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Manir González Martos

Manir González Martos

Francisco Javier Alvarado Segovia

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Hasta donde se tiene conocimiento, en la década de los años 70 se presentaron distintas manifestaciones que tenían como objetivo alcanzar el estatus de autonomía para las uni-versidades, entre ellas a la entonces Universidad de Nuevo León. Aquí es donde nos en-contramos con un personaje importante en la historia de la hoy Universidad Autónoma de Nuevo León. Hablamos de Manir González Martos.

Nacido en Linares, Nuevo León, “tierra de gobernadores” situada en la región citrícola, González Martos fue pasante de Derecho en diciembre de 1951, a la par que se hacía car-go de la Jefatura de la Sección de Preparatorias, dependiente del Departamento Escolar y de Archivo de la Universidad. Presentó su examen profesional para obtener el título de licenciado en Derecho en el año de 1965. La noche de la recepción fue servido un banque-te al que asistieron, entre otros personajes, el padre del nuevo profesionista, el licenciado Vicente Reyes Aurrecoechea, Jefe del Departamento Escolar, el licenciado Eduardo A. Elizondo, entonces rector de la UNL, y el licenciado Genaro Salinas Quiroga, entonces catedrático de la Facultad de Derecho, quienes compartieron la mesa de honor.

Desde que fue estudiante universitario, Manir González, se involucró en la política perte-neciendo a un grupo denominado “Los Juniors”, en el cual participaban muchos de sus amigos y compañeros.

Su juventud siempre giró en torno a la lucha por la defensa de intereses académicos, sociales, culturales y políticos de su alma mater, y en consecuencia “fue agredido y señalado, por tener una ideología marxista” junto con un numeroso grupo de hombres que defendían la misma causa. Poco a poco fue ascendiendo escalones hasta convertirse en participante directo de la Comisión Coordinadora que tenía por objeto elaborar un proyecto para la formación de un organismo representativo de trabajadores de la UNL, es decir, un sindicato, el cual se “pensaba podría ser una asociación civil”.

Años después de graduarse y de cumplir con sus actividades como delegado comisionado, en 1967 fue nombrado subjefe de la Sección de Preparatorias del Departamento Escolar y de Archivo, y en 1970 jefe del mismo Departamento. Además de esto, sus convicciones lo encaminaron hacia las esferas más altas del poder en la UANL, ya que colaboró con el ex rector Oliverio Tijerina Torres tanto como jefe del Departamento Escolar y de Archivo de la máxima casa de estudios como, más tarde, secretario general de la Universidad.

Para fines de diciembre de 1970, González Martos fue promovido a la Secretaría General de la Universidad por el rector Oliverio Tijerina Torres, quien contó con el apoyo absoluto del Consejo Universitario, que inicialmente rechazó su renuncia al resolverse una serie de problemáticas universitarias presentadas durante su naciente autonomía.

Así que, González Martos fungía como secretario general de la UANL tras la renuncia del licenciado Tomás González de Luna, a la vez que en este periodo el licenciado Samuel Flores Longoria, ocupaba la jefatura de Extensión Universitaria, también por renuncia del profesor Rolando Guzmán Flores. Todo esto después del rompimiento del doctor Tijerina Torres con los miembros del Partido Comunista.

Durante este periodo se dieron pasos importantes para regular el subsidio federal a la Universidad, que entonces estaba referido provocándose una seria problemática, pues el monto de dicho subsidio ascendía a cuatro millones, mismos que el gobierno federal debía a la Universidad.

Una vez constituido el sindicato, Martos fue forjando una imagen de respeto y admiración ante sus colegas puesto que siempre fue un firme impulsor de la causa sindical, asímismo un asiduo participante de los quehaceres de la mencionada agrupación de trabajadores universitarios. Cabe recordar que concursó para definir el lema del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León (STUNL), sin embargo no resultó ganador; en su inicio, también defendió el nacimiento del STUNL.

En 1971, al renunciar el doctor Oliverio Tijerina Torres al puesto de rector de la UANL, Manir González Martos fue elegido por el C. U. Rector en funciones. Sin embargo, su cargo se distinguió por defender “el derecho que tenían los universitarios de elegir a sus propias autoridades” , es decir, airear la atmósfera para que los estudiantes y demás miembros del campo universitario eligieran a su rector definitivo, el ingeniero Héctor Ulises Leal Flores.

A este prsonaje universitario le tocó dirigir la Universidad de Nuevo León del 14 de enero al 20 de febrero del mismo año 1971 en que fue nombrado. De hecho, González Martos colocó el escudo que llevaban los rectores de la Universidad en la solapa del traje del ingeniero Héctor Ulises Leal, cuya elección por el Consejo Universitario se realizó en la junta del 20 de febrero de 1971. Desde esta fecha, González Martos regresó a su cargo anterior como secretario general de la UANL, cargo al que luego renunciaría (noviembre de 1972). Tiempo después, se hizo cargo de la dirección del Instituto de Capacitación Política del Partido Revolucionario Institucional (P. R. I.). Dicho nombramiento le fue expedido por el presidente del Comité Nacional del P. R. I., licenciado Jesús Reyes Heroles. A raíz de esto, el profesor Rodolfo Rosas, quien fungía como jefe del Departamento Escolar, se haría cargo de la Secretaría General, provisionalmente. Dicho nombramiento terminó causando cierta incertidumbre, por las condiciones de inestabilidad y violencia que vivía la Universidad.

Por un lado, durante su periodo como rector, el licenciado Manir González Martos tuvo que soportar el ataque de huelguistas de Leyes y, por otro, como respuesta a éstos, el día 5 de febrero publicó un escrito en el cual “rechazaba la provocación y encau[zaba] el ritmo de trabajo de la Universidad, trabajo que jamás podría ser interrumpido por los manipulados huelguistas de la Facultad de Derecho” .

Al mismo tiempo que se daba esta querella, González Martos fue partícipe de tres reuniones del Consejo Universitario en donde se delimitó el procedimiento para la elección de un nuevo rector. Finalmente se puede decir que con este tipo de acciones Martos, vio que se estaban dando pasos firmes hacia la democratización y el progreso de la Universidad, proceso del que él fue un destacado componente. Con su ayuda colaboró a la indispensable labor de la creación de la autonomía del máximo órgano educativo del Estado de Nuevo León, tanto con el apoyo directo que le brindó al rector Oliverio Tijerina como en los diversos cargos que ocupó.

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