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Francisco Javier Vera Pelegrín ..........................Pag
Domingo de Resurreción. Victoria de Cristo sobre la muerte
on el presente artículo pretendo
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Cofrecer una visión del acontecimiento más importante y relevante para los cristianos, el hecho que da verdadero sentido a nuestra existencia, y que nos debe reconfortar siempre y en todo momento: la Resurrección del Señor, que venció a la muerte, por lo que resulta evidente que nos guiamos por un Dios vivo y para los vivos, cauce y guía para alcanzar la vida eterna, a lo que debemos aspirar con nuestro obrar diario a lo largo del recorrido terrenal que cada uno tengamos, teniendo siempre y en todo momento viva la esperanza para alcanzar dicho destino final. Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo.
Quiero expresar un año más mi sincero agradecimiento al estimado amigo Antonio Barceló, por continuar confiando en mí, amante de nuestra Semana Santa, para contribuir con una pequeña aportación a la revista Los Azules, consolidada ya en el panorama editorial de la Semana Santa murciana, debiendo reconocerle el tremendo mérito que conlleva su abnegada labor para que pueda ver la luz esta publicación.
La Pascua ―también llamada Pascua de Resurrección, Pascua Florida, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua de la Resurrección― es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios canónicos, la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado. Al igual que Navidad inicia su octava el día de Navidad, concluyendo en la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, la Pascua inicia su octava el Domingo de Pascua, concluyendo en la Fiesta de la Divina Misericordia.
El Domingo de Resurrección, es una conmemoración de origen cristiano que cierra el Triduo Pascual, también conocido como los tres días santos, en los que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, además inaugura un periodo litúrgico de 50 días conocido como Tiempo Pascual, que finaliza con el domingo de Pentecostés.
Es la fiesta central, la más importante para los cristianos porque celebramos la Resurrección de Jesucristo tras haber sido crucificado, por lo que es sinónimo de alegría, luz y esperanza entre los fieles católicos. Con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.