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NEGOCIOS
Por Roberto José Argüello, presidente de CEO ADVISORS, y Carlos Iván Aizpurúa, vicepresidente ejecutivo de CEO ADVISORS.
Principales retos de la Administración Biden en América Latina
Cuando Biden fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), realizó 16 viajes a la región. Conoce de cerca los problemas de México, Colombia, Brasil y Centroamérica.
Sin embargo, hay razones estructurales que impiden cambios importantes. Según Thomas O´Keefe, profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Stanford, los próximos años serán difíciles para América Latina, particularmente para los países con una alta dependencia de Estados Unidos, sea en forma de exportaciones, remesas, inversiones o flujos de capital. A esto hay que sumarle los efectos adversos de la pandemia.
Estos son algunos de los retos más importantes que tendrá la administración Biden en América Latina:
Mitigación de la pandemia
Sin duda, el problema más urgente es la actual crisis del COVID-19. Sólo la pandemia por sí misma representa una situación grave, pero también las medidas que muchos gobiernos tuvieron que adoptar, que a su vez han disminuido el comercio mundial, y que, por ende, han debilitado a la economía de los Estados Unidos. Es claro que se carecerá de un programa robusto de estímulo económico de Estados Unidos para la región, y más bien lo que habrá es ayuda en la distribución de vacunas; en ese sentido, Biden ha dado su apoyo al programa del Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (mejor conocido como COVAX, por sus siglas en inglés) para avanzar en los esfuerzos multilaterales para la distribución de vacunas, tratamientos y diagnósticos COVID-19, acceso equitativo e investigación y desarrollo. Estados Unidos considera a América Latina como un vecino y socio comercial clave, y una crisis de salud en el sur podría llevar a más personas a buscar suerte y migrar hacia el norte.
Control de los flujos migratorios
El principal foco de atención sigue estando en la frontera con México, donde millones de personas sueñan con un mejor futuro cruzando hacia los Estados Unidos. Según Juan Sebastián González, Asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental de la Casa Blanca, los migrantes deben saber que la frontera permanecerá sellada. Por otro lado, Biden quiere acelerar el proceso de asilo para los que ya se encuentren en ese proceso. Biden acaba de firmar un decreto ejecutivo en donde preserva y refuerza el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, por sus siglas en inglés), permitiendo que los inmigrantes ilegales que llegaron a Estados Unidos siendo niños y que fueron llevados por sus padres (conocidos como “dreamers”), queden exentos de la deportación, regularicen su situación migratoria y obtengan permisos de trabajo.
Centroamérica
El cambio del enfoque migratorio de Biden versus el de Trump, puede tener consecuencias económicas positivas para Centroamérica, de donde proviene la mayor parte de las personas que tratan de entrar a Estados Unidos. Como vicepresidente de Obama, Biden trabajó con los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) e impulsó en los años 2015-2016, en el Congreso estadounidense un paquete de ayuda de US$750 millones.
El presidente Biden acaba de prometer un plan para invertir hasta US$4.000 millones en Centroamérica a lo largo de cuatro años, para promover programas sociales y estimular la inversión privada. La lógica es que si mejoran las condiciones de vida de los ciudadanos en esas naciones, menos personas van a sentir la necesidad de emigrar. Además, el gobierno estadounidense acaba de crear una Comisión Regional contra la Corrupción para consolidar el estado de derecho en los países del Triángulo Norte; eso quiere decir que Estados Unidos es consciente de algunos actos de corrupción gubernamental que se venían dando en los últimos años.
México
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador puede sentirse entusiasta con la posibilidad de una mejora en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y México. Es probable que ahora se dé un intercambio más fluido a partir de la política comercial menos confrontativa que tenga Biden, por lo que pueda que disminuya la presión para que las fuerzas de seguridad mexicanas destinen una gran cantidad de recursos para evitar el ingreso ilegal de personas a Estados Unidos. Sí podrían darse algunos cambios en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (conocido como T-MEC), porque en dicho tratado aparentemente se negociaron cláusulas muy polémicas que la nueva administración podría estar abierta a revisar.
Colombia
Una Venezuela destrozada y sin exportaciones relevantes de petróleo, y una vecina Colombia próspera y con una industria petrolífera (crudo y gas natural) que ha sido en los últimos años el motor de la economía de ese país, hacen de Colombia un blanco atractivo del gobierno de Cuba de convertir a Colombia en la próxima Venezuela. Aunado a esto, ¿qué pasaría si Gustavo Petro llegara a la Presidencia de Colombia?
Los analistas estiman que las posibilidades son mínimas debido, primero, a la dificultad de que Petro llegue a la presidencia en un país con tendencia histórica de derecha; segundo, por la fortaleza de las instituciones democráticas del país en el que funcionan los pesos y contrapesos; y tercero, a las diferencias sociales y culturales entre las poblaciones de Colombia y Venezuela.
Venezuela
Al igual que Cuba, Venezuela representa otro vínculo conflictivo con Estados Unidos. También el enfrentamiento escaló durante la Presidencia de Trump. Se apeló a una estrategia de presión total con fuertes sanciones a funcionarios claves del gobierno de Maduro. Es evidente que Biden tiene una mirada diferente, y se desconoce cuánto puede llegar a cambiar en la práctica. Probablemente se proponga una vuelta a los canales diplomáticos, pero se cree Biden tendrá una posición firme en este tema. Una buena noticia para los residentes venezolanos en Estados Unidos, es que Biden les prometió en campaña darles el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
El hecho de que Biden conozca Panamá es un elemento positivo para las relaciones bilaterales.
China se abre camino en América Latina
Biden describió la creciente influencia de China en América Latina como una amenaza para la seguridad nacional de su país. Biden hizo campaña con la promesa de “restaurar el liderazgo de Estados Unidos y detener los flujos migratorios para mitigar la pobreza”; no obstante, se puede inferir que la creciente presencia de China en América Latina contradice directamente esos objetivos.
México es ahora el único país grande de América Latina que todavía sigue muy ligado económicamente a Estados Unidos; es natural, pues son países vecinos y forman parte del T-MEC. Para el resto de la región, salvo algunas excepciones, es sabido que cada día China se convierte en el principal socio comercial y fuente de financiamiento. En algunos países, las finanzas públicas dependen en gran medida de la demanda china. Por ejemplo, Ecuador, vende casi el 100% de sus exportaciones de petróleo a ese país.
Panamá
En junio de 2017, el entonces presidente panameño, Juan Carlos Varela, anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China, lo que implicaba el abandono de los vínculos con Taiwán. Esto desencadenó que empresas chinas ganasen una serie de licitaciones para concesiones portuarias, proyectos de energía, centros de convenciones y obras civiles de gran envergadura. Al llegar al poder en julio de 2019, el Presidente Laurentino Cortizo congeló la mayoría de estos proyectos; inclusive puso en pausa las negociaciones de un tratado de libre comercio entre China y Panamá que se venían llevando a cabo en el gobierno anterior.
El exfuncionario de la USAID, Daniel Runde, emitió recientemente sus consideraciones sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Panamá. Runde recomendó al presidente Biden prestar especial importancia a la presencia de China en el comercio panameño, sobre todo en el área canalera. Según Runde “la administración Biden debe tomar medidas para reducir la cantidad de dependencia panameña de China, y debe aumentar las inversiones en Panamá”. Desde la renuncia de John Feely en enero de 2018, la misión estadounidense es liderada por un Encargado de Negocios. Debido a la importancia estratégica de Panamá y su canal interoceánico, Estados Unidos debe nombrar y ratificar un Embajador a la mayor brevedad posible.