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CONECTA2
A veces necesitamos más W. W. J. D.
El año pasado, mi esposo y yo tuvimos el privilegio de facilitar un grupo de matrimonios con los cuales nos reuníamos una vez por semana. Éramos cinco parejas, de distintas edades y por ende en distintos momentos de la vida personal, familiar y matrimonial. Al principio se veía como un gran reto precisamente por ser todos tan distintos, pero cuando la motivación de lo que hacemos es servir a los demás y ponemos a Dios en medio de lo que sea que hagamos, no hay forma de que las cosas salgan mal.
Comenzamos las reuniones en marzo y terminamos en diciembre. Durante ese período de tiempo todos atravesamos momentos difíciles, pero también compartimos muchas victorias en diferentes áreas de nuestras vidas. Para mi esposo y para mí, que tenemos a nuestra familia de sangre en otros países, este grupo se convirtió en una verdadera familia.
Durante todo el año tratamos de compartirles a Jesús y todo lo que hemos aprendido leyendo su Palabra. Todo lo que está escrito en la Biblia lo podemos traer a “valor presente” y ponerlo en práctica en todos los aspectos de nuestra vida: como personas, profesionales, empresarios, padres de familia, cónyuges, amigos, etc. Lo que pasa es que no siempre es fácil porque, mientras estemos en “esta carrocería humana”, nuestra naturaleza y emociones tienden a empujarnos a actuar de la manera errónea. En septiembre nos fuimos todos a una casa de montaña a pasar el fin de semana, con el objetivo de desconectarnos de los afanes de la vida y pasar un tiempo dedicado a Dios; algo como un retiro. Fue un fin de semana memorable. Todos llegamos cargados de mil problemas, retos, temores, inseguridades, etc., pero salimos livianos y libres.
Durante las últimas semanas del grupo invertimos un tiempo repasando lo que dice Mateo 5, 6 y 7, el Sermón del Monte; porque queríamos cerrar con un mensaje poderoso que resumiera todo lo que habíamos estado conversando por casi nueve meses. Entonces, se me ocurrió regalarles unas pulseras tejidas con las iniciales W.W.J.D. (What Would Jesus Do), porque para mí el Sermón del Monte se resume en precisamente eso: Qué haría Jesús. En esos tres capítulos está lo que debería de ser la “Constitución” de nuestras vidas. Los mensajes son claros sobre como deberíamos de vivir y relacionarnos con los demás.
En esos tres capítulos podemos encontrar consejos como:
1. Seamos humildes: “Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia”. (Mateo 5:5)
2. Seamos justos: “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”. (Mateo 5:6)
3. Seamos compasivos: “Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión”. (Mateo 5:7)
4. Seamos portadores de paz: “Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”. (Mateo 5:9)
5. Amemos a nuestros enemigos: "Pero yo digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen”. (Mateo 5:44)
6. Perdonemos 70 veces 7: “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial”. (Mateo 6:14)
7. Dejemos de criticar: “No juzguen para que nadie los juzgue a ustedes. ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no le das importancia a la viga que está en el tuyo?” (Mateo 7:1, 3)
En resumen, “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”. (Mateo 7:12).
De los siete consejos arriba indicados, a mí me cuestan unos más que otros. Hay días que necesito una sobredosis de W.W.J.D. y hay personas con las cuales necesito más W.W.J.D. de lo normal.
Las pulseritas las venden en Amazon, por si alguien la necesita usar de vez en cuando, como yo, para recordarme qué debo hacer para ser una mejor persona.