Helmut Ditsch - Vertical 9

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POR

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DOSSIER ARTÍSTICO

Helmut Ditsch NO HAY OTRO TÍTULO PARA LO QUE HACE, ESTA PERSONA Y SU ARTE SE DEFINE COMO “HELMUT DITSCH”. UN MONTAÑERO CON UNA INCREÍBLE CONEXIÓN CON LA VIDA.

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Villa Ballester es un bello lugar. Quién vi-

el progreso y las novedades de la globali-

castillo y se hizo un viaje en moto… “No

sita este rinconcito del Gran Buenos Aires

zación. Helmut Ditsch es de ese pago, y

-aclara- ese fue El Che”.

se deslumbra con la arquitectura simple,

aunque vive y triunfa en Europa no pierde

Trazando el hilo conductivo de su vida, 27

prolija en armonía con el verde de cada

el aprecio por su casa, por todo eso que

años más tarde el vecino de Ballester vuel-

jardín. El centro comercial, la estación de

es Ballester.

ve a presentarse en el barrio con su mues-

tren, museos, la gente, el Club Alemán, el

La vida de este artista deslumbra por

tra titulada “El Triunfo de la Pintura”.

Instituto José Fernández. Ballester puede

varios matices, algunos pensados, otros

La exposición en la Casa Ceferino Car-

ser tranquilamente un pequeño barrio eu-

intuidos y muchos basados en una seria

nacini, incluye obras que son parte de

ropeo, porque vive con otro criterio. Allí

convicción de lo que uno ama y lo que

una colección del autor denominada

residen gran cantidad de familias afianza-

uno quiere. Helmut Ditsch, la máxima

“Grandes Temas Naturales”. Al entrar en

das en el lugar desde principios del 30’,

expresión del realismo según los en-

la sala el espectador encuentra puertas

cada una con sus costumbres y sus rece-

tendidos en la materia, es también un

o ventanas que te transportan a otra di-

tas ancestrales como el Spätzle y la torta

montañero y fue porter, se reunió con

mensión, porque cada obra tiene vida.

de la Oma, conviviendo en armonía con

Messner y con Charly García, vivió en un

Lo reflejado en la tela no es la copia de

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una foto, ni una mera apreciación del

necta con el público: “…Vamos a tener

cumbre, renunciando a tanta cosa, ex-

paisaje, es una conexión directa con la

que hacer otra, en un espacio más am-

poniendo a veces la vida, uno tiene otra

vida, donde Helmut Ditsch hace una in-

plio para que todos puedan entrar…”.

visión de las cosas. Mucho de lo que

trospección tan profunda que termina

La sala estalla en aplausos. Así es Hel-

Helmut pinta o lo que vive, son concep-

reconociendo vivencias, sensaciones y

mut en persona, igual a sus cuadros.

tos aprendidos en la montaña.

energías. De todo eso nacen experien-

Durante la conferencia habla de todo.

Con juego de palabras un periodista mez-

cias integrales tales como “Point of no

Se reconoce como una persona exito-

clado con el público formula la siguiente

return II” y una serie de polípticos que

sa, como un ícono de Ballester, y lo es.

pregunta: “¿escalar una montaña cues-

permiten vivir frente a frente el frío, la

Pero también se preocupa por romper

ta mucho, cuánto cuestan tus cuadros?

serenidad y la fuerza de los hielos gla-

con la idolatría, los títulos honoríficos y

“Esas son cosas que no se preguntan,

ciares enmarcados en 50x50.

el egocentrismo. Recibe el cariño de la

pero Helmut no se calla y devuelve la

Helmut es un artista íntegro, preocupa-

gente pero no se deja llevar por comen-

pelota: “Mucho… como una montaña”.

do por los pequeños detalles. El sábado

tarios ni adulaciones, lejos de todo eso

Con esa simpleza se gana la ovación del

se presentaba nublado en su barrio,

se muestra como un artista, reconoce

público pero no concluye ahí.

pero en la puerta de la Casa Carnacini

su don y remata con chistes dejando de

Mucha gente quiere saber cómo vive

una multitud dejaba bien en claro que

lado la formalidad de una conferencia,

mientras otros se interesan más por los

el recinto quedaría chico para la pre-

más bien cercano a una reunión de ami-

aspectos artísticos. Al hacer referencia

sentación del Artista. El cupo era de

gos. Con el cambio de horario encima y

a sus logros Helmut coincide con la idea

30 personas, y 30 minutos antes de la

toda la experiencia de un vuelo extenso

de que la felicidad conduce al éxito, él

hora estipulada ya se agolpaban 100

propone al público algo más dinámico

lo vive de esa manera y confía en esa

vecinos en una larga y prolija fila bajo

y divertido que pronunciar un discurso,

fórmula. Su búsqueda fue siempre en

amenaza de lluvia. Cumpliendo con el

cediendo directamente a preguntas y

ese sentido, vivir la vida con la felicidad

cronograma de actividades se abrieron

comentarios.

como brújula.

las puertas, se ubicó al público como

La primera pregunta vino entonces

Un grupo de 60 personas aproxima-

se pudo y entonces hizo su ingreso Hel-

como un quiero retruco y ¿Cómo se

damente tuvieron que quedarse en

mut con visibles signos de cansancio y

hace? De allí nace el relato de distintas

el piso inferior de la Casa Carnacini.

preocupación. Protocolo de por medio,

facetas de una persona que se reconoce

Mediante un proyector instalado en el

anuncio de autoridades y una descrip-

como un aprendiz de las montañas. A

salón central podían ver y escuchar la

ción del Artista y su trayectoria. Cuando

través de los años y las salidas al mon-

charla aportando preguntas y repetidas

le ceden la palabra, Helmut corrige al

te fue aprendiendo, creciendo paso a

ovaciones. Cada tanto llovían papelitos

presentador y pronuncia su nombre de

paso, con tenacidad y en búsqueda del

con preguntas acerca de obras como

manera correcta, extiende la vista por

equilibrio.

“Así habló Zarathustra”, “El Mar I y II”,

todo el espacio de la pequeña sala y co-

Allí, en ese sacrificio por llegar a la

la rutina, las horas y los meses que


DOBLE PAGINA ANTERIOR. Cosmigonon, año 2002. Óleo y

acrílico en canvas, 273 x 730 cm. ARRIBA. Point Of No Return, año 2001. Óleo y acrílico

en canvas, 150 x 600 cm.

PAGINA SIGUIENTE ARRIBA. The Answer, año 1997-2000. Óleo y tempera en canvas, 130 x 280 cm. PAGINA SIGUIENTE ABAJO. Oetscher, año 1996. Óleo y tempera en madera, 86 x 100 cm.

ABAJO. Traunsee, año 2003. Óleo y acrílico en canvas,

150 x 220 cm.

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pasa pintando. En el juego de pregun-

ningún plan o pauta para la aclimata-

Ese espíritu de búsqueda que lo llevó a

tas y respuestas Helmut hasta tuvo que

ción, solo con las ganas de llegar a lo

recorrer las montañas fue el mismo que

desmitificar el uso de drogas como esti-

más alto, los muchachos de Ballester

se impuso a la hora de trasladarse a Eu-

mulante, aludiendo con bastante funda-

demuestran que querer algo desde lo

ropa para continuar con el desarrollo de

mento, al “Don” que tiene cada artista.

más profundo del ser, es poder y así lo-

su vocación y acercarlo a su cumbre in-

Desde su perspectiva las drogas termi-

graron pararse sobre los 6.959 metros

terior, esa que se le reveló un día cuan-

nan condicionando ese don y al artista,

de altura del techo de América. Expe-

do observó una obra recién finalizada:

por lo que no considera algo que tenga

riencia que al día de hoy, Helmut Ditsch

“…nací inspirado y pintaba de chiquito,

una buena influencia en su arte.

atesora como un momento muy valioso

pero recién a los veintiocho años me di

Durante el período de su vida dedica-

en su vida.

cuenta de que era un artista…”

do al andinismo, Helmut realizó varias expediciones a los Andes, conociendo cumbres y recorriendo desiertos. Al preguntar por su apreciación por el Circo de los Altares, que conoció con motivo de realizar algunos estudios casi 20 años atrás, tenemos una demostración clara del don que posee el vecino de Ballester. Luego de un instante de silencio, rescata la foto desde el interior de su ser y describe montañas nevadas que emergen verticales desde el hielo para contrastar con los cielos y sus colores, ahí agrega emociones y se queda buscando información adicional, que continúa relatando al público en la sala, mientras su mente va y viene al Campo de Hielo Sur una y otra vez, en fracción de segundos. Su trayectoria como escalador lo llevó al Aconcagua junto a sus hermanos en una expedición en la que ellos eran “Los mulos”. Jóvenes sin mucha experiencia en terreno de altura, ni mucho menos entrenamiento

específico,

cargaban

la expedición cuesta arriba, armaban el campamento y todo lo demás. Cercanos a la cumbre los clientes que ya habían renunciado bajan, mientras los hermanos Ditsch se quedan atrapados en una tormenta infernal que destruye todo su campamento. Luego de varias horas expuestos al castigo de la montaña, se retira la tormenta y allí nomás se plantean el ataque a la cumbre, “¿Por qué no intentar?, si pudimos sobrevivir a esto, tenemos que ir por la cumbre!” concluyeron los Ditsch. Sin ninguna idea del mecanismo de hidratación, sin

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