Nudos y tejidos socioterritoriales 2

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Nudos y tejidos socio-territoriales GenealogĂ­as, trama e urdimbres

1


Índice:

Prólogo

3

Genealogía del autoritarismo

6

El esquematismo vulgar de héroes y villanos

63

Descripción de los delitos constitucionales del “gobierno progresista”

113

La invención política de la realidad

135

Nudos y tejidos en la coyuntura

159

El nudo de la dependencia

195

La trama del nudo de la dependencia

210

2


Prólogo

Queremos mirar de otra manera, sentir con los sentidos convulsionados o, quizás, mejor dicho, mucho más sensibles, estéticamente sensitivos. Queremos decir con otros leguajes o, mejor dicho, con otras maneras de decir, con otras composiciones y narrativas. Queremos pensar de otra manera, subversiva; por lo tanto, creativa. Por eso, hablamos de tejidos, también de nudos, tramas y urdimbres. Aunque también retornamos al enfoque retrospectivo de las genealogías, que corresponden al umbral de la perspectiva compleja. Lo hacemos porque se trata de una temática moderna, el autoritarismo. Una metodología apropiada es abordarlo en la arqueología del saber sobre el autoritarismo; una epistemología apropiada es acometer desde la genealogía o génesis de las estructuras de poder. 3


Dando como un salto, desde la genealogía hacia la perspectiva de la complejidad, desde el umbral del enfoque genealógico hasta el enfoque de los espesores de la complejidad, es la crítica al esquematismo dualista de ángeles y demonios, de fieles e infieles, de amigos y enemigos, de héroes y villanos. Creemos que se puede retornar al umbral genealógico para volver adentrarse a los espesores de la complejidad, partiendo de una problemática moderna: el autoritarismo. Este movimiento, desde el umbral, ayuda a comparar los enfoques genealógicos y los enfoque de la complejidad; pero además, ayuda a mostrar los límites que constreñían a la mirada genealógica, respecto a estas problemáticas de las genealogías del poder.

Tocar un caso concreto, como el de los delitos constitucionales del “gobierno progresista”, después de estas dos 4


miradas teóricas, es como poner a prueba, respecto a una problemática específica, a los enfoques comparadas y contrastados. Sin embargo, no para efectuar un juego teórico, sino, sobre todo, para hacer más nítida las imágenes del problema específico.

Después de este movimiento de comparación teórica, de señalamiento de límites, de prueba en relación a un caso específico, de mejoramiento de la nitidez de las imágenes referenciales, volvemos a la perspectiva compleja para abordar la invención política de la realidad. Este fenómeno de ilusión, sobre todo, fenómeno ideológico, es abordado desde la metáfora mutante textil de los tejidos, nudos, tramas y urdimbres. Una vez, ingresados en estos espesores de la complejidad dinámica, comprendidos desde la simultaneidad dinámica, se circunscribe el análisis en el nudo de la dependencia, después en la trama del nudo de la dependencia. 5


GenealogĂ­a del autoritarismo

6


Este ensayo debía haber salido hace

varios

meses,

en

una

publicación colectiva sobre el tema, en la que participaba La Universidad

Friedrich

Schiller

de Jena. Después del tiempo esperado,

corre

por

nuestra

parte publicarlo, retomando la polémica sobre la problemática en cuestión.

7


Panorama

del

debate

sobre

autoritarismo

El

debate

sobre

autoritarismo,

en

singular, o autoritarismos, en plural, en América

Latina,

referentes

tiene

concretos.

como

El

dos

primero,

la

dictaduras militares de la década de los setenta, incluso alargándose en la década de

los

ochenta,

que

pueden

haber

comenzado antes, en la década de los sesenta, como en el caso boliviano; el segundo, los “gobiernos progresistas”, particularmente centrada la discusión en las

gestiones

del

gobierno

de

la

revolución bolivariana de Venezuela. El primer referente tiene como horizonte, de la interpelación crítica y política en los análisis, la transición a la democracia; el segundo

referente

tiene

como

eje 8


argumentativo

del

interpretación

la

análisis

o

defensa

de de

la la

Constitución, aprobada en los “procesos de

cambio”,

que

encumbraron

a

los

“gobiernos progresistas”. En este caso, es notoria la diferencia de las procedencias discursivas;

la

interpelación

distinción de

de

la

procedencia

conservadora o como comúnmente se señala, de procedencia de “derecha”, de la interpelación crítica de procedencia radical o de la “izquierda” crítica.

En

la

historia

autoritarismo,

del

debate

considerando

los

sobre dos

referentes señalados, es decir, las dos etapas del debate sobre autoritarismo, ambos campos discursivos, a pesar de sus

diferentes

preocupaciones

enunciadas, comparten el juicio teórico 9


político

sobre

el

autoritarismo.

Consideran al autoritarismo como una entidad o fenómeno aislable, como una anomalía política, respecto de la norma y regularidad política moderna, respecto de la institucionalidad establecida.

Por otra

parte, tienden a la denuncia moral del autoritarismo, dejando entrever más la descalificación moral del autoritarismo que

su

análisis,

entendimiento

y

comprensión,

conocimiento

del

fenómeno y su funcionamiento. Aunque hay

que

remarcar,

sobre

todo

con

respecto al primer referente y la primera etapa

del

debate,

la

minuciosa

descripción del ejercicio de poder de la dictaduras militares. En la segunda etapa, la relativa al segundo referente, no se puede decir lo mismo; pues se nota, mas bien,

una

denunciar

premura y

acusar

en

interpelar,

al

“gobierno 10


progresista” por sus incumplimientos, que un esmero por describir lo que ocurre.

Las diferencias, lo que no comparten los dos

campos

discursivos

del

debate,

tienen que ver, primero, con la coyuntura y el período. Se trata de coyunturas y períodos

distintos,

que

manifiestan

problemáticas distintas. Las dictaduras militares

conculcan

la

democracia

institucional por medio de las armas; el golpe militar es el procedimiento para hacerlo;

en

cambio,

los

“gobiernos

progresistas” emergen del ejercicio de la democracia, de la votación de mayoría absoluta. La crítica de “derecha” asume que se trata de “gobiernos socialistas” y que aplican el método “bolchevique”; argumento delirante, fuera de contexto y falto

de

conocimiento.

La

crítica

de 11


“izquierda”, mas bien, hace hincapié en la “traición”

al

“proceso

de

cambio”;

remarca el retroceso y la degradación de la “revolución”, dada en las formas de transición democráticas. La conculcación de la democracia no solo aparece, en este caso,

como

incumplimiento

de

la

Constitución, como desinstitucionalización del ejercicio político, sino por no ejercer la democracia participativa.

El autoritarismo en ambos casos, en los dos campos discursivos, cobra distinto sentido teórico y político. El autoritarismo de las dictaduras militares es concebido como “fascismo” criollo; en cambio, el autoritarismo progresistas”

de es

los

“gobiernos

concebido

como

monopolio de la cúpula de poder, en los marcos de la democracia formal, incluso 12


como usurpación de la voluntad popular. En consecuencia, no se habla de lo mismo, no se habla de la misma manera de

autoritarismo;

se

trata

de

autoritarismos diferentes. Entonces, por lo menos se debe tener en cuenta la polisemia del término autoritarismo.

Un balance rápido de ambos contextos del debate sobre autoritarismo, puede resumirse de la siguiente manera: El debate sobre autoritarismo en la segunda etapa, relativo al segundo referente, el de los

“gobiernos

endémico,

progresistas”,

provisional,

aparece

apresurado;

mostrando más elocuencia en la denuncia que en el análisis y la comprensión del fenómeno; en cambio, el debate en la primera

etapa,

relativo

al

primer

referente, el de las dictaduras militares, 13


aparece más sólido, más consistente, más elaborado, sobre todo en lo que respecta a las detalladas y minuciosas descripciones,

que

ya

hacen

a

la

comprensión del fenómeno.

Los límites epistemológicos en ambos campos discursivos, relacionados a las dos etapas del debate, se encuentran cuando

se

considera

al

autoritarismo

como anomalía y no ver que se trata de síntomas sobresalientes en el acontecer político y en el ejercicio de poder. Este aislar el autoritarismo de los procesos efectivos políticos y del poder, limita el alcance

analítico

y

crítico

de

los

mencionados debates. Otra limitante se encuentra en la premisa moral de los juicios, que tienden más a la denuncia

14


que

a

la

comprensiĂłn

del

fenĂłmeno

polĂ­tico desmesurado.

15


Jerarquía, autoridad y poder

Hay que tomar también al poder como efecto; es decir, como consecuencia de un

monopolio

establecida

o

de

una

diferencia

institucionalmente;

por

ejemplo, la jerarquía; así también la autoridad. El sentido común ha llamado al abuso

de

autoridad

autoritarismo.

El

autoritarismo vendría a ser entonces algo así

como

el

exceso

del

uso

de

la

autoridad, más allá de las atribuciones otorgadas institucionalmente. Solo que este abuso de autoridad es legalizado por interpretaciones arbitrarias de las mismas atribuciones

otorgadas

institucionalmente; por ejemplo, por la democracia formal. Del autoritarismo al totalitarismo hay un trecho que hay que recorrer. Esto ocurre cuando incluso se 16


descartan las atribuciones institucionales otorgadas por la Ley; suspendiendo la institucionalidad

establecida,

con

la

excusa de que se está en emergencia; de que se requiere salvar el origen mismo de la institucionalidad; la nación, el Estado, la seguridad del Estado, el bien común de la nación.

Desde la perspectiva expuesta, se puede hacer varias historias del autoritarismo, incluso

encontrar

lugareñas

y

de

peculiaridades

períodos,

indicando

diferencias y analogías. Se puede hacer una sociología del autoritarismo, también una psicología; incluso teorizar sobre este fenómeno generalizado. Sin embargo, a pesar de todas estas interpretaciones del autoritarismo, no parece no solamente agotado el tema, sino, sobre todo, no 17


logrado

explicar

¿Cómo

nacen

en

sus

los

genealogías.

autoritarismos?

¿Cuándo emergen y en qué condiciones? ¿Son

estos

abusos

otorgadas

de

atribuciones,

institucionalmente,

autoritarismos o, mas bien, encuentran su explicación en otras significaciones y conceptualizaciones más amplias? Vamos a tratar de abordar los problemas que plantean estas preguntas.

No

parece

encontrarse

su

origen,

el

origen del autoritarismo, sino en las mismas relaciones y estructuras sociales, que establecen las sociedades humanas. Es

en

debemos decirlo,

estas

relaciones

buscar de

lo

el que

sociales

germen,

que

por

así

comúnmente

se 18


denomina

autoritarismo.

encuentra

en

reconocimiento

la de

¿Éste

se

delegación

y

mando?

No

un

estamos suponiendo, en la pregunta, que todo

mando

implica

el

devenir

autoritario; sino que el mismo mando contiene esa posibilidad de emergencia del autoritarismo, que puede darse bajo ciertas

condiciones

de

posibilidad

históricas.

El mando es la conducción del grupo, del colectivo, del pueblo, de la sociedad. Esta conducción puede quedar circunscrita a la persona, que encarna el símbolo cultural del mando o, mas bien, puede estar regida por reglas compartidas. Pero, de todas maneras, el mando ya es una designación social, además de otorgarle atribuciones

acordadas.

El

mando 19


también es un lugar preciso en lo que puede considerarse el nacimiento de la jerarquía. El mando marca la diferencia entre el que manda y los y las mandadas.

No se puede, por lo tanto, zafar el fenómeno de autoritarismo del cuadro de las jerarquías sociales establecidas. La autoridad, sin ser todavía autoritarismo, es inmediatamente una jerarquía; marca la diferencia. Tampoco la jerarquía es, de ninguna manera, autoritarismo, sino que aparece como una de las condiciones de posibilidad jerarquía,

del que

diferencia,

autoritarismo. es

puede,

la bajo

marca

de

La la

determinadas

condiciones de posibilidad, ser usada en función

del

autoritarismo.

El

uso

excedentario del puesto de autoridad, el uso exagerado de la jerarquía, derivan en 20


este fenómeno del ejercicio del poder en su forma de autoritarismo.

¿Cuáles son las otras condiciones de posibilidad del autoritarismo? Desde la perspectiva

de

la

fenómeno

del

complejidad, autoritarismo

el –

manteniendo todavía este término – no responde a una causa o algunas causas, no es un fenómeno determinado por determinismos claros y evidentes; sino que integra o, si se quiere, sintetiza varios

procesos

concurrentes.

La

autoridad y la jerarquía están ungidas de simbolismos compartidos en la cultura asumida y heredada. Estos simbolismos, las alegorías simbólicas, las narrativas culturales,

cargan

imaginarias

a

la

de autoridad

densidades y

a

la

jerarquía. En otras palabras, la autoridad 21


y la jerarquía son asumidas a través de los

mitos

heredados,

las

narrativas

transmitidas, las alegorías redituadas y los símbolos compartidos.

La autoridad y la jerarquía aparecen no como

comúnmente

naturalidad,

se

sino

manifestada

en

dice,

como sus

con

realidad

diferencias

y

distinciones; en otras palabras, como cultura, considerando la diferencia entre cultura

y

Claude

naturaleza,

que

Lévi-Strauss

investigaciones

sobre

establece en

la

sus

racionalidad

inherente a las mitologías. Se hable de divinidad en el caso del soberano o monarca, se hable de mediación con la divinidad,

o

se

le

atribuya

la

descendencia de los héroes fundadores, se narra la ineludible presencia de la 22


realidad imaginada, que aparece en los conglomerados diferencias

y

de

sus

cuadros

de

jerarquías

sociales.

La

cultura es pues la condición de posibilidad del imaginario social, donde se refleja la realidad.

Pero,

determinadas

también, condiciones

bajo puede

convertirse en condición de posibilidad del autoritarismo. Dicho de manera muy simple y esquemática, pasa como la cultura

nos

digiera:

tu

deber

es

obedecer; tu lugar es el de la obediencia. La

cultura

aparece

pues

como

el

substrato imaginario e institucional que sostiene

las

relaciones

sociales

establecidas, sus estructuras, sus mallas institucionales.

También,

puede

convertirse en el substrato que sostiene el fenómeno del autoritarismo.

23


Hasta

aquí,

que

todavía

es

poco,

tomando en consideración lo expuesto, se puede anotar que las tesis que apuntan a explicar

el

autoritarismo

como

un

fenómeno que se desvía de lo instituido quedan levitando; sobre todo, cuando caen en la inclinación moral por la culpa, por

culpabilizar;

el

espíritu

culpable.

Como si los personajes referenciales del autoritarismo fuesen los culpables del autoritarismo

que

despliegan.

El

autoritarismo no responde al mal, que es el

mismo

demonio,

oculto

en

este

concepto religioso. El autoritarismo ha sido largamente labrado en los ámbitos de

las

relaciones

estructuras

sociales,

estructurantes,

en

sus

en

las

armaduras culturales.

24


Puede decirse, para escapar de esta generalización, que la democracia – tal como

se

ha

formalizado

e

institucionalizado en la modernidad – precisamente sale de las tradiciones y de las

formas

de

poder

heredadas,

anteriores a la modernidad. Sin embargo, esta escapatoria teórica no es sostenible. La

misma

democracia

formal,

al

preservar la autoridad y la jerarquía como cimientos de la estructura de la república, contiene también la posibilidad que bajo determinadas condiciones se genere el autoritarismo. Aunque se puede aceptar que la democracia es la que obstaculiza

la

generación

del

autoritarismo.

¿A

dónde

vamos

con

todo

esto?

Adelantándonos, apuntamos a la crítica 25


deconstructiva

de

la

cultura,

de

las

relaciones sociales, de la autoridad, de la jerarquĂ­a, incluso del mando.

26


Hipótesis teóricas hacia una Crítica

deconstructiva

formaciones

discursivas

estructuras

prácticas

de

las

y

las

de

los

autoritarismos

1. Las relaciones sociales no solo son prácticas,

recurrentes

tampoco composiciones composiciones

solo y

o

nuevas;

asociaciones, combinaciones

dadas

por

asociaciones, como dijimos;

de las

mucho

menos son lazos, como supone la sociología, de manera figurativa; sin embargo, esta metáfora dice mucho en lo que denota y connota. Las relaciones

sociales

internalizadas,

forman

están parte

de

esquemas de comportamiento y de 27


conductas, inclusos de maneras de pensar. Las relaciones sociales hacen al mundo social. 2. Las relaciones sociales son cultura, economĂ­a,

polĂ­tica,

en

ejercicio.

Contienen en su seno, por asĂ­ decirlo, las posibilidades operatorias de las prĂĄcticas mismas sociales.

3. Las relaciones de poder se realizan en las

relaciones

sociales,

que

las

contienen. En parte el secreto del poder

se

halla

en

las

estructuras

estructurantes y en las composiciones fundamentales

de

las

relaciones

sociales. Se puede decir que el poder anida en las relaciones sociales.

28


4. El

fenómeno

comúnmente

autoritarismo,

también

llamado

se

halla

incubado en las relaciones sociales.

5. En

el

caso

del

autoritarismo,

las

culturas signadas por las tradiciones patriarcales son terrenos fértiles donde germina el autoritarismo. 6. Las

culturas

propensas

autoritarismo

conforman

composiciones simbólicas,

al

fundamentales

alegóricas,

míticas

y

narrativas, definiendo el centro del imaginario

cultural

en

la

figura

inaugural del gran padre, el patriarca de todos los tiempos, el varón por excelencia,

el

masculino

por

antonomasia, la virilidad suprema. Las religiones monoteístas son las que 29


mejor

expresan

esta

narrativa

patriarcal.

7. Con la supuesta desacralizaciĂłn, tesis sociolĂłgica

de

la

modernidad,

las

narrativas modernas no han salido de las tramas patriarcales. Al contrario, las han restablecido en las narrativas modernas; moderna,

la

novela,

las

ciencias

la

filosofĂ­a

humanas

y

sociales. Las narrativas polĂ­ticas son elocuentes en las nuevas figuras y tramas patriarcales modernas. 8. La herencia y la continuidad patriarcal, en

otras

modernas, distribuida

tramas

y

narrativas,

presenta las

figuras

de

las

manera

patriarcales,

menos condensadas y densas que las figuras patriarcales de las religiones 30


monoteístas;

empero,

más

proliferantes.

9. Esta

proliferación

patriarcal,

en

la

variedad de sus tonalidades y formas, sostiene

también

la

variedad

proliferante de las figuras y formas del autoritarismo, desde

en

distintas

micro-escalas

hasta

escalas; macro-

escalas. 10.

La aparición de formas autoritarias

políticas en las sociedades regidas por la democracia formal, las repúblicas, muestra claramente que la democracia institucionalizada no ha salido de las esferas definidos

y por

horizontes-culturales las

estructuras

estructurantes patriarcales. De manera más evidente se nota este anclaje en 31


el

patriarcalismo

en

otra

ideología

moderna, la socialista; ideología que condensa figuras fuertes patriarcales en

los

lideres

y

“revolucionarios”. socialismo

caudillos

Liberalismo

son

las

dos

y

grandes

narrativas del patriarcalismo moderno.

11.

De

una

manera

barroca

se

presentan las figuras patriarcales en la ideología populista. En este caso, los patriarcas, hasta

símbolos

endiosados,

apología

del

“revolución”,

no

enaltecidos son

conductor algo

que

y

solo

la

de

la

puede

apreciarse en las exposiciones de la estética del realismo socialista, sino que los caudillos nacional-populares aparecen encarnaciones

como

si

mesiánicas.

fuesen En 32


consecuencia,

lo

barroco

de

la

expresiรณn es esta combinaciรณn entre la memoria

religiosa

y

la

promesa

populista, incluso, en algunos casos y recientemente, la promesa socialista. 12. se

Se puede decir que lo anterior mรกs refiere

a

las

posibilidad

condiciones

culturales

autoritarismo.

Las

posibilidad

condiciones

sociolรณgicas

de del de del

autoritarismo tienen que ver con las instituciones sociales constituidas e institucionalizadas por el Estado.

13.

Las

condiciones

culturales

y

de

posibilidades

sociolรณgicas

del

autoritarismo como que articulan, en los

nudos

de

sus

tejidos,

las

33


condiciones de posibilidad políticas del autoritarismo. 14.

En gran parte del transcurso de la

modernidad, la política era un asunto de hombres. Las luchas feministas por la

igualdad,

suponiendo

la

primero

política,

igualdad

jurídica,

politizaron el referente, hasta entonces pasivo, de la mujer. Politizando sus prácticas, sus quehaceres, sus formas corporales y sus formas expresivas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que

ésta

es

una

política

de

emancipación o, si se quiere, política en pleno sentido de la palabra; no la política, en sentido restringido, como la democracia formal.

34


15.

La

interpelación

feminista

ha

logrado poner en evidencia el mito masculino, afincado en el paradigma patriarcal

heredado.

Ha

logrado

cuestionar las pretensiones machistas, en lo que respecta a la diferencia instituida

de

perspectiva

género.

ha

dado

En

esta

apertura

al

ejercicio de prácticas democrática de mayor alcance que el ejercicio de la democracia institucional. Sin embargo, el

sistema-mundo

estructurado patriarcales.

en En

político los

sigue

cimientos

consecuencia,

los

autoritarismos siguen proliferando.

35


Genealogías

modernas

de

los

autoritarismos

Hemos dicho que la autoridad no es inmediatamente

ni

exactamente

autoritarismo, ni lleva necesariamente al autoritarismo;

el

autoritarismo

corresponde al uso excedentario de la autoridad.

Este

uso

excedentario

adquiere no solo características privadas, el uso de la autoridad para beneficio privado, no solo implica la imposición de una

voluntad

personal

por

sobe

la

voluntad general, sino que a este uso excedentario se lo unge de simbolismos que lo legitiman imaginariamente, por así decirlo. Los mitos, la ideología, el sentido común,

juegan

su

papel

legitimación

imaginaria

excedentario.

Ocurre

como

en del que

esta uso las 36


prácticas asociadas a la reproducción de los mitos, de la ideología, del sentido común, conformen otras reglas fuera de las reglas constituidas institucionalmente. Por ejemplo, estas reglas tienen

que

ver

con

imaginarias

que

se

excedentarias

las le

atribuciones

otorgan

a

la

autoridad; la figura de una especie de mesías es de las atribuciones imaginarias repetidas por pueblos, que encuentran la encarnación de la promesa en un líder, en un caudillo. Otro ejemplo es cuando se figura al conductor o al ideólogo como la encarnación misma de la “revolución” en marcha. Algo parecido a la figura de mesías de los caudillos populistas, sin embargo, distinto por su modulación más moderna, más abstracta e instrumental. Entre los dos casos, el de la convocatoria del mito, la del caudillo, y el de la convocatoria ideológica, se puede citar un 37


tercer ejemplo, el del jefe, que encarna el espíritu de la nación. En este caso, la figura es mixta, responde por analogías a la convocatoria del mito, al símbolo del caudillo, combinada por analogías con la convocatoria ideológica, con el significado iluminista del ingeniero social. En este caso

funciona

imaginaria

una

como

legitimación

ideología

menos

elaborada, más elemental, atiborrada por mitos.

En los tres casos mencionados, como ejemplos, patriarca

el es

paradigma elocuente.

paradigma

patriarcal

proliferación

de

cultural ¿Por

qué

sustenta

autoritarismos,

del el la

sobre

todo de los autoritarismos en los de modos de gubernamentalidad totalitarias? ¿Qué tiene el paradigma patriarcal para 38


que esto ocurra? Hay que aclarar que cuando

hablamos

del

paradigma

patriarcal no nos referimos a la pluralidad de perfiles de padres concretos; en la realidad efectiva la pluralidad de perfiles de padres responde a multiplicidad de procesos culturales, sociales, económicos, articulados períodos Hablamos

de y

manera

contextos del

singular

en

determinados.

imaginario

simbólico

aterido en las subjetividades sociales, colectivas,

populares.

Este

imaginario

concibe un padre simbólico no solo como autoridad

familiar

sino

con

derecho

consuetudinario a ser autoritario. Este autoritarismo

es

valorado

como

indispensable y necesario, además de apreciado como bueno. Parece que este padre simbólico tiene como substrato el imaginario religioso del Dios monoteísta, más cerca de Jehová que del perfil del 39


Dios cristiano, mucho más lejos del Dios más abstracto musulmán.

Jehová hasta

llega

en

a

ser

iracundo;

el

viejo

testamento Jehová aparece, en varios pasajes,

despiadado

en

el

castigo,

exigente en las pruebas, que se vuelven supremas, aunque también aparece, en otros pasajes, como misericordioso.

El

padre

simbólico

del

paradigma

patriarcal es como una mediación de Dios en

la

tierra;

aparece

como

absoluta

autoridad, además con plenos derechos al castigo

y

a

autoritarismo

las

exigencias;

es

su

prácticamente

sacralizado, pues su potestad es de todo poderoso,

aunque

pequeña,

en

una

comparándolo

con

escala la

omnipresencia de Dios. ¿Por qué esta aproximación

del

imaginario

patriarcal 40


con el imaginario religioso? ¿Por qué se unge

al

padre

imaginado

con

estos

simbolismos absolutos? Los atributos del padre simbólico no se los busca en el derecho familiar, sino en los atributos divinos.

Este

acercamiento

imaginario

puede demandar lo mismo que la religión demanda;

la

fe,

la

entrega,

la

servidumbre, la obediencia. Como decían los críticos iluministas, lo repetimos para ilustrar,

que

en

estas

relaciones

de

dependencia absoluta no entra la razón sino la creencia.

Por otra parte, para seguir situándonos, no es exactamente en las familias donde se pone en juego este imaginario del padre absoluto, aunque se lo haga de manera matizada, sino, mas bien, en los ámbitos sociales, sobre todo donde se 41


ponen en juego las relaciones del poder, en escala nacional. Donde se insiste, figurativamente,

sobre

los

atributos

absolutos del patriarca es en la política. Se exige al pueblo fe, creencia ciega, entrega, obediencia, sumisión, ante el caudillo, el líder o el jefe. Incluso cuando se trata del despliegue de la ideología, aunque

las

formaciones

discursivas

desenvueltas en la ideología pretendan cierta exposición “racional”, la demanda de obediencia y sumisión, abnegación y entrega,

no

argumentación,

emerge sino

de

de la

esta

recóndita

trama del mito.

La primera consecuencia que sacamos, de manera hipotética e interpretativa, de lo expuesto, es que lo que se denomina autoritarismo, como fenómeno político 42


peculiar,

no

individuales,

responde psicológicos,

a

factores

carismáticos,

como el análisis político se inclina a explicar;

tampoco

se

explica

por

transgresiones a la institucionalidad y a la Ley; así como a suspender el Estado de Derecho; que son otras interpretaciones del análisis político. Sino que tiene raíces en el subsuelo mismo de la cultura.

En las historias políticas de la modernidad no es un fenómeno general el de la forma de

gubernamentalidad

autoritaria;

tampoco son una excepción en la regla; sino que se dan en momentos de crisis múltiple del Estado-nación. Siendo, mas bien, la expresión misma de la crisis política, que se encubre con la máscara la autoridad autoritaria suprema, con la pretensión de

salvar

al Estado

y

la 43


nación. Esto no quiere decir que en los demás casos no se da el autoritarismo; en los demás casos no se da en la forma desmesurada tal como se presenta en la forma de gubernamentalidad autoritaria. Sin

embargo,

matizadas

en

aparece las

en

repúblicas,

formas que

se

presentan como ejemplo del respeto a la institucionalidad y a la Constitución. Se puede hablar, en estos casos, de una especie

de

autoritarismo

burocrático;

autoritarismo solapado, que se encubre en el manejo de la institucionalidad y de las

leyes

de

esquemática

una

manera

leguleya,

e

indiscutible;

la

interpretación correcta es la que da el gobierno y los poderes del Estado. Sin embargo, en estas situaciones se puede acudir

a

apelando

los y

tribunales

pidiendo

el

competentes, cumplimiento

adecuado de las leyes, la Constitución y 44


los

Convenios

estos

Internacionales.

mecanismos

obstaculizan

el

de

la

Quizás

república

surgimiento

de

la

emergencia política ante la crisis de la forma de gubernamentalidad autoritaria; empero,

las

repúblicas

no

dejan

de

acudir, cuando pueden y es necesario al autoritarismo burocrático.

La segunda observación que hacemos es que

el

denominado

fenómeno

del

autoritarismo no puede atribuirse solo a la

forma

de

gubernamentalidad

autoritaria, que incluso, en ciertos casos, deriva en la forma de gubernamentalidad totalitaria, sino que debe ser atendido y estudiado abarcando

en a

toda las

su

cobertura,

formas

de

gubernamentalidad liberales y las formas de

gubernamentalidad

neoliberales, 45


además, claro está, de las formas de gubernamentalidad

conservadoras.

De

esta manera tendríamos un panorama completo, donde se desenvuelven y se despliegan las proliferantes formas del autoritarismo,

en

distintos

grados

y

niveles.

Por otra parte, hay que atender a las situaciones donde incluso los tribunales competentes,

nacionales

internacionales,

e

responden

a

las

denuncias, demandas y apelaciones de la misma

manera

burocrático;

que

el

asumiendo

autoritarismo los

Derechos

Humanos o los Derechos Internacionales establecidos,

de

una

esquemática,

acudiendo

manera a

una

interpretación leguleya indiscutible. Esto lo hacen ante determinados problemas 46


que

se

presentan;

por

ejemplo,

los

Derechos de los Pueblos Indígenas; a pesar que ya se cuenta con la Declaración sobre

Pueblos Indígenas de

Naciones

Unidas. Las resoluciones al respecto son, en el mejor de los casos tibias; en otros casos, inútiles o declarativas; en el peor de los casos, mudas. Esto también lo hacen en lo que respecta a la crisis ecológica, llamada “Cambio Climático”; a pesar de que la vida humana en el planeta y la vida de los ecosistemas está en peligro, el comportamiento de los Tribunales Internacionales, de la ONU y la conducta

de

los

organismos

internacionales competentes es de una pasmosa

apatía.

Algo

parecido

pasa

cuando se constatan atropellos contra pueblos y naciones agredidas. Hay más ejemplos, pero no se trata de hacer una lista larga, sino de anotar esta situación. 47


Cuando estamos ante esta situación nos hallamos

dentro

del

autoritarismo

solapado globalizado.

La tercera observación anota que

el

fenómeno del autoritarismo no es un fenómeno circunscrito a la forma de gubernamentalidad autoritaria, tampoco a la forma del autoritarismo burocrático, sino que es un fenómeno globalizado, atendiendo

a

sus

diferentes

grados,

niveles, intensidades de manifestación.

Ahora bien, ¿este fenómeno proliferante de formas excedentarias del uso de la autoridad es adecuado nombrarlo como autoritarismo?

Considerando

la 48


interpretación expuesta, el fenómeno del autoritarismo corresponde a substratos histórico-culturales heredados, substratos que sostienen los planos de intensidad cambiantes de la modernidad. En este sentido nos retrotraen a los nacimientos genealógicos forman parte

del

autoritarismo,

de las

que

genealogías del

poder. El autoritarismo en sus formas más desmesuradas y descomunales nos muestra el origen de la institucionalidad, de la Ley, incluso de la república, que es el de la fuerza, de la guerra inicial, de la guerra de conquista. El autoritarismo devela el origen del Estado, el Estado de Sitio.

Se

vuelve

a

las

formas

descarnadas del poder, desgarrando las formas institucionales, jurídicas, políticas, del

poder

constituido

e

instituido,

incluyendo a la república.

49


Nuestra tesis es que el autoritarismo muestra el vórtice del círculo vicioso del poder. Que las formas institucionales del poder han legitimado las dominaciones polimorfas

en

las

estructuras

constituidas; que la república, a pesar de la democracia institucionalizada, tampoco escapa a la vorágine mutante del círculo vicioso del poder. Que las formas de Estado del llamado socialismo real son también otra muestra de la pertenencia a las mutaciones del círculo vicioso del poder. La diferencia radica en que la democracia república, instrumentos

institucionalizada, recurre

a

los

institucionales,

la

mismos a

la

Constitución, a la Ley, para preservar, sobre todo, para reproducir el poder; cuando la república se encuentra en 50


peligro ante la rebelión social, el Estado moderno

recurre

declaración

del

legalmente

Estado

de

a

la

Sitio,

por

razones de seguridad. En cambio los socialismos reales instauraron un Estado policial,

para

proteger,

defender

y

garantizar el curso de la “revolución”. En otras palabras, se vive en un permanente Estado de Sitio, defendiendo el Estado socialista contra la sociedad alterativa. Las

formas

de

gubernamentalidad

clientelar, las relativas a los populismos, usan la república como escenario de la convocatoria del mito, usan la autoridad, la

Constitución,

las

leyes,

las

instituciones, de la manera excedentaria de modo permanente.

Tampoco

parece

totalitarismo,

adecuado

como

lo

hablar

hace

de

Hannah 51


Arendt, en sus excelentes exposiciones y análisis sobre el tema, centrando su enfoque en las experiencias contrastantes del

estalinismo,

la

forma

de

gubernamentalidad del socialismo real, y del

nacional

socialismo

alemán,

más

conocido como partido nazi.

Se puede

considerar

como

al

totalitarismo

el

autoritarismo absoluto, cuya desmesura alcanza la totalidad de su manifestación, al abolir la libertad y toda posibilidad de disenso, suspendiendo las formas de la democracia

institucionalizadas.

Sin

embargo, no hay que olvidar que tanto el autoritarismo como el totalitarismo se hallan como posibilidad inherente en las formas

de

gubernamentalidad

establecidas en la historia política de la modernidad. El término totalitarismo es, mas bien, una metáfora teórica de la pretensión desmesurada y obsesiva de 52


control absoluto, de vigilancia completa, de disciplina plena, de parte de del poder. El concepto de totalitarismo no llega a explicar

el

fenómeno

político

desmesurado que alude; aunque pueda describirlo

de

manera

exhaustiva

y

minuciosa.

Es menester insertar el fenómeno de los autoritarismos proliferantes, remarcando, si se quiere, los autoritarismos políticos desmesurados, insertar el fenómeno de los totalitarismos, que son la extensión e intensificación

absoluta

autoritarismos, composiciones

de

como y

los partes,

manifestaciones

sintomáticas del círculo vicioso del poder, con

todos

sus

múltiples

estructurantes, institucionalizados

procesos

estructurados, y

en

decadencia. 53


Comprender

sus

desenvolvimientos

y

despliegues como formas perversas del círculo vicioso del poder. No se pueden aislar

estos

fenómenos

políticos

desmesurados del conjunto variado de formas políticas, formas de Estado, sobre todo, tratándose de los Estado-nación y de la república. Genealógicamente no están disociados, ni separados, ni son algo distinto, sino que forman parte, con el conjunto de estas formas de poder institucionalizadas,

de

la

reproducción

misma del poder, del devenir del poder, que

compone,

combina,

muta

sus

diagramas de poder y sus cartografías políticas.

54


Conclusiones

1. El

denominado

autoritarismo

y

su

extensión intensiva y demoledora del totalitarismo

no

son

fenómenos

aislados en el acontecer político ni tampoco

aislables

en

el

análisis;

cartografías

forman

parte

de

las

políticas

y

las

genealogías

de

del

poder. Se puede decir que son como la erupción misma de la crisis política y de la crisis múltiple del Estado-nación. 2. El fenómeno político del autoritarismo afinca sus raíces en la cultura. La cultura es el substrato que legitima las estructuras de poder establecidas; lo hace a través de símbolos heredados, de

mitos

que

hacen

al

mundo

55


imaginario, de alegorías que son los hilos de la trama trágica y épica.

3. El mando, la jerarquía y la autoridad corresponde a distinciones sociales en la

organización

y

funcionamiento

sociales; sin embargo, son también los lugares donde germina la genealogía del autoritarismo. 4. Las relaciones sociales contienen la posibilidad

del

autoritarismo,

sobre

todo se realiza esta posibilidad en la proliferación

de

autoritarismos

en

distintos niveles y graduaciones en los mapas extendidos por la sociedad.

5. Se

puede

hablar

del

paradigma

patriarcal como modelo fundamental, 56


modulador

de

las

conductas

y

comportamientos sociales; paradigma que opera en los imaginarios sociales, en la cultura, también en la ideología. El

paradigma

patriarcal

hace

de

estructura codificante y estructura decodificante;

funcionando

como

heurística y hermenéutica legitimadora de las dominaciones polimorfas. 6. El paradigma patriarcal se transfiere a otras narrativas en la modernidad, donde aparece de manera matizada y hasta función

enmascarada; legitimadora

empero, sigue

la

siendo

efectiva.

7. La realización y manifestación más evidente

del

diagrama

de

poder

patriarcal aparece en la convocatoria 57


del

mito

de

la

forma

de

gubernamentalidad populista, también en la forma gubernamental del Estado policial, aunque en este último caso funciona

más

pretensiones

la

ideología,

“racionales”,

que

con los

mitos e imaginarios tradicionales. 8. Las luchas emancipadoras, entre ellas las luchas feministas, han cuestionado la ideología dominante, así también el imaginario

cultural

del

paradigma

patriarcal, deconstruyéndolo en parte; sin

embargo,

el

paradigma

sigue

vigente, inscrito en los esquemas de comportamiento y conductas sociales.

58


Bibliografía

Arendt, Hannah: Los orígenes del totalitarismo. Taurus; Madrid 1998. ¿Qué es la política? Paidós; Barcelona 1997. CLACSO: Nación y nacionalismo en América Latina. Jorge Enrique Gonzáles (Editor). CLACSO; Buenos Aires 2007. De Oro Gutiérrez, Andrés C.: Hugo

Chávez

Venezuela

en

revolucionario

y el

el

autoritarismo

marco

del

bolivariano

en

proceso (PRB).

Monografía de grado presentada como requisito

para

Internacionalista

optar en

al la

título

de

Facultad

de 59


Relaciones

Internacionales

de

la

Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Universidad colegio mayor de nuestra señora del rosario facultad de relaciones internacionales; bogotá, d.c octubre de 2005. Giroux, Henry A.: El

nuevo

autoritarismo,

la

pedagogía

crítica y la promesa de la democracia. Revista Electrónica Sinéctica.

Instituto

Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente; Jalisco 2006. Lévi-Strauss, Claude: Mítológicas;

Tomos

I-IV.

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XXI;

México 1976. Prada Alcoreza, Raúl: Acontecimiento político. Amazon; Seattle 2014. También en la serie Cuadernos 60


activistas. Amazon; Seattle 2017. Círculo vicioso del poder. Amazon; Seattle 2016. Crítica de la ideología. Amazon; Seattle 2015. El lado oscuro del poder. Amazon; Seattle

2016.

Amazon;

La

Seattle

ilusión 2016.

del

poder.

La

paradoja

conservadurismo-progresismo.

Amazon;

Seattle 2015. Paradojas de la revolución. Amazon;

Seattle

2015.

Encrucijadas

histórico-políticas. Amazon; Seattle 2015. Imaginación Amazon;

e

imaginarios

Seattle

radicales.

2015.

Episteme

compleja. Amazon; Seattle 2015. Secretaria de Cultura. Presidencia de la Nación: América

Latina,

horizontes.

200

200

años

años

y

nuevos

Bicentenario

Argentino; Buenos Aires 2010.

61


Sarsfield, Rodolfo: La democracia controvertida. Debates y acuerdos

en

la

teoría

democrática

contemporánea. CLACSO; Buenos Aires 2006.

62


Descripción

de

los

delitos

constitucionales del “gobierno progresista”

63


En la actualidad muchos debates políticos son insólitos, no por lo extraños, sino por lo insulsos. Temas que deberían estar resueltos institucionalmente por su clara referencia

constitucional,

no

lo

están

debido a los argumentos leguleyos de la politiquería, de por sí trivial. Ciertamente, estos argumentos leguleyos no se los emiten por descuido o desorientación de los voceros, sino por íntimo interés del poder o de los que se aposentan en el poder. Lo que llama la atención es que los medios de comunicación, además de los involucrados en la clase política, de los distintos partidos, incluyendo a los llamados de la “oposición”, los toman en serio. Uno de estos debates es el que tiene

que

presidente,

ver

con

la

convertida,

reelección en

el

del

delirio

oficialista, en reelección indefinida.

64


La Constitución aprobada por el pueblo Boliviano, que es la que termina valiendo, pues es el texto constitucional aprobado por amplia mayoría del pueblo, cuando fue

refrendada,

después

de

su

“corrección” por el Congreso, convertido por

voluntad

“Congreso

gubernamental,

en

Constituyente”,

dice

claramente una reelección, no más, de manera

continua.

Sin

embargo,

el

gobierno, el MAS, la masa elocuente de llunk’us cuestiona la interpretación clara y directa de la Constitución, al mentar a la “voluntad del constituyente”, voluntad que no tomaron en cuenta al momento de

“revisar”

la

Constitución

Congreso,

en

mutuo

oficialismo

y

oposición.

progresista”

promovió

acuerdo un

El

en

el

entre

“gobierno referéndum 65


para

reformar

objeto

la

declarado

Constitución, era

habilitar

cuyo al

presidente a una nueva reelección. Perdió el referéndum. Después de la derrota el argumento oficialista es que hubo una campaña

“mentirosa”

contra

el

presidente, respecto a un hijo indilgado y a un amorío reconocido; por eso, se dice, sin ruborizarse, que ese referéndum no vale. Como se puede ver, este argumento no tiene asidero ni es sostenible, se lo mire por donde se le mire. Lo que muestra, es más bien, la poca moral y el escaso valor de los que perdieron el referéndum.

Ahora vuelven a la cantaleta, pero esta vez no exigen un nuevo referéndum, lo que tampoco se podría legal, institucional y constitucionalmente hacer, una vez que 66


se dieron los resultados del anterior referéndum. La supuesta “astucia”, que de

astucia

sombra,

no

es

tiene

sino

consultarle

la al

sórdida Tribunal

Constitucional para que el dirima sobre el pedido de anulación de artículos de la Constitución y de la Ley electoral. Esta propuesta, sacada de los cabellos, es la caspa

del

oficialismo,

que

delata

la

enfermedad de la caída de la pelambre. No hay por donde tomarla en serio, salvo como anécdota de la estupidez política. Sin embargo, los medios de comunicación y la clase política la toma en serio; además, claro está, de los órganos de poder

del

Estado

cooptados

por

el

ejecutivo. Sin embargo, a pesar de lo anecdóticamente escabroso, el Congreso ha justificado el envío de semejante consulta y el Tribunal Constitucional la ha

67


asumido;

lo

que

habla

de

la

poca

seriedad de ambos órganos del Estado.

Ahora, a pesar de que ya escribimos a propósito,

volvemos

semejante

tema

a

referirnos

a

anecdóticamente

escabroso; lo haremos acudiendo a una descripción de los hechos.

Vino la propuesta de reelección indefinida del ejecutivo, del MAS; es decir, de parte de los constituyentes de la bancada del MAS. Había temas más importantes como la

transversal

Plurinacional;

estructural empero,

al

del MAS

Estado no

le

interesaba eso. Fue el Pacto de Unidad, que

en

ese

entonces

contaba

con

verdaderos dirigentes, correspondientes a las luchas desatadas de la movilización 68


prolongada

(2000-2005),

los

que

llamaron al estadio de Sucre a los del MAS,

para

exigirles

el

cumplimiento

respecto al documento sobre el EstadoPlurinacional y Comunitario, documento que entregó el Pacto de Unidad, después de haber discutido durante casi tres años. Sin embargo, las comisiones del MAS nunca

leyeron

el

documento.

Ante

todavía la fuerza que constituían las organizaciones sociales, recordándoles a los del MAS que eran Instrumento Político de las Organizaciones Sociales, el MAS cedió, dejo provisionalmente en suspenso su nacionalismo chauvinista y aceptó poner en la Constitución lo del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. El artículo mentado llegó con la propuesta del

MAS,

en

lo

que

respecta

a

la

Organización Institucional del Estado, con el artículo sobre la reelección indefinida. 69


No se discutió este artículo; fue llevado y admitido en la Constitución aprobada por la Asamblea Constituyente en Oruro.

Sin embargo, volviendo a violar al Poder Constituyente – que esta sobre cualquier Poder Constituido -, que se expresaba en la Asamblea Constituyente, el gobierno, sobre todo, dirigido y encausado, en lo que respecta a la Constitución por el Vicepresidente,

decidió

inconstitucionalmente Congreso

en

convertir

Asamblea

al

Legislativa

Constituyente. Los tres Carlos – Carlos Alarcón, Carlos Börth y Carlos Romero -, apoyados por todas las bancadas del Congreso,

revisaron

la

Constitución

aprobada por la Asamblea Constituyente. Cambiaron

los

artículos

que

les

interesaban, para lograr un acuerdo de 70


los partidos en el Congreso. Lo que tocaron,

los

artículos

modificados,

retrocedió, en lo que respecta a los alcances

logrados

por

la

Asamblea

Constituyente, que todavía era como la irradiación de la movilización prolongada (2000-2005). Sin embargo, no afectaron la estructura nuclear de la Constitución, la que tiene que ver con el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. No porque no quisieron, sino porque no se dieron cuenta. Solo con el conflicto del TIPNIS, el “gobierno progresista” se dio cuenta

que

tenía

implementar

su

candados

modelo

para

extractivista

colonial del capitalismo dependiente. Es cuando le vino a la cabeza al “Jacobino” que

se

debería

constitucional, domesticar,

hacer para

una

reforma

docilizar

subordinándola

al

y

modelo

71


extractivista, a la Constitución aprobada por el pueblo boliviano.

El tema es que si bien la Asamblea Constituyente aprobó, en Oruro, lo de la reelección ninguna

indefinida, manera,

no

el

siendo,

artículo

de más

importante, ni mucho menos, lo cierto es que, después de la revisión usurpadora del Congreso, el pueblo boliviano aprobó por

amplia

mayoría

la

Constitución

presentada. Si se quisiera hacer una reforma constitucional - se dice que para habilitar

al

reelecciones, principal sino

Presidente lo

que

preocupación

volver

a

renovadas

tampoco del

es

la

“Jacobino”,

a la Constitución en un

instrumento dócil para favorecer a las empresas

trasnacionales

del

extractivismo -, se tendría que revisar 72


todas las

modificaciones

Congreso,

para

lograr

que

hizo

el

un

acuerdo

multipartidario. De esto, ni se habla.

Lo que hacen el MAS, el gobierno y todos los órganos cooptados del Estado, es un múltiple

delito

democrático.

constitucional

Desacata

lo

que

y ha

aprobado el pueblo boliviano al votar mayoritariamente por la Constitución; no respeta

el

voto

contra

la

reforma

constitucional, que pretendía el MAS, cuando ganó el NO; transfiere la decisión de la Asamblea Constituyente, respecto a la Constitución, y la decisión del pueblo boliviano,

con

Constitución,

a

la

aprobación

órgano

de

la

incompetente;

impone despóticamente la transferencia de

una

“decisión”

incongruente,

no

institucional e inconstitucional, al Tribunal 73


Constitucional,

que

no

tiene

competencias ni atribuciones para tomar esa

“decisión”;

la

de

la

reelección

indefinida. Estamos ante la tiranía de la estructura de poder palaciega.

Se podría decir que el único avance positivo logrado, post-aprobación de la Constitución,

es

la

elaborada

en

Cochabamba, por parte operativa de las prefecturas departamentales; es el tema que quedó pendiente, en la Constituyente y posteriores acuerdos congresales, de las

competencias

autonómicas

y

su

vinculación con las otras competencias exclusivas,

privativas,

concurrentes

y

compartidas. El acuerdo de Cochabamba logró llenar este vacío, definiendo el reparto, la composición y combinación de las

competencias;

haciendo

un 74


entramado de competencias complejo y enriquecedor. Es cuando las autonomías, en el contexto del pluralismo autonómico, adquirieron competencias fortalecedoras; sobre

todo,

las competencias

de

las

autonomías indígenas.

Un

ideólogo

de

departamental”

pide

constitucional “autonomía

para

la

“autonomía una

reforma

empoderar

departamental”,

la pues

considera que esta autonomía es, mas bien,

la

preservación

del

centralismo

estatal. El ideólogo confunde la Ley Marco de Autonomías, que nada tiene que ver con la Constitución, con el entramado de competencias autonómicas;

mas bien,

tiene

vulneración

que

ver

con

la

constitucional y el desconocimiento

y

descalabro taxativo de las competencias 75


autonómicas.

Cae

“autonomista”

en

el

el

ideólogo

mismo

desatino

oficialista al pedir reforma constitucional para fortalecer las autonomías. No se puede hacer una reforma constitucional por lo que se le ocurre a cada quien, de la clase política y del estrato de los ideólogos, cuando la Constitución no ha sido aplicada, sino, mas bien, vulnerada, desmantelada, no cumplida. De lo que se trata es hacer respetar la Constitución y su entramado de competencias.

Ahora

vamos

anteriores, coyuntura,

a

citar

dos

correspondientes donde

expusimos

artículos a

otra

nuestra

posición al respecto de las competencias autonómicas

y

la

crisis

del

llamado

“proceso de cambio”.

76


77


La comparsa “autonómica”

78


No es difícil demostrar que los “estatutos autonómicos” no tienen nada que ver con la Constitución; por lo tanto, con el Estado

plurinacional

comunitario

y

autonómico. Ya lo hicimos en anteriores escritos1. No vamos a volver sobre esto; lo que importa ahora, es explicarse el por qué, a pesar de todo, se insiste en aprobar

cartas

autonómicas

que

no

cumplen con la Constitución, que no han sido

deliberadas

participativamente,

como demanda la Constitución, que son impuestas por la autoridad y el abuso de mando de un gobierno populista. Vamos a tratar de describir los mecanismos de este engranaje condenado que embarca al gobierno progresista a no solo un montaje grotesco, sino a una usurpación 1

Ver de Raúl Prada Alcoreza Autonomicidio; también Autonomía y descolonización, así mismo Descolonización y transición. Dinámicas moleculares; La Paz 2013-2015. El último, publicado por Abya Yala; Quito.

79


de

los

derechos

participativos

de

precedentes;

a

la

democráticos población,

una

sin

comparsa

“autonómica”

La secuencia, si podemos hablar así, por lo menos ilustrativamente, es larga; el desarrollo legislativo gubernamental no corresponde a la Constitución, aprobada por el pueblo, sino a la herencia de la anterior Constitución liberal. Ya la Ley Marco

de

Autonomía

es

un

desmantelamiento de la Constitución, en lo que compete a este tema, relativo a los gobiernos autonómicos, en los distintos niveles territoriales. Esta ley no solo ha cerrado

la

posibilidad

de

establecer

autonomías, como manda la Constitución, según el entramado de sus competencias, sino que se ha mantenido el mismo 80


régimen centralista financiero nacional del

Estado-nación;

se

ha

negado

desesperadamente a abrirse a un sistema financiero

comunitario

y

autonómico,

además de plurinacional. ¿Qué es lo que requieren después de haber negado la posibilidad institucional a las autonomías? Terminar de plasmar esta usurpación, esta

abolición

de

los

derechos

autonómicos y de sus competencias.

Las estructuras de poder vigentes; para decirlo

ilustrativamente,

metafóricamente, el poder económico y el poder político, se han coaligado para imponer

las

“autonomías”

que

les

conviene; es decir, limitando todo lo que se pueda a las autonomías, manteniendo el control de sus regiones y del país. Si tomamos

en

cuenta

el

estatuto 81


autonómico de La Paz y el estatuto autonómico de Santa Cruz, ambos, uno respondiendo al poder político, el otro, respondiendo al poder económico, han impuesto

estatutos

que

convienen

al

interés de la clase política dominante y de la burguesía agroindustrial. El pueblo boliviano ha sido burlado en sus anhelos y esperanzas emancipadoras.

Lo grave de todo esto, es que a la convocatoria al referéndum por las cartas orgánicas van asistir una mayoría que avalará, por el hecho de asistir a esta comparsa, la usurpación de sus derechos democráticos fenómeno

y

autonómicos.

corresponde,

como

Este dijimos

antes, al deseo del amo. También al conformismo;

quizás

también

a

no

encontrar alternativas y salidas. Los y las 82


que voten son cómplices de la renuncia a la autonomía, a la participación, a los derechos

democráticos

de

denomina la Constitución

lo

que

Sistema

de

Gobierno Pluralista, de la democracia participativa,

directa,

comunitaria

y

representativa.

Si

bien

convoca

la a

denominada votar

llamamiento,

por

por

“oposición”

el

los

No,

este

resultados

estimados, también avalará la usurpación de la voluntad de las naciones y pueblos. Oposición que para nosotros, no es otra cosa

que

un

aditivo,

aparentemente

opuesto, al gobierno; sin embargo, hace de

complemento

gubernamentalidad

al

poder

populista,

de

la

bajo

la

83


sombra del caudillo2. ¿Es posible salir de este círculo vicioso del poder?

A pesar de que se pueda demostrar la razón de la crítica a semejante violencia institucional, la de la expropiación de la voluntad popular, por medio de esta comparsa

autonómica,

¿de

qué

sirve

tener la razón, si en el campo político se resuelve por la correlación de fuerzas? No parece tratarse solamente de demostrar que los estatutos no tienen nada que ver con la Constitución, sino que parece prioritario

activar

la

potencia

social,

hundida en lo profundo de los cuerpos múltiples de la gente, después de optar por el conformismo. ¿Cómo hacerlo?

2

Ver de Raúl Prada Alcoreza A la sombra del caudillo. Bolpress; La Paz 2015. Dinámicas moleculares 2015.

84


No

parece

bastar

denunciativo,

que

solo

el

por

discurso

cierto

sirve.

Tampoco, mejorando, el discurso crítico; parece indispensable ir más allá de estos discursos.

Ingresar

a

un

activismo

integral, que interpele el conformismo de la gente y active la potencia social, inhibida.

No

basta

señalar

a

los

gobernantes como responsables de la decadencia del “proceso de cambio”, sino que

es

indispensable

mostrar

la

corresponsabilidad de las mayorías en lo que ocurre. La complicidad se da cuando se deja hacer a los gobernantes lo que quieren

hacer.

Restaurar

el

Estado-

nación, folclorizar el Estado Plurinacional; es decir, disfrazar el anterior Estadonación con máscaras simbólicas; expandir el

modelo

colonial

extractivista

del 85


capitalismo dependiente; preservar las estrategias

clientelares

del

Estado

rentista. Esta tarea, la del activismo integral, parece ser más difícil que las anteriores denunciativas,

formas interpeladoras,

activistas, críticas.

Esta tarea difícil, es la que hay que poder efectuarla, pues, de lo contrario, si no se puede hacer esto, incluso los activismos anteriores, se cae en las redes y mallas del poder, legitimándolo, aunque no se lo quiera.

86


87


Algunas consideraciones sobre los estatutos

De todas maneras, a pesar que dijimos, que no íbamos a volver a la demostración de

la

inconstitucionalidad

de

los

estatutos, vamos a decir unas cuantas cosas;

puntualizaciones

generales. algunos

Sobre

contrastes

autonómicos, analogías

en

todo de un

cómplices

comparativas para los

mostrar estatutos

contexto

de

contra

la

Constitución.

El estatuto de Santa Cruz se distingue del de La Paz porque maneja mejor las competencias

establecidas

en

la

Constitución; La Paz prácticamente ignora estas competencias. Sin embargo, Santa 88


Cruz

lo

hace

de

una

manera

notoriamente segada; toma lo que le conviene al grupo de poder económico, ignora todo lo que no le conviene. Ignora las

competencias

indígenas,

de

además

las

autonomías

de

las

otras

autonomías, las municipales, sobre todo las regionales. La de La Paz obedece a la consigna centralista de un gobierno, que responde a la defensa nacionalista del Estado-nación; pero, también, y esto parece

innecesario,

a

sus

criterios

excesivamente centralistas. Cuenta con el aval

del

gobierno,

hablando

de

las

fuerzas intervinientes; empero, está más lejos

que

la

de

Santa

Cruz

de

la

Constitución, hablando de la estructura de competencias autonómicas.

89


La

de

Santa

Cruz

no

solamente

desconoce las autonomías indígenas y las autonomías regionales, sino que también desconoce la voluntad popular. El poder económico se arroga la representación del pueblo cruceño, al que no ha acudido para consultarle sobre numerables, temas indispensables

para

una

convivencia

democrática en la región. Hace en menor escala, regional, lo que hace el gobierno en mayor escala, nacional. Desconocer el contexto y los marcos jurídico-políticos de la

Constitución;

voluntades naciones desconocer

desconocer

populares, y

regiones. la

plurinacionalidad,

de

las

pueblos,

Sobre

todo,

condición

de

la

condición

comunitaria y la condición autonómica, en su multiplicidad.

90


Esta

situación

de

contrastes

y

de

complicidades, entre los estatutos de La Paz y Santa Cruz, entre el poder político y el

poder

alianza

económico, subrepticia

acuerdo

de

dominación,

nos

muestra

la

entre

ambos,

el

decir,

de

Solo

los

poder; entre

es

ambos.

ingenuos no lo ven; aclarando que estos ingenuos son la masa de llunk’us que obedecen

ciegamente

las

consignas

gubernamentales. Como nunca, en ellos, en esta clase de gente, con la que cuenta todo gobierno, solo que en los gobiernos populistas de una manera masiva, solo que en este gobierno, incluso con algunos pretendidos “bolcheviques” solitarios, no se esfuerzan por argumentar; solo atinan a descalificar de una manera ineficaz y general. Asumiendo, no se sabe por qué, que

son

los

buenos;

es

decir,

los

“revolucionarios”; mientras todos los que 91


se oponen, sean de donde sean, vengan de donde vengan, son “reaccionarios”. Esta

actitud

deportiva,

muestra

no

solamente los niveles de la decadencia de la

política

también

y

de

la

demuestra

“ideología”, la

sino

escasez

argumentativa de este movimiento al socialismo.

Si bien compartimos las preocupaciones, por lo menos parte de ellas, de todos los que convocan a votar por el NO, en el referéndum autonómico, les recordamos que la victoria del nulo en la elección de los magistrados no sirvió efectivamente, pues el gobierno se refugió en su mayoría congresal

para

desconocimiento

legalizar antidemocrático,

un al

validar esa elección anulada por la propia votación. Además de no olvidar

que 92


cuenta con la complicidad sumisa del Órgano

electoral,

que,

a

pesar

de

incorporar “notables”, de otro estilo que los “notables” del periodo neoliberal, no ha corregido su falencia fundamental; su subordinación

y dependencia de las

determinaciones del ejecutivo. El nulo no es lo mismo que el NO, ciertamente; empero, el mapa institucional en el que se mueve esta elección es el mismo mapa, definido por la gubernamentalidad clientelar.

No parece pues una salida efectiva, esto de votar por el NO, aunque logre una victoria simbólica, por segunda vez, sobre un gobierno, un Estado, en verdad, pues están comprometidos todos los poderes del Estado con las relaciones clientelares del gobierno populista. ¿Qué hacer? 93


Nuestra posición ha sido y es la de que estas decisiones deben ser construcciones colectivas. Ciertamente no hay tiempo, fuera de que parece que tampoco hay voluntad de las mayorías para construir decisiones participativas. Sin embargo, no creemos que se deba renunciar nunca a convocar a la construcción colectiva de la decisión política, por lo menos, como pedagogía política. Es posible que sea tarde para esto; sin renunciar a que, los que apuesten a eso, se convoque a votar por el NO, es menester, en lo que respecta

a

los

activistas,

buscar

la

activación de la potencia social. Por otra parte, no olvidar, pase lo que pase, en esta coyuntura, que ¡la lucha continua! ¿Qué gana el gobierno? No mucho, hace lo mismo que ha hecho hasta ahora, 94


desmantelar la Constitución; hablar a nombre de ella, como si respondieran sus actos a esta Constitución; sin embargo, seguir con la consolidación del Estadonación, el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, manipulando a las mayorías con el cuento de hadas del “proceso de cambio”. Solo gana tiempo; pues, por dentro esta carcomido por el avance demoledor de la implosión.

95


Artilugios de las farsas

96


En los ámbitos de relaciones entre los seres,

el

juego

de

interpretaciones,

mensajes

acompañadas

respuestas,

forma

entrelazadas

ecologías

conforman. mensajes

En

el

parte de

conjunto

emitidos,

y

de de

de

las

las

que

de

estos

percibidos,

codificados y decodificados, hay un grupo de ellos que es indispensable tener en cuenta por sus características; hablamos de los mensajes engañosos, emitidos con el objeto de simular. Quizás, mejor dicho, de aparentar, de dar una apariencia; para que esta sea interpretada ya como una amenaza, ya como una advertencia. En atmósferas no agresivas, quizás el tenor es de atraer y seducir. Podemos decir, con cierta pretensión de generalidad, que se trata de impresionar. Se busca con los mensajes emitidos de cierta forma, de cierta manera, con la intención de causar 97


una determinada decodificación; es decir, interpretación. comunicación

Estas han

estrategias sido

de

hartamente

desarrolladas por las sociedades humanas y de una manera proliferante, hasta lograr estilos sofisticados y aristocráticos. El arte ha recogido esta experiencia y memoria

social,

convirtiendo

las

estrategias de seducción en regocijos estéticos.

Sin embargo, hay muchas direcciones de las rutas que toman estas estrategias de comunicación manipuladas, ya no en el arte, sino, por ejemplo, en la política, en la diplomacia, en ámbitos microfísicos y macrofísicos de poder. Hay personas que exaltan o extreman el uso de estas estrategias impresionistas - para darle un nombre, aunque sea provisional -, con el 98


objeto

de

reconocimiento

social,

que

puede llegar a convertirse en exigencia de reconocimiento de la “grandeza”, que reclaman ignorados,

ser. son

Son

los

“héroes”

los

“sabios”

no

reconocidos a primera vista, son los “hombres

consagrados”,

que

la

humanidad no descubre, hasta que estos personajes reclaman a voz en cuello. Se buscan frases sonoras, que impresionen, aunque no digan nada; lo importante es que parezcan que dicen algo importante. Son

los

últimos

en

hablar

en

una

conversación, pues buscan cerrarla con sus conclusiones “sabias”. Se muestran como los dedicados, mucho más que otros, los mortales, aparecen como los más disciplinados; cuando se trata de ámbitos intelectuales, se muestran como los

más

lectores.

Hacen

conocer

la

cantidad innumerable de libros que tienen 99


en su biblioteca, que hacen suponer que los han leído todos. Publican, sobre todo cuando cuentan con los recursos del Estado, aunque sus publicaciones sean repetitivas

y

reiterativas

de

lo

que

escribían, cuando eran más interesantes. Esto en el mejor de los casos; cuando no ocurre

esto,

cuando

más

bien,

han

decaído hacia la escritura torpe, sin estilo ni gracia, de la propaganda o de la diatriba panfletaria. Pues ahora parecen aburridos

y

aletargados;

ofreciendo

libros, que los funcionarios están como obligados a leer, aunque no los lean, debido a que no están acostumbrados a hacerlo.

Como cuentan con la atmósfera forzada de las adulaciones y sumisiones de sus entornos

subordinados,

se

sienten 100


confirmados “verdad”;

en por

su lo

“gloria”, tanto,

en

su

consideran

obligación de parte de ellos llamar la atención. Cuando se trata de críticas, de descalificarlas como si fuesen el sagrado guerrero

San

Jorge,

enfrentándose

a

dragones. Terminan, por este camino, adquiriendo

un

aire

despiadado

de

vengadores, venidos desde lo profundo de los tiempos olvidados, para castigar a los impíos. Es, de alguna manera, de esperar, que todo esto, se lo crean; empero, lo que llama la atención, que terminen

creyendo

no

los

entornos

subalternos, sino la llamada izquierda internacional. izquierda

Aunque se trate de una

oficiosa,

enamorada

de

los

fantasmas de la “revolución”, sobre todo de

los

fantasmas

institucionalizados,

fantasmas y mitos a quienes les ofrecen ritos

y

ceremonialidades,

de

todas 101


maneras, se esperaría, de esta izquierda, un mínimo de sentido crítico común. Pero, no. Esta izquierda internacional cree en los mensajes emitidos por estos personajes histriónicos y exigentes, que se

muestran

con

todos

los

rasgos

fantasmagóricos de los “revolucionarios” muertos,

institucionalizados

e

idolatrados.

Asistimos pues a espectáculos. En foros internacionales

se

presentan

a

estos

personajes emuladores como la expresión auténtica de “procesos de cambio” en curso. Los asistentes a estos foros, por lo menos, en su mayoría, sienten que se encuentra en las proximidades de los resplandores

de

una

“revolución”

presente, que se da en el país del invitado

a

hablar.

No

interesa,

al 102


respecto,

ninguna

escuchar

verificación.

Menos

que

vienen,

críticas,

precisamente

del

supuestamente

está

país en

donde

curso

una

“revolución”; por lo tanto, no se las puede tomar en serio. A lo mejor son no solamente desatinadas, inconformes y resentidas,

sino

hasta

pueden

tener

secretas vinculaciones con la conspiración de la “derecha”.

Como se puede ver, lo importante no es lo que realmente ocurre y pasa en el país del “proceso de cambio”, sino que se crea que ocurra, que se tenga fe en lo que se dice

que

pasa.

Los

izquierdistas

se

aferran a sus esperanzas, que llaman utopías, se aferran a sus deseos, que llaman

proyectos

en

curso.

No

son

capaces de evaluar las circunstancias, los 103


sucesos, con ojos críticos, sobre todo para

apoyar

las

transformaciones

posibilidades inherentes

de en

las las

coyunturas dramáticas. Al hacer apología de “procesos de cambio”, que no dejan de

ser

contradictorios,

se

convierten

ellos, los izquierdistas oficiosos, en una trampa más, en el recorrido accidentado del “proceso”. Pues, en vez de lograr una buena información, una buena evaluación de

los

hechos,

por

lo

tanto,

en

consecuencia, una buena interpretación y análisis, terminan enamorándose de su propia

ficción.

Este

sintomático,

que

decadencia

misma

es

señala del

el

momento

no

solo

la

decantado

“proceso de cambio”, sino de que los supuestos defensores de la revolución del siglo

XXI

práctica,

se

han

convertido,

efectivamente,

en

en

la sus

sepultureros. 104


De

los

apologistas,

“ideólogos”,

aduladores, del “proceso de cambio”, hay unos cuantos, contados con los dedos de una mano, que quizás no lleguen ni a dos, que hacen enormes esfuerzos por mantener

su

seducción

artificial

por

medio de la estrategia impresionista. En vez de debatir contra la crítica que se les hace,

prefieren

descalificar

a

los

emisores, aludiendo a supuestos dramas figurativos. En vez de contra-argumentar, prefieren

inventarse

artefactos

de

palabras sonoras, que brillen por su halito espectacular, aunque no digan nada. Con esto

tienen

impresionado,

la

esperanza no

tanto

de a

haber sus 105


interlocutores,

a

quienes

los

ignoran

despreciativamente, sino a sus entornos subalternos, a la masa de llunk’us, a los escuchas, que aunque no sean de sus entornos, pueda afectarles este teatro elocuente de frases sonoras, empero, huecas.

Todos

estos

mensajes,

que

hemos

agrupado o clasificado como engañosos o, si se quiere, impresionistas, usando este

término

ilustrar

provisionalmente,

mejor,

forman

parte

para

de

una

maraña mayor y quizás más complicada, la de los juegos de poder; en toda su variedad, abundantes;

estilos

y

también

proliferaciones microfísicas

y

macrofísicas de poder. Como dijimos en 106


otros escritos3, no busquemos culpables, cayendo

en

el

mismo

esquematismo

dualista político del amigo/enemigo, que se asienta en el matricial esquematismo dualista religioso del fiel/infiel; peor aún, caer

en

el

clima

dramático

de

la

consciencia desdichada del espíritu de venganza. Estos personajes histriónicos son víctimas de su propio entramado; de la trama que asumen como guion de sus vidas. Asumen el papel de protagonistas; descargan el peso de este papel en sus cuerpos, sufren con los sufrimientos del personaje

que

emulan,

que

termina

siendo ellos mismos. Su vida, de esta manera, se ha convertido en un teatro. No salgamos por el lado fácil de que mienten,

de

que

engañan

conscientemente y a propósito, como 3

Ver de Raúl Prada Alcoreza Más allá del amigo y el enemigo. Dinámicas moleculares; La Paz 2015.

107


maquiavelos,

de

la

versión

francesa.

Nada de esto es sostenible. No tienen el control de lo que sucede, como tampoco nadie lo tiene; nadie controla todas las variables intervinientes en su vida. Si hablamos de mensajes engañosos, no es porque se engaña en el sentido simple, sino porque se alude a estrategias de simulación, inherentes a las estrategias de sobrevivencia de los seres orgánicos. El

tema

es

que

esta

estrategia

de

mensajes engañosos se convierte en una hipertrofia

de

las

personajes

públicos

conductas de

la

en

política.

Entonces la estrategia se convierte en una trampa, no solo para quienes se emite el mensaje, sino para los propios entornos del personaje en cuestión, y para el propio personaje de la emulación.

108


Llamemos

a

entrampamiento, escrito,

este

fenómeno

que

en

otro

de lugar,

encaracolamiento4,

llamamos

fenómeno de la burbuja. Los personajes en cuestión habitan burbujas, el mundo se reduce a estas burbujas, la realidad se reduce a lo que se ve desde estas burbujas. Entonces la relación con el mundo es burbujeante, por así decirlo. No es pues una maldad la que motiva el comportamiento públicos, sacerdotes

como

de

estos

asumen

jueces

hombres los

juzgadores,

otros que

tampoco han salido del cirulo vicioso del poder, sino que la dramática del poder se encuentra en esta manera de ver el mundo, incluso de concebirlo, desde su burbuja, que es una atmosfera propia, que a la vez de cobijarlos, los atrapa en 4

Ver de Raúl Prada Alcoreza Encaracolamiento. Dinámicas moleculares; La Paz 2015.

109


la

ilusión

del

aislamiento,

de

la

impunidad, de la creencia en una suerte de invulnerabilidad. Aunque mucha gente no lo crea, la vida de estos personajes es dramática, por eso mismo triste, drama sólo compensado con la ilusión de que las ceremonias del poder verifican el dominio absoluto del Estado. Las ceremonias no verifican nada, sino que reproducen la institución imaginaria del Estado.

Manteniendo nuestra metáfora ilustrativa, si el problema burbujeante quedara ahí, en esta reducida extensión climática y atmosférica de los entornos del poder crepuscular, embargo, encuentren

no

no

es en

muchedumbres

sería así. la que

tan

grave;

Aunque

no

burbuja, se

sin se las

encuentran

seducidas por el poder, por sus figuras, 110


ya se den en forma del mito del caudillo u otra forma institucional, ven el mundo, no desde la burbuja, pues no se encuentran ahí, sino desde el reflejo del mundo en la superficie curva de la burbuja. Ven el mundo

desde

el

espejo

del

poder.

Entonces, no solamente los personajes públicos de la política, los entornos, sino también las muchedumbres seguidoras, se encuentran atrapados por el fenómeno burbujeante de estos climas y atmosferas envolventes del poder.

No se trata de castigar a nadie, ni ponerlo en el cadalso, después de acusarlo y ponerlo en el banquillo de los acusados; esto sería, no salir del círculo vicioso del poder. Se trata de romper con este circuito vicioso, con este círculo, con esta orbita perversa. Se trata de salir de estas 111


รณrbitas

y

generar

fugas

de

las

gravitaciones del poder, creando con los recorridos libres otros mundos, incluso otros universos.

112


El esquematismo vulgar de hĂŠroes y villanos

113


La

literatura

mediática,

incluso

la

literatura política, peor aún, la literatura de

la

diatriba,

se

mueven

en

un

esquematismo vulgar, que opone héroes a

villanos.

superficialmente,

Reproduciendo mas

bien,

como

imitación, que se parece a los gestos o muecas del mimo, copian personajes de la epopeya; por un lado, los héroes, que adquieren la connotación del estereotipo del semi-dios, ya sin espesores humanos, limpio de contradicciones, casi elocuencia divina de conducta perfecta. Por otro lado, los monstruos, las aberraciones morales,

políticas,

naturales.

Se

reduciendo

al

históricas,

trata, máximo

si

se la

hasta quiere,

expresión

figurativa, que exalta por su inocencia común el contraste más evidente, el héroe que enfrenta al dragón de dos o más cabezas, el caballero que rescata a 114


la

dama

raptada

por

el

monstruo

insensible, incomprensible y trágico por su condena irremediable, determinada desde

los

comienzos

de

los

tiempos

mismos más remotos.

Este esquematismo trivial es el que, sin embargo, funciona como estructura de la trama de las narrativas provisionales del sentido común, que perduran, mas bien, por su proliferante variación. Aparece en la ideología, hermenéutica esquemática y dualista de la historia, entendida como escenario donde se enfrentan héroes y villanos. Aparece en las versiones de las narrativas escazas de los medios de comunicación, donde se hace hincapié más en el villano, monstruo moral y adulteración

política,

anomalía

social.

Reaparece en la diatriba, donde el héroe, 115


por gracia ungida por las marcas que conlleva como señal de elegido, destaca desde sus actos más intrascendentes hasta

sus

actos

más

sobresalientes,

anunciando la llegada del mesías civil y político. El villano también es destacado a través

de

sus

inconfundibles,

marcas, que

lo

sus

rasgos

delatan

como

manchado por el pecado original, como condenado desde que nació; fatalidad del mal.

Los

“análisis”,

si

es

que

podemos

llamarlos así, a las evaluaciones que se hacen

y

a

las

conclusiones

que

se

sonsacan, son como preformados; ya están, en su condición de germen, en el formato del esquematismo en uso; por eso, sus derivaciones no sorprenden. El héroe habría sido la consagración del 116


bien,

en

cambio

constatación

del

el

villano

mal.

Ya

es

todo

la está

resuelto en esta recurrencia discursiva que opone contrarios y antagonismos; lo único que hay que hacer es repetir el formato

de

la

trama

en

distintas

versiones.

El tema es que los unos y los otros utilizan el mismo esquematismo vulgar de héroes

y

villanos

para

legitimar

sus

prácticas y discursos, para legitimar sus hábitos e ideologías; la diferencia estiba en que para lo que para unos es el héroe, para otros es el villano. Se esmeran por describir al villano lo más abominable posible, lo más parecido al demonio o hijo del

demonio,

lo

más

endemoniado execrable. esmeran

por

limpiar

toda

cercano

al

También se adherencia 117


compleja, contradictoria, ambivalente o abigarrada, de los rasgos y el perfil del héroe, para que sea presentable como esas

figuras

patriarcales

del

arte

socialismo real; figuras parecidas a las imágenes de los santos mártires; solo que son parecidas no tanto por la forma de la expresión, que en el caso del arte del socialismo real se presentan como portavoces demostrativa

irradiantes

de

la

auto-satisfecha

alegría del

socialismo, y en el caso del imaginario religioso se presentan con el dramatismo del lenguaje del dolor, acogido como sacrificio. Las versiones conservadoras de estos

estereotipos

también

hacen

presentable a sus protagonistas de la historia en su esplendor patriarcal; solo que en este caso,

se presentan como

profetas de la nación olvidada o excluida,

118


que retorna por los causes de la patria recuperada.

En lo que respecta a Ernesto “Che” Guevara,

la

literatura

ideológica,

mediática y de la diatriba, hace gala del apego a este esquematismo dualista de héroes

y

villanos.

La

propaganda

socialista se ha esmerado por presentar al

nuevo

hombre,

vaciado

de

sus

contenidos humanos; es el héroe por antonomasia.

La

propaganda

contrainsurgente,

conservadora,

chauvinista,

se

presentarlo

como

afectado

por

ha

esmerado monstruo,

inclinaciones

por como

sádicas,

recientemente como enfermo del placer de

matar.

Como

esquematismo villanos

se

dualista

reaparece

puede de

ver

el

héroes

y

ritualmente

en

la 119


diatriba que enfrenta a “izquierda” y “derecha”. Lo hace en toda la holgura de su simpleza, escasa en argumentos, vacío que

llena

con

sensacionalista.

la

interpelación

Estas

recurrencias

comunes y triviales están lejos de los esfuerzos

descriptivos,

interpretativos,

analíticos,

incluyendo

toma

de

posiciones del libro de Taibo II Ernesto Che Guevara, también conocido como el Che;

libro, que en principio iba a ser

compartido con Jorge G. Castañeda, pero tuvieron

desacuerdos

conflictos, lo

que

y

llevó

quizás

otros

a escribir

al

segundo otro libro La vida en Rojo5. Ambos libros tienen entre sus fuentes los desclasificados de la CIA y la KGB; esto les otorga cierta proximidad a situaciones

5

Revisar de de Taibo II Ernesto Guevara también llamado Che; editorial S. A. Joaquin Mortiz. También de Jorge G. Castañeda La vida en rojo. Alfaguara.

120


desconocidas para la opinión pública y para la población de lectores. El segundo libro intenta una biografía crítica del connotado guerrillero. Antes que estos libros, la trilogía de Críticas a las armas de Regis Debray ya efectuaba un análisis crítico de la experiencia guerrillera; lo hacía a partir de la propia experiencia en “la

guerrilla

del

Che”,

tal

como

se

denomina a la guerrilla que comandó Ernesto

Guevara

en

el

sudoeste

de

Bolivia, elaborando un análisis teórico. Sin mencionar a la minuciosa biografía Che Guevara: Una Vida Revolucionaria escrita por Jon Lee Anderson6, sustentada en amplias fuentes directas e indirectas, además de su experiencia en reportajes, podemos pasar a descripciones menos exigentes, como las que derivan de los 6

Revisar de Jon Lee Anderson Che Guevara: Una Vida Revolucionaria; Anagrama. 121


partes y fuentes militares; uno de ellos es Como capture al Che de Gary Prado Salmon7, que, por lo menos intentan una descripción a partir de cómo ven los hechos

los

militares

que

participaron

directamente en la guerrilla, desde su posición

contrainsurgente.

Sin

extendernos en la bibliografía, dejando en suspenso otros libros notorios, pues el propósito es otro; no un balance de la bibliografía sobre el Che. El propósito es auscultar en la estructura de prejuicios de la

literatura

esquematismo

que

se

vulgar

basa de

en

el

héroes

y

villanos.

Además formación

de

esta

estraficación

discursiva

epopeica

en

la

o,

en

7

Revisar de Gary Prado Salmon Como capture al Che. Ediciones B, S. A.

122


contraste, descalificadora, al estilo de una inquisición civil y política trivial, que lleva a cabo el recalcitrante conservadurismo, se

halla otro

pretende

estrato

seriedad,

discursivo, que que

analiza

el

acontecimiento Che Guevara como hito o pedrada en el estanque, que parte el estanque en dos aguas; un antes y un después. Este estrato de la literatura al respecto,

no

deja

el

esquematismo

dualista del que hablamos, solo que lo hace, si se quiere temporalmente; habría un

evento

parte

de

aguas,

un

hito

constitutivo, a partir del mismo la historia es distinta, los jóvenes se radicalizan, incluso la izquierda se habría radicalizado. ¿No eran antes los jóvenes radicalizados? ¿Cómo interpretar entonces la reforma universitaria y el movimiento estudiantil cordobés

y

con

este

proceso

las

subsiguientes reformas universitarias en 123


el continente? ¿Los trabajadores mineros no

eran

jóvenes,

radicalizados,

en

su

contando

mayoría, con

y

una

expresión radical de la revolución en la Tesis de Pulacayo? ¿Los que participaron en la guerra civil de 1949 no eran jóvenes radicales, para su tiempo; lo mismo y con mayor alcance, los jóvenes que participaron en la revolución de 1952?

¿La

resistencia

obrera

a

las

gestiones de gobierno del MNR, que comenzaban

a

destilar

un

camino

regresivo, no era efectuada por jóvenes rebeldes en su mayoría? Sin seguir con una lista de ejemplos, que cuestionan la tesis de la “radicalización” a partir del Che, con solo los que mencionamos, se evidencia

la

delgadez

de

la

argumentación de esta tesis del hito constitutivo, en la prosa que pretende más

seriedad

en

la

elaboración

de 124


evaluaciones

retrospectivas

sobre

las

incursiones del Che.

El problema de estos estratos discursivos es que al deshumanizar al Che, más el primer estrato que el segundo, le quitan no solo posibilidades a la comprensión e interpretación, sino que le quitan meritos al hombre. Un héroe consagrado desde nacimiento, un hombre fuera de serie, tiene sus hazañas como si formaran parte de su propia consistencia, sus propios atributos; un héroe es un héroe y realiza hazañas

heroicas.

Olvidan

que

lo

sorprendente es que un hombre como todos

los

humano

hombres demasiado

de

la

tierra,

humano,

un

realice

gastos sin retorno, derroches corporales, sensibles

e

intelectuales;

en

otras

palabras, efectúe actos heroicos, como 125


los define Georges Bataille.

Por otra

parte, en contraste, la versión opuesta del esquematismo de héroes y villanos, al convertirlo en monstruo, en asesino, en anomalía social, lo que hacen es repetir la tautología de otra manera; un monstruo es

un

monstruo,

dicho

de

manera

pedestre, un villano es un villano, lo que hace es villanerías. No hay por qué sorprenderse entonces.

El segundo estrato discursivo, que hemos reconocido por su mayor elaboración y por su pretensión de seriedad, reduce el acontecimiento

histórico-político

a

los

contornos del perfil de un personajeprotagonista,

que

por

solo

puede

cambiar el curso de la historia. Por eso decimos

que

incluso

este

estrato

discursivo no deja el imaginario epopeico. 126


La historia no la hace un hombre o un grupo de hombres, por más singulares que

fuesen,

respecta

a

sobre su

todo,

papel

en

lo

destacable;

que la

historia, que es un relato, pero, que vamos a utilizar como metáfora de lo que pretende el mismo relato histórico, ser una descripción de los acontecimientos sociales, no la hacen ni siquiera los hombres, como mencionaba Karl Marx en su famoso enunciado, bajo determinadas condiciones históricas, sino se trata de realizaciones acciones,

de

efectos

asociaciones,

relaciones, territoriales,

de

masivos

composiciones,

singularidades ecológicas.

de

sociales,

Donde

la

paradoja del azar y necesidad se efectúa en el devenir constante e incontrolable del mundo efectivo.

127


Desde nuestra interpretación, hablando de

Ernesto

Guevara,

el

Che,

inmiscuyéndonos en su biografía efectiva, nos parece, mas bien, un ejemplo del humanismo desenvuelto en sus propios avatares,

dilemas

y

laberintos.

El

enunciado del hombre nuevo no puede ser sino un enunciado que emerge de las tradiciones humanistas y renacentistas. Sus gestos para con los soldados que lo combatían, muestran sus sentimientos e inclinaciones

humanistas.

Hasta

podríamos decir que su concepción del socialismo era, mas bien, humanista. Que alguien contra-argumente y diga que el humanismo no puede ser violento, tiene una acepción del humanismo circunscrito a la utopías cristiana de los primeros tiempos, los del cristianismo colectivista del desierto. No se trata de debatir esta interpretación, sino de decir que es una 128


entre

muchas

interpretaciones

humanismo.

No

olvidemos

humanismo,

como

matriz

que

del el

histórico-

cultural de la civilización moderna, ha dado lugar a las historias más cruentas de violencias desatadas, al mismo tiempo a las historias más prometedoras de utopías buscadas y realizadas a medias. Negarle

este

rasgo

sobresaliente

a

Ernesto Guevara es caer en los prejuicios de

los

estratos

discursivos

que

mencionamos.

Ingresando

a

los

ámbitos

histórico-

políticos y de la guerra de guerrillas, lo que

parece

que

hay

que

comparar

analíticamente es el papel cumplido por el insigne guerrillero en la toma de Santa Clara en Cuba y el papel cumplido en la guerrilla

en

Bolivia,

anticipada 129


abruptamente y fracasada. En el primer caso, no se puede negar la audacia y la eficacia de la estrategia militar; en el segundo caso, asistimos a una guerrilla anticipada,

atrapada

enfrentándose

a

un

en

su

ejército

premura, que

la

perseguía y la emboscaba, en condiciones de escasez de armas, de logística, de apoyo. Lo que asombra en la derrota de la guerrilla es el diferimiento del tiempo, mientras perduró y resistió, el esfuerzo corporal y militar de los guerrilleros que sobrevivían a las emboscadas militares. Por último, la victoria frente al ejército, al gobierno y al Estado, del escape del grupo

de

guerrilleros

donde

se

encontraba el Pombo; en lugar de ellos podía haberse encontrado el otro grupo, donde estaba el Che, que se refugió en la quebrada.

130


La diferencia de los papeles cumplidos radica no tanto en el hombre, el lo que podía haber cambiado, hipotéticamente, sino en el contexto, las condiciones y la coyuntura en la que se dieron los dos acontecimientos guerrilleros. En resumen, de una manera simple, con peligro de esquematización, empero, ilustrativa, se puede decir que en un caso había un pueblo dispuesto a combatir y realizar actos heroicos, en el otro caso no había tal pueblo, como ocurrió en la guerra civil de 1949 y en la revolución de 1952. El proletariado minero sindicalizado no tomó las minas, como corresponde cuando la guerra de guerrillas estalla; la izquierda solo donó algunos militantes, sin jugarse el todo por el todo como corresponde.

131


La guerrilla del Che en Bolivia no es ningún

hito

constitutivo,

tampoco

ninguna epopeya, sino es una de las gramáticas de la insurgencia continental, que se reitera desde los primeros alzamientos de la guerra anti-colonial, en distintos contextos, escenarios históricopolíticos-culturales, coyunturas en crisis. Debemos aprender de esta experiencia lo que somos, los pueblos del continente, lo que

buscamos,

lo

que

perdemos

y

ganamos, interpretar los recorridos de la guerrilla como escritura fáctica de prenarrativas todavía indescifrables.

Ante el acontecer de acontecimientos insurgentes,

en

metamorfosis,

constante las

devenir

y

interpretaciones

epopeicas y las descalificadoras aparecen como

balbuceos

circunstanciales

y 132


fugaces.

Se

consciencias desgarrados,

trata

de

gritos

desdichadas, consciencias

de

sujetos culpables,

atiborradas de espíritu de venganza o, en su caso, de búsquedas de notoriedad al decir

algunas

exultantes.

otras El

banalidades

más

discurso

del

conservadurismo recalcitrante, que quiere convertir al Che en un asesino, en un sádico, que le gustaba matar, muestra sus miserias en el más descalabrado sentido. Quieren dar lecciones de moral, asentados en la herencia de la más descarnada elocuencia de la violencia y el terrorismo de Estado. Los voceros de este discurso

extremadamente

endémico

y

pueril se desnuda en su retórica sin recursos, plagada de prejuicios, odios y miedos

insoslayables.

experiencia gobernante,

barroca

Creen,

que

la

del

populismo

denominado

“gobierno 133


progresista”, hace olvidar lo acontecido en lo que se viene en llamar la dramática historia política del país. Se equivocan enormemente, la experiencia inscrita en la corporeidad popular,

son entramados

de huellas hendidas, que sostienen la memoria social.

134


La invención política de la realidad

135


Marie Démelas escribió La invención de la política8, ahora, en pleno crepúsculo de la modernidad

tardía,

tendríamos

que

hablar de la invención política de la realidad; las “realidad” producida por el poder e inventada como una imagen en el espejo de las dominaciones polimorfas. La política, en su sentido restringido, institucional y estatal, requiere de una imagen, verse reflejada en el espejo, como si el espejo le digiera eres legitima, eres

la

legitimidad

misma,

pues

la

legitimidad es tu rostro mismo, el del poder. Como en el cuento de hadas de Blancanieves, para niños, la reina quiere que el espejo le diga que es la más bella de las mujeres del reino9. La política, 8

Revisar De Marie-Danielle Demélas La invención política. Institut français d’études. http://books.openedition.org/ifea/4141. 9

Blancanieves, en alemán Schneewittchen, es un cuento de hadas. La versión más difundida es la de los hermanos Grimm;

136


entonces,

inventa

una

“realidad”

adecuada al poder.

Esta “realidad” es el recorte que el poder efectúa

en

la

complejidad

dinámica,

sinónimo de realidad efectiva. Se trata del

recorte

requerimientos

circunscrito de

las

a

los

dominaciones

impuestas; heredadas, reinventadas

e

incrementadas. Esta “realidad” inventada resulta entonces, como una prolongación misma de la maquinaria del poder. La “realidad” del poder es la que corrobora

en tanto que la cinematográfica de Blancanieves y los siete enanitos, rodada en 1937 por Walt Disney, adquiere las connotaciones que otorga la pantalla. La versión clásica contiene escenas relativas al espejo mágico, que se comunica, así como los personajes llamados los siete enanitos o duendes. En algunas versiones, los enanitos son ladrones y el diálogo con el espejo mágico se hace con el sol o la luna.

137


sus interpretaciones, sus incidencias, sus políticas,

sus

estimaciones

y

proyecciones. No importa, aquí, si estas interpretaciones insostenibles;

o

lo

explicaciones que

importa

sean es

la

continuidad de la reproducción del poder.

En el caso de la “interpretación abstracta” de los “derechos del presidente” a seguir repostulándose

indefinidamente,

donde

se declara como “inconstitucionales” a los artículos de la Constitución que prohíben la re-postulación a partir de una segunda secuencia,

lo

que

Constitución

es

misma

“inconstitucional”,

figura

por

esta

cierto,

declarar

de

a

la

como estrambótica,

“interpretación

abstracta”, la política gubernamental se inventa una “realidad” virtual donde los “derechos del presidente” a re-postularse 138


están por encima de la Constitución; tal como dice el Ministro de Defensa. Según el discurso, este recorte de realidad sería como el sumun de la realidad efectiva; la realidad por excelencia del poder o que sanciona el poder.

Si esta es la realidad, no hay discusión; a pesar de la Constitución, a pesar de la voluntad

popular,

que

define

su

inclinación y decisión en un referéndum, que dice No a la reforma constitucional, que pretende modificar la Constitución para

habilitar

al

presidente

a

una

postulación indefinida, a pesar de su derrota ante la elección de magistrados, donde

la

voluntad

popular

dijo

No,

anulando la elegibilidad de magistrados, la “realidad” inventada por la política es donde

se

puede

incumplir

con todo, 139


dejando abierta la posibilidad de imponer lo que requiere el poder. Esta “realidad”, la inventada por la política, es donde se pueden cambiar las reglas del juego al atojo de los que gobiernan. Entonces, se trata de una realidad maleable.

El problema de una “realidad” sin reglas o donde las reglas se cambian de acuerdo a los requerimientos del poder, es lo que se tiene como recorte de realidad o lo que había todavía de realidad en el recorte desaparece, realidad

se

esfuma;

responde

fundamentales

a

del

pues las

toda

fuerzas

universo,

a

estructuras estructurantes, a condiciones de posibilidad existenciales, a conjuntos de

reglas

antemano.

del

juego

Cuando

se

establecidas

de

suspenden

las

reglas, las condiciones de posibilidad, las 140


estructuras estructurantes, las fuerzas fundamentales, se evapora la realidad misma. Lo que hay, en vez de realidad, es una alucinación.

La forma de gubernamentalidad clientelar cree con suspender la Constitución, las reglas

del

juego

jurídico-político,

con

inventar una “realidad”, puede realizar esa

realidad

inventada.

Se

equivoca

garrafalmente, pues una cosa es inventar imaginariamente,

incluso

ideológicamente, una “realidad”, y otra cosa es realizarla; es decir, hacerla real. Primero, porque la realidad no se inventa sino

que

se

crea, como

complejidad

dinámica e integrada. La realidad es lo que contiene las posibilidades creativas y las

potencialidades

composiciones

y

de

los

composiciones

juegos, de

la 141


complejidad dinámica. Segundo, para que se realice algún proyecto político, se requiere de la correspondencia con las condiciones de posibilidad; si no hay tal cosas,

el

proyecto

es

irrealizable,

inviable.

La

forma

de

gubernamentalidad

clientelar, puede acomodar los escenarios políticos de tal manera, que, para sus pretensiones y su imaginario, le sirvan como escalera o gradas que le ayuden lograr los objetivos que se propone; principalmente, perpetrarse en el poder. Sin embargo, este montaje no le ayuda a lograrlos, aunque le ayude a ensamblar la escenografía

política.

Por

eso,

estos

armados, terminan en rotundos fracasos. Se puede argumentar, claro que sin la consistencia lógica, que el derecho del 142


presidente es a re-postularse las veces que quiera, pues formaría parte de la “libertad” de un individuo a hacerlo, por encima de cualquier Constitución, regla o voluntad

popular.

Se

puede

montar

escenarios donde “movimientos sociales” aparecen pidiendo la re-postulación. Pero, lo que no se puede lograr es que esta argumentación

sea

consistente;

se

sostenga no solo en la lógica, sino en la Constitución, en las reglas del juego, en la

voluntad

condiciones

popular; están

pues

ausentes

estas en

la

argumentación política.

El refrán popular dice el papel aguanta todo;

tendríamos

que

decir

que

el

discurso político puede decir de todo; pero, lo que no puede es convertir lo que se escribe en el papel o se dice en el 143


discurso en una realidad efectivamente dada. Partiendo de la tautología como premisa, el poder es poder, tiene poder; empero, es impotente para realizarse como realidad efectiva. En el mejor de los casos, llega a una “realidad” institucional, sostenida por la institucionalidad; sin embargo, no se realiza como realidad efectiva.

No

se

trata

aquí,

de

debatir

las

argumentaciones que sostienen la repostulación;

lo

que

es

fácil

rebatir;

además de ya haberse expuesto la crítica a

semejante

Sino

se

retórica

trata

de

gubernamental. comprender

el

funcionamiento de semejante discurso político. Se trata de un discurso en los límites

de

la

desesperación;

desesperación ante su clausura, ante el 144


cierre de su ciclo. Un discurso que busca la prolongación en el poder más allá de sus posibilidades mismas. Es como creer que el poder o el detentar el poder otorgan la magia de la eterna juventud, de la prolongación indefinida; como si la estadía en el gobierno no dependiera de la magnitud y curvatura de los ciclos políticos,

sino

políticas,

de

la

audacia

estrategias

y

implementadas.

Bastaría

argumentación

que

“presidente

tiene

de

las

prácticas emitir

diga

una

que

el

que

no

derechos”,

puede conculcar la Constitución, bastaría poner

en

entredicho

Constitución,

para

artículos

habilitarlo

de en

la sus

pretensiones electorales. Sin embargo, esta

argumentación

no

aguanta

la

contrastación con lo que acaece.

145


No

se

puede

desacatar,

democráticamente, la decisión popular, la dada

en

el

referéndum

sobre

la

modificación de la Constitución; a no ser que se lo haga aboliendo la democracia. No se puede estar por encima del poder constituyente; no se puede eludir el mandato

constitucional;

no

se

puede

desechar las reglas del juego, a no ser que se lo haga a costa de la muerte da la democracia o lo que queda de ella.

Cuando se lo hace, como lo hace el gobierno

clientelar,

al

suspender

la

democracia y al desacatar la Constitución y

voluntad

progresista”

popular, se

el

comporta

“gobierno como

una

tiranía, donde la persona del rey es la que

se

aunque

impone. no

se

Toda

encuentre

Constitución, el

artículo 146


explícitamente, invita a la subversión, si el gobierno no acata lo establecido por la carta magna.

Por

otra

parte,

un

gobierno

no

se

sostiene ni se prolonga por los juegos de poder, sino cuando las condiciones de posibilidad lo permiten. En plena crisis ecológica se hace insostenible un modelo extractivita en economía y un modelo rentista en el Estado. La prolongación de la gubernamentalidad clientelar no es viable cuando esta forma de gobierno se encuentra

en

crisis;

no

convoca,

no

convence, no responde a la demanda social. La extensión de una forma de gubernamentalidad en crisis no es posible sin

el

recurso

incrementado

de

la

violencia demoledora.

147


La

violencia,

aunque

sistemáticamente,

en

se sus

la

efectúe

distintas

y

variantes formas, es, en todo caso, el último

recurso,

por

así

decirlo,

del

funcionamiento de la máquina del poder. Que lo haga, que recurra a este recurso, quiere

decir

que

el

poder,

para

reproducirse, requiere constantemente de la violencia. Lo que implica que el poder solo es posible con el ejercicio de la violencia.

148


Descripción

del

procedimiento

insólito

El presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, alias el “Gringo”, dijo

que

la

Asamblea

Legislativa

estableció una posición, respaldando a la petición

del

Constitucional

MAS

ante

el

Plurinacional

Tribunal (TCP).

El

pedido consiste en otorgar la figura de una

reelección

indefinida;

este

requerimiento político se basa en cinco “ejes

fundamentales”,

entre

ellos

las

“convenciones sobre derechos humanos” por encima de la Constitución. El

partido

de

gobierno

presentó

un

recurso ante el TCP, con el objeto de que declare la “inconstitucionalidad” de cinco artículos de la Ley de Régimen Electoral, 149


además de la "inaplicación” de cuatro artículos

de

la

Constitución.

Estos

mencionados artículos, tanto de la ley como de la Constitución, limitan el mando de las autoridades; en consecuencia, se busca habilitar a Evo Morales a los comicios de 2019. El presidente de la Cámara de Senadores se expresó de la manera siguiente, ante tan

controvertido

requerimiento

del

partido oficialista: "Se ratifica el pedido que hace la bancada (del MAS), de los dos miembros de la oposición en sentido de que se declare la inconstitucionalidad de

artículos

de

la

Ley

de

Régimen

Electoral, además se ha pedido que se declare

inaplicable

artículos

de

la

Constitución”. El “Gringo” envió el lunes el argumento al TCP, en reemplazo del

150


presidente

nato

de

la

Asamblea

Legislativa, Álvaro García Linera. El TCP, una vez recibida la respuesta de la Asamblea Legislativa, a requerimiento del

mismo

sobre

el

Tribunal,

carácter

del

que

preguntaba

insólito

pedido

político gubernamental, sorteó a Macario Lahor Cortez como magistrado relator; responsable, ahora, de resolver el recurso del MAS, contando con un plazo de 45 días. La resolución sobre la reelección será

puesta

miembros

a

del

consideración Tribunal.

de

los

Según

el

magistrado Zenón Bacarreza, la mentada resolución sobre la reelección estará lista para antes de diciembre. El magistrado dijo: "Hemos tomado conocimiento y lo vamos a resolver. Es una decisión de sala plena y de los magistrados de dejar en lo

151


posible en cero la mora (procesal) a los futuros magistrados”. De acuerdo al jefe de bancada de UD, Wilson Santamaría, los magistrados del TCP, que atenderán el recurso del MAS, buscando

legalizar

indefinida,

"deben

porque

que

la

reelección

excusarse”.

"hay

un

conflicto

Esto de

intereses” debido a que son procesados por

la

Asamblea. El

artículo

20

del

Código Procesal Constitucional dispone que será excusa "tener proceso pendiente con alguna de las partes, siempre que éste no haya sido provocado ex profeso por una de ellas para inhabilitarlos, o haber sido denunciante o acusado contra una

de

las

partes

para

su

enjuiciamiento”.

152


El Congreso, donde el MAS controla más de dos tercios, favoreció el pedido del oficialismo con argumentos jurídicos que tienen como base cinco ejes. El primero hace mención a los derechos ciudadanos de elegir y ser elegido. Luego está la jurisprudencia

internacional

sobre

derechos humanos. "Es una línea en la que se exacerba la voluntad de Bolivia del respeto

a

las

convenciones

sobre

derechos humanos incluso los que están por encima de la Constitución”, declaró Gonzales, quien dijo que enviaron al TCP las razones jurídicas por las que sí debe resolver el recurso del MAS que busca la reelección10.

10

Leer El Legislativo da al TCP el visto bueno para la reelección. http://www.paginasiete.bo/nacional/2017/10/18/legislativovisto-bueno-para-reeleccion-156180.html.

153


En

resumen,

los

“representantes

del

pueblo” oficialistas, quienes presentaron el

“recurso

abstracto

de

inconstitucionalidad”, argumentaron que las cláusulas que limitan la reelección de postulaciones

vulneran

uno

de

los

derechos principales, consagrados por la propia

Constitución,

para

todos

los

ciudadanos, no solo para el presidente, que es la prerrogativa de ser candidato a un cargo de elección popular. Según esta estrambótica

“reflexión”,

el

referente

jurídico es el pacto de San José, del que Bolivia es signataria; pacto que considera un “derecho humano” elegir y ser elegido. Sin embargo, lo que no puede eludir la maniobra extravagante del oficialismo es que la Constitución fue aprobada por la mayoría del pueblo boliviano; vulnerar esta aprobación popular es vulnerar los derechos

del

pueblo

boliviano, 154


consagrados

en

vulnerando, humanos,

la

además al

Constitución; sus

desconocer

derechos la

decisión

popular. Por su parte, el referéndum de 2016 rechazó la posibilidad de hacer una reforma constitucional para habilitar al presidente

a

una

reelección,

mucho

menos, de manera indefinida. Hacerlo, implica

un

delito

democrático

y

constitucional.

Si bien, el oficialismo ha señalado que este referéndum estuvo “viciado”, pues, según dice, la ciudadanía votó, inducida por una “campaña sucia”, desplegada por la

“oposición”,

con

el

objeto

de

desprestigiar a Evo Morales, señalando las

relaciones

dama,

amorosas

con

una

quien era la cara visible de la

red, circuito y estructura de corrupción, 155


respecto a los millonarios contratos y convenios con la empresa trasnacional china CAMC11, esto no es un argumento válido para desconocer los resultados de la votación, donde ganó el No.

Una colusión de este conflicto jurídicopolítico,

relativo

al

requerimiento

oficialista, contrario a la Constitución, al referéndum

y

al

ejercicio

de

la

democracia es que estamos ante delitos jurídico-políticos,

constitucionales

y

contra la democracia. Delitos que no se 11

Leer Hay 5 firmas de la china CAMC en relación con el Gobierno de Evo Morales. También Empresa china CAMC hizo sociedades para acceder a más contratos en Bolivia; así como Todo sobre el caso Evo - Gabriela - CAMC: ¿Trafico de influencias? http://eju.tv/2016/03/5-firmas-la-china-camc-relaciongobierno-evo-morales/. http://eju.tv/2016/03/empresa-china-camc-sociedadesacceder-mas-contratos-bolivia/. http://www.somossur.net/index.php/socio-cultural/losmovimientos-sociales-en-tiempos-de-evo/1740-todo-sobre-elcaso-evo-gabriela-camc-trafico-de-influencias.

156


pueden

encubrir

con

enredadas

“argumentaciones”, que son, mas bien, parte

de

una

retórica

política

no

convincente, que contrasta con la retórica misma,

que

es

el

arte

de

la

argumentación y del convencimiento.

Otra

conclusión

es

la

que

pone

en

evidencia la incongruencia “teórica”, si es que

podemos

semejante

darle

este

“deducción”,

argumentación

extravagante

nombre

a

de

la

sobre

la

habilitación del presidente al “derecho” a una re-postulación indefinida. Cuando se habla de derechos humanos se hace referencia a la condición universal de la humanidad;

de

ninguna

manera

al

“derecho singular” de un individuo, que además

funge

de

Presidente.

Los

derechos humanos están dichos y escritos 157


en plural, no en singular; por otra parte, los derechos humanos se remiten a la condición

universal

humanos;

de

de

ninguna

todos

manera

los a

la

condición específica y singular de un individuo

concreto.

Hacerlo

es

como

elevar a condición universal la condición singular de un individuo boliviano, que, además, funge de presidente de su país.

158


Nudos y tejidos en la coyuntura

159


El

término

de coyuntura se

refiere

a

la articulación de dos momentos, articulación que

hacen,

por así decirlo, al momento presente. El término de coyuntura sustituye a veces al término de momento, dependiendo del discurso en emisión o emitido; aunque teóricamente pueden referirse a distintas conceptualizaciones. Momento, responde a

la concepción

temporal o

la temporalidad de

la historia;

el momento enfocado histórico.

En

por

tanto

responde,

el análisis

que coyuntura,

mas

bien,

al análisis sociológico, político; análisis que

es

económico, busca

la estructura

encontrar especifica de

la coyuntura social, económica, política. Se ha convertido una costumbre mezclar las

dos

histórica y

concepciones,

la concepción la concepción 160


estructural del análisis.

Por

eso,

los

términos aparecen como sinónimos en las exposiciones sobre campos temáticos y problemáticas económicas

y

exposiciones,

históricas,

sociales,

políticas.

En

nuestras

también

caímos

estas mezclas

conceptuales.

embargo,

la perspectiva

desde

en Sin

de

la

complejidad, que supone la simultaneidad dinámica e integrada, quizás convenga a atenerse

de

tanto

así

hablar

de coyuntura,

de momento,

no que

supone temporalidad, tiempo, secuenciali dad

historia,

Sobre

por

lo

todo, cuando

tanto, linealidad. nos referimos a

los tejidos que

atraviesan

los espesores

de

la coyuntura, texturas de

la coyuntura; las urdimbres y tramas de la coyuntura.

161


Ahora bien, también nos remitiremos, metafóricamente,

a

los nudos de

la coyuntura; nudos de hilados de los tejidos,

de

las composiciones,

los entramados y urdimbres.

de Esta

metáfora de los nudos, conjuntamente con las metáforas de tejidos, texturas, tramas y urdimbres, todas metáforas textiles,

nos

ayudara

a descifrar los amarres de tejidos que

se

dan en la coyuntura. La coyuntura será, entonces, interpretada desde

la

distribución y situación de los nudos, en el contexto de las configuraciones y espesores de los tejidos; nudos y tejidos que sitúan a la coyuntura en

la simultaneidad

dinámica del espacio-tiempo-territorialsocial.

162


La coyuntura supone

distintos

niveles

compartidos; el local, el nacional, el regional y el mundial. En otras palabras, la coyuntura no

deja

de

ser local al

formar parte de la coyuntura nacional; lo mismo ocurre con la coyuntura nacional; no deja de ser nacional al formar parte de la coyuntura regional;

pasa

lo

mismo

cuando la coyuntura regional no deja de ser

tal

cuando

forma

parte

de

la coyuntura mundial. La coyuntura local, entonces,

es

un nivel

complejo de

la coyuntura mundial.

Hablaremos

de

la coyuntura

polĂ­tica boliviana; entonces, suponiendo tambiĂŠn inherentes,

las coyunturas locales, la coyuntura regional

y

la coyuntura mundial. En lo que respecta

163


a las coyunturas locales, solo podremos referirnos a algunas, para enriquecer e ilustrar

mejor

la

llamada coyuntura nacional. Comenzaremos con una configuración de la coyuntura boliviana, a la que llegamos después de la secuencia de análisis y ensayos

que

anteceden[1].

trataremos

de

Después vislumbrar

las composiciones con las coyunturas locales,

regional

y

mundial. A partir de estas composiciones coyunturales, de su panorama logrado, trataremos de configurar un mapa resumido de tejidos y nudos que la coyuntura,

para

hacen poder

a sugerir

interpretaciones adecuadas. La configuración de política boliviana,

la coyuntura que

aparece 164


en Espesores del presente y en Espesores coyunturales[2], es la de una forma de gubernamentalidad

clientelar,

en

plena decadencia.

La forma

de

gubernamentalidad

clientelar se

caracteriza por pasar de la convocatoria a la

concomitancia

de clientelas, de

y

redes

complicidad

clientelares, que

hacen de sostén de “legitimación” de la forma de gobierno, que concretiza la forma

de

Estado.

Se

habla

de decadencia no solo, lo que es obvio, por

haber

dejado

la convocatoria y

convertirse, más bien, en el nudo de las componendas,

sino

porque

la

misma estructura clientelar ingresa a una fase de diseminación; tampoco llega a aglutinar a sus clientelas. Se trata de una coyuntura de la crisis de la forma de gubernamentalidad clientelar.

165


La singularidad de

esta forma

gubernamentalidad

de

clientelar se

caracteriza por expandir intensivamente el modelo

extractivista

colonial

del

capitalismo dependiente, por administrar este modelo extractivista como Estado rentista[3].

Sin

embargo,

la singularidad misma

adquiere

su concreción con las composiciones de las transferencias de recursos naturales, que

en

el

caso

de

Bolivia,

son

principalmente el gas, el petróleo y los minerales; las composiciones de gubernamentales.

además

de

las

políticas

Apertura

a

las

concesiones trasnacionales extractivista y al

capital

financiero;

apertura

acompañada por la ideología populista, con

pretensiones

indianistas

y

de166


colonizadoras,

que

terminan

“legitimando” esta política económica de la

dependencia.

abusando

de

Además

este

administración

del contexto,

concepto,

de

desordenada

una e

improvisada, que derivó en gestiones y resultados paupérrimos. Con la gravísima consecuencia

de

supuestamente incentivar

que

las

inversiones,

productivas

el

aparato

o

para

productivo,

terminaron esfumándose.

La coyuntura política, entonces, adquiere una

composición

donde

la estrategia

clientelista hace a las mallas de redes que sostienen

el ejercicio

político.

el modelo

extractivista ahonda

dependencia

por

la

Donde

compulsión

la de

una economía primario exportadora, tal

167


como la denomina el discurso económico. Donde el Estado rentista se comporta según el paradigma rentista, usando los ingresos como cantidades de dinero, muy lejos

de

la inversión

la acumulación articulación

de

productiva de

capital.

de clientelas,

Donde

sobre

la

todo,

popular y sindical, deriva en la tolerancia de expansiones de prácticas de corrosión institucional y de micro-corrupciones, que son como los entornos pobres, aunque masivos,

de

las mega-corrupciones de

la estructura de poder palaciega[4].

La durabilidad de la década de gestiones del “gobierno progresista” se explica por la

consistencia

clientelares en la

de

las redes

segunda gestión

de

gobierno. La primera gestión se puede

168


considerar la del entusiasmo, cuando se consideraba

colectivamente

que

el

gobierno era como una extensión de la movilización

prolongada (2000-

2005); coyuntura, en la cual se decretó la nacionalización de los hidrocarburos. La tercera gestión de gobierno, mas bien, se caracteriza por el desencanto, el asombro ante el debacle y la decadencia, además de la crisis misma de la consistencia de las redes clientelares. ¿Por durando

sigue

esta forma

gubernamentalidad Primero,

qué

porque

de

clientelar en formalmente

crisis? no

ha

cumplido su mandato, el correspondiente a la tercera gestión. Segundo, porque la llamada

“oposición”

bien, complementaria al

parece, oficialismo;

mas le

ayuda a “legitimarse” con la forma de “oposición” que efectúa. Además de ser débil,

cuantitativamente,

en

la 169


ponderación de fuerzas convocadas y movilizables. Cuarto, aunque la crisis del “gasolinazo”, el conflicto del TIPNIS, el levantamiento de suboficiales del ejército, la rebelión aymara de Achacachi, hicieron tambalear

la estructura

de

poder del

“gobierno

progresista”,

no

lograron

irradiar

nacionalmente,

convocando

y

movilizando al pueblo boliviano.

Entonces, estamos ante una forma de gubernamentalidad

clientelar debilitada,

que, sin embargo, enfrenta a conjuntos de fuerzas que no llegan a aglutinar la disponibilidad de

fuerzas como

para

revertir la correlación de fuerzas con el “gobierno progresista”. La crisis política del

“gobierno

progresista”

ha

tocado

hondo; sin embargo, en el pantano no

170


termina de hundirse. Tampoco se observa nítidamente

la presencia decidida

la alternativa la alternancia en poder,

de

alterativa.

No

de

el círculo

vicioso

del

que

puede

darse

entre populistas y neoliberales,

entre

“izquierda” gubernamental y “derecha” retornada.

Sino

la alternativa

alterativa que rompe con el círculo vicioso del poder[5].

Figurativamente, este escenario de uno

de

se

puede

decir

que

la coyuntura política,

sus escenarios,

se

parece

a

la dilatada muerte lenta de un enfermo terminal. Nadie es capaz de otorgarle la conclusión de la eutanasia; tampoco el enfermo terminal es capaz de decidir su desaparición

inmediata.

Se

trata

de

171


una inercia nihilista llevada al extremo de la ambivalencia y de la indefinición.

En estas circunstancias, tan difusas e indefinidas,

el

su estructura

“gobierno de

progresista”,

poder,

su

núcleo

palaciego y sus entornos institucionales, sindicales

y

partidarios,

intentan

proseguir la ruta de la muerte en vida, por medio de una nueva reelección del presidente; líder del partido oficialista, la única figura convocante que tienen. Esta actitud

muestra

progresista”

no

que quiere

el

“gobierno

morir,

quiere

seguir adelante, de la misma manera como lo ha hecho, hasta ahora. Movilizar a lo que los “analistas políticos” llaman su “núcleo duro”; la Federación Campesina del Trópico de Cochabamba, que podría

172


considerarse el núcleo leal al régimen. La masa elocuente de llunk’us del partido, a pesar de ser numerosa, es, mas bien, una masa gelatinosa, incluyendo a la burocracia de funcionarios del Estado. En todo caso, hay todavía, en los sectores populares,

estratos

populares,

aunque

desencantados,

que

todavía

consideran que la diferencia entre Evo Morales Ayma y el neoliberalismo es válida.

El partido oficialista, los órganos de poder del Estado, copados por el partido de gobierno y controlados por la estructura palaciega, buscan imponer la figura de la reelección, usando la fuerza estatal, que todavía controlan y la fidelidad del núcleo duro.

Por

medio

de

maniobras

173


institucionales, no institucionalizadas, y por medio de maniobras leguleyas, quizás puedan lograrlo; sin embargo, este logro se sostiene sobre cimientos de barro. El tema de

fondo

es que

progresista” duró la cresta

de

la

el “gobierno

porque ola de

se

subió

a

la movilización

prolongada (2000-2005), se dejó llevar por

la

curvatura

de

la

ola

misma,

dejándose arrastrar por el impulso de la ola, incluso cuando ésta desapareció. Ahora, que no hay ni ola ni impulso, no tiene con qué continuar en el decurso de las

contingencias

y

concurrencias

de

fuerzas. En todo caso, sería un logro, de la maniobra y el montaje, que solo alcanza

a

parar

el

esqueleto

de

una estructura de poder muerta.

174


¿Cuáles son los tejidos y los nudos que componen

la coyuntura política?

acercamiento mencionamos, hablamos

a

los nudos,

de

pasada,

del nudo

Un que

es

cuando

clientelar.

No

es

exactamente un nudo como tal; es más bien, un primer avistamiento, vislumbre, de

lo

que

acontece

con

los hilos de amarre del nudo efectivo. El conglomerado complicidades,

de

concomitancias que

hacen

y a

la malla de redes clientelares, se sostiene en substratos llamaremos

complejos, rápidamente

de

lo

que

la condición

humana. ¿Cuáles son estos substratos? Quizás uno de ellos tenga que ver con los imaginarios conformados

por

las sociedades institucionalizadas. Imaginarios de 175


la promesa de al paraíso

la salvación,

terrenal.

desacralización,

La

convirtió

el era

retorno de

la

esta promesa

religiosa en un proyecto realizable en la Tierra,

conformando

un paraíso

terrenal prolífico en la riqueza y el goce banal.

La felicidad,

en

tanto plenitud, plena vida en las filosofías antiguas, se convirtió en el vivir bien, en el

discurso

los populismos del

endémico siglo

XXI;

de en

la

realización demagógica de una armonía virtual y publicitada con la naturaleza; cuando

efectivamente

se

continuaba,

atrozmente, con el desmembramiento de los

ecosistemas.

neoliberales,

En

los discursos

la felicidad prometida

se

convirtió en la fantasía del mundo del consumo, de la posibilidad de endeudarse indefinidamente

para

infinitamente

consumir bagatelas. 176


El nudo del consiste

que

hablamos,

en

entonces,

la inclinación social

por imaginarios delirantes

de

ferias

de paraísos terrenales de la proliferante banalidad. La corrupción, entonces, es una estrategia, si se quiere, directa y práctica,

para

terrenal de

la banalidad

La corrupción es el fin es

acceder

al paraíso

de

chatarra.

el método,

empero,

este paraíso del goce fugaz

y

superficial. Parece, que hay que atender, analíticamente, mas bien, esta finalidad, y

menos

la

estrategia

y

método

pragmático de la corrupción. Se hace, al revés,

pues

se

evalúa

desde

la perspectiva moralista, como si ésta pudiera dar luces sobre lo que ocurre, la decadencia. El moralismo, no es nada más que el asombro inocente y virgen de 177


la corrupción, la corrosión, la perversión y la

violencia

desmedida.

Es impotente para comprender,

mucho

menos, para detener la marcha escabrosa de la decadencia. Es parte, aunque usted no

lo

crea,

de

parte angelical de

la decadencia;

es

la decadencia y

la el

desmoronamiento civilizatorio.

El problema, en consecuencia, no radica en

haber

optado

por

el paraíso

hojalata del sistema-mundo

de

cultural de

la banalidad, que es, sin embargo, un retroceso estético respecto a la promesa religiosa, sino en el haber comenzado con el imaginario de la promesa de salvación, como si hubiera otro multiverso diferente al

que

habitamos;

de espiritualidad,

hecho,

además,

sin

ninguna

178


contribución

de energía y materia.

buscar

otra

en

parte

y

Este

desechar

el lugar donde habitamos y percibimos el universo, el planeta y sus ciclos vitales, es

el

comienzo

hacia

el decurso

histórico de sociedades institucionalizadas, como medio a

abocadas

la

a

realización

servir de

la promesa.

¿Por

qué

destructiva

esta voluntad de

la

vida,

de se

nada, convirtió

en substratos de las civilizaciones conocidas la humanidad?

de

Dicho de otra manera,

¿por qué el humano, institucionalizado, prefiere lo que no está a lo que está?; ¿por

qué

prefiere

la ausencia a

la presencia existencial? Dicho de manera

179


simple,

sencilla,

esquemática,

aunque

ilustrativa, ¿por qué prefiere la muerte a la vida?

No se crea que los problemas pedestres, como

los

de

manifestada

la

en

política sus

ejercida,

formas

más

grotescas, no tengan nada que ver con estas cuestiones trágicas, que arrancan en

los substratos mismos

la humanidad.

Sería

de

una

pose

“intelectual” o burocrática el pretender que estas cuestiones del teatro político de la crueldad tienen que ver con “anomalías salvajes”; que no tienen vinculación con los substratos, constitutivos podríamos atender

las de

explicar al origen,

raíces

y

la humanidad.

ejes No

la decadencia sin para

decirlo

de

180


manera simbólica, a los nacimientos y a los substratos constitutivos

de

la

humanidad. Algo que debería llamarnos la

atención

es

que

parte

de

los substratos, por lo menos, en lo que llama la historia las sociedades antiguas, está conformada por desenvolvimientos y despliegues

de violencias

constitutivas.

La pregunta a la que no podemos escapar es:

¿somos

los humanos constitutivamente violentos?

Hemos

respondido

criticándola

a

esta

pregunta

y de-constructivamente;

desechamos la tesis del mal, de manera concreta la tesis hobbesiana del hombre lobo del hombre. Hemos, partido, mas bien,

de

la teoría

la vida es memoria

biológica de sensible;

por

que lo

181


tanto, afectiva. Otorgándole al humano, ser

orgánico

plurales

y

entre

seres

diversos,

orgánicos

esta condición

existencial compartida. Sin desechar, sin embargo,

la

posibilidad

del momento o momentos diferidos, cuando las sociedades institucionalizadas, comenzaron a moldear al humano a partir de

los paradigmas

de

La invención

la

promesa.

de

demoniaco corresponde

a

lo uno

de

los momentos constitutivos de la historia, como decurso de la voluntad de nada, del nihilismo. La separación entre bien y mal,

que

corresponde,

a

la separación de espíritu y cuerpo, en las religiones

monoteístas,

institucional,

se

podría

es

estrategia

decir,

estatal,

de separar la potencia de la vida respecto

182


a

la abstracta

maquinaria

de

poder,

impotente.

Ciertamente, no es la única inclinación escrita

en

la

comportamientos otras

pluralidad

humanos,

inclinaciones,

fuertemente

pues

más

vinculadas

a

de hay bien,

la potencia

creativa de la vida. Hablamos de las capacidades

desplegadas

en

lo

que

modernamente se define como estética, también como técnica, que los griegos antiguos

consideraban

como techné.

Por

otros imaginarios, institucionalizados;

lo no

integralmente tanto,

se

dan

necesariamente en

constante

mutación y transformación, que son como la expresión figurativa de la invención humana. De esta manera, dicho de modo

183


provisional, se puede apreciar que, por lo menos,

en

lo

minimum

minimorum, este imaginario inventivo co mpensa el imaginario institucionalizado.

Siguiendo

la

exposición,

la compensación de

los imaginarios,

asumidos por las inclinaciones humanas, darían

lugar

a

comportamentales convirtiendo

los

tendencias contradictorias,

desenvolvimientos

sociales en conflictos creativos, incluso, en contraste, regresivos. Aunque esta presentación,

esta

exposición,

siga

siendo esquemática, nos muestra, por lo menos, condición

la

clave humana;

de

la controversial conservadora

y

transformadora, recurrente e inventiva, programática y creativa. El problema es

184


cuando

esta controversial

condición

humana se disminuye o reduce; restringe sus manifestaciones a los extremos de la banalización.

Por

un

lado,

el

conservadurismo se reduce a repetir lo dado y heredado en sus formas más superficiales y banales de la tradición; por otro lado, el progresismo reduce la proyección de la invención a las formas más superficiales y banales del cambio.

Nuestra hipótesis

interpretativa es

que

esto ocurre en plena decadencia, cuando la sociedades

institucionalizadas o,

el

conjunto de ellas, su civilización, no son capaces de comprender las problemáticas y dilemas en los que se debaten; solo atinan a reducirlos a opciones estadísticas o alternativas publicitarias. Esta flojera a

185


ocuparse del cuidado de sí mismo, esta incapacidad de pensar los problemas y los desafíos, es la dramática situación de la miseria

humana.

El

hecho

que

la corrupción no solo haya acompañado a las genealogías del poder, sino se haya expandido

galopantemente

en

la

modernidad tardía, señala el grado de la decadencia de

las sociedades

institucionalizadas,

de

sus mallas

institucionales y de los Estado-nación.

No

se

trata

solo

de

la forma

gubernamentalidad correspondiente

de

clientelar, a

los

“gobiernos

progresistas” del siglo XXI, sino de las otras formas

de

gubernamentalidad en

el presente. Todas, a su modo, han dado lugar

a

la

expansión,

en

distintos

186


despliegues

y

grafías,

a

las formas

paralelas del poder, a las formas de la economía política del chantaje, a las proliferantes formas

de

la

corrosión

institucional y de la corrupción.

Los “analistas” que señalan con el dedo solo a los “gobiernos progresistas”, sin ver

el contexto mundial,

regional,

nacional, sencillamente se tapan los ojos y prefieren optar por lo más fácil, por el prejuicio moral, que señala al enemigo; pero, se guardan de desnudarse a sí mismos.

Los síntomas de

la decadencia de

la civilización

moderna se expresan en todas las formas de gubernamentalidad política, incluso en todas

las formas

de

sociedades

institucionalizadas del sistema-mundo.

187


Estos

“analistas”

la decadencia,

son

parte

de

otro síntoma más

de

la diseminación civilizatoria.

Sin perder el enfoque, que se centra en la coyuntura nacional, teniendo en cuenta los contextos regionales

y

mundiales,

que, de alguna manera, los mencionamos y los figuramos, podemos hacer hincapié en

los síntomas

barrocos de

la decadencia manifestada

en

los

“gobiernos progresistas”.

Estos gobiernos

populistas se encuentran atrapados en las contradicciones

del sistema-mundo

capitalista,

al

responden.

La

nacimiento,

cual

pertenecen

modernidad, ha

vertiginosamente,

estado como

desde

y su

desatada por

dos

188


tendencias contradictorias, para decirlo resumidamente;

la

la descodificación,

tendencia de

de

la liberación

institucional, por lo tanto, desatando las capacidades

inventivas;

la tendencia

destructiva, no tanto conservadora, como se acostumbra decir, sino tanática. La misma capacidad inventiva se convertía en instrumental para la destrucción, tanto de

la humanidad como

El problema es

que,

del planeta.

con

el tiempo,

la modernidad liberadora, por así decirlo, ha venido restringiéndose; en cambio, la modernidad

destructiva,

ha

venido

convirtiéndose en hegemónica.

La civilización moderna, que no dejaba de mostrar su lado liberador, sobre todo, cuando emergen los movimientos sociales

189


anti-sistémicos, claramente, de manera elocuente, los anticoloniales;

movimientos también,

sociales

seguidamente,

los movimientos revolucionarios del proletariado; tampoco dejó de mostrar su lado sombrío, el de la destrucción de la vida. El problema es que

esta

última

convertido,

en

tendencia la

se

ha

actualidad,

en hegemónica; sin decir, que las etapas primerizas

del

evidentemente

capitalismo destructivas,

han

sido

cuando

nacen en el substrato de la colonización.

Volviendo a los “gobiernos progresistas”, el tema es que expresan el conjunto de las contradicciones de la modernidad, de una manera barroca, mezclada, densa, pesadamente irresoluble. Son como la

190


patente evidencia del fracaso político. El resumen de la promesa incumplible, del socialismo restringido a la demagogia, de la de-colonialidad discursiva y teatral, del anticapitalismo

bufón

antiimperialismo análogas,

de

y

del

pose.

Situaciones

en

diferentes

empero,

versiones, las podemos encontrar en los gobiernos

neoliberales.

Se

trata

del

resumen de la proyección de bienestar incumplible, del capitalismo restringido a la

especulación

globalidad analogías

financiera,

superficial, vagas,

de

de

conectada la

la por

democracia

farsante y mentirosa, también de la instrumental

pose

de

justicia

internacional.

191


Ambas proyecciones

ideolรณgicas forman

parte de la misma episteme posmoderna. En

sus

distintas

pretendidamente marcha Pues

de

opuestas,

realizan

la

la decadencia civilizatoria.

ambos proyectos

convertido

versiones,

a

ideolรณgicos han

la humanidad en

medio

dramรกtico y en instrumento trรกgico para alcanzar sus fines sin sentido.

[1] Ver Bolivia: perfil econรณmico. Gravitaciones del capitalismo dependiente y del colonialismo

192


extractivista.

También Plano de

intensidad económico boliviano. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs /gravitaciones_del_capitalismo_depen. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs /plano_de_intensidad_econ__mico_boli. [2] Ver la serie Espesores del presente: https://issuu.com/raulpradaalc oreza/stacks/9108857a454f4535a480896 76950aeb1. [3] Ver la serie Cuadernos activistas: https://issuu.com/raulpradaalc oreza/stacks/715dbb6b8faf4b70bef01283 2f796319. [4] Ver Cartografías políticas del chantaje. https://issuu.com/raulpradaalc oreza/docs/cartograf__as_pol__ticas_del _chanta. 193


[5] Ver CĂ­rculo vicioso del poder. https://issuu.com/raulpradaalcore za/docs/c__rculo_vicioso_del_poder_d44 d3f15db9474.

194


El nudo de la dependencia

195


La

dependencia

es

la

condición

subordinada, que se refiere o se remite a la condición incumplida de no haber logrado la autonomía, la independencia y la soberanía. Se ha trabajado, por así decirlo, la condición de la dependencia económica; la más lucida exposición al respecto es la Teoría de la Dependencia. Sin embargo, no se puede circunscribir el fenómeno de la dependencia solamente al campo económico, incluso tomando en cuenta sus connotaciones en el campo social, también en los campos político y cultural. La dependencia es una condición abarcadora y comprometedora; absorbe distintos planos de intensidad, que se conectan al definir la complejidad de la realidad efectiva; incluso en sus recortes sociales, culturales; complejidad

económicos, sin

tocar

dinámica

políticos

y

todavía

la

e

integral 196


ecológica,

donde

los

campos

mencionados se encuentran articulados. La dependencia compromete, por decirlo en lenguaje ontológico, al ser mismo. Se puede decir, entonces, de manera directa y resumida, que el ser no es, en su condición de dependencia.

Este no-ser de la condición históricapolítica-económica-social dependencia,

define

de de

la manera

categórica e ineludible los alcances y los límites

de

una

composición

social,

atrapada en el campo gravitatorio de la dependencia. Siguiendo a la Teoría de la dependencia,

éste

fenómeno

de

subordinación no se explica sino en la estructura de poder y en la geopolítica del

sistema-mundo

capitalista.

No

se

trata, entonces, solo de la convocatoria a 197


la decisión autonomista, independentista y

soberana;

sino

de

dejar

de

ser

dependiente, en la integralidad de los distintos

planos

de

intensidad,

que

componen la complejidad social y política. La

consecuencia

de

la

Teoría

de

la

dependencia es que no se sale del campo gravitatorio definido por la geopolítica del sistema-mundo

capitalista

solo

por

desplazarse hacia otra forma de Estado; por ejemplo el Estado socialista; mucho menos por desplazarse a una forma de Estado

de

menor

sistémica, correspondiente

transgresión

el a

anti-

Estado-nación la

forma

de

gubernamentalidad populista. No basta efectuar nacionalizaciones, materialidades políticas constitutivas del Estado-nación, sino que se requiere romper con el mismo campo gravitatorio que genera la

198


dependencia, es decir, con la geopolítica del sistema-mundo capitalista.

Los denominados estados del socialismo real no rompieron con el sistema-mundo capitalista; continuaron en la geografía estructurada por la geopolítica de la dominación

mundial

del

capital.

De

manera menos intensa y ambiciosa, con menor proyección, los Estados-nación del nacionalismo

revolucionario

tampoco

atinaron a romper con las condicionantes impuestas por el orden mundial, a pesar de la incidencia en la economía mundo de las nacionalizaciones efectuadas. En el siglo

XXI,

progresistas”,

los

llamados

están

más

“gobiernos lejos

de

la

ruptura con el orden impuesto por el imperio mundial, que lo que estuvieron

199


los gobiernos del nacionalismo-popular de mediados del siglo XX.

Se

podría

sugerir,

comparativamente,

solo de manera ilustrativa, de ninguna manera,

explicativa,

un

cuadro

de

ubicación de donde se encontrarían las diferentes

formas

rebelaron variable

de

Estado

que

se

al

sistema-mundo.

De

la

menor

dependencia

la

de

a

mayor dependencia, podríamos situar, en primer lugar a los Estados del socialismo real; después vendrían, con una distancia determinante,

los

Estado-nación

del

nacionalismo revolucionario, en todas sus versiones; distancia

continuando, que

antecesores, “gobiernos

los con

sin

separa los

progresistas”.

obviar de

la sus

denominados En

esta

secuencia, los “gobiernos progresistas” 200


serían

los

más

dependientes

y

subordinados de esta triada.

Su única

ventaja,

gobiernos

serían

los

neoliberales, formas concretas de Estado, que

se

habrían

completamente

entregado

a

la

casi

condición

subordinada de la dependencia.

No interesa, en este análisis, la jerarquía y, por lo tanto, ponderar a los menos dependientes, gravitación

sino

de

señalar

determinante

de

la la

dependencia, en toda esta lista de formas de

Estado.

No

fue

suficiente

la

transformación del Estado, en el caso de las revoluciones socialistas, para salir de la condición dependiente respecto a la composición mundo; romper,

estructural

pues salir,

al

no

ser

fugarse

del

sistema-

capaces el

de

campo 201


gravitatorio de la geopolítica del sistemamundo capitalista, solamente lograron, por así decirlo, órbitas privilegiadas en el sistema orbital de sistema-mundo. Este hecho

no

puede

ocultarse

por

el

despliegue de la más esforzada difusión ideológica. No se trata de demostrar la verdad de la ideología socialista, sino de efectivamente construir, por lo menos, un mundo

alternativo.

El

fracaso

del

proyecto socialista conocido, partidario, consiste en esto, en no haber podido construir otro mundo alternativo. Solo se mantuvieron en el mismo sistema-mundo que

combatieron,

perímetros,

sin

bordeando

cruzar

sus

sus

límites

y

umbrales.

No entraremos, en este ensayo, a la dramática

historia

de

los

estados 202


socialistas, sus terribles contradicciones, sus crímenes, a pesar de los alcances de justicia

social;

pues

no

es

este

el

referente del análisis. En todo caso, nos remitimos a anteriores ensayos y otros análisis

e

investigaciones.

Lo

que

importa, en el contexto del ensayo, es señalar la condición de dependencia de la que no salieron los estados del socialismo real. Alguien puede cuestionar lo que decimos,

refiriéndose

a

la

República

Popular de China; la primera economía del

sistema-mundo-capitalista.

Sin

embargo, al señalar la evidencia del “desarrollo” abrumador de la República Popular

China,

del

no

patentizar

que este logro de revolución y

otra

cosa,

de

mercado”, tecnológica

hacen

“socialismo

científica,

sea

que la

demostración de que solo se puede lograr “desarrollo”,

crecimiento

económico, 203


convertirse

en

la

primera

potencia

emergente económica, en la medida que se respeta la composición estructural del sistema-mundo capitalista. Para decirlo, en tono coloquial, el salto de la “China comunista” a primera potencia económica solo fue posible en las condiciones de posibilidad impuestas por la geopolítica del sistema-mundo capitalista.

Los líderes del Partido Comunista Chino, el

comité

central,

no

parecen

darse

cuenta que su triunfo económico, incluso, tal

vez,

militar,

revoluciones

que

industriales,

supone

las

tecnológica,

científicas y cibernéticas, es una victoria a costa del proyecto comunista. La gran revolución socialista china, que fue como la continuidad expansiva y profunda de la revolución bolchevique, que se convirtió, 204


en el mundo pedestre de la postguerra, en la posición radical de los no alineados; revolución que transformó al mundo más que la revolución rusa;

terminó en la

deriva de el “socialismo de mercado” y la derrota de la revolución cultural de los guardias

rojos,

en

una

asombrosa

y

tecnológica,

razón

instrumental,

revolución

científica

restringida

a

la

dejando avergonzados a los países de la colonización

interminable.

China

ha

ganado la competencia capitalista, pero ha

perdido,

inutilizando

el

proyecto

comunista y la utopía universal, por la que

todos

y

todas

las

combatientes

dieron su vida; desecho su condición revolucionaria. Ya no lo es; de esta pérdida irremediable, de esta muerte del espíritu comunista, no la puede salvar el impresionante

e

inmenso

Partido

Comunista de la China. 205


Si algo queda con los miembros de los partidos comunistas, los que podemos nombrar como tales, por haber sido máquinas de guerra, militares y políticas, que enfrentaron a las máquinas de guerra hegemónicas vencieron,

del

capitalismo

y

las

es la comunicación respecto

al sentido de lo que se hace. Por más que se

haya

Comunista

burocratizado Chino,

por

el más

Partido que

el

realismo político y el pragmatismo lo haya llevado a una estrategia política, económica y militar, que

aparece como

eficaz,

desorientación

frente

a

la

estructural de la OTAN, a la compleja estructura

máquina

del

vigente

capitalismo, no hace otra cosa que revivir el sistema-mundo capitalista contra el que combatió. 206


La pregunta al Partido Comunista Chino es: ¿Cuánto de comunista le queda? No se

trata

de

interpelarlo;

juzgarlo,

tampoco

de

el desafío ha sido inmenso,

se han desplegado todas las herramientas que se creían pertinentes. A diferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Comunista Chino gobierna no solamente sobre la geografía china, sino sobre

la

geografía

del

mundo;

sin

embargo, esta forma de gobernar no es de los condenados de la tierra, no es de los

campesinos

y

proletarios,

que

conformaron el ejército rojo, que ingresó triunfante a Pekín en 1949.

La responsabilidad del comunista - que entiende

de

manera

inmediata

el 207


militante comunista, de lo que está lejos de

vislumbrar

el

detractor

del

comunismo, que nunca se ha dedicado a entenderlo, incluso para criticarlo - es para con los y la explotadas de la tierra. El asombroso salto de la China Popular como primera potencia económica, es portentoso para los economistas; hasta puede ser para los condenados de la tierra,

pero

no

es

un

logro

del

comunismo; la sociedad sin clases.

Dicho de manera traviesa, que no pierde la forma transgresora y provocadora, podría

enunciarse

de

la

manera

siguiente: ¿comunistas chinos qué están haciendo? ¿La guerra al capitalismo o la demostración de ser los primeros en la competencia capitalista? Si todavía son comunistas,

tendrían,

en

el

sueño 208


inocente

del

militante,

responder

honestamente a las preguntas. Si el término

comunista

se

ha

convertido,

reductivamente, en un logo, que sirve para china,

vender

la

entonces

producción han

industrial

ganado

a

la

competencia, frente a las conformaciones sin ingenio de las burguesías europeas y norteamericanas. Ese no es un tema que preocupa a los condenados de la tierra. Lo que preocupa es si lo que hicieron en la larga marcha se convierte, ahora, en liberación y realización de las demandas humanas

postergadas.

Haciendo

más

simple y más maravillosamente infantil el discurso, la pregunta es: ¿camaradas chinos siguen siendo comunistas?

209


La trama del dependencia

nudo

de

la

210


En la conformación del sistema-mundo capitalista los amarres de la dependencia comenzaron, por así decirlo, temprano; prácticamente en el nacimiento mismo del sistema-mundo; vale decir con la conquista

reiterada

y

la

permanente.

La

división

internacional

y

la

mercado

mundial

colonización del

trabajo

composición se

imponen.

del La

esclavización a escala de las magnitudes asombrosas

del

modo

de

producción

capitalista, las oleadas de conquistas, las expansiones

demoledoras

de

la

colonización,

como

corrientes

de

fundaciones

europeas

sobre

lo

ya

fundado hace tiempo, los sometimientos de las poblaciones nativas, si no era su genocidio,

la

conversión

de

los

conquistados en el proletariado inicial, dado en forma barroca, son los hilos de los entramados del sistema-mundo, que 211


se

conformaba

conquistadas

y

anexando bañándose

tierras con

las

sangres derramadas. El continente de Abya Yala se convirtió en el donador, por excelencia,

de

recursos

naturales,

además de donar contingentes de masas de fuerza de trabajo super-explotable.

Lo

que

se

nombra

como

economía,

denominación mejorada con la definición de campo económico, es una abstracción, que se sostiene en tejidos de la trama y urdimbre

compuestos

por

los

hilos

trágicos y dramáticos de estas relaciones violentas

entre

humanos,

de

estas

prácticas también violentas de parte de los

humanos

con

los

espesores

territoriales. De la misma manera, se puede señalar los hilados de relaciones entre humanos y sus máquinas; también, 212


en

términos

de

corrientes,

con

los

océanos y los continentes. Las relaciones de

las

miradas

firmamento

humanas

o

los

con

océanos

el de

constelaciones, sobre todo, en la que se encuentran, la Vía Láctea. Del mismo modo,

conforman

complejidad

de

hilados tejidos

en

la

materiales,

energéticos y corporales. No se puede obviar las relaciones de los humanos con sus saberes, sus ciencias, sus artes y estéticas.

Todos

distintos

planos

estos y

hilados,

en

espesores

de

intensidad, conformando composiciones singulares, hacen a la realidad efectiva. La abstracción de economía o campo económico

no

es

más

que

una

interpretación, un enfoque teórico, que recorta dinámica

en de

la

integral la

complejidad

realidad

efectiva

213


configuraciones reducidas, para hacerlas operables en el análisis.

Lo que se denomina dependencia, que corresponde a los hilados de relaciones de dominación, relaciones basadas en prácticas de violencias iniciales, mutadas después

a

prácticas

costumbres,

que

inscripción

violenta,

de

han

hábitos dejado

y su

aparentando

naturalidad, es ese entramado material, energético,

corporal

composición

de

notas

y

territorial; violentas

y

ejecutada por instrumentos de guerra. Después, por toda la instumentalidad del mercado, que cubrió los mares y los continentes con sus mallas de redes comunicantes y traficantes. Emergiendo de estos substratos de la violencia y del comercio se edificaron estados modernos, 214


con

sus

respectivos

gobiernos

administraciones imitativas. violencias

iniciales

se

hábitos,

sembraron

y

Es decir, las

convirtieron

en

mercados,

se

expandieron las minas, también en las plantaciones domesticadas y copiosas; aparecieron industrias, como para llenar los

vacíos

de

las

importaciones.

La

dependencia se teje en la composición de estas formas singulares de relaciones; no se trata solo de la transferencia de recursos naturales, en la condición de materias primas, sino del nudo de la dependencia.

El nudo de la dependencia, que es un amarre de hilados, se forja amarrando la composición hilvanada, que asiste a los entramados

del

sistema-mundo

capitalista. Es el nudo que define la trama 215


y la urdimbre conformando lazos de dependencia respecto a la economíamundo capitalista. La economía-mundo responde

a

una

fabulosa

heurística

maquínica diseñada para la acumulación ampliada

de

capital,

suponiendo

reiterada

y

recurrente

la

acumulación

originaria de capital. Todas las piezas, los dispositivos,

la

instrumentalidad,

los

circuitos, la logística, las comunicaciones, las producciones, están articuladas, de tal manera, que generan acumulación de capital a escala mundial. La dependencia, en

primer

lugar,

sistema-mundo dependencia

la

Estado-nación, “desarrollados”,

se

da

respecto

capitalista; comparten tanto así

los

al

esta

todos

los

llamados

como

los

denominados “subdesarrollados”, de la misma manera como también, ahora, en

216


la historia reciente, los señalados como “potencias emergentes”.

En segundo lugar, la dependencia es diferencial; se dan, por así decirlo, de una manera

conocida,

dominantes,

en

dependencias

contraste

dependencias

con

dominadas.

las Las

dependencias dominantes se aprovechan de los términos de referencia desiguales, que

benefician

economías tanto

grandemente

nacionales

empobrecen

economías

dependencias subalternos

de

dominantes,

o

nacionales

a

vacían

las en

a

las

dominadas.

Las

los

Estado-nación

reproducen

la

condición

impuesta por la geopolítica del sistemamundo

capitalista,

condición

que

diferencia centros de periferias.

217


En

tercer

lugar,

se

trata

de

la

dependencia inscrita en los engranajes mismos

de

la

economía

nacional;

funciona como si fuese una fatalidad, una condena, de la que no se puede salir. Funciona también como una ecuación material: genera

la y

economía

extractivista

reproduce

la

condición

dominada de la dependencia. Reproduce, además, la condición de subordinación política;

el

Estado-nación

tarea

primordial

tiene

como

garantizar

la

transferencia de recursos naturales de las periferias a los centros de acumulación de capital.

Aparece

como

si

fuera

un

programa inscrito en la estructura de la economía-mundo. estructurante funciona

de

La la

generando

estructura

economía-mundo la

diferencia 218


geopolítica, centros y periferias, aunque ahora aparecen las potencias emergentes como

tercera

característica

de

la

geopolítica. La acumulación de capital no puede

darse

sino

por

expropiación;

expropiación de plusvalía a la fuerza de trabajo;

expropiación

de

recursos

naturales, en las condiciones desiguales de

los

términos

intercambio; ecosistemas,

de

referencia

expropiación sin

a

reposición

de

del los la

destrucción dejada como huella ecológica.

El nudo de la dependencia amarra a todos los

Estado-nación,

“subdesarrollados”

“desarrollados”, o

“potencias

emergentes”, también a los dispositivos globales del sistema-mundo, en la espiral 219


de la dependencia in crescendo. Lo hace funcionar

de

acuerdo

a

las

tramas

anudadas. Lo que no hay que olvidar es que estas tramas fรกcticas, que pueden considerarse como pre-narrativas, estรกn compuestas por entramados corporales y territoriales.

Lo

que

manifiesta

patentemente el pathos y el ethos de experiencias sociales sedimentadas en las memorias

sociales.

Desde

esta

perspectiva, la de la experiencia y la memoria

sociales,

dependencia condena,

no sino

el

es

nudo ni

una

deshilachable,

de

la

fatalidad

ni

composiciรณn des-anudable;

dependiendo de la capacidad popular de descifrar y desanudar el nudo gordiano. No con la espada, como Alejandro Magno, sino con la astucia de la inteligencia humana.

Esto

implica

o

exige

la

220


intervención de la potencia social, como inventiva y capacidad creativa de la vida.

Lo que llama la atención, al respecto, es la solución repetida y recurrente, al estilo de Alejandro Magno, cortando el nudo con la espada, de manera violenta. Lo que

faltó

contar,

en

términos

de

interpretación narrativa, para mantener el equilibrio estructural del mito y de la leyenda, es que, una vez cortado el nudo gordiano con la espada, el nudo se reproduce, a pesar del corte. Alejandro Magno se aplazó, como todos los líderes, de un lado y del otro, o de todos los perfiles que se dieron en la historia; como todas las vanguardias y retaguardias que se dieron en la historia. Desanudar el nudo gordiano equivale a descifrar la composición

del

tejido

complejo

del 221


sistema-mundo,

desanudarlo,

hilo,

con

y

tejer

entramados

de

los

otras

hilo

hilos

por otros

composiciones

posibles.

Desanudar el nudo de la dependencia equivale a desanudar el entramado del sistema-mundo capitalista; volver a tejer con

los

hilos

deshilachados

otras

composiciones, mas bien, armónicas y alegres, que las sufrientes tejidas por las sociedades institucionalizadas; las que optaron por el circulo vicioso del poder. La

fatalidad,

la

condena,

el

destino,

incluso, la ley dialéctica, que supone, la providencia, no son más que formas narrativas del imaginario de la voluntad de

nada,

del

nihilismo

inherente

y

estructural en la historia. Formas de legitimación del círculo vicioso del poder. 222


No hay, efectivamente, tal cosa, pues la realidad, como sinónimo de complejidad dinámica,

no

se

circunscribe

a

la

fatalidad, sino es el devenir constante de la creación de la vida.

La cuestión, al respecto, es ¿por qué, las sociedades institucionalizadas optan por el

imaginario

de

la

fatalidad

como

voluntad de sus prácticas y habitus, en vez de recurrir a la potencia social? ¿Por qué ese apego nihilista por la nada y el vacío, por la muerte? ¿Por qué prefieren ser dependientes de un supuesto destino asignado?

¿Por

qué

ese

deseo

de

sacrificio en aras de la nada? Cuando la voluntad de nada es hegemónica, por así decirlo, cuando prepondera en el factum del desenvolvimiento humano, llamada historia, es que se ha renunciado a la 223


creación, a la capacidad estética de la humanidad.

En conclusión, el nudo de la dependencia no se circunscribe solamente a lo que la Teoría de la dependencia describió y analizó lucidamente, ateniéndose a la economía-mundo,

proyectando

consecuencias en el complejo sistemamundo, sino que, en sentido completo e integral, se refiere a la dependencia de las

sociedades

respecto

a

la

institucionalizadas supuesta

realidad

institucional, que no es más que la narrativa de la fatalidad, de la muerte y de la voluntad de nada.

El límite de la Teoría de la dependencia es que supuso la dependencia respecto a un 224


sistema-mundo capitalista, que producía, a la vez, “desarrollo” y “subdesarrollo”, sin lograr vislumbrar que se trataba, en la complejidad mayor, de lo que había intuido y en parte descifrado, de la dependencia respecto a un imaginario institucionalizado, civilización

la

moderna,

ideología de

la

de

la que

comparten tanto liberales y socialistas, neoliberales y progresistas.

225


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