Hermenéutica del conflicto 2

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Hermenéutica del conflicto Raúl Prada Alcoreza

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Índice: Prólogo

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Hermenéutica política Hermenéutica compleja del conflicto Dejar los paradigmas heredados

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El discurso del poder

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El síndrome político del emperador

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Abolición de la democracia y banalización de los conceptos

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Democracia o democracidio

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Heurística política Farsa del comediante

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La representatividad chuta

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La muletilla de la conspiración

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El recurso político de las Fuerzas Armadas Una comparación del “gobierno progresista” con la dictadura militar

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¡He Macri! ¿Dónde está Santiago? El retorno de los criminales

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Prólogo Hermenéutica del conflicto es una interpretación del conflicto social y político. Contiene dos partes; la primera, Hermenéutica política, se ocupa de la interpretación del conflicto desde enfoques de la perspectiva de la complejidad; la segunda, Heurística política, se ocupa de descripciones y análisis de temas y tópicos que aparecen como síntomas en los eventos singulares del conflicto y en las poses políticas y discursos emitidos. Entonces, se podría decir que Hermenéutica política y Heurística política se complementan. La interpretación de los síntomas políticos y las huellas de los hechos y dichos fácticos se entrelazan, formando un tejido que, a la vez, narra lo que compone la mirada interpretativa y, al mismo tiempo, muestra las figuras corpóreas de los eventos, además de la pronunciación llana del discurso inmediato, improvisado, que emerge de la confrontación de fuerzas.

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Ni la hermenéutica política ni la heurística política tienen pretensiones de verdad, no pretenden decir ni mostrar la verdad del conflicto, pretensiones de la episteme moderna, sino que forman parte del conflicto interpretado y del conflicto de la interpretación. Dos hojas pérdidas o atrapadas en la tormenta, duplicando el título de la novela de Ling Yutang. Estas dos hojas están porque son lo que son, dos hojas en el lugar del paso de la tormenta. Su incidencia en el tejido de la tormenta depende de los entrelazamientos, de formar parte del tejido de la tormenta, del lugar que la tormenta les otorgue. De todas maneras, estén en cualquier lugar de la turbulencia de la tormenta, tengan menor o mayor incidencia, insignificante o con alguna significación, lo importante es participar en el remolino de la tormenta.

La mayor parte del libro, casi todo, excepto el último capítulo, enfoca el conflicto boliviano en la coyuntura presente; el último capítulo lanza una mirada de soslayo a la crisis política 4


argentina, a partir de la conmoción causada por la desaparición de Santiago Maldonado. Anteriores escritos focalizan la crisis de los “gobiernos progresistas”, principalmente en lo que respecta a Bolivia y a Venezuela, así como en lo que respecta a Ecuador. Sin embargo, también se ha visualizado la crisis múltiple del Estado-nación en Brasil y en México, en otros ensayos. Como dijimos en Acontecimiento político, partimos, como aconseja Emmanuel Wallerstein, de que no hay historia nacional del capitalismo sino, mas bien, mundial; en consecuencia interpretar las contingencias económicas y las crisis políticas nacionales implica interpretarlas desde el sistema-mundo, desde su situación y participación en la geopolítica del sistema-mundo. Por otra parte, también en Acontecimiento político consideramos que el primer acto descolonizador es desconocer las fronteras y los Estado-nación, inventados por las oligarquías criollas; que se trata de comprender que formamos parte de la Patria Grande del continente de Abya Yala. Por eso, los textos se refieren a 5


problemáticas, temáticas y tópicos compartidos, aunque adquieran tonalidades propias y composiciones singulares, de acuerdo al contexto nacional e historias nacionales.

Hermenéutica del conflicto es una escritura de debate para los colectivos activistas libertarios, aunque no solo, pues se convoca a los colectivos ecologistas a la discusión, así como otros colectivos rebeldes. El compromiso de estos colectivos es con el porvenir de la humanidad y el porvenir del planeta, el Oikos, la Madre Tierra; esta es la responsabilidad vital. El compromiso inmediato, concreto y activo es con los pueblos movilizados, en defensa de la vida y de sus ecosistemas, el compromiso con las naciones y pueblos indígenas en defensa de sus espesores territoriales y culturales. El activismo en la coyuntura crítica del presente, de la crisis ecológica y la decadencia del sistema-mundo capitalista y la civilización moderna, tiene no solamente los desafíos de estas crisis, sino también el desafío de efectuar 6


anĂĄlisis del presente a travĂŠs de miradas retrospectivas del pasado, despojĂĄndose de los paradigmas heredados.

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Hermenéutica política

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HermenĂŠutica compleja del conflicto Dejar los paradigmas heredados

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Dedicado al Mallku, Felipe Quispe, y a la guerrera amazรณnica Marquesa Teco; que abren senderos hacia mundos alternativos.

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El problema de la modernidad es la ideología; en términos generales, la fetichización de las ideas, que deriva en confundir el mundo efectivo con las configuraciones que componen las ideas1. Gastón Bachelard identificó este problema respecto de la ciencia; donde también la ideología le juega una mala pasada. Los paradigmas científicos, las teorías, los conceptos, que sirvieron para explicar fenómenos, bajo determinadas circunstancias y condiciones de la investigación científica, se convierten en obstáculos epistemológicos, en otro momento, cuando la relación con el universo, en sus distintas escalas, se extiende y se intensifica, mostrándonos facetas desconocidas antes, evitando el desarrollo de nuevas interpretaciones, más adecuadas. El problema en la actualidad parece más impactante; se trata de obstáculos existenciales, obstáculos que impiden que la vida

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Ver Imaginación e imaginario radicales.

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desprenda sus capacidades, por menos, en las sociedades humanas.

lo

Por ejemplo, debido a la recurrencia acrítica de los paradigmas de las ciencias sociales, sobre todo, de la ciencia política, de la sociología y la economía, incluso cuando se lo hace de manera crítica, no deja de ser una recurrencia obstaculizadora; no se logra visualizar, comprender y entender las transformaciones estructurales en las formas de poder logradas, su alcance, su irradiación demoledora, sus características y sus efectos en las sociedades. El seguir enfocando el problema del poder desde los esquematismos dualistas, inherentes en los paradigmas, hace que se siga interpretando la génesis del poder y también su crisis como conflicto entre dos lados opuestos. Esta forma dualista está lejos de ver que posiblemente también los enemigos son cómplices, comprometidos en una paradoja perversa a reproducir el poder y la violencia.

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Las categorías de “izquierda” y “derecha” han quedado obsoletas; sin embargo, se las sigue usando como si tuvieran alguna utilidad explicativa en las contingencias y formaciones políticas del presente2. En la historia reciente ya se ha visto que la “izquierda” en el poder se comporta como la “derecha” cuando estuvo en el mismo. Las diferencias son discursivas, si se quiere, ideológicas, aunque también de personajes y de convocatorias. Sin embargo la regularidad de conductas preservativas del poder, de recurrencias a la violencia legal del Estado, cuando la emergencia lo demanda, incluso hasta los argumentos de ambas expresiones políticas, aparentemente opuestas, llegan a parecerse, cuando tienen que justificar sus actos cuestionables.

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Ver Espesores del presente; también Espesores coyunturales.

ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/espesores del presente. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/espesores coyunturales. 13


Considerar que un gobierno es “revolucionario” o de “izquierda” porque así se identifica, o definir a otro gobierno como de “derecha” porque así se lo califica y se lo reconoce por su programa y su ideología, es uno de los errores del esquematismo dualista. Un gobierno, en el sentido de gubernamentalidad, es, sobre todo, la forma concreta del ejercicio del poder, la realización concreta del Estado. Pueden distinguirse los gobiernos por sus finalidades; unos perseguir, por ejemplo, el equilibrio económico; otros perseguir, por ejemplo, la redistribución del excedente; sin embargo, cuando los métodos comienzan a parecerse, es cuando hay que tomar más atención en los métodos y no tanto en las finalidades. Reflexionando, ¿si los medios y métodos se llegan a parecer en formas de gubernamentalidad que se reclaman opuestas, no ocurre que las finalidades pierden sentido o, si se quiere, terminan subsumidas a los medios y métodos? Este es el tema. El secreto del poder no está en los fines sino en los medios, métodos y procedimientos.

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Para decirlo de otra manera, la pregunta es ¿cómo lo hacemos?, no tanto ¿hacia dónde vamos? Si el hacia dónde vamos va a tener altos costos sociales, muchas muertes, bastantes crímenes, demasiados sacrificios, ese hacia dónde vamos, por más promesa que sea, pierde sentido, pierde cualidad, se desvaloriza, hasta convertirse en una finalidad triste y desvanecida. Por ejemplo, ¿si la justicia es la finalidad, si los costos son tan altos, qué quedaría de la justicia alcanzada?

Otro ejemplo, si el objetivo es el “desarrollo” mayúsculo, la revolución tecnológica y el acceso sin restricciones a los bienes de consumo de los estándares modernos, y si para llegar a esta finalidad los costos son la destrucción de los ecosistemas, de la biodiversidad, de los pueblos y sus cohesiones culturales propias, que son como las condiciones de posibilidad de la reproducción humana, ¿qué sentido tiene alcanzar esta finalidad cuando se deja de paso la devastación planetaria?

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Pareciera que, en ambos casos, las finalidades se difuminaran en el horizonte ante la vertiginosidad desbordante de crímenes y de destrucciones. Hay pues una equivocación crucial en esta manera dualista de enfocar las problemáticas del presente.

No se trata solo de si las finalidades son ideales y está por verse su realización completa, sino de la relación entre medios y finalidades, todavía manteniendo los términos medios y finalidades, obviamente discutibles. La episteme moderna ha concebido la siguiente relación: los medios son instrumentos para alcanzar o realizar el fin; en alguna de las expresiones se habla de medios adecuados a los fines. Eso es, los medios son instrumentos o métodos para alcanzar los fines. A muy pocos se les ha ocurrido cuestionar esta relación supuesta; preguntarse, por ejemplo, si, mas bien, los medios no son los fines y los fines, mas bien, medios. Esta pregunta no debería sorprendernos a la luz de la experiencia de la modernidad, 16


particularmente de la experiencia política en la modernidad. El fin o la finalidad es la promesa, que funciona ideológicamente, devenida de la promesa religiosa; entonces, la esperanza y espera de este cumplimiento permite no solamente el empleo de los medios, sino permite justificar el uso de medios cada vez más violentos para llegar al fin. Se comprende, entonces, que, de este modo, el fin se convierte en el medio efectivo y los medios son efectivamente el fin perseguido.

Ahora bien, este parece ser el problema crucial. Cuando se trata del desenvolvimiento, del despliegue, del incremento y de la acumulación de medios, incluso de su desmesurada conformación, en lo que respecta al poder; el poder es el fin mismo, además de desarrollar maquinarias cada vez más mecanizadas y atroces, efectivizando el empleo de los medios, métodos y procedimientos del poder. Retomando los términos usados por el esquematismo dualista político, ya se defina el poder 17


como de uso de “izquierda” o de uso de “derecha”, ya se declare como de uso “antiimperialista” o se lo caracterice como de uso “imperialista”, en ambos casos lo que se observa es la marcha compulsiva a contar y desplegar maquinarias de poder demoledoras, implacables, eficaces. Al final, “izquierda” y “derecha”, “antiimperialismo” e “imperialismo”, se parecen por el uso de los métodos de poder.

Lo que amenaza a la humanidad, a las sociedades humanas, no es lo que señalan unos u otros discursos, calificando al enemigo, cada uno de ellos, como el mal, sino estos medios descomunales de poder en manos de unos y de otros, los que se nombran como enemigos. Al final los enemigos tienen más en común que diferencias, tienen que defender el monopolio de la disponibilidad de fuerzas con las que cuentan para perpetrarse. Por eso, es indispensable observar e interpretar lo que se ha conformado como dominación en el mundo y en los países. No debería 18


sorprendernos que lo que prepondera es el pragmatismo económico y también el pragmatismo político. En este sentido son concebibles entramados que convierten en concomitantes o cómplices a actores sociales que según la ideología son enemigos.

Uno de estos entramados es el que tiene que ver con la exploración, explotación, industrialización de la energía fósil. Más que la industria misma que usa la energía fósil, como, por ejemplo, la de los automóviles, que podrían adaptarse a otra forma de energía, es la industria de los carburantes la que está preocupada e interesada en mantener prolongadamente el uso y consumo de la energía fósil. Es una burguesía en particular, la que hemos denominado hiper-burguesía mundial de la energía fósil, la preocupada e interesada por imponer el uso indefinido de la energía fósil a las sociedades del mundo, cuando ya hay condiciones tecnológicas y científicas, además de económicas, para usar y consumir energías limpias. 19


Apoyando a esta hiper-burguesía o, mas bien, entrabada con ella, la burguesía mundial de sistema financiero internacional, también está interesada por preservar el uso y consumo de la energía fósil, pues es la que permite el capitalismo especulativo. Y aunque usted no lo crea, como se dice popularmente, son los “gobiernos progresistas”, que han nacionalizado los hidrocarburos, los preocupados e interesados en que se preserve el uso y el consumo mundial de la energía fósil; incluso son los más dedicados defensores de esta energía contaminante, depredadora y destructora de los ecosistemas. Hemos denominado a la casta política de los “gobiernos progresistas” burguesía rentista 3. Ciertamente no es la única burguesía nacional ni la única forma de gobierno que apuestan a la prolongación de la energía fósil, están también las formas

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Ver Paradojas del sistema-mundo. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/imaginación e imaginario radicales.

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neoliberales de gobierno y las burguesías nacionales tradicionales.

Es este contexto el que hay que tener en cuenta para descifrar el conflicto del TIPNIS y el conflicto de Achacachi. La defensa de los territorios, la defensa de la vida, de los ecosistemas y la biodiversidad, se enfrenta con la hiperburguesía mundial de la energía fósil, la burguesía mundial financiera y la burguesía rentista nacional. La defensa de los recursos del municipio, de la institucionalidad municipal, de la Constitución y la democracia, se enfrenta contra la forma clientelar y prebendal de gobierno, que ha optado por ejercer el dominio a través del lado oscuro del poder, la economía política del chantaje4. Busca mantener su cohesión política mediante la complicidad del saqueo de las

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Ver El lado oscuro del poder. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/el lado oscuro del poder.

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arcas, tanto municipales, departamentales, así como nacionales. La Declaración conjunta del TIPNIS y Achacachi expresa que se defiende la democracia contra la tiranía, que se defiende la vida contra el extractivismo; además señala al “gobierno progresista” como enemigo común. El conflicto entonces es desatado por el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, que se enlaza adecuadamente con el dominio mundial de la hiper-burguesía de la energía fósil y de la burguesía mundial financiera. El conflicto es desatado por la forma de gobierno clientelar y prebendal, que forman parte de la economía política del chantaje. Entonces, el enfrentamiento de Achacachi es contra el lado oscuro del poder, no solo nacional, sino mundial; pues el lado oscuro del poder no se explica sino por su expansión mundial. Siguiendo con la Declaración conjunta, el enemigo común es la dominación de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, el orden mundial, es decir el imperio. Éste también es el enemigo de los pueblos y las sociedades del mundo; 22


la hiper-burguesía mundial ha declarado la guerra a los pueblos al convertirlos en eternos deudores de una deuda infinita 5. La guerra tiene que ver con el dominio absoluto de las reservas de los recursos naturales, con el dominio absoluto de los monopolios; monopolios de los mercados, monopolio financiero, monopolio de la ciencia y tecnología, monopolio militar, monopolio cibernético y comunicacional. Los pueblos solo pueden ser, en estas condiciones de la dominación mundial, el nuevo proletariado nómada, suspendidos sus derechos y desvirtuadas sus organizaciones.

Lo que ocurre con el TIPNIS y con Achacachi, con las resistencias y luchas desatadas, no solamente tiene una irradiación local y nacional, sino tiene una connotación mundial. Las resistencias y luchas contra el dominio de la hiperburguesía de la energía fósil, contra el capitalismo especulativo, contra la 5 Ver La inscripción de la deuda.

ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/inscripcion de la deuda.

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burguesía rentista y contra las burguesías tradicionales, son profundamente locales, de acuerdo al concepto de local de Milton Santos, por eso mismo, son integralmente mundiales. Comparten con los pueblos en resistencia y en lucha del mundo contra la dominación fósil y especulativa de la geopolítica del sistema-mundo capitalista.

La muletilla de la conspiración del gobierno ha acusado a las movilizaciones de Achacachi y del TIPNIS, así como a otras organizaciones sociales que se acoplan a la Declaración, de complicidades con la Embajada Norte Americana, aludiendo de que se trata de la constante “conspiración imperialista”. Fuera de desgastada esta muletilla, simplona y nada creíble, lo que llama la atención es que el gobierno devela, sin darse cuenta, sus compromisos con las empresas trasnacionales extractivistas, además de su entramado y concomitancia con la hipér-burguesía mundial de la energía fósil y la burguesía mundial financiera del capitalismo 24


especulativo. Devela no solo su complicidad sino su triste papel de agenciamiento concreto de poder del imperio.

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El discurso del poder

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El discurso del poder es maniqueo, no solamente dualista, por lo tanto, en su origen arqueológico religioso, donde el bien se enfrenta al mal, los fieles a los infieles; que en la versión del discurso político aparecen en el esquematismo dualista del amigo y el enemigo. El maniqueísmo se concibe como la fe definitiva; busca invalidar a todas las otras versiones de la fe. Los maniqueos, a semejanza de los gnósticos, mandeos y mazdeístas, son dualistas: consideran que hay una eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles, el bien y el mal; principios asociados a la Luz, Zurván, y a las Tinieblas, Ahrimán. Suponen que el espíritu del hombre es de Dios; en contraste, el cuerpo es del demonio. El espíritu se encuentra cautivo por causa de la materia corporal; los maniqueos practican un estricto ascetismo, iniciando así el proceso de liberación de la luz atrapada en el cuerpo. Desprecian la materia, el cuerpo6. 6 Referencias: Cf. Antonio Piñero, «Pensamiento, orígenes y fuentes del maniqueísmo», Revista de Libros, 160, abril de 2010, pág. 29. Cf. J. G. Davies en Eliade, Mircea (ed.), The Encyclopedia of Religion, Nueva York, Macmillan, 1995, vol. 9, pág. 161, que afirma "The doctrine professed by Mani and the path to salvation that he revealed constitute a form of gnosis" (La doctrina profesada por

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Sin embargo, del maniqueísmo político e ideológico del que hablamos no es éste, que, por lo menos, supone un dualismo teológico, con pretensiones de verdad lograda en la trama de la guerra divina entre el bien y el mal. Es una concepción dogmática, empero, cuya narrativa mitológica construye una trama simbólica y ascética, que da sentido a su ascetismo. En cambio, el maniqueísmo político e ideológico, que llamamos discurso del poder es, mas bien, pedestre, cuya narrativa es pobre, aunque logre repetir, imitando, la trama religiosa. Sin embargo, no deja de tener pretensiones de verdad incontestable.

Mani y el camino a la salvación que reveló constituyen una forma de gnosis) y más adelante, pág. 162, "Manichaean doctrine places great importance on the concept of dualism, which is deeply rooted in Iranian religious thought" (La doctrina maniquea concede gran importancia al concepto de dualismo, que se halla firmemente enraizado en el pensamiento religioso iranio). Cf. también S.G.F. Brandon, Diccionario de religiones comparadas, Madrid, Cristiandad, 1975, vol. II, pág. 980, que afirma "El sistema de Mani... posee un tono sincretista en general, aunque básicamente procede del dualismo zoroastrista del conflicto cósmico entre la luz y las tinieblas. Este dualismo se refleja en una doctrina de corte gnóstico acerca del hombre". El maniqueísmo: Estudio introductorio, por Fernando Rubio Bermejo, Madrid, Editorial Trotta, 2008, 1ª edición, Esbozo de una historia del maniqueísmo, página 218 Franzmann, M., Gardner, I. y Lieu, S., "A Living Mani Cult in the Twenty-first Century", en Rivista di Storia e Letteratura Religiosa 41, páginas VII-XI, 2005, citado por Bermejo, op.cit., página 263. Skjærvø, Prods Oktor, An Introduction to Manicheism, 2006. Ort, L. J. R., Mani: a religiohistorical description of his personality, 1967, p. 254.

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En este caso, el del maniqueísmo pedestre político e ideológico, el poder, no solamente como relación de dominación, sino como centro imaginario, se coloca en el lugar simbólico de la luz, también en el lugar teológico del bien; situando a lo que se le opone, lo que no le obedece, lo que no se somete a sus designios, en el lugar de la oscuridad, en el lugar del mal. Entonces, se presta, sin decirlo, del imaginario maniqueo religioso los lugares simbólicos para poder dar significación a una narrativa simple, elemental y pobre. Hasta aquí las analogías.

El discurso del poder tiene su propia composición y estructura discursiva, por así decirlo, sobre todo, usando estas categorías para efectuar comparaciones. Una de las características de la composición discursiva es que el discurso del poder se emite desde un centro imaginario, que es el Estado, es decir, la idea de síntesis de la pluralidad, síntesis política de la pluralidad social. Lo que le permite sostener este imaginario es la 29


malla institucional, sobre la que se asienta este centro imaginado, aunque también impuesto institucionalmente en el imaginario social de la sociedad institucionalizada. Entonces, como sumun o esencia o sustancia de la sociedad civil plural y caótica, el Estado ordena el desorden y equilibra el caos. Si se lee atentamente, este argumento coloca al Estado en el lugar de Dios, del discurso de las religiones monoteístas. En otras palabras, el discurso del poder, recurre al imaginario religioso, sin decirlo, aunque también, sin saberlo, para imponerse como imaginario social institucionalizado; sobre todo, contando con lo que llama Pierre Bourdieu el campo escolar.

En lo que respecta a la estructura del discurso del poder, estructura retorica más que conceptual, este discurso es como un despliegue oratorio descalificativo. No interpelativo, que es distinto; para esto último se requiere argumentar, lo que no tiene el discurso del poder, en la etapa de su decadencia, 30


que es la que corresponde a la modernidad tardía del sistema-mundo cultural de la banalidad. Se trata de una estructura que repele, que está para ahuyentar, no necesariamente solo a los enemigos del poder instituido, sino a los fantasmas del imaginario del poder. Si recordamos que el concepto de estructura es una metáfora arquitectónica, podríamos decir, siguiendo con la metáfora, que se trata de la arquitectura de la fortaleza, que, a la vez, se enquista en sí misma, refugiándose, y, a la vez, se aposenta como amenaza, para que nadie se atreva a desafiar al poder.

Dejaremos ahí, este dibujo del esqueleto de la formación discursiva del poder; nos remitimos para visualizar sus carnes y el funcionamiento de sus órganos, siguiendo la metáfora fisiológica, a ensayos anteriores. Lo que nos interesa es dejar constancia de los ejes compositivos y estructurantes del discurso del poder. Ahora, nos concentraremos en un discurso singular 31


que expresa elocuentemente maniqueísmo pedestre político ideológico.

el e

Decir que hay dos Achacachis, una buena y otra mala – no vamos a recurrir a lo que definitivamente anularía de entrada este discurso, cuando habla de una Achacachi “fascista”, pues prácticamente ahí se acabaría todo; no puede haber ninguna discusión con un discurso que califica a un movimiento social anti-sistémico, incluso, si se quiere, matizando, movimiento social anti-corrupción, de “fascista”; develando este discurso su desconocimiento de la genealogía del fascismo y del nazismo; además usando el termino, como lo usan los políticos de un lado y del otro, como insulto -, es precisamente manifestar discursivamente el maniqueísmo político e ideológico del que hablamos. La Achacachi buena es la que está con el gobierno, la Achacachi mala es la que denuncia, interpela la corrupción de un alcalde que no rinde cuentas. Sostener 32


este maniqueísmo político con el argumento de que hay contradicciones entre pueblo y comunidades - algo que todo estudiante de sociología lo sabe, pero, que es una apreciación general, basada en los estudios sociológicos del siglo pasado, sobre todo, de la década de los setenta y ochenta – es lanzar al aire una generalidad vacía, válida para todo y para nada. La pregunta que todo investigador debe hacerse es si esto, de la contradicción entre pueblo y comunidades, es generalizable, dónde, cómo y cuándo; además de comprender que entre comunidades y pueblo hay entramados complejos y desplazamientos socio-territoriales, como diría Bernardo Manzano. Esto es convertir, la apreciación, por cierto relativa, de las investigaciones de caso sociológicas, en una universalidad fofa.

En primer lugar, lo que está en cuestión no es la supuesta contradicción entre pueblo y comunidades, sino la forma clientelar del manejo del Estado, en este caso, del municipio de Omasuyos. 33


Escapar del asunto con que fueron las comunidades las que se movilizaron contra el neoliberalismo, es irse por las ramas, además de estar completamente equivocado. En el periodo de la movilización prolongada (2000-2005), las confederaciones guerreras del Cuartel de Calachaca y del Cuartel de Rojo Rojoni estaban compuestas por jóvenes del pueblo y de las comunidades; mostrando, mas bien, un entramado que acerca al pueblo con las comunidades. No se puede descalificar a la movilización de Achacachi con semejante argumento insostenible. Mucho menos cuando la encabeza el Mallku, Felipe Quispe; a quien no se le puede indilgar veleidades reformistas, mucho menos ligadas a la defensa de intermediarios comerciantes. Es un recurso chabacano usar lo que sacaron los medios de comunicación en aquél entonces, para descalificar a Felipe Quispe, con el asunto de la “ducha” en donde se alojaba el “Chaca” Rivera, ministro del MIR en aquel entonces. Mucho más, cuando lo dice alguien que estaba ligado al EGTK con Felipe Quispe, en ese entonces. Eso no es honestidad ni 34


intelectual ni simplemente moral. En todo caso, como lo señala la objeción de la izquierda reformista, se puede entender la atribución de radicalismo; para eso está el debate; si es indispensable o no la acción radical. Para dejar este asunto, no se le puede achacar al Mallku algo que pueda parecerse al oportunismo o al diletantismo, que son los comportamientos proliferantes en el MAS. Tampoco se trata de hacer una apología del Mallku; de ninguna manera. Sino de reconocer la consecuencia, estemos o no en todo de acuerdo. Sobre todo, la consecuencia es un valor primordial en la era de la simulación, donde no solamente todo es cambalache, como decía Enrique Santos Discépolo, sino abrumadora y desmesuradamente cambalache.

La cuestión ineludible es que no se puede tapar el sol con el dedo, como dice el refrán popular; no se puede ocultar la galopante corrupción de la forma de gubernamentalidad clientelar, que es la forma de gobierno del “gobierno 35


progresista”. Esta economía política del chantaje está extendida en toda la malla institucional del Estado-nación, que se autonombra pretensiosamente “Estado Plurinacional”. Lo que sorprende es que el ver lo que ocurre ayudaría, más bien, a proteger la administración del Estado y la preservación del poder. Cuando, incluso se niega ver este acaecimiento de la corrosión institucional, que no es solamente atributo del “gobierno progresista”, sino de toda otra forma de gubernamentalidad dada en la historia política de la modernidad, salvando los matices y las diferencias, pues el poder está íntimamente articulado a la corrosión institucional y a la corrupción desde tiempos inmemoriales, es que se cree, no se sabe por qué, que el negarlo basta para resolver el problema. Esto es no tener instinto de sobrevivencia.

Lo que perturba al poder, al “gobierno progresista”, es que se haya dado un pacto entre Achacachi y el TIPNIS, pacto al que se suman otras organizaciones 36


sociales; entre ellas las organizaciones de los cultivadores de la hoja de coca tradicional. Lo que le perturba al poder es que los movimientos sociales antisistémicos reaparecen, haciendo culminar el periodo donde desaparecieron y fueron sustituidos por organizaciones sociales cooptadas, a través de la incorporación clientelar y prebendal de dirigencias corruptas. No sabemos lo que va a pasar, cuál va a ser el desenlace de este enfrentamiento de fuerzas, las de los movimientos sociales anti-sistémicos con la disponibilidad de fuerzas del Estadonación, que no ha dejado de ser colonial, por más que se llame “plurinacional”. Sin embargo, no hay peor derrota que no haber intentado. La ventaja de los movimientos sociales anti-sistémicos es que son la reserva ética y moral del pueblo boliviano; reserva movilizada. Es la potencia social que se enfrenta al poder, que es el que se reproduce por captura de parte de las fuerzas de la potencia social. Contra la fuerza ética y moral el poder corrupto no tiene nada que oponer.

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El sĂ­ndrome emperador

polĂ­tico

del

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¿Quién es el sujeto que considera que él es la verdad, la verdad inmaculada, la única verdad; lo demás es mentira, error garrafal, traición? Se ha asumido este problema desde las ciencias sociales, considerando los contextos en los que se mueve este sujeto, además de lo que dice, del discurso asumido, de su ideología; sin embargo, no parece tan adecuado este punto de partida o enfoque, pues no se trata de problemas relativos ni al contexto donde se encuentra el sujeto, ni a la ideología que reclama como suya. Más parece un perfil estructural subjetivo, que hay que atender como demanda desesperada de reconocimiento. Un perfil subjetivo que aparece con los mismos rasgos estructurales en distintos escenarios y contextos, emitiendo distintos discursos, justificándose con diferentes ideologías. Entonces, nuevamente, ¿Cómo interpretar este perfil subjetivo?

La psicología ha encontrado que factores de esta apreciación, la de ser la verdad, 39


la verdad inmaculada, la única verdad, que podríamos llamar concepción delirante, pues se trata de una pretensión imposible, se hallan en la subestima y por sufrir acomplejamientos; sentirse desvalorizado. Se han insinuado hipótesis sugerentes como la del “síndrome del emperador”; incluso, en la psicología conductista, de que la combinación de bajo status y poder dan como resultado una conducta despótica. Estas hipótesis se basan en investigaciones empíricas y observaciones conductistas. Empero, las hipótesis mencionadas no terminan de explicar el problema, no solo porque recuren a otras hipótesis para hacerlo, como que se trata del desconocimiento de valores, no saber dónde están los límites; en consecuencia ni despliegan empatía ni se sienten culpables. El problema de este supuesto de apoyo es que se basa en los prejuicios, en el buen sentido de la palabra, institucionalizados por la sociedad. Entonces la explicación es un círculo vicioso, donde la mirada institucional encuentra anomalías cuando no responden al modelo de 40


comportamiento institucionalizado y valorado. Independientemente de la discusión sobre las restricciones del modelo de comportamiento institucional, generalmente denotado como conservador, lo que interesa es señalar que no es un buen camino efectuar interpretaciones circulares, donde la mirada juzgadora juzga desde su imagen en el espejo.

Otra hipótesis de apoyo, para la interpretación que encuentra el problema en la combinación de bajo status y poder, es que los que llama de bajo estatus generan resentimiento, como si esto ocurriera mecánicamente y de manera general. Para decirlo con simpleza, usando términos del sentido común, sobre todo, para ser directos en la exposición, sin discutir la pertinencia de estos términos, pues no son los que describen el problema que nos planteamos, la del “sujeto con síndrome de emperador” - apropiándonos de este concepto clínico, que está, más bien, 41


enfocado a niños y adolescentes “despóticos” -, diremos que no parece acertado sugerir que todos los pobres son resentidos y cuando llegan al poder son déspotas. Ciertamente las teorías a propósito no lo dicen de esta manera, ni generalizan de esta manera, pues se atienen al alcance de sus poblaciones objetos de investigación. Sin embargo, subyace la tendencia, implícita, de sugerir la posibilidad de la generalización.

¿No hay también ricos resentidos? ¿No hay también resentidos de estatus altos, por lo tanto, que terminan desplegando conductas despóticas? Para ingresar en el terreno en que se mueven estas psicologías, ¿sólo los niños que no distinguen entre el bien y el mal, que no tienen una clasificación de valores, derivan en conductas despóticas? Aquí se hace difícil responder a estas teorías de la psicología general, pues hay ejemplos, mas bien, en este sentido, de despotismos de ricos, con buen estatus y de personas instruidas en el bien y el mal, 42


personas que podemos llamar moralistas. Independientemente del alcance de las observaciones y estudios de estas investigaciones, sin desmerecer su apreciación singular, en escenarios controlados por los instrumentos y la metodología de investigación, no parece encontrarse, por así decirlo, la clave o las claves del problema mencionado, de quién es el sujeto con síndrome de emperador, en los supuestos de apoyo de estas explicaciones de la psicología general, por lo menos, de la basada en estudios empíricos. Entonces, ¿dónde se encuentra la clave o las claves del problema en cuestión?

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Boceto para una hipótesis “síndrome de la dominación”

del

La filosofía y la psicología han supuesto como básico el “instinto de agresión”, atribuido, en principio a los animales, como mecanismo de defensa o, en su caso, de competencia de machos por las hembras o, en otros casos, como mecanismo de la caza, en lo que respecta a los nombrados como depredadores. Sin discutir lo acertado o no de este supuesto; dejándolo ahí, en todo caso, este “instinto” aparece esporádicamente, cuando tiene que aparecer, como defensa, como competencia o como caza. No ocurre como cuando se traspasa este instinto al humano; en quien no solamente aparece intermitentemente, sino que es constante, se convierte en sistemático. En lo que corresponde a este fenómeno de la “agresión”, constante, recurrente, continua y sistemática, hay que observar que parece que ya no es acertado hablar de agresión, pues se

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trata de un comportamiento sistemático y recurrente.

Si se trata de un comportamiento constante, continuo, recurrente y sistemático, que solo pasa en las sociedades humanas; de este modo, entonces, no se trata del denominado instinto de agresión, atribuido a los animales, sino, si se quiere, de otro “instinto”, generado en los humanos. Si es constante y sistemático, no se trata, como dijimos, de agresión, sino de una conducta que busca otra finalidad, distinta a la defensa, a la competencia, a la caza; una finalidad que tiene que ver con el efecto, también permanente, que se persigue. En las sociedades humanas aparece, a partir de un momento o momentos diferidos, lo que llamaremos, provisionalmente, jugando con las analogías de los términos, incluso de los conceptos, síndrome de dominación.

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El síndrome de dominación, por las características que tiene y que hemos mencionado algunas, no puede corresponder a lo que atribuyen los etólogos a los animales, como “instinto de agresión”, a un “instinto natural”, sino solo puede ser un instinto social, por así decirlo, manteniendo el término discutible de “instinto”, para preservar niveles de comparación en la exposición.

Ciertamente es incómodo hablar de instinto social, pues el concepto de instinto supone un comportamiento natural, por así decirlo. De acuerdo a la definición, el instinto es una conducta innata e inconsciente, que se transmite genéticamente entre los seres vivos de la misma especie, que les hace responder de una misma forma ante determinados estímulos. Es también un impulso natural, interior e irracional que provoca una acción o un sentimiento sin que se tenga conciencia de la razón a la que obedece.

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El instinto, en castellano, viene del latín instinctus, que quiere decir impulso o motivación; corresponde al verbo instingere, formado por el prefijo in, que significa desde adentro, interno; así como del verbo stingere, que significa pinchar, impulsar, motivar. El instinto se define biológicamente como pauta hereditaria de comportamiento, cuyas características son que es común en toda la especie; las excepciones y variabilidad son mínimas, explicándose por el instinto mismo. Posee finalidad adaptativa. Es de carácter complejo, es decir, supone procesos para su aparición y efectuación; percepción de la necesidad, búsqueda del objeto, percepción del objeto, utilización del objeto, satisfacción y cancelación del estado de necesidad. Es global, compromete a todo el organismo vivo. Sin embargo, estamos manteniendo el término como metáfora, sobre todo por razones de exposición e ilustrativas.

Hablamos del instinto social de dominación. Supongamos, en principio, 47


manteniendo la comparación y las analogías, que nos referimos al cuerpo social. A partir de un determinado momento o, mas bien, de momentos diferidos, cuando se construyen instituciones, las que se encargan de cristalizar y transmitir determinadas relaciones sociales en la reproducción social, la relación preponderante o, mas bien, un núcleo de relaciones, es la que se establece como de captura, control y sometimiento. Estas relaciones no solo se institucionalizan, sino que simbolizan, adquiriendo de fatalidad imaginaria o destino. La estructura de relaciones internalizada o la institucionalidad incorporada incide en los comportamientos. Éstos se convierten no solamente en hábitos sino en habitus, como lo define Pierre Bourdieu. Entonces estas relaciones de captura, control y sometimiento forman parte del habitus, es decir, del sentido práctico. Esto es, el habitus de dominio se convierte como en un instinto de dominación, aunque no fuese natural, sino que aparece imaginariamente como natural. 48


La dominación o las polimorfas formas de dominación, que corresponden a las relaciones de captura, control y sometimiento, aparecen en los comportamientos; son, prácticamente comportamientos y conductas. Por las investigaciones biológicas y psicológicas sabemos que el comportamiento corresponde a procesos de adaptación y adecuación de los organismos con respecto del medio. Podríamos decir que los comportamientos sociales, relativos a las sociedades humanas, corresponden a adaptaciones y adecuaciones de los sujetos sociales al medio social, es decir, al conglomerado institucional que ordena a la sociedad institucionalizada. Se trata de un medio social cuya dinámica se organiza en función de las estructuras de dominación. La dominación se convierte en principio y fin de las relaciones sociales, de las prácticas sociales y de los imaginarios sociales.

Se convierte en valor y valorizador de las relaciones; así como en deseo, deseo de 49


dominar. Este deseo de dominar forma parte de la estructura del instinto de dominación. Sin embargo, este instinto de dominación es inoculado, incorporado e inscrito en los cuerpos de los sujetos socialmente, es decir, por efecto de los agenciamientos concretos de poder, que son las instituciones.

Por lo tanto, el síndrome de dominación o, usando la metáfora, el síndrome del emperador, no es un fenómeno que se puede atribuir a individuos anómalos, como, de alguna manera, sugiere la psicología general, como si se tratara de una mala inclinación o de una inadaptación. Aunque aparezca de manera hipertrofiada en determinados individuos, se trata de una inclinación compartida socialmente. El síndrome de dominación tiene su substrato en la sociedad misma, en la estructura y la malla institucional de la sociedad.

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En consecuencia, el problema del síndrome del emperador no puede resolverse con atenciones individualizadas o grupales, incluso colectivas, en instituciones especializadas. El problema o, si se quiere, el substrato del problema, solo puede ser resuelto socialmente, en la sociedad misma, transformando sus estructuras sociales y sus mallas institucionales, que son las que inoculan el instinto de dominación en los sujetos sociales.

Lo que decimos no quiere decir que los individuos, sobre todo, los individuos políticos, particularmente los que asumen funciones estatales, de gobierno, de representación o de voceros, ya sea oficiales o contestatarios, no tengan responsabilidad. De ninguna manera. La inclinación a la dominación, si se quiere, utilizando la metáfora, el síndrome del emperador, compartido socialmente, tiende a manifestarse de manera notoria y hasta exagerada precisamente cuando 51


se dan las condiciones de posibilidad para que ocurra esto. Los ambientes polĂ­ticos son los mĂĄs propicios para el desarrollo del sĂ­ndrome del emperador, sobre todo en los gobernantes.

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Aboliciรณn de la democracia y banalizaciรณn de los conceptos

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Dedicado a Juan Perelman Fajardo, militante absoluto, entregando su cuerpo, sus Ăłrganos, sus huesos, sus pasiones a la lucha contra el poder y sus dominaciones polimorfas. LĂşcido escritor, orador y activista libertario.

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Asistimos a la abolición de la democracia, paradójicamente por medios “democráticos” o que, por lo menos, lo hacen a nombre de ella. Asistimos a la banalización de los conceptos; se los vacía de su contenido y se usa la cáscara de su superficie para emplearlos como mejor conviene al discurso demagógico del poder. La segunda elección de magistrados es más chuta que la primera; la que perdió el “gobierno progresista” frente al voto nulo y blanco. Lo que equivale efectivamente a la anulación de las elecciones; sin embargo, aun así se continuó con la imposición de la abolición de la democracia; democracia que según la Constitución debería ser participativa. Esta segunda elección de magistrados, que obviamente no aprendió la lección de la primera, convocó a su elección de una manera irregular, sin cumplir con lo que manda la Constitución. La Constitución, que establece el sistema de gobierno de la democracia participativa, pluralista, directa, comunitaria y representativa, exige que haya debate abierto, que haya participación social y popular, que los 55


candidatos emerjan de esta deliberación colectiva, que se los conozcan y hablen con la gente. Nada de esto ocurrió; ni siquiera lo que establece la democracia formal en sentido institucional y respecto de los requisitos mínimos para ser candidato. Se impusieron candidatos afines al oficialismo, además de tal manera, que sus perfiles dejan mucho que desear para la responsabilidad que se espera de las magistraturas. Sin embargo, nada de esto le importa al “gobierno progresista”, al Congreso y al Tribunal Electoral; no les importa ni guardar las apariencias, ni el decoro, sino imponer la voluntad despótica de los gobernantes.

¿Acaso no saben que, en el lenguaje jurídico-político, estos actos son delitos constitucionales, son delitos políticos; desde la normativa del discurso jurídicopolítico, se considera a los ejecutores, cómplices y comprometidos en estos actos como delincuentes políticos? Parece que no; hacen caso omiso a las consecuencias jurídicas y políticas, pues 56


se consideran todavía impunes, a pesar de su gran desgaste y avanzada implosión. Con esta escandalosa convocatoria y montaje de la elección de magistrados, sumada a los acciones políticas gubernamentales, congresales y de los aparatos de Estado, durante el período de la regresión política y, después, de la decadencia, lo que han hecho estos personajes, su entorno palaciego, los cómplices de la burocracia de los órganos de poder, la masa elocuente de llunk’us, es abolir la democracia.

Acompañando este democracidio funciona el discurso de la banalización de los conceptos. Se usan conceptos, ciertamente sin su contexto textual, sin la narrativa teórica, de la que forman parte, como cáscaras, una vez vaciados sus contenidos. Todo para justificar las violaciones a la Constitución, la vulneración de los derechos consagrados en la Constitución, la imposición de una economía extractivista colonial del capitalismo dependiente y las políticas 57


infértiles del Estado rentista. Por ejemplo, se habla de “lucha de clases” refiriéndose al conflicto de Achacachi, como si el concepto de lucha de clases fuera adecuado para explicar el conflicto, reduciéndolo además, en este caso, al enfrentamiento del Pueblo con las comunidades campesinas7. El concepto de lucha de clases supone, en primer lugar, la contradicción estructural del proletariado con la burguesía; funciona para interpretar el modo de producción capitalista, la explotación de la fuerza de trabajo, la formación de la plusvalía, además de explicar la lucha emancipatoria del proletariado frente a la dominación del Capital. En segundo lugar, cuando el concepto de lucha de clases se extiende a las demás clases sociales, desde el tercer tomo de El Capital hasta los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci, cuando se reintroduce el concepto de hegemonía 7

Ver El discurso del poder.

Voluntad de potencia. Wordpress.com/2017/09/01/el discurso del poder.

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para articular el concepto complejo de bloque histórico, se lo hace manteniendo como eje estructural conceptual la contradicción básica entre proletariado y burguesía. En tercer lugar, cuando el concepto de lucha de clases se amplifica y es usado para interpretar la lucha antiimperialista de los pueblos, en las tesis orientales, se lo hace comprendiendo la lucha de clases y su irradiación en el contexto mundial, como debe ser. Tampoco en este caso se pierde el eje estructural de la lucha de clases de la contradicción del proletariado con la burguesía.

Cuando se usa el concepto de “lucha de clases” para referirse al conflicto de Achacachi, ya se ha vaciado el concepto de su contenido, de su estructura categorial, quedando solo la cáscara; es decir, las palabra fofa, que puede ser llenada con cualquier significación. En la demagogia gubernamental, que en el lenguaje paceño y cochabambino - pues la palabra viene del quechua - se nombra como discurso de pajpaku, se le da la 59


connotación sociológica de contradicción entre vecinos del pueblo y campesinos de las comunidades. Rigurosamente, no es adecuado ni pertinente usar el concepto de lucha de clases en la contradicción entre Pueblo y comunidades, pues se trata de otro tipo de contradicciones sociales, no las de la lucha de clases, que se refiere básicamente a la contradicción de la fuerza de trabajo, contratada por los propietarios de los medios de producción, con el capital. La banalización del concepto va más lejos; sin una base empírica que contaste de si efectivamente se trata de la contradicción entre vecinos intermediarios y campesinos agricultores, pues el conflicto estalla por la escandalosa corrupción del municipio de Omasuyo, sobre todo, de su alcalde, se trasfiere la contradicción pueblo-comunidades, al conflicto que enfrenta a vecinos del Pueblo con la estructura prebendal, clientelar y corrupta de la alcaldía; que no es más que un caso singular de la pluralidad de casos de corrupción de las alcaldías, sobre todo, gobernadas por el MAS; que no es más que una muestra de lo que 60


ocurre a gran escala en el Estado, sobre todo, con lo que concierne al “gobierno progresista”8.

La abolición de la democracia marcha junto a la banalización de los conceptos, es decir, al discurso de pajpaku. No por el rostro de mármol que se pone al decirlo se logra ocultar el democracidio y la banalización de los conceptos. El rostro de mármol y el tono agresivo con el que se pronuncia este discurso de la banalidad retorica lo que hace es dramatizar más la decadencia de la gubernamentalidad clientelar. Hay demasiada tensión en el semblante y en la violencia de las palabras, que expresan los desgarramientos de la consciencia desdichada, conformada por la consciencia culpable, el espíritu de venganza y la demanda desesperada de reconocimiento de la consciencia resentida. Síntomas trágicos de los 8

Ver Vuelve la movilización social anti-sistémica. Voluntad de potencia. Wordpress.com/2017/08/23/vuelve la movilización anti-sistemica.

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niveles de hundimiento ético, moral e intelectual.

¿Cómo funciona este proceso de derrumbe y decadencia? Recordando, hemos dicho que la democracia, que significa autogobierno del pueblo, se restringe en la modernidad, circunscribiéndose a la formalidad de la democracia institucional9. Esta democracia restringida, que reduce el ejercicio de la democracia a la representación y delegación, es ya una manera política de anular el ejercicio pleno de la democracia. Esta restricción inicial, de base, en la democracia moderna, se agrava cuando pierde su perfil, composición y estructura institucional. Cuando por ejemplo, se suspende el Estado de derecho para implantar el Estado de sitio. Esto ocurre cuando la forma de Estado retrocede de su forma liberal o republicana a la forma 9

Ver Ethos y politeia.

ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/ethos y politeia.

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de Estado policial, aunque se lo haga a nombre del “socialismo”. Esto también ocurre cuando en la forma de gubernamentalidad clientelar la convocatoria democrática y popular se convierte en el ejercicio del manejo clientelar y prebendal para mantener la cohesión política. En este caso, la restricción de la democracia se agrava al extremo de encubrir el despotismo del caudillo y de su entorno palaciego con discursos que dicen que se lo hace precisamente para preservar la 10 “democracia popular” . Resulta que la “democracia popular” termina siendo el desmantelamiento de la Constitución, la violación de las generaciones de derechos, entre ellos los derechos de las naciones y pueblos indígenas; la imposición deliberada sin deliberación democrática, participativa, comunitaria y directa. La “democracia popular” termina siendo la aplicación de procedimientos de imposición descarnada, usando a los 10

Ver Gubernamentalidad y crisis de dominación. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/gubernamentalidad y crisis de dominación.

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“alzas manos” de la mayoría oficial. El acatamiento de los apéndices del ejecutivo, fuera del Congreso, el del poder judicial y del Tribunal Electoral. Entonces esta “democracia” popular se ejerce sin el pueblo, con el celo despavorido de las altas autoridades y de la clasificada distribución de funcionarios.

Lo que no llegan a entender los que ejercen semejante abolición de la democracia y de la banalización de los conceptos, el discurso del pajpaku, es que todo lo que hacen, lo que realizan y concretan, no es más que victorias provisionales, viciadas en su consistencia y en su temporalidad. No duran más que el lapso del dominio fugaz de los amos y patrones perpetrados en la maquinaria del poder, cumpliendo su turno de engranajes de la dominación mundial. No entienden que lo que logran circunstancialmente con estas maniobras desenvueltas no es más que la construcción de un edificio político sin cimientos. Acostumbrados a los efluvios de la ideología autocomplaciente no se 64


dan cuenta que los montajes políticos no sustituyen estructuras, arquitecturas, mallas institucionales consistentes, que requiere toda forma de gubernamentalidad que quiere durar.

Tampoco ven, mucho menos tener la posibilidad de interpretar, los síntomas del retorno de las movilizaciones antisistémicas, que anuncian la clausura de la forma de gubernamentalidad clientelar, como una vez anunciaron la clausura del proyecto neoliberal implantado. Llama la atención la abrumadora miopía de los que ocupan los asientos del poder, de un lado y de otro, de “izquierda” o de “derecha”, como se acostumbra decir. Metidos en sus burbujas, en los climas de la ceremonialidad del poder, confunden el mundo efectivo con el mundo de los ambientes interiores de las burbujas. Encantados por los cantos de sirena, se pierden en las tinieblas que confunden con el paraíso11.

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Ver Retorno y porvenir de la rebelión.

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Una primera respuesta a la pregunta de ¿cómo funciona el proceso de la decadencia?, es que parece funcionar como encantamiento. Los gobernantes y sus entornos de poder están como encantados, embriagados por las ceremonialidades del poder, exaltados en sus egos ateridos como consagradas figuras de epopeya barata. Se explica, entonces, que se embarquen en la odisea, no de retorno a Ítaca, sino al naufragio en el círculo o remolino vicioso del poder.

Una segunda respuesta, parece que ocurre como lo que describe Sergio Almaraz Paz en Réquiem para una república, en el capítulo El tiempo de las cosas pequeñas12; se retrocede en unos tópicos para defender otros, se lo hace poco a poco, empero, acumulando concesiones, que llega un momento cuando se atraviesa la línea, cuando el ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/retorno y porvenir de la rebelion. 12 Revisar de Sergio Almaraz Paz Réquiem para una república. Amigos del Libro; La Paz.

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“gobierno del pueblo” está al otro lado, en la otra vereda, enfrentando a su pueblo.

Una tercera respuesta, en la medida que se persiste en el círculo vicioso del poder, en vez de intentar salir, sobre todo, cuando se dice pretender hacer “revolución”, el campo gravitatorio del poder atrae hasta el punto de convertir a la órbita en el circuito que va ser engullido por el centro destructivo del campo gravitatorio de las dominaciones.

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Democracia o democracidio

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Dedicado a las guerreras de Achacachi, espĂ­ritu encarnado de Bartolina Sisa; a los guerreros de Achacachi, espĂ­ritu encarnado de Tupac Katari.

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Ejercer la democracia es no ir ni avalar a una elección fraudulenta. Al contrario, el ir y avalar una elección fraudulenta es atentar contra la democracia, que, de acuerdo a la Constitución, debe ser participativa, pluralista, directa, comunitaria y representativa. Cuando ninguna de las condiciones exigidas por la Constitución se da para el ejercicio electoral, la convocatoria a elecciones, viciadas de vulneración de derechos y de violación de la Constitución, es ilegítima. Ejercer la democracia implica ejercerla plenamente o, por lo menos, en el marco de la democracia institucionalizada, restringida a la representación y delegación, ejercerla de acuerdo a las condiciones establecidas constitucionalmente. Cuando no se cumplen estas condiciones, ejercer la democracia implica oponerse a fraudulentas prácticas políticas y viciadas convocatorias. Incluso en el caso de coerciones estatales para asistir al montaje seudo-democrático, los y las ciudadanas tienen el derecho al desacato; esto es, ejercer la democracia, realizando el substrato de la Constitución y el 70


substrato volitivo mismo del Estadonación, de la república, aunque se le de otro nombre. Substrato político y democrático, que implica que la soberanía radica en el pueblo; dicho, de acuerdo a la filosofía política, la soberanía radica en la voluntad general.

Nadie puede atribuirse el ejercicio de la democracia, salvo el pueblo mismo. Nadie puede usurparle al pueblo este ejercicio, salvo por la violencia velada o descarnada. Los que lo hacen no solo son usurpadores de la voluntad general, siguiendo con el leguaje de la filosofía política, sino que a nombre del pueblo, a nombre de la democracia, atentan contra el sistema político democrático, establecido en la Constitución; además de atentar contra el pueblo mismo, al expropiarle la decisión y usurparle la voluntad. Los que lo hacen son delincuentes constitucionales, son delincuentes políticos.

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En los marcos restringidos de la democracia institucionalizada, de la democracia constitucionalizada - no deja de ser restringida la democracia, aunque se hayan ampliado los derechos democráticos y extendido los espacios del ejercicio democrático, incluso mencionando el nombre de la condición necesaria de la participación, si es que no hay autogobierno de pueblo, lo que significa el concepto de democracia - lo mínimo que debe hacer el pueblo, respondiendo a su responsabilidad política, es hacer respetar las condiciones jurídico-políticas establecidas por la Constitución. Si no lo hace es cómplice con no solamente el atentado a la Constitución y al ejercicio democrático, sino es cómplice de democracidio, del asesinato de la democracia.

Un pueblo que no defiende sus derechos, que no defiende su Constitución, es un pueblo que ha perdido el respeto a sí mismo, ha perdido la dignidad. Ha dejado de ser pueblo en el sentido político, para ser esclavo de la clase política, que lo 72


manipula, mediante coerciones y chantajes. El dilema de todo pueblo es ser o no ser, recurriendo a la frase conocida de la tragedia de Hamlet, del connotado escritor William Shakespeare, de los siglos XVI y XVII. En lo que respecta a la política, ser significa practicar y ejercer la democracia, poniendo en movimiento y realizando efectivamente los derechos.

Independientemente del debate ideológico y político, que ciertamente atraviesa las prácticas políticas y democráticas, es menester considerar la responsabilidad política, comenzando con la exigencia compartida por todos los involucrados; la exigencia de responder al conglomerado de voluntades singulares, voluntades singulares que se integran y son interpretadas por la Constitución. Entrelazamientos que nos ocupamos en escritos anteriores a Comuna, durante la Comuna, después de la Comuna; durante el proceso constituyente y después de promulgada la Constitución; sobre todo, cuando comenzamos con la evaluación crítica no 73


solo del proceso de cambio y del proceso constituyente, sino de la experiencia política; cuando iniciamos desplazamiento y rupturas epistemológicas respecto a nuestra concepción asumida, el marxismoindianismo, inclusive en la versión del marxismo crítico. Esta responsabilidad compartida, dicho todavía de manera general, todavía en su figura global, tiene que ver con la realización política de la voluntad general, siguiendo con la utilización de este término de la filosofía política. Esto es realización del ejercicio democrático, libre y soberano, por lo menos, ateniéndose a las condiciones de posibilidad jurídico-políticas establecidas en la Constitución.

Cuando no ocurre esto, cuando se bloquea o desvía el ejercicio democrático, cuando se lo sustituye por los designios de la casta política gobernante, el ejercicio político se ha convertido en práctica de dominación; es decir, en realización de la reproducción del poder, en los términos de las dominaciones 74


heredadas y persistentes. Un discurso, diga lo que diga, no sustituye a este hecho, el de la conculcación de la democracia. El discurso puede pintar un panorama distinto a lo que ocurre, puede mostrar que se trata del “ejercicio de la democracia popular” o del ejercicio en la coyuntura de la “revolución” en marcha. Sin embargo, la ideología no sustituye a la realidad efectiva; apenas la emula en el imaginario estatal o, de manera más específica, en el imaginario de la clase política, la gobernante y la de la “oposición”.

Si los designios de la casta política gobernante se imponen, a través de la coerción, el chantaje, el clientelaje y la corrosión institucional, lo hace no porque es “legítimo” lo que hace, sino porque cuenta con la correlación de fuerzas a favor. Lo hace porque tiene el monopolio de la violencia legal, incluso de la violencia ilegal. Se trata pues de la imposición y no de la democracia.

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Que lo logre hacer quiere decir que se ha cumplido con la voluntad estatal, con la voluntad gubernamental, con la voluntad de la casta gobernante, anulando o usurpando la voluntad general del pueblo. Si bien se puede considerar esto una victoria política, lo es en las circunstancias viciadas institucionalmente y constitucionalmente, en condiciones no-democráticas. Esto no deja de significar que se trata de una victoria ilegitima; por lo tanto, de corto alcance.

La clase política suele ponderar sus logros en el corto plazo, poco en el mediano plazo y casi nunca en el largo plazo. En consecuencia, una victoria política lograda en las condiciones descritas, es una pírrica victoria, hasta podría decirse provisional, incluso fugaz. No tiene la propiedad de la durabilidad. Se trata del goce inmediato de los que se regocijan con semejante “victoria”; en esto no hay placer, menos gusto estético; tampoco irradiación institucional para los periodos venideros. Salvo si se trata de la 76


irradiación destructiva de la institucionalidad, de la democracia, de la voluntad popular, de las posibilidades del porvenir.

Hay quienes ven en las movilizaciones sociales el caos y desorden, sin discutir su apreciación, pues no se trata ahora de eso - ya se conoce nuestra posición al respecto -; lo que hay que tener en cuenta es que las movilizaciones sociales, concretamente las movilizaciones sociales que devienen anti-sistémicas, son ejercicio de la democracia, más allá de las formalidades institucionales. Cuando se bloquean los conductos institucionales, cuando se administra las leyes para prácticas ilegitimas y encubrir ilegalismos, cuando se usa el gobierno y los aparatos de Estado para ejercer despotismo, es cuando no hay otra salida que la movilización, incluso la rebelión contra la tiranía impuesta, aunque la tiranía se lo haga a nombre del “proceso de cambio”.

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Cuando un Pueblo se ve obligado a actuar abiertamente, irrumpiendo con movilizaciones en el escenario político, expresando su furia, después de haber intentado usar los conductos regulares, denunciando la corrupción imperante en la alcaldía del municipio de referencia, sin lograr resultados - pues la burocracia y los funcionarios encargados de velar por el cumplimiento de la Constitución y las leyes hacen caso omiso de las denuncias, de las demandas, haciéndose la burla, al callarse, al diferir el tratamiento, al tipificar de una manera condescendiente lo que ocurre, además amparados por los gobernantes, los magistrados, los jueces y los “representantes del pueblo” -, ejerce la democracia como corresponde.

Cuando comunidades indígenas de un territorio indígena, reconocido como propiedad comunitaria, es avasallado en su propio territorio, legitimado y legalizado por la Constitución y las leyes, son empujadas a defenderse, a defender su territorio, a defender los espesores territoriales y el ecosistema donde se 78


encuentran, las acciones que emprende, fuera de denunciar e interpelar, las movilizaciones que realiza, las marchas que despliega, son ejercicio de la democracia. El recurso a la movilización es práctica democrática. Más necesaria cuando el gobierno, los aparatos de Estado, se encargan de justificar sus acciones inconstitucionales aludiendo, sin manejar ni comprender la Constitución. Mucho más cuando se manipula con una consulta trucha, que no cumple con lo que establece la Constitución, Consulta con Consentimiento, Libre, Previa e Informada. Más necesaria aún, cuando se ven sorprendidas ante la construcción secreta, clandestina, de lo que pretende perpetrar el gobierno. Cuando las naciones y pueblos indígenas son avasallados, como continuando la conquista interminable, la responsabilidad de todo el pueblo es apoyar la lucha indígena y defender sus derechos, consagrados constitucionalmente. Esto es ejercer la democracia.

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Cuando la sociedad se encuentra sometida a montajes políticos, que buscan sustituir el ejercicio de la democracia por una caricatura de la misma, por prácticas políticas que solo se le parecen en los nombres que se emplea, en cambio, todo el contenido y la forma de las prácticas corresponde a su anulación efectiva, es decir, a un democracidio, el pueblo tiene la responsabilidad de desmontar este espectáculo político, que de político solo tiene el guion y la narrativa, mejor dicho, el discurso, en tanto que, efectivamente, se efectúa el desenvolvimiento del despotismo.

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Heurística política

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Farsa del comediante

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Hablar de que los indígenas del TIPNIS viven mal, según los parámetros de la cultura o el modo de vida urbana de las sociedades modernas, porque no tienen aire acondicionado, ni gozan de energía, es constatar que se está dentro del paradigma colonial de la modernidad y del sistema-mudo capitalista. Decir que la carretera les va llevar energía, postas de salud, escuelas, el “progreso”, hablándoles o refiriéndose a quienes viven muy lejos de donde va a pasar la carretera, es no tener mucha idea de la geografía o considerar que se puede hacer creer estos cuentos a la opinión pública. Por otra parte, también se muestra una idea restringida a la experiencia moderna y urbana; por ejemplo, creer que la energía es electricidad y gas. La carretera va a atravesar el bosque del TIPNIS, donde solo hay dos comunidades, lejos de donde se encuentra la distribución demográfica de las comunidades, que se dispersan a lo largo de los ríos Isibore, Sécure e Ichoa.

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Por las carreteras llegan las mercancías, pasa el transporte, se usa la carretera como logística para los campamentos de prospección, de exploración y de explotación hidrocarburífera y minera. Las carreteras forman las redes del mercado, de la industria, de la comunicación física de la geopolítica del sistema mundo capitalista. Hablar que la carretera lleva “progreso” es hablar con el leguaje del “Cuerpo de Paz” del siglo pasado, para después, contradictoriamente decir que se es “antiimperialista”. No hay consistencia en este discurso, menos en decir que se trata de la preocupación por el bienestar de los pueblos indígenas. En los hechos, efectivamente, lo que menos le importa al “gobierno progresista” es el destino de los pueblos indígenas. Si le preocupara, lo primero que hubiera hecho es preguntar a los pueblos, consultarles, averiguar cuál es su situación y condición en el contexto geográfico y, si se quiere, geopolítico del país, que forma parte de las periferias de la geopolítica del sistema-mundo capitalista. ¿Cuál es su situación y condición respecto al 84


diagrama de poder colonial? Si realmente le hubiera interesado se habría preocupado por averiguar qué es el TIPNIS; no solamente como Territorio Indígena y Parque Nacional, que son categorías administrativas estatales; sino lo que implica como ecosistema, su función en los ciclos vitales de las regiones, del continente y del mundo. Si, por lo menos, le hubiera interesado políticamente, habría leído, como corresponde, la Constitución y sacar conclusiones. Nada de esto ha pasado; lo que ha ocurrido son las muestras patéticas de que se está ante un gobierno que hace lo mismo que los gobiernos anteriores; adecuarse, desde su propia posición, circunstancia e ideología, a la geopolítica del sistema-mundo capitalista. Hacer lo que hacen los Estado-nación subalternos, garantizar la transferencia de recursos naturales, reducidas a materias primas, a los centros de la acumulación ampliada de capital, principalmente a las potencias industriales.

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El discurso gubernamental no es para convencer; si fuera este el caso, se preocuparía por la retórica, usaría el arte del convencimiento, guardaría las apariencias, se esforzaría por argumentar. Todos estos procedimientos están lejos de las prácticas discursivas gubernamentales. Su discurso funciona como inercia, para acompañar al despliegue descomunal del poder, al desenvolvimiento desmesurado de la violencia; es un barniz para que la cruda realidad no aparezca descarnada, con las heridas abiertas. Es inútil debatir con los voceros gubernamentales; no se los va a convencer, ni con buenos argumentos, ni con excelentes descripciones, ni con demandas constitucionales. Es gastar, como dice el refrán popular, pólvora en gallinazos.

Hace tiempo que ha desaparecido el debate, la discusión, la deliberación. Para la modernidad tardía de la era de la simulación, son antigüedades dignas de museo; pero, no para practicarlas en el desborde vertiginoso de la compulsión y 86


el consumo, en el sistema-mundo cultural de la banalidad. Eso está bien para idealistas. Lo que se requiere es llevar el pragmatismo elemental a su mayor extremo utilitario; lo que se requiere es aplicar lo que se quiere hacer, ejercer el dominio en lo que corresponde. Los discursos son una molestia; si hay que emitirlos es por costumbre, porque formamos parte del lenguaje, del mundo del lenguaje. En este caso, el discurso sirve para confirmar lo que ya se hecho o se hace; de la manera más cínica.

Las investigaciones, las descripciones, los análisis, tienen que seguir dándose, pues son, además de conocimiento, de dar cuenta de lo que se estudia, se analiza, de lo que acontece, relaciones interpretativas en los tejidos de la realidad, sinónimo de complejidad. Todas estas formaciones descriptivas, formaciones discursivas y formaciones enunciativas, tienen que dirigirse a la gente, al pueblo, para aprender con la experiencia social. Para construir concesos y lograr cohesionar las 87


voluntades, para incidir en los decursos y los procesos.

La apuesta del gobierno es a la disponibilidad de fuerzas que monopoliza. Es esto lo que cuenta; las razones, los argumentos, las denuncias, las interpelaciones, son desechadas y descalificadas. No le interesa ni siquiera escucharlas. En este contexto de concurrencia de fuerzas, lo que puede cambiar la situaciรณn, donde el gobierno ejerce poder, recurriendo a la disponibilidad de fuerzas que le otorga el Estado, lo que puede cambiar la correlaciรณn de fuerzas es la potencia social, el desborde de la acumulaciรณn de fuerzas contenidas por el pueblo.

Se trata entonces de activar la potencia social del pueblo, inhibida por el juego de los diagramas de poder, inscritos en la piel, hendida en la carne, que han modulado sus comportamientos. Esta activaciรณn de la potencia social no es fรกcil; no se trata de las convocatorias 88


vanguardistas, tampoco de las denuncias, así como de las interpelaciones. Aunque se las tenga que hacer, no son suficientes; apenas son llamados a la consciencia. Quizás la activación de la potencia social dependa de recuperar capacidades de los sentidos, de las sensaciones, las fenomenologías corporales. Quizás sea indispensable abrir otros espacios de comunicación alternativos, no en el sentido solo del nombre, que es lo que se acostumbra, empero, haciendo lo mismo o casi lo mismo de lo que hacen los medios de comunicación. Sino alternativos en el sentido de comunicarse de otra manera, hacer común los aprendizajes, participar colectivamente en la comunicación social, construir comunidades comprometidas con la vida. Esta es una tarea pendiente. Pero, mientras tanto, no se puede dejar de entregar lo que se tiene; compartir con los y las que se pueda, sobre todo, los colectivos activistas y los pueblos movilizados. Particularmente con los jóvenes.

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Volviendo al tema, la de la farsa del comediante, con las declaraciones que mencionamos, la comedia misma se desenmascara, se desnuda, queda en evidencia; incluso, al develarse, dejar de ser comedia y mostrar sus montajes, sus bastidores, la premura de los disfraces. Todo aparece como es, no en la narrativa de la comedia, sino en la cruda prenarrativa de los actos, de los hechos, de los forcejeos. El emisor se presenta tal cual es; colonizado por el “progreso” y la ideología imperialista del “desarrollo”; demagogo, hablando como preocupado por el bienestar de los pueblos indígenas, sin inmutarse a preguntarles y consultarles; patriarcal, en el sentido más exacerbado del machismo; cínico, al referirse al “progreso” que traerá la carretera, que se encuentra lejos de las comunidades de las que habla.

El gobierno sabe muy bien lo que quiere hacer y lo va a hacer, si es que se impone con la disponibilidad de fuerzas estatales y las fuerzas avasalladoras de la burguesía de la coca excedentaria; que, 90


en la práctica ya se apoderó del TIPNIS, al cercar el territorio, al encubrir la construcción de puentes para la carretera en el interior del territorio indígena, al pedir “pasaporte” para ingresar y salir del TIPNIS, incluso a los dirigentes de las comunidades. La burguesía de la coca excedentaria también sabe muy bien lo que quiere hacer y lo está haciendo; extender la frontera agrícola de la coca excedentaria. Los discursos están de más; se los pronuncia o para amenazar y dejar claro quién manda en el territorio, o para hacer ruido, acompañando al ruido de las motosierras, las maquinas que clandestinamente ingresaron, hace un tiempo, a abrir senda y construir la carretera, violentando la propia ley de intangibilidad del TIPNIS, promulgada por el presidente. Ahora desechada y sustituida por la ley que legaliza lo que ya se ha hecho y lo que se va seguir haciendo, la destrucción del ecosistema, el etnocidio de las comunidades indígenas amazónicas, la entrega de las concesiones a las empresas extractivistas de hidrocarburos y quizás también

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mineras, dar concesiones a las empresas madereras para que sigan talando.

La farsa del comediante sirve solo para distraer a la opinión pública, quizás para confundir a la opinión pública internacional, aquella fracción que queda todavía esperanzada en la convocatoria del mito del caudillo “indígena”, que de “indígena” solo tiene el parecido, pues la estructura subjetiva esta blanqueada, con todos los prejuicios de la modernidad.

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La representatividad chuta

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Los que confunden el mundo efectivo con el mundo de las representaciones; en otras palabras, los que confunden la realidad, sinónimo de complejidad, con la ideología13; creen que pueden sustituir la representación legítima y fidedigna de las organizaciones sociales y de los pueblos indígenas por representantes chutos, nombrados a dedo por el “gobierno progresista”. Creen que es cuestión de montar la escena, dividir a las organizaciones, reconocer a la oficialista, es decir, a la impuesta, para que la “representatividad”, que se quiere, sumisa, obediente y servil, sea la que se dé y se reconozca como “válida”14. Esta gente no entiende que el mundo de las representaciones solo es vaho de la evaporación de los acontecimientos. Mientras emerja del ciclo de 13

Ver Crítica de la ideología. Crítica de la ideología i; Crítica de la ideología ii. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/critica de la ideología i. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/critica de la ideología ii. 14 Ver el Mundo como espectáculo. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/el mundo como espectáculo.

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evapotranspiración efectiva-imaginaria, si se quiere, para comparar, usando una metáfora, las representaciones forman parte de las dinámicas vitales de la complejidad; en tanto, no ocurre esto, cuando las representaciones se separan del ciclo, no mutan, no se trasforman, no resultan del acontecer social, sino son capturadas como mariposas muertas, para usarlas cuando se requiere hacer creer, montar escenarios, para uso y beneplácito del poder, esta representación no es otra cosa que fantasma divagante en el imaginario político.

El “gobierno progresista”, donde de progresista se queda solo con la palabra, pues, en los hechos efectúa la marcha regresiva del conservadurismo recalcitrante, ha destruido a las organizaciones indígenas de tierras altas y de tierras bajas; las ha dividido y conformado organizaciones de representatividad chuta. Con este acto espurio pretende “legitimar” sus actos políticos y económicos, que corresponden 95


al modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente15. Con este montaje, que se mueve en el mundo de las representaciones, en el imaginario del partido oficialista, pretende “legitimar”, obviamente, de manera chuta, la construcción de la carretera que atraviesa el Territorio Indígena y Parque Nacional Isidoro Sécure. En el mundo efectivo, lo que hace es violentar para imponer, vulnerar la Constitución y violar los derechos de las naciones y pueblos indígenas y del pueblo boliviano; al que lo tiene como dato electoral y como nombre retórico, al que no le consulta nada, ni deja que ejerza lo que la Constitución establece, el ejercicio de la democracia participativa, directa, comunitaria y representativa. El dúo megalómano de los gobernantes y el entorno palaciego se han apoderado del llamado “proceso de cambio”, que abrió el acto heroico del pueblo boliviano en la movilización 15

Ver Subalternidad y máquinas del sistema. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/subalternidad y maquinas del sistema-mundo.

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prolongada (2000-2005). Que de cambio solo tiene el enriquecimiento privado de la casta política gobernante.

Ahora, después de la inconstitucional ley que levanta la intangibilidad del TIPNIS, arrancada por la victoria de la VIII marcha indígena, quieren montar el escenario, cada vez más grotesco, de un encuentro de representantes chutos del TIPNIS, donde se encuentran dirigentes de los avasalladores del territorio indígena, los colonizadores del Bloque Siete, además de representantes chutos, impuestos a dedo, de lo que el discurso gubernamental llama la “zona del Sécure”, sin mucha idea de lo que dice. Pretende oponerse al Encuentro de Corregidores del TIPNIS, de las zonas afectadas por las políticas etnocidas y ecocidas del “gobierno progresista”16; que se enfrentan a la nueva arremetida 16

Ver Ecología de la hoja de coca 2; también Crítica ecológica del extractivismo. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/ecología de la hoja de coca. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/critica ecologica del extractivismo.

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depredadora y destructiva del gobierno de la burguesía rentista, la casta política, de la burguesía de la coca excedentaria, la burguesía tradicional, la burguesía agroindustrial, la burguesía taladora de bosques, maderera, contra la vida, los ciclos vitales, los ecosistemas. Todo esto al servicio del imperio, de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, de la hiper-burguesía de la energía fósil, las empresas trasnacionales extractivista y la burguesía financiera mundial, sus amos.

Estos agentes del sistema mundocapitalista, que llaman “desarrollo”, agentes de las empresas trasnacionales extractivistas, pretenden llevar a cabo en parte lo han hecho, ocultamente, de manera tramposa, como acostumbran, escondidamente, al construir puentes en el TIPNIS – la efectuación de la destrucción del bosque del TIPNIS y la construcción de la carretera extractivista. Esta gente, sin palabra ni ley, que cree que el mundo efectivo es el de los medios de comunicación, que cree que la “realidad” es la que produce la violencia, 98


tira por la borda las generaciones de derechos conquistados y plasmados en la Constitución; le importa un comino la voluntad de las naciones y pueblos indígenas y desprecia la voluntad del pueblo boliviano. Esta gente que vive en el imaginario delirante del poder, busca perpetrar sus fechorías – basados en una consulta chuta, que desechó lo que manda la Constitución, Consulta con Consentimiento, Libre, Previa e Informada - a nombre, nada más ni nada menos, que del “proceso de cambio”, usurpado al pueblo boliviano, por parte de estos “revolucionarios de pacotilla”.

Sin embargo, el mundo efectivo es el mundo efectivo, la realidad es la realidad, y el mundo de las representaciones es el mundo de las representaciones, la ideología es la ideología. No se puede sustituir el mundo efectivo por el mundo de las representaciones, no se puede sustituir la realidad por la ideología, no se pueden sustituir representaciones orgánicas legítimas por

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representatividades chutas. Estos son los límites de las manipulaciones del poder.

El legendario pueblo de Achacachi se ha levantado contra la dominación clientelar, prebendal y corrupta; los pueblos indígenas del TIPNIS, las mujeres amazónicas, que encarnan el entramado comunitario, resisten y luchan contra la conquista interminable, que ahora personifican los “gobernantes progresistas”; el pueblo boliviano está convocado por la vida a defender la vida, a defender la Constitución, a no dejar solos a los guerreros y guerreras de Achacachi, a no dejar solos a los guerreros y guerreras amazónicas 17.

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Ver Retorno y porvenir de la rebelión. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/retorno y porvenir de la rebelion.

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La muletilla de la conspiraciรณn

El legendario pueblo rebelde de Achacachi ha llegado a La Paz y convoca a los pueblos de la ciudad de El Alto y La Paz, convoca al pueblo boliviano.

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Una muletilla es una palabra, puede llegar a ser incluso una frase, que se repite mucho por hábito; en ocasiones llegando al extremo de no poder decir frase alguna sin ella. Etimológicamente, el nombre de la palabra muletilla deriva de muleta es algo que sirve como soporte; en el caso lingüístico, como soporte de un discurso. Generalmente se da cuando no se tiene qué decir, hay como un olvido, una afasia circunstancial, un lapsus. También las muletillas sirven como señal de identificación recíproca entre los hablantes. La muletilla es soporte en un discurso; en tal caso, se define como una frase, palabra o voz que se repite mucho consecutivamente o por hábito. La muletilla no está dirigida específicamente al oyente, no tiene contenido informativo directo; el oyente percibe que el interlocutor no tiene claro lo que quiere decir, que necesita apoyarse en frases o palabras sin sentido para poder continuar hablando; la muletilla expresa un tic verbal en la conversación.

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Retomando estas anotaciones, vamos a proponer una muletilla política, la muletilla de la conspiración. Esta muletilla aparece cuando el gobierno está en crisis. Como no reconoce la crisis, tampoco la asume, menos reflexiona sobre ella y la analiza, para encararla, prefiere indilgar lo que ocurre, los síntomas de la crisis, a fuerzas exteriores o también fuerzas interiores, que se alían, en la conspiración contra el gobierno. Por eso marcha mal la economía, la política, la administración; por esta intervención oscuro u opaca, clandestina o semi-clandestina. No se debe ni al mal gobierno, ni a la mala administración, tampoco a los errores y desatinos, mucho menos, a la corrupción, pues ésta es apenas una proporción pequeña de lo que ocurría en anteriores gobierno. La muletilla de la conspiración se ha convertido en un hábito en el gobierno; la emiten los ministros encargados de gobierno, de la presidencia, hasta puede ser compartida por todo el gabinete; es más, pueden llegar a usarla los “representantes del pueblo”, afines al gobierno; incluso puede llegar a formar parte de los discursos y declaraciones del 103


partido. Hasta el mismo presidente y el mismo vicepresidente pueden convertirse en los voceros que emiten como hábito esta muletilla de la conspiración. Es el recurso a mano ante contingencia de emergencia, como cuando el gobierno enfrenta movilizaciones sociales antisistémicas, indígenas, campesinas o urbanas. Detrás de las mismas, que cuestionan e interpelan al gobierno, no puede haber sino conspiración. Un “gobierno del pueblo”, de los “movimientos sociales”, dedicado a gobernar para el pueblo, sacrificado por los pobres, no podría estar en estas situaciones, acusado, señalado, denunciado e interpelado por el mismo pueblo; la explicación gubernamental no tiene dudas: es la conspiración; sobre todo, la más amenazante, la más peligrosa foránea, conspiración del “imperialismo”. Con esta imagen que deja la muletilla, el gobierno, por analogías figurativas y metafóricas, se parece a San Jorge peleando contra el dragón del mal, en este caso, contra el monstruo de mil 104


cabezas. Empero, como toda muletilla, no es más que un soporte, una ayuda cuando no se sabe que decir, un recurso usado, que no transmite sentido, sino que ayuda a ganar tiempo. Si la conspiración es ese monstruo de mil cabezas, entonces estaríamos ante un control foráneo de tal magnitud que controla todas las variables y todos los factores intervinientes en las dinámicas sociales, políticas y económicas. Estaríamos ante una magnifica maquinaria que juega con nosotros, nuestras instituciones, como si fuesen fichas. Este argumento de la conspiración la convierte, a la conspiración, en omnipresente y todopoderosa. En consecuencia, las ciencias sociales tendrían que cambiar sus corpus teóricos, pues estarían equivocadas al observar y explicar los fenómenos sociales, los fenómenos políticos, los fenómenos económicos, por causas y efectos objetivos, por determinismos, por estructuras y regularidades, por procesos desatados. La muletilla de la conspiración no es una teoría, aunque forme parte de las irradiaciones de la teoría de la conspiración; tampoco es una tesis de la 105


conspiración, que sería un desgajo o una nueva hipótesis de la teoría de la conspiración. Como dijimos, es un soporte político en momentos de crisis política, de crisis gubernamental. Hay que atender a la muletilla como síntoma de la afasia política, como lapsus del inconsciente gubernamental, inconsciente que perturba el discurso político, que le abre fisuras y muestra sus sinsentidos. De la misma manera o análoga que el psicoanálisis interpreta los lapsus en el leguaje, en el habla, se puede interpretar estos lapsus políticos, estos hábitos recurrentes a muletillas; en este caso, de la muletilla de la conspiración. A modo de aproximación a la interpretación de esta muletilla de la conspiración, lo primero que se constata es que es excesivamente reiterativa, hasta llegarla a desgastar, dejando de ser incluso soporte, muleta para sostener a la paralitica política de gobierno. Lo segundo que se constata es que casi son los mismos “conspiradores” de siempre, el “imperialismo” y la “derecha”, se incluyen a los dirigentes sociales 106


cómplices, involucrados en las movilizaciones o a confundidos, que terminan coadyuvando a los planes desestabilizadores de la “derecha” y el “imperialismo”. A veces, los voceros se ven en figurillas cuando tienen que explicar el asedio de movilizaciones sociales anti-sistémicas donde reaparecen los movimientos sociales que abrieron el proceso de cambio; en ese caso, recurren a una semi-confesión. El vocero dice que lo que llama la atención es la mezcla amorfa de los involucrados en la “conspiración”. Esto de amorfa es la confesión de que no se puede explicar, desde la muletilla de la conspiración, la alianza entre el pueblo rebelde de Achacachi, las naciones y pueblos indígenas de la Amazonia, concretamente las comunidades en resistencia del TIPNIS, maestros, centrales departamentales, productores de coca de La Paz, gremiales, juntas vecinales de El Alto, cívicos y otros sectores que consideran que el Gobierno no atendió sus demandas sectoriales.

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Lo que queda claro es que la muletilla de la conspiración ya no sirve ni siquiera como muletilla. La muletilla se ha roto, ya no sirve como soporte, es inservible. ¿Qué significa esto respecto al gobierno que la usa recurrentemente y de una manera desesperada? ¿Significa que el “gobierno progresista”, que se quedó con inservibles muletillas, que fue desenmascarado por los movimientos sociales anti-sistémicos, que fue puesto en evidencia en su expansiva corrosión institucional y galopante corrupción, que fue puesto en evidencia por su continuidad en el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, por lo tanto, en su complicidad con la hiperburguesía de la energía fósil, que domina el mundo, al quedar desnudado, ha llegado a su momento de clausura?

El pueblo de Achacachi y la representación orgánica y legítima del TIPNIS han firmado un pacto en defensa de la democracia, en defensa de las naciones y pueblos indígenas, en defensa 108


de la vida. Ahora, con la llegada a La Paz y la concentración y apoyo de distintas organizaciones que han estado resistiendo a las políticas extractivistas, neocoloniales y despóticas del gobierno, se firmara un pacto de alcance nacional. Ante este acontecimiento, el pueblo boliviano, las ciudadanas y los ciudadanos, los sectores populares, lo nacional-popular urbano, tienen la responsabilidad de apoyar a los guerreros y guerreras de Achacachi y a los guerreros y guerreras amazónicas. Ha llegado el momento de las decisiones; o se mantiene el conformismo, a pesar del desencanto, se mantiene el pesimismo a pesar del desmoronamiento del régimen de la demagogia, o, en cambio, se pone el cuerpo, la pasión, el coraje, para defender la vida, la democracia, a Achacachi y al TIPNIS. Dando apertura a la alternativa alterativa de la potencia social.

¡Todos somos somos TIPNIS!

achacacheños!

¡Todos

¡La lucha continúa! 109


El recurso político de las Fuerzas Armadas Una comparación del “gobierno progresista” con la dictadura militar

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Desde que comenzamos la evaluación del denominado proceso de cambio, sobre todo, de la movilización prolongada y del proceso constituyente, es decir, desde la publicación de Horizontes de la 18 Descolonización , seguida por 19 Acontecimiento político , hemos afirmado que el Estado-nación sigue viviendo y coleando; que no ha muerto para dar vida al Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. Ahora, después de los acontecimientos de los conflictos del TIPNIS y Achacachi, podemos evidenciar que estamos tan metidos e imbuidos en el Estado-nación, 18

Ver Horizontes de la descolonización. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/docs/horizontes de la descolonizacion. 19

Ver la serie Acontecimiento político. ¿Qué es la política? Defensa crítica y crítica de la apología. Paradojas de la revolución. Potencia y trama política. Potencia y acontecimiento. Fetichismo ideológico. Espesores del presente. Crepúsculo del sistema-mundo y alteridad. Defensa de la vida y lo común. Potencia social o poder. En Cuadernos activistas. ISSUU.com/raulpradaalcoreza/stacks/.

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que se repiten sus traumas políticos. Asistimos como a una dictadura militar. Las fuerzas Armadas siguen siendo las mismas, a pesar de su símbolo de la wiphala pegado en el uniforme y su grito mecánico: ¡Patria o muerte venceremos! A pesar del ingreso al colegio militar de una cuota de “indígenas”, que son los recomendados por las dirigencias. Se corrobora, por su presencia y actividad en el conflicto del TIPNIS y ahora la ocupación militar del Territorio Indígena, que el ejército, la armada y aviación militar siguen sirviendo al gobierno y no al Estado, como en los tiempos de las dictaduras militares. Obedecen al Jefe, que ahora es un presidente con máscara indígena; antes era un general criollo o mestizo disfrazado de nacionalista, cuando entregaba onerosamente en concesiones las reservas de los recursos naturales. El nuevo Jefe hace lo mismo, solo que a nombre del “proceso de cambio” y del “Estado Plurinacional”, que de plurinacional solo tiene el nombre.

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El actual gobierno, con su marcha vertiginosa en la decadencia, se ha terminado pareciendo tanto a la dictadura militar, de aquellos aciagos tiempos, que repite lo grotesco político en sus formas más estridentes. Lo apócrifo, lo chuto, el espectáculo vergonzoso. Resulta que ahora se tiene un “Defensor del Pueblo” apócrifo, que lo único que hace es defender al gobierno, sobre todo, en sus flagrantes violaciones a la Constitución. Ahora tenemos un Ministro de Defensa que habla de “movilización popular” como estrategia del ejército, sin entender que implica lo de movilización general y pueblo armado; lo dice mecánicamente para poner un barniz a ejercicios militares que dejan mucho que desear en lo militar y que muestran su experticia en espectáculos comunicacionales y farándulas de uniformados. Tenemos un ejército, armada y aviación militar que se encuentran involucradas, por lo menos, sus altos mandos, en la velada entrega de las reservas de litio del Salar de Uyuni a empresas trasnacionales extractivistas, sin decirle nada al pueblo boliviano, que 113


es propietario de los recursos naturales, y obviamente sin acatar la Constitución. Unas fuerzas armadas que cumplen el papel de matones en el TIPNIS y como dice Pablo Mamani de amenaza a la nación aymara 20, además de cumplir servilmente los mandados del presidente, llevando vituallas y regalos prebéndales para el chuto encuentro de “representantes” apócrifos del TIPNIS. Se ha denunciado que la armada ha detenido a dos personas del movimiento en resistencia; son Modesto Yujo y Antonio Huayacuma, hijo y padre de la corregidora de Gundonovia, Delsi Yujo. Lo que es un delito no solo por conculcar derechos sino porque no es competencia de la armada detener a civiles. Encuentro que contó con un desplazamiento de vehículos, movimientos de gente ajena al TIPNIS y del gobernador del Beni, anteriormente miembro de agrupaciones políticas afines al conservadurismo regional, que prestó sus buenos oficios 20

Ver de Pablo Mamani Ramírez El Estado plurinacional amenaza a la “nación rebelde”. Ideas; Pagina Siete; domingo 27 de agosto de 2017.

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para apabullar y agredir a los indígenas del TIPNIS, gastando el dinero de las arcas del departamento.

El panorama no puede ser más estrambótico. Todo esto para decir que el presidente del Estado-nación, nombrado Estado Plurinacional, y el gobernador departamental están por el “desarrollo”, mientras que los grupos opuestos a la carretera están por mantener las “condiciones de pobreza” de los indígenas, si es que no los acusan de ser cómplices del “imperialismo”. Lo que no dicen que el “desarrollo” del que hablan es la concesión del bosque del TIPNIS a empresas trasnacionales extractivistas de los hidrocarburos, con las que está el gobierno comprometido. Lo que no dicen es que el “desarrollo” del que hablan es la ampliación de la frontera agrícola de la coca excedentaria, que forma parte de la economía política de la cocaína; ahora la burguesía de la coca excedentaria se ha apoderado prácticamente del TIPNIS al cercarlo, al encubrir la construcción 115


secreta de puentes en el TIPNIS para la carretera extractivista, antes de la ley que levanta la intangibilidad del TIPNIS. Lo que no dicen es que el “desarrollo” del que habla es la concomitancia del “gobierno progresista” con la geopolítica del IIRSA, aunque la carretera en cuestión no sea la vía principal del proyecto bioceánico.

Algo que llama la atención es el comportamiento cobarde después de cometidas las fechorías, las violencias perpetradas. Después de las agresiones de la armada a los indígenas del TIPNIS que realizaban el encuentro de corregidores en defensa del TIPNIS y que se oponen a la construcción de la cartera, el gobernador del Beni niega las agresiones, la armada no las reconoce ni las menciona; es mucho menos de esperar que diga algo el Ministro de Defensa. Es el mismo comportamiento cuando ocurrió el despliegue de la violencia descomunal del Estado en Chaparina contra la marcha pacífica 116


indígena en defensa del TIPNIS y la vida; resulta que cuando salen los videos - lo que no esperaban - de semejante vejamen a la integridad de los componentes de la marcha, ancianos, hombres, mujeres y niños, nadie asume la responsabilidad del acto. Cuando fue una orden dada en gabinete por el mismísimo presidente y segundada por el vicepresidente, compartida por el gabinete. La famosa orden resulta en la “ruptura de la cadena de mando”; argumento insólito usado por el gobierno y sus voceros, creída por los jueces y, de alguna manera, mantenida como versión por los medios de comunicación21.

La pregunta es: ¿Por qué volvemos a las formas de la dictadura militar? La tesis de Carlos Montenegro era que el golpe de Estado es muestra o manifestación del vacío político. La tesis manejada por la 21

Ver La orden. Pradaraul.wordpress.com/2012/09/26/la orden.

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izquierda es que el golpe de Estado corresponde a la acción de emergencia de la burguesía nacional y de los dispositivos imperialistas para detener la avalancha social de la lucha de clases. Reduciendo esquemáticamente, por razones de exposición y comparación, la tesis de Curzio Malaparte es que el golpe de Estado es como un arte de la conspiración22. Lejos de sustentar que puede sostenerse una teoría del golpe de Estado, como si se tratara de un fenómeno generalizable, susceptible de estudiarlo como fenómeno independiente u objeto de estudio, pues, mas bien, se trata de una de las formas de la crisis del Estado, lo que hay que comprender es la recurrencia a las fuerzas armadas por parte de gobiernos que han perdido la convocatoria y la sustituyen por las redes clientelares y prebéndales. El socorro de estos gobiernos vulnerables, pues se debilitan con la pérdida de convocatoria, 22

Ver de Curzio Malaparte Técnicas de golpe de Estado. Users/RAULPRADA/DOCUMENTS/Bolivia/2017/2992tecnicas de golpe de estado.pdf.

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es el brazo armado del Estado, su dispositivo de emergencia.

¿Cómo funciona esta recurrencia a las fuerzas armadas en momentos de crisis política y vulnerabilidad gubernamental? Retomando la tesis de Carlos Montenegro de vacío político, podemos sugerir que en coyunturas o crisis de Estado el Estado se repliega a su origen, el Estado de excepción, la violencia inaugural del Estado, la suspensión de los derechos y la atribución de plenas potestades al Estado de hacer lo que viere conveniente para defenderse. Los periodos en los que se prolonga la crisis de Estado como en el lapso de los llamados caudillos barbaros y del despotismo ilustrado, que es la referencia de Carlos Montenegro, o cuando la derrota electoral de la rosca minero-feudal lleva a la dictadura de Mamerto Urriolagoitia, así como cuando la Asamblea Popular genera la reacción de la clase política y económica dominante, además de los dispositivos 119


imperialistas, al golpe de estado del General Hugo Banzer Suarez, parecen corresponder, en el primer caso, al vació político generado por el desfase entre la condición jurídico-política y la condición institucional de la república. En cambio, en el segundo caso, parece corresponder al vacío político generado por la condición de monopolio político restringido a la casta minero-feudal, que ante el avance de la convocatoria democrática nacionalpopular, después de la guerra del Chaco, quedó aislada en sus dominios y atrapada en la ilusión de poder de la oligarquía. En lo que respecta al tercer caso, el vacío político parece corresponder a los vaivenes de la crisis generada por el derrumbe de la revolución de 1952; derrumbe que no corresponde al golpe de Estado de 1964, sino a la implosión interna, por lo que llama Sergio Almaraz Paz el tiempo de las cosas pequeñas, el retroceso de la revolución, su regresión y decadencia. El golpe de Estado fue, mas bien, el golpe de gracia.

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Genealogía del golpe de Estado

Retomando a Carlos Montenegro, el Grupo Octubre, de izquierda nacional, rescata las figuras que considera nacional-populares en la historia política boliviana. Particularmente interesan los caudillos legendarios como el Tata Belzu, Manuel Isidoro Belzu Humerez; el héroe de guerra Germán Busch Becerra; el fundador de Radepa Gualberto Villarroel López; Alfredo Ovando Candía y Juan José Torrez Gonzales. Belzú ejerció una gran influencia en la población indígena y mestiza; esta fue su base de apoyo que lo llevó al poder. Se puede decir que el Tata Belu incorporó a la plebe en el escenario político; es considerado por algunos historiadores como el precursor del populismo.

Germán Busch Becerra en 1936 derrocó a José Luis Tejada Sorzano, entregando el 121


poder a José David Toro Ruilova. Empero, la gestión de gobierno de Toro se granjeó el descontento de la ciudadanía y de la población indígena, también del ejército. Su administración benefició más a la oligarquía. El 13 de julio de 1937, Busch efectuó una sacudida política, contando con el respaldo de la oficialidad militar, además del apoyo de la ciudadanía, logrando la dimisión de David Toro; en consecuencia, asumiendo la Presidencia Provisoria a los 33 años de edad.

Convocó a elecciones para la Convención Nacional de mayo de 1938, la misma que aprobó la nueva Constitución; una de las más significativas de la historia política por su carácter social. De acuerdo a la convocatoria a elecciones, fue elegido Presidente Constitucional por la Convención Nacional para el período constitucional que durará hasta el 6 de agosto de 1942. El 21 de julio de ese año se firmó el Tratado de Paz, Amistad y Límites entre Bolivia y el Paraguay, aprobado por la Convención Nacional y 122


con las condiciones establecidas por la administración de Busch, principalmente con relación al acceso de Bolivia al río Paraguay. El 24 de septiembre del mismo período creó el Departamento de Pando. El siguiente año, la situación inestable del contrapeso político que se dio en la Asamblea Legislativa obstaculizó la implementación de los cambios que demandaba el proyecto del presidente; se dice que este fue el motivo que lo condujo a declararse dictador a partir del 24 de abril de 1939. En los cuatro meses siguientes, Germán Busch concretó los cambios más impactantes de su administración. Se dice también que la disposición institucional y las leyes promulgadas durante su mandato fueron el pedestal de las transformaciones que más tarde se llevarían a cabo en la Revolución Nacional de 1952. Entre las medidas más significativas del breve gobierno de Germán Busch (1937-1939) se destacan la nacionalización del Banco Central; la nacionalización de las ganancias de la gran minería, monopolizada entonces por los barones 123


del estaño; la creación del Banco Minero; el primer Código de Trabajo de Bolivia, que es base de la actual Ley General del Trabajo; la Constitución de 1938, adelantada para su tiempo; la abolición de la esclavitud y del pongueaje; la recuperación para el Estado de YPFB; las regalías del 11% para las regiones productoras de petróleo; la reapertura de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, cerrada por el gobierno de Toro en 1936; la vinculación ferroviaria de Bolivia con Brasil y Argentina, por el departamento de Santa Cruz; la firma definitiva de la paz con Paraguay, que debió devolver a Bolivia 20.000 kilómetros cuadrados como condición para la paz dada por Busch.

Gualberto Villarroel, el 20 de diciembre de 1943, encabezó un golpe de Estado contra el presidente Enrique Peñaranda del Castillo; se convirtió en presidente de facto. Promulgó un número de reformas profundas, incluidas el reconocimiento a los sindicatos, el 124


derecho a pensión, al retiro voluntario y a la abolición permanente del pongueaje y mitaje. Realizó el deseo de Busch de crear un Congreso Indígena, el primero y quizás el único o uno de los escasos con estas características en la historia política y social de América Latina; además de instituir reformas sociales. En virtud de la promulgación de la nueva Constitución de 1945, fue elegido presidente constitucional para un período de 6 años.

Alfredo Ovando Candía de muy joven, mas bien, adolescente, se incorporó al Colegio Militar del Ejército; luego fue voluntariamente a la Campaña del Chaco en el Grupo Denominado "Tres Pasos al Frente". Cuando era comandante en jefe del Ejército, en 1964, participó activamente, incluso, se puede decir, como organizador, del golpe de Estado que derrocó al presidente Víctor Paz Estenssoro. En 1969 efectuó otro golpe de Estado que derrocó al presidente Luis Adolfo Siles Salinas. En su segundo 125


gobierno, después del golpe de Estado de 1969, se tomaron medidas como la nacionalización del petróleo; como consecuencia de esta medida, el 17 de octubre de 1969, la expropiación de la Gulf Oil Co. También se dio lugar a la instalación de la primera fundidora de estaño en el país. Así mismo se aplicaron medidas sociales de impacto; por ejemplo, las campañas de alfabetización.

Juan José Torres González en 1966 es nombrado Ministro de Trabajo por la Junta Militar de Gobierno, presidida por el general Alfredo Ovando Candía. Entre 1968 y 1969 se desempeña como Secretario Permanente del Consejo Supremo de Defensa Nacional. Durante el cometido de estas funciones, Torres, acompañado de un equipo de civiles y de militares, participó en el diseño de los lineamientos políticos e ideológicos y las bases programáticas que se adjudica como mandato el gobierno de Ovando. Torres fue autor del "Mandato Revolucionario de las Fuerzas Armadas", 126


plataforma programática de los gobiernos militares; también tuteló, junto a José Ortiz Mercado, la elaboración de la "Estrategia Socio-Económica del Desarrollo Nacional"; documento guía de la gestión gubernamental de Ovando. Sin embargo, se inició su implantación durante el gobierno de Torres. En el gobierno de Ovando, por instrucciones del "2.º Mandato Revolucionario de las FF.AA", elaborado también por Torres, se nacionalizó la empresa Bolivian Gulf Company. En 1970 fue nombrado Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, desempeñándose en el gabinete de ministros como representante directo de las Fuerzas Armadas; la tarea encomendada era el cumplimiento de los mandatos.

Cuando se dio el levantamiento popular y el paro general declarado por la Central Obrera Boliviana, contra el golpe de Estado de carácter reaccionario, asumió el poder, dadas las circunstancias, con participación de trabajadores, 127


organizaciones campesinas, el movimiento universitario y un sector de los militares leales a Torres. El presidente Torres bautizó a esta alianza como los 4 pilares de la revolución. El 7 de octubre de 1970, oponiéndose al golpe de Estado conservador y restaurador, al estilo de los gobiernos entreguistas, serviles al imperialismo, contra el gobierno del general Alfredo Ovando Candía, efectuó un contra-golpe de Estado, instaurando un gobierno militar de izquierda. Durante su gestión abreviada se efectúo la nacionalización de la Mina Matilde y las Colas y Desmontes, la expulsión de los Cuerpos de Paz de los Estados Unidos de Norte América, dispuso un aumento presupuestario significativo a las universidades, la creación de la Corporación de Desarrollo y el Banco del Estado, además de una alta reposición salarial a los mineros23.

23 Referencias: Rojas, Casto (1917). Bocetos. La Paz: Imprenta Velarde. Anexo: Presidentes de Bolivia. Es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Presidentes de Bolivia.

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Como se puede ver estamos ante situaciones de golpes de Estado abigarradas, por así decirlo. Hechos de fuerza, intervenciones militares, conectadas, a continuación, con la atribución de presidencias constitucionales. Solo el golpe de Estado de 1969 y el contra-golpe de Estado de 1970 pueden considerarse como tales, como eventos políticos de fuerza, como gobiernos de facto. Además, claro está, del golpe de Estado de 1971, que tiene características, si se quiere, opuestas a estos dos golpes mencionados.

En los análisis del Grupo Octubre se asume, entonces, que el vació político, puede ser llenado por golpes de Estado de carácter oligárquico y pro-imperialista, así como, en contraste, por golpes de Estado de carácter nacional-popular. Sin embargo, no parece fácil corroborar esta interpretación; primero, por lo que anotamos de la condición abigarrada de los golpes de Estado anteriores al golpe de 1969 y al contra-golpe de Estado de 129


1970, tomando en cuenta la selección de ejemplos que consideramos de la dramática historia política boliviana. Segundo, porque esta interpretación, evidentemente sesgada y esquematizada hasta la simpleza elemental, ha sido usada por algunos que se reclamaban de la “izquierda nacional” en el golpe de Estado cruento de Alberto Natusch Busch de 1979, que dejó un saldo de dos centenares de muertos. El 1 de noviembre de 1979 Natusch Busch ejecutó un cruento golpe de Estado contra el presidente civil Wálter Guevara Arze, quien había contraído interinamente la presidencia, el 8 de agosto de 1979, asumiendo en consecuencia la presidencia de facto. Ordenó la utilización de armamento militar, incluidos carros de asalto, tanques de guerra y otros armamentos pesados, contra civiles, ocasionando la muerte de dos centenares de personas y medio millar de heridos.

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Tercero, si bien la tesis del vacío político es sugerente, sobre todo, como premisa de hipótesis política interpretativa, lo que ya no parece sostenible son sus conclusiones, relativas a que la manifestación derivada del vacío político es el golpe de Estado. Por otra parte, la conclusión de que el vacío político puede ser llenado por golpes de Estado de “izquierda” o de “derecha” tampoco parece sostenible.

Concentrándonos en lo que son propiamente golpes de Estado, que son los dos ejemplos aludidos, respecto al carácter nacional-popular, además del otro, de carácter reaccionario, es decir, del golpe de Estado de 1971, perpetrado por el General Hugo Banzer Suarez, de la selección un tanto arbitraria que hicimos, sin contar, de acuerdo al argumento vertido, con el golpe de Estado de 1964, vemos que incluso en estos casos donde se presentan golpes de Estado, en su aparente pureza característica, no se 131


puede explicar sin los contextos nacionales, regionales, continentales y mundiales, en los que se dan; además de que no son explicables sin las genealogías de poder donde están insertos.

Desde el golpe del General René Barrientos Ortuño hasta el golpe del General Luis García Meza Tejada, podemos decir que se encuentran en el contexto mundial de la guerra fría, quizás salvo el último golpe de Estado, que emerge, mas bien, de otro substrato histórico-político, el relativo a la crisis de los ejércitos involucrados en la guerra fría. Por otra parte, más parecen manifestaciones de la crisis política del Estado-nación, generada por el desmoronamiento de la revolución de 1952. Esta crisis política no parece haberse resuelto, como creen los ideólogos neoliberales, con la apertura democrática dada desde 1982, que asume el carácter de gobiernos de coalición neoliberal a partir de 1985. Tampoco parece haberse resuelto con la 132


victoria electoral del MAS y la asunción al gobierno del “presidente indígena” Evo Morales Ayma, como creen los ideólogos de la “izquierda” reformista y los intelectuales apologistas. Si bien, las gestiones de gobierno consolidan el Estado-nación, al “indianizarlo”, al estilo de la política restringida a las mallas institucionales heredadas; es decir, estas gestiones que continúan, por lo menos, en una primera etapa, antes de su regresión, con las tareas pendientes nacional-populares, no corroboran la clausura de la crisis múltiple del Estadonación.

En estas nuevas circunstancias contextuales, posteriores a la guerra fría, en situaciones diferentes de las genealogías del poder, no parecen dables condiciones de posibilidad para golpes de Estado, como los que mencionamos. Sin embargo, esto no quiere decir que no se den recurrencias al uso de la disponibilidad de fuerzas del Estado, sobre todo, de las Fuerzas Armadas. 133


Tanto los llamados “gobiernos progresistas” como los gobiernos neoliberales recurren al uso de las Fuerzas Armadas como dispositivos de emergencia en situaciones de crisis. Lo hacen, volviendo a la tesis de Montenegro, por el vació político, que no solamente da lugar a golpes de Estado, como creía Carlos Montenegro y también el Grupo Octubre, sino a distintas formas de diseminación institucional, aunque se den de manera diferida.

En resumen, el repliegue en el ejercicio de la disponibilidad de las Fuerzas Armadas, dispositivo de emergencia del Estado, devela la crisis estructural y múltiple del Estado-nación, sea potencia central o Estado subalterno periférico. El Estado-nación no es el sistema-político adecuado para resolver los problemas complejos de las sociedades, atravesadas y compuestas por múltiples planos y espesores de intensidad. Mas bien, resulta un problema más en el conjunto

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de las problemĂĄticas afrontadas por las sociedades, en la modernidad tardĂ­a.

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¡He Macri! Santiago?

¿Dónde

está

El retorno de los criminales

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Dedicado a Santiago Maldonado, desaparecido, como todos los desaparecidos de la tierra, como todos los desaparecidos que no se olvida, como tejidos de senderos de esperanzas.

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Parece que la historia reciente se mueve no solo como círculo vicioso del poder, sino también como circuito infernal de crímenes y masacres, de desaparecidos y víctimas. Después de un poco más de tres décadas del tétrico lapso de las dictaduras militares, sobre todo de la implementación del terror con el procedimiento de hacer desaparecer a los secuestrados, torturados y asesinados, parece que asistimos al retorno a la implementación del terror de Estado, específicamente de la aplicación de este método atroz mencionado24. La 24

Desaparecidos por la dictadura argentina es el nombre con que se conoce a las personas que fueron víctimas del crimen de desaparición forzada durante la dictadura cívico-militar de la Argentina autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). Las personas desaparecidas eran encerradas en centros clandestinos de detención, donde eran sometidas a torturas y en muchos casos asesinadas. Las primeras desapariciones y centros clandestinos de detención se instalaron en 1975, durante el gobierno constitucional de María Estela Martinez de Peron y continuaron hasta 1984, durante el gobierno constitucional de Raúl Alfosin. La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, firmada en 1984, lo considera como un delito de lesa humanidad y lo define del siguiente modo: Se considera desaparición forzada la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes. Los gobiernos militares del período de 1976 a 1983 impulsaron la persecución, el secuestro, la tortura y el asesinato de manera secreta y sistematizada de personas por motivos políticos y religiosos en el marco de lo que se conoce como el Terrorismo de Estado en Argentina. Esas prácticas fueron usadas en otras dictaduras

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de América Latina en el marco de la Operación Cóndor en Sudamérica y la Operación Charlie en Centroamérica. La razón de que un Estado totalitario recurra a este método es que busca la impunidad al dificultar la prueba del cuerpo del delito, el desconocimiento del destino de los desaparecidos infunde terror en las víctimas y en la sociedad y la falta de certeza acerca de lo sucedido dificulta la acción de los ciudadanos y favorece su división. La desaparición es lo que vuelve al opositor un homo sacer, es decir unas personas que pueden ser asesinadas impunemente, de acuerdo al definición de Giorgio Agamben. El procedimiento de hacer desaparecer a los opositores es un método represivo que se basa fundamentalmente en la producción de desconocimiento. Por eso, saber qué pasó, recuperar la memoria y exigir la verdad, se volvió reclamos principales de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos. Una de las consignas que refleja esta preocupación, cantada en las marchas de protesta contra el gobierno militar, decía: ¡Los desaparecidos, que digan donde están! La desaparición de personas genera una situación de agravamiento de la represión y las heridas, debido a las dificultades para los familiares de dar por muertos a sus seres queridos y eventualmente dar por finalizada la búsqueda de sus restos y la averiguación de lo que realmente les sucedió. La desaparición de personas como método represivo fue introducida en la Argentina por la escuela militar francesa desde los últimos años de la década del cincuenta, transmitiendo las tácticas que había utilizado y perfeccionado durante la guerra de la independencia de Argelia. A partir de la década del sesenta se generalizó a través de la Escuela de las Américas. Bibliografía: Agamben, Giorgio (1998). Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-Textos. Lázara, Simón (1987). «Desaparición forzada de personas, Doctrina de la seguridad nacional y la influencia de los factores económico-sociales». Crimen contra la Humanidad. Buenos Aires: Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Lopresti, Roberto P. (1998). Constitución Argentina Comentada. Buenos Aires: Unilat. Robin, Marie-Monique. «La doctrina francesa y el terror en América Latina». Archivado desde el original el 17 de noviembre de 2010. Consultado el 7 de septiembre de 2011. Balza, Martín Antonio (24 de febrero de 2005). «Memorias de un general retirado». II Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo. Colombia: Universidad Sergio Arboleda. Archivado desde el original el 28 de septiembre de 2007. Consultado el 7 de septiembre de 2011. Ver Enciclopedia Libre: Wikipedia: Es.wikipedia.org/wiki/Desparecidos durante el Proceso de Reorganizacion Nacional.

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desaparición de Santiago Maldonado es un síntoma alarmante de la reemergencia de las organizaciones criminales de aquellas épocas tenebrosas o, por lo menos, de la emergencia de organizaciones similares, que cumplen el mismo papel: hacer desaparecer a activistas, dirigentes, incluso a sus entornos, aunque no sean ni activistas ni dirigentes, a los que se les parecen por analogías; los jóvenes, las mujeres, los bronceados, los mapuches.

Con la presidencia de Mauricio Macri y su gobierno neoliberal - que ha sido posible por el desmoronamiento del peronismo kirchnerista, que cavó su propia tumba o construyó su propia derrota por embarcarse en el círculo vicioso del poder de una de las formas de la

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gubernamentalidad clientelar -, los estratos más recalcitrantemente conservadores, más exacerbadamente reaccionarios, se animan a salir y actuar, dejando su bajo perfil, con el que querían cubrirse y ganar tiempo para el olvido.

No es que salen y reaparece el conservadorismo recalcitrante, la reacción más violenta, porque sí, solo porque se les presta la oportunidad, sino que en la coyuntura se disputa la posesión, la concesión y hasta la propiedad de los recursos naturales preciados por el mercado internacional; el petróleo, el gas, lo minerales. Estos recursos se encuentran en territorios donde habitan las comunidades indígenas; en el caso de Argentina, en territorios de la nación y pueblos mapuches. En el tema de las concesiones a empresas trasnacionales extractivistas ya estaba embarcado el peronismo kirchnerista; ahora lo está el presidente neoliberal de Mauricio Macri. La diferencia estriba en que el peronismo de los últimos tiempos tiene, que de alguna 141


manera, guardar las apariencias, cuidarse de políticas explícitamente entreguistas; viene de la herencia del gobierno nacional-popular de Juan Domingo Perón, que promovió las nacionalizaciones, consolidando el Estado-nación y ensanchando la democracia con la incorporación de derechos sociales. Que, como ha ocurrido con los gobiernos nacional-populares de mediados de siglo XX, este proyecto soberano y democrático-popular se haya ido deteriorando hasta convertirse no solo en una caricatura de lo que fue, sino incluso hasta en una versión contrastante, tiene que ver con la fatalidad condenatoria del círculo vicioso del poder. En cambio, el neoliberalismo no viene de estas tradiciones, sino por lazos familiares, se vincula con los estratos de latifundistas, con la oligarquía terrateniente, con la casta militar. El liberalismo otorgó un discurso moderno a estos estratos oligárquicos, devenidos de la dominación colonial. Perdieron el poder, el control del Estado, ante la avalancha de los “cabecitas negras”, ante la convocatoria peronista. Solo por la 142


crisis de esta forma de convocatoria emotiva y de la forma de gubernamentalidad clientelar, que le sigue, pueden retornar al manejo político. Lo hacen no como antes, de una manera directa y pura, por así decirlo, sino de una manera mezclada, abigarrada, en alianza con los sectores conservadores y hasta convertidos en neoliberales del peronismo en crisis. El regreso del peronismo de la convocatoria popular, podríamos decir matizado, ocurre por la crisis del neoliberalismo, cuyo costo social es demasiado alto, cuya decadencia y caída en las veleidades de la corrupción es escandalosa. Pasado un tiempo, como si los que suceden tuvieran que llevarse ciertas costumbres de los anteriores gobernantes, el estilo de la decadencia se repite, solo que en versión populista. Ahora, Macri y su gobierno neoliberal no es que repitan esta toma de posta, sino que, de manera directa, retoman las costumbres oligárquicas, el acceso a los recursos por motu propio, por derecho de alcurnia. Otra vez, como en el periodo neoliberal anterior, se entregan las reservas y recursos 143


naturales nacionales a las empresas trasnacionales extractivistas, se privatizan las empresas públicas, se transfiere el costo de la crisis al pueblo, subiendo los impuestos, los pasajes, los costos del transporte y de la energía, se bajan los salarios y sueldos; se suspenden abiertamente o veladamente los derechos sociales. Es más, se abren las compuertas para concesiones onerosas de los territorios donde se encuentran estas reservas, que son los territorios indígenas, al sur, en la Patagonia.

En estas circunstancias, el del reciclaje neoliberal, es más, el de la reemergencia conservadora de la oligarquía gamonal y de la reacción violenta, que haya activismos en defensa de los pueblos mapuches, de los pueblos de la Patagonia, en defensa del ecosistema, no solamente es una gran molestia y un estorbo inaceptable, sino es considerado una amenaza a la clase dominante, que por alcurnia cree que le pertenece Argentina. En consecuencia, consideran 144


que estas manifestaciones de defensa de derechos al ser una amenaza son un peligro para su heredad imaginaria; por lo tanto, se prestan a la guerra contra la “anarquĂ­aâ€?, contra las pretensiones de la plebe y los indĂ­genas. Lo que ha ocurrido con Santiago Maldonado es un acto de guerra de estos estratos conservadores y reaccionarios; se trata de otra guerra sucia contra el pueblo argentino.

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Antecedentes

Uno de los primeros comunicados, después de la desaparición de Santiago Maldonado, es de los amigos y amigas; el comunicado dice:

A 10 días de la desaparición de Santiago Maldonado, sus amig@s necesitamos hacer ciertas aclaraciones con respecto al caso: Santiago (El Lechu) NO PERTENECE a ningún grupo de lucha armada ni partidos políticos como los medios masivos OFICIALES están queriendo instalar. Santi tiene 27 años, es tatuador y ha viajado mucho. Es oriundo del pueblo “25 de Mayo”, una localidad cercana a la ciudad de La Plata, donde luego se radico para estudiar. Allí construyó muchísimas amistades gracias a su oficio, su simpatía y sus recorridos colmados de buenas historias. Hace algunos meses Santi nos contó la necesidad de alejarse un poco de la rutina 146


citadina y las ganas de viajar al sur, buscando estar más en contacto con la naturaleza. Le dimos un fuerte abrazo esperando volver a encontrarnos pronto. Sabemos que él estaba contento viviendo y trabajando en El Bolsón. Un día antes del 1 de Agosto llego a Cushamen (Chubut) con la intención de solidarizarse con la comunidad Mapuche, que está siendo hostigada y militarizada por Orden del Gobierno Nacional a través de sus fuerzas represivas. Con la excusa de un supuesto “corte de ruta” la Ministra de Seguridad PATRICIA BULLRICH coloca a PABLO NOCETI a cargo del operativo de desalojo a la comunidad. El operativo se llevó a cabo mediante distintas Fuerzas de Gendarmería y Policía Federal, quienes reprimieron con balas de goma y plomo. Las personas allí presentes escaparon por donde pudieron; algunas corrieron hacia el rio, pero Santi NO sabe nadar y le teme al rio por causa de haber sufrido un accidente en otro momento de su vida, donde casi se ahoga; por lo que llega al rio y se esconde entre las piedras y ramas 147


de sauces. Los demás chicos siguen corriendo ante los tiros y la persecución y ahí lo agarran a los golpes al grito de "tenemos a uno..." En el momento que Santiago frena frente al agua. Y así lo suben a una camioneta blanca, que sale camino a Esquel. Hay testigos y fotos del operativo donde se ve claramente que NO HABIA NINGUN CORTE DE RUTA O MANIFESTACION en la zona de Cushamen el día 1 de Agosto. En un lugar con temperaturas bajo cero, donde solo hay un camino de tierra que lleva a un arroyo en medio de la nada. ¡NO PUEDEN SEGUIR MINTIENDO! Hacía aproximadamente diez días que gendarmería estaba en el lugar todas las noches intimidando a la gente de la comunidad con reflectores y disparando. SABEMOS Y HAY PRUEBAS DE QUE SANTI NO DESAPARECIO DE LA NADA; SE LO LLEVARON LOS GENDARMES EN UNA CAMIONETA BLANCA. La investigación del caso está llena de irregularidades y anomalías en cuanto a las pericias, que así y todo siguen arrojando el mismo resultado: la ausencia de Santi es una 148


DESAPARICION FORZADA quiénes se lo llevaron.

y

sabemos

Al día de hoy Patricia Bullrich NO ASUME RESPONSABILIDAD NINGUNA sobre la desaparición de nuestro amigo Santiago, tergiversando los resultados de las pericias en el lugar, insinuando que Santi “se habría arrojado al rio o se habría marchado por voluntad propia…”

Un segundo comunicado denuncia que:

PATRICIA BULLRICH MIENTE. ELLA FUE LA ENCARGADA DE MANDAR A PABLO NOCETTI COMO JEFE DEL OPERATIVO. Hay fotos en las que se ve a PABLO NOCETTI hablando con los gendarmes el 1 de Agosto, en el mismo lugar que se llevaron a Santiago. LAS PERICIAS A LAS CAMIONETAS DE GENDARMERIA fueron hechas a los 5 días de la desaparición de Santi. ¿Por qué se demoraron tanto?... – Porque claramente 149


era necesario tomarse ese tiempo para ocultar las pruebas. Los vehículos Ranger y Amarok que fueron investigados contaban con muchísimas anomalías, una de ellas es que estaban recién lavadas las camionetas sin rastro alguno de haber estado en el campo. Una de ellas tenía rota la faja de seguridad de secuestro antes de que se hicieran las pericias. TUVIERON 5 DIAS DE VENTAJA PARA HACER LO QUE QUISIERON. LIBERARON A 9 PRESOS MAPUCHES AL OTRO DIA DE LA DESAPARICION DE SANTI EN BARILOCHE PARA DESVIAR LA ATENCION. DOMINAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS Y A TRAVES DE ELLOS TRANSMITEN FALSOS TESTIMONIOS PARA ACOMODAR SU CAMPO POLITICO PRE-ELECTORAL. LO QUE SE VIVE EN LA ZONA DE CUSHAMEN ES LISA Y LLANAMENTE UN ESTADO DE SITIO. PATRICIA BULLRICH Y PABLO NOCETTI SON RESPONSABLES DIRECTOS DE LA DESAPARICION FORZADA DE SANTIAGO MALDONADO. ESTO ES UN CRIMEN DE

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ESTADO. ELLOS SABEN LO QUE SUCEDIÓ CON SANTIAGO Y LO OCULTAN. ¡¡¡QUE APAREZCA SANTI VIVO YA!!!!

El tercer comunicado continúa con la denuncia:

DENUNCIA PÚBLICA: El viernes 25 de agosto ingresaron 20 personas para desalojarla de su casa, sacaron sus enseres, su ropa y lo poco que tenía. Fue un operativo abusivo y brutal. No hubo trato preferente, al contrario, ejercieron violencia psicológica, física y emocional, violaron sus derechos fundamentales. La echaron a la calle en pijamas vulnerando su dignidad como mujer y más aún como persona con discapacidad. Anita von Osterman es una mujer con discapacidad desde que nació y ahora con más de 50 años, apenas puede caminar. 151


Así la conocimos y nos solidarizamos sus compañeros de la #promo85 del #SAS y la comunidad entera del Colegio Saint Andrew's. Ella, a pesar de su discapacidad, daba hogar a una familia de personas con discapacidad. Anita es huérfana y más de 20 personas ingresaron a su casa para tirarla a la calle. ¡¡Sin duda una acción desproporcionada!! ¿Dónde están las instituciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad? Demandamos la aplicación de la Ley 223.

El cuarto comunicado comunidades mapuche:

llega

de

las

"Desde las Pu Lof (comunidades Mapuche), del Departamento Cushamen, de Chubut nos comunican que la Gendarmería acortó los accesos en la Ruta 40, por lo que quedaron incomunicados."

152


"De El Bolsón avisan que se vieron camionetas de Gendarmería y la Policía en dirección hacia las comunidades incomunicadas”. "¡¡Las veces que ha sucedido esto es la antesala a un allanamiento con brutal represión!!... El genocidio no ha terminado."

"Fentren newen pu lamien pu cona pu Weichafe." MARICHIWEU!! MARICHIWEU!!

El quinto comunicado hace una aclaración detallada de lo sucedido:

Para gendarmería superiores:

nacional

y

sus

El día 10 de enero fui reprimido en la comunidad mapuche Lof, en resistencia del departamento de Cushamen. 153


Nosotros fuimos seis, ustedes más de 250; caballos, comandos del Geopolicía de Chubut y un camión hidrante, querían liberar las vías del Viejo Expreso Patagónico, La Trochita. ¿Tanto despliegue para correr durmientes de vía y un álamo seco? Ingresaron disparando balas de goma y de plomo; repito, nosotros éramos seis, defendiendo la comunidad; yo les tiraba piedras con la mano porque no sabía usar la onda de revoleo y no había gomera. Ustedes nos disparaban, fuimos algunos los que recibimos impacto de balas; también fuimos tres a quienes ustedes agarraron; yo fui el primero, y sé que cada uno de ustedes una piña, una patada, un cachiporrazo me pegaron. Hasta nos pasaron por arriba con caballos; me agarraron por un impacto de bala de goma en la cabeza y a un peñi le destrozaron la mandíbula de un disparo. Esto me llevó a estar preso casi una semana en el penal 14 de Ezquel, casi sin poder caminar por los golpes recibidos, dejándome un lindo recuerdo a mis 26 años: una hernia de disco en mi espalda. Nos dejaron en libertad por la presión 154


pública y presencia de organizaciones de derechos humanos y madre de plaza de mayo; pero con causa federal por resistencia a la autoridad, por violentos, por terroristas, por lastimar a muy pocos de ustedes con piedras. ¿Nosotros somos los terroristas? Después de todo esto seguí viviendo la persecución por parte de la policía de río negro en el Bolson; desde pararme más de diez efectivos de la policía por control de rutina. En varias ocasiones me encontraban sólo y ahí era donde me pegaban, hasta simularon fusilamiento gatillándome un revólver 38, vacío obvio, sino no estaría escribiendo ahora. Todo esto para sacarme información sobre supuestos actos delictivos, de lo cual nunca tuve información y si la tuviera por más que me peguen o gatillen no se las daría. Ahora ya casi a un mes, ustedes volvieron a lo mismo, su orden era liberar el corte parcial sobre la ruta 40, pero ustedes ingresaron disparando de manera descomunal balas de plomo y de goma, ingresaron de manera ilegal a la comunidad maltratando mujeres y niños. Casi me olvidaba, el 10 de enero ustedes 155


esposaron a una niña de 9 años, ahora, le quemaron sus juguetes y esta vez se llevaron a uno, no, a tres; pero con la diferencia que esta vez no sé a dónde se llevaron a mi amigo Santiago Maldonado. También ustedes me atendieron el celular de Santiago Maldonado el día 2 de agosto del 2017 a las 15:23, durante 22 segundos. Si, sé que fueron ustedes. Esta misma llamada fue la que presente en el Juzgado Federal de Ezquel, frente al Juez Guido Otranto, como prueba para encontrar a mi amigo a Santiago Maldonado. Usted Juez Otranto me dijo que yo declaraba bajo el nombre de Testigo Reservado, pero la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich rompió el secreto de sumario exponiéndome en una casi cadena Nacional; me traicionaron. Eso no me sorprende en lo más mínimo, tal vez fue una indirecta para lograr mi silencio; les digo que eso no va a pasar. Usted Patricia Bullrich niega que haya testigos, niega la colaboración de la familia de Santiago Maldonado; nos miente a todos en la cara y encima la tenemos que ver choluleando, en el programa de Mirta Legrand, simulando 156


llanto por la situación, por mi amigo. Yo, sus amigos y su familia lo lloramos hace casi un mes y lo lloramos de corazón y lo seguimos haciendo y no de actuación. Me das asco como persona Bullrich, ¿Estaba rico el vino? Hace poco me entere que su mano derecha, el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Nacional, Nocetti, estuvo presente el día que se llevaron a Santiago Maldonado de la comunidad, el mismo Nocetti que defendía a asesinos en la dictadura militar. Saben cómo desaparecer gente y todos lo sabemos. Entonces, ¿qué quieren meternos en la cabeza? Lo que sea no lo van a lograr, menos con violencia, mentiras y desapareciendo gente en "democracia". ¿Quieren saber por qué? Porque nosotros no defendemos a millonarios Argentinos y Extranjeros, como Benetton, quien es dueño de 900.000 hectáreas. Nosotros no les disparamos, nosotros no mentimos, nosotros no desaparecemos a la gente, que están de su lado Bullrich. Nosotros estamos del lado de quienes queremos encontrar a Santiago Maldonado; estamos del lado que queremos un futuro 157


mejor al que nos quieren imponer; repito, a balazos, mentiras, persecución y desapareciendo personas. Nosotros no somos terroristas, ustedes lo son, nosotros no estamos financiados por nadie, ustedes sí, nosotros no desaparecemos a nadie, ustedes sí. Nosotros defendemos una vida mejor, ustedes defienden el dinero que les entra en sus bolsillos. Nosotros defendemos la vida y ustedes...imponen muerte y desaparición. Ustedes desaparecieron a Santiago Maldonado, mi amigo, el Brujo. Nosotros vamos a dejar hasta el último aliento para encontrarlo. Ustedes quieren imponernos miedo y nosotros miedo no les tenemos.

Un sexto comunicado corto dice:

Gente de Cushamen confirmó que Gendarmería está quemando las cosas de 158


los peñis y las imágenes que estaban en la Lof, en Resistencia Cushamen. Tres mujeres se encuentran desaparecidas, luego de desatada la represión y no se sabe si hay detenid@s o herid@s, porque no se puede llegar al lugar.

Entre tantos comunicados escogemos éste:

cortos,

En estos momentos se están realizando distintos operativos de allanamiento y persecución a organizaciones sociales y políticas en Córdoba. De modo simultaneo se está realizando el allanamiento del espacio social y cultural Ateneo Anarquista en Bª Güemes, persecución a familiares de víctimas de Gatillo Fácil y hay una orden de allanamiento al local del Frente de Organizaciones en Lucha en Barrio Müller. Desde las organizaciones se llama a la solidaridad.

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Otro comunicado corto seleccionado dice:

En menos de una semana los oyentes de la radio de la universidad nacional de Lanús dejaron más de 1200 mensajes reclamando la aparición con vida de Santiago Maldonado. El equipo de la radio montó una propaladora en el techo de un auto y están en 9 de julio entre corrientes y Tacuarí pasándolos todos uno atrás del otro y van a entrar a la plaza haciendo sonar eso con la columna principal.

Seleccionamos un comunicado describe una escena conmovedora:

que

El cubano Pablo Milanés terminaba anoche su recital en el teatro Coliseo tras recorrer un repertorio de sus éxitos de siempre, cuando los asistentes empezaron a levantarse y mostrar carteles con la imagen de Santiago 160


Maldonado. Muchos de ellos habían llegado al show directamente desde la Plaza de Mayo. El cantautor interpretaba una de sus canciones más conocidas, “El breve espacio en que no estás”. Interpelado por el público, cambió la letra de un verso del poema y cantando preguntó “¿Dónde estás, Santiago dónde estás?”.

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Espectro del Estado violencia descarnada

de

sitio

y

Parece que asistimos, por varios caminos y varias formas de gubernamentalidad, al recurso de emergencia de la dominación, del poder, el Estado de sitio; también acompañando este retorno del espectro inaugural del origen del Estado, reaparece la forma descarnada de la violencia, la del terror, que usa el Estado y los estratos más conservadoramente recalcitrantes y la reacción brutal. Se trata del incremento intenso de la crisis múltiple del Estado-nación, de la decadencia del sistema-mundo capitalista, en su etapa crepuscular de la era de la simulación. Es cuando se ensangrienta el cielo, porque se agoniza. Agoniza el orden mundial, la geopolítica del sistema-mundo.

En la caída crepuscular, el sistemamundo, el imperio, quiere arrastrar a todos, todos los pueblos y las sociedades; arrasar con todo lo que queda en el 162


planeta, el Oikos, nuestro hogar, la Madre Tierra. Por eso cobra víctimas, las hace desaparecer. Es cuando todos sus dispositivos, entre los que se encuentran los Estado-nación, se vuelven más peligrosos, más descomunales en la violencia descarnada desatada. Es cuando las expresiones más ateridas, más conservadoras, más reaccionarias y más violentas, reaparecen, incluso a plena luz del día.

Los pueblos se encuentran aparentemente más solos que nunca; sin embargo, es cuando están más convocados por la vida, a defender la vida. Cuando al ser atacados por las formas polimorfas de las dominaciones, por los diagramas de poder y cartografías políticas, por los dispositivos policiales y militares, los instrumentos de emergencia del poder, se ven a sí mismos, tal como son; las corporeidades y cuerpos que contienen la potencia social, inhibida por las formas de poder, por el Estado y la ideología. Descubren que son las sociedades 163


institucionalizadas, por lo tanto, los pueblos capturados, los que han sostenido la barbarie del capitalismo, la barbarie del Estado, que no ha dejado nunca de ser despótico, es decir, de retornar intermitentemente al origen de la dominación despótica, que es el núcleo de la arquitectura de poder del Estado.

Por lo tanto, es cuando los pueblos tienen que unirse, más que nunca, tienen que liberar su potencia social, que es parte de la potencia de la vida, potencia creativa. Tienen que dejar de sostener a las monstruosidades políticas y económicas que se han dado en las historias políticas y económicas de la modernidad. Tienen que crear, como crea la vida, proliferantes mundos alternativos, como acontecimientos estéticos, en sincronía con los ciclos vitales del planeta. En consecuencia, una de las tareas fundamentales es defender a las naciones y pueblos de Abya Yala, a la nación y pueblos mapuches. Fueron, antes de la conquista y la colonia, confederaciones de pueblos, de sociedades y 164


civilizaciones, integradas a los territorios y a los ciclos vitales. La conquista y la colonia construyeron administraciones coloniales y sociedades sobre cementerios indígenas; las guerras de la independencia, que se restringieron a la revolución política, deteniendo la revolución social, continuaron con esta construcción sobre cementerios indígenas, solo que de una manera moderna; legitimando la continuidad colonial con los Estado-nación. Ningún pueblo del continente puede emanciparse sin la liberación de las naciones y pueblos indígenas; sin la reconstitución territorial, que integra a todos y todas, a todos los mestizajes que se dispersaron y se distribuyeron en el continente. No hay porvenir sin defensa de la vida, sin defensa de las naciones y pueblos indígenas.

Tampoco hay porvenir si dejamos que haya desaparecidos. Si no detenemos la marcha macabra del poder en su fase crepuscular, en su agonía, que es la más destructiva. Si no salimos a las calles, a 165


los caminos, si no mostramos nuestra indignación contra el crimen del terror de Estado y reaccionario. Si no luchamos y si no asumimos nuestra responsabilidad ante la vida, ante los que están y los que vienen. Si no asumimos nuestra responsabilidad ante los otros seres de las otras sociedades orgánicas del planeta. Tenemos que encontrar a Santiago Maldonado, encontrarnos en su vitalidad, encontrar la vida creativa, que es potencia; ahora es lucha contra las formas de dominación, contra el campo gravitatorio del círculo vicioso del poder.

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