REVISTA DEL COMANDO CONJUNTO DE LAS FUERZAS ARMADAS DICIEMBRE 2007

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REVISTA DEL COMANDO CONJUNTO DE LAS FUERZAS ARMADAS Año 1

Nº 2

DIRECTORIO Capitán de Navío (r)

César Linares Velásquez Director Capitán de Corbeta

Juan Carlos Llosa Pazos Editor Carmen Masías Guillén Asistente Editor Pedro E. Ramírez Arroyo Coordinador de Edición Nelsi Valderrama V. Diseño

Diciembre 2007 COLABORADORES: Contralmirante José Acha Pacheco Capitán de Navío Luis Alfaro Garfias Coronel FAP Luis Bernedo Boado General de Brigada Pedro Buleje Buleje Doctor Luis Chang Ching

Esperanza Navarro Pantac Corrección

Doctora Mirtha Chenguayen Guevara

COMITÉ EDITORIAL

Ministro Juan del Campo Rodríguez

Mayor General FAP

Fernando Ordoñez Velázquez Presidente Contralmirante Mario Caballero Ferioli Capitán de Fragata (CJ) Carlos Schiaffino Cherre General de Brigada (r) Juan Emilio Yepes del Castillo Mayor General FAP (r) Jorge Rendón Castro Capitán de Fragata Jorge Ortiz Sotelo Doctor Farid Kahhat Kahatt Doctor Fabián Novak Talavera Doctor Luis García Corrochano Moyano

Comandante FAP Luis A.Gonzalez Buttgenbach Doctor Enrique Obando Arbulú Señor Walter Olivari Ortega Vicealmirante Alfredo Palacios Dongo Señor Fidel Quevedo Linares Vicealmirante Fidel Tubino Arias Schreiber Coronel EP Juan Urbano Revilla Editada por la Oficina de Información del CCFFAA Nicolás Corpancho 298 Santa Beatriz, Lima - Perú Teléfono 315-1030 Anexo 2332 Webb: www.ccffaa.mil e-mail:informaciones@ccffaa.mil.pe

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú No. 2007-13612 Las ideas y opiniones publicadas en esta Revista son de exclusiva responsabilidad de los autores. No necesariamente reflejan los puntos de vista del Comité Editorial, del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, ni del Ministerio de Defensa.


CONTENIDO Editorial ........................................................................................................................

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Saludo a la Revista de Marina por su centenario de creación ........

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¿Interoperabilidad? Comando y Control …….. del concepto a la práctica ..........................

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Contralmirante José Acha Pacheco

La formación castrense imbuye en quienes la tenemos, la necesidad de Comandar y Controlar las acciones dispuestas. La complejidad subyacente a toda operación militar se deriva de métodos, doctrinas y filosofías difícilmente concurrentes en grado absoluto, de la dependencia de adecuados niveles de convergencia de tareas hacia un objetivo común; y de la influencia de variables fuera de nuestro control tales como la incertidumbre, el ritmo de las operaciones, la voluntad y accionar hostil. El mecanismo “integrador” de estos esfuerzos se encuentra constituido por la noción sistémica de comando y control. No reconocer esta máxima es negarnos facultades inherentes a la ciencia y arte que ostentamos.

Disuasión creíble ................................................................................................... 15 Capitán de Navío Luis Alfaro Garfias

El tema invita a reflexionar sobre un posible cambio de perspectiva; pasar del enfoque tradicional de capacidades a un análisis sistémico, que facilite el razonamiento a nivel macro. Presenta un ejemplo de actual relevancia, que hace comprender no solo la importancia de hallar los puntos de apalancamiento dentro de una estructura, sino de valorar o cuantificar su probable impacto en el sistema.

¿Cómo entender los efectos del sistema internacional en la política de Seguridad del Estado-Nación en este nuevo orden mundial? ....................................................................................................... 21 Coronel FAP Luis Bernedo Boado

Hoy en día las políticas de seguridad de los Estados Nacionales se ven afectadas por los procesos globalizantes donde las Instituciones Internacionales imponen su legislación y su sistema de sanciones, sin una mayor justicia y equidad. El crecimiento de las organizaciones y pactos internacionales referentes a la seguridad y estrategia vienen imponiendo serias restricciones sobre la política exterior de los Estados. El concepto de seguridad, ahora tiene un alcance multidimencional por las grandes amenazas de carácter global que hacen que requieran de la Cooperación Internacional en el enfoque de las soluciones; como consecuencia de ello, los Estados Nacionales se sujetan a las leyes internacionales. Ello ha conducido a que el enfoque de la seguridad se trabaje con otros marcos conceptuales, como la defensa cooperativa, defensiva, disuasiva y preventiva.

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Los conflictos de la cuarta ola en el escenario político y estratégico del siglo XXI ................................................................................... General de Brigada Pedro Buleje Buleje

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Nueva concepción que revaloriza la defensiva otorgando un carácter resolutivo al nivel de maniobras ofensivas.

La amenaza Gramscista y el rol de las Fuerzas Armadas ..........

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Doctor Luis Chang Ching

Las Fuerzas Armadas cumplen un rol vital como garantes del funcionamiento del Estado. La victoria sobre el terrorismo senderista ha dado pase a otro enfrentamiento con aquellos que pretenden cambiar la forma de pensar de la gente, desaparecer los ejércitos, para ello comparan gasto militar y pobreza, costo de la defensa frente a la urgencia de escuelas y postas de salud. Urge definir el rol de las fuerzas armadas en un contexto global y cambiante.

La Seguridad, Defensa y Desarrollo Nacional: a propósito de la Cuenca del Valle del Río Apurímac-Ene .........................................

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Doctora Mirtha Chenguayen Guevara

La tarea de seguridad implica el garantizar condiciones para hacer frente a las amenazas y por tanto, se relaciona con los servicios que brinda el Estado a la población en la búsqueda del desarrollo. En el caso del Valle del Río Apurímac-Ene, debe privilegiarse una perspectiva inclusiva frente al conflicto, que garantice una estrategia institucional y a favor de medidas en pro del desarrollo para revertir la tendencia de la población que favorece salidas radicales. Con ello se vinculan los objetivos de la Defensa Interna con el Desarrollo.

La diplomacia peruana en el ataque japonés a Pearl Harbor

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Ministro Juan del Campo Rodríguez

En los albores de la II Guerra Mundial Japón y los Estados Unidos afrontaban una crisis diplomática que los estaba conduciendo a la confrontación armada. Frente a este escenario, las fuerzas armadas japonesas prepararon un ataque preventivo contra la base naval de Pearl Harbor, acción que fue detectada anticipadamente por el Embajador del Perú en Tokio, quien advirtió a su colega estadounidense sobre el plan.

Los principios de la guerra analizados desde sucesos históricos peruanos ..............................................................................................

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Comandante FAP Luis A. González Buttgenbach

La historia es una fuente inagotable de información, las batallas, combates, conflictos, etc. ocurridos a lo largo de miles de años, son y serán siempre claves para rescatar lecciones para nosotros, los militares. Es por este motivo que me he permitido, buscar pasajes de nuestra historia que nos permitan analizar la correcta aplicación de los Principios de la Guerra.

El objeto de la Estrategia ................................................................................... Doctor Enrique Obando Arbulú

El artículo describe los cambios que se han dado en la concepción del objeto de la estrategia desde Napoleón a la actualidad. Napoleón señaló la destrucción del ejército enemigo como el objeto de la estrategia, Douhet propone la destrucción de la capacidad de resistencia de la población enemiga como el objeto, Liddell Hart la dislocación del ejército enemigo, Mao y Thompson la conquista

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del apoyo de la población, Beaufre propone la maniobra externa y hoy los norteamericanos le dan prioridad a la eliminación del líder. Pero la concepción más interesante sobre el objeto de la estrategia la dio hace 2,500 años Sun Tzu, quien señaló que el objeto era ganar sin necesidad de combatir, vale decir prevenir la guerra.

El Perú ante el siglo XXI: Globalización, Defensa, Seguridad y Democracia ...........................................................................................................

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Señor Walter Olivari Ortega

El texto, pretende reflexionar sobra la situación actual de las FFAA en nuestro país recorriendo los principales y más saltantes hechos de nuestra historia republicana. Añade finalmente, la importancia de la Globalización como fenómeno influyente en los asuntos militares.

Panorama de Seguridad en la región frente a los nuevos desafíos .......................................................................................................................

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Vicealmirante Alfredo Palacios Dongo

Los nuevos conceptos y nociones de seguridad conjuntamente con una serie de desafíos que enfrenta la región afectan a los Estados Nacionales en cuanto a su propia seguridad. En este panorama, existe una innegable necesidad de buscar y concertar una agenda común de seguridad en Sudamérica que logre su fortalecimiento para enfrentar juntos estos desafíos. Sin embargo, se presenta un camino muy complicado y difícil que recorrer que analizamos en el presente artículo.

Capacidad de reacción y presencia del Estado ........................................

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Sr. Fidel Quevedo Linares

Además de desplegar un análisis sobre la capacidad de respuesta de las Fuerzas Armadas ante catástrofes naturales y emergencias nacionales, el artículo plantea justas interrogantes sobre la existencia de medios y herramientas básicas para llevar la presencia del estado --en forma efectiva-- a todo el territorio nacional. El artículo ensaya algunas propuestas que podrían optimizar recursos y funciones de las FFAA en favor de la ciudadanía que habita las zonas más alejadas de la costa y la capital del país

Las medidas de confianza mutua en el campo militar como herramientas para la Paz ......................................................................................

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Vicealmirante Carlos Tubino Arias Schreiber

El artículo resalta la importancia de las Medidas de Confianza Mutua como instrumento para fomentar la paz, haciendo especial énfasis en los principales logros alcanzados en los últimos años en el aspecto militar con nuestros países vecinos, constituyéndose en los cimientos de un Sistema de Seguridad Cooperativo que esperamos alcanzar en nuestra sub región en el mediano plazo

Participación militar en la formación de la República del Perú: 101 1820-1845

Coronel EP Juan Urbano Revilla

El presente artículo tiene por objeto realizar unas reflexiones sobre los diferentes hechos, factores y consideraciones de carácter histórico, político, militar y social presentados durante los inicios de la República del Perú, incidiendo en la participación militar y su legado.

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EDITORIAL

La noche del 26 de Setiembre, el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad San Martín de Porres vistió sus mejores galas para la ceremonia de presentación del primer número de la Revista del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. El acto que contó con la presencia del Ministro de Defensa , Embajador Allan Wagner Tizón y altos mandos militares y civiles especialmente invitados, sirvió para fortalecer nuestras bases conceptuales y continuar ofreciendo una publicación académico-profesional de gran valía. Cabe recordar algunas palabras pronunciadas dicha noche por el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas almirante Jorge Montoya Manrique, …”la revista será un vínculo con la civilidad, será una plataforma de discusión académica que muestre el diálogo que existe entre civiles y militares. Ambos sectores buscaremos el mismo éxito para el país y tenemos que alcanzarlo juntos….” Agradecemos a los profesionales cuyos artículos se publicaron en el primer número de nuestra revista, estos van desde la nota histórica hasta la más estricta especialidad; igualmente formulamos un voto de saludo para los señores integrantes del Comité Editorial, cuyos méritos intelectuales respaldan nuestras futuras ediciones. Conforme a nuestro pensamiento cívico las ilustraciones siempre estarán referidas a momentos importantes de nuestra historia, lo corrobora la portada de este segundo número: el óleo La Capitulación de Ayacucho de nuestro afamado pintor Daniel Hernández. En sus páginas encontrarán artículos, con temas del orden operacional, histórico, opiniones tocantes a la Defensa y Seguridad Nacional bastante analíticos que invitan a la reflexión individual, esperando de usted, señor lector identificarse con nuestra joven revista impulsora de la cultura cívico profesional. Anticipamos, que el año 2008 estaremos editando tres revistas, y desde ya extendemos invitación a los señores oficiales de nuestras Fuerzas Armadas así como a los distinguidos profesionales civiles, a participar con sus artículos.

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No podemos dejar de resaltar un logro relevante y de vital trascendencia para el futuro de las Fuerzas Armadas, como es la puesta en marcha a partir de Enero 2008, del curso de Comando y Estado Mayor Conjunto. Este esfuerzo institucional derivado de la política educacional dispuesta por el Ministerio de Defensa, privilegia el accionar conjunto en la esencia de lo que ello implica, el logro de la interoperabilidad, pero esta vez buscando interiorizar en la mente de los oficiales jóvenes, futuros líderes de las Instituciones Armadas, que el accionar conjunto es el único camino hacia el éxito y profesionalismo de una Fuerza Armada. Estamos seguros que los oficiales que conformarán la primera promoción conjunta de Estado Mayor se encontrarán a la altura del reto que conlleva este cambio institucional. Cerramos el año con el anuncio de una actividad importante en nuestra marcha editorial: el Ciclo de charlas informativas de nuestra Revista en los Centros Académicos de las Instituciones Militares, como en el ámbito civil académico previamente seleccionado con la finalidad de contar con artículos inéditos para las futuras ediciones. El Director

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Saludo a la Revista de Marina en su centenario de creación Revista del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas

Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas Nicolás Corpancho 289, Urb. Santa Beatriz Cercado de Lima Telefax: 315 - 1054 Teléfono: 315 - 1030 anexo: 2331 informaciones@ccffaa.mil.pe www.ccffaa.mil.pe

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El Contralmirante Acha egresó de la Escuela Naval del Perú en diciembre de 1979, con el grado de Alférez de Fragata. Durante su carrera profesional a seguido los cursos de post-grado en áreas de Operaciones Navales (EE.UU.), Defensa Nacional (Argentina), Economía (PUCP) y Relaciones Internacionales (EE.UU.), ostenta el grado de Magister. Su servicio activo ha transcurrido a bordo de Unidades de Superficie de primera línea en los campos de Comunicaciones, Guerra Electrónica y Operaciones; además de funciones de Estado Mayor desempeñadas en el ámbito operativo tanto a nivel nacional como multinacional.

E-mail: jacha@ccffaa.mil.pe 4


¿INTEROPERABILIDAD? Comando y Control …… Del Concepto a la Práctica Contralmirante José Acha Pacheco “El campo de batalla es un escenario de constante caos. El victorioso será quien mejor controle dicho caos, tanto el suyo como el producido por el enemigo” Napoleón Bonaparte.

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unque mucho se ha escrito respecto de temas relacionados al ejercicio del comando y control de medios militares así como de los sistemas de soporte relacionados, la determinación de los alcances de gestión a ser considerados para su diseño y eficaz operación abundan en imprecisiones derivadas de los infructuosos esfuerzos por definir exhaustivamente una línea divisoria entre estrategia y táctica (sin mencionar el campo “operacional” en boga desde la década de los 90´s) entre los diversos grados de control a ser ejercidos por los distintos escalones del comando versus los necesarios grados de libertad que motiven el uso de la iniciativa de comandos subordinados frente a situaciones no previstas; sin omitir la eventual aunque creciente tendencia de la autoridad, de conocer detalles operativos derivados de toda operación militar. Más allá de las disquisiciones potenciales derivadas de aspectos como los mencionados anteriormente, la aceptación como principio fundamental de que para toda operación militar resulta VITAL el garantizar un eficaz ejercicio del comando y control de los medios militares y del escenario en el que estos actúen, es de por sí, un enorme reto para cualquier fuerza armada del mundo. Es preciso en este reconocimiento, no soslayar la importancia no solo del QUÉ sino del CÓMO; es decir, no bastará con reconocer la importancia esencial de un eficaz sistema de comando y control, sino la imperiosa necesidad de definir su estructura, alcances y mecanismos funcionales que materialicen su eficacia operativa a partir de la organización, doctrina y concepción estratégica imperantes. Es precisamente en este punto en que las diferencias conceptuales surgen casi espontáneamente. En principio, toda acción militar, sea ésta derivada de acciones bélicas de carácter ofensivo-defensivo; de mantenimiento, restauración o imposición de paz; de ayuda humanitaria, o de apoyo ante desastres naturales, enfrenta 5


a nuestras fuerzas a escenarios que, independientemente del planeamiento previo efectuado, se caracterizan por dos aspectos fundamentales: crecientes grados de INCERTIDUMBRE, e imprevisible RITMO en los sucesos emergentes, ante los cuales es preciso contar con canales de conducción, dirección, coordinación y supervisión de las acciones militares previstas. Un sistema eficaz de comando y control tiene por objeto permitir que cada escalón de comando cuente con la información necesaria para una racional y oportuna toma de decisiones en el ámbito de su autoridad. Para ello, es necesario enfatizar cuál será el tipo y extensión de la organización militar existente, así como su MODO DE ACTUAR y qué factores DETERMINARÁN la estructura del sistema de comando y control aplicable. Soluciones disociadas con estas consideraciones, rigidizan la eficacia de cualquier organización militar al ir contracorriente de su propia estructura y filosofía. Además, dada la relevancia de un sistema de comando y control, es lógico suponer que constituirá el objetivo primario de cualquier acción hostil, por lo que deberá contar con las medidas de protección pertinentes. En este punto resulta necesario señalar lo que debe ser entendido como sistema de comando y control. La palabra “sistema” se encuentra referida a la naturaleza “sistémica” del todo respecto de sus partes; estas interactúan entre sí de manera interactiva, condicionando mutuamente sus niveles de actuación y performance y “alimentándose” unas de otras. Como “sistema”, toda plataforma de comando y control interactúa además con elementos periféricos propios y extraños (hasta hostiles en ocasiones) que es necesario prever. En segundo lugar, el comando se encuentra representado tanto por las personas (el Comandante y su entorno próximo), como por los procesos “decisionales” que dicho entorno someta a disposición del Comandante. El “ejercicio” del Comando involucra como proceso, el esbozar primero una “imagen situacional” coherente a partir de la “percepción” Decisión

Realimentación

Soporte Decisional

Observación

Conocimiento y Comprensión Orientación Imagen situacional

Percepción

Postura Situacional Difusión 6


que directa o remota permita la observación de los elementos que influyen en la misión asignada, enriquecida por la “información” proporcionada por agentes colectores de diversa naturaleza. A partir de la “imagen situacional” diseñada, el sistema debe permitir grados crecientes de “conocimiento” y “comprensión” de la situación existente que faciliten la “orientación decisional” que enfrenta el Comandante de cara a la evolución prevista o proyectada de las situaciones a ser enfrentadas, generando una “postura” o “actitud” situacional flexible y adaptable tanto a la misión, como a las tendencias percibidas (potenciales, posibles o probables) del escenario bajo su responsabilidad. Es en ese contexto, en que el Comandante poseerá elementos de juicio suficientes aunque no exhaustivos para una adecuada “toma de decisiones” en su nivel de comando. Estas decisiones poco valor tendrán si no son oportunas ni adecuadamente difundidas en los niveles de ejecución, ni sus efectos sometidos a mecanismos efectivos de supervisión y reevaluación, reiniciándose el ciclo de comando y control mencionado. El verdadero reto de todo sistema de comando y control se configura a partir de su capacidad de vencer los desafíos impuestos por la incertidumbre que impera en toda acción militar y de lograr imponer una dinámica favorable a sus objetivos pese a las acciones enemigas o a la producida por los acontecimientos fortuitos propios del escenario en que se opere. Solo de esta forma resultará posible obligar al enemigo a adoptar una postura REACTIVA, o adoptar posturas propias que se ADAPTEN ágilmente, o PREVEAN situaciones que se intenta controlar. La adopción de este enfoque de comando y control atraviesa como primer gran escollo, por la resistencia tanto al cambio, como a la adopción de conceptos integradores de planeamiento, conducción, ejecución y supervisión militar en especial en el terreno conjunto. El advenimiento desde el año 2005 de la nueva organización operacional de nuestras Fuerzas Armadas, ha generado la imperiosa necesidad de EVOLUCIONAR doctrinaria, técnica y filosóficamente, en la forma en que percibimos nuestra interacción profesional. La organización operativa de nuestras Fuerzas Armadas se encuentra estructurada a partir de tres niveles de Comando: el Nivel Estratégico conformado por el Jefe del Comando Conjunto de las FFAA y la participación consultiva de los Comandantes Generales de cada Institución Armada; el Nivel Operacional, integrado por los Comandos Operacionales/Especiales y sus Estados Mayores Conjuntos, y el Nivel Táctico representado por los Comandos de Unidad Operativa (de aire, mar y tierra) asignados a cada Comando Operacional/Especial. Si bien no es intención del presente artículo emitir jucios respecto de la delimitación funcional entre los niveles citados, resulta útil sin embargo indicar, que éstos se constituyen a partir de los factores siguientes: Alcance de Control (hasta qué punto es posible ejercer un determinado grado de control), Temporalidad (por cuánto tiempo es necesario dicho control) y Autonomía Funcional (qué autonomía se tiene para asignar, controlar o modificar tareas o funciones operativas).

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Decisiones de carácter estratégico poseen un alcance que trasciende la naturaleza misma de la función (militar en este caso) ejerciendo influencias que afectan a la esencia misma de la nación en su conjunto con importante incidencia en otros campos de actividad (no militares). Normalmente, las decisiones en este nivel se encuentran condicionadas por consideraciones de carácter político que van más allá de objetivos militares concretos. Ejemplos de esta mutua influencia la representan casos como el bombardeo masivo y sin restricciones dispuesto por el Presidente Richard Nixon sobre objetivos ubicados en Vietnam del Norte, así como el minado de la bahía de Haiphong en las postrimerías de la Guerra de Vietnam, luego del fracaso de la política de “apaciguamiento” adoptada. Esta decisión materializada en el campo militar tuvo por objetivo obligar al Vietcong a retomar las conversaciones de paz de París, permitiendo terminar con dicho conflicto. En nuestro caso, la focalización de la Guerra del Cenepa constituye otro ejemplo de una decisión de carácter estratégico con indudable influencia en el campo militar propiamente dicho. Resulta evidente que decisiones de carácter estratégico ejercen una influencia más allá del simple espacio-lugar en que se desarrollan las operaciones militares con trascendencia inter-generacional.

COA/CODA/ COA/CODA/ CZSNCZSN-6 CONO/COFA/ CZSO CON/CZSN CON/CZSN /ZVFZVF-1

MGP

ZVFZVF-2

J-CCFFAA

Consejo Consultivo

EP

EMCFFAA

CEU/ CEU/ZVFZVF-3 COMA/CZS N-5

COC/CZSNC

CON

CONO

COS

COFA

COC

FAP

COMA COA CODA

CEU

COS/CZSN COS/CZSN S /ZVFZVF-4

En el ámbito táctico en el otro extremo, los alcances decisionales ejercen un nivel de influencia más limitado en espacio y tiempo, afectando generalmente solo las acciones en curso en un área en particular o condiciones de operación de determinados medios militares locales. Reconociendo que el advenimiento de las armas nucleares (incluso las de uso táctico) podrían vulnerar de partida la escurridiza línea divisoria entre lo estratégico y lo táctico, aún su conceptualización obedece a los criterios expuestos.

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Ahora bien, conviene aclarar el concepto “operacional” de las operaciones militares, enfatizando sin ánimo de crítica alguno, sus albores y “raison d´être”. Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América sufrieron luego del término de la Segunda Guerra Mundial y ante los inicios de la “Guerra Fría”, la necesidad de mantener grandes dispositivos militares de “contención” estratégica alrededor del Pacto de Varsovia. Esta fórmula dio lugar a la creación de Comandos Unificados Independientes y autónomos, (hasta cierto punto, en especial luego de la “excesiva iniciativa” del General Mac Arthur respecto de China durante la Guerra de Corea) que propiciaran y condujeran la formación de coaliciones o pactos regionales entre las naciones “libres” circundantes. Los medios militares asignados a estos Comandos Unificados para tiempos de paz (a diferencia de las organizaciones conjuntas utilizadas durante la II Guerra Mundial) exigieron relaciones de comando y canales de coordinación especiales que no fueran de nivel estratégico (por el fiasco político que podría propiciar), ni de orden táctico, dada la naturaleza“vigilante”de la postura asumida que no llegara a desencadenar escaramuzas desencadenantes de una hecatombe nuclear. De esta forma, se generó en el léxico militar de la época, el nivel “Operacional” en el ejercicio del Comando, filosofía que hoy en día se ajusta perfectamente al dominio “unilateralista” de los EE.UU., y a la “segmentación de influencia militar” que a nivel mundial ejercen USSOUTHCOM, USPACOM, USCENTCOM, USEURCOM y USAFRICOM (a partir de Febrero 2007).

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Más allá de que estos principios se apliquen con mayor o menor esfuerzo de adecuación a nuestras realidades, su adopción impone retos que es necesario enfrentar. En primer lugar, el ejercicio del Comando de Nivel Estratégico; ¿Qué demandas de información, profundidad de enlaces y alcances de supervisión realmente requiere? ¿Son estas necesidades aplicables por igual para todo tipo de operaciones militares conjuntas? (guerra externa, conflictos internos, operaciones diferentes a la guerra tales como acciones de asistencia humanitaria o de apoyo a la atención de desastres). ¿Qué tipo de información requiere este nivel para el apoyo a la toma de decisiones? Estas cuestiones se aplican por igual aunque en una dimensión diferente, a otros niveles de comando, resultando ESENCIAL responderlas a la luz de las AMENAZAS, RIESGOS y PREOCUPACIONES que atañen a nuestra nación en particular. Solo a partir de dicho análisis, podrán definirse los lineamientos directrices sobre los cuales EDIFICAR la arquitectura de comando y control adecuada. En el nivel estratégico, el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas posee la responsabilidad de planear, conducir y supervisar todo tipo de operación y acción militar conjunta, así como el Sistema de Vigilancia de Fronteras, el que adolece de una visión tridimensional que asegure un permanente e integrado estado de alerta en los ámbitos acuático, terrestre y aéreo, capaz de enfrentar en tiempo real, todo tipo de amenazas, riesgos y preocupaciones, independientemente de la naturaleza y origen de éstos. Un concepto vanguardista para el establecimiento de un Sistema de Vigilancia y Control Territorial deberá en consecuencia, estar en condiciones de satisfacer las tareas siguientes: a) Detectar, localizar y vigilar presencial y remotamente, elementos potencialmente incursores que a través de los tres ámbitos, se desplacen en dirección hacia las rutas de acceso nacional de mayor vulnerabilidad. b) Identificar amenazas transfronterizas que relacionadas con actividades ilícitas, intenten vulnerar la soberanía nacional. c) Integrar en tiempo real, esfuerzos inter-institucionales destinados a la ejecución de operaciones de alta especialización contra determinadas actividades consideradas ilegales y que atentan contra la integridad y soberanía de la Nación. d) Proveer los eslabonamientos en profundidad necesarios que permitan de forma eficaz, la provisión escalable de medios de apoyo operativo multi-disciplinario, dimensionados en tipo y magnitud a los diversos escenarios existentes en el territorio nacional. e) Transferir semi-autónomamente, la información operativa necesaria para el adecuado funcionamiento del sistema. f) Segmentar los diversos escalones de transferencia de información, facilitando la toma de decisiones en los tres niveles de comando, y evitando la saturación o el flujo innecesario de información.

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Para este efecto, es necesario determinar los diversos escenarios en que el Perú se desenvuelve, tanto en el Frente Interno como Externo y en los tres ámbitos de aplicación (acuático, terrestre y aéreo); identificando las diversas amenazas, riesgos y preocupaciones existentes o potenciales en cada área geográfica, así como contrastar esta realidad con las peculiaridades propias del ámbito en cuestión. Una vez identificadas e inter-relacionadas estas variables, podrán perfilarse las acciones de adecuación, modificación o implementación de personal, material y organizacionales necesarias. Por ejemplo, en la zona norte de nuestro país existen como Amenazas, Riesgos y Preocupaciones en el Frente Interno, la existencia de organizaciones contrabandistas de combustible y bienes procedentes del Ecuador que tienden a desestabilizar la actividad económica de la población, actos de piratería entre pescadores artesanales e industriales, y cadenas de tránsito multimodal para la salida por vía marítima de droga procedente de los valles cocaleros del interior. La naturaleza de estas actividades demandará la participación plena y permanente de equipos de intervención multidisciplinarios integrados por organizaciones como INRENA, SUNAT, DIRANDRO, PRODUCE, Autoridad Marítima Nacional y la Autoridad Portuaria Nacional, FFAA. y PNP (en general). En el Frente Externo, persistirá la necesidad de adecuar las preocupaciones siempre vigentes respecto del resguardo fronterizo, en colaboración con organizaciones análogas pertenecientes a los países limítrofes y a la particular situación bilateral existente. Del estudio de los escenarios indicados, podría considerarse el diseño de un sistema que considere el establecimiento de Unidades Especializadas de Gestión Estatal (UNETE´s) integradas por miembros de las instituciones y organizaciones antes indicadas; la implementación del eslabonamiento requerido para su cabal y sinérgica funcionalidad; y el diseño de la red de integración y sistemas de soporte para su eficaz operación. Todo ello a partir de la infraestructura ya existente bajo responsabilidad de las FFAA y PNP, por constituir instituciones cuya presencia en todo el territorio nacional posee mayor profundidad presencial y operativa. En este contexto, es importante señalar la necesaria conectividad e intercambio de información sensible que a la fecha se encuentra segmentada organizacionalmente, asegurando una VISIÓN COMPARTIDA por áreas de responsabilidad por Escenarios Geográficos que integre bases de datos (RENIEC por ejemplo para identificación de personas requisitoriadas), imágenes satelitales (CONIDA, SENAMHI, HIDRONAV, etc.), radares aéreos (FAP, SIVAN-SIPAN y CORPAC), radares de costa (MGP), terrestres (de alcance focal), emergencias naturales (SINADECI-SINPAD), unidades militares y policiales, etc. Dados los servicios a ser transferidos (voz, data, imágenes, video-conferencias, aplicaciones software dedicadas), los estándares tecnológicos a ser considerados deberán ser de última generación, versátiles, de arquitectura modular (es decir, escalables), seguros, bajo normas militares en donde resulte aplicable, respaldados por un soporte logístico post-inversión sólido y sobre todo, de características INTEROPERABLES 11


entre sí, evitando los sesgos derivados de inventarios actuales. En este contexto, la adopción de tecnología IP (Internet Protocol) y de procesos de administración y operación por software, se perfilan a nivel mundial como los estándares que determinarán la vigencia tecnológica de los sistemas de información a futuro. Ahora bien, reconociendo la apreciable inversión económica que una migración de esta naturaleza demandaría, en especial aquella derivada de las necesidades de las FFAA, es necesario INICIAR un PROCESO ORDENADO Y RACIONAL DE MIGRACIÓN TECNOLÓGICA, destinado a garantizar crecientes grados de interoperabilidad en esta área. Para este efecto y dadas las “particularidades” de cada fabricante de sistemas de telemática, solo el diseño de un Plan Maestro de Reequipamiento garantizaría el logro de las metas esbozadas, asegurando convergencias funcionales, vigencia tecnológica, respaldo logístico y transferencia de conocimientos y potencialidades técnicas consistentes con los niveles multianuales de inversión. Funcionalmente, correspondería al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas conducir técnico-operativamente este proceso con el concurso de las Instituciones Armadas y Policía Nacional del Perú, de conformidad con lo establecido por ley respecto del criterio de Interoperabilidad (Artículo 22° de la Ley N° 27860). Sin embargo, en el plano presupuestal, correspondería al titular del pliego (Ministerio de Defensa) promulgar la normatividad que permita canalizar y orientar este proceso asegurando su fiel desarrollo. Considero a título personal, que en el campo del comando y control resulta fácilmente materializable la aplicación del concepto de Interoperabilidad, alentando por lo demás, no solo convergencias de orden técnico, sino de procedimientos, filosofía de actuación real, doctrinarias y de conducta organizacional, permitiendo paralelamente, niveles de cooperación internacional de mayor pertinencia y relevancia en especial para nuestras FFAA comprometidas en Misiones de Paz y de carácter Multinacional. Queda en consecuencia, mucho por hacer. En la comunidad de Defensa en general y de las FFAA en particular, descansa la iniciativa necesaria para impulsar un gran cambio. Solo resta decidir el CUÁNDO.

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El Capitán de Navío Luis Alfaro egresó de la Escuela Naval en diciembre de 1975 con el grado de Alférez de Fragata y el título de Bachiller en Ciencias Navales. Calificado como Aviador Naval, siguió los cursos Básico de Estado Mayor y de Guerra Naval en la Escuela Superior de Guerra Naval , mientras que el de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra Aérea, y el de Guerra Antisubmarina desde aeronaves en Argentina. Se ha desempeñado como catedrático en la Escuela Superior de Guerra Naval, en la Escuela Superior de Guerra Aérea y en el CAEN. En cursos de operaciones aéreas, planeamiento con armamento aéreo, pensamiento sistémico, dinámica de sistemas, prospectiva y análisis de la coyuntura y evaluación del poder y potencial nacional. Cursos extrainstitucionales PADE en ESAN, Alta Dirección Centrum Católica, Maestría en Marketing en la Universidad Federico Villarreal.

E-mail: luisalfarog@hotmail.com 14


DISUASIÓN CREÍBLE Capitán de Navío Luis Alfaro Garfias

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l diccionario de la Real Academia Española define disuadir como: inducir, mover a uno a desistir de una idea o propósito de hacer algo. Por lo tanto, es una acción preventiva que para que sea creíble, requiere de argumentos que sean aceptados como válidos por aquellos a quienes se desea disuadir. Cesare Beccaria en el siglo XVIII introdujo “la teoría de la disuasión” como acción preventiva para reducir delitos. En el campo militar, posterior al análisis del famoso “Long Telegram” de George F. Kennan de febrero de 1946 y con la agudización de la guerra fría, EE.UU. estableció “la teoría de la disuasión”. Años más tarde se argumentaba que la disuasión debía ser creíble, para evitar que las sobrestimaciones del propio poder, influyan negativamente. La Revista Cuadrienal de Defensa, define disuasión como: persuadir a otras potencias de abstenerse de iniciar una carrera armamentista o una competición sobre capacidades militares con EE.UU. Sobre Disuasión Creíble buscamos en una serie de libros y artículos y encontramos en Internet un discurso efectuado en Octubre de 1991, por el Almirante (ARA) Jorge O. Ferrer, titulado “Evitar la Guerra y mantener la Paz” que expuso en el Colegio Interamericano de Defensa y que recogía definiciones interesantes como: “…A nivel de cada nación, la característica esencial del poder militar es la de asegurar la Disuasión Creíble. Esto significa la existencia de Fuerzas Armadas evolucionando al mismo ritmo que la sociedad que componen. Significa poseer una fuerza efectiva que proteja el desarrollo e intereses vitales de una nación. Significa asegurar Fuerzas Armadas eficaces para ser instrumento de la política exterior de cada Estado. Las características y misión del poder militar de un país, deben responder exactamente a los lineamientos de una decisión política del más alto nivel de gobierno, adoptadas en base al proyecto de nación en desarrollo, a los conflictos previsibles, y a las alianzas concertadas. Significa que el poder militar es la herramienta de respaldo al ámbito de las ideas o poder político y la esfera de los bienes o poder económico. Deben asegurar el logro de una Disuasión Creíble que haga no aceptable una acción hostil por parte de un eventual perturbador o agresor…” 15


El término disuasión está íntimamente relacionado con el estudio del Poder Combatiente Relativo (PCR). La interminable búsqueda de una metodología o herramienta para establecer el PCR en las escuelas de guerra y en los estados mayores, ha significado la creación de infinidad de teorías, modelos y software. Los estudios sobre el PCR, poco a poco han venido avanzando, desde la comparación del peso del fierro de ciertas unidades, hasta la toma de decisión para la maniobra estratégica, sin embargo, este avance ha hecho que la determinación del PCR sea cada vez más complicada, a tal punto que la complejidad alcanzada viene generando nuevas perspectivas para analizar el tema. Adicionalmente a la determinación objetiva del PCR, en las escuelas y Estados mayores se realiza la confrontación entre los Cursos de Acción (CA) y las mosibilidades del Enemigo (PE). El Planeamiento Operacional con Armamento, constituye otra de las bases fundamentales, que muestra los CA y PE en términos de probabilidades de éxito. La confrontación entre los CA y los PE, constituye la esencia de los “Juegos de Guerra”. La estrategia a emplear y el “timming” de las operaciones en los “Juegos de Guerra” demandan el empleo de simuladores complejos, los que cuentan con la capacidad de cargar información de cada unidad (táctica y dinámica), información detallada de operación de sensores y armas y la facultad de admitir un supuesto escenario o carta electrónica que no sólo contemple las condiciones geográficas de determinada ubicación en el planeta, sino también el tipo de suelo, las condiciones meteorológicas y de propagación de las ondas de radar y sonar, entre otras. La guerra así como la disuasión, son procesos no lineales, en ese sentido es necesario que la investigación del argumento también lo sea. Cuando decimos procesos no lineales, nos referimos a procesos circulares o sistémicos, donde las sumas o restas que se efectúan en un lado de la ecuación, no tienen un efecto directamente proporcional en los resultados; dependen de la incidencia de cada variable y de la interrelación entre las variables. Lo interesante del análisis sistémico, es que permite visualizar la síntesis de la interrelación de variables desde una perspectiva macro y el nivel de relatividad con respecto al otro lado de la ecuación. Este tipo de análisis, en el caso específico del “Nivel de Disuasión”, posibilitaría enfocarse en puntos de apalancamiento que podrían proporcionar mayores sinergias; reforzando la libertad de acción de los CA o restringiendo las PE. Desde el invento del escudo y la espada, el ataque y la defensa han constituido las opciones básicas de la guerra, entonces si deseamos referirnos a “Disuasión Creíble”, debemos tomar en cuenta las “probabilidades de éxito para atacar” y 16


las “probabilidades de éxito para neutralizar al enemigo” (defensa). Otro factor importante, lo constituye el nivel de “interoperabilidad de las fuerzas”; Sun Tzu se refiere al nivel de interoperabilidad, cuando escribe que una fuerza concentrada puede vencer a diez fuerzas divididas del enemigo. Si combinamos lo mencionado anteriormente, podemos diseñar un cuadro como el que se muestra a continuación, en donde tenemos un país a la izquierda del gráfico y un –probable– país adversario a la derecha. En el caso del oponente de la derecha y para no repetir las mismas variables, solo hemos considerado las variables fundamentales.

Disuasion Creible

reforzando

probabilidad de neutralizar al ENO probabilidad de exito de las armas

probabilidad de exito para atacar priorizacion de objetivos entrenamiento

probabilidad de deteccion

mantenimiento

tecnologia de las armas tecnologia de sensores avances en I&D

interoperabilidad de nuestras FFAA

doctrina conjunta sistemas de desarrollada comando y control

debilitando

probabilidad de exito para atacar OOEE

interoperabilidad de sus FFAA probabilidad de exito para contrarrestar ataques

presupuesto requerido FFAA I&D

entidades tecnologicas

empresas

universidades eficacia del sistema de inteligencia cobertura de los medios de vigilancia

Los políticos y funcionarios que tienen las más altas responsabilidades en el Sector Defensa, no tienen el tiempo para analizar los cada vez más complejos estudios sobre PCR, probabilidades de éxito, armamento y juegos de guerra, sin embargo, un simulador básico de “Disuasión Creíble” puede facilitar su participación haciendo ver como funciona el sistema, desde una visión macro del Sector, resaltando los aspectos clave que requieren mayor análisis. Para explicar el gráfico, empezaremos con la variable “presupuesto” asignado al Sector Defensa. Tal como lo indican las flechas de salida, el “presupuesto” influye en el nivel de “entrenamiento”, “mantenimiento”, desarrollo de la “tecnología de las armas”, “tecnología de los sensores” e inversión en “I&D”. En el caso del “entrenamiento”, considerando que debe ser conjunto, éste también depende del “nivel de doctrina desarrollada”. En cuanto a la “tecnología 17


de armas” y “tecnología de los sensores” estas dependen en cierto grado de los avances en “I&D”. El nivel de “I&D” resulta del “presupuesto” del sector asignado para dichos desarrollos y de la colaboración de “entidades tecnológicas” (ej. CONCYTEC), “empresas” y “universidades”. En relación a la “probabilidad de detección” está subordinada a la “cobertura de los medios de vigilancia”, la “eficacia del sistema de inteligencia”, los “sistemas de comando y control” y de la “tecnología de los sensores”. La “probabilidad de éxito de las armas” es el resultado de la combinación de la “probabilidad de detección”, la “tecnología de las armas”, el nivel de “mantenimiento” y el de “entrenamiento”. La “interoperabilidad de nuestras FFAA” obedece al nivel de “doctrina conjunta desarrollada” y al nivel de integración de los “sistemas de Comando y Control”. La “probabilidad de éxito para el ataque”, depende de la “probabilidad de éxito de las armas” y de la “priorización de los objetivos”. En la fase final de la interceptación de las fuerzas, la“probabilidad de neutralizar al enemigo” es consecuencia de la “probabilidad del éxito de las armas”. Como se mencionó anteriormente, el lado derecho de la ecuación corresponde al país con que se compara, pero solo se consideran las variables principales para evitar confusión. Más adelante presentamos el gráfico de un simulador en funcionamiento, que recoge las relaciones anteriores. Operando el simulador, nos percatamos que uno de los puntos críticos en el sistema, es la variable “eficacia del sistema de inteligencia”. Después de explorar una serie de alternativas para mejorar la variable mencionada, evaluamos los distintos medios y su incidencia en el sistema, como: el análisis de fuentes abiertas, la interceptación de señales y comunicaciones, la interpretación de imágenes y la inserción de agentes. Además, exploramos otras opciones más que las estrictamente académicas, tal como un satélite de funciones múltiples, y concluimos que el satélite no sólo posibilitaría contribuir con la“eficacia del sistema de inteligencia”, sino que generaría sinergias significativas, porque también coadyuvaría con otras variables como la “cobertura de los medios de vigilancia”, “priorización de objetivos”, “I&D” y “sistemas de comando y control”.

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Así como el ejemplo anterior, se puede analizar las otras variables y verificar cuál es el grado de contribución al sistema y explorar una serie de alternativas para mejorar el “Nivel de Disuasión” y de esta manera facilitar la construcción de una Visión Compartida. Al presentar la información desde una perspectiva macro, también se facilita la participación de políticos y funcionarios de alto nivel. Cada una de estas variables, requiere a su vez el desarrollo de simuladores más específicos, cuya complejidad dependerá del nivel que se desea alcanzar.

Conclusiones El deber de las FFAA es mantener un adecuado nivel de “Disuasión Creíble” que evite la acción hostil de un probable adversario. La guerra y la disuasión son procesos no lineales, que deben ser analizados desde una perspectiva sistémica. Los simuladores sistémicos, pueden facilitar la comprensión de las estructuras de defensa, resaltando los aspectos clave y viabilizando una mayor participación de políticos y funcionarios relacionados con el Sector Defensa, que aportarían en la generación de una Visión Compartida.

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El Coronel FAP Luis Bernedo posee experiencia acumulada en el sector Defensa y en la Administración Pública. Acredita una sólida capacitación académica con conocimientos de nivel de pos-grado en los ámbitos de la Defensa, la Seguridad Nacional y Regional. En el ámbito de la Administración General ha tenido participación activa en las diferentes áreas de la misma y por último en el ámbito de la Ciencia Política orientada a la gestión Pública. Ha sido alumno participante del curso de Defensa Continental en el Colegio Interamericano de Defensa, y del curso Defense Economics and Oversight en la National Defense University, ambos en la ciudad de Washington USA ; igualmente en el curso de Inteligencia Estratégica para la Defensa y en el curso de Estado Mayor Conjunto en el Centro de Altos Estudios Nacionales. Diplomado en Maestría en Ciencias Políticas con mención en Gestión Pública en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

E-mail: lajbernedo@gmail.com 20


¿COMO ENTENDER LOS EFECTOS DEL SISTEMA INTERNACIONAL EN LA POLITICA DE SEGURIDAD DEL ESTADO - NACION EN ESTE NUEVO ORDEN MUNDIAL? Coronel FAP Luis Bernedo Boado Los procesos globalizantes estan de alguna forma minando su capacidad soberana del Estado – Nación, sobre todo, en las decisiones autónomas referente a su ubicación dentro de la economía mundial y del Sistema Internacional, lo cual están afectando sus políticas de defensa y seguridad; situación que en algunos casos tienden a aumentar la inestabilidad interna como consecuencia de éstas políticas de carácter global.

1.- ¿Que es el sistema internacional? s aquel sistema conformado por organizaciones internacionales que se crearon durante el siglo XX y a comienzos de este siglo, para regular ciertos aspectos o áreas de las relaciones transnacionales y los problemas colectivos mundiales como son: daños a la ecología, las enfermedades endémicas, el terrorismo, el narcotráfico, la extrema pobreza, sobre derechos humanos, proliferación de tecnología nuclear… etc. pues penetran con sus políticas a los Estados-Nación, complicando la libertad de decisión de los gobiernos muchas de ellas incluyen regímenes de decisión colectiva, en los que, los gobiernos de los Estados miembros si bien se ven involucrados, no tienen la última decisión.

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Las nuevas instituciones internacionales "reguladoras"del mercado global dirigidas por los países de mayor desarrollo imponen su legislación y sus sistemas de sanciones, situación por la cual no hay un control centralizado o una autoridad supranacional capaz de fiscalizar las interrelaciones políticas y económicas con justicia y equidad de los procesos globalizantes; por cierto es natural suponer que la globalización afectaría no solo a la producción, las finanzas, la tecnología, los medios de comunicación y la moda, sino también al sistema político internacional, lo que desembocaría también en una globalización de la democracia. Giddens afirma“que para controlar el ‘mundo desbocado’ es necesaria una mayor autoridad que debe ser proporcionada por instituciones democráticas ubicadas por encima de los Estados: organizaciones internacionales, tribunales, y otras”. Ahora se piensa construir una democracia global con instituciones democráticas ubicadas por encima de los Estados: organizaciones internacionales, tribunales y otras, tomando con pinzas, el desempeño de las controvertidas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), que han tenido un papel catalítico a nivel mundial como una democracia no representativa internacional, ya que son grupos de opinión política que actúan fuera de la esfera estatal; no reflejan necesariamente el consenso de la sociedad, sino por el contrario buscan modificar y combatir las opiniones sociales existentes. Hoy en día tenemos que comprender que el concepto de seguridad tiene un alcance multidimensional por lo que se han configurado otro tipo de amenazas que requieren de la cooperación internacional para el enfoque de las soluciones, siendo ahora lo predominante en este contexto los conceptos de integración, el libre mercado, la globalización, la mundialización, la Democracia Cosmopolita, donde los Estados Nacionales se sujetan a las leyes internacionales, por lo que, debemos plantearnos la siguiente pregunta ¿Cómo debemos entender al actual Sistema Internacional que en cierta forma menoscaba ese valor espiritual cohesivo que les da fuerza a los pueblos para enfrentar todas las vicisitudes negativas que amenacen su estabilidad como naciones libres, soberanas e íntegras; como es el patriotismo? sentimiento aglutinante que hermana a los ciudadanos, a pesar de las discrepancias ideológicas que hubiere induciéndoles a la solidaridad y a luchar por el logro del Bien Común. Es evidente que la nueva era de espacios regionales exige de Sudamérica su transformación en una unidad, tanto desde el punto de vista geoeconómico, como geopolítico. De la constelación política internacional descrita, se derivan los hitos fundamentales para el diseño de una “Política de Estado de Seguridad Nacional” a la altura de los retos del presente cuya gravedad no debe dejar de atender. Así, es necesario tener en cuenta la previsión de la morfología de las amenazas actuales a la Seguridad, provenientes de los tipos nuevos de catalizadores de conflictos en el actual escenario internacional, antes señalado.

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2.- ¿Que sucede en la región? En nuestra Región las disputas y reivindicaciones están muy arraigadas en los países y algunas son muy recientes, todavía existen en Latinoamérica más de 20 conflictos de esa índole sin resolución. Esa situación se afianzó con el proceso de globalización, expansión de la democracia y sus valores inherentes, así como el libre mercado. Sin embargo, esto no ha sido óbice para que surjan nuevas amenazas internas y externas, como la exclusión social y la extrema pobreza que producen etapas frecuentes de ingobernabilidad; la inseguridad por el crimen transnacional; los potenciales tensiones con países limítrofes e incluso la emergencia de movimientos xenofóbicos de reivindicación nacionalista e indigenista de ideas chauvinistas con pretensiones de autonomía territorial. Los acontecimientos que han venido sucediéndose en la actualidad en el ámbito regional de algunos países que por sus planteamientos ideológicos al parecer están yendo en contraposición con el actual proceso globalizante, donde el concepto tradicional de soberanía ha sido tomado como bandera y con una fuerte concepción nacionalista por aquellos movimientos radicales, donde algunos de estos se encuentran ahora en el poder, y que en cierta forma están polarizando a la Región. Todo ello, ha originado una corriente contraria al fomento de la seguridad cooperativa, en la lucha contra las nuevas amenazas que ahora son de carácter transnacional.

Los instrumentos de la globalización en el Sistema Internacional vienen actuando como fuerzas sistémicas en el Estado-Nación, pues están en cierta forma erosionando su soberanía y su capacidad para tomar decisiones autónomas en el ámbito político y socioeconómico, sin embargo hay que estar atentos a los nuevos planteamientos y/o concepciones geoeconómicas y geopolíticas ante el crecimiento de la economía mundial y los posibles conflictos por la gran demanda de los recursos naturales y energéticos.

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Si bien es cierto, no se visualizan amenazas extra-regionales de carácter armado que originen un objetivo de defensa común que haga conveniente formar y entrenar fuerzas combinadas, salvo aquellas relacionadas con búsqueda y rescate, control de tráfico de desechos radiactivos, ayuda humanitaria ante desastres naturales, acciones para proteger los recursos marítimos y el medio ambiente, que no comprometen el uso de fuerzas de combate ofensivo o defensivo. Sin embargo la posibilidad de conflicto, aunque disminuida, aún existe. Este es un aspecto que nuestras FFAA deben tener muy en claro, sobre todo en la concepción de las hipótesis de guerra. El Perú, por su parte viene complementando su concepción estratégica fortaleciendo aspectos de seguridad, a través de su participación en los diferentes foros de integración regional como son las Conferencias de Ministros de Defensa del continente Americano; así como las Rondas de Conversaciones que las FFAA del Perú mantienen con sus pares de Argentina, Bolivia, Colombia, Brasil, Chile, Venezuela y Ecuador, los cuales se vienen constituyendo en foros donde la confianza mutua y el desarrollo de una concepción de seguridad, son la base angular de un esfuerzo para el mantenimiento de la paz y amistad regional. En estas rondas se intercambian ideas y estrategias en torno al refuerzo de la seguridad regional, la lucha contra el terrorismo, narcotráfico, tráfico de armas y el nuevo rol que deben cumplir las Fuerzas Armadas en las sociedades democráticas. La globalización ha acelerado los procesos de cooperación e integración, creando interdependencias que pueden facilitar por una parte la solución de conflictos históricos, ya que se presentan como condiciones favorables en materias de Seguridad y Defensa colectiva. No cabe duda que esa sea la tendencia, pero es prematuro pensar que la globalización, la cooperación, la interdependencia y la integración, eliminen todas las fuentes de conflicto en nuestra región debido a varios factores como los de carácter ideológico, de recursos escasos, problemas limítrofes y de inviabilidad.

3.- El Estado - Nación y el actual proceso globalizante. El sistema internacional en este proceso globalizante está en constante cambio, por lo que requiere ser constantemente analizado en todo momento su incidencia en ¿como es que afecta en la consecución de su política de defensa del EstadoNación? Ya que esto trae las amenazas de carácter global, por lo que la política de defensa de un país siempre requiere de un examen concienzudo y sistemático de las tendencias y las particularidades de carácter geoestratégico de las relaciones y los conflictos internacionales, tanto desde una perspectiva conceptual analítica como empírica.

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Por lo general de acuerdo con la doctrina y metodología del curso de “Defensa Continental” se requiere hacer una evaluación constante del poder a través de una Apreciación de la situación estratégica a nivel mundial y regional analizando los intereses, objetivos y políticas de los actores internacionales, identificando por un lado los conflictos actuales y potenciales, y determinando los antagonismos y las amenazas que permitan establecer las adecuadas políticas y las estrategias necesarias para fortalecer la Seguridad y la Defensa de la Región y/o EstadoNación. Hoy por hoy, las nuevas tecnologías, los nuevos actores internacionales y las nuevas formas de amenazas, han dado como resultado, un nuevo Orden Mundial que obliga a los Estados buscar, por medio de nuevos regímenes internacionales, disminuir los grados de incertidumbre en que se desenvuelven. En definitiva, la incertidumbre continúa siendo un componente de las condiciones en que el mundo evoluciona. El mundo post moderno resulta ser un escenario relativamente unificado en el que se definen nuevos intereses, nuevos reordenamientos políticos y se perfilan nuevas formas de gobierno o administración que comprenden lo económico, lo político y la seguridad. Se habla así hoy de una seguridad y de formas de administración globales que insertan lo nacional dentro de este orden. Se trata de la unificación o estandarización del espacio económico, social y político internacional en un breve lapso y dimensión sin precedentes, que acentúa los niveles de control trasnacional. Ahora bien, el proceso ha generado una lógica de interdependencia asimétrica y multidimensional a la cual ninguna sociedad grande o pequeña puede permanecer ajena, pues las influencias son de carácter sistémico trasnacional. El proceso no se diferencia en naturaleza al registrado en las fases anteriores y que generó el llamado sistema internacional occidental. Lo nuevo es la rapidez de estructuración, el grado de concentración hegemónica, la capacidad científica tecnológica, y el aparato militar consiguiente. El crecimiento de las organizaciones y pactos internacionales referentes a la seguridad y estrategia vienen imponiendo serias restricciones sobre la política exterior de los Estados. Actualmente hay concordancia en reconocer que el proceso de la globalización viene debilitando las estructuras institucionales de los Estados nacionales y sus soberanías, creando presiones homogenizadoras sobre las diversidades culturales, produciendo, de un lado, una estandarización de identidad y, de otro, agudizando en algunos casos desigualdades, polarizaciones y conflictos sociales. Tal proceso afecta las identidades colectivas e individuales, alterando valores morales y culturales, generando como respuesta la emergencia de corrientes reactivas que se expresan a través de diversas formas de fundamentalismo, religiosos, políticos, étnicos, culturales, etc. Estos mecanismos sociales de defensa 25


de la identidad que se dan en lo colectivo y en lo individual, generan conflictos con consecuencias de dimensión globalizada. Este proceso de globalización alcanza también a las formas delictivas. El problema del narcotráfico, que incluye el transporte, la distribución, el lavado de dinero, etc.; obtienen una nueva dimensión que obliga a nuevas formas internacionales de cooperación entre los Estados, todo lo cual ha derivado en las necesidades de replantear los conceptos básicos en lo que a seguridad se refiere y ello en todos los niveles. En lo que se refiere a la Seguridad y Defensa, el Estado ha mantenido su importancia como la instancia más eficiente para administrarlas. Sigue siendo la entidad capaz de crear, en el ámbito interno y externo, estructuras políticas y jurídicas eficaces. De allí que las políticas de seguridad exijan nuevos niveles de coordinación entre los Estados, para el enfrentamiento a las nuevas amenazas. La seguridad se concibe hoy como multidimensional, pues integra una multiplicidad de factores de riesgo y amenazas, cuya integración nace justamente del proceso de globalización. Ello ha conducido a que el enfoque de la seguridad se trabaje con otros marcos conceptuales, como el de defensa cooperativa, defensiva, disuasiva y otros más. Los componentes del actual escenario mundial, las peculiaridades de nuestro entorno regional, las relaciones que mantenemos con nuestros vecinos, las formas que adquieren las amenazas y las características geoestratégicas de nuestro territorio, son todos estos elementos que también dan forma a nuestra política de defensa del Estado peruano. Los procesos globalizantes de esta manera están pues minando en cierta forma su capacidad soberana del Estado – Nación, sobre todo, en las decisiones autónomas referente a su ubicación dentro de la economía mundial y del Sistema Internacional, lo cual están afectando sus políticas de defensa y seguridad; situación que en algunos casos tienden a aumentar la inestabilidad interna como consecuencia de éstas políticas de carácter global.

4.- Desafios que se presentan a nuestras FFAA Para enfrentar estos procesos se requiere un nuevo modelo de Estado; que tenga poder hegemónico, que sea más eficaz; con una economía competitiva y flexible; con un nuevo orden social más justo (con justicia y equidad); abierta a la internacionalización y favorable a la competencia. El actual gobierno ha ofrecido devolverle su dignidad a las FFAA, así como, recuperar su capacidad operativa en su compromiso de repotenciar el material bélico existente, con el fin de obtener una capacidad disuasiva real ante cualquier amenaza de carácter externo, y de desastres naturales que afecten la supervivencia del país. 26


Las FFAA deben estar preparadas para enfrentar una guerra y ganarla, pero su fin último es evitarla. Esto se consigue a través de la disuasión, situación que, en ambos sentidos requiere una condición de equilibrio. Por lo expuesto, y aunque el tema es mucho más amplio y complejo, se puede decir que este proceso de globalización política, económica y social plantea a las FFAA del Perú entre otros, los siguientes desafíos expuestos en nuestro Libro Blanco de la Defensa: • Dentro del marco de la nueva situación mundial, regional y vecinal debemos mantener plenamente identificadas las nuevas amenazas y su magnitud. • Debemos estructurar, modernizar, capacitar y especializar las fuerzas, privilegiando la calidad por sobre la cantidad en un marco de eficiencia. • En el proceso de modernización, las Fuerzas Armadas deben continuar con sus respectivos programas de mantenimiento a fin de recuperar las capacidades operativas del material existente, para lo cual se les debe asignar los requeridos recursos presupuestarios; se estima que estos aumentarán gracias a la existencia del Fondo de Defensa y Seguridad Nacional, que permitirá potenciar aspectos ligados a la defensa, la lucha contra el terrorismo, narcotráfico y la asistencia en casos de desastres naturales. • Participar con éxito y prestigio en las actividades internacionales que el gobierno estime necesarias. • El esfuerzo del Estado debe concentrarse en disponer de las fuerzas necesarias para un accionar disuasivo, que garantice el mantenimiento del orden interno, la paz con seguridad a su soberanía, su libertad con democracia y su eficiencia para luchar contra toda amenaza que vaya contra los intereses vitales de la nación. • La población debe comprender que la Seguridad y Defensa son bienes y servicios públicos comunes destinados a resguardar la existencia de la Nación y se identificará con estos principios, a través de su difusión y de la elevación de su nivel de conocimientos sobre estos temas, así como de su relación con los valores de la Democracia y del respeto a los Derechos Humanos. • Los requerimientos de la Seguridad y Defensa del Estado deben ser satisfechos en concordancia con el Desarrollo Nacional. Siendo el Estado promotor y regulador del desarrollo, y por ende debe propiciar un crecimiento sostenido que permita modernizar y fortalecer al Sistema de Seguridad y Defensa Nacional. • La estrategia de seguridad del Perú es defensiva-disuasiva. La acción militar a través de las Fuerzas Armadas, es el último recurso que empleará el Estado Peruano para actuar exclusivamente en su defensa. Las Fuerzas Armadas están regidas por valores éticos y morales; deben ser modernas, flexibles, eficientes, eficaces y de acción conjunta, con capacidad para enfrentar las amenazas.

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El General de Brigada Pedro Buleje, oficial egresado de la Escuela Militar de Chorrillos como Subteniente del Arma de Comunicaciones en 1980. Ha seguido los cursos de Ingeniería Principal de los Complejos Coheteriles “PECHORA” en Odessa, Ex URSS; de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra del Ejército y la Escuela de las Américas en Fort Bening, Georgia USA, el Curso Superior de Operaciones Sicológicas, el Curso de Alto Mando, Dirección Estratégica para la Defensa y Administración de Crisis en la Marina de Guerra del Perú y culminado estudios de Maestría en la Universidad Particular Cayetano Heredia.

E-mail: pedrobuleje@yahoo.com 28


LOS CONFLICTOS DE LA CUARTA OLA EN EL ESCENARIO POLÍTICO Y ESTRATÉGICO DEL SIGLO XXI

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General de Brigada EP Pedro Buleje Buleje

l “orden mundial” establecido desde la caída del muro de Berlín (1989) y el desmembramiento de la Unión Soviética (1991), consolidó el predominio global de los Estados Unidos de América, la Unión Europea y el Japón; sin embargo hoy podemos afirmar que vivimos una etapa de transición hacia un nuevo sistema en el que sin duda alguna los principales actores serán las denominadas potencias emergentes, China, Corea, Brasil e India, entre otras.

En este contexto, tal como lo sostiene Alvin Toffler : “una vez más lo que sucede en la economía se refleja en el terreno militar”, compartimos la premisa que entre “Guerra y Economía” existe una relación de causa efecto bien marcada, ya que en toda economía hay una función belígera, así como que toda guerra visualiza cierto grado de eficacia económica, tal como lo demuestra la historia militar universal. Esta tesis, confirma el paralelismo de la guerra con la economía y plantea el desarrollo de las guerras inherente al desarrollo de las sociedades, que el citado autor clasifica en “guerras de la primera ola”, las que llevaron la impronta de las sociedades agrarias; “guerras de la segunda ola”, aquellas cuyo principio bélico de destrucción masiva fue inducido por el principio de producción en serie, propio de la revolución industrial; y finalmente las “guerras de la tercera ola”, que corresponden a la revolución tecnológica y del conocimiento. En este orden de ideas, el devenir histórico nos remarca que desde la “Guerra del Golfo”, la situación política y estratégica internacional ha influido en una “involución” en el accionar de las Fuerzas Terrestres en particular, ya que sus procedimientos difieren sustancialmente con el esquema tradicional de la concepción de la guerra. Para ello citamos como objeto de estudio, los conflictos en Irak, Afganistán y el Líbano. Al mismo tiempo, se han reducido sustancialmente las posibilidades de enfrentamientos totales ya que la concepción tradicional de la Ofensiva como acción militar principal resulta poco probable e insostenible en el seno de la comunidad internacional, por su carácter expansionista conducente a conquistar, ocupar y dominar el territorio enemigo, y en el supuesto de adoptarse una iniciativa Ofensiva, esta será aplicada con un 29


alcance limitado, visualizando el menor número de bajas propias, en el menor tiempo posible y con una dirección política condicionada a los efectos de las leyes establecidas en los tratados internacionales. Esta realidad nos impone reflexionar sobre temas que hasta hoy constituyen axiomas en el pensamiento clásico militar, como por ejemplo, la finalidad de la defensiva, la cual se señala tiene un carácter transitorio, cuyo propósito es detener, repeler ó causar la máxima destrucción a un adversario que ataca en espera de condiciones favorables para asumir la ofensiva; de esta forma hemos interiorizado que la defensa no es un fin, sino un medio para asumir la Ofensiva. Sin embargo, al revisar los anales de la historia militar, nos ilustramos con batallas defensivas preconcebidas con claro enfoque resolutivo, como son la de Finlandia, Inglaterra, Midway, Yom Kippur, Altos del Golán entre otras, diseñadas claro está, no con la convicción errónea de “inexpugnabilidad” como fue concebida la denominada línea Maginot, sino como una concepción más profunda, compleja y actual, en consonancia con la realidad nacional y sub regional que nos ha tocado afrontar. Esta reconceptualización sugiere una “revolución doctrinal”, que requiere una reingeniería cognoscitiva en el ámbito militar, bajo el entendimiento que todo es dinámico; por lo tanto si la guerra es un fenómeno que depende de la economía y que a la luz de las actuales condiciones políticas y estratégicas enfrenta a países configurando escenarios asimétricos, entonces los procedimientos empleados en dichos conflictos irán más allá de la actuación convencional de los recursos militares enfocando formas de combate radicalmente diferentes en su concepción y desarrollo, tales como la guerra de guerrillas, la subversión, el terrorismo, la movilización de masas de civiles, la intimidación y el manejo de la información. El adversario asimétrico surge cuando en un conflicto, uno de ellos es conciente de su inferioridad numérica, tecnológica y económica; por lo que la diferencia concreta de capacidades exige otra forma de combatir. Por esta razón, el adversario inferior tratará de contrarrestar la superioridad de medios mediante el empleo de otros recursos, normalmente más económicos, pero no por ello menos eficaces. En este punto de nuestra propuesta, cabe mencionar que los principios de la guerra se mantienen inmutables, ya que su vigencia supera los avances tecnológicos y los condicionamientos político - estratégicos en el ámbito militar; estos conceptos fundamentales seguirán siendo verdades absolutas en nuestro arsenal doctrinal, en razón que se derivan de la propia naturaleza de la guerra. Así mismo, debemos entender que la revaloración de la defensiva, no significa renunciar al espíritu ofensivo que siempre seguirá vigente en el marco de la maniobra estratégica defensiva, imprimiéndole el carácter y la capacidad

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resolutiva a la batalla defensiva. En consecuencia, el espíritu ofensivo mantendrá su tradicional esencia, conjugando procedimientos convencionales y no convencionales, lo cual incrementará significativamente la eficacia operativa de los elementos de maniobra. Establecida la premisa de la aplicación justa y resolutiva que conlleva la maniobra defensiva en el orden estratégico, será necesario determinar las zonas de operaciones, así como identificar y valorar las hipótesis de amenaza que a cada una corresponda, reconociendo las ventajas que nos otorga la elección del terreno como factor multiplicador principal de la potencia de combate, que repercute en los pilares que sustentan la defensiva : la adherencia al terreno, la eficacia del fuego y la protección. En nuestro país, las zonas de responsabilidad de los Comandos Operacionales Terrestres comprenden espacios territoriales con alto valor defensivo desde el punto de vista militar, con sus características propias. En este cometido la defensiva no se puede improvisar, para ello conviene recordar que el éxito o fracaso de la batalla defensiva no se alcanza en el momento del combate, sino mucho antes, en las largas horas dedicadas a la preparación, el perfeccionamiento y el ensayo. Es en estas condiciones similares al combate real cuando las tropas alcanzan un alto nivel de “adherencia” o fijación al terreno (característica principal de las Unidades de Infantería), se optimiza el plan de fuegos haciéndolos mas eficaces y en materia de protección, se seleccionan los obstáculos naturales mas adecuados, además de sembrar los obstáculos artificiales que sean necesarios para asegurar un eficaz enmascaramiento y una mejora en las condiciones de vida y seguridad de las fuerzas. Esta nueva concepción que revaloriza la defensiva otorgándole un carácter resolutivo al nivel de la maniobra ofensiva, nos permite desarrollar en toda su dimensión otro tipo de conflicto armado, que se ha convenido en denominar Asimétrico, porque se producen entre adversarios de capacidades militares distintas y con diferencias sustanciales en su modelo estratégico. En este nuevo tipo de conflicto, las funciones de combate clásicas : maniobra, apoyo de fuegos, inteligencia, defensa aérea, mando y control, guerra electrónica, movilidad - contramovilidad - protección, y apoyo logístico; no son aplicables en toda su extensión.

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En el ámbito nacional, conviene aceptar que la progresiva recuperación de las capacidades militares de nuestras Fuerzas Armadas, a partir de la implementación del “Núcleo Básico Eficaz”, sin duda alguna cumplirá a cabalidad su cometido, es decir constituirá un importante factor estratégico disuasivo con una capacidad de respuesta eficaz significativa para la defensa y seguridad nacional. Sin embargo el reto es aún mayor, puesto que es indispensable “visualizar” y fijar detalladamente el escenario asimétrico en el cual será viable su aplicación efectiva enmarcándolo en una maniobra estratégica defensiva con máximo empleo de “fuerzas irregulares” y “procedimientos asimétricos”, a la luz de nuestra real situación estratégica militar en el contexto sub regional hacia el mediano plazo y el actual condicionamiento político imperante. Finalmente a manera de conclusión, planteamos dos afirmaciones de índole estrictamente personal : La situación política y estratégica actual condiciona la opción defensiva como prioritaria otorgándole capacidad decisoria, lo cual no significa renunciar al espíritu ofensivo y abnegado propio del combatiente peruano demostrado a lo largo de nuestra historia militar y que debe ser adecuadamente explotado en el marco de la maniobra estratégica defensiva propuesta. No existe un conflicto armado asimétrico cuando se produce una desigualdad numérica, tecnológica, económica ó de procedimientos entre los adversarios, sino cuando estos adoptan formas de combate radicalmente diferentes en su concepción y desarrollo, que deben ser interiorizadas, ensayadas y debidamente preparadas desde la etapa pre - operacional, a partir del rediseño de las funciones de combate citadas líneas arriba. Los dos planteamientos centrales expuestos, suponen la producción y validación de la doctrina correspondiente, tarea por demás nada sencilla, ya que lleva consigo la revisión y adecuación de conceptos convencionales institucionalizados, así como la implementación de otros que han irrumpido en el ámbito de los conflictos armados rompiendo el esquema tradicional de la concepción de la guerra. Para la reflexión final respecto a este artículo, traigo a colación para los estimados lectores, la cita de Joel Barker : “Una visión de futuro sin acción es simplemente un sueño, una acción sin visión de futuro carece de sentido, pero una visión de futuro puesta en práctica, puede cambiar el mundo”.

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NUEVA ESCUELA SUPERIOR DE LAS FUERZAS ARMADAS

CENTRO DE ALTOS ESTUDIOS NACIONALES, CAEN 33


El Doctor Luis Chang, es Economista por la Universidad de San Marcos, actualmente estudia su Doctorado en Dirección Estratégica de Empresas en CENTRUM-PUCP y Maastricht School of Management, anteriormente realizó sus estudios de Maestría en Ciencias de la Cooperación y estudios de segunda especialidad en Administración Educativa por la Universidad de Lima, fue becado por el USAID para realizar un programa de entrenamiento en el Research Triangle Institute (Carolina del Norte) en Estados Unidos. Ha sido profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad deLima, Congresista de la República 1995-2001 y como tal Vicepresidente del Congreso y Presidente de la Comisión de Economía en cuatro ocasiones. Recientemente fue Asesor de la Presidencia del Grupo FAMESA. Fue Gerente General de Embutidos Chiclayo EPS. Director General de Planificación del Instituto Nacional de Fomento Municipal y Director Nacional de Abastecimientos de Cooperación Popular. También ha sido Vice Decano Nacional del Colegio de Economistas del Perú, entre otros cargos públicos y privados. Es Director del Programa MBA MADEN y profesor CENTRUM Católica,

E-mail: lchang@pucp.edu.pe 34


LA AMENAZA GRAMSCISTA Y EL ROL DE LAS FUERZAS ARMADAS

Doctor Luis Chang Ching

M

uchos filósofos y pensadores han fundamentado la razón de ser de la defensa nacional, la necesidad de los ejércitos, incluso Smith (1776) en su monumental obra sobre moral económica: “La riqueza de las naciones”, sustentaba el deber de las naciones a organizarse y defenderse de cualquier invasión externa. Siguiendo esta vena, la grandeza de las naciones está unida a su poderío militar en todas las grandes civilizaciones e imperios a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, más recientemente y de manera muy sutil, han surgido voces que pretenden eliminar la defensa nacional, desaparecer los ejércitos y para ello se valen de comparaciones entre gasto militar y pobreza, costo de pertrechos militares frente al de construcción de escuelas y postas médicas, entre otras estrategias muy bien montadas para impactar de manera muy sugestiva -y con no poco éxito- ante el imaginario popular. ¿Dónde nace esta peregrina idea de demolición contraria a las Fuerzas Armadas? Del pensamiento y de la praxis marxista en su versión más reciente, que siguiendo a Antonio Gramsci, fundador del partido comunista italiano, en contraposición al planteamiento marxista-leninista vigente con gran vigor entonces en la hoy desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), desde una estrategia marxista para occidente formulada en la década de 1920, señala la prioridad de luchar contra el ejército y la iglesia por considerarlas el soporte del denominado Estado burgués. A la iglesia se le acusa de ser el brazo ideológico y al ejército como el brazo militar que sustenta el orden de la organización social existente en occidente. La fe cristiana une en un mismo abrazo de la paz a pobres y ricos 35


algo incomprensible y absolutamente contrario a la propuesta marxista de lucha de clases, en la que los pobres y ricos son antagónicos. El pensamiento marxista es antitético, enfrentando a los contrarios el resultado es una síntesis, considerada como verdadera. Sin embargo, el pensamiento que sólo admite dos opciones y de ellas sólo prevalece una, ha conducido a una serie de errores al limitar la verdad a sólo estas dos opciones. ¿Por qué tenemos que elegir entre esto o esto otro?, ¿Entre rico o pobre?, ¿La realidad solo puede ser blanco o negro?, ¿No puede ser de colores? La verdad tampoco es la media aritmética de lo que piensa la gente. Ahora mismo la gente puede pensar que es de noche y podemos ponernos de acuerdo, votar en democracia para decidir si es de noche o de día, según lo que piense la gente. Si la mayoría piensa que es de noche, implantamos la noche, a pesar que sea de día. De otro lado, la palabra refleja la verdad, la palabra no crea la verdad, aunque creamos en la palabra que intenta crear la verdad, la verdad es independiente de mí y de lo que yo piense. De todo esto, el error del pensamiento antitético marxista. El marxismo leninismo puso en práctica la “dictadura del proletariado”. El estado en representación de la clase obrera tomó el poder en la URSS y la propiedad sobre los medios de producción “pasó” a manos de los soviets, pensando que luego de controlar la infraestructura económica, por su propio peso caería como un fruto maduro, la superestructura, la religión, el sentido común del pueblo que cambiaría asumiendo los valores y el pensamiento marxista. Gramsci señala que este camino no es posible desarrollar en los países occidentales y plantea una estrategia distinta, la cual consiste en desarrollar un nuevo sentido común en el pueblo, a partir del cambio de valores y del pensamiento del subconsciente colectivo, para ello la sociedad civil debe influir en los medios, la cátedra, el púlpito y en todo estrado, sobre todo en los medios de difusión masiva para que una nueva forma de pensar pueda abrirse paso primero. Luego de tomar las mentes de la gente, el siguiente paso y definitivo sería la toma del poder político para hacer lo que la gente quiere, es decir, aquello que previamente fue sembrado en sus ideologías y formas de ver la realidad. Cuando al ciudadano le preguntamos hoy: ¿Quién es la sociedad civil?, la respuesta es “nosotros”. Principal error porque nosotros somos la sociedad y ellos son la sociedad civil, organizada en asociaciones, fundaciones, organizaciones no gubernamentales (ONGs), entre otras, al amparo de la legislación vigente en todo el mundo occidental, con propósitos concretos: Instrumentalizar el pensamiento Gramscista sin que aparezca la verdadera intención, la de exacerbar la contradicción social, la lucha de clases, la oposición de contrarios y crear las condiciones de la toma del poder. El gran trabajo de la sociedad civil es atacar la escala de valores que sustentada en el orden natural, debe ser destruido para que surja una nueva escala de valores que facilite el objetivo de la estrategia.

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La vida pasa a un segundo plano cuando se promueve el aborto bajo el pretexto de la libertad de decidir tener o no tener el hijo en tus entrañas: “Tu tienes derecho a elegir”…”Tienes derecho sobre tu propio cuerpo”, frases sugerentes que se extienden a la promoción de la píldora del día siguiente, a los dispositivos intrauterinos y otros métodos químicos y físicos no naturales de contracepción. ¿Por qué no se resuelve el origen del problema en lugar de intentar evitar las consecuencias? Se dice que la familia es la célula básica de la sociedad y del estado, entonces para atacar al estado hay que debilitar a la familia, institución de valores reconocida en las diferentes Constituciones Políticas del Estado Peruano a lo largo de su historia, a la que se le ataca desde la concepción del matrimonio-contrato. Objetivo principal es pues, debilitar a la familia, destruirla. No vamos a hablar de las 12 causales de divorcio vigentes en el Perú, cuando en otras latitudes ya se acepta el matrimonio homosexual, el aborto, la eutanasia, entre otras decisiones políticas y jurídicas, que están afectando cada vez más la institución familiar. Ahora mismo la gente no entiende porqué casarse, cuando da lo mismo convivir. Bastaría preguntarle a un cadete si aceptaría que una persona cualquiera apareciera en su escuela con la pretensión de sentarse en su aula para recibir instrucción y gozar de los mismos derechos que él tiene, para que se de cuenta que gozar de estos derechos primero han exigido el cumplimiento de ciertos trámites y deberes. Los convivientes quieren gozar de todos los derechos de los casados, permaneciendo solteros. Se defiende el derecho del más fuerte, del que puede decidir abortar, tomar la píldora del día siguiente, dejando de lado al más débil, al no nacido. Se protege el derecho del que puede cortar el oxígeno y se abandona al anciano en la nada. Se amparan ciertos derechos humanos para debilitar la familia y al Estado, generar el caos, para que luego la sociedad busque restablecer el orden llamando a los seguidores de Gramsci. Desde el poder, estos han atacado sistemáticamente a las fuerzas armadas en distintos frentes, incluso en la asignación de sus presupuestos, para conseguir en la práctica, un desarme unilateral y sobre todo, la pérdida de su más valioso elemento: la estirpe militar de la nación, que se ve forzada a abandonar sus puestos para dedicarse a actividades más rentables en el sector privado, con el propósito de dar a sus familias una vida digna y un nivel de ingreso decoroso. Sin embargo, pensemos si el rol de las fuerzas armadas sigue siendo el de defender el territorio nacional y supongamos que los países vecinos de una nación, no tuvieran fuerzas armadas ¿ Esto sería causa para la desaparición de las fuerzas armadas? NO, las fuerzas armadas deben seguir existiendo como garantes del funcionamiento del Estado. El Estado de Derecho debe garantizar el orden y cuando este alterado, tiene el deber de restituirlo. Si las fuerzas ordinarias no están en condiciones de cumplir con su función por haber sido sobrepasadas en tamaño o magnitud, el Estado no puede dejar de cumplir su deber y necesita una fuerza 37


extraordinaria para restablecer el orden. Las fuerzas armadas son precisamente esas fuerzas extraordinarias de última instancia para la supervivencia del Estado y la nación. No sólo frente a un ataque externo, sino en precisas situaciones de grave excepción que garanticen el funcionamiento del país. En los tiempos actuales es impensable que las fuerzas armadas asuman la conducción del Estado mediante el uso de la fuerza, la concepción tradicional que consideraba a las fuerzas armadas como una corporación autónoma y capaz de imponerse al resto de la sociedad es cosa del pasado. García (2005) considera cuatro roles principales de la defensa: Su rol tradicional ante una amenaza externa, las nuevas amenazas, los compromisos estratégicos asumidos por el país en el orden internacional y el rol subsidiario que debe cumplir frente al desarrollo nacional. Las nuevas amenazas son tan amplias e inespecíficas que pueden abarcar desde el terrorismo, la delincuencia internacional, el tráfico de drogas, de armas, el lavado de activo, la trata de personas, entre otros y su rol subsidiario llega hasta la atención en caso de desastres naturales, la lucha contra la pobreza extrema, etc. La falta de una definición clara del rol de las fuerzas armadas es un serio impedimento para su reforma, concepción, misionamiento y organización. La razón de ser de las fuerzas armadas requiere un urgente diálogo al interior de las instituciones que la conforman para proponer el rol de las fuerzas armadas en una economía de mercado, un mundo más globalizado, una mayor inserción del estado en el orden internacional y su accionar en el desarrollo nacional. Los enemigos a los que ha tenido que enfrentar las fuerzas armadas en los últimos 20 años, son una clara muestra de la vigencia de su rol y sus capacidades puestas al servicio del país. La victoria militar sobre el terrorismo en su versión marxistaleninista ha dejado una notable enseñanza del valor, el honor y el patriotismo de sus integrantes. Los miembros de las fuerzas armadas demostraron su capacidad de trascender los intereses individuales para perseguir bienes más elevados. A pesar de las críticas de ciertos sectores de la sociedad civil sobre la operación de rescate de rehenes de la residencia del embajador japonés, el 22 de abril de 1997 debería ser una fecha de notable y mayor recordación porque marcó la derrota definitiva del terrorismo gracias a la competencia profesional de las fuerzas armadas. Sin embargo, del presente análisis queda claro que respecto del marxismo “gramscista”, ni la sociedad ni las fuerzas armadas tienen plenamente identificado el accionar de esa sociedad civil que sistemáticamente ataca a las fuerzas armadas con el afán de destruir su moral, de destruir las bases más profundas de sus valores institucionales, la ataca en el análisis de los costos y beneficios relacionados con el cumplimiento de sus roles en la defensa, a sabiendas que una organización militar que funcione de manera inadecuada queda incapacitada para ejercer dichos roles. A una amenaza de signo contrario se debe contraponer una fuerza de igual tamaño y magnitud, esa fuerza es por ahora inexistente o en todo caso, limitada 38


al accionar de los oficiales de alta graduación en retiro, algunos pocos que tienen la suficiente capacidad de influir en la opinión pública. Hasta ahora una guerra absolutamente desigual que merece la suficiente atención para la derrota de este enemigo tan poco convencional. En nuestra modesta opinión, la reforma de la defensa nacional y sus efectos sobre las fuerzas armadas no tiene ningún sentido si antes no se resuelve la definición de sus roles y misiones dados los cambios profundos de las realidades actuales, si dichos roles y misiones no están internalizadas en lo más profundo de la organización política y jurídica de la nación, si dichos roles no solo son aceptados sino promovidos desde las más altas esferas del poder político capaz de darle soporte en el largo plazo, si no se derrota política e ideológicamente a sus enemigos más acérrimos para recién hablar de manera coherente de racionalización de efectivos y de estructuras, de jerarquizar su personal, de los aspectos operativos como la mejora del grado de alistamiento, transparencia de los actos y contratos, entre otros.

Bibliografía: García, J. (2005). “Tranformación de la Defensa: el caso de EEUU y su aplicación en Lationoamérica”. Military Review. USA. Mar-Abr. 2005.

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La Dra. Mirtha Chenguayén Guevara, es Fiscal Provincial Titular a cargo de la Quincuagésima Primera Fiscalía Provincial Penal de Lima. Egresada de la Maestría en Ciencias Penales y Doctorado en Derecho de la Universidad Nacional Mayor de “ San Marcos”. Ha realizado el Curso Básico y el Avanzado de Derecho Internacional Humanitario en el Centro de Derecho Internacional Humanitario de las Fuerzas Armadas del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Ha seguido el I Diplomado en Seguridad y Defensa Nacional desarrollado por el Ministerio de Defensa y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En el Extranjero, ha participado en los Cursos Internacionales: “Técnicas de Investigación de Delitos en agravio de menores facilitados por Internet “ I y II auspiciados por el Ministerio del Interior y Policía Federal Argentina y la Superintendencia de Investigaciones Federales y la Organización Internacional de la Policía Criminal Interpol llevados a cabo en Buenos Aires –Argentina y en Lyon – Francia. Actualmente se encuentra concluyendo el Curso Superior con nivel de Maestría en Seguridad y Defensa Nacional en el Centro de Altos Estudios Nacionales - CAEN. Ha publicado diversos artículos y ensayos en importantes revistas jurídicas a nivel Nacional, habiendo elaborado trabajos de investigación en las áreas: Constitucional, Penal y de Familia.

E-mail: michengue@hotmail.com 40


LA SEGURIDAD, DEFENSA Y DESARROLLO NACIONAL: a propósito de la Cuenca del Valle Río Apurímac-Ene Doctora Mirtha Chenguayen Guevara Fiscal Provincial

1. Seguridad Nacional y ausencia del Estado i compartimos la idea respecto a que la seguridad constituye una necesidad esencial de la persona y de los grupos humanos y que también es un derecho inalienable del hombre y las naciones, entonces también debe admitirse que en un contexto local y regional caracterizado por perturbaciones y situaciones de crisis, la seguridad cobra especial importancia.Ya sea cualquier perspectiva que en particular se adopte frente al problema de la seguridad (histórica, antropológica, filosófica, jurídica, política, etc.), finalmente este concepto remite siempre a la exigencia de condiciones de paz, tranquilidad y confianza de las personas, las instituciones y el Estado, cuando las mismas son atacadas o amenazadas. Es por ello que la seguridad también se puede concebir como un marco protector del que dispone una comunidad, una persona, grupo o institución para estar en aptitud de hacer frente a amenazas o riesgos de diverso tipo. De ese modo, el tema de la Seguridad implica el determinar quién se encuentre bajo amenaza, cuáles son dichas amenazas y cómo garantizar la protección frente a las mismas (1) . Ahora bien, en materia de seguridad, el Estado es quien aparece como el principal proveedor de seguridad y en sus manos posee la titularidad del Poder nacional. Por dicha posición es que al Estado le corresponde asegurar a la colectividad nacional frente a las interferencias y también de él depende el que se puedan satisfacer los intereses y aspiraciones nacionales. Ello se logra mediante el rol del Estado orientado hacia alcanzar el Bien Común mediante la prestación de servicios públicos y la adopción de políticas orientadas al desarrollo. Una variable que se constata en las zonas aquejadas por conflictos sociales –los que se radicalizan rápidamente– es la casi nula o mínima presencia del Estado como prestador de servicios. El Estado aparece como el gran ausente en servicios tales como adecuados niveles de educación, servicios de salud, seguridad, etc. Por tanto, la ausencia de una presencia integral del Estado es lo que alienta la generación de focos de conflicto cuya expresión finalmente ahonda la crisis de institucionalidad en las zonas. (1) PEDRAGLIO, Santiago. Fuerzas Armadas: control civil y relaciones civiles-militares. Lima, Ideele, 2002. Pág. 26.

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En realidad, si se constata que la única presencia del Estado se da mediante las entidades municipales, con ello se encuentra que el proceso de municipalización es un mecanismo de expansión institucional del Estado que puede alentar la difusión y consolidación de formas democráticas de gobierno. Pero, también se ha comprobado que uno de los factores que afecta su buen desempeño es la presencia de una patente diferencia entre las limitadas capacidades de gestión y las funciones que le son encomendadas a los municipios (2) . Por ejemplo, mas allá del hecho de que se haya repartido sumas importantes a los gobiernos locales y regionales, los mismos no han podido implementar exitosas medidas de inversión de dichos fondos en proyectos sostenibles en sus jurisdicciones. Se generan entonces expectativas sociales que al no tener una salida eficiente inciden negativamente en el desarrollo y en el orden público. Por tanto, las municipalidades como principales representantes del Estado en las zonas conflictivas generan una dinámica que no ha sido la más congruente con el rol de institucionalidad política y preservación del orden público. Lo que se ha encontrado es que las municipalidades de centros poblados se han constituido en escenarios de micropolíticas rurales, lo cual ha aumentado la complejidad del contexto político de los espacios locales. Frente a las demandas de la población local frente al Estado por la ausencia de los mencionados servicios –y que se traducen en un efectivo proceso de incorporación al concepto de ciudadanía– es que las municipalidades se hallan ubicadas en un punto intermedio entre las esferas estatal y comunitaria (3). Ello en algunos casos ha empujado a las autoridades locales a presentarse frente al Estado central como interlocutores y representantes de las demandas locales, con lo cual el conflicto inevitablemente sufre una escalada, saliendo de sus ámbitos reivindicacionistas hasta abiertas actitudes de confrontación con las principales autoridades estatales y quienes se perciben como los más claros representantes del poder del Estado: las Fuerzas Armadas y Policiales.

2. El Desarrollo como estrategia frente al conflicto Si hay algo en común que tienen los diferentes escenarios de conflictos que se han presentado en el territorio peruano, es la presencia de bajos indicadores de desarrollo. Pero, ello no debe entenderse únicamente en una perspectiva centrada exclusivamente en el aspecto económico o utilitario: en efecto, actualmente el desarrollo es concebido como un medio para consecución de la libertad del ciudadano, se busca su pleno desarrollo como persona humana (4) . Por tanto, al (2) PAJUELO, Ramón. Municipalidades de centros poblados y conflicto local: las lecciones del caso Ilave. Lima, Asociación Servicios Educativos rurales SER, 2005. pp. 100-101. (3) PAJUELO, Ramón. Ob. Cit. Pág. 101. (4) CASTRO CONTRERAS, Jaime. Política de seguridad, defensa nacional y reforma del Sector Defensa. En: Ministerio de Defensa. La reforma del Sector Defensa y las relaciones civiles militares en el Perú. Lima, CAJ, 2005. Pág. 19.

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rebasar toda medida económica, el desarrollo abarca o incluye a las libertades, que dependen de determinantes como instituciones sociales, económicas y derechos políticos y humanos. En otras palabras, como lo reconoce la literatura especializada, el desarrollo implica eliminar fuentes de privación de libertad que se traducen en la presencia de: pobreza, escasez de oportunidades, privaciones sociales, abandono de servicios públicos y Estados represivos (5) . No se trata entonces del aseguramiento de mejores condiciones del entorno social, sino incluir dentro del mismo la forma como el Estado procesa el conflicto o las coyunturas donde se generan propuestas radicales y violentas. En suma, toda política de seguridad y defensa debe reconocer la existencia de una relación entre desarrollo y seguridad (6).

3. El problema del valle del río Apurímac De ser un país productor de hojas de coca que eran posteriormente recopiladas y enviadas a las firmas ubicadas en territorio colombiano, actualmente en el Perú se produce y exporta cocaína (7) . Por tanto, las amenazas a la seguridad de la población y al orden público han aumentado significativamente. Hoy en día resulta acostumbrada la desarticulación de bandas dedicadas al narcotráfico y la incautación de significativos envíos de droga hacia el extranjero. Recientemente, el asalto a una comisaría en el Sur peruano según palabras de las autoridades del Ministerio del Interior, tuvo como principal finalidad el castigo del oficial a cargo, el cual había incumplido un pacto con los narcotraficantes y por ello fue ajusticiado. Del mismo modo, también se han presentado casos de asesinatos de magistrados que estaban viendo procesos relacionados al narcotráfico. Dentro de ese contexto se encuentra que los campesinos cocaleros se están transformando en productores de PBC. El ejemplo más palpable y paradigmático es el caso del denominado “Valle del Río Apurímac-Ene” (8) . Las constantes intervenciones de la policía y de los erradicadores han tenido una respuesta violenta de los agricultores, quienes han incursionado decididamente en el negocio de la producción de PBC.

(5) CASTRO CONTRERAS, Jaime. Ob. Cit. pp. 19-20. (6) CASTRO CONTRERAS, Jaime. Política. Pág. 20. (7) BASOMBRIO, Carlos y ROSPIGLIOSI, Fernando. La seguridad y sus instituciones en el Perú a inicios del Siglo XXI. Lima, IEP, 2006. Pág. 194. (8) Ibid.

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No sólo se trata de una situación que abiertamente desafía la vigencia de las leyes penales y constitucionales: constituye un reto para el respeto de las normas jurídicas que sustentan el orden interno. Lo sintomático del potencial conflictivo de dicha zona es que los representantes políticos elegidos por los votos de los pobladores de las mencionadas zonas, han mostrado actitudes y gestos desafiantes de la institucionalidad y orden público, con lo cual también han alentado la precarización de los derechos dentro del escenario anotado. Como bien sabemos, toda debilidad en la vigencia de los derechos finalmente incide en una notoria situación de abusos y violaciones a los derechos de quienes intentan enfrentarse a dicha coyuntura o plantear alternativas al cultivo de coca y producción de PBC. Si a lo anterior le agregamos la presencia de los remanentes de la subversión en la cuenca del Valle Río Apurímac-Ene, entonces ya no es un problema el que debe encarar el Estado peruano, sino dos: la subversión y el narcotráfico. Por tanto, no es ilógico reconocer que la lucha contra la subversión y el narcotráfico deben constituirse en temas centrales para el Estado, dado que se encuentra que en todo contexto donde existan altos niveles de pobreza, existe una alta probabilidad de que confluyan los dos fenómenos anotados, formando un destructor binomio de la institucionalidad democrática y socavando la vigencia del Estado como principal promotor de un estado de derecho y del desarrollo (9) A este respecto, cabe destacar lo que se conoce como situación o estado de insumisión: se trata de una situación de no acatamiento de la figura que ostenta rasgos de autoridad, y que se caracteriza por los siguientes rasgos: a.- Se afirma que se trata de una desobediencia civil evidente puesto que induce a negarse a cumplir una ley o leyes para denunciar sus contenidos. Lo típico es entonces que se trata de una expresión de rechazo ciudadano. b.- En segundo lugar, se trata de una situación de desobediencia colectiva donde no es posible señalar individualidades, dado que precisamente en la cohesión del grupo reside la capacidad de éxito en su enfrentamiento con las leyes. c.- En tercer lugar, se trata de una lucha que se desenvuelve públicamente, de forma visible, buscando conseguir la solidaridad más o menos manifiesta de sectores sociales, lo cual precisamente obliga a una toma de posición a la opinión pública respecto de uno u otro bando. d.- En cuarto lugar, se trata esencialmente de una lucha no violenta. (9) PALOMINO MILLA, Fernando. Economía de la defensa nacional. Una aproximación al caso peruano. Lima, Ministerio de Defensa y CAJ, 2004. Pág. 162.

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De acuerdo a las características señaladas, el estado de insumisión en tanto no persigue desarrollarse de modo violento, busca afirmarse en las mentes o conciencias de la opinión pública, apelando a la existencia de metas compartidas tales como la igualdad ante la ley, la justicia o consideraciones parecidas. Como se percibe, el grado del conflicto al no ser abierto o desembozado, permite una cierta capacidad de negociación y respuesta del sistema que se mantenga al mismo nivel que el rechazo. Lo particular de lo que ocurre en la cuenca del Valle del Río Apurímac-Ene es la confluencia de las actividades del narcotráfico y terrorismo, que constituyen dos formas de abierta confrontación con el poder del Estado y con sus autoridades. Es decir, no cabe aquí pacto alguno sino el empleo de estrategias para lograr que la población de la zona se oriente definitivamente por una respuesta a favor del Estado de Derecho y del respeto a las instituciones y autoridades del Estado. Consideramos que toda respuesta estatal que se afinque exclusivamente en una óptica represiva generará como efecto previsible el acrecentamiento de los contingentes terroristas y de las bandas de sicarios al servicio de los narcotraficantes, lo cual alimentará una espiral de violencia, situación que no es aceptable en el actual contexto nacional y regional.

4. Incidencia en la Defensa Nacional Desde el momento en el que se reconoce como finalidad de la Defensa Nacional el hacer frente a todas las amenazas internas contra el sistema democrático, la paz social, la seguridad y desarrollo, que originan la subversión, el terrorismo, narcotráfico y otros fenómenos sociales; ello implica que toda situación donde las reglas emanadas del sistema democrático sean dejadas de lado, donde no exista una situación de paz social y donde no sea posible proyecto alguno que tenga como requisitos a la seguridad y el desarrollo, debe ser encarada de modo tal que finalmente los elementos predominantes sean los que están a favor de la democracia, del orden público, la paz y el desarrollo. Aunque las previsiones y acciones inherentes a la Defensa Nacional se hacen efectivas en los ámbitos interno y externo, el tema dista de ser simple, según lo señala la correspondiente doctrina jurídico-constitucional: “La defensa se desarrolla tanto en el ámbito interno como en el externo. El ámbito interno está referido a las amenazas que provienen desde dentro mismo del Estado: en un sentido ámbito interno es el terrorismo que mina la fuerza interna del país; pero también pueden ser las graves distancias sociales que dividan al país y puedan facilitar una agresión interna o externa. También será problema de la defensa nacional en el orden interno, las existencia de grandes discrepancias sobre los grandes objetivos nacionales, que deben ser comunes. Y así sucesivamente”(10). (10) RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial, 1999. Tomo

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5. Pág. 315.


Por tanto, de acuerdo a lo que se expresa y a la naturaleza de la defensa nacional la labor de enfrentar las amenazas originadas desde el interior del Estado debe acentuar la necesidad de resolver las distancias sociales y las barreras culturales que impiden la integración de la población a un auténtico concepto de ciudadanía.

5. Relaciones entre sector civil y militar frente a las coyunturas de conflictos sociales que alteran el orden y seguridad interna Un hito radical en la historia militar fue la puesta en práctica y difusión de la idea de un ejército nacional, superando así aquella etapa en que las guerras se decidían por la participación de diversos grupos cuya lealtad era debida al líder, y que en vez de hablarse de un auténtico ejército nacional lo que había era una mezcolanza de soldados de diferentes jurisdicciones, mercenarios y personal no especializado. Hoy en día resulta universal el aserto que nos señala que la relación civilmilitar es importante para la seguridad de todo Estado que posea un ejército de ciudadanos. La ciudadanía no es solo la base de la cual se forma el ejército, es también su apoyo en la retaguardia y un punto de apoyo cuando existen graves amenazas para la seguridad y orden interno. De ahí que se ha destacado en la literatura especializada la importancia respecto a que los civiles perciban a las Fuerzas Armadas no como una fuerza externa sino como un instrumento de la sociedad para su propia defensa (11) . Por tanto, un esfuerzo relevante en una situación de conflicto debe ser la generación y confirmación de la percepción de las Fuerzas Armadas como agentes del desarrollo. Ello al mismo tiempo que confirmar la lealtad de las Fuerzas Armadas hacia su población, destruye los intentos destinados a radicalizar el conflicto, los mismos que se nutren de toda coyuntura donde se genere un choque entre los integrantes de las Fuerzas Armadas y una población azuzada hacia actitudes radicales y violentas.

Otro elemento de decisoria trascendencia es el establecimiento de una relación entre las autoridades civiles y militares. Como se reconoce, una adecuada relación civil militar es necesaria para la seguridad interna en caso de guerra subversiva (12) . Actualmente se han identificado tres formas de relación: (11) OBANDO ARBULU, Enrique. La importancia de las relaciones y de la interacción civil-militar para la defensa nacional. En: OBANDO ARBULU, Enrique (Editor) Nuevas amenazas a la seguridad y relaciones civiles militares en un mundo en desorden. Lima, Centro peruano de estudios internacionales, 1994. Pág. 164. (12) OBANDO ARBULU, Enrique. Ob. Cit. Pág. 171.

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1.- Desde los militares al sector no militar, englobando al segundo. 2.- Desde el sector militar al no militar. 3.- Desde el sector no militar al militar.

Se ha sostenido que la tercera forma de relación en la medida en que la respuesta que se debe dar al conflicto y/o amenaza a la seguridad requiere de un amplio espectro de medidas que rebasan el ámbito estrictamente castrense, y que deben incardinarse dentro de una perspectiva que busque ser lo más totalizante posible. Para que la tercera hipótesis aparezca como viable se ha afirmado la necesidad de los siguientes factores: a) Vigencia de la democracia (con los civiles legitimados al mando). b) La presencia y vigencia de un interés de los civiles en la Defensa Nacional y finalmente. c) La coordinación entre civiles y militares, por iniciativa civil.

A su vez ello genera 3 efectos: 1.- Preservación de la eficiencia militar 2.- Un adecuado apoyo del sector civil al militar 3.- Condiciones de estabilidad política

6. Actuación de las Fuerzas Armadas en el desarrollo nacional La doctrina especializada ha señalado que una cosa es referirnos a un sistema de defensa nacional y otra cosa es establecer que dicho sistema garantiza la defensa. De dicho modo, por su propia naturaleza es que la Defensa Nacional es un tema político, que hace referencia a diferentes aspectos de los problemas del país. (13) Entonces, el tema de la Defensa Nacional no puede ser concebido como un tema puramente o exclusivamente militar, dado que apunta hacia el establecimiento de una interpretación de la realidad del poder y de las necesidades consecuentes de desarrollo integral del mismo. En última instancia, la finalidad consiste en el lograr el mayor bienestar y seguridad para la población peruana en su conjunto. Consideramos entonces que desde una perspectiva de defensa y desarrollo el uso de las denominadas “Unidades militares de asentamiento rural” (UMAR), constituyen supuestos cuyo empleo puede ir mas allá de una estrategia de defensa de las fronteras de la Nación. En las zonas y regiones donde se han establecido

(13) RUBIO CORREA, Marcial. Ob. Cit. Pág. 315.

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dichas UMAR se han detectado las siguientes ventajas y/o situaciones positivas que han generado:

a.- Promueve micro polos de desarrollo en regiones: estas Unidades generan un circuito económico y consolidan los ya existentes por los requerimientos de materias primas, alimentación y otros servicios que por lo general se encuentran solo en las ciudades y centros urbanos.

b.- Permite la ampliación de la frontera agrícola en el campo: el uso de la maquinaria pesada en manos del ejército permite su uso en labores de habilitación y roturación de tierras. El efecto que se ha comprobado es la ampliación de las zonas agrícolas aledañas a la ubicación de la Unidad.

c.- Representan garantía de soberanía y presencia del Estado: las Unidades constituye una prueba de la presencia del Estado y como por lo general las dos primeras ventajas son tangibles, ello irradia en la población local el sentimiento de confianza y seguridad.

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ESCUELA NAVAL DEL PERU

ESCUELA SUPERIOR49 DE GUERRA NAVAL


Juan del Campo Rodríguez es Ministro en el Servicio Diplomático del Perú y actual Cónsul General de la República en Panamá. Cursó estudios superiores en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica y en la Academia Diplomática del Perú, así como estudios de especialización en la Universidad Nacional de Defensa de los Estados Unidos. Ha prestado servicios en las Embajadas del Perú en Filipinas, Israel, Estados Unidos de América y el Consulado en Panamá. En la Cancillería peruana ha desempeñado diversas funciones en la división de asuntos políticos y ha sido Secretario Ejecutivo del Comité Nacional Para Asuntos de la Cuenca del Pacífico. Es autor de varios libros y artículos de historia militar, entre ellos “An Illustrated History of the Peruvian Navy” (Fondo editorial de la Dirección de Intereses Marítimos de la MGP, 2000); “Batallas Legendarias del Perú y del Mundo: episodios épicos y anécdotas militares” (Fondo editorial de la Academia Diplomática del Perú, 2002) y “Por la República y por la Reina: una revisión histórica del conflicto de 1864-1871 entre España y la alianza peruano-chilena”, (Fondo editorial de la Asociación de Funcionarios Diplomáticos del Perú, 2003). Ostenta las condecoraciones “Gran Cruz al Mérito Naval” otorgada por la Marina de Guerra del Perú y “Orden al Mérito por Servicios Distinguidos”, concedida por el gobierno peruano por su labor de investigación histórica.

E-mail: jdelcampo2001@yahoo.com 50


LA DIPLOMACIA PERUANA Y EL ATAQUE JAPONES A PEARL HARBOR Ministro Juan del Campo Rodríguez Cónsul General del Perú en Panamá

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omo resultado de la invasión japonesa a Manchuria en 1931, la ulterior creación del Estado títere de Manchukuo y la agresión nipona al norte de China en 1937, las relaciones entre el Imperio del Japón y los Estados Unidos de América atravesaron por una severa crisis diplomática que se vio agravada por el embargo comercial estadounidense a la isla y la posterior adhesión del Japón al Pacto Tripartito con Alemania e Italia. Para 1940, en plena guerra europea, todo hacía prever que un conflicto armado entre Japón y los Estados Unidos sería inevitable. La única duda era cual de las potencias efectuaría la primera movida, y cuando. Hasta finales de la década de los 30, la doctrina naval japonesa vislumbraba un escenario de guerra bajo el cual Estados Unidos efectuaría el ataque inicial contra territorio japonés desde la base naval de Pearl Harbor ubicada en la isla de Hawai (1). En su avance, la escuadra estadounidense sería hostilizada por submarinos y unidades de superficie ligeras, mientras que las principales naves de la Dai-Nippon Teikoku Kaigun, -Armada Imperial-, aguardarían por la debilitada flota enemiga en aguas japonesas, probablemente al oeste de Iwo Jima o Saipan, para dar la batalla decisiva conducente a neutralizar el poderío naval de los Estados Unidos en la región. A inicios de 1940, el comandante general de la Armada Imperial del Japón, vicealmirante Isoroku Yamamoto, quien previamente había extendido el hipotético escenario de guerra naval entre su país y los Estados Unidos a las Islas Marshall y

Hawai se ubica a 4,100 kilómetros del territorio continental estadounidense, a 6,213 kilómetros del Japón y a 9,579 kilómetros del Callao. Fue incorporado como Estado de la unión norteamericana el 21 de agosto de 1959.

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las Carolinas –en ese entonces las posesiones japonesas más orientales del Pacíficoincorporó un escenario contrario, es decir, la posibilidad de efectuar un ataque preventivo contra Hawai mediante el uso de portaviones. Yamamoto, un brillante oficial graduado de la academia naval japonesa en 1904 y con estudios de post grado en la universidad norteamericana de Harvard, había inspirado su hipótesis en el trabajo del británico Héctor C. Bywater, corresponsal naval del “London Daily Telegraph”, quien en 1921 publicó en Londres el libro titulado “El Poder Naval en el Pacífico”. Cuatro años después, parte de la obra de Bywater fue reconvertida en novela bajo el título “La Gran Guerra del Pacífico”, en la que describía un ataque sorpresivo por parte de la marina japonesa contra la escuadra estadounidense en Pearl Harbor, con acciones simultáneas en las Filipinas y Guam. En septiembre de 1925, la sección literaria del “New York Times” publicó en primera página una crítica al libro titulada “Si la Guerra llega al Pacífico”. La obra llamó la atención de Yamamoto, entonces agregado naval a la Embajada japonesa en Washington D.C., quien la envío a Tokio. El Estado Mayor de la marina nipona dispuso su traducción al japonés, distribuyó copias entre sus principales oficiales y la incorporó al currículum de estudios de la academia naval. Con el transcurrir de los años, la hipótesis cayó en el olvido, pero no para Yamamoto, quien la consideraba vigente ante un eventual conflicto con los Estados Unidos. Dentro de este contexto, el 3 de febrero de 1940, Yamamoto se reunió con el capitán Kanji Ogawa, oficial de inteligencia naval, a fin de solicitarle que recopilara la mayor información posible sobre la base de Pearl Harbor. El mismo año que Yamamoto comenzaba a vislumbrar la posibilidad de este ataque preventivo, arribó a Japón el nuevo Ministro Plenipotenciario de la legación peruana en Tokio, Embajador Ricardo Rivera Schreiber, un prestigioso diplomático de carrera, quien se reincorporaba al servicio exterior luego de pasar algunos años en la disponibilidad. Rivera Schreiber, quien entonces contaba con 48 años de edad, con destaques previos en las legaciones del Perú en Bolivia, Ecuador, los Países Bajos y Colombia, también había sido acreditado como Ministro en China, lo que generaba una compleja situación para el ejercicio de su función, toda vez que dicho país y el Japón se encontraban en estado de guerra. Habían transcurrido más de seis décadas, desde aquel lejano 1873, 52


cuando el capitán de navío Aurelio García y García había establecido, por instrucciones del gobierno peruano, relaciones diplomáticas con ambos imperios asiáticos. Desde su arribo a Tokio el representante peruano y su esposa encontraron una atmósfera extremadamente hostil hacia los extranjeros, a quienes la opinión pública percibía como“espías”(2). Luego de presentar copia de sus Credenciales al Canciller Yosuke Matsuoka y emprender un acercamiento con los representantes de otros gobiernos, entre ellos el embajador estadounidense Joseph Clark Grew, entonces Decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Tokio, el Ministro peruano realizó grandes esfuerzos para insertarse en una sociedad cerrada y xenófoba, procediendo a cultivar una estrecha relación con altos funcionarios del gobierno japonés y personalidades de los círculos políticos, sociales, culturales y académicos nipones. Para enero de 1941, Yamamoto, ya promovido al rango de almirante, se decidió a proponer, oficialmente, la revisión de la tradicional estrategia naval japonesa. Cuestionó la hipótesis, basada en la doctrina del capitán Alfred T. Mahan, de aguardar por una flota estadounidense previamente hostilizada para destruirla en batalla con acorazados, indicando que el plan ni siquiera había funcionado en los juegos de guerra efectuados por la marina japonesa. A cambio de ello, Yamamoto, quien era consciente del poderío industrial y militar estadounidense, sugirió que la única manera de obtener la victoria contra el gigante norteamericano sería neutralizando sus bases en el Pacífico, seguida de una batalla decisiva, pero peleada a la ofensiva, que obligaría a los Estados Unidos a negociar el término del conflicto en condiciones favorables al Japón (3). La idea de un ataque sorpresivo sin declaración Entrevista personal de la señora Teresa Kroll de Rivera Schreiber al señor Giovanni Volpi, Londres, 2 de julio de 1997. (3) Pese a desarrollar el plan contra Pearl Harbor, Yamamoto se oponía a una guerra contra los Estados Unidos y por su posición estuvo a punto de ser asesinados por grupos radicales del ejército. (2)

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previa de guerra o declaración de último minuto, no era novedad para la marina japonesa. El antecedente más célebre fue el exitoso asalto perpetrado en 1904 por fuerzas navales al mando del almirante Heihachiro Togo contra el escuadrón ruso del Pacífico en Puerto Arturo. Frente a tales argumentos, el Estado Mayor Naval terminó por aprobar, no sin renuencia, un ataque preventivo a Hawai en caso que la guerra resultara inevitable. Incorporada oficialmente esta posibilidad, se procedió a trabajar en el plan en tanto se daba oportunidad a que la diplomacia lograra superar el impasse con los Estados Unidos. En el transcurso del mismo mes de enero de 1941, Yamamoto cursó una comunicación al contralmirante Takishiro Orishi, Jefe del Estado Mayor del Segundo Escuadrón Aeronaval para solicitarle que evaluase las posibilidades de la incursión a Pearl Harbor, donde anclaban tres portaviones, ocho acorazados, ocho cruceros, veintinueve destructores, nueve submarinos, cincuenta embarcaciones de diversa clase, así como 390 aviones de combate. A su vez, Orishi derivó el encargo al comandante Minoru Genda, quien al cabo de diez días presentó sus conclusiones. Para Genda, una ofensiva de tal naturaleza “resultaba riesgosa, pero era factible”. Las conclusiones de este oficial fueron discutidas por Yamamoto y su jefe de operaciones, capitán Kameto Kuroshima, un brillante pero excéntrico estratega, quien se encargó de desarrollar el plan definitivo, al que se le conocería como “Operación Kuroshima” u “Operación Z”. Pese a su carácter estrictamente secreto, algunos detalles preliminares sobre el plan comenzaron a filtrarse y el intérprete del Consulado peruano en Yokohama, de apellido Sogunama, se convertiría en fuente de información al respecto. A fines de septiembre de 1940, el Ministro Rivera Schreiber comenzó a sospechar que Sogunama –quien había sido cedido por la Cancillería japonesa supuestamente para apoyar la labor de dicho Consulado- era en realidad agente de la Kempeitai (policía secreta militar). El referido traductor realizaba frecuentes predicciones de carácter político que siempre resultaron ser ciertas y se jactaba de tener importantes contactos (4). La predicción que realizó con varios meses de anticipación sobre la inminente incorporación del Japón al Eje y la suscripción del Pacto Tripartito entre el enviado especial japonés Saburo Kurusu y los Cancilleres de Italia y Alemania el 27 de septiembre de ese año, fue el detonante. En diciembre, durante uno de sus frecuentes viajes a Tokio, Sogonuma, reveló al valet del Ministro, un ciudadano japonés de confesión católica llamado Felipe Akakawa, que “tenía un primo en el ministerio de marina que le informaba constantemente sobre los preparativos que realizaba la escuadra para enfrentar a los Estados Unidos” (5).

Entrevista del Embajador Ricardo Rivera Schreiber, publicada en El Comercio, Lima, 5 de febrero de 1949. Declaración Jurada de la señora Teresa Kroll de Rivera Schreiber ante el Cónsul General de los Estados Unidos en Lima, Cecil St. Clair Richardson, 3 de mayo de 1983.

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Durante las ulteriores conversaciones que Sogunama –casi siempre en estado de ebriedad- sostuvo con Akakawa, le fue manifestando que“una poderosa armada japonesa iría a la guerra para destruir a la escuadra norteamericana”, que “la flota japonesa hundiría por sorpresa a la estadounidense en una operación que tendría lugar en el centro del Pacífico” y que “dicha acción la realizaría la aviación” (6). Oportunamente Akakawa puso en conocimiento de Rivera Schreiber lo que Sogunama le había revelado, aunque al inicio el diplomático peruano recibió con cautela la información, ante la duda de que esta vez las expresiones del pseudo intérprete fueran producto de las febriles visiones de un beligerante nacionalista, de los muchos que abundaban por ese entonces en Japón. El 26 de enero de 1941 sin embargo, cuando el Ministro peruano sostuvo una reunión informal con el profesor Yoshida, catedrático de literatura española en la universidad de Tokio y reconocido pacifista, este le reveló con suma preocupación tener evidencia que ese mismo día varios portaviones japoneses se dirigían al sur del Japón (se trataba de la ciudad de Kayoshima) para emprender los ensayos de un ataque aéreo preventivo que se proyectaba realizar contra la flota estadounidense en Pearl Harbor (7). La actitud de Yoshida era reflejo de la polarización de la sociedad japonesa de la época, dividida entre sectores militaristas expansionistas y grupos que se oponían a un escenario bélico que podría acarrear catastróficas consecuencias para el país. La información brindada por Yoshida coincidía con la proporcionada previamente por Sogunama, lo que otorgaba un mayor grado de credibilidad a la versión del ataque contra Hawai. En consecuencia Rivera Schreiber procedió a contactarse con su colega estadounidense para ponerlo al tanto de la situación. El diplomático peruano procedió con la celeridad que correspondía al representante de un país amigo de los Estados Unidos, con la obligación moral de alertar sobre una acción que podía poner en riesgo la seguridad de aquella nación. Grew, un experimentado diplomático de carrera, quien entre 1920 y 1932 se había desempeñado como Ministro en Dinamarca, Suiza y Turquía, recibió a Rivera Schreiber en la residencia oficial de la embajada, la cual ocupaba desde hacía casi nueve años, tomando conocimiento, al detalle, sobre los relatos de Sogunama y Yoshida. El diplomático se mostró muy agradecido, manifestó a su contraparte peruano que había prestado un gran servicio a los Estados Unidos y al mundo libre, indicó que la información corroboraba datos que le habían sido proporcionados previamente por su servicio de inteligencia y le solicitó lo ayudara en la redacción del mensaje que enviaría al Departamento de Estado al respecto (8). Rivera Schreiber Entrevista del Embajador Ricardo Rivera Schreiber, El Comercio, Lima, 5 de febrero de 1949. Declaración Jurada de la señora Teresa Kroll de Rivera Schreiber ante el Cónsul General de los Estados Unidos en Lima, Cecil St. Clair Richardson, 3 de mayo de 1983. (8) Idem. (6) (7)

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haría lo propio y despacharía un mensaje en términos similares a la Cancillería peruana, así como una carta personal dirigida al presidente Manuel Prado. Sin embargo en ese entonces, las preocupaciones del Perú se centraban en el problema limítrofe con el Ecuador. Quince días antes del encuentro Rivera Schreiber-Grew el gobierno peruano había dispuesto la creación del Agrupamiento del Norte para confrontar las incursiones ecuatorianas en territorio nacional, situación que en pocos meses desembocaría en una guerra. Al día siguiente de su reunión con Rivera Schreiber, Grew pareció perder el entusiasmo. Descartó el cablegrama redactado conjuntamente con aquél y a las 18:00 horas remitió al Secretario de Estado un escueto cifrado, recibido en Washington a las 06:38 horas del 27 de enero: “Un funcionario de la Embajada fue informado por mi colega peruano que de diversas fuentes, incluida una japonesa, había escuchado que fuerzas militares japonesas planeabas un ataque masivo de sorpresa contra Pearl Harbor en caso de “dificultades”entre el Japón y los Estados Unidos; que el ataque envolvería el uso de todas las facilidades militares japonesas. Mi colega dijo que se veía en la obligación de transmitir esta información porque había llegado a el de diversas fuentes, no obstante el plan parecía fantástico” (9). En su comunicación, Grew llegó al extremo de obviar el encuentro personal con Rivera Schreiber al señalar que este último había proporcionado la información a un tercero, supuestamente el Primer Secretario Edward S. Crocker, añadiendo, además, que aquella carecía de sustento.

La versión del informe parafraseado de Grew al Departamento de Estado, señalaba:“A member of the Embassy was told by my Peruvian colleague that from many quarters, including a Japanese one, he had heard that a surprise mass attack on Pearl Harbor was planned by the Japanese military forces, in case of “trouble” between Japan and the United States; that the attack would involve the use of all the Japanese military facilities. My colleague said that he was prompted to pass this on because it had come to him from many sources, although the plan seemed fantastic”. U.S., Department of State Publication 1983, Peace and War: United States Foreign Policy, 1931-1941 (Washington, D.C.: U.S., Government Printing Office, 1943), pp. 617-618.

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Recibido el cablegrama por el Secretario de Estado Cordell Hull, este dispuso que fuese derivado a los Departamentos de Guerra y Marina (10). El mensaje fue retransmitido a su vez al almirante Husband E. Kimmel, comandante de la flota norteamericana del Pacífico y a la sección del Servicio Secreto Naval, pero no recibió el crédito necesario para movilizar una alerta, emitiéndose nueve días después la siguiente conclusión: “Basados en información disponible relacionada con la actual disposición y uso de fuerzas navales y militares japonesas, no es inminente ningún avance contra Pearl Harbor, ni se estima un plan al respecto en un futuro cercano”. Mientras tanto, los preparativos de la agresión nipona contra Estados Unidos continuaban secretamente. El 6 de setiembre de 1941, los líderes japoneses se reunieron en conferencia para considerar los planes que venían siendo preparados por el Cuartel General Imperial contra las posesiones de las potencias occidentales en Asia-Pacífico. Para el 3 de noviembre de 1941, el Jefe de Estado Mayor de la Armada Imperial, almirante Osami Nagano, presentó al emperador Hirohito la propuesta elaborada de la ofensiva. Dos días después el emperador aprobó el plan de guerra contra Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda, el cual debía ejecutarse a inicios de diciembre, pero siempre y cuando fracasaran las negociaciones diplomáticas. Ese mismo mes de noviembre, durante una recepción oficial en la residencia del Ministro Grew, el Ministro Rivera Schreiber le preguntó sobre la reacción de su gobierno y las medidas adoptadas frente al posible ataque japonés. El diplomático estadounidense respondió que el tiempo transcurrido había desvirtuado la información y que estaba seguro del éxito de la misión diplomática que el enviado especial japonés Saburo Kurusu había emprendido en Washington para asegurar la paz. Grew dijo estar confiado en que no habría guerra y que planeaba permanecer en Tokio al menos cuatro años más, antes de pasar al retiro (11). Hull, Cordell, The Memoirs of Cordell Hull. 2 vols. Londres, Hodder & Stoughton, 1948. Entrevista personal de la señora Teresa Kroll de Rivera Schreiber al señor Giovanni Volpi, Londres, 2 de julio de 1997.

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El supuesto optimismo mostrado por el Embajador de los Estados Unidos ante su colega peruano contrastaba con un extenso mensaje que enviara a Washington el tres de noviembre en el que advertía que Japón podía ir a la guerra(12). No estaba equivocado. El 26 de noviembre una poderosa escuadra japonesa dejaba puertos nipones con el objetivo de bombardear Hawai. Esta fuerza de ataque al mando del almirante Chuichi Nagumo, denominada “Kido Butai”, estaba compuesta por los portaviones Soryu, Kaga, Shokaku, Zuikaku, Hiryu y Akagi; los acorazados Hiei y Kirishima, los cruceros pesados Tone y Chikuma, el crucero ligero Abukuma, ocho destructores, más de 350 aviones, 23 submarinos y tres cargueros. Paralelamente otra armada se dirigía rumbo a las Filipinas, Guam, Hong Kong, Malasia, Singapur, Birmania e Indonesia, con objeto de ocupar aquellas posesiones estadounidenses, británicas y holandesas. El primero de diciembre el emperador Hirohito sancionó finalmente la guerra contra Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda y se acordó el 7 de diciembre como la fecha para ejecutar las acciones combinadas, cuyo punto de partida sería el ataque contra la principal fuerza naval estadounidense en Hawai. El asalto japonés a Pearl Harbor, ejecutado de una manera magistral a través de dos oleadas de ataques aéreos con un total de 350 aviones, ocasionó la destrucción de los acorazados Arizona y Oklahoma, los destructores Bassin y Downes y 188 aviones. También puso fuera de combate temporal a otros seis acorazados, tres cruceros y un destructor y ocasionó la muerte de 2,333 tripulantes más 1,139 heridos. Los japoneses apenas perdieron 29 aviones, cinco submarinos de bolsillo y 65 hombres. Sin embargo, el objetivo principal, la destrucción de los portaviones, de la infraestructura de la base y los depósitos de petróleo, no se concretó. La advertencia formulada con diez meses de anticipación por el embajador del Perú, se había hecho realidad. Estados Unidos acusó el golpe. Al día siguiente del ataque, declaró formalmente la guerra al Imperio del Japón y preparó su contraofensiva en el Pacífico. En Tokio, el Embajador Grew y los miembros de la legación diplomática estadounidense, así como los representantes de Gran Bretaña y Holanda fueron puestos bajo arresto domiciliario. El 24 de enero de 1942, seis semanas después del incidente, el gobierno del Perú rompió relaciones diplomáticas con los países del Eje. Como consecuencia de esta acción, y no obstante no existir en este caso una declaratoria de guerra ni estado de beligerancia, el embajador peruano y su esposa también fueron puestos bajo arresto domiciliario durante dos meses, resguardados por ocho agentes de la Kempeitai.

The Ambassador in Japan to the Secretary of State, 3 November 1941. U.S., Department of State, Publication 1983, Peace and War: United States Foreign Policy, 1931-1941 (Washington, D.C.: U.S., Government Printing Office, 1943), pp. 772-74.

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A fines de marzo, los diplomáticos peruanos, gracias a los buenos oficios de Kori Hirota, ex colega de Rivera Schreiber en La Haya, quien gozaba de influencia en los círculos militares nipones por ser miembro de la sociedad del Dragón Negro(13), fueron trasladados al hotel Myanoshita, ubicado en las montañas de Hakone, Prefectura de Kanagawa. Aunque bajo permanente vigilancia, se les permitió desplazarse libremente por el pueblo, pero sin poder salir fuera de sus límites. El 18 de abril de 1942, apenas tres semanas después, una fuerza de 16 aviones B-25 al mando del teniente coronel estadounidense James Doolitle, que partió del portaviones USS Hornet, bombardeó por primera vez territorio japonés, causando aproximadamente 450 bajas civiles, entre muertos y heridos. La incursión de Doolitle motivó una agria reacción de los pobladores de Hakone, quienes estuvieron a punto de linchar, en represalia, al representante peruano y su familia, a quienes confundieron con estadounidenses (14). En junio de 1942, los diplomáticos peruanos fueron trasladados a bordo del transporte japonés Asama Maru. Coincidentemente, en la nave, también se encontraba el Embajador de los Estados Unidos, conjuntamente con los miembros de la legación estadounidense y otros 1,400 nacionales de países en guerra con Japón. En un primer encuentro entre Rivera Schreiber y Grew, el primero le manifestó que los acontecimientos habías sucedido tal como el lo había advertido. En respuesta, Grew, visiblemente mortificado, señaló que había cumplido con transmitir oportunamente la información a su gobierno y no dijo más sobre el asunto (15). La amistad entre ambos personajes había llegado a su fin. Mientras los diplomáticos eran internados en el Asama Marú, fuerzas aeronavales japoneses y estadounidenses se enfrentaban en la batalla de Midway, acción que marcaría el principio de la derrota para el imperio del sol naciente (16). Los japoneses perdieron los portaaviones Akagi, Kaga, Hiryu y Soryu, el crucero pesado Mikuma, 260 aviones y 3,052 hombres, entre dotación y pilotos. Irónicamente, cuatro de los portaaviones nipones que participaron en el tan meticulosamente planificado ataque a Pearl Harbor, fueron hundidos por la dotación de uno de los portaviones estadounidenses que la flota imperial no pudo ubicar y destruir en su base hawaiana (17). El Embajador Rivera Schreiber y sus colegas permanecieron en el puerto de Yokohama dentro del transporte hasta el 25 de junio, en que el Asama Marú partió hacia diversos puertos asiáticos, incluidos Hong Kong y Saigón, donde fueron embarcados otros ciudadanos de países en guerra con Japón. De ahí la El Dragón Negro o Kokuryukai era una sociedad secreta ultra nacionalista japonesa fundada en 1901 por Uchida Ryohei, en los albores de la guerra ruso-japonesa. De carácter paramilitar, tenía fuertes nexos con los servicios secretos japoneses. Se presumía que el intérprete Sogunama, del Consulado peruano en Yokohama, era miembro de dicha sociedad. (14) Entrevista de la señora Teresa Kroll de Rivera Schreiber al señor Giovanni Volpi, Londres, 2 de julio de 1997. (15) Idem. (16) La batalla de Midway se peleó del 4 al 7 de junio de 1942, convirtiéndose en la primera derrota del poder aeronaval japonés. (17) Se trataba del portaviones USS Enterprise. (13)

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nave continuó hacia la posesión portuguesa de Lorenzo Marques (actual Maputo, Mozambique). El 22 de julio, los esposos Rivera Schreiber y los demás ciudadanos extranjeros, fueron canjeados por 1,096 dignatarios japoneses retenidos por Estados Unidos y Gran Bretaña, que habían sido transportados hacia el mismo punto por el transporte sueco Gripsholm (18). Los seis meses de cautiverio del Embajador del Perú y su esposa habían llegado a su fin. El 12 de febrero de 1945 el Perú declaró la guerra al Japón y Alemania y en agosto de ese año el imperio japonés se rindió finalmente a los aliados. Concluido el conflicto, el Informe de una Comisión Investigadora del Senado de los Estados Unidos resaltó en elogiosos términos los servicios prestados por el Embajador Rivera Schreiber a ese país y a la causa de las potencias aliadas. Como reconocimiento, el Congreso estadounidense le impuso una alta condecoración. Don Ricardo Rivera Schreiber continuó con su distinguida carrera diplomática y ejerció como Embajador del Perú en España, Italia y Gran Bretaña, se le asignó a la Comisión Preparatoria para el establecimiento de las Naciones Unidas y entre 1952 y 1954 se desempeñó como Canciller de la República. Falleció en 1969 en la ciudad de Boston, a los 77 años de edad. Tras su regreso a los Estados Unidos, el embajador Joseph Grew sería nombrado Subsecretario de Estado y ejercería en diversas oportunidades, interinamente, la Secretaría de Estado, pero no volvió a desempeñar funciones en el exterior. Dejó una amplia obra literaria y diversos documentos de carácter político-diplomático(19), pero evitó reconocer la entrevista que sostuvo personalmente el 26 de enero de 1941 con su contraparte peruano. Falleció en 1965, a los 85 años de edad. Tras permanecer once años en el cargo, Cordell Hull renunció como Secretario de Estado en 1944. Tuvo un rol preponderante en la creación de las Naciones Unidas, por lo cual recibió, en 1945, el Premio Nóbel de la Paz. En 1948 publicó sus Memorias, en las que, contradiciendo a Grew, corroboraba al detalle la versión del Embajador Rivera Schreiber con respecto a los pormenores de la información brindada sobre el ataque japonés a Pearl Harbor. Falleció en 1955, en la ciudad de Washington D.C., a los 84 años de edad. No obstante la catástrofe de Midway, el almirante Isoroku Yamamoto continuó al mando de la escuadra japonesa(20). El 18 de abril de 1943, mientras se dirigía a inspeccionar junto con su Estado Mayor tres bases en las Islas Salomón, la El transporte Gripsholm partió hacia Río de Janeiro, donde el Ministro Rivera Schreiber, su esposa y los miembros de la legación peruana desembarcaron para tomar otra nave que los conduciría a Lima. Grez y el personal de la embajada estadounidense continuaron rumbo a Nueva York. (19) Entre los trabajos mas importantes publicados por el embajador Grew figuran: “Reporte desde Tokio”, 1942 “; Diez años en Japón”, 1944; y “Era Turbulenta, volúmenes I y II”, 1952. (20) El almirante Yamamoto ideó el asalto contra el atolón estadounidense de Midway con objetivo de ocupar las islas, destruir sus pistas de aterrizaje y atacar por sorpresa a la flota estadounidense. Esta vez la suerte no acompañó al gran estratega japonés pues su plan resultó en la pérdida de la supremacía naval japonesa en el Pacífico (18)

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nave que lo conducía así como sus seis cazas de escolta fueron interceptados y derribados por un grupo de aviones P-38 Lightning estadounidenses que habían sido informados previamente sobre su itinerario. Los restos de Yamamoto fueron incinerados y posteriormente transportados por el acorazado Musashi a Japón, perdiendo así dicho país a unos de sus más brillantes estrategas navales. El conflicto entre el Imperio del Japón y los Estados Unidos de América, parte del complejo escenario de la Segunda Guerra Mundial, ocasionó la muerte de 2 millones 620 mil japoneses y 419 mil estadounidenses, millones de heridos y discapacitados e incalculables pérdidas económicas. La historia del Embajador Rivera Schreiber obliga a especular sobre cuanto sufrimiento, destrucción y pérdidas de vidas humanas se habrían evitado si la información que brindó oportunamente se hubiera tomado en cuenta, permitiendo que las fuerzas militares de los Estados Unidos, país cuyo gobierno, valga la redundancia, necesitaba de un pretexto para ingresar al conflicto con el Eje, hubieran aguardado debidamente preparadas el ataque a Pearl Harbor, con lo cual se habría hecho caer a los japoneses en su propia trampa y neutralizado desde un inicio su poderío naval. Las gestiones de don Ricardo Rivera Schreiber y Joseph C. Grew demostraron la importancia de la diplomacia, no sólo en la tradicional función de negociar y evitar conflictos, sino en este caso el acceso a información privilegiada, el procesamiento de la misma y su envío a los canales correspondientes, como las fuerzas armadas, a fin de alertar o prevenir situaciones que pueden poner en riesgo la seguridad nacional. Demostró asimismo que no obstante el Perú en ese entonces carecía de una red de inteligencia, no poseía los recursos de las grandes potencias, y no mantenía confrontación con ninguna de las partes involucradas, tuvo, a través de sus agentes diplomáticos profesionales, la capacidad para obtener datos privilegiados y discernir correctamente como utilizarlos en uno de los períodos más críticos de la historia mundial.

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El Comandante FAP. Luis González Buttgenbach, egresó de la Escuela de Oficiales, en diciembre de 1988, como parte de la Promoción MAG. FAP Carlos Gilardi Vera. Se graduó con la especialidad de Piloto de Helicópteros, a la fecha tiene acumuladas más de 5,200 horas de vuelo. Como experiencia operativa participó en el último conflicto del Alto Cenepa, por lo que fue condecorado. Ha realizado los siguientes cursos militares: Curso Instructor Académico, Cursos Básico, Curso de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra Aérea, así como una Maestría en Proyecto y Desarrollo de Empresas en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y Diplomado en Administración del Poder Aeroespacial en la Universidad ESAN.

E-mail: gonzalez966@hotmail.com 62


LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA ANALIZADOS DESDE SUCESOS HISTÓRICOS PERUANOS

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Comandante FAP Luis A. González Buttgenbach

espués de leer varios libros sobre doctrina pude observar, que la mayoría de ellos, toma ejemplos de guerras ocurridas en otros países con otras realidades. Seguro de que las mejores enseñanzas las podemos sacar de nuestra propia historia, me he permitido buscar pasajes de ella, que nos facilite analizar, la correcta aplicación de los Principios de la Guerra. Unidad de Comando: Es asegurar la unidad de esfuerzo bajo un comandante responsable para cada objetivo. Este principio fue puesto en práctica,durante el último gran enfrentamiento por la independencia “La Batalla de Ayacucho”. El dispositivo organizado por el General Español Canterac, preveía que la división de vanguardia rodease la agrupación enemiga, cruzando el rió Pampas para sorprenderla, mientras el resto del ejército realista, descendía frontalmente desde el cerro Condorcunca. El General Sucre quien comandaba a los independentistas, se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, dando órdenes para que la división de Córdova, acometiera directamente a la masa desorganizada de tropas realistas. Asimismo ordenó el ataque por el flanco de la Legión Peruana y al mismo tiempo, dispuso que los diferentes batallones se desplazasen a sus dispositivos de combate, los violentos choques de las formaciones arrastraron en retirada al ejército realista, y sin una división de reserva que los ayude, la victoria de los independentistas estaba asegurada. Esta victoria no se hubiera podido llevar a cabo, si todos los participantes no se hubieran subordinado a la dirección del General Sucre, recordemos que estas fuerzas estaban compuestas, por tropas peruanas, tropas colombianas, batallones de argentinos, ecuatorianos, chilenos, y venezolanos, quienes combatieron juntos bajo un solo comando, lo que fue determinante para la victoria. Objetivo: Es dirigir toda operación militar hacia un claro, definido, decisivo y obtenible fin. Este principio de la guerra fue puesto en práctica, cuando tropas de asalto aerotransportadas del Cuerpo Aeronáutico del Perú, se embarcaron 63


en aviones Caproni y en una exitosa operación de envolvimiento vertical, se tomó Puerto Bolívar el 31 de Julio de 1941, fueron los Sub-Oficiales CAP: Antonio Brandariz Ulloa, Carlos Raffo García y Armando Orozco Falla, los que integraron la trilogía de centauros alados que ese día glorioso, junto a otros peruanos, desarrollaron la primera acción de comandos aerotransportados en el continente americano, el objetivo seleccionado la ciudad de Puerto Bolívar, principal acceso a Machala, capital de la provincia del Oro. El objetivo por su importancia, fué asignado a las Unidades del Agrupamiento Aéreo del Norte. Quienes en una operación histórica, lograron tomar la estación del tren y con ello inmovilizar, un gran cargamento de armas listas para ser distribuidas entre las tropas ecuatorianas. Esta fué la cuarta operación de paracaidistas en el mundo, y nuestros valerosos compatriotas, dejaron a todos los peruanos su ejemplo de cómo se quiere y se muere por la Patria. Ofensiva: Es tomar, retener y explotar la iniciativa. El principio de ofensiva fue aplicado el 21 de mayo de 1879, cuando el monitor Huáscar, al mando del Capitán de Navío Miguel Grau, y la Independencia al mando del Capitán de Navío Juan Guillermo Moore, ingresaron a la bahía de Iquique y se enfrentaron a los buques chilenos Esmeralda y Covadonga comandados, respectivamente, por Arturo Prat Chacón y por Carlos Condell de la Haza. El transporte Chileno, Lamar izó la bandera norteamericana, actitud que no sorprendió, ya que era el accionar del enemigo cada vez que se veía amenazado, al mismo tiempo puso rumbo al sur y empezó su huida, lo que fué imitado por la cañonera Covadonga, perseguida por la Independencia. Mientras tanto el Huáscar en Iquique, iniciaba su ofensiva contra la Esmeralda, buque que maniobró para colocarse delante de la población, con la intención de utilizarlos como escudo, una actitud más que pinta al enemigo de cuerpo entero. Ante esto, con una actitud totalmente ofensiva, el comandante Grau decidió utilizar el espolón, realizando una maniobra riesgosa, pero gracias a su habilidad y experiencia, logró finalmente hundir a la nave chilena, cuyos sobrevivientes, por razones humanitarias, fueron rescatados por los marinos peruanos, cosa que ellos no hicieron con los náufragos de la Independencia. Seguridad: Es no permitir nunca que el enemigo adquiera o logre una ventaja inesperada o sorpresiva. El principio de seguridad no pudo ser mejor empleado, como durante la toma de la Embajada del Japón por las Fuerzas Armadas del Perú, las cuales conocedoras que este tipo de operaciones de rescate, requería extremar las medidas de seguridad, iniciaron su preparación en el más estricto secreto y con el tiempo necesario para prepararse adecuadamente, asimismo utilizaron los medios que 64


brinda la inteligencia, para maximizar el éxito de la misión, las correctas medidas de seguridad, permitieron rescatar a casi todos los rehenes, con muy pocas bajas por parte de las tropas de asalto. La historia confirmaría, que una adecuada combinación de los mejores elementos de nuestras Fuerzas Armadas, permitió realizar la operación, que mereció el reconocimiento nacional como internacional, tenemos que recordar que en otros lugares del mundo, operaciones similares, ocasionaron la muerte de un gran número de los rehenes, así como bajas en la fuerza militar que realizo la operación, cosa que no ocurrió en el Perú. Sorpresa: Es atacar al enemigo en un lugar y momento o en una forma para el cual no esté preparado. Este principio fué aplicado en muchas ocasiones, por la resistencia peruana al mando del General Andrés A. Cáceres, quien tuvo en jaque al ejército invasor. Fue así, como en Concepción, al mando de un pequeño ejercito, armado con piedras, hondas, palos y unas pocas armas, sorprendieron al ejército Chileno, compuesto por 76 hombres, los cuales se encontraban muy bien armados, la destreza de Cáceres para camuflarse, le permitió ganarse el apelativo de "El Brujo de los Andes", con su habilidad para buscar el momento oportuno y aprovechando la arrogancia del ejército chileno, quienes no tuvieron la capacidad de repeler el ataque sorpresivo, siendo vencidos rápidamente. Simplicidad: Es preparar planes claros, no complicados y órdenes concisas que aseguren la comprensión del propósito que se persigue. Este principio fué aplicado, en forma muy eficiente durante casi toda la guerra, por el Almirante Miguel Grau, quien se batió prácticamente solo después de haber sido hundida la Independencia, la Escuadra chilena estaba compuesta por dos enormes acorazados gemelos “Blanco Encalada” y “Cochrane”, asimismo por el “O.Higgins”, “Chacabuco”, y “Abtao”, la cañonera “Magallanes”, la goleta “Covadonga”, el transporte “Lamar” y el vapor “Matias Cousiño". Su escuadra era quizás la mejor de América Latina. La Escuadra del Perú, no se había renovado en los últimos once años, y casi todas las naves se encontraban inmovilizadas y en proceso de reparación. Sin embargo el monitor "Huáscar" se constituyó en una seria amenaza, para las líneas de comunicaciones marítimas que sustentaban el esfuerzo bélico chileno. El 26 de mayo de 1879 atacó Antofagasta, al día siguiente apresó dos naves mercantes en Cobija, el 3 de junio es avistado por el blindado "Blanco Encalada" y la cañonera "Magallanes", pero logra escapar después de un corto duelo de artillería, durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto, el 17 de julio zarpa a interceptar un convoy chileno, una semana 65


después captura al transporte "Rímac", con 300 carabineros y abastecimiento de guerra. Pese a que fué el objetivo prioritario de la Escuadra Chilena, siempre logró escabullirse, aprovechando la simplicidad como estrategia. Atacaba cuando debía y se retiraba cuando la situación lo exigía, este principio le permitió, tener a la escuadra chilena en jaque durante mucho tiempo. Masa: Es concentrar los efectos del poder de combate, en lugar y tiempo, para alcanzar resultados positivos. El principio de masa, fue puesto en practica durante el conflicto de 1981, cuando el buen equipamiento de los soldados ecuatorianos, indicaba su propósito de establecer una férrea resistencia, a esto se sumó, las duras características de la zona, con tupidos bosques y una cadena montañosa, estos factores facilitaron las infiltraciones ecuatorianas, en cuyos puestos operaban entre 200 y 400 soldados. El 28 de enero de 1981, ante la negativa de Ecuador de retirar a sus efectivos del territorio peruano, se decidió realizar la operación de desalojo. El día 29 la Fuerza Aérea del Perú, descubrió que los ecuatorianos habían instalado una ametralladora antiaérea de gran calibre, que dificultaba la operación. Todo esto motivó se planifique un ataque en masa, aprovechando medios terrestres como aéreos, por tierra más de 400 hombres de las tropas de la V región, avanzarían y atacarían las posiciones enemigas, precedidos del apoyo de la aviación, que con sus aviones A-37B realizaría misiones de bombardeo y sombrilla, los helicópteros del Grupo Aéreo Nº 3, que operaba en la zona, junto con los helicópteros de la Aviación del Ejército, iniciarían la operación helitransportada, llevando 150 hombres a Comaina, estos avanzarían hacía sus objetivos, junto a una flota de helicópteros artillados que atacaría en forma simultanea, disparando fuego nutrido de cohetes contra los invasores. Esta exitosa operación, con una gran cantidad de hombres, motivó el repliegue inmediato de las tropas ecuatorianas, el principio de masa correctamente aplicado, permitió la rápida victoria. Maniobra: En un movimiento coordinado se mantiene al enemigo fuera de balance. Principio puesto en práctica en 1877, cuando el Capitán de Navío A.P. Luís Germán Astete, se rehusó a rendir su nave, y se batió con notable destreza en el memorable combate de Pacocha, contra dos buques ingleses, la fragata H.M.S. "Shah" y la corbeta H.M.S. "Amethyst”. La acción se llevó a cabo durante varias horas, en que los buques británicos pese a su gran ventaja de artillería no pudieron, hundir al blindado peruano, que respondió el fuego y maniobró con gran habilidad, evadiendo no sólo los disparos enemigos, sino también un torpedo autopropulsado, que los británicos utilizaron por primera vez en la historia. Habiendo fracasado en su intento de derrotar la nave peruana, los británicos se retiraron del escenario. 66


Desde el punto de vista de la guerra naval, el combate de Pacocha, tiene gran trascendencia, dada la calidad de los buques ingleses participantes, con grandes cañones, torpedos, granadas perforantes y tripulaciones de la primera marina del mundo. Los cuales se vieron superados por el blindado peruano que con gran maniobrabilidad supo colocarse en posiciones favorables, logrando la huída de Iquique, del Almirante Algernon M. de Horsey Comandante en Jefe de las fuerzas navales de su majestad británica en el Pacífico. Economía de Fuerza: Es asignar el mínimo esencial de poder de combate para esfuerzos secundarios. Este principio fue aplicado, durante el conflicto con la Gran Colombia, el Perú era una naciente república, contaba con limitados medios tanto militares como económicos, que le permitieran sostener un conflicto de estas proporciones, el primer encuentro se produjo en agosto de 1828, cuando la corbeta Libertad, al mando del Capitán de Corbeta Carlos García del Postigo, se hallaba en aguas internacionales frente al golfo de Guayaquil, con la intención de controlar e interceptar las naves que entrasen y saliesen del puerto, los peruanos eran conscientes que con los pocos medios que disponía, era muy difícil establecer un bloqueo de Tumbes hasta las costas de Panamá, lo que motivó un planeamiento detallado, en el que a través de relevos adecuados y un optimo uso de los medios, permitiera cumplir con la misión. La escuadra nacional al mando del Vicealmirante Jorge Martín Guise, junto con otros valerosos marinos, se dirigió a Guayaquil, y realizó varias incursiones antes de atacar el puerto. Fué el uso adecuado de los medios, lo que permitió a éstos marinos peruanos, cumplir con la misión que se le había asignado; durante uno de estos ataques fue impactada la fragata Presidente, muriendo el Vicealmirante Guise, sin embargo el Puerto de Guayaquil fué tomado por los peruanos pocos días después, los marinos peruanos se dieron maña para incursionar en Panamá y tener en jaque a la escuadra Grancolombiana, durante todo el tiempo que duró el conflicto.

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El Doctor Enrique Obando es coordinador del Comité de Asesores del Ministerio de Defensa, Antropólogo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Magíster en Políticas de Seguridad por la Universidad de George Washigton, Washington D.C. Ha sido Director General de Política y Estrategia del MINDEF, miembro de la Comisión de Reorganización de las Fuerzas Armadas y miembro de la Comisión de Reorganización del Consejo Nacional de Inteligencia. Ha sido, igualmente, Presidente del Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos. Ha publicado numerosas obras sobre seguridad y defensa en español e inglés. Actualmente es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú

E-mail: eobando@mindef.gob.pe 68


EL OBJETO DE LA ESTRATEGIA Doctor Enrique Obando Arbulú

a comparación en las Ciencias Sociales es la base del conocimiento y en el entendido que el pensamiento estratégico es una rama del estudio del pensamiento político la comparación nos puede ser de gran ayuda a la comprensión del desarrollo de la estrategia militar, más aún si dicha comparación se hace no sólo entre las distintas manifestaciones contemporáneas del fenómeno, sino mejor aún, siguiendo sus manifestaciones a lo largo de un periodo cronológico, vale decir histórico. Aplicando este método, nos salta a la vista que el objeto de la estrategia ha variado de manera considerable a lo largo de los últimos 200 años, y que dicha variación se ha ido acelerando en los últimos 80 años, influenciada por los cambios tecnológicos y por las nuevas formas políticas de entender la guerra. Napoleón significó una revolución en el modo de entender la estrategia. Rompió con la estrategia conservadora de las guerras por objetivos limitados del siglo XVIII y planteó que el objeto de la estrategia era la destrucción del ejército enemigo. La razón de ello es que el ejército es el instrumento que tiene el Estado adversario para imponernos su voluntad. Si dicho instrumento desaparece no sólo no podrá imponernos su decisión, sino que quedará a merced nuestra, en la medida en que conservemos nuestro propio ejército. Seremos entonces nosotros quienes podremos imponer nuestra voluntad al adversario. La captura de fortalezas, territorio o la capital del Estado adversario rara vez tiene el efecto que logra la destrucción del ejército del enemigo. Por lo tanto, Napoleón buscaba este objeto mediante la batalla decisiva y para ello introducía su ejército profundamente en territorio enemigo, de manera que el enemigo no podía ignorarlo. Colocaba su ejército entre el ejército enemigo y su línea de comunicaciones o su capital a fin de que este se vea obligado a luchar o rendirse por falta de suministros. (1) Dicho objeto se vio claramente en la campaña de Austerlitz en 1805, en Jena en 1806, en Friedland en 1807, en Wagram en 1809 y eso fue precisamente lo que no logró en Borodino en 1812, con su consiguiente derrota. Napoleón escribió casi nada y el intérprete por excelencia de su pensamiento estratégico es Carl von Clausewitz, quien hace énfasis en

(1)

Paret, Peter; “Napoleon and the Revolution in War”, en Paret, Peter (ed.); Makers of Modern Strategy, Princeton University Press, Peinceton, New Jersey, 1986, p. 131

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el objeto de eliminar al ejército enemigo. Hablando del propósito de la guerra nos dice que “debe ser siempre la derrota del enemigo.” Dicha derrota se logra según Clausewitz en primer lugar mediante la dispersión de su ejército, y sólo en segundo lugar mediante la captura de su capital, en la medida en que esta sea el asiento de los cuerpos y partidos políticos. (2) “Desarmar o destruir al enemigo (…) debe ser siempre el propósito de la acción militar.”, insiste. (3) Antoine Henri de Jomini, el otro intérprete de Napoleón, plantea en sus escritos claramente el mismo objeto de la guerra, vale decir, maniobrar al ejército enemigo a la batalla a fin de destruirlo. (4)

La idea de destruir al ejército enemigo llegó a su límite en la Primera Guerra Mundial, en donde franceses, alemanes y británicos se desangraron en ofensivas sin resultados durante cuatro años en el frente occidental. La tecnología defensiva había superado a la ofensiva, conduciendo a un estancamiento estratégico. Surgió entonces un nuevo teórico militar, Guiulio Douhet, que ante el alto costo que significaba destruir el ejército enemigo en la nueva guerra de trincheras, propuso que el objeto de la estrategia no debía ser más este, sino la destrucción de la voluntad de resistir de la población del enemigo que sostenía el esfuerzo de guerra. Douhet señalaba en su libro Comando del Aire, el que fue muy popular en la década del 1920, que el bombardero sería la herramienta para doblegar la voluntad de resistir de la población enemiga. Mediante el bombardeo estratégico de las ciudades del adversario la guerra no sería un asunto de ejércitos lejanos, sino que presionaría a la misma población, sin cuyo apoyo no se puede proseguir la guerra, a pedir paz.. Ante quienes sostenían que bombardear a la población civil era inhumano Douhet contestaba que más inhumano era una guerra que se prolongaba por años al costo de millones de vidas sin resultados, cuando un bombardeo podía terminar la guerra en pocas semanas, ahorrando millones de muertes. (5) En las ideas de Douhet se basó el bombardeo alemán de Varsovia, Rótterdam y Londres en 1940, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. El bombardeo de Varsovia aceleró la rendición polaca. El bombardeo de Rótterdam fue resultado de una resistencia mayor a la esperada del ejército holandés. Luego de bombardear Rótterdam se hizo saber a los holandeses que Ámsterdam seguiría si no se producía una pronta rendición. La amenaza surtió efecto ya que la rendición llegó pronta. En el caso de Londres y demás ciudades inglesas como Coventry, sin embargo, la estrategia no funcionó. La razón fue el radar que llevó a los británicos a ganar la Batalla de Inglaterra.

(2)

Clausewitz, Carl von ; De la Guerra, Instituto del Libro, La Habana, 1969, p. 653-655

(3)

Ibid. p. 16

(4)

Messenger, Charles; “Introduction”, en Jomini, Antoine Henri de; The Art of War, Greenhill Books, London, p. xi

(5)

Howard, Michael; War in European History, Oxford University Press, Oxford, 1976, pp.129-130

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A pesar del fracaso alemán, los ingleses tomaron las ideas de Douhet e iniciaron su propio bombardeo estratégico contra Alemania, al que después se sumarían los americanos. La idea subyacente detrás del bombardeo estratégico era que la Fuerza Aérea por si sola podía ganar la guerra. Esto resultó no ser cierto. Ingleses y americanos sufrieron bajas inaceptables durante las misiones sobre Alemania y para mayo de 1944 el alto mando aliado retiró los bombarderos de las misiones sobre ciudades para concentrarlos en la preparación de la invasión de Normandía. La Fuerza Aérea no había podido ganar la guerra sola y la invasión de Francia y posteriormente Alemania se hizo necesaria. El bombardeo estratégico se reanudó posteriormente a la invasión y se redujeron las ciudades alemanas a escombros, pero la producción bélica alemana prosiguió hasta el final y fue necesario ocupar todo el país para obtener la rendición. El pensamiento de los teóricos del aire se mantenía, sin embargo, incólume, señalando que lo único que faltaba para producir el resultado deseado de derrotar al adversario sólo desde el aire era transportar bombas cada vez más destructivas y su punto se probó en Hiroshima y Nagasaki, bombardeos atómicos que trajeron como consecuencia la rendición del Japón.

La estrategia nuclear que vendría luego se basaba igualmente en las ideas de Douhet de bombardear a la población civil, pero el vehículo ya no sería el bombardero sino los misiles balísticos intercontinentales. La estrategia nuclear basada en estos principios puso a la civilización al borde de la desaparición. Quien atacaba primero ganaría la guerra nuclear porque el enemigo no tendría posibilidad de respuesta. La invención del submarino nuclear cambió esto. Ahora un ataque nuclear que destruyera las armas nucleares de una potencia en tierra, podía ser respondida por esta desde sus submarinos nucleares no detectados en alta mar. Esto llevó a la llamada “destrucción mutua asegurada” (MAD por sus siglas en inglés) y a la desaparición de la estrategia y de la guerra misma como herramientas para imponer la voluntad propia al enemigo, ya que la guerra nuclear no se podía ganar y aseguraba la destrucción de los dos contendientes. La guerra no desaparecería sin embargo, continuaría entre los países periféricos a ambas superpotencias.

Tanto los planteamientos de Napoleón, Clausewitz y Jomini, así como los de Douhet podríamos calificarlos como de aproximación directa. Se busca destruir al ejército enemigo o a las ciudades del enemigo, esto último a fin de minar su capacidad de resistencia. A comienzos de los años 50, sin embargo, Sir Basil Liddell Hart propondría la llamada aproximación indirecta. Liddell Hart propone en su obra Estrategia: la aproximación indirecta, que el objeto de la estrategia no debería ser la destrucción del ejército enemigo, algo muy costoso de lograr en tiempos modernos como lo probó la Primera Guerra Mundial, ni la destrucción de la capacidad de resistir del enemigo, algo reñido con la moral en la medida en 71


que se ejecuta bombardeando a la población civil, sino la dislocación del ejército enemigo. Esto significa obtener mediante la maniobra una posición tan ventajosa que al enemigo le sería obvio que la consecuencia sería una derrota. Por lo tanto no habría necesidad de batalla o si esta se producía la victoria se lograría con un mínimo número de bajas. Los ejemplos que Liddell Hart presenta de dislocación son la campaña de Ilerda de César; la campaña de Preston de Cromwell; la campaña de Ulm de Napoleón; el envolvimiento de Moltke al ejército de Mac Mahon en Sedán en 1870 y en 1918 el envolvimiento de Allenby a los turcos en las colinas de Samaria. El más contundente y catastrófico de los ejemplos fue el modo en que los alemanes, en 1940, aislaron y atraparon el flanco izquierdo de los aliados en Bélgica, siguiendo la penetración sorpresiva de Guderian en el centro de Sedán, que aseguró el colapso general de los ejércitos aliados en el continente. (6) ¿Cómo se produce la dislocación estratégica? En la esfera física es el resultado de un movimiento que trastorna el dispositivo del enemigo y forzando un repentino cambio de frentes disloca la distribución y organización de sus fuerzas, separa sus fuerzas, pone en peligro sus abastecimientos o amenaza la ruta o rutas por las cuales pudiera retirarse. En la esfera psicológica, la dislocación es el resultado de la impresión en la mente del comandante de los efectos físicos enunciados. La impresión es fuertemente acentuada si su realización en una desventaja es repentina. La dislocación psicológica se desprende fundamentalmente de esta impresión de sentirse atrapado. La dislocación física toma la línea de menor resistencia, la psicológica la de menor expectación. (7)

Mientras esto se discutía respecto de la guerra regular, en China surgía un nuevo tipo de guerra irregular; la guerra política. Mao Tse Tung daría un vuelco revolucionario a la estrategia con la creación de lo que él denominó la Guerra Prolongada. Mao luchó contra los ejércitos del Kuo Ming Tang y posteriormente contra los japoneses, en ambos casos con éxito. Logró oponer una guerrilla a ejércitos regulares y salir victorioso. La razón de su éxito fue concebir la guerra en términos políticos y no solamente militares. Sabía que no podía derrotar en capacidad de fuego al enemigo y por lo tanto le opuso una guerrilla que golpeaba y se ocultaba entre la población, de manera que el enemigo no encontraba donde golpear. Era una guerra sin frente ni retaguardia. Los golpes del enemigo a la población civil eran usados para azuzar el odio hacia el enemigo e incrementar los voluntarios que se unían a las filas de la guerrilla. Mao no pensaba que el objeto de la estrategia era la destrucción del ejército enemigo, ni la dislocación de este,sino la obtención del apoyo de la población. Era una guerra para obtener el apoyo de la población y quien lo conseguía ganaba la guerra. (8)

(6)

Liddell Hart, Sir Basil; Estrategy, Meridian, 1991, p. 324-325

(7)

Ibid., pp. 326-327

(8)

Mao Tse Tung; “Sobre la Guerra prolongada”, en Seis Escritos Militares del Presidente Mao Tse Tung, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1972

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Eso fue comprendido muy bien por Robert Thompson, el creador de la doctrina antisubversiva británica, cuando se enfrentó a una guerrilla de inspiración maoísta en Malasia entre 1958 y 1960. Ante la frase de Mao de que el revolucionario tiene que moverse entre la población como el pez en el agua planteó que no tenía sentido tratar de golpear a los peces, sino que lo que tenía que hacerse era quitarles el agua, vale decir el apoyo de la población. Concluyó que el objeto de la estrategia de este nuevo tipo de guerra política era conquistar los corazones y mentes de la población. (9) André Beaufre, en su obra La Estrategia de la Acción, vio la guerra política de otra forma. Beaufre es otro defensor de la aproximación indirecta y señala que en una guerra de este tipo lo que importa no es la fuerza militar, sino la fuerza psicológica. En el campo de batalla no se trata de vencer al enemigo, ya que eso es imposible debido a la falta de capacidad de fuego. Sólo se trata de tener siempre una fuerza en el campo, es decir presencia, no de ganar ninguna batalla. La verdadera maniobra es externa y la bautiza precisamente así: “la maniobra externa”. La maniobra externa es psicológica y no militar y consiste en deslegitimar la acción del enemigo, ganar a la opinión pública de los países del mundo a fin de que presionen para obtener la retirada de la fuerza enemiga. Pero más aún, se trata también de deslegitimar a la fuerza enemiga frente a su propia población, a fin de que deje de apoyar el esfuerzo de guerra y pida la retirada de sus tropas. (10) Esto es precisamente lo que le ocurrió a Estados Unidos en Vietnam en los años 60 y 70 y lo que está en proceso de ocurrir hoy en día en Irak. Según Beaufre, entonces, el objeto de la estrategia es llevar a cabo la maniobra externa, vale decir la maniobra psicológica.

En los últimos años, en Estados Unidos, ha surgido una nueva forma de ver el objeto de la estrategia. Esta nueva escuela propone que el centro de gravedad del enemigo es el líder y que si se puede eliminar al líder el esfuerzo militar del enemigo se debilitará considerablemente. Bajo este concepto se inició la campaña de Irak y la de Afganistán tratando en ambos casos de capturar o eliminar al liderazgo enemigo. En el caso de Saddam Hussein la captura demoró pero llegó, sólo para demostrar que la oposición que Estados Unidos enfrentaba en Irak no dependía de Saddam, sino de una red de movimientos de diferente motivación unidos contra la fuerza norteamericana que consideraban invasora y totalmente diferente en cultura, religión raza e intereses. La captura de Saddam no tuvo mayor significado estratégico. Respecto a Osama Bin Laden, su captura ha demostrado ser elusiva hasta ahora, seis años después de 11 de septiembre del 2001.

(9)

Thompson, Robert; Defeating Communist Insurgency: Experiences from Malaya and Vietnam, Chatto & Windus, London, 1972

(10) Beaufre; André; Estrategia de la Acción, Pleamar, Buenos Aires, 1973 (1966)

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Finalmente, después de este trayecto por las diferentes formas de ver el objeto de la estrategia que incluye la destrucción del ejército enemigo, la destrucción de la voluntad de resistir de enemigo, la dislocación del ejército enemigo, la conquista de los corazones y mentes de la población y la eliminación o captura del líder enemigo, vale la pena regresar 2,500 años a un estratega en China, a un estratega taoísta, vale decir a un hombre que cree en el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza, a un hombre que cree en el Tao, vale decir el camino, el camino de rectitud y que considera que la guerra es la ruptura del equilibrio. Sun Tzu señala que el mejor estratega no es el que derrota al enemigo en el campo de batalla. Según su punto de vista quien tiene que combatir aunque triunfe es un mal estratega, porque no pudo evitar el ataque. El mejor estratega es el que deshace las intenciones del enemigo cuando está preparando sus planes. La mejor estrategia es generarle problemas internos al enemigo para impedir su ataque, es deshacer sus alianzas para reducir su fuerza, es ganar alianzas propias para desincentivar su ataque, es ganar en fuerza para disuadir. “El militar hábil arruina los planes, rompe las alianzas, corta los suministros, bloquea los caminos y así puede vencer sin pelear”. (11) Así como el mejor médico no es el que cura sino el que previene la enfermedad, el mejor estratega no es el que gana la guerra, sino el que previene la guerra. El objeto de la estrategia es entonces prevenir la guerra, vale decir ganar sin pelear. Finalmente, después de tantos siglos, tenemos que conceder que la mejor definición sobre el tema se dio hace 2,500 años. Liddell Hart la redescubre el siglo XX cuando dice “lo perfecto en estrategia será producir una decisión sin llegar a ningún combate serio”. (12) Clausewitz consideraba esto iluso. “Muchas almas filantrópicas, -nos dice-, imaginan que existe una manera artística de desarmar o derrotar al adversario sin excesivo derramamiento de sangre, y que esto es lo que se propondría lograr un verdadero arte de la guerra. Esta es una concepción falsa que debe de ser rechazada”. (13) Es la concepción oriental contra la occidental. Occidente aprendió, como nos lo dice Hanson, en los campos de Grecia, hace también veinticinco siglos, a librar combates brutales y decisivos por la necesidad de terminar ese asunto sangriento en corto tiempo, a fin de no descuidar la agricultura en un país árido y pedregoso. (14) Por esa vía occidente llegó a la obsolescencia de la guerra y de la estrategia cuando la destrucción nuclear mutua asegurada le quitó a ambos la capacidad de herramienta del Estado para imponer su voluntad sobre sus adversarios. Fue por esta vía que llegamos a la estrategia de la disuasión y en que Occidente redescubre a Sun Tzu. Ha sido un largo camino para llegar al punto en que el gran estratega chino estuvo hace ya 2,500 años. (11) Sun Tzu; The Art of War, Shambala, Boston & London, 1991, p. 19 (12) Liddell Hart; Op. Cit. p. 324 (13) Clausewitz, Carl von; Op. Cit., p. 14 (14) Hanson, Victor Davis; The Western Way of War, Oxford University Press, Oxford, 1989, pp. 9-18

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ESCUELA DE OFICIALES DE LA FUERZA AEREA

ESCUELA SUPERIOR 75 DE GUERRA AEREA


El señor Walter Olivari, de profesión abogado tiene estudio de Maestría En Filosofía Del Derecho y Ciencia Política, en la Universidad De Sao Paulo, Brasil. Ejerce labor docente en el curso de Ciencia Política en la Universidad de Lima. A desarrollado los siguientes trabajos de investigación: Catalogación de las Elites Políticas Peruanas, Manual de Historia de las Ideas Políticas, ¿El Fin de las Ideologías?, el Valor de la Democracia. Expositor invitado en los siguientes eventos académicos: VI Encuentro de Latinoamericanistas, Españoles Universidad Complutense de Madrid, Año, 1997 III Congreso Español de Ciencia Politica y de la Administración. Universidad de Salamanca. España., Año, 1997 IX Congreso Internacional Fiealc. Universidad de Tel-Aviv. Israel, Año, 1999 Congreso “La Emigración Centroeuropea a América Latina. Universidad Carolina de Praga. República Checa, Año, 2000 50° Congreso de Americanistas Universidad de Varsovia. Polonia, Año, 2000 Foro Mundial de Americanistas X Congreso Fiealc Moscu-Rusia, Año, 2001 Congreso”Mercato Finanzio E Tutela del Risparmio” Genova-Italia, Año, 2005 Miembro Fundador de la Asociación Iberamericana de Ciencia Política, y de la Sociedad Peruana de Ciencia Política.

E-mail: wolivari@correo.ulima.edu.pe 76


EL PERÚ ANTE EL SIGLO XXI: GLOBALIZACIÓN, DEFENSA, SEGURIDAD Y DEMOCRACIA

Señor Walter Olivari Ortega

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ste artículo me permite desde un inicio reconocer el papel de trascendencia que tienen en un país las Fuerzas Armadas para la sociedad y la ciudadanía en pleno. El Perú por ello no es ajeno a este fenómeno. El Perú nuestro país, está desde siempre indesligablemente vinculado a sus hombres de armas y uniforme, que aquellos que ya desde el remoto pasado prehispánico, como aquel que se forja también dentro de la colonia y termina presente con vigor libertario y prócer en los inicios de la República estuvieron ahí con su generosa cuota de sacrificio y heroicidad. Es verdad que en los albores Republicanos, el Perú tuvo grandes carencias y sobre todo enormes “vacíos”. Tal vez el más notorio fue la ausencia de una élite gobernante apta, madura y sobre todo patriótica para gobernar desde el estado nuestros destinos, como nuestro pletórico pasado se lo merecía. Allí se provoca la llegada – como fue frecuente en todas la nacientes naciones hispanoamericanas – de los primeros hombres de uniforme al control del Poder Político de manera y forma directa, fueron ellos los “caudillos”, personajes la mayoría de casi épica presencia, fuerte personalidad, a veces intenso amor por la Patria, pero en verdad poco útiles para las demandas y tareas que la política les encomendaba a los gobernantes en nuestras tierras. El inicio de la historia es a veces muy duro e implacable con ellos, pero a guisa de objetividad, la presencia de los “caudillismos militares”, en el Perú fueron un asunto de responsabilidad compartida con los civiles incapaces de presentar un proyecto propio de marcados objetivos nacionales en la naciente estructura que el momento requería. A partir de este periodo de distancia fue siempre malinterpretada por ambos lados, los civiles tanto como los militares imaginaron que el camino a recorrer distanciaba a unos de otros y que incluso los oponía encarnizadamente. Jorge Basadre , el gran historiador tacneño dice con propiedad que el “primer militarismo” fue tan dañino en el poder como la “ausencia de los civiles para evitarlo”. Aunque luego del auge “falaz” del boom del guano, los notables en el Perú, tomaron conciencia de las tareas que les reclamaba la historia, y crearon un proyecto partidario para corregir estos “vacíos”, el resultado fue 77


una organización con el membrete de “civilistas” que aunque de manera comprensible reclamaba un lugar que en el poder ya habían tomado los militares, insistió a veces con poco acierto en sostener distancias con los uniformados. Ni siquiera la infausta “Guerra del Pacifico” evitó que estas ya insensatas líneas separatistas se mantuvieran. La guerra que era y seguirá aún por mucho tiempo siendo el tema nuclear de los militares, siempre moldea sus opiniones y decisiones, en el plano internacional la última gran guerra mundial aquella del 39 al 45, que militarmente derrota al belicismo germano, último recodo y bastión de propuestas guerreristas hoy caducas, significó también el racional triunfo por primera vez en la historia de la humanidad del valor y símbolo de la PAZ, aquella idea que se inicia con la negación de la contienda pero luego se asimila a la de bienestar y prosperidad por la ausencia de conflictos. En el plano interno, el Perú se conmovió las últimas décadas por los irresponsables propósitos de vecindades geográficas que intentaban según ellos desopilantes reclamos territoriales que tanto la historia, el derecho y la voluntad nuestra consiguieron deshacerlas, grave aún fue el demencial brote subversivo, aquel que no solo enlutó al país entero sino que enfrentando al brazo armado del Estado comprobó su valía y final contundencia. Hoy estamos en tiempos nuevos, todos son de “cambios”, vertiginosos y nos demuestra que tal vez como lo afirmaba siempre la gran filosofía clásica griega solo “el cambio en sí mismo” permanece. Por ello las Fuerzas Armadas del siglo XXI, de un país que quiere ser también del siglo presente debe aceptar el reto de esta modernización, tarea que trae como primer deber, asumir el desafío de la Globalización. Intento proyecto este, de hacer del mundo una “aldea global”, con muchos patrocinadores y no poco detractores, pero fenómeno al fin y al cabo que exige estrategia decisión de los líderes de cualquier nación que busque el desarrollo por muy periférica y modesta que sea, como ocurre con nosotros. En estos tiempos así los militares no piensan y actúan fijados sólo en la guerra, también le deben dedicar al valioso poder de la Paz, el notable historiador griego Tucídides, en su magistral obra “La historia de la Guerra del Peloponeso” no solo es el creador de un tipo absolutamente nuevo de literatura histórica narrando las guerras, sino un gran hallazgo es considerar al hombre como motor de la historia y como tal, no sólo debe prepararse para una de ellas olvidando una integral visión de la política en su estricto sentido. Así al presentarnos a un doliente pero heroico y genial líder político y militar el ateniense Pericles- aquel del siglo de oro – en su inolvidable “oración fúnebre” nos demuestra que los mejores soldados son los que se forjan en el consciente deber ciudadano de la defensa de virtudes de su propio pueblo como mejor forma de vida y de ella la más importante y valiosa son el profundo amor a la patria.

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La globalización, ese actual intento proyecto de hacer del mundo una “aldea global” y que tiene muchos amigos y hasta panegíricos así como detractores y hasta enemigos, nos obliga este siglo XXI a reflexionar de manera realista con los temas de Seguridad, Defensa y Democracia. Sobre la primera se debe cada vez más clarificar el concepto para evitar sus erróneas interpretaciones, la seguridad es un estado al cual la nación por su supervivencia debe arribar, y en el no mantenerse. La Defensa es el sistema que mantiene integrada a la patria y la preserva de amenazas externas y la Democracia una forma de gobierno –tal vez la menos mala de todas posible- racional y razonable sobre los ciudadanos puedan alcanzar incluso sus sueños más sublimes. Para el siglo XXI queda en claro que la agenda se transforma: políticas de integración, narcotráfico, terrorismo, ecología, violencia, marginalidad, abren nuevas áreas de preocupación mundial en seguridad y defensa. Añádase a esto, el ya famoso por funesto día 11 de septiembre del 2001, que dicta nuevos códigos no solo a la primera potencia mundial, sino presiona al resto del mundo a replantear sus patrones anteriores de seguridad por ahora; observemos que las urgencias del cambio están en referencias que a veces comprometen la propia existencia de los Estados –Nacionales vistas desde la “clásicas” estrategias antes ensayadas. Por ejemplo, las políticas de apertura comercial para el flujo de mercaderías en los anteriores casi estáticos vinculados de contacto fronterizo, hoy promuevan y dictan modificaciones para América Latina desde finales de la década pasada. Implicando ello la firma de compromisos para “adelgazar fronteras” en plazos perentorios por lo cual si seguimos el calendario muy pronto la geografía económica exigirá nuevos “roles” para los “guardianes de las demarcaciones territoriales: es decir para los militares. Asuntos como la soberanía, decidir si mantiene rígida – lo cual es poco probable – o si se hace muy flexible, es un tema a decidir con mucha premura y seriedad. Resulta así claro que países como el Perú, metido en el duro capitulo de adaptarse “sobre la marcha”, deben concluir pronto con sapiencia y eficacia los “nuevos roles” de sus ejércitos. Para los casos de seguridad y defensa en terrorismo, la renovación de la agenda peruana no presenta grandes novedades, pues como país sometido a la cruel experiencia de la vesania por la existencia de grupos terroristas es la fría lógica de realismo, que afine la estrategia de control y exterminio de los remanentes de violencia, que principalmente están en el frente interno y que alguna vez atacaron la sede misma del poder del Estado, como fue en los años 80 creando situaciones de peligro y zozobra para la continuidad de la nación peruana y sus integrantes. Donde si se exige premura y certeza, es en el tema de narcotráfico y de la criminalidad, pues sobre el primer punto, que duda, cabe, que el enorme poder corruptor de la cocaína y la marihuana, ya se han sentado reales y su intromisión a veces descarada en las altas esferas de la sociedad y la política nacional demandan una lucha sin cuartel. 79


Sobre la criminalidad, el Perú vivió una época lamentable de “desborde” de las masas que son amplios y gruesos sectores excluidos y marginados, donde las extremas condiciones de pobreza, siguen generando verdaderos cordones de miseria, los cuales aprietan con fuerza a los espacios urbanos, indefensos antes delincuentes, pandilleros y asaltantes de todo tipo. Por ahora la capacidad del Estado como institución encargada de dar efectiva seguridad ciudadana es a veces casi nula. En esta nueva agenda, también se incluye para países como los nuestros el tema de la Democracia como forma de gobierno y esto debido a la presencia a veces de los militares, a través de los golpes de estado ya sea en forma tradicional, por insurgencia o cuartelazos o también con estilos novedosos como por ejemplo sucedió el 5 de abril de 1992. Por ello el programa ya realizado de conceder el sufragio a los militares aligeró en algo la tensión de una institución que siempre rodea a un Jefe de Estado, quien en teoría es su Comandante Supremo. Desde luego, que las Fuerzas Armadas tengan un rol protagónico desde sus propias instancias en el sistema el Estado de derecho, basado en la constitución y las leyes, es un gran avance. Pero poco se logrará sino se mantiene siempre un dialogo sincero y directo.

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ESCUELA MILITAR DE CHORRILLOS

81 ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA


El almirante Alfredo Palacios egresó de la Escuela Naval del Perú como Alférez de Fragata en el año 1967, al año siguiente obtuvo el Grado de Bachiller en Ciencias Marítimo Navales otorgado por la misma Escuela Naval. Durante su servicio naval, anotamos lo siguiente: Se calificó en la especialidad de submarinos en 1971; el año 1972 fue nombrado en Comisión del Servicio en la República de Alemania como oficial inspector de electricidad del primer submarino alemán que se construyó en dicho país para el Perú, el BAP Islay, integrando la primera dotación y regresando la Perú en 1975. El año 1982 ejerció el comando del submarino BAP Arica. En el renglón académico, el año 1991 siguió el Curso de Alto Mando Naval en la Escuela Superior de Guerra Naval, ocupando el primer puesto en el orden de mérito y recibiendo la medalla “Honor al Mérito Pro Marina”. Ostenta el grado de Magister en Relaciones Internacionales, obtenido el año 1992 en la Pontificia Universidad Católica del Perú, ocupando el primer puesto en el orden de mérito, sustentando la tesis: “La Imagen del Perú en los Organismos Internacionales de Derechos Humanos – Período 1980-1992”,. Diplomado en Dirección Estratégica de Empresas en la Universidad del Pacífico en 1993, y egresado de la Maestría de Ciencia Política en la Pontificia Universidad Católica del Perú, el 2003. Con el grado de Vicealmirante, ha ocupado los puestos más importantes en los altos niveles de la Institución en la línea de Comando: En el año 2001 ocupó la jefatura de la Marina desempeñándose como Comandante General de la Marina hasta diciembre del mismo año. Actualmente se desempeña como consultor privado en Asuntos Marítimos, es miembro del Consejo Consultivo de la Marina de Guerra del Perú. Columnista del Diario Expreso desde agosto 2004.

E-mail: palac003@hotmail.com

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PANORAMA DE SEGURIDAD EN LA REGIÓN FRENTE A LOS NUEVOS DESAFÍOS

Vicealmirante Alfredo Palacios Dongo

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l escenario mundial y la globalización nos obligan, cada vez con mayor intensidad, a reconocer que a pesar de que el sistema internacional identifica a los Estados Nación como soberanos y actores únicos, existe una necesidad perentoria de integración de los países con el fin de garantizar los intereses nacionales. Los nuevos conceptos y nociones de seguridad, conjuntamente con una serie de desafíos que enfrenta la región, tales como seguridad fronteriza, resguardo de los recursos naturales, narcotráfico, terrorismo, narcoterrorismo, delincuencia organizada, fundamentalismo, pobreza, exclusión, ecología, medio ambiente, vacío geopolítico, entre otros, afectan a los Estados Nacionales en cuanto a su propia seguridad. En este panorama, existe una innegable necesidad de buscar y concertar una agenda común de seguridad en Sudamérica que logre su fortalecimiento para enfrentar juntos estos desafíos. Sin embargo, se presenta un camino muy complicado y difícil que recorrer. Como sostiene Saul Cohen el gran geopolítico americano plasmado en su mapa geoestratégico, Sudamérica se encuentra en una esfera de marginalidad estratégica; esto es, no encerramos en nuestro seno a ninguna potencia nuclear ni tenemos enclaves de otras potencias que sean vistos como un reto por ninguna de las potencias mundiales. Somos un conjunto de nueve naciones que reúnen entre ellas una potencia emergente, Brasil; y un conjunto de países en proceso de modernización o en vía de desarrollo. Salvo Brasil, y aún esto bajo condición; ninguno de nuestros países aislado puede tener ni desarrollará por sí solo en ningún futuro previsible, la masa de poder necesaria para ejercer una verdadera soberanía y por consiguiente ser actores en el escenario internacional. Por separado, estamos condenados a una posición de marginalidad y periferización cada vez más pronunciada. La situación de integración en nuestra región, con respecto a otras regiones es paradójica, porque nuestro continente, a diferencia de todos los otros, tiene prácticamente una unidad de lenguaje, y ciertamente una macro unidad cultural. Nuestras respectivas identidades nacionales son 83


variantes de una identidad básica que nos es común. Además de eso, tenemos hasta una religión mayoritaria común. Desde el punto de vista geoestratégico, gracias al Canal de Panamá –actualmente en proceso de ampliación– somos prácticamente un continente isla, abierto a los dos océanos principales y con control sobre dos pasos estratégicos de relevancia mundial. En cuanto al punto de vista geoeconómico, tenemos dadas todas las condiciones para una cuasi autarquía. En nuestro continente se dan todos los recursos estratégicos, desde energéticos, como petróleo, gas, uranio, y todo tipo de minerales, pasando por fuentes de proteínas, como las que se encuentran en nuestro Océano Pacífico, o las que se pueden desarrollar en las pampas argentinas o en las sabanas del norte, así como también contamos con uno de los principales bosques y reservorios de agua dulce del planeta. Se podría alegar que un límite impuesto a la posibilidad de la constitución del espacio sudamericano viene dado por la desarticulación del continente. Durante demasiado tiempo hemos estado preocupados de aislarnos unos de otros. Sin embargo, las necesidades mismas de los procesos económicos actuales, hacen indispensable un proceso de integración que se viene reflejando, aunque muy lentamente, en el desarrollo de la llamada infraestructura logística sudamericana. Nuestro continente requiere integrarse en un gran sistema de carreteras, puertos, hidrovías y sistemas de telecomunicaciones. Es necesaria la integración de Sudamérica en infraestructura, sobre la base de un esquema de ‘ejes de integración’ y el desarrollo de centros de producción y mecanismos de distribución de energía e infraestructuras y comunicación autónomas. Esto generará una nueva realidad política, puesto que una vez en plena actividad generará una interdependencia de capital importancia para la supervivencia de nuestras naciones. Por ejemplo, la destrucción de una central energética o un gasoducto en un país sudamericano podría paralizar la producción en otro. Desde la estandarización de la visión estratégica de Warden, la protección de la infraestructura crítica se ha convertido en tarea clave de seguridad para las FFAA de toda potencia. Además, esta infraestructura crítica puede ser amenazada tanto por enemigos convencionales como no convencionales. Estos blancos son de tal naturaleza que pueden ser atacados por FFAA clásicas o por grupos terroristas o seudo terroristas, interesados en afectar nuestro desarrollo. En su libro Guerra por los recursos: el futuro escenario del conflicto global, Michael T. Klare, experto en seguridad internacional, pronostica que los enfrentamientos políticos de la Guerra Fría están siendo reemplazados por una inmensa y caótica lucha por los recursos naturales, como los combustibles, madera, minerales y agua, y considera que la era actual se caracteriza por la tensión medioambiental cada vez más aguda y la aceleración de la competitividad internacional. En este sentido, ya las FFAA argentinas están implementando una nueva doctrina denominada la guerra de los recursos, sobre la base de hipótesis de conflicto por competencia de recursos naturales, especialmente hídricos, cuyo proceso culminará en el 2025. 84


En este contexto, la integración del espacio sudamericano existe como idea desde hace muchas décadas, pero hasta ahora no ha sido posible llevarla a la realidad debido a que la región es bastante compleja por la existencia de intereses nacionales contradictorios y la ausencia de un proyecto serio de integración. Así, la Comunidad Sudamericana nació con poca consistencia en una reunión en el Cuzco, Perú; ni siquiera se firmó su constitución formal, suscribiéndose solamente una declaración el 8 de diciembre de 2004. Posteriormente, en Cochabamba, Bolivia se presentó una escena similar, no solo por la ausencia de importantes mandatarios, sino porque no hubo avances significativos. Recién el 17 de abril de 2007 se ha creado la Unión de Naciones Sudamericanas sobre la base de dicha Comunidad y, teóricamente debería seguir el patrón de la Unión Europea. Lo que ésta nueva institución debería lograr en el mediano plazo es tomar todas las acciones necesarias para contar con moneda única y pasaporte común, así como la existencia de un parlamento sudamericano. Sin embargo, en las relaciones entre los países de la región se presentan muchas complicaciones que influyen de manera negativa en los procesos de entendimiento e integración regional. Veamos: Argentina y Uruguay ventilan ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) un conflicto por la instalación de este último de una procesadora de celulosa sobre la orilla del fronterizo río Uruguay, que según Argentina, provocará serios daños al medio ambiente, lo cual genera constantemente bloqueos de puentes y amenazas. Por otro lado, Perú y Chile mantienen una controversia de larga data sobre la delimitación marítima, y en el corto plazo el Perú presentará una demanda a dicha CIJ, lo cual ha ocasionado voces desmedidas y destempladas por parte de los actores políticos chilenos tales como agresión, provocación inamistosa, o la derivación de un eventual conflicto bélico. En el caso de Bolivia, está intensificando la antigua demanda a Chile sobre su salida al mar y, de acuerdo al Tratado de 1929, también involucra a Perú. Entre Colombia y Venezuela existe una difícil y tensa convivencia, la cual se ha hecho especialmente complicada en los últimos años por la forma como ambos países se relacionan con EE.UU. En tanto, Ecuador y Colombia mantienen un conflicto debido a fumigaciones que realiza este último desde principios de 2007 cerca de la frontera común, con herbicida glifosato. Según Ecuador, esto afecta a la naturaleza y las poblaciones cercanas, por lo tanto prepara una demanda ante la CIJ y ha amenazado con la interceptación de aviones fumigadores. Por otro lado, en el ámbito de las políticas de defensa y armamentismo, se presenta un panorama inestable, confuso y con pocos consensos o referentes. Tal como se vienen presentando los acontecimientos, las cifras difundidas por diversos centros internacionales de estudios y análisis de defensa señalan que en la región, donde no se han presentado graves enfrentamientos en el siglo XX y las relaciones entre los países se podrían considerar relativamente satisfactorias, se ha presentado en los últimos años un peligroso desequilibrio estratégico, debido a las grandes adquisiciones de armamento de última tecnología, especialmente 85


por parte de Brasil, Chile, Colombia y Venezuela. En el caso de Brasil, además de presentar los mayores gastos en armas en la región, acaba de iniciar un plan de aceleración del crecimiento militar con el que pretende re equipar sus FFAA y reconstruir su industria bélica. Según el mismo presidente Lula Da Silva, el plan estratégico de defensa, que sería completado en un año, permitiría a Brasil convertirse en una potencia mundial en el siglo XXI. Por su lado, Chile dedica más del 3.5% de su PBI para defensa, además de los elevados recursos que les otorga a las FFAA su ‘Ley Reservada del Cobre’, generando una carrera armamentista ofensiva sin precedentes, con el pretexto de renovación de material obsoleto. En el caso de Colombia, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), se ha convertido en el segundo país con mayores gastos en Sudamérica, después de Brasil, con un monto de US$ 2.840 millones anuales. También Venezuela desde hace más de un año ha iniciado un proceso de adquisiciones militares, sobre la base de un plan de modernización que se proyecta sin interrupciones hasta el 2012. Las nuevas Fuerzas Armadas Bolivarianas –un cuerpo esencialmente patriótico, popular y anti-imperialista– son reforzadas por una ‘milicia popular’ colocada bajo la autoridad directa del presidente Hugo Chávez. Definitivamente, estos procesos que conllevan enormes adquisiciones de armamento por parte de dichos países, está ocasionando una acelerada carrera armamentista que está modificando el equilibrio estratégico no solo con sus vecinos, sino que además pueden perturbar la normalidad y suscitar reacciones de otros países sudamericanos; asimismo, se interpone de manera frontal a la concertación de una agenda de seguridad común y de una política de defensa a nivel regional. Según Gustavo Gorriz, director de la revista argentina DEF, especializada en temas de defensa, conceptúa la situación de Sudamérica de manera muy objetiva y precisa: Esta es una región tranquila pero existen numerosas fuentes de crisis, y cuando uno sabe que tiene fuerza, puede tener la tentación de usarla. En este contexto, las tendencias del sistema mundial y la situación regional nos obligan a lograr un nuevo escenario, en el que Sudamérica está llamada como unidad a ser gran potencia y tener un peso planetario. La riqueza despierta la codicia y suscita peligros que deben ser afrontados. Es evidente que una gran potencia sudamericana, dada su naturaleza política democrática, no puede ni debe ser agresiva, sino que su tarea debe ser más bien contribuir a un balance de poder global que impida cualquier intento de alteración violento del orden mundial. Pero para este papel pacífico, ajeno a toda pretensión expansionista, se requiere una fuerza militar proporcionalmente adecuada. Los ingentes recursos regionales son codiciados por otros y lo serán cada vez más. Homer-Dixon ha demostrado cómo los conflictos por recursos proteínicos y medio ambientales se van a agudizar en este siglo. Las fuentes de alimentos en el 86


Océano Pacífico, nuestras especies marinas transzonales, los recursos naturales, los bosques y las fuentes de agua en la Amazonía, van a ser de tal modo codiciados que se pretenderá que, si no somos capaces de garantizar su protección e impedir su depredación, debemos ser privados de ellas. Por consiguiente, una tarea fundamental de nuestras FFAA. en el futuro cercano deberá ser la protección estas grandes reservas, cosa que no podremos hacer sino colectivamente, por la naturaleza de las mismas. En suma, la primera tarea urgente y vital de nuestras FFAA., es la de asegurar de tal manera el orden y la protección de nuestro ámbito, que no quede pretexto para una intervención extra regional. Esto supone ya un nivel de, por lo menos, coordinación de las políticas de protección y defensa comunes. En el largo plazo, deberíamos pasar de dicha etapa de medidas de confianza a otra de seguridad colectiva, coordinada y estructurada, apuntando a un mando regional, tal como el que está sucediendo en la Unión Europea, donde las responsabilidades se asumen de acuerdo a cada situación y posicionamiento geográfico, existiendo un mando supremo rotativo. Naturalmente, tal como hemos podido apreciar en el presente análisis, como no existe la armonía ni las condiciones preestablecidas, todos estos desarrollos y procesos requerirán de una suficiente racionalidad regional para superarlas a través del diálogo y el compromiso. Quizá Sudamérica este llamada a aparecer en la vida política planetaria en el futuro, para restablecer un equilibrio estable en el planeta basado en el derecho y la equidad, pero ello exige una región política, económica y militarmente unida, una confederación de patrias como quería De Gaulle para Europa. Esto es, una unión en la cual no se pierda sino se potencien nuestras identidades, integrándose en un horizonte común. Aunque esta reflexión pueda parecer un tabú, los países de la región no pueden perder de vista la perspectiva de que Sudamérica debe ingresar a un nuevo período histórico con la esperanza de alcanzar el protagonismo que nos adeuda la historia, en caso contrario, estaremos condenados a conflictos estériles y a una progresiva consolidación como periferia permanente dentro del sistema del mundo actual.

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Periodista. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Letras en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Como periodista, desde hace quince años ha desarrollado temas políticos y de investigación, además de crónicas inactuales en los diarios La República, Expreso y Correo. En el 2005, fundó la revista de temas geopolíticos y de tecnología militar “Política y Estrategia” (P&E). Fue distinguido por la Asociación Pro Marina del Perú con la condecoración de honor en el grado de Caballero, por sus artículos sobre defensa y seguridad en el país.

E-mail: fidelq@gmail.com

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CAPACIDAD DE REACCIÓN Y PRESENCIA DEL ESTADO ¿ Cuál es y debería ser el rol de las fuerzas armadas en el país ?

Señor Fidel Quevedo Linares

“Estado, denominación que reciben las entidades políticas soberanas sobre un determinado territorio, su conjunto de organizaciones de gobierno y, por extensión, su propio territorio. La característica distintiva del Estado moderno es la soberanía, reconocimiento efectivo, tanto dentro del propio Estado como por parte de los demás, de que su autoridad gubernativa es suprema”. ---------------------------------------------Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta

n sismo de siete grados en la escala de Ritcher había estremecido casi dos mil kilómetros de costa en Chile, desde Arica hasta Valparaíso. El movimiento telúrico se pudo sentir en Tacna, Moquegua y Arequipa y, teniendo en cuenta que hace menos de tres meses el Perú sufrió el efecto devastador del terremoto en Ica, fácil es deducir que estos terribles fenómenos naturales, posiblemente, continúen afectando esta zona continental en el Pacífico sur, ubicada dentro del llamado “Cinturón de fuego”. Frente a la catástrofe natural, según lo estipula el primer artículo de la Constitución, la integridad física de la persona humana y el respeto a su dignidad es el fin supremo del Estado. Es aquí donde los instrumentos que le permitirán a éste salvaguardar la vida de sus ciudadanos, juegan un rol trascendental para el cumplimiento del supremo mandato constitucional. Una catástrofe como la que soportó el Perú el 15 de agosto último, puso a prueba la capacidad de reacción del Estado ante una emergencia de tal envergadura. Dicha capacidad en tiempos de paz, significa sostener presencia inmediata en determinada zona ante un golpe de la naturaleza, accidente o cualquier evento que ponga en riesgo la vida del ciudadano del Perú. Según este razonamiento, la vida de un peruano debe tener mayor valor que cualquier cosa en el mundo y para ello se deben utilizar los medios que posibiliten su protección, ya sea un helicóptero, un avión o cualquier 89


equipamiento militar: la vida de un ciudadano del Perú justifica el movimiento de los recursos que posee el Estado. ¿Cuál es la capacidad de reacción del Estado en tiempos de paz?, si se entiende por ello que ésta consiste en llevar salud, medios para la recuperación y reconstrucción de una zona devastada, y logística de acción para trasladar heridos ¿Se mantiene esa capacidad para llevar auxilio inmediato en las zonas más alejadas de la capital, como en la selva, por ejemplo? Si se parte del principio de que la acción más rápida que se puede efectuar es aquella donde existe presencia manifiesta de los medios que posibilitan dicha reacción, se entiende entonces que, si no existe presencia permanente del estado en todo su territorio, difícilmente se puede lograr una acción veloz (y por tanto eficaz).

Interrogantes En la actualidad, se puede afirmar que no existe capacidad de reacción rápida en la selva, en razón de que la principal vía de comunicación que une a un pueblo con otro, es el río: ¿Cuánto tiempo demora llegar desde Iquitos hasta la zona del Putumayo por río? Dos semanas: Ir hasta Caballococha y subir. El mismo caso se presenta en la ruta Iquitos – Contamana y de esta ciudad hasta Pucallpa. El caso de la costa es más viable en términos de control pues cuenta con carreteras longitudinales y de penetración, la mayoría de las veces hacia el mar, con aeropuertos en casi todas las ciudades principales. No se da esta situación en el resto del país. ¿Quiénes son los que pueden llegar inmediatamente, llevando la presencia del estado en forma rápida y efectiva, según el requerimiento y la emergencia?, sin duda alguna, las Fuerzas Armadas, por aire, tierra, río y mar. ¿Poseen las Fuerzas Armadas, entonces, los medios suficientes para ejecutar esa labor, es decir, aviones, helicópteros, camiones, vehículos de alta velocidad o lanchas rápidas? ¿Pueden las FFAA desplegar equipos de comunicaciones, hospitales de campaña, raciones alimenticias en cantidad necesaria como para poder atender a poblaciones enteras? No se habla de Essalud, pues ésta es una entidad para los aportantes, y por ende no tiene el derecho de usar sus hospitales móviles para una acción del estado, pues estos elementos están al servicio de un sector específico que paga por ellos. Las Fuerzas Armadas, en cambio, deben tener capacidad para instalar hospitales de campaña, en razón de que el entrenamiento y doctrina manda a preparar estos servicios para utilizarlos en caso de conflicto militar. 90


Así, el Ejército debe comprar medicinas y equipamiento perecibles, con límites máximos de uso, pues estos están concebidos sólo para la guerra (para esos efectos, se deben tener médicos y enfermeras entrenados para estos casos de extrema emergencia, es decir, para irse a la guerra). En efecto, el Ejército debería contar con raciones de campaña para alimentar, por lo menos a diez mil hombres durante sesenta días. Un ejercicio de cálculo, nos indica que al día –tres raciones normales para un efectivo militar— se consumirían 30 mil raciones. Multiplicada esa cifra por sesenta días, resulta un millón 800 mil raciones, es decir, se tendría que contar con dicha cantidad de alimentos como mínimo, los mismos que deben estar almacenados y sin perder sus propiedades y calidad por espacios de tiempo de entre tres y cinco años. ¿Acaso, no se podrían utilizar dichas raciones en caso de emergencias como la acontecida con el terremoto que devastó las ciudades sureñas de Pisco y Chincha? Incluso, a través de helicópteros, se podría lanzar ese alimento a los poblados que, por motivos de catástrofe, quedaran aislados. La necesidad de contar con mecanismos de reacción rápida, para realidades geográficas como las que caracterizan al Perú, deben considerarse como una prioridad para el estado, en salvaguarda de la vida de sus ciudadanos. En teoría, la referida reacción no debiera de sobrepasar las cinco horas, luego de ocurrida la emergencia, para que el estado se haga presente en la zona. Mientras más tarde en llegar la ayuda a un determinado punto del territorio nacional, más gente muere: basta que muera un ciudadano por falta de atención oportuna, y es responsabilidad del estado. Brasil, por ejemplo, tiene capacidad de cobertura total de su territorio y no demora más de dos horas en llegar a cualquier pueblo de su país: tiene siempre un helicóptero listo, una fuerza cercana y transmisión de comunicaciones inmediata. El Perú debe mantener una capacidad necesaria como para llegar lo más rápido posible a zonas tan alejadas como Güepi, Yunguyo, Caballococha, a la frontera con Brasil, Tumbes, etc. En el mar, cuando una bolichera colapse y se tenga que rescatar a náufragos pescadores, se debe tener capacidad para rescatarlos mediante el uso de helicópteros y buques. Entrenamiento, integración y vigilancia Las tres fuerzas deben estar preparadas. En la parte terrestre, batallones de infantería, que estén listos con sus vehículos y capacidad plena, deben entrenarse fuera del cuartel. Un jefe de región, quien tiene a su vez jefes departamentales 91


y cada uno de ellos, por lo menos dos batallones de infantería, deberían realizar –por lo menos-- un entrenamiento mensual. Los soldados pasan rancho en el cuartel o en operación de entrenamiento. Si se dispusiera de dos batallones que recorran dos veces al mes las provincias y ciudades del departamento de Lima, por ejemplo, significaría la integración de esa tropa con los pueblos de cada sector veinticuatro veces al año, además de lograr el conocimiento pleno de las rutas, carreteras y pistas. La tropa puede llevar salud (a través de un médico del Ejército), alimentos y educación al poblado más alejado de la zona urbana. Esa puede ser la ventaja de desplegar en forma periódica a solo dos batallones de soldados, con sus camiones, carpas, hospitales de campaña, cocinas, etc. donde la infantería se va entrenando y va generando un nexo en cada pueblo y sector alejado al que llegue. ¿Qué gasto hay? Combustible. Pues el alimento diario que se servirá un soldado, constituye la misma ración que comerá en el cuartel, pues las carpas, los hospitales de campaña o cocinas que usarían, son elementos que, en teoría, están facultados para utilizar en aras de su entrenamiento. De esa forma, se tendría gente preparada para la guerra que a la vez preste servicios de asistencia social en los diferentes departamentos y provincias del Perú, a donde por añadidura, llevaría la presencia del estado. Esta acción no sólo serviría como un eficaz método para promover la integración y apoyar a la población más necesitada, sino que –además de disuadir-- podría recabar información de inteligencia para prevenir luctuosos hechos como el ataque de los narcoterroristas a la comisaría de Acobamba, que acabó con la vida de un policía, o los cuatro efectivos policiales que murieron tras una emboscada en Huancavelica.

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El Almirante Carlos Tubino, egresó de la Escuela Naval el 06 de Octubre de 1969 como Alférez de Fragata. Ha seguido los siguientes cursos: En el País: Calificación de Infantería de Marina, Curso Básico de Estado Mayor, Curso de Defensa Nacional en el Centro de Altos Estudios Nacionales ( CAEN ), y cursos de post grado en ESAN, Universidad del Pacífico y CENTRUM Católica. En el Extranjero: Siguió diversos cursos, entre otros El Básico de Infantería de Marina en Quantico Virginia, Avanzado de Ingeniería en Fort Belvoir Virginia, Rangers y Comando y Estado Mayor en el Fuerte Gulick- Panamá y Administración de Recursos para la Defensa en Monterey California. Profesor en la Escuela de las Américas en el Fuerte Gulick, Panamá, en la Escuela de Infantería de Marina en las Escuelas Superiores de Guerra de nuestro Ejército, Marina y Fuerza Aérea, así como en el Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN) y en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Conferencista invitado en diversas entidades y universidades en el país así como en el extranjero; destacándose el Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado “ en Madrid, España, el Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica en Fort Benning, EE.UU. y la Escuela Superior de Guerra de la Armada de Chile. En la situación de retiro se ha desempeñado ad honoren como Asesor de la Presidencia del Congreso de la República para los temas de Defensa Nacional, actualmente es asesor en la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas ( DEVIDA ).

E-mail: crlotub@speedy.com.pe 94


LAS MEDIDAS DE CONFIANZA MUTUA EN EL CAMPO MILITAR COMO HERRAMIENTAS PARA LA PAZ

Vicealmirante Carlos Tubino Arias Schreiber

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as Medidas de Confianza Mutua son herramientas muy efectivas en el campo de la seguridad internacional; se refieren a acuerdos o compromisos entre dos o más Estados, para ejecutar acciones tendientes a atenuar las percepciones de amenaza mutua y evitar situaciones de sorpresa en sus relaciones. Su propósito es fortalecer la paz mediante la prevención de conflictos, evitando errores de percepción. Se pueden establecer en el ámbito político, económico y en el de la defensa.

En éste último aspecto quisiera resaltar lo que se está haciendo entre nuestras Fuerzas Armadas con la de nuestros países limítrofes y qué avances puntuales se pueden mostrar, los que se han logrado en forma silenciosa y muy profesional.

Comencemos por hacer mención a los mecanismos que se vienen utilizando, donde destacan por su importancia y trascendencia las Rondas de Conversaciones de los Altos Mandos Militares y las de los Jefes de Estado Mayor de las instituciones armadas, con sus respectivas contrapartes de los países limítrofes y Argentina, los que se reúnen anualmente intercambiando las sedes del país anfitrión, llegándose a acuerdos que se denominan Entendimientos y donde se van implementando Medidas de Confianza Mutua de Primera, Segunda y Tercera Generación. También se realizan reuniones de Inteligencia con los mismos objetivos y para afinar los mecanismos de intercambio de información frente a las amenazas comunes.

Las de Primera Generación permiten un primer acercamiento y se refieren principalmente a intercambios de personal militar de todos los grados en actividades de instrucción, entrenamiento y otras de carácter profesional, cooperación técnico logística, así como reuniones donde se intercambian visitas entre los Comandantes de Guarniciones Militares y Zonas Navales fronterizas, adoptando una serie de acuerdos que promueven la integración entre los efectivos de ambos países, coordinando asimismo los mecanismos para evitar incidentes en la frontera. 95


Cabe mencionar que los “Entendimientos” se han ido profundizando en forma paulatina, así tenemos hoy intercambio de oficiales alumnos entre la Escuela Superior de Guerra Naval de nuestra Marina de Guerra con su contraparte de la Armada Chilena, en el curso de Comando y Estado Mayor. Las visitas de las principales autoridades navales, militares y aéreas se realizan anualmente, donde se intercambia información y se establece un contacto interpersonal muy importante, que facilita los acuerdos y permite evitar los malos entendidos, al establecerse canales directos de comunicación. Las campañas antárticas han sido un buen ejemplo de intercambios de personal muy positivos en los últimos años.

En las de segunda generación tenemos entre otras: la ejecución de ejercicios de operaciones combinadas entre unidades terrestres, navales y aéreas, las coordinaciones para apoyarnos mutuamente en el aspecto militar ante desastres naturales y la cooperación en las actividades de investigación en la Antártica. En detalle, puedo decirles que se vienen realizando diversos ejercicios que en forma paulatina han ido aumentando en dificultad y que permiten unificar doctrina y procedimientos, así se han ido realizando operativos de búsqueda y rescate y otros, aprovechando el tránsito de unidades, sobre todo navales frente a nuestras costas.

También se realizan con el mismo objetivo, ejercicios que promueve el Comando Sur de los EE.UU., entre ellos tenemos el operativo anual Panamax, que tiene como objetivo la defensa del Canal de Panamá, aquí participan unidades navales de Colombia, Panamá, Perú, Ecuador, Chile y EE. UU. otro ejercicio importante lo constituyen las Operaciones Unitas Fase Pacífico, donde participan las Armadas de Ecuador, Colombia. Chile, Perú y EE.UU.; la parte culminante de estas operaciones se llevó a cabo en el año 2004, cuándo se realizó una Operación Anfibia Multinacional en las Salinas de Huacho con la participación de ocho países.

Cabe destacar también que en lo relacionado a desastres naturales se ha venido coordinando el apoyo mutuo entre nuestras Fuerzas Armadas y las de nuestros países limítrofes, hoy vemos que se ha hecho efectivo este apoyo en el terremoto que azotó Pisco, Chincha e Ica el pasado 15 de Agosto, con el despliegue de hospitales de campaña y personal especializado, cumpliendo importantes labores humanitarias, que hoy todos los peruanos aplaudimos y agradecemos.

El escalón superior de esta materia lo constituyen las medidas de confianza mutua de tercera generación; en esta clasificación se consideran a aquellas medidas que nos permitan transparentar las políticas de defensa y a las que nos lleven 96


hacia una completa interoperatividad con nuestras Fuerzas Armadas vecinas; en el primer punto se ha marcado un hito en América del Sur con la publicación de los “Libros Blancos de la Defensa Nacional” en la mayoría de los países, donde se describen no solo las propias visiones en este tema, sino las políticas que se están implementando, teniendo en consideración el contexto internacional vecinal, regional y mundial; otra medida de confianza mutua que también está en esta misma clasificación es “La Estandarización del Sistema de Medición de Gastos de Defensa”, que está en proceso de llevarse a cabo con algunos de nuestros países limítrofes, contando con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo. En lo relacionado a la interoperatividad con nuestros vecinos se han dado pasos importantes, el primero se dio en el año 2004, cuando se incorporó una sección de infantería de nuestros tres Institutos Armados en un batallón argentino que se encontraba en Chipre, como parte de las unidades que se encuentran desarrollando operaciones de mantenimiento de la paz en ese país, es importante mencionar que este batallón también tenía en sus filas una sección de infantería chilena; en conclusión, por primera vez en nuestra historia argentinos, peruanos y chilenos integraron una sola unidad en una operación digitada por las Naciones Unidas. En Haití también estamos trabajando con el mismo objetivo de mantener la paz y nuevamente peruanos y chilenos se brindan apoyo mutuo, a pesar de que nuestras unidades están estacionadas en lugares diferentes.

Cabe destacar que últimamente nuestro Ministro de Defensa y su contraparte chileno han acordado conformar una unidad peruano-chilena para actuar en operaciones de Mantenimiento de la Paz digitadas por las Naciones Unidas, lo que va a demandar un trabajo previo de planificación en lo relacionado a doctrina y procedimientos.

Es oportuno afirmar que el más importante éxito latinoamericano en materia de confianza y donde nuestra cancillería tuvo un rol gravitante, es el Tratado de Tlatelolco, que ha alcanzado su plena implementación haciendo que ningún país de la región posea ni pueda poseer armas nucleares y también que el área haya satisfecho todos los requisitos de una zona libre de armas nucleares, tal como fue definida por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Como podemos observar, la generación de medidas de confianza mutua son un instrumento flexible que se construye en un proceso paulatino y que tiene una vigencia extraordinaria para los propósitos de integración y cooperación, generan buenas relaciones que se proyectan hacia otras esferas de la relación 97


bilateral, constituyen una técnica para el mantenimiento de la paz, no resuelven un conflicto o las crisis, pero posibilitan la comunicación y con ello hacen más transparentes y predictibles los cursos de acción de los diversos actores involucrados, además nos ayuda a avanzar en la estabilidad política-estratégica-militar y en la generación de transparencia, con un nuevo patrón de relación cimentado en la asociación, que nos puede llevar en un proceso continuo hacia un sistema de seguridad cooperativo, que trata de llevar la estrategia para contrarrestar amenazas a la prevención de que estas surjan, mediante la aceptación de dos principios entre los países participantes: - La defensa del propio territorio como único y exclusivo objetivo militar estratégico. - La renuncia del uso de la fuerza para imponer su voluntad en la solución de conflictos. Supone también que los objetivos de seguridad de los socios han sido identificados como comunes y compatibles, pudiéndose establecer relaciones de cooperación entre ellos para alcanzarlos; en resumen, lo que distingue a la Seguridad Cooperativa de los enfoques tradicionales es su énfasis en la “prevención”, creando condiciones donde el conflicto deviene en absurdo, improbable y hasta imposible; esto no quiere decir que no haya discrepancias sino que estas se resuelven con nuevos enfoques, así tenemos un caso ilustrativo en Europa, referido al largo contencioso del peñón de Gibraltar, el que constituye un asunto espinoso en las relaciones bilaterales entre el Reino Unido y España; sin embargo, ambos países centran sus negociaciones desde el prisma de dos Estados occidentales, democráticos, amigos, aliados y con intereses comunes, por encima del mencionado litigio” (1). Hoy en nuestro continente solo tenemos sistemas de seguridad colectiva como el “TIAR” (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), que se basan en una respuesta de los países miembros ante cualquier agresión que alguno de sus signatarios pudiera recibir; para clarificar ambos conceptos podemos compararlos con la medicina, así Seguridad Cooperativa es Medicina Preventiva y Seguridad Colectiva es Cuidados Intensivos. Creo que fácilmente podemos visualizar qué concepto debemos impulsar y este es el de Seguridad Cooperativa, que se construye paulatinamente con Medidas de Confianza Mutua, teniendo el valor de romper paradigmas para avanzar hacia el futuro con nuevas visiones, estando seguros de que “Los seres humanos no están condenados a repetir las atrocidades del pasado y pueden concebir y aplicar

(1)

Revisión Estratégica de la Defensa de España del año 2003.

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sistemas que favorezcan la paz, la cooperación y el entendimiento. Esto no es utópico, como lo demuestra la evolución política y social de los países europeos” y que “La lucha contra la pobreza, la integración y un Sistema de Seguridad Cooperativo para América del Sur, mediante la consolidación de la democracia y la confianza mutua, deberían ser los ejes de cualquier política gubernamental de seguridad que apunte al futuro” (2). Cabe mencionar que durante la implementación del sistema y hasta su consolidación, que puede significar un período de mediano o largo plazo, se debe mantener la “Disuasión” como política para preservar la paz, la que tiene que ser estructurada en forma inteligente, para no generar ingentes gastos al Estado, que los desvíen de la principal lucha que todos los peruanos debemos enfrentar contra la pobreza, que aflige a un amplio sector de nuestra población.

(2)

Libro “Seguridad Alcances y Desafíos” Embajador Hugo Palma.

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El Coronel EP Juan Urbano ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos, egresando el 01 Ene 82 como Subteniente de Ingeniería, ocupando el primer puesto de su Arma. Entre sus principales puestos desempeñados tenemos: a. Instructor de Cadetes, Comandante de Sección, Comandante de Compañía y Jefe de Área de Instrucción de Ingeniería de la Escuela Militar de Chorrillos. b.

Sub Director de la Escuela de Ingeniería del Ejército.

c. Miembro de la Comisión Permanente del Plan de Desarrollo Institucional del Ejército del Perú – “Proyecto Ejército”. d. Profesor y Jefe de Sección del Departamento de Alto Mando de la Escuela Superior de Guerra del Ejército. e. Miembro del Departamento de Asuntos Estratégicos del Estado Mayor General del Ejército. f. Sub Director Académico de la Escuela Militar de Chorrillos. g. Jefe del Comité de Asesores del Comandante General Del Ejército. Actualmente se desempeña como Director Ejecutivo del Fondo de Vivienda del Ejército (FOVIME). CAPACITACION PROFESIONAL En el País: Curso Básico de Paracaidismo, Curso Complementario, Básico y Avanzado de Ingeniería, Curso Básico de Inteligencia,Curso de Comando y Estado Mayor, Curso Superior de Inteligencia, Maestría en Administración de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. En el Extranjero: Curso de Analista en la Escuela de Inteligencia del Ejercito de Colombia, En 1991,Curso de Derecho de la Guerra en la Escuela de Comando y Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Canadá en el 2001. Curso de Defensa Nacional y Maestría en Estrategia y Administración de Recursos Nacionales, en la Universidad de Defensa Nacional de Washington DC,(2002-2003). Programa de Estudios de Terrorismo y Seguridad en el Centro Europeo de Estudios de Seguridad “George C. Marshall” – Colegio de Estudios Internacionales y de Seguridad en Alemania (2005). Simposio de Amistad y Cooperación Sino Latinoamérica, en el Instituto de Estudios para la Defensa en Beijing, China.

E-mail: jurbanor@yahoo.com

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PARTICIPACIÓN MILITAR EN LA FORMACIÓN DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ: 1820-1845 Coronel EP Juan Urbano Revilla l presente artículo tiene por objeto realizar unas reflexiones sobre los diferentes hechos, factores y consideraciones de carácter histórico, político, militar y social presentados durante los inicios de la República del Perú, incidiendo en la participación militar y su legado. Este estudio comprende un período de 25 años, que se inicia con la llegada del ejército libertador de San Martín a las costas de Pisco en 1820, en un hecho único en su género contra el gran dominio español en el Perú de casi 300 años, pues por primera vez, el entonces poderoso virreinato de América recibió una ofensiva militar proveniente desde el mar, que acentuó el paso irreversible hacia la independencia. Esta situación constituyó el desenlace originado por la influencia de las reformas borbónicas de fines del siglo XVIII (1) y su pensamiento liberal inspirado en las Cortes de Cádiz de 1812, que influyeron tanto en el pensamiento de los patriotas americanos como en el de las autoridades virreinales y provocaron una gran efervescencia de carácter político y social, que derivó en profundos cambios en el Continente (2). Durante un cuarto de siglo, en el Perú se fue forjando los cimientos de lo que hoy constituye la República. Y decimos forjando, ya que al igual que se da la primera forma con el martillo a cualquier pieza de metal, costó a una generación de lideres de la época, moldear y definir el formato básico del Estado Republicano, a través de diversas acciones de carácter político y militar, así como en el área económica y social. La monumental tarea de forjar el nuevo destino del Perú a partir de la Independencia, se ve reflejada en las primeras décadas de enfrentamientos políticos, caos institucional, conflictos armados de carácter externo así como una serie de guerras civiles. Esta responsabilidad estuvo en manos de los líderes civiles y militares de la época, que tuvieron que luchar primero contra la propia mentalidad colonial que existía, tal es así que en la gran tarea de la emancipación y el nuevo gobierno la antigua nobleza colonial no participó y en su lugar quedaron los ideólogos patriotas, legisladores y militares. 1. O’Phelan Scarlet, Guerrero Cristian, Perú – Chile/ Chile - Perú 1820-1920 (Lima: Eduardo Cabiedes F. Cristóbal Aljovín de Lósada, Editores, 3ra. Edición, 2006) p. 39. 2. Morote Herbert, Bolívar Libertador y Enemigo Nº 1 del Perú (Lima: Jaime Campodónico / Editor SRL, 2007), p. 197.

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En dicha coyuntura era imprescindible contar con la participación militar para asegurar no sólo la independencia política y soberanía, sino también como herramienta fundamental de sostén geopolítico del país pues se debía mantener el espacio y territorio necesario para el desarrollo y futuro del nuevo estado. Aquí también se pone de manifiesto el riesgo permanente en que se vio envuelta la seguridad del país ante las conductas geopolíticas provenientes del exterior, que determinaron no solo la pérdida de territorios originalmente peruanos, como Guayaquil y el Alto Perú, sino también abatió grandes proyectos como el de la Confederación Perú-Boliviana. Ello determina la gran importancia que constituyó la definición de límites en la base del nuevo estado. La propia Constitución de 1823, en su Art. 6 definía que “El Congreso fijará los límites de la República verificada la total independencia del Alto y Bajo Perú” (3), reflejando así la característica eminentemente “territorialista” de la política peruana y la concepción unitaria que existía sobre estos territorios, cuya definición de carácter geopolítico marcó el derrotero de las primeras décadas de la república y se consolidó recién a partir de 1841, luego de la muerte del presidente Gamarra en el campo de batalla de Ingavi, que terminó con el intento de reunir el Perú con Bolivia, hasta llegar a la sensación de estabilidad deseada con el presidente Ramón Castilla en 1845. De otro lado, si bien es cierta la aparición del fenómeno del “caudillismo militar”, este era inevitable ante el vacío de poder existente y la abstención de la élite civil en dirigir el proceso de emancipación y formación del nuevo gobierno. Más aún, en ese contexto se generó una especie de“caudillismo congresal”liderado desde el Congreso de esa época, en la falta de definición de delegar el mando y la autoridad necesaria, en el momento oportuno. A esto se suma que muchos de los ideólogos liberales eran eclesiásticos de gran influencia en el congreso y la vida política del país. Esta situación refleja la dificultad en establecer la delimitación de los poderes en las primeras constituciones de la República. Las décadas que siguieron a la Independencia del Perú ponen de manifiesto el caos político del Siglo XIX cuyo hecho más visible es la división entre conservadores y liberales. Los conservadores, que normalmente eran llamados autoritarios por la oposición, eran seguidores de quienes se demostraron más renuentes a derrumbar el sistema colonial español. Por su lado, los liberales representaban a los luchadores de la Independencia, estaban a favor de una República y en contra de una Monarquía Constitucional (4). Los conservadores estaban a favor de un estado fuerte y centralizado de políticas comerciales proteccionistas y conservar estructuras similares a la colonia, asimismo eran opuestos a ideologías foráneas. Los liberales optaban por un 3. Basadre Jorge, Historia de la República del Perú (Lima: Editorial Universitaria, 1983) Tomo II, p.202 4. Walker Charles, De Tupac Amaru a Gamarra, Cusco y la Formación del Perú Republicano 1780-1840 (Cusco: Centro Bartolomé de las Casas, 1999) Cáp. V p. 159,160

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estado menos centralizado y con limitaciones al poder del presidente, favorecían una política comercial abierta y reducir las concesiones comerciales, asimismo acusaban a los conservadores de oponerse a la democracia.

El federalismo también complicó la distinción entre liberales y conservadores. Tal es así que en el caso de la confederación Perú-Boliviana, Santa Cruz dirigió un estado conservador fuertemente centralizado que favorecía políticas autoritarias; sin embargo implementó una política comercial liberal. En cambio, Gamarra que participó prácticamente en todas las luchas políticas de la época, mantuvo permanentemente la tendencia de los conservadores (5). Queda reflejada también la dificultad de construir la institucionalidad en el Perú, por el profundo arraigo del sistema virreinal, pero sobre todo por el deseo de las élites civiles y militares de recibir, recuperar o mantener los privilegios del antiguo sistema. Por otro lado, no se tocó a cabalidad el asunto de la población indígena en el Perú y aunque, se legisló en materia social sobre éste asunto, al igual que el de la esclavitud, el tema indígena resultó un asunto pendiente, de profundo significado y debate durante el siglo XX, que aún se aprecia hasta nuestros días. Respecto a la participación de la población indígena en la guerra de la Independencia, esta fue reducida en comparación con el amplio ciclo de rebeliones anticoloniales que se extendió a lo largo del Siglo XVIII y que culminó con la derrota de Tupac Amaru en 1780. Esta derrota aceleró la desaparición de las elites indígenas tradicionales en el Perú, con una consecuencia gravitante, ya que cerró la posibilidad a la gestación de un proyecto nacional indígena viable (6). Cabe señalar que los grupos insurgentes del sur andino, en algún momento se referían a los Incas, intentando representar un sistema político alternativo, pero esto fue solo verbal ya que nunca fue estructurado. Por otro lado, los ideólogos en Lima no emplearon en su discurso el nombramiento de los Incas como alternativa política, aunque algunos pensadores discutían sobre el tema. Esta omisión, refleja el distanciamiento de los pensadores y políticos de Lima de la época, en relación a los Andes, así como acentúa la característica de la independencia, cuyo centro se encontraba en Lima (7). En la lucha de la Independencia, los indígenas participaron en la guerra encuadrados indistintamente en uno u otro ejército. Esto debido a que constituía la base numérica de los ejércitos realistas. Así en 1814, de los 95,578 hombres, 73,178 eran nacidos en América, es decir las ¾ partes del ejército realista eran americanos y de estos la gran mayoría eran indígenas (8). 5. Ibidem, p.161 6. Véase Manrique Nelson, Bolivia y Perú LA FRATERNIDAD ESCINDIDA, reproducido de Perú – Bolivia, FORJANDO LA INTEGRACION, Lima: Fundación Friedrich Ebert, Julio 1995. 7. Walker Charles, Op. Cit. Cáp. V p. 136-138 8. Manrique Nelson, Op. Cit. p. s/n

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Sobre el papel de estos como soldados, Dellepiani destaca el esfuerzo significativo desarrollado durante la emancipación al soportar la inclemencia de la naturaleza y demostrar vigor al atravesar en diversas ocasiones la agreste geografía del país; ya sea participando en un bando u otro, así como en las acciones de las guerrillas y montoneros, con lo cual también vertieron su sangre de comienzo a fin en la lucha por la Independencia (9). Los proyectos de gobierno intentados y desarrollados, variaron desde el carácter monárquico constitucional, pasando por la república federal hasta consolidar la república unitaria. En ellos participaron hombres de la periferia del continente como San Martín y Bolívar y también hombres nacidos en territorios del antiguo virreinato del Perú como La Mar en Cuenca, Luna Pizarro en Arequipa, Santa Cruz en el Alto Perú, Gamarra en el Cuzco y Castilla en Tarapacá, entre otros argentinos, colombianos, y chilenos. Ello demuestra la dimensión e importancia continental que caracterizaba al Perú de la época, al haber sido el centro del poder virreinal. De otro lado, el desarrollo de los proyectos de gobierno denotó el carácter constitucional que se instituyó aunque débilmente en el Perú, tal es así que el poder estuvo regido de acuerdo a la naturaleza de cada Constitución, en el anhelo de que la adecuada redacción de ésta fuera suficiente para garantizar la estabilidad y el orden. Los presidentes eran elegidos a través de ésta, o si tomaban el poder lograban que el Congreso los ratificara y otorgara legalidad. Es necesario considerar que en este período se cimentó un profundo nacionalismo, forjado por la participación de militares y también de políticos que lo utilizaron para sus fines. En el caso de los militares el lenguaje nacionalista luego de la independencia estaba orientado a estructurar un ejército que fuera estrictamente peruano, sin la participación de extranjeros. Por su parte, políticos civiles también solicitaban leyes al Congreso que prohibieran a los extranjeros ocupar puestos públicos, aunque muchas veces no prosperaron. Estos pedidos que no fueron atendidos, fueron muchas veces motivo de discordia y de inestabilidad (10). Resulta importante mencionar que en la formación de la nacionalidad peruana hubo un aporte muy significativo del ejército en vista que fue el elemento concentrador del esfuerzo realizado para alcanzar la Independencia y forjar la república, acogiendo en su seno la pluralidad existente en la sociedad, para cimentar una idea común de “lo peruano” y moldear el diseño geopolítico del país en cuanto a su espacio y límites. Sobre la participación del Ejército en la formación de la nacionalidad, en este período de la historia del país, es preciso transcribir el juicio que hace Jorge Basadre: 9. Dellepiani Carlos: Historia Militar del Perú, (Lima: Ministerio de Guerra, V Edición) Tomo I, p. 255 - 256 10. Cristóbal Aljovín de Lósada, Caudillos y Constituciones Perú: 1821-1845 (Lima: PUCP, Instituto Riva Agüero - 2000) p. 254 - 255.

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“Pero a pesar de todas las circunstancias adversas e infaustas en la primera parte del siglo XIX peruano, el ejército representó a la nación. Sin Junín y Ayacucho, la patria no habría emergido, frente a los peligros de mutilación, desintegración o disolución, hombres de uniformes preservaron a la persona nacional. ¿Qué habría sido del Perú sin el ejército en el largo período que va desde la crisis interno-internacionales de 1841 y 1842? Habría perdido jirones de su patrimonio, elementos de su ser, acaso hasta su propio nombre. En constraste con las dificultades que entonces eran formidables y las variedades geográficas, las fuerzas armadas se desparramaron por el territorio y atrajeron personal de las distintas regiones. A pesar de las diferencias étnicas y de los desniveles de carácter social y económico, acogieron por igual a gente de todas procedencias, cumplieron así, a su manera, una función democrática y les infundieron, más allá de los conceptos profesionales, un sentido de nacionalidad. No sólo se debe hablar, pues, de los trastornos políticos o del gasto representado por sueldos y pensiones cuando se valorice el papel de los institutos armados durante los primeros años de la Republica” . (11) Los líderes de la época civiles y militares, hasta el gobierno de Castilla, representan a la generación que asumió la responsabilidad de forjar la Independencia y el Perú Republicano, ellos tuvieron enormes dificultades para encontrar las respuestas mas adecuadas para el proyecto de gobierno que necesitaba el país: ¿Qué Estado formar?, ¿Cómo gobernar?, ¿Cómo definir los limites territoriales?. Era una generación nacida a finales del siglo XVIII y que a mediados del siglo XIX había culminado todo tipo de participación o injerencia política en el Perú. A partir del año 1845, después de un largo periodo en que el Perú vivió en una situación altamente conflictiva, caracterizada por un estado de guerra casi permanente, el proyecto de la República, imaginado desde las Cortes de Cádiz y su Constitución Liberal de 1812, y forjado a partir de la independencia encuentra un camino difícil pero seguro hacia el orden y el Perú alcanzó recién a mediados del siglo XIX, la sensación de estabilidad deseada; situación que se vio favorecida por el liderazgo nacional del Mariscal Ramón Castilla y el nuevo auge económico producido por la explotación del guano que otorgó ingentes recursos al estado. Tocó entonces a la siguiente generación de lideres civiles y militares, conducir los destinos del país en la segunda mitad del siglo XIX y enfrentar los momentos mas aciagos de nuestra historia, como el de la guerra de Chile al Perú y Bolivia, así como asumir el reto de la reconstrucción nacional, pero sobre todo asumir la responsabilidad de forjar el futuro del país.

11. Basadre Jorge, Historia de la República del Perú (Lima: Editorial Universitaria, 1983) Tomo II, p.202

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El corolario de este periodo de la vida republicana del Perú queda sintetizado en las palabras de Pablo Macera: “nadie estaba seguro a principios del siglo XIX donde comenzaba y terminaba el Perú, siendo tal vez la opción primordial que el Perú actual resulta de una lucha defensiva permanente frente a distintas tendencias expansivas de sus vecinos en las diversas fronteras. Esta es la alternativa histórica, concreta y realizada mas allá de cualquier programación deliberada” (12).

Mapa elaborado en 1856 y publicado en 1864. Fuente: IGN

12. Véase prólogo Macera Pablo Historia Genereal del Ejército del Perú (Lima: CPHE 2005) Tomo V Vol 1.

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