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Conceptos analíticos
Elaboramos este “Documento de trabajo n.°2” a partir de una serie de conceptos analíticos que nos permiten enmarcar el estudio de las coaliciones de gobierno desde una dimensión poco abordada en América Latina. Esto es, la gobernanza de las coaliciones. La literatura es amplia en Europa, pero en la región latinoamericana ha sido poco incorporada al estudio de los acuerdos multipartidarios en el ejercicio del poder político. Por gobernanza entendemos la dinámica que adquieren determinadas normas, pautas y reglas de funcionamiento interno que permiten tomar decisiones al interior de una coalición de gobierno. En concreto, nos referimos a cómo se adoptan definiciones entre los socios y de qué manera los esquemas acordados por ellos facilitan ese proceso. La gobernanza puede asociarse con la administración de las coaliciones y la gestión cotidiana de los acuerdos entre socios que deciden tomar decisiones políticas compartidas. Este abordaje permite inmiscuirnos en su interior, en tanto la literatura especializada solo considera cómo se forman las coaliciones, cómo se reparte el poder y cómo finalizan. En otras palabras, sabemos mucho del inicio y del fin, pero poco sobre lo que ocurre en el medio, en el día a día entre los aliados.
En paralelo, consideramos que una coalición de gobierno tiene dos dimensiones analíticas que, al mismo tiempo, son dos arenas de funcionamiento que requieren abordaje conjunto. Por un lado, el ámbito ejecutivo: el reparto de cargos en la presidencia, en los órganos y entes que dependen de este. Por otro lado, el ámbito legislativo: la arena en la cual se replica el mismo acuerdo entre los partidos, pero para la discusión, el debate y la aprobación de proyectos de ley. La confluencia de ambas dimensiones permite considerar una coalición de gobierno como un espacio multipartidario donde se reparten cargos gubernamentales, se acuerdan objetivos comunes y se elabora un programa de gobierno compartido, que se implementa a partir de normas legalmente aceptadas. En este sentido, entendemos estas coaliciones como una interacción con un grado aceptable de coordinación entre la arena ejecutiva y la arena legislativa, lo cual implica ir un paso más allá del simple apoyo en el congreso a un (una) presidente(a) por parte de un partido o grupo de partidos políticos con una cantidad determinada de bancas. Adicionalmente, estos acuerdos a los que hacemos referencia tienen un grado de publicidad, discusión y presentación pública que evita que se generen instancias donde la transparencia del acuerdo pueda ser puesta en duda. En términos de la construcción política coalicional, consideramos que deben respetarse los mismos criterios éticos y normativos que debe contemplar toda práctica política actual.
De esta manera, nos centramos en tres aspectos claves de las coaliciones de gobierno en todo el documento. El primer aspecto es la conversión de las reglas de convivencia acordadas en la etapa electoral para la etapa de gobierno. El segundo corresponde a la definición del equipo de la coalición de gobierno, los criterios y las estrategias que priman en la región. El último se refiere a los distintos esquemas de coordinación interna, tanto dentro del poder ejecutivo como entre este y el legislativo. Es decir, cómo estos mecanismos adquieren un formato de coordinación medianamente estable a partir del cual se adoptan decisiones estratégicas, se lleva adelante un plan de gobierno compartido y se resuelven las disputas internas. En este sentido, resulta importante distinguir entre dos tipos. La literatura europea separa las rules in form (la forma que adquieren las reglas en documentos firmados por los socios de un acuerdo) y las rules in use (las reglas en uso o en aplicación) (Ostrom, 2005). Mientras a las primeras se las suele llamar las reglas formales, a las segundas se las define como reglas informales. Esta distinción es importante en tanto en América Latina los mecanismos internos acordados, que surgen de reglas definidas por ellos mismos, suelen ser informales a la hora de tomar decisiones políticas. Adicionalmente, la brecha que se genera entre la formalidad y la informalidad suele incidir sobre la supervivencia y el éxito que tiene la convivencia entre los socios de una coalición de gobierno.