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Movimientos en redes? Caso del #MeToo

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Recuento

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n s a y o E

nayeli ortiz Gaspar licenciatUra en socioloGía Universidad aUtónoma metropolitana - iztapalapa

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a i c ó g o l c i o S a t e r l A a i s t v e R Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (tic) provocaron un cambio vertiginoso entre las diversas generaciones que conforman la sociedad contemporánea, pues con la aparición de internet y redes sociales se hizo posible interactuar con otros (familiares, amigos o clientes), incluso si éstos se encuentran a kilómetros de distancia. El “nuevo mundo” demandaba una gran responsabilidad para todos debido a grandes desventajas, como la tergiversación de la información, robo de identidades, bienes, problemas de salud física, emocional, social, violencia y sus diversas expresiones: extorsión, hostigamiento, bullying, acoso, entre otros. Este último ha sido un tema en boga. Analizar y definir palabras clave son indispensables para fines de este ensayo. Para comenzar, la violencia se comprende grosso modo como una conducta donde la agresión u ofensa tienen presencia, pues transgreden tu persona/derechos. Específicamente, si el comportamiento se lleva a cabo y no está bajo tu consentimiento (mayormente de connotación sexual) se reconoce como acoso, ya que genera un constante malestar físico, moral, psicológico y emocional. Estas conductas son latentes en nuestro país.

Es común escuchar “sólo es una broma; no aguantas nada”, convirtiéndose en justificaciones que dirimen las diversas repercusiones emocionales e intersubjetivas que pueden provocar en las personas, sobre todo en mujeres.

La antropóloga Rita Laura Segato manifestaría que se trata de una pedagogía de la crueldad, ya que se nos está educando a vivir de esta manera (a través de distintos medios, ya sean físicos o virtuales) asumiendo que no existe otra alternativa; esto al menos se dice en el discurso hegemónico. En muchas ocasiones, algo tan “banal” (imagen, comentarios o burlas en redes sociales) afecta significativamente la integridad del individuo.

En tiempos recientes se desató una gran polémica con base en el acoso sexual que viven las mujeres (#MeToo); ante eso conviene cuestionarse cómo surgió. En 1996 la activista Tarana Burke escuchó el testimonio de abuso en una menor de edad; sin embargo, no pudo hacerle frente de manera directa. Por tal motivo, decidió incentivar a las féminas a participar en esta insurgencia, denominándose Me Too Movement (Movimiento Yo También).

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Se centró en mujeres jóvenes que han sido víctimas de abuso, agresión o explotación sexual. La situación no culminó ahí, pues años más tarde (2006), Burke lanzó esta iniciativa donde la finalidad era empoderar a chicas jóvenes de color, igualmente incluir a personas que se identificaban como mujeres.

¿Qué es Me Too? Un movimiento que incentiva a las mujeres a denunciar de forma anónima y virtual todo comportamiento de violencia sufrido en sus diferentes contextos, principalmente laboral; también puede ser en el hogar, la escuela, el transporte o cualquier espacio público. Se siguió gestando y recobró fuerza en marzo-abril del presente año. La actriz y activista Alyssa Milano invitó a otras mujeres a hablar del acoso sexual con el hashtag #MeToo. A través de Twitter posteó: “Si todas las mujeres que han sido acosadas o agredidas sexualmente hicieran un tuit con las palabras Me Too, podríamos mostrar a la gente la magnitud del problema”. (Supuestamente, ella desconocía que la etiqueta tenía antecedentes). Queda claro que la intención de la actriz únicamente es continuar visibilizando el problema e incluso incorporar a más gente para combatirlo, aprovechando este boom online.

Otro caso involucrado fue el de Armando Vega Gil (fundador de la banda Botellita de Jerez), quien fue señalado en #MeTooMusicosMexicanos. El hecho causó gran polémica porque está sujeto a varias interpretaciones: una de ellas fue reflejar la situación violenta que existe hacia las mujeres, perpetuando la dominación, así como victimización masculina; incluso es una reafirmación a su poder heteropatriarcal apoyado por diferentes instituciones.

Una vez explicado el origen del Me Too, continúo con la parte medular de este texto. Consiste en reconocer o descartar al suceso como un movimiento social; si bien el fenómeno fue concebido como tal por diversos actores y medios, es importante, no obstante, conocer a qué alude este concepto.

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a i c ó g o l c i o S a t e r l A a i s t v e R De acuerdo con Pastor, se define generalmente por el hecho de surgir en condiciones de conflicto para convertirse en un desafío a las autoridades o poderes a través de una acción colectiva, no institucionalizada, con la intención de promover cambios, y en la que participa un número significativo de personas (Pastor, 2002: 15). Esto de alguna forma permite diferenciar cuando se trata de un movimiento social o un grupo de presión.

Por otro lado, las autoras Della Porta y Diani (2006) suponen cuatro elementos imprescindibles para considerar un movimiento social y no sólo interpretar la acción colectiva como una insurgencia:

▪ La interacción informal: modalidades de relación interpersonal desarrolladas, sin contar con una base de reglas preestablecidas de intercambio. ▪ Creencias compartidas: algunos criterios sobre los cuales existe el mayor grado de consenso posible.

▪ Compromiso en la acción colectiva: acuerdo tácito de comprometerse en conjunto para actuar frente a determinada situación. Esto no implica necesariamente que esta actuación se produzca de la misma manera o con la misma intensidad.

▪ Protesta: reacciones que involucran comportamientos colectivos públicos de diverso orden, desde marchas pacíficas hasta movilizaciones en diversos lugares y ocupación de diferentes espacios públicos.

Siguiendo la tesis de las autoras, hay tres elementos en el #MeToo que sí se cumplieron porque hubo una interacción informal (a través de las redes sociales, incentivando a mujeres de distintos lugares del mundo). También existieron creencias compartidas al difundir un estruendo grito de “No más violencia”, así como una tremenda movilización en Twitter (apogeo por varios días

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con diversos hashtags). El elemento que probablemente no se asumió fue el del compromiso colectivo, que para mí es el más importante, pues significa tener presencia permanente.

De manera general, ante los planteamientos de los autores citados, es posible señalar que los elementos evaluados para considerar un movimiento social son múltiples, por lo cual el debate permanecerá latente; no obstante, deduzco que este fenómeno social requiere de aspectos mucho más profundos, como una completa organización y comunicación, lo cual abarca un pre, durante y post a la situación. El promover cambios no estuvo de manera explícita; sin embargo, ésa es la intención: fomentar la cultura de la denuncia para evidenciar la realidad que estamos viviendo.

La iniciativa es digna de reconocerse porque induce a romper con el silencio de las mujeres; asimismo, crea alianzas y redes de apoyo pese a las barreras geográficas. En la mayoría de las ocasiones, el miedo, vergüenza, desconfianza, negligencia, burocracia, antiética profesional y otros tantos factores son los que intervienen al momento de ir a declarar frente a la Procuraduría del Ministerio Público. La interrogante ¿y si no me creen? genera un tormento en la mente de la víctima.

En las últimas décadas se han desatado diversas movilizaciones feministas por el honor de la “sororidad”, es decir, mostrar esa hermandad y solidaridad con la otra cuando enfrenta alguna cuestión que la hiere, sobre todo si se tiene consciencia de lo peligroso que significa ser mujer en México e incluso en Latinoamérica. Finalmente, quién hubiera imaginado el impacto de las tic, aunque éstas han implicado mayores retos para la población. Por el momento, pueden ser aprovechadas para ir en busca de intereses sociales, con el fin de combatir problemas que nos aquejan día a día, incluso realizar llamados de emergencia en un tema tan delicado como el acoso. Concluyo: aún hay mucho que trabajar, no sólo en el #MeToo.

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Bibliografía

aGUilar García, Francisco Javier (coord.) (2017). Movimientos sociales en México y Latinoamérica. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales. la rosa, Amaro (Consultado el 23 de mayo de 2019). “Movimientos sociales, redes sociales y recursos simbólicos”. Perú: Universidad Femenina del Sagrado Corazón. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/ descarga/articulo/6068704.pdf. QUiroGa, Juana (18 de julio de 2017) (s/lugar). “Resumen latinoamericano”. Recuperado de: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/07/18/rita-segato-y-la-pedagogia-de-la-crueldad/. a i c ó g o l c i o S a t e r l A a i s t v e R

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