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El año del Príncipe
from N01 - Revés Cruzado
El año del Príncipe
Nicolás Jarry hace un año recién se acercaba al Top 100. El 2018 significó grandes torneos, grandes triunfos y grandes ascensos. Hoy su nombre ronda los 40 mejores del mundo. Acá repasamos su temporada.
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Nicolás Jarry Fillol tiene 23 años. Parece un tipo normal... alto, pero nada fuera de lo común. Sus 198 centímetros de estatura y casi 90 kilos de peso lo hacen un sujeto espigado y potente que podría servir para uno o varios deportes. Pero para él no puede ser cualquier deporte. El apellido Fillol tiene historia en el tenis y el heredero comienza a reflotarla. Su abuelo es Jaime Fillol, otrora 14 del ranking ATP (1974) y finalista del US Open y Roland Garros en modalidad dobles. Creció en la familia del tenis. Comenzó a los seis años con una raqueta. A los 17 hizo su aparición en la clasificación ATP. El 2018, con 22 primaveras en el cuerpo, anotó la mejor temporada de su carrera. Estuvo en los cuatro Grand Slam, derrotó a dos Top Ten y tuvo una arremetida explosiva en el circuito. Acá repasamos su año como individual semana a semana, partido a partido.
El año de Nicolás Jarry arrancó el 1 de enero de 2018. Su primer partido de la temporada fue en el ATP 250 de Pune, India: victoria ante Pablo Andújar -el experimentado español que por una lesión perdió todos sus puntos ATP y en ese entonces figuraba como 1690 del ranking, pero que en noviembre ya era Top 100. En segunda ronda se topó con Haase y cayó en tres sets, pero se embolsó sus primeros 20 puntos ATP en la semana 1 del calendario, además de no despreciables 8.500 dólares.
En vísperas del Abierto de Australia, Jarry se anotó en su primer y único Challenger de 2018: Canberra. La cercanía con Melbourne y las similares características hicieron del torneo el lugar idóneo para la preparación de Nico. Tras caer otra vez en segunda ronda, el “Príncipe” se estrenó la semana siguiente en el cuadro principal del Grand Slam australiano (sólo había participado en la qualy en 2015, perdiendo en primera ronda). Claro que la ilusión duró poco: Meyer, el argentino 52 del ranking en ese momento, lo dejó fuera en el debut. Pero la experiencia, los 42.000 dólares y los 10 puntos ATP cosechados permitieron al santiaguino meterse -ahora sí en serio- entre los 100 mejores del planeta. Y no salió más.
Tras la Davis y cuartos de final en Quito, Jarry vivió sus mejores semanas en Brasil. El ATP 500 de Río de Janeiro le permitió un salto de calidad que lo llevó hasta semifinales, donde cayó ante Schwartzman (23). Tras cartón logró la final del ATP 250 de Sao Paulo, cayendo ante Fognini (20). Dos semanas que valieron 330 puntos ATP, ascenso de 29 lugares en el ranking y 138.000 dólares.
Luego de semanas exitosas en Sudamérica vino Miami, Barcelona, Estoril y Roma. En Roland Garros no pasó del estreno, pero en Wimbledon logró su primer triunfo en un Grand Slam. La víctima fue Krajinovic (30), pero el estadounidense McDonald (103) frustró el avance de Jarry a tercera ronda. Claro que significó el segundo click de la temporada. Tras eso vino Hamburgo (semifinales y triunfo ante Dominic Thiem), Kitzbuhel y Winston-Salem, un mes en el que cosechó 315 puntos ATP para escalar 27 puestos en el ranking. Así llegó como 42 del mundo al US Open y avanzó hasta la segunda ronda.
El último triunfo de la temporada fue ante Marin Cilic (6) en el Master 1000 de Shanghai. Tras eso, cerró el año con cuatro derrotas, pero ilusionado con lo que promete 2019.