Los mecanismos de la extorsión

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Los mecanismos de la extorsión

Raúl Prada Alcoreza

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Dedicado a Francisco, vĂ­ctima de la extorsiĂłn judicial.

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4


Índice Diseminación y extorsión

7

Los dispositivos de la extorsión

18

De la extorsión política

42

Extorsión económica

66

5


6


Diseminación y extorsión Estamos ante el acontecimiento de la diseminación,

la

diseminación

institucional, la diseminación política, la diseminación económica, la diseminación cultural, la diseminación ética y moral. La diseminación es material, en cambio, la deconstrucción

es

hermenéutica.

La

deconstrucción desmantela los tejidos y las capas del discurso y la escritura; la diseminación diluye, desarma o destruye lo construido, lo edificado, las mallas institucionales. De manera esquemática, se puede decir que la deconstrucción es crítica y la diseminación es revolucionaria; sin embargo, hay que tener cuidado, hemos usado dos términos que connotan significaciones

labradas

socialmente

y

hundidas en los espesores imaginarios

7


colectivos. Puede quedar mejor parada la crítica, por no haber perdido su aire exigente e interpeladora; en cambio la revolución

habría

perdido

su

halo

romántico, convertida en excusa para cambiar élites y restaurar dominaciones. La diseminación política y cultural habría llegado

a

deteriorar

el

término

de

revolución, desgastándola, hasta dejar de la revolución, su sentido e imagen, solo la impresión de la violencia y la sensación de impostura. La diseminación institucional se efectúa por desmantelamiento o por deterioro; en el primer caso se trata del efecto de acciones revolucionarias, para decirlo de esa manera acostumbrada; en el segundo caso se trata de efectos corrosivos en la maquinaria estatal. Vamos a hablar de lo segundo, pues lo primero no acontece en 8


el llamado eufemísticamente “proceso de cambio”. Aunque el deterioro venga de antes, desde periodos y gestiones de gobierno

anteriores

al

“gobierno

progresista”, lo que llama la atención, contra lo esperado, es que es durante el “proceso de cambio” cuando el deterioro alcanza niveles y grados de deterioro sin precedentes, quizás con la salvedad de las dictaduras militares. En todo caso, son las distintas formas de gubernamentalidad, que atraviesan la historia política de Bolivia,

las

que

manifiestan

distintos

ritmos y tonalidades del deterioro político e institucional. Es como si fuese una marcha variada hacia la diseminación. El deterioro no solamente comienza con el desgaste,

sino

adulterado; instituciones

también

por son

ejemplo, usadas

con

el

uso

cuando con

las

otros 9


objetivos, no contemplados ni en ley, ni en la

norma,

ni

en

los

reglamentos

institucionales. Entonces, lo no normado ni reglamentado

institucionalmente

se

comienza a convertir en prácticas. Es cuando las formas paralelas toman la institución y la convierten en instrumento del lado oscuro del poder. La institución deja de ser lo que es, una institución, para convertirse en máscara de otras prácticas, de otros usos, y en medio de otros fines. Se puede decir que con el deterioro comienza la diseminación. El desajuste institucional se da como consecuencia del deterioro mencionado. El aparato no responde para lo que fue construido; sus engranajes fallan y toda la maquinaria cruje, dando como resultado la disfuncionalidad del sistema. Cuando esto ocurre

los

discursos

adquieren

otros 10


sentidos, dicen otra cosa de lo que emiten; las

prácticas

paralelas

desbordan

y

modifican la orientación institucional. La conducción

paralela

de

la

institución,

convertida en instrumento del lado oscuro del poder, obtiene otros resultados no mentados ni en el discurso político, ni en las prescripciones institucionales. En estas condiciones se produce el desbarajuste, desde la perspectiva institucional; empero corresponde

a

la

adecuación

de

la

institución tomada a los nuevos roles asignados de manera opaca, sinuosa y adulterada. Estas

mutaciones

principio

casi

institucionales,

imperceptibles,

en

son

el

substrato de otros comportamientos y conductas, que podemos llamar secretas o clandestinas.

Se

conforman

otras

cohesiones, basadas en complicidades y 11


concomitancias de los grupos de poder consolidados, que se hacen cargo del funcionamiento efectivo institucional. Lo que

antes

aparecía

como

prohibido

institucionalmente, comienza a aparecer como permitido o si se quiere, en principio, tolerado;

para

luego

convertirse

en

“normal”, pues se trata de servir a las solapadas directrices de los “jefes”. La corrosión institucional se convierte en funcionamiento aceptado, en despliegue coordinado en las condiciones políticas impuestas.

La

corrupción

se

vuelve

necesaria en el cumplimiento de las tareas asignadas por la conducción política. Cuando esto pasa, el compás desenvuelto del

deterioro,

que

forma

parte

del

fenómeno arrasador de la diseminación, se conforma un mundo paralelo, mas bien, mundo sumergido, mundo clandestino, 12


que se convierte en campo gravitante respecto al mundo institucionalizado. En los códigos del mundo paralelo se valoriza la fidelidad y lealtad a los “jefes”, por más que

los

actos

Constitución,

cómplices

la

ley,

vulneren

la

normas

y

las

reglamentos institucionales. Cuando los fines ya no son los institucionales, sino los impuestos

por

la

gubernamentalidad

forma

clientelar,

como

de la

obtención de beneficios extraordinarios, administrados funcionamiento

por

el

oculto,

“sistema” se

llega

de a

extremos; por ejemplo, el pactar con una empresa extorsionadora con el fin de obtener lo que busca el circuito clientelar, beneficio extraordinario, a pesar de que este usufructo atente contra los intereses del Estado, del país y del pueblo.

13


Si bien se puede y se debe denunciar e interpelar estas prácticas paralelas, lo que hay que comprender es el contexto en el que se dan, los substratos de donde emergen. No basta la denuncia, tampoco basta la interpelación, incluso no basta con lograr sancionar a los comprometidos, que más de las veces son chivos expiatorios, pues mientras el contexto se mantenga y los substratos se preserven, las prácticas paralelas del poder serán reiterativas y recurrentes. Para salir del círculo vicioso del

poder

es

menester

efectuar

la

diseminación como desmantelamiento; es decir, desmantelar las máquinas de poder, las instituciones tomadas por el lado oscuro del poder. La diseminación como deterioro genera un fenómeno parecido al parasitismo; los parásitos se alimentan del cuerpo tomado, en el que se incrustan. Como se trata de toda una clase de 14


parásitos, la clase política, la máquina de la economía política del chantaje prefiere mantener con vida el cuerpo tomado, para alimentarse

permanentemente

con

su

sangre. En el primer folleto que publicamos, exponemos algunas formas del deterioro institucional, que denominamos extorsión. Se

trata

entonces

extorsión.

Hemos

de

formas

usado

de

la

algunos

ejemplos, de manera ilustrativa, buscando mostrar ciertos rasgos del funcionamiento de las máquinas de la extorsión. Con esta exposición continuamos la labor de la crítica del poder y de las dominaciones, sobre todo en lo que respecta al lado oscuro del poder. Tómese el folleto como la

continuación

de

exposiciones,

que

15


abordamos en El lado oscuro del poder1 y en El círculo vicioso del poder2. También comprometerse como referente teórico lo escrito en Diseminaciones3.

1

Ver El lado oscuro del poder. https://issuu.com/raulprada/docs/el_lado_oscuro_del_poder _3. 2 Ver El círculo vicioso del poder. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/c__rculo_vicioso_d el_poder. 3 Ver Diseminaciones. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/diseminaciones_2.

16


17


Los dispositivos de la extorsiรณn

18


Se dice que la extorsión es un delito que consiste en obligar a una persona, a través de

la

utilización

de violencia

o

intimidación, a realizar u omitir un acto jurídico o negocio jurídico con ánimo de lucro y con la intención de producir un perjuicio de carácter patrimonial o bien del sujeto pasivo. Bueno, la extorsión se ha convertido en el modus operandi del sistema-mundo; por lo tanto, de los Estado-nación contenidos en este sistema global; pero, lo más grave, es que se ha convertido en un hábito perverso en las prácticas sociales. En ensayos anteriores expusimos análisis sobre la decadencia, hablamos del derrumbe moral y ético, de la diseminación de las instituciones, de su atravesamiento por las estructuras del lado oscuro del poder. Cuando se lo hizo no se pretendió que se lo hacía de manera abarcadora; hay tópicos que no fueron 19


tocados en lo que podemos llamar la composición de la decadencia; uno de ellos es el relativo a la extorsión.

La extorsión se ha convertido en un hábito institucional o dentro del funcionamiento de las instituciones. Como usufructúo para el

funcionamiento

de

las

mismas

se

conforman grupos de extorsión; estos grupos se colocan en todo el mapa institucional; desde los ingresos a las mismas instituciones hasta sus salidas, pasando

por

burocrática,

en

toda

la

maquinaria

plena

ejecución.

Los

extorsionados son los usuarios del sistema institucional, ya entren como víctimas o como imputadas. La extorsionada es la sociedad misma, que se ve obligada a recurrir al sistema institucional, pues se encuentra atrapada en sus redes. El 20


funcionamiento

institucional

convertido

“normal”,

en

se pues

ha “así

funcionan las cosas”. No importa si se violan

derechos

políticos,

humanos,

sociales,

civiles,

colectivos,

constitucionalizados. Lo que importa es que la máquina institucional funcione como

funciona,

distribuido

y

mediante

el

proliferante

ejercicio de

las

extorsiones.

Es pues “normal” que se extorsione a las víctimas, también a los imputados. Tanto víctimas

como

imputados

tienen

que

pagar; se trata del pago a la institución por haber ingresado a su “sistema”, donde debe seguir los pasos establecidos por los grupos de extorsión.

Los grupos de

extorsión están conformados por varios funcionarios

implicados,

que,

aunque 21


cumplen tareas distintas, de acuerdo a sus asignaciones, se coaligan cuando tienen que ejercer la extorsión. Por ejemplo, en el sistema judicial, cuando una víctima o, en su caso, un imputado, ingresa a la máquina de justicia, el fiscal acusador, el defensor,

el

juez,

a

pesar

de,

por

prescripción normativa y de funciones, tienen que concurrir y competir desde las tareas que les competen, contrastantes, todos

ya

están

coaligados

y

comprometidos en hacer funcionar

la

extorsión. No se trata de defender a la víctima o al imputado; tampoco se trata de hacer

una

imputación

coherente

y

objetiva, que responda no solo a una investigación,

sino

consideración

de

también los

hechos

a

una y

las

circunstancias; así como no se trata de dirimir como juez entre la argumentación acusadora y la argumentación defensora; 22


sino se trata de que el ejercicio de la extorción funcione, opere, obtenga los resultados buscados, que están lejos de corresponder a la realización de la justicia, sino que corresponden a mantener y reproducir

el

funcionamiento

de

la

maquinaria de la extorsión.

La justicia es lo que menos importa; lo que importa es que se la tema; es decir, que se

tema

al

aparato

que

se

inviste

simbólicamente de “justicia”, que se unge de

dispositivos

y

engranajes

que

se

reclaman de ejercer justicia, cuando lo que hacen

es

descargar

la

violencia

institucionalizada del sistema judicial en los cuerpos magullados de las víctimas, donde también ingresan los imputados.

23


No es justicia, es violencia la que se realiza. Se legitima la violencia de la institucionalidad

corroída

arbitrario

las

de

administración

con

leyes,

abusiva

de

el con

las

uso la

leyes,

mediante interpretaciones provisionales, apresuradas, grotescas e incongruentes. De lo que se trata es de usar las leyes como látigos para castigar; por eso es indispensable

señalar

claramente

al

culpable, al “enemigo de la sociedad”, al “enemigo

público”,

al

peligro.

La

conclusión judicial: hay que encerrarlo, tiene que esperar encarcelado su juicio, y cuando termine, tiene que cumplir con la pena asignada. La premisa fundamental de la justicia moderna, la de que nadie es culpable en tanto no se lo demuestra, es descartada

de

inicio.

Se

retrocede,

entonces, de una concepción liberal de la

24


justicia a una concepción monárquica de la justicia, a la del castigo.

Lo

que

sorprende

no

solo

es

este

anacronismo perverso de un sistema de justicia que ejerce extorsión, sino que a todos les parece “normal”, pues “así funcionan

las

funcionarios

de

cosas”. justicia,

No a

solo

a

abogados

imputadores, a abogados defensores, a jueces, a policías, que custodian, sino también

a

las

mismas

víctimas

e

imputados, a las familias de éstos, a la sociedad misma involucrada y afectada por esta forma violenta de ejercer la justicia, humanos, políticos,

que

desconoce

derechos derechos

derechos

civiles,

derechos

sociales,

derechos

colectivos, constitucionalizados.

25


Siguiendo con el ejemplo, relacionado a la institucionalidad judicial, el ejercicio de la extorsión se hace elocuente en lo que respecta a la famosa ley 1008, impuesta por el imperio; ley suspendida por la Constitución; por lo tanto, ilegitima e ilegal, descartada por la Constitución. A pesar de esta situación jurídica, de la condición ilegal e inconstitucional de dicha ley, se la sigue aplicando, como si nada. No importa si es así, lo que importa es que el “sistema” de castigos y penas, el “sistema” de extorsión, siga funcionando. A nadie le conmueve que se lo haga, a pesar de cometer, teóricamente, delitos constitucionales. Este comportamiento de sometimiento

al

anacronismo

institucional, que persiste, a pesar de la nueva

Constitución,

muestra

fehacientemente que no ha importado nunca la Constitución ni su cumplimiento; 26


lo que importa es que los diagramas de poder funcionen tal como la han ven ido haciendo hasta ahora. Puede cambiar la Constitución,

pero

lo

que

no

puede

cambiar es el régimen del poder. La Constitución está bien como discurso, empero, la Constitución no puede sustituir a las máquinas de poder, que ejercen las dominaciones polimorfas.

Sabemos que la demagogia política es la que campea; se habla de “transformar la justicia”, es decir, su ejercicio, plagado de corrupción; sin embargo, este es un enunciado

fofo,

que

no

tiene

consecuencias prácticas, salvo el de seguir manteniendo lo mismo, la corrupción, aunque

cambie

de

formas,

perfiles,

estilos.

27


El debate entre “oficialismo” y “oposición” se ha circunscrito al tema de la elección de los magistrados, que, por cierto, es donde ha perdido el “oficialismo”, aunque no haya

ganado

la

“oposición”,

sino

el

rechazo social a la farsa. El sistema judicial no solo está compuesto de magistrados, tribunales, jueces, sino, sobre todo, de subsistemas y estructuras, además de relaciones, que lo hacen funcionar. El “debate” entre “oficialismo” y “oposición” se ha perdido en el modo de elegir las jerarquías; está muy lejos de haber tocado el

problema,

problema.

Ese

menos debate,

el

núcleo

que

tiene

del la

pretensión de “defender la democracia”, solo ha tocado el problema en alguna superficie visible de sus manifestaciones; solo interesa denunciar las maniobras del gobierno o, en su caso, de lograr el control de los aparatos de justicia. Para nada se 28


ventila la preocupación por la justicia misma, en las condiciones de posibilidad históricas-políticas-económicasinstitucionales

de

un

Estado-nación

construido en genealogías de la violencia.

El gobierno ha impuesto dos veces sus magistrados afines, a pesar de haber perdido las elecciones consecutivas de magistrados

lo

que

anulaba

taxativamente la elección misma -; la población votante le ha ganado al gobierno dos veces, en el intento de legitimar su maniobra; pero la problemática de un sistema de justicia extorsionador no ha sido abordado.

29


Ahora bien, el ejercicio de la extorsión no se sitúa solamente en la institucionalidad judicial, sino se extiende por toda la red institucional del Estado, incluso de la sociedad. Por ejemplo, se extorsiona en el sistema

de

salud;

los

pacientes

se

convierten en rehenes en manos

de

estructuras administrativas de la salud, que funcionan con flujos dinerarios. Lo que interesa no es la salud, ni curar la enfermedad,

menos

atender

las

emergencias para lograr la estabilización corporal, quitar

el dolor

organizadamente

para

e

intervenir

resolver

el

problema agudo contraído. Aunque estas sean las tareas asignadas, son como la excusa para extorsionar al paciente y a la familia del paciente. Lo peor no es esto, a pesar que ya es espantoso, sino

la

negligencia médica. Las equivocaciones de diagnóstico se suman, acarreando las 30


muertes por negligencia. Por otra parte, las instalaciones hospitalarias y clínicas resultan inadecuadas o sobrepasadas por la magnitud de la demanda. La tecnología médica ya es anacrónica, salvo en la implementación escasa de alguna clínica privada, que cobra el ojo de la cara por su uso. Aunque se implemente con gran propaganda algún instrumental médico reciente en el sistema de salud publica, éste, en primer lugar, es insuficiente para la

atención;

incorporación insumos

en

segundo

tecnológica

lugar,

la

requiere

de

constantes,

operarios

especializados, además de la manutención y su uso por equipos coordinados y preparados.

En

consecuencia,

la

tecnología médica implementada resulta una muestra actualizada en un océano anacrónico de obsolescencias.

31


El reciente conflicto médico destapó la crisis del sistema de salud público y privado. En primer lugar, el sistema de salud no cubre a la población demandante y

necesitada;

privilegiada aseguradas,

es los

solo

una

proporción

atendida. y

las

Los

y

las

que

tienen

suficientes recursos para ser atendidos. En segundo lugar, el nombrado sistema de salud no funciona como sistema, sino de una manera bastante descuajeringada; lo que

funciona

es la administración

económica de los recursos públicos y privados. Si no llegan los recursos del Estado, entonces se para el sistema de salud pública, solo con el cobro alto de la atención medica funciona el sistema de salud

privada.

El

motor

de

este

funcionamiento es netamente económico; la ciencia médica queda relegada, mucho más si se trata de investigación, así como 32


actualización y formación permanente. La ética médica ha sido olvidada como si fuese un romanticismo de los viejos médicos de vocación. En pocas palabras, el sistema de salud es también un sistema de extorsión. Otro ejemplo, el sistema educativo. Se sabe

que

la

escuela

es

dispositivo

fundamental del diagrama de poder del disciplinamiento escolar; emerge en los comienzos de la modernidad, junto al dispositivo del cuartel y al dispositivo de la cárcel. Ha sido el gran modulador de los esquemas de comportamientos modernos e individuales, así como constitutivo de las subjetividades

modernas;

también,

indispensable, en la instauración de la ideología

moderna.

formando

a

paradigma

los

Sin

embargo,

ciudadanos

humanista,

en

el

después, 33


acompañando con la formación técnica y científica, las especializaciones y en los requerimientos

de

la

investigación.

Empero, en la contemporaneidad, los paradigmas educativos se encuentran en crisis;

tanto

vertiginosa

sobrepasados transformación

por

la

de

la

civilización moderna, así como porque estos paradigmas han dejado de ser los referentes.

Ahora

el

referente

es

el

paradigma económico. La educación se ha convertido en un negocio; se enseña como parte de un costo de inversión para obtener

beneficios

y

ganancias.

La

formación se ha banalizado a tal punto que de lo que se trata es de lograr el manejo de cierta información seleccionada en los estudiantes, encomendarles la lectura de manuales de disciplinas, reunidas por áreas,

el

manejo

de

determinados

instrumentos de acceso a la información y 34


de medida, inclinándolos al pragmatismo del cumplimiento de tareas a través de notas de evaluación y examinaciones periódicas.

Con estos procedimientos

educativos, el incentivo a la creatividad desaparece, así como la curiosidad es relegada

a

las

predisposiciones

individuales, que vienen a ser como una singularidad propia de los genios o de los excéntricos. Por lo tanto, no forman parte del sistema educativo mismo.

La extorsión en el sistema educativo es constante, desde que se ingresa al sistema hasta que se sale. En el subsistema público,

a

pesar

constitucionalmente

es

de

que

gratuito,

las

familias tienen que cubrir los costos de los útiles, los libros y otros servicios, la alimentación y el transporte. Cuando los 35


estudiantes

reprueban

o

están

por

reprobar, las familias tienen que contratar a un profesor para recuperarse. Por otra parte, hay otros gastos, en ferias, en festividades,

en

festejos

o

actos

culturales. Pero, lo más grave no es esto, sino la constante extorsión a las familias y a los estudiantes, en quienes pende la espada de Damocles sobre sus cabezas. Para

salir

bachiller

hay que

al

final

doblegarse a las prácticas establecidas y acostumbradas. O, como ocurre con la reforma educativa, se facilita el paso de los alumnos por los grados primarios y secundarios, de tal manera que, en la composición de las notas, resulta muy difícil aplazarse, a pesar de la dejadez. En este caso la extorsión se reduce a la complicidad entre estudiantes, familias, profesores, en el sistema educativo, para mantener

un

sistema

de

bajísima 36


formación y bajísima exigencia, pero, que reproduce

el

funcionamiento

de

un

sistema de extorsión de baja intensidad, empero que deja réditos.

Estos

tres

extorsión

ejemplos

del

sistema

generalizado,

no

de son,

obviamente los únicos ni tampoco los principales

y

jerárquicamente

referenciales; estamos ante la expansión desbordante del ejercicio de la extorción en distintos niveles y planos, en diferentes espacios de la institucionalidad, cobrando peculiaridades propias, dependiendo de donde se da lugar. Empero, se comparte en las distintas dependencias y dominios donde se da la característica destacada que

hace

a

la

extorsión;

acto

de

expoliación que induce a las personas afectadas

a

acatar

prácticas

no 37


institucionales ni normadas por la ley; sino que responden a lado oculto del poder, a las formas paralelas de las relaciones de donación,

no

visibles.

La

extorsión

requiere de culpables, de imputados, de sancionados,

de

extorsión

requiere

pacientes,

de

encarcelados; de

enfermos,

dependientes

la de y

demandantes de atención; la extorsión requiere de pupilos, de alumnos, de demandantes de títulos académicos. En fin, la extorsión generalizada requiere de contenidos

de

las

formas

discursivas

institucionalizadas; del señalado como víctima

o

como

delincuente;

del

identificado como enfermo, contaminado o convaleciente; del objetivado o clasificado como aprendiz o en proceso de formación educativa. tautológico,

En el

fin,

aunque

sistema

de

parezca extorsión

38


generalizado

requiere

del

o

la

extorsionada.

Por eso, no puede sostenerse la tesis de que el sistema judicial, el sistema de salud, el sistema educativo o cualquier otro sistema de la malla institucional del Estado y de la malla de la sociedad institucionalizada están para resolver los problemas que ocasionaron su emergencia y

su

edificación.

Paradójicamente,

el

sistema judicial está, más bien, para reproducirse como tal preservando la masa crítica de las víctimas y de los delincuentes; el sistema de salud está, mas bien, para reproducirse preservando la masa crítica de enfermos y pacientes; el sistema educativo, está, mas bien, para reproducirse preservando la masa crítica de aprendices y pupilos, que requieren 39


titularse. Y así sucesivamente, cualquier subsistema

del

generalizada

sistema

está

de

para

extorsión

reproducirse

preservando la masa crítica de expuestos y vulnerables a la extorsión. Lo que hay que

anotar es que

las

composiciones

lado

del

poder,

del

las

luminoso

institucionales,

se

complementan con las composiciones del lado oscuro del poder, no institucionales, pero que funcionan como “sistema”. El sistema

judicial,

que

responde

a

la

organización del Estado, que tiene como funciones garantizar

las el

de

ejercer

cumplimiento

justicia de

y los

derechos, se complementa, sobre todo encubre,

con

el

funcionamiento

del

ejercicio del poder del lado oscuro de las dominaciones.

40


41


De la extorsión política

42


La extorsión política es, quizás, en el sistema de extorsión generalizada, la práctica más usual y manifiesta. La política institucionalizada se ha convertido en el ejercicio mismo de la extorsión de la delegación y la representación, mucho más evidente cuando se es gobierno. El delegado, el representante del pueblo se cobra su representación, cobra un precio por encargarse de la representación, de hacer de “vocero del pueblo”. Esto se hace patente cuando el representante forma parte del gobierno o la representación se hace del gobierno. La extorsión comienza en la adulteración de la convocatoria; no solo se convoca al pueblo, sino que se le exige seguir al partido que los representa, mucho

más

cuando

este

partido

se

reclama de genuina representación del pueblo.

Esta

exigencia

se

hace

más

notoria y conminatoria cuando es el propio 43


gobierno el que exige la “movilización popular” en defensa del gobierno auténtico del pueblo; en el caso de versiones políticas no populistas, se exige al pueblo defender la institucionalidad. El pueblo, entonces, está conminado a defender el “proceso” o la “democracia”, que sus representantes

y

sus

gobernantes

encarnan. La extorsión política no reconoce, por así decirlo, mayoría de edad al pueblo, se lo considera como un niño, que debe ser educado

y

conducido.

Las

decisiones

políticas quedan a cargo de la clase política. Cuando se acude al pueblo en relación

a

problemáticas,

cuestiones se

lo

debatidas hace

no

y

para

preguntar su opinión o constelación de opiniones, sino para indicarle cuál debería ser su opinión, de acuerdo a la verdad 44


política. Las opiniones que preponderan y que se difunden a través de los medios de comunicación son la de los políticos; cuando se entrevista a la gente común, como se dice, de la calle, se lo hace para edulcorar la opinión política ya dada, se lo hace como pronunciamientos colaterales o,

en

su

caso,

como

tendencias

cuantificables de la “opinión pública”. El pueblo

es

el

objeto

deseado

de

la

convocatoria política, también es el sujeto de la extorsión política. La

extorsión

política

cuenta

con

un

complejo aparataje de incidencia y de inducción de comportamientos. Lo que era la

retórica

discursivo

de

política,

como

convencimiento,

recurso se

ha

convertido en una fabulosa maquinaria de publicidad y propaganda, que implanta opiniones mediáticas, esquemáticas, como 45


consignas

de

mercadotecnia.

En

el

lenguaje polarizador de la política se lanza un mensaje simple: si no estás con nosotros estás con los enemigos del “cambio”, de la “revolución”, o, en otra versión, estás con los enemigos de la “democracia” institucionalizada. La forma y el estilo de emitir el mensaje puede variar, incluso puede adquirir expresiones más elaboradas, sin embargo, el mensaje, en el fondo, es similar; se trata del chantaje

político,

que

puede

adquirir

connotaciones de chantaje emocional o de chantaje ideológico, se lo haga a nombre de lo que se lo haga, la “revolución” o el Estado, el “proceso de cambio” o la institucionalidad. La extorsión política persigue variados réditos; uno de ellos tiene que ver con el camuflaje de legitimidad; otro de ellos 46


tiene que ver con el mantener como rehén al pueblo, rehén de la clase política o, en su caso específico, del gobierno. Entre los réditos se encuentra el lograr beneficios no solo políticos, si no también económicos. Lo que se denomina corrupción es, en realidad, el efecto de la extorsión política, en sentido de renta adulterada. Estos variados réditos se logran cuando el ejercicio de la política se presenta como la única

manera

institucionalizada,

de la

ejercerla, reglamentada,

la la

normada, que, en definitiva, otorga el monopolio de lo político a la clase política. Los límites de la realidad institucionalizada están definidos por el Estado; cuando la realidad es ésta, producto del poder, se excluyen taxativamente otros ejercicios no estatalizados; se descartan las prácticas alterativas de los colectivos sociales; en efecto, aunque no se lo diga, se prohíben 47


otras prácticas políticas, descartando la posibilidad del autogobierno. La “democracia” institucionalizada, que se basa en la Constitución, en el sistema de leyes, que se legitima en el discurso jurídico-político, establece

precisamente

las

“democrático”,

reglas encubre

porque

del el

juego ejercicio

efectivo de la política, la extorsión política. Las formas de gubernamentalidad, que parecen

exceder

el

encuadre

de

la

“democracia” institucionalizada, como la forma de gubernamentalidad clientelar, no hacen otra cosa que patentizar lo que motoriza el ejercicio de la política, el chantaje

político.

gubernamentalidad circunscribirse

al

Las

formas

que encuadre

de

parecen de

la

“democracia” institucionalizada, como la forma de gubernamentalidad liberal, no 48


hacen

otra

cosa

que

reforzar

el

encubrimiento institucional de la extorsión política. La forma de gubernamentalidad clientelar

hace

descarnada,

la

evidente,

de

manera

extorsión

política;

en

cambio, la forma de gubernamentalidad liberal la encubre, de manera institucional, apegada a la Ley, el ejercicio de la extorsión política. Se puede definir la cuestión política de la siguiente

manera:

se

nombra

a

la

“democracia” en discursos que la exaltan y pretenden su profundización, así como en discursos que la conciben como lograda en el Estado liberal o el Estado de derecho; yendo más lejos como realización histórica en el socialismo; o, contrastando, como “decadencia

occidental”,

entonces

susceptible de concretizarla en el pueblo elegido o el pueblo superior. A pesar de 49


sus diferencias, todas estas variedades discursivas políticas, incluso diferencias ideológicas,

sirven

para

preservar

el

ejercicio del poder, que, en términos de la política

institucionalizada,

fácticamente

implican el desenvolvimiento de las formas de la extorsión política. El problema de la política en la modernidad es que la política se realiza de una manera paradójica complementaria:

o

perversamente En

el

discurso

se

pretende no solamente la verdad, sino la realización de la libertad, de la justicia, de la

humanidad,

o,

en

contraste,

la

realización de la nación, como si se persiguieran gratuitamente;

estas sin

finalidades

embargo,

estas

finalidades terminan justificando el uso de los medios y los procedimientos que se

50


reducen, en la práctica, a la extorsión política. ¿Cómo romper con la extorsión política? Aunque se lo diga sencillamente y hacerlo sea difícil, parece que, por lo menos, teóricamente, hay que empezar por aquí: no

aceptar

la

extorsión,

no

dejarla

efectuarse. Pueden haberse conformado los grupos de extorsión, distribuidos en el mapa institucional del Estado, pueden emerger

de

los

diagramas

de

poder

vigentes, empero si no se acata su amenaza, la extorsión no se da lugar. Como la extorsión se da lugar en toda la malla institucional, en la filigrana de sus recovecos, en distintos niveles y planos, entonces

concurre

constantemente

y

profusamente, cuando el conjunto social amenazado no acepta la extorsión, por lo menos la mayoría o, incluso, una parte 51


significativa, la extorsión como sistema expoliación se derrumba. Por lo tanto, el segundo paso o actitud ante la extorsión es movilizarse contra esta práctica de coerción,

chantaje

y

expoliación.

Convocando a la sociedad liberarse del chantaje, de la economía política del chantaje, de asumirse como tal, como constelación de asociaciones, de dejar de ser rehén de los grupos de extorsión. El tercer paso o actitud ante la extorsión implica el desmantelamiento del sistema de extorsión generalizada. El cuarto paso o actitud consiste en dar rienda suelta a la potencia social, a la potencia creativa de la vida,

desenvolviendo

la

proliferante

invención de la sociedad alterativa. El fenómeno generalizado de la extorsión alumbra sobre cómo funciona la sociedad institucionalizada. Las historias de las 52


sociedades institucionalizadas, que han requerido construir la máquina abstracta del

poder,

que

nace

como

máquina

simbólica y mitológica, de donde emerge y se edifica el Estado, como instrumento jurídico-político-económico-cultural,

que

legitima las dominaciones polimorfas, nos muestran que el poder mismo, desde sus comienzos, como ámbito de realización de las dominaciones, se estructura como deuda infinita, como deuda al soberano, propietario y poseedor de la tierra y de todos los bienes; deuda impagable, que inocula

la

dependencia

subordinación

inaugural.

inicial La

y

la

deuda

convierte al deudor y a la deudora en prisioneros de la relación de dependencia con el soberano, convertido en el déspota, símbolo absoluto del poder. Entonces, desde un principio, el ejercicio del poder funciona efectivamente como extorsión. 53


Las

sociedades

institucionalizadas,

no

solamente se cohesionan en base a los mitos, después, a la ideología, así como en base

a las

estructuras

de

relaciones

sociales, convertidas en prácticas, en hábitos y habitus, sino que son inducidas a hacerlo reproduciendo las formas de la extorsión.

Las

sociedades

institucionalizadas no solamente aceptan como verdad sus mitos, después, sus ideologías,

sino

que

aceptan

las

estructuras opacas de la economía política del chantaje y las estructuras ocultas del lado oscuro del poder. Entonces, no solo se

cohesionan

relaciones

sociales

reproduciendo y

las

las

estructuras

sociales y culturales de cohesión social, sino reproduciendo las estructuras del chantaje y de la extorsión de las máquinas en funcionamiento del poder.

54


Se trata de sociedades que conviven con el sistema de extorsión generalizado; por lo tanto, de sociedades que reproducen su condición

de

rehenes.

Es

como

si

constantemente remacharan reforzando sus propias cadenas; no solo resalta aquí el deseo del amo, sino también una especie de masoquismo convertido en costumbre. Se trata de un padecimiento aceptado,

incluso

buscado.

Aceptar

recorrer el calvario, cargando el peso agobiante de la extorsión. Ahora bien, ¿por qué se lo hace? ¿Por costumbre, por hábito? ¿Por qué no hay de otra? Es difícil responder a estas preguntas, aunque se tenga a mano hipótesis más o menos adecuadas. Se tiene que comprender que el poder no solamente es una máquina abstracta sostenida por agenciamientos concretos de poder, sino que se encarna, por así decirlo, se inscribe en el cuerpo; 55


polĂ­ticamente en la superficie del cuerpo, en la piel, subjetivamente, en el espesor corporal,

en

los

comportamiento

esquemas

y

de

conducta,

que

responden a las modulaciones efectuadas por los diagramas de poder desplegados. Por

lo

tanto,

parece

que

el

sujeto

constituido por el poder no encuentra otros

recursos

para

responder

a

las

exigencias del poder que los incorporados por el poder mismo. En consecuencia, el poder

como

maquinaria

abstracta

se

comunica con el poder como cuerpo afectado y modulado por el poder; el poder se comunica con el poder y logra las respuestas esperadas. La potencia del cuerpo

estĂĄ

inhibida,

contenida,

sumergida, por el ejercicio efectivo del poder; la creatividad corporal, conectada a la creatividad de la potencia de la vida, se encuentra bloqueada. Las posibilidades 56


alternativas de acción están contenidas, las posibilidades alterativas de acción están congeladas; las predisposiciones corporales

a

las

fenomenologías

perceptuales están restringidas, dejando que

solo

se

realicen

las

que

son

funcionales a la reproducción del poder. En estas

condiciones

histórica-cultural,

de

imposibilidad

las

voluntades

singulares se conculcan, delegando a la voluntad general, a nombre del bien común, las pasiones, los quereres, los deseos, de las multitudes. El engaño o autoengaño se da en este transcurso delegativo; la ilusión frustrante es que la voluntad singular se realiza en la voluntad general, que es la conjetura liberal para legitimar el poder del Estado. La extorsión es una de las formas de la violencia desplegada del lado oscuro de la 57


economía y del lado oscuro del poder. La violencia, como efecto en el sujeto del impacto de las fuerzas capturadas por el poder y usadas para su reproducción, es el fenómeno del ejercicio del poder en los planos y espesores de intensidad social, controlados por las estructuras de las dominaciones. El poder no puede sino reproducirse

por

captura

de

fuerzas

sociales, a las que separa de lo que pueden, y son usadas como disposición de fuerzas concentradas y dispositivos de fuerzas

controladas

para

inducir

comportamientos y conductas requeridas por

los

diagramas

de

poder

y

las

cartografías políticas. El poder no puede sino reproducirse a través de los efectos de la violencia en los sujetos sociales. Tanto

la

amenaza,

así

como

desencadenamiento

de

controladas,

podemos

que

las

el

fuerzas llamar 58


represión, inducen comportamientos y también

consolida

comportamientos,

esquemas

de

convirtiéndose

en

habitus. La reproducción del poder y por lo tanto

su

despliegue

puede

ser

comprendido y entendido no solo como relación de fuerzas, diagramas de fuerzas, que

funcionan

materiales

e

como

estrategias

institucionalizadas,

como

consideraba Michel Foucault, sino que suponen genealogías y fenomenologías integrales, que incluyen los efectos en las estructuras del sujeto, efectos que vienen con cargas simbólicas e ideológicas, que son decodificadas en la inmediatez de los actos y las acciones. En consecuencia, la comprensión y el entendimiento de las dinámicas

del

poder

no

pueden

desentenderse de las genealogías de la violencia y de sus imaginarios sociales.

59


La extorsión, como forma de la violencia desatada,

en

los

términos

de

la

expoliación, responde como a un culto de la violencia, profesado por los grupos y corporaciones

de

la

extorsión,

pero

también aceptada pasivamente por la sociedad institucionalizada. Si bien no podemos

hablar

de

“cultura

de

la

violencia”, salvo metafóricamente, pues la cultura supone la articulación dinámica de sistemas simbólicos, sistemas de signos, narrativas,

formaciones

discursivas,

además de prácticas culturales, se puede identificar ámbitos culturales donde se hace apología de la violencia. Por ejemplo, las ideologías que se reclaman como portadoras de la promesa, legitiman el uso de la violencia como medio para lograr los fines perseguidos. No solo entran en esta fetichización ideológica de la violencia las ideologías que reclaman la realización de 60


justicia, sino también las ideologías que se reclaman como realización de la libertad. Unas justifican el uso de la violencia para alcanzar

el

paraíso

prometido,

otras

justifican el uso de la violencia para defender el orden de libertad alcanzado. Las ideologías, a pesar de sus diferencias y

contrastes

discursivos,

además

de

políticos, funcionan como legitimadoras de la violencia ejercida. La extorsión política es, en sí misma, despliegue de la violencia; no busca claramente o declaradamente legitimarse, sino

que

se

circunscribirse

satisface

en

en

pragmatismo

el

caer

y

descarnado: “así funcionan las cosas”. Las comunicaciones asociadas a la extorsión política suponen ya el “marco cultural” donde se mueven, “marco cultural” de la apología de la violencia. Se apoyan, de 61


antemano, en la ideología política, que hace

como

de

simbolizaciones cobijan

las

y

atmósfera significaciones,

comunicaciones

de

de que la

extorsión. Por ejemplo, si se obliga a pagar tributos

no

normados

ni

institucionalizados, pero que funcionan como “sistema” oculto aceptado, se lo hace suponiendo la formación discursiva en boga. Si se exige a la población a votar por la opción representativa y auténtica del pueblo, se lo hace suponiendo la verdad dada en las pretensiones de la ideología. Algo parecido pasa cuando se reclama a la población a votar por la opción

representativa

de

la

institucionalidad y del Estado de derecho. Si se presentan elefantes blancos como logros

del

“proceso

de

cambio”,

expoliando a la población, pues se trata del uso de recursos públicos, se lo hace 62


suponiendo que los que lo hacen están ungidos de la aureola “revolucionaria”. Algo parecido, aunque de manera distinta, pasa

cuando

se

presentan

las

privatizaciones, el despojo del ahorro social, la restricción de la inversión social, como

procedimientos

ineludibles

del

equilibrio económico. En ambos casos, la extorsión

política

se

desenvuelve

expoliando a los pueblos. La extorsión política, así como las otras formas de extorsión, en el contexto de las formas

de

la

economía

política

del

chantaje, iluminan, hacen inteligible, los funcionamientos poder,

de

abarcando

entrelazados

y

las

máquinas sus

de

ámbitos

complementarios;

los

correspondientes al lado luminoso del poder,

el

institucional,

y

los

correspondientes al lado oscuro del poder, 63


relativo a las prรกcticas paralelas. Si bien la extorsiรณn funciona en el lado oscuro del poder, estรก articulada y complementada o encubierta por los funcionamientos en el lado luminoso del poder; las instituciones hacen

como

mรกscaras

funcionamientos

del

que

sistema

encubren de

la

extorsiรณn generalizada.

64


65


Extorsiรณn econรณmica

66


Las concesiones en el Salar de Uyuni, es más, la historia de las concesiones en dicho salar, muestran los altos grados de dependencia y subalternización del Estado al

monopolio

de

las

empresas

trasnacionales. En ensayos anteriores4 describimos y analizamos las situaciones en las que se repite la increíble y triste historia de la economía basada en el extractivismo, condición exacerbada de la colonialidad heredada y continuada.

El

caso QUIBORAX alumbra por los niveles de extorsión económica a la que se ha llegado, no solo en lo que respecta a la empresa comprometida en el asunto, sino 4

Ver de Raúl Prada Alcoreza Periplos del desarrollismo; también Colonialismo extractivista y dependencia con el litio.

https://pradaraul.wordpress.com/2018/04/06/periplos -del-desarrollismo/. https://dinamicasmoleculares.webnode.es/news/colonialismoextractivista-y-dependencia-con-el-litio/. 67


con

participación

de

dispositivos

internacionales jurídicos que defienden las inversiones.

Que

la

empresa

haya

invertido solo menos de un millón de U$ o alrededor de este monto, que reclame, en principio, 3 millones de U$, y que después del

pleito

y

el

veredicto

jurídico

internacional tenga que pagar el Estado boliviano un poco más de 42 millones de U$,

se

hace

patente

descarnadamente

de

que

se

una

trata

extorsión

económica. Sin embargo, el “gobierno progresista” declara que esto se debe a un error técnico jurídico del expresidente Carlos Mesa Gisbert; acatando el fallo, que basa

su

revisión

en

un

documento

fraudulento. Esta respuesta, que acepta un fallo incongruente, que solo se sostiene en argumentos leguleyos, de parte de un gobierno que se declara “antiimperialista”, es

patética;

muestra

la

enorme 68


degradación a la que se ha llegado. A todas luces resalta la complicidad de un gobierno

que

debería

defender

los

recursos naturales del pueblo boliviano y que administra el Estado con la empresa expoliadora, que ha incumplido con el convenio y el contrato asignado.

En

adelante

problemática,

incursionaremos la

de

la

en

esta

colonialidad

económica y la dependencia, y en el fenómeno de la extorsión económica, tomando como referente el escabroso caso de QUIBORAX. Comenzaremos haciendo una revisión de lo que resalta en los medios de comunicación, es decir, lo que llega a la opinión pública, a través de los filtros mediáticos y políticos, o lo que se hace visible debido al manejo inmediato de la información, sin auscultar mediante 69


periodismo de investigaciรณn, que es la falencia del sistema de comunicaciรณn en Bolivia.

70


Perfiles mediáticos del pleito

El

conflicto

QUIBORAX,

jurídico que

sobre

tiene

el

atareado

caso al

“gobierno progresista” y convulsionada a la opinión pública, impacta de distintas maneras en los diferentes planos de los espesores sociales; uno de los impactos, que se hace más notorio por su masiva difusión, es el que se da a través de los medios de comunicación, también en las reacciones políticas al veredicto del CIADI. A

propósito

de

comunicacional

y

este político,

impacto nos

detendremos en el mismo, sobre todo atendiendo al trazo que se configura, que llamamos perfil mediático.

71


El analista Carlos Böhrt Iraola, en un artículo de prensa, se pregunta ¿Quién es responsable del caso Quiborax? Escribe:

En

diciembre

de

2003,

Carlos

Mesa

promulgó la Ley 2564 declarando al Salar de Uyuni reserva fiscal y autorizando la realización de auditorías completas sobre las concesiones existentes en el salar, y, en función de los resultados, declarar la nulidad de los derechos concesionarios mineros

de

las

personas

que

estén

incumpliendo las leyes. En ejecución de esa ley, en junio de 2004, Carlos Mesa emitió el Decreto 27589, disponiendo

“la

revocatoria

de

la

resolución constitutiva y pérdida de las concesiones mineras” de la empresa QNMM. Decreto este con dos delicados errores jurídicos: el Código de Minería 72


vigente por entonces (Ley 1777) no preveía la revocación como modalidad de finalización de la relación jurídica entre el Estado y los titulares de las concesiones, y no le correspondía al Presidente adoptar semejante decisión. No obstante, en el curso

de

empresa

las fue

siguientes

semanas

desalojada

de

la sus

concesiones. En octubre de ese año, el Superintendente de Minas, autoridad competente para decidir en la materia, declaró la anulación de las pertenencias mineras de Q-NMM, conforme a los artículos 156 y 158 del Código Minero. Finalmente, en diciembre de 2005, Eduardo Rodríguez Veltzé, al finalizar su mandato, abrogó la errada norma legal de Carlos Mesa mediante el Decreto 28527. La decisión del Estado

73


boliviano

se

había

reencausado

legalmente. Para enervar la acusación en su contra y basado en la documentación publicada por un matutino cruceño, el expresidente denunció

la

comisión

de

graves

irregularidades por parte de los citados altos

funcionarios

masistas

en

este

conflicto: a) En marzo de 2008, Q-NMM ofertó retirar el proceso arbitral ante el CIADI a cambio de tres millones de dólares, transacción rechazada por Héctor Arce Zaconeta, ministro de Defensa Legal del Estado, por la existencia de una deuda impositiva de 9,1 millones de bolivianos, que bien pudieron

ser

después

de

descontados firmar

el

del

pago,

contrato

transaccional,

74


b) Meses más adelante, en el marco de la acción penal abierta por el Ministerio Público, gracias a la confesión del abogado boliviano David Moscoso, se descubrió que personeros

de

documentos

Q-NMM

para

así

falsificaron cumplir

las

formalidades exigidas por el CIADI en el inicio de los procesos arbitrales. A pesar de esa confesión, la entonces ministra de Defensa

Legal

del

Estado,

Elizabeth

Arismendi, no fue capaz de proteger los derechos de Bolivia. c) En agosto de 2016, siendo Procurador General, Héctor Arce, sospechosamente se

sostuvo

una

reunión

representantes

de

Q-NMM

subprocuradora

General

del

entre y

la

Estado,

Carmiña Llorenti, en las oficinas de ésta, en la que se acordó cerrar el juicio penal contra los personeros de la empresa y se 75


redactó un proyecto de sentencia de sobreseimiento, confirmando de ese modo la absoluta sumisión de los órganos de justicia al poder político. Por todo ello, sostiene Carlos Mesa, los responsables del pago de 42,6 millones de dólares a Q-NMM son

los

mencionados

miembros

del

gobierno de Evo Morales. Conocidos

los

antecedentes

de

este

delicado caso, todo hace ver que sólo se necesita esclarecer tres hechos:

1. Que Elizabeth Arismendi, en efecto, no defendió adecuadamente los intereses del Estado; 2. ¿Cuándo y a solicitud de quién se cerró el proceso penal contra los personeros de Q-NMM?

76


3. ¿A cambio de qué finiquitaron ese juicio? Conclusión final: ¡El Fiscal General está obligado a abrir la investigación criminal contra Héctor Arce, Elizabeth Arismendi,

César

Navarro

y

Pablo

Menacho!5

La pregunta de ¿Quién es responsable del caso Quiborax? apunta al aspecto jurídico del problema, incluso, ampliando, se irradia al aspecto político del problema; sin embargo, el problema no se circunscribe a estos dos aspectos, pues la cuestión prioritaria a la que hay que responder es ¿qué clase de relaciones económicas y políticas sostienen la concesión

5

Leer ¿Quién es responsable del caso Quiborax? http://www.paginasiete.bo/opinion/2018/6/21/quien-es-responsable-delcaso-quiborax-184289.html.

77


mentada? Como dijimos antes, se otorgan estas concesiones en el marco de la concepción extractivista de que los recursos naturales son objetos, objetos que se reducen a la condición de materias primas, incorporándose a las cadenas

productivas.

Por

otra

parte,

desconociendo la experiencia de la planta de investigación y experimental de la UMSA, que vino trabajando en el Salar de Uyuni durante décadas. Solo tomando el caso de QUIBORAX, remitiéndonos a los ensayos anteriores para otros incidentes, que consideran un conjunto de casos parecidos o del rubro, en el contexto de la reiterativa política económica extractivista y dependiente, sobresale la dadivosidad del gobierno, de entonces, al hacer la concesión a la empresa cuestionada, que viene acompañada por otras concesiones a la empresa QUIBORAX. Esta concesión se efectúa en pleno periodo neoliberal,

cuyas

políticas

económicas

precisamente se caracterizaban por privatizar e 78


incentivar el capital internacional. La corrección que se busca posteriormente a estas dádivas políticas y económicas, declara la ampliación de las reservas fiscales en el Salar de Uyuni, restringiendo el control del espacio concedido a la

empresa,

después,

interviniendo

y

suspendiendo la concesión, sobre todo por incumplimiento.

Desde el punto de vista

económico y de los intereses del Estado, el tema principal no es si hubo errores procedimentales, sino si se actuó correctamente en defensa de los recursos naturales, en ese entonces, del Estado. Aquí

tampoco

hay

donde

perderse,

la

responsabilidad del gobierno nacional era recuperar los recursos naturales del Salar de Uyuni,

concedidos

dadivosamente

a

las

empresas involucradas. Al respecto, sorprende, entonces, la actitud del “gobierno progresista” y “antiimperialista”,

cuando

se

resguarda

señalando un “error procedimental”, olvidando la cuestión principal, la soberanía sobre los 79


recursos naturales. incongruente

y

¿Cómo interpretar la contradictoria

postura

gubernamental?

Comencemos por lo que se hace evidente; el “gobierno

progresista”

adecuadamente

los

no

intereses

defendió del

Estado

boliviano ni los recursos naturales, que son propiedad del pueblo boliviano, tal como establece

la

Constitución.

El

veredicto

internacional, por más que se sostenga en la jurisprudencia y en argumentos aparentemente legales, es insostenible, pues la diferencia entre la supuesta inversión y el pago a la empresa es de 39 millones de U$, lo que significa que la empresa

obtiene

13

veces

el

monto

supuestamente invertido. ¡Una super-ganancia fabulosa! ¿Cómo puede haber ocurrido esto? ¿En que condiciones se obtiene este fabulosa super-ganancia? Estamos en un orden mundial 80


que lo que menos garantiza es la justicia; que funciona, mas bien, como el macro operador de legalización de ilegalidades, el gran garante de la expoliación de naciones y pueblos, el gran legitimador del extractivismo depredador y destructor de los ecosistemas. Sorprende no solo la actitud del gobierno clientelar, embarcado en su propia decadencia, sino la actitud de los medios de comunicación y “analistas” que obvian, de entrada, los temas de fondo, y se pierden en una discusión leguleya. Teniendo en cuenta esta consideración, ya no es sorprendente la actitud de una “oposición”, que hace de complemento de la vocación de poder del gobierno clientelar; la “oposición” también se pierde en el debate leguleyo. Todos son cómplices de la expoliación económica del orden mundial y de la economía-mundo capitalista, concretamente, en este caso, de la extorsión económica de una empresa sin escrúpulos y de 81


un gobierno secuaz. También sorprende la actitud pusilánime del pueblo, que no atina a responder ante semejante vulneración de su soberanía y atentado extorsionador en contra de sus posesiones y propiedades, las del pueblo boliviano. La pusilanimidad también es una actitud cómplice. Entiéndase, esta cuestión, la del destino de los recursos naturales del Salar de Uyuni, así como la cuestión del pleito jurídico contra el Estado boliviano, abierto por la empresa, no es un tema que compete al debate entre “oficialismo” y “oposición”, aunque sean los actores del espectáculo mediático y político; son cuestiones que atañen al pueblo boliviano, son cuestiones que exigen su responsabilidad.

Volviendo al tema que ocupa a medios de comunicación y a la clase política, en el diario El Deber, se hace una puntualización del asunto:

82


El enredo jurídico-político tiene como efecto

una

confunden

oleada y

de

pueden

versiones

que

obstruir

la

identificación clara de los responsables del pago de 42,6 millones de dólares del Estado boliviano como indemnización a una empresa chilena que se adjudicó hace años concesiones en el salar de Uyuni.

Son

tres

los

asuntos

que

generan

abundantes sospechas y dudas. El primero interpela a quienes avalaron el contrato con QUIBORAX, que luego fue anulado por el Gobierno de Mesa. Este tema no se aborda, pese a ser medular. El segundo ocupa la centralidad de la confrontación política- jurídica y apunta a responsabilizar al

vocero

de

la

demanda

marítima

boliviana por el millonario daño económico que causó la expulsión de la compañía 83


chilena durante su mandato presidencial. La

tercera,

cuestionada

igual

de

actuación

central, de

la

es

la

defensa

boliviana durante el Gobierno de Evo Morales en el laudo ante el CIADI, que finalmente perdió Bolivia6.

6

Leer La politización del caso Quiborax. https://www.eldeber.com.bo/opinion/La-politizacion-del-casoQuiborax-20180621-9463.html. El artículo sigue el relato: Aunque la expulsión de QUIBORAX es aprobada prácticamente por unanimidad, la forma en la que se lo hizo habría provocado la millonaria indemnización, según el Gobierno, y es lo que tiene acorralado a Mesa. El exmandatario ha reconocido fallas en los procedimientos de anulación de concesiones, pero asegura que fueron corregidas incluso por su sucesor Eduardo Rodríguez Veltzé. Este es el punto que Mesa debe todavía esclarecer de forma más convincente para quedar libre de sospecha y, sobre todo, de culpa. Si la verdadera intención del proceso es dar con los responsables del millonario daño, se tiene que considerar con la misma preponderancia las denuncias que alcanzan a funcionarios de Evo Morales que manejaron la defensa del caso QUIBORAX. En la última semana se ha sabido de que los chilenos usaron un acta falsa en el laudo, lo que debió ayudar a frenarlo. Es llamativa también la revelación de que el Gobierno recibió la oferta de cerrar el proceso con el pago de 3 millones de dólares en vez de lo que al final resultó 42,6 millones de dólares. También es delicada la revelación de que se filtró

84


Para entender este menjunje debemos retroceder, como se dice, a los inicios de la historia; comenzaremos con breves descripciones de los factores y actores intervinientes

en

este

entramado

truculento económico, político y jurídico.

QUIBORAX chilena,

es

una

fundada

empresa en

1986,

minera cuyas

actividades y operaciones se dan en el Salar de Surire, en la I Región. QUIBORAX produce una gama de productos de boro, incluyendo ácido bórico; gránulos de boro -

conocidos

fertilizantes

como e

granulex

insecticidas,

los

-;

y

cuales

documentación confidencial boliviana a los chilenos durante una negociación. En consecuencia, la investigación debería transcurrir con igual celeridad para aclarar la actuación de Mesa como la de los ministros y el procurador acusados. De lo contrario, parecerá ser solo el eje de un sistemático plan de eliminación de un potencial rival electoral del oficialismo.

85


combinan boro o ácido bórico con sulfato de calcio, boratos de sodio y otras sales. En junio del 2004 el Ministerio de Minería e Hidrocarburos (MMH) de Bolivia tomó la decisión de revertir las concesiones de QUIBORAX para explotar ulexita en el Salar

de

Uyuni,

departamento

-

ubicado

boliviano

argumentando

el

de

en

Potosí

incumplimiento

el de

normas ambientales e irregularidades en la entrega de las áreas. QUIBORAX es el controlador

chileno

de

la

empresa

boliviana Non Metallic Minerals, a través de la cual explotaba ulexita y otros recursos

evaporíticos

en

el

Salar

de

Uyuni7.

7 Quiborax S.A. https://www.bnamericas.com/companyprofile/es/quiborax-sa-quiborax.

86


Entonces, QUIBORAX es una empresa chilena que se fundó en 1986 y comenzó su producción recién en 1988. Se encarga de producir ácido bórico y productos agroquímicos. Exporta a través de los puertos de Arica a todo el mundo. La empresa, representada por el estudio Bofill Mir & Álvarez Jana, comenzó a operar en Bolivia hace más de 16 años con exploración del mineral no metálico de ulexita en el Salar de Uyuni, en Potosí, a través de una sociedad con Non-Metallin Minerales SA. Sin embargo, en 2004, tras la emisión del Decreto Supremo 27589 durante el Gobierno de Carlos Mesa, se determinó

revertir

las

concesiones

mineras que tenía QUIBORAX en esa región potosina.

87


En el periódico Los Tiempos se publica un artículo que hace un recuento, titulado Claves para entender el caso QUIBORAX; un juicio en el que Bolivia pierde $us 42,6 millones, donde se describe la situación:

En 2006, al no lograrse acuerdos de compensación

con

el

Gobierno, la

empresa chilena demandó ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) a Bolivia por 66 millones de dólares.

En septiembre de 2015, CIADI falló a favor de QUIBORAX, estableciendo en 48,6 millones

de

dólares

el

monto

de

indemnización. Bolivia apeló de inmediato; sin

embargo,

el

18

de

mayo

de 88


2018, CIADI

desahució

el

laudo

nacional y a través de un fallo confirmó los montos establecidos en 2015. En el fallo, un documento de 73 páginas, fechado el pasado 18 de mayo para darse a conocer a las partes, el CIADI informó su decisión, tomada el 30 de abril pasado, de “desestimar en su totalidad la solicitud de anulación” que Bolivia presentó en 2015. El pasado jueves, el Gobierno boliviano cumplió con el fallo que dictó CIADI y pagó 42,6

millones

de

dólares

a

la

empresa chilena, tras un acuerdo con la misma. El contrato de transacción fue suscrito ese mismo

jueves.

La

pretensión

de

la

empresa demandante era de 150 millones de dólares, pero el acuerdo reduce en 72 por ciento el monto reclamado, quedando 89


en

los

42,6

millones

de

dólares

señalados8.

8

Leer Claves para entender el caso Quiborax; un juicio en el que Bolivia pierde $us 42,6 millones. http://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20180613/ claves-entender-caso-quiborax-juicio-que-bolivia-pierde-us426-millones. El artículo continúa con el recuento de las posiciones encontradas: Gobierno del MAS acusa a Mesa El pasado 22 de mayo, la Procuraduría General del Estado presentó una denuncia ante el Ministerio Público en contra del expresidente Mesa y tres de sus exministros, tras la pérdida del juicio internacional con QUIBORAX. La Procuraduría dijo que en el Gobierno de Mesa se incumplieron leyes y que incluso el Decreto Supremo 27589 es ilegal. La denuncia contra Carlos Mesa fue presentada por los delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y leyes, incumplimiento de deberes y conducta antieconómica. Sin embargo, el expresidente y actual vocero de la demanda marítima contra Chile, aseguró que los responsables de la derrota boliviana en el juicio ante QUIBORAX son el actual procurador, Pablo Menacho, y sus antecesores, por “la desastrosa negociación” realizada con el consorcio minero entre 2006 y 2018. Mesa dijo también que el Gobierno incurrió en una contradicción al señalar la ilegalidad del Decreto Supremo 27589 ya que la propia Procuraduría, en el laudo de apelación presentado ante CIADI en 2015, defendió la legalidad de esa norma.

90


Se señala el nombre de Rodríguez Veltzé El expresidente dijo que si la Fiscalía lo investiga a él también debería ser incluido el exmandatario, Eduardo Rodríguez Veltzé. Sin embargo, Rodríguez Veltzé afirmó que no debatirá “insinuaciones de orden político” respecto a las declaraciones realizadas por Mesa. “Asumo la responsabilidad del (Decreto Supremo 27589) emitido por mi Gobierno y que contó con la aprobación previa del Consejo Nacional de Política Económica (CONAPE); no debatiré insinuaciones de orden político”, recalcó. En medio de todo esto, la presidenta de la Comisión que investiga el caso Lava Jato, la diputada Susana Rivero, anunció que se rastrearán las cuentas de Mesa. Mesa acusa a QUIBORAX de falsificar acta para demandar a Bolivia El expresidente de Bolivia aseguró ayer que la empresa chilena falsificó un acta para demandar a Bolivia y conseguir una indemnización económica por la reversión de sus concesiones mineras en el Salar de Uyuni. Mesa dijo que el arbitraje demandado por esa empresa fue producto de la falsificación de un acta de composición de propiedad, por lo que presentó ante la Fiscalía las pruebas de estas afirmaciones. “El Arbitraje en el caso QUIBORAX en contra del Estado de Bolivia es la consecuencia fraudulenta y maliciosa de un delito de falsificación y uso de documento falsificado, confesado en un proceso penal que concluyó con sentencia condenatoria ejecutoriada y con la declaración jurada del propio proceso arbitral, delito cometido por uno de los personeros y representante de la empresa que promovió este proceso arbitral”, expresó en un artículo publicado en su página web. Ante esta situación, Mesa pidió el rechazo a la acusación presentada por la Procuraduría General del Estado en su contra dentro de este caso.

91


El expresidente Carlos Mesa Gispert va más lejos, acusa al gobierno de haberse comprometido

con

la

empresa

cuestionada. ERBOL publica un artículo titulado

Mesa: Procurador pactó caso

Quiborax con asesor de Chile, donde se dice que:

El expresidente Carlos Mesa reveló este martes que la Procuraduría General del Estado, a la cabeza de Pablo Menacho, hizo un acuerdo transaccional por el caso QUIBORAX, con el abogado Andrés Jana, Gastos y honorarios del Comité; un pago extra CIADI determinó además que el Estado boliviano tendrá que correr con los gastos y honorarios del Comité y los derechos por la utilización del CIADI en el marco del procedimiento de anulación que comenzó en 2015. La entidad internacional determinó que QUIBORAX pague los costos en los que incurrió su defensa (462 mil dólares) y lo mismo tendrá que hacer Bolivia por su lado (1.384.801 dólares).

92


quien es asesor de Chile en el juicio por demanda marítima que se desarrolla en La Haya9.

9

Leer Mesa: Procurador pactó caso Quiborax con asesor de Chile. http://www.erbol.com.bo/noticia/politica/12062018/mesa_pr ocurador_pacto_caso_quiborax_con_asesor_de_chile. El articulo continua el relato de la siguiente manera: Jana apareció la semana pasada en una conferencia de prensa junto al procurador Pablo Menacho y el ministro de Minería, César Navarro, para anunciar que se había llegado a un acuerdo para pagar a QUIBORAX más de 42 millones de dólares, debido a la indemnización surgida por la expulsión de la empresa chilena de la explotación de ulexita en el Salar de Uyuni. “El señor Andrés Jana es parte del equipo jurídico privado que apoya a Chile en la demanda que Bolivia tiene en La Haya, o sea llegamos al caso increíble de que el Procurador General del Estado está dándole la mano y firmando una entrega de 42 millones, 50 veces el valor de lo invertido por Quibórax nada menos que al representante de QUIBORAX, que a su vez es parte del equipo jurídico privado que está apoyando a Chile”, dijo Mesa en Sucre. Reportes de medios chilenos confirman a Jana como asesor de su país ante el proceso en La Haya. En marzo reciente, el jurista afirmó que la demanda boliviana es débil en su sustento jurídico, según La Tercera. La Procuraduría culpa a Mesa por la indemnización a QUIBORAX y le inició un proceso, bajo el argumento de que un decreto suyo con errores legales fue el causante de que la empresa chilena acuda a la CIADI y logre un pago millonario. Mesa se presentó este martes ante la Fiscalía General del Estado en Sucre para solicitar de nuevo el rechazo de esa

93


Hasta aquí el perfil mediático del pleito, que, de todas maneras, nos muestra las consecuencias jurídicas y económicas del arbitraje

internacional,

además

de

mostrarnos el manejo político del tema, tanto por el “oficialismo” y la “oposición”, así como por los medios de comunicación. Todo esto es ilustrativo de la hegemonía jurídica-política-económica

de

las

denuncia de la Procuraduría. Esta vez, el expresidente planteó el argumento de que la empresa chilena usó un documento falsificado para llevar adelante el arbitraje ante CIADI. Explicó que la empresa chilena usó un acta falsificada de poderes para forzar el arbitraje contra el Estado boliviano. Dijo que el fraude en ese documento se confirmó porque en 2009 el accionista de QUIBORAX David Moscoso fue condenado a dos años de cárcel por ese delito. Dijo entonces que el motivo del arbitraje no es el decreto que él emitió, sino ese documento falsificado. Crítico que la CIADI haya aceptado una falsificación en este proceso que calificó de ilegal. “Lo que más llama la atención es que la defensa del Estado de Bolivia en el arbitraje, en lugar de reaccionar institucional y procesalmente de manera categórica y contundente, contra ésta abierta parcialización del Tribunal Arbitral, deja pasar esta írrita decisión como si se tratara de una incidencia procesal normal y ordinaria dentro del Arbitraje”, dice el memorial presentado por Mesa.

94


empresas trasnacionales en la economíamundo capitalista y en el orden mundial. Ahora, en lo que sigue, intentaremos adentrarnos a otros perfiles del asunto; el que tomaremos en cuenta en este texto es el relativo a la extorsión económica. Comenzaremos

con

una

descripción

somera del drama de la soberanía de los recursos

naturales,

drama

donde

la

soberanía tiene que abrirse camino en una maraña de obstáculos, alambres de púas, casamatas,

artilugios,

que

usan

las

empresas trasnacionales para defenderse, evitando la realización de la soberanía, que queda como atrapada en la telaraña jurídica-política-económica de la economía mundo;

llevándose

como

botín

los

recursos naturales expoliados a los países, pueblos y Estado-nación subalternos de la periferia del sistema-mundo capitalista.

95


Perfil económico-político del pleito Otro plano de intensidad, en el que impactó el conflicto jurídico mentado, es el que podemos definir como el de la crítica, que es sensible ante los síntomas de los eventos

y

sucesos

sociales,

políticos,

económicos y culturales. La perspectiva crítica busca, mas bien, interpretar los síntomas, efectuar una sintomatología, buscando auscultar lo que pasa en los substratos

de

las

dinámicas

sociales.

Como aproximación a estos substratos se puede configurar un perfil económicopolítico.

En

este

escrito

haremos

anotaciones que ayuden a dibujar este perfil, que aparece como actitud analítica del problema en cuestión.

96


En Lucha por el territorio de Nor-Lipez de Manuel Gysler se dice que después del conflicto con la LITHCO, las comunidades instalaron una planta de sal yodada, así como que tenían proyectada la instalación de una planta piloto de litio en el salar. Se tardó hasta la promulgación del Decreto supremo 29496, del 1 de abril de 2008, cuando se estableció la creación de una entidad que se encargaría de la instalación de una planta piloto de carbonato de litio. En mayo de 2008 el presidente colocó la piedra fundamental de la planta, contando con una inversión de 5,7 millones de U$, cuya conclusión debería efectuarse en el transcurso de 18 meses. Fuera de este proyecto

connotado,

existían

68

concesiones en el Salar de Uyuni; del total de estas empresas 46 se tramitaron en la gestión de gobierno de Hugo Banzer Suarez (1997-2001). Después de una 97


evaluación

41

concesiones

fueron

consideradas como inactivas, 4 habrían finalizado sus trabajos de exploración y solo una concesión habría quedado activa. Se dice en el libro que “bajo estas consideraciones

el

gobierno

de

Evo

Morales Ayma anuló las concesiones de la empresa boliviana Non Metallic Minerals SA.”, aunque fue el gobierno de Carlos Mesa el que lo hizo. Se puede entender, para lo que compete en la descripción, que el gobierno de Evo morales consolida dicha anulación. Las concesiones a esta empresa fueron

otorgadas

en

1998

por

la

Superintendencia de Minas de Tupiza de una forma ilegal. Fue la misma autoridad la que en el 2004 anuló los trámites por errores

procedimentales,

Resolución Posteriormente,

mediante

Administrativa. el

2006,

la

empresa

QUIBORAX presentó una demanda contra 98


el

Estado

boliviano

ante

el

Centro

internacional de Arreglo de Diferencias relativas

a

las

Inversiones

(CIADI),

argumentando que siendo accionista de la empresa Non Metallic sus inversiones en el Salar de Uyuni quedaban afectadas debido a la anulación de las concesiones. Ante este reclamo el gobierno se comprometió entregar

a

la

empresa

demandante

350.000 toneladas de ulexita con el objeto de cubrir el supuesto daño que se causó. De acuerdo al presidente de CIRESU, Daniel Howard, no existía sociedad alguna entre

Non

Metallic

y

QUIBORAX,

en

consecuencia, la empresa demandante no tenia nada que reclamar ni tenia derecho a ninguna indemnización. Por otra parte, los dirigentes del Comité Cívico Potosino (COMCIPO) afirmaron que las inversiones de QUIBORAX no eran de 3 millones de dólares, como había declarado la empresa, 99


sino mucho menos, incluso la cifra pírrica de 500 U$. Comprando las cargas de la empresa

boliviana

Non

Metallic,

QUIBORAX no habría sido dueña de la concesión otorgada. El ex presidente del Comité propuso que se debería procesar a la empresa por el saqueo de los recursos naturales10.

Como

se

puede

ver

esta

historia

económica parece corresponder a uno de los estilos típicos de las relaciones entre empresas trasnacionales y los Estadonación subalternos, en lo que respecta al tratamiento, por ambos, de los recursos naturales.

Empresas

trasnacionales

y

Estado-nación subalternos consideran a

10

Leer de Manuel Gysler La lucha por el territorio de NorLipez. Editorial Plural y AGRUCO. La Paz 2011; págs. 77-79.

100


los recursos naturales como objetos de extracción, objetos que son catalogados en las cadenas productivas como materias primas. Los monopolios, que conforman estas empresas trasnacionales, controlan las reservas de materias primas; controlan las

concentraciones

industriales,

que

pueden también disgregarse, para poder ser congregadas en el armado industrial; controlan los recorridos del transporte y los mercados; de alguna manera, aunque con contingencias, controlan, por lo menos durante ciertos periodos, la determinación de los precios. Dando lugar a relaciones de términos de intercambio en detrimento de los Estado-nación subalternos. En lo que respecta

a

la

explotación

inversiones,

se

dividen

o

y

a

las

conforman

subsidiarias; en su caso, llegan a acuerdos con otras empresas nacionales, con el objeto de controlar mejor las cadenas 101


productivas; en la base de estos procesos, lograr mejores concesiones en los países donde

operan

sus

capitales

y

sus

máquinas económicas. En otras palabras, logran camuflar los controles monopólicos, presentándose de manera separada a las licitaciones, concesiones y contratos.

Cuando hablamos del bórax, de la ulexita, del

manganeso

y

del

litio,

estamos

hablando de minerales que se consideran metálicos y no metálicos, dependiendo. Son usados en los procesos industriales de reciente generación; por ejemplo, en la producción de semiconductores; así como también

en

exportación

la de

agroindustria. ulexita

se

La

realiza

principalmente para agroindustrias que aprovechan el bórax refinado, del que se 102


obtiene

potasio

y

magnesio

como

fertilizantes. El manganeso tiene variados usos, para el aumento del octanaje, en las baterías

desechables

estándar,

para

producir acero y hierro, en aleación con el aluminio, para oxidar el alcohol bencílico, para verdear el vidrio, en la fabricación de pinturas, en la cerámica. El litio también tiene usos múltiples, dependiendo de las composiciones

donde

participa;

son

excelentes secantes y se emplean en bombas de calor, para el tratamiento de la manía;

como

espaciales

y

lubricante, submarinos;

en

naves en

la

construcción aeronáutica; también en la fabricación de lentes y telescopios; así como

tiene

aplicaciones

nucleares.

Entonces, no estamos hablando, por así decirlo, del clásico extractivismo, sino de un extractivismo más sofisticado, que requiere para su extracción de tecnologías 103


avanzadas; también su incorporación a las cadenas

productivas

se

efectúa

en

industrias de alta tecnología. El mercado de

estos

minerales

metálicos

y

no

metálicos es también especializado. Sus reservas se hallan concentradas en el llamado

“triángulo

del

litio”,

que

se

encuentra entre Argentina, Bolivia y Chile, donde las mayores reservas se ubican en Bolivia.

Se puede decir que la historia de las concesiones, así como la defensa de los recursos naturales, en Bolivia, incumbe a una guerra por el control de las reservas. Lo

primero

empresas

que

habrían

trasnacionales

es

hecho lograr

las el

control de las reservas; por eso sus convenios y compromisos resultan tan 104


ambivalentes. En lo que respecta a la soberanía,

al

trasnacionales

parecer, han

las

empresas

boicoteado

esta

posibilidad, pues, al controlar el mercado, buscan disminuir sus costos en la cadena productiva y obtener super-ganancias; por eso

intervienen

suspendiendo

la

soberanía, desconociéndola en la práctica, aunque lo hagan de dientes para afuera, en el discurso. En tercer lugar, en el contexto y la fase de la dominancia del capitalismo financiero y especulativo, las empresas trasnacionales especulan con las concesiones que obtienen, buscando obtener

super-ganancias

procedimientos

a

través

especulativos;

de

incluso

llegar a extorsionar a los Estado-nación subalternos involucrados.

105


En

este

contexto

histórico-económico-

político no es inverosímil lo que ha pasado en el asunto de QUIBORAX; se puede interpretar el entramado sinuoso de su decurso y sus desenlaces como parte del funcionamiento

de

las

máquinas

económicas del sistema-mundo capitalista en la fase del capitalismo financiero y especulativo. Se trata, en este caso, de máquinas económicas más sofisticadas, que

logran

manipular

mediante

el

monopolio del control de las tecnologías requeridas para explotación y combinar este

monopolio

con

estrategias

especulativas y de extorsión.

Cuando

preguntábamos

sobre

las

condiciones de posibilidad en las que se da la super-ganancia

de

la empresa en 106


cuestión, a través de un veredicto jurídico internacional, nos abrimos a la gama de factores articulados que acabamos de mencionar;

sin

pretender

abarcarlos

todos, vale la pena mencionar uno más, el relativo a la corrosión institucional y a la corrupción. Lo que ha ocurrido, la derrota gubernamental en el conflicto jurídico desatado por la empresa contra el Estado boliviano, la obtención de una superganancia, insostenible económicamente, ganada

de

manera

leguleya

por

la

empresa, solo puede haberse dado en concomitancia con el gobierno clientelar. Se han tenido que hacer partícipes de esta extorsión a altos personeros del gobierno clientelar.

107


Estamos ante un perfil de la extorsión económica. La extorsión económica es el mecanismo mediante el cual se obtienen super-ganancias, que ya no tienen que ver con el desenvolvimiento corriente de la economía

y

el

mercado,

sino

con

despliegues del lado opaco y el lado oscuro de la economía, así como tienen que ver con el lado oscuro del poder. La ganancia obtenida no es resultado del cálculo costo y beneficio, sino de la extorsión, que funciona en la sinuosa maquinaria de la economía política del chantaje. Por más que

se

encubra

jurídicamente

esta

extorsión, no resulta del funcionamiento económico propiamente dicho, sino del funcionamiento de las formas paralelas del ejercicio del poder. Se trata de ganancia extraordinaria, lograda por el empleo de la coerción y el chantaje, por el uso de la

108


violencia

solapada,

encubierta

con

lenguaje jurídico.

La extorsión económica es un indicativo de a dónde ha llegado la dominación ejercida por las máquinas del poder; también es indicativo de a dónde ha llegado la subalternización,

que

adquiere

la

característica de sumisión descarnada; así mismo es indicativo de los elevados niveles de corrosión institucional y de corrupción.

109


110


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