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HORIZONTES

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SIMPOSIO

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Léa Steyer.

ES FRANCESA Y LE ENCANTA GUADALAJARA

POR ARTURO PADILLA

Estoy contenta. La universidad es como mi otra casa, y es tan diferente a la mía… aquí todo está cerca, central. Es increíble: verde, grande… allá hay pocas cosas e infraestructura pequeña. Aquí todo es muy grande, tienen un gran estadio, muchos lugares donde comer, y es tan agradable, se respira un ambiente tan diferente…” Así lo comenta la estudiante de intercambio Léa Steyer, de l’Institut National des Sciences Appliquées (INSA) en Toulouse, Francia, donde estudia Ciencias Políticas e Ingeniería Química y Biotecnología. Léa vino a estudiar diversas asignaturas de la licenciatura de Química y Biotecnología en la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Ella estudiará durante un cuatrimestre las asignaturas de Probabilidad y Estadística, Fenómenos de Transporte, Análisis de Sistemas de Equilibrio 2 y Simulación y Optimización de Procesos, así como Ciencia Política.

Léa nació en Niza, pero estudia en este instituto de Toulouse. Habla tres idiomas: español, francés e inglés, y estudia italiano y ruso. Además, asegura sentirse sorprendida por la vida de los estudiantes de la UAG en sus campus, sus actividades y su ciudad. Le gusta cómo se enseña aquí en México, porque es menos estresante. Allá sus clases son muy largas, como de una hora y 20 minutos, son como conferencias, mientras que aquí duran 50 minutos, por lo que puede aprovechar más el tiempo para estudiar y convivir con los compañeros. Por otro lado, a veces es difícil acceder a sus maestros en Francia. “En cambio, aquí los maestros se acercan, hablan contigo. También hay muchas tareas, lo que está bien, así aprendes más y es más eficiente el aprendizaje, es muy efectivo”.

En el poco tiempo que lleva en Guadalajara, Léa se siente “enamorada de la ciudad”; sabía que deseaba estudiar en América Latina, y al ver Guadalajara en fotos, redes sociales y más, supo que estudiaría en esta ciudad, que esta sería “su” ciudad.

Y así fue. Desde el primer mes que estuvo aquí se sorprendió por la arquitectura, la comida, las tradiciones e ideas de nuestro país, y de lo amables que son los mexicanos. “Hay un señor que limpia la zona donde vivo, que siempre me sonríe cada mañana que pasa, siempre me ayuda, me cuida, me acompaña, no importa la hora del día”.

Ella espera pronto pasar otra temporada en la Perla Tapatía y traer a sus amigos, para que conozcan la ciudad que la abrazó como una más de sus habitantes, y la UAG, la universidad que fue su hogar por tres meses.

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