Rumec Edición especial Alerta Social

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@Revista Alerta Sociológica

Impreso en los talleres del SITUAM

Comité editorial Abraham Martínez Mora Adriana Flores Quezada Andrea Vivas Mondragón Diana García Santiago Nayeli Ortiz Gaspar Mariana Martínez García Osiris Bermejo De Jesús Tania Azpeitia Salazar

El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores. Esta obra se realiza bajo el reconocimiento Creative Commons, que permite copiar, reproducir y distribuir la obra siempre y cuando se cite y reconozca al autor original.


Contenido Editorial.................................................................................... 4 Cultura en acción....................................................................... 5 Una mirada psicosocial a los movimientos antiglobalización........... 8 Madres rastreadoras y buscadoras en Sinaloa................................. 12 Recuento................................................................................... 15 ¿Movimientos en redes? Caso del #MeToo.................................... 18 Un último cocodrilo.................................................................... 22 Riot Grrrl is not dead: Pussy Riot................................................. 23 Material fotográfico.................................................................... 27 Rumec. Arte y movimientos sociales............................................ 30


Edit rial El arte debe consolar al perturbado y perturbar al cómodo BANKSY

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a elaboración de la presente revista perturbó, casi al borde del colapso, a más de un miembro de nuestro comité editorial. Transitamos un incómodo laberinto de mil y una consideraciones antes de casi declarar imposible esta publicación. Hemos comprobado, con desazón, que los conflictos de trabajar en equipo pueden tornar grandes amistades en enemigos acérrimos. Perplejidades nunca faltaron; afortunadamente, el compromiso y la pasión siempre impulsaron el proyecto.

Sin más lamentos, en nuestro segundo aniversario, y esperando que cada desvelo haya valido la pena, nos complace presentar el arte en los movimientos sociales, cuarto número de Revista Alerta Sociológica. Estas páginas proponen abrir un espacio para discutir los mecanismos de representación e identidad del entorno; asimismo, difunden la voz de aquellos creadores que reivindican y exponen, por medio del arte, otras formas de lucha. Su tinta acerca a nuestros rebeldes lectores a la fenomenología social de la imagen, por medio de narraciones, críticas, poemas, crónicas, ensayos y fotografías: propuestas que permiten cuestionar nuestras diversas realidades e incentiva a la participación política para generar una revolución de consciencias. Sin más que decir, ahora es momento de que usted se perturbe o se consuele. Comité editorial

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Ensayo

Cultura en acción Héctor R. Andrade López Licenciado en Ciencia Política Universidad Autónoma Metropolitana - Iztapalapa

sonidos, pintas, performance, disfraces, fuego, capuchas y versos de las próximas décadas movilizadas. Pues “cultura” y “lucha” no son palabras aisladas, sino dos componentes de una misma acción que transmuta en lenguaje y detona en alteración de sensibilidades. Posiblemente, la pregunta de fondo sea: ¿cómo poder comunicar- emociones, ideales, aspiraciones y utopías desarrolladas por los movimientos sociales que aspiren a cambiar y mejorar el mundo? El desarrollo de la modernidad nos ha enseñado que estas metas se trastornan y minimizan en demandas concretas, las cuales tienen que ser procesadas en maquinarias institucionales del Estado, creando una única vía legal de solución de conflictos, limitando el alcance y otras alternativas de luchas sociales. Se ponen en juego, así, los pliegos petitorios, emplazamientos a huelgas, protestas pacíficas y la legalidad de la represión de las disidencias, así como las tipificaciones de desestabilidad social.

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ace un siglo Emma Goldman vociferó: “Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”, mientras el mundo se estremecía en las peores catástrofes bélicas. La añoranza de un sujeto libre se enarbola en las disidencias anticapitalistas; tal vez sin saberlo, la libertaria anarquista estaba anticipando el devenir de expresiones artísticas que desembocarían en mantas, cantos,


El viejo dilema entre reforma y revolución, analizado por la socialista Rosa Luxemburgo (1978), pierde efecto con el paso del siglo xx. Las aspiraciones revolucionarias se fueron dividiendo en diversas direcciones teóricas y liderazgos políticos (cheguevaristas, maoístas, trotskistas, leninistas, etc.), posibilitando el fortalecimiento de lo que Francis Fukuyama denominó “el fin de la historia” (2015), enfatizando el triunfo inapelable del capitalismo sobre el socialismo y otras disidencias organizativas sociales. Los nuevos movimientos sociales descritos por Touraine (1995), Melucci (2010) y otros investigadores, dejaron en claro que los movimientos de masas y clase social fueron segregados a demandas precisas, como derechos de las mujeres, movimientos ecológicos, estudiantiles, sindicales, etc., complicando de esta manera una movilización masiva y común que atentara contra las estructuras del modo de producción capitalista.

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Esta división muestra el reflejo de la diversidad de poblaciones. Ejemplifica el desarrollo de la modernidad, acompañada de una transformación jurisprudencial de los derechos sociales, políticos y humanos como garantía de una sociedad más justa e igualitaria. Sin embargo, estas vías legales de protesta social burocratizan las formas de lucha y designan prácticas concretas a los movimientos sociales; de manera que los movimientos se reducen a poblaciones social y culturalmente definidas, imponiendo así limitaciones.

Ante estas limitaciones, los movimientos sociales encuentran, en el apotegma de Emma Goldman, la manera de desdibujar los límites y segregaciones impuestas por la modernidad (pliego petitorio, declaración de huelga, manifestación pacífica, anticipación de protesta, etc.). La cercanía de los movimientos sociales hacia el arte posibilita la manera de contagiar a otros sectores sociales con el objetivo de trastocar y sensibilizar sus subjetividades. De esta manera, los jóvenes de 1968 expresaron sus pesares, injusticias y sueños democráticos a través de mantas, insignias, sexo, símbolos, bailes, drogas y cantos frente a un régimen autoritario y sumamente represivo. La cultura habitual de las zonas rurales reconstruiría los grandes corridos de los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, en resistencia a la ofensiva sucia del gobierno mexicano en las montañas. La canción de protesta latinoamericana resonaría en las voces de Violeta Parra, Víctor Jara, Quilapayún, entre otros. Las inconformidades sociales relucirían en la deconstrucción del lenguaje de “la onda”, testificado por José Agustín, Parménides García Saldaña y Gustavo Sainz (Gunia, 1994). El rock se asentaría en el mundo con los mensajes de rebeldía, lucha social, paz y amor, al estilo de The Rolling Stones, Bob Dylan y The Beatles. Más tarde estas expresiones se tornarían en algunas de las estrategias más atinadas de movimientos sociales, como el ezln , a través de sus múltiples encuentros y festines; asimismo, serían retomadas por los estudiantes del cch durante el paro de la unam . A través de murales, pintas, canciones y poesías, allegarían a


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diversos colectivos contraculturales y serían elemento clave en el movimiento #YoSoy132 y en las jornadas por Ayotzinapa, con sus colectivos artísticos, proyecciones callejeras, batucadas, performance, efigies y exposiciones. El diálogo de diversos movimientos, en el siglo xxi, apela más a la interlocución con la sociedad que a una comunicación continua con el Estado. Sus intereses no sólo miran al desarrollo de leyes, políticas públicas e instituciones, sino a la comunicación alternativa de información, tal cual lo expresan lenguas visuales y sonoras como

#FueElEstado #VivasNosQueremos “MéxicoSinPRI” “Fuera porros”

Bibliografía Fukuyama, Francis (2015). El fin de la Historia y el último hombre. Madrid: Alianza. Gunia, Inke (1994). ¿Cuál es la onda? La literatura de la contracultura juvenil en el México de los años sesenta y setenta. Frankfurt: Vervuert. Luxemburgo, Rosa (1978). Reforma o revolución. Madrid: Akal. Melucci, Alberto (2010). Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. México: El Colegio de México. Touraine, Alain (1995). Producción de la sociedad. México: Universidad Nacional Autónoma de México.

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y otras más, a través de documentales, máscaras, grafitis, cuentos, performances, transmisiones online y callejeras. Estas acciones colocan sobre el escenario social la importancia de generar cambios culturales y transmitir emociones en la sociedad, como una estrategia cuyas repercusiones no pueden ser anticipadas, pero de la cual se tiene certeza de que habrá trastocado emotivamente a sus receptores.


Ensayo

Una mirada psicosocial a los movimientos antiglobalización Daniela Ledezma Alonzo Licenciatura en Psicología Social Universidad Autónoma Metropolitana - Iztapalapa

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uestro momento actual ha sido el resultado de grandes transformaciones culturales, políticas, económicas y sociales; los procesos de cambio no se han presentado de la noche a la mañana, pues se han dado de manera paulatina y constante. Dentro de cada momento histórico podemos definir ciertas características capaces de dar cuenta de valores y principios ordenadores que dan sentido a la ideología dominante, así como la relación que ésta tiene con el resto de los grupos minoritarios que se posicionan en contra. Nos encontramos frente al término modernidad y a la continua disputa por saber si es que ya formamos parte de las generaciones posmodernas. Las instituciones que hace varias décadas le daban sentido al actuar del hombre, han caído en desuso o están perdiendo presencia: la Iglesia, educación y, recientemente, el Estado nación (Rodas, 2003). Las respuestas que se necesitan para dar orden a las acciones son bus-

cadas o adquiridas por otro tipo de instituciones, como el mercado o la ciencia, de modo que surge una nueva noción del hombre, desvinculado de lo divino y natural: un hombre que se busca en sí mismo y se aleja de sus semejantes. Como consecuencia homologadora de este tipo de ideología, nos encontramos con la globalización (fenómeno que está dentro del análisis de todas las ciencias sociales). Hablar de ésta nos lleva de primera mano a discutir sobre la apertura de mercados y tratados de libre comercio entre naciones; la globalización es resultado de un expansivo entrelazamiento de la economía mundial: la ampliación transnacional de los mercados –el comercio y la producción– (Rodas, 2003). La apertura del mercado global ha aumentado significativamente sin que parezca existir ningún tipo de frontera geográfica ni cultural que pueda detenerla. Esta expansión no es estrictamente de carácter global, pues en teoría todos los países tienen libertad de expandir sus mercados. Es en la práctica cuando nos damos cuenta de que tan sólo tres grandes bloques económicos tienen los elementos y las oportunidades de hacerlo: Estados Unidos, Japón y la Unión Europea (Verdú, 2002).


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No obstante, el resto de los países se convierten en estados receptores que albergan las oportunidades de crecimiento económico, a costa de sacrificar la estabilidad de sus propias naciones, economías y calidad de vida de sus poblaciones, así como el agudizamiento de problemas ambientales y salud pública. La globalización parece ser una realidad inminente e inevitable ante las personas que padecen sus efectos negativos. En otros temas, para poder mantener una postura a favor o en contra de la globalización, es necesario colocarse en un contexto sociopolítico, pues ésta no se manifiesta de igual forma en cada país que busca formar parte de estas políticas; en el caso de los países latinoamericanos, se puede hablar de consecuencias más desastrosas que favorables en relación con la globalización; sus principios llegan a perturbar la vida humana, colocándola debajo de los intereses mercantiles. La entrada de América Latina en este nuevo orden económico no fue paulatino ni sutil; todo lo contrario: arrasó con el mercado laboral y aumentó la inestabilidad sobre la fuerza de trabajo; del mismo modo, el aumento de políticas globales trae consigo un marcado incremento en la exclusión social (puesto que se transforma en una necesidad para el correcto funcionamiento), ya que sólo son consideradas las personas que cumplen con los ingresos y conocimientos para ser tomadas en cuenta; por ejemplo, la alta y constante especialización. Esta exclusión social se ve acrecentada e ignorada debido al quiebre que se da entre el binomio estado-sociedad, teniendo como principal causa la culminación del estado social keynesiano. La globalización dejó en segundo término la importancia de las regiones locales, promotoras del desarrollo humano y económico, pasando a un papel protagónico a las condiciones económicas nacionales.


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Al responder demandas de los mercados globales, las economías nacionales se integran a una lógica de subordinación y exclusión, donde las zonas menos desarrolladas son víctimas de los efectos negativos de ambas (Rosales, 2016). El rumbo que las políticas neoliberales se imponen a los países de tercer mundo para una correcta integración al mundo de la modernidad y globalización, esto sólo parece plausible si de base se tienen marcadas exclusiones sociales, que atentan contra los principios básicos de la convivencia humana, como el derecho al desarrollo sustentable, la diversidad cultural, los principios de tolerancia y solidaridad, entre otros (Talegón, 2000). Como resultado, tenemos un tipo de globalización opresiva y poco incluyente. Son pocas las alternativas de desarrollo para sectores vulnerables; esta situación no sólo se da en los países de tercer mundo, sino también en las naciones que marcan la pauta en el ámbito del avance económico, la brecha se vuelve más amplia. Ante esta realidad social surgen movimientos sociales que se postulan en contra de estas medidas poco igualitarias y excluyentes, manifestando las consecuencias negativas que las políticas neoliberales

imponen, como tal no se oponen a la universalización y ruptura de fronteras, mucho menos al intercambio cultural (crítica poco objetiva). Estos movimientos surgen en condiciones de conflicto, donde las nociones mayoritarias no son lo suficientemente efectivas para la resolución de los problemas sociales en aumento. Se presentan para desafiar a las autoridades por medio de la acción colectiva y organizada. Podemos colocar los movimientos antiglobalización como movimientos sociales, ya que cumplen con las características propias de los mismos: cuentan con una red de organizaciones, una identidad colectiva compartida, generan una movilización de personas y obtienen las metas sociales que son planteadas (Aelst, 2002). La principal finalidad de estos movimientos es luchar contra el discurso dominante que está a favor de la globalización. La intención es mostrar que existe otra alternativa, cuyo objetivo es mostrar la indignación y el desamparo jurídico. “La diversidad es nuestra fuerza y su expresión es la base de nuestra unidad. Somos un movimiento de democracia global, que lucha contra la concentración de la riqueza, proliferación de la pobreza y destrucción del planeta” (Verdú, 2002, p. 11). Éste es un fragmento que hace un manifiesto contra el neoliberalismo, militarismo y la guerra, e igualmente promueve la justicia y paz social. El segundo Foro Social Mundial, de Porto Alegre, funciona como punto de encuentro anual donde todos los movimientos y organizaciones interesados por las mismas causas se reúnen cada año para proponer alternativas de solución.


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Las primeras organizaciones de este tipo pueden rastrearse desde 1994 con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln), qué se levantó tras la entrada del Tratado de Libre Comercio (tlc) en México; sin embargo, antes de la aparición de esta movilización organizada, se ubican en la década de los 70 algunas otras movilizaciones atomizadas, como la campaña contra Nestlé por vender leche adulterada en el tercer mundo, y otras más contra Nike, Shell, Starbucks, McDonald’s, entre otras. Los movimientos antiglobalización pueden ser analizados desde la óptica de la teoría de las minorías activas, en tanto son fuente de influencia social sin importar su rango. Si tomamos como voz mayoritaria las tendencias globalizadoras, no por cuestiones numéricas sino por ejercicio del poder, estos movimientos se transforman por dos motivos: primero, los desviantes sugieren la posibilidad de desobediencia, invitan a la liberación y dan acceso a lo desconocido; y el segundo remite a la culpabilidad social, pues muchas minorías o desviantes representan a grupos colocados en situaciones de inferioridad, despojados de derechos sociales (Moscovici, 1981).

Bibliografía Aelst, P. (2002). “New Media, New Movements? The Role of the Internet in Shaping the ‘Anti-Globalization’ Movement”, en Information, Communication & Society, 5 (4), 465-493. Cárdenas, M. (2007). “Sobre la pertinencia de las categorías culturales en la elaboración de las representaciones de los nuevos movimientos sociales”, en Psicologia & Sociedade, 19 (3), 76-87. Moscovici, S. (1981). Psicología de las minorías activas. España: Morata.

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En conclusión, la defensa por los derechos de las minorías y los grupos vulnerables son temas que se mantienen en vanguardia; por ello, es necesario implementar políticas de desarrollo que fomenten apoyo a los mercados nacionales y locales, así como a la defensa cultural de todos los integrantes de las naciones, no buscar el crecimiento económico con acciones de exclusión que fomenten la explotación laboral. Hoy en día se está trabajando sobre alternativas que pugnen por una realidad que contemple la vida digna, así como la economía social sustentada en la solidaridad (Rosales, 2016) o las propuestas anticolonialistas que propone Sousa Santos (2010).


Crónica

Madres rastreadoras y buscadoras en Sinaloa Valeria Canales Velasco Licenciatura en Sociología Universidad Autónoma de Sinaloa

Antecedente regional

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éxico posee fama de inseguro y violento, especialmente en algunos estados o regiones; los últimos años se han elevado los índices de desapariciones forzadas: individuales y colectivas; por ejemplo, el caso de los estudiantes normalistas en Ayotzinapa. En este trabajo revisaremos un caso especial que se vive al norte del país. Históricamente, el estado de Sinaloa se conoce como un lugar peligroso; recientemente se han suscitado marchas, manifestaciones e incluso plantones a las afueras de instituciones tales como el Ayuntamiento Municipal, la Procuraduría General de Justicia del Estado y ciertos espacios del Palacio de Gobierno Estatal.

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El texto expondrá un movimiento social gestado en el municipio de El Fuerte, Sinaloa, que, en los últimos años, ha tenido gran auge; lleva por nombre “Rastreadoras y buscadoras”,1 y es liderado por la señora Mirna Medina Quiñónez2 (madre de uno de tantos jóvenes desaparecidos), en respuesta a una serie de inconsistencias, inconformidades e ineficiencias por parte del poder legitimado.

Colectivo de carácter social, dedicado a la búsqueda de jóvenes desaparecidos, con origen en El Fuerte, Sinaloa; a lo largo del texto se va explicando la dinámica de este movimiento. 2 Madre de familia, fundadora y líder del movimiento social “Rastreadoras y buscadoras”. 1


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Una breve semblanza del movimiento La señora Mirna y su hijo Carlos se dedicaban al comercio en Mochicahui, Sinaloa. Un 14 de julio de 2014 el joven salió a vender sus mercancías, sin saber que ya no regresaría jamás. En su ausencia, ella preguntó a los vecinos del pueblo; lamentablemente, se enteró de que lo habían “levantado”.3 Posteriormente, acudió con las autoridades correspondientes; sin embargo, al igual que a muchas otras madres, se le dijo que sólo podían esperar a que él apareciera solo. Mirna, inconforme con la respuesta obtenida, decidió emprender su propia búsqueda, junto a otras madres con un problema semejante. Organizó un grupo; se armaron con palas, picos, winomos, pinzas, guantes y pañoletas; entonces emprendieron una búsqueda en lugares inhóspitos, como campos, cerros, llanuras, entre otros lugares que consideraban que podrían ser una “fosa clandestina”. Ella, como líder del grupo, impulsó a otras mujeres para buscar a sus hijos desaparecidos. Muchas de ellas tuvieron éxito y encontraron, en aquellos lugares áridos y solitarios, los restos de sus hijos, por lo que se sintieron muy agradecidas al darles una digna sepultura y poder ofrecerles una plegaria. Información y difusión del movimiento

Afortunadamente, las “Rastreadoras y buscadoras” han recibido refuerzos y ayuda de otros colectivos, generando redes de solidaridad a través de eventos sociales y académicos; difunden información en redes sociales, así como notas de diarios digitales, entre otras actividades. Las palabras “lo levantaron” se utilizan coloquialmente para referirse a que un grupo de personas desconocidas se llevan a otra persona en contra de su voluntad.

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En noviembre de 2016, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa realizó un coloquio sobre violencia, donde otorgó un espacio al grupo de madres de familia “Rastreadoras y buscadoras”. Mirna compartió su experiencia, agregando que, hasta ese momento, tras años de búsqueda, aún no encontraba a su hijo. Además, explicó que diferentes organismos nacionales e internacionales le habían hecho invitaciones, reconocimientos y diferentes ovaciones, pero ella los rechazaba, pues el colectivo en cuestión estaba creado para brindar apoyo y respuesta a tantas madres sinaloenses con hijos desaparecidos, ya que generalmente el Estado hace caso omiso a las demandas de los familiares.


Movimientos sociales y redes de apoyo desde una perspectiva sociológica

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El autor Castells, en su libro Redes de indignación y esperanza, ofrece una perspectiva diferente para observar los movimientos sociales y su actual organización; si bien anteriormente se impulsaban de una manera que parecía obsoleta, fue así como se inició la sociedad red. En la actualidad, el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación se ha posicionado por encima de las antiguas herramientas para la difusión, de manera que llega a ser muy remoto encontrar personas sin un dispositivo móvil para informarse o comunicarse, pues este medio permite estar conectados y conocer algún suceso aunque haya ocurrido al otro lado del mundo (movimientos muy alejados de nuestro entorno inmediato); es decir, la tecnología favorece la creación de redes de apoyo entre los diversos movimientos sociales. Hoy en día, la sociedad se dispone a funcionar como una red, conectada e interconectada. Si existe un problema o hecho relevante/novedoso en redes sociales, las personas lo comparten: en el caso de personas desaparecidas, una imagen puede compartirse hasta que la persona

sea encontrada; no obstante, en ciertos estados del país, como en el caso de Sinaloa, se observó que ni así los desaparecidos eran localizados. De modo que se optó por impulsar, promover y difundir el grupo de madres “Rastreadoras y buscadoras”; fue como si en redes sociales el sentido de empatía y solidaridad creciera en las personas; esto es especialmente curioso porque en muchas ocasiones el receptor de información ni siquiera conoce al afectado. En conclusión, el movimiento liderado por Mirna Medina ha tomado gran importancia y fuerza, pues no sólo son redes de apoyo solidarias entre las mismas madres afectadas, sino por personas externas que pueden observar la causa, ser testigos y sumarse a la ayuda voluntaria. La sociedad red que explica Castells en el texto antes citado, expone un par de casos en los que los actores sociales se movilizan para dar respuestas a su trágico entorno inmediato y a la omisión que el poder ejerce al respecto de ciertos problemas en estratos sociales específicos. El grupo “Rastreadoras y buscadoras” es, sin duda, una gran muestra de ello.

Bibliografía Castells, M. (2012). Redes de indignación y esperanza. Madrid: Alianza.


Poesía

Cuántos somos los invisibles que buscan despertar miradas. Somos con los dedos de una mano, apenas la resistencia que legitima su agresividad exacerbada, misma que no tocará políticos narcotraficantes.

Re

cuento

Ahogados en trabajos y papeles, no quieren nada, ni un poco de conciencia, no tienen tiempo, ni vida, ni alma.

Recuerdo el 68, entre letras rojas, como si hubiera estado ahí, con toda una rabia heredada generacionalmente, pero nadie recuerda el 68, y se disfraza el dolor con juegos olímpicos, confabulación a la memoria colectiva. Un pasado que te dicen cómo debe ser recordado.

Olvidaron que Dios está muerto, nuestras manos son testigo. No hay historia, de una sola palabra, ya no. Víctor Francisco Rosas Cruz

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Aún con todo su peso, con sus palabras cimentadas de sangre y lodo, con cuerpos como segundos que completan miles de años, juegan a ser Dios.


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Ensayo

¿Movimientos en redes? Caso del #MeToo Nayeli Ortiz Gaspar Licenciatura en Sociología Universidad Autónoma Metropolitana - Iztapalapa

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as Tecnologías de la Información y la Comunicación (tic) provocaron un cambio vertiginoso entre las diversas generaciones que conforman la sociedad contemporánea, pues con la aparición de internet y redes sociales se hizo posible interactuar con otros (familiares, amigos o clientes), incluso si éstos se encuentran a kilómetros de distancia. El “nuevo mundo” demandaba una gran responsabilidad para todos debido a grandes desventajas, como la tergiversación de la información, robo de identidades, bienes, problemas de salud física, emocional, social, violencia y sus diversas expresiones: extorsión, hostigamiento, bullying, acoso, entre otros. Este último ha sido un tema en boga. Analizar y definir palabras clave son indispensables para fines de este ensayo.

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Para comenzar, la violencia se comprende grosso modo como una conducta donde la agresión u ofensa tienen presencia, pues transgreden tu persona/derechos. Específicamente, si el comportamiento se lleva a cabo y no está bajo tu consentimiento (mayormente de connotación sexual) se reconoce como acoso, ya que genera un constante malestar físico, moral, psicológico y emocional. Estas conductas son latentes en nuestro país. Es común escuchar “sólo es una broma; no aguantas nada”, convirtiéndose en justificaciones que dirimen las diversas repercusiones emocionales e intersubjetivas que pueden provocar en las personas, sobre todo en mujeres.

La antropóloga Rita Laura Segato manifestaría que se trata de una pedagogía de la crueldad, ya que se nos está educando a vivir de esta manera (a través de distintos medios, ya sean físicos o virtuales) asumiendo que no existe otra alternativa; esto al menos se dice en el discurso hegemónico. En muchas ocasiones, algo tan “banal” (imagen, comentarios o burlas en redes sociales) afecta significativamente la integridad del individuo. En tiempos recientes se desató una gran polémica con base en el acoso sexual que viven las mujeres (#MeToo); ante eso conviene cuestionarse cómo surgió. En 1996 la activista Tarana Burke escuchó el testimonio de abuso en una menor de edad; sin embargo, no pudo hacerle frente de manera directa. Por tal motivo, decidió incentivar a las féminas a participar en esta insurgencia, denominándose Me Too Movement (Movimiento Yo También).


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¿Qué es Me Too? Un movimiento que incentiva a las mujeres a denunciar de forma anónima y virtual todo comportamiento de violencia sufrido en sus diferentes contextos, principalmente laboral; también puede ser en el hogar, la escuela, el transporte o cualquier espacio público. Se siguió gestando y recobró fuerza en marzo-abril del presente año. La actriz y activista Alyssa Milano invitó a otras mujeres a hablar del acoso sexual con el hashtag #MeToo. A través de Twitter posteó: “Si todas las mujeres que han sido acosadas o agredidas sexualmente hicieran un tuit con las palabras Me Too, podríamos mostrar a la gente la magnitud del problema”. (Supuestamente, ella desconocía que la etiqueta tenía antecedentes). Queda claro que la intención de la actriz únicamente es continuar visibilizando el problema e incluso in-

corporar a más gente para combatirlo, aprovechando este boom online. Otro caso involucrado fue el de Armando Vega Gil (fundador de la banda Botellita de Jerez), quien fue señalado en #MeTooMusicosMexicanos. El hecho causó gran polémica porque está sujeto a varias interpretaciones: una de ellas fue reflejar la situación violenta que existe hacia las mujeres, perpetuando la dominación, así como victimización masculina; incluso es una reafirmación a su poder heteropatriarcal apoyado por diferentes instituciones. Una vez explicado el origen del Me Too, continúo con la parte medular de este texto. Consiste en reconocer o descartar al suceso como un movimiento social; si bien el fenómeno fue concebido como tal por diversos actores y medios, es importante, no obstante, conocer a qué alude este concepto.

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Se centró en mujeres jóvenes que han sido víctimas de abuso, agresión o explotación sexual. La situación no culminó ahí, pues años más tarde (2006), Burke lanzó esta iniciativa donde la finalidad era empoderar a chicas jóvenes de color, igualmente incluir a personas que se identificaban como mujeres.


De acuerdo con Pastor, se define generalmente por el hecho de surgir en condiciones de conflicto para convertirse en un desafío a las autoridades o poderes a través de una acción colectiva, no institucionalizada, con la intención de promover cambios, y en la que participa un número significativo de personas (Pastor, 2002: 15). Esto de alguna forma permite diferenciar cuando se trata de un movimiento social o un grupo de presión.

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Por otro lado, las autoras Della Porta y Diani (2006) suponen cuatro elementos imprescindibles para considerar un movimiento social y no sólo interpretar la acción colectiva como una insurgencia: ▪▪ La interacción informal: modalidades de relación interpersonal desarrolladas, sin contar con una base de reglas preestablecidas de intercambio.

▪▪ Creencias compartidas: algunos criterios sobre los cuales existe el mayor grado de consenso posible. ▪▪ Compromiso en la acción colectiva: acuerdo tácito de comprometerse en conjunto para actuar frente a determinada situación. Esto no implica necesariamente que esta actuación se produzca de la misma manera o con la misma intensidad. ▪▪ Protesta: reacciones que involucran comportamientos colectivos públicos de diverso orden, desde marchas pacíficas hasta movilizaciones en diversos lugares y ocupación de diferentes espacios públicos. Siguiendo la tesis de las autoras, hay tres elementos en el #MeToo que sí se cumplieron porque hubo una interacción informal (a través de las redes sociales, incentivando a mujeres de distintos lugares del mundo). También existieron creencias compartidas al difundir un estruendo grito de “No más violencia”, así como una tremenda movilización en Twitter (apogeo por varios días


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con diversos hashtags). El elemento que probablemente no se asumió fue el del compromiso colectivo, que para mí es el más importante, pues significa tener presencia permanente. De manera general, ante los planteamientos de los autores citados, es posible señalar que los elementos evaluados para considerar un movimiento social son múltiples, por lo cual el debate permanecerá latente; no obstante, deduzco que este fenómeno social requiere de aspectos mucho más profundos, como una completa organización y comunicación, lo cual abarca un pre, durante y post a la situación. El promover cambios no estuvo de manera explícita; sin embargo, ésa es la intención: fomentar la cultura de la denuncia para evidenciar la realidad que estamos viviendo. La iniciativa es digna de reconocerse porque induce a romper con el silencio de las mujeres; asimismo, crea alianzas y redes de apoyo pese a las barreras geográficas. En la mayoría de las ocasiones, el miedo, vergüenza, desconfianza, negligencia, burocracia, antiética profesional y otros tantos factores son los que intervienen al momento de ir a declarar frente a la Procuraduría del Ministerio Público. La interrogante ¿y si no me creen? genera un tormento en la mente de la víctima. población. Por el momento, pueden ser aprovechadas para ir en busca de intereses sociales, con el fin de combatir problemas que nos aquejan día a día, incluso realizar llamados de emergencia en un tema tan delicado como el acoso. Concluyo: aún hay mucho que trabajar, no sólo en el #MeToo.

Bibliografía Aguilar García, Francisco Javier (coord.) (2017). Movimientos sociales en México y Latinoamérica. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales. La Rosa, Amaro (Consultado el 23 de mayo de 2019). “Movimientos sociales, redes sociales y recursos simbólicos”. Perú: Universidad Femenina del Sagrado Corazón. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/ descarga/articulo/6068704.pdf. Quiroga, Juana (18 de julio de 2017) (s/lugar). “Resumen latinoamericano”. Recuperado de: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/07/18/rita-segato-y-la-pedagogia-de-la-crueldad/.

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En las últimas décadas se han desatado diversas movilizaciones feministas por el honor de la “sororidad”, es decir, mostrar esa hermandad y solidaridad con la otra cuando enfrenta alguna cuestión que la hiere, sobre todo si se tiene consciencia de lo peligroso que significa ser mujer en México e incluso en Latinoamérica. Finalmente, quién hubiera imaginado el impacto de las tic, aunque éstas han implicado mayores retos para la


Poesía

Un último cocodrilo Marcos Iván Ramos Espejel Licenciado en Psicología Instituto Politécnico Nacional Metiste las pupilas al fuego un 10 de junio, 2 de octubre y un sinfín de etcéteras; se te formó una patria en la garganta, un himno en la punta del cerebro, un Alba te enmudeció, otro silencio el silencio del otro te dio miedo el miedo y se te enconcodriló la piel. Entonces relampagueaste con arpegios de guitarra quebrada, con claveles en cascada lloviste sobre versos pobres de ciudad encarcelada para evaporarte en diamantina.

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Poeta de la ruptura en-corazonada de poemas cortos con universo extenso pirámide varada entre nubes y voces de cobre poeta rojo de otoño nido de palomas iracundas casa de amistades de estatua partitura con tonos de concreto muro de estrellas resucitadas (silencio) roto con sonrisa de piedra Luna

Erótico a destiempo, más bien: nalgaísta enamorado de las mujeres, enamorado de los hombres enamorado de los vivos, enamorado de los muertos pero nunca de los que se pasan de vivos para sembrar más muertos de esos: los “mil veces perros”, los del Olvido los sin Historia Hueso huerta (y también Huerta) de vida: ayes, carcajadas, pensamiento Hombre profecía: Alba hoy, Alba mañana Hombre responso: D. S. S. (Descanse sin sed) cocodrilo con pata de conejo.


Ensayo

Riot Grrrl is not dead:

Pussy Riot María Fernanda Lugo Vázquez Licenciatura en Sociología Universidad Autónoma de Aguascalientes

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s imposible hablar de Pussy Riot como ícono sin hacer la relación entre la escena punk, el feminismo en la década de los 90 y Riot Grrrl –movimiento que revolucionó el punk–, mismo que pareciera perdido al principio del milenio. Sin embargo, con el surgimiento de espacios digitales, Riot Grrrl simula tener un resurgimiento prometedor. Terminaba la década revolucionaria de 1960 y una ola de música, manifestaciones y fanzines se avecinaban. La revolución psicodélica quedaba olvidada entre los callejones sucios de Londres y los bares infestados (hijos de inmigrantes). Situación disidente y rebelde que comenzaba a manifestarse dentro de los amplificadores del cbgb (club emblemático del punk). A partir de ello, surge la controversial “tercera ola feminista” (durante la década de los 70). Al interior de los campus universitarios norteamericanos se desataron movimientos estudiantiles, institucionales y de reivindicación en minorías, además de una producción académica e intelectual; de modo que se buscó visibilizar las opresiones de género desde diferentes ópticas.

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Durante la década de los 70, una serie de bandas emblemáticas, fanzines, así como demostraciones públicas le dieron pies, cabeza y botas a este movimiento; con mucha representatividad musical y desobediencia civil, el punk empezó una revolución con tintes anarquistas, colores oscuros y, a la vez, chillantes, música estruendosa y mucho descontento. Un movimiento se originó dentro de la población femenina, la cual compartía un sentimiento de hartazgo.


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El feminismo fue cuestionado y criticado en el ámbito académico, además de la adecuación de ciertos grupos a la agenda neoliberal, por lo cual diversos colectivos y organizaciones se distanciaron de la faceta más pública e institucional del movimiento, pues lo que comenzó como una unión implícita entre conversaciones de las universitarias de Berkeley, terminó como un movimiento señalado por la opinión pública y otros colectivos que también buscaban la reivindicación social.

El punk se fue disipando de la escena musical con nuevos géneros, como el post punk y el grunge, géneros que pudieron adecuarse a los tiempos presentes de sintetizadores: una rebeldía más desaliñada y menos política. La misma metamorfosis penetró la ola feminista (en la década de los pantalones acampanados); no obstante, no hay que dirimir sus logros: la despenalización del aborto en múltiples países, producción de incontable literatura feminista e institucionalización académica de los estudios de género, provocando sustanciales cambios sociales, así como una terrible incertidumbre en las siguientes décadas.

A la par de la creciente insurgencia femenina, la vena latente del punk continuaba expandiéndose dentro de la escena musical como subcultura y dividiéndose en ramas (como el mismo feminismo de la época); estos procesos se veían englobados en un marco general de descontento hacia los sistemas políticos, clases dominantes y otros paradigmas tradicionales.

La misma bandera de contracultura y el discurso contestatario, el Riot Grrrl, surge en la década de los 90 en respuesta a una serie de problemáticas: una escena excluyente y misógina dentro del punk-rock, tanto en la música como en sus prerrogativas (punks are not girls) y espacios; una crisis del feminismo académico y liberal aunado a una resistencia institucional por adoptar políticas con perspectiva de género. En 1998, la revista Time publicó Is feminism dead? A diferencia de los inicios del punk, el Riot Grrrl comienza con fanzines feministas como un medio de divulgación y sintetización de información; utiliza las herramientas artísticas para expresar inconformidad y alienación de las mujeres jóvenes, en contraste con el feminismo recluido en los espacios elitistas de conocimiento que cada día se incorporaba más a la agenda neoliberal, el cual diluía y trivializa la opresión femenina. Dentro de los fanzines se utilizaban elementos estéticos del punk, como el collage, la estética contracultural o “anti-estética”, tipografías llamativas, colores provocadores con una mezcla de elementos híper feminizados por la cultura popular desde íconos, anuncios y colores. El Riot Grrrl comenza-


En otros temas, bandas como Bikini Kill, Bratmobile y Sleater Kinney toman elementos básicos de la música para posicionarse ante una escena que históricamente no consideraba a las mujeres en este medio; junto con ello, logran hacer escuchar sus voces a través de discursos altamente influidos por el feminismo: “Dejaban de hacer la música un escapismo y la estaban centrando en la realidad”.1 La euforia alguna vez provocada en los conciertos con asistencia casi en su totalidad femenina, se 1

Carrie Brownstein, miembro de Sleater Kinney.

comenzaba a disipar, de modo que las jóvenes rebeldes universitarias comenzaban a crecer, mientras que la producción musical se fue enterrando en el olvido con el discurso de la incapacidad de adaptarse a la escena cambiante y camaleónica del rock; incluso dentro de los espacios consagrados se minimizaba el aporte del Riot Grrrl al feminismo. Entonces surgió la misma incertidumbre a principios de los 90: ¿será que el Riot Grrrl no se pudo adaptar al mundo? Comenzó el nuevo siglo, la escena punk (casi muerta) y agenda feminista se distanciaron cada vez más. El Riot Grrrl fue un puente entre los dos, casi al borde de colapso. Por lo cual, la llegada de Pussy Riot a los medios se

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ba a acuñar una estética rebelde, resignificando los símbolos culturalmente femeninos y ultrajándolos, usualmente, con mensajes del movimiento en respuesta a la supuesta muerte de éste; una de las principales creadoras de fanzines, Kathleen Hanna, enfrentó esto formando una de las bandas más importantes del Riot Grrrl: Bikini Kill.


puede describir como casi anacrónica. Tres mujeres apresadas realizaron un performance (considerado esencialmente blasfemo) en la catedral de Cristo Salvador. Fue la noticia revolucionaria que estalló en las pantallas de miles de personas alrededor del mundo, noticia que gritaba: “¡El Riot Grrrl no está muerto!”. Pussy Riot es un colectivo feminista punk (autoproclamado), que protesta utilizando el performance como herramienta en el espacio público. Tuvieron presencia en las Olimpiadas de Sochi (2014), la catedral de Cristo Salvador (2012) y el más reciente Mundial de Fútbol (2018). El colectivo también produce música original con evidentes influencias punk y Riot Grrrl, bajo la cual se concentran sus principales mensajes de oposición, desde derechos femeninos y diversidad sexual-genérica (incluso se puede considerar contenido radical de este movimiento), además de una clara oposición al régimen de Vladímir Putin. La catedral se irrumpió bajo las letras “Virgen María, hazte feminista”. Además, el uso distintivo de indumentaria provocadora de guerrilla para el performance (pasamontañas), uso de elementos y colores híper femeninos de vestimenta garantizaron una sentencia de formal prisión por hooliganismo. Al ser liberadas y aceptadas como refugiadas políticas, el colectivo continuó su producción musical mediante diversas formas artísticas (cinematografía, fotografía, performance, música, etc.), a través de medios digitales, por ejemplo, durante su presentación en Ciudad de México, donde expresaron: “Por las 1,777 cruces rosas de Ciudad Juárez […], por las indígenas zapatistas en resistencia, por nosotras aquí y ahora, quienes enfrentamos el machismo cada día en nuestro país”.

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Por último, el futuro del Riot Grrrl es terriblemente incierto, pues han surgido nuevas discusiones que plantean otros géneros musicales dentro del movimiento, con el fin de generar representatividad latinoamericana. Se afirma que ahora las exponentes feministas de cumbia y rap, como Rebeca Lane o Jezzy, brindan una renovación musical y racial al Riot Grrrl. Ante tanta incertidumbre y discusiones, la retórica permanece. ¿Será Pussy Riot quien nos ha venido a salvar en respuesta a nuestras plegarias punk?


Fotografía

IN S UBMI S E S Marga Riera

La coordinadora de entidades feministas “Teixit de Dones de Mataró” tenía desde hace un tiempo el proyecto de realizar un mural colectivo en la Ciudad de Mataró, Barcelona, España, cuyo mensaje fuera la igualdad, no sólo género, sino extendiéndose a todos los ámbitos de lo social. La obra ha sido diseñada y dirigida por la artista Marga Riera y realizada por el Colectivo de “Teixit de Dones de Mataró”, con la colaboración de la ciudadanía, entre el 3 y el 25 de noviembre de 2018, en el Espai Firal del Nou Parc Central de la ciudad.

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Feminismo

como movimiento políticosocial

Gabriela Campos

El arte ha logrado visibilizar y denunciar las desigualdades, las violencias y la opresión naturalizada por el orden patriarcal; de igual modo, ha gestado un sentimiento de liberación en las mujeres, liberación de los moldes machistas, el sexismo y los roles de género, abriendo con ello un horizonte de esperanza para la construcción de un mundo más justo, más equitativo, más digno, más libre.

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El arte en los movimientos sociales

Pintando rebeldía Adriana Flores

Arte zapatista en una de las formas de expresiones artísticas que tienen en los caracoles de Chiapas; en ellos se reflejan lucha, color, inspiración y rebeldía. “El arte de construir un mundo nuevo”

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Ensayo

RUMEC ARTE Y MOVIMIENTOS SOCIALES

Semblanza de Miguel Ángel Suárez Migrante y activista mexicano

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eunificación Mundial en Construcción es una plataforma inteligente de negocios, capaz de reunir, servir y representar cooperativas, sindicatos e individuos a escala global. Opera con un impacto social que promueve el arte y la cultura; uno de sus objetivos es crear proyectos productivos que reinviertan los recursos de las comunidades necesitadas de apoyo para obtener mejores condiciones y poder exportar sus propios productos, con el fin de proporcionar una excelente alternativa de vida. México tiene potencial para comercializar productos primarios de primera calidad a nivel mundial. Rumec tiene vínculos con más de mil agricultores mexicanos, y exporta diversos productos: café, cacao, frutas (guayaba, mangos, fresas, uvas, guanábanas y plátanos). El comercio justo es un inicio, pero el impulso artístico es necesario y se hará a través del rap, creando el Sindicato Internacional del Rap (sidr), que apuesta por el cooperativismo y la unificación; además, asegura que la cultura urbana es de naturaleza contestataria, pero al mismo tiempo el hip-hop es un factor predominante en la distribución y promoción de ideas creativas e innovadoras. También se han dedicado a realizar, junto con grafiteros, murales en colonias populares de la cdmx y Guerrero, como el mural del rostro de María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, vocera e integrante del Consejo Indígena de Gobierno (cig). Miguel Ángel Suárez Meza es un migrante mexicano originario de Guerrero, quien se convirtió en director de Rumec. Cuenta con un gran equipo alrededor del mundo. Su incursión en los negocios le permitió estudiar, acercarse a líderes políticos estadunidenses y gente de los barrios hispanos y así iniciar con grupos de apoyo para migrantes indocumentados que necesitaban empleo. En esas andanzas, justo por estar en el activismo político a favor de los migrantes, lo deportaron. Conoció a Malcolm-Latiff Shabazz, nieto de Malcom X, quien fuera su mejor amigo y con quien estuvo hasta el día de su asesinato en un bar de Garibaldi. La brutalidad policial contra las comunidades afroamericanas es de larga data. El racismo ha sido siempre en ee. uu. una política de Estado. A fines de los 60 se crea el partido de las Panteras Negras, organizado por mujeres y hombres para defender los derechos de la comunidad. Malcom X fue uno de los principales influyentes de ese partido.


El arte en los movimientos sociales

La idea de Rumec es un ejemplo de plataforma en la que se ayuda a otras empresas a conectarse con personas y recursos, lo que puede ser el comienzo de una nueva era, en la forma en que cambiamos los negocios junto con los valores compartidos por un mejor futuro. “Democracia, igualdad, equidad y autonomía: los principios del cooperativismo”

Diseño: Leslie Zapiain

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“Yo soy un trabajador de la música. No soy un artista. El pueblo y el tiempo dirán si yo soy artista. Yo, en este momento, soy un trabajador. Y un trabajador que está ubicado con conciencia muy definida, como parte de la clase trabajadora que lucha por construir una vida mejor” Víctor Jara, entrevista para el programa radial “América canta así”, Lima, Perú, 30 de junio de 1973.


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