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El Core y sus Adyacencias
El core geográfico, su entorno económico y político
A mi equipo de trabajo le quedaba claro que el ejercicio de definir el core business basado en los conceptos del gran consultor de Bain & Company era una necesidad. Ayudaba a hacer el ejercicio que una de las adyacencias estaba clara: geografía. Esto se debía a que el Grupo Promerica operaba de forma exitosa en todos los países de Centroamérica, Panamá y República Dominicana. Así Vida y Éxito, tenía la oportunidad de nacer en siete países y obtener escala inmediata. Esa gran oportunidad a su vez ofrecía numerosos retos ya que siete nacionalidades tienen diferentes personalidades, acentos, culturas, sentimientos, intereses, nacionalismos, hábitos de lectura y estereotipos. A su vez, todas las sociedades de los países core tenían en común el deseo de ser felices, tener conocimientos que contribuirán a hacer un mejor país, una mejor sociedad, y de cómo integrarse de forma efectiva entre la región y con el mundo.
Como era de esperarse el entorno de todos los países de Centroamérica, Panamá y República Dominicana ha venido cambiando drásticamente de siglo en siglo, década a década, y de generación en generación. A mediados del siglo 19, la economía de Centroamérica se basaba primordialmente en ser productores de comida y productos de agricultura como la producción de café y banano para la exportación. Luego el algodón, el azúcar y la carne de vacuno tomaron enorme relevancia después de la Segunda Guerra Mundial.
A raíz de la firma y ejecución del Mercado Común Centroamericano en 1960, todos los países gozaron de un fuerte crecimiento económico durante los años 60 y 70. Durante el periodo de 1960 al 2014, el comercio regional Centroamericano creció a una tasa promedio anual del 11.1%, al pasar de US$30 millones en 1960 a US$9,031 millones en el 2014. Este crecimiento fue superior al mostrado por las exportaciones con destino a otros mercados del mundo que crecieron en el mismo período a una tasa promedio anual de 7.6%, pasando de US$410 millones en 1960 a US$21,209 millones en el 2014.
Este dinamismo fue interrumpido únicamente en el quinquenio de 1981 a 1985, producto de la crisis mundial de 1980 y de las crisis políticas y guerras civiles de algunos países centroamericanos como Nicaragua y El Salvador. Así como en el 2009 por la crisis financiera internacional que afectó el comercio mundial.
El Mercado Común Centroamericano ayudó a crecer a todos los países participantes y a fortalecer sus economías y sectores privados.
Las guerras civiles en Nicaragua, el Salvador y Guatemala además de crear enorme dolor y derramamiento de sangre, causaron una enorme migración hacia Estados Unidos, así como ahuyentaron la inversión internacional minimizando la inversión local.
Estas guerras civiles desplazaron en ese entonces a más de 1,500,000 personas, incluidos 300,000 nicaragüenses, 1,000,000 de salvadoreños y a más guatemaltecos y unos 250,000 hondureños que ingresaron hacia Estados Unidos. Además, decenas de miles de nicaragüenses emigraron hacia Costa Rica y miles de miles de centroamericanos hacia México y otros países de Latinoamérica y España. Increíblemente esta migración, que tanto dolor causó por la separación de muchas familias, para el año 2022 ha sido una bendición económica por los miles y miles de millones de dólares en remesas que se reciben en toda la región.
Según publicaciones del Banco Mundial, los flujos de remesas hacia los países de América Latina y el Caribe alcanzaron más de US$126,000 millones en el 2021, un aumento del 21.6% con respecto al año anterior. La institución multilateral explicó que el elevado nivel de esos flujos de dinero respondía a diversos factores, entre ellos el impacto adverso de la pandemia de COVID-19 y los huracanes Grace e Ida, que alentaron a los trabajadores migrantes de México y Centroamérica a enviar más recursos a sus familias. Los otros grandes impulsores fueron la recuperación del empleo y los programas de asistencia fiscal y social en los países anfitriones, específicamente en Estados Unidos. Según el Banco Mundial, el nivel de los envíos excedió 20% del PIB de varias de las economías más pequeñas del área, como ocurrió en El Salvador y Honduras, donde las remesas fueron equivalentes a 26.2% y 26.6% de su producción nacional, respectivamente. En Guatemala, la cifra fue de 18%.
A lo largo de los años 80 y principios de los 90, los conflictos armados, las guerras civiles, la alta inflación y las malas condiciones sociales contribuyeron al deterioro de la economía centroamericana, lo cual forzó a los gobiernos a buscar apoyo y ayuda internacional, en especial del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, y países donantes de Europa y Estados Unidos. China en ese entonces ni aparecía en el radar.
Hacia fines de la década de los 90, las economías de la región se recuperaron y la privatización de empresas y servicios públicos, junto con la expansión del libre comercio, ayudaron al crecimiento; sin embargo, las economías de Nicaragua y Honduras fueron fuertemente impactadas por el devastador huracán Mitch, que golpeó a ambos países del 29 de octubre al 3 de noviembre de 1998. El huracán Mitch es el segundo huracán del Atlántico más mortífero registrado, causando más de 11,000 muertes en Centroamérica en 1998, incluidas aproximadamente 7,000 en Honduras y 3,800 en Nicaragua debido a las inundaciones catastróficas provocadas por el movimiento lento de la tormenta.
A fines del siglo 20, los gobiernos de Centroamérica habían intentado revitalizar sus economías fomentando la diversificación y la expansión de las exportaciones no tradicionales en zonas francas. Costa Rica logró atraer una fuerte inversión de la multinacional INTEL, lo cual hizo que este país tuviera un fuerte desarrollo en la industria de tecnología. Por su lado el resto de los países centroamericanos concentraron esfuerzos en zonas francas para el procesamiento de alimentos, bebidas, tabaco, prendas de vestir, zapatos, muebles y cuero. La agricultura continuó como el principal motor de empleo de la población con la excepción de Panamá donde el Canal tiene una enorme relevancia en la economía del país.
A comienzos de los años 90 despegó de forma vertical y ascendente la industria del turismo en todos los países, producto de la visión de grupos empresariales de la región que lograron invertir en hoteles de estándares mundiales.
En mi libro Creadores de Riqueza, destaqué todo un capítulo a la familia Poma de el Salvador, una de las pioneras en la industria hotelera. Una consideración critica es que el turismo en la región creció por la enorme cantidad de viajeros que eran atraídos por la oferta turística de la región los cuales llegaban gracias a los convenios de cielos abiertos que les permitió a líneas aéreas como American, Delta y United poder viajar hacia todos los países de la región. Los convenios de cielos abiertos permiten que los derechos de tráfico aéreo entre países firmantes cuenten con un servicio sin restricciones de las aerolíneas. Para ese entonces, la línea área TACA (Transportes Aéreos Centroamericanos) había logrado consolidar bajo una empresa a las cinco más grandes aerolíneas de Centroamérica, (AVIATECA de Guatemala, SAHSA de Honduras, NICA de Nicaragua y LACSA de Costa Rica). Por su lado, COPA, de origen panameño, había logrado convertirse en una de las líneas áreas más importantes de Latinoamérica utilizando al aeropuerto de Tocumen de Panamá como su base.