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Festival Diablantino, por Gabriel Contreras
Festival Diablantino (Presentación y defensa de un gran proyecto cultural)
Gabriel Contreras
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NO SÉ, no sé bien, no sabría decir con seguridad si esto pertenece al mundo de lo paranormal o no, pero… el hecho es que es un fenómeno… digamos… digamos que extraordinario, al menos a mí así me lo parece, ¿me permiten que les sirva un café? ¿Cuánta azúcar van a querer?... Ha subido mucho el precio, es cierto, ha de ser por el dólar, por la gasolina, por todo, por nada, no entiendo, pero no hay nada mejor para endulzar un café, creo yo. Azúcar, cueste lo que cueste.
Miren, hay algo que se da mucho. El hecho es que, cuando yo salgo a la calle con un chaleco como éste, pues resulto… atractivo. Sí, lo digo en voz alta, sin miedo, soy atractivo, lo reconozco, lo sé.
El caso es que… soy atractivo por el color de mi pelo, mis ojos, la boca. Es algo que me ocurre desde hace tiempo. Yo no me atrevería a hablar de un superpoder, pero sí creo que soy demasiado atractivo para alguna gente…
Soy atractivo, es algo que no se puede negar. La verdad, la verdad es que sí, soy atractivo. Muchas mujeres, al ver mis brazos, muchas piensan mmmm, y otras simplemente se quedan calladas.. Me he dado cuenta de que… en realidad… a los que más atraigo es a los hombres, o sea a los caballeros, y aunque ese no ese mi interés en realidad, es algo que ocurre, es algo que se da, un fenómeno que yo llamaría… no sé…
¿Cómo es posible que yo, siendo tan hombre, atraiga a otros hombres? ¿Por qué? ¿De dónde me viene ese poder? Soy tremendo, lo sé, tremendo. Otra cosa: mi motocicleta. La verdad es… superhermosa. Mírenla ustedes bien. ¿A poco no es linda? Pues por eso precisamente es que ha ocurrido otra cosa, ha ocurrido que muchos, al desear mi moto, me han mandado hacer hechizos, conjuros, lo que en el mundo de los brujos se llaman “trabajos”… Por la envidia de poseer mi moto… y yo ¿saben qué? Yo quiero mucho a mi moto, y entonces he tenido que hacerle frente a la situación y responder a esos hechizos con un esfuerzo especial en cada caso, incluso ha habido momentos en los que mi vida ha corrido peligro, me he enfermado gravemente, han brotado llamas a mi alrededor, he escuchado unos gritos espeluznantes, y he visto niños que se arrancan los ojos frente a mí, niños, con los dedos, sus deditos chorreando ríos de sangre… uffff. Sí, claro que me ha dado miedo, pero para mí eso tiene varias explicaciones. Primero, me envidian por ser atractivo. Segundo, mi moto les genera también una puerca envidia, y tercero: muchos de ellos son fantasmas, son muertos vivientes, y eso puedo demostrarlo con mi detector de energía hidroeléctrica.
Vivo fuera del Distrito Federal en estos momentos, específicamente en Tlanepantla, por lo tanto tengo que recorrer muchos caminos antes de cada grabación, y en esos caminos siempre me salen al paso… digamos… duendes, alienígenas, fantasmas, muertos vivientes, lloronas, niños sin cabeza, caballos poseídos, perros locos, ¿Por qué me ocurre esto a mí? La verdad, no lo sé, pero el hecho es que siempre traigo mi cámara, y aunque mi vida esté en riesgo cada vez que eso ocurre, yo sé siempre cómo salir adelante, simplemente siendo un profesional, estando dispuesto a decir la verdad y…. pues… teniendo un poco de suerte. No es que yo crea en eso, pero me parece que tengo suerte, por eso estoy vivo todavía.
¿Más café? Muchos de mi equipo se han infartado, otros han sido ahorcados, otros fueron violados con un bate, han perdido una mano, un ojo, incluso han perdido sus casas o han perdido autos, y yo lo que les digo es que… estudiar lo paranormal eso es algo que puede… acarrear desgracias… efectivamente.
Allí, algo se movió, no hagan ruido, era como un niño, escuchen su risa, su risa, su risa de niñito malo, es como una psicofonía, yo diría que es eso… una psicofonía… y se manifiesta exactamente en el momento en el que yo estoy platicando con ustedes, ¿Por qué? Eso es inexplicable.
Yo escribo, o sea no sólo soy atractivo y tengo una supermoto, sino que también escribo, y uno de mis libros ha sido el libro más vendido en México, soy un autor respetado, ya me han invitado a la Feria del Libro de Monterrey, y he acudido, obvio, en mi moto. Ese día que fui era un domingo, y me encontré con unos cholos, eran tres, cholos tipo colombiano, traían una fuzca cada uno, me pararon: párate, párate, si tú eres… Esteban Ortiz… el de la tele, tú eres Esteban, el famoso Esteban, el de las psicofonías… Y yo les dije: sí, soy yo, yo soy ¿por qué?
Ellos se me vinieron encima y yo les hice frente, así soy yo, pura fibra, músculo, me gusta enfrentar los problemas como son. Logré controlarlos con mi musculatura, pero en el momento en que iba a entregarlos a la policía, surgió un grito desesperado, ahhhhhhhhhhhhhh, no era un grito cualquiera, era un grito paranormal, y yo me asusté, la verdad, déjenme traerles más café, y entonces los solté, y ellos huyeron, pero no corriendo, no, lo asombroso es que huyeron volando, o sea… para decirlo claro… se convirtieron en murciélagos, eso lo tengo grabado, pero lo grabé en VHS, y como ya no se consiguen lectores de
VHS, pues ni cómo mostrarlo ahora mismo, pero el hecho es que hay evidencias de ese ataque, claras evidencias, evidencias innegables, video, tengo el video, yo diría, ese era un ataque de… lo… maligno contra mí.
Tengo novia, es bonita, pero no quiero hablar de eso. Bueno, ella se llama Rodolfo, y a muchos les sonará extraño, pero no, no es extraño. Ella se llama Rodolfo por cosas de seguridad, o sea en realidad no se llama así, se llama Lucía, pero como sé que las fuerzas de lo paranormal podrían atacarla en cualquier momento, yo la llamo… Rodolfo, y así seguramente el maligno o los muertos vivientes pensarán algo extraño y no la atacarán. O sea, eso descontrolará a las fuerzas del más allá, es obvio, un nombre falso siempre engaña.
Aquí tengo un ejemplar de mi libro más famoso, mírenlo, pues este libro ha sido atacado en numerosas ocasiones, por supuesto. Son muchos los que han hablado mal de él, los que lo han calificado como una farsa, sobre todo las chavitas que dicen el clima en la tele, y ustedes dirán: ellas qué, pero ojo, ellas tienen mucho que ver, acuérdense que yo me manejo con energía y los cambios del clima provienen del manejo de la energía precisamente, de manera que, si yo me concentro, puedo hacer que cambie el clima en la ciudad de México, y eso a ellas no les conviene, porque ellas viven de sus escotes y del pronóstico del clima, si yo cambiara el clima de repente su pronóstico fallaría y eso sería tremendo para las televisoras, para empezar las correrían, así que ellas le temen mucho a mis poderes, y por eso me atacan, incluso una de ellas una vez se desnudó ante mí y quería obligarme a tener sexo con ella, sexo oral, pero, obvio, yo me negué, primero porque estábamos en una lonchería, y segundo porque yo estaba totalmente vestido y ella totalmente desnuda, así… naturalmente… es imposible tener sexo, o sea el coito, oral, lo que sea, no hay modo.
El diablo, el diablo tiene un poder, por eso no es fácil hablar de él así nomás.
Para hablar del diablo hay que tener ciertas condiciones atmosféricas, y cierta prudencia mental, yo la llamo así… y en inglés la llamo mental prudency, ese concepto pertenece a la famosa psicología profunda de Freud, que yo la llamo deep psychology, claro.
Yo nací en un pueblito de Oaxaca, y de pequeño cuidaba ovejas, era pastor, estudié hasta segundo de primaria. Los maestros nunca asistían, allá es muy fácil abordar los estudios a causa de los maestros. La explicación es el alcoholismo, por supuesto. Otro, en mi caso, habría llegado a presidente de México, pero yo preferí convertirme en investigador de lo paranormal, que es algo mucho más difícil y más peligroso.
No tengo vicios, soy una persona sana, hago mucho ejercicio, me gusta divertirme, bailar, tomar tepache, me gusta el jugo de naranja, piensen en un hombre sano, OK, ese soy yo.
Mucha gente habla del mal, del diablo, y bueno, pues dice cosas, sí. Ya desde la primaria, todos dicen que el diablo esto, que el diablo aquello, que el diablo sí o quizás, y uno, uno de niño la verdad es que tiene miedo, sobre todo porque todos tenemos defectos y… vaya, pues todos hacemos el ridículo y uno… uno, sensible al fin, pues se siente como… un pobre diablo, y más que nada a esa edad en la que el amor es imposible, vean bien, a esa edad ni cómo acercarse a una niña, por ejemplo, nada, nadita. Siete años, a los siete años todo es más que imposible, Y otra cosa, que uno puede traer puestos unos anteojos de este tamaño, horribles, horribles, espantosos, o tener una mochila toda fea, toda sucia, espantosamente puerca, y eso va a convertirte, obvio, en la burla de todos, vengan, vengan ya, vamos a hacerle burla a este zonzo, burla, burla, y entonces sucede que uno ve una película del diablo y piensa: yo creo que el diablo va a venir por mí, tiene que ser, me va a llevar, claro, me va a poseer, eso es muy posible porque como yo soy un pobre diablo, y él es un diablo poderoso, famoso, con películas y todo eso, pues seguramente que, para él, poseer a alguien como yo, pues será algo muy cómodo y muy fácil.
Yo como investigador de lo paranormal he estudiado esa cosa de sentirse un pobre diablo, y he llegado a la conclusión de que eso está mal. No está bien ser un pobre diablo, eso es algo que te daña. Y esos daños pueden acabar por ser fatales.
De niño casi no tuve juguetes, jugaba con gallinas, con elotes, con un perro, con un ratón muerto, y eso me enseñó a conocer la naturaleza, por eso ahora mismo puedo detectar qué pertenece a la naturaleza y qué no, eso, lo que está más allá… eso es lo paranormal, y ese es mi campo de estudio.
Entonces ocurre que yo a veces me pongo a estudiar la historia del diablo, pero no en libros, sino en revistas, o en Internet, pongo en Google las palabras EL DIABLO, con mayúsculas, por respeto, y aparece pura gente de la televisión, claro, claro, Niurka, Yuri, Mijares, Lucerito, el Presidente, gente así, gente que ha tenido trato personal con el diablo, que por ejemplo ha ido a su casa, o ha comido con él, incluso puede ser gente que ha hecho negocios, grandes negocios con él. No digo que Carlos Slim o Jorge Vergara, yo no he dicho eso.
En donde yo vivo hay muchos tlacuaches y, saben qué, los tlacuaches convivieron con Moctezuma, con Hidalgo, con Morelos, los tlacuaches convivieron hasta con La Malinche, así que los tlacuaches saben, saben mucho, y ellos saben que yo sé que ellos saben…
Ok, por ejemplo, en Internet me encontré con un monólogo en el que el diablo es Al Pacino, y digo yo es que ese hombre puede serlo todo, es el Mercader de Venecia, es Tony Montana, y ahora… ahora hasta el diablo, no puede ser, es que me da envidia, envidia, envidia, tres veces, la verdad, en fin el asunto es que en ese monólogo de Al Pacino… habla en español, bueno, es que está doblado, habla con un acento, para mí, raro, y dice tío, joder, me cago en Dios, y todo eso, o sea en plan Granada, Sevilla, yo qué sé, la cosa es que habla de un hombre poderoso, del mundo de las computadoras, y dice que de pronto unos pordioseros se lo topan en una plaza, y le piden el reloj, y él se ríe, jajajá, como es un hombre poderoso se ríe, se caga de la risa, total que lo agarran a garrotazos, a hachazos, y lo matan, y él no tiene más opción que sangrar y morirse, y así es como se acaba su historia. Digo yo que el diablo no es cosa sencilla, porque no se trata nada más ser malvado y ya, por ejemplo en “El exorcista”, que según yo es su mejor película, ahí el diablo como que es muy sabio, se disfraza, se convierte en otra gente, y va seduciendo, seduciendo, como logrando tener más poder del que ya tiene. Yo digo que en “El Exorcista” el que debió ganarse un Óscar fue el diablo, porque la verdad es que hizo bien su papel, fue todo menos un pobre diablo.
La nieve es mi postre favorito, ¿por qué hablo de esto?… No lo sé, es algo que surge, es paranormal…
¿Otro café, unas galletitas? ¿Por qué no, verdad?
Ahora, hay otros momentos en los que el diablo no convence, por ejemplo en Semana Santa, son días en los que todos le ponen cuetes y le pegan, no hay que ser, por qué lo toman así, pobre Judas, pobre, si ser diablo también tiene su mérito, digo yo, tiene su esfuerzo, pues total que ocurre que ese día de Semana Santa todos van y se burlan de él y le prenden fuego y lo hacen pedazos, qué fácil, qué fácil, ¿verdad? Yo estoy en contra de eso, o sea… es bullying, bullying de lo más descarado que puede haber, y lo asombroso es que se hace con el permiso de las autoridades eclesiásticas. Si hubiera una votación, yo votaría de plano que no, que no hay que burlarse del diablo, sea como sea, porque él hace su trabajo, miren ustedes… sin el diablo la vida sería punto menos que nada…
En mis programas de televisión no hay truco, grabo con puro equipo importado de Japón, garantizado, y cada toma es sometida a un consejo científico que no me dejará mentir, todo lo que yo digo es verdad, aunque no lo parezca, y cuando me han visto enfrentarme al diablo, ha sido en serio, sin trucos.
Imaginen nomás, no habría vicios, no habría pecado, no habría delitos, no habría crimen, o sea no habría nada, seriamos un montón de gente aburrida, sin nada que chismear, nada que comentar, nada que condenar.
Muchas dicen que soy guapo, yo soy como soy, simplemente soy un investigador que tiene más de 20 mil investigaciones en su trayectoria, de modo que no puedo preocuparme por ser guapo, quizás lo soy y ya.
Por eso yo digo que el diablo debería de tener su día, su fiesta, es más su festival cultural, de veras, y se llamaría Festival Diablantino, ja, algo así. Propongo la creación del Festival Diablantino…
Me gustan las enchiladas con queso panela, mmm, ricas.
Otra cosa. El diablo es la base de… digamos… todas las series de televisión que vemos en las noches… Tu vecino es un criminal, El esposo asesino, Genios del crimen, Esposas que matan, puras cosas del diablo, si fueran programas de Dios todo serían ángeles que rezan, señoras orando, la hora de perdonarlo todo, puro aburrimiento, por eso yo digo que el diablo merece algo de prestigio, tal vez no mucho, pero sí algo, porque tiene sus méritos.
Mis programas pasan cada semana, en México y en Estados Unidos, un saludo a todos mis amigos de Houston.
Quiero decirles que en los últimos días he recibido algunos mensajes en los que se revela claramente que el diablo quiere reponerse, quiere apoderarse de la navidad y convertirla en una especie de sábado negro, en serio, o sea con su retoño diabólico tipo Bebé de Rosemary, su Rosemary embarazada tipo virgen del mal, y su pesebre en el que habría puros animales malos, ratas, tlacuaches, cucarachas, cosas así...
Yo mi cumpleaños siempre lo celebro en “La Ópera”, es un bar agradable.
No sé si sea posible, pero yo… yo veo en el diablo dos cosas, veo que es una amenaza, pero también es un camino a la diversión… simplemente, si el diablo no existiera no existirían Las Vegas, ni Vallarta, ni Tijuana, ni Cancún, eso por no decir bailarinas polacas o rusas… uy, las rusas, esas siempre me dan que pensar.
Pronto dejaré de investigar, mi vida se ha puesto en riesgo muchas veces, simplemente recorreré el mundo en mi moto.
Por eso mi idea es que este 24 de diciembre podría pasar algo, no sé, algo malo, algo que saldría en la prensa a toda plana, algo tenebroso, y eso, obvio, sería cosa del diablo, no es por echarles la sal, pero yo creo que eso podría ser, podría suceder, de modo que mejor vamos a cantar todos “Jingle bells” y todo eso, no vaya a ser que al demonio se le cumplan sus caprichos, porque… de veras… nunca se sabe… Voy por más galletitas.