ALERTA
REVISTA
¿
Qué cambiarías
del mundo?
Núm. 5. Año 4. Octubre, 2020. Ciudad de México
N
CO TE IDO El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores.
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Carta Editorial Revista Alerta Sociológica
Polinizadores
Carolina Rojas Campo
¿Qué cambiaría del mundo
Paola Ivette Peña Sauceda
Empatía social ¿una forma de reconstruir el tejido social? Arturo Ramos Moreno
Esta obra se realiza bajo el reconocimiento Creative Commons, que permite copiar, reproducir y distribuir la obra siempre y cuando se cite y reconozca al autor original.
Comité editorial Adriana Flores Quezada Diana García Santiago Heidi Sebastián Rojas Julissa Rodríguez Hernández Kevin Jesús Cásares Urage Nayeli Ortiz Gaspar Mariana Martínez García Osiris Bermejo De Jesús Tania Azpeitia Salazar
@Revista Alerta Sociológica
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Unidad Igualitaria por un bien común
Yaresli Monserrat Pérez Hernández
¿Qué cambiaría del mundo?
Alondra Andrade Campos
28 30 32 33 34 36 38 41 41 41
El estigma de las enfermedades mentales Kausen Jesús Gamiz Tinoco
Un mejor mundo es posible
Arnulfo José Estacio Ferrín
¿Podremos hacerlo? Valentino Cernaz
ADIAFONIZAR Canela Visona
Allá
Blanca Eli Fajardo Cuesta
Sobre Vicios Leslie Sarahí Pacheco Torres
De la idea a la fantasía
Ángel Vera Padilla
De la idea a la fantasía
Ángel Vera Padilla
Mundo utópico
Diana Becerra Hernández
Violencia de género: afectación en adolescentes Teresa de los Ángeles Ramíerez Mtz.
¿Qué cambiarías del mundo? Daryolis Chauran
Mi madre no se ha ido de casa Carmen Sánchez
Cautivo
Mejico precario Ariadna Lozada Ávila
Itzel MonserratRivera Carrillo
Esencia encadenada
No cambiaría nada del mundo Demetrio Ambríz García
Sofía Julieta Damián Mendoza
Turismo rural
Rufino Gallardo Cardoso
EDITORIAL La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo NELSON MANDELA
En este quinto número, cuando conversábamos respecto a la temática nos surgían una amplia variedad de ideas - temas sin embargo, después de discutir algunas horas concretamos que todas las ideas del equipo se engloban en una importantísima y pertinente pregunta ¿Qué cambiarías del mundo?. El COVID-19 ha marcado la vida de millones de personas en el globo terráqueo, esta terrible y tan temida enfermedad volcó toda la “normalidad” en la que nos desenvolvemos continuamente. El confinamiento ha dejado entrever muchas realidades. Al mismo tiempo, ha dado pie a la reflexión, la introspección, la observación y sobretodo nos incentiva a reinventarnos cada día, mientras algunos tuvieron la oportunidad de continuar con sus labores desde casa, otros han perdido su fuente de ingresos en forma abrupta; y de ahí que las diferencias sociales se agudizaron vislumbrando que podemos tener ricos más ricos y pobres más pobres -, es decir bajar en el escaño social en cuestión de días. En revista Alerta Sociológica queremos saber qué cambiarías del mundo ahora que estás en confinamiento, qué cambiarías el día que salgas… porque si bien cada familia, cada grupo, cada individuo es un mundo y cada mundo ocupa un lugar en el planeta. Las propuestas que leerás a continuación fueron recibidas a principios del año 2020, un año que jamás imaginó lo que se vive pero que, hoy más que nunca, cada aportación en este número hace todo el sentido para detenernos y escuchar las voces de quienes se detuvieron a reflexionar y observar su entorno para enviar una propuesta sobre sus deseos de mejorar si no el mundo, al menos su entorno desde nuestras trincheras. Para tí que el confinamiento te obligo a la reflexión te invitamos responder con acciones nuestra pregunta, porque sin saberlo,a veces, podemos
4 hacer más desde adentro...
Polinizadores: seres vivos indispensables para la vida Carolina Rojas Ocampo México
“
“
Estudiante “Crear una mayor conciencia”
Los polinizadores desempeñan un papel fundamental en el establecimiento de la vida
gracias a ellos persiste la mayor parte de los ecosistemas terrestres, relevantes para el bienestar de las presentes y futuras generaciones de la humanidad. Dichos animales no solo cumplen una función ecológica, también son importantes en la economía de los países, puesto que hacen posible el funcionamiento eficiente de los cultivos para satisfacer nuestras necesidades primarias, pero ¿qué es un polinizador? El término polinizador se le atribuye a aquel animal que ayuda a la transportación de polen de una flor a otra y que, a su vez, obtiene una recompensa energética (Nates, 2016). Estos organismos facilitan la reproducción de las plantas y posibilitan el nacimiento de nuevos individuos vegetales. Pequeños seres con grandes tareas Existen hasta cien mil diferentes especies polinizadoras; estas abarcan desde insectos hasta aves y
mamíferos. Entre los más destacables están las abejas, mariposas, moscas, escarabajos, murciélagos y colibríes (FAO, 2008). Todos son organismos de gran importancia para nuestro medio ambiente, pues gracias a ellos es posible la reproducción de casi 80% de las plantas en el planeta; además,5
afrontar; la respuesta es sí: hay bastantes dificultades que giran en torno a estos organismos.
Las
poblaciones
de
algunos polinizadores, sobre todo de las abejas, enfrentan graves amenazas: la destrucción de sus podemos
hábitats por actividades del ser
obtener
humano, el uso excesivo de agroquímicos en los
a l i m e n t o
cultivos, también conocidos como plaguicidas.
necesario para la vida
Estas amenazas, en conjunto, provocan que
diaria. En México, varias
haya una disminución en el número de las
de las especies de plantas de
poblaciones de polinizadores. Por ello, es
frutos
necesaria la difusión de información sobre la
y semillas, como el chile, mango,
importancia de la conservación de estos animales
calabaza, jitomate, entre otras, dependen
y sus interacciones con otros seres vivos, sobre
de la intervención de polinizadores
todo con las plantas. También, es necesario que
(Maglianesi, 2016). Lo mismo sucede a
se hagan trabajos científicos para mejorar las
nivel mundial, donde se menciona que
técnicas agrícolas y que la gente se comprometa a
los polinizadores afectan el 35% de
crear huertos urbanos para proporcionar alimento a
la producción agrícola (García et al.,
los pequeños organismos (Plitt, 2017).
2016). Debido a su labor, globalmente
Por un planeta sano
las
cuales
consumimos
pueden obtenerse, aparte de alimentos, también bebidas, medicinas, tintas y fibras. Problemas que enfrentan polinizadores en la actualidad
Finalmente, gracias a las funciones realizadas por los polinizadores, seguimos habitando el planeta Tierra; de lo contrario, moriríamos
los
de hambruna, como consecuencia de una deficiencia en el abastecimiento de alimentos, o
Tal vez te has preguntado si este grupo
habría un desequilibrio en los ecosistemas. Es
6 de animales tiene algún problema que
necesario implementar planes de acción para
¿Qué cambiarías del mundo?
la conservación de estos animales porque se ha visto una drástica disminución en sus poblaciones, principalmente, por el calentamiento global, provocado, en su mayoría, por actividades antropogénicas. Debemos adoptar una visión holística e integrarnos con toda la vida en la Tierra, pues el humano y la naturaleza son un único ser. Si continuamos afectando la vida en el planeta con nuestras acciones desmedidas, con el crecimiento poblacional y la falta de consciencia del valor de los ecosistemas, provocaremos eventos catastróficos globales y los países subdesarrollados podrían ser los más vulnerables ante esta situación; sin embargo, en Latinoamérica y, en particular, en México, no se le da la importancia adecuada, ya que hay pocos estudios sobre el impacto ambiental que conlleva la pérdida de polinizadores (Sosenski y Domínguez, 2018). Si quieres ayudar ante esta problemática, es posible preservar lo que queda de biodiversidad con pequeñas acciones, como crear jardines sin agroquímicos para los polinizadores, exigir al gobierno una buena regulación de los recursos naturales, obligar a las industrias a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y educar a las futuras generaciones para que valoren lo que la naturaleza les provee. La Tierra es nuestro único hogar. Cuidemos de ella antes de que se pierda toda esperanza. Referencias BOTÍAS, C. y Sánchez-Bayo, F. (2018). “Papel de los plaguicidas en la pérdida de polinizadores”. En Ecosistemas Ecosistemas,, 27 (2), pp. 34-41. Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO) (2008). “Los polinizadores: su biodiversidad poco apreciada, pero importante para la alimentación y la agricultura” agricultura”.. Recuperado de http://www.fao.org/3/a-be104s.pdf. GARCÍA, M., Ríos, L. y Álvarez, J. (2016). “La polinización en los sistemas de producción agrícola: revisión sistemática de la literatura”. En Idesia (Arica), (Arica), 34 (3), pp. 53-68. MAGLIANESI, M. (2016). “Efectos del cambio climático sobre la polinización y la producción agrícola en América tropical”. En Ingeniería Ingeniería,, 26 (1), pp. 11-20
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¿Qué cambiaría del mundo? Paola Ivette Peña Sauceda
Me gustaría que las personas prestaran más atención a su alrededor, tratando siempre de reconocer la belleza de los momentos y no dar por sentado que la vida no tiene sentido, a cada momento hay escenas bellísimas que por andar distraídos no reconocemos.
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¿Qué cambiarías del mundo?
Empatía social: ¿una forma de reconstruir el tejido social? Arturo Ramos Moreno Lic. Sociología UAM - Iztapalapa
Cada vez que paseamos, caminamos o andamos por la escuela, el metro, el trabajo, por las veredas de esta ciudad, se ven toda clase de relaciones personales: amistad, noviazgos, familiar, laboral. Y cada una de ellas puede estar impregnada por peleas, discusiones, alegrías, llantos, desconsuelos, tristezas, enojos y malentendidos.
En una charla de café con un amigo, discutimos sobre temas de la vida cotidiana, pero hubo un tema que se convirtió en una idea que me ha dejado bastante en qué pensar: ¿qué pasa con la empatía social?, ¿por qué no pensamos en ella?, ¿estamos volviéndonos seres insensibles? La violencia está cada vez más presente. Pareciera que hemos retrocedido en el tiempo, hasta el punto de no saber resolver conflictos discusiones, desacuerdos, malentendidos, de otra forma que no sea con violencia. Agredimos, insultamos, ofendemos y golpeamos sin sentido alguno. Estamos en la generación Millennial, en donde volvemos a alzar la voz, donde exponemos y expresamos lo que no queremos, pero parece ser que solo lo hacemos para agredirnos y violentarnos. ¿Dónde quedó el lado humano y de seres sociales que por un momento habíamos tenido? Hemos dejado de lado las buenas causas, las buenas acciones, la lucha por terceros, la sensibilidad hacia los necesitados, el sentir la misma posible tristeza, dolor, angustia, felicidad, alegría que el otro experimenta, y acompañarlo. 9
¿Por qué causa tanta molestia que las mujeres se manifiesten y exijan los derechos que se les están privando, cuando solamente ellas tienen derecho a elegir? ¿Por qué tanto alboroto por los monumentos pintados, mientras corren en las calles ríos de sangre? ¿Qué tan difícil es dejar que un hombre quiera a otro hombre, que una mujer ame a otra mujer, por qué no dejamos amar en paz? ¿Por qué siempre hacer de menos a los que no tienen, a los de escasos recursos y decir que “son pobres porque quieren”? ¿Por qué agredir a alguien por su distinta forma de vestir, de pensar, de su moral, por estar tatuada, por dejarse el cabello largo o pintárselo, por no gustarle el alcohol, por su orientación sexual? Somos nosotros quienes debemos dar respuesta a estas preguntas y no evadirlas. Los cambios regularmente suelen ser largos, con altibajos, pero siempre llega un momento en que deben hacerse. Podríamos empezar por cambiar nosotros mismos, por preguntarnos: ¿es este realmente el mundo donde queremos vivir?
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Empecemos por cambiar nuestras malas actitudes, nuestro comportamiento, nuestra intolerancia, nuestros prejuicios. Podemos convivir
¿Qué cambiarías del mundo?
con otra persona que no piense igual que yo, que tú, que los demás. Ser personas que respeten la opinión y las ideas de otros. Ser personas que ayuden, que extiendan la mano, que den una moneda, que den una prenda, que donen, que regalen una alegría, que sea por empatía y no solo por quedar bien o por momentos de necesidad. Seamos seres que derriben muros y no quienes los construyan. Habrá personas que hagan su propia resistencia, que no quieran ser partícipes del nuevo mundo que queremos, deseamos y necesitamos. Se vale que esas personas decidan no hacer la lucha, y el primer paso para ser individuos con empatía social es aceptar esta resistencia con la cual ellos están conformes. Pero que esto no sea un desaliento, porque en el mundo también hay personas que quieren un cambio, que luchan, que alzan la voz, incluso por aquellas que no la tienen y por los que están conformes. Y ello no debe ser motivo ni excusa para decir que hay un enfrentamiento entre quienes se abstienen contra los que no. Al final, todos somos seres culturales. Creamos cultura, compartimos cultura y reafirmamos esa cultura… y que en esta nueva cultura que está creándose, una de las bases sea la empatía social. Pink Floyd lo expresaría de una manera sencilla: “No hay dolor. Te estás alejando. Eres el humo de un barco lejano en el horizonte. Solo vienes como las olas. Tus labios se mueven, pero no puedo oír lo que dices. Cuando era pequeño, miré fugaz por el rabillo del ojo. Me giré para mirar, pero ya no estaba. Ahora no puedo dar con ello. El niño ha crecido. El sueño ha desaparecido. Y yo… me he vuelto confortablemente insensible”.1 Enamorado de Pink Floyd y Orion
1 EMI.
Roger, W. & Gilmour, D. (1979). “Comfortably Numb”. En The Wall.
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Crónica
Unidad igualitaria por un bien común Yaresli Montserrat Pérez Hernández
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Día a día hay diferentes sucesos en el mundo, la mayor parte del tiempo nos centrarnos sólo en aquellos problemas que son anunciados en las noticias y nos afectan directamente, así, llegamos a olvidar que donde todo acontece requiere de nuestra atención. Sin este y sus múltiples reacciones químicas dadas hace millones de años, no habría vida humana ni existirían las luchas sociales que hoy vivimos. Los cambios, son necesarios, conocer sobre lo que pasa en nuestro entorno, pero no olvidemos que el único lugar conocido donde todo ocurre, también sufre.
¿Qué cambiarías del mundo?
Creo que “el mundo” es una escala bastante ambiciosa; sin embargo, es de reconocer que cambiar una pequeña fracción de mi entorno involucra romper o, en todo caso, fortalecer las redes que nos unen con él. Actualmente, las sociedades humanas están viéndose afectadas debido a los cambios políticos, económicos, sociales y, principalmente, ambientales que persisten en nuestro planeta.
¿Qué cambiarías
del mundo?
El título, siendo este una pregunta, permite consolidar una utopía con algo que prácticamente es un tanto difícil, pero como la pregunta no va orientada a realidades inmediatas me tomaré
Alondra Andrade Campos
la libertad de soñar; ello involucra que
Lic. Ciencias Ambientales
el cambio en el que quisiera colaborar para mejorar el mundo sería en la ética ambiental de la sociedad mexicana. La ética ambiental procura el cuidado de las sociedades humanas y el bienestar de la naturaleza, y fortalece las relaciones entre ambos campos (Rozzi, 2001). Existen muchas formas de pensar, y con ello surgen diversos problemas éticos. Si se llegara a comprender lo importante que es trabajar entre grupos y generar redes que fortalezcan el tejido social, nuestro país cambiaría. Esto han de saberlo muchas personas; sin embargo, muy pocas intervienen. Entonces, ¿de qué sirve la investigación si no se utiliza? Quisiera que más personas se dieran cuenta de que nuestra vida va más allá de cosas materiales insignificantes. Con esto, no apunto a la erradicación de la tecnología, sino a utilizarla de forma correcta.
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Actualmente, estamos apostando a acciones verdaderamente pequeñas, cuando podrían hacerse grandes cambios. Si bien hay muchos problemas, para cada uno existe solución, y no es una solución simple: siempre es compleja; está formada por una serie de elementos que influyen en ella, algo a lo que Rolando García llamaría “sistemas complejos”. Claramente, él se enfoca en una metodología para las problemáticas ambientales, pero se aplica igual para la vida. Sotolongo y Delgado (2006) mencionan en su texto “Complejidad y medio ambiente” lo importante que es hallar soluciones y lo difícil que se ha vuelto por lo fragmentada que está la sociedad. Desde un carácter científico hasta cultural, solo por poner un ejemplo, se discute mucho entre disciplinas en lugar de trabajar para solucionar las cosas. Para cambiar eso, hay que modificar en gran medida nuestros valores, la forma en cómo pensamos y apostarle al bien común. Un territorio con solo lindas infraestructuras y energías renovables no salvará lo que somos; si no se cuidan los suelos, el agua, la vegetación ni la fauna, si no asumimos nuestro papel como corresponde en el ecosistema, nosotros y unas cuantas generaciones por delante estaremos perdidos. Las acciones que se realizan con el plástico, los árboles, los animales, si no se hacen con conciencia, no valdrán para nada la pena. Por ello la ética y, en específico, la ambiental, resulta ser algo complejo pero no imposible, y puede trabajarse desde cualquier ámbito. Referencias García, R. (1994). “Interdisciplinariedad y sistemas complejos”. En Leff, E. (Comp.), Ciencias sociales y formación ambiental (pp. 85-124). Barcelona, España: Editorial Gedisa. Rozzi, R. (2001). “Ética ambiental: raíces y ramas latinoamericanas”. En Fundamentos de conservación biológica: perspectivas latinoamericanas (pp. 311-362). México: Fondo de C ultura Económica. 14
Poesía
Adiafonizar Canela Visona Lic. Sociología
Dejé de hablar sola porque estoy escribiendo, aguarde un momento por favor. Pequeños caminantes arremangan sus harapos procurando no ensuciarlos inútilmente.
Desnudan sus grandes manos, exageradamente grandes; desproporcionadas de sus cuerpos finitos, gordos de hambre. ¿Estarán tumefactos por el cansancio de tantas súplicas forzadas o por retención de líquido quizá, líquido con forma de abrazos, retención de esos nunca dados? Él, sentado, solo alcanza a ver los zapatos del resto de los caminantes que pisotean las baldosas de al lado.
Miran y no ven. “En el precio de los pasajes del tren vienen incluidos los vagabundos”, piensan. Caminando para sus casas, van esquivando por las veredas algunos restos de basura; eso sí, siempre se olvidan de verificar si alguno de estos respira.
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Autor: Leslie Sarahi Pacheco Torres. Coautor: Miguel Ángel Martínez Martínez
Pies descalzos sobre colillas de cigarro, con un fondo gris de concreto en la semiurbana de la CDMX, en el cual se tomó conciencia del impacto en el medio ecológico como contaminante, que genera el tabaquismo. Y aún conociendo los daños que genera, tanto a nuestro entorno como a nosotros mismos, se fuma y se tira lo restante en la calle, en la tierra, donde sea, y se pasa una y otra vez sobre ello, siendo indiferentes. El título no tiene un mensaje oculto, es real, estamos parados sobre aquello que nos destruye, y no nos importa.
Vicio
S
obre
De la idea a la fantasía Angel Vera Padilla Lic. Psicología Social UAM Iztapalapa
“¿Qué cambiarías del mundo?”. Una pregunta que no solo está implicando verdades vistas desde nuestras inmediateces, sino que también está tomando elementos de nuestra propia experiencia. La respuesta puede tener dos vertientes: lo que está en nuestras manos y lo que no está. Además, al hacerles esta pregunta a distintas personas, las respuestas que brindan tienen mucha claridad, siempre y cuando se pongan bajo una situación o contexto específicos, ya que sus respuestas varían según el rol que desempeña la persona que responda. El siguiente artículo no tiene como objetivo hacer hincapié en estas respuestas, sino en por qué pensamos que pueden llegar a una buena conclusión. Pensando un poco, las respuestas más comunes se relacionan con cambios en el gobierno, en el sistema político, en la educación, en el medio ambiente, en el pensamiento, etcétera. Y son respuestas que las personas dan típicamente porque se vinculan con su modo de ver la realidad.
Las personas dan su opinión desde su sentido común, de acuerdo con sus creencias y necesidades sociales. Y sobre esta base comenzaré a argumentar conforme con lo descrito por Peter Berger y Thomas Luckmann (1966: 29-30) acerca de las teorías fenomenológicas de Alfred Schütz, donde se reconoce que: Todas las tipificaciones del pensamiento de sentido común son de por sí elementos integrales del Lebenswelt concreto histórico, socio-cultural, dentro del cual prevalecen como establecidos y como aceptados socialmente. Su estructura determina entre otras cosas la distribución social del conocimiento y su relatividad y relevancia para el ambiente social concreto de un grupo concreto en una situación histórica, también concreta.
Este sentido común, que en su modo más natural es la vida cotidiana, nos da a entender que las respuestas son muy comunes socialmente, y logran encajar en esta tipicidad socialmente establecida. Cuando se piensa lo que puede cambiarse en el mundo, entramos en una dificultad de percepción, donde las soluciones no pueden ser tan fáciles de realizar. Aunque podamos tener la seguridad de que lograremos el cambio, no tenemos la certeza de conseguirlo, pues de la palabra a la acción falta mucho. Además, hay grandes estructuras sociales que nos hacen chocar con una pared. Un profesor alguna vez preguntó cuál era la maldición de nuestros tiempos. La respuesta fue: “Nosotros mismos”, y actualmente lo somos con mayor razón debido a esta generación de cultura digital donde es más complicado manipular o llegar a un tipo de arreglo que convenga al cambio para el bien de todos. Sin llegar a términos distintos de lo que quiero avocar, la parte del sentido 18
común juega un papel importante porque nos hace responder de forma tanto
¿Qué cambiarías del mundo?
típica como aceptada y, a su vez, tratar de darle una solución a esos problemas que nos aquejan. Que si puede cambiarse el mundo… Estoy seguro de que no. Solo arrasamos sin pensar, sin ver más allá de nuestra absurda permanencia material. Cambiamos a lo largo del tiempo existente de la humanidad, y si se ve desde una perspectiva poética, lo hemos hecho juntos. Aficionado a la Psicología social Referencias Berger, P. y Luckmann, T. (1966). “El problema de la sociología del conocimiento”. En
L a
construcción social de la realidad (pp. 13-35). Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu, 1999.
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Mundo utópico Diana Becerra Hernández Lic. Psicología Social UAM - Iztapalapa
Hoy, como otros días, he prendido el televisor por la mañana para escuchar un poco de noticias. Últimamente muchas de las que se transmiten a diario parecieran de una serie de horror; me entristecen, asustan, frustran y desencadenan un montón de sentimientos, así como pensamientos y reflexiones.
“
“
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Si tuviera la oportunidad de cambiar en un solo día aspectos negativos del mundo, algo así como en las películas de magia y fantasía que solía ver en mi infancia, crearía un mundo utópico.
Empezaría por erradicar la indiferencia social, que ha llevado a normalizar la violencia, la pobreza, el sufrimiento de otros, y que nos hace voltear la mirada, como si nada pasara. Eliminaría los estereotipos sociales, que solo crean conflictos y nos limitan; vaya que hay muchos, por ejemplo: los estereotipos de género, que restringen sueños y cortan alas. Suprimiría los prejuicios y la discriminación, que son un lastre en nuestra sociedad, aunque, desde mi perspectiva, en el fondo son solo reflejo del miedo a la diversidad, a lo diferente, a lo que no entendemos. Qué absurdo que el color de piel, la nacionalidad, la orientación sexual, la situación económica, entre otros, sean factores que den pauta al rechazo, a la exclusión o a lastimar a otro ser humano (emocional, psicológica o físicamente). Martin Luther King proclamó: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”.
¿Qué cambiarías del mundo?
Cambiaría el desamor a uno mismo y a los que nos rodean. En psicología se afirma que, para poder amar a otros, primero debemos amarnos a nosotros mismos. Me pregunto cuándo llegará el momento en que de verdad podamos amar al prójimo y al mundo en que vivimos, así como valorar los recursos naturales que este planeta nos ofrece, respetar a los seres vivos, que también habitan esta casa (la Tierra) y que muy probablemente habitarán nuestros hijos y muchas otras generaciones. ¿Cuándo dejaremos de sentirnos una especie superior, de dañar tanto a los seres vivos y a la Madre Tierra? ¡Seguramente, un día nos cobrará factura! Eliminaría el sentimiento de avaricia; sin duda evitaría muchos conflictos internacionales. Asimismo, erradicaría la apatía, para tener un mundo mejor. Considero que plantearnos qué cambiaríamos del mundo es solo el primer paso. Lo que realmente importa es preguntarnos qué estamos haciendo para vivir en un lugar mejor y, con base en ello, tomar acción. Seguramente, si tuviera oportunidad de cambiar muchos más factores negativos de nuestro planeta, lo haría en un solo día. Sé que los cambios no ocurren de inmediato, y que un mundo utópico parece un sueño de niños; sin embargo, sé que hay personas que comparten ese sueño y que juntos trabajamos diariamente para lograrlo. Quizá no lleguemos a presenciarlo, pero estoy segura de que en algún momento se verá realizado. También sé que, cuando el desánimo y la apatía nos invadan, siempre habrá alguien que nos inspire a seguir trabajando por un mundo utópico. “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando...” (Martin Luther King). 21
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¿Qué cambiarías del mundo?
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Poesía
Méjico precario Ariadna Lozada Ávila
Son lxs trabajadores de apps el símbolo de la precariedad laboral en la que el país está sumergido. La vulnerabilidad vislumbra en rostros y pareciera que el nuevo lujo es que un trabajador que cobra menos que tú, haga el trabajo que no te apetece hacer. 24
Por una vida laboral digna para todxs.
No cambiaría nada del mundo Demetrio Ambriz García Profesor - investigador Consciente del poder de la palabra
No cambiaría nada de este mundo, que es bello, enorme, misterioso, tierno, permanente, fecundo, dador de paz, bien y gozo.
Este mundo es anhelo de amaneceres, inspiración de lluvias, ansia de atardeceres, encanto de dunas.
Es aroma de tierra mojada, espera de estrellas y luna, es sol, cordillera dorada, es nieve, brisa y bruma.
Cambiaría mejor a “Los del MUNDO”. Y aclaro: no a la mayoría. Y aún preciso: solo a Uno, que pretende apagar el mismo día.
Este es un organismo curioso y complejo, con gran habilidad mental, aunque a veces actúa como pen… otras, lo hace creativo, sublime… ¡Ideal!
Ha tomado todos los continentes, ha hecho suyos los elementos, ha colonizado todos los ambientes, ha surcado diferentes vientos. 25
Cómo lamento el “creced y multiplicaos”,
Si por ellas el Homo faber fue creado y derivó al Homo sapiens posteriormente;
cómo pesa el “ser supremo de la creación”.
con esas manos al MUNDO ha lastimado.
A “imagen y semejanza de la divinidad”
¡Por ellas llegará la paz resplandeciente!
y en el fondo solo “suprema confusión”. Como las alas de las garzas, Cómo pesa ver mares y ríos,
o las aletas de los cetáceos,
con espuma, plásticos y contaminación.
como pezuñas de las cabras,
Y lo peor: ¡Ahí los desechos míos!,
como tenazas de crustáceos.
como parte de esta abominación. Hechos para el bien, para su utilidad, Cómo pesan los dobles “no circula” y las enfermedades emergentes; el gas nocivo en el aire se acumula, plaguicidas en los alimentos de las gentes.
no para atentar contra EL MUNDO, que es su familia, su alimento, su hogar: bello, pacífico, fecundo.
Finalizo… Yo NO CAMBIARÍA EL MUNDO,
Cómo pesa la Revolución Industrial
que es cielo, mar y tierra;
y la esperanzada Revolución Verde,
que es verde esperanza y fecundo.
los automotores y su caos vial, río de aguas negras en el horizonte se pierde. Yo NO CAMBIARÍA EL MUNDO; SÍ, a los del MUNDO: los humanos. Sacudiría sus conciencias en un minuto 26 y modificaría SUS MANOS.
Cambiaría al que a Él lo aterra.
El estigma de las enfermedades mentales Kausen Jesús Gamiz Tinoco Estudiante
Las personas que padecían enfermedades y afecciones en el razonamiento han sufrido, desde la antigüedad, diferentes luchas constantes contra los que no comprendían su situación; se creía que estas personas eran víctimas de entes y demonios de un plano sobrenatural. En este sentido, se realizaba una trepanación craneal: perforar el cráneo para que los espíritus que estuviesen invadiendo la cabeza de la persona salieran y que esta fuera libre de ellos. Se comprende que estas prácticas antiguas se debían a la desinformación y que, al intentar razonar algo inexplicable, se recurriera a posibles explicaciones relacionadas con situaciones sobrenaturales. Pero nosotros, como sociedad, ya no estamos en la antigüedad; hemos avanzado a pasos agigantados en distintos campos y se han creado nuevos, como la psicología, para comprender este tipo de problemas que pueden presentarse ante cualquiera. La depresión es un trastorno mental que afecta cómo percibimos las cosas; hace que las personas vayan por el mundo con una tristeza realmente profunda, una pérdida de interés sobre lo que las rodea; esto, en conjunto, afecta el día a día de la persona, sin que pueda hacer nada al respecto si no recibe ayuda de un profesional. Como puede observarse, las personas con depresión en cualquier nivel, ya sea mayor o persistente, se ven afectadas en gran medida; el prob-
“
“
Lamentablemente, la estigmatización de las enfermedades mentales ha seguido presente hasta el día de hoy por la misma razón que en la antigüedad: desinformación.
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lema radica cuando no consiguen ayuda por ningún lado, o cuando quienes las rodean minimizan su situación debido a la desinformación y el estigma sobre las personas con trastorno depresivo. En México, malamente las personas con este tipo de problemas suelen ser excluidas porque no existe una cultura acerca de las enfermedades mentales y sus dificultades, que son realmente tangibles y más que visibles. Muchos son los adolescentes que padecen de esto y ni siquiera lo saben; viven el día a día en automático porque así es para ellos la vida cotidiana: sin sentido, sin ningún tipo de motivación intrínseca. Mientras que esta situación es ignorada, minimizada y confundida con “falta de atención”, las consecuencias son más que reales; a la depresión se le pueden unir más trastornos, como los alimenticios, que bajan el rendimiento de la persona y pueden desembocar en el suicidio, el cual no solo afecta a los adultos, también a los jóvenes e incluso a niños, siendo así la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 19 años (Valadez, 2018), jóvenes que no debieron morir, que tenían mucho por delante y pudieron haber hecho grandes cosas; sin embargo, se vio cegada su percepción ante la vida y no tuvieron a nadie que estuviese ahí para ellos. Pienso que debería desaparecer la estigmatización ante las enfermedades mentales; que todos cayéramos en cuenta de que no basta con refugiarse en la religión, “echarle ganas” o mirar los aspectos bellos de la vida, aspectos que realmente existen, pero que las personas que padecen depresión no pueden apreciar. Con una sociedad consciente acerca de estos problemas, miles de suicidios podrían evitarse; miles de niños, adolescentes, jóvenes y adultos podrían tener una mejor calidad de vida si se dejaran de lado los estigmas hacia este tipo de enfermedades y padecimientos. El cuidado de la salud mental y la comprensión de la misma es fundamental para crecer y dar el siguiente paso hacia una mejor calidad de vida. Referencias Agudelo, D., Casadiegos, C. y Sánchez, D. (2008). “Características de ansiedad y depresión en estudiantes universitarios”. En International Journal Of Psychological Research, núm 1, pp. 34-39. Medellín, Colombia: Universidad de San Buenaventura.
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Pardo, G., Sandoval, A. y Umbarila, D. (2004). “Adolescencia y depresión”. En Revista C o lombiana de Psicología, núm. 13, pp. 17-32. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional d e Colombia.
Fotografía
Un mejor mundo es posible: con una conciencia humana de cara al elitismo y la defensa poética del ser Arnulfo José Estacio Ferrín Lic. Sociología Universidad de Nariño
Frente a las grandes crisis sociales que se vivencian hoy en el mundo, materializadas en guerras, corrupción, discriminación racial, violencias y un economicismo marcado que niega el valor de la humanidad, nuestros planteamientos académicos y ciudadanos guardan una fuerte exaltación y llamado a la necesidad de volver a lo humano y vivir como humanos.
No es algo que añoremos los de hoy, pues los de ayer también habían insistido en esta necesidad, y los del mañana seguirán insistiendo en ello si hoy como ciudadanos que habitamos la Tierra no repensamos de manera política, cultural, social, económica y ambiental nuestros modos de vivir. Por tanto, pensar en un mejor mundo, sí es posible, pero emanado de unas voluntades políticas reales, donde la solidaridad, el cooperativismo y la participación ciudadana sean los pilares que funden el camino de un mundo de la relatividad, de la hermandad, y busquen construir lazos solidarios que le apuesten a un mundo de países y territorios que reconozcan el bienestar social como principio fundamental en la defensa y reconocimiento de los derechos humanos: valores que nos unifican y nos articulan en medio de las diferencias. 29
Con ello, no quiero decir que estemos habitando un mundo inerte y estático, no, pero sí busco hacer evidente la realidad del mundo en el cual hoy estamos. Un mundo que, como muy bien lo explican Bourdieu y Passeron (1979) en su texto La reproducción, nos obliga a vivir en una lógica de reproducciones verticales que permiten el avance de unos y niegan avanzar a otros. Una lógica que muy bien puede reconocerse como una reproducción del statu quo, donde la doblegación y la supremacía se siguen instando en el devenir de la humanidad. Estas crisis, que día a día condenan el planeta, aumentan nuestros pensamientos fatalistas y proactivos; primero, adormeciendo en unos la esperanza fundante de un mejor mundo posible y, segundo, reavivando en otros la certeza de hacer ese mejor mundo posible en medio de las imposibilidades. De allí que exista hoy una gran movilización ciudadana que defiende la transformación y proclama revolución: una revolución que revierta aquellos anhelos de libertad e igualdad inscritos en la Francia de finales del siglo xviii (Revolución Francesa). Ya Marini (1978) subrayaba la necesidad de reflexión frente al impacto efervescente que ha tenido la teoría marxista dentro de los claustros universitarios en Latinoamérica, impacto que seguramente ha sido igual de fuerte en los otros continentes. Ello nos permite ver que Marx, hoy, es un teórico social vivo dentro del ámbito de las ciencias sociales, quizá por su espíritu poético, idealista, reaccionario o revolucionario, valores con los cuales hoy nos vemos identificados las y los jóvenes del mundo. Así, nos exigimos la necesidad de despertar para ser agentes transformadores de nuestras realidades y, a su vez, obligarnos a refutar el academicismo de nuestras universidades, fundado en un cientificismo que cosifica la sociedad.
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En este sentido, debemos entender que hoy el cambio y la transformación comienzan desde la academia. Necesitamos acabar con esas lógicas elitistas, academicistas, objetivistas y de supremacía de nuestras universidades para apostar a la construcción de sociedades realmente humanas, con prácticas que vayan más allá del pronóstico, el análisis y la proposición. La academia debe cumplir un papel político en los territorios para ejercer acciones reales y transformadoras que nos permitan seguir cultivando la utopía como aquel valor fundante que día a día nos inspire en hacer cosas para soñar y creer en ese mejor mundo posible, donde no son la raza ni la religión las que determinen nuestro vivir, sino el principio de humanidad alcanzado a través de una conciencia emancipadora.
¿Qué cambiarías del mundo?
¿Podremos hacerlo? Valentino Cernaz Lic. Sociología Universidad de Buenos Aires
Me gustaría que nos planteemos una posibilidad: que haya un mundo distinto. Que construyamos un mundo distinto. Un mundo en el que frecuentemos pensar las cosas en grupo, en sociedad o, incluso, en comunidad, y no tanto como individuos. Uno donde los que más tienen prioricen ayudar a quienes menos tienen, antes que seguir acrecentando sus (ya abultados) patrimonios. Que veamos como escándalo que miles de millones tengan menos que un puñado. Que no haya ni una sola persona sin comer, sin vivienda digna, sin acceso a los servicios, a la salud o a la educación. Que ninguna persona sea violentada ni sufra desigualdad por su nacionalidad, color de piel, religión, género u orientación sexual. La tarea es difícil. Hay mucho por trabajar, muchas cosas por cambiar. ¿Podremos hacerlo? ¿Por qué no soñar en grande?
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Allá Blanca Eli Fajardo Cuesta Ilustración Xilografía
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¿Qué cambiarías del mundo?
Violencia de género y su afectación en la adolescencia Teresa de los Ángeles Ramirez Martinez Lic. Criminología
Podría afirmarse que la violencia siempre ha formado parte de la experiencia humana. Sus efectos pueden verse, bajo diversas formas, en todas partes del mundo (oms, 2002). El hecho de que exista no tendría que ser sinónimo de aceptación. Vivir con violencia es una de las causas de tanta disfuncionalidad de la sociedad. Dentro de este mundo, cada persona tiene derecho a vivir en una sociedad sin juicios ni estereotipos; que no sea obligación ser o parecer lo que los demás esperan. Por desgracia, todos los días miles de personas viven situaciones de violencia de género; ello les provoca miedo a mostrarse tal cual son y afecta, de esta manera, su forma de relacionarse con otras personas. Dicho lo anterior, la etapa del noviazgo ha ido transformándose con el paso de los años y también ha sufrido cambios como consecuencia de la desigualdad existente en la sociedad; por ejemplo, los adolescentes viven más violencia física y emocional dentro de sus relaciones. Demasiados hombres y mujeres han permitido o ejercido algún tipo de violencia en contra de su pareja; lamentablemente, por miedo a la crítica de la sociedad, muchos jóvenes no deciden denunciar tales actos, lo cual provoca que en algunos casos se llegue al suicidio, al homicidio o hasta el feminicidio.
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Por muchos años se ha pensado que la violencia de género afecta únicamente a un sector de la población: las mujeres. Pero la realidad es que, de manera directa o indirecta, afecta a cada uno de los miembros de la sociedad; ello se hace presente por medio de estereotipos de género, los cuales encasillan la forma de comportarse en un determinado entorno, dependiendo del sexo que la persona tenga. Aunque se han llevado a cabo diversas acciones para combatir este gravísimo problema, sigue habiendo comunidades donde se defiende esta forma de vida, justificándola mediante costumbres y creencias. La violencia de género es un riesgo real. Para los hombres, es una potente fuerza moduladora que va interiorizando los patrones socialmente aceptados de lo masculino (De Keijzer, 1997). Existen casos de hombres que han sufrido violencia por parte de miembros de la sociedad, así como del mismo núcleo familiar. Lamentablemente, no hay tanta apertura para denunciar la violencia de género, y se considera normal soportar
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todo tipo de actos hirientes, sin mostrar ningún tipo de sentimiento. Es en ese momento cuando debe cuestionarse si lo que sucede es lo correcto y, si no lo es, cómo puede cambiarse. No es suficiente modificar el entorno para uno mismo; también es necesario hacerlo para mejorar la realidad de los demás, ser ese apoyo y ejemplo que las futuras generaciones necesitan para vivir una vida diferente, más libre, sin miedo. Bibliografía
De Keijzer, B. (1997). “El varón como factor de riesgo: masculinidad, salud mental y salud reproductiva”. En Tuñón, E. (Coord.), Género y salud en el Sureste de México (pp. 67-81). Villahermosa, México: ECOSUR/UJAD. Organización mundial de la salud (2002). Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C., Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué cambiarías del mundo?
¿Qué cambiarías del mundo? Daryolis Chauran
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“Soñando despierta”
Estudiante
Aún no sabemos el porqué de nuestra existencia ni cómo llegamos hasta aquí...
La ciencia afirma que somos parte de una evolución, y la religión, que fuimos creados de manera mágica. La verdad es que nuestro origen sigue siendo un misterio. Somos afortunados de poder vivir y respirar en este mundo maravilloso, compuesto de 194 países con diversas culturas y creencias, un mundo con naturaleza increíble: lagos, ríos, mares, desiertos, montañas, glaciares, volcanes, diversidad de animales, de plantas; en mi corta definición, un mundo perfecto. Desafortunadamente, estamos los humanos, seres físicos, biológicos, sociales y culturales, racionales a veces, más irracionales en otras, capaces de construir y destruir cualquier cosa en este andar por el mundo. Los seres humanos nos hemos vuelto egoístas, curiosos y malvados con nuestro planeta: Egoístas, por adueñarnos de un país por el simple hecho de haber nacido en él. Si bien nos diferencian la cultura, creencias, pensamientos y rasgos físicos, olvidamos que pisamos la misma tierra, bebemos de las mismas aguas y respiramos el mismo aire.
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Curiosos, porque hemos traspasado barreras para llegar a darle una explicación, ya sea científica o religiosa, a la creación, sin importarnos cuál sea la consecuencia de nuestra curiosidad. Malvados, porque hemos sido capaces de crear guerras entre países que se llevaron miles de vidas humanas, animales y vegetales, lo cual dejó solo destrucción con cada bombardeo. Hemos sido capaces de desviar ríos, montañas por el capricho de un buen vivir. Nos hemos industrializado a tal escala que son máquinas las que hacen todo por nosotros, y olvidamos qué es crear algo con las manos. Solo usamos la tecnología a nuestro favor, omitiendo el gran daño que eso genera al mundo. Y para responder a la pregunta, ¿qué cambiarías del mundo?, cambiaría al ser humano: un mundo lleno de tanta vida, cosas asombrosas y tan perfecto, no debería tener humanos. Ese sería mi cambio. Sin embargo, no soy quién para tomar la decisión de quiénes debemos estar y quiénes no; además, como ser humano, no me gustaría dejar de ser parte de este mundo, pues por alguna razón estamos aquí. Pero sí podemos aportar más cosas para modificar la conducta humana y darnos cuenta de que estamos acabando con nuestro hogar y nos hacemos los locos e incluso, cuando existe algún evento natural, ya sea una tormenta, un tsunami, un terremoto, hasta una epidemia, nos hacemos las víctimas, y olvidamos que nosotros también hemos sido causantes de que todos esos eventos ocurran. Al mundo le hace falta más amor, menos odio; más educación, menos ignorancia; más paz y menos guerra. Más personas que sepan unir, y menos humanos (Chauran, 2020).
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¿Qué cambiarías del mundo?
Mi madre no se ha ido de casa Carmen Sánchez Estudiante Universidad Nacional de Costa Rica
Mi madre, ojos de inocencia cuya mirada se la robó un pez. Se casó y le arrebataron el sueño. No era esposa: empleada doméstica sin remuneración. Mi padre, un machista; aún vivimos con él. Su mayor herencia, la violencia silenciosa. Una escoba atada a nuestras manos.
No lo podemos denunciar, por miedo a abandonar la cómoda clase social. Pues si nos vamos, estaremos jefiadas por mi madre. No queremos caer en la pobreza. 37
Dice papá Estado que no puede hacer nada. Si no estamos a punto de morir, nuestra verdad no importa. El daño simbólico que recibimos es indiferente. Si hubiese terapias, intervención o investigación… Pero nos engavetan, cual número sin humanidad.
Tal vez mi padre, ese machista… que siente que el poder se le va de las manos, con la edad, tendría miedo al sistema. Nosotras no. Pues sabe que la ley está a su favor. El machismo no cambia en la adultez mayor.
Mi madre no se ha ido de casa. Aguanta los golpes de las palabras y la xenofobia porque su esfuerzo está en mí y una hermana. El acceso a la educación y concluirla. Hacer de “algún día de estos” un cambio para la cotidianidad.
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¿Qué cambiarías del mundo?
Para que la lluvia derramada por los dos cielos haya valido la pena, la taza de café sea satisfactoria. El pan de canas blancas. Sea reconocido por un título fetichizado. Antes que la muerte se la lleve, o el tiempo. Porque “la gente buena” siempre se va primero.
Denuncio en este papel. Porque no hay esperanza, en la espera. Es mentira que nuestras máscaras muestren felicidad. Solo guardan sumisión y, con el ruido del viento, silencio. Como cualquier otro caso más de violencia intrafamiliar. Cíclica y descontinuada. Mas no finita. Mamá, ojalá nos fuéramos de casa. Sin tenerle miedo al sistema.
A mi madre y sororidad a las personas que guardan confianza en el tiempo.
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Cautivo Itzel Montserrat Rivera Carrillo
Miramos en los rostros de la naturaleza el propio reflejo, capturado, impedido, cautivo‌ Prisionero de la explotación que ejercen nuestras manos, nuestras palabras, nuestros silencios.
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¿Qué cambiarías del mundo?
Esencia encadenada Sofía Julieta Damián Mendoza Lic. Sociología de la Educación Universidad Pedagógica Nacional
Enarbolado mundo de
Una minoría que alza la voz
habitantes sin voz,
acompaña a los marginados
ni esperanzas.
en el camino de la revolución.
Individuos arbitrarios,
Dejan en el sendero valores impuestos;
cómplices de los dominantes,
las lágrimas de los dominados fortalecen
traicioneros de su propia clase.
para derrocar un mundo gris e inerte.
Moralidad hipócrita,
Los despóticos oprimen y asesinan,
historias falsas y manipuladas
manipulan y envuelven con mentiras
sin esencia de rebeldía.
que aprietan e intimidan.
Vida con signos de pesos,
Es necesario acabar con
ataduras de tiempo,
los dueños del mundo,
sonrisas falsas.
las políticas que benefician este sector.
Criaturas que observan,
Enterrando con gritos de lucha
individuos que cuestionan,
todo lo que constituye
grupos que se organizan.
el sistema de unos cuantos dominantes. 41
Turismo Rural Rufino Gallardo Cardoso
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¿Qué cambiarías del mundo?
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@Revista Alerta Sociológica
“CAMBIAR EL MUNDO, AMIGO SANCHO, NO ES LOCURA NI UTOPÍA, SINO JUSTICIA” Frase atribuida a el quijote de la mancha