Renacer Eléctrico Music Magazine. Octubre 2015

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LA REVISTA DONDE CONFLUYEN TODAS LAS MÚSICAS

´ RENACER ELECTRICO OCTUBRE 2015

MUSIC MAGAZINE

GHOST KISS TWIN PEAKS STEVEN MUNAR SCREAMIN’ JAY HAWKINS KIKE G. CAAMAÑO THE BLUES BROTHERS

STACIE COLLINS LA DAMA DE LA FURIOSA ARMÓNICA EL SOBRINO DEL DIABLO, ALICE COOPER, E. L. DOCTOROW, SEX PISTOLS, LOS BRAZOS, MEU OLE SWING, STORMY MONDAYS, EL HOMBRE TRANKILO, MARINA LLEDÓ, VAN MORRISON



Octubre de 2015

SUMARIO 04. LA ENTRADA. DAVE BRUBECK. 06. CRÍTICAS DE DISCOS. LA YNE, LA GANGA CALÉ, CLAUDIO BRUZZESE, EL HOMBRE TRANKILO, CHISUM CATTLE CO., STOP, STOP!, ALICE COOPER, EL JORDAN, ARCHIE DEEP & THE MONKEYSHAKERS, JOTA BEJARANO, FERNANDO TATO, GÜS GUZMÁN, LOS BRAZOS, MILONGAS EXTREMAS, PSYCHOSOUND, 0 KILLEDS, THE ARCS, EL LEGADO, OLE SWING, MARITA GALBÁN, BYE BYE LULLABY, MARINA LLEDÓ, MEU, SKANDA, STORMY MONDAYS. 23. REPORTAJE ESPECIAL. STACIE COLLINS. 28. REPORTAJE. EL TRONO CASERO, CONSTIPATION BLUES Y SCREAMIN’ JAY HAWKINS. 30. CINE MUSICAL. GRANUJAS A TODO RITMO. 32. REPORTAJE. GHOST. EL ESPECTRO DE LA AMBIGÜEDAD 38. LA RETRO SERIE. TWIN PEAKS. 40. TELEVISIÓN ÁCIDA. CAZATESOROS. 42. REPORTAJE. KISS 1978. 45. DESTRIPANDO EL CANCIONERO. “RUNAWAY” DE BON JOVI. 46. REPORTAJE. THE BARRON KNIGHTS. 48. LIBROS. 54. LA FIRMA INVITADA. EL SOBRINO DEL DIABLO. 56. EL DOSSIER DEL INSTRUMENTISTA. KIKE G. CAAMAÑO. 62. MATRÍCULAS DE HONOR. VAN MORRISON, THE CHIEFTAINS, APHRODITE’S CHILD. 64. LA FIRMA INVITADA. STEVEN MUNAR. 65. CONCURSOS. THE FOXHOLES, GANADORES CONCURSO NACHO, NANDO & MIGUEL.

Dirección: Sergio Guillén Redacción: Andrés Puente, Sergio Guillén, Fat Professor, María Manuela Cortinas, Jack The Lad y Julio L. Tecglen Fotografía: África Paredes Diseño y maquetación: Sergio Guillén y África Paredes Encargado Facebook: Sergio Guillén / Encargada Twitter: África Paredes Contacto: renacerelectrico@hotmail.com Foto portada: África Paredes RENACER ELÉCTRICO MUSIC MAGAZINE no se hace responsable de las opiniones vertidas por su colaboradores y anunciantes ni se identifica, necesariamente, con las mismas.

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LA ENTRADA

El jazz de la palmada Podría decir que mi primer acercamiento al jazz fue de la mano del piano de Dave Brubeck; más concretamente de su álbum de éxitos para CBS/Sony tulado simplemente Greatest Hits. La carátula del trabajo mostraba la fotogra!a de un po de cara bonachona, ya con amplias entradas y mirada miope oculta tras la sombra que la montura de sus gafas dejaban al ser golpeadas por la luz de relleno impuesta por el fotógrafo. Al salir su rostro casi pegado a las teclas de su piano, el lacado negro del mismo ofrecía un curioso reflejo de una cara que, aunque seguía siendo la suya, en parte parecía la de otro. Apreciaciones de diseño aparte, este álbum era –y lo sigue siendo– una autén ca perita en dulce. Un elepé que demostraba la importancia del talento de un buen cuarteto de jazz rítmico y melódico, dispuesto a desarrollar su virtuosismo pero sin tener que sacrificar la diversión; y, ante todo, una compilación que me abrió las puertas del mundo de Joe Morello, probablemente uno de los baterista blancos de jazz más elegantes que dio Estados Unidos. Su solo en ese milestone que es “Take Five” resulta inolvidable para cualquier ser con sangre en las venas. Sin embargo, “Unsquare Dance” pronto se convir ó en mi favorita de aquel álbum. Unas insistentes notas del contrabajo de Eugene Wright abrían la pieza al saxo alto de Paul Desmond y a las teclas de Brubeck, todo ello subrayado por unas insistentes palmadas; y en escasos treinta y cinco segundos, de pronto, y sin poder echarle cuentas al tándem Desmond/Brubeck, la espina dorsal rítmica se queda como simple colchón saltarín sobre el que puedan recostarse las baquetas de Morello, que todavía no han hecho acto de presencia. ¡Y finalmente están ahí! Pero no golpeando en los parches o los platos, Joe simplemente –y lo de “simplemente” es un decir, pues lo suyo es arte– redobla y hace repicar sus baquetas sobre el canto de su caja, de su tambor, creando los sonidos más sorpresivos y adic vos que te puedas imaginar. Por entonces, todavía un niño, un proyecto de baterista en potencia que como baquetas sólo tenía palillos chinos de los que se u lizan para comer –mi etapa “lapicerís ca-percusiva” ya había quedado atrás–, golpeaba con ahínco sobre uno de los armarios cajoneros de mi habitación, intentando emular al bueno de Joe con más gracia que a no. Sergio Guillén (Director)

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LA GRANDE ILLUSION (La YnE, Musea Records) El finlandés Ma Laine se considera un músico de folk del hoy, de la actualidad, de las nuevas propuestas y la apertura de mente. Una visión sin cerrojos que le lleva a experimentar con calma pero a buen ritmo con la inspiración que se oculta tras ritos y ceremonias del pasado, tras modos de expresión ar!s"cos que, aunque en el ayer, "enen un vigente sen"do si se saben combinar. El sello Musea apuesta, como es bien sabido, por la experimentación en favor de la música más o menos progresiva, aunque no quita para que siempre existan lugares dentro de su catálogo para imágenes sonoras cercanas a la world music o a cualquier experimento que pueda ser sinónimo de vanguardia. Ma , cuyo proyecto ha "tulado como La YnE (haciendo un juego con la pronunciación y las le-

tras que conforman su apellido), asegura que en su música lo más importante es la experiencia del viaje que esta plantea y no tanto el lugar de des"no final. La Grande Illusion es una paleta cromá"ca amplia donde cada color es un país, una región, una forma de entender la vida y la cultura. Ma , junto a un bien conjuntado grupo de colaboradores, graba piezas de su propia creación, desarrollos como “Par Avion”, “S"gmata”, “Meiko”, “Unexpected” o “La Porte De L’Enfer”, con el propósito de materializar lazos a lo largo y ancho de las costumbres sociales que hacen de cada nación un misterioso lugar a redescubrir. por Sergio Guillén

COSQUILLAS DE AZOTEA (La Ganga Calé,Youkali Music) Hace ya unos cuantos años se puso de moda el añadir la cole"lla de “la"no” a prác"camente cualquier grupo dentro de la onda más comercial del pop y el rock suave. Incluso se confeccionaban recopilatorios en los que se reunían ar"stas de un mismo sello bajo ese pretexto, aunque en realidad sus caracterís"cas musicales no animasen especialmente a colocarles dicho epíteto. Sin embargo, las ventas mandaban, y si aquello le daba un aura de mayor “auten"cidad” al producto, por qué no u"lizarlo. El joven grupo madrileño La Ganga Calé sí que se podría arrogar dicho califica"vo sin temor alguno a que le sacasen los colores. En su álbum de debut, este Cosquillas De Azotea, se marcan un importante trabajo a la hora de mezclar influencias en la coctelera hasta pergeñar un sonido propio que, estaremos de acuerdo, no rompe con ningún canon establecido, pero sí que resulta tremenda06

mente ape"toso. Escucho en este disco ecos Los Rodríguez, Kiko Veneno, La Cabra Mecánica, Juan Perro o Café Quijano. Aquí hay cosas de todos ellos, pero es patente que esto no es una copia literal de ninguna de estas propuestas. En este sen"do, La Ganga Calé se mueve a un nivel alto y podría compe"r sin problemas en cualquier radiofórmula si el locutor de turno no se moviese según la cifra del cheque que recibe de la correspondiente discográfica, por poner un ejemplo de lo más burdo. Funk, percusiones y vientos bailongos, salsa y rumba son las piedrecitas de colores que se combinan en el caleidoscopio musical que es Cosquillas De Azotea. Si estuviéramos en otra época, “El Astronauta”, “El Capitán” o “La Receta De La Felicidad” estarían ya sonando en las radios de todo el país. por Andrés Puente


C R ´I T I C A S D E D I S C O S EL SUEÑO HUMANO (Claudio Bruzzese,Youkali Music) Bonito y encomiable disco el que nos regala el argen no Claudio Bruzzese, también pieza fundamental de Rumbo Sur Tango Quartet y Orquesta Real Del Tango. Con una base jazz que salpica sus trece canciones, Bruzzese (aquí ejerciendo como guitarrista y cantante) nos invita a un recorrido por varios de los mejores poemas en lengua castellana. Siendo Bruzzese bonaerense, resulta inevitable que estos temas estén impregnados de aires musicales como el tango, la milonga, la zamba o la chacarera. En ocasiones más alegre y op mista (“Baile”, “No Rechaces Los Sueños”), a ratos henchido de esa melancolía que despide el acento porteño (“El Pez”), El Sueño Humano siempre toca la fibra sen mental del oyente. No es sólo que Bruzzese haya escogido textos de genios de la literatura

como Pedro Salinas, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado o Rafael Alber , sino que sus arreglos musicales acompañan perfectamente las emocionadas palabras de estos autores. También hay que decir que no por sumamente conocidos son menos reivindicables estos textos en pleno siglo XXI, ahora que la tecnología parece haber condenado la poesía al ostracismo. Hay alguna que otra sorpresa, como “Abril” de los hermanos Álvarez Quintero o “La Ausencia” de Juan Boscán, apuntes que ponen la guinda en este rico pastel que es El Sueño Humano. Muy bonito y hasta necesario en los empos que corren. por Andrés Puente

MENTIRAS Y HALAGOS (El Hombre Trankilo, La Produktiva Records) El Hombre Trankilo es el proyecto del compositor, cantante y guitarrista del Garraf (Barcelona) Ricardo Rabella, un experimentado músico que formó parte de Los Montaña –el grupo que acompañó a Sabino Méndez en su carrera en solitario a finales de los 90– y que debutó en 2011 con Dame Pan Y Llámame Peter. Este segundo trabajo, Men!ras Y Halagos, ha sido producido por David Mar"nez (Maika Makovski), masterizado por la leyenda argen na Charly García y grabado en directo en el estudio con Rabella a la voz y guitarras, muy bien acompañado de Jordi Munté a las guitarras, Josep Faraboni “Fara” (Steven Munar, Los Montaña) al bajo, Mingo Bampton a los coros y el propio David Mar"nez a la batería y percusión. Rock directo, chulesco, canalla y callejero digno de los bares más humeantes de aquellas noches madrileñas, ya ex ntas, en las que reinaba Pepe Risi es lo

que se nos propone en este disco, estableciéndose así un puente aéreo musical entre Barcelona y Madrid, a través del empo y el espacio. En sus once cortes encontramos guitarras con sabor setentero ejecutando riffs irrefutables (“De Chinorri”) combinadas con altas dosis de humor (“Dos En Una”), ecos del mejor Josele San ago (“No Hay Manera”) y esencia de rock and roll clásico (“Zapatos”, todo un guiño al “Blue Suede Shoes”). Pero hay un corte que aúna magistralmente todos los elementos anteriormente expuestos: “A Mí La Nina Simone Me Pone”, síntesis perfecta de la gra"sima sorpresa que supone sumergirse en este Men!ras Y Halagos y, por ende, descubrir a El Hombre Trankilo. por Fat Professor

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90 MILES (Chisum Cattle Co., Rock CD Records) 90 Miles es el primer trabajo de esta formación madrileña liderada por Chisum –un veterano cur do en formaciones de country y rockabilly como The Versa les, True Grit o Gwen & The Boppin’ Rhythms– y en él se nos ofrece truckin’ country a todo gas; once ros que apenas sobrepasan los dos minutos, raudos y certeros, disparados con buena puntería por unos músicos forajidos que apuestan sin tubeos por un es lo bastante maltratado en nuestro país y que hace que los aficionados al género deban prestar especial atención, pues no serán muchas las oportunidades en las que se lo sirvan en bandeja de plata como en esta ocasión. El propio Chisum se ha encargado de la guitarra, banjo y voz, amén de la composición de todos los temas: desde el agitado corte instrumental “Gatherin’ Ca"le” que sirve de apertura, pasando por

hermosos medios empos donde predomina el lap steel como “Trucker From Alabama”, y hasta la versión al banjo del tema propio “Snake Boots (Redneck Style)” que se ocupa de cerrar el disco. Charlee Drummer se ha encargado de la grabación y la batería, Robin Drake de la guitarra rítmica y lap steel, Bea Sanz del bajo e Indo Mable de los coros; han colaborado en el disco, además, Nano Topo Cohnen a los coros y armónica, y Joaquín Santoyo al bajo. Este trabajo nos da la oportunidad que muchos estábamos esperando para disfrutar de autén co ambiente de honky tonk bailando con nuestras botas de piel de serpiente bien calzadas y luciendo orgullosos nuestro Stetson de ala ancha. por Fat Professor

JOIN THE PARTY (Stop, Stop!, Metalapolis Records) Stop, Stop! ya sorprendieron a propios y extraños con Unlimited. Pero eso fue en 2010, y aunque la banda no ha parado de tocar por Inglaterra e incluso les pudimos ver en Madrid teloneando a The Dogs D’Amour en febrero de 2013, el cuerpo nos pedía un nuevo brebaje que echarnos por la cabeza, con el que bañarnos botella a botella, quedando a la postre pegajosos pero felices. Join The Party es el licor que esta agrupación ha des lado para calmar nuestra sed. Desde la diver da historia de “Lost In The U.K.” pasando por el ímpetu de “Love Machine” o ese himno para el fin de semana que debe ser desde ya su “Join The Party”, hasta la acús ca final tulada “My Friend”, Stop, Stop! es un trío que sigue bien amarrado a su carril. Por el camino, por supuesto, y minuto tras minuto, van sucediéndose bomba08

zos como el medio empo endurecido y totalmente crí co en su texto que es “Pigs Falling Down”, “Lola” y el sexo sin paradas o esa alharaca pro fiestas estupefacientes en la taza del retrete que nos lanzan desde “Toilet Party”. Todo en orden y en su si o, conformando un segundo paso que retrata bien el es lo que abandera. Excitante, golpeador, vital, explosivo, poblado por canciones que te acompañarán sin necesidad de obligarte al autoconvencimiento, pues una vez escuchadas pasan a formar parte de ese tracklist par cular que resuena a diario en tu cabeza una y otra y otra vez. Eso es Join The Party, el posicionamiento de Stop, Stop! en la primera línea del hard rock más canallesco, sleaze y trufado de glam que te puedas imaginar. por Sergio Guillén


C R ´I T I C A S D E D I S C O S RAISE THE DEAD. LIVE FROM WACKEN (Alice Cooper, UDR) Exis ó un empo en el que si no grababas tu próximo álbum en directo en erras niponas no eras nadie. Con los años, parece que está pasando lo mismo con las actuaciones que las bandas de rock y metal ofrecen en el fes val Wacken Open Air (W.O.A.). Ahí está el Enjoy The Quite (Live At Wacken 2012) de Ministry o uno de los conciertos que se incluyen en el Warriors Of The Road. The Saxon Chronicles Part II, precisamente también rescatado de aquel 2012. Incluso el videoclip del single “Paranoia” de los nacionales Vita Imana se grabó en su actuación en la edición de 2010 de dicho evento. Así que cobra un nuevo sen do aquel !tulo del “landismo” que profería cual grito aquello de «vente a Alemania, Pepe». En este caso Pepe se llama Vincent, o para los que le disfrutamos en su faceta ar!s ca, Alice Cooper. Raise The Dead, la grabación de su concierto del 3 de agosto de 2013 en el W.O.A., se nos presenta en una edición de DVD más doble CD y en dicha actuación hallamos a lo que era la banda de Alice

en aquel momento: Chuck Garric (bajo), Orianthi (guitarra), Ryan Roxie (guitarra), Tommy Henriksen (guitarra) y Glen Sobel (batería); y digo “aquel momento” pues The Coop gusta de renovar sus filas a la primera oportunidad. La agrupación al completo capea bien el hecho de que la mitad del concierto deba realizarse a plena luz del día, algo que impide sacar el cien por cien del jugo de cada uno de los clásicos efectos escénicos de Cooper. Así, piezas como “I Love The Dead”, “Ballad Of Dwight Fry” o “Welcome To My Nightmare”, que hallan en las luces y la teatralidad un plus que ayuda a la narración de los textos, están situadas tras el paso del ecuador del show (es decir, buscando noche). La lista de temas, más de veinte si contamos las versiones de “My Genera on” (The Who), “Break On Through (To The Other Side)” (The Doors) y “Another Brick In The Wall Part. II” (Pink Floyd), está bien estructurada; sin embargo, no me llega a convencer la formación que los toca. No olvido el pres gio que enen músicos como Chuck Garric,


Glen Sobel o la joven guitarrista Orianthi, pero me falta algo ahí, ver al grupo siendo eso, un grupo. De hecho, y aunque han pasado autén cos talentos por las filas de Alice Cooper, desde la gira de Alice Cooper Trashes The World no he vuelto a ver tal comunión y empaque. Por supuesto que es imposible alcanzar la magia de los inicios del proyecto, cuando eran autén camente una banda y Vincent

Furnier materializaba uno de los cinco engranajes compuestos por Glen Buxton, Michael Bruce, Dennis Dunaway y Neal Smith. Pero, como digo, al menos se debería intentar igualar en este po de ediciones la complicidad que se veía en aquel VHS (actualmente ya reeditado en DVD) de 1990. por Sergio Guillén

Alice Cooper

MI TIERRA Y MIS RAÍCES (El Jordan Y Sus Moco De Pavo All Estars,Youkali Music) El sello Youkali nos ene acostumbrados a discos de lo más variados es los y a ofrecernos las más originales propuestas musicales que llevarnos a los oídos, pero este trabajo quizá se lleve la palma. Stephen Jordan es el ar fice de este disco cargado de humor, eclec cismo y calidad a partes iguales y en el que se ha rodeado de una impresionante lista de músicos –Sus Moco De Pavo All Estars– entre los que encontramos la guitarra de Julián Kanevsky (un habitual de Calamaro) o las armónicas de Txus Blues y Ñaco Goñi. Las composiciones originales de Jordan son tan descacharrantes como inclasificables, véanse “Yo Quiero Marcha”, “Happy Thanksturkeyween!”, “Buscando Monedas” o “All Right Mr. Sinclair”. El tulo del disco, Mi Tierra Y Mis Raíces, nos plantea a priori dos dudas: ¿a qué erra se está refiriendo Jordan? ¿A qué raíces (musicales, hemos de suponer) apunta? La respuesta la encontremos, tal 10

vez, echando un vistazo a la portada del álbum: las efigies del Monte Rushmore compar endo estampa con el toro de Osborne se convierte en la imagen perfecta de la simbiosis entre la cultura musical estadounidense (principalmente negra) y la concepción que de la vida tenemos desde este rincón del mundo llamado España (con un espíritu de lo más socarrón en sus letras, eso sí). Como prueba del hermanamiento entre los referentes norteamericanos e hispanos apelo a las dos versiones que se incluyen: por un lado el “I Walk The Line” de Johnny Cash a ritmo de reggae y por el otro el “No Me Amenaces” de José Alfredo Jiménez conver do en un blues, ambas resultan tan inauditas como convincentes. Un disco absolutamente delirante, enormemente diver do y altamente recomendable. por Fat Professor


C R ´I T I C A S D E D I S C O S #3 (Archi Deep And The Monkeyshakers, Autoeditado) ¿Quién me iba a decir que iba a encontrar en Francia un grupo primo hermano de los madrileños e inclasificables Mamá Ladilla? Pues sí, ese momento ha llegado y así, sin comerlo ni beberlo, me he topado con los franceses Archi Deep And The Monkeyshakers, que publican en este 2015 su tercer EP. ¿En qué me baso para buscar el parentesco musical con la banda madrileña encabezada por el simpar Juan Abarca? Al igual que Mamá Ladilla, el grupo que nos ocupa es lo que se llama habitualmente un power trio. Es decir: guitarra, bajo y batería y por supuesto las voces, pero sin mayores tonterías ni complicaciones. Como Mamá Ladilla, Archi Deep And The Monkeyshakers parten de una base rock aunque no hay un es!lo definido más allá de lo “americanos” que suenan, con un so-

nido de guitarras totalmente grunge. A pesar de lo aparentemente simple de la formación, ellos mismos se lo guisan y se lo comen para dar forma a un sonido denso, duro y lo más directo posible. Seis canciones en las que meten caña a lo Soundgarden o Alice In Chains (“Nowhere Man”), se ponen un poco progresivos (“I’m On The Run”) y hasta citan, más o menos, el “Eleanor Rigby” de The Beatles (“High Minds”). El surrealismo no sólo está presente en la música, sino que trasciende a la portada del disco, una labor por cierto desarrollada por Storm Studios, quienes han realizado trabajos para bandas como Audioslave, The Mars Volta o Muse en !empos rela!vamente recientes. por Andrés Puente

HASTA QUE SALGA EL SOL (Jota Bejarano,Youkali Music) Jota Bejarano o, lo que es lo mismo, Juan Félix Bejarano, es sin duda un !po con inquietudes. No sólo actuó en el musical inspirado en Queen We Will Rock You durante más de cuatro años, sino que ha formado parte de un grupo de versiones, La Línea Rock Band, e incluso ha probado suerte en un programa televisivo como El Número Uno. Aparte de esto, ha hecho sus pinitos en series de televisión. Sin embargo, Hasta Que Salga El Sol se perfila como su obra y proyecto más personal. Podríamos decir que Pablo Perea (líder de los fantás!cos La Trampa) es el padrino de Bejarano en este su álbum de debut, dado que trabaja aquí como productor musical, ha grabado guitarras eléctricas y acús!cas y ha par!cipado en los coros. Aparte de esto, Perea contribuye al disco con dos composiciones: “El Rastro De Tus Labios” y “Como Si Nada”. La primera es una balada con cierto re-

gusto a Toto, mientras que la segunda desarrolla una faceta incluso más adult oriented rock, género del cual tanto Perea como Bejarano son grandes seguidores (no hay más que fijarse en los primeros treinta segundos de “Hasta Que Salga El Sol”, la canción). Pero hay que decir que, aunque hay un sustrato de rock melódico en Hasta Que Salga El Sol, el disco apuesta inconfundiblemente por el pop rock con potentes pistas de teclados (obra de Marcos Rasa). Creo que no nos equivocaríamos mucho si retornamos a la comparación con Toto, debido a la comercialidad bien entendida de las canciones de Bejarano y sus preciosistas arreglos. Este es uno de esos discos que entran a la primera, aunque esto no nos debe desviar en nuestra valoración. Si bien las canciones contenidas en el mismo son instantáneamente pegadizas y agradables al oído, las sucesivas escuchas nos harán percatarnos 11


del importante trabajo musical que hay tras Hasta Que Salga El Sol, por lo que disfrutaremos aún más de la audición. En el úl!mo tema del CD, Perea y Bejarano se alían

en las labores vocales para com pletar una versión acús!ca de “Arena Y Sal”. por Andrés Puente

EL ANIMAL EN MÍ (Fernando Tato, Granja Beat) El coruñes Fernando Tato es un ar!sta polifacé!co: músico, actor, dibujante. Aunque los úl!mos años ha alcanzado la popularidad en su !erra gallega gracias a su papel de Ricardo en la serie O Faro de la televisión autonómica, nunca ha dejado de lado su faceta de músico, desarrollada desde su !erna juventud. Ahora da un gran paso publicando su primer disco en solitario donde aglu!na todo un conglomerado de inquietudes ar"s!cas y vicisitudes personales madurado a lo largo de varios años. También hace gala de su destreza como ilustrador dibujando los inquietantes “macacos sangrantes” que inundan la portada y el libreto. Escuchando el acompañamiento de la primera canción, que da "tulo al albúm, resulta inevitable recordar los famosos acordes que Badalamen! compuso para la banda sonora de la mí!ca serie noventera Twin Peaks. Todos los cortes que forman el LP son canciones melancólicas envueltas en una tensión contenida. Andrea Ros pone el contrapunto dulce

Ilustraciones de Fernando Tato 12

y amable a la voz grave y susurrante de Fernando Tato creando una atmosfera en ocasiones melodiosa y otras veces demasiado enervante y monótona, muy acorde con el ambiente oscuro que el ar!sta ha imprimido al conjunto de los temas. Las letras, entre lo prosaico y lo lírico, alcanzan un grado de crip!cidad cuyo significado más profundo sólo lo puede entender quien ha vivido en primera persona las historias narradas. El Animal En Mí con!ene música de gran simplicidad formal y alta intensidad emocional. Es un disco muy ín!mo –tal vez demasiado– y no apto para todos los públicos, aunque muchos podrán ver reflejadas sus propias experiencias en los avatares contados y cantados por Fernando Tato. El autor ha puesto toda su alma en este trabajo; no obstante interpretar y transmi!r los sen!mientos nunca es una tarea fácil en ninguna disciplina ar"s!ca. por María Manuela Cor!nas


C R ´I T I C A S D E D I S C O S HUELE A FRONTERA (Güs Guzmán, Autoeditado) Tras más de una década de carrera en el rock más underground, el músico madrileño Gustavo Guzmán asoma la cabeza con este disco en solitario donde intenta sacar par!do de su dilatada experiencia como currante de la música. Ha pasado por diferentes formaciones, como los metaleros Ad Lib y Kymera, o más tarde Los Komes!bles, tras un fugaz paso por Hypnostate. Acaba formando la banda Señor Legendario, junto con el destacado guitarrista David Linde y otros músicos. En los trece cortes del LP, inundados por aire animado y op!mista, Guzmán hace un collage sonoro que evoca a toda una época del pop-rock español e internacional, desde Antonio Vega al televisivo Jesse Frederick, pasando por reconocibles influencias de grupos como La Granja. Podemos encontrar interesantes muestras de rock con reminiscencias jazzís!cas, folk e influjos de country western, como en “Huele A Frontera”, el tema que da #tulo al disco. A lo largo del repertorio, los sones de violín hábilmente interpretados por Manu Clavijo evocan los acompañamientos memorables que el violín de Diego Galaz hizo para piezas maestras del pop-rock

español. No es una novedad la introducción del violín en piezas de rock. Ar!stas y bandas consagradas, desde la Velvet hasta The Cure, emplearon este versá!l instrumento en sus composiciones. El disco se remata con las versiones acús!cas de “Cada Noche” y “Un Mal Día” las cuales, aunque no presentan grandes referencias interpreta!vas respecto a las versiones “enchufadas”, representan un concepto nuevo y, si cabe, más atrac!vo respecto al enfoque de la obra; por lo que no resulta descabellado pensar que el mismo disco grabado íntegramente en acús!co habría sido una apuesta más sólida. Reconociendo la calidad ar#s!ca de Güs Guzmán y la profesionalidad del trabajo realizado, el resultado final adolece de es!lo de propio; algo por otra parte habitual en los debuts discográficos. Esperemos que una deseable con!nuidad en la carrera de este ar!sta prometedor nos ofrezca mayores dosis de originalidad. por María Manuela Cor nas

GAS (Los Brazos, Rock Estatal Records) Lo que Los Brazos ofrecen en Gas es un compendio de rock vibrante y cargado de múl!ples referencias muy bien asimiladas, llevadas desde la raíz al terreno par!cular de este trío. Por lo tanto, si en “Not My Kind” pueden sugerir las bonanzas del Nick Lowe de “Without Love”, en “Randall” acercarse a unos Blue Cheer o a unos Budgie, en “Boogie” tender lazos con Rose Ta%oo y en “Say My Name” conseguir una perfecta fusión entre Foghat y Rory Gallagher, está más que claro que Los Brazos es una propuesta talentosa dotada en su interior del fuego necesario

para hacer de un álbum de estudio un artefacto incendiario. Ya lo avisan ellos, y con razón, en la contraportada de su elepé: «Warning. Flammable Material». Nueve canciones dotadas de una libertad de prejuicios poco oída en el rock actual y que escriben a la postre con letras mayúsculas el nombre de esta agrupación; y es que trescientos conciertos a las espaldas curten a cualquiera, todavía más si se trata de unos músicos tan vivaces. por Sergio Guillén 13


MILONGAS EXTREMAS (Milongas Extremas, Autoeditado) El cuarteto uruguayo Milongas Extremas es el único grupo de versiones de Extremoduro que le gusta a Robe Iniesta, y después de escuchar su álbum de debut no resulta di cil comprender por qué. Ellos, únicamente acompañados de sus guitarras, lograron pergeñar con seguridad uno de los discos de versiones más originales y bonitos que haya podido escuchar quien escribe estas líneas. En las manos y las voces de estos cuatro cracks, las canciones de Extremoduro cobran una nueva dimensión, y escuchar estos once cortes nos recuerda la calidad de una banda que es historia viva del rock español. Sin embargo, y aquí llega el ma!z más importante, Milongas Extremas están en este álbum totalmente alejados del rock. Aquí la electricidad brilla por su ausencia (excepto en la final “Autorretrato”, donde incluyen un bajo) y el tango,

la milonga y el folk criollo son el hilo conductor del trabajo. El disco es pura melancolía y feeling, y con!ene momentos realmente fabulosos, como son sus revisiones de canciones como “A Fuego”, “Decidí” o “Ama, Ama Y Ensancha El Alma”. Tiene mérito que temas tan conocidos y asimilados por cualquier seguidor del rock nacional cual “Sucede”, “Extremaydura” o “Salir” parezcan canciones nuevas, recién salidas de la mente de los componentes de Milongas Extremas. Por eso este disco se convierte en pieza de colección para todo seguidor de Extremoduro. También hay que decir que, aparte de versionar a este grupo, la banda uruguaya posee temas propios. por Andrés Puente

INTERNAL CLOCK (Psychosound, Autoeditado) Psychosound es una banda de rock instrumental afincada en Ciudad Real, formada por el guitarrista Juan Pablo Mejía, el baterista Víctor Úbeda y la posterior incorporación de Ana Marín al bajo. Su corta trayectoria conjunta data de 2013, y en febrero de 2014 lanzaron el EP Internal Clock, su único trabajo discográfico hasta el momento, que ya en 2015 han presentado en formato sico. En los seis cortes que podemos escuchar en Internal Clock destaca una instrumentación que recuerda a muchos grupos de un amplio espectro es!lís!co, desde el jazz y el rock progresivo, a la NWOBHM de finales de los años 70, o incluso intérpretes de sonidos metálicos más extremos. El resultado es un conglomerado sonoro que amalgama el heavy de guitarras contundentes con elementos más melódicos, casi sinfónicos. En un viaje musical de 14

sólo vein!séis minutos podemos deleitarnos con la amplia variedad de ritmos de guitarra más bien tranquilos que encontramos en “D-End” – que por momentos parece un homenaje al veterano Joe “Satch” Satriani–, disfrutar con el arranque melódico de “Arriving (A.Y.)” o dejarnos llevar por los potentes riffs de “Cosmic Wind” y “The Winter Line”; finalizando con “Falling”, donde se entremezclan el progresivo y el hard rock, rematando con un ritmo que parece enlazar con el primer corte, cerrando un círculo simbólico. Internal Clock es un trabajo al que hay que acercarse sin re!cencias. Aunque el producto está bastante alejado de lo que acostumbramos a escuchar en el ámbito rockero, puede disfrutarse con gran intensidad. Cada oyente puede adaptar las notas que emanan del disco a sus propias circunstancias,


C R ´I T I C A S D E D I S C O S estado de ánimo o pensamientos, sin una letra que condicione su imaginación, logrando transportarse a universos muy personales. Cada escucha del CD puede conver rse en una experiencia muy dis nta en función de la perspec va de quienes tomen

la acertada decisión de sumergirse en la música de esta banda ciudadrealeña. por María Manuela Cor nas

LEVÁNTATE (0 Killeds, Rock CD Records) Levántate es el disco debut de la banda conquense 0 Killeds, unos jóvenes músicos con grandes aspiraciones en el complicado mundo del rock que, pese a su juventud, ya llevan varios años de carrera presentando su música en locales pequeños; aunque úl mamente han tenido oportunidad de codearse –o al menos pisar el mismo escenario– con grupos de renombre como M-Clan. El disco fue grabado y masterizado por Antonio “An ” Horrillo en la Casa de la Música de Fuenlabrada. La labor de producción, detrás de la que está Leo Jiménez –ex vocalista de Saratoga y Stravaganzza–, es muy destacable y consigue un sonido equilibrado a la vez que contundente. A la hora de dar a conocer el disco, han elegido como primer single y videoclip uno de los cortes más potentes, “El Final De Tu Vida”, donde la voz de Javier Piñango resuena entre la algarabía instrumental. Otro tema muy potente, aunque algo so-

breactuado, es “Salfuman”, con una letra tan ácida como su nombre indica. Sin embargo, también encontramos ejemplos de temas más blandos, como la balada “Sin Despedida” u otra composición baladís ca con cierto aire de folk metal: “Ahora Me Toca Sonreir”. Aunque las letras no son especialmente destacables y están llenas de tópicos, cumplen su función como soporte del ritmo. Aunque ellos definen su propio es lo como rock/ metal/grunge, definición ecléc ca donde las haya, en el repertorio incluido en este CD predomina el sonido metalero. Si bien es cierto que beben de fuentes sonoras muy dis ntas y distantes, lo que se pone de manifiesto en las peculiares rotundidades de algunas de las composiciones. Estos jóvenes conqueses apuntan muy alto, I hope that everything will go OK. por María Manuela Cor nas

YOURS, DREAMILY, (The Arcs, Nonesuch Records / Warner) Aquí llegan The Arcs, o cómo un proyecto paralelo para funcionar en solitario termina conver do en una colaboración entre cinco músicos. El que quería tomar algo de aire fuera de su banda madre, The Black Keys, no es otro que Dan Auerbach; los cuatro compañeros de fa gas restantes son Leon Michels, Richard Swi", Homer Steinweiss y Nick Movshon. Verdad es que todos han puesto su granito de arena en la composición echando una mano a Dan,

aunque no es menos cierto que el más involucrado –o tal vez con el que Auerbach ha hallado más química a la hora de componer– ha sido Michels, que a excepción de dos piezas de la obra se le puede encontrar en los créditos del resto del listado junto al padre de la apuesta. El resultado es un álbum que no necesariamente sorprenderá a los que conocen la trayectoria de The Black Keys, capturando ante todo a aquellos que son más 15


entusiastas de los úl mos discos del dueto –The Arcs suenan por momentos más negros y en ocasiones con una introspección no conocida en Auerbach–. Eso sí, es este Yours, Dreamily, una grabación muy disfrutable, totalmente fiel al desarrollo ar"s co que Dan venía mostrando en los úl mos años.

Un acierto que sirve de pistoletazo de salida para otro grupo que puede llegar sin problemas a poseer la enjundia de los ya citados The Black Keys si con núan con tan buena mixtura de cabeza y corazón a la hora de componer. por Sergio Guillén

Dan Auerbach

EL LEGADO (El Legado, El Beasto Recordings) El Legado ene un muy merecido pasado de banda de culto. Los de Cerdanyola del Vallés ya estaban a finales de los 80 siguiéndole la pista a La Banda Trapera Del Río, al mismo empo que ponían en pie en nuestro país lo que The Dictators hacían al otro lado del charco. La pericia del grupo para acercar el rock al punk y viceversa, para conver r una canción en un navajazo en la yugular, es digna de todo aplauso y reverencia. Siempre fieles a sus héroes y al es lo que el propio El Legado creó a golpe de local de ensayo y de actuaciones al límite; y es que podrán tener referencias, pero este quinteto consiguió sonar con una rabia que ya traían de la cuna. 16

Ahora El Legado graba un merecido larga duración, un álbum en el que dar un nuevo repaso a clásicos de su repertorio a la par que se añade nuevo material para disfrute de todos los que amamos las canciones rápidas y los ins ntos a flor de piel. El sonido de este disco es inmejorable y me recuerda al puñetazo en la cara que consiguieron en su primer elepé de estudio los Sin City Six. Aquí se palpan las cuerdas de las guitarras y las baquetas te golpean en el hueso occipital. Cien por cien los estatutos vitales de El Legado. por Sergio Guillén


C R ´I T I C A S D E D I S C O S SUEÑO GITANO (Ole Swing,Youkali Music) Aún tengo muy reciente en la memoria, aunque ahora se cumplan algo más de dos años de aquella cita, el concierto que Ole Swing ofreció en el madrileño Bar Benteveo un frío domingo de enero de 2013. Aquel cuarteto devolvía así la copla a las tabernas. Y, en lugar de hacerlo a horas intempes vas, decidían dar su serenata de copla abanicada por el swing en pleno aperi vo. Y en tal franja del día, hambriento el paladar de tapa y frescos líquidos con los que apaciguar el gaznate, qué mejor que un bar cas zo y en plena calle de Santa Isabel, a pocos pasos del Cine Doré, otro espacio en el que revivir el clasicismo del arte. Pura sesión de coplas y tapas. Poco empo tras aquella actuación, recién editado su muy interesante Swing Ibérico, el contrabajista Gerardo Ramos y el violinista Raúl Márquez salieron del conjunto. Como curiosidad, a Márquez se le pudo ver en un cameo para un capítulo del serial La Que Se Avecina tocando precisamente el instrumento por el que se ha conver do en un músico reconocido. Pero anécdotas aparte, lo cierto es que los Djangos de Ole Swing, Paco Rivas y Fernando Bellver, necesitaban de un nuevo violín y de un contrabajo que pudiesen estar a la altura de lo grabado

por sus antecesores; y es así la manera en la que entran en el cuadro Roberto Jabonero y Josemi Garzón. Sueño Gitano, el segundo pase discográfico de esta apuesta imagina va y emocionante, nos lleva de un brinco de Valverde, León y Quiroga (“María De La O”) a la rumba “Volando Voy” firmada por Kiko Veneno y clavaba a lo sublime por la voz de Camarón en su La Leyenda Del Tiempo. Siempre todo digerido en pos de la causa Ole Swing. El universo de estos cuatro tahúres del ritmo y el gypsy jazz incluso convierte al Ketama Antonio Carmona en un crooner en busca nuevas interpretaciones a la hora de afrontar los textos de Kiko. Incluso Thomas Schindowski, padre de Youkali Music, se ocupa de la producción ejecu va y hace de quinto Ole Swing en las adaptaciones de cuatro de las diez piezas que componen este Sueño Gitano. Y aquí, como en el Rat Pack, también hay un miembro femenino que no puede faltar; y si en aquella pandilla era la insus tuible Shirley MacLaine, aquí es la magnífica voz de Eva Durán la que vuelve a ocupar la habitación como ya hiciese en el álbum de presentación del combo. Cumplidores como pocos. por Sergio Guillén

AGUAS CALIENTES (Marita Albán Juárez Quartet,Youkali Music) Ni el guionista más avispado del serial televisivo más enrevesado de nuestros días podría haber inventado una historia como la de este cuarteto jazzís!co de Varsovia: Una vocalista de origen polaco-peruano (Marita Albán Juárez), conocida en Polonia como presentadora de documentales y espacios relacionados con la música clásica, se alía con su hermano José Manuel, miembro tanto de proyectos de hip-hop como de salsa, para poner en pie un

proyecto en el que viajar desde la música de Brasil a la cubana o la peruana y francesa. Suben al barco al pianista Dominik Wania, autén co experto en improvisación jazz, y al versá l y muy baqueteado Andrzej Święs. Lo curioso del asunto es que esto no es un invento, para nada; estamos ante una realidad palpable y audible, ante un álbum, este Aguas Calientes, respetuoso con las piezas a tributar a la par que fresco en sus acercamientos. Y es que 17


puede uno preferir o no unas rendiciones más que otras –en mi caso, no creo que jamás se logre superar la versión que del “Toro Mata” grabase Celia Cruz junto a Johnny Pacheco en 1974 para la Fania–, pero lo cierto es que este cuarteto ofrece en

su obra para Youkali Music un artefacto de máxima calidad. por Sergio Guillén

ORIGEN (Bye Bye Lullaby, Autoeditado) En “My Friend Is Gone” los miembros de Bye Bye Lullaby aseguran que los recuerdos pertenecen al lugar en el que nacimos; sin embargo, yo añado que la música de la apuesta musical aquí analizada deja memorias imborrables que pertenecen a la ejemplar asimilación de influencias que posee esta agrupación independiente de folk rock preciosista. “Origen”, la pieza "tulo y de apertura del elepé, conjuga el verbo entretener con un pop rock en el que la voz de Esther Valverde aporta un plus de originalidad, como esa rareza que en otros no tendría sen#do pero que en Bye Bye Lullaby casa y convence sin el menor esfuerzo.

Su acercamiento al folk nunca es gratuito y siempre aprovechan cualquier ocasión para darle una vuelta al concepto y llevarlo a un terreno que ya debería ser reconocible para todos los que los descubrieron con su iniciá#co California. El single “Lone Star Sky” les ha abierto muchas puertas, pero lo cierto es que este Origen posee un grueso de creaciones que deleitan en la misma medida. Un conjunto a tener muy presente, sin duda unos músicos con verdadera estrella e ideas ú#les que poner sobre el tablero. por Sergio Guillén

THE BOOK OF SOULS (Iron Maiden, Warner Music) Si hay un grupo en este planeta que se pueda permi#r el sacar un doble CD con nuevas canciones con la perspec#va de lograr una can#dad aceptable de ventas, ese es Iron Maiden. Y precisamente eso es The Book Of Souls, el nuevo trabajo discográfico de una de las bandas más relevantes de todos los #empos. Conscientes de que ya no #enen que demostrarle nada a nadie, el sexteto se marca en The Book Of Souls una jugada suicida. Más que nada porque queda muy poca gente a día de hoy capaz de escuchar un mismo disco durante más de cuarenta minutos, y aquí se con#enen más de noventa repar#dos en diez cortes, siete de los cuales duran más de seis minutos. Es decir, que 18

este es uno de los discos más exigentes para con el oyente de los úl#mos años. Hay que admi#r que la apuesta les ha salido moderadamente bien. Iron Maiden siguen empeñados en apabullar a sus seguidores con composiciones complejas, divididas en varias partes, buscando un cariz progresivo, aunque en realidad siguen haciendo heavy metal del de toda la vida. Esto de alargar las canciones les sale a veces bien y otras no tanto. “If Eternity Should Fail”, el tema que abre el disco (ocho minutos y medio del ala), comienza muy bien, recuperando parte de la chispa que para mi gusto se les estaba escapando cual gas de un globo pinchado con cada nuevo disco.


C R ´I T I C A S D E D I S C O S Con buen no, le sigue el primer single del álbum, el más escueto “Speed Of Light”, donde Bruce Dickinson se muestra un tanto forzado a la hora de cantar el estribillo. Y esta es la mayor pega que le puedo encontrar a esta etapa final del grupo. Ese afán por tensionar la máquina Iron Maiden hasta casi el punto de rotura (repe r demasiadas veces el mismo riff, volver una y otra vez al mismo mo vo melódico, meter más y más minutos sin una verdadera necesidad) es lo que acaba dejando exhausto al oyente. “The Book Of Souls” y “The Red And The Black” (diez y trece minutos, respec vamente) son buenos temas, pero pretender que alguien se los vaya a escuchar en una misma sentada, en el orden en el que están situados en el primer CD, es sencillamente demasiado. Y lo de colocar “Empire Of The Clouds” (la composición más extensa en la historia de la banda, con dieciocho minutos) al final del segundo CD es ya de locos, y eso que estamos ante uno de los temás más sensacionales de su carrera, gracias a su riqueza de arreglos y su calidad melódica.

En un disco de la magnitud de The Book Of Souls, es inevitable toparse con temas intrascendentes, canciones de esas que en los días de vino y rosas de Iron Maiden habrían sido meras comparsas o carne de cara B de single. “When The River Runs Deep” o “Death Or Glory” podrían entrar en esta categoría. Canciones correctas pero que suenan a reciclaje de ideas. Bien, al menos podemos contrarrestar esta sensación con otros temas como “Tears Of A Clown” (dedicado a Robin Williams) o el emocionante “The Man Of Sorrows” que como poco suenan frescos y vivaces. Esta es la tónica de un trabajo que, a mi entender, mejora los resultados logrados en A Ma"er Of Life And Death y The Final Fron#er, quedando obviamente lejos de los magníficos álbumes de la etapa clásica. Lo que está claro es que hay que darles una ovación de gala por vivir en el presente y al mismo empo desvivirse por cada nuevo disco. por Andrés Puente

Iron Maiden 19


NOCHE RARA (Marina Lledó,Youkali Music) La joven cantante Marina Lledó arranca su carrera discográfica en solitario con este LP, donde la música va más allá de las naciones y las lenguas –el disco incluye temas cantados en español, portugués e ingles–. En su andanza está muy bien acompañada por músicos de reconocida solvencia interpreta va, empezando por su padre, el famoso guitarrista hispano-brasileño Arturo Lledó, junto al cual Marina había desarrollado la mayor parte de su breve pero intensa y reconocida carrera como cantante. El quinteto además de por Marina y su padre está formado por José San Mar n (batería y percusiones), Juan San Mar n (bajo) y Pepe Rivero al piano. La internacionalidad del disco también queda patente en las diversas procedencias de los ar stas colaboradores, como la violinista de Michigan Maureen Choi, el saxofonista de Filadelfia Bobby Mar nez, el pianista cubano Pepe Rivero y el percusionista brasileño Rogerio Souza. Entre los once cortes de Noche Rara podemos encontrar composiciones propias de Marina y versiones de temas de renombrados autores brasileños. Se atreve nada menos que con Caetano Veloso, Gilberto Gil, Antônio Carlos Jobim, o Vinícius De Moraes entre otros maestros. En las versiones, aunque

son sobradamente reconocibles, se puede apreciar el toque personal de los arreglos de Marina, obteniendo desiguales resultados. Si en “La Maza” (original de Silvio Rodríguez) y “Cajuina” (original de Caetano Veloso) Marina logra un resultado equilibrado y muy atrac vo, en temas como “Preciso Me Encontrar” (original de Cartola) y “Garota De Ipanema” de Jobim y De Moraes no consigue transmi r todo el sen miento que con enen estos temas. Noche Rara es un trabajo ambicioso, técnicamente bien resuelto, donde se aprecian las cualidades vocales de Marina y el arte de los grandes músicos que la acompañan. Son especialmente destacables las composiciones originales, que forman una miscelánea sonora y conceptual muy atrac va para los oyentes que gustan de descubrir nuevas interpretaciones dentro del complejo, y a veces estancado, mundo de las músicas de influencia jazzís!ca. La solvencia ar s ca que demuestra Marina Lledó, a pesar de su juventud, y su voz agradable, auguran a esta cantante una prometedora carrera. por María Manuela Cor nas

FEROCITY (MEU, Paul Back Music) Formada por seis músicos de lo más diverso, la banda MEU es en sí misma un compendio de iden dades, experiencias y es los. Se juntan músicos de muy diferentes procedencias geográficas –Madrid, Barcelona, Colombia, Uruguay…– y musicales –rock and roll, metal, música electrónica…–. Aunque la cabeza y a la vez alma de la formación es el polifacé co Daniel Añasco. Los seis temas que forman el EP se cons tuyen en 20

un ecléc co compendio de es los y formatos que repasan buena parte de las dinámicas más populares del rock actual, a la vez que realizan algunos guiños a las modas de empos anteriores. En algunos pasajes nos transportan al universo sonoro de la música alterna va noventera, mientras que otros fragmentos evocan las más novedosas creaciones electrónicas. En “Standards” y “Lucky Ones” nos ofrecen potentes muestras de un rock muy


C R ´I T I C A S D E D I S C O S próximo a las vanguardias más comerciales del momento. Con “N.A.F.T.B (Not Always For The Best)” y “Queens”, que poseen un ritmo más pausado, se produce una transición hacia un sonido de influencia más clásica, que nos hace recordar éxitos que sonaban repe vamente décadas atrás. “Ferocity”, el corte que da nombre al disco, será reconocible para muchos por formar parte de la banda sonora de Survival Zombie La Serie, los vídeos basados en el popular juego de rol en vivo. Todas las canciones enen letras complejas en inglés, que van mucho más allá de la rima fácil.

Ferocity es un disco al que merece la pena prestar atención y escucharlo detenidamente para percibir los múl ples ma ces y emociones. Estamos ante el ejemplo de unos músicos cur dos y técnicamente muy competentes que son capaces de desenvolverse con soltura en un amplio rango de sonidos de procedencias muy diversas, intentando buscar una personalidad musical propia. Siga Meu seu camiño hacia su propia iden dad y hacia el éxito. por María Manuela Cor nas

SKANDA 18 (Skanda, Algamar Producciones) «Siguen pasándoselo bien». Con esta frase se cierra el pequeño texto explica vo que completa la contraportada de este Skanda 18; y qué mejor frase, qué mejores tres palabras que unas que nos afirman que todavía hoy los miembros de Skanda, que sacaron su primer elepé oficial en 1998, con núan divir éndose con lo que hacen. Y esto, por supuesto, se transmite a todos aquellos que los escuchamos o los vemos en este maravilloso CD/ DVD; la grabación de un concierto que, en cuanto lo ves, maldices tu mala suerte por no haber podido presenciarlo en vivo. El escenario del auditorio Teodoro Cuesta de Mieres del Camín aparece engalanado de manera minimalista pero muy efec va, con unas preciosas lámparas de papel colgando sobre las cabezas de los músicos, mientras que unas viejas maletas y una pequeña lámpara de época ofrecen un precioso bodegón en el límite de la tarima. La totalidad del espectáculo se compone de una paleta de es los e influencias musicales que casan y se complementan con gracia y gusto, desde el rock hasta el pop, pasando por toques de jazz, música tradicional astur o swing. El núcleo duro de Skanda, con músicos que vieron los primeros empujes del proyecto como Marcos Castañón o Pepe Fueyo, sigue ofreciendo la marca de la casa; aun así, portentos como Héctor Braga –que parece ser ha pasado a componer las filas oficiales de la ban-

da como miembro fijo– o el teclista Eduardo García Salueña (uno de los instrumen stas y compositores más aplaudidos y reconocidos de la escena asturiana actual, que ya había colaborado con la banda en Folk & Roll Circus), ofrecen a las líneas del conjunto en este directo unos detalles ar"s cos de matrícula de honor, trufando a las tonadas gracias a sus par cipaciones de un exquisito redondeo. Canciones como “Llume”, “Rayos Y Centelles”, “Na Mio Barca” o “Cuando Torne La Ñeve” se van sucediendo, todas compar das –a excepción de “Soi Asturianu”, tema de apertura– con uno u otro ar sta amigo de la banda. Emocionante el dueto conformado por Marisa Valle Roso y el tán Braga, que deja vigulín y mandolina para afrontar su otro talento, la voz; igualmente, escuchar a Anabel San ago en directo es un autén co regalo. Pero estos son sólo un par de detalles de una movida estancia sobre el Teodoro Cuesta con más invitados que el camarote de los Hermanos Marx. En defini va, una obra extraordinaria presentada en un libro de tapa dura en el que hallar la narración de todos los prepara vos, letras de canciones, fotos y cualquier detalle necesario para rematar un CD/DVD puntal. por Sergio Guillén 21


WADING THE RIVER / THE LAY OF THE LAND (Stormy Mondays, Autoeditado) Un doble CD, sí, pero... ¿por qué cada disco sólo ofrece un EP? ¿Por qué seis pistas en uno y siete en el otro? ¿Por qué no hacer un único disco con todo, con las trece composiciones? Estas preguntas seguro que ya han pasado por la cabeza de los que se enteraron de que el nuevo trabajo de los asturianos Stormy Mondays estaría compuesto por dos EPs. Sinceramente, lo veo totalmente comprensible. Ahora el formato EP es algo que ha vuelto a cobrar importancia en la escena musical mundial; sin embargo, que te sobre espacio en un disco no quiere decir que tengas que rellenarlo con otro material de tu autoría si dicho material ha sido compuesto con otras miras y mentalidad. Y es que ya lo dicen ellos en el sub tulo de su trabajo The Lay Of The Land: A Folk-Rock Adventure. Así es, un viaje por lo acús!co, por las influencias

Stormy Mondays 22 18

que les han golpeado el corazón con los años dentro de esta corriente. Mientras Wading The River, por su parte, !ene desde pinceladas de esos The Beatles más melancólicos a la par que soñadores (“Noboby Knows”), fluidas corrientes del río Mersey, aroma a piezas inmortales de The Kinks en el background y hasta grandilocuentes soplidos de saxo al puro es!lo del desaparecido Clarence “Big Man” Clemons (The E Street Band). Curiosamente y cual detalle, volviendo por un momento al folkie The Lay Of The Land, es en el nombrado EP donde hallo más similitudes con el espíritu de Willie Nile en lo que a interpretar en acús!co se refiere (no olvidemos que la guitarra de Jorge Otero cubre sus espaldas en directo cuando aterriza en España). por Sergio Guillén


REPORTAJE ESPECIAL

STACIE COLLINS La dama de la furiosa armónica por Sergio Guillén fotos por África Paredes

¿Qué pasaría si un vendaval yanqui, un tornado de fuerza 5, tocase tierra en una pequeña sala de conciertos de la ciudad de Madrid? ¿Qué sucedería si con su bravura azotara las paredes del local, si con su desboque natural hiciese temblar hasta el último de sus ladrillos? Pues, ni más ni menos, que habría aterrizado en la ciudad la ínclita Stacie Collins para ofrecer una nueva ac21 tuación en directo, como sucedió el pasado 23 de septiembre en La Boite Live. Exacto Stacie Collins Exacto, Collins, todo voz y armón armónica, ónic ica, es el vór ce, mientras que su banda ejerce la fuerza de los vientos, ayudando a que se materialice el tubo perfecto, la succión de la que nadie escapa. Esta ar sta asentada en Nashville, un talento con tantos ovarios que podría ser considerada la versión femenina –y con algunos cen metros de más– del Rose Ta oo Angry Anderson, posee la encomiable capacidad de dar espectáculo con nuo mientras

inte interpreta, terp rpreta una tras otra, las canciones que ya la están haciendo un nombre de culto en la escena. Es lo sudista, rock and roll, ac tud, buenas maneras y ganas de salir a los escenarios del mundo alzando la bandera del matar o morir, del ir más allá, hasta las úl mas consecuencias; incluso sobradamente preparada para sacar del baúl de los recuerdos una pieza de AC/DC. 23


STACIE COLLINS Su “Lost And Found”, la pieza que abre el recién publicado elepé Roll The Dice de esta !tánica mujer, encendió la noche con su marcha acelerada y con una Al-Mighty Band secundando con un empuje sin igual a la vocalista y armonicista. Ella misma me comentaba hace unas semanas el valor que para ella !ene su esposo Al como tándem ar"s!co en su carrera. Comenzamos aquella charla hablando sobre su inicio ar"s!co, sobre sus máximas influencias cuando por vez primera se planteó el escribir una canción. «Desarrollé mis habilidades musicales empo después de abandonar el nido, una vez ya había dejado mi hogar. Mi padre era músico y mi madre tenía muy buen oído para las armonías, así que pienso que seguramente heredé alguna de sus habilidades musicales. Comencé a escribir canciones en los años 90 junto a mi marido Al. Me considero a mí misma una persona de melodías y una colaboradora. Mi mayor inspiración viene de Al, ya que es un gran escritor y contador de historias». En su show de La Boite, material de su úl!mo disco como “King Of Rock”, “Heart On My Sleeve” o “It’s Over” se emparejó perfectamente con canciones ya reconocidas y admiradas por sus acólitos (“I Don’t Care Who Knows”, “Baby Sister”, “It Ain’t Love”...); un material, estas nuevas canciones, grabado en estudio con gran pericia y mejores resultados para el poco !empo del que dispuso la agrupación. «Hemos compuesto cada canción y producido el trabajo nosotros solos. Además, el dinero para hacer esto realidad ha llegado gracias a nuestros seguidores por medio de una campaña pre-venta. Hemos tenido un empo muy limitado para la grabación; y es que todo el proyecto ha sido una gran apuesta llena de limitaciones y obstáculos, pero en ocasiones uno debe aprovechar la oportunidad y rar los dados para hacer que las cosas pasen en la vida. Estoy muy emocionada de haber grabado con una formación tan increíble como con la que conté para el álbum. Sabía que estábamos en buenas manos y estoy muy orgullosa de que hiciésemos todo esto juntos». “Baby Sister” fue el primer cambio en un setlist que vio bailar, danzar sus canciones de uno a otro lugar en la lista. La que aparecía como bis tomaba el puesto de con!nuación tras “It’s Over”, para acto seguido Jon Sudbury, guitarrista de los Al-

Mighty 3, interpretar frente al micrófono el “Fire” de The Jimi Hendrix Experience mientras el público estallaba en aplausos y cán!cos doblando los textos ya imborrables de tan especial creación musical. En el apartado versiones no fue “Fire” el único tributo, ya que Stacie no dejó de homenajear a su admirado Jimmy Reed con la revisión de “I Ain’t Got You” y “Bright Lights Big City”. De hecho, el guitarrista y armonicista Reed es una influencia muy presente en el es!lo de Collins. «Adoro a todos aquellos viejos y magníficos músicos del es lo Chicago como Li"le Walter, James Co"on, Sonny Boy Williamson o Junior Wells; al igual que también me gustan Kim Wilson, Jimmy Reed y Carey Bell. Y la lista sigue y sigue». El gran armonicista Paul Oscher dijo en una ocasión: «El autén!co don del talento no es la habilidad para ser capaz de tocar, es el don del amor que !enes por la música». Stacie Collins comulga con esta frase y así lo demuestra tanto en sus álbumes como en cada actuación en directo. El razonamiento expuesto por Oscher sale a flote por los cuatro costados del escenario cuando esta dama pone en marcha el motor de su banda. Y es que la música, como a muchos de nosotros, le ha dado la vida. «La música me ha dado alas. Ha excecido cualquier expecta va que yo pudiese tener sobre ella. Ha sido un viaje maravilloso y estoy muy feliz de poder compar r todas esas experiencias con mi increíble marido. Yo no era una instrumen sta cuando nos conocimos y fue gracias a él que terminé descubriendo mis habilidades... y ahora compar mos nuestra música y giramos por el mundo. ¡Es mucho más que un sueño hecho realidad!». Uno de mis ar!stas favoritos, Van Morrison, actualizó en los años 60 cantando junto a la agrupación Them dos piezas insus!tuibles para los amantes del blues como ya lo eran la anteriormente citada “Bright Lights Big City” de Jimmy Reed y el “Baby, Please Don’t Go” que en la versión de Big Joe Williams había conocido la fama en 1935. Curiosamente en La Boite el matrimonio Collins y los suyos hicieron su propia mixtura y las tocaron con una firma muy par!cular, llena por supuesto del corazón que requieren esas tonadas para ser ejecutadas adecuadamente.


STACIE COLLINS

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STACIE COLLINS


STACIE COLLINS Algo extraordinario en la forma de tocar la armónica de Stacie es que como resultado saca un tono extraordinario. En la entrevista que habíamos tenido unas semanas antes del concierto le preguntaba por este hecho, por cómo alcanzaba un tono tan par cular. «Tengo un amigo llamado Dennes en DJ’s Custom Electronics en St. Louis, Missouri, que hace y tunea micrófonos para armónicas. Él hizo unos pocos para mí y me encantan. El mío es un A-Sta c con JT30 de cuerpo y elementos Shure. También toco a través de una reedición del amplificador ’59 Fender Bassman. He estado tocando por ahí con un nuevo “juguete” llamado The Squeal Killer que ayuda a controlar el feedback; no lo necesito para grabar, sólo para las actuaciones en directo. Para el delay u lizo un pedal Mad Professor llamado Deep Blue Delay».

mo?», le pregunté en un momento de nuestra charla. «Esta es una pregunta di"cil. Mi sen do del ritmo es sin duda algo con lo que he nacido. Adoro igualmente las melodías y el bailar, por lo que es muy natural para mí. Solía ser profesora de baile en otra vida y tenía que intentar enseñar a mis alumnos cómo pillar el ritmo. En ocasiones la gente puede llegar a cogerlo y en otras jamás lo pillará. Creo que pasa lo mismo que con la música, que es algo que sientes o no».

Otro de los grandes méritos de Collins, habiendo llegado tan tarde a la música como instrumen sta, es el de conseguir en muy pocos años un nivel de interpretación digno de aquellos que llevan estudiando armónica desde críos. «Como te decía antes, comencé en lo de la armónica bastante tarde. No me puse seriamente con ella hasta cumplir los treinta o así. Tomaba lecciones de toda persona que me pudiese enseñar algo, además de encontrar cosas muy interesantes sobre el tema en YouTube. Pero las mejores cosas que aprendí llegaron de poner viejas grabaciones de blues de Chicago en la radio de mi coche mientras iba conduciendo, al igual que de tocar la armónica sobre esos mismos discos. Aun así, te diré que amo un gran abanico de es los musicales. Cuando comenzamos a escribir canciones simplemente dejé salir todas esas influencias. También ene mucho que ver Al con esto. No nos gusta tener que ajustarnos de una manera estricta a un formato concreto o encajonarnos. Nos damos total libertad para crear sin barreras. Todo sale del corazón». Un elemento más a tener en cuenta en los conciertos de Collins, y el de La Boite no fue una excepción, es su sen do del ritmo, su manera de manejar cada tonada y de hacerla bailar desde su boca hasta sus pies, otorgándole más viveza, presencia y profundidad en su ya de por sí movida actuación. «¿Puede una persona aprender ese sen do del rit-

Stacie nos ha enamorado una vez más con su música este 2015, ya no solamente con su arrebatador directo, también con el disco pistoletazo de salida de esta gira: el elepé Roll The Dice. Un lanzamiento discográfico en el que lo mismo se puede escuchar la influencia de locomotoras sónicas como el “Ain’t Goin’ Down Til The Sun Comes Up” de Garth Brooks (“Lost And Found” podría ser hermana en lo musical) o viajar al nuevo sonido Nashville (“It’s Over”), como acercarse a cierto deje can nero de un Willy DeVille cruzando la frontera acordeón en ristre (“Heart On My Sleeve”) o hablar del demonio que espera en California a “Jani”, un Mefistófeles en forma de vida salvaje, drogas y despiadados buscavidas. En defini va, cierto es que, como cantaba Bon Sco# en AC/DC, hay un largo camino a la cima si lo que se quiere es rock and roll; pero Stacie y Al han asumido el riesgo y por eso suele ser norma escucharles interpretar tan memorable historia al final de sus sudorosos conciertos. Hats off! 27


El trono casero, “Constipation Blues” y Screamin’ Jay Hawkins. Un texto escatológico por Fat Professor

Advertencia: Si están leyendo estas líneas mientras mojan el croissant en el café con leche de primera hora de la mañana, tal vez, sería buena idea que pospusieran su lectura para más adelante... o, pensándolo mejor, es posible que a alguno de ustedes le sea de u lidad precisamente en este instante del día –como me lo resulta a mí– así que, adelante, les invito a seguir leyendo este texto algo escatológico, todo sea dicho de paso. Les expondré mi caso clínico. Cada mañana, después de caerme de la cama y tomarme mi café, sigo mi ru na dirigiendo mis aposentos a la toile e y me siento en el trono dispuesto a cumplir con mis obligaciones fisiológicas e intelectuales diarias. En la mayoría de los casos me basta con concentrarme en la clase polí ca de este país, en la monarquía o en la música que suena en la radio para dar cumplida cuenta de mi tarea. Ocasionalmente necesito llevarme algún libro para que las horas pasen más livianamente. Mi libro favorito para estas ocasiones es Cancionero completo de Leonard Cohen –todavía no he leído ni una sola de sus páginas pero por su grosor me resulta el idóneo para colocarlo sobre la cisterna del inodoro y echar una cabezadita–. En otras ocasiones, en cambio, bien sea por la falta de fibra en mi dieta semanal o por las no cias leídas en la prensa el día anterior, la situación no es tan clara –si yo fuese un MC diría que en esas ocasiones me falta el flow–. Para solventar estas situaciones extremas tengo un método infalible. Me alzo magnánimamente del trono –como si fuera el mayor Bribón de la corte de los Borbones– y con mi corona de cartón ladeada y los pantalones a la altura de los tobillos, avanzo rápidamente por el pasillo haciendo el pingüino y pongo en el reproductor de música el “Cons pa on Blues” de Screamin’ Jay Hawkins. Si fuera un bohemio porteño optaría por el “Me Cago En Todo” de Andrés Calamaro, o si fuera un burgalés criado en erras navarras e influido por la canción italiana optaría por el “Me Cago En El Amor” de Tonino Carotone, pero como resulta que yo nací 28

en la zona rural del Delta del Besòs y actualmente paso la mayor parte de mi empo jugando en los casinos flotantes a orillas del Manzanares y contemplando los barcos de vapor remontar su curso opto por este blues. En este punto quiero abrir un paréntesis. Quiero mostrar toda mi sincera gra tud hacia Quico Pi de la Serra (l’home del carrer, como tú y como yo) ya que fue él quien me dio a conocer a Screamin’ Jay Hawkins –y a tantos otros bluseros– durante mis años mozos cuando recetaba, y aún lo sigue haciendo, sus remedios musicales a través de las ondas radiofónicas desde un espacio llamado T’agrada el blues? (para los no versados en el idioma del pensador e intelectual Pla –me refiero a Albert Pla, no a Josep, seamos serios– les diré que el "tulo se podría traducir en algo así como: “Soy Quico Pi de la Serra, no vocalizo en absoluto y mi pronunciación de los nombres foráneos es antológica pero pincho unos temas de blues buenos que te cagas”). Desde estas humildes líneas: “Gracias, Señor Pi de la Serra”. Cierro paréntesis. Siguiendo con mi método. Cuando aprieto el botón de “reproducir” tengo el empo justo para regresar a mis aposentos (sujetándome la corona de cartón con una mano y los pantalones caídos por los tobillos con la otra) y sentarme de nuevo en el trono al ritmo de los cuatro compases iniciales que sirven de introducción al “Cons pa on Blues”. Arranca entonces un blues de doce compases memorable, con un shuffle de piano cadencioso y machacón, una batería que hace caminar al tema pesadamente y a un Screamin’ Jay lanzando gemidos, gruñidos y alaridos de “verdadero dolor” –como él mismo se encarga de explicarnos en la introducción de una de las diferentes grabaciones que realizó de este tema– y es que el blues no es únicamente desamor, tristeza o soledad: a veces nos expresa el verdadero y más profundo sufrimiento del ser humano. Mi respiración se acompasa al ritmo del tema y mis esfuerzos y rechinar de dientes se unen a las onomatopeyas lanzadas por Screamin’ Jay.


A R T ´I C U L O Si los Beatles decían aquello de “Let It Be” y los Stones lo de “Let It Bleed”, Screamin’ Jay –por su parte– me grita desde el fondo del pasillo: «Let it go! Let it go! Let it go!»: «En eso estoy, Screamin’ Jay, en eso estoy...» –le contesto yo, apretando los dientes desde mi trono–. Los mismos Stones se hicieron mundialmente famosos con eso de “I Can’t Get No Sa sfac on” (ahora ya conocen el origen que mo vó el tema de la canción, ¿no?) y Screamin’ Jay –parafraseando al imprescindible Muddy Waters– se lamenta: «I can’t be sa sfied»: «Qué me vas a contar a mí, "o…» –murmuro para mis adentros elevado en mi torre de marfil (cerámica en realidad)–. Tras unos minutos iniciales de esfuerzos verdaderamente sobrehumanos llega el momento de tomarse un breve respiro con el break instrumental del tema. Es hora de secarse el sudor frío de la frente, tomar aire y coger fuerzas para el tramo final de este viaje sin retorno posible. Screamin’ Jay brama de nuevo verdaderos gruñidos que ponen en alerta a todos mis vecinos a la hora en que se disponen a salir hacia sus respec vos trabajos. Es entonces cuando ponemos en prác ca eso tan caracterís co en el blues de la llamada y respuesta: Screamin’ Jay lanza un fraseo o un gemido desde el salón y yo le contesto con otro desde mi trono, ambos improvisamos y variamos sobre los doce compases, desgañitándonos pero sin llegar a desafinar nunca. Finalmente –tras muchos esfuerzos, gritos, llantos, sudor y lágrimas– Screamin’ Jay fluye en una verdadera hemorragia de felicidad y con su voz de barítono eleva el tema hasta los cielos en un crescendo que parece no tener fin: «Everything’s gonna be all right!» («this morning» –añado yo, recurriendo de nuevo al Señor Waters–). Una sensación de paz y alivio permanece flotando en el ambiente de mi chambre. Me enderezo la corona de cartón sobre mi coronilla y me apeo del trono con la tranquilidad que da saber que he cumplido con mis obligaciones para con la sociedad, al menos hasta la mañana siguiente... He aquí mi método para situaciones de emergencia pero hay otras ocasiones, en cambio, que no puedo resis rme a gustarme y recrearme. Es entonces cuando me pongo el vídeo del dueto que Screamin’ Jay grabó con Serge Gainsbourg, a dos pianos, revisitando este “Cons pa on Blues” –ya no por ne-

cesidad, sino por placer, por puro vicio–. Una visita inoportuna de mi suegra me parece el momento idóneo para poner el vídeo acompañando las pas tas y el té y contemplar cómo se le descompone el rostro por momentos, y es entonces cuando parece ser ella la que ene necesidad de ir a la toile"e. Cuando en alguna ocasión he expuesto en voz alta este método par cular que les he narrado para esos días en los que me falta el flow ante los ojos atónitos de mis interlocutores, éstos me han escupido –con una total falta de delicadeza y tacto por su parte– que por qué no pruebo un método más ortodoxo para hacer frente a mi caso clínico como hace la mayoría de la gente y que consiste en ser suministrado el remedio por vía rectal. En esas ocasiones, yo me he quedado en silencio y no les he contestado. Honestamente, no creo que un CD de doce cen"metros de diámetro aplicado por vía rectal sea mucha mejor solución que mi método... ¡si al menos fuera en formato mp3! Un lápiz de memoria USB ene una forma bastante más ergonómica y natural.


GRANUJAS A TODO RITMO Genuino sabor americano por Sergio Guillén

¿Qué !enen en común el productor Lorne Michaels, el Wheaton Central High School, el espacio Na!onal Lampoon’s Radio Hour, el escenario del Universal Amphitheatre, el heavy metal y una speedball? Únicamente un nombre materializado en extremo ser humano: John Belushi. Este showman genial, que de jovencito se educó en el Wheaton Central, venía de ganarse los cuartos como colaborador en las dos versiones del Na!onal Lampoon cuando Michaels le contrató para un futuro proyecto humorís!co, cantera segura de revelaciones, !tulado Saturday Night Live. Allí se parieron los primeros The Blues Brothers, descolocando a propios y a extraños en un precipitado pero gra!ficante estreno sobre las tablas del anfiteatro Universal (ya habían alucinado a la audiencia en el citado programa televisivo). Belushi debió cambiar de chaqueta, o más bien reajustar sus gustos musicales cercanos al rock duro y el primer heavy, para adentrarse en el blues que le ofrecía el melómano Dan Aykroyd (hermano fic!cio para los restos de John). Y fue una 30

speedball, la bola rápida que mezcla cocaína con heroína, la que se lo llevó la noche del 4 de marzo de 1982, mientras preparaba a fondo un papel de yonqui para el largometraje Noble Rot. Un triste y dramá!co final para un astro que nos hizo reír y disfrutar de los clásicos del sello Atlan!c. Un ar!sta que se supo emparejar con su gran amigo Aykroyd para dar al mundo una de las visiones del humor más originales y descacharrantes que se han visto. Otros han llegado, pero nadie ha superado la frescura de estos monstruos. Tampoco ellos se han visto en otra igual, sobre todo si nos referimos al hito The Blues Brothers, idea de Dan pero dirigida por el avispado John Landis. Belushi había aparecido en la filmación de Spielberg 1941, película que resultó todo un fracaso; y aunque ya había militado para Landis en Desmadre A La Americana, producto del que se alimentaría –copiaría– el cine yanqui universitario hasta los restos, su puesta de gala con atuendo de oro sólo llegaría haciendo


CINE en la gran pantalla de “Joliet” Jake, uno de los dos hermanos Blues, recién excarcelado y dispuesto a cumplir “una misión de Dios”. Amén a eso, bro! The Blues Brothers quedará en la historia del sép"mo arte como la obra mul"disciplinar más crea"va y mejor llevada en décadas. Referente indiscu"ble, el film no era un musical en toda regla, pero sí. Igualmente no se ceñía a las comedias tradicionales, pero también. No pretendía seguir esos cánones de los lamparazos de acción, aunque en su duración escondía lanzallamas, persecuciones automovilís"cas, misiles y hasta un lá"go. No era puro romance, aunque la extraña relación de Belushi con el personaje interpretado por Carrie Fisher pudiese dar a entender lo contrario (relación amorodio, se en"ende). Esta maravilla podría magnificar el universo luná"co y descabellado de los mejores momentos del Saturday Night Live, añadiendo la pimienta que el dúo de pillos formado por Dan y John le aportaban con una naturalidad refrescante. Si a eso le sumamos un supergrupo de instrumen"stas entre los que destacaban Steve Cropper (posiblemente el músico blanco que más ha hecho por el r&b y el soul), Donald Dunn (junto a Crooper miembro de los ilustres Booker T. And The MG’s), Tom Malone, Ma$ Murphy, Lou Marini o el imprescindible conductor musical Paul Shaffer (dirigiendo al combo desde las teclas), entre otros, la cosa es de pleno al quince.

Belushi y Aykroyd compar"eron ilusiones nuevamente en Vecinos (1981), aunque la gesta no tenía las proporciones de su anterior con"enda. El proyecto cinematográfico de Landis no sólo tenía el respaldo de un grupo nacido para durar que reinterpretaba a los clásicos de la música negra, igualmente se podía apoyar en grabaciones discográficas que no dejaban en mal lugar el honor de ninguno de sus par"cipantes. Briefcase Full Of Blues resultaría el trabajo discográfico premonitorio dos años antes de Granujas A Todo Ritmo, un LP que aseguraba posturas para el final estallido de la banda sonora del citado film. Luego llegaría un tercero, también en directo como su debut, "tulado Made In America (1980). La secuela en clave de filmación postmortem ya sería otra historia, un tributo al caído Belushi y una buena forma de sacar a luminarias que quedaron fuera en la primera (al igual que de descubrir a nuevos portentos); sin embargo la magia ya no estaba, Jake Blues se la había llevado a la tumba. Título original: The Blues Brothers. Director: John Landis. Intérpretes: John Belushi, Dan Aykroyd, Carrie Fisher, Ray Charles, Steve Cropper, Donald Dunn. Año: 1980.

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El espectro de la ambigüedad El año que viene se cumplirá una década desde el nacimiento de uno de los grupos que están suponiendo un verdadero toque de atención dentro de la escena rockera, y es que hacía tiempo que los que vivimos esto de la música con pasión no nos topábamos con una propuesta tan osada y libre de prejuicios. Un insondable misterio desde el mismo momento de su concepción, la banda consta de seis componentes. El vocalista se hace llamar Papa Emeritus y, si tenemos que creer los comunicados oficiales de la formación, en 2015 ya nos encontramos ante su tercera encarnación. Los otros cinco miembros del grupo se denominan a sí mismos Nameless Ghouls (“Demonios necrófagos sin nombre”), y nadie sabe quiénes se ocultan tras las máscaras que lucen en sus conciertos y presentaciones. Ni siquiera existe la certeza de que los actuales Nameless Ghouls sean los mismos músicos que los que iniciaron la trayectoria de la banda. De hecho, en las diversas entrevistas que han concedido a los medios en todos estos años, el interlocutor por parte del grupo siempre es uno de estos “demonios anónimos”, de tal manera que el entrevistador no suele tener ni la más remota idea de con cuál de ellos está hablando. Es verdad que esto de los disfraces y el aura de misterio se ha venido explotando desde hace ya muchas décadas en el universo rock y pop, y en este sentido podríamos situar el concepto artístico de la banda en un punto equidistante entre Kiss y The Residents. Sin embargo, en el caso de Ghost (de los que ha trascendido que son suecos y poco más), hay un punto de locura, ambigüedad, sorpresa y sano cachondeo que, a mi modo de ver, no tiene precedentes en el mundo de la música. Ellos son capaces de tocar en acústico sus canciones en un evidente tono jocoso para presentar un disco y al mismo tiempo sacarse de la manga un tétrico vídeo promocional basado en el cine de terror de los 70. Utilizan en su música los manierismos del heavy metal ochentero y del hard rock de la década anterior y dicen de sí mismos en su página de Facebook que “graban e interpretan himnos pop que glorifican y glamourizan lo desagradable y lo sacrílego”. Este es el maravilloso y desquiciado mundo en el que se mueve Ghost. Y no nos engañemos: detrás de los disfraces, las máscaras y la fina ironía que se gastan, hay una sustancia musical importante, de la cual vamos a dar buena cuenta en las siguientes líneas, repasando toda su discografía hasta el momento. 32


REPORTAJE


Opus Eponymous 2010 Como no podía ser de otra forma, la discogra a de Ghost comienza con misterio y guasa. Podían haber tulado su álbum de debut como la propia banda; sin embargo, le ponen el tulo de “Obra Epónima”, que viene a ser lo mismo pero más rebuscado. La primera, en la frente. El sonido de un órgano de iglesia sinte zado introduce el álbum. “Deus Culpa” es el tulo de este prólogo, y resulta toda una declaración de intenciones. A lo largo del disco, las referencias a Satanás, ceremonias ocul stas, conjuros y la muerte serán constantes, aunque pronto nos daremos cuenta de que únicamente se u lizan como hilo conductor para enfa zar el sonido enigmá co y hermé co del grupo. Las dos primeras canciones propiamente dichas son “Con Clavi Con Dio” y “Ritual”. Queda claro que la base es lís ca es el heavy metal ochentero en una primera valoración. Sin embargo, hay un cariz rockero e incluso pop claramente marcado. Como posteriormente demostrarían, la banda admira a los genios ABBA, y aquí hay un gusto realmente notable por las melodías sencillas que entran en la primera. Papa Emeritus incluso prescinde de los habituales excesos de los vocalistas metálicos para centrarse en remarcar de forma clara y rotunda las notas. El trabajo con núa con “Elizabeth”, el verdadero himno de este LP. Un tema magnífico, con una estructura perfecta de limpios riffs de guitarra, memorables y sencillos punteos y un órgano que acentúa el drama smo de la historia real de Elizabeth Bathory, la Condesa 34

Sangrienta. Sin duda, hay una fuerte influencia de King Diamond, aunque casi podríamos hablar de una versión pop del citado grupo. “Stand By Him” con núa un poco en esa línea, con un estribillo que es pura esencia ochentas. Casi nos lo podemos imaginar sonando en una película de aquella época dorada. Si los instrumen stas son en realidad unos virtuosos no lo podemos saber, dado que están siempre contenidos y trabajando en favor del conjunto, al margen de virguerías de cara a la galería. Claramente, la canción es lo más importante, no el lucimiento personal. Esta filoso a es una constante en la trayectoria del grupo, y con seguridad es uno de los puntos fuertes de la formación. “Satan Prayer” gira ligeramente hacia el hard rock de bandas como Blue Öyster Cult, y una vez más nos percatamos del bloque impenetrable que es la base rítmica de Ghost: un bajo y una batería que trabajan como una unidad. Nuevamente, Papa Emeritus huye de los falsetes, sacando todo el par do a su par cular voz. En “Death Knell” encontramos esos ma ces doom que algunos han querido ver en la banda, quizá por ser un tema con cierta influencia de Candlemass. Unos sinte zadores totalmente ochenteros cierran esta canción y dan la bienvenida a “Prime Mover” y sus ritmos casi marciales, conformando uno de los números más siniestros de Opus Eponymous. “Genesis”, irónicamente el tema que pone fin al álbum, comienza con unos teclados entre Goblin y las bandas sonoras de John Carpenter y, no por casualidad, podríamos imaginarlo cual acompañamiento musical de algún giallo de Dario Argento. El disco termina antes de que el marcador de empo llegue a los treinta y cinco minutos. De pura genialidad musical, podríamos decir.


Infestissumam 2013 Para el momento de plantearse este segundo LP, la popularidad del grupo ha subido como la espuma. De hecho, el mismísimo Nick Raskulinecz, un "po acostumbrado a trabajar para ar"stas como Alice In Chains, Foo Fighters o Marilyn Manson, se ocupa de la producción de Infes"ssumam. Esto se nota en el sonido del disco, más pulido y menos básico que el del álbum de debut. Ahora la obra comienza con una especie de canto gregoriano satánico, "tulado como el propio LP. A pesar de haberse visto obligados a cambiar su nombre por Ghost B.C. en Estados Unidos por problemas legales, lo cual quedaría finalmente como mera anécdota, la filoso#a del grupo sigue intacta. Quizá “Per Aspera Ad Inferi” es un poco más elaborado o progresivo, pero si nos fijamos bien el cambio en el es"lo es prác"camente inapreciable. Hay un giro más importante en “Secular Haze”, tema con un aire cabaretero tremendo, casi la más que par"cular visión del music-hall que "enen estos genios en la cabeza. De nuevo se trata de una canción aparentemente sencilla, aunque repleta de detallitos maravillosos como ese redoble que precede a las estrofas o la manera en que Papa Emeritus alarga ese “haze” final del estribillo. “Jigolo Har Megiddo” es un vacile total por parte de Ghost. Si alguien pensaba que este grupo es una banda de heavy metal más, se equivoca de parte a parte, y no hay más que escuchar esta canción, todo un pelotazo de sonido patentemente comercial. Para este momento, queda claro que los teclados se han conver"do en un valor primordial dentro del concepto musical del grupo. “Ghuleh / Zombie Queen”, con su introducción de piano y su posterior despliegue de sinte"zadores, lo confirma. La segunda mitad del tema surge como una genialidad más de esta banda, una combinación imposible entre la banda sonora de un spaghe" western y una película de terror de serie B. El sen"do del humor del sexteto, por si todavía no estaba claro, queda aquí fuera de toda duda. Lo cual contrasta enormemente con “Year Zero”, en el cual el grupo se despacha citando los diversos nombres del Diablo, creando una especie de salmodia satánica, un canto apocalíp"co. Igualmente siniestro, en lo que a atmósferas se refiere, comienza “Body And

Blood”. Esto cambia pronto, derivando la canción hacia una suerte de recuerdo al rock melódico de los 80, aunque con un poso de traviesa melancolía (atención a esa especie de palmada que remarca el estribillo). Igualmente juguetona es “Idolatrine”, arrastrada por unos ritmos casi bailongos. En la recta final, “Depth Of Satan’s Eyes” supone quizá el mayor recuerdo a Opus Eponymous aunque con un interludio francamente llama"vo. Los casi seis minutos de “Monstrance Clock” encapsulan el carácter más progresivo de Ghost, aunque es imposible no sonreír cuando Papa Emeritus entona ese “singing” justo antes del estribillo. Una gamberrada más que demuestra el inquebrantable sen"do del humor de este grupo. Con Infes!ssumam, Ghost alcanzó el número 1 de ventas en Suecia e importantes posiciones en las listas de Estados Unidos y Reino Unido.


If You Have Ghost EP 2013

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Ghost podrán ser unos cachondos mentales, pero desde luego saben lo que se traen entre manos. Y es que hacer una versión de Roky Erickson, músico underground donde los haya (en su momento componente del oscuro grupo psicodélico estadounidense 13th Floor Elevators), es tenerlos cuadrados. La banda convierte su “If You Have Ghosts” en un himno pop, justo la operación contraria a la que prac can sobre “I’m A Marione e” de ABBA, cuyo estribillo es retorcido hasta conseguir un toque verdaderamente tétrico, algo similar a lo que hicieron en su momento con el “Here Comes The Sun” de The Beatles, versión aparecida en la edición japonesa de Opus Eponymous. Travisten a con nuación “Crucified”, la canción más conocida del trío sueco de música dance Army Of Lovers, con Papa Emeritus susurrando las estrofas al modo teatral de King Diamond, parodiando así la parte hablada del original. A modo de bonus track, se incluye una versión en directo de “Secular Haze”. En defini va, un curioso EP que es todo un muestrario de los diversos y disparatados referentes musicales de Ghost, producido además por el mismísimo Dave Grohl (Nirvana, Foo Fighters).


Meliora 2015 Si la portada de Opus Eponymous homenajeaba al film Salem’s Lot y la del EP a Nosferatu, la imagen que ilustra Meliora nos transporta directamente a Metrópolis, de Fritz Lang. Aquí Ghost abre fuego con uno de sus temas más progresivos y psicodélicos hasta la fecha: “Spirit”. El drama!smo logrado por el productor Klas Åhlund sorprende si tomamos en consideración su habitual asociación a proyectos de pop mainstream como Kesha, Britney Spears, Kylie Minogue o Katy Perry, ya sea como compositor o en los controles. “From The Pinnacle To The Pit” ahonda en esta aparente contradicción: si esto es heavy metal, desde luego no sigue al pie de la letra los cánones del género, hecho por el cual la banda ha sido denostada por no pocos puristas (¿o deberíamos decir fundamentalistas?) de este es!lo. La estrofa inicial y el estribillo no dejan lugar a dudas, pero es ese puente tremendamente melódico el que desconcierta al oyente. Igualmente extraña es “Cirice”, que comienza casi como “Dead Skin Mask” de Slayer para, al alcanzar el tercio de su duración, detenerse en unas líneas cantadas dulce-

mente por Papa Emeritus con un fondo casi bucólico de piano. Después de una breve instrumental !tulada “Spöksonat” nos adentramos en la canción más inesperada de Meliora, ese “He Is” que casi parece creado para representar a Suecia en el Fes!val de Eurovisión. Pura melodía que desemboca en el trallazo metálico que es “Mummy Dust”, tema que se recrea en las atmósferas siniestras y terroríficas, evocando las películas de la Hammer. Con “Majesty”, Ghost se convierten en una suerte de versión domes!cada de Deep Purple, mientras que “Devil

Church” es de nuevo una breve introducción a otra de las canciones de este disco. “Absolu!on” se imbuye en esencias orientaloides al principio para pegar un giro radical en el estribillo, ochentero a más no poder. El !c-tac de un viejo reloj nos acompaña mientras afrontamos los compases finales de Meliora, una canción rela!vamente compleja !tulada “Deus In Absen!a”. Cinco minutos y medio en los que el grupo pasa de la épica melancólica al drama!smo de unos coros clásicos en los que hasta parecen ponerse serios cuando las voces entonan el #tulo de la canción. Resulta así el oyente, una vez más, desconcertado, porque... ¿con qué versión de

Ghost quedarse? ¿La circunspecta o la diver!da? ¿Crí!ca social y cultural o puro entretenimiento? Desde luego, si eres de los que necesitas decantarte sólo por una de las dos, Ghost no es tu banda. Con este disco, el grupo se consolida defini!vamente en la escena rockera internacional y, de momento, no se vislumbra un techo para Ghost. Si alguien puede salvar el rock actual, este sexteto está sin duda entre los candidatos a tal honor. Seguramente, sin pretenderlo.


que a L E IE D R E S LA undo m l e todo a hablab por AndrĂŠs

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Puente


la retro serie Y es que los personajes eran uno de los principales atrac vos de esta obra televisiva creada por David Lynch y Mark Frost. ¿Cómo olvidar al Agente Especial Dale Cooper, Nadine Hurley, el doctor Jacoby o al hombre manco? Y son sólo cuatro ejemplos del más que par cular paisanaje que habitaba aquel pueblo cercano a la frontera con Canadá. Todos ellos, con su secreto a cuestas. Twin Peaks supuso una enérgica vuelta de tuerca a lo que hasta entonces habían sido las series de televisión. En lugar de adscribirse a un género claro, la creación de Lynch y Frost jugaba con mul tud de tonos y atmósferas. Misterio, terror, policíaco, comedia, melodrama o surrealismo, todo valía en el maravilloso cóctel que eran los capítulos que la formaban. Quizá por ello no fue del todo comprendida por el público del momento, porque todo aquello era demasiado avanzado para su época.

Imagínense el fenómeno que suponen hoy en día las series de televisión entre la gente común mul plicado por diez. En los empos que corren, uno se ha acostumbrado a que casi todos los días las conversaciones giren en torno a las series de moda. Sin embargo, a comienzos de los 90 una serie produjo en la sociedad española un impacto sin precedentes y, durante las semanas que se prolongó su emisión, una simple pregunta se convir ó en pura obsesión, en el misterio que golpeaba las mentes de los telespectadores después de terminar cada capítulo: ¿quién mató a Laura Palmer? Efec vamente, hablo de Twin Peaks o, lo que es lo mismo, la serie que revolucionó la televisión. En España nos acostumbramos incluso a ver a Julee Cruise interpretando (o haciendo playback) el tema principal de la serie, “Falling”, en programas de entretenimiento como Tele 5, ¿Dígame? o Vip Noche. Aquello fue el colmo, porque descubrimos que hasta la cantante era "sicamente tan rara como los propios personajes de la serie. El no va más, vamos.

Mucha gente esgrime que la serie perdió interés cuando se descubrió la iden dad del asesino de Laura Palmer. Que una vez desvelado el misterio, todo lo demás sobraba. Mi opinión es que la segunda temporada de la serie gozó de tanto o más interés que la primera. Si se hubiera permi do a Lynch y Frost cerrar Twin Peaks como es debido, concluyendo las múl ples tramas que se habían ido generando según avanzaba la segunda tanda de episodios, otro gallo hubiera cantado. Además, en la segunda temporada conocimos a Windom Earle (encarnado por el actor Kenneth Walsh), uno de los villanos más tenebrosos, retorcidos y terroríficos que han pululado por la pequeña pantalla. También nos presentaron a personajes tan descacharrantes como Gordon Cole, interpretado por el propio David Lynch, o pudimos ver a un David Duchovny pre-Expediente X traves do, me éndose en la piel de la agente de la DEA Denise. Ahora que sabemos que Twin Peaks va a ser resucitada y que vamos a tener la oportunidad de ver la conclusión de la serie que tuvo que haberse realizado en su momento, los fans estamos de enhorabuena. Ojalá se recuperen para las nuevas generaciones todos los valores que hicieron grande este serial en su momento: personajes entrañables, secretos que hay que desvelar, imágenes de pesadilla que se te quedan grabadas en el cerebro (todavía emblo con la imagen de Bob agazapado), costumbrismo estrambó co y, sobre todo, osadía para incluir todo aquello que proponga tu imaginación. 39


TELEVISIO ´ N ´A C I D A

CAZATESOROS Dos buscavidas le sacan partido al síndrome de Diógenes Pongámonos en situación. Un programa televisivo en clave de reality: American Pickers. Mike Wolfe y Frank Fritz son dos cazadores de tesoros del siglo XXI, dos buscavidas que regentan una !enda de an!güedades en Le Claire, Iowa. Allí está su centro de operaciones y la chica de la historia, Danielle, compañera de negocios que pone sobre la pista a este dueto de Indiana Jones del asfalto para que den con su Vellocino Dorado. El caso es que el vellón del carnero alado Crisomallo !ene forma de todo !po de cachivaches, de objetos datados en los años 50 del siglo pasado... y de ahí, para atrás. Como es lógico, cuanto más polvoriento y an!guo, más “parna para el ar!sta”. Ahí están los dólares, en an!guos carteles, bombas de gasolinera, luminosos, carricoches, biciclos y un largo etcétera. El enjuto y espigado Mike y en rollizo y barbudo Frank recorren todas las carreteras habidas y por haber de Estados Unidos con el anhelo de toparse con esa granja formada por varios pajares en los que su dueño, cual Alí Babá, acumule el bo"n de una vida colecciona que te colecciona; esa casa de campo en la que anexos se encuentran dos hangares colmados de puntas de flechas indias, herraduras, minúsculos juguetes de chapa, bajillas de la Guerra de Secesión o asquerosas latas de aceite de automóvil. Oh, sí, esto es para Fritz como un collar de Tiffany’s para Holly Golightly. Este !po de latas hacen salivar al ínclito Frank, acercándole al orgasmo televisado. Pero, aunque ellos se enorgullecen de descubrir y convencer a coleccionistas de toda la nación para que les vendan sus más preciados tesoros, la realidad dista de ser tan román!ca y aventurera. Las personas con las que se entrevistan Mike y su camarada de pesca en seco se jactan de ser coleccionistas que han formado sus interminables listados a golpe de comprar y comprar, de rebuscar y rebuscar, o de tropezarse por casualidad 40

con esto o aquello, a lo largo de una vida de pasión por lo an!guo. Algunos son octogenarios, y cuando empezaron a apilar objetos, estas piezas, utensilios o vehículos eran cosas recién salidas al mercado. Sin embargo, despojemos a la palabra coleccionista de su velo de elegancia, de erudición, tal vez de ese esmero por cuidar lo valioso. Hay poco de ello aquí, pues los dueños de tanta memorabilia retro suelen despreocuparse del estado de la misma con el paso de los años. Está el que !ene centenares de motocicletas, de décadas y décadas pasadas, reunidas todas en un extenso trozo de bosque que linda con su vivienda; eso sí, no las cubre con plás!cos y parece no importarle que les llueva, nieve o les caiga un sol de jus!cia. Así, poco a poco, y con el paso de los quinquenios, sus cuerpos se oxidan, terminando cual basura que forma parte de la vegetación, ruedas entre cuyos radios se abrazan todo !po de enredaderas, asientos desconchados de los que nacen extrañas flores. También se da el caso de aquel individuo que ha llegado a trasladar escuelas de época enteras, vagones de trenes de mercancías, edificaciones de cuando el simpá!co abuelete sólo era un renacuajo o incluso una hamburguesería de un cadena empresarial hoy olvidada; un !po que luego se monta su pueblo de “mírame y no me toques” alrededor de su casucha, una seudo choza que da pena verla. Pero él tan contento, al menos se ha podido trae a casa una pop luncheone!e cincuentas en la que jamás podrá comer un mísero perrito caliente o una ensalada de col. ¡Bravo! por Sergio Guillén



KISS 1978 Solistas por las presiones del éxito por Sergio Guillén

La cuarta entrega de los Alive, a los que con tanta sabiduría han sabido sacar el jugo durante varias décadas los norteamericanos Kiss, trajo una triste realidad que pocos estaban listos para digerir. Aquel acústico de los 90 (MTV Unplugged) hacía volar la imaginación, al igual que su más que aceptable Psycho Circus. Ahora bien, que la Kiss Symphony terminase editándose deprisa y corriendo aunque tarde es una realidad incuestionable.

Al igual que pasó en su día con Carnival Of Souls, experimento con varios al!bajos que responde posiblemente a los úl!mos coletazos grunge más que a otra cosa, Alive IV vio la calle con la urgencia que da el perder un dinero que nunca está de más en las propias alforjas. El retraso en su publicación daría pie a que las copias piratas se extendiesen como setas en el campo tras una tarde de lluvia. En 2008, 42

y con dos mercenarios viejos conocidos por la afición, the ho est band in the world se encontraba en una encrucijada que les acerca sin duda a su ex!nción como banda en ac!vo. Pero había en el aire electricidad, se podía notar, y el aviso defini!vo de un regreso en oficialidad con disco en estudio les salvó de una pronta crí!ca. Sonic Boom (2009) con!nuaba la tradición de no ex!nguirse que !enen


REPORTAJE a gala Gene Simmons y Paul Stanley, no así los recursos talentosos que consiguieran en grabaciones pasadas. En facto, y a la postre, el disco compacto aprobaba para alargar un poco más la leyenda –aunque pocos les perdonarán que en su siguiente gira de promoción los conciertos se abriesen con un sencillo cual “Modern Day Delilah”–. Monster de 2012 es, hasta el momento, su úl!mo disco de estudio. Sin embardo, los años de incer!dumbre anteriores a ese Alive IV recuerdan de algún modo al momento histórico por el que pasó el cuarteto a finales de los 70. Corría 1978 cuando Kiss se dispone a afrontar uno de los retos que pocos grupos musicales habían cubierto hasta el momento: rodar un largometraje. Al igual que sus adorados The Beatles, Paul Stanley y el resto de compañeros de armas iban a disfrutar de una filmación creada para mayor “gloria” de sus alter egos de estrella (las comillas !enen pronta explicación). La idea no estaba nada mal, aunque cuando se les plantea un estricto horario de rodaje se inicia una cadena de problemas que casi acaban con la ya victoriosa carrera musical de estos ar!stas. Paul y Gene, autén!cos hombres de negocios, consiguen sin demasiado esfuerzo vislumbrar lo que la grabación de la película les puede reportar en cuanto a fama se refiere, mientras que Peter y Ace se sienten superados por unas normas que ya no están dispuestos a seguir. Ahora son estrellones, luminarias del rock and roll, y nada va a separarles de sus vicios. Los dos working class heroes no parecen listos para excesivas lindezas de ese calibre, sobre todo si no están relacionadas con largas jornadas en bares y clubes tras la actuación de rigor de cada noche sobre un escenario. Varias salidas de tono de Frehley y Criss, sumado a más de un rifirrafe con los otros dos componentes del combo, llevó la situación a un límite peligroso. El hombre del espacio y el batería gatuno ponen sus cartas sobre la mesa y plantean sin demasiadas preocupaciones una escapada en solitario. Stanley y Simmons no están dispuestos a pasarles la más mínima tontería, aunque al final se ven en la tesitura de tragarse su orgullo y pactar una solución que convenga a todos. Nadie saldrá de Kiss, aunque todos tendrán la posibilidad de editar un álbum propio, eso sí, siempre bajo el sello del cuarteto más caliente del glam rock americano. En un principio ni Gene ni Paul tenían idea de desmarcarse con LPs de solista, aunque el hecho de te-

ner que hacer el juego a sus otros dos compinches y la necesidad de dar credibilidad a la engañifa terminaría poniéndoles manos a la obra. Puede ser que por esta bajada de pantalones algo forzada, las publicaciones que se pusieron a la venta bajo el rostro pintado de Paul Stanley y Gene Simmons sean tan curiosas y en cierta forma inesperadas. El primero rompía con todo a golpe de un rock melódico y disfrutaba del mejor adult oriented rock de los 70, ofreciendo al comprador unos temas que podrían estar codeándose en las listas de éxitos comerciales junto a pelotazos de Styx o Journey. Y aunque “It’s Alright” sería una de las tonadas que acompañarían junto a “Move On” los comerciales televisivos de promoción, realmente la canción “Love In Chains” se llevaría el galardón de corte cumbre de la obra. Bob Kulick, por aquellos días compar!endo jornadas musicales con el inconmensurable Meat Loaf, se hizo cargo del proyecto logrando dar un nuevo sonido al Starchild. Muchos fueron los que se extrañaron con el cambio, aunque posteriormente Stanley demostraría su amor por dichas corrientes colaborando con popes de dicha disciplina como Jeff Paris. Gene no se quedó corto, aunque posiblemente su atrevimiento se pasó de ciertos márgenes que podríamos anotar como comprensibles. Al final las listas no le tomaron por loco, aunque no hay que olvidar que canciones edulcoradas y de casi balada como “See You Tonight” o la siempre efec!va “When You Wish Upon The Star” (sí, la que la casa Disney emparejó con el personaje de Pinocho, y posteriormente con la presentación del propio logo!po de la empresa) dieron más que un acertado empujón para hacer esto posible. Lo que Simmons conjugó en aquellas grabaciones sería recordado para los restos; y es que no todos los días se !ene en un mismo disco a un miembro de Cheap Trick (Rick Nielsen), a otro de Aerosmith (Joe Perry), a un maestro compositor y ejecutor de rock maduro como Bob Seger, a una reina disco como Donna Summer o a la camaleónica Cher, que había dejado el mundo de las flores y los collares de cuentas por el bajista de larga lengua (no fue con el único rockero con el que se emparejó tras romper con Sonny Bono). Muchos conceptos sin concretar que oscurecían el resultado global. Curiosa forma de despistar a la afición, algo que bastantes años después sirvió de aperi!vo para el horror transformado en pieza de disco compacto. El nuevo siglo terminaría por ofrecernos una verdad en la que muchos jamás 43


REPORTAJE se atrevieron a pensar. Criss y Frehley por su parte se dieron a lo suyo, es los que ya habían sido marca reconocida en sus grabaciones junto a Kiss como cuarteto. El Catman se dejó llevar por esa mezcla de rock and roll clásico con ntes de west coast y so! rock que tanto le agradaban, todo ello condimentado con baladas gatunas que podría haber firmado cualquier miembro de The Osmonds. Aun así, y aunque no poseía la pasión de algunos cañonazos de Stanley, Peter logró cerrar una obra diver da cargada de canciones bailables y con visión para complementar el material recopilado en cualquier jukebox de cafetería, ideal para uno de esos locales que parecen paraísos a lo largo de las largas extensiones de polvorientas carreteras norteamericanas. Su voz terminaba de colorear el lienzo recordando a los seguidores del baterista las razones por las que se hacía de querer con tanta facilidad. Mientras, y haciendo verdaderos esfuerzos para trabajar en ello durante dos meses seguidos, seis días a la semana, Ace se ponía bajo la supervisión de Eddie Kramer para sacar brillo a toda su ar llería de guitarras. Una gran can dad de modelos de su colección fueron usados para conver r aquel primer vinilo como solista en el verdadero objeto de deseo de la propuesta, obra vencedora cargada de las mejores

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creaciones que podía ofrecer una apuesta como Kiss. Desde “Rip It Up” hasta “Ozone”, pasando por “New York Groove” (pieza de Russ Ballard grabada por la banda de glam Hello, que Ace incluso llegó a tocar en su gira de regreso con la banda madre) o “Snow Blind”, todo eran ganas de sacar ideas de su interior en favor de una grabación personalísima. El 18 de sep embre se lanzaron de forma simultánea los cuatro álbumes (cuadrilátero adornado con falsas dedicatorias de los unos a los otros), un mes antes de poderse sen r secundados por el estreno en la NBC de la película Kiss Meets The Phantom Of The Park. Las listas pronto se olvidaron de la triquiñuela con forma de hazaña grabada a cuatro pares de manos separadas, aunque los seguidores sí se rindieron ante la otra locura, en esta ocasión hilarante desde el paté co punto de vista. El telefilme que pone a los músicos como héroes con poderes extraordinarios (realidad tomada de unos números conmemora vos dibujados en la casa Marvel) cuajó, terminando como el espacio más visto ese año en la NBC tras el corto serial “Shogun”. De lo que no cabe duda es que los cuatro discos ayudarían pasado el empo a los seguidores de la banda a calar a los músicos para sus futuras carreras en solitario (aunque para ello a algunos les faltase menos días que a otros, ¿verdad Peter?).


DESTRIPANDO EL CANCIONERO AVISO AL LECTOR: Está claro que Jack The Lad es un auténtico tahúr, un buscavidas, pues nuevamente nos la ha colado y regresa a las páginas de nuestro medio con una nueva historia que contar. Él, persona que no liga ni por saber morir, nos sumerge en una narración con adolescente descarriada de por medio. Y asegura que sus palabras son la verdad oculta tras aquel single del primer elepé de Bon Jovi. Así es Jack, genio y figura...

RUNAWAY (Bon Jovi) On the street where you live girls talk about their social lives / They’re made of lipstick, plastic and paint, a touch of sable in their eyes / All your life all you’ve asked when’s your daddy gonna talk to you / You were living in another world tryin’ to get your message through / No one heard a single word you said. / They should have seen it in your eyes / What was going around your heart / Ooh, she’s a little runaway / Daddy’s girl learned fast / All those things he couldn’t say / Ooh, she’s a little runaway / A different line every night guaranteed to blow your mind / See you out on the streets, call me for a wild time /

¿Saben aquél de una niña sacada de una peli de John Hughes? Sí, hombre, sí, una chavala a la que las chicas “guay” de clase la tienen que no sabe si cortarse las venas o dejárselas largas. El caso es que ella no se amedrenta y si tiene que decir aquello de “no tengo el chichi pa’farolillos”, lo dice; pero nada, que si quieres arroz Catalina. En casa, tres cuartos de lo mismo: el padre que no suelta el Marca así lo maten y a la madre que no le quiten a su Jorge Javier Vázquez.

Y nada, que la golfilla se lanza a la calle a pasar las noches a lo Lou Reed, caminando por el lado salvaje –el lado “ma’beeeetia de la vía”–. Le tira los trastos al Jon Bon para que se pague unas birras, pero él está dale que te pego con no sé qué cantinela de que “eres una descarriada que dice palabrotas, que si patatín, que si patatán”. Con menuda chapa redentora, al final da plantón al Jon y se larga con los de Mötley Crüe para que le busquen un curro en un antro de striptease.

So you sit home alone cause theres nothing left that you can do / There’s only pictures hung in the shadows left there to look at you / You know she likes the lights at nights on the neon broadway signs / She don’t really mind, it’s only love she hoped to find / Ooh, she’s a little runaway / Daddy’s girl learned fast / All those things he couldn’t say / Ooh, she’s a little runaway / No one heard a single word she said / They should have seen it in your eyes / What was going around your heart / Ooh, she’s a little runaway / Daddy’s girl learned fast / All those things he couldnt say / Ooh, she’s a little runaway / Daddy’s girl learned fast / Now she works the night away.

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The Barron Knights El beat de la carcajada La de The Barron Knights es otra de esas historias que seguro sorprenderá a más de uno. Y es que, sin olvidar que se enmarcan en la década de los 60, quién podría imaginarse que un conjunto de aquella época sobresaldría del resto gracias a sus parodias musicales. Y no es que los componentes del grupo no probaran con los ritmos del momento, sólo que fue el humor la marca que les diferenció de la masa. Esta banda, combo cuya formación original la cons tuían Duke D’Mond (voz), Barron Anthony (guitarra/voz), Butch Baker (guitarra/voz), Pete Langford (bajo/voz) y Dave Ballinger (batería), nació en 1960 en Leighton (Buzzard) bajo el iniciá co nombre de The Knights Of The Round Table. Su idea era la de crear un cuarteto vocal, gracias a que cuatro de los cinco componentes eran cantantes, que pegara con el movimiento tan interesante que este género ya había desarrollado en Estados Unidos en los 50. Ya como The Barron Knights girarían por todas las salas de baile de su región hasta que, como a algunos otros contemporáneos, les salió la oportunidad de ir a buscarse las monedas a Alemania. Así es, al igual que hicieran The Beatles, el quinteto machacó sin descanso todos los locales de Hamburgo a base de su propuesta sonora.

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Pero no fue hasta 1963, año en el que The Barron Knights ofrecen uno de sus mejores conciertos en Liverpool, el momento en el que Brian Epstein se fija en ellos. Epstein, siempre rápido para crear negocios rentables, se pone en contacto con la banda y le ofrece telonear a The Beatles en sus presentaciones navideñas en el londinense Finsbury Park Astoria. Y no sería este suceso la única sorpresa para los chicos ya que, además de par cipar como teloneros en alguna actuación más, tanto de The Beatles como de The Rolling Stones, The Barron Knights publican sus dos primeros singles: “Let’s Face It” y “Jo-Anne”. Estas canciones consiguen que los músicos empiecen a sonar por la radio, aunque no les da ni mucho menos la fama que ya empezaban a desear. Llega 1964 y todo cambia. El momento es propicio para arriesgarse y jugárselo todo a una carta, así que los cinco miembros se deciden por imprimir a sus composiciones una carga de humor más directa. Todo ello lleva a que en enero de ese mismo año se publique el sencillo “Comin’ Home Baby”, secundado seis meses después por su hila-


REPORTAJE rante “Call Up The Groups”. Y sí, fue este medley que parodiaba los grandes éxitos de la época el que les hizo ascender hasta el tercer puesto de los charts ingleses. Una canción que, para asombro de muchos compradores de aquellos días, poseía dos partes, cada una de ellas grabada en las diferentes caras del single. Aunque lo bueno no dura para siempre, así que su siguiente “Come To Dance” sólo llegó al número 42 en las listas. De cualquier forma, el año lo cerraban con una original e hilarante “The House Of Johann Strauss” que tampoco les daría las mieles deseadas. Para volver a entrar en las diez primeras posiciones de las listas tuvieron que esperar hasta noviembre de 1965, ya que su primer sencillo del nuevo año, “It Was A Very Good Year”, se quedó perdido en el camino. Pero las dos partes de “Merry Gentle Pops”, canción que seguía de cerca los pasos de “Call Up The Groups”, les volvió a poner en boca de todos. A par r de ahí llegaría la caída, acabando la década como variedad de cabaret, como grupo cómico de entretenimien-

to para salas de fiesta. Y aunque un año después volverían a recurrir por tercera vez a lo del truco de la tonada de dos partes, al igual que en los 70 intentarían rejuvenecer los laureles con algún que otro sencillo pegadizo, The Barron Knights terminaron con su carrera de estrellas. De todas formas, el grupo no desis ó y durante todos estos años se ha mantenido sobre los escenarios de medio mundo recordando los clásicos que les dieron gloria. por Sergio Guillén

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VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS (David Trueba, Malpaso Ediciones) Vivir es fácil con los ojos cerrados fue la película triunfadora de los Premios Goya 2013. En total recibió seis galardones, cuya culminación fueron los reconocimientos al mejor largometraje y al mejor director (David Trueba). También recayó en esta película el premio al mejor guión original, escrito por el propio Trueba. Precisamente el texto completo es lo que recoge este libro magníficamente editado por Malpaso. Aparte de este curioso e interesante documento, al que normalmente no podemos acceder los que no nos dedicamos profesionalmente a esto del cine, David Trueba nos ofrece un extenso cuaderno de rodaje a modo de introducción. En este bloque, Trueba nos acerca mediante un lenguaje directo y un enfoque muy ameno al proceso de creación de una película. El texto es realmente di-

ver do y hasta entrañable, aparte de estar repleto de reflexiones, comentarios y unas cuantas anécdotas, todo de lo más informa vo y accesible para cualquier lector. Aparte del diario de rodaje, Trueba nos habla de aspectos también fundamentales en una película como el montaje, la presentación del film en sociedad y la promoción del mismo. Dado que no en muchas ocasiones tenemos la posibilidad de introducirnos en las entrañas de una película de esta manera (y mucho menos si es española), no está de más hacerse con este libro. Como digo, es sumamente ameno y completamente alejado del más farragoso intelectualismo. Lo mismo que el largometraje. por Andrés Puente

Los protagonistas de Vivir Es Fácil Con Los Ojos Cerrados 48


LIBROS SEX PISTOLS. PUNK EN CINEMASCOPE (Marcos Gendre, Quarentena Ediciones) Quarentena Ediciones publica un nuevo libro dentro de su colección dedicada a los “Discos Que Marcaron Una Época”. En esta ocasión el viaje que plantean llevará al lector a la Pérfida Albión, a la gestación de una obra totémica como lo fue y lo sigue siendo Never Mind The Bollocks, Here’s The Sex Pistols, al parto de una banda de significó una de las piezas primordiales del punk inglés. Y si hablamos de punk rock y de Quarentena, no puede ser otro que Marcos Gendre el que empuñe la pluma. Este autor estructura la obra de la siguiente manera: nos introduce en la idiosincrasia de los Sex Pistols, nos los presenta, nos familiariza con su forma de actuar y de trabajar, hasta sumergirnos en la composición, grabación y final edición del considerado cual único elepé oficial del cuarteto –aunque luego el comprador pueda toparse con infinidad de compilaciones, álbumes de rarezas y demás publicaciones en el mercado discográfico–. ¿La forma de llevar esto a puerto firme? Gendre bucea en infinidad de entre-

vistas y declaraciones concedidas por los Pistols y su corte (ya sean productores, representante, amigos), editadas o compiladas en libros ya publicados o páginas de Internet. Par!endo de aquí, extrae completos y muy informa!vos (jugosos) segmentos de texto que traduce y monta en su libro hilándolos por medio de sus palabras que trabajan a modo de interludio. Así, y !rando de todas esas obras o charlas ya acabadas y publicadas por otros, podemos tener en el mismo libro a Bill Price, Chris Thomas, Johnny Ro"en, Glen Matlock, Paul Cook, Steve Jones, Jon Savage, Greil Marcus, etcétera. Un libro de unas ciento treinta páginas que, por medio de las personas que crearon aquel álbum, te hace situarte en la acción y vivirlo con ellos. Una obra, ante todo, de documentación por parte de su autor. por Sergio Guillén

FACHADAS (Eric Lundgren, Malpaso Ediciones) Si nos saltamos todos sus estudios y su carrera universitaria centrada en el mundo de las letras, y nos fijamos en el hecho de que Eric Lundgren trabaja en una biblioteca pública de más de cien años de an!güedad en St. Louis, !erra donde vive con su mujer, Eleanor, y sus dos gatos, ¿acaso no podría situarse la existencia del autor dentro de uno de los tantos marcos en los Paul Auster normalmente encuadra el background de los protagonistas de sus narraciones? Pues lo curioso es que Lundgren escribe precisamente con un talento y pericia no muy lejanos del siempre fundamental Aus-

ter. La inventada ciudad Trude en la que sucede la acción y el misterio de este libro !tulado Fachadas es de esos lugares que ya plantean incógnitas con el mero hecho de estar ahí, de ser con!nente de ese contenido enrarecido que son sus pobladores. Una urbe en la que se quiere acabar con los libros pero en la que al mismo !empo se busca una reclusión de una suerte de élite de atormentada psique para que a la postre escriban día a día sus memorias, creando un sinsen!do muy adic!vo para todos los que disfrutamos con esta extraña muestra de acer!jos del raciocinio. La utopía cual 49


camino a la normalidad impuesta y la figura del arquitecto Bernhard, un ser que ya no está pero que por siempre sobrevolará las mentes de todos los habitantes de Trude. Un excepcional debut como

novelista de un literato con mucho que contar. por Sergio Guillén

SPECIAL DELUXE. MI VIDA AL VOLANTE (Neil Young, Malpaso Ediciones) Monarch Business Cupé del 48, Mercury Turnpike Cruiser del 57, Triumph TR3 de finales de los 50, Corve e del 57, Buick Roadmaster Estate Wagon del 47 o Chrysler Imperial sedán del 55 son sólo algunas de las marcas y modelos de automóviles de las decenas y decenas que ha coleccionado Neil Young a lo largo de su vida. Algunos de los coches que aparecen dibujados por el propio Young a lo largo de Special Deluxe fueron propiedad de su padre o de su madre cuando él aún era un crío, al igual que también habla aquí Neil de bólidos que le subyugaron y que pertenecían a vecinos, conocidos o personas que fueron apareciendo en su devenir vital. Es por tanto esta Mi Vida Al Volante una oda a su amor desaforado por el mundo del motor, pero igualmente es una excusa tan perfecta como cualquier otra para hacer un repaso desenfadado y totalmente emocional tanto a su vida personal como

Neil Young 50

a su carrera de músico. Desde el ya mí!co coche fúnebre, y conocido por todos los acólitos al canadiense, Buick Roadmaster Flxible del 48 –apodado Mort cariñosamente por Young, y que ayudó a transportar a la banda The Squires y a todos sus instrumentos en los días en los que Neil formaba parte del citado combo– hasta, por ejemplo, el Lincoln Con!nental Mark V descapotable del 59, son todos punto de par!da para que el autor de canciones inolvidables como “Helpless” narre su vida en pareja, sus quehaceres de padre, sus andanzas recorriendo el país con Crazy Horse, junto a CSNY u ofreciendo presentaciones promocionales en solitario de uno u otro disco, y así hasta enmarcar por medio de los recuerdos de sus coches toda una interesante vida. por Sergio Guillén


LIBROS

Madonna

GENERACIÓN TOCATA. LA MÚSICA POP DE LOS 70 Y 80 (Guillem Medina, Dolmen Editorial) Ver una publicación versada sobre la cultura popular y ponerme a salivar, es todo uno. No falla nunca. Para algunos puristas estos trabajos de campo –o incluso si son rando de hemeroteca o Internet– resultan vacíos, insípidos, insustanciales. Todo lo contrario. Conocer la cultura popular es algo básico, esencial para entender la evolución de las diferentes generaciones que se han sucedido, se suceden y se sucederán; también ayuda a dar lógica a gran parte de los cambios sociales por los que nos toca pasar. Generación Tocata, más allá de ese sub!tulo que reza La Música Pop De Los 70 Y 80, es, sin lugar a dudas, una obra sobre la cultura popular de esas dos décadas; y Guillem Medina ha realizado un espléndido trabajo repasando con coherencia, acierto y conocimiento demostrado por medio de sus certeras frases, una generación que se vio marcada por la frecuencia modulada de sus radios. Por medio de doscientas cuarenta y siete páginas a todo color, trufadas con infinidad de portadas de LPs, EPs o singles, que van de lo más kitsch a lo más elegante del pop ochentas, del hair metal al gusto genuinamente británico, de la melena al viento de Teresa Rabal al cigarrillo de spaghe! lover que mareaba en sus puestas en escena Pino D’Angiò mientras repe!a una y otra vez el estribillo de su “Ma Quale Idea”, Medina nos habla de las rivalidades mamarias entre Sabrina Salerno, Marta Sánchez, Samantha Fox y Danuta Lato; analiza el fenómeno de las carpetas forradas con fotos de los ídolos teen de ambos decenios a la par que revive el fenómeno Eurovisión o la extraña necesidad de tener cada veranito una tonadilla con la que freírnos el cerebro. Guillem lo mismo cabriolea por el camino que llevó

el flamenco pop como repasa concienzudamente la disco music de la bota europea o el techno, tanto del cinturón patrio –tecno– como el venido de más allá de las lindes peninsulares. Y así hasta cubrir el amplio espectro que evoca el !tulo del libro. Como extras a remarcar, estaría tanto el campo de las bandas sonoras de las películas de la época (Xanadú, Fiebre Del Sábado Noche, Oficial Y Caballero...) como el de las letras de las canciones. El primero compone un capítulo de cierre muy bien traído, hilado con pericia para en algo más de diez páginas conseguir darnos una visión bastante completa de esos original soundtracks que se pegaron como chicle en la cultura pop. El segundo, un acicate con el que completar todavía más cada sección del libro. Su autor recoge los textos de tantos y tantos sencillos que todos hemos escuchado una o mil veces, desde nuestros días de infantes hasta la edad del pavo adolescente, insertándolos aquí o allí según lo requiera su narración: “Veo, Veo”, “Amigo Félix”, “Eres Tú”, “Viaje Con Nosotros”, “Yes Sir, I Can Boogie”, “El Baúl De Los Recuerdos”, “The Final Countdown”, “Un Ramito De Violetas”, “Like A Virgin”, etcétera, etcétera, etcétera. En defini va, si quieres conocer la cultura popular que en los 70 y 80 se creo por medio de las fórmulas radiofónicas, la televisión y las revistas de fans, o si simplemente quieres pasearte nuevamente por tu juventud, quitándote unos buenos años de los hombros, Generación Tocata es tu libro. por Sergio Guillén 51


CUENTOS COMPLETOS (E. L. Doctorow, Malpaso Ediciones) El pasado 21 de julio, a la edad de 84 años, fallecía en Manha an el autor E. L. Doctorow, una de las plumas más brillantes de la narra va norteamericana. Nacido en el Bronx en 1931, este autor, editor y profesor escribió algunas de las novelas más singulares y memorables del siglo XX, obras como Daniel, Rag me o Billy Bathgate, que incluso terminarían siendo adaptadas para la gran pantalla. Sin embargo, Doctorow, escritor de cabecera para el mismísimo Barack Obama, no solamente se dedico a la novela, ya que igualmente vio en el relato corto, en los pequeños cuentos, un campo de juego en el que desarrollar su ingenio. Cuentos Completos resulta la primera compilación de la totalidad de este po de narraciones –publicadas a lo largo de cuatro décadas–, y es la editorial nacional Malpaso la que ene el gusto de ofrecér-

E. L. Doctorow 52

nosla en una cuidada y completa edición de más de cuatrocientas páginas prologada por Eduardo Lago. Sorprende el hecho de que, más allá de ejercitar su caracterís ca técnica descrip va, Doctorow posea en estos cuentos la también muy apreciada habilidad de con pocas frases poder dar a entender y resumir sucesos complejos y esenciales en el pasado de la vida de los protagonistas de sus textos. Un análisis a la psique estadounidense, viajando por toda su historia por medio de relatos que nos muestran retratos tan vivos como truculentos, tan emocionantes como inquietantes. Unas piezas literarias que cau van desde sus primeras páginas y que ofrecen giros deliciosamente inesperados. por Sergio Guillén



LA FIRMA INVITADA

Este mes tenemos una firma invitada realmente especial, ya que El Sobrino Del Diablo se ha acercado a nuestra redacción para realizar una aproximación a diez de las veinte canciones de su primer recopilatorio Antología Sobrinesca, 1999-2004 (La Produk!va, 2015). Os dejamos con sus palabras. El disco se abre con un tema funky/raggamuffin de la úl!ma época de Los Monjes, grupo que lideré de 1993 a 1999 antes de empezar carrera en solitario. Se llama “Me Siento Tan Extraño” y es una crí!ca abierta al detestable mundo de la publicidad. El corte dos (“Come Me”) también procede de esa época y es una marciana fusión entre el ska, las guitarras thinlizzianas y la zarzuela. Cierra la primera parte de inéditos pre-Sobrino el tema “Historia De Danny Amatullo”, a dúo con Mr Rodríguez, un recordatorio jocoso y rockero de la famosa serie de televisión Fame. He incluido cinco temas de mi primer disco, En Las Nubes (2001), de los que destacaré un par: “Cumbia De La Anarquía”, menos conocida que mi single de los directos por excelencia “Anarquía En Jamaica”, pero que es en mi humilde opinión mejor canción, con una letra más profunda y unos músicos impagables (Toni Pagès a la batería, Mariano Martos al bajo y Pere Romaní al acordeón). El tema hardrockero “Sincronízate”, con Ariel Vándor (Los Monjes) a la batería, me había hecho ganar un año antes el Primer Premio en el Concurso de Cantautores Horta-Guinardó. Hades Tiempo (2002) fue mi segundo disco y el primero con sección rítmica fija (Nando Caballero al bajo y Javi Rodríguez a la batería), sección que se mantendría hasta 2010. Destaco de él “La Gallarda”, un trotón celta a lo Pogues con el violín invitado de Borja Peirón y letra sa#rica sobre el amor “propio”; y “Otra Canción Del Verano”, una de mis “an!canciones de éxito”. Suelo incluir una en cada disco y de momento he cumplido con el obje!vo de no triunfar en los 40. “Salvemos El Futuro” es una parodia de la canción protesta. Es una versión nueva, diferente a la de 2002, grabada en 2015 con versos nuevos y en que yo mismo he cantado dos voces y tocado todos los instrumentos (cajón, bajo y guitarras). Cierran el recopilatorio cuatro canciones de Pulgatorio (2004), mi 54

tercer trabajo de estudio, de las que comento aquí dos: “Balada De Un Admirador Del Papa”, una crí!ca despiadada a la visita de Robert Zimmerman a Karol Woy!la usando una música de raigambre muy dylaniana, y la que para muchos es la mejor canción de mis nueve –hasta la fecha– discos: “La Bicha De Balazote”. Yo soy un guitarrista modesto pero creo que el solo de guitarra que incluye es efecto el mejor de mi carrera. La letra es de un comercial que asusta: está ambientada en el Neolí!co. Para 2016 tengo previsto sacar la segunda parte del recopilatorio: The Zarppa Years (2005-2010).

por El Sobrino Del Diablo

© África Paredes

Sobrinescas historias, mefistofélicas antologías



, KIKE G. CAAMANO

EL DOSSIER DEL INSTRUMENTISTA

(GUITARRISTA) El proyecto Asha del guitarrista Kike G. Caamaño cumplía en 2013 veinticinco años de existencia celebrándolo con dos trabajos compilatorios muy necesarios: First & Second Journey Through Time & Space. Lejos quedabann aquellos estertores de 1987 cuando este instrumentista decidió dejar su banda anterior, Coxa, y crear Asha. Inicialmente monta la apuesta musical para una maqueta instrumental pero, dado el interés y repercusión que obtiene, Asha se haría materia de forma permanente. Hoy entrevistamos a Kike, excepcional guitarrista, por medio de nuestro Dossier Del Instrumentista.

Vayamos a los inicios, ¿cómo empezaste a tocar la guitarra? ¿Quién o quiénes fueron los culpables que hicieron interesarte por éste y no por otro instrumento? Mis hermanos mayores tenían muchísimos vinilos y de muchos es los diferentes. En su gran colección te podías encontrar discos tanto de Led Zeppelin como de los Tempta ons, pasando por Yes, John Mayall o Wishbone Ash; pero me quedé prendado de uno en par cular, el Quo de Status Quo. Me enamoré de la música que contenía y desde ahí no paré hasta poder editar un disco con canciones propias. También el escuchar discos como el Quadrophenia de The Who e imaginarme toda la historia que contaba me impactó. Elegí la guitarra porque el Quo es un disco muy guitarrero y ruidoso, por lo que me hizo centrarme en ese sonido. Por otro lado, mi hermano es un guitarrista virtuoso de jazz y ya pululaba por casa alguna que otra acús ca, así que inevitablemente el siguiente paso era esperar que mi hermano saliese de casa para poder cogerla y juguetear con ella. Pero realmente he de decir que mi instrumento casi favorito es la batería, ¡me encanta! ¡He hecho más air drum con los discos de Rush que air guitar! Coméntanos tu formación como músico. ¿Cursaste estudios o eres autodidacta? ¿Cuáles dirías que son los ejercicios y las técnicas imprescindibles que todo aspirante a buen guitarrista debería prac!car a diario hasta dominarlas de memoria? Como te he comentado, el tener en casa a un gui56

tarrista de jazz hizo que me ayudase en cuanto a armonía, pero mi hermano siempre me hizo currar mucho sin ayuda; solía sacar las canciones de mis ídolos de oídas. Es di"cil recomendar ejercicios o técnicas ya que cada persona es un mundo y cada maestrillo ene su librillo… obviamente, cuando se empieza desde cero, hay que ejercitar los dedos y la coordinación y para ello hay muchos ejercicios básicos y fundamentales, pero lo más importante es disfrutar con ello. Puede resultar raro el decirte que mi técnica no es muy buena ya que no suelo tocar con los dedos perfectamente posicionados, lo que posiblemente hace que pierda energía pero eso para mi da igual; "jate en muchos grandes guitarristas de la historia que no han tenido ninguna formación musical, y algunos de ellos han sido músicos muy influyentes. Eso sí, el saber armonía, cosa que recomiendo, te va a ayudar a desarrollarte mejor con tu instrumento y a conocerlo en profundidad y sacarle más rentabilidad, pero no te va a ayudar a crear buenos estribillos o grandes canciones, eso sale del alma de cada uno, es algo personal. Creo que el aprender algún que otro tema que te guste es fundamental, y ponerlo en prác ca en reuniones con los colegas; aparte de ser diver do puede ser instruc vo a la hora de enfrentarse “en directo” con el público... aunque hacer eso no sé si ya ha quedado un tanto obsoleto. Imagino que, al principio, intentarías sacarte tus canciones favoritas de los discos que escuchabas, ¿qué canciones fueron las primeras que aprendiste o aquellas que más dolores de cabeza te trajeron?



EL DOSSIER DEL INSTRUMENTISTA ¿Alguna que se te resis ó y diste por imposible? ¡Exacto! Me pasaba horas y horas delante de los discos para sacar las canciones y tocarlas por encima, ¡toda una gozada la verdad! Recuerdo no parar hasta sacarme todo el Quo y luego todas las demás canciones de la banda (¡soy un hiperfan de ellos!). Y luego llegaron Van Halen. Recuerdo que cayó en mis manos una cinta con el Women And Children First y me dije: «¿qué carajo está haciendo este "o con la guitarra?». Me voló el coco (como a casi todos) y no paré hasta sacar sus temas... o al menos lo intenté. Cuando oí la intro de “Mean Street” se me cayeron los pantalones; me preguntaba: «¿qué pedal usará para este efecto?». ¡Creía que era un pedal! Eddie ha sido un innovador. Hay temas que sacaba sólo la rítmica porque no podía con los solos… y te digo una cosa, la rítmica es fundamental en una canción, más que los solos si cabe. Aprendí mucho de eso. Cada guitarrista es diferente porque este arte es la expresión de los sen#mientos y todos sen#mos, pero de forma personal. Me pasé horas tocando encima de discos clásicos de heavy como el Bri!sh Steel o el Strong Arm Of The Law, discos de Gary Moore, Zappa, Thin Lizzy, The Who; pasaba grandes ratos delante del tocata con la guitarra tocando por encima de Led Zeppelin, Deep Purple, Rainbow, Stevie Wonder... y de Queen, otra de mis bandas predilectas. Aprendí mucho de Queen ya que siempre han sido una banda muy versá#l: heavy cuando querían, por otro lados serios y melosos e incluso muy comerciales, pero siempre con calidad por un tubo. Y qué decirte de Zappa, mi gran mentor. Es impresionante la can#dad de discos e ideas que este hombre ha plasmado en su carrera, un verdadero genio y gran influencia. No paro de descubrir cosas en su extensísima y variada discogra%a. De todos los es los musicales que has tocado a lo largo de tu carrera, ¿con cuál te has sen do más a gusto, el que se aproxima más a tu forma de entender la guitarra? ¿Tienes alguna grabación predilecta de todas las que has realizado hasta la fecha? Es cierto que he hecho casi de todo en mis discos, he mezclado muchos es#los, desde jazz hasta temas más country incluso. Gracias a esas influencias que te he comentado soy muy versá#l y abierto a diferentes músicas, pero siempre he impregnado a mis obras de un cierto toque progresivo, me encanta el progresivo; Yes, los primeros Genesis, Focus, Jethro Tull, Rush... creo que es un es#lo que abre muchas 52 58

posibilidades ya que mezclan complejidad con lirismo y melodía. Hay varios discos de Asha con los que me siento más iden#ficado, In Harmony With Shame, por ejemplo, en el que creo que he hecho las mejores letras de mi carrera, cosas muy personales de mis 14 Projects anteriores al primer disco oficial, ya que era una época muy crea#va y donde a la vez que los iba creando (que eran todos improvisados prác#camente pues me ponía delante de la grabadora y grababa lo que primero me venía a la cabeza aunando luego ideas), iba aprendiendo más y más sobre grabación. Por otro lado, A Path Across The Elegance es también un favorito y por supuesto los tres úl#mos discos con Jacob Poulsen: Euphoria Project, Pleasures Of Equality y Emo!onal Intelligence. Cada disco ha sido una aventura y un verdadero goce hacerlos. Ten en cuenta que los músicos creamos porque lo necesitamos, queremos plasmar nuestras inquietudes y sen#mientos en nuestras canciones y no solemos hacer temas que no nos gusten, aunque a veces salen cosas con las que te iden#ficas más, al menos en mi caso. Tengo mis preferidos: “Master Of Disguise” de In Harmony With Shame, “Time To Feel” de Asha II, “Prologue Of An Unfinished Life” de Euphoria Project, “Til I Die” de Emo!onal Intelligence, “A'erlife” de Pleasures Of Equality, “Art Museum Of Life” de A Path Across The Elegance... ¡hay muchas! A la hora de tocar en directo, ¿te permites improvisar con la guitarra y reinterpretar los temas en vivo –en la medida que el repertorio lo permita– o procuras mantenerte fiel a la versión de estudio? Hace ya #empo que no salimos de gira, el panorama desgraciadamente está bastante pocho. En nuestro repertorio te podías encontar temas muy variados y podíamos pasar de una canción con #ntes de jazz a una más heavy y luego una instrumental más tranquila, lo que descolocó un poco a los promotores que nos pedían aunar criterios para poder meternos en ciertos fes#vales; pero no quise hacerlo ya que nuestra esencia es ésa, por lo que se fue relegando la historia hasta que decidí parar. Hoy día ha mejorado mucho el aspecto de mezcla de es#los pero las condiciones han empeorado. Cuando hemos hecho directos había mucho ensayado y alguna que otra canción la dedicábamos a improvisar, de hecho recuerdo una vez que estabamos en un pub donde nos dejaban el local para ensayar y se nos pasó el #empo y abrieron, nos pilló ensayando para un bolo y decidimos improvisar allí en directo por insistencia



EL DOSSIER DEL INSTRUMENTISTA del dueño que vió que habia entrado mucha gente en el local al escuchar la música fuera. Empezamos con un ritmo y luego iba chivando los cambios de tono al bajista; fue tan interesante que repe mos la experiencia alguna que otra vez (¡una hasta en plena calle!). Siempre me ha encantado hacer las cosas de manera improvisada, resulta todo más fresco, al igual que los solos, que los improviso la mayoría.

en un entorno que también me convencia mucho, que eran sus canciones, y eso al final es lo que realmente importa.

En cuanto a la afinación del instrumento, ¿usas habitualmente la estándar? ¿U lizas o has experimentado con las posibilidades que te puedan ofrecen las afinaciones alterna vas?

Como te he comentado, Eddie Van Halen fue un punto de inflexíon en mi forma de afrontar el tocar la guitarra, ha sido un músico que ha revolucionado el instrumento al igual que lo hizo Hendrix en su día, su técnica era novedosa y sorpresiva y en cada uno de los discos con Roth había una nueva pieza o alguna intro de guitarra innovadora: “Erup on”, “Spanish Fly”, “Cathedral”, “Li#le Guitars”, “Mean Street”. Hoy día, con Internet y con los videos de cómo se hacen esos trucos, es más fácil, pero en aquella época no había nada de eso y resultaba complicado saber cómo se hacían esas cosas. Luego apareció gente del calibre de Steve Morse, sobre todo con Dixie Dregs y en su etapa en solitario, con discos como Stand Up, que me hizo ver que se podían hacer temas con arreglos de guitarra muy complicados dentro de un entorno y estructura más asequible, un genio de la composicion. Y luego tenemos al gran Allan Holdsworth, que es el maestro de maestros, su forma de tocar estratosférica e innovadora ha influenciado a muchísimos grandes guitar heroes y cada vez que lo escucho se me ponen los pelos de punta. Armónicamente es increíble y muy técnico, y su complicado fraseo es fácilmente reconocible, me inspira mucho a la hora de hacer solos.

Suelo juguetear con diferentes afinaciones, aunque básicamente grabo con la estándar o con la sexta en Re. En las acús cas sí hago más experimentaciones sonoras con diferentes afinaciones; es muy inspirador enfrentarse con una guitarra con una afinación diferente, la sonoridad hace que realmente te inspires. He usado alguna afinación abierta en Sol, la llamada Open G y en Re, pero básicamente suelo tocar con la afinación normal; eso sí, casi siempre en bemol. Cuando ves tocar a un guitarrista, ¿en qué te sueles fijar primero? ¿Cuál crees que es el punto clave para valorar su faena a las seis cuerdas? Suelo fijarme primero en la composición. Soy más una persona de canciones que de guitarristas, pero sí es cierto que ciertas sonoridades y formas de tocar me llaman más la atención que otras, sobre todo aquellos guitarristas que entremezclan jazz fusión en su forma de tocar, como Sco# Henderson o Allan Holdsworth. Recuerdo cuando escuché a Yngwie por primera vez; era una cinta con el primer disco que pululaba por Fuengirola y que los músicos nos la estabamos pasando de estrangis. Aún no había estallado su fama aquí y nos quedamos todos acojonados. Ese vistuosismo que en un principio nos sorprendió a todos hoy día está más que asimilado y en ciertos sectores hasta denostado. En mi caso, cuando un guitarrista hace arreglos diferentes hace que le preste más atención, como el genio de Adrian Belew que junto a Robert Fripp en King Crimson hicieron unos discos brutales guitarris camente hablando (y composicionalmente, claro). Pero finalmente es la canción la que te atrapa y su magia hace que la vuelvas o no a escuchar. Eddie Van Halen me cambió la forma de tocar; la primera vez que lo escuché me quedé de piedra, pero obviamente lo escuché 52 60

¿Qué guitarristas son para un referente? ¿Qué técnicas o caracterís cas destacarías de ellos que los convierten en unos músicos únicos a tu parecer?

Pepe Risi (guitarrista de Burning) decía en una entrevista que la energía nunca debía ser sus tuida por la técnica, que con los años había ganado en técnica pero que la energía siempre tenía que estar presente, que se notara que era un grupo de rock and roll; en su caso era el rock pero la frase puede ser válida con cualquier otro es lo, ¿estás de acuerdo con esta afirmación? En tu experiencia, con los años, ¿cómo ha evolucionado este equilibrio entre energía y técnica? Creo que la combinación de ambas es necesaria, la energía es vital en todos los es los; no pensemos que si escuchamos jazz estamos viendo a músicos planos sin energía. Sólo hay que echarle un vistazo a gente como Miles Davis, por ejemplo. No es algo sólo propio del rock and roll. En una grabación pue-


des notar perfectamente la energía de los músicos sea de un es lo u otro, sea funky o r&b o heavy, y ambas son necesarias. Hoy día hay más posibilidades de mejorar en el aspecto técnico, hay muchos tutoriales en Internet, vídeos, páginas, etcétera, con las que aprender técnicas para avanzar en ese terreno, pero la energía es personal, es inherente a cada persona, no se puede comprar ni bajar de la Red y hay personas que son más sensibles que otras y que encima de un escenario pueden transmi rte mucha energía de diferentes maneras, y eso es lo verdaderamente importante, sen rlo, no verlo. Para terminar, y como curiosidad que a los guitarristas aficionados les gustará conocer, ¿qué juego de cuerdas u lizas habitualmente? ¿Tienes alguna preferencia en cuanto a la púa? ¿Alguna combinación preferida de amplificadores o pedales que definan tu sonido? Pues varío bastante, la verdad. Tengo unas cuantas guitarras y enen juegos de cuerdas diferentes. El juego que suelo usar normalmente es 009 / 042, pero tengo guitarras con juegos del 010 e incluso 011. Para ritmos agresivos o más heavies es conveniente tener un juego grueso ya que, aparte de

mantenerte más asentada la guitarra con el vibrato, la sonoridad es más compacta. En cuanto a púas, la mayor parte de las veces uso Dunlop 1.14 pero tengo una buena colección de ellas; uso varias para diferentes temas pero de grosor gordo, no uso púas con menos de 1. En cuanto a amplis, trabajo con mi Marshall JCM 900 Dual con un cabinet original de los 60 que suena muy bien, luego uso muy a menudo el ADA MP1 pasado por un Mosvalve y un viejo cabinet Vox también de los 60, un ampli Polytone y ro bastante de so!ware. Hoy día el campo de la tecnología aplicada a la música es brutal, hay infinidad de posibilidades y de moduladores de sonido, plugins de todo po que son una pasada y me gusta bastante explorar y bucear en ellos porque encuentras sonidos diferentes que me ayudan a dar cierto colorido a los temas, aparte de que el hecho de escuchar algo diferente hace que también me inspire. Los teclados que uso, por ejemplo, son todos virtuales. En ese campo la variedad es inmensa. Pero ya te digo, combino los amplis reales con los virtuales. Moduladores de sonido como el Fractal son el futuro. por Fat Professor


Todo arranca en un fes val musical realizado en Edimburgo años antes de que Irish Heartbeat alcanzase visos de hecho fac ble. El encuentro de Van “The Man” con una de las formaciones más representa vas del Dublín rural, el combo The Chie!ains. Paddy Moloney, gerifalte de la apuesta recuperadora del folclore irlandés, puso sobre la mesa una unión que enriquecería a ambos argumentos musicales. La banda se embravece gracias a una voz curada en barrica de las mejores maderas mientras Morrison se acercaba a esa onda tradicional que en más de una ocasión había dejado entrever en sus creaciones, pasada la etapa campestre de Tupelo Honey (1971). por Sergio Guillén

VAN MORRISON & THE CHIEFTAINS Irish Heartbeat (Mercury, 1988)

Así, y grabando en los Windmill Lane Studios, la unión logra esa tan proclamada fuerza que subraya el dicho, la posibilidad de fusionar esplendor instrumental con la impronta vocal de un fuera de serie. Dejar que ruede “Star Of The County Down” es como dar un paseo por el norte de Irlanda, acercándonos a Banbridge para ver como Cathal McGarvey escribía en el siglo XIX preciosas letras para baladas celtas (entre las que se encuentra el tema citado). “She Moved Through The Fair”, otra tonada tradicional a la que en los años 60 Fairport Conven on dieron nuevo sen do con su revisión, queda minimalista y 62

un tanto onírica con ese arpa y la susurrante pronunciación del conocido como The Belfast Cowboy. “I’ll Tell Me Ma” es fes va, alegre, bailable entre salto y salto, contrapunto del barroquismo reprimido en la parsimoniosa “My Lagan Love”. “Cel c Ray” y “Irish Heartbeat” quedan como los únicos temas compuestos por Van, cortes en los que no se recurre a la visita de antepasados o se retrotrae al recuerdo de la erra vivida, canciones ya grabadas con anterioridad y aquí repasadas con otra punta en el portaminas.


M A T R ´I C U L A S D E H O N O R Mucho antes de que Demis Roussos y Vangelis conquistaran el mundo con sus aventuras en solitario (cada uno en su es lo), estos dos músicos formaron parte del grupo heleno más exitoso de finales de los sesenta: Aphrodite’s Child. Afincados en Francia, lograrían alzarse orgullosos en las listas de ventas del Viejo Con nente con su par cular adaptación del “Canon” de Pachelbel, tulada “Rain And Tears”. Los profusos y expresivos teclados de Vangelis y las extrañas y pomposas vocalizaciones de Demis Roussos se convir eron a par r de entonces en sus señas de iden dad. por Andrés Puente

APHRODITE’S CHILD End Of The World (Mercury, 1968)

Para su primer LP, End Of The World, prepararon un brebaje de psicodelia y art rock basado en la escena británica del momento aunque incluyendo elementos de su propia idiosincrasia mediterránea. Así, “Mister Thomas”, “Valley Of Sadness” y “The Shepherd And The Moon” par!an de melodías de sabor folk que eran enriquecidas por caracteres psicodélicos. Más primordialmente alucinantes y disparatadas eran “The Grass Is No Green” –repleta de esos extraños ruidos tan !picos de la época– o “End Of The World”, con una interpretación ensoñadora y embriagadora a cargo del genio de los teclados Vangelis.

Ocasionalmente, Aphrodite’s Child se deciden por un sonido más agresivo acentuado por la batería incisiva de Lucas Sideras, caso de “You Always Stand In My Way”, con un Roussos desaforado, que contrasta con “Day Of The Fool”, el tema que pone punto y final al álbum con una atmósfera siniestra y psicodélica hasta el prác#co paroxismo. Después de End Of The World sólo nos dejarían dos álbumes más, It’s Five O’Clock (1969) y 666 (1971). Quién sabe lo que podrían haber conseguido de haber con#nuado trabajando como grupo.

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LA FIRMA INVITADA

Viajes en el ti empo Y cerramos esta edición de octubre con otra firma de excepción, un talentoso músico y uno de nuestros grandes compositores. Steven Munar aterriza en las páginas de Renacer Eléctrico para analizar una a una todas las canciones de su nuevo trabajo compilatorio 2000-2015. 15 Years Of Songs. 1-Berlin: Es mi úl ma composición grabada y el estreno de la nueva y actual The Miracle Band, mucho más potente que en discos anteriores y de intención más rockera. Es la producción más ambiciosa hasta el momento, con cuarteto de cuerdas incluido, varias coristas y el estreno como productor en uno de mis temas de Alberto Pérez. A nivel es lís co, es sin duda una canción claramente europea y una de las letras de las que estoy más orgulloso. 2-Heart And Soul: Incluida en el úl mo disco de mi an gua banda, el Travel West (2003) de The Tea Servants, es la canción que más he tocado en directo de mi an guo proyecto. Hay una versión anterior en el recopilatorio Ritmic Pop (Junk Records) con varios grupos de la época. Me encantan las espléndidas guitarras de mi compañero Miguel Pérez, que sigue colaborando con la Miracle Band, el bajo sinuoso de Julen Giménez y ese efecto ligeramente hipnó co. Una de mis canciones favoritas de The Tea Servants. 3- Lover: Tema grabado en las sesiones de mi primer disco Miracle Beach (2007), es una de las canciones inéditas del recopilatorio. No entró en el trabajo antes mencionado porque consideraba que era la canción que más deuda tenía con mi grupo anterior y que no encajaba con la línea más folk que quería dar a mi álbum de debut. Ha sido un placer redescubrirla y es una de las pequeñas joyas escondidas. 4-Acid Rain: Canción clave de mi repertorio y la que he tocado más en directo, sobre todo en mi faceta acús ca. Es mi primera composición tras la ruptura de The Tea Servants y la que inauguraba la línea más folk de tendencia americana que iba a marcar de manera profunda los años siguientes. Destacar el exquisito arreglo de trompeta a cargo de mi admirado Francisco Albéniz de los nunca suficientemente valorados La Búsqueda. 5-And If You Want My records: Primera canción escrita para mi hija Elsa y una de mis favoritas de mi segundo álbum The Language Of The Birds (La Produk va, 2010), que suponía además la primera coproducción con Marc Tena, hombre fundamental en todos mis discos en solitario, tanto como productor como músico. 6- The Language Of The Birds: Tema que da "tulo a mi segundo disco y uno de los más alegres y luminosos de mi carrera. Aprovechando la aparición de este recopilatorio, Sergio Fuster ha dirigido y producido un video de animación para promocionar esta canción como segundo single. 64

7-There Is A Place: Tema inédito de las sesiones de Break The Rules! (La Produk va-2011) y que supone el momento más representa vo de mi etapa americana. Nunca estuve realmente sa sfecho con mi toma de voz y la aparqué hasta que se la propuse cantar a Carrie Lewis para este recopilatorio y quedó establecida, tras su fantás ca interpretación, la versión defini va. Una de mis letras favoritas. 8- Golden Lights: Canción que nunca falta en mis directos con la Miracle Band y una de las composiciones más complejas a nivel rítmico y armónico. Recuerdo que nos costó mucho llegar a encauzarla y encontrar la dinámica adecuada. Además es representa va de la etapa en que la guitarra solista era una guitarra clásica. 9-Show Me The Way: Otra de las canciones inéditas del Break The Rules!, que fue una época de gran crea vidad, y una de las letras más emocionales que haya escrito jamás. Vale la pena descubrirla. 10-Why Not Your Baby: El magnífico programa de Luis de Benito Islas de Robinson (Rne3) llegaba a su programa 500 y para el evento encargó a varios músicos diferentes versiones para celebrarlo. Nosotros hicimos este exquisito tema coescrito por el ex The Byrds Gene Clark y Doug Dillard. Fue un autén co placer descubrirlo e intentar llevarlo a nuestro terreno. A destacar el soberbio pedal steel de Miguel Pérez. 11-Time Traveller: Canción que da "tulo a mi cuarto disco en solitario y una de mis composiciones más originales de la úl ma época. La sección rítmica de Jordi Farreras es magnífica y me encanta ese aire entre fronterizo y de folk inglés. Una de mis favoritas. 12-City Of Cats: Canción incluida en Time Traveller. En la versión primera hay un solo de guitarra y en esta versión que incluyo en el recopilatorio hay un solo tremendo de saxo a cargo de Roger Espa. No sabría decir con cuál me quedo. 13-Shiny Days: Versión a piano y guitarra acús ca de este tema incluido en mi úl mo disco. Esta variante desnuda de la canción creo que es casi tan buena o tal vez mejor que la de Time Traveller. Un buen ejemplo de cómo las voces de Juliane Heinemann y la mía encajaban. 14- A Way A Smile: Otra de las inéditas. Esta es de The Tea Servants y la más an gua de esta colección. Proviene de una maqueta del año 2000 de la que había perdido la pista. Volviendo a escucharla 15 años después creo que conserva su frescura y es un buen tema de pop juguetón. Alegre. 15- The End Of The Autunm Of The Fears (No Fear): Esta version inédita me gusta más que la que apareció posteriormente en mi primer disco Miracle Beach (2007), gracias a la sección rítmica del final y a mi toma de voz mucho más lograda.

por Steven Munar


CONCURSOS

Si queréis entrar en el sorteo para llevaros una de las tres copias originales que The Foxholes nos han cedido de su Radio Cincinnati para este concurso, sólo tenéis que enviarnos un mail a la dirección: renacerelectrico@hotmail.com (con el asunto “CONCURSO THE FOXHOLES”) contestándonos a la siguiente pregunta: ¿Cómo se llama el vocalista de la banda? En el número de noviembre daremos el nombre del ganador.

ganador concurso

nacho, nando & miguel

La respuesta correcta para entrar en el sorteo de una copia original de L´Home Polaroid grabado por el trío Nacho, Nando & Miguel era la siguiente: MICHAEL CAINE Y el acertante que ha salido ganador es: Manolo Mora Rodríguez En estos días nos pondremos en contacto para mandarte el merecido CD.

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