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Cultura en acción

n s a y o E

Héctor r. andrade lópez licenciado en ciencia política Universidad aUtónoma metropolitana - iztapalapa

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Hace un siglo Emma Goldman vociferó: “Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”, mientras el mundo se estremecía en las peores catástrofes bélicas. La añoranza de un sujeto libre se enarbola en las disidencias anticapitalistas; tal vez sin saberlo, la libertaria anarquista estaba anticipando el devenir de expresiones artísticas que desembocarían en mantas, cantos, sonidos, pintas, performance, disfraces, fuego, capuchas y versos de las próximas décadas movilizadas. Pues “cultura” y “lucha” no son palabras aisladas, sino dos componentes de una misma acción que transmuta en lenguaje y detona en alteración de sensibilidades.

Posiblemente, la pregunta de fondo sea: ¿cómo poder comunicar- emociones, ideales, aspiraciones y utopías desarrolladas por los movimientos sociales que aspiren a cambiar y mejorar el mundo? El desarrollo de la modernidad nos ha enseñado que estas metas se trastornan y minimizan en demandas concretas, las cuales tienen que ser procesadas en maquinarias institucionales del Estado, creando una única vía legal de solución de conflictos, limitando el alcance y otras alternativas de luchas sociales. Se ponen en juego, así, los pliegos petitorios, emplazamientos a huelgas, protestas pacíficas y la legalidad de la represión de las disidencias, así como las tipificaciones de desestabilidad social.

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a i c ó g o l c i o S a t e r l A a i s t v e R

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a i c ó g o l c i o S a t e r l A a i s t v e R El viejo dilema entre reforma y revolución, analizado por la socialista Rosa Luxemburgo (1978), pierde efecto con el paso del siglo xx. Las aspiraciones revolucionarias se fueron dividiendo en diversas direcciones teóricas y liderazgos políticos (cheguevaristas, maoístas, trotskistas, leninistas, etc.), posibilitando el fortalecimiento de lo que Francis Fukuyama denominó “el fin de la historia” (2015), enfatizando el triunfo inapelable del capitalismo sobre el socialismo y otras disidencias organizativas sociales.

Los nuevos movimientos sociales descritos por Touraine (1995), Melucci (2010) y otros investigadores, dejaron en claro que los movimientos de masas y clase social fueron segregados a demandas precisas, como derechos de las mujeres, movimientos ecológicos, estudiantiles, sindicales, etc., complicando de esta manera una movilización masiva y común que atentara contra las estructuras del modo de producción capitalista.

Esta división muestra el reflejo de la diversidad de poblaciones. Ejemplifica el desarrollo de la modernidad, acompañada de una transformación jurisprudencial de los derechos sociales, políticos y humanos como garantía de una sociedad más justa e igualitaria. Sin embargo, estas vías legales de protesta social burocratizan las formas de lucha y designan prácticas concretas a los movimientos sociales; de manera que los movimientos se reducen a poblaciones social y culturalmente definidas, imponiendo así limitaciones. Ante estas limitaciones, los movimientos sociales encuentran, en el apotegma de Emma Goldman, la manera de desdibujar los límites y segregaciones impuestas por la modernidad (pliego petitorio, declaración de huelga, manifestación pacífica, anticipación de protesta, etc.). La cercanía de los movimientos sociales hacia el arte posibilita la manera de contagiar a otros sectores sociales con el objetivo de trastocar y sensibilizar sus subjetividades.

De esta manera, los jóvenes de 1968 expresaron sus pesares, injusticias y sueños democráticos a través de mantas, insignias, sexo, símbolos, bailes, drogas y cantos frente a un régimen autoritario y sumamente represivo.

La cultura habitual de las zonas rurales reconstruiría los grandes corridos de los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, en resistencia a la ofensiva sucia del gobierno mexicano en las montañas.

La canción de protesta latinoamericana resonaría en las voces de Violeta Parra, Víctor Jara, Quilapayún, entre otros. Las inconformidades sociales relucirían en la deconstrucción del lenguaje de “la onda”, testificado por José Agustín, Parménides García Saldaña y Gustavo Sainz (Gunia, 1994).

El rock se asentaría en el mundo con los mensajes de rebeldía, lucha social, paz y amor, al estilo de The Rolling Stones, Bob Dylan y The Beatles.

Más tarde estas expresiones se tornarían en algunas de las estrategias más atinadas de movimientos sociales, como el ezln, a través de sus múltiples encuentros y festines; asimismo, serían retomadas por los estudiantes del ccH durante el paro de la Unam. A través de murales, pintas, canciones y poesías, allegarían a

El artE En los movimiEntos socialEs

diversos colectivos contraculturales y serían elemento clave en el movimiento #YoSoy132 y en las jornadas por Ayotzinapa, con sus colectivos artísticos, proyecciones callejeras, batucadas, performance, efigies y exposiciones.

El diálogo de diversos movimientos, en el siglo xxi, apela más a la interlocución con la sociedad que a una comunicación continua con el Estado. Sus intereses no sólo miran al desarrollo de leyes, políticas públicas e instituciones, sino a la comunicación alternativa de información, tal cual lo expresan lenguas visuales y sonoras como

#FueElEstado

#VivasNosQueremos

“MéxicoSinPRI”

“Fuera porros”

y otras más, a través de documentales, máscaras, grafitis, cuentos, performances, transmisiones online y callejeras. Estas acciones colocan sobre el escenario social la importancia de generar cambios culturales y transmitir emociones en la sociedad, como una estrategia cuyas repercusiones no pueden ser anticipadas, pero de la cual se tiene certeza de que habrá trastocado emotivamente a sus receptores.

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Bibliografía

FUkUyama, Francis (2015). El fin de la Historia y el último hombre. Madrid: Alianza. GUnia, Inke (1994). ¿Cuál es la onda? La literatura de la contracultura juvenil en el México de los años sesenta y setenta. Frankfurt: Vervuert. lUxembUrGo, Rosa (1978). Reforma o revolución. Madrid: Akal. melUcci, Alberto (2010). Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. México: El Colegio de México. toUraine, Alain (1995). Producción de la sociedad. México: Universidad Nacional Autónoma de México. a i c ó g o l c i o S a t e r l A a i s t v e R

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