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¿Quiénes toman las decisiones? La definición del equipo de la coalición de gobierno
En la mayoría de los casos, la centralidad del vínculo interno entre los socios del acuerdo se expresa en la definición del equipo de gobierno. Qué le toca a cada uno, cuánto espacio de autonomía tienen y de qué manera construyen su vínculo con la presidencia de turno son algunos de los temas más sensibles en toda coalición de gobierno. Condicionan, junto con la implementación del plan de gobierno, el funcionamiento del acuerdo. Pero el programa, sin dudas, depende de cómo se reparten los espacios de poder. Con relación a este punto encontramos hallazgos interesantes, sobre los cuales elaboramos una serie de recomendaciones para una gobernanza más efectiva y eficiente de la coalición de gobierno, que se encuentran al final del documento.
El momento en que se define el equipo de gobierno es un aspecto clave de las coaliciones de este tipo. La estructura que le da sustento político al acuerdo tiene un timing específico. En todos los casos analizados encontramos muy pocos ejemplos de coaliciones electorales que, previamente a la victoria en los comicios, definieron cómo pensaban repartirse los cargos en el gobierno y quiénes iban a ocuparlos. Por lo general, esta negociación entre los socios de un acuerdo transcurre con posterioridad al resultado electoral. En este proceso, el rol del presidente electo y de su equipo de confianza es central: recibe recomendaciones de sus aliados, selecciona a los (las) ministros(as) y primeras líneas del gobierno, y marca el tipo de relación que tendrá con ellos(as). En lo que respecta a los dos primeros elementos (recibir recomendaciones y seleccionar a los (las) responsables), estos están condicionados por el subtipo de coalición electoral que le dio forma a su nominación y competencia posterior.
Los subtipos centralizados le dan un mayor margen al presidente para descartar las recomendaciones, mientras que los descentralizados lo limitan mucho. Los subtipos caracterizados por la coordinación tienen mayores tensiones en este punto dado que ninguno de los dos actores (presidente o aliados) pueden primar sobre el otro, lo que motiva la necesidad de contar con mecanismos de resolución de disputas y de compensación entre socios. Estos hallazgos coinciden con lo indicado por la literatura especializada en América Latina4, la cual denota que el presidente electo se reserva una porción importante de los nombramientos para su espacio e influencia, y reparte el resto entre sus socios.
¿QUIÉNES TOMAN LAS DECISIONES?
4Entre los principales aportes consultados, resaltamos Amorim Neto (2006), Araujo, Freitas y Vieira (2018), Carroll (2007), Chasquetti (2008), Meireles (2016), Payne et. al. (2006), Reniú (2012), Serrafero (2006) y Zelaznik (2001).