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Tiempo de decisiones

Tiempo de decisiones

Fernanda Brito analizó su histórica temporada 2018 y se planteó metas para este año. “Si no logro hacer algo grande que me dé chances de mantenerme del tenis, no sé si voy a seguir intentándolo“, aseguró.

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El reloj marca las 10 de la mañana de un viernes y el sol recién comienza a calentar la jornada en el Club Palestino de Las Condes. A lo lejos viene caminando Fernanda Brito (304), la segunda chilena mejor ubicada en el ranking de la Women’s Tennis Association (WTA). Ya terminó su entrenamiento matinal. Pese a que cerró su temporada hace un par de semanas, el trabajo no para. Su 2018 fue redondo -el mejor año de su carrera profesional- y no quiere perder el hilo. Entre junio y noviembre la chilena ganó nueve títulos del circuito ITF (International Tennis Federation), ocho de ellos de manera consecutiva. Eso la ubicó como número uno del ranking ITF y le dió el récord de más torneos ganados de manera individual: 27 desde 2011 a la fecha.

Me imagino la respuesta, pero debo preguntarlo. ¿Cómo evalúas tu 2018?

> Fue un año súper positivo. El objetivo era bajar el 300 y lo logré. Empecé de menos a más. Mi idea era jugar un poco más de Challenger, pero tuve una lesión en Túnez y después me resentí un poco la espalda. Pero creo que se fue dando todo. La racha de los 40 partidos fue increíble. Uno empieza a ganar, a sumar y cada vez te vas poniendo metas más grandes. Por suerte pude ganar esos torneos y alcanzar el record ITF.

Cerraste tu año en tu mejor ranking (274) y como número uno de Chile. ¿Te sientes referente de niñas que están empezando en el tenis?

> No sé si soy referente. Creo que con las redes sociales una se hace mucho más conocida y las chicas te tienen en cuenta. Cada vez que me invitan a un torneo o clínica trato de ir, porque es lindo compartir con las niñas. A mí sinceramente me encanta. Siempre he dicho que después de dejar el tenis profesional quiero trabajar con niñas o alguna jugadora. Estoy desde chica ligada a esto y siento que es lo mejor que hago.

Algún consejo para quien está pensando dedicarse profesionalmente al tenis?

> Que sepan que este camino es súper largo y de mucho trabajo. La ‘92 de Sudamérica fue una camada súper dura. Estaba Ormaechea, Vero Cepede, Camila Silva, Chechi Costa, Dani Seguel, yo. Cuando teníamos 15 ó 16 años, por ejemplo, Paula no era la Paula Ormaechea que llegó a estar 60 del mundo. No sé si pensábamos que iba a llegar ahí. Las ganas y la decisión es lo más importante para hacerlo e intentar cumplir el sueño. Y fantástico si se cuenta también con el apoyo económico.

¿Y tú cómo te iniciaste?

> Mi papá es profesor de tenis. Él trabajaba en un club de golf en El Oliveto (Talagante) y me llevaba a las escuelas de verano. Yo hacía fútbol, tenis natación, golf, de todo. Cuando terminaba, me quedaba recogiendo pelotas en sus clases o le pedía que jugáramos. A los nueve años participé en mi primer viaje con Cami Silva y Javiera Colignon, con quienes fuimos campeonas sudamericanas en Brasil. Ese mismo año, en diciembre, me llevó Martín Rodríguez con Horacio de la Peña y ahí ya entrenaba todo el día. Se me hacía súper difícil entrenar y estudiar, así que decidí dedicarme al 100%. Eso fue cuando estaba en octavo.

Y sigues trabajando con tu papá.

> Sí. Entreno con él en Talagante, con Pablo Polanco el físico en el Club Palestino y con mi psicólogo Sergio Villarroel en San Carlos de Apoquindo. Algunas semanas voy a Buenos Aires a trabajar con Santi Núñez, un entrenador argentino con quien estoy desde los 16-17 años. Casi siempre son los mismos, aunque al psicólogo lo incorporé este año por primera vez y me sirvió mucho.

¿Metas para 2019?

> Jugar torneos más grandes es el objetivo. Empiezo como todos los años con FedCup y luego con el ranking del World Tennis Tour puedo entrar a los Challenger directo. Jugaré un par de $25.000 y según se vayan dando los resultados, con ganas de probar más arriba.

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