1
ORION PREVENCIÓN INTEGRAL
¿Quiénes somos? Orión Prevención Integral es una organización especializada en el desarrollo de productos y servicios de Prevención Primaria a través del desarrollo humano, organizacional y social Hemos desarrollando un modelo de prevención Integral denominado “S SIRIUS”, diseñado para llevar al ambiente familiar, escolar y laboral, estrategias preventivas de manera práctica, profesional y efectiva. El modelo “S SIRIUS” de prevención integral representa una poderosa herramienta que le permitirá integrar un programa para la promoción de la salud y en particular desalentar el uso y abuso de sustancias, cuyo consumo puede llevar a consecuencias como el bajo aprovechamiento escolar, conflictos familiares, confusiones en el desempeño de la sexualidad, violencia, y en la identidad de los jóvenes en su futuro como adultos.
Orión Prevención Integral Responsables: LIc. Raúl Romo Bryon Lic. Esther H. Misrachi
2
“Demencia es, seguir pensando lo mismo y esperar un resultado diferente” Albert Einstein En este sentido, si queremos cambiar nuestra realidad, tenemos que cambiar la forma en la que pensamos. Es ahí en donde radica la raíz de todos nuestros problemas. Estimados amigos, hoy en día los programas de prevención se han enfocado más hacia la corrección del problema, en lugar de entender, prevenir , modificar y de ser posible, eliminar las causas que los generan. La principal obligación de todo ser humano es educarse así mismo. La principal adicción que tenemos los seres humanos son nuestros pensamientos, creencias y sentimientos, estos son los que generan la mayoría de nuestros problemas. La solución está en el RECTO PENSAR. El RECTO PENSAR nos lleva al RECTO SENTIR. El RECTO SENTIR, al RECTO HABLAR. Y el RECTO HABLAR, al RECTO ACTUAR. “Y Yo no puedo enseñaros nada, solo puedo ayudaros a buscar el conocimiento dentro de vosotros mismos, lo cual es mucho mejor que traspasaros mi escasa sabiduría” Sócrates En ORIÓN nuestro propósito es ayudar a los jóvenes y sus familias a descubrir por sí mismos, que la PREVENCIÓN INTEGRAL, es el mejor aliado en su vida, y la herramienta más efectiva para ayudarlos a materializar todos sus anhelos. PARA QUE TODOS SUS SUEÑOS SE HAGAN REALIDAD
Lic. Raúl Romo Bryon
3
1.- INTRODUCCIÓN
Una distinción más que existe entre los animales y el ser humano es que nosotros nos intoxicamos en forma permanente. Las sustancias tóxicas existen desde siempre y su utilización en un inicio fue para curar y para uso religioso. Las plantas podían llegar a curar porque eran tóxicas y el contacto con dioses era porque esas plantas también en ciertas dosis alteraban la consciencia. Lo que sucedía antes es parte de la explicación del abuso de sustancias en la actualidad, veamos esto. Parte del uso de las distintas sustancias legales o no, son con la necesidad de controlar el dolor físico, mental y social. Por eso, cuando iniciamos nuestro consumo de sustancias lo hacemos para DESCUBRIR. Alteramos los procesos normales del pensamiento fuera del estado de "planear-hacer" de la vida cotidiana, a un estado de "sentir-experimentar" de una vida más pasiva y contemplativa. Unos se quedan en este nivel y otros toman otros rumbos e insisten en la experiencia, convirtiéndola en una experiencia para OCULTAR. Entonces se oculta todo aquello, que se vive como doloroso. La droga cumple su función, anestesia y por eso se instala y hasta perpetua en la vida del individuo sano, pero a la vez ese estado de consciencia que originalmente era alternativo, no le da importancia a la forma apropiada de vivir, o crear, mucho menos de sentir. Aunado a todo lo dicho arriba la droga nos hace sentir eternos (paradójicamente, en forma efímera) ante nuestra negación de que somos seres con un fin en un proceso biológico. La droga tiene para su consumidor, más ventajas en una vida que implica una lucha constante, como una serie de retos que ciertas condiciones sociales producen dolor, frustración e impotencia. La droga anestesia y maquilla el dolor evitando recuperar el sentido de la vida y sus valores que la rodean. VIVIMOS EN UNA CULTURA TOXICA Debemos asumir la gran desproporción que existe entre la Cultura Tóxica y la Cultura de la Salud. Esto es importante para nosotros, porque tendremos en forma permanente un elemento que provocará nuestra frustración, veamos un ejemplo brevemente. Una ama de casa sabe qué es la cocaína, cómo se consume y qué efectos produce en la conducta de quien la ingiere, y hasta sabe, en una de esas, los tipos de armas que usan los cárteles del narcotráfico, evidenciaremos con esto, que la Cultura Tóxica de esta mujer, está desarrollándose, pero su cultura de la salud es mínima, ya que si se le pregunta de tres alternativas de tratamiento de adicciones no sabrá, ni quién, ni cómo ni dónde, es común que sepamos más de elementos que nos destruyen y no de los que nos salvan. Aunado a esto, la Cultura Tóxica esta avalada y publicitada inclusive en nuestras propias casas, lo que hace que asumamos una contradicción, por que ya está establecido en nuestros rituales cotidianos el consumo del tabaco y alcohol. Por ejemplo, este último está rodeado de una serie de valores psicosociales que refuerzan su ingestión como los siguientes:
4
a) Alimenticio; Como aperitivo, como digestivo, hidratante, sabor, "una cervecita para la señora que da pecho a su hijo y así tenga más leche", etc. b) Medicinal; Útil para el ánimo, da energía, el frío, el susto, desmayo, "pongale anís en la encía al bebé para que no le duela el diente que le está saliendo",etc. c) Religioso; Bebida sagrada, favorecedora de estados místicos,"la sangre de Cristo",etc. d) Vida Social; Evitar la timidez, poder dialogar, manipular, negocios, costumbre "viernes social, sábado sexual y domingo deportivo",etc. e) Recreación; Vivencia de goce, cambio, bienestar, para el triunfo y la derrota "la (pen)última y nos vamos",etc. f) Expansión; Creatividad, cambio de consciencia, imagen personal "para quien quiere ser grande",etc. El alcohol ha hecho mucho por el arte pero muy poco por los artistas. INTERPRETANDO LAS ENCUESTAS. Según la Encuesta Nacional de Adicciones realizada en 2001 por la S.S.A., a través de la Dirección General de Epidemiología, se encontró que las drogas ilegales de mayor consumo por los jóvenes en México son: La Marihuana, y los Disolventes Inhalables empatados con la Cocaína en segundo lugar. La sorpresa en relación a este punto, es que la cocaína originalmente para consumo de una cierta elite, se abarata a tal grado que llega a ser accesible a otras esferas sociales, además de que es un "maquillaje" para la tristeza y el dolor. En relación a las tres drogas mencionadas, la mayoría de las veces se obtienen por curiosidad, se obtienen a través de un amigo principalmente y se consumen en la calle, parque, etc., según dicha Encuesta. Se incluyen otros aspectos, pero los que podrían resultar de interés para este documento, los resumimos de la siguiente manera: El mayor número de usuarios de drogas ilegales caen en el rango comprendido entre los 19 y 25 años, siendo un 27.6% hombres y 3.2% mujeres. Llama la atención que en la distribución según sea la ocupación (empleado, estudiante, hogar, desempleado,etc.), el mayor número en todos los grupos de edad son empleados, o sea, que realizan alguna actividad remunerada, lo mismo sucedió en el caso de las mujeres, lo que derrumba el concepto de que el adicto es un tipo que no tiene actividad alguna. La edad de inicio para el consumo de marihuana e inhalables es entre los 15 y 18 años, sin embargo en el caso de los segundos, o sea los disolventes, el segundo lugar del porcentaje está entre los chavos entre los 11 y 14 años. Para la cocaína se habla de una edad inicio entre los 19 y 23.
5
Como es costumbre los números nos marcan una pauta de comprensión, diríamos que se pueden comparar las estadísticas a un mapa, lo que obliga a recordar que el mapa no es el territorio, lo que implica destacar, que lo importante no es el número sino la vivencia y la sistematización que Educador de la Salud puedas obtener de tu labor. 1.1.- PREVENCIÓN INTEGRAL Es preciso poner mayor énfasis en la prevención. Este aspecto es especialmente útil si se quiere cortar de raíz un fenómeno que pudiera volverse incontrolable. Si las medidas preventivas tienen éxito, disminuirán tanto la oferta como la demanda, no sólo de las drogas ilícitas, sino también de tabaco y alcohol. Establecer un modelo de prevención primaria, significa que no necesitamos luchar contra la oferta de la droga, para eso existen otras instancias. El Educador de la Salud, debido a sus características de promotor de la vida, debe evitar que crezca el número de consumidores potenciales, y dadas las condiciones sociales y familiares, los jóvenes se conviertan en consumidores, sean experimentales o habituales. Nuestra labor es reducir el interés por la droga, ofreciendo a cambio alternativas creativas y recreativas que impulsen el valor por y para la vida, si esta labor implica una postura crítica y organizada, se tendrá mayor alcance con los jóvenes y niños. Desde la prevención secundaria, debe tomar medidas para evitar que el o los individuos lleguen a estados de intoxicación severa. El consumo excesivo de drogas (legales o no), conlleva trastornos serios en el organismo que pueden producir inclusive la muerte. Esto es por la droga en sí, pero también, complicaciones psicológicas (como estados de: aguda ansiedad, depresión, desintegración mental, confusión, psicosis, etc.) Por lo tanto, se debe prevenir en este nivel la incidencia y la gravedad de las complicaciones ya existentes en los consumidores. Desde la prevención terciaria, el individuo que ha sido rehabilitado previamente, debe de ser apoyado para que evite recaer en el infierno que le impedía socializarse y participar activamente en su contexto, familiar, escolar y comunitario. El apoyo reside en re-insertarlo como un ser útil en su comunidad, utilizando su experiencia como parte del mensaje que los niños y jóvenes deben saber.
6
Todo lo a anterior se logrará con un incesante trabajo de información y educación, como la adecuada derivación hacia las instancias especializadas. Prevenir pues, es superar las condiciones que impiden promover el crecimiento y bienestar de los individuos y comunidades, en forma tal que se vean libres del uso de las drogas en vez del uso de la vida y de lo que de ella se desprende. Es importante que quede claro que las campañas abocadas a que los niños o jóvenes hagan uso indebido de las sustancias, muchas veces son infértiles, ya que si se le dice al joven que le diga "no a las drogas", caemos en una falacia terrible, ya que la droga siempre ha existido y además la droga no va por si misma a presentarse para ser consumida. Lo que debe quedarle claro al posible consumidor es que de quien se tiene que cuidar es DE SÍ MISMO, ya que la droga y también el alcohol incluido, siempre existirán. 1.2 NUESTRO ENFOQUE La Prevención Integral es una metodología basada en Investigación Científica de vanguardia, que, a diferencia de otros enfoques aborda la prevención desde sus múltiples factores. Su enfoque esta basado en la persona, concebida como un ser integral con una dimensión; física, social, psicológica y espiritual. Se funda en el auto desarrollo como factor preventivo y la satisfacción adecuada de las necesidades personales como base para la plenitud.
7
8
La etiología del uso y abuso de drogas comprende una compleja trama de interacciones entre factores biológicos, genéticos y psicosociales que tienen un diferente grado de importancia a lo largo del desarrollo evolutivo de las personas. Los factores de riesgo para el consumo de drogas generalmente proceden de tres campos: el individuo, la familia y el ambiente social más o menos cercano. Dentro de este último campo se incluyen el grupo de amigos y compañeros, la escuela, el vecindario y la cultura en sentido amplio. SIRIUS SISTEMA DE PREVENCION INTEGRAL parte de la hipótesis de que el inicio y la progresión en el consumo de drogas durante la adolescencia es el resultado de una compleja combinación de presiones sociales y de motivaciones internas que afectan de modo singular a cada individuo. Desde este planteamiento, el programa trata de incidir en un doble plano: por un lado, en las variables mediadoras más directamente relacionadas con el consumo de drogas y, por otro lado, en la competencia personal y social del preadolescente, desarrollando en él una serie de habilidades que le hagan menos proclive a consumir drogas y más competente para establecer vínculos prosociales y para hacer frente a las presiones del ambiente favorables al consumo de drogas. El determinante más inmediato del consumo de drogas son las intenciones de consumo. Éstas, a su vez, están influidas por otras dos variables: las actitudes hacia las drogas y las creencias normativas sobre la extensión y aceptación del consumo. Según esta teoría, la formación de las actitudes está condicionada por las expectativas que las personas tienen acerca del efecto de las drogas y por el valor afectivo que conceden a esos efectos. Por otra parte, las creencias normativas también están determinadas por dos elementos, por la aprobación percibida del consumo de drogas en personas importantes para el sujeto y por la motivación que éste tiene para acomodarse a los deseos de los demás. SIRIUS incluye un componente informativo a través del cual incidir sobre los factores cognitivos antes mencionados. Estos factores son además particularmente importantes de cara a la evaluación de los efectos inmediatos del programa, ya que por la edad de los destinatarios de la intervención hay que esperar algún tiempo para apreciar su impacto en las conductas de consumo de drogas. En la esfera afectiva, el sistema centra su interés en el control emocional y la autoestima.
9
En la adolescencia, por los cambios físicos y psicológicos que se producen y por acontecimientos sociales desfavorables (rechazo paterno, fracaso académico, falta de apoyo social, etc), la probabilidad de vivir experiencias de autodesprecio es mayor que en otras etapas de la vida. Cuando estas experiencias de autorrechazo se repiten los adolescentes pueden apartarse de los roles convencionales y creer que su autovalía puede aumentar si mantienen relación con grupos de iguales socialmente. Que el consumo de drogas finalmente se produzca depende también de que este tipo de conductas sean frecuentes en el grupo y del estilo de afrontamiento del sujeto. Si la persona tiene un estilo de evitación, será más probable que recurra a las drogas como forma de escapar o evitar los problemas que le afectan. SIRIUS incorpora un componente de autoestima y otro de inteligencia emocional para incidir sobre los factores afectivos antes reseñados. El objetivo de dichos componentes es que el preadolescente adquiera un conjunto de habilidades y destrezas cognitivas que le hagan más competente para manejar la ansiedad, las críticas destructivas de los demás, su autodiálogo interno y los pensamientos negativos e irracionales que les puedan afectar. De forma implícita y transversal, el programa también incluye un componente de tolerancia y cooperación. Con este componente se pretende que los participantes descubran la importancia de la coordinación y cooperación para afrontar tareas y situaciones complejas, al tiempo que descubren el valor de la empatía, la comprensión de los demás, el respeto mutuo y la aceptación de los otros tal y como son. El consumo problemático de sustancias no aparece repentinamente, sino que se va desarrollando secuencialmente a lo largo de diferentes etapas, de modo que el consumo de ciertas drogas precede al uso de otras. Cada etapa es un factor de riesgo que hace más probable la aparición de la siguiente, y lo es en mayor medida cuanto más precoz es el inicio del consumo. Así por ejemplo, recurrir al alcohol para conseguir estados alterados de la conciencia hace más probable que se busquen los mismos efectos con otras drogas; además, quienes ya consumen alcohol es más fácil que mantengan relación con otros adolescentes consumidores y, por tanto, que tengan más oportunidades de entrar en contacto con otras drogas. Dos procesos de influencia social son muy relevantes. El primero, es la imitación de conductas de otras personas (iguales o adultos) significativas para el sujeto. El segundo, es el reforzamiento social que los adolescentes reciben de esas personas significativas por su conducta.
10
Si predominan los vínculos y las influencias positivas, resulta la conducta prosocial; cuando predominan los vínculos y las influencias negativas, resulta la conducta antisocial. Los niños y los adolescentes, del mismo modo que aprenden comportamientos apropiados, pueden aprender conductas destructivas. Los lazos o vínculos sociales se definen en la teoría como una adhesión, un compromiso con la familia, la escuela y los compañeros que influyen de forma positiva. Estos vínculos tienen la propiedad de inhibir los comportamientos destructivos a través del establecimiento de un “anclaje” del individuo para actuar de acuerdo con las normas y valores de la unidad de socialización. La teoría predice que aquellos individuos que desarrollan lazos fuertes y tempranos con la familia, la escuela y con compañeros que no están implicados en el consumo de drogas o en comportamientos delictivos, mantendrán un sistema de creencias convencionales y un compromiso de respeto a las normas sociales. Por el contrario, la conducta destructiva se produce cuando la socialización prosocial se rompe, bien porque a la persona se le niega la posibilidad de participar en los grupos que ejercen influencias positivas, bien porque sus habilidades son inadecuadas para que las conductas adaptadas reciban refuerzo, o bien porque el ambiente no recompensa la conducta prosocial del sujeto. Ciertas habilidades cognitivas, emocionales y conductuales incrementan la probabilidad de implicarse, interactuar y desenvolverse con éxito (obteniendo refuerzo) en los distintos grupos sociales; de hecho, los individuos con mayores competencias perciben más beneficios en la interacción prosocial. EN EL SISTEMA SIRIUS el componente de habilidades de comunicación tiene por objeto que los participantes adquieran un conjunto de competencias de interacción social que les permitan desenvolverse con éxito en los ámbitos de socialización que son más significativos para su edad. Por otra parte, el componente de habilidades de resistencia pretende que los preadolescentes sean conscientes de las diferentes fuentes de influencia social que les presionan para consumir drogas y que adquieran habilidades para rechazarlas, adoptando decisiones reflexivas, independientes y saludables. Algunos autores han propuesto la “búsqueda de sensaciones” para explicar el interés de los adolescentes por el riesgo, por el deseo de vivir sensaciones nuevas e intensas y de ponerse a prueba con frecuencia para conseguir altos niveles de estimulación. Los consumidores de drogas presentan puntuaciones más altas en las escalas de búsqueda de sensaciones que aquellos otros sujetos que no las consumen. Para afrontar este factor de riesgo, es importante incorporar un componente de ocio y tiempo libre que pretende ayudar a los preadolescentes a descubrir y valorar la gran variedad de actividades saludables disponibles con las que ocupar su tiempo libre. Se trata, en definitiva, de que los chicos estén en condiciones de satisfacer adecuadamente su necesidad de “búsqueda de sensaciones”, de modo que estén preparados para cuando esta necesidad sea más intensa durante la adolescencia.
11
1.3 MARCO CONTEXTUAL ACTUAL La pregunta de siempre es ¿para qué la prevención? o ¿dónde radica la importancia de esta? La respuesta es: La prevención en el campo de la salud, es importante para disminuir o evitar en distintos niveles, el sufrimiento humano. En el modelo SIRIUS, nuestros esfuerzos, investigación y energías no los vamos a dedicar de balde. El atrevernos a invitarlo a un esquema alternativo de prevención, está fundamentado en evitar centrarnos solamente en la reducción del dolor y el sufrimiento, que de por si conlleva la vida misma y que asumimos que es parte de la condición humana. Sin embargo, usted notará que haremos una labor permanente para insistir y reiterar en mirar las posibilidades de quienes necesitan de este programa. Focalizar las soluciones, pretende evitar el atraparnos en las desgracias y temores que nos afligen cada día llegando a tomar una actitud atrincherada sin salir a combatir a todo aquello (miedo, coraje, impotencia y suspicacia) que ha tomado una centralidad en nuestra vida cotidiana sin merecérselo. Cuando se trae a una labor social una actitud de ánimo, esperanza, constancia y apertura, tendremos como consecuencia, un trabajo basado en el gozo y la presencia del disfrute en la labor preventiva. Abocarnos a desarrollar las alternativas creativas de quienes implementan un proyecto (promotores), como de aquellos a quienes nos dirigimos (familias, escuelas, empresas, industrias y comunidades) permitirá de esta forma, dejar de hacerle más promoción a la mortificación y a la impotencia. Estamos totalmente seguros de que si no cambiamos la estrategia de abordaje en el trabajo preventivo, este proyecto será un programa más. Si partimos de la forma disfuncional como lo han hecho otros programas, de buscar la patología, la problemática, lo agudo de los problemas, será muy probable, que contribuyamos a hacer mas duro el nudo de los conflictos (que no negamos que existen). Nosotros queremos hacer una invitación permanente a centrarnos en los recursos que lleven a hábitos optimistas y operativos que permitan reconocer las habilidades que tenemos los seres humanos para salir adelante. Lo que puede sonar fuera de toda lógica, es que las formas de querer hacer prevención como las de tratar y atender a las drogas, están siendo cuestionadas en la actualidad, por los resultados que poco han abarcado en su intención original. Sin afán de desvirtuar el trabajo de muchos, vemos que una gran parte de la población obedece pero no se cumple con los objetivos planteados por los proyectos preventivos y asistenciales. El absurdo nos lleva a concluir que: Los obstáculos con los que se ha tropezado la prevención, son más relacionados con las personas y poco tienen que ver con las drogas en sí mismas.
12
ALGUNAS DIFERENCIAS IMPORTANTES La intención del Modelo SIRIUS de Prevención Integral y que lo hace distinto, es que se centra en lo que muchos de los programas revisados no han considerado. El equipo profesional que compone ORION se ha beneficiado de la confianza de las autoridades que nos han permitido llegar hasta usted. Hemos desarrollado este proyecto, con base a un claro convencimiento de que se pueden obtener resultados operativos y funcionales en la prevención de problemas de salud que están correlacionados con la comunidad escolar y la familia. También se podrá apreciar, que la mirada hacia nuestro objeto de estudio y de atención, que son los jóvenes, no cae en esa tendencia peyorativa y maniquea de verlos como vulnerables o perversos. Nuestra idea esta basada en primer lugar, en que los jóvenes estudiantes no pueden verse aisladamente en tubos de ensayo, ya que esa mirada aislada de su contexto, llevará a cometer el mismo error, de no considerarlos como seres sociales que se vinculan intensamente con sus compañeros, como también con sus maestros y familiares. LO CREATIVO DE SER JOVEN Nuestra visión, incluye la posibilidad de mirar a los jóvenes con una capacidad “camaleónica” y no necesariamente evasiva, que además consideramos fascinante. No pretendemos caer en una actitud “juvenilista”, la cual se caracteriza por una defensa a ultranza de los jóvenes, que sólo logra considerarlos como víctimas de los padres o de sus tutores y maestros. Al hablar de adolescencia, no podemos caer en un concepto monolítico (“todos son iguales”) ya que las características históricas de cada uno ellos que pueden ser sumamente variadas, sin embargo hay generalidades que pueden ser una buena guía que cuidadosamente nos ayude a no sobreinvolucrarnos en un conflicto con ellos (as) que a veces nos atrapa en la cotidianidad con quienes ya sabemos son demandantes, exhibicionistas, etc., pero a la vez tiernos, lúcidos y colaboradores. TODOS TENEMOS UNA... BIEN QUE MAL Otro aspecto descuidado, quizás por falta del entrenamiento de los profesionales que han implementado con muy buena voluntad los programas preventivos, es el no considerar a la familia. Lamentablemente lo han hecho como si ésta se tratara de un satélite alrededor del joven, cuando es lo contrario, ya que es el lugar de donde emanan las características relacionadas con su autoestima, autoconfianza, valores, entre otros.
13
LA INSTITUCIÓN QUE EVALÚA Nuestro proyecto tiene el orgullo de poder asumir con gran responsabilidad y compromiso la capacidad de incluir en la visión del joven al contexto más representativo de su vida cotidiana, o sea, la familia. Usted de seguro habrá observado que las deficiencias, carencias, como también, las habilidades en la escuela, están determinadas por lo que en el hogar se recibe. Con esto queremos decir que las escuelas, su personal docente y administrativo no están obligados necesariamente, a resanar los huecos y carencias que la familia no puede otorgar a sus hijos, sin embargo, si estamos seguros que la institución escolar, es en primer lugar el lugar cautivo que nos permite desarrollar habilidades que permitan fortalecer conductas de protección hacia sí mismo como hacia su contexto social incluyendo el académico. Sobre este mismo rubro, también afirmamos que la escuela no debe de ser “el depósito” de las frustraciones de los jóvenes, pero si creemos que los maestros pueden encontrar formas y estilos que no los pongan como “tiro al blanco” de unos jóvenes sedientos de justicia. Sabemos también, que los maestros no son los padres, pero posiblemente se puedan convertir y de hecho lo son, en una especie de “padrinos y madrinas” más que los frustradores del crecimiento. ¿SU MAJESTAD LA DROGA? “SIRIUS” también ha considerado las formas en que la aplicación de programas preventivos ha sido poco exitosa. Partiendo de nuestra realidad actual consideramos que el consumo de sustancias tóxicas legales o ilegales como líquidas, sólidas o gaseosas, han ido más allá de lo que los servicios de salud han podido atender cayendo en la frontera con la visión éticojurídica que se convierte en una forma persecutoria punitiva y de sometimiento a quienes no asumen el valor de la salud como eje de una sociedad desarrollada. Nosotros asumimos que el consumo de sustancias está relacionado con factores sociales, familiares e individuales. Esto quiere decir que el problema de las adicciones y de las consecuencias que se derivan de estas formas habituales de sobrellevar la vida, provocan una problemática multifactorial. Esto ha venido complicando nuestra bien intencionada labor durante muchos años ya que, hasta ahora, es imposible manipular todas esas variables que puedan desencadenar en los individuos de cualquier edad un consumo social, moderado o compulsivo de las distintas sustancias. Si fuese posible hacerlo, sin duda ya hubiésemos diseñado “una vacuna” que salvara al país de aquellos miembros que en edad productiva caen en una forma autodesvirtuada, torpe y decadente de vivir un proyecto de vida. No
14
menos importante es considerar que las drogas no luchan por si mismas, requieren del manejo de los seres humanos, ya sea para ser ofertadas o demandadas. MÁS ALLA DE LA SUBSTANCIA “SIRIUS” focaliza la prevención en las razones y sin razones que llevan a la población, en este caso estudiantil, a consumir sustancias tóxicas para así responsabilizar a los posibles consumidores, como aquellos que lo hacen ya habitualmente, a que tengan la capacidad de protegerse a sí mismos de sí mismos. Con esto queremos decir que consideramos que lo nocivo de las sustancias depende de quien las usa y para que, no en el tóxico mismo. Con lo anterior queremos decir que no caemos en la provocación de buscar, en un objeto inanimado, una lucha que se convierte en golpes al aire. Insistimos que esto lleva hacia una asistencia crónica que puede ser más desgastante que la droga misma, nosotros no sustituiremos a la droga, ni debe ser nuestra razón de ser. La propuesta en general de “SIRIUS” procura tener un esquema creativo, lúdico, gozoso (divertidamente cuestionador) y sobre todo funcional que permita que los conflictos dejen de enquistarse y se vuelvan bombas de tiempo imposibles de desactivar. Por último en este mismo tono de sinceridad le invitamos a que tenga la libertad de comunicarnos los resultados que vaya obteniendo en la aplicación de este modelo y las propuestas que de seguro tendrá en el ejercicio aplicado de este esfuerzo del cual ahora usted es parte. 1.4 ALGUNOS CONCEPTOS CLAVES Todo usuario de tóxicos puede tener distintas reacciones debido a su sexo, peso, tolerancia psicológica, razón por la que consume y contexto en que lo hace. Para evaluar las distintas reacciones a observar debemos considerar lo siguiente: El concepto de adicción se refiere a la forma en que una persona se adhiere a una sustancia, persona o situación, sin embargo, es de nuestro interés la visión médica o del área de la salud esta reflexión. Hablaremos de DEPENDENCIA en dos momentos; a) HABITUACIÓN es cuando el sujeto siente la necesidad de recurrir con menor o mayor regularidad a una sustancia b) ADICCIÓN es cuando el sujeto centra su vida en el abuso del consumo con graves consecuencias como: 1.-Tendencia al aumento de la dosis. 2.-Serios trastornos físicos y/o psicológicos a corto o mediano plazo. 3.- La imposibilidad o la extrema
15
dificultad de liberarse de tal dependencia, incluso en el momento en que se vive como destructiva. 4.- La aparición de trastornos sociales. Es importante señalar que la adicción tanto en el farmacodependiente como en el alcohólico, no es un vicio sino una enfermedad. "Vicio" se define como falta de rectitud o defecto moral en las acciones. Las adicciones son un problema de salud y no de moral. Esta enfermedad tiene además un tratamiento. La TOLERANCIA es una adaptación biológica del organismo a la(s) droga(s). El individuo buscará mayor cantidad para lograr el mismo efecto que antes obtenía con menor cantidad. Decimos que el joven desarrolla tolerancia al querer más tóxico que antes no utilizaba, lo cual habla de que aumenta su dependencia a la(s) sustancia(s). El SÍNDROME DE SUPRESIÓN O DE ABSTINENCIA, es cuando el individuo se retira o se abstiene de la sustancia a la que se había habituado ya. Suprimir la droga del organismo traerá un conjunto de síntomas físicos y psicológicos. Cuando una persona ha bebido excesivamente durante varias horas o incluso días, el alcohol alcanza concentraciones muy altas en la sangre y cuando deja de beber los niveles empiezan a bajar. Como el organismo ya está adaptado a la sustancia tóxica, al bajar los niveles se produce una reacción de des adaptación con la presencia de varios síntomas muy molestos. O sea, el organismo "protesta" y demanda la sustancia a la que ya se había adaptado. Los síntomas más frecuentes son el nerviosismo, la intolerancia con los demás, temblorina, la sudoración, la angustia o miedo por algo que no se sabe claramente, trastornos del sueño como insomnio y pesadillas, calambres, escalofríos, malestar gástrico y los específicos que cada droga produce, ya sea por la forma en que se consume (inhalada, fumada, inyectada, masticada, etc.) la calidad de esta y la frecuencia de consumo. La forma más grave de síndrome de supresión es el "Delirium Tremens" que quiere decir el temblor con delirio (alucinaciones auditivas o visuales). La "cruda" es un síndrome de abstinencia. Para lograr adherirse a una sustancia se requiere de pasar por distintos niveles de consumo que van desde la experimentación con una o varias sustancias o seguir con un uso moderado, frecuente y de aquí al abuso. Cuando el consumo es, en forma de abuso frecuente con niveles de intoxicación de moderado a severo, estamos hablando de que el consumir una sustancia se ha vuelto un problema de salud, o sea, de una ENFERMEDAD, no de un vicio ya que este último se define moralmente como falta de rectitud o defecto moral de las acciones. Es como si el adicto decidiera obrar mal al tener un apetito voraz por la droga, aquí, el querer no significa necesariamente poder, por que no hay control, ni mucho menos consciencia de que tiene el problema, negará tenerlo y rechazará cualquier cosa que lo aleje de la(s) sustancia(s). La adicción como enfermedad, tiene un conjunto de signos y síntomas; tiene una historia natural; hay un cuadro clínico e identificable y similar en todos los individuos que la padecen;
16
existen causas, un pronóstico y un tratamiento, así como una serie de estrategias para su prevención, verlo como enfermedad permite atenderla, verlo como un vicio sólo permite juzgarlo. 1.5 EL PAPEL DE LA FAMILIA. Se ha llegado a comprender que los problemas por drogas, se desarrollan dentro de un contexto familiar y que los adictos no son individuos aislados ya que tienen amistades y familiares que saben de su abuso y también de cómo es sin la droga o el alcohol. En la familia se viven las situaciones más maravillosas o las más dramáticas de los seres humanos. Así como la familia puede ser el lugar donde se gesta un problema de drogadicción y/o alcoholismo, la familia es a su vez la mejor herramienta de prevención y atención. La Estructura Familiar más frecuente en las adicciones es la que se muestra con un involucramiento exagerado con la madre y un padre ausente o distante, también tienen dificultades para poner límites en los actos de la vida cotidiana. Los padres son indecisos y no se comprometen en su paternidad, de aquí que al querer ejercer su jerarquía como padres los hijos los desafían con conductas rebeldes. En estas familias existe una incapacidad para poder hablar de los resentimientos y afectos, así como hablar de cómo se llevan entre ellos. El Dr. Eduardo Kalina habla de las Familias Psicotóxicas refiriéndose a aquellas que por sus características favorecen el desarrollo de síntomas de adicción; y en un sentido estricto, a aquellas que incluyen a uno o más miembros adictos. Este autor habla de que existen malos entendidos que se inician con la estructuración de la pareja ya que surge una dialéctica entre los roles asignados asumidos y los roles esperados e ilusionados. Esto lleva al primer malentendido que llama el autor "un Pacto Ilusorio", de hecho, la etimología de droga es "embuste o engaño". En esta falsa ilusión, el cónyuge varón se presentaba como un dador-universal y la mujer como la receptora universal. Lo que vemos según este modelo es que las esposas de los adictos llegan al consultorio a tratar de entender en qué fallaron porque ahora ellas se han convertido en las dadoras universales y que no lo han podido cuestionar ante la amenaza de ruptura familiar. La paciente se queja de que se tiene que hacer cargo de todo cuando le dijeron que iba a recibir toda la vida. El hombre está necesitado de afecto, vivió un conflicto con sus propios padres, carga exigencias, no llega al consultorio, por temor a ser otra vez juzgado y si así lo vive, deserta porque cree que al analizar el conflicto se le está desvirtuando o juzgado de incapaz.
17
Seguido de esa frustración se da un "Pacto Perverso" cuya finalidad no es metacomunicada entre los cónyuges, sino que remite a otra situación, no verbal, con significado contrario a lo esperado y que generalmente tiende a gratificar - según Bleger- necesidades sadomasoquistas. Lo perverso no acaba aquí ya que si esta pareja ha tenido hijos, entonces uno de ellos se "sacrifica" para hacerle de pegamento de los padres que amenazan con divorciarse. Los hijos también aprenden a no hablar de lo que se debe hablar, se hacen los locos y caen en la A-DICCION o sea, en el no decir o no expresar lo que es evidente. Este autor agrega que por lo general la madre del drogadicto es una persona depresiva que vive necesitada de atención y de una fuente externa para poder regular su autoestima. Además, dice Kalina- que el hijo con problemas de droga es de donde la madre se nutre de preocupaciones y cuidados que a su vez le permiten al marido alejarse y mantener su rol de presente-ausente y evitar los reclamos asfixiantes de su esposa que esperaba siempre recibir amor. En consecuencia el hijo-droga va creciendo a la vez que recibe mensajes de que no se puede individuar, ni mucho menos separar de la madre porque sería un mal agradecido ante los sufrimientos y la entrega de ella. De esto surge un "Pacto Criminal" porque la pareja espera que el hijo adicto fracase para acusarse mutuamente de la ilusión que en un principio no pudieron cumplir. Existe un mandato siniestro de NO-SER que culmina con un consumo destructivo de droga de donde participa, como es claro, la familia y la ideología que sustenta esta supuesta guerra contra las drogas. Sin embargo, una familia bien orientada puede ser nuestro mejor aliado para enfrentar situaciones tan difíciles como lo es la farmacodependencia y el alcoholismo. El axioma más importante es que si la familia tiene la fortaleza y capacidad de resolver sus problemas, los intentos de la droga en los hijos jóvenes no tendrán eco en el exterior. 1.6 LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA. Antes de proyectar programas o actividades de carácter preventivo es necesario, conocer no solamente las características peculiares del grupo destinatario, sino también su ambiente. Es conveniente planear un estudio preliminar del medio, a partir de los emergentes comunitarios. Esto es, que existen opiniones que aunque contradictorias en ocasiones nos permiten realizar un diagnóstico en la comunidad. Un sondeo de campo con la gente que tiene comercios y en particular para nuestro interés, como son las vinaterías, cantinas, farmacias, tlapalerías, lugares de recreo, escuelas e instituciones de salud, otorgarán importante información para estar al tanto de las consecuencias y del tipo de drogas que causan problemas, así como del modo de vida de la población, de la situación de los niños y los jóvenes; y hacer un inventario de sus necesidades más urgentes cuya satisfacción podría alejarlos de las drogas. Para ser más eficaz, un programa preventivo tiene más éxito al lograr que un número mayor de gente se involucre en el proyecto. "Cerrar la pinza" no es sinónimo de que debemos tener
18
más posibilidades de "apañar" a los adictos. Es importante recordar que existen distintos niveles de consumo como distintos niveles por los que usamos drogas. Se trata de que la comunidad participe con la capacidad suficiente para que participe en los tres niveles de prevención: 1.-procurar que no se use la droga; 2.-que deje de usarla y 3.-que se trate adecuadamente para su abstinencia le permita una participación creativa en la comunidad y deje de ser una amenaza o un riesgo. Involucrar a la comunidad significa estimular la participación de los sectores voluntarios y no gubernamentales existentes, tales como las organizaciones profesionales, sindicales, religiosas o juveniles, las asociaciones de padres, etc. Por lo general, estos sectores están más cerca de la realidad y de los problemas locales que los organismos gubernamentales, cuyo papel es esencialmente de coordinación. Esta labor implica también movilizar recursos materiales y humanos muchas veces inaprovechados, como por ejemplo locales parroquiales o terrenos baldíos, que se puedan transformar en canchas de deporte o de recreación familiar, con la ayuda del vecindario y apoyo expreso de las autoridades. Por lo general y afortunadamente, siempre encontraremos individuos o grupos deseosos de participar en programas de mejoramiento, y sólo falta organizarlos, canalizar su disponibilidad para que apoyen el trabajo de los educadores de la calle. Sobrecargado de trabajo el educador de la salud, no puede resolverlo todo: en la lucha contra el uso indebido de drogas necesita del apoyo de la comunidad. Experiencias llevadas a cabo en Latinoamérica, confirman que la participación de los niños y los jóvenes es posible por su fácil motivación y deseo de mejorar su ambiente cercano: reparar caminos, plantar árboles, crear clubes o grupos, etc. Al mismo tiempo, en estos quehaceres encuentran opciones suficientemente entretenidas y emocionantes como para dejar la vagancia y las drogas. En todos los casos, la comunidad respondió positivamente a las iniciativas surgidas desde adentro, nunca impuestas. Mostraremos un breve y bello ejemplo de participación comunitaria. En Baja California Sur se encontró que los jóvenes de secundaria tenían una mala planeación de su tiempo libre y en las épocas de calor se encontró que la comunidad hablaba de un serio problema de deshidratación infantil, que al mismo gobierno del Estado ya había rebasado. Se capacitaron a muchos jóvenes voluntarios para que ellos(as) mismos (as) fueran promotores comunitarios de un programa preventivo de salud para evitar la deshidratación infantil, capacitando a las madres de niños pequeños (previamente detectados por la encuesta realizada por los jóvenes a nivel domiciliario) para la elaboración de un suero casero (agua hervida, sal y azúcar) y para la detección de síntomas de riesgo en los pequeños o sea la detección temprana de la deshidratación, así como su canalización a las clínicas o médicos previamente detectados y comprometidos.
19
El maestro se preguntará ¿y la drogadicción dónde está? la respuesta es: esto es un claro caso de prevención primaria, ya que el interés por el consumo de sustancias tóxicas para "matar" el tiempo libre se canalizó hacia actividades de salud, vida y compromiso social, por lo tanto comunitario. Con todo esto se crea una RED de contención para aquellos jóvenes y niños que no tiene una estructura familiar mínima que les permita ser contenidos en su sensibilidad y sus deseos de creer y crecer creativamente.
20
2.- CONCEPTO DE PREVENCIÓN
El término prevención a veces es utilizado de modo muy genérico. La prevención puede aplicarse a evitar el uso de drogas entre personas que aún no las han probado y reducir el consumo entre las que ya las han utilizado. Otra forma de entender la prevención es desde el marco legal, que tiende a la reducción de la demanda de drogas a través de arrestos y controles sobre su venta, etc. En un nivel más avanzado, puede entenderse a la prevención, como aquella actividad dirigida a evitar más daños en quienes han abusado de las sustancias, ofreciendo un tratamiento especializado y evitando el consumo destructivo. Pero también es prevención incidir en la pobreza que generalmente llevan al surgimiento de conductas desviadas. Y cuando hablamos de pobreza nos referimos no solo a la económica, si no también a la social, emocional y espiritual. La prevención puede aplicarse a evitar el uso de drogas entre personas que aún no las han usado y a reducir el consumo entre las que ya las han utilizado.
Tradicionalmente se habla de tres niveles en el trabajo de prevención y si tomamos el ejemplo de las sustancias tóxicas, se considera a la prevención primaria como aquella tendiente a desalentar el consumo de quienes no han tenido contacto aún con lo que es una sustancia modificadora del pensamiento y la conducta. La prevención secundaria ha venido insistiendo en la necesidad de atender a aquellos casos de la población que ya ha tenido un contacto experimental o de uso ocasional o frecuente e inclusive con riesgo de abuso, evitando así, en la medida de lo posible, los daños físicos, sociales, familiares que implicaría la persistencia de ese vínculo entre tóxico e individuo. Y por último la prevención terciaria es la que conocemos propiamente como rehabilitación. Se considera también prevención ya que asume la existencia de un daño, y por lo tanto pretende evitar la recaída que reduzca las ya pocas habilidades que le quedan al adicto. De aquí se puede entender el concepto de rehabilitación. Existe otra propuesta de entender la prevención, tenemos tres dimensiones a saber: 1. UNIVERSAL: Dirigida a la población en general, promoviendo el concepto de prevención como el de educación para la salud. Sería aquella labor que puede dirigirse a las escuelas, comunidades u otras organizaciones, beneficiando a la
21
mayoría de su población por igual. Son perspectivas amplias, menos intensas y menos costosas que otras que se orientan a conseguir cambios de comportamiento duraderos. Se incluirían en estos programas aquellos programas preventivos escolares, laborales, institucionales y comunitarios, que tratan de fomentar habilidades sociales (tolerancia, identidad, asertividad, comunicación, convivencia, etc.) y clarificar valores. 2. SELECTIVA: Es aquella que se dirige a un subgrupo de la población detectada, cuyos miembros tienen un riesgo de ser consumidores, mayor que el promedio del resto. Se dirigen a grupos de riesgo. 3. INDICADA: En particular es más intensiva y más costosa. Se dirige a un subgrupo concreto de la comunidad que suelen ser consumidores o que ya tienen problemas de comportamiento. Se dirigen, por tanto, a individuos de alto riesgo. En muchas ocasiones se confunde o se utiliza inadecuadamente las denominaciones de prevención y de programa preventivo, que son distintas. Mientras que prevención es un término genérico y que como tal, puede llegar a carecer de significado por la mala utilización del mismo, el programa preventivo es específico y lo será más conforme vaya orientado a objetivos concretos o grupos claramente delimitados, lo que permite tomar medidas más directas, hacer diseños más realistas y, lo más importante, evaluar el impacto de dicho programa. La evaluación es algo que debe estar íntimamente unido siempre a cualquier programa preventivo.
2.1 ¿EN QUÉ HEMOS FALLADO? Si somos asertivos y somos capaces de utilizar la inteligencia emocional que queremos promover en la población elegida para nuestra labor preventiva, tenemos que partir de nuestra propia realidad y considerar que hemos participado involuntariamente, de una “Cultura Tóxica” que nos invade permanentemente en los medios masivos de comunicación y que se caracteriza por un bombardeo para el uso de cafeína, alcohol, nicotina, analgésicos, inductores del sueño y todo aquello que nos permita soportar los conflictos inherentes a la vida misma. Aunado a esto podemos atestiguar que el concepto de adicto o alcohólico, se ha usado e inclusive se ha abusado de él sin ningún recato y como una forma de acusar al otro (sea vecino, amigo o familiar) de no tener la voluntad para responsabilizarse de sus actos asociados al consumo de sustancias, esto quiere decir, que el concepto de adicción se ha vuelto mas moral, que relacionado con un problema de salud. Tenemos entonces, una gran tolerancia a la presión social que nos empuja a consumir
22
distintas drogas para sobrevivir a nuestras dificultades, al grado que soportamos que el deporte sea patrocinado por sustancias que merman la fortaleza física y la lucidez. Esto se ha vuelto cotidiano y por lo tanto ha crecido esa insolencia hacia esta forma de convivir con los tóxicos, que casi nadie cuestiona. 2.2 EL PROGRAMA PREVENTIVO EXITOSO Los programas de prevención se deben diseñar para realzar los factores de protección e invertir o reducir los factores de riesgo. Al lograr la participación de la comunidad escolar (padres, alumnos y maestros), los programas deben incluir en su esquema todas las formas de abuso de drogas, incluyendo el consumo de tabaco, alcohol, marihuana, cocaína y disolventes inhalables. A su vez, los programas a largo plazo pueden incluir estrategias para resistir el ofrecimiento de drogas, reforzar el compromiso personal contra el uso de drogas e incrementar las habilidades sociales (ej. en comunicación en la relación con los compañeros, la autoeficacia, y la asertividad), junto con el refuerzo de las actitudes contra el uso de drogas. Los programas de prevención dirigidos a los adolescentes deberían incluir métodos dinámicos, tales como grupos de discusión de compañeros más que la enseñanza didáctica de técnicas solas. Estos programas están obligados a incluir a los padres o tutores que refuercen que los estudiantes tengan oportunidades para discutir en la familia sobre el uso de sustancias legales e ilegales y la postura que adopta la familia sobre su uso. Es importante que la prevención se establezca a largo plazo, durante la etapa escolar con repetidas intervenciones para reforzar las metas de prevención originales. Por ejemplo, los esfuerzos basados en la escuela dirigidos a estudiantes de educación primaria y secundaria deberían incluir sesiones de apoyo para ayudar el período crítico de transición entre la educación secundaria y el bachillerato. Los esfuerzos de prevención centrados en la familia tienen un mayor impacto que las estrategias que se centran únicamente en los padres o únicamente en los jóvenes. Los programas comunitarios que incluyan campañas en los medios masivos de comunicación y cambios en la política, tales como nuevas regulaciones que
23
restrinjan el acceso al alcohol, tabaco, u otras drogas, son más efectivos cuando se aplican junto con intervenciones en la escuela y en la familia. La escuela ofrece la oportunidad de alcanzar a todas las poblaciones y también sirve como importantes escenarios para poblaciones específicas en riesgo de abuso de drogas, tales como población estudiantil que tenga problemas de conducta o dificultades de aprendizaje y los que son posibles marginados. A mayor nivel de riesgo de la población objetivo, el esfuerzo preventivo debería ser más intensivo y a más largo plazo. Los programas de prevención deberían ser específicos para la edad de los individuos a los que va dirigido, apropiados al nivel de desarrollo y ser sensibles culturalmente. Es importante evitar incluir en las campañas gráficas de prevención de adicciones, imágenes de pastillas, jeringas, botellas o botes de disolventes, etc., así como de personas consumiendo alcohol, fumando o inyectándose, así como tampoco, presentar a la pobreza como la única parte de la población que presenta un consumo severo. En el ámbito laboral, más allá de la información sobre riesgos en general, debe correlacionarse la ausencia laboral con la producción y la merma en el desempeño como consecuencia del uso y abuso de sustancias tóxicas legales y/o ilegales a todos los niveles de la institución o de la industria. 2.3 UN FACTOR DE PROTECCIÓN: LA RESILIENCIA La resiliencia es un concepto recién adquirido de la metalurgia y la ingeniería civil, con el que se nombra a la capacidad de algunos materiales para recobrar su forma original, después de ser sometidos a una presión deformadora. Aplicado adecuadamente a las condiciones de los seres humanos, podemos entender que los RESILIENTES son aquellas personas capaces de desarrollar competencia, así como ciertas habilidades a pesar de ser criados en condiciones críticas y adversas. En el campo que estamos abordando, que es el de la prevención de las adicciones, se trata de un proceso que implica una compensación de los factores de protección frente a los factores de riesgo, y una acumulación gradual de fuerza emocional que permite a los niños y jóvenes responder con éxito a los cambios en sus familias, escuelas y comunidades.
24
La Resiliencia puede definirse entonces: como la capacidad para reponerse después de acontecimientos vitales traumáticos (Ej. muerte de un pariente, divorcio, abusos sexuales, quedarse en la calle o sufrir una catástrofe) y otros tipos de adversidad, para lograr una eventual restauración o mejora del funcionamiento competente o de la capacidad para resistir el estrés crónico (Ej., pobreza extrema, padres alcohólicos, enfermedad crónica, o violencia en el hogar o en el barrio) y para mantener un funcionamiento competente a pesar del mantenimiento de las condiciones de vida adversas o estresantes. Es un anglicismo procedente del término “resilience”. Por ello se propone el término “adaptación positiva” para sustituirle ya que, ante situaciones que suponen una acumulación de factores de riesgo, algunas personas se adaptan a las mismas implicándose en conductas negativas para el individuo o para la sociedad, tales como conducta violenta o delictiva, consumo de drogas, etc. (lo cual podría definirse como “adaptación negativa”), mientras que otras son capaces de adaptarse de forma positiva, desarrollando formas de conducta que favorecen el desarrollo del individuo y del grupo al que pertenece. Decimos que estas últimas personas tienen una elevada capacidad de “adaptación positiva”. Este concepto trata de explicar por qué una parte de los niños en situación de alto riesgo llega a convertirse en adultos competentes, confiados y cuidadosos, señalando que estos niños comparten determinadas características de personalidad: competencia social, estrategias para solucionar problemas, conciencia crítica, autonomía y creen en un brillante futuro. También comparten factores ambientales como una relación de apoyo con otras personas, altas expectativas en su familia y su comunidad y oportunidades para participar en conductas con gran significado. Los factores que contribuyen a la resiliencia en los jóvenes son: Una fuerte relación con los padres o los adultos que se encargan de su cuidado, los cuales les proporcionan un entorno educativo desde sus primeros años y de forma constante. Sentimientos de éxito y sensación de tener una capacidad que le permiten poder decir que hace algo bien y poder mantener un sentimiento de respeto hacia sí mismo. Fuertes recursos internos y externos tales como buena salud física, autoestima, capacidad autocrítica, sentido del humor y una red de apoyo que incluye la familia, la escuela y la comunidad. Habilidades sociales, incluyendo buenas habilidades para comunicarse y negociar, así como habilidades para tomar decisiones y para rechazar actividades que pueden ser peligrosas. Estrategias de pensamiento y de solución de conflictos y capaces de generar alternativas para solucionar problemas. Esperanza en que las ventajas de otras personas pueden ser superadas con perseverancia y trabajo duro.
25
Superar situaciones estresantes previas, de manera que cada vez que un joven supera una dificultad, la experiencia le ayuda a afrontar las inevitables dificultades. Es importante hacer la siguiente aclaración, ya que se llega a utilizar la expresión “factores de resiliencia” como sinónimo de factores de protección. Sin embargo, se puede crear una confusión al incluirlos dentro de lo que serían las habilidades para la vida. Estas últimas las definiremos como las capacidades y recursos personales, interpersonales, cognitivos, sociales, emocionales y físicos que permiten a las personas controlar y dirigir sus vidas, desarrollando la capacidad para vivir con su entorno y lograr que éste cambie. Como ejemplos de habilidades para la vida individuales se pueden citar las estrategias para la toma de decisiones y la solución de problemas, las habilidades de comunicación y de relación interpersonal y la capacidad para manejar las emociones y el estrés. Finalizando este apartado quedará claro, que los factores de protección se tienen y se refuerzan en los niños y en los jóvenes con el contexto y las habilidades para la vida serán más responsabilidad de las instituciones formativas, la familia, la comunidad, por lo tanto se adquieren por influencia del contexto, aunque en algunos casos no se desarrollen adecuadamente por la falta de recursos individuales en los niños y adolescentes con demasiadas carencias en su desarrollo, que son aquellos casos que requieren de una particular atención y cuidado.
26
3.- ESCUELA DISFUNCIONAL
Generalmente las instituciones educativas, al detectar uno o varios casos de abuso de alcohol y/o de otras sustancias en la comunidad escolar, actúan sobre su propia necesidad como escuela que sobre la demanda de los propios jóvenes. Con esto queremos decir que reconocemos, que este tipo de actitudes de los jóvenes pueden representar “una forma de decir” que existe una problemática en quienes presentan esta conducta, como en aquellos que no se han evidenciado ante la escuela por ser mas hábiles. Sin duda sabemos que ante esto tenemos que actuar, pero lo tenemos que hacer con cierta cautela, ya que al promover una plática o conferencia sobre adicciones, posiblemente se refuerce y hasta se haga un eco innecesario a un comportamiento que también puede ser aislado. Esto quiere decir, que puede ser que los maestros se muestren involuntariamente ante los jóvenes, alarmados por la presencia de tóxicos que vulneran, sin duda, la voluntad y la moral de sus alumnos. En ORION sabemos de la necesidad, de atender estos casos, sin embargo, hemos logrado constatar que la forma en que abordemos estas conductas, nos puede llevar hacia el mismo objetivo, que es evitar que se diseminen dichas actitudes, pero lo pretendemos lograr con otro esquema que a continuación planteamos. La diferencia esta dada en que sugerimos a los maestros a que hagan un listado de temas, como son la sexualidad, el reciclamiento de la basura, la capa de ozono, los ovnis, las especies en extinción, el noviazgo, incluidos el alcohol y las drogas, y otros temas que los jóvenes propongan y así entonces, sobre la mayoría de sugerencias dadas por grupos de edades, se invitará a un especialista, a que otorgue dicha conferencia seleccionada por ellos. Estamos concientes de que esta propuesta, puede sonar inverosímil debido a que no estamos acostumbrados a este esquema de abordaje, sin embargo, estamos convencidos de que esta forma es también un camino a la prevención sin caer en las provocaciones propositivas o involuntarias y en algunos casos exhibicionistas de los jóvenes. Hemos confirmado en repetidas ocasiones, que al actuar de esta manera, estamos evitando convertirnos en una institución reactiva o codependiente, la cual definiríamos como aquella que se involucra en las aberraciones que provocan el consumo de alcohol y otras sustancias por parte de los jóvenes, convirtiéndose las autoridades académicas en “cómplices” de las crisis, que inevitablemente se presentarán en todas las generaciones de la población con las que seguirán tratando. Como se observa, la intención de esta propuesta, es que los jóvenes
27
expongan sus demandas sin que aparezcan como nuestras, logrando así un centro de interés y atención, se espera que los temas surjan desde ellos y que nos lleven sus intereses, hacia en camino que para nosotros resulta prioritario, sin que los maestros los impongan, evitando así, un desprecio o desafío por parte del alumnado a nuestra auténtica preocupación pero mal llevada implementación. 3.1 ESPANTANDO Y SUPLICANDO ORION ha detectado que la forma en que tradicionalmente se han querido implementar los programas de prevención, acaban por llevar dos formas que terminan siendo poco prácticas, desde donde han sido pensadas. Una de ellas es la forma solícita, suplicante o paternalista de querer advertir a los jóvenes sobre los riesgos de la vida, ya que de una forma preocupada y poco asertiva, han sido llevadas a cabo por distintas instituciones y organizaciones, tanto sanitarias como educativas, que provocan en los tutores o responsables de supervisar dichos riesgos, antepongan una actitud afligida y en ocasiones autoderrotista, ante el envalentonamiento de la población estudiantil a quien generalmente van dirigidas las campañas preventivas. La otra forma que tampoco ha dado los resultados que a la fecha desearíamos, es la de amenazar o actuar punitivamente contra quienes desean (confusamente) arriesgar su salud con tóxicos (legales y/o ilegales) con tal de tener una excursión introspectiva en detrimento de su lucidez y creatividad. Esta forma de advertir sobre los daños posibles -que sin duda existen- acaba por provocar tal nivel de temor en la población adolescente, provocando una actitud reactiva, en forma de rechazo, por el temor implícito que infunde. Ante esto, los tutores se sienten frustrados a pesar de sus buenas intenciones, sin acabar de entender que su metodología “preventiva” no está funcionando. Lo que hemos notado es que lo que rechazan los jóvenes es el miedo con el que va acompañado el consejo. Es como si se obsequiara una joya valiosa (el consejo preventivo) envuelta con materiales que a la vista resultan amenazantes. Estas estrategias de advertir sobre los peligros y riesgos dejan de ser operativos para la mayoría de la población a la que se dirige ese arduo y desgastante trabajo preventivo. Sólo llega a funcionar con aquel grupo de personas que ha vivido cercanamente las consecuencias de un evento crítico o traumático o con aquella población con alta capacidad de responsabilidad y una participación social comprometida. Pero no con aquellos jóvenes ávidos de tener aventuras y experiencias en donde su “habilidad” se utiliza para no ser atrapado ni por el riesgo mismo, ni por la autoridad necesitada de tener la razón de sus advertencias. La frustración de las autoridades escolares, sanitarias, civiles y de los padres, por querer tener el control, puede llevar a esperar inconcientemente la desgracia para acabar diciendo “te lo dije”. Obvio que entonces promovemos indirectamente el peligro y el conflicto, es de alguna manera hacer una “profecía autocumplida” o sea, si anunciamos
28
repetidamente, “te vas a caer, te vas a caer,…” quizás estemos dando una orden y no una advertencia. En ORION queremos detener de una vez por todas, estas formas de desafío adolescentecontrol escolar, que sólo provoca un distanciamiento entre las partes. Lo que ha sostenido este pensamiento inoperante, es la falta de disposición para comprender, que mientras el vendedor de droga legal (publicidad en televisión “Tu sabes cuándo y tu sabes cuánto”) o ilegal (en la escuela o en el “antro”) han sido más hábiles que nosotros, al tratar a los jóvenes como capaces de tomar decisiones inteligentes, a pesar de arriesgar su salud y su libertad. Con todo esto, se podrá comprender mejor, que el joven o el posible consumidor de sustancias, establece una relación de tu a tu con la sustancia (relación simétrica u horizontal). En contra parte con lo antes planteado que es considerar por parte de los promotores de salud tradicionales al posible consumidor como incapaz de discernir, impulsivo y vulnerable ante las tentaciones de los amigos y del tentador mundo externo, esto es relación vertical, que aleja porque somete, chantajea y acaba mostrando impotencia y frustración. Concluimos este segmento con la necesidad de insistir en que hay ciertos métodos que a pesar de su buena voluntad no ayudan. Aclaramos que no juzgamos las buenas intenciones sino la forma o metodología con la que se quiere implementar una labor cuyos resultados, a todas luces, no han sido satisfactorios para la mayoría de la población. 3.2 LOS OBSTACULOS EPISTEMOFILICOS (Todo conocimiento implica sentir). Durante mucho tiempo se ha separado a las emociones del conocimiento, cuando estamos convencidos de que están ineludiblemente relacionadas. Aprender implica un proceso entre el maestro y el alumno y por lo tanto se establece un vínculo que no es fácil cuidar con cada uno de los alumnos. Es evidente que, en el salón de clases, hay alumnos más accesibles que otros y existen también aquellos que más allá de nuestra capacidad o de nuestro momento personal, pueden provocarnos un rechazo que ni nosotros mismos nos explicamos. Muy probablemente esto tenga que ver con: La historia personal y familiar de cada alumno. Con lo que a cada maestro le representa ese alumno.
29
La necesidad inconsciente del alumno de ser atendido o condenado en la que el maestro puede “engancharse” involuntariamente, complementando lo que no le corresponde. Es innegable también que el conocimiento y el aprendizaje de cada materia pueden provocar distintas reacciones en los alumnos. Mas allá de su capacidad intelectual se puede incluir la dificultad del alumno para “aprehender” el conocimiento por razones de tipo emocional. A esto le llamamos un “obstáculo epistemofílico” ya que a pesar de nuestra insistencia didáctica con esos alumnos y la participación en el hogar de maestros particulares, puede encontrarse que efectivamente, el alumno tiene notables dificultades para “digerir” un conocimiento que a otros les es natural. En ORION estamos convencidos de que un problema escolar puede representar un problema afectivo a sabiendas de que no es en todos los casos, pero si queremos hacer ver que la confusión en ciertas áreas académicas o vocacionales, pueden sugerirnos la necesidad de considerar ese comportamiento como un llamado a una atención extramuros. Un problema escolar puede representar un problema afectivo
La detección acertada de estos casos, nos permitirá realizar un trabajo preventivo, ya que el maestro podrá convertirse en un promotor de salud derivando el caso detectado con el seguimiento de los padres, evitando así que la confusión lleve al alumno a encontrar un falso refugio tóxico que lo aturda más, evitando así la clarificación de sus conflictos internos. Señalamos lo anterior para que la escuela no se considere así misma como el depósito de las incapacidades sociales de sus alumnos, sino del templo y refugio alternativo de la seguridad de los jóvenes. A esto nos queremos referir cuando hablamos de Apego Escolar. Si tenemos una concepción más cordial de nuestros alumnos y de nosotros mismos, con los límites justos a cada situación, podemos dejar de ser el perseguidor, verdugo, salvador (recuerde, podemos ser amigables pero no somos sus amigos) o hada madrina que los jóvenes solicitan de una manera dramatizada para confirmar, inconscientemente, sus confusiones, culpas y carencias que son extraescolares. La escuela es de las pocas instituciones que a la fecha tiene un sistema numérico de evaluación, que a pesar de que sabemos y admitimos la subjetividad de algunas formas de calificar el aprendizaje, es de un gran valor para tener una referencia social que retroalimenta a los individuos de la cual carece la familia. Si imaginamos que existiese esta metodología mesurable en el hogar, podríamos encontrar sorprendentemente, muchos absurdos en la forma de educar o de dejarse educar. Por eso insistimos en que la escuela
30
sigue siendo, a pesar de todo, un lugar valioso para el desarrollo de los niños y jóvenes, ya que contribuye a la imagen de sí mismo, lo que incluye autoconfianza y autoestima. 3.3 ¿QUÉ HACER PARA AYUDARLOS? 1. Sea un ejemplo. Los jóvenes están conscientes del ejemplo que usted como adulto les da. Ellos están atentos a lo que usted como educador hace y querrán hacerlo también. 2. Hable con ellos. Hable sobre el alcohol y otras drogas como lo haría de deportes, la escuela o la calle. Si el joven sabe que puede hablar con usted de cualquier tema, se sentirá con confianza de hablar con usted de algo que le preocupe. Escuche con atención lo que ellos dicen. Por ejemplo, si él o ella dicen: "A Juan lo dejan beber en su casa los viernes", lo que realmente quiere saber es lo que usted piensa. No ridiculice el comentario respondiendo: "Esto no es verdad me estás engañando". En vez de esto, aproveche la ocasión para dejar al joven que exprese lo que le preocupa. Pregúntele sobre qué piensa él de esa situación o sobre qué haría si Juan lo invita a beber. Tenga cuidado de criticar mucho y evite dar demasiados consejos. 3. Enséñele valores. Déle valores que le den un sentido de lo que es correcto y el coraje para tomar sus propias decisiones y resistir presiones. Enséñele a confiar en su propio juicio, respetar a las personas mayores y confiar en sus verdaderos amigos. 4. Establezca límites. Para una mejor convivencia es necesaria una estructura y esta debe contar con reglas y límites claros. A su vez los jóvenes podrán poner límites a aquellas situaciones que ponen en riesgo su salud, lo que es peligroso y lo que está en contra de la ley. 5. Elógielo. Reconozca sus esfuerzos no sólo sus éxitos. Muéstrele que lo realmente importante es cuánto empeño le pone a sus proyectos. 6. Dé ánimos. Los adolescentes sufren altas y bajas en su propia estimación. Anímelo a encontrar algo que disfrute hacer. Introdúzcalo a juegos, pasatiempos planeados en grupo o cualquier otra actividad que le sirva de alternativa. 7. Comparta responsabilidades. Compartir tareas puede hacerlo sentir importante. 8. Acepte errores y desacuerdos. Las diferencias y críticas forman el carácter y la autonomía.
31
9. Repare daños. Si usted ha fallado muestre la capacidad de pedir perdón. No es muestra de debilidad sino de madurez asumir los propios errores y resolverlos. 10. Muestre creatividad. Resuelva situaciones y muéstreles los obstáculos que vivió y las dificultades que tuvo que superar y sobretodo el fruto de su esfuerzo. 11. Cuando el joven le pregunte que si acaso usted se ha embriagado o que quizás ha probado una droga ilegal, evalúe antes de contestar, cual es la información que quiere recibir el joven de usted. Ya que puede usarla para convertirlo en su cómplice o para juzgarlo de incapaz de comprenderlo. Céntrese en lo incapacitante de la sustancia para la creatividad, el aprendizaje y el desarrollo. Elimine mitos.
32
4.- EL JOVEN: NI DEBIL, NI “DEVIL” (DIABLO)
Es conveniente aclarar el concepto de adolescencia. El Modelo SIRIUS ha encontrado que los aspectos relacionados con la prevención dirigida a la población juvenil, están cargados de ideas que se vuelven un obstáculo en sí mismo. Es una combinación entre tímidos y diabólicos. Hemos encontrado también que se les considera como incompetentemente hábiles para destruirse. Y en relación a la llamada inteligencia emocional vemos que se sugiere una forma limitada de actuar ante las crisis. Esto es debido a que el joven está en permanente riesgo o se consideran como personas vulnerables y que cuando dejen de ser parafraseando al modelo biológico- renacuajos, podrán salvarse de las terribles tentaciones. Y siguiendo en esta línea, solo siendo adultos (sapos o ranas) podrán tener la habilidad para resistir con fortaleza. Consideramos que esta visión implícitamente condena al joven a un trato conmiserado poniéndolo en desventaja y descontextualizándolo, lo que lleva a condenar su actuar y posiblemente a empujarlos a que obtengan formas tóxicas para intentar encontrar una identidad artificial. Esta falta de conocimiento de la adolescencia es debida a esquemas unilineales centrados en el individuo, llevando a visiones moralistas e impositivas, que acaban sometiendo y no resolviendo los problemas inherentes a este momento del ciclo vital. En la historia de la humanidad los jóvenes siempre han sido vistos como una amenaza para la estabilidad social y mucho más si se encuentran agrupados sin ningún proyecto que consideremos útil, basta recordar a los rebeldes sin causa, rockeros, patinetos, hippies, punks, pachucos, etc., que solo son una forma representativa de una expresión cultural que nos disgusta a quienes hemos tomado distancia (desgraciadamente) de ese mundo utópico y atrevido. Quienes tienen contacto con los jóvenes en forma cotidiana, han podido apreciar la solidaridad, entrega, disposición, sensibilidad y otras conductas que también enaltecen la ilusión de un futuro social menos amenazador. El maestro y las autoridades académicas saben que su trabajo, más allá de la valoración numérica del desempeño escolar, implica también, acompañar al joven para que sea capaz de tener suficientes habilidades que, paradójicamente se obtienen con dolor y fracasos. Lo mismo en el ámbito familiar se puede notar una confusión por parte de los padres en el manejo de las “riendas” al no saber con precisión (cada caso es distinto) de qué tanto jalar o qué tanto soltar, sin ser demasiado autoritarios ni excesivamente permisivos. La concepción de crisis desde la mirada occidental implica “sentencia” pero desde el esquema oriental se sabe que significa peligro y oportunidad a la vez. Recordemos nuestra propia adolescencia para poder decir que con las crisis creces.
33
4.1 CUANDO LOS ADULTOS SOMOS EL CONFLICTO Los adultos en ocasiones observamos a la adolescencia, como un momento de la vida que puede parecernos romántico o tierno. Sin embargo, esta etapa se caracteriza porque el joven vive una cohibición intensa, consciencia de sus deficiencias personales, hipersensibilidad y una baja capacidad de actuar contrariamente a sus impulsos, ni aún por su supervivencia y todavía menos por su futuro. Ante esto, los padres perecen inútiles o hasta enemigos ya que no toleran los estímulos de moda y su inestabilidad social, inclusive se les agotan las respuestas ante los cambios frecuentes del joven, tampoco les es fácil comprender prioridades que rigen la vida de los adolescentes. Para los padres la tarea del joven es prepararse para la vida adulta, en cambio para el adolescente su tarea es sobrevivir un día más recogiendo apoyo emocional de los pares o gente de su edad, o de cualquier persona capaz de mitigar las punzadas de la humillación social. La familia necesita en esta etapa mayor estabilidad, el joven no la ofrece, sino que debe extraerla de la familia y no puede hacerlo de sí mismo (a), ni de sus padres tan inestables como él o ella. El adolescente no acepta la ayuda de sus padres, por el contrario, los ve como los frustradores del cambio, el crecimiento y la independencia, si acaso, los padres, están pasando un conflicto conyugal, menos alternativa serán para los jóvenes. El adolescente cuestiona la propia adolescencia de los padres, así como cuestiona también los valores, torna obsoletas las reglas habituales, desafía los roles usuales, hace añicos las metas soñadas de los padres a los hijos, creando tensión, pero a pesar de todo, necesitan de los padres. No es frivolidad sugerir que los jóvenes de 12 a 18 años requieren que se cuiden más que los de 6 a 12, aunque aquellos nieguen esa necesidad. Los jóvenes hacen que los padres se sientan débiles, feos, cansados e impotentes. Los adultos les recuerdan a los jóvenes que son inútiles, insatisfechos e injustos. Los padres pueden entrar en crisis, ya que les puede resonar el fracaso, sobretodo después de 14 años de educar. Debido a los cambios generacionales, ningún padre puede proponer estilos juveniles, si los padres insistieran en esto, o dejan de ser padres, o los hijos los ven como tontos. Se les debe dejar que ellos sean los expertos en la moda y lo actual, sin juzgarlos. Los padres deben mostrar (inclusive con el ejemplo) su pericia en cuestiones esenciales como la moral y lo sexual. La mayoría de los adolescentes normales, se embriagan en ocasiones, tienen vida sexual, se deprimen, experimentan con drogas, mienten, destrozan carros, son
34
demandantes de justicia aunque ellos sean injustos, no les satisface "todo el oro del mundo", hacen berrinches, no acomodan su cuarto, son estridentes y exhibicionistas, no sueltan el teléfono, les atrae lo repulsivo, etc. Debe entenderse la naturaleza temporal de estos casos. Si esto se vive como falla de carácter o algo que será eterno, el diálogo se hace más difícil. Al inicio de la adolescencia les obsesiona la privacidad, de hecho los médicos, son los únicos adultos que ven desnudo(a) a un(a) joven de 13 años y eso si el caso lo amerita. Juegan a ser adultos. Debe respetárseles su sexualidad y promover cierta reserva. Debe evitar responder ante un problema en forma excesiva o insuficiente. Cuando el joven le golpee una crisis, recurrirá a los padres. Descubrirá que ellos no tratan de quitarle su pubertad y confiará de nuevo en ellos en los pocos años de adolescencia que le restan. Estas crisis son decisivas para las relaciones entre padres e hijos, si no lo ayudan y sólo lo castigan o restringen, le provocarán culpa y tardará en recuperarse la confianza de nuevo, ya que preferirá en este caso su mundo clandestino. No cabe duda que a pesar de que los padres representan un obstáculo para los adolescentes no dejarán de ser la red de protección que se requiere para pasar por la cuerda floja que es esta etapa de la vida. Usted decide de qué manera se lo cobra o no.
El tiempo libre surge como una de las tres esferas que componen la vida cotidiana. La Familia – El Trabajo – El Tiempo Libre
4.2 OCIO Y TIEMPO LIBRE NO SIEMPRE SON SINÓNIMOS El Tiempo Libre surge como una de las tres esferas que componen la vida cotidiana, las otras dos son la Familia y el Trabajo. También es el tiempo que supuestamente aparece como propio, particular, individual, es como “bajar la cortina” a la obligación, no sólo es un tiempo de reposo y recuperación de la energía, sino también un tiempo de consumo, lo cual hace que tome (el T.L.) un carácter fundamental para la producción, porque actúa como reproductor del Sistema de Mercado, pues ahí en el T.L., es donde los individuos y en particular los jóvenes, se convierten en consumidores de bienes y servicios. El manejo del tiempo por parte de los jóvenes, sin duda se muestra caótico, ya que es más parecido a la contemplación que contrariamente a sus capacidades corporales, energéticas y de creatividad, se ven desperdiciadas. Sin querer justificar este comportamiento, debemos entender que la manera
35
en que la ansiedad puede evidenciarse en los seres humanos, es en forma de acción tendiente hacia la solución de problemas en general o quedándose paralizado esperando una “señal divina” que le indique el camino hacia un mejor momento de la vida. A los jóvenes el tiempo libre los devora produciéndose esa parálisis debido a que se frustran por no tener la vida, el cuerpo, las oportunidades, el carro, la casa, la pareja, etc., que tanto desean y obviamente que mientras llega la tan añorada vida alternativa, pueden absurdamente llegar a un día más dinámico, creativo y productivo, en este caso, los jóvenes sedientos de justicia se vuelven injustos consigo mismos. Aunado a esto, la falta de un proyecto de vida a corto, mediano y largo plazo, contribuyen a esa ansiedad incapacitadora, la cual puede llevar al consumo de sustancias como una forma de distorsionar el pensamiento aturdido por un sin fin de posibilidades de ser, en este caso el tiempo libre, deja de ser sinónimo de libertad. A continuación mostramos una clasificación del tiempo libre que esperamos le sea de utilidad. El T.L., se puede dividir en A.) Recreacional, B.) Discrecional y C.) Ocio. A. Recreacional es el tiempo de placer, donde se busca la satisfacción de las necesidades psicológicas, ejemplo; momentos de juego, sexualidad, amistades, lectura, escribir, música, bailar o dedicarlo a una actividad artística creativa. B. El Discrecional, se destina a las actividades que no impliquen la satisfacción de necesidades, salvo para la transformación o sublimación, pero implica un esfuerzo extra; contribución personal para el desarrollo social o la participación en organizaciones de beneficencia, políticas, así como desarrollar un “hobby” o un deporte. Es donde la dedicación va más allá del placer contemplativo y exige esfuerzos adicionales. C. El Ocio se da con más facilidad e implica el poder de decisión de no hacer nada o no hacerlo en la forma cotidiana exigida, o sea, en el trabajo o la familia. Se consigue así, un tiempo de “sólo estar” (no es “estar solo” necesariamente) un tiempo que los orientales valoran mucho por que es el tiempo de la meditación y los occidentales juzgamos, despreciamos y condenamos (“Tiempo es dinero”). 4.3 RECURSOS PARA LOS PADRES Sabemos que no existen recetas para educar, sin embargo le ofrecemos algunos “ingredientes” que a otros padres les han sido útiles, depende de usted el “sazón” que le quiera dar a su “platillo”. Fomente la independencia. El camino de los hijos hacia la autonomía, es constante desde que nacen pero estalla en la adolescencia. Durante este periodo los padres han de mostrarse más cuidadosos en el respeto de las
36
decisiones que los jóvenes tomen y detenerse un momento para evaluar qué aprendieron de su logro o de su fracaso. Es más, los padres, deben propiciar que tomen iniciativas y asuman responsabilidades. Los hijos también deben recibir explicaciones de las consecuencias de sus decisiones, sin reprimendas y ayudarles a resolver los múltiples conflictos que conlleva la autonomía. Mejore la autoestima. Elevar la autoestima y el respeto hacia uno mismo y tener la sensación de valía personal. Esta sensación deben estimularla los padres, reconociendo las cosas que se hacen correctamente, evitando ridiculizar a sus hijos, evitando que asuman responsabilidades para las cuales no están preparados, destacando sus aspectos más positivos para que puedan compensar sus puntos débiles, y teniendo una actitud comprensiva ante el fracaso. Manejo de emociones. Los estados emocionales son reacciones involuntarias que se originan en la percepción de las cosas y los acontecimientos. Todos las tenemos y es importante expresarlas y compartirlas, para controlarlas. Los padres deberían aceptar cualquier emoción de sus hijos, reconociendo las razones que la originaron, haciendo hincapié en que lo que sienten es normal y procurando dar una alternativa a las emociones negativas. Mejore la comunicación. La clave reside en el intercambio de mensajes, en estar atentos a lo que se nos dice y procurar argumentar razonadamente. Esto se consigue poniéndose en el lugar del otro, ofreciendo respuestas abiertas que permitan seguir hablando y respetando aquellas parcelas que sean consideradas íntimas para los hijos. Incúlqueles reglas. Las normas son necesarias porque mantienen el orden familiar, permiten la vida social y sirven de referencia a los jóvenes sobre qué se espera de su comportamiento. Según la edad de los hijos, se pondrán ejemplos coherentes con las conductas propuestas, estableciendo límites claros y normas razonables, los cuales pueden ser flexibles y se mantendrán mientras sean necesarias. Enséñeles a negarse. Muchos consumos de drogas derivan de la incapacidad de los jóvenes para “decir no” a los integrantes de su escuela o comunidad que se las ofrecen. Deben saber que únicamente ellos pueden valorar sus comportamientos, ideas y emociones, asumiendo la responsabilidad de la conducta y sus consecuencias. El juicio más importante debe ser el suyo propio, y no tienen por qué dar a sus amigos explicaciones o excusas para justificar su actitud. La estrategia más utilizada para “decir no” es reaccionar con serenidad; a veces es útil hacer sentir mal al incitador con preguntas y comentarios que le hagan desistir.
37
Estudios, conflictos y ocio. Es importante reaccionar adecuadamente al fracaso escolar, propiciando su análisis y colaborando en la búsqueda de soluciones. Lo mismo puede decirse de las conductas conflictivas. La organización del ocio tiene gran relevancia, y las actividades deportivas suele tener un cierto efecto preventivo sobre el consumo de drogas. 5.4 CLASIFICACIÓN DE ADOLESCENCIA SEGÚN SU CONTEXTO Para fines prácticos, entenderemos a la adolescencia como la época de la “psicosis normal” pero no desde un punto de vista peyorativo, sino para señalar esa flagrante contradicción que muestran en su comportamiento y en ocasiones puede provocar una seria confusión, a quien quiere ubicar las conductas juveniles desde la lógica. Sin embargo, nosotros le ofrecemos una clasificación que define 6 crisis de desarrollo propias de la adolescencia, seis síndromes de conducta sintomática. Lo importante de dicha propuesta es que la correlaciona con una estructura familiar bastante específica: 1) Adolescentes Clandestinos, 2)Adolescentes Sociópatas, 3) Adolescentes Rebeldes, 4) Adolescentes Predestinados al Fracaso, 5) Adolescentes Imperfectos y 6) Adolescentes Salvadores. ADOLESCENTES CLANDESTINOS Pueden vivir en casa o no, duermen ahí, reciben llamadas pero no se involucran con los otros miembros que residen en el hogar. Quizá vayan a la escuela o finjan ir. Poco se comunican con sus padres, les hurtan dinero, no salen ni comen con ellos. "¿A dónde vas? Salgo", "¿Qué haces? Nada" y protestan si hay más preguntas. No comunican sus problemas. Falsifican boletas escolares, obtienen dinero ilícitamente. Puede haber promiscuidad, abortos o una relación muy conflictiva. Son aburridos. Vagan, consumen drogas, evitan a los adultos. Sus padres o están divorciados, separados o trabajan mucho. Puede ser que lo clandestino sea algo sexual. Aventuras homosexuales, embarazos, abuso sexual, inicio a la vida heterosexual normal, etc. No es que escapen al control de los adultos, sino que no son controlados ni protegidos, están posiblemente resentidos, en ocasiones se casan muy jóvenes para alejarse del hogar y carecen del sentido de los cuidados parentales. Posiblemente repiten el patrón de sus padres que también fueron clandestinos.
38
ADOLESCENTES SOCIOPATAS. Todos los adolescentes infringen reglas, pero otros lo hacen habitualmente. Los jóvenes sociópatas pueden mantener relaciones estrechas con sus padres, lo que no les gusta son los límites que el mundo impone. Los mismos padres pueden ser antisociales: mentirosos, apostadores, embaucadores, infieles, negocios turbios, que cometen hurtos en el trabajo, etc. Los padres así con estos hijos, no los ven como delincuentes sino como "listos" y eso será aprendido por los hijos. Por lo tanto, se les solapa cuando sucede algo antisocial. La ley es el enemigo para estas familias. Desafían la autoridad, eluden responsabilidades y obligaciones. La familia completa es experta en el autoengaño. La crisis ocurre cuando es atrapado el joven y los padres apoyan a la autoridad. Es raro que busquen ayuda y si lo hacen es por la complicidad parental que solo pretende confirmar que el mundo tiene la culpa y el joven es sólo una víctima. Se trata de gente muy rica o muy pobre que no se identifican con figuras de autoridad de la clase media como lo pueden ser los maestros o autoridades jurídicas por ejemplo. Los padres lo encubren y lo vuelven un experto en cinismo. ADOLESCENTES REBELDES. Cumplen las reglas sociales pero tienen abierto conflicto con los padres. Todos los jóvenes se rebelan contra sus padres, en una manera intensa en un principio y pasando los 16 se enfrían o se vuelve intermitente, además de que los padres han aprendido a manejarlos mejor. Los padres demasiado temerosos producen hijos rebeldes. La emancipación es su única vía de individualidad, aunque también le temen a la vida adulta y a la libertad sin respaldo. Otros temen tanto que harán berrinches para ser castigados y no salir a enfrentarse al mundo. Se nota la rebeldía en vestimenta, horario, actitudes y amistades. No desean ser supervisados y sus prioridades sociales difieren de la de sus padres. Mucha libertad también les espanta. Los padres angustiados rara vez percibirán la angustia ajena. Los padres demasiado centrados en la prudencia se autodescalifican como expertos en peligro entonces los hijos los desafían con actitudes atrevidas.
39
Con estos jóvenes, el problema es el equilibrio entre permitir y limitar; por ejemplo: si están ebrios que pidan ayuda a casa para llegar, negociar las visitas de amigos inaceptables y la posibilidad de comunicar malestar. Si sienten que pueden pedir ayuda a sus padres, en esos momentos críticos, pueden evitarse muchos peligros; información sobre el uso del condón, amigos ebrios, intoxicación moderada o severa, robos, romances aterradores, etc. ADOLESCENTES PREDESTINADOS AL FRACASO Estos jóvenes respetan a los padres y al mundo, pero están disgustados consigo mismos. Son infelices y no encuentran un lugar en el mundo. Sus amigos no los toleran mucho o los agarran de chivos expiatorios. Pueden estar "programados" o pudieron sufrir lesiones, o tener deterioros sensomotores, impedimentos físicos, desfiguraciones o cierto retardo mental. Si es muy notorio recibirán ayuda, las desviaciones leves son vividas como decepcionantes e incómodas por los padres. Es más desventajoso una obesidad moderada que una parálisis cerebral. Pueden cometer torpezas al juntarse con otros perdedores o intentar ser temerario ante los otros jóvenes más populares, siendo aquellos los que son apresados. Se unirán mucho a personas mayores o menores que ellos en relaciones tormentosas. Puede haber explotación sexual. Las chicas al sentirse poco atractivas pueden probar promiscuidad. Las crisis aparecerá por la vía antisocial, depresión grave con intento de suicidio, aunque sea leve el rechazo social que viven, hay que tomarlo en serio y evitar el fracaso social total. ADOLESCENTES IMPERFECTOS Aquellos que alcanzan un éxito razonable en el mundo, pero no son aceptados plenamente por la familia, ya que lo que es bueno es inalcanzable, sólo sobrevivir es importante.
40
Siempre tienen algo distinto (tamaño, adoptados, habilidades notorias, etc.). Luchan eternamente y desestiman los valores familiares porque son aceptados como capaces afuera, lo que hace que tiendan a la clandestinidad. Demasiado control parental puede provocar síntomas severos, tartamudeo, tics, dificultad en el manejo de esfínteres, problemas de alimentación, etc. La crisis aparece con frecuencia cuando uno o ambos padres les obsesiona alguna imperfección real o imaginada. El joven se presentará furioso, rebelde y a la defensiva. ADOLESCENTES SALVADORES Estos jóvenes se sacrifican para "salvar" a los padres de la crisis conyugal. Las familias alcohólicas son la fuente más segura, ya que alguien se tiene que encargar de los conflictos no resueltos. Se vuelven hipermaduros, generalmente es el o la mayor. Sin que se les dé ninguna indicación o permiso explícito asumen el cuidado de los hermanos y del hogar. Su vida social se resiente, al no disfrutar lo que le corresponde a un joven normal de su edad. Se pueden convertir en mártires fríos y tristes, o en mandones estrictos e intolerantes, orgullosos de su fuerza pero enojados por los sacrificios que deben hacer. Los hay quienes muestran síntomas para llamar la atención de los padres en conflicto y desviar así la atención del conflicto original creando uno nuevo, aunque sea él o ella quien tenga que cargar con las consecuencias. Por ejemplo, si detecta la infidelidad de uno de los padres, los síntomas pueden ser pequeños hurtos en tiendas, fracasos escolares, relaciones íntimas inadecuadas o intentos de suicidios y hasta pseudoembarazos, no sin dejar de lado las fugas del hogar, se sacrifican para intentar salvar el matrimonio de los padres. Si la crisis sigue en aumento pueden llegar a una verdadera violencia contra sí mismos, los objetos o alguien. El adolescente salvador no siempre es consciente de que está reaccionando de manera salvadora. Quizá sus padres ni siquiera relacionen tampoco, los síntomas del hijo con los problemas de los adultos. 4.5 ELEMENTOS PARA EL PRONÓSTICO La siguiente información debe ser utilizada con cautela. Solamente es una guía para quien tiene un contacto con los adolescentes que ya han mostrado un consumo de sustancias y que se puede relacionar con distintas características tanto del consumidor como de su contexto familiar y social. Lo importante de éste inciso es para que se pueda buscar ayuda profesional adecuada al caso.
41
PRONOSTICO BUENO Si nos encontramos que un joven ha probado droga por arriba de los 18 años y lo hace en forma experimental, ocasional o socialmente, llegando a tener intoxicaciones esporádicas de leves a moderadas y que su consumo es preferentemente de sustancias legales y ocasionalmente ha experimentado con alguna del tipo ilegal, así como un entorno familiar sin que los padres tengan un evidente problema de adicción y que el joven se asimila a la vida familiar y participa con cierto éxito en la escuela, podemos hablar de un pronóstico bueno. PRONOSTICO REGULAR Aquí el inicio es entre los 15 y 18 años y el consumidor realiza sus actividades académicas y familiares torpemente, usa sustancias legales e ilegales y sus consumos pueden llegar a ser moderados con presencia de severos, ocasionalmente, lo que lo hace tener interrupciones periódicas del consumo de alguna de las sustancias. En su familia se puede notar un consumo problemático de alguno de los padres de alcohol u otra sustancia. Además el joven evidencia deseos de separarse de la familia y carece de un apego escolar y afectivo en grupos de jóvenes productivos de su edad. PRONOSTICO RESERVADO Es cuando el consumo se da a muy temprana edad (8 a 14 años) mostrándose disfuncional en distintas áreas como la escuela, noviazgo, recreación, participación social y hace un uso ávido de sustancias legales e ilegales llegando a tener 3 veces por semana intoxicaciones de moderadas a severas. Puede haber cinismo y exhibicionismo en su forma de consumo y un historial de uso continuado de por lo menos tres años. En relación a su familia puede existir alcoholismo o adicción en uno o ambos padres lo que puede provocar un intenso y frecuente deseo de separarse de su hogar.
42
5.- EL CONTEXTO EMOCIONAL Y EMOTIVO: LA FAMILIA
La evolución que ha sufrido la familia en los últimos años ha dado lugar a una amplia variedad de situaciones difíciles de encuadrar en una definición única. Por ejemplo, se puede hablar de familia desde los lazos consanguíneos o desde el hecho de compartir un mismo techo en un prolongado tiempo de convivencia, que implica establecer vínculos afectivos intensos. También se puede, decir que familia es la estructura dada por los padres (o personas que hacen el papel de padres) e hijos que están relacionados entre sí por lazos biológicos o de atribución de tutoría. Pueden estar estos lazos respaldados formalmente (legalmente) o informalmente. Otra definición está dada por los vínculos, que implican cohabitar juntos y de forma activa en la vida familiar (compartiendo una red social, recursos materiales y emocionales y fuentes de apoyo). Naturalmente, junto a las familias compuestas por padres e hijos, hay que considerar otras situaciones (convivencia con otros familiares, familias monoparentales, familias sin descendencia, etc.). La familia ha perdido sus funciones originales: Las funciones productivas las tomó el sistema industrial y comercial; las expresivas las han capitalizado los medios masivos de comunicación al imponernos el cual sería el ideal de relacionarnos y hasta que tenemos que hacer con nuestro tiempo libre, que generalmente es consumir. La función de instrucción se le ha delegado a la escuela, desde la lactancia hasta los postgrados. A la familia entonces le queda como consecuencia, la socialización primaria de los hijos y la estabilización, en la medida de lo posible, de las personalidades de los jóvenes y de los adultos, lo cual posiblemente está dejando de ser una función que tradicionalmente se llevaba a cabo. Lo que si puede quedar como un concepto claro para la mayoría, es que la familia tiene una función clave en la socialización del individuo y contribuye especialmente a su desarrollo social, emocional y cognitivo. Es el primer grupo social del que forma parte y, como en cualquier núcleo social, sus miembros interactúan entre sí con arreglo a unas reglas de relación, unos roles y unas funciones que van cambiando a lo largo de la vida de ese grupo y en relación con la influencia de otros grupos sociales más amplios. El sistema familiar desempeña sus funciones a través de subsistemas, es decir, pequeños grupos dentro del grupo familiar:
43
El subsistema conyugal lo constituyen la pareja de adultos que fundan la familia y que asumen funciones complementarias buscando la acomodación mutua. El modo de relación y estilo de comunicación dentro del subsistema va a ser el modelo y el patrón de comportamiento en otros subsistemas. El subsistema parental se forma a partir de la llegada del primer hijo/a y convierte a la pareja en un nuevo subsistema. Ello supone la asunción de la responsabilidad que conlleva la maternidad / paternidad, el ejercicio de la autoridad, la guía y la educación, el marco del que surgen las normas de convivencia, etc. El subsistema fraterno lo conforman los hijos y es el espacio donde experimentan la primera relación de iguales, con el aprendizaje que ello implica. 5.1 DISFUNCIONALES O NO Un error frecuente que caracteriza la forma moral de observar a la familia por una parte de la sociedad, es la de considerar a una familia como disfuncional sin aclarar de dónde exactamente viene ese concepto y por qué se le atribuye con tanta ligereza esa etiqueta a cualquier familia que vive un conflicto en particular. “SIRIUS” considera que, todas las familias tienen momentos funcionales y áreas también que operan adecuadamente en el desempeño cotidiano de la vida, como también sabemos inclusive por vivencia propia que, no existen familias totalmente funcionales o parejas totalmente disfuncionales. Todos los seres humanos tenemos problemas que resolver y la manera en que lo hacemos nos hace más o menos funcionales y no es la ausencia de conflictos. Existen familias con áreas verdaderamente funcionales pero se mostrarán confusos en otras. Por ejemplo, denotarán habilidades para el manejo de los negocios, pero posiblemente se muestren torpes en el manejo de los afectos. También es un error considerar a una familia deshecha, rota o disgregada, a aquella en que no aparece como figura de nacimiento o la del cuento de los tres ositos. Existen un sinnúmero de circunstancias sociales, económicas, afectivas, jurídicas y de migración, que dan una diversidad notoria de posibilidades de formar una familia entre las que se encuentran: Familias plurinucleares o extensas: en las que conviven varias generaciones y parientes de distinto grado en el mismo hogar. Familias nucleares, en las que conviven exclusivamente padres e hijos. Son las más conocidas.
44
Familias de núcleo estricto: formadas por la unión de una pareja que no tiene descendencia. Incluye también las personas mayores cuyos hijos ya se han independizado. Familias monoparentales: en las que convive un progenitor (padre o madre) y los hijos que dependen de éste, el caso más común es el de las madres solteras. Familias reconstituidas: se forman con la unión de progenitores que han formado otras familias previamente, las cuales se han roto por diversas causas. En ellas conviven los hijos de anteriores uniones. Famillas Adoptivas: familias, generalmente nucleares o de núcleo estricto, que, con el apoyo de la administración pública, acogen a niños que no pueden ser atendidos convenientemente por sus padres biológicos. Otras familias: ciertos grupos sociales, como las personas los homosexuales, reivindican el derecho al reconocimiento de las relaciones de pareja estable, así como la equiparación de sus derechos con las parejas de distinto sexo. 5.2 INFLUENCIA POSITIVA DE LA FAMILIA La familia es sin lugar a dudas, la mejor influencia para prevenir como para superar el problema de las adicciones. Es importante la presencia de la familia en la atención a los problemas juveniles. El proyecto ORION asume que, la mejor lucha contra la demanda de droga, está en la labor que se realice con las familias de los niños y los jóvenes. Siempre se ha trabajado con la idea de cuestionar los factores que desencadenaron un proceso adictivo en las familias, pero no ocurre con frecuencia el análisis en el sentido contrario, que es el camino de la prevención desde la visión de lo familiar, o sea, insistir en la manera en que debe fortalecer y atender, a quienes conviven con las ilusiones y dificultades de los jóvenes. En nuestra propuesta, consideramos a las familias donde los jóvenes nunca o raramente consumen drogas. No hablamos de aquellas familias que niegan esa condición en sus hijos, ni de las que han sido incapaces de detectarlo. Por el contrario, existe también una correlación importante, que está dada entre un bajo consumo por parte de los jóvenes y la percepción que estos hijos tienen hacia sus padres. Sin estar “pegados” a ellos, los consideran más amorosos, firmes y claros en sus límites. Estos padres asumen su capacidad como adultos para equivocarse y mostrando también apertura para que los hijos puedan aprender a negociar los permisos. En
45
estas familias existen menos discrepancias, entre lo que les gustaría idealmente a los padres que fueran sus hijos y su tolerancia con lo que temporalmente son; estos padres llegan a tener una mejor relación con los amigos de estos, sin ser demasiado amigables. También hay un acuerdo más espontáneo en lo referente a la solución de problemas, existe mejor comunicación y una autoridad compartida donde predomina la democracia, aunque las decisiones de mayor peso las toman los padres. Todo esto permite que una familia prepare a sus hijos para la vida adulta, sobretodo si se le saca mejor partido a las circunstancias existentes y a no enfatizar las frustraciones y sobretodo a mantener la cohesión. Una familia de "bajo riesgo" respecto al consumo de drogas, es capaz de mostrar AMOR FIRME, o sea, que la funcionalidad de una familia depende de la adecuada jerarquización de los roles, así como de los límites de su estructura, donde la prioridad es la crianza, disciplina y autocontrol del hijo(a). Menos permisividad, pero mayor capacidad para planear y divertirse juntos y así promover en los hijos adolescentes mayor autoconfianza, honestidad y sensatez. La experimentación con drogas por parte de los hijos adolescentes, es un proceso inevitable debido al velo de misterio del que gozan las sustancias ilegales en nuestro país. No todos los jóvenes lo hacen, pero lo importante es que los hijos pasen en forma victoriosa, por esos ritos de iniciación a la vida adulta. Debemos permitir que sus desafíos lleven hacia un aprendizaje y que observen cómo han amenazado a su libertad y crecimiento, sin condenarlos. Sabemos que es difícil convertir estos retos en una actitud flexible, entusiasta y de aprendizaje en el último de los casos. Lo importante es que no hagamos eco de comportamientos dogmáticos y cínicos, sino de aquellos que por difíciles conllevan a la madurez. Con todo lo anterior, hemos visto que estas familias que operan ante las crisis inherentes a la adolescencia tienden a ceder algo en la crianza pero también a mantener una firmeza básica. Los mismos hijos "piden" límites, ante el temor de no poderse moderar ellos mismos, por lo tanto, la labor no radica en ser un "velador" o policía perseguidor, sino estar al tanto de las dificultades inherentes al desarrollo de un(a) joven que puede aprender a solicitar ayuda en vez de que se la impongamos debido a prejuicios o desinformación. Recuerde, los padres temerosos hacen hijos temerarios. Cuando los padres tienen sospechas y deseos de averiguar las pertenencias de sus hijos, posiblemente ésta sea una clara indicación, de que es necesario retomar una comunicación abandonada, y así retomarla por confrontativa que esta sea, evitemos entonces la A-DICCION entendida como el NO-DECIR. Esto se refiere a que cualquier persona comunica con sus gestos, actitudes, tonos de voz; también el silencio dice “algo” de alguien e inclusive su ausencia. Pero las fallas en la comunicación a las que nos referimos nosotros, son aquellas que son difíciles de explicitar y en particular aquellas que están relacionadas con conflictos. Ante las sospechas de consumo, debemos ventilar los “secretos” que aparecerán tarde o temprano en el seno familiar. Evitar el conflicto es a corto plazo, una forma de promoverlo y estamos aquí luchando por prevenir. Las lecciones
46
aprendidas con un hijo se vuelven transferibles en buena medida, con otros hijos y con otros padres. 6.3 CODEPENDENCIA Y COADICCION Hace aproximadamente 20 años surge el término de codependencia como resultado de poner énfasis en el comportamiento de aquella(s) persona(s) que viven con una persona adicta al alcohol o a otro tipo de sustancias modificadoras de la conducta. Lo interesante de esta propuesta y que hemos querido incluirla en nuestro Proyecto ORION, es que hemos logrado observar que se puede hacer una interesante labor preventiva, con la participación de los familiares inmediatos. La persona que se encuentra consumiendo sustancias tóxicas, no aceptará ayuda mientras no viva las consecuencias dolorosas de dicho consumo. Si los familiares lo rescatan de sus torpezas, el consumidor no aprenderá de las consecuencias y los familiares quedarán permanentemente abatidos por sus bien intencionadas actitudes, pero estériles en sus resultados. Es importante que aclaremos entonces de dónde surge este concepto de codependencia, ya que se ha venido utilizando en forma errónea. Se ha interpretado como si se tratara de aquella persona “que depende” de otro, sin embargo, todos dependemos de todos, en el momento que vivimos en una sociedad. También se ha utilizado para definir a aquellas personas que dependen una de otra, lo que realmente se llamaría interdependencia. El concepto de Codependencia no ha sido aclarado desde su origen como tal. He aquí una breve pero aclaradora explicación. El prefijo CO a una palabra nos indica “estar al lado de...” como lo es co-cordinador, copiloto, etc., entonces, los norteamericanos para definir a un adicto utilizan el término de “Chemistry Dependence” o sea, hablan de un químico dependiente. Pero al incluir a quien lo acompaña (a su familiar), se trataría de un “CODEPENDENCE” o codependiente en vez de COADICTO(A) quien es la persona que lo soporta e intenta salvarlo infructuosamente. Al traducirlo literalmente nos quedamos sin el químico y heredamos el dependiente que se ha vuelto un término peyorativo para etiquetar a alguien que, es incapaz de desprenderse de la idea de intentar salvar a “los débiles” como si fuera el Llanero Solitario o Supermán. Al transportar el concepto de Codependencia a nuestra idiosincrasia latinoamericana, queda como sinónimo de “ser social” ya que todos estamos al lado de alguien que depende y todos dependemos de otros por el hecho de ser miembros de diversos grupos sociales. Esta dependencia recíproca es común, pero se vuelve conflictiva cuando tiende hacia un vínculo simbiótico (estar pegados) en donde es imposible desprenderse. Se ha llegado a comprender que los problemas por drogas, se desarrollan dentro de un contexto familiar y
47
que los adictos no son individuos aislados ya que tienen amistades y familiares que saben de su abuso y también de cómo es sin la droga o el alcohol. En la familia se viven las situaciones más maravillosas o las más dramáticas de los seres humanos. Así como la familia puede ser el lugar donde se gesta un problema de drogadicción y/o alcoholismo, la familia es a su vez la mejor herramienta de prevención y atención.
48
1-PF
"SE REQUIERE DE TODA UNA ALDEA PARA EDUCAR A UN JOVEN" Proverbio africano
EL JOVEN: NI DEVIL, NI DEVIL” (DIABLO)
49
Folleto 1 .- Padres de Familia EL JOVEN: NI DEBIL, NI "DEVIL" (DIABLO) Es conveniente aclarar el concepto de adolescencia. El proyecto ORION ha encontrado que los aspectos relacionados con la prevención dirigida a la población estudiantil, están cargados de ideas que se vuelven un obstáculo en sí mismo. Es una combinación entre tímidos y diabólicos. Hemos encontrado también que se les considera como incompetentemente hábiles para destruirse. Y en relación a la llamada inteligencia emocional vemos que se sugiere una forma limitada de actuar ante las crisis. Esto es debido a que el joven está en permanente riesgo o se consideran como personas vulnerables y que cuando dejen de ser - parafraseando al modelo biológico- renacuajos, podrán salvarse de las terribles tentaciones. Y siguiendo en esta línea, solo siendo adultos (sapos o ranas) podrán tener la habilidad para resistir con fortaleza. Consideramos que esta visión implícitamente condena al joven a un trato conmiserado poniéndolo en desventaja y descontextualizándolo, lo que lleva a condenar su actuar y posiblemente a empujarlos a que obtengan formas tóxicas para intentar encontrar una identidad artificial. Esta falta de conocimiento de la adolescencia es debida a esquemas unilineales centrados en el individuo, llevando a visiones moralistas e impositivas, que acaban sometiendo y no resolviendo los problemas inherentes a este momento del ciclo vital. En la historia de la humanidad los jóvenes siempre han sido vistos como una amenaza para la estabilidad social y mucho más si se encuentran agrupados sin ningún proyecto que consideremos útil, basta recordar a los rebeldes sin causa, rockeros, patinetos, hippies, punks, pachucos, etc., que solo son una forma representativa de una expresión cultural que nos disgusta a quienes hemos tomado distancia (desgraciadamente) de ese mundo utópico y atrevido. Quienes tienen contacto con los jóvenes en forma cotidiana, han podido apreciar la solidaridad, entrega, disposición, sensibilidad y otras conductas que también enaltecen la ilusión de un futuro social menos amenazador. El maestro y las autoridades académicas saben que su trabajo, más allá de la valoración numérica del desempeño escolar, implica también, acompañar al joven para que sea capaz de tener suficientes habilidades que, paradójicamente se obtienen con dolor y fracasos. Lo mismo en el ámbito familiar se puede notar una confusión por parte de los padres en el manejo de las "riendas" al no saber con precisión (cada caso es distinto) de qué tanto jalar o qué tanto soltar, sin ser demasiado autoritarios ni excesivamente permisivos. La concepción de crisis desde la mirada occidental implica "sentencia" pero desde el esquema oriental se sabe que significa peligro y oportunidad a la vez. Recordemos nuestra propia adolescencia para poder decir que con las crisis creces.
50
CUANDO LOS ADULTOS SOMOS EL CONFLICTO Los adultos en ocasiones observamos a la adolescencia, como un momento de la vida que puede parecernos romántico o tierno. Sin embargo, esta etapa se caracteriza porque el joven vive una cohibición intensa, consciencia de sus deficiencias personales, hipersensibilidad y una baja capacidad de actuar contrariamente a sus impulsos, ni aún por su supervivencia y todavía menos por su futuro. Ante esto, los padres perecen inútiles o hasta enemigos ya que no toleran los estímulos de moda y su inestabilidad social, inclusive se les agotan las respuestas ante los cambios frecuentes del joven, tampoco les es fácil comprender prioridades que rigen la vida de los adolescentes. Para los padres la tarea del joven es prepararse para la vida adulta, en cambio para el adolescente su tarea es sobrevivir un día más recogiendo apoyo emocional de los pares o gente de su edad, o de cualquier persona capaz de mitigar las punzadas de la humillación social. La familia necesita en esta etapa mayor estabilidad, el joven no la ofrece, sino que debe extraerla de la familia y no puede hacerlo de sí mismo (a), ni de sus padres tan inestables como él o ella. El adolescente no acepta la ayuda de sus padres, por el contrario, los ve como los frustradores del cambio, el crecimiento y la independencia, si acaso, los padres, están pasando un conflicto conyugal, menos alternativa serán para los jóvenes. El adolescente cuestiona la propia adolescencia de los padres, así como cuestiona también los valores, torna obsoletas las reglas habituales, desafía los roles usuales, hace añicos las metas soñadas de los padres a los hijos, creando tensión, pero a pesar de todo, necesitan de los padres. No es frivolidad sugerir que los jóvenes de 12 a 18 años requieren que se cuiden más que los de 6 a 12, aunque aquellos nieguen esa necesidad. Los jóvenes hacen que los padres se sientan débiles, feos, cansados e impotentes. Los adultos les recuerdan a los jóvenes que son inútiles, insatisfechos e injustos. Los padres pueden entrar en crisis, ya que les puede resonar el fracaso, sobretodo después de 14 años de educar. Debido a los cambios generacionales, ningún padre puede proponer estilos juveniles, si los padres insistieran en esto, o dejan de ser padres, o los hijos los ven como tontos. Se les debe dejar que ellos sean los expertos en la moda y lo actual, sin juzgarlos. Los padres deben mostrar (inclusive con el ejemplo) su pericia en cuestiones esenciales como la moral y lo sexual. La mayoría de los adolescentes normales, se embriagan en ocasiones, tienen vida
51
sexual, se deprimen, experimentan con drogas, mienten, destrozan carros, son demandantes de justicia aunque ellos sean injustos, no les satisface "todo el oro del mundo", hacen berrinches, no acomodan su cuarto, son estridentes y exhibicionistas, no sueltan el teléfono, les atrae lo repulsivo, etc. Debe entenderse la naturaleza temporal de estos casos. Si esto se vive como falla de carácter o algo que será eterno, el diálogo se hace más difícil. Al inicio de la adolescencia les obsesiona la privacidad, de hecho los médicos, son los únicos adultos que ven desnudo(a) a un(a) joven de 13 años y eso si el caso lo amerita. Juegan a ser adultos. Debe respetárseles su sexualidad y promover cierta reserva. Debe evitar responder ante un problema en forma excesiva o insuficiente. Cuando el joven le golpee una crisis, recurrirá a los padres. Descubrirá que ellos no tratan de quitarle su pubertad y confiará de nuevo en ellos en los pocos años de adolescencia que le restan. Estas crisis son decisivas para las relaciones entre padres e hijos, si no lo ayudan y sólo lo castigan o restringen, le provocarán culpa y tardará en recuperarse la confianza de nuevo, ya que preferirá en este caso su mundo clandestino. No cabe duda que a pesar de que los padres representan un obstáculo para los adolescentes no dejarán de ser la red de protección que se requiere para pasar por la cuerda floja que es esta etapa de la vida. Usted decide de qué manera se lo cobra o no. OCIO Y TIEMPO LIBRE NO SIEMPRE SON SINÓNIMOS El Tiempo Libre surge como una de las tres esferas que componen la vida cotidiana, las otras dos son la Familia y el Trabajo. También es el tiempo que supuestamente aparece como propio, particular, individual, es como "bajar la cortina" a la obligación, no sólo es un tiempo de reposo y recuperación de la energía, sino también un tiempo de consumo, lo cual hace que tome (el T.L.) un carácter fundamental para la producción, porque actúa como reproductor del Sistema de Mercado, pues ahí en el T.L., es donde los individuos y en particular los jóvenes, se convierten en consumidores de bienes y servicios. El manejo del tiempo por parte de los jóvenes, sin duda se muestra caótico, ya que es más parecido a la contemplación que contrariamente a sus capacidades corporales, energéticas y de creatividad, se ven desperdiciadas. Sin querer justificar este comportamiento, debemos entender que la manera en que la ansiedad puede evidenciarse en los seres humanos, es en forma de acción tendiente hacia la solución de problemas en general o quedándose paralizado esperando una "señal divina" que le indique el camino hacia un mejor momento de la vida. A los jóvenes el tiempo libre los devora produciéndose esa parálisis debido a que se frustran por no tener la vida, el cuerpo, las oportunidades, el carro, la casa, la pareja, etc., que tanto desean y obviamente que mientras llega la tan añorada vida alternativa, pueden absurdamente llegar a un día más dinámico, creativo y productivo, en este caso, los jóvenes sedientos de justicia se vuelven injustos consigo mismos. Aunado a esto, la falta de un proyecto de vida a corto, mediano y largo plazo, contribuyen a esa ansiedad incapacitadora, la cual puede llevar al consumo de sustancias como una forma de distorsionar el pensamiento aturdido por un sin fin de posibilidades de ser, en este caso el tiempo libre, deja
52
de ser sinónimo de libertad. A continuación mostramos una clasificación del tiempo libre que esperamos le sea de utilidad. El T.L., se puede dividir en A.) Recreacional, B.) Discrecional y C.) Ocio. A.) Recreacional es el tiempo de placer, donde se busca la satisfacción de las necesidades psicológicas, ejemplo; momentos de juego, sexualidad, amistades, lectura, escribir, música, bailar o dedicarlo a una actividad artística creativa. B.) El Discrecional, se destina a las actividades que no impliquen la satisfacción de necesidades, salvo para la transformación o sublimación, pero implica un esfuerzo extra; contribución personal para el desarrollo social o la participación en organizaciones de beneficencia, políticas, así como desarrollar un "hobby" o un deporte. Es donde la dedicación va más allá del placer contemplativo y exige esfuerzos adicionales. C.) El Ocio se da con más facilidad e implica el poder de decisión de no hacer nada o no hacerlo en la forma cotidiana exigida, o sea, en el trabajo o la familia. Se consigue así, un tiempo de "sólo estar" (no es "estar solo" necesariamente) un tiempo que los orientales valoran mucho por que es el tiempo de la meditación y los occidentales juzgamos, despreciamos y condenamos ("Tiempo es dinero"). UN FACTOR DE PROTECCIÓN: LA RESILIENCIA La resiliencia es un concepto recién adquirido de la metalurgia y la ingeniería civil, con el que se nombra a la capacidad de algunos materiales para recobrar su forma original, después de ser sometidos a una presión deformadora. Aplicado adecuadamente a las condiciones de los seres humanos, podemos entender que los RESILIENTES son aquellas personas capaces de desarrollar competencia, así como ciertas habilidades a pesar de ser criados en condiciones críticas y adversas. En el campo que estamos abordando, que es el de la prevención de las adicciones, se trata de un proceso que implica una compensación de los factores de protección frente a los factores de riesgo, y una acumulación gradual de fuerza emocional que permite a los niños y jóvenes responder con éxito a los cambios en sus familias, escuelas y comunidades. La Resiliencia puede definirse entonces: como la capacidad para reponerse después de acontecimientos vitales traumáticos (Ej. muerte de un pariente, divorcio, abusos sexuales, quedarse en la calle o sufrir una catástrofe) y otros tipos de adversidad, para lograr una eventual restauración o mejora del funcionamiento competente o de la capacidad para resistir el estrés crónico (Ej., pobreza extrema, padres alcohólicos, enfermedad crónica, o violencia en el hogar o en el barrio) y para mantener un funcionamiento competente a pesar del mantenimiento de las condiciones de vida adversas o estresantes.
53
Es un anglicismo procedente del término "resilience". Por ello se propone el término "adaptación positiva" para sustituirle ya que, ante situaciones que suponen una acumulación de factores de riesgo, algunas personas se adaptan a las mismas implicándose en conductas negativas para el individuo o para la sociedad, tales como conducta violenta o delictiva, consumo de drogas, etc. (lo cual podría definirse como "adaptación negativa"), mientras que otras son capaces de adaptarse de forma positiva, desarrollando formas de conducta que favorecen el desarrollo del individuo y del grupo al que pertenece. Decimos que estas últimas personas tienen una elevada capacidad de "adaptación positiva". Este concepto trata de explicar por qué una parte de los niños en situación de alto riesgo llega a convertirse en adultos competentes, confiados y cuidadosos, señalando que estos niños comparten determinadas características de personalidad: competencia social, estrategias para solucionar problemas, conciencia crítica, autonomía y creen en un brillante futuro. También comparten factores ambientales como una relación de apoyo con otras personas, altas expectativas en su familia y su comunidad y oportunidades para participar en conductas con gran significado. Los factores que contribuyen a la resiliencia en los jóvenes son: Una fuerte relación con los padres o los adultos que se encargan de su cuidado, los cuales les proporcionan un entorno educativo desde sus primeros años y de forma constante. Sentimientos de éxito y sensación de tener una capacidad que le permiten poder decir que hace algo bien y poder mantener un sentimiento de respeto hacia sí mismo. Fuertes recursos internos y externos tales como buena salud física, autoestima, capacidad autocrítica, sentido del humor y una red de apoyo que incluye la familia, la escuela y la comunidad. Habilidades sociales, incluyendo buenas habilidades para comunicarse y negociar, así como habilidades para tomar decisiones y para rechazar actividades que pueden ser peligrosas. Estrategias de pensamiento y de solución de conflictos y capaces de generar alternativas para solucionar problemas. Esperanza en que las ventajas de otras personas pueden ser superadas con perseverancia y trabajo duro.
54
Superar situaciones estresantes previas, de manera que cada vez que un joven supera una dificultad, la experiencia le ayuda a afrontar las inevitables dificultades. Es importante hacer la siguiente aclaración, ya que se llega a utilizar la expresión "factores de resiliencia" como sinónimo de factores de protección. Sin embargo, se puede crear una confusión al incluirlos dentro de lo que serían las habilidades para la vida. Estas últimas las definiremos como las capacidades y recursos personales, interpersonales, cognitivos, sociales, emocionales y físicos que permiten a las personas controlar y dirigir sus vidas, desarrollando la capacidad para vivir con su entorno y lograr que éste cambie. Como ejemplos de habilidades para la vida individuales se pueden citar las estrategias para la toma de decisiones y la solución de problemas, las habilidades de comunicación y de relación interpersonal y la capacidad para manejar las emociones y el estrés. Finalizando este apartado quedará claro, que los factores de protección se tienen y se refuerzan en los niños y en los jóvenes con el contexto y las habilidades para la vida serán más responsabilidad de las instituciones formativas, la familia, la comunidad, por lo tanto se adquieren por influencia del contexto, aunque en algunos casos no se desarrollen adecuadamente por la falta de recursos individuales en los niños y adolescentes con demasiadas carencias en su desarrollo, que son aquellos casos que requieren de una particular atención y cuidado.
55
2-PF
RECURSOS PARA LOS PADRES
56
Folleto 2 Padres de Familia RECURSOS PARA LOS PADRES Sabemos que no existen recetas para educar, sin embargo le ofrecemos algunos "ingredientes" que a otros padres les han sido útiles, depende de usted el "sazón" que le quiera dar a su "platillo". Fomente la independencia. El camino de los hijos hacia la autonomía, es constante desde que nacen pero estalla en la adolescencia. Durante este periodo los padres han de mostrarse más cuidadosos en el respeto de las decisiones que los jóvenes tomen y detenerse un momento para evaluar qué aprendieron de su logro o de su fracaso. Es más, los padres, deben propiciar que tomen iniciativas y asuman responsabilidades. Los hijos también deben recibir explicaciones de las consecuencias de sus decisiones, sin reprimendas y ayudarles a resolver los múltiples conflictos que conlleva la autonomía. Mejore la autoestima. Elevar la autoestima y el respeto hacia uno mismo y tener la sensación de valía personal. Esta sensación deben estimularla los padres, reconociendo las cosas que se hacen correctamente, evitando ridiculizar a sus hijos, evitando que asuman responsabilidades para las cuales no están preparados, destacando sus aspectos más positivos para que puedan compensar sus puntos débiles, y teniendo una actitud comprensiva ante el fracaso. Manejo de emociones. Los estados emocionales son reacciones involuntarias que se originan en la percepción de las cosas y los acontecimientos. Todos las tenemos y es importante expresarlas y compartirlas, para controlarlas. Los padres deberían aceptar cualquier emoción de sus hijos, reconociendo las razones que la originaron, haciendo hincapié en que lo que sienten es normal y procurando dar una alternativa a las emociones negativas. Mejore la comunicación. La clave reside en el intercambio de mensajes, en estar atentos a lo que se nos dice y procurar argumentar razonadamente. Esto se consigue poniéndose en el lugar del otro, ofreciendo respuestas abiertas que permitan seguir hablando y respetando aquellas parcelas que sean consideradas íntimas para los hijos. Incúlqueles reglas. Las normas son necesarias porque mantienen el orden familiar, permiten la vida social y sirven de referencia a los jóvenes sobre qué se espera de su comportamiento. Según la edad de los hijos, se pondrán ejemplos coherentes con las conductas propuestas, estableciendo límites claros y normas
57
razonables, los cuales pueden ser flexibles y se mantendrán mientras sean necesarias. Enséñeles a negarse. Muchos consumos de drogas derivan de la incapacidad de los jóvenes para "decir no" a los integrantes de su escuela o comunidad que se las ofrecen. Deben saber que únicamente ellos pueden valorar sus comportamientos, ideas y emociones, asumiendo la responsabilidad de la conducta y sus consecuencias. El juicio más importante debe ser el suyo propio, y no tienen por qué dar a sus amigos explicaciones o excusas para justificar su actitud. La estrategia más utilizada para "decir no" es reaccionar con serenidad; a veces es útil hacer sentir mal al incitador con preguntas y comentarios que le hagan desistir. Estudios, conflictos y ocio. Es importante reaccionar adecuadamente al fracaso escolar, propiciando su análisis y colaborando en la búsqueda de soluciones. Lo mismo puede decirse de las conductas conflictivas. La organización del ocio tiene gran relevancia, y las actividades deportivas suele tener un cierto efecto preventivo sobre el consumo de drogas. ¿QUÉ HACER PARA AYUDARLOS? Sea un ejemplo. Los jóvenes están conscientes del ejemplo que usted como adulto les da. Ellos están atentos a lo que usted como educador hace y querrán hacerlo también. Hable con ellos. Hable sobre el alcohol y otras drogas como lo haría de deportes, la escuela o la calle. Si el joven sabe que puede hablar con usted de cualquier tema, se sentirá con confianza de hablar con usted de algo que le preocupe. Escuche con atención lo que ellos dicen. Por ejemplo, si él o ella dicen: "A Juan lo dejan beber en su casa los viernes", lo que realmente quiere saber es lo que usted piensa. No ridiculice el comentario respondiendo: "Esto no es verdad me estás engañando". En vez de esto, aproveche la ocasión para dejar al joven que exprese lo que le preocupa. Pregúntele sobre qué piensa él de esa situación o sobre qué haría si Juan lo invita a beber. Tenga cuidado de criticar mucho y evite dar demasiados consejos. Enséñele valores. Déle valores que le den un sentido de lo que es correcto y el coraje para tomar sus propias decisiones y resistir presiones. Enséñele a confiar en su propio juicio, respetar a las personas mayores y confiar en sus verdaderos amigos. Establezca límites. Para una mejor convivencia es necesaria una estructura y esta debe contar con reglas y límites claros. A su vez los jóvenes podrán poner
58
límites a aquellas situaciones que ponen en riesgo su salud, lo que es peligroso y lo que está en contra de la ley. Elógielo. Reconozca sus esfuerzos no sólo sus éxitos. Muéstrele que lo realmente importante es cuánto empeño le pone a sus proyectos. Dé ánimos. Los adolescentes sufren altas y bajas en su propia estimación. Anímelo a encontrar algo que disfrute hacer. Introdúzcalo a juegos, pasatiempos planeados en grupo o cualquier otra actividad que le sirva de alternativa. Comparta responsabilidades. Compartir tareas puede hacerlo sentir importante. Acepte errores y desacuerdos. Las diferencias y críticas forman el carácter y la autonomía. Repare daños. Si usted ha fallado muestre la capacidad de pedir perdón. No es muestra de debilidad sino de madurez asumir los propios errores y resolverlos. Muestre creatividad. Resuelva situaciones y muéstreles los obstáculos que vivió y las dificultades que tuvo que superar y sobretodo el fruto de su esfuerzo. Cuando el joven le pregunte que si acaso usted se ha embriagado o que quizás ha probado una droga ilegal, evalúe antes de contestar, cual es la información que quiere recibir el joven de usted. Ya que puede usarla para convertirlo en su cómplice o para juzgarlo de incapaz de comprenderlo. Céntrese en lo incapacitante de la sustancia para la creatividad, el aprendizaje y el desarrollo. Elimine mitos.
59
3-PF
EL CONTEXTO EMOCIONAL Y FORMATIVO LA FAMILIA
60
Folleto 3 para Padres de Familia El CONTEXTO EMOCIONAL Y FORMATIVO: LA FAMILIA La evolución que ha sufrido la familia en los últimos años ha dado lugar a una amplia variedad de situaciones difíciles de encuadrar en una definición única. Por ejemplo, se puede hablar de familia desde los lazos consanguíneos o desde el hecho de compartir un mismo techo en un prolongado tiempo de convivencia, que implica establecer vínculos afectivos intensos. También se puede, decir que familia es la estructura dada por los padres (o personas que hacen el papel de padres) e hijos que están relacionados entre sí por lazos biológicos o de atribución de tutoría. Pueden estar estos lazos respaldados formalmente (legalmente) o informalmente. Otra definición está dada por los vínculos, que implican cohabitar juntos y de forma activa en la vida familiar (compartiendo una red social, recursos materiales y emocionales y fuentes de apoyo). Naturalmente, junto a las familias compuestas por padres e hijos, hay que considerar otras situaciones (convivencia con otros familiares, familias monoparentales, familias sin descendencia, etc.). La familia ha perdido sus funciones originales: Las funciones productivas las tomó el sistema industrial y comercial; las expresivas las han capitalizado los medios masivos de comunicación al imponernos el cual sería el ideal de relacionarnos y hasta que tenemos que hacer con nuestro tiempo libre, que generalmente es consumir. La función de instrucción se le ha delegado a la escuela, desde la lactancia hasta los postgrados. A la familia entonces le queda como consecuencia, la socialización primaria de los hijos y la estabilización, en la medida de lo posible, de las personalidades de los jóvenes y de los adultos, lo cual posiblemente está dejando de ser una función que tradicionalmente se llevaba a cabo. Lo que si puede quedar como un concepto claro para la mayoría, es que la familia tiene una función clave en la socialización del individuo y contribuye especialmente a su desarrollo social, emocional y cognitivo. Es el primer grupo social del que forma parte y, como en cualquier núcleo social, sus miembros interactúan entre sí con arreglo a unas reglas de relación, unos roles y unas funciones que van cambiando a lo largo de la vida de ese grupo y en relación con la influencia de otros grupos sociales más amplios. El sistema familiar desempeña sus funciones a través de subsistemas, es decir, pequeños grupos dentro del grupo familiar: El subsistema conyugal lo constituyen la pareja de adultos que fundan la familia y que asumen funciones complementarias buscando la acomodación mutua. El
61
modo de relación y estilo de comunicación dentro del subsistema va a ser el modelo y el patrón de comportamiento en otros subsistemas. El subsistema parental se forma a partir de la llegada del primer hijo/a y convierte a la pareja en un nuevo subsistema. Ello supone la asunción de la responsabilidad que conlleva la maternidad / paternidad, el ejercicio de la autoridad, la guía y la educación, el marco del que surgen las normas de convivencia, etc. El subsistema fraterno lo conforman los hijos y es el espacio donde experimentan la primera relación de iguales, con el aprendizaje que ello implica. DISFUNCIONALES O NO Un error frecuente que caracteriza la forma moral de observar a la familia por una parte de la sociedad, es la de considerar a una familia como disfuncional sin aclarar de dónde exactamente viene ese concepto y por qué se le atribuye con tanta ligereza esa etiqueta a cualquier familia que vive un conflicto en particular. En el proyecto ORION consideramos que, todas las familias tienen momentos funcionales y áreas también que operan adecuadamente en el desempeño cotidiano de la vida, como también sabemos inclusive por vivencia propia que, no existen familias totalmente funcionales o parejas totalmente disfuncionales. Todos los seres humanos tenemos problemas que resolver y la manera en que lo hacemos nos hace más o menos funcionales y no es la ausencia de conflictos. Existen familias con áreas verdaderamente funcionales pero se mostrarán confusos en otras. Por ejemplo, denotarán habilidades para el manejo de los negocios, pero posiblemente se muestren torpes en el manejo de los afectos. También es un error considerar a una familia deshecha, rota o disgregada, a aquella en que no aparece como figura de nacimiento o la del cuento de los tres ositos. Existen un sinnúmero de circunstancias sociales, económicas, afectivas, jurídicas y de migración, que dan una diversidad notoria de posibilidades de formar una familia entre las que se encuentran: Familias plurinucleares o extensas: en las que conviven varias generaciones y parientes de distinto grado en el mismo hogar. Familias nucleares, en las que conviven exclusivamente padres e hijos. Son las más conocidas. Familias de núcleo estricto: formadas por la unión de una pareja que no tiene descendencia. Incluye también las personas mayores cuyos hijos ya se han independizado.
62
Familias monoparentales: en las que convive un progenitor (padre o madre) y los hijos que dependen de éste, el caso más común es el de las madres solteras. Familias reconstituidas: se forman con la unión de progenitores que han formado otras familias previamente, las cuales se han roto por diversas causas. En ellas conviven los hijos de anteriores uniones. Famillas Adoptivas: familias, generalmente nucleares o de núcleo estricto, que, con el apoyo de la administración pública, acogen a niños que no pueden ser atendidos convenientemente por sus padres biológicos. Otras familias: ciertos grupos sociales, como las personas los homosexuales, reivindican el derecho al reconocimiento de las relaciones de pareja estable, así como la equiparación de sus derechos con las parejas de distinto sexo.
63