidido por Jair Bolsonaro, no solo no incluye el desarrollo sostenible en sus planes, sino que alienta la deforestación y restringe las acciones sistémicas contra ella”. El ecólogo David Edwards, jefe del mismo laboratorio de la Universidad de Sheffield, opina al respecto: 29


“Creo que este año, hasta ahora, es normal en promedio, aunque la gravedad de los incendios varía por regiones. La diferencia es que este año los medios de comunicación se han hecho eco de la quema de la Amazonia, lo cual es genial”. El investigador David Edawards recuerda que los incendios en la cuenca amazónica son especialmente graves cuando ocurre El Niño, un fenómeno meteorológico natural y cíclico, vinculado a un incremento de las temperaturas en la parte oriental del Pacífico tropical. Los 70.625 focos registrados en 2016 coincidieron con un evento de El Niño potente. Este año, sin embargo, el fenómeno es débil y, pese a ello, se han detectado más incendios. De acuerdo con los cálculos de la Universidad del Estado de Oregon (EE UU), La selva amazónica alberga el 10% de todas las especies conocidas de animales y plantas y almacena 100.000 millones de toneladas de carbono, una cantidad 10 veces superior a la emitida cada año por el uso de combustibles fósiles. Edwards advierte de que es una pescadilla que se muerde la cola. El ecólogo David Edwards apunta que “el problema es que los bosques incendiados pierden carbono a medida que los árboles quemados van muriendo lentamente, lo que provoca un mayor cambio climático y una mayor pérdida de la biodiversidad”. La progresiva 'sabanización' de la selva es una amenaza real, según alertó en 2016 un equipo de científicos brasileños, encabezado por el climatólogo Carlos Nobre, de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU. El neerlandés Pepijn Veefkind, que dirige el instrumento Tropomi, un sensor a bordo del satélite europeo Sentinel-5P, que es capaz de identificar puntos calientes de gases contaminantes en la atmósfera, dice: “Es cierto que los incendios a gran escala en la región amazónica ocurren todos los años. Aunque las condiciones meteorológicas puedan desempeñar un papel, hay que recalcar que la mayoría de estos focos están provocados por el ser humano”9.

9

ElAmazonas devorado por los incendios, en imágenes: https://elpais.com/elpais/2019/08/24/album/1566645226_292535.html#foto_gal_1.

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Si bien, las magnitudes y los indicadores no se distancian demasiado de lo que ocurría antes, lo que queda claro es que hay un incremento en intensidad y en extensión, como una continuidad en crecimiento de lo que en la historia reciente del planeta venía ocurriendo. Pero, lo que es más evidente, es que los incendios se deben más a la mano humana que a la espontaneidad de los ciclos climáticos. Para sostener lo que decíamos al principio, aquello del Apocalipsis en el momento presente, podemos comenzar anotando que el solo incremento de lo que pasó y pasa, en términos de depredación y destrucción ecológica, ya es un dato alarmante, que nos autoriza hablar de la metáfora trágica y dramática del Apocalipsis.

Por otra parte, la segunda anotación, que apoya nuestra hipótesis interpretativa, que puede parecer exagerada, es que lo que acontece, en términos de destrucción de bosques y contaminación de cuencas, es decir, de demolición de ecosistemas, es más consecuencia de la mano humana. Esto quiere decir, que el llamado “desarrollo” avanza sembrando hogueras, por así decirlo, recurriendo a una metáfora de la poesía de Federico García Lorca.

El tercer argumento que corrobora de que estamos en el Apocalipsis es que debemos tener en cuenta lo que ocurre en el conjunto ecosistémico del planeta, en el impacto no solo de la desforestación de la Amazonia, sino con la depredación sistemática de ecosistemas en la totalidad misma del planeta. Entonces podremos sostener lo que ya sostienen los informes científicos sobre el “cambio climático” y el “calentamiento global”, esto es, que, si sobrepasamos los 2 grados más de calentamiento, ingresamos literalmente al Apocalipsis.

31


El cuarto argumento tiene que ver con la descripción de lo que ya acontece en el mundo, los desbordes migratorios, que deberían ser nombrados como climáticos, relativos al llamado eufemísticamente “cambio climático”; la exacerbación de las crisis sociales, acompañadas por las crisis económicas, además de las crisis políticas, con su sucedáneo de crisis ético-morales. Al respecto no se puede ocultar el incremento alarmante del desborde de la decadencia generalizada.

El quinto argumento tiene que ver con la ausencia fatal de horizontes, que no asoman en los límites mismos de la civilización moderna, que llamamos civilización de la muerte. En el estrecho campo de posibilidades del sistema-mundo, en todas sus versiones, tanto liberales o socialistas, tanto neoliberales o populistas, de “derecha” o de “izquierda”, no se encuentra ningún horizonte promisorio, salvo la repetición de lo mismo, en distintas versiones y guiones, el círculo vicioso del poder.

Como conclusión argumentativa, estamos en condiciones de afirmar que nos encontramos en pleno despliegue del Apocalipsis, que, a diferencia,

de

las

interpretaciones

evangélicas,

no

implican

necesariamente el fin del mundo y la llegada del mesías, sino la muerte de la vida en el planeta, en el contexto de la civilización moderna. Esta otra interpretación no religiosa, sino histórico-político-cultural-socialcivilizatoria, es contundente, en lo que respecta al destino de la humanidad, sino cambia de comportamientos y conductas suicidas, en otras palabras, modernas, consumistas, capitalistas, pero, también, da la alternativa de otro decurso de posibilidades, si es que las sociedades humanas son capaces de reinsertase con los ciclos ecológicos vitales del planeta.

32


En Bolivia, el chaqueo es una costumbre arraigada que, a pesar de los daños que ocasiona, así como que es sancionada por ley, no ha podido ser frenado. Al contrario, las recientes decisiones políticas lo han alentado, en lugar de controlarlo. El 9 de julio, el presidente Evo Morales aprobó la modificación del Decreto Supremo 26075, sobre Tierras de Producción Forestal Permanente, para ampliar las áreas de producción del sector ganadero y agroindustrial de los departamentos del Beni y Santa Cruz. La norma autoriza el desmonte para actividades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias, que estén concebidas bajo un sistema de manejo integral sustentable de bosques y tierras. Esta modificación también permite la “quema controlada”, de acuerdo con la reglamentación vigente. El mandatario remarcó que “tenemos la tarea y la misión de que Bolivia crezca económicamente, no solo en base a los recursos naturales no renovables sino también en base al tema agropecuario”, resaltó la apertura de importantes mercados para los productos nacionales, como lo que corresponde a la carne. Asimismo, planteó al sector ganadero del Beni construir frigoríficos certificados y modernos en la ciudad de Trinidad, para garantizar la exportación de la carne boliviana a otros continentes.

En lo que respecta a la geografía política de Bolivia, las situaciones y condiciones de las tramas y las tragedias ecológicas no son tan distintas, sino que parecen la repetición de determinados parámetros de la destrucción ecológica del planeta. Como patentizando el papel depredador del gobierno el presidente Evo Morales Ayma dijo que: “Tenemos la tarea y misión de que Bolivia crezca también a través del desarrollo

agropecuario.

Otra

responsabilidad

con

Beni

es

la

construcción de un matadero industrial a través de un acuerdo público y privado. Beni tiene que prepararse para exportar carne directamente a China”.

33


En un artículo sobre la situación de los incendios en el sudeste de Bolivia se escribe: Roboré y las comunidades aledañas, que son 33, están en emergencia. Si bien son ocho las comunidades que han sido afectadas directamente por el fuego, ninguna se libra del humo, del calor y por supuesto del temor. Roboré es un municipio del departamento de Santa Cruz que tiene bosque, pero es un bosque seco y hace tres meses que no llueve, lo que ha agravado la situación y ha convertido a la región en material combustible. Una pequeña chispa es suficiente. La normativa actual; los chaqueos indiscriminados y descontrolados; el uso de vegetación local como combustible; y las condiciones climáticas adversas son, según un documento enviado a los medios de comunicación por expertos de entidades técnico-académicas, los factores que provocaron el desastre ambiental en el oriente del país. Al lugar han llegado bomberos desde la Gobernación de Santa Cruz, también la Policía, y han traído cisternas. Pero es complicado acceder al área de los incendios. Todo es bosque, no hay senderos. La gente carga mochilas y bidones con agua para apagar el fuego, mientras las cisternas deben quedarse a la vera del camino. Con todo, el fuego es más rápido y mientras se apaga de un lado se aviva del otro. Se maneja la cifra de que el 50 % del incendio se ha controlado. Es difícil saberlo. El trabajo intenso ha permitido apagar muchos focos, pero no se ha conseguido controlar ni mitigar el resto, que atenúa y se expande a momentos. El temor ahora son los intensos vientos que se pronostican para estos días. La gente está preocupada. En la ciudad de Roboré, en medio del humo, la espera parece eterna, pero en las comunidades la situación es más grave, pues las familias se proveen del agua que cae de las serranías que rodean la región y que transportan por unas tuberías de goma, como mangueras. Ahora, estas se han quemado y no reciben agua para beber. Además, el agua que les llega está llena de cenizas y se están reportando problemas 34


digestivos, infecciones, tos y conjuntivitis. No hay actividades, y las labores escolares se han suspendido. Las autoridades del lugar piden una declaratoria de emergencia. El Gobierno dice que no es necesario. El activista Pablo Solón, que fue parte del Gobierno de Evo Morales hasta el 2011, lleva un recuento de las cifras de deforestación. Según sus registros, el 2012 la deforestación en el departamento de Santa Cruz bordeó 100.000 hectáreas, el 91 % era deforestación ilegal. Cinco años más tarde, un tercio de esta pérdida de bosque fue legalizada por el gobierno. En el 2015, de las 240.000 hectáreas deforestadas en Bolivia, 204.000 pertenecían a Santa Cruz. El año 2016 se deforestaron 295.777 hectáreas en el país, según datos oficiales de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) en Bolivia. Hace unos días, la misma ABT habló de 953.000 hectáreas de bosques quemados en lo que va de 2019. La deforestación es el tema de mayor preocupación en relación con la naturaleza y la biodiversidad en el país. La soya, el modelo del agronegocio, la extensión de cultivos de coca, la ganadería, los biocombustibles, los asentamientos ilegales y el chaqueo son los factores que alientan el gran flagelo a la naturaleza. Los datos de la gráfica de la ABT son de deforestación de bosques, no de áreas quemadas, que siempre son más porque incluye pastizales, matorrales y otros terrenos no boscosos. Pablo Solón sostiene que “si tomamos como año base el 2012, donde se habrían deforestado 128.043 hectáreas, la deforestación de este año sería más de siete veces mayor; y si tomamos solo la deforestación de la Chiquitanía, sería tres veces mayor”. Los expertos y organizaciones ambientales que siguen el incendio calculan que un millón de hectáreas de bosques se han quemado en estos días: un área seis veces más grande que la mancha urbana de la ciudad de La Paz o casi toda la superficie del TIPNIS. La razón es ampliar la frontera agrícola. El etanol y el biodiesel requieren cientos de miles de hectáreas de caña de azúcar y soja, a lo que se suma la exportación de carne a la China, que necesita millones 35


de hectáreas de pastos para el ganado. Por último, hay que añadir las dotaciones de tierra en áreas forestales y los asentamientos ilegales. La región afectada por el incendio reúne cultivos de soya y cría de ganado en grandes proporciones. Pablo Solón dice que “lo que está pasando no es un accidente. El vicepresidente hace cinco años desafiaba a los agroindustriales a ampliar la frontera agrícola en un millón de hectáreas por año. Ahora ha llegado a esa cifra, pero no de tierras agrícolas productivas sino de tierras devastadas por las llamas”. El tema de la deforestación masiva este año por incendios no solo se explica por razones económicas sino político-electorales. En sus primeros años, el MAS se opuso a los biocombustibles, pero en su proyecto continuista pasó a promover el etanol y el biodiesel, argumentando que se ahorrarían muchos recursos en la importación de gasolina y, en alianza con los sectores agroindustriales del oriente del país, presentó a los biocombustibles como energía “verde”. “Hay responsables directos de este desastre ambiental y el primero es el Gobierno que ha aprobado consistentemente en los últimos años leyes de ‘perdonazo’, promoción e impulso de la frontera agrícola. La ambientalista Cecilia Requena resume: Luego han hecho una cumbre agropecuaria donde se han juntado el gobierno, el sector agroindustrial del oriente y campesinos aliados al MAS. En esa cumbre han decidido aprobar los organismos genéticamente modificados, los agrocombustibles, la expansión de la frontera agrícola, la exportación de carne a China y finalmente este decreto del 9 de julio que permite la deforestación con fines agropecuarios de superficies forestales”. Alcides Vadillo, director regional de la Fundación Tierra, ONG que se dedica a investigar sobre el acceso, uso y gobernanza de la tierra y el territorio y los recursos naturales en Bolivia, señala que el Gobierno ha estado disponiendo de tierras fiscales que antes eran de uso forestal permanente. Todo lo que antes servía para concesiones forestales las ha devuelto al Estado y las está repartiendo a los colonizadores, 36


creando comunidades falsas de personas que en realidad habitan en la ciudad. Dice que “hay mucho dinero que está en juego”. Según Requena, esto expresa una visión de desarrollo que ya no corresponde al siglo XXI y que se agrava con el cambio climático, la mega-extinción de especies y la pérdida masiva de bosque tropical. Requena dice que “el Gobierno trata de culpar al cambio climático diciendo que esto ocurre en otros países también, efectivamente pero justamente si reconoces la existencia del cambio climático no contribuyes a él alentando las quemas”. “Este daño es irreversible, inconmensurable. No tenemos idea de la dimensión de las consecuencias, pero podemos decir que esperamos que esto sirva, como otras desgracias, para hacer un alto en esta deriva suicida. Necesitamos una visión de desarrollo que valore el bosque en pie, porque además de ser vital para el agua, se puede traducir en una economía que se abra hacia el post extractivismo”. La contaminación en aire, agua y suelos, además de la extinción de especies, son algunas de las principales consecuencias que dejan los incendios. Según los expertos, se necesitarán años de trabajo para “recuperar una parte del bosque que se quemó”. Cecilia Requena lamento el alcance dramático de los incendios, dice: “No entendemos muy bien lo que perdimos, pero sabemos que es enorme. Debido a la enorme biodiversidad, conocemos apenas una parte de su riqueza, pero esta es inabarcable”. El área que ahora está en cenizas era hogar y lugar de origen, por ejemplo, de la Frailea chiquitana, una planta endémica del lugar. Como esta quedaron calcinadas

especies

grandes,

pequeñas

y

únicas.

“Los

daños

ambientales son elevados a la máxima potencia. La bióloga Kathrin Barboza dice que: De las especies de flora y fauna que son afectadas, algunas son de reproducción lenta y si estas mueren en grandes cantidades pueden tardar muchos años en recuperarse”. Agregó que como se trata de un bosque de características únicas en el mundo, hay

37


especies

que

pueden

extinguirse

o

pueden

catalogarse

como

amenazadas. El Bosque Seco Chiquitano es un complejo de biodiversidad endémico donde también está la Reserva Natural Tucavaca. Allí existen 554 especies distintas de animales, distribuidas en 69 especies de mamíferos, 221 de aves, 54 de reptiles, 50 especies de anfibios y 160 de peces. En Tucavaca hay, además, 35 especies de fauna y más de 55 plantas endémicas que solamente hay en este lugar en todo el mundo. De acuerdo con la investigadora Barboza, todas estas especies, entre plantas y animales, cumplen un rol importante en el equilibrio del bosque. “Por ejemplo, con el tema de la polinización, la dispersión y el control natural de plagas e insectos”. Barboza acotó que una vez que cese el fuego se necesitará una evaluación del daño ambiental. “Desde cuántas hectáreas de bosque han sido dañadas, hasta ver si hay especies que se pueden rescatar”, agregó que además se debe hacer un monitoreo para evaluar cuánto tiempo puede tardar en recuperarse el bosque y el fortalecimiento de las plantas. La ingeniera ambiental, Cecilia Tapia, asegura que el principal daño fue a los suelos, la biomasa boscosa, y la biodiversidad que se albergaba. “Habrá que acudir a estudiar y hacer un inventario del área quemada. Pero entre los impactos de consideración tenemos suelos, aire, aumento de gases de efecto invernadero, y contaminación de agua, además de

la

pérdida del

paisaje

que

igual es de

impacto

socioambiental”. La reforestación de la zona afectada por los incendios en la Chiquitanía demorará unos 200 años, de acuerdo con datos del presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Santa Cruz (CIF-SC), Ever Durán. “El bosque que se ha quemado es duro; en ese sentido, se calcula que necesitará aproximadamente 200 años para restablecerse”. Durán agregó que es imperativo que el Gobierno active el protocolo de declaratoria de desastre nacional por los incendios y recurra a ayuda 38


internacional, no solo para apagar el fuego, sino también para que se refuercen las tareas de reforestación y mitigación de los efectos de los incendios sobre la zona afectada y la salud de los habitantes. Representantes de los colegios profesionales de ingenieros agrónomos, ingenieros forestales y veterinarios del departamento de Santa Cruz exigieron ayer al Gobierno que detenga la ampliación de la frontera agrícola en zonas sin esa vocación. “Exigimos e instamos al Gobierno a pensar que los recursos naturales no son generación de recursos económicos para unos cuantos, sino generación de calidad de vida para todos los bolivianos y esto solo se logrará con un marco sostenible de estos recursos”. En el mismo documento, además, exigen a las autoridades que se derogue la Ley 741, los Planes de Desmonte iguales o menores a 20 hectáreas (PDM-20) y el Decreto Supremo 3973, que legaliza las quemas en los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando sin tomar en cuenta los planes de uso de suelos (PLUS). El presidente de la Asamblea Departamental de Santa Cruz, Hugo Salmón, pidió que el Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) paralice la dotación de tierras y la otorgación de permisos de asentamiento en las zonas protegidas o que no tienen una vocación productiva o agrícola. De acuerdo con el legislador departamental, la información del Sistema de Alerta Temprana Contra Incendios Forestales (SATIF) indica que la mayor cantidad de quemas y chaqueos en el departamento se llevan a cabo en áreas de producción forestal y en áreas de uso silvo-agro-pastoril. “Eso quiere decir que se está chaqueando en zonas que tienen vocaciones completamente diferentes al uso que se les está dando”. La tragedia no puede ser medida, las pérdidas tampoco. Y, mientras tanto, nadie todavía ha puesto sobre la

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mesa de debate la suspensión de los permisos para “las quemas controladas”10.

Como se puede observar si nos situamos en un enfoque más local, por ejemplo, de una geografía política, correspondiente a un Estadonación, como Bolivia, la denominada crisis ecológica adquiere perfiles propios y singulares, empero, forma parte de la crisis integral ecológica del planeta, en el momento presente. Lo que nos obliga a evaluar lo que ocurre nacionalmente, lo que ocurre localmente, tomando en cuenta el contexto global de un mundo en crisis múltiple. Pero, también, situándonos en el contexto mundial, mejor dicho, planetario, podemos observar que el acontecer nacional y local no es sino el despliegue de la misma crisis ecológica planetaria, solo que expresada en sus singularidades.

Desde esta perspectiva, no se trata de culpar a personas, que tampoco controlan el decurso de sus propios destinos, por más que se presenten como dignatarios, sino de entender que estos personajes forman parte de tramas desplegados en los tejidos sociales y políticos, donde las estructuras y substratos del poder se hallan en la base de la estructura social, además de en la transversalidad de dominaciones polimorfas persistentes. Estos personajes se ilusionan con manejar el poder, por lo menos el gobierno, sin embargo, no son más que marionetas en una constelación de concurrencias de juegos de poder. Entonces, el problema efectivo no son estos aborrecidos personajes en el imaginario colectivo, sino los entramados de hilos que los mueven. En el caso de Bolivia y Brasil, a pesar de la dicotomía entre los presidentes disímiles,

10

Carolina Méndez, Isabel Mercado: Desastre ambiental en Bolivia: incendios forestales arrasan bosques de la Chiquitania. https://es.mongabay.com/2019/08/incendios-quemas-bolivia-chiquitania/.

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los entramados subyacentes parecen ser los mismos, los relativos al modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, con la diferencia de que Brasil experimenta las revoluciones industriales, tecnológicas-científicas y cibernéticas, y Bolivia se mantiene en el perfil primario

exportador.

Los

entramados

histórico-político-culturales

tienen que ver con la subordinación y sumisión a la geopolítica del sistema-mundo capitalista, con la diferencia que un país cumple los roles de potencia emergente y el otro de indudable país periférico.

41


Apocalipsis en Bolivia

42


Siguiendo con la metáfora del Apocalipsis, queremos ahondar en el análisis de los síntomas del Apocalipsis a escala nacional. Los síntomas del Apocalipsis ecológico han cobrado magnitudes catastróficas en Bolivia, en un año, 2019, que parece aciago, en comparación con los años anteriores, o

la continuidad

incrementada del fenómeno

depredador de los incendios. Los síntomas de los que hablamos adquieren impacto e incidencia no solamente en lo que respecta a la depredación ecosistémica sino también en lo que respecta a las formas del ejercicio político. En este sentido, los jinetes del Apocalipsis se presentan hogueras

descomunales, en

los

bosques,

galopando pero

desbocados,

también

encendiendo

desorbitados,

incluso

desorientados en el desencadenamiento de la catástrofe.

En lo que sigue intentaremos situarnos en la coyuntura caldeada y calcinada por los incendios, en los efectos, no solo ambientales, sino también sociales, económicos, políticos y culturales de la destrucción ecológica de la Amazonia y del Chaco húmedo. Buscando entrever los alcances de la destrucción ecológica, así como los alcances de la degradación política, institucional, ideológica y cultural. Pues el fenómeno de la crisis ecológica es un fenómeno integral o, mejor dicho, se trata de procesos de desintegración articulados y de incidencia en la totalidad, por así decirlo de la realidad efectiva. En lo que respecta a la formación social boliviana, en una coyuntura precisa, la del momento álgido de la catástrofe ecológica, es indispensable interpretar lo que pasa no solamente con los campos de fuerza, no solamente relativos a la sociedad, sino también las fuerzas físicas, territoriales y ecológicas, así como lo que sucede con el Estado-nación, mal llamado Plurinacional, la diseminación de sus estructuras institucionales, lo que sucede con la forma de gubernamentalidad, que hemos llamado clientelar, en un momento de crisis política, de merma en su convocatoria y, por lo tanto, en su recurrencia generalizada a las 43


formas perversas del recurso a la violencia, se presente ésta abiertamente, de manera descarnada, o de manera opaca, hasta latente o, incluso disimulada, por ejemplo, mediática.

El periodista e historiador Rolando Carvajal dice:

Génesis de la depredación forestal inducida: las quemas para el desmonte son un mal crónico, e irresoluble con el actual enfoque oficial que busca ampliar la frontera agrícola para los agroempresarios. La aparatosa y publicitaria, pero tardía, respuesta oficial ante del desastre en el bosque chiquitano, no oculta que la verdadera razón de la catástrofe natural es la política pública continuadora de un modelo de producción agropecuaria que no ha cambiado en los últimos 30 años; y no tanto por factores como el cambio climático y sus efectos en el calor, la baja humedad, la falta de lluvias y los vientos cambiantes. Al paso que se va ‒ sin afrontar el problema por la vía de la productividad de los suelos y tecnología moderna ‒ y sólo alentando desde el Estado los chaqueos, el Supertanker que comenzó a sofocar el fuego, volverá más pronto de lo que pudiera suponerse. Su anunciada compra, prueba que persistirán los siniestros. “Continuarán los incendios”, dijo el presidente Morales, censurado por la sociedad civil debido a que decretó el modo de deforestación que deja los llanos en llamas y 1,2 millón de tierras devastadas11.

Carvajal hizo un análisis somero de la coyuntura relativa a la catástrofe ecológica, escribió:

11

Leer de Rolando Carvajal Incendios develan la madre oculta del desastre. https://www.bolpress.com/2019/08/27/incendios-develan-la-madre-oculta-del-desastre/.

44


Según diversos expertos consultados por Bolpress pese a regir desde 2015 una pausa en su verificativo, la función económica y social (FES) de las tierras, requisito para evitar su reversión al Estado, se ha convertido, junto con la dilatación de la superficie agrícola, en uno de los factores de política pública generadora de los incendios que asolan a las tierras bajas de Bolivia. Forma parte de una política de tierras corrompida que, asimismo, genera un tráfico de éstas destinado a intensificar el mercado de suelos, en un contexto donde el INRA (Instituto de Reforma Agraria) y otras instituciones que gestionan la dotación del recurso tierra, están plagadas de acusaciones sobre negociados y acciones ilegales. Se trata, aseguran, de un inflamable incentivo normativo que induce al desmonte mediante quemas, chaqueos o desbrozado de bosques chaqueños y amazónicos, en procura de ampliar la frontera agrícola, ensanchando las tierras de cultivo, objetivo gubernamental para producir biocombustibles, incluso por la vía de transgénicos y agrotóxicos, con el fin de exportar productos agropecuarios (carne, especialmente), debido la nueva demanda china y del mercado internacional.

La respuesta sorprendente y descolocada del presidente fue: “Si las pequeñas familias, pequeños productores, no chaquean, ¿de qué van a vivir?”. En una especie de primer descargo de su administración, fustigado desde la sociedad civil por reaccionar a destiempo ‒ casi un mes después de que comenzaran las quemas ‒ y no cuando estaban en su punto alto, hace tres semanas, con unos 8.000 focos de calor en la etapa crítica, según informó este martes el Gobierno, de un total de 33.000, en lo que va del año, de acuerdo con el Observatorio de la Autoridad de Bosques y Tierra. La Gobernación de Santa Cruz, reveló hoy que emitió hace un mes la alerta naranja y la alarma roja el 7 de agosto, pidiendo a la ABT se frenen los chaqueos.

45


Mientras el jefe de Estado apuraba una respuesta tardía a las quemas y el hollín que los vientos no tardan en trasladar desde las tierras bajas hacia la cordillera de los Andes ‒ acelerando el deshielo de las cumbres nevadas y glaciares, en desmedro de las reservas de agua en Bolivia, como demostraron exposiciones de Juan Carlos Guzmán y otros

expertos (Silvia

Molina,

2019)

sobre

la

conmoción

de

restos contaminantes y su impacto en los acuíferos cordilleranos ‒, su gobierno anunció la compra y cotización del Supertanker, que incursiona desde el viernes sobre la superficie en llamas. En un anticipo de las derivaciones de un mal ya crónico con el que cohabitan el Gobierno y la sociedad, como el narcotráfico, el contrabando y otros flagelos en Bolivia, el mandatario sostuvo el domingo que, a futuro, “continuarán los incendios”. Sin embargo, pese a su reticencia inicial, Morales dio visos de activar por fin la ayuda internacional, aunque su ministro de la Presidencia, sin pruebas fehacientes, acusó a “la derecha opositora” de causar un incendio “deliberado” de pastizales en un punto de la Chiquitanía, mientras, cuando se ingresaba la octava semana de incendios a partir del decreto del 9 de julio, se decidió por una “pausa ecológica” y la prohibición de reventa de tierras, aceptando los 650 mil dólares de ayuda ofrecida por la banca de desarrollo (CAF, BID) y el sistema de Naciones Unidas. El mandatario y su administración afrontaban, asimismo, hogueras internas que ponían a prueba la fortaleza electoral oficialista, a dos meses de las elecciones, como la declaración del ministro César Cocarico, quien, en contradicción con su jefe, descartó la abrogación de cualquier norma que permita las quemas bajo al argumento de que si no hubiera desmontes, Bolivia podría quedarse sin alimentos; “el agricultor tiene dos caminos, uno ampliar, quemar, chaquear, es lo que siempre se hace, no hay otra tecnología”12.

12

Ibídem.

46


Como se puede ver no solamente estamos ante una coyuntura de crisis ecológica, a nivel nacional, sino ante los avatares de una crisis política, que cobra su singularidad, en lo que podemos llamar una suspensión peculiar de la realidad efectiva para embarcarse en los atolladeros de la burbuja ilusoria que conforma la propaganda y la publicidad compulsivas, una burbuja que parece atrapar a los gobernantes. Los gobernantes parecen ver en el espejo de las burbujas lo que su propio imaginario delirante les muestra, que no pasa nada, salvo la eterna conspiración de la “derecha” y del “imperialismo”. Indudablemente, en el contexto de la crisis ecológica, que llaman eufemísticamente “cambio climático” o “calentamiento global”, las políticas económicas del gobierno han atizado el fuego de los incendios en la Amazonia y en el Chaco húmedo, además de los focos aparecidos en el Pantanal, incluso en zonas del Chaco seco. Al reducir su enfoque el gobierno al mero conflicto de la concurrencia electoral, se cierra la visibilidad para ver lo que ocurre en cuanto a impacto ambiental, que ha adquirido magnitudes de catástrofe ecológica. Entonces, en vez de coadyuvar a buscar soluciones, por lo menos paliativas, al insistir en una versión insostenible sobre los incendios, se convierte no solamente en parte del problema sino, sobre todo, en un obstáculo a la resolución del problema.

En ensayos anteriores hablamos del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente13, que continúa el “gobierno progresista”, solo que lo hace bajo el perfil político del discurso neopopulista y el estilo de la forma de gubernamentalidad clientelar, pero, sobre todo, de una manera más intensa y expansiva que antes, cuando los gobiernos

13

Ver Nudos y tejidos socioterritoriales. También Capitalismus versus vida; así como Subalternidad y máquinas del sistema. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/nudos_y_tejidos_socioterritoriales_. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/capitalismus_versus_vida_2. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/subalternidad_y_m__quinas_del_siste_8f9c2bc7a950e0.

47


neoliberales implementaban, a su manera, el mismo modelo. Ahora asistimos a desenlaces catastróficos de políticas económicas altamente extractivistas, desforestadoras y compulsivamente inclinadas por la ampliación desmesurada de la frontera agrícola. También en ensayos anteriores hablamos de la decadencia política e ideológica a la que asistimos en la modernidad tardía14; ahora, a nivel nacional, asistimos a desenlaces singulares de esta decadencia, los relativos a lo que podemos llamar a la suspensión casi absoluta de valores y de escrúpulos.

El balance de Carvajal continúa con la consideración de las leyes, la normativa, las regulaciones, además de las políticas efectuadas por el gobierno:

La Ley 741, vigente desde 2015 y que define la pausa en la certificación de la FES, es una de las piezas legislativas y normativas dictadas en los últimos años para estimular la ocupación de tierras fiscales por deforestación. Otra es el reciente y cuestionado decreto supremo 3973 (julio 2019), que modifica (en favor de la deforestación actual) el artículo 5 del DS 26075, que, a su vez, data de 2001 y se remonta a los tiempos del expresidente neoliberal Hugo Banzer, autorizando ahora el desmonte ‒ hasta 20 hectáreas ‒ para propiedades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias no sólo de Santa Cruz sino también del Beni. Subsiste, asimismo, sin que el partido en el gobierno la haya abrogado, la ley 1745 del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria), promulgada en 1996 durante el primer gobierno del expresidente Gonzalo Sánchez de Loza, cuyo segundo artículo establece la FES.

14

Ver La decadencia. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_decadencia.

48


Cuatro días después que Morales “optimizara”, hace unas seis semanas, el decreto banzerista con otro suyo ‒ observado desde el Colegio de Biólogos porque incentiva al chaqueo “en un contexto de anarquía y tráfico de tierras para justificar su posesión y aumentar los monocultivos industriales, sin evidencia de sostenibilidad” ‒, los empresarios privados de Beni anunciaron sus planes de habilitar de 4,5 a 6 millones de hectáreas para desarrollar agricultura y ganadería intensiva. Para ello preparaban inversiones por más de 2.000 millones de dólares en los próximos diez años, según el líder regional de la Federación de Empresarios Privados, Jorge Núñez del Prado. El especialista del CIPCA, Carmelo Peralta, inmediatamente a que fue promulgado el decreto, se preguntó: “¿No será que más bien la modificación del DS 26075 es una manera fácil de legalizar la deforestación en estos dos departamentos en los cuales urge la expansión

de

la

agroindustria

y

así

consolidar

el

corredor

agroindustrial, que se expande desde Santa Cruz y tiene como horizonte en Beni?”. ¿Era imprescindible abrir el candado para que la ganadería se expanda por la demanda actual de carne para el mercado de la China?; también cuestionó: “una visión economicista que no considera los potenciales problemas en materia socioambiental para diferentes grupos que habitan la región”. El presidente de la Federación de Ganaderos del Beni, Abdón Nacif, sostuvo en descargo del sector que los ganaderos, por la experiencia que tienen, saben controlar las quemas y están al margen de responsabilidades por los incendios en la llanura beniana, con cerca de tres millones de reses. Sin embargo, otras organizaciones de la sociedad civil, entre ellas 21 instituciones privadas de desarrollo social agrupadas

en

UNITAS,

censuraron

la

aprobación

de

medidas

normativas y administrativas “atentatorias a los derechos de la Madre Tierra y de la vida” y reprocharon la “actitud indolente” de las autoridades al no actuar de manera diligente contra el desastre natural. 49


UNITAS (Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social) consideró que las autorizaciones de chaqueo en el bosque seco chiquitano

y

sus

cercanías,

constituyen actos

de

“flagrante

negligencia”, atribuyó especial responsabilidad a la estatal Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), que debió rechazar los desmontes. Las instituciones de la sociedad civil exigieron al Estado boliviano “cumplir con su deber de garante de los derechos medioambientales y de la Madre Tierra” y a los altos funcionarios “garantizar políticas públicas adecuadas para prohibir la deforestación”. Contra las argumentaciones gubernamentales, remarcaron que las quemas controladas y su autorización vulneran “los derechos de la Madre Tierra y de la ciudadanía”, puesto que afectan al ecosistema y el medioambiente en que todos nos desarrollamos. De acuerdo con datos del Censo Agropecuario (Instituto Nacional de Estadística, 2005-2006), lo que se considera como frontera agrícola abarcaba 2.508.923 millones de hectáreas (ha). Según proyecciones del INE al 2016-2017 había subido 3.498.203 ha, lo que muestra un crecimiento a 989.281 hectáreas que, dividido entre doce años resulta en unas 82.416 ha anuales, promedio, de ampliación de la frontera agrícola por la vía de la deforestación. Sin embargo, en los últimos tres años alcanzó niveles de 350 mil hectáreas por año, de acuerdo con la fundación Friedrich Ebert Stiftung. El especialista chiquitano Alex Willka reclamó en entrevista de la cadena RTP: “aunque solo en cinco días se ha consumido medio millón, en un bosque que es único en el mundo; no hay otro como él en todo el planeta”. El ministro de Defensa, Javier Zabaleta, dijo en la zona de desastre, horas antes de que el Supertanker estadounidense sobrevolara los incendios para sofocarlos con descargas de agua, que el total de las hectáreas afectadas por las quemas era de 774 mil hectáreas solo en Santa Cruz y fundamentalmente en la Chiquitania. El director de Manejo de Bosques y Tierras de la ABT, había informado un día antes 50


a la red PAT, fuera de la cifra señalada por el ministro, que se estimaban en 280 mil las hectáreas afectadas en el Beni, en la amazonia boliviana. El jefe de Estado oficializó que la superficie afectada por incendios alcanzaba a 1,2 millón de hectáreas, 500 mil en bosques y 700 mil en chaqueos agropecuarios. “Casi el 20, 30 por ciento de bosque, lo demás son aéreas de chaqueo”. La frontera agrícola bordearía, entonces, los 5,4 millones de hectáreas, si se añaden las 700 mil de los años 2017 y 2018, calculadas por otros organismos. De acuerdo los datos del Censo Agropecuario 2013 (INE), la superficie total cultivada de 6,2 millones de hectáreas comprendía una superficie agrícola cultivada de casi 3,8 millones de ha (incluidos los cultivos de verano e invierno), pastos cultivados por 2,3 millones de ha y 150.219 ha de cultivos forestales maderables. De ese total, unos 5 millones se encontraban en los llanos o tierras bajas, menos de 588 mil ha en los valles y poco más de 617 mil ha en el altiplano. De la superficie agrícola cultivada de 3,7 millones de hectáreas, 2,7 se hallaban en los llanos, unas 457 mil en los valles y 564 mil en el altiplano. En la Cumbre Agropecuaria “Sembrando Bolivia”, de 2015, el Gobierno y los agroempresarios anticiparon el inicio de un proceso agresivo de ampliación de la frontera agrícola, con metas de un millón de hectáreas por año que, para beneficio de la Madre Tierra, no se alcanzaron. Mitigadas las proyecciones, de 3,5 a 4,7 millones de hectáreas, a través del plan de Desarrollo Económico y Social 2016 -2020, por estos días las previsiones gubernamentales parecen haberse cumplido, sin embargo, sobrepasando los límites con el 1,2 millón de hectáreas deforestadas, según el reporte presidencial15.

15

Ibídem.

51


Los dispositivos normativos forman parte de la maquinaria estatal, la misma que es engranaje en la heurística de la geopolítica del sistemamundo capitalista. El desarrollo capitalista se ha basado y sustentado en las condiciones de posibilidad económicas que generaban los mecanismos y las técnicas extractivistas; es decir, en la destrucción de los

ecosistemas,

que

implican,

por

lo

menos,

determinadas

consecuencias, entre las que podemos citar las huellas ecológicas, la ampliación depredadora de la frontera agrícola, de una agricultura devastadora, habiendo la posibilidad de agriculturas complementarias o en armonía con los ecosistemas, incluso agriculturas ecológicas. Entre los efectos destructivos del planeta también podemos mencionar el deterioro de las estructuras sociales, sobre todo de sus capacidades de cohesión. A largo plazo, podemos también señalar el deterioro de las capacidades culturales de la sociedad, pues la contaminación, la depredación y la destrucción de los ecosistemas, por lo tanto, de los ciclos vitales planetarios, incide, a largo plazo, en el deterioro de los sistemas culturales. Por ejemplo, en la modernidad tardía se asiste a la banalización del sistema-mundo cultural.

A lo largo de la historia del capitalismo, que, en el contexto integral, se trata del sistema-mundo moderno, de la civilización moderna, la condición inicial o básica del modo de producción capitalista es la posibilidad de convertir a los recursos naturales en materias primas, antes convertir a los bienes naturales, por así decirlo, en recursos naturales. Los distintos ciclos largos del capitalismo se han desarrollado a costa de la extracción de recursos naturales, convertidos en materias primas, es decir, mercantilizados. Esto ha implicado horadar suelos y subsuelos, así como también convertir a los cuerpos en mercancías, entre ellos a los cuerpos humanos. La mercantilización generalizada es el horizonte propio del sistema-mundo capitalista, dentro de éste, en su composición dinámica, de la economía-mundo capitalista. La 52


mercantilización generalizada implica la fetichización generalizada, es decir, la emergencia, conformación y consolidación de la ideología.

La ideología no solo es la economía, como pretendida ciencia social de la producción, distribución y el consumo, sino también la política y otras ciencias sociales, que se conformaron sobre los mecanismos de un saber útil a la valorización abstracta, mecanismos que funcionan como instrumentos de la división del trabajo, en un mundo que avanza a la especialización sofisticada. Por lo tanto, recurriendo a las tesis de Karl Marx y Friedrich Engels y ampliándola, la ideología no solo abarca a la economía, sino, proyectando las consecuencias teóricas y críticas, a las ciencias sociales de la modernidad, además de a las formaciones discursivas políticas, declaradamente ideológicas. En la modernidad tardía, los aparatos ideológicos, que no solo se circunscriben a ser aparatos ideológicos del Estado, sino son también aparatos que atraviesan los sistemas culturales, los de-culturalizan y los subsumen al

fabuloso

sistema-mundo

cultural

de

la

banalización.

Los

instrumentos más apropiados para los efectos de la fetichización generalizada son los medios de comunicación de masa. Los medios de comunicación, monopolizados por grandes empresas trasnacionales y también por empresas públicas o estatales, son las máquinas ideológicas por excelencia de la modernidad tardía, sobre todo cuando el ciclo del capitalismo vigente es dominado por el capitalismo financiero y especulativo.

La agricultura industrializada o la agroindustria ha dejado muy atrás las formas de la agricultura de comienzos del capitalismo que alimentaba a las poblaciones. La agroindustria no solo ha convertido los suelos en espacios inmensos del monocultivo, sino que ha intervenido o los ha modificado genéticamente. Las grandes industrias alimenticias, que además forman cadenas concatenadas e integradas, 53


han transformado el perfil de la alimentación de las sociedades, homogeneizando los consumos y los comportamientos del consumo. Los animales domésticos para la alimentación se han convertido en cosas vivas serializadas, encerradas o enceldadas, desde que nacen hasta que mueren. También son modificados genéticamente o engordados artificialmente. La alimentación de grandes contingentes poblacionales se ha convertido en una industria y un mercado altamente rentables, controlados por unos cuantos monopolios. Las poblaciones humanas se han venido convirtiendo cada vez en más dependientes de las grandes cadenas de la industria alimenticia. No se puede considerar a ninguna parte o momento de estos procesos de la industria alimenticia como independiente, forma parte de los procesos de transformación alimenticia a escala mundial. Por ejemplo, la ganadería es uno de los dispositivos y disposiciones de las cadenas alimenticias de la carne. Si bien hay todavía mercados nacionales que definen localmente el precio de la carne, cada vez más, en la medida que se internacionaliza, los precios son regidos por la demanda y oferta de carne internacionales. Empero, lo más importante de esta descripción no tienen que ver con los precios sino con las cadenas mismas, con la conformación de un sistema-mundo de la alimentación.

En consecuencia, se explica que el desarrollo del capitalismo venga acompañado por la ampliación de la frontera agrícola. Sin embargo, en la división del trabajo de la economía-mundo, los países se especializan, no solo en donadores de materias primas tradicionales, sino también en donadores de materias primas de la alimentación. Una de las consecuencias de esta división del trabajo es que zonas y hasta regiones del orbe, bajo los códigos y distribuciones de la geopolítica del sistema-mundo, son las que son convertidas en espacios de expansión de la frontera agrícola. Se trata de países que tienen que pagar con el costo irreparable de la destrucción de sus bosques. La 54


tesis estrafalaria del ideólogo del extractivismo 16 es que los países en desarrollo, por así decirlo, tienen derecho a destruir sus bosques porque de esta manera ingresan al desarrollo industrial. Al contrario, en la modernidad tardía, este costo irreparable lo tienen que pagar los países en desarrollo de la periferia del sistema-mundo capitalista, incluso los que se encuentran en la transición a potencias emergentes, otro eufemismo de la ideología posmoderna del capitalismo tardío. La destrucción de los bosques en las periferias del sistema-mundo capitalista es el costo irreparable que se transfiere a los ecosistemas de los países involucrados, en esta desigual división del trabajo.

Podemos

observar

que

este

fenómeno

de

globalización

y

de

monopolización en la industria alimenticia no solo ocurre con la carne, sea o no vacuna, sino también con los vegetales, los cereales, las frutas, incluso las flores. Estos bienes son convertidos en recursos naturales, después en materias primas de cadenas industriales alimenticias. Esto ha ocurrido notoriamente con la quinua, que se consideraba un bien de la agricultura nativa, con grandes propiedades alimenticias. La demanda mundial de la quinua, el control de cadenas monopólicas de la transformación alimenticia, la ha convertido en una mercancía altamente cotizada, convirtiendo a las tierras donde se cultiva en espacios de monocultivo, donde los suelos son degradados. Con esto las oikonomías comunitarias y las oikonomías campesinas se han transformado y convertido en economías empresariales, que experimentan la jerarquización piramidal de la estructura social. La soja es otro ejemplo de la mercantilización generalizada, del encadenamiento en procesos industriales de la alimentación, además de sufrir el control de grandes monopolios trasnacionales. Con todas las diferencias, dado el caso, además de los singulares procesos de transformación que sufren los bienes alimenticios, se puede citar 16

Álvaro García Linera.

55


también el ejemplo de la castaña. Aunque en un principio pueden participar agricultores familiares, campesinos, incluso trabajadores de la cosecha, en la medida que se desarrolla la industria y el mercado, el trastocamiento de la estructura social, volviéndose piramidal, es un destino ineludible. Lo que hay que remarcar en todos estos procesos singulares de la industrialización alimenticia, es que los lugares de siembra y de cosecha se convierten en zonas de economías dependientes en las cadenas globalizadas de la economía-mundo.

¿A dónde apuntamos con esta exposición? A la tesis de que la ampliación de la frontera agrícola está en función de la geopolítica del sistema-mundo

capitalista,

que

diferencia

países

periféricos,

exportadores de materias primas o donadores de materias primas de la alimentación, de países centrales de concentración de tecnologías sofisticadas

de

transformación

alimenticia

industrial

de

última

generación. En otras palabras, la expansión de la frontera agrícola es el costo no pagado, es decir la destrucción de sus ecosistemas, que deben pagar los países periféricos al desarrollo del capitalismo, en la etapa del ciclo largo del capitalismo que compete. Dicho de otra manera, paralelamente a lo que ocurre con las materias primas mineras e hidrocarburíferas, la explotación de los bosques resulta en la reproducción del círculo vicioso de la dependencia, solo que a costos tan altos que son irreparables ecológicamente.

56


Conclusiones

Lo que llama la atención es que, a pesar de los síntomas del Apocalipsis, los Estado-nación persistan precisamente con políticaseconómicas que desataron la crisis ecológica. Esta persistencia habla de la perduración enfermiza en el círculo viciosos del poder, también en el círculo vicioso de la dependencia, convertido en el círculo viciosos de la muerte planetaria. La ampliación de la frontera agrícola es un fenómeno más de los fenómenos depredadores, extractivistas y destructivos que genera el desarrollo capitalista. Se requiere entonces una mirada compleja de las dinámicas integradas del sistema-mundo moderno, cuyo eje es el sistema-mundo capitalista. En Sud América, con descomunal expansión, el fenómeno de la ampliación de la frontera agrícola se ha desbocado en Bolivia y Brasil, empujado por las políticas extractivistas e incendiarias de los gobiernos de Evo Morales y Jair Bolsonaro, aunque de distinto perfil ideológico y político, son presidentes coincidentes en esta ingrata tarea de destruir los ecosistemas y desforestar los bosques.

57


Mรกquinas del ecocidio y de la subalternidad

58


¿Cómo funcionan las máquinas del ecocidio, que son las máquinas del poder, máquinas de guerra y máquinas extractivistas, máquinas de muerte de la geopolítica del sistema-mundo capitalista? Las máquinas de poder funcionan contra las resistencias; las máquinas ecocidas funcionan contra los ecosistemas, los ciclos vitales, la vida. Las máquinas extractivistas de la economía-mundo capitalista funcionan contra

los

ciclos

planetarios

de

largos

procesos

minerales,

hidrocarburíferos y de asombrosa cristalización simétrica. Se trata de máquinas de muerte; el sistema-mundo capitalista solo puede desarrollarse

inscribiendo

y

hendiendo

sus

marcadas

huellas

ecológicas, es decir, destruyendo los ecosistemas. Su desarrollo, que ideológicamente se legitima, en el imaginario institucionalizado, como desarrollo y crecimiento económicos, no corresponde más que a la realidad apocalíptica de la muerte planetaria, dilatada por los ritmos mismos del capitalismo y sus ciclos largos.

Quizás una ilustración esquemática ayude a representar este desarrollo del capitalismo. Primero, se prepara el terreno, en palabras teóricas, se conforman las condiciones de posibilidad económicas para la construcción del modo de producción capitalista. Esto es, se cosifican las relaciones sociales, se convierten a los bienes comunes en cosas, después en mercancías; paralelamente, se erige la ideología, es decir, la

fabulosa

máquina

de

fetichización

generalizada.

Una

vez

conformadas las condiciones de posibilidad económicas, a través de los procesos inherentes a la economía política generalizada, por lo tanto, a la economía política restringida a los límites de lo que el discurso moderno llama economía, la “ciencia de la producción, distribución y el consumo”, en términos más restringidos, la “ciencia del mercado”, se edifica la logística y la infraestructura de lo que el discurso marxista ha denominado el modo de producción capitalista. Siguiendo con la metáfora estructural, después o, mas bien, en el transcurso, se erige 59


la arquitectura del modo de producción capitalista. Y en el mismo transcurso, paralelamente, se conforma lo que el mismo discurso marxista denomina superestructura jurídico-política.

Cuando el modo de producción capitalista se consolida, sobre todo mundialmente, pues así funciona, en todo el orbe tomado por la economía política generalizada, ya parte de los ecosistemas han sido desmantelados; empero, todavía el planeta conserva sus apariencias “naturales”, mejor dicho, ecológicas, a pesar de las redes de los sistemas de comunicación físicos y de comunicación se las sociedades humanas, que, en realidad son nichos ecológicos demográficos de las sociedades humanas, la red comunicacional, sobre todo física, las redes de transportes marítimos, terrestres y aéreos. Sin embargo, es en la etapa tardía, cuando el modo de producción capitalista generalizado, que ha desterrado a los otros modos de producción, cuando este modo de producción de la valorización abstracta avanza demoledoramente, de

manera

desmesurada,

desequilibrando

al

máximo los ecosistemas y los ciclos vitales, convirtiéndose en una verdadera amenaza para las sociedades humanas y las formas de vida en el planeta. La constatación de lo que decimos aparece en los alcances que ha tomado lo que se llama eufemísticamente “cambio climático”, alcances que se aproximan a los umbrales mismos de lo que figurativamente nombramos apocalipsis, apocalipsis planetario y del crepúsculo de la civilización moderna, que se clausura, empero, pretende llevarse a las formas de vida del planeta, en su propio desaparecer.

Para lo que nos compete y nos preocupa, en este ensayo, nos focalizamos en lo que

pasa en la Amazonia y la extensión

complementaria del Chaco del sudeste de Sud América.

Por eso

60


pasaremos a una descripción publicada, que pueda, ahora, ilustrarnos empíricamente sobre lo que pasa. Se trata de una denuncia y relato de lo que sucedió antes y durante la propagación de los incendios en la Amazonia brasilera.

Contratación de operadores de motosierra y motoqueros, creación de pistas

de

aterrizaje

clandestinas

y

mucho

más.

Los

hechos

escandalosos que reveló la revista brasileña Globo Rural ocurridos el "Día del Fuego" en la Amazonia. Así pasará a la historia el tristemente célebre 10 de agosto de este año, cuando comenzó una suerte de incendio

simultáneos, encendidos en forma mancomunada

por

productores rurales de la región norte de Brasil, que consumieron miles de hectáreas del "pulmón del mundo". Según la revista, la organización del "Día del Fuego" empezó en el grupo de Whatsapp "Jornal A Voz da Verdade" (Diario La Voz de la Verdad). El grupo fue creado por João Vgas el 17 de agosto de 2016 y tiene 246 participantes, entre productores rurales, expropiadores de tierras y comerciantes del municipio Novo Progreso, en la provincia de Pará. De ellos, 70 aprobaron los planes del "Día del Fuego", y entonces crearon el grupo "Sertão" - referencia al nombre del establecimiento de Ricardo de Nadai, creador de este segundo grupo. Hasta el final de los preparativos, el grupo llegó a tener 80 participantes. El objetivo principal del grupo era incendiar matas y tierras estatales, y hacer avanzar el fuego hacia la Floresta Nacional Jamanxim, una reserva de 1,3 millones de hectáreas. Su objetivo era alcanzar la Tierra del Medio, escenario de los mayores conflictos de tierras en Brasil. La revista Globo Rural relevó que al menos cuatro miembros de ese grupo ya fueron presos por crímenes ambientales. Antes de provocar el fuego, varias áreas fueron previamente desmatadas. Globo Rural entrevistó a 61


un operador de motosierra que afirmó que "nadie se quedó sin tarea". Personas fueron traídas de otras regiones de la Amazonia e incluso del Nordeste para realizar la acción ilegal. El procedimiento de este tipo de acción criminal es primero desmotar y después quemar. Esta acción predatoria de la naturaleza contó incluso con pistas de aterrizaje clandestinas para desembarcar gente para la destrucción de la floresta. El 10 de agosto, motoqueros contratados por el grupo atizaron el fuego en los márgenes de la ruta BR-163. Todavía no se sabe si este grupo puede haberse organizado con otros grupos. Sin embargo, todos vieron el resultado: una nube de humo que cubrió el país, y hasta pudo ser vista desde satélites. La misma nube que cubrió San Pablo e hizo obscurecer a las tres de la tarde. El 7 de agosto, tres días antes de esas quemas, el fiscal local Gustavo de Queiroz Zenaide avisó lo que estaba por ocurrir al gerente ejecutivo del Instituto brasileño del medio ambiente (IBAMA) de la localidad de Santarém, Roberto Fernandes Abreu, a través de un oficio. Este aviso vino a través de un documento oficial protocolado por el IBAMA de Santarém el 8 de agosto. En él Gustavo escribe: "productores rurales planifican realizar una quema en la región del municipio de Novo Progresso el 10 de agosto de 2019 como forma de manifestación". A pesar de todo esto, durante todo el período, el gobierno de Bolsonaro intentó negar la existencia de las quemas, siendo luego desmentido por las nubes de partículas y hollín que obstruyeron los cielos de San Pablo. La política de Bolsonaro de deslegitimar los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE por sus siglas en portugués), o intervenir el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), no solo encubre sino defiende los intereses de estancieros, apropiadores de tierra y latifundistas. Él y sus ministros, defensores de que el calentamiento global no existe, en el fondo, por su verborragia irracional,

tiene

un

programa

bien

claro

y

extremadamente

comprensible por cualquier persona racional: transformar todas las 62


riquezas nacionales en ganancia capitalista, tirar a la basura el futuro del país, el futuro de la juventud, atacar a los pueblos indígenas, fortalecer los asesinatos en el campo, la persecución a los Sin Tierra y terminal con los derechos de los trabajadores. La transformación de esa realidad pasa por un cambio radical de la sociedad en que vivimos. No hay conciliación histórica posible entre una producción inclinada hacia la ganancia - cuya dinámica inexorable es la acumulación capitalista - y cualquier cosa parecida a la utilización racional

y

ambientalmente

correcta

de

los

recursos.

Solo

la

organización de una sociedad emancipada de las garras del capital, y por lo tanto con base en los productores libremente asociados podrá superar la explotación predatoria de la naturaleza, la crisis ambiental y la miseria social a la que estamos sometidos17.

La descripción no podría ser más elocuente, teniendo en cuenta los detalles mismos de la organización de la destrucción de los bosques amazónicos. La incumbencia y complicidad operativa del gobierno de Jair Bolsonaro se hace patente en el comportamiento político del ejecutivo, pero también en la modorra de los órganos de poder del Estado. La única que reacciona ante las atrocidades del ecocidio es la sociedad brasilera, el pueblo brasilero y los pueblos indígenas amazónicos, además de los institutos de investigación científica. En contraste, se evidencia con mayúsculo descaro el cinismo grotesco de un gobierno sin horizontes, además de los estratos más conservadores y recalcitrantes de la estructura social brasilera. Se hace patente el 17

Leer Escándalo: cómo se organizaron las criminales quemas en la Amazonia. https://www.laizquierdadiario.com/Escandalo-como-se-organizaron-las-criminales-quemas-en-laAmazonia?utm_content=buffer38388&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaig n=buffer&fbclid=IwAR2nNkuHaKiRbqsmn7Y_VVznyCfjcGQ0SzIaWHx7iDW9lv6YJLDlj6_uOtk.

63


despropósito de destruir para obtener las ganancias anheladas por estos estratos de una burguesía sin escrúpulos, que apuestan al goce inmediato, goce banal, por cierto, de la obtención de ganancias y hasta de super-ganancias, a costa de la desaparición misma de los ecosistemas, las formas de vida, los ciclos vitales integrados del planeta.

Estamos, como dijimos antes, ante los síntomas mismos no solo del apocalipsis, sino también ante el desborde descomunal de la decadencia. De la decadencia generalizada en todos sus niveles y planos de intensidad; el institucional, sobre todo, estatal, el relativo al funcionamiento de la economía-mundo, en plena dominancia del capitalismo financiero y especulativo; el de los campos sociales, manifestado en la asombrosa descohesión social, entre sus síntomas, el desprecio a la vida. La decadencia del sistema-mundo cultural de la banalización generalizada; el derrumbe ético y moral. Además, se evidencia lo que podemos nombrar mediocridad generalizada, sobre todo en los perfiles de los personajes de las castas políticas gobernantes.

El problema no solo es que se ha llegado a grados demasiado intensos de la crisis múltiple social, política, cultural y económica, sino que los efectos irradiantes parecen irreversibles. La muerte de las especies y de los seres orgánicos, la muerte de los ecosistemas, la muerte misma de la humanidad de la humanidad, de las sociedades humanas, aunque en una tortuosa dilatación; la muerte de los horizontes, que se pliegan hacia adentro, hacia un centro abismal, que aparece como agujero negro; muertes que patentizan lo irreversible de estas fatalidades, de estas tragedias, de este vaciamiento de la potencia creativa de la vida.

64


Ahora bien, lo que pasa en la geografía política de Bolivia no es distinto de lo que pasa en Brasil, salvo las singularidades del acaecer particular en las formaciones sociales diferenciales. Que Evo Morales exprese el perfil simbólico de la convocatoria del mito, encarnada en la simbolización del poder convocante del caudillo, y Jair Bolsonaro exprese el perfil deslucido y gris de un anacrónico fascista criollo, hace solo a la diferencia de las formas de presentación de lo mismo, del desenvolvimiento demoledor de la geopolítica del sistema mundo capitalista en la extensión diferencial de las periferias y de su evolución, en algunos casos, a lo que se denomina, por la burocracia mundial, “potencias emergentes”. Ambos presidentes, uno, de un país anclado en el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, el otro, de un país que se vanagloria, en sus estratos elitistas, de ser “potencia emergente”, son los dispositivos simbólicos, en el teatro político, del demoledor desarrollo capitalista, en la modernidad tardía, cuando domina el mundialmente capitalismo financiero y especulativo.

Otra descripción, esta vez de lo que acaece en Bolivia, es ilustrativa empíricamente de la destrucción ecológica para dar lugar al desarrollo desigual capitalista en la geopolítica del sistema-mundo moderno. La descripción publicada parte de las metas propuestas por la forma de gubernamentalidad clientelar del “gobierno progresista”. Para seguir con las consecuencias desastrosas de la persecución anodina de estas metas, por personajes políticos gobernantes, que, a pesar de que se reclamen “progresistas” y hasta “socialistas del siglo XXI”, es más, partidarios

del

“socialismo

comunitario”,

son,

efectivamente,

operadores de las estructuras de poder dominantes en el orden

65


mundial,

el

imperio,

y

agentes

encubiertos

de

las

empresas

trasnacionales extractivistas.

El Gobierno plantea llegar a 13 millones de hectáreas cultivadas en 2025, cuando el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras advertía, en 2012, señaló que las áreas agrícolas disponibles en el país serían de sólo

8,9

millones

de

hectáreas.

La

observación

pertenece

al

investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Enrique Ormachea, quien observa que la medida beneficiará a los agroindustriales y que el engrosamiento de la frontera agrícola implica destruir terrenos de vocación forestal. “El estudio Compendio Agropecuario 2012, publicado por el Ministerio, señala que el total agrícola disponible (es decir la sumatoria de la superficie cultivada, barbecho, descanso y tierras con potencial agrícola) alcanza a 8,9 millones de hectáreas, es decir, sólo el 8,1 por ciento del territorio nacional”, señala Ormachea. El investigador, con base en el estudio del Ministerio, añade que, si a estos 8,9 millones se restan las tierras que ya están siendo cultivadas y aquellas en barbecho o descanso, las tierras con potencial agrícola se reducen a la mitad, es decir a 4,5 millones. Ormachea resalta que en la medida en que la política gubernamental acordada con los agroindustriales está destinada a la producción de biocombustibles, es decir a potenciar los cultivos de caña de azúcar y soya, las tierras con potencial agrícola en Santa Cruz, Beni y Pando alcanzan a sólo 2 millones de hectáreas. “Como se puede inferir, una ampliación de la frontera agrícola a 13 millones de hectáreas supone sobrepasar ampliamente estos límites, por lo que el incremento de la frontera agrícola se expandirá a áreas de clara vocación forestal del uso del suelo, que incluyen los territorios indígenas, seguramente con resultados productivos de muy corto plazo, pero no sustentables a futuro; lo que ocurre hoy en la Chiquitanía expresa esta obsesión gubernamental”. 66


Ormachea señala que Bolivia se sitúa entre los países con menores rendimientos agrícolas de la región y con distancias abismales con relación a la productividad alcanzada por los países desarrollados. En el período comprendido entre 2005/2006 y 2016/2017, es decir durante el “proceso de cambio”, los rendimientos promedio anuales apenas sufrieron un muy ligero incremento de 4,76 toneladas métricas por hectárea a 4,96. Se requieren, por tanto, políticas públicas orientadas

a

mejorar

sustancialmente

la

productividad”.

El

investigador plantea que, considerando la propuesta gubernamental de lograr 13 millones de hectáreas para producir 45 millones de toneladas métricas hacia 2025, en realidad se retrocede en productividad, pues se alcanzaría un rendimiento de sólo 3,46 toneladas métricas por hectárea. “Gran regalo del MAS para celebrar el bicentenario de Bolivia, a costa, obviamente, de sus bosques y su biodiversidad”.

El estudio cuantifica 90 mil kilómetros cuadrados como la totalidad de superficie agrícola disponible. Unos 27.500 kilómetros cuadrados corresponden a la superficie cultivada. Hay otros 45 mil kilómetros cuadrados con potencialidad agrícola. La mayoría está en Santa Cruz, con 15 mil kilómetros cuadrados. Pando tiene 6 mil. Algo más de 9.500 kilómetros están reservados como zonas de descanso18.

Otra

descripción

empírica

también

ayuda

ilustrativamente

a

comprender los alcances de la fenomenología apocalíptica de la destrucción capitalista, sobre todo, en una de las periferias de la geopolítica del sistema-mundo moderno. Se enfoca la trágica situación

18

Leer Cedla: Gobierno pasa por alto sus cifras para la frontera agrícola. https://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20190903/cedla-gobierno-pasa-alto-sus-cifrasfrontera-agricola.

67


en

el

Chaco

húmedo

boliviano,

sobre

todo

en

la

geografía

administrativa denominada Chiquitana.

El incendio de magnitudes en la Chiquitanía ha destapado el tema de la distribución de tierras en el oriente boliviano. El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) ha negado que se haya dado permisos de asentamientos en las zonas del siniestro, pero las resoluciones emitidas desde marzo contradicen a esa repartición del Gobierno central. Entre el 11 y el 17 de marzo, el INRA entregó resoluciones de aprobación

de

asentamientos

a

las

llamadas

“comunidades

interculturales”, sectores sociales de colonizadores, movimientos sin tierra y gremios sindicalizados aliados al régimen de Evo Morales, que desde 2006 se vienen organizando para lograr tierras en los valles, oriente y Amazonía del país. Las resoluciones beneficiaron a grupos como la Comunidad Intercultural agroecológica Marcelo Quiroga Santa Cruz, adjudicada con 650 hectáreas de tierra y la Comunidad Agropecuaria Intercultural El Quebracho con 1.350 ha, ambas en San Miguel de Velasco; la Comunidad Intercultural Alborada logró 1.551 ha en San Ignacio; los interculturales Pampa Grande con 1.350 ha en San Rafael. Posteriormente, en marzo, el INRA volvió a dotar de tierras fiscales a estas comunidades colonizadoras, aprobando la entrega de 26.157 ha para la Federación de Interculturales de Santa Cruz, a fin de consolidar los asentamientos en las provincias Chiquitos, Cordillera, Ñuflo de Chávez y Velasco de Santa Cruz. Otro documento muestra la lista de 26 comunidades afiliadas a la Central Única de Campesinos de Santa Cruz, que se beneficiaron con resoluciones de asentamientos por más de 60 mil hectáreas a un promedio de 1.500 ha por comunidad, en un proceso que abarcó desde febrero a abril de este año.

68


El director nacional del INRA, Roberto Polo, había negado que esa entidad hubiera aprobado los asentamientos en las zonas en las que se produjo el incendio, que hasta la fecha no ha podido ser sofocado, aunque la magnitud y cantidad de focos de calor se redujeron, supuestamente, un 80 por ciento, quedando 142 puntos reportados. “Nosotros desmentimos categóricamente a la población en general que los focos de calor hubieron sido a raíz de los asentamientos. Reitero, no tenemos asentamientos desde el 2018 y en la actualidad no se están haciendo asentamientos”. Sin embargo, el documento de aprobación de asentamientos para la Central Única de Campesinos de Santa Cruz incluye al municipio de Roboré, donde se presume comenzó el siniestro que hasta hoy ha provocado la pérdida de 1,1 millón de hectáreas y mantiene 30 incendios activos en la zona de la Chiquitanía. Entre Pailón, Roboré y San José de Chiquitos figuran nueve comunidades beneficiadas con terrenos para la expansión de la frontera agrícola. En Roboré, específicamente, se encuentran la Comunidad Campesina Agroforestal Aguas Claras y la Comunidad Tupac Amaru, esta última cercana a Tucavaca, donde a fines de 2018 hubo resistencia para el ingreso de colonizadores a la zona por existir ahí una reserva natural. Mientras desde el régimen de Evo Morales se rechaza el tema de asentamientos, los activistas y cívicos cruceños desplazados en la Chiquitanía han verificado que existe tala de árboles y apertura de caminos.

También

se

muestran

en

imágenes

carteles

de

las

comunidades interculturales con nombres como “San Lorenzo”, “Miraflores”, hasta “Comunidad Evo Morales”. El director del INRA también anunció dar cumplimiento a la “pausa ecológica” que decretó el

mandatario

del

Estado

Plurinacional.

“Se

ha

suspendido

absolutamente todo, así como se ha instruido a la Unidad de Catastro a nivel nacional que no se va a permitir la mutación y la transferencia de bienes en el lugar en cuanto no se tenga todo este desastre controlado”.

69


Para el director de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, las tierras afectadas por el incendio son precisamente aquellas que el INRA repartió desde 2018, pues el 70 por ciento de las hectáreas quemadas son tierras fiscales y de empresas agropecuarias. Colque, en palabras al matutino Los Tiempos, confirmó que los incendios afectan a los municipios de San José de Chiquitos, San Rafael, San Ignacio de Velasco, San Matías, Roboré y Puerto Suárez. La Fundación Tierra calcula que existen más de mil comunidades asentadas en la Chiquitanía, desde el inicio del “proceso de cambio” en 2006, con políticas gubernamentales que promovieron además los “perdonazos” a las quemas y desmontes ilegales. El investigador y abogado del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), Leonardo Tamburini, publicó en su cuenta de Facebook, las diez normativas elaboradas durante la última gestión de Evo Morales, para ampliar la frontera agrícola en deterioro de las tierras, reservas naturales y territorios indígenas. Tamburini llama “paquetazo” a estas leyes y decretos, fruto del consenso entre el MAS y el empresariado de Santa Cruz y Beni, que van desde la Ley 337 de 2013, que estableció el “perdonazo” a los desmontes ilegales desarrollados entre 1996 a 2011, hasta el polémico Decreto Supremo 3973 de julio de 2019, que amplió el desmonte de bosques y la quema controlada en tierras comunitarias en ambos departamentos. “Se debe cambiar el modelo productivo agroextractivista, que supone la liquidación de los bosques nacionales”. La distribución de tierras del régimen de Evo Morales coincide con el informe de la Fundación Tierra de 2011, que identificó zonas de expansión agrícola y ganadera en Santa Cruz, que tenía importante presencia de empresas de Brasil. La Chiquitanía, en un mapa elaborado por esa organización, se encuentra justo en la zona que va desde San Miguel a Puerto Suárez, con esta región amazónica en medio, caracterizada como “área de expansión agrícola”.

70


En marzo, cuando el entonces director del INRA y actual viceministro de Tierras, Juan Carlos León, entregaba la resolución de asentamientos a la Federación de Interculturales de Santa Cruz, que incluyó parte de la provincia Chiquitos, conminaba a los colonizadores a apresurar la instalación de cultivos. “De estas 26.000 hectáreas, quisiéramos que para el siguiente año estén cultivadas 6.000 hectáreas. Sabemos que se requiere capital para producir, es importante que ustedes produzcan para aportar a la Seguridad Alimentaria del país”. El 9 de julio el consejo de ministros aprobó el Decreto Supremo 3973 dictado por el mandatario Evo Morales, con el que se amplió la acción de desmonte de tierras a las llamadas “tierras comunitarias”, es decir, aquellas que el INRA ya había aprobado para la acción de los interculturales meses antes. El anterior decreto 26075 de 2001, que fue modificado con esta norma presentada en la sede de la Federación de Ganaderos de Beni, solo aprobaba el desmonte en tierras privadas y según reglamentos departamentales.

El

D.S.

3973

agregó

la

figura

de

“tierras

comunitarias” y también incluyó a Beni en los permisos de “quemas controladas” o “chaqueos”, que ya se daban en Santa Cruz. Con el siniestro de la Chiquitanía, el Gobierno quedó marcado como “ecocida” y “biocida”. Sin embargo, las posiciones ambientalistas quedan cortas con un tema que hace a la redistribución de las tierras de oriente y Amazonía en favor de los sectores corporativos que son la base social del régimen socialista populista de Evo Morales. Datos últimos de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano hablan de 40 millones de árboles con valor comercial perdidos por el siniestro, que tendrían un valor de mercado de 1.140 millones de dólares en este bosque seco, además de alertar sobre 1.200 especies de fauna afectada entre 43 ejemplares de anfibios, 140 reptiles, 788 aves y 242 mamíferos19.

19

Leer Siniestro de la Chiquitanía destapa masiva distribución de tierras del oriente para interculturales. http://www.visorbolivia.com/noticia/5656.

71


Lo sugerente de estas descripciones empíricas es que nos muestran las correlaciones y vinculaciones entre dispositivos jurídicos y políticos con los desplazamientos de la destrucción ecológica. Por otra parte, es importante anotar, que proporcionalmente, la magnitud de la destrucción de la Amazonia es relativamente mayor en Bolivia que en Brasil. El aditamento, un tanto distinto a lo que ocurre en Brasil, es que el gobierno boliviano se presenta como “defensor de la Madre Tierra”, aunque, ciertamente, desde el conflicto del TIPNIS y la evidencia de la Cumbre de Naciones Unidas de Cancún se ha caído la careta; en cambio,

el

gobierno

fascista

criollo

brasilero

se

presenta

descarnadamente tal como es, incluso en sus propios discursos desnudos y provocadores. Empero, este contraste complementario nos muestras que es inocuo tratar de diferenciar a los gobiernos por la forma ideológica con la que se presentan, pues, al margen de que esto tenga efectos en la convocatoria discursiva a los pueblos, se trata de dispositivos discursivos diferenciales al servicio de lo mismo, el funcionamiento de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, en su etapa tardía y de dominancia del capitalismo financiero y especulativo.

En Bolivia, se ha tratado de presentar los incendios como un accidente, en el mejor de los casos, como un descontrol del chaqueo, que estaba normado como “quema controlada”, en el peor de los casos, en su forma grotescamente manipuladora, como una extensión casual de los incendios dados en el Brasil y en Paraguay. Sin embargo, esta versión oficialista cae por su propio peso, pues no puede ocultar ni las políticas extractivistas del gobierno, tampoco sus dispositivos jurídicos, leyes, normas, reglamentos, que alientan la ampliación de la frontera agrícola, incluso avanzando en áreas de vocación forestal. Por otra parte, no pueden ocultar lo que efectivamente ha ocurrido, la entrega de

tierras

a

“comunidades”

de

colonizadores,

mal

llamados

“interculturales”, además de las concesiones dadivosas a la burguesía 72


agroindustrial de la soya y también, en su desenvolvimiento, del añorado biocombustible, acompañado por la promoción de los transgénicos.

En otras palabras, observando lo que ocurre en Sud América, en la álgida coyuntura de crisis ecológica del presente, lo que acaece en la Amazonia, tanto brasilera como boliviana, así como en la Amazonia peruana, además de lo que acaece en el Chaco paraguayo, corresponde a los costos de muerte ecológica del desarrollo del capitalismo en su etapa tardía, es decir, financiara, especulativa y desbordadamente extractivista. Que se den perfiles de gobierno distintos, en rostros diferentes

de

presidentes,

no

sugiere

otra

cosa

que

el

desenvolvimiento destructivo del capitalismo puede darse en distintas versiones políticas.

73


Conclusiones

1. Las máquinas ecocidas, que son las máquinas capitalistas, además, en su contexto mayor, máquinas de poder, despliegan, en plena modernidad tardía, cuando se combinan barrocamente, una vinculación perversa de tecnologías de última generación con la destrucción atroz de las formas de vida en el planeta, son máquinas de guerra sofisticadas de la civilización moderna contra la vida.

2. El funcionamiento de estas máquinas corresponde a la heurística depredadora del sistema-mudo capitalista, sobre todo, en la etapa de la dominancia del capitalismo financiero, especulativo y demoledoramente extractivista.

3. La crisis ecológica es planetaria, no está focalizada en algunas regiones o espacios cardinales del planeta. La diferencia radica en que, desde la perspectiva de la geopolítica sistema-mundo capitalista, las regiones de las periferias tiene que pagar, fuera del desarrollo desigual y combinado y la desigualdad diferencial de los términos de intercambio, además de la proletarización generalizada de sus poblaciones, con la destrucción sistemática e irreparable de sus bosques y de sus suelos.

4. En Brasil, el proceso de la destrucción ecológica, que, obviamente comenzó antes, y comprometió a los “gobiernos progresistas” del PT, ha cobrado una desmesura descomunal en el gobierno de Jair Bolsonaro. En Bolivia, en la tercera gestión de los gobiernos de Evo Morales Ayma, también denominado “progresista”, la desmesura 74


descomunal de la destrucción ecológica cobra apocalípticamente magnitudes escalofriantes.

5. La

alianza

de

los

gobiernos

del

PT

fue

desplazándose,

paulatinamente, con los distintos estratos de la burguesía, primero con la burguesía industrial, lo que es comprensible, después, con los estratos burgueses, mas bien, especulativos. El gobierno de Jair Bolsonaro, a pesar del perfil desnudamente fascista criollo, puede leerse como continuidad de lo que se venía proyectando, a pesar de la diferencia en las políticas sociales, de salud y del trabajo. En otras palabras, las gestiones corrosivas de los últimos gobiernos del PT cavaron la sepultura del proyecto “progresista”. En circunstancias catastróficas de crisis múltiple del Estado, en el contexto coyuntural del derrumbe ético y moral del proyecto “progresista”, emerge, casualmente, un personaje altamente anacrónico, de los estratos de la

lumpen-burguesía,

aliada,

por

cierto,

a

los

estratos

recalcitrantemente conservadores de la oligarquía “café con leche”.

6. La alianza del gobierno de Evo Morales con los estratos más conservadores de la burguesía boliviana, sobre todo con los estratos más depredadores, patentiza no solamente el decurso de la genealogía del poder del “gobierno progresista”, sino la fatalidad ineludible del circulo vicioso del poder y del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente.

75


Las formas aparentes de la política en la coyuntura de la catástrofe ecológica

76


El campo político pareciera funcionar independientemente de lo que ocurre en los otros campos sociales, pero, no es así, es solo una apariencia. Es más, pareciera funcionar independientemente de lo que ocurre en los espesores ecológicos, pero, no es así, es solo una apariencia. Cuando se dice que pareciera, esto ocurre en la ideología, como una ilusión; pero, la ideología se desenvuelve en lo imaginario, aunque sustentada en aparatos ideológicos, que no son imaginarios, sino que son máquinas de poder. De las manifestaciones de la política moderna, más apegadas a la “verdad” ideológica, una de ellas, la más trivial, es lo que acontece en el plano de la concurrencia electoral. Los contrincantes se presentan como si estuvieran en un “campo de batalla”, claro está que se trata de un campo de batalla simulado, una comedia del teatro político; sin embargo, la masa de votantes asiste al espectáculo tomándolo en serio.

En Bolivia, asistimos a unas elecciones apócrifas, pues se efectúan en condiciones

de

imposibilidad

democráticas;

se

desconoce

la

constitución, se desconoce el referéndum que prohíbe la re-postulación del presidente, se desconocen las reglas del juego democrático y la institucionalidad, al imponer tribunales truchos, tanto el TSE como el TCP. Entonces, el teatro político de la concurrencia electoral se efectúa redoblado; resulta un espectáculo montado en otro espectáculo, una simulación al cuadrado. En estas condiciones, la campaña electoral, es decir, el “campo de batalla” electorero, resulta una comedia montada en otra comedia. El supuesto debate entre contrincantes resulta tan chocante como una comedia bufa, presentada como si fuese una representación de teatro clásico. El problema es que el público espectador se lo toma en serio, asiste al espectáculo como si se tratase de representación de teatro clásico. Saldrá defraudado.

77


La política, que es el ejercicio de la democracia – la formal -, entendida como concurrencia de fuerzas por la representación del pueblo, en el mediano o largo plazo, parece desgastarse, convirtiéndose, de representación de la concurrencia de fuerzas políticas, en una impostura de la representación. Las fuerzas políticas ya no disputan la convocatoria popular, distribuida, en este caso, en perfil de la votación, sino que disputan cuotas del escamoteo de la voluntad general, pues la voluntad ya no es del pueblo, sino de los partidos políticos, corroídos por el poder hasta la médula.

En las condiciones de la elección apócrifa, se disputa el espacio de la doble simulación. No habiendo condiciones democráticas para la efectuación de elecciones, se obvia este requisito indispensable y se ingresa a un desfalco redoblado de la voluntad general. Lo que llama la atención es que a sabiendas oficialistas y “opositores” se encaminan a jugar a las elecciones, que de antemano están preformadas. Llama más la atención cuando los propios “opositores” acusan a los oficialistas de no respetar el referéndum y de preparar un fraude, contando con un árbitro bombero, el TSE trucho. ¿Por qué lo hacen?

Ocurre como si supieran que van a perder y de todas maneras se prestan a la comedia electoral. Antes, en otro escrito, dijimos que este comportamiento, la relación entre oficialistas y “opositores”, parece una relación sadomasoquista; sin embargo, ahora aparece como una complicidad sorda, donde unos y otros cumplen su papel de contrincantes, para satisfacer a la ingenuidad de los votantes.

El pueblo, que es el referente de la legitimación del poder, a través de la concurrencia electoral, se ha convertido en el convidado de piedra; está ahí para guardar las apariencias. Si no estuviera, fallaría la 78


comedia misma. El día de las elecciones, el pueblo va a ir a votar por candidatos que ya están prorrateados en las mismas encuestas, que son instrumentos de la publicística y de la propaganda. Es un juego donde los resultados se saben de antemano, empero, la masa de votantes asiste con la ilusión de que su voto decide. En este escenario, su voto ya está decidido.

Una segunda cosa que llama la atención es el papel que juegan los votantes. Gran parte de ellos se aferran a la ilusión de que deciden con su voto; esta ilusión es parte de los mecanismos de la reproducción del poder, dicho de mejor manera, de la repetición del círculo vicioso del poder. Entonces, los partidos políticos se van a encargar de reforzar esta ilusión por medio de la propaganda, incluso por medio de aparentes batallas campales, donde los candidatos se desgarran las vestiduras. Es más, cuentan con los instrumentos más efectivos para que esto ocurra, cuentan con los aparatos ideológicos por excelencia en la modernidad tardía, los medios de comunicación de masa.

El contexto de estas elecciones apócrifas no pueden ser más características de lo que decimos. Teniendo como antecedente no solo un referéndum donde pierde el oficialismo la oportunidad de legalizar la reelección prohibida por la constitución; dos elecciones de magistrados donde gana el nulo, anulando la posibilidad legitima de elegir magistrados; la derrota, por medio de una movilización ciudadana, de imponer una ley inquisidora, la del Código penal; la tercera derrota de la guerra del Pacífico en la Haya; sino sobre todo, el antecedente de la regresión y el desmantelamiento de la constitución, durante las gestiones de gobierno, que vienen desde el 2009, paradójicamente

cuando

se

promulga

la

constitución.

Las

características de este contexto se pueden resumir en el señalamiento 79


de que se trata de una descomposición política e institucional de gran envergadura, lo que hemos llamado la decadencia política. Bueno pues, la

realización

de

estas

elecciones

apócrifas

va

a

patentizar

fehacientemente el decurso sinuoso de esta decadencia política, donde la población votante va a ser cómplice participe de esta descomposición política e institucional, que puede estar señalando síntomas de una grave descomposición social.

Lo más grave del contexto es la catástrofe ecológica del Chaco y la Amazonia, donde se han incinerado más de cuatro millones de hectáreas de bosques y pastizales. Los más de 4 millones de hectáreas incineradas de bosques y pastizales, el mapa de su distribución, la manera de propagación, la forma de volverse a encender, después de haber sido apagados los focos y su expansión, nos muestran que todo esto ha ocurrido como operación militar. En este contexto, el alcance de la gravedad de la catástrofe ecológica, la situación abrumada por antecedentes cuestionable, también por la conducta de flagrante violación de la constitución, del referéndum, de las reglas del juego democrático, de la institucionalidad, no hay condiciones adecuadas para efectuar elecciones, que, obviamente no serán democráticas. Amerita la suspensión de éstas, antes de ingresar a un descalabro de la crisis mayor de lo que ya acontece. Pero, no parece que fuera esto a ocurrir. El TSE trucho está embarcado en su grotesca comedia electoral, violando todo lo que respecta al orden constitucional e institucional, el gobierno y sus órganos de poder, están enfrascado en llevar adelante las apócrifas elecciones, es más, la llamada oposición está comprometida hasta el tuétano en la complicidad con la concurrencia ilegitima que se avecina.

80


Las formas aparentes de la política nos muestran el funcionamiento de la política en la modernidad tardía. La política, de ejercicio de la democracia, se ha convertido en un espectáculo mediático; ya no se trata del juego de la concurrencia electoral, sino del juego de la simulación. Importa más aparentar que ser, simular que hacer. El arte del convencimiento de la antigua retórica se ha convertido en el arte de impresionar, de tal manera, que el raciocinio de la opinión pública quede anulado. Así como en el mercado se vende más por publicidad que por cualidad de las mercancías, en la concurrencia política se vende más por lo que llaman los publicistas la “imagen”. La política ahora, en la etapa decadente de la genealogía política, es más el ejercicio de la apariencia, dejando atrás el ejercicio de la concurrencia democrática por las representaciones y las delegaciones.

En las elecciones de octubre de 2019 no importa cuanto haya ocurrido, cuanto no se haya cumplido, si hay o no condiciones de posibilidad democrática, si hay catástrofe ecológica de dimensiones apocalíptica, lo que importa es el peso apabullante de la manipulación mediática y el alcance descarnado de la imposición de los aparatos de poder. Lo que importa es haber anulado el raciocinio de la opinión pública, acompañando este anulamiento con la convocatoria de la masa elocuente de llunk´us, a quienes les importa sus propios juegos microfísicos de poder. Lo que importa es contar con la complicidad de una oposición pusilánima, interesada en acceder a un número apreciable de curules.

81


Nuevos horizontes

82


Se trata de volver a los despliegues y repliegues en lo que respecta a la reflexión y a la exposición de la reflexión, por eso mismo, en lo que respecta a la escritura, es decir, la narración, la construcción de la narrativa, que también podemos nombrar la construcción del sentido. Pues bien, se trata de volver a la evaluación de lo hecho, así como también de avanzar, desplazarse hacia nuevos horizontes, dejando los anteriores logrados. Ya hicimos antes

durante

las respectivas

evaluaciones, incluso críticas y autocríticas, que conllevaron sus propios desplazamientos y rupturas. Nos remitimos a los ensayos donde se exponen las mismas20. Ahora lo que importa es intentar nuevos desplazamientos y quizás hasta rupturas epistemológicas, aunque no solo. Para comenzar sería bueno abrir senderos hacia nuevos horizontes. En esta perspectiva vamos a proponer por lo menos cuatro hipotéticos senderos, que recogen lo aprendido y buscan abrirse a otros agenciamientos y experiencias, que

llamamos nuevos

horizontes.

20

Ver Balance y autocrítica. También Balance del análisis crítico a los gobiernos progresistas. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/01/balance-y-autocritica/. https://pluriversidadoikologas.wordpress.com/2017/09/20/balance-del-analisis-critico-a-los-gobiernosprogresistas/.

83


Senderos

1. Nadie puede cambiar el mundo, el mundo se cambia por sí solo. 2. Lo más importante y sublime del ser humano es el acto heroico por cambiar el mundo e inventar mundos nuevos.

3. El ser humano está íntimamente ligado a los seres orgánicos del planeta, su porvenir depende del porvenir del conjunto de los seres orgánicos. Las sociedades humanas están íntimamente ligadas a las sociedades orgánicas del planeta, el porvenir de las sociedades humanas depende del porvenir del conjunto de las sociedades orgánicas. También el ser humano depende de los ciclos vitales integrados del planeta y de las complejas composiciones materiales y energéticas que hacen al planeta. 4. Por si solo el ser humano no puede salvar al planeta de la crisis ecológica, requiere de la participación del conjunto de los seres orgánicos, del conjunto de las sociedades orgánicas, del conjunto de los ciclos vitales y de las dinámicas materiales y energéticas planetarias.

84


Exposición

El primer sendero que abrimos supone la tesis de que nadie controla la complejidad,

sinónimo

de

realidad,

que

comprende

dinámicas

complejas; por eso, las acciones que se realizan desatan efectos de masa que no se controla. En otras palabras, las intencionalidades, los proyectos inherentes, la voluntad en juego, no se realizan como se esperaba, pues en el mundo efectivo se conectan con múltiples fuerzas y dinámicas que se articulan, integran y se sincronizan, dando como resultado lo inesperado, o más bien, la resultante de la participación de todas las fuerzas y dinámicas de la complejidad, sinónimo de fuerzas y dinámicas de la realidad.

En lo que respecta al segundo sendero, el aporte primordial del ser humano es el acto heroico, la entrega romántica, el derroche, por medio del cual pretende cambiar el mundo. Esta es su incidencia y participación en las dinámicas de la complejidad; su aporte, en el complejo juego de las fuerzas y dinámicas planetarias. Pero, de aquí no se puede pretender que cambie el mundo tal como se quiere, tal como su proyecto lo sugiere. Lo que el ser humano quiere es la realización de su voluntad puesta en escena, su proyecto es el ideal que persigue, pero el mundo efectivo no se reduce a la representación que tiene el ideal; por lo tanto, es tan solo una herramienta manejada para lograr los objetivos que se propone. Los objetivos que se propone también son orientaciones en los tejidos espaciotemporales de la complejidad. El acto heroico es la entrega del ser humano a lo que desconoce, si se quiere, metafóricamente, su sacrificio.

En lo que respecta al tercer sendero, la perspectiva de la ecología compleja, los ciclos ecológicos del planeta suponen la articulación, 85


integración y sincronización de las dinámicas de los ecosistemas. Los efectos de las sociedades modernas en los ecosistemas y en el planeta inducen a resincronizaciones planetarias21. Hay que leer el eufemismo del “cambio climático” como resincronización planetaria, debido a los efectos ocasionados por las sociedades humanas en lo que respecta a la contaminación, depredación y destrucción de los ecosistemas, no solo por lo que se ha venido en llamar, también eufemísticamente, “efecto invernadero”, relativo a la emisión de gases que ocasionan el calentamiento

global, sino

por

la

destrucción taxativa de

los

ecosistemas por el avance de la frontera agrícola, la frontera minera, la frontera hidrocarburífera. En consecuencia, el planeta Tierra, que es un ser vivo complejo, que contiene multiplicidades de formas de vida, que, a su vez, suponen multiplicidades de procesos singulares, composiciones

y

combinaciones

singulares

de

singularidades

asociadas, hasta en sus formas individualizadas de seres, se resincroniza, de acuerdo con las lógicas inherentes de las dinámicas complejas ecológicas.

Lo que haga el ser humano al respecto, forma parte de una de las múltiples incidencias en las dinámicas ecológicas. En este sentido aporta y participa, pero no depende de lo que haga lo que ocurra. Lo que ocurra depende del conjunto de incidencias de las complejidades dinámicas en el perfil integral planetario. De todas maneras, el mejor aporte que puede hacer el ser humano, como lo dijimos, es el acto heroico, el entregarse, dar todo de sí, para resolver la problemática de la crisis ecológica. Que no lo haga, es renunciar a su participación, optar por la voluntad de nada, por el camino nihilista de la desaparición.

21

Ver Re-sincronizacion planetaria https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/resincronizacion_planetaria.

86


En relación con el cuarto sendero, el enunciado lanza un mensaje: para resolver las problemáticas en las que se encuentra el ser humano, como enfrentando varias encrucijadas a la vez, tiene que reinsertarse a los ciclos vitales, dejar de creer en la tesis ecocida de la modernidad de que el deber del hombre es dominar la naturaleza. Esto implica abandonar el horizonte de la civilización moderna, que ya se ha agotado, que ya se ha clausurado, e incursionar en horizontes nuevos, abiertos por el acto heroico humano ante las tragedias y los dramas que conlleva la crisis ecológica. En este sentido, debe incursionar en la comunicación con el resto de los seres y las sociedades orgánicas con las que cohabita en el planeta. El porvenir del ser humano se encuentra en el campo de posibilidades de la reinserción de las sociedades humanas con los ciclos vitales planetarios, en lograr conformar y construir sociedades ecológicas.

87


Perspectiva

Hablando

de

la

perspectiva

que

asumimos

y

desde

la

cual

vislumbramos el porvenir, antes, tenemos que repasar las definiciones dadas de este término y concepto. Se dice que la perspectiva tiene que ver con el estilo de representar uno o varios objetos en una superficie plana, que da idea de la posición, volumen y situación que ocupan en el espacio con respecto al ojo del observador. También se dice que "la perspectiva supone la contemplación del mundo desde un solo punto de vista, desde un ojo único que abarca todo el panorama; el refulgente logra auténticos efectos de buena perspectiva en la representación de los pliegues y vestiduras de los personajes, además de una buena caracterización de los rostros. Se trata del arte de representar los objetos de esa manera, tal como aparecen a la vista. "Todos los tratadistas subrayan el hecho de que con la perspectiva se busca la producción de un espacio racional, infinito, constante y homogéneo; la perspectiva artificial responde a la búsqueda de una solución técnica para representar icónicamente los fenómenos de la tridimensionalidad del mundo natural".

El término perspectiva que, en latín se dice perspicere, que significa para ver a través de, se utiliza en las artes gráficas para designar a una grafía, generalmente sobre una superficie plana, de un motivo tal como es percibido por la vista, de forma que se pueda vislumbrar su configuración

tridimensional.

Geométricamente,

estas

representaciones se obtienen a partir de la intersección de un plano con un conjunto de visuales, las líneas rectas que unen los puntos del objeto representado con el punto desde el que se observa, denominado el punto

de vista. Se han dado

dos tipos fundamentales de

88


perspectivas, en función de la posición relativa entre el modelo representado y el punto de vista:

Perspectiva cónica, también denominada perspectiva central, sus características más distintivas son que los objetos figurados son más pequeños a medida que aumenta su distancia al observador; la convergencia en un punto de fuga de la grafía de las líneas paralelas del modelo. Las visuales forman un haz cónico, con su vértice en el punto de vista. Las fotografías producen este tipo de perspectivas, mediante un elemento fotosensible, que recoge la imagen proyectada desde el foco de una lente, al igual que los ojos de los animales superiores, en los que se forma una imagen sobre la superficie de la retina, proyectada desde el foco del cristalino.

Perspectiva axométrica, es un tipo de proyección en la que todas las visuales son paralelas entre sí, lo que equivale a que el punto de vista se sitúe en el infinito. En este tipo de perspectivas, las líneas paralelas en el modelo conservan su paralelismo en la imagen, por lo que los objetos no reducen su tamaño a medida que se alejan del observador, ni existe ningún punto de fuga en el que converjan las líneas del dibujo. Es un sistema de representación gráfico más ligado a la ciencia y a la técnica que al arte22.

22 Bibliografía: Martin Kemp (2000). La ciencia del arte: la óptica en el arte occidental de Brunelleschi a Seurat. Ediciones AKAL. p. 382. Lecturas adicionales: Andersen, Kirsti (2007). The Geometry of an Art: The History of the Mathematical Theory of Perspective from Alberti to Monge. Springer.Damisch, Hubert (1994). The Origin of Perspective, Translated by John Goodman. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. Hyman, Isabelle, comp (1974). Brunelleschi in Perspective. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall. Kemp, Martin (1992). The Science of Art: Optical Themes in Western Art from Brunelleschi to Seurat. Yale University Press.PérezGómez, Alberto, and Pelletier, Louise (1997). Architectural Representation and the Perspective Hinge. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Perspectiva.

89


Teniendo en cuenta las anteriores definiciones heredadas, diremos que nosotros asumimos una perspectiva ecológica y compleja. Claro que, a diferencia de las definiciones anteriores, ligadas a la representación del arte, la técnica y la ciencia, hacemos hincapié en la perspectiva epistemológica de la complejidad. Nos remitimos, al respecto, a ensayos anteriores, pertinentes al tema de reflexión23. Cuando hablamos de perspectiva ecológica nos referimos a la configuración compleja

de

los

espesores

de

los

tejidos

espaciotemporales-

territoriales-sociales dados en el planeta. Cuando hablamos de perspectiva compleja nos referimos a las dinámicas de la simultaneidad dinámica, que, obviamente son complejas en el contexto del multiverso. Bueno, entonces, al asumir la perspectiva ecológica y la perspectiva de la complejidad lo que hacemos es trasladarnos a un universo

de

cuatro

dimensiones

desplegadas,

largo,

ancho,

profundidad y tiempo, y siete dimensiones plegadas, conjeturadas por la teoría de las cuerdas.

La perspectiva ecológica y la perspectiva de la complejidad, ya no solo como representaciones complejas de la realidad efectiva, de la potencia de la vida y de la existencia, sino como convocatoria, pero, no

convocatoria

política,

menos

ideológica,

sino

convocatoria

existencial, es decir, integral, demandante de la misma totalidad que nos constituye. Estos puntos de vistas, puestos en juego, en acción y en escena, múltiples y simultaneaos, que intuyen y comprenden el devenir de la sincronización, desincronización y resincronización planetaria, se convierten no solo en los artífices de la configuración de la complejidad de la crisis ecológica, sino en las proclamas que

23

Ver Ecología compleja. También Episteme compleja, así como Hacia una ciencia compleja del espacio. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/ecolog__a_compleja_2. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/episteme_compleja. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/hacia_una_ciencia_compleja_del_espa.

90


interpelan al ser humano a actuar en consecuencia, a dar de sí, a arrojarse en el acto heroico para salvar a las sociedades humanas y reinsertarlas a los ciclos vitales.

La perspectiva ecológica y la perspectiva compleja nos muestran que, si no hay cambios radicales en la estructura estructurante misma de la institucionalidad de las sociedades humanas, no hay porvenir para el ser humano; la humanidad no podrá sobrevivir a la crisis ecológica. Las perspectivas mencionadas nos ayudan a una evaluación crítica de las genealogías del poder de las sociedades humanas, de las arqueologías de los saberes modernos y de las hermenéuticas clásicas y modernas del sujeto. En resumen, los proyectos desplegaros de las sociedades humanas, comprendiendo periodos, etapas, eras históricas, geografías culturales, geopolíticas imperiales, ideologías, economías del mercado o de la producción, han fracasado. No se puede insistir en estas formas, conformaciones

histórico-políticas,

jurídico-políticas,

económico-

sociales-culturales de la modernidad. Es menester clausurarlas e iniciar viajes a los nuevos horizontes.

91


La perspectiva ecolรณgica y la perspectiva compleja

92


La perspectiva ecológica corresponde a las dinámicas de los espesores territoriales y planetarios, la perspectiva compleja corresponde a las dinámicas de la simultaneidad dinámica del tejido espacio-tiempo. La perspectiva ecológica requiere sea configurada por lo menos en las cuatro dimensiones desplegada, ancho, altura, profundidad y tiempo; la perspectiva compleja requiere ser configurada en las cuatro dimensiones desplegadas anteriores y en siete dimensiones plegadas, según la teoría de las cuerdas. Ambas perspectivas nos ayudan a comprender el planeta y el multiverso desde la complejidad ecológica y desde la sincronización de los tejidos del espacio-tiempo. Estos cambios de referentes y de perspectivas son indispensables al momento de buscar la comprensión de la problemática que se presenta como crisis ecológica, lo que eufemísticamente se nombra “cambio climático” y que implica una resincronización planetaria, dada la magnitud apocalíptica de la contaminación, de depredación y la destrucción de los ecosistemas, ocasionados por las sociedades humanas modernas. La comprensión de esta problemática es urgente, puesto que está en cuestión la sobrevivencia humana en el planeta. No se trata de ninguna especulación, mucho menos de una profecía bíblica, sino de las consecuencias deducibles de los informes científicos sobre la situación planetaria en la actualidad. Entonces, de los que se trata es de saber sobre el funcionamiento complejo de la crisis ecológica. Tal parece que el planeta se encuentra perturbado en lo que respecta a los ciclos vitales, los mismos que no logran reproducirse sincrónica, integral y armónicamente, sino que, rotos los equilibrios, se desbocan en secuencias perturbadas, generando lo que se ha venido en llamar “calentamiento global”.

Se puede decir, figurativamente, que el planeta ha cambiado, que es otro planeta, precisamente debido a la crisis ecológica generada. Pregunta:

¿En

el

planeta,

que

se

transforma,

es

posible

la 93


sobrevivencia humana? Desde los ensayos sobre la imaginación y el imaginario radicales, además del ensayo de Más acá y más allá de la mirada humana24, afirmamos, que en las condiciones de la crisis ecológica y del planeta, crisis que se ahondaría después, ya no es posible la sobrevivencia humana, que la vida continuaría, pero sin el ser humano. Esta aseveración viene dada en una interpretación apocalíptica,

pero

también,

sustentada

en

esa

posibilidad

y

probabilidad. También se trata de la construcción de una narrativa convocante a los pueblos y las sociedades humanas, exigiendo cambios radicales de sus esquemas de conductas y comportamientos. Lo que implica definitivamente cambio civilizatorio. En todo caso, lo que vaya a ocurrir depende de la voluntad de potencia del ser humano, para hablar de una manera universal, sobre todo ontológica. Para decirlo fácilmente, de una manera resumida y esquemática, si el ser humano no logra liberar su potencia social y queda, mas bien, atrapado, en las formas genealógicas de la voluntad de nada, entonces, su desaparición del escenario planetario es una posibilidad bastante probable. Como pueda vivir después o durante el desenvolvimiento intenso y expansivo de la crisis ecológica, va a parecerse a una dilatada agonía.

Ciertamente, hay como hipótesis de ciencia ficción que pronostican la sobrevivencia humana, suponiendo una perversión mayor de la civilización moderna, llevando a extremo las características más vertiginosas, sobre todo aquéllas que tienen que ver con las revoluciones tecnológicas. Sin embargo, estas hipótesis apócrifas, para calificarlas de alguna manera, no son sostenibles, salvo en la imaginación delirante. En primer lugar, porque bajo el supuesto del desencadenamiento de la crisis ecológica en niveles desbordantes o de

24

Ver Imaginación e imaginario radicales; también Más acá y más allá de la mirada humana. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/imaginaci__n_e_imaginario_radicales. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/m__s_ac___y_m__s_all___de_la_mirada.

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una guerra nuclear, la civilización moderna, como civilización de la valorización abstracta y de la transformación vertiginosa, basada en las revoluciones científicas y tecnológicas, no podría darse, sustituida, mas bien, por lo que podríamos llamar regresiones barrocas. En este caso son más coherentes las hipótesis que se imaginan un barroco medieval y moderno anémico. En otras palabras, no habría cabida al desarrollo científico y tecnológico, así de simple.

Una deducción de este panorama tiene que ver con que no son sostenible las tesis conservadoras elitistas, que apuestan a un mundo altamente jerarquizado y estructurado, basados en la supremacía. Las burguesías actuales, la hiper-burguesía de la energía fósil, que domina el mundo, no podrán dominar, tampoco subsistir, pues no contarían con las condiciones de posibilidad histórico-políticas-culturales para su dominación; tampoco contarían con una estructura social basada en la diferenciación de trabajadores no propietarios y propietarios no trabajadores, que se genera gracias al monopolio de los medios de producción. Medios de producción que suponen la revolución industrial y las posteriores revoluciones científicas y tecnológicas, cibernéticas, informáticas y comunicacionales, además de administrativas. Al haberse quebrado la posibilidad de la continuidad de este desarrollo civilizatorio, se regresaría, figurativamente, usando una metáfora discutible, pero ilustrativa, usada antes, a la barbarie.

Teniendo en cuenta estas condiciones de posibilidad estructurales estructurantes de lo que se parece a un apocalipsis, usando la metáfora, lo que llama la atención es la persistencia en el mismo modo de producción, mejor dicho, modo de acumulación abstracta, que se sustenta en la muerte del planeta, de parte de las élites que dominan el mundo. No logran entender, que tampoco ellas podrán subsistir, ni 95


reproducirse

como

tales.

Entonces,

en

consecuencia,

su

comportamiento testarudo y persistente no significa otra cosa que un suicidio.

Ahora bien, lo que es aconsejable, es tratar de aplicar lo que decimos en la comprensión de un fenómeno local y regional de la crisis ecológica. Ya lo hicimos respecto a la Amazonia y al Chaco 25. Retomando estas descripciones e interpretaciones, intentaremos configurar el mapa dinámico de lo que ha ocurrido y lo que ocurre en estos ecosistemas, y lograr una interpretación ecológica y compleja.

25

Ver La Amazonia y el Chaco arden, también Los síntomas del Apocalipsis, sí como Máquinas del ecocidio y de la subalternidad. https://www.bolpress.com/2019/08/24/la-amazonia-y-el-chaco-arden/. https://www.bolpress.com/2019/08/31/los-sintomas-del-apocalipsis/. https://www.bolpress.com/2019/09/03/maquinas-del-ecocidio-y-de-la-subalternidad/.

96


Crisis ecológica local

La expansión de los incendios en la Chiquitanía abarca casi todas sus zonas, su distribución geográfica; es decir, todas las zonas han sido afectadas, aunque no se hayan quemado completamente. De acuerdo con los últimos datos, los incendios dados en Bolivia el 2019 se han concentrado y han asolado más a la región denominada la Chiquitanía. De los más de 5,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales incinerados, la mayor parte corresponde a la Chiquitanía.

El año 2013, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, a través de la Dirección General de Gestión y Desarrollo Forestal, determinó que en Bolivia existen nueve tipos de bosque: amazónico, chiquitano, seco interandino, tucumano boliviano, chaqueño, de llanuras inundables, pantanal, yungas y andino. De éstos, la mayor superficie boscosa corresponde a los de tipo amazónico con un 37,8% de los bosques bolivianos, chaqueño con 17,6% y de tipo chiquitano con el 16,8%. Más del 80% del total de bosques en el país se encuentra en Pando, Beni y Santa Cruz, además del norte de La Paz. El restante 20% en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en los valles interandinos y en menor grado, en el altiplano. Según registros de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), entre 1998 y 2018 se ha desmontado 1.518.669 hectáreas de forma legal, evidenciándose un ascenso brusco desde el año 2013. Desde el año 2015 es posible hablar de un incremento del 200% de la deforestación. El año pasado, Bolivia reportó más de 259 mil hectáreas deforestadas con autorización de la ABT. La cifra de los desmontes sin autorización es incierta. No

97


obstante, se estima que es de al menos un 40% adicional a la cifra oficial26.

Según datos, aún más drásticos, proporcionados por PROBIOMA, Bolivia pierde 300 mil hectáreas por año; entre el 2001 y el 2017 el país deforestó 4,5 millones de hectáreas. Posicionándose, con esta cifra, es el quinto país más depredador del continente, luego de Brasil, Estados Unidos, Argentina y Paraguay. El año 2015, una investigación publicada por la Revista Nature posicionó a Bolivia como uno de los países del mundo con más árboles por persona, 5.465 árboles per cápita. Sin embargo, el actual modelo de desarrollo pareciese estar enfocado en reducir esa riqueza. Según el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD), Bolivia tiene una tasa de deforestación per cápita de 310 metros cuadrados anuales. Esa cifra es muy superior a la del promedio mundial, que es de nueve metros cuadrados anuales por persona.

Según la Fundación Tierra, la degradación de los bosques y la deforestación se han incrementado, debido principalmente a la expansión agresiva de la frontera agrícola y pecuaria, así como a la colonización de nuevos asentamientos en tierras de vocación forestal. El investigador de la Fundación Tierra, Alcides Vadillo, dice que: “Desde el año 2013 hemos evidenciado una tasa muy elevada de desmonte que va en ascenso. Esto tiene relación con la Ley 337, conocida como el “perdonazo” de los desmontes ilegales, que sacó el gobierno de Morales”. Se refiere a la medida legal que “perdonó” las 1.582.807 hectáreas deforestadas sin autorización. Vadillo agrega que “adicional

26

Leer Con 200% de deforestación, Bolivia cambia bosques por la agroindustria. https://www.paginasiete.bo/sociedad/2019/9/29/con-200-de-deforestacion-bolivia-cambia-bosquespor-la-agroindustria-232500.html.

98


a ello, el 2015 se amplió la cantidad de hectáreas, que se autorizan para desmonte, de cinco a 20,

sin mayores trámites (Ley 741).

Entonces, lo que vemos hoy no es otra cosa que el resultado de todas esas

políticas

públicas”.

El

“paquetazo”

de

políticas

públicas

identificadas como favorecedoras del extractivismo a costa de los bosques, de acuerdo a PROBIOMA, son

Ley 337 (2013) de apoyo a la

producción de alimentos y restitución de bosques; la Ley 741 (2015), que

autoriza el desmonte de hasta 20 hectáreas para pequeñas

propiedades destinadas a actividad agrícola y ganadera; la Ley 1098 (2017) de agrocombustible etanol y biodiésel; y la Ley 1171 (2019), que autoriza quemas para actividades agropecuarias. A estas se suman

el Decreto Supremo 3973 (2019), que autoriza el desmonte

en Santa Cruz y Beni para actividades agropecuarias; el Decreto Supremo 26075, modificado el 2019 para la ampliación de fronteras de producción del sector ganadero y agroindustrial sobre áreas de bosque. Pablo Villegas, investigador del CEDIB, afirma que “toda esta destrucción, que hoy vemos, es resultado de una política nacional, que para implementar ganadería y agricultura intensiva no le queda otra opción que arrasar con los bosques bolivianos”27.

La provincia Chiquitana cuenta con una geografía de 31.429 kilómetros cuadrados, lo que equivale a un poco más de 3,1 millones de hectáreas. No se ha quemado toda la provincia, como dijimos de las más de 5.3 millones de hectáreas de bosque y pastizales incinerados en el país la mayor extensión corresponde a la Chiquitanía. Quizás esto se deba a las características de su bosque, así como a las características de sus llanuras, también, a su geografía próxima a la geografía de los mercados. Estas tierras de vocación forestal han sido convertidas en

27

Ibídem.

99


tierras arrasadas por el fuego, destinadas al monocultivo y quizás a la ganadería. En otras palabras, los nichos ecológicos se convierten en espacios agroindustriales y pecuarios, destinados al mercado, es decir a la valorización abstracta. La multidimensional vida es reducida a la unidimensional economía de la ganancia, a costa de la muerte de los espesores ecológicos.

Después de lo acontecido, de la catástrofe ecológica en el Chaco y la Amazonia, desatada por las políticas de un gobierno que, apuesta a la expansión desbordante de la frontera agrícola, el ejecutivo, en plena coyuntura electoral, pretende ocultar su responsabilidad, de la que no puede escapar, a pesar de la compulsiva propaganda que destila. Lo que importa no es en señalar al culpable, con lo que no se gana nada, salvo la catarsis de la denuncia e interpelación, sino de entender el funcionamiento de estas máquinas atroces de la destrucción ecológica.

Las máquinas de la destrucción ecológica engranan dispositivos políticos y dispositivos económicos. Los dispositivos políticos tienen que ver con el gobierno y el Estado, los dispositivos económicos tienen que ver con las empresas involucradas, los mercados, los rubros y los espacios territoriales transformados para que sirvan del desarrollo agroindustrial y pecuario. Cuando el modelo económico corresponde a las demandas de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, parece que no se puede escapar a la compulsión tanática de la acumulación ampliada de capital, en la etapa de dominancia del capitalismo financiero y especulativo. El gobierno de Evo Morales Ayma, por más que se proclame “progresista”, del “socialismo del siglo XXI”, del “socialismo comunitario”, no puede escapar a esta determinación geopolítica del sistema-mundo y de la economía-mundo. Lo que llama la atención es su premura salvaje por cumplir con las metas de manera

100


apresurada. El vicepresidente se propone llegar a más de 13 millones de hectáreas de frontera agrícola. ¿Por qué esta premura?

Hay como una desesperación implícita en las políticas del gobierno, sobre todo en aquellas que tienen que ver con la ampliación de la frontera agrícola. Como si se acabara el tiempo, pero, qué tiempo, cuál tiempo. ¿El de gobernar? ¿El tiempo de los compromisos con el lado luminoso del poder y la economía, así como con el lado oscuro del poder y la economía? No lo sabemos con exactitud, empero, lo que ha acaecido en el Chaco y la Amazonia boliviana, expresa patentemente esta premura gubernamental.

Una hipótesis interpretativa al respecto sugiere que el gobierno y el Estado ya son dispositivos del despliegue de la crisis ecológica misma, no solamente los desencadenantes; son parte de la composición de la crisis ecológica misma. Que haya un gobierno y un Estado que apuestan compulsivamente al desarrollo los convierte en parte de la composición de la crisis ecológica misma. Es pues ya un cataclismo el hecho que haya gobiernos y estados que apuestan, se disponen, y precipitan el desarrollo. En otras palabras, el problema radica en la conformación misma de estos gobiernos y estados. Es el decurso que tomaron, a partir de determinados momentos, las sociedades humanas. El decurso por el fetichismo institucional, por el fetichismo ideológico, por el fetichismo de la economía. Es cuando, en sus nacimientos, las sociedades modernas, eligieron el mundo de las representaciones, en vez del mundo efectivo.

Este es el camino a la desaparición de la humanidad y de las sociedades humanas. La manera, la actitud, de cambiar este decurso a la nada, para decirlo de esa manera, es, como dijo, Walter Benjamín, parar la 101


locomotora desbocada de la historia, suspenderse en esta detenciรณn, liberar al รกngel que mira despavorido lo que ha ocurrido y lo que ocurre, que deje de mirar al pasado, que pueda darse la vuelta y mire el futuro, lo encare, y construya un porvenir que no sea el del apocalipsis.

102


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