5 minute read

CAMPUS

EL JARDÍN BOTÁNICO, UN ESPACIO PARA DISFRUTAR E INVESTIGAR

Las flores adornan con sus colores el Jardín Botánico.

El Jardín Botánico de la UAG tiene más de 30 mil especies.

POR ARTURO PADILLA

Al recorrer el campus principal de la Universidad Autónoma de Guadalajara pueden encontrarse muchos jardines, arboledas y espacios cuyos colores embellecen las mañanas y las tardes; todos estos espacios son muy bellos, pero el Jardín Botánico es especial.

El Jardín Botánico “Dr. Jorge Víctor Eller Townsend” adquirió su nombre en 1985, tras la muerte del científico, biólogo e investigador de la institución que lo fundó en 1968. El lugar es hoy uno de los centros de consulta más importantes de la región. Biólogos e investigadores se acercan a él para solicitar información, porque en sus terrenos hay una importante concentración de vida vegetal, explicó la Dra. Martha Reyes Hernández, profesora investigadora asociada de la UAG y actual encargada del Jardín Botánico.

“El Jardín Botánico se considera una colección de plantas vivas, un reservorio en el que se muestra, entre otras cosas, la riqueza florística del país; asimismo, permite a investigadores de México y otros países hacer estudios botánicos. Los estudiantes de esta universidad y de otras pueden realizar prácticas en áreas experimentales, así como recibir enseñanza con ejemplares botánicos”, dijo. Por si fuera poco, también brinda un lugar de esparcimiento al público en general que quiera conocer la flora de regiones áridas y semiáridas de nuestro país.

Las plantas están identificadas para su identificación por los visitantes.

Flora del norte de la República. HACE ALGUNOS AÑOS, EN EL JARDÍN BOTÁNICO DE LA UAG SE IDENTIFICÓ UNA NUEVA ESPECIE DE AGAVE, QUE SE REGISTRÓ DEBIDAMENTE EN EL ÍNDICE CIENTÍFICO.

El recinto cubre aproximadamente 2.5 hectáreas de terreno, con suelos de textura franco arenosos, con una cubierta de tezontle; las plantas se hallan ordenadas de acuerdo con el lugar donde se colectaron, en cuadrantes denominados camas, delimitados por andadores de aproximadamente 1.2 metros y protegidos por parapetos de roca volcánica de 30 centímetros de alto.

El jardín se divide en secciones correspondientes a los estados de Hidalgo, Coahuila, Zacatecas, Puebla, Oaxaca, Nuevo León, Sinaloa y Jalisco, con presencia menor de otras regiones. “Los estudiantes son afortunados de disponer, más aún en una metrópoli como Guadalajara, de un lugar donde visitar y conocer un paisaje conservado, en el que pueden apreciar una riqueza florística enorme a poca distancia de sus aulas”, comentó la Dra. Reyes Hernández.

Actualmente, estudiantes de la Ingeniería Empresarial Agropecuaria y la Ingeniería en Conservación y Restauración Ambiental, entre otras carreras, visitan regularmente el Jardín Botánico para realizar actividades pedagógicas; los alumnos llevan a cabo prácticas de las asignaturas de Botánica, Ecofisiología, Suelos, Recolecta de Insectos, Botánica y Hortalizas.

En este espacio implementan cultivos de crecimiento corto, trabajando en parcelas experimentales. El lugar se pensó para la conservación de plantas de clima semiárido del país, y por eso predominan plantas de las familias de las cactáceas, asparagáceas, liliáceas, bromeliáceas y leguminosas, algunas euforbias, cicadas, palmas y anacardiáceas, entre otras. En el Jardín Botánico se conservan más de 30 mil especies para investigación.

Helechos y bromelias en el Jardín Botánico de la UAG.

“También cuenta con un orquideario, cuya función es resguardar orquídeas, helechos y bromelias; las orquídeas son conocidas por su alto valor económico; la desventaja es su desarrollo lento, pero son plantas que hacen un uso eficiente de los nutrientes y el agua en ambientes en los que estos dos factores son limitantes. La mayoría son plantas epifitas que no son parásitas de las plantas en las que se encuentran”, comentó la Dra. Reyes.

Cerca del orquideario se pueden encontrar camas de siembra o áreas experimentales, donde los estudiantes trabajan con distintos cultivos para estudiar su desarrollo, fenología y aprovechamiento; algunas veces establecen sistemas de riego, en otras cuantifican animales herbívoros y estudian la morfología y fisiología de las plantas. Frente a las camas, el Jardín Botánico también tiene un herbario.

El Jardín Botánico de la UAG está registrado ante el Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); también hay registros en colecciones biológicas nacionales y en Index Herbarium, y por ello es reconocido internacionalmente.

“Existen especímenes colectados que pertenecen al biólogo Calos Díaz Luna, quien colectó e identificó un gran número de ejemplares. La colección de plantas secas forma parte de un catálogo de flora para referencia y apoyo en la generación de productos científicos e identificación de especies”, explicó la responsable del Jardín Botánico. Gracias a la colección se han hecho importantes estudios florísticos y taxonómicos, entre los que destaca “La flora novogaliciana y la revisión del género Jarilla Rusby”.

En el herbario han trabajado botánicos notables, como el biólogo Carlos Díaz Luna, J.A. Lomelí Sención, E. Sahagún Godínez y P. Carrillo-Reyes.

La colección biológica resguarda alrededor de 30 mil ejemplares herborizados, entre los que destacan plantas criptógamas y fanerógamas de las familias Fabaceae, Asteraceae y Euphorbiaceae. “Al ser una colección científica y existir en un índice de herbarios, se han establecido enlaces con universidades nacionales y extrajeras para el préstamo de especies por solicitud, para investigaciones botánicas”, señaló la Dra. Reyes.

La función ecológica de los jardines botánicos también es muy importante, aunque a veces se demerita. Este oasis verde recarga los mantos freáticos, atrapa el carbono atmosférico, libera oxígeno y ayuda a la preservación de fauna local o migratoria de aves, mamíferos y plantas. Es un punto de vida en medio de la mancha urbana, que a veces asfixia a quienes la habitan.

“Por ello, los invito a visitar y respetar nuestro jardín. Es un lugar donde hay todo tipo de aves, mamíferos e insectos que viven en equilibrio y armonía con nosotros; ese es el gran poder de la naturaleza, y puede enseñarnos aún mucho”, concluyó.

This article is from: