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SALUD
Por Nancy Martínez
El poder de la salud mental ante el COVID-19
Estamos en un momento desafiante, el COVID-19 nos vino a enseñar la importancia de estar bien y sentirse pleno ante la adversidad para mantenerse con vida.
Antes, para muchos era importante ser exitoso, tener dinero, ser reconocido o tener bienes materiales, lo cual se volvió secundario para muchas personas.
El ser humano debe tener salud en distintos ámbitos de su vida, desde mi experiencia estos son físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Todos son importantes para estar en equilibrio personal y mejorar un ámbito que impacta a otros sin duda, pero nos enfocaremos en la salud mental y el efecto en su vida y su salud, sobre todo ante los desafíos que nos está poniendo el COVID-19.
De acuerdo con la Secretaria de Salud de México, en eventos críticos como desastres, emergencias humanitarias y crisis epidemiológicas al menos el 80% de las personas tienen un aumento de angustia, miedo, pánico o terror, lo que impacta significativamente la salud mental.
Cuando hablamos de salud mental, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere al estado de bienestar cuando realiza sus actividades y se es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida de forma positiva, de trabajar de forma productiva y de contribuir con su comunidad.
Sé que el miedo, la incertidumbre, las malas noticias, la pérdida de un ser querido o de personas cercanas pueden agobiarle y estresarle, pero para poder enfrentar la situación y ser resiliente se requiere trabajar en sí mismo, en amarse, en cuidarse, en proteger su mente, en estar sano.
Tener salud mental es poco fácil, implica que se deba tener hábitos positivos que le ayuden a sentirse mejor y más feliz, pero sobre todo le ayudará a estar en equilibrio en otras esferas de su vida, como la emocional, la física, la espiritual y la financiera. Así que… ¡manos a la obra por su salud mental!
TOME NOTA
Las siguientes son algunas recomendaciones que le ayudarán a sentirse más tranquilo, mejor y sobre todo a cuidar su salud mental.
1. Busque un profesional que le ayude con terapia para que mejore su salud mental y emocional.
2. Vibre alto, entrenando su mente hacia lo positivo. Reconozca y registre sus pensamientos y sus emociones negativas durante el día.
3. Haga ejercicio, ya que le ayudará a reducir el estrés, la incertidumbre y a gestionar mejor sus emociones.
4. Medite, de esta forma aprenderá a estar en el presente y a enfocarse en lo que funciona y sucede.
5. Informarse lo necesario, pero deje de ver noticias tóxicas o negativas, ya que lo único que hará es generarle mayor estrés y preocupación.
6. Conéctese con el humor y la risa, hacerlo segregará en su cuerpo hormonas de la felicidad y le permitirá sentirse mejor.
7. Coma sano, ya que necesita fortalecer sus defensas y mandarle una señal a su cuerpo de que lo quiere fuerte.
8. Respire profundamente, haga ejercicios de estiramiento y conéctese con la naturaleza a través de medios digitales.
9. Agradezca todo aquello bueno que se tiene y que vive en el dia o en la semana.
10. Evite consumir alcohol y drogas, ya que debilitan su sistema inmunológico.
11. Tómese un break para descansar y relajarse, incorporando actividades que disfrute, ya sea solo o en compañía de su familia.
12. Manténgase cerca de sus personas vitamina, de aquellas que le inyectan de energía, que le escuchan y le ayudan a ser mejor persona.
13. Ayude a otros, pueden ser personas necesitadas, fundaciones o comunidades, ya que la bondad le ayudará a sentirse mejor y a enfocarse en lo bueno que le sucede.
IMPACTO
Reconozca algunos síntomas o reacciones que puede sentir cuando su salud mental se ve afectada.
• Sensación de temor y preocupación constante por contagiarse o contagiar a la familia.
• Inquietud por sus finanzas o su estabilidad laboral.
• Insomnio y cambios de patrones de sueño y alimentación.
• Agravamiento de problemas de salud crónicos.
• Exceso en consumo de tabaco y/o alcohol o sustancias dañinas.
• Cambios emocionales constantes, sobretodo sentirse desolado, deprimido y ansioso.
• Culpa por tener dificultad al desempeñar sus tareas habituales o sus obligaciones parentales si es que está infectado por el COVID-19.
• Tristeza, enojo o frustración porque perdió a algún ser querido y le es difícil sentirse mejor.
• Preocupación ante la posibilidad de volver a infectarse o enfermarse nuevamente aunque, ya haya tenido Covid-19.
• Otros cambios en la salud emocional o mental.