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Los futuros ciudadanos del mundo.

Lic. Alexandro García Méndez Balderrama

Gerente de Proyectos de la Vicerrectoría General

LOS FUTUROS CIUDADANOS

DEL MUNDO

La educación a distancia tiene un papel crucial para favorecer el desarrollo de las habilidades del siglo XXI. Debido a la reciente situación y en respuesta al aislamiento social que estamos viviendo, millones de maestros y alumnos en todo el mundo se vieron obligados a impartir y recibir clases de manera virtual. Como tendencia, el aprendizaje remoto o virtual venía creciendo de forma rápida; sin embargo, en los últimos meses todos pudimos ser parte de esta forma de educar, y ver sus beneficios y ventajas. También pudimos darnos cuenta de los retos y las complicaciones que conlleva, porque docentes y estudiantes debieron aprender a marchas forzadas. Tuvimos que aprender a utilizar nuevas aplicaciones, sitios de apoyo y nuevas técnicas de enseñanza. Es decir, se redefinió la educación.

La educación virtual o a distancia se encuentra en una posición en la que puede y va a tomar mayor importancia en un futuro cercano. El término “oportunidad” podría parecer insensible, pero no cabe duda de que esta situación puede ayudar a mejorar la experiencia de los alumnos en su educación, por lo que es importante sentarnos a analizar y considerar cuáles son los puntos más importantes y las mejores prácticas para que alumnos y maestros puedan apoyarse en las herramientas tecnológicas que tienen a su disposición y que favorecerán el proceso de enseñanza/aprendizaje.

De acuerdo con varias investigaciones, los docentes han manifestado en repetidas ocasiones que los enfoques actuales de enseñanza y la estructuración de entornos de aprendizaje son inadecuados para abordar las necesidades de aprendizaje del siglo XXI (Carneiro, 2007; Delors et al., 1996; p. 21, 2007; VISIR Consortium, 2012). A medida que las sociedades dependen más del conocimiento y debido a la globalización, la competencia internacional, los mercados cambiantes y los desafíos políticos y ambientales que vivimos, las escuelas y la educación debe evolucionar para garantizar las necesidades de información y las habilidades de los alumnos. La clave en el aprendizaje en el siglo XXI es la adaptación, para mantener el ritmo de la demanda y las expectativas. Las escuelas deben enfocarse en inculcar en los estudiantes la cultura de aprendizaje a lo largo de la vida, la capacitación continua, la selección de contenidos y el desarrollo de habilidades para el trabajo y la vida.

La educación a distancia tiene un papel crucial para favorecer el desarrollo de las habilidades del siglo XXI. La instrucción virtual permite diseñar un sistema de enseñan-

za personalizado, capaz de adaptarse a las distintas formas como los alumnos retienen información y, sobre todo, un modelo de enseñanza everywhere - anywhere.

Para que los cursos o clases virtuales sean exitosos, debe desecharse la idea de que solo es producir y enviar videos o contenido de calidad, o que se enfoca en sesiones sincrónicas o conferencias web; más bien, se requiere aprovechar la ventaja que ofrece para diseñar experiencias de aprendizaje significativas que brinden una secuencia educativa mediante un sistema de educación modular, que permita intercalar la transmisión de contenido con actividades, elementos de apoyo o reafirmación y evaluaciones, para que los alumnos reciban tutoría, retroalimentación inmediata, interacción entre pares, oportunidades de poner en práctica lo aprendido, la ocasión de generar comunidad y más.

LA EDUCACIÓN VIRTUAL O A DISTANCIA SE ENCUENTRA EN UNA POSICIÓN EN LA QUE PUEDE Y VA A TOMAR MAYOR IMPORTANCIA EN UN FUTURO CERCANO.

Si bien existe la falsa percepción de que la educación a distancia es de menor calidad, las investigaciones muestran otra cosa. Compañías de tecnología educativa como EdX y Coursera están implantando aplicaciones de inteligencia artificial para acercar a los estudiantes a los cursos que necesitan, desarrollando vías personalizadas, y ha aumentado la aceptación de que las microcredenciales son valiosos activos de aprendizaje. Es necesario aprovechar ese impulso y reinventar la experiencia educativa. <

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