Isabel Infantes EL BESO INTANGIBLE La existencia de este proyecto cobra luz y forma desde el deseo inconsciente de reencontrarme con mi padre. En apenas un minuto, abandonó su ser tangible para transformarse, al filo del tiempo, en suaves retazos de la memoria que empezaban a poblar mi imaginario. Emprendo así un viaje imprescindible hacia ese mundo incierto de los recuerdos lejanos que, a menudo, la memoria por algún mandato imperativo sepulta a cal y canto y reduce al olvido. En la travesía silenciosa por las capas más sensibles de mi memoria, descubro, a partir de aquellos objetos que pertenecieron a mi padre (o formaron parte de su vida cotidiana), a la niña, a la adolescente y a la adulta que soy. De este modo, el recorrido extraordinario iniciado da paso, como un gran hallazgo, a la dimensión temporal que enlaza simultáneamente dos miradas únicas: aquella que fue en el pasado y perdura en la memoria, y la que es en este preciso instante. Así, del encuentro de esos dos universos, nace una imagen que se compone de la memoria antigua y de la actual que, en suma, plasman mis sentimientos hacia la persona ausente. Este arduo ejercicio de introspección, se traduce finalmente en un trabajo de identidad, ya que mediante objetos personales, a través de mis recuerdos, narro de forma cronológica un itinerario de vida que juntos compartimos a lo largo de cuatro décadas. Este proyecto, sin embargo, existe exclusivamente gracias al esmero de mi madre por conservar intactas las pertenencias de mi padre, tal y como quedaron en el momento de su partida. Por ello, son sus manos las que veladamente guían este relato, despertando del largo letargo al que fue su mejor compañero de vida. He rendido así un homenaje a la figura de mi padre, si bien lo realmente hermoso de este viaje a través del tiempo ha sido devolverlo a la vida por siempre jamás.
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