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Toc Toc Toc

El mono sabe en qué palo trepa

Autor:

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Germán Camilo Blanco - MuN

Ilustrador:

Detrás de cada carcajada, de cada chiste, de cada broma, se esconde una razón de ser. Nos reímos con el payaso en nuestra fiesta de cumpleaños, pero ¿qué sucede si él llega a la habitación de un hospital? Lucimos una sonrisita socarrona cuando vemos a dos borra chos hacer estupideces, pero ¿qué pasa si por sus pendejadas se destruye una vida? Nos burlamos a las espaldas del mandamás, pero ¿cómo lo haríamos de frente? Todos los profesionales de la risa la exploran de distintas maneras; en cada una, sus tonos varían según la visión desde la que tienen lugar, la construcción que implica y la ejecución que logran. A pesar de las diferencias, ellos coinciden en que su trabajo no es solo hacer reír, sino que conlleva algo más profundo, ¿lo dudan? Déjennos presentarles a tres artistas escénicos que hacen exactamente eso; así, podrán descubrirlo. Bienvenidos

Toc SergioTriviño

Toc HenryMorales

Toc Mr. Vic

En estos tres escenarios, distintos entre sí, la risa tiene variados fines, diferentes tonos y múltiples funciones. Los profesionales que les acabamos de presentar llevan a cabo propuestas ar tísticas que, a primera vista, parecen no tener nada en común; sin embargo, hay puntos en los que convergen. El artis ta se reconoce como un sujeto político que es capaz de utilizar el humor como motor de reflexión, este reconocimiento le permite entender la risa como una he rramienta que infringe normas. He aquí su naturaleza: es transgresora. Estos artistas demuestran que el humor puede ser más que entretenimiento vacío. Esta es la cara seria del humor.

Es imposible escapar, porque el carnaval no tiene ninguna frontera espacial. Mijaíl Bajtín En el aire se escuchan los ritmos de carnaval, la tambora es el plato del día: hoy comerán yuca-con-papa. Caras pintadas cantan y bailan; con risas y

La risa, algo humillante siempre para quien la motiva, es verdaderamente una especie de broma social pesada. Henri Bergson aplausos se arma la fiesta. Se mofan del arriero, del limosnero y del Rey. Te pre sentamos a Sergio Triviño, antropólogo y director de este grupo de bufones o como se hacen llamar: Cuadrilla Mur guera Bogotana. Si creen que ellos son sirvientes sometidos, están equivoca dos, son privilegiados: pueden decir lo que nadie más tiene permitido. Sus vestuarios, maquillajes, ritmos, letras y música se fusionan al humor para lograr la sátira de situaciones típicas colombianas. Su trabajo se basa en la imagen histórica del carnaval y sus bufones. Sergio entiende esta imagen como aquel evento político donde todo se transgrede, se rompe con el esquema social y lo sagrado se degrada. No hay nada a lo que se guarde respeto, todo debe ser criticado y burlado. Artistas y público juntan sus voces, nos iguala - mos al Rey y es correcto. Somos los privilegiados.

No son inocentes, lo saben y no lo pueden ocultar. ¿Quieren pruebas? El pequeño gesto que se escapa involunta - riamente de su boca y el sonido grotesco a sus propios oídos son las más grandes evidencias de que son culpables del asesinato, de la violación, de cada hecho del que se ríen. Exactamente eso es lo que sienten en una función de Henry Morales, un narrador oral escénico desde hace más de 25 años que, a través del humor, logra hablar de lo crudo y lo monstruoso. Ustedes son conscientes de lo que se ríen y eso es lo que les duele: reírse de lo horrible de la vida. No pue den evitar soltar de su boca aquel sonido que suena a complicidad. Esto es lo que quiere Henry. Él concibe el humor como una herramienta que le permite contar las historias más cruentas y que su pú - blico las digiera. Él plantea un escenario oscuro que desobedece los ambientes comunes y obliga al espectador a enfren tarse a situaciones que la sociedad sabe que suceden, pero no se atreve a hablar de ellas. La risa es la fuente de nuestras más oscuras y descarnadas verdades.

Y a un viejo cirujano llamaron con urgencia y con su vieja ciencia pronto lo remendó pero dijo a los otros muñecos internados todo esto será en vano, le falta el corazón. -Luis Aguilé Se alista el payaso. El público espera paciente. Él entra a la sala, empieza la función y por fin muestra al hombre que porta la nariz roja: Víctor Figueredo. Fue entrenado por dos clowns del Cirque du Soleil y ahora realiza Clown hospitalario. Mr. Vic utiliza la risa como medicina: apar te de dar felicidad al alma, lo hace al cuer po, pues aumenta y estimula los niveles de endorfina y serotonina, lo que permite el fortalecimiento del sistema inmunológico. Al pisar desde la sala de urgencias de un hospital hasta teatros reconocidos, apren - dió que puede convertir cualquier lugar en un escenario ideal. Lo que le ha permitido abrir tantas puertas es su gran nariz roja; este símbolo universal logra transformar la relación con el espacio y las personas, no importa las condiciones impuestas socialmente, esta herramienta le permite al payaso alterarlas; portarla elimina la es cala social y frente a la nariz todos somos iguales. Así, el payaso se convierte en un sujeto político, capaz de romper las reglas establecidas, de alterar la normalidad y de ser transgresor.

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