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Daniel Sánchez Melgarejo ................................Pag

La Mujer Verónica

elebrando el XXV aniversario de la

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Cfundación del paso “Encuentro de Jesús camino del Calvario”, la hermandad y estantes no debemos de olvidar fijarnos en la santa mujer Verónica que admirablemente esculpió D. Gregorio Fernández Henarejos en el año 1996.

Pero, ¿quién era esa mujer?

En ninguno de los cuatro evangelios canónicos aparece el pasaje que una mujer limpia el rostro ensangrentado de Jesucristo camino del calvario, pero sí en la tradición piadosa popular aparece esta imagen que tanta devoción profesa. Cuenta la tradición que una mujer, joven y piadosa, llevada por la compasión y el amor, tuvo el coraje y los arrestos suficientes de desafiar a la multitud y a los soldados romanos, para acercarse a Jesús y tiernamente limpiar su rostro sudoroso, golpeado y ensangrentado con un paño o velo en el cual quedó impregnado, de forma milagrosa, el Santo Rostro del Salvador.

En las primeras comunidades cristianas a esta mujer se le conocía como “mujer piadosa de Jerusalén” y otros escritos que se refieren a otra mujer citada en el evangelio apócrifo de Nicomedes, llama-

da Berenice, que fue sanada por Jesucristo de sus hemorragias.

Y, entonces, ¿por qué se llama Verónica?

Tal como he comentado, las primeras comunidades cristianas no sabían el nombre de esa mujer, pero lo que si sabían es que ella limpió el rostro de Jesucristo con un paño en el que quedó impregnado su rostro, es decir, la verdadera imagen del Salvador, el verdadero icono, “Vera icona”, eso es lo que significa Verónica, el verdadero rostro de Jesucristo.

Desde el S. XV hasta la actualidad, la devoción por la Santa mujer Verónica fue extendiéndose hasta el punto de incorporarla al relato de la Pasión e incluirla en el ejercicio del Vía Crucis, en la sexta estación “La Verónica limpia el rostro de Jesús” y determinación. Ella puso sus ojos en Cristo y con valentía le enjugó el rostro, nosotros tenemos la obligación de enjugar el rostro de las personas que sufren, de nuestros hermanos necesitados, de los abandonados y los débiles y de todos los rostros de Cristo que hoy en la actualidad están escondidos a nuestro alrededor.

No quisiera olvidarme en este artículo de todas las mujeres que pertenecen a nuestra hermandad, penitentes, madres, esposas, hijas; estoy seguro que sin su ayuda y su total dedicación y trabajo constante, nuestro trono y hermandad no procesionaría con la sobriedad y elegancia que nos tiene acostumbrados.

Daniel Sánchez Melgarejo

Estante paso “Encuentro de Jesús camino del Calvario” en su XXV Anivesario.

Por tanto, ahora que estamos celebrando nuestro XXV aniversario, miremos a la santa mujer Verónica e imitémosla en su coraje

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